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El tiempo histórico: reto y realidad en la escuela primaria cubana




Enviado por josignacior



    1. Resumen
    2. El tiempo histórico en la
      historiografía y en la escuela
      primaria
    3. Qué es tiempo
      histórico y cuál es su influencia en la escuela
      primaria
    4. Pensando cómo
      enseñar el tiempo histórico
    5. Bibliografía

     

    INTRODUCCIÓN

    La educación constituye
    un proceso de
    gran importancia para la vida y la formación de la
    personalidad de los escolares, crea las condiciones para el
    desarrollo de
    la cultura
    nacional y universal.

    La educación cubana a lo largo de estos cuarenta
    años ha acumulado una rica experiencia pedagógica,
    vivida por unos y heredada por otros, como resultado de
    tradiciones mantenidas o creadas a lo largo de su historia donde se destaca el
    pensamiento
    educativo de Félix Varela, José de la Luz y Caballero,
    José Martí, Enrique José Varona, entre
    otros.

    Es la escuela primaria un nivel de enseñanza con gran tradición
    pedagógica en nuestro país, el que ha sido objeto
    de preocupación sistemática, a través de su
    rica historia, como institución formadora de nuevas
    generaciones.

    Si bien en nuestras escuelas todas las asignaturas
    pueden contribuir con la preparación integral de los
    escolares, el área humanística es por su naturaleza la que
    más puede aportar, sin que se pretenda absolutizar esta
    afirmación. Y cuando se habla de las humanidades y lo que
    irradian en la formación de los educandos, pensamos
    inmediatamente en la Historia, pero su sola presencia en el
    currículo no garantiza que cumpla su
    papel
    formativo en el escolar, por lo que hay que elevar la calidad en la
    selección de qué aprender,
    cómo aprender y cómo saber el avance logrado en
    el aprendizaje
    histórico.

    El objeto de la historia como ciencia ha
    evolucionado en el transcurso de los años, lo que es
    reflejo de su enriquecimiento teórico y
    metodológico, pero esto no ha significado que exista un
    acuerdo total entre los que se dedican a su investigación y de manera particular su
    impacto en la enseñanza de la asignatura.

    Uno de los aspectos que generalmente es más
    discutido entre los docentes de Historia es lo referido a
    qué historia enseñar y qué debe incluir la
    escuela en el aprendizaje de
    sus escolares. El problema es de esa naturaleza porque no hay una
    única concepción de historia entre los
    historiadores profesionales, lo que ha impactado en la manera de
    cómo se ha enseñado la asignatura hasta el
    momento.

    En el caso específico de la temporalidad, siempre
    ha estado
    presente dentro del currículo de la enseñanza de la
    Historia, pero no se le dado, ni se ha logrado llegar a un
    consenso sobre cuál sería el contenido a impartir y
    cómo se haría para que los escolares adquieran un
    aprendizaje más duradero.

    RESUMEN

    Al comenzar el nuevo milenio se ve una necesidad urgente
    de preservar la identidad de
    cada país frente a la oleada gigantesca de globalización neoliberal que vive el mundo,
    la que sin dudas destruye la historia acumulada por los pueblos,
    sus tradiciones y costumbres imponiendo nuevos patrones que nada
    tienen que ver nuestras naciones. La enseñanza de la
    Historia es un importante vehículo para que esto no
    suceda, pues al involucrar a las nuevas generaciones en
    actividades que generan conocimientos, hábitos, actitudes y
    valores,
    estamos creando una sociedad que es
    capaz de mantener su cultura. En el artículo se analiza la
    función
    que ha estado desempeñando la enseñanza de la
    historia en la escuela primaria y de manera particular el impacto
    del tratamiento al tiempo histórico, y la necesidad de
    superar los esquemas seguidos hasta ahora para alcanzar metas
    referidas a la educación integral
    de los escolares.

    EL TIEMPO
    HISTÓRICO EN LA HISTORIOGRAFÍA Y EN LA ESCUELA
    PRIMARIA

    El abordaje de la categoría tiempo
    histórico por las diferentes corrientes
    historiográficas ha legado maneras diferentes en su
    enseñanza escolar: la historia solo como pasado, la
    historia como relación pasado – presente, la
    historia en la dinámica pasado – presente –
    futuro. Siempre ha estado presente en la concepción
    disciplinar, pero su tratamiento metodológico no ha estado
    a la altura del lugar que ocupa entre las categorías
    básicas de la historia y su enseñanza.

    El diagnóstico de la enseñanza del
    tiempo histórico en la escuela primaria aporta algunas
    regularidades que exponemos sintéticamente a
    continuación:

    • No son suficientes los elementos factológicos
      que los docentes prevén en sus clases para que los
      escolares puedan comprender los hechos y los personajes
      históricos que interviene en la historia.
    • Cierta tendencia a reproducir mecánicamente lo
      aprendido, fechas históricas y su orden
      cronológico separado en cierta medida de la
      comprensión de su esencia.
    • Algunos docentes basan la enseñanza de esta
      materia
      fundamentalmente en el trabajo
      con el libro de
      texto y la
      exposición oral, sin aprovechar las
      potencialidades de otras fuentes para
      el aprendizaje de esta asignatura.
    • Se le concede al escolar poco o ningún
      protagonismo en la construcción de sus conocimientos
      históricos.
    • No se relaciona convenientemente el pasado con el
      presente histórico y mucho menos se crean situaciones de
      aprendizaje que modelen la actividad histórica futura de
      los escolares, en interacción con su familia y su
      comunidad.

    Lo relacionado hasta aquí tiene su impacto
    negativo en el proceso de enseñanza – aprendizaje de la
    Historia. Para lograr que desde la asignatura se le dé
    toda la importancia que tiene el aprendizaje del tiempo
    histórico, habría de programarse la
    adquisición de las competencias de
    los escolares dentro una programación lo más recurrente
    posible.

    Educar en la temporalidad será siempre un
    objetivo a
    perseguir en la enseñanza de la historia, pero para
    lograrlo tiene que existir un consenso sobre cuál es el
    contenido que el maestro va a impartir y cómo lo
    haría, lo que lógicamente lo va armar con las
    herramientas
    necesarias para que el escolar pueda llegar a entender la
    relación dialéctica entre el pasado- el presente y
    el futuro. No hay una educación histórica adecuada
    fuera de los marcos de las relaciones temporales, como tampoco se
    da sin una correcta ubicación espacial; tiempo y espacio
    son dos constructos básicos sobre los que se erige
    la ciencia
    Historia y la asignatura escolar.

    Esto supone a su vez, que para trabajar en el aula el
    presente, hay que posibilitar que los escolares investiguen,
    desde una posición en el que el presente interactúe
    con el pasado, y en esa indagación reconstructiva, donde
    ni el pasado es definitivamente acabado ni el presente es
    absoluto, se descubren los hilos conductores del devenir
    histórico y su avance hacia la construcción de la
    sociedad futura. En esencia, la historia a enseñar en la
    escuela cubana debe centrarse en la totalidad de aspectos de la
    vida social, sin hiperbolizar ninguno de sus elementos, sino todo
    lo contrario reflejar su diversidad en una estrecha
    conexión dialéctica ubicada en un contexto
    espacio-temporal que se mueve en la relación que debe
    existir entre pasado-presente-futuro.

    Esto nos está apuntando a que la historia que
    impartimos en nuestras escuelas, no puede darse como algo acabado
    e inamovible, debe ser un conocimiento
    que esté en construcción siempre, y que pueda
    partir además, de la consulta de diferentes fuentes lo que
    sin dudas favorece su carácter
    probatorio y de esta manera garantizar la necesidad de
    interacción directa de sus estudios con esa diversidad,
    para lograr la apropiación de contenidos, métodos y
    habilidades, convirtiendo el tiempo histórico en uno de
    los referentes obligados y explícitos de la
    enseñanza de la asignatura Historia de Cuba en la
    escuela primaria.

    Este nivel de enseñanza es extremadamente
    importante para el futuro de una persona, pues lo
    que bien se aprende en la primaria tendrá una
    repercusión positiva en la preparación intelectual
    y práctica del individuo, de ahí que todo el
    esfuerzo que se haga por elevar la calidad de este nivel siempre
    fuere insuficiente en comparación con los beneficios que
    esta puede reportar a la sociedad en general y a cada persona en
    particular.

    QUÉ ES TIEMPO
    HISTÓRICO Y CUÁL ES SU INFLUENCIA EN LA ESCUELA
    PRIMARIA.

    Hasta aquí hemos esbozado el concepto tiempo
    histórico, que aparece abordado en la mayoría de
    los libros que se
    refieren a la didáctica de la Historia. Hay autores como
    J. Pagés (1997, 1999) que ha dedicado muchos años
    de estudio a esta categoría, mientras otros como M.E.
    Guibert (1993), Cristófol A. Trepat (1998) y Pablo A.
    Torres (1999) realizan en el trabajo citado un exhaustivo
    análisis del tiempo histórico
    integrando algunos elementos filosóficos,
    históricos y de la didáctica de la historia, por lo
    que la revisión parcial de estos trabajos, nos ha
    demostrado que existen por lo menos tres corrientes alrededor de
    este tema, idea que comparto con J.Pagés (1999 : 190), el
    que manifiesta que "la primera pone el énfasis en la
    necesidad de partir del presente, la segunda que sin renunciar al
    presente, señalan la necesidad de dar más relieve al
    futuro, mientras que la tercera – posición que asumo
    – nos sugiere como propuesta establecer la relación
    pasado-presente-futuro".

    ¿Qué es el tiempo?.

    Esta pregunta ha sido contestada por Aristóteles, Saustín, Newton,
    Einstein y muchos otros clásicos del pensamiento, y cada
    uno situó su respuesta en el conjunto de sus teorías
    del ser y de sus cosmovisiones, por lo que el sentido de la
    respuesta está siempre históricamente
    condicionada.

    La mayoría de nosotros sentimos de modo intuitivo
    que el tiempo transcurre inexorablemente, sin que le afecte nada
    en absoluto, de manera que, si de repente cesara toda actividad,
    el tiempo continuaría sin interrupción, por lo que
    el tiempo es para algunos algo universal y absoluto.

    Por otro lado es cierto que el tiempo es una característica fundamental en la
    experiencia humana, pero no existen pruebas
    según nos comenta G.J. Whitrow (1990:17) "De que
    tengamos un sentido especial del tiempo, como lo tenemos de la
    vista, oído,
    tacto, gusto u olfato. Nuestra experiencia directa del tiempo es
    siempre del presente y nuestra idea del tiempo procede del
    reflejo de esta experiencia".

    No existe ninguna prueba de hayamos nacido con
    algún sentido de la conciencia
    temporal, cada uno de nosotros nos armamos de nuestra propia idea
    acerca de lo que es tiempo. En nuestros país han sido
    varios lo que han tratado el tema por solo citar uno
    mencionaremos a José Martí, Ramiro V. (2002 :647)
    nos refleja el pensamiento de Martí acerca de que es
    tiempo: "es la sucesión de los instantes en que existen
    las cosas y se verifican los actos".
    (Cuadernos de apuntes,
    t.21, p.67)

    Como podemos darnos cuenta el tiempo es uno de los
    problemas
    perennes de todas las sociedades y
    épocas, cada respuesta concuerda con el contexto de
    creencias. La evolución histórica va haciendo cada
    vez más precisa y rica la respuesta, a la vez que trata de
    resolver nuevas preguntas generadas en cada momento y contexto
    histórico concreto.

    Afirmar que el tiempo preside todo el desarrollo
    histórico, que la historia es impensable sin el tiempo, y
    que por lo tanto sin el tiempo no hay historia, supone enunciar
    un principio, una verdad que ha sido puesta de manifiesto
    repetidamente por los historiadores.

    El tiempo de la historia, sin embargo, es diferente al
    del resto de ciencias
    sociales o al tiempo de los físicos, según P.
    Pagés (1983:242) "Para el historiador el tiempo es el
    principio y el fin de cualquier investigación
    histórica (…) . Un tiempo que, sin embargo no es
    unidimensional, que plantea múltiples cuestiones de
    índole teórica y metodológica y que es
    preciso definir y delimitar".

    Por lo que queda claro que el tiempo en la historia es
    múltiple, que la duración de las distintas
    realidades sociales es diversa y que los ritmos de
    evolución de una sociedad o de un continente varían
    en cada fase de su desarrollo.

    El saber humano, y el saber temporal, son el resultado
    de un largo proceso de aprendizaje de la humanidad, de tal manera
    que cada sociedad e individuo se apoya en un saber ya existente y
    lo prolonga.

    El tiempo es una relación, y uno de los aspectos
    de la construcción social de la realidad, es la
    categoría de pensamiento que simboliza los aspectos
    temporales de la realidad, en la cual existe la dimensión
    temporal. Cuando el aprendizaje de la historia se concibe en
    términos de adquisición de saberes, más que
    saber hacer, es inevitable que los contenidos sean sometidos a
    una clasificación cronológica.

    Estamos convencidos que seguimos conociendo muy poco
    sobre qué y cómo se aprende el tiempo
    histórico en las escuelas primarias; según J.
    Pagés (1999:243) "las investigaciones
    educativas sobre el tema se han centrado mucho más en los
    resultados de aprendizaje que en el
    conocimiento de su enseñanza y de su aprendizaje en
    contextos concretos".
    Aunque en el caso de Cuba en
    particular, la ausencia de una investigación
    sistemática sobre este tema abarca tanto su
    enseñanza como el aprendizaje, lo que evidencia la
    necesidad urgente de atenderlo.

    PENSANDO SOBRE
    CÓMO ENSEÑAR EL TIEMPO
    HISTÓRICO

    Sería interesante entonces pensar en nuevas
    alternativas para la enseñanza – aprendizaje de la
    temporalidad en la escuela primaria. Algo necesario es que el
    maestro conozca de dónde debe partir, y sin lugar a dudas
    el acostumbrado análisis de los currículos y de los
    textos escolares le pueden ofrecer información valiosa para su trabajo, pero
    esa información estaría incompleta y no
    sería comprensible si no logra contrastar esta con los
    resultados de otras investigaciones.

    Para los escolares y maestros el tiempo histórico
    se identifica básicamente, según J. Pagés
    (1999) "con la cronología y la periodización,
    importándonos solamente que el alumnado sepa
    reconocerlas,"
    lo que no favorece el aprendizaje
    desarrollador que pretendemos inculcar, logrando que el
    aprendizaje sea más productivo y que los escolares, una
    vez recibida la materia, sepan explicar o analizar las causas de
    los cambios y transformaciones que ocurren a diario a su
    alrededor.

    Según Guarracino y Ragazzini, autores que
    consulta Pablo A. Torres (1999:117), la investigación del
    tiempo histórico nos refiere, que "es un tiempo plural
    que varía según la realidad a la que es referida y
    según el colectivo o grupo humano
    al que es aplicado. Es un tiempo que actúa
    aritméticamente, por movimientos internos de tipo
    discontinuo, con diferentes articulaciones
    moleculares de cantidad, con diferentes
    cualidades".

    Mientras que para M. E. Guibert Navaz (1993:22) el
    tiempo histórico "es una construcción y
    está caracterizado por el relativismo, por lo que es el
    resultado de determinadas operaciones
    cognitivas que realiza el historiador partiendo del presente para
    llegar al pasado"

    Para la gran mayoría de los maestros que imparten
    la asignatura de Historia en nuestro país, la
    enseñanza del tiempo histórico siempre la han
    relacionado con los contenidos procedimentales que se imparten,
    ya que le permite la vinculación directa y la
    concreción de otros conceptos que se relacionan con la
    presentación espacial del tiempo
    cronológico.

    Consideramos entonces que el tiempo histórico es
    una realidad objetiva, cronológica, lineal, que
    está en un continuo proceso de construcción, de
    cambio y
    transformación y que existe en interconexión con
    los hechos históricos, por lo que el maestro debe
    centrarse a la hora de enseñar el mismo en todos los
    elementos antes mencionados sin discriminar ningunos de ellos,
    dándole su justo lugar en el proceso de
    enseñanza-aprendizaje.

    Para poder
    implementar el tratamiento de la categoría tiempo
    histórico en la enseñanza de la Historia, el
    maestro de la escuela primaria debe dominar las cuatro cualidades
    del tiempo que refiere J. Pagés (1999:200):

    • Indisoluble: función de su relación
      con el mismo espacio, lo que sirve para introducir su primera
      cualidad.
    • Irreversible: no puede recorrerse hacia
      atrás.
    • Relativo: depende del observador y de la
      referencia concreta de la observación.
    • Multiplicidad: la diversidad de planos de
      observación y de análisis, de perpeptivas de
      estudio y de comprensión.

    El maestro debe tener también en cuenta los
    conceptos e ideas esenciales de la historia social y su
    relación con la historia conceptual, la psicológica
    social y sus estudios sobre la gestión
    personal y
    social del tiempo, y la educación en valores y sus
    propuestas de construcción del futuro a partir de la
    participación y de la intervención
    social.

    Partiendo de esta Historia Social, cuyo objetivo
    primordial es el estudio y aplicación del pasado para la
    comprensión del presente y poder mejorar el futuro, el
    maestro que imparte historia tiene que ser un apasionado y por
    ende, un conocedor de los problemas actuales, siendo un
    profesional competente capaz de innovar, ser creativo, de
    utilizar las nuevas
    tecnologías que están a su alcance, y de romper
    de una vez y por todas con el corsé que hasta este momento
    los ha atado en una enseñanza reproductiva y mecánica.

    El tiempo histórico tiene que ser visto por el
    maestro como el resultado del cambio social, y que varía
    según se enfoque la realidad. No hay en esa
    concepción temporal una intencionalidad preestablecida,
    las valoraciones sobre el tiempo parten de la propia
    investigación según las relaciones que el
    profesional establezca realizar, después de la
    interpretación de las fuentes consultadas.

    C. A. Trepat (1998:51) nos dice de manera muy clara que
    "para un aprendizaje correcto del tiempo histórico no
    basta con la presentación una sola vez de los conceptos
    temporales y de sus operaciones. Es necesario, a lo largo de
    diferentes unidades y cursos a
    propósitos de otros contenidos en los que intervengan las
    nociones temporales, ir explicando los mecanismos de
    cálculos, representación y periodización de
    manera constante, ampliando poco a poco su
    conceptualización"

    A los escolares que tenemos en nuestras escuelas
    primarias no se le ha enseñado a pensar, de manera
    profunda, en el proceso del aprendizaje del tiempo
    histórico, por eso en parte no pueden entenderlo y se
    limitan básicamente a aprender lo que se le enseña
    por parte del maestro, que en la mayoría de los casos lo
    lleva a un aprendizaje mecánico y reproductivo que no
    contribuye al crecimiento de su intelecto como ser
    humano.

    ¿Y qué se les enseña al escolar?.
    Es evidente que con solo relatos o explicaciones de fechas o
    hechos ocurridos, donde el maestro se roba el espectáculo,
    no se puede enseñar a los escolares a trabajar con
    independencia,
    pues la enseñanza tradicional y formalista no nos puede
    asegurar el razonamiento creador por parte del escolar, ni su
    disposición para adquirir nuevos conocimientos por
    sí mismo.

    Palafraciando a Enrique J. Varona, hay que lograr que el
    aula no se convierta en un teatro donde se
    declame, sino un taller donde se trabaje intensamente, buscando
    siempre la formación del pensamiento
    histórico-social, que solo se puede desarrollar, si somos
    capaces de explotar las capacidades intelectuales que el escolar
    pone a trabajar cuando se enfrenta a un reto o una actividad
    nueva.

    Para poder superar la dicotomía que existe en las
    escuelas entre saber científico y saber escolar, es
    necesario hacer una buena selección y secuenciación
    de contenidos a impartir en las clases, pues es importante que el
    escolar sepa, que lo que va a estudiar del pasado, es una
    interpretación hecha desde el presente y para resolver
    problemas del presente-futuro y como tal se escribe, con la
    función educativa de trasmitir valores, sentimientos y
    actitudes.

    De manera que para lograr romper esta dicotomía
    el maestro ha de estar siempre motivado por su trabajo, por el
    conocimiento general que deben adquirir los escolares del tiempo
    histórico, debe tener voluntad para experimentar, para
    ensayar cosas nuevas cosas, convertirse en un facilitador,
    orientador, conductor del aprendizaje grupal e individual de sus
    escolares, tiene que además, acompañarlo un fuerte
    componente de autosuperación en función del
    acercamiento progresivo al modelo del
    profesional que necesitamos.

    Sin dudas todos los educadores conocemos cuales son los
    principios que
    el maestro tiene que tener en cuenta para desarrollar
    eficientemente su actividad, entre los que no le deben faltar
    están: la unidad entre instrucción y
    educación, su carácter científico, la
    enseñanza desarrolladora, su carácter
    consciente.

    Es necesario que los maestros se unan y se pueda
    conseguir sintetizar todos los conceptos en una propuesta
    única, coherente y útil para la enseñanza
    del tiempo histórico en la enseñanza aprendizaje de
    la Historia de Cuba en la escuela primaria. El uso del tiempo
    histórico en este nivel nos puede facilitar un aprendizaje
    que se base en la formación del pensamiento
    crítico-creativo, en una educación para la responsabilidad y para la intervención
    social del escolar.

    La escuela primaria está en condiciones de
    cambiar el panorama actual si organiza su actividad aprovechando
    todas las fuentes que están a su disposición,
    interactúa con la familia de
    los escolares y con los miembros de la comunidad como un paso
    necesario y decisivo para la inserción de los escolares en
    el contexto social.

    Buscar en el pasado los problemas que rodean a los
    escolares, para desde el presente modelar el futuro es un
    ejercicio pedagógico que debe ser sistematizado, y que
    tiene muchas variantes metodológicas que solo el ingenio y
    la creatividad
    del maestro primario permitirá su materialización
    en el proceso de enseñanza aprendizaje.

    Por lo que este trabajo no pretende agotar un tema que
    recién iniciamos, más bien lo que estamos haciendo
    es comenzar una interesante polémica que nos
    llevará más adelante sin dudas a presentar algunas
    propuestas que estos autores actualmente están
    modelando.

    BIBLIOGRAFÍA:

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      Metodología de la enseñanza de la
      Historia . __ La Habana : Ed. Pueblo y
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      Histórico, un saber que se aprende, un saber que se
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      Ed. Barcanova.
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      En Enseñar y aprender ciencias
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      educación secundaria. __ Barcelona : ICE Universitat de
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    • PAGÉS, J. (1999) El tiempo histórico:
      ¿qué sabemos sobre su aprendizaje?. En Aspectos
      didácticos de Ciencias Sociales. 13. ___
      Zaragoza.
    • PAGÉS, J. (1999) Es necesario conectar los
      contenidos históricos con los problemas del presente. En
      problemas y retos en la enseñanza de la historia. ___
      En Novedades Educativas. No. 100. Barcelona
    • PAGÉS, J y A. SANTIESTEBAN (1999) La
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      para superar viejos problemas. En Un currículo de
      Ciencias Sociales para el siglo XXI. Qué contenidos y
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    • TORRES, P. A. (1998) Didáctica de la Historia
      y educación de la temporalidad. Tiempo social y tiempo
      histórico. ___ Madrid : UNED
    • TREPAT, CRISTÓFOL A. (1998) El tiempo en la
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      Barcelona : Ed. Graó de Serveis
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    • Valdes, Ramiro (2002). Diccionario
      del pensamiento martiano. La Habana : Ed. Ciencias
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    • Whitrow, G.J. (1990). El tiempo en la Historia.
      Barcelona : Ed. Crítica.

    Palabras claves

    Enseñanza de la historia

    Aprendizaje de la historia

    Tiempo histórico

    Escuela primaria

     

     

     

     

    Autor:

    Lic. Angel Felipe Jevey Vázquez

    Dr.C José Ignacio Reyes
    González

    Angel Felipe Jevey Vázquez. Licenciado en
    Educación, especialidad Educación Primaria.
    Título de Oro de su graduación en el 2001, con el
    trabajo la historia personal y familiar en la escuela primaria.
    Profesor de Historia de Cuba y su Didáctica de la Universidad
    Pedagógica, Pepito Tey, Las Tunas. Actualmente realiza su
    doctorado en "La formación de nociones temporales en
    niños
    de la escuela primaria", bajo la dirección del coautor de este
    trabajo.

    José Ignacio Reyes González, Doctor
    en Ciencias Pedagógicas, especialista en Didáctica
    de la Historia y las Ciencias Sociales, con más de veinte
    años en la docencia, 15 de ellos en la universidad,
    más de 40 cursos de postgrados en diferentes
    temáticas de la educación, varias investigaciones
    relacionadas con el aprendizaje de los adolescentes,
    en particular en la enseñanza de la Historia, docencia
    postgraduada en varias universidades de Cuba, y en el extranjero:
    Argentina,
    España
    y Perú; tiene publicado varios artículos en
    revistas cubanas e internacionales. Es Asesor de la
    Vicerrectoría Docente de la Universidad Pedagógica
    "Pepito Tey", Las Tunas, Cuba

     

     

     

     

     

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