Vivimos en un mundo
donde se ha dicho, que
la única constante es el
cambio
Capel y Leah.
El problema medular de la educación
básica es lograr una educación de
calidad. ¡Fácil y sencillo! Mucho se ha hablado
en torno al tema. La
calidad ha
sido definida de mil maneras, pero en el contexto del sistema educativo
nacional y específicamente situándonos en la
educación básica, la calidad deberá estar
orientada al desarrollo de
competencias
cognoscitivas como la comunicación oral y escrita; la capacidad
de identificación y resolución de problemas; la
capacidad de descubrir el mundo natural y social en que el alumno
se desenvuelve y saber adaptarse a sus continuas
transformaciones.
Asimismo, fomentar los hábitos, actitudes y
valores que
permitan al educando lograr una sana convivencia y el ejercicio
de la democracia en
una cultura de
paz. Resumiendo: lograr el desarrollo de competencias
básicas y de aprendizajes relevantes que el alumno
pueda poner en práctica dentro de su cotidianeidad y de su
entorno.1
El logro de aprendizajes relevantes se traduce entonces,
en ofrecer al alumno de conocimientos, habilidades, actitudes y
valores que le ayudarán a valerse por sí mismo
durante su existencia futura y que como profesional y como
ciudadano, le permitirán interactuar armónicamente
dentro de la sociedad que
integra.
En síntesis,
la escuela
básica tendrá como propósitos centrales:
promover el pensamiento
reflexivo, crítico y creador del alumno; desarrollar su
capacidad de abstracción y razonamiento; fomentar un
sistema de valores que le permita insertarse en la sociedad con
seguridad, a
partir del reconocimiento y puesta en marcha de todas sus
potencialidades.
A partir de esta premisa, dos son los temas sobre los
cuales deberá trabajar afanosamente el sistema: la
revisión de contenidos y la revisión de los
métodos
educativos
La falta de pertinencia en los contenidos que
ofrece la escuela, es uno de los factores que obliga a la
revisión de los planes y programas de
estudio para la educación básica, así como
para las escuelas formadoras de docentes. La falta de
relevancia en los aprendizajes que ofrece la escuela
explica la baja calidad de la educación, ya que no existe
relación entre los aprendizajes y el entorno habitual del
alumno.
La política educativa
actual subraya que es necesario considerar la pertinencia de los
contenidos de acuerdo a las necesidades específicas de los
diferentes contextos, hecho que orilla sin lugar a dudas, a la
reestructuración, diversificación y
flexibilización de los programas de estudio.
Yendo un poco más lejos, propiciar en el alumno a
partir de los elemento que aporta la escuela, las ganas de
seguir aprendiendo a lo largo de la vida, con lo que se da
respuesta al planteamiento de la UNESCO en este sentido: "Los
contenidos de la educación básica deben
desarrollar el gusto por aprender, la sed y la
alegría de conocer y por lo tanto, las ganas y las
posibilidades de acceder más tarde, a la educación
a lo largo de la vida". 2
Para iniciar el trabajo de
reformulación de contenidos y métodos educativos,
es necesario saber qué clase de individuo se desea formar;
tener claro el perfil que el docente debe ayudar a construir a
través de la práctica pedagógica tanto en el
aula como en el patio escolar. Para Capel y Leah,3 el
debate sobre
cuál es el mejor programa y
cuáles los mejores métodos de aprendizaje
gira alrededor de varios factores, pero sobretodo en el
énfasis que se imprima en aquello que se desea
obtener. Esto significa que a partir de la definición
de la sociedad que deseamos formar, se pueden estructurar los
planes y programas de estudio.
Ahora bien, si contemplamos el tipo de individuo al que
la escuela básica aspira, y observamos tanto los
contenidos como los métodos aplicados hasta la fecha,
podremos darnos cuenta de que hemos transitado por el camino
equivocado; y no es precisamente que hayamos perdido el rumbo,
sino que apenas alcanzamos a vislumbrarlo en la lejanía.
¿Por qué? Pues porque simplemente en nuestro
país existe una diversificación enorme de culturas,
razas y lenguas, siendo hasta ahora cuando se reconoce que
debemos promover una educación cada vez más
"local", una educación capaz de aprender de su entorno y
adaptarse a los cambios y transformaciones que el siglo XXI
demanda.
Es por ello que el enfoque educativo actual
4 se centra en cuatro puntos capitales que a modo de
grandes pilares, deberán sustentar los trabajos y reformas
que el Sistema Educativo lleve a cabo en el presente
sexenio:
1.- Una Educación EQUITATIVA, al brindar igualdad de
oportunidades de ingreso, permanencia y logros escolares, a
través de aprendizajes que capaciten para la vida y el
trabajo.
2.- Una Educación PERTINENTE, al responder a las
necesidades individuales y de desarrollo nacional por medio de
una gama de opciones diversificadas y flexibles de
programas.
3.- Una Educación INCLUYENTE, que atienda la
diversidad cultural de cada región cultural, étnica
y lingüística de nuestro país, a fin de lograr
una unificación nacional, entendiendo a ésta, como
la suma de diferencias.
4.- Una Educación FORMATIVA, que contemple el
dominio de
conocimientos, competencias, habilidades y valores basados en una
sólida visión humanista.
Sin embargo, el punto medular que esta
reflexión pretende abordar, son los métodos
empleados por los docentes de Educación
Física, dado que para la consecución de tales
propósitos, esta disciplina en
un medio idóneo que debe contribuir a la formación
del individuo a través de los múltiples beneficios
que de su práctica se derivan.
Varios estudios han detectado que los fines que la
escuela básica persigue no son congruentes con los
resultados obtenidos; problemática que sitúa su
origen principal no solo en la calidad académica del
maestro, sino por sobre todo, en la práctica
pedagógica, en las formas de interacción con el
alumno; es decir, en el ejercicio de la
docencia.
Para Schmelkes 5 sin lugar a dudas, los
maestros son los determinantes más importantes de la
calidad educativa, y es en la práctica
pedagógica donde se halla una de las mayores fallas
del sistema educativo, por lo que a continuación
intentaré explicar sintética y claramente la
razón de tal aseveración.
Ya se han definido las características del individuo que la
escuela básica aspira formar; sin embargo, los caminos
elegidos, las estrategias
adoptadas, las técnicas
utilizadas y en suma, los métodos aplicados, distan
mucho de alcanzar los objetivos
planteados. Hemos emprendido la marcha en una dirección, cuando en realidad la meta
está ubicada en el sentido opuesto.
A continuación presento un cuadro, elaborado con
base en los comentarios vertidos por Carlos Ornelas 6
para una mejor comprensión de las antinomias entre los
fines que la escuela básica persigue y los resultados que
hasta la fecha ha obtenido, aunque cabe señalar que el
autor menciona las materias que pueden abordar cada
propósito, en tanto que este artículo sostiene que
la Educación Física es la
disciplina capaz de incidir en todos ellos de manera
significativa, correspondiendo a los docentes de este campo,
demostrar que ello es posible a través de su
práctica:
RESULTADOS EN LA | |
PROPÓSITOS: | LA ESCUELA |
Que el alumno reflexione, analice y extraiga la | Pasividad y subordinación |
Formar mentes reflexivas, analíticas y | Conformismo, respuestas uniformes, |
Lograr en el alumno la seguridad en sí | Individuos inseguros, con poca iniciativa, nula |
Todo lo anterior se desprende de las relaciones que
los maestros ejercen sobre los alumnos, mismas que he tratado de
bajar al contexto específico de la educación
física y que para su mejor comprensión he
situado en la siguiente tabla:
MAESTRO | ALUMNO |
Autoridad máxima | Depende totalmente de la autoridad ejercida por el |
Su movimiento es controlado y | Control y total dirección sobre cada uno |
Dispone, ordena | Acata, obedece |
No es innovador | No se ve inducido a crear |
No aplica retos | No desarrolla pensamiento |
Solicita movimientos uniformes, previamente | Poca capacidad de expresión oral y |
De él proviene el conocimiento | Repite, ejercita, automatiza |
Ordena, dirige y expone cómo se deben | No se le induce a descubrir, a comprender; no se |
Evalúa de acuerdo a la competencia. Motiva a los más aptos | Los menos aptos no adquieren confianza y |
No motiva al alumno | Falto de interés, no siente gusto por lo que |
En su afán de competir y ganar, no | Los alumnos menos capaces se sienten |
Impone una disciplina, autoritaria | Acepta el orden establecido sin cuestionar; se |
No inculca hábitos de trabajo colectivo y | Fomenta en el niño actitudes |
Dado que los métodos utilizados por los docentes
de todas las especialidades son similares, las prácticas
educativas son semejantes en el aula y en el patio escolar, por
lo que es válido el comentario que Ornelas refiere al
hablar del sistema educativo en México:
"la escuela mexicana no produce ni reproduce VALORES que
enaltezcan el trabajo, la diligencia, la responsabilidad; aunque estos atributos aparezcan
como objetivos en algunos programas no se pueden enseñar
por la vía del currículum formal, sino por medio de
las relaciones escolares y de predicar con el ejemplo".
7
El Plan Nacional de
Educación 2001 – 2006 8 retoma estas
acotaciones al igual que otros estudios de importantes
académicos en México y plantea entonces que el
enfoque de la educación estará sustentado en una
concepción pedagógica efectiva, innovadora y
realizadora.
1.- EFECTIVA, en cuanto a que el aprendizaje de
los estudiantes será el centro de atención del proceso, al
tiempo que los
profesionales de la educación serán los
facilitadores y tutores del aprendizaje, con
un papel renovado
en su interacción con el alumno.
2.- INNOVADORA, en cuanto a que la educación
deberá integrar en sus procesos a las
nuevas
tecnologías de la información y comunicación mediante las cuales se
deberán integrar los aportes de las ciencias y de
la investigación educativa.
3.- REALIZADORA, en cuanto a la formación de una
cultura democrática basada en la libertad
individual; en un desarrollo de pensamiento analítico,
reflexivo, crítico y constructivo; respetuosa de la
diversidad cultural y de los derechos ajenos, dando como
resultado una convivencia social pacífica y
armónica.
De tal forma, el maestro deberá comprender que su
rol dentro de la estructura
escolar ha cambiado, puesto que las nuevas corrientes
sitúan hoy día al alumno en el centro mismo de la
atención del proceso, transformando radicalmente el papel
del docente.
De ahora en adelante el profesor tenderá a
modificar su función de
transmisor de conocimientos en:
- Facilitador, orientador y guía del
aprendizaje - Acompañante del alumno a través de
todo el proceso
Con ello termina la etapa jerárquica en donde
prevalecía la figura docente por encima de la del alumno;
es ahora, en esta época de innumerables innovaciones,
cuando el profesor deberá comprender que solamente
transformando sus prácticas educativas logrará
obtener el perfil de individuo que nuestra sociedad
reclama.
Por supuesto que el cambio de
paradigma
implica una serie de elementos que valdrá la pena retomar
en ocasión posterior; por ahora, bástenos
señalar que cuando los profesionales de la
educación física nos aboquemos a reflexionar
seriamente sobre la práctica rutinaria, competitiva,
autoritaria y conductista que impregna nuestra diaria
labor, estaremos en vías de convertirnos en
auténticos FORMADORES.
- CAPEL, Susan y Leah Jean. (2002). Reflexiones sobre
la educación física y sus prioridades. SEP:
Cuadernos. Biblioteca
para la actualización del maestro.
México. - DELORS, Jacques y otros. (1997). La Educación
Encierra un Tesoro. Informe.
Comisión Internacional sobre la Educación para el
siglo XXI. Correo de la UNESCO. Edit. Odile
–Jacob. - ORNELAS, Carlos. (1998). El sistema Educativo
Mexicano. La transición de fin de siglo. Fondo de
Cultura Económica: México - SCHMELKES, Sylvia. (1999). La calidad de la
educación primaria. Fondo de Cultura Económica:
México. - SEP. (2001). Programa Nacional de Educación
2001 – 2006. Secretaría de Educación
Pública: México.
Por:
Ma. Lourdes Sánchez Franyuti.