- Repaso
histórico - Actualidad
- Algunas características
del Perú actual - Significado de
problemáticas - Ideas
finales - Referencias
bibliográficas
Para cualquier persona que tenga
interés
de analizar, estudiar, investigar, -o en el caso más
afortunado- entender, la realidad del Perú, seguro no
habrá empresa tan
complicada y divertida para emprender.
Digo divertida principalmente, porque si estamos
decididos a indagar sobre la realidad del país estaremos
escudriñando en nuestra propia piel y
sentiremos mucho escozor en el transcurso de la propuesta. Ese
escozor será debido a los propios espejos que
descubriremos camino al desarrollo del
tema.
Y complicada seguramente, pues la realidad peruana es
tan diferente a otras, como son diferentes las etapas por la que
esta nuestra nación
ha tenido que pasar.
Han habido muchos cambios bruscos a los que nos hemos
debido acostumbrar, nadie sabe ¿por qué?, por lo
menos podemos decir, que no somos la típica nación
en la que no pasa nada año tras años, donde la
economía
es estable, donde el gobierno es quasi
perfecta, las estructuras
sociales están perfectamente cimentadas, donde el ingreso
per capita supera los 12 mil dólares, el nivel de
alfabetización es del 100 % , donde la esperanza de vida
es nonagenaria, no ese país no somos. Somos el divertido
territorio de la informalidad y el cachineo político,
somos algo así como el oasis en el desierto de la
monotonía y la estabilidad humana.
Cuando decidí hacer un background (término
que está de moda como
muchas otras cosas y términos que más adelante
mencionaré) imaginé un cuento en el
que la princesa era el Perú, y me esperaba en la torre del
castillo quizás para que la conociera, pero en el
recorrido caí en un pozo lleno de cocodrilos muchos de
ellos hambrientos otros simplemente salvajes, pero todos
decididamente peligrosos.
Empezaré este cuento y será un intento
para entender al Perú, ese que para sorpresa de muchos
significa según la Real Academia de la Lengua " …el
ser de mucho precio o
estimación", término que vale un
Perú.
El Perú es un país pluricultural y
plurilingüe, eso no es novedad para nadie, pues no es un
fenómeno de pocos años. Este país fue
plurilingüe y multicultural desde épocas
prehispánicas. Si bien con una relativa complementariedad
entre pueblos distintos que compartían una matriz
cultural común, esa diversidad que convivía en ese
espacio denominado Tahuantinsuyo.
Ahora Somos un país que conforma "dos
Perúes paralelos" el oficial y el marginado.
El oficial podemos deducir que es el de las instituciones
gubernamentales, instituciones, sindicatos,
universidades, Fuerzas Armadas y por supuesto la Iglesia.
Y el Perú marginal lo conforman los campesinos y
la masas urbana, y todas las organizaciones y
expresiones productivas, sociales que de estas se
desprendan.
Esta marcada diferencia vino como un plus -otro
término de moda incorporado en el léxico diario de
los economistas sin necesidad de que ellos utilicen minus- en los
barcos de los conquistadores.
Decididamente muchos de los problemas y
forúnculos que posee la cara del actual Perú,
fueron contraídas en la época de la colonia y se
perennizaron e hicieron quistes que afectan hasta hoy, la
salud de nuestra
vida como república.
José Luis Rivarola expresó claramente :
«El destino de un país de ancestrales raíces
pluriculturales no puede construirse sobre la base de la
represión y del glotocentrismo, sino de una
armonización de posibilidades y derechos».
La jerarquización e institución repentina
de una cultura
completamente distinta causaron un trauma que ahora vive sus
consecuencia. Como un niño que fue maltratado ahora somos
un adulto con necesidad de terapia.
Así, podemos observar por ejemplo que los centros
de colonización designados por los conquistadores, fueron
las grandes ciudades, donde se concentraba todo el poder
político y económico. De las ciudades se
partía a cualquier otra provincia o futuro poblado a
conquistar. Si bien el Cusco era la capital en el
Incanato, la importancia que comenzaron a adquirir otras ciudades
fue evidente.
Don Luis E. Valcárcel con pundonor indigenista
diría siglos más tarde en su libro
Tempestad en los Andes que los indios estaban listos para ocupar
Lima. El sostenía: «Lima no es el Perú, el
Perú es Cusco».
El profesor moqueguano sabía que las
raíces históricas así lo indicaban pero la
realidad ya era otra.
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