"En busca de la igualdad de
géneros"
Política y Legislación
Educativa
- Metodología de
investigación - Fundamentación
- El enfoque regional…
¿Por qué América
Latina? - Marco
conceptual - Conclusión
final - Bibliografía
"La educación tiene la
misión
de permitir a todos sin excepción hacer fructificar sus
talentos y todas sus capacidades de creación, lo que
implica que cada uno pueda responsabilizarse por si mismo y
realizar su propio proyecto personal"
Jacques Delors, La educación o la
utopía necesaria.
El presente trabajo de investigación intenta realizar una
aproximación al estado de la
educación básica en América
Latina, con especial referencia a la igualdad de género.
Hablar de igualdad de género implica
también aludir a las desigualdades y discriminaciones
según género, lo cual a su vez involucra otros
temas transversales, como ser las circunstancias de clase social,
edad, localización y pertenencia étnica y
cultural.
Asimismo, somos concientes de la diversidad de
escenarios existentes en los distintos países de
América Latina. Puesto que el análisis pormenorizado de cada uno de ellos
excede la extensión y alcance de la presente, nos
limitaremos a tratar el tema bajo estudio a través de un
enfoque unificador, haciendo hincapié en las similitudes y
destacando sólo aquellas diferencias que, a nuestro
entender, puedan ser útiles acorde a la modalidad de
trabajo mencionada.
Metodología de
investigación
En cuanto a la metodología de investigación la
misma consistió básicamente en la búsqueda y
análisis de información sobre el tema central en
distintos medios
(Internet,
bibliotecas
especializadas, organismos internacionales, medios
periodísticos y de comunicación
social) con especial preocupación en la
relación entre planificación, elaboración y
finalmente aplicación concreta de las diferentes políticas
pertinentes a nivel regional.
Una vez reunida la información requerida para
esta primera etapa, realizamos un breve estudio referido a los
temas conexos.
Asimismo, intentamos lograr una entrevista con
la Sra. Presidente de la "Comisión Nacional Argentina de
Cooperación con la UNESCO" Sra. Graciela Giannestassio -o
en su defecto con algún otro miembro de la misma- pero,
debido a los limites temporales para la presentación del
presente escrito, resultó imposible.
Respecto a la
organización interna, hemos creído conveniente
comenzar fundamentando la elección del tema a tratar,
destacando la importancia del mismo y el por qué del
enfoque regional respecto de América Latina.
En segundo lugar desarrollamos el marco conceptual, es
decir: qué se entiende por género y por
educación básica.
A continuación realizamos un análisis
sobre la situación concreta en América Latina, para
finalmente dedicarnos al rol específico de las Naciones Unidas,
una breve enunciación del marco normativo pertinente y el
papel de los
distintos gobiernos regionales.
I. Fundamentación
"toda persona tiene
derecho a la educación"
Es notable como el tema de la igualdad entre hombres y
mujeres, en sus distintas manifestaciones, ha tomado relevancia
en los últimos tiempos, convirtiéndose en instancia
ineludible en el camino hacia el progreso; posicionándose
en la agenda global de tal forma que podemos encontrarlo tutelado
en numerosos instrumentos internacionales.
En un acto histórico el 10 de diciembre de 1948,
las naciones de la tierra a
través de la Asamblea General de las Naciones Unidas
aprobaron y proclamaron la Declaración Universal de los
Derechos
Humanos, con el objetivo de
lograr "… la libertad, la
justicia y la
paz (…) de todos los miembros de la familia
humana". Sin embargo, pese a los importantes esfuerzos realizados
por los países de todo el mundo para asegurar el derecho a
la educación para todos, persiste la siguiente realidad:
más de 100 millones de niños y
de niñas, de los cuales 60 por lo menos son niñas,
no tienen acceso a la enseñanza primaria.
Durante las ultimas décadas se observan grandes
avances en el acceso del sector femenino de la sociedad a la
educación, no obstante lo cual en algunos países
subsisten inequidades, que se manifiestan en la menor permanencia
de las niñas y las jóvenes en el sistema
educativo, tendencia que se agrava entre los grupos más
vulnerables.
La persistencia de éstas y otras importantes
diferencias en materia
educativa frena el desarrollo de
los países debido a que contribuye a profundizar las
desigualdades sociales, retrasa el crecimiento de la economía -el la cual
el
conocimiento y la información son herramientas
cada vez más indispensables- impide una
incorporación ventajosa al mundo globalizado y, en el caso
específico de Latinoamérica, limita los alcances de
nuestro proceso de
integración.
Puede verse entonces que la igualdad de las mujeres en
el acceso a la educación representa grandes beneficios
para las familias y la sociedad en su conjunto. En este aspecto
no dejan de llamar la atención los datos que surgen
del "Informe sobre
Desarrollo
Humano" -correspondiente al Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo- los cuales destacan la
influencia positiva de la participación de la mujer en
la
administración del ingreso familiar y los efectos que
el mejoramiento de su situación tiene sobre sus
hijos.
Respecto a lo primero destaca que "varios estudios
sugieren que es más probable que el ingreso se gaste en
desarrollo humano cuando son las mujeres quienes controlan
el dinero
(…) si las mujeres tuvieran tanto control como los
hombres [del dinero en
efectivo] la parte destinada a alimentos en el
gasto doméstico aumentaría un 9%, en tanto que la
de los cigarrillos se reduciría un 55% y la del alcohol un
99%" y en cuanto a lo segundo que "… la mejor educación
de los progenitores, especialmente las madres, aumenta las
probabilidades de que sus hijos reciban una educación. Los
efectos resultan claros también sobre la situación
de los niños en cuanto a salud y nutrición".
La equidad es una característica fundamental que debe
acompañar el desarrollo de un sistema educacional de
calidad
diseñado para formar a los recursos
humanos del futuro, pues apunta a una justa distribución y asignación de
inversiones e
insumos; no significa pues que mujer y hombre sean
iguales, si no que sus derechos, responsabilidades
y oportunidades no dependerán del sexo con el
cual han nacido.
Existen una variedad de estándares que pueden
utilizarse para definir las bases de esta equidad incluyendo el
esfuerzo, el grado de aporte, o la habilidad. Sea cual fuere el
estándar seleccionado, cuando un sistema educacional
carece de equidad la justicia social se ve obstaculizada, al
reproducirse fielmente las estructuras
sociales y las hegemonías étnicas y de
género. Eventualmente, un sistema educacional de este
tipo, al limitar la calidad del capital del
recurso humano, puede reducir la calidad general del
mismo.
En el marco de la Declaración Mundial de la
Educación para Todos la UNESCO expresa que "Se concibe la
equidad no sólo como igualdad de oportunidades en el
acceso a la educación sino también como igualdad en
la calidad de la oferta
educativa y en los resultados del aprendizaje".
La igualdad de género, considerada como un
espacio para tratar a los diferentes como iguales, concuerda con
el deseo de la educación básica de ser el lugar de
lo público, de la igualdad y de la educación para
todos; configurando así una exigencia ineludible para que
la educación básica cumpla con el propósito
que la sociedad le ha asignado.
Ninguna sociedad puede progresar si es libre a medias.
Ninguna cultura puede
sobrevivir si las mujeres no forman parte integrante de dicha
cultura en condiciones de igualdad. Como afirma
categóricamente el Informe sobre desarrollo humano de
1995: "Si el desarrollo humano no tiene en cuenta la
problemática de género, está seriamente en
peligro".
I.2. El enfoque
regional… ¿Por qué América
Latina?
Somos concientes de la diversidad de escenarios
existentes en la región; en palabras del Sr.
Koîchiro Matsuura -Director General de la UNESCO-
"…está más claro que nunca que la batalla por
alcanzar la Educación para Todos no es igual en todo el
mundo. Desde luego, también es desigual dentro de cada
país cuando observamos algunos criterios clave como el
género, los ingresos, la
ubicación y los criterios étnicos que son
atendidos"
Pero también creemos que el pasado nos
unió en la historia e integramos una
comunidad
lingüística que nos acoge y nos identifica frente a
otras regiones del mundo. A su vez, representamos una entidad
pluriétnica y multicultural en la que convivimos numerosos
grupos con orígenes, lenguas y tradiciones
diversas.
Todo ello constituye la riqueza de nuestro patrimonio
común. La plataforma que representa nos permite avanzar en
la consolidación de nuestra identidad,
ampliar los alcances de nuestro desarrollo y enfrentar con
provecho los desafíos de un mundo globalizado.
II. Marco
conceptual
II.1 Algunas reflexiones
en torno al
término "Género"
"Los derechos humanos de la mujer y la niña son
parte inalienable e indivisible de los derechos humanos
universales; el éxito
de las políticas y de las medidas destinadas a respaldar o
reforzar la promoción de la igualdad de género y
la mejora de la condición de la mujer debe basarse en la
integración de una perspectiva de género en las
políticas generales relacionadas con todas las esferas de
la sociedad."
Cuarta Conferencia
Mundial sobre la Mujer, 1995
Resulta de fundamental importancia destacar la no
coincidencia absoluta entre lo que denominamos sexo – entendido
éste como circunstancia biológica o según lo
define la Real Academia Española como "condición
orgánica que distingue al macho y a la hembra en los seres
humanos…"- y el término género, cuya
acepción, si bien se relaciona con el sentido antedicho,
lo excede.
La Comisión Interamericana de Mujeres (CIM)
entiende que puede definirse al género como a "una
construcción cultural, social e
histórica que, sobre la base biológica del sexo,
determina valorativamente lo masculino y lo femenino en la
sociedad, y las identidades subjetivas colectivas." Es decir que
al referirnos al género, estamos aludiendo a una variedad
de circunstancias, que se refieren –a más de a la
condición biológica- a otra serie de factores como
ser el rol social, habilidades, intereses, etc.
Sostiene asimismo la CIM que "también el
género condiciona la valoración social
asimétrica para hombres y mujeres y la relación de
poder que
entre ellos se establece". Es así que el sistema de
género como tal, se articula con otros sistemas de
relaciones sociales, a saber las de producción, etnicidad, nacionalidad,
religión y
otras de carácter
generacional.
II.2 ¿Educación
Básica igual Educación Primaria?
"La educación básica, como piedra angular
del sistema educacional, debería ser rediseñada
-comenzando en la primera infancia– de
manera que se fomente la equidad paralelamente con un mayor
acceso. El éxito de este nivel escolar, se verá
catalizado por la creciente participación de una comunidad
solidariamente responsable"
Jacques Delors, La educación encierra un
tesoro.
Se define a la educación básica como un
nivel o etapa del sistema educativo que incluye la
educación inicial, la educación primaria y el
primer ciclo de la educación secundaria.Promueve el
derecho a una educación que posibilite tanto aprendizajes
significativos como la participación social y laboral.
Consecuentemente con su perspectiva de ver a la
educación como un proceso permanente –un "pasaporte
a la vida"- el Informe Delors establece que "esa educación
básica deberá abarcar todos los elementos del saber
necesarios para acceder eventualmente a otros niveles de
formación (…) deberá además, y sobre todo,
dar a cada persona los medios de modelar libremente su vida y
participar en la evolución de la sociedad". El mismo
espíritu, surge de la Conferencia Mundial sobre
Educación para Todos, celebrada en Jomtien en 1990,
deseando dar a la noción de educación fundamental,
la acepción más amplia posible "incluyendo un
conjunto de conocimientos y técnicas
indispensables desde el punto de vista del desarrollo humano.
Debería comprender en particular la educación
relativa al medio
ambiente, la salud y la nutrición"
En la actualidad existe acuerdo acerca de que se aspira
a la universalización de la educación básica
"para todos", incluyendo a niñas y niños, personas
jóvenes y adultas y a las modalidades educativas formales
y no formales.
Así se manifiesta la "Declaración Mundial
de Educación para todos" sobre educación
básica y sobre las necesidades básicas del
aprendizaje:
"Cada persona -niño, joven o adulto-
deberá estar en condiciones de aprovechar las
oportunidades educativas ofrecidas para satisfacer sus
necesidades básicas de aprendizaje. Estas necesidades
abarcan tanto las herramientas esenciales para el aprendizaje
(como la lectura y
la escritura, la
expresión oral, el cálculo,
la solución de problemas)
como los contenidos básicos del aprendizaje (conocimientos
teóricos y prácticos, valores y
actitudes)
necesarios para que los seres humanos puedan sobrevivir,
desarrollar plenamente sus capacidades, vivir y trabajar con
dignidad, participar plenamente en el desarrollo, mejorar la
calidad de su vida, tomar decisiones fundamentadas y continuar
aprendiendo. La amplitud de las necesidades básicas de
aprendizaje y la manera de satisfacerlas varían
según cada país y cada cultura y cambian
inevitablemente con el transcurso del tiempo".
"…La educación básica es más que
un fin en sí misma. Es la base para un aprendizaje y un
desarrollo humano permanentes sobre el cual los países
pueden construir sistemáticamente nuevos niveles y nuevos
tipos de educación y capacitación…"
Por su parte, Jaques Delors agrega que esta
enumeración es insuficiente si omite considerar otras
circunstancias como la relación profesor-alumno y el
conocimiento
del medio en el que viven los niños. "Así, los
conocimientos básicos, lectura,
escritura y cálculo tendrán pleno significado" o,
dicho de otro modo, "la educación es también una
experiencia social, en la que el niño va
conociéndose, enriqueciendo sus relaciones con los
demás, adquiriendo las bases de sus conocimientos
teóricos y prácticos."
Una vez más, consideramos a la educación
como una condición indispensable de todo desarrollo
económico, social y humano y para el acceso
igualitario de todos los países a los beneficios de
la
globalización. Resulta esencial para el fomento de
pacífica convivencia, tanto civil como internacional, y
del mutuo respeto entre
culturas y pueblos.
III. La igualdad/ desigualdad
en la educación básica de las niñas y
niños en América Latina
Los indicadores
globales acerca de la escolarización reflejan que durante
la década del noventa las niñas han participado en
la educación básica en proporciones similares -o
casi e inclusive levemente mayores que los niños- en gran
parte de los países de América Latina. Al mismo
tiempo, las diferencias de género se han reducido durante
las últimas dos décadas.
En cuanto al acceso a la educación,
únicamente en países con tasas de analfabetismo
elevadas y/o importante presencia de comunidades
indígenas, encontramos desigualdades en el acceso, las
cuales fluctúan aproximadamente entre 4 y 8
puntos
Asimismo existe otro factor que incide en las
inequidades y es de fundamental importancia a los fines de tener
una visión completa de la situación regional: el
nivel de repetición de América Latina y el
Caribe es uno de los más altos de mundo en desarrollo, "un
alumno promedio invierte casi siete años en terminar los
cuatro primeros grados de la primaria; mientras que casi la mitad
de los alumnos repiten el primer grado, siendo la tasa promedio
de repetición cercana al 30% en cada año de
estudio".
Lamentablemente estas cifras mantienen una fuerte
correlación con el estrato social de los alumnos,
pudiéndose observar que cuanto menor es el nivel de
ingreso doméstico, mayor es la posibilidad de desertar o
repetir. Es así que a nivel regional, vemos que las
diferencias de asistencia en la educación básica
son mayores según ingreso que según género y
lo que es más, las ligeras diferencias de género en
la educación básica exclusivamente se hacen
presentes en los niños y niñas en situación
de pobreza, ya que
en los niveles medios y superiores de ingreso no se observan
diferencias por género entre los niños / as de 7 a
12 años. Consecuentemente, es posible afirmar que las
diferencias de género se hacen visibles y generan
desventajas más fuertes, después de la
educación básica, especialmente en la educación
superior, y cuando se combinan con nivel de
ingresos.
Es en este orden de ideas que el documento citado
anteriormente señala "Estos datos nos indican que el
sistema educativo es un sistema altamente estratificado, segmentación que posteriormente se
constituye en la base de las brechas que se revelan en el
mercado
laboral y, en general, en toda la vida social".
Este aspecto adquiere aun más protagonismo cuando
comprendemos que "Más del 75% de la población mundial vive en países en
desarrollo y sólo cuenta con el 16% de la riqueza mundial
(…) por otra parte, se han acentuado las desigualdades a
raíz de la competencia entre
países y los distintos grupos humanos".
La falta de información regional completa acerca
de diferencias por género en relación con
deserción y repitencia, es un hecho que merece ser
destacado, ya que impide identificar la desigualdad y aun
más su especificidad. Es así que las estadísticas globales acerca del acceso de
la población escolar a la educación inicial y a la
educación básica, no dan cuenta de las diferencias
que tienen lugar cuando la inscripción de género se
combina con localización, pertenencia étnica y/o
clase social.
Otro de los problemas a resolver se presenta respecto de
la educación de las poblaciones indígenas,
puesto que las niñas y las mujeres pertenecientes a este
grupo han sido
identificadas como especialmente afectadas por la desigualdad de
género. En diferentes diagnósticos sobre el tema se
señala como el principal obstáculo para la
escolaridad de los pueblos indígenas, la
inadecuación del currículo y de la escuela a su
realidad cultural. En el caso de las niñas y las mujeres,
coadyuva la existencia de patrones sociales que definen a la
comunidad como el espacio primordial para la socialización y el desarrollo de la
vida.
En este respecto, resultan relevantes diferentes datos
estadísticos que reflejan la siguiente realidad: en
Bolivia para
1990, la tasa de matrícula bruta de la educación
primaria y secundaria era menor entre las niñas (en los
niños era del 81% y entre las niñas del 73%),
mientras que en Colombia,
Venezuela y
Nicaragua, las tasas brutas de los niños eran menores que
las de las niñas (diferencias que oscilan en torno de 8 a
5 puntos en 1990 y de 4 a 5 puntos en 1995). De acuerdo con
información de CEPAL (1994, cuadro 6), también
Guatemala y
Brasil
presentaban hacia 1990 diferencias de 5 puntos en desmedro de las
niñas, para el grupo de 6 a 11 años.
Las estadísticas globales tampoco dan cuenta del
proceso por el cual se gestan desde la educación
inicial y la básica, desigualdades de género que se
hacen más evidentes en la educación superior,
especialmente en términos de elección de carreras
femeninas. A estas desigualdades se unen diferencias en el trato
de niños y niñas en la sala de clases y
transmisión de estereotipos sexistas a través de
los programas de
estudio, los textos escolares y las interacciones, que
sólo son relevadas por algunas investigaciones o
por experiencia directa. Los estereotipos sexistas en la
enseñanza, transmitidos a través de los textos
escolares son identificados como uno de los severos
obstáculos para la igualdad de género tanto a
mediados como a fines de la década del noventa.
Finalmente –si bien sabemos que una parte
importante de la población escolar que egresa de
la educación básica, no ingresa a la
educación secundaria– tampoco existen fuentes de
información suficientes que nos permitan concluir
acerca de diferencias por género respecto de la
población escolar total que queda fuera de la escuela en
este tránsito.
Podemos agregar, para concluir con este acápite,
que las relaciones de género mencionadas se presentan en
sistemas educativos en los cuales:
- No se ha logrado el acceso generalizado a ese nivel.
De todas formas, persisten desigualdades en el acceso a la
educación básica y problemas de retraso escolar
para la población infantil pobre de zonas
urbano-marginales, rurales e indígenas. - La calidad de los aprendizajes se distribuye en forma
desigual, siguiendo la línea de las discriminaciones
sociales. - La clase social sigue siendo el mayor elemento
generador de desigualdades educativas.
IV. ¿Qué
papel cumplen las Naciones Unidas y su sistema de organizaciones?
Como venimos manifestando, la igualdad de género
se ha consolidado progresivamente como un valor y una
meta para el desarrollo. Desde hace ya algunos años, se
han articulado numerosos planes de acción regionales y
nacionales orientados en general hacia la obtención
igualdad humana y en particular por la igualdad de género.
Esta última orientación, tiene sustento en procesos
sociales, en particular en la intervención creciente de la
mujer en lo público, la cual se ha desarrollado
progresivamente a lo largo de todo el siglo. En reacción a
este cambio del
escenario social, los gobiernos han comenzado a incorporar la
dimensión de género en las políticas
públicas y en distintos campos de la vida social. Todos
estos cambios se deben, en gran medida, a la actuación de
los distintos organismos internacionales que fueron pioneros al
dar un lugar a las temáticas de igualdad de género
en la agenda global. Sin embargo, aun subsisten algunas
inequidades y más aun, ésta se inscribe en un
contexto de exclusión social y de feminización de
la
pobreza.
IV.1 El sistema de las
Naciones Unidas
Las Naciones Unidas realizan diversas actividades en pro
del mantenimiento
de la paz y la prestación de asistencia humanitaria,
sirven de centro para coordinar los esfuerzos internacionales
orientados a dar solución a los problemas que afronta toda
la humanidad. El sistema de las Naciones Unidas agrupa a
más de 30 organizaciones afiliadas, entre ellas la
Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y
la Cultura (UNESCO) y el Fondo de las Naciones Unidas para los
niños (UNICEF).
IV.1.1 Organización de
las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la
Cultura
Su constitución, fue aprobada por la
Conferencia de Londres de noviembre de 1945 y entró en
vigor el 4 de noviembre de 1946, una vez que 20 Estados hubieron
depositado sus instrumentos de aceptación. En la
actualidad hay 188 Estados Miembros.
Su principal objetivo es "contribuir al mantenimiento de
la paz y la seguridad en el
mundo promoviendo, a través de la educación, la
ciencia, la cultura y la
comunicación, la colaboración entre las
naciones, a fin de garantizar el respeto universal de la
justicia, el imperio de la ley, los derechos
humanos y las libertades fundamentales que la Carta de las
Naciones Unidas reconoce a todos los pueblos sin
distinción de raza, sexo, idioma o
religión".
A estos fines desempeña cinco funciones
principales: estudios prospectivos; investigación,
capacitación y enseñanza; actividad normativa,
cooperación técnica con los estados miembros y por
último, intercambio de información
especializada.
IV.1.2 Fondo de las Naciones
Unidas para los niños
Fue creado por la Asamblea General de las Naciones
Unidas en 1946 con el objeto de ayudar a los niños, luego
de la Segunda Guerra
Mundial en Europa.
Inicialmente se lo conoció como Fondo de Emergencia
Internacional de las Naciones Unidas para los niños
aunque, como sabemos, en la actualidad se lo llama Fondo de las
Naciones Unidas para los Niños.
Entre sus tareas principales se encuentran la de ayudar
a los niños pobres en países en vías de
desarrollo, y la de promover la educación basada en la
igualdad de géneros.
La preocupación por el tema de la igualdad a
nivel mundial surge palmariamente de su presencia en numerosas
Convenciones, Foros y Conferencias. A continuación,
intentaremos revisar la evolución histórica del
marco normativo general, destacando los instrumentos que -a
nuestro entender- consideramos más
significativos.
La Carta de las Naciones Unidas, firmada
originalmente en 1945, es el primer instrumento jurídico
que, en forma manifiesta e indiscutible, afirma la igualdad de
todos los seres humanos y, expresamente se refiere al sexo como
motivo de discriminación, marcando el inicio de un
cambio histórico en el discurso
político e introduciendo al tema en el contexto
global.
A partir de allí comenzaron a realizarse
investigaciones sobre la situación de la mujer en el mundo
de los cuales surgieron evidencias acerca de las discriminaciones
existentes, tanto en los hechos como en la ley, (a modo de
ejemplo recordamos que en más de la mitad de los
países firmantes las mujeres no tenían derecho a
voto). Fue a partir de los resultados vertidos por dichas
investigaciones -las cuales corrieron por cuenta individual de
los países- que se elaboró el fundamento para los
principios que
fueron incorporados posteriormente en el Derecho
Internacional mediante tratados y
convenciones.
Más tarde, la adopción
de la Declaración de los Derechos Humanos en 1948,
constituyó una instancia fundamental en el camino
orientado a establecer las bases de la promoción de la
igualdad de derechos para la mujer.
Además de la Comisión de Derechos Humanos,
participaron en la redacción de estos instrumentos otros
organismos de Naciones Unidas como la organización de las
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(UNESCO), la Organización Internacional del Trabajo (OIT)
y organismos intergubernamentales como la Comisión
Interamericana de Mujeres (CIM).
A nivel nacional se instó a los distintos
gobiernos a desarrollar legislación y programas sobre los
derechos civiles y políticos de la mujer, acceso a la
educación y a la capacitación, empleo,
violencia
contra la mujer, etc. En el lapso comprendido entre los
años 1963 y 1975, muchos gobiernos respondieron
positivamente a través de la adopción de leyes y programas
de protección
Como corolario de ello, en 1967, la Asamblea General
adopta la Declaración sobre la eliminación de la
discriminación contra la mujer, que si bien no fue un
instrumento jurídico vinculante, constituyó un paso
importante en la formación de una base legal para la
igualdad de derechos. Con todo, sus efectos prácticos
fueron limitados, por cuanto los informes sobre
su aplicación eran de carácter voluntario y el
nivel de respuesta de los países fue bajo.
A partir de 1976 el punto de vista acerca del rol de la
mujer sufrió transformaciones trascendentales. Las
Naciones Unidas publicaron y auspiciaron estudios
estadísticos que ponían de manifiesto que la
igualdad de derechos de la
mujer incidía definitivamente en el bienestar de la
sociedad. Se advirtió una relación directa entre
desvalorización de la mujer y subdesarrollo,
pobreza, superpoblación, analfabetismo, desnutrición e insalubridad.
El efecto de estas investigaciones condujo a un hito en
la cuestión de la igualdad: en 1979 se adoptó la
Convención de eliminación de toda
discriminación acerca de la mujer,
constituyéndose en una verdadera carta magna de la
igualdad de géneros. Fue el primer instrumento legal en
definir la discriminación contra la mujer como "toda
distinción, exclusión o restricción basada
en el sexo que tenga por objeto o por resultado menoscabar o
anular el reconocimiento, goce o ejercicio por la mujer,
independientemente de su estado civil, sobre la base de la
igualdad del hombre y la mujer, en relación a los derechos
humanos y las libertades fundamentales en las esferas política,
económica, social, cultural y civil o en cualquier otra
esfera". Otro avance fundamental fue que exigió a los
gobiernos eliminar la discriminación por género, no
sólo en la esfera pública si no también en
la privada.
A este respecto cabe destacar un progreso sustancial en
América Latina: para 1990 más de las tres cuartas
partes de los países pertenecientes a la región
habían ratificado la Convención y la mayoría
de ellos habían formulado políticas tendientes a
asegurar la igualdad de la mujer, concretándolas en la
creación de medidas legales para su aplicación e
instauración de oficinas, departamentos o divisiones para
jerarquizar su posición.
Asimismo, la Convención sobre la
eliminación de todas las formas de discriminación
contra la mujer halla su complemento en la Convención
sobre los Derechos del Niño, que fue aprobada por la
Asamblea General de las Naciones Unidas en 1989.
Otro avance lo constituyeron las diversas Cumbres,
Conferencias y Foros realizados que reflejan la
preocupación respecto de la temática, existente a
nivel mundial. Entre ellas podemos destacar: la Cumbre Mundial
en favor de la Infancia, de 1990, que estableció metas
para la salud, educación y nutrición de las mujeres
y sus hijos; la Conferencia Mundial de Derechos Humanos
realizada en 1993; la Conferencia Internacional sobre la
Población y el Desarrollo de 1994, que produjo un
acuerdo sobre la conexión entre los temas
demográficos y el avance de la mujer a través de la
educación, salud y nutrición; la Cumbre Mundial
sobre Desarrollo Social de 1995, que reconoció a la
mujer como pilar fundamental en la erradicación de la
pobreza y finalmente la Conferencia de Beijing (Cuarta
Conferencia Mundial de la Mujer) del mismo año, que
culminó en la Declaración de Beijing y en una
Plataforma de Acción de cinco años (hasta el
año 2000) que identificaba obstáculos para el
avance de la mujer, en 12 áreas críticas, entre
ellas "Desigual acceso a la Educación y a la
Capacitación".
En el contexto estrictamente educacional, fue
fundamental la Conferencia de Jomtien llevada a cabo en
1990, sobre "Satisfacción de las necesidades
básicas del aprendizaje" que representó sin duda
alguna un hito importante en el diálogo
internacional sobre el lugar que ocupa la educación en la
política de desarrollo humano; el consenso en ella
alcanzado ha dado renovado impulso a la campaña mundial
dirigida a proporcionar una enseñanza básica
universal y a erradicar el analfabetismo de los
adultos.
Más recientemente el Foro Mundial sobre la
Educación para Todos (Education for All, Dakar, 2000),
reafirmó los compromisos en torno de una educación
para todos así como los acuerdos adoptados previamente por
la comunidad internacional, representando una continuidad
respecto de las metas definidas en Jomtien y extendiendo hasta el
2015 el plazo para cumplir con las siguientes metas:
- Expandir y mejorar el cuidado infantil y la
educación inicial integrales,
especialmente para los niños y niñas más
vulnerables y en desventaja. - Asegurar que para el 2015 todos los niños y
niñas, especialmente en circunstancias difíciles,
tengan acceso y completen una educación primaria
gratuita, obligatoria y de buena calidad. - Asegurar la satisfacción de las necesidades de
aprendizaje de jóvenes y adultos a través del
acceso equitativo a programas apropiados de aprendizaje de
habilidades para la vida y para la
ciudadanía. - Mejorar en un 50% los niveles de
alfabetización de adultos para el 2015, especialmente
entre las mujeres, y lograr acceso equitativo a la
educación básica y permanente para todas las
personas adultas. - Suprimir las disparidades de géneros en la
enseñanza primaria y secundaria de aquí al 2005 y
lograr antes del 2015 la igualdad de géneros en la
educación, en particular garantizando a las niñas
un acceso pleno y equitativo a una educación
básica de buena calidad, así como un buen
rendimiento. - Mejorar todos los aspectos de la calidad de la
educación y asegurar la excelencia, de modo que todos
logren resultados de aprendizaje reconocibles y medibles,
especialmente con relación a la alfabetización,
el cálculo y las habilidades esenciales para la
vida.
Podemos observar que la igualdad de género es un
objetivo radical de los seis objetivos
establecidos en Dakar. Se argumenta que las desigualdades de
género siguen siendo uno de los mayores obstáculos
al derecho a la educación y que ha aumentado poco la
participación de las niñas en la educación
básica. En este marco, se propone que la igualdad de
género sea incluida en "todo el sistema educativo, en
todos los niveles y en todos los ámbitos" y que se adopten
medidas para garantizar tanto el acceso y la permanencia de las
niñas en la escuela como la alfabetización de las
mujeres.
En el Marco de Acción para las
Américas se confirman las propuestas de generalizar el
acceso a la educación, el énfasis en la igualdad y
en los resultados del aprendizaje y el principio de ampliar el
alcance de la educación básica; al respecto, se
declara el compromiso de "aplicar estrategias
integradas para lograr la igualdad entre los géneros en
materia de educación, basadas en el reconocimiento de la
necesidad de cambiar las actitudes, los valores y
las prácticas". Se recomienda también prestar
atención a los varones cuando se encuentren en desventaja,
y lograr que el contenido, el proceso y el contexto de la
educación promuevan y apoyen la igualdad de
género.
Por otra parte el sistema de Naciones Unidas ha
proclamado los próximos 10 años Década de
la alfabetización, coincidiendo con el desarrollo del
Programa decenal de educación de las niñas.
Igualmente, la Secretaría de la ONU ha propuesto
especialmente concentrar en los sectores más carenciados
las distintas políticas. En ese contexto, se recomienda
articular igualdad de género, "alfabetización"
(redefinida como educación básica para todas las
poblaciones) y acciones para
enfrentar la pobreza.
IV.3 Un compromiso de la sociedad
toda…
Es destacable el esfuerzo realizado durante los
últimos años por distintas Organizaciones No
Gubernamentales, que han participado mediante proyectos
educativos, realizando una tarea de importancia debido a su
conocimiento inmediato del terreno.
Podemos mencionar a "Educadores Sin Fronteras",
que impulsa programas en siete países latinoamericanos
–Guatemala, Nicaragua, El Salvador, Bolivia, Colombia,
Ecuador y
Perú- con el objeto de facilitar el acceso a la escuela a
niñas de comunidades rurales apartadas, a la
educación primaria nocturna para los niños que
trabajan y la concienciación de los padres sobre la
necesidad de mandar a sus hijos a la escuela. También
"Solidarios para el Desarrollo" ha realizado una
importante labor al contribuir a la ampliación y puesta en
marcha de 100 bibliotecas, dotadas con un número de
volúmenes que oscila entre 1.000 y 5.000.
Las organizaciones no gubernamentales, los medios de
comunicación y la sociedad civil en
general, incluyendo al sector privado, deben continuar su
movilización e incrementar su participación en la
Educación para Todos, particularmente a través de
estrategias innovadoras apoyando los esfuerzos de las autoridades
públicas para aligerar su obligación de asegurar la
universalidad de la educación.
La educación ha estado siempre relacionada con el
desarrollo económico y social. El Secretario General de
las Naciones Unidas, Kofi Annan, ha declarado, en relación
con el Programa Decenal de la ONU para la educación de
las niñas que, para hacer realidad el derecho a la
educación y contribuir a la erradicación de la
pobreza, "el mundo necesita una estrategia
coordinada que esté a la altura del
desafío".
La educación puede organizarse como un espacio
propicio para promover la igualdad de género en la
sociedad civil, al difundir el principio de que el cambio puede
iniciarse desde la sociedad, sin esperar los cambios en el
aparato del estado, y como una responsabilidad de grupos organizados y de cada
uno de los actores. En este sentido el Foro de Dakar
recomienda el fomento de "asociaciones para la cooperación
que descansen en una amplia base nacional y agrupen al gobierno y a la
sociedad civil" y así también lo hace el Informe
Delors al manifestar que tres agentes principales coadyuvan al
éxito de las reformas educativas: la comunidad local, las
autoridades públicas y la comunidad
internacional.
Este espíritu de participación social
intersectorial en la educación lo podemos ver plasmado en
las "Directrices para la preparación de los Planes
Nacionales de Acción" elaboradas por la UNESCO. La misma
se refiere a la constitución de un Foro Nacional sobre
Educación para Todos, limitado en tamaño, que
deberá estar integrado por "miembros realmente
representativos de los diversos sectores de la sociedad civil
involucrados de una u otra manera en la educación:
alumnos, padres, docentes y demás trabajadores del gremio,
ONGs, empresarios, sindicatos,
profesionales de la comunicación (…) tampoco puede
dejarse de lado al sector
público; la relación dela educación con
áreas como el trabajo, la
mujer, asuntos sociales, salud, finanzas
(…) por lo que habrá que incorporar al foro a los ministerios
correspondientes".
En forma paralela se aconseja la convocatoria de
diálogos sociales más amplios "en los que diversos
representantes de todos los sectores de la sociedad tengan
opción a la discusión y el debate"
V. ¿Qué
hacen los gobiernos regionales para erradicar la desigualdad por
género?
La promoción de la igualdad de género
puede constituirse en la oportunidad para redefinir la
concepción y el sentido de la educación de las
personas.
Con referencia al papel del estado, respecto a este
tema, el Informe Delors manifiesta "En la lógica
de la equidad y del respeto del derecho a la educación,
hay que evitar como mínimo que se niegue el acceso a la
educación, hay que evitar como mínimo que se niegue
el acceso a la educación a determinados individuos o
grupos
sociales; en particular, es importante que el Estado
pueda ejercer un papel de redistribución, particularmente
a favor de grupos minoritarios o desfavorecidos. Por otro lado,
la garantía de la calidad de la educación supone
que se elaboren normas globales y
que se establezcan distintos medios de control".
En este sentido, no se trata simplemente de garantizar
el acceso universal a la educación fundamental, sino de
también de garantizar una educación de calidad para
todos. Con tal finalidad es imprescindible mejorar el estado
laboral y la profesionalidad de los docentes,
brindándoles formación, promoviendo el
constante perfeccionamiento, mejorando las condiciones de
infraestructura y asegurándoles una remuneración
aceptable.
Esto exige un incremento del gasto
público en educación, y una mejor administración de los mismos, pero previa y
fundamentalmente una visión clara, que permita armonizar
el contexto en el cual deberán desenvolverse las distintas
políticas y los resultados buscados mediante las
herramientas adecuadas.
La educación concebida como objeto de planes
aislados no resuelve nada, pero enfocada como una fuerza que se
integra a otras políticas sobre equidad social, se
convertirá en un útil, necesario y potenciador del
desarrollo de los países.
La formulación de los distintos planes a nivel
nacional debe partir de lo ya existente en cada país,
realizando un diagnóstico a conciencia de las
fortalezas y debilidades de las distintas políticas,
planes y estrategias educativas nacionales permitiendo
así, identificar la distancia entre los objetivos deseados
y las políticas educativas del país.
En el marco de las ya citadas "Directrices para la
preparación de los Planes Nacionales de Acción"
elaboradas por la UNESCO se aconseja tener en cuenta los
siguientes elementos en la formulación del plan:
- Visión y objetivos estratégicos
generales, que tendrán como horizonte el año
2015: Implica integras los objetivos generales de EPT, contando
con una visión global del estado deseado de la
educación en función
de los mismos. - Metas intermedias, a medio plazo: Los objetivos del
plan han de concretarse en metas de mediano plazo, cada 5
años a fin de facilitar el seguimiento de la
evolución de los planes. - Estrategias para la consecución de objetivos:
Los planes pueden contener dos tipos de estrategias, las
específicas para un determinado fin y las de
carácter transversal, útiles para el logro de
todos los objetivos. - Recursos humanos, materiales y
financieros: El plan debe considerar los recursos que es
necesario destinar en el corto, mediano y largo plazo, tanto
para la iniciación del plan como para las subsiguientes
etapas. - Mecanismos de seguimiento y evaluación de la ejecución del
plan: Deberán establecerse mecanismos que permitan
evaluar los logros del plan en lo relativo a los resultados y a
los procedimientos
seguidos. Asimismo, se aconseja la elaboración de un
plan de contingencia que permita la puesta en funcionamiento de
opciones alternativas.
Ahora bien, aunque somos concientes de la necesidad de
realizar reformas para mejorar la calidad de la educación
creemos conveniente recordar el peligro advertido por la
Comisión de Educación para el Siglo XXI al expresar
que "demasiadas reformas en serie anulan el objetivo perseguido,
ya que no dan al sistema el tiempo necesario de impregnarse del
nuevo espíritu…"
Como hemos mencionado anteriormente, los distintos
instrumentos internacionales tuvieron una gran acogida en la
comunidad mundial, orientando revisiones y posteriores reformas
de las diversas políticas nacionales dentro América
Latina.
Las mismas se orientaron hacia el mejoramiento de la
calidad y la equidad de la educación para todos.
Consecuentemente, las niñas y las mujeres fueron
beneficiadas por estas políticas generales. Por otra
parte, los gobiernos incorporaron en forma explícita en
sus políticas la promoción del principio de
igualdad de género. En varios de los países en los
cuales se crearon mega programas de mejoramiento de la calidad
educativa, la igualdad de género fue incorporada como un
objetivo manifiesto.
En los países de la región la perspectiva
de género se ha incorporado a los procesos educativos bajo
diferentes modalidades, tales como:
- Con una visión integral del conjunto de los
diseños curriculares, en los objetivos fundamentales y
contenidos mínimos de la educación básica
y media; - Con un análisis específico de las
áreas particulares del diseño programático, en particular
se han elaborado materiales y manuales para
la eliminación de contenidos sexistas en los recursos de
enseñanza; - En la educación
sexual, para que sea desarrollada con una perspectiva
igualitaria; - En los programas de capacitación docente
continua, para identificar las prácticas
discriminatorias a nivel del lenguaje,
las actitudes y las interacciones dentro del aula.
Con referencia al acceso a la educación
básica, se han desarrollado programas para garantizar que
las niñas de los sectores más vulnerables puedan
ingresar a la escuela, orientados a eliminar la selección
y la discriminación.
Un punto a destacar es que las políticas de
promoción de la igualdad de género se presentan
como definidas desde los ministerios de educación y, en
otros casos, actuando en conjunto con las oficinas nacionales de
la mujer.
Como deficiencia podemos señalar que las
políticas por la igualdad de género en
educación siguen el mapa de las desigualdades
identificadas: ante una desigualdad, se crea desde el estado un
programa para "eliminarla". Esta orientación da lugar a un
conjunto de medidas no articuladas entre sí.
A su vez, la incorporación de todas las
niñas y mujeres a la educación sigue siendo una
tarea inconclusa y por consiguiente la primera prioridad. El
mejoramiento de la infraestructura, que ha sido una estrategia
generalizada, ligada a la equidad antes que al género, ha
contribuido a mejorar el acceso de las niñas, pero el
trabajo en busca de la igualdad absoluta recién
comienza.
La lucha por la igualdad de genero en el
mundo implica una mirada acerca de las mujeres y de los hombres
como sujetos y no como objetos de estudio. Considerando que las
relaciones de género se encuentran en un proceso acelerado
de cambio, ante el cual tanto hombres como mujeres están
aprendiendo formas nuevas o resguardando las antiguas
atribuciones, se presenta como una necesidad vital reconocer,
investigar y dar respuesta a las nuevas maneras de definir la
femineidad y la masculinidad, los roles de hombres y mujeres, las
desigualdades que van emergiendo así como a su
configuración específica.
A partir de los antecedentes reseñados, se
despliega la hipótesis de que la educación
básica para la población escolar se presenta "como
si" fuera el lugar de la igualdad de género. El nivel
educativo en el cual todos pueden participar. El hecho de que la
mayoría de los niños y niñas asista a la
educación básica, independientemente de los
ingresos de sus hogares, es una expresión de que este
nivel ha cumplido una función democratizadora y
también homogeneizante. La educación básica
es -desde su origen como "instrucción primaria" hasta su
actual concepción integradora- el lugar de lo
público y lo común, donde se manifiesta el
principio de equidad.
Sin embargo, la educación básica es
también el lugar que permite ocultar las diferencias de
género y las desigualdades de todo tipo. En
relación con el género se fue estructurando como un
espacio donde la igualdad en el acceso ha coexistido con formas
más sutiles de desigualdad. La presencia mayoritaria de
educadoras y de madres produce el efecto de que la escuela sea
una institución en gran parte "femenina", que guarda en el
imaginario de los niños/as relaciones de continuidad con
los espacios domésticos. La escuela pública, creada
para diferenciarse de lo doméstico, realiza esta ruptura y
al mismo tiempo establece una relación de continuidad con
la familia.
Consecuentemente, no sólo la escuela básica
reproduce la desigualdad social que la desigualdad de
género conlleva sino que la experiencia de lo
público se pone en juego.
Si se combinan las diferencias de género en la
población escolar y en la adulta, tal como lo hace el
Programa de las Naciones Unidad para el Desarrollo (PNUD) con el
índice de desarrollo relativo al género, resulta
que:
en la casi totalidad de los países de la
región se presentan diferencias de género en
desmedro de las niñas y las mujeres
los puntajes más bajos, en las mediciones de
desarrollo, pertenecen a los países que cuentan con altas
tasas de analfabetismo femenino y/o alta presencia de las
comunidades indígenas.
La educación básica se presenta
fragmentada en términos de la igualdad de
género:
en la educación básica para la
población escolar, la igualdad en el acceso no es tal para
los/as niños/as de bajos ingresos o de sector rural y/o
indígena; igualmente, aparecen otras desigualdades en
términos de deserción, repitencia, rendimiento
escolar y relaciones en la sala de clases;
en la educación básica y en los niveles de
analfabetismo para las personas jóvenes y adultas, las
diferencias según género siguen también las
líneas de las discriminaciones sociales pero involucran un
mayor número de personas (unas 76 millones de mujeres
adultas son analfabetas o tienen escolaridad primaria incompleta)
y una separación más radical respecto de la
educación y del mundo de lo público. Esta
información es relevante porque confirma que es necesario
dar una respuesta tanto a las niñas como a las
mujeres.
Resulta entonces absolutamente necesario garantizar que
el enfoque de género esté presente en forma
explícita. Igualmente, se deben crear los mecanismos para
que la protección no devenga segregación y la
integración, exclusión.
En suma, la propuesta principal consiste en orientar el
trabajo educativo de la próxima década tanto hacia
la educación de las niñas como de las mujeres
jóvenes y adultas, sin establecer prioridades entre unas y
otras e implementando estrategias que potencien los efectos
recíprocos de la educación de un grupo sobre el
otro.
Hemos realizado una breve reseña de la
evolución de la lucha por la igualdad humana en general, y
la búsqueda de la eliminación de las inequidades a
causa del género en particular, de la cual surge que las
iniciativas internacionales y nacionales se multiplican y, de
igual forma, los compromisos se reiteran con el paso del
tiempo.
No obstante, aunque los progresos en esta materia han
sido fundamentales, aun queda un largo camino por recorrer, ya
que por otra parte importantes metas aun continúan
postergándose.
Creemos conveniente recordar en este sentido, por su
vigencia y crudeza, las palabras del Sr. Koîchiro Matsuura
-Director General de la UNESCO- pronunciadas en enero del
corriente año:
"A casi tres años de la Conferencia de Dakar,
debo admitir que si bien en muchos países se han realizado
esfuerzos notables, en otros éstos han sido insuficientes.
Según las primeras estimaciones, 28 países no
lograrán ningún avance en ninguno de los objetivos
de Dakar. Cuarenta y tres países lograran avances en tres
de los objetivos y 57 lo harán en solo uno de ellos (…)
Asimismo, debemos reconocer que las batallas educativas no se
ganan de una vez y para siempre, sino que debemos batallar
constantemente. Y, cuando se sale más o menos triunfante
de una batalla, otros retos se hacen presentes. Por ejemplo, en
muchos países en América Latina se han hecho
grandes progresos en las décadas recientes en lo que
atañe al nivel cuantitativo, especialmente en cuanto a la
matriculación. Sin embargo, ha habido menos éxito
en términos de calidad, ya sea esta evaluada conforme a la
repitencia o conforme a los resultados de los procesos y los
índices de aprendizaje, o a los contenidos
educativos."
Los derechos de género deben convertirse en parte
integrante de los derechos humanos y culturales fundamentales.
Todos los seres humanos, con independencia
de su género, deben aprender esta lección desde la
infancia.
"….fe en los derechos fundamentales del hombre, en la
dignidad y el valor de la persona humana y en la igualdad de los
derechos de hombres y mujeres con el fin de promover el progreso
social y elevar el nivel de vida dentro de un concepto
más amplio de libertad. "
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Por :
Ing. Rubén Blanco
Trad. Púb. Eugenia Demarco
Dra. María Noemí
Sotomayor
Trad. Púb. Laura Stocco