- El nivel del
ser - La escalera
maravillosa - Rebeldía
psicológica - La esencia
- Acusarse a si
mismo - La vida
- El estado
interior - Estados
equivocados - Sucesos
personales - Los diferentes
yoes - El querido
ego - El cambio
radical - Observador y
observado - Pensamientos
negativos - La
individualidad - El libro de la
vida - Criaturas
mecánicas - El pan
supersustancial - El buen dueño de
casa - Los dos mundos
- Observación de si
mismo - La charla
- El mundo de
relaciones - La canción
psicológica - Retorno y
recurrencia - Auto-conciencia
infantil - El publicano y el
fariseo - La voluntad
- La
decapitación - El centro de gravedad
permanente - El trabajo esotérico
gnóstico - La oración en el
trabajo
CAPITULO I
¿Quiénes somos? ¿De dónde
venimos?, ¿Para dónde vamos?, ¿Para
qué vivimos?, Por qué vivimos?…
Incuestionablemente el pobre "Animal Intelectual"
equivocadamente llamado hombre, no
sólo no sabe, sino además ni siquiera sabe que no
sabe…
Lo peor de todo es la situación tan
difícil y tan extraña en que nos encontramos,
ignoramos el secreto de todas nuestras tragedias y sin embargo
estamos convencidos de que lo sabemos todo…
Llévese un "Mamífero Racional", una
persona de
esas que en la vida presumen de influyentes, al centro del
desierto del SAHARA, déjesele allí lejos de
cualquier Oasis y obsérvese desde una nave aérea
todo lo que sucede…
Los hechos hablaran por si mismos; el "Humanoide
Intelectual" aunque presuma de fuerte y se crea muy hombre, en el
fondo resulta espantosamente débil…
El "Animal Racional" es tonto en un ciento por ciento;
Piensa de si mismo lo mejor; cree que puede desenvolverse
maravillosamente mediante el KINDERGARTEN, Manuales de
Urbanidad, Primarias, Secundarias, Bachillerato, Universidad, el
buen prestigio del papá, etc., etc., etc.
Desafortunadamente, tras de tantas letras y buenos
modales, títulos y dinero, bien
sabemos que cualquier dolor de estómago nos entristece y
que en el fondo continuamos siendo infelices y
miserables…
Basta leer la Historia
Universal para saber que somos los mismos bárbaros de
antaño y que en vez de mejorar nos hemos vuelto
peores…
Este siglo XX con toda su espectacularidad, guerras,
prostitución, sodomía mundial,
degeneración sexual, drogas,
alcohol,
crueldad exorbitante, perversidad extrema, monstruosidad, etc.,
etc., etc., es el espejo en que debemos miramos; no existe pues
razón de peso como para jactarnos de haber llegado a una
etapa superior de desarrollo…
Pensar que el tiempo significa
progreso es absurdo, desgraciadamente los "ignorantes ilustrados"
continúan embotellados en el "Dogma de la Evolución"…
En todas las páginas negras de la "Negra Historia" hallamos siempre
las mismas horrorosas crueldades, ambiciones, guerras,
etc.
Sin embargo nuestros contemporáneos
"Súper-civilizados" están todavía
convencidos de que eso de la Guerra es algo
secundario, un accidente pasajero que nada tiene que ver con su
tan cacareada "Civilización Moderna"
Ciertamente lo que importa es el modo de ser de cada
persona; algunos sujetos serán borrachos, otros abstemios,
aquellos honrados y estos otros sinvergüenzas; de todo hay
en la vida…
La masa es la suma de los individuos; lo que es el
individuo es la masa, es el Gobierno,
etc.
La masa es pues la extensión del individuo; no es
posible la transformación de las masas, de los pueblos, si
el individuo, si cada persona, no se transforma…
Nadie puede negar que existen distintos niveles
sociales; hay gentes de iglesia y de
prostíbulo; de comercio y de
campo, etc., etc., etc.
Así también existen distintos Niveles del
Ser. Lo que internamente somos, espléndidos o mezquinos,
generosos o tacaños, violentos o apacibles, castos o
lujuriosos, atrae las diversas circunstancias de la
vida…
Un lujurioso atraerá siempre escenas, dramas y
hasta tragedias de lascivia en las que se verá
metido…
Un borracho atraerá a los borrachos y se
verá metido siempre en bares y cantinas, eso es
obvio…
¿Qué atraerá el usurero, el
egoísta? ¿Cuántos problemas,
cárceles, desgracias?
Sin embargo la gente amargada, cansada de sufrir, tiene
ganas de cambiar, voltear la página de su
historia…
¡Pobres gentes! Quieren cambiar y no saben
cómo; no conocen el procedimiento;
están metidas en un callejón sin
salida…
Lo que les sucedió ayer les sucede hoy y les
sucederá mañana; repiten siempre loa mismos errores
y no aprenden las lecciones de la vida ni a
cañonazos.
Todas las cosas se repiten en su propia vida; dicen las
mismas cosas, hacen las mismas cosas, lamentan las mismas
cosas…
Esta repetición aburridora de dramas, comedias y
tragedias, continuará mientras carguemos en nuestro
interior los elementos indeseables de la Ira, Codicia, Lujuria,
Envidia, Orgullo, Pereza, Gula, etc., etc., etc.
¿Cuál es nuestro nivel moral?, o
mejor dijéramos: ¿Cuál es nuestro Nivel del
Ser?
Mientras el Nivel del Ser no cambie radicalmente,
continuará la repetición de todas nuestras
miserias, escenas, desgracias e infortunios…
Todas las cosas, todas las circunstancias, que se
suceden fuera de nosotros, en el escenario de este mundo, son
exclusivamente el reflejo de lo que interiormente
llevamos.
Con justa razón podemos aseverar solemnemente que
lo "exterior es el reflejo de lo interior".
Cuando uno cambia interiormente y tal cambio es
radical, lo exterior, las circunstancias, la vida, cambian
también.
He estado
observando por este tiempo, (Año 1974), un grupo de
gentes que invadieron un terreno ajeno. Aquí en México
tales gentes reciben el curioso calificativo de
"PARACAIDISTAS".
Son vecinos de la colonia campestre Churubusco,
están muy cerca a mi casa, motivo este por el cual he
podido estudiarlos de cerca…
Ser pobres jamás puede ser delito,
más lo grave no está en eso, sino en su Nivel de
Ser…
Diariamente se pelean entre si, se emborrachan, se
insultan mutuamente, se convierten en asesinos de sus propios
compañeros de infortunio, viven ciertamente en inmundas
chozas dentro de las cuales en vez de amor reina el
odio…
Muchas veces he pensado en que si cualquier sujeto de
ésos, eliminara de su interior el odio, la ira, la
lujuria, la embriaguez, la maledicencia, la crueldad, el
egoísmo, la calumnia, la envidia, el amor
propio, el orgullo, etc., etc., etc., gustaría a otras
personas, se asociaría por simple Ley de Afinidades
Psicológicas con gentes más refinadas, más
espirituales; esas nuevas relaciones serían definitivas
para un cambio económico y social…
Seria ese el sistema que le
permitiría a tal sujeto, abandonar la "cochera", la,
"cloaca" inmunda…
Así pues, si realmente queremos un cambio
radical, lo que primero debemos comprender es que cada uno de
nosotros (ya sea blanco o negro, amarillo o cobrizo, ignorante o
ilustrado, etc.), está en tal o cual "Nivel del
Ser".
¿Cuál es nuestro Nivel de Ser?
¿Habéis vosotros reflexionado alguna vez sobre eso?
No sería posible pasar a otro nivel si ignoramos el estado en
que nos encontramos.
CÁPITULO II
Tenemos que anhelar un cambio verdadero, salir de esta
rutina aburridora, de esta vida meramente mecanicista,
cansona…
Lo que primero debemos comprender con entera claridad es
que cada uno de nosotros ya sea burgués o proletario,
acomodado o de la clase media, rico o miserable, se encuentra
realmente en tal o cual Nivel de Ser…
El Nivel de Ser del borracho es diferente al del
abstemio y el de la prostituta muy distinto al de la doncella.
Esto que estamos diciendo es irrefutable,
irrebatible…
Al llegar a esta parte de nuestro capítulo, nada
perdemos con imaginamos una escalera que se extiende de abajo
hacia arriba, verticalmente y con muchísimos
escalones…
Incuestionablemente en algún escalón de
estos nos encontramos nosotros; escalones abajo habrá
gentes peores que nosotros; escalones arriba se
encontrarán personas mejores que nosotros…
En esta Vertical extraordinaria, en esta escalera
maravillosa, es claro que podemos encontrar todos los Niveles de
Ser… cada persona es diferente y esto nadie puede refutarlo.
..
Indubitablemente no estamos ahora hablando de caras feas
o bonitas, ni tampoco se trata de cuestión de edades. Hay
gentes jóvenes y viejas, ancianos que ya están para
morir y niños
recién nacidos…
La cuestión del tiempo y de los años; eso
de nacer, crecer, desarrollarse, casarse, reproducirse,
envejecerse y morir, es exclusivo de la Horizontal…
En la "Escalera Maravillosa", en la Vertical el concepto tiempo
no cabe. En los escalones de tal escala
sólo podemos encontrar "Niveles de Ser"…
La esperanza mecánica de la gente no sirve para nada;
creen que con el tiempo las cosas serán mejores;
así pensaban nuestros abuelos y bisabuelos; los hechos
precisamente han venido a demostrar lo contrario…
El "Nivel de Ser" es lo que cuenta y esto es Vertical;
nos hallamos en un escalón pero podemos subir a otro
escalón. ..
La "Escalera Maravillosa" de la que estamos hablando y
que se refiere a los distintos "Niveles de Ser", ciertamente,
nada tiene que ver con el tiempo lineal…
Un "Nivel de Ser" más alto está
inmediatamente por encima de nosotros de instante en
instante…
No está en ningún remoto futuro
horizontal, sino aquí y ahora; dentro de nosotros mismos;
en la Vertical…
Es ostensible y cualquiera lo puede comprender, que las
dos líneas —Horizontal y Vertical— se
encuentran de momento en momento en nuestro interior
Psicológico y forman Cruz…
La personalidad
se desarrolla y desenvuelve en la línea Horizontal de la
Vida. Nace y muere dentro de su tiempo lineal; es perecedera; no
existe ningún mañana para la
personalidad del muerto; no es el Ser…
Los Niveles del Ser; el Ser mismo, no es del tiempo,
nada tiene que ver con la Línea Horizontal; se encuentra
dentro de nosotros mismos. Ahora, en la Vertical…
Resultaría manifiestamente absurdo buscar a
nuestro propio Ser fuera de si mismos…
No está de más sentar como corolario lo
siguiente: Títulos, grados, ascensos, etc., en el mundo
físico exterior, en modo alguno originarían
exaltación auténtica, reevaluación del Ser,
paso a un escalón superior en los "Niveles del
Ser"…
CAPITULO III
No está de más recordar a nuestros
lectores, que existe un punto matemático dentro de
nosotros mismos…
Incuestionablemente tal punto, jamás se encuentra
en el pasado, ni tampoco en el futuro…
Quien quiera descubrir ese punto misterioso, debe
buscarlo aquí y ahora, dentro de si mismo, exactamente en
este instante, ni un segundo adelante, ni un segundo
atrás…
Los dos palos Vertical y Horizontal de la Santa Cruz, se
encuentran, en este punto…
Nos hallamos pues de instante en instante ante dos
Caminos: el Horizontal y el Vertical…
Es ostensible que el Horizontal es muy "cursi", por
él andan "Vicente y toda la gente", "Villegas y todo el
que llega", "Don Raimundo y todo el mundo"…
Es evidente que el Vertical es diferente; es el camino
los rebeldes inteligentes, el de los
Revolucionarios…
Cuando uno se acuerda de si mismo, cuando trabaja sobre
si mismo, cuando no se identifica con todos los problemas y penas
de la vida, de hecho va por la Senda Vertical…
Ciertamente jamás resulta tarea fácil
eliminar las emociones
negativas; perder toda identificación con nuestro propio
tren de vida; problemas de toda índole, negocios,
deudas, pago de letras, hipotecas, teléfono, agua, luz, etc., etc.,
etc.
Los desocupados, aquellos que por tal o cual motivo han
perdido el empleo,
el trabajo,
evidentemente sufren por falta de dinero y olvidar su caso, no
preocuparse, ni identificarse con su propio problema, resulta de
hecho espantosamente difícil.
Quienes sufren, quienes lloran, aquellos que han sido
víctimas de alguna traición, de un mal pago en la
vida, de una Ingratitud, de una calumnia o de algún
fraude, realmente
se olvidan de si mismos, de su real Ser íntimo, se
identifican completamente con su tragedia moral…
El trabajo sobre si mismo es la característica fundamental del Camino
Vertical. Nadie podría hollar la Senda de la Gran
Rebeldía, si jamás trabajase sobre si
mismo…
El trabajo al que nos estamos refiriendo es de tipo
Psicológico; se ocupa de cierta transformación del
momento presente en que nos encontramos. Necesitamos aprender a
vivir de instante en instante…
Por ejemplo, una persona que se encuentra desesperada
por algún problema sentimental, económico o
político obviamente se ha olvidado de si
misma…
Tal persona si se detiene un instante, si observa la
situación y trata de recordarse a si mismo y luego se
esfuerza en comprender el sentido de su actitud…
Si reflexiona un poco, si piensa en que todo pasa; en
que la vida es ilusoria, fugaz y en que la muerte
reduce a cenizas todas las vanidades del mundo…
Si comprende que su problema en el fondo no es
más que una "llamarada de petate", un fuego fatuo que
pronto se apaga, vera de pronto con sorpresa que todo ha
cambiado. ..
Transformar reacciones mecánicas es posible
mediante la confrontación lógica
y la Auto- Reflexión Intima del Ser…
Es evidente que las gentes reaccionan
mecánicamente ante las diversas circunstancias de la
vida…
¡Pobres gentes!, Suelen siempre convertirse en
víctimas. Cuando alguien les adula sonríen; cuando
les humillan, sufren. Insultan si se les insulta; hieren si se
les hiere; nunca son libres; sus semejantes tienen poder para
llevarles de la alegría a la tristeza, de la esperanza a
la desesperación.
Cada persona de esas que van por el Camino Horizontal,
se parece a un instrumento musical, donde cada uno de sus
semejantes toca lo que le viene en gana…
Quien aprende a transformar las relaciones
mecánicas, de hecho se mete por el "Camino
Vertical".
Esto representa un cambio fundamental en el "Nivel de
Ser" resultado extraordinario de la "Rebeldía
Psicológica.
CAPITULO IV
Lo que hace bello y adorable a todo niño
recién nacido es su Esencia; ésta constituye en si
misma su verdadera realidad…
El normal crecimiento de la Esencia en toda criatura,
ciertamente es muy residual, incipiente…
El cuerpo humano
crece y se desarrolla de acuerdo con as leyes
biológicas de la especie, sin embargo tales posibilidades
resultan por si mismas muy limitadas para la
Esencia…
Incuestionablemente la Esencia sólo puede crecer
por si misma sin ayuda, en pequeñísimo
grado…
Hablando francamente y sin ambages diremos que el
crecimiento espontáneo y natural de la Esencia,
sólo es posible durante los primeros tres, cuatro y cinco
años de edad, es decir, en la primera etapa de la
vida…
La gente piensa que el crecimiento y desarrollo de la
Esencia se realiza siempre en forma continua, de acuerdo con la
mecánica de la evolución, más el Gnosticismo
Universal enseña claramente que esto no ocurre
así…
Con el fin de que la Esencia crezca mas, algo muy
especial debe suceder, algo nuevo hay que realizar.
Quiero referirme en forma enfática al trabajo
sobre si mismo. El desarrollo de la Esencia únicamente es
posible a base de trabajos conscientes y padecimientos
voluntarios…
Es necesario comprender que estos trabajos no se
refieren a cuestiones de profesión, bancos,
carpintería, albañilería, arreglo de
líneas férreas o asuntos de oficina…
Este trabajo es para toda persona que ha desarrollado la
personalidad; se trata de algo Psicológico…
Todos nosotros sabemos que tenemos dentro de si mismos
eso que se llama EGO, YO, MI MISMO, SI MISMO…
Desgraciadamente la Esencia se encuentra embotellada,
enfrascada, entre el ECO y esto es lamentable.
Disolver el YO Psicológico, desintegrar sus
elementos indeseables, es urgente, inaplazable, impostergable…
así es el sentido del trabajo sobre si mismo.
Nunca podríamos libertar la Esencia sin
desintegrar previamente el YO Psicológico…
En la Esencia está la Religión, el BUDDHA,
la Sabiduría, las partículas de dolor de nuestro
Padre que esta en los Cielos y todos los datos que
necesitamos para la AUTO-REALIZACION INTIMA DEL SER.
Nadie podría aniquilar el YO Psicológico
sin eliminar previamente los elementos inhumanos que llevamos
dentro…
Necesitamos reducir a cenizas la crueldad monstruosa de
estos tiempos: la envidia que desgraciadamente ha venido a
convertirse en el resorte secreto de la acción; la codicia
insoportable que ha vuelto la vida tan amarga: la asqueante
maledicencia; la calumnia que tantas tragedias origina; las
borracheras; la inmunda lujuria que huele tan feo; etc., etc.,
etc.
A medida que todas esas abominaciones se van reduciendo
a polvareda cósmica, la Esencia además de
emanciparse, crecerá y se desarrollará
armoniosamente…
Incuestionablemente cuando el YO Psicológico ha
muerto, resplandece en nosotros la Esencia…
La Esencia libre nos confiere belleza intima; de tal
belleza emanan la felicidad perfecta y el verdadero
Amor…
La Esencia posee múltiples sentidos de
perfección y extraordinarios poderes
naturales…
Cuando "Morimos en Si Mismos", cuando disolvemos el YO
Psicológico, gozamos de los preciosos sentidos y poderes
de la Esencia…
CAPITULO V
La Esencia que cada uno de nosotros lleva en su
Interior, viene de arriba, del Cielo, de las
estrellas…
Incuestionablemente la Esencia maravillosa proviene de
la nota "LA" (La Vía Láctea, la Galaxia en que
vivimos)
Preciosa la Esencia pasa a través de la nota
"SOL" (El Sol) y luego
de la nota "FA" (La Zona Planetaria) entra en este mundo y
penetra en nuestro propio interior.
Nuestros padres crearon el cuerpo apropiado para la
recepción de esta Esencia que viene de las
Estrellas…
Trabajando intensamente sobre nosotros mismos y
sacrificándonos por nuestros semejantes, regresaremos
victoriosos al seno profundo de Urania…
Nosotros estamos viviendo en este mundo por algún
motivo, para algo, por algún factor especial…
Obviamente en nosotros hay mucho que debemos ver,
estudiar y comprender, si es que en realidad anhelamos saber algo
sobre nosotros mismos, sobre nuestra propia vida…
Trágica es la existencia de aquel que muere sin
haber conocido el motivo de su vida…
Cada uno de nosotros debe descubrir por si mismo el
sentido de su propia vida, aquello que lo mantiene prisionero en
la cárcel del dolor…
Ostensiblemente hay en cada uno de nosotros algo que nos
amarga la vida y contra lo cual necesitamos luchar
firmemente…
No es indispensable que continuemos en desgracia, es
impostergable reducir a polvareda cósmica eso que nos hace
tan débiles e infelices.
De nada sirve engreírnos con títulos,
honores, diplomas, dinero, vano racionalismo
subjetivo, consabidas virtudes, etc., etc., etc.
No debemos olvidar jamás que la hipocresía
y las tontas vanidades de la falsa personalidad, hacen de
nosotros gentes torpes, rancias, retardatarias, reaccionarias,
incapaces para ver lo nuevo…
La muerte tiene
muchos significados tanto positivos como negativos. Consideremos
aquella magnifica observación del "Gran KABIR Jesús el
Cristo".
"Que los muertos sepulten a sus muertos". Muchas gentes
aunque viven están de hecho muertas para todo posible
trabajo sobre si mismas y por ende, para cualquier
transformación íntima.
Son personas embotelladas entre sus dogmas y creencias;
gentes petrificadas en los recuerdos de muchos ayeres; individuos
llenos de prejuicios ancestrales; personas esclavas del que
dirán, espantosamente tibias, indiferentes, a veces
"sabiondas" convencidas de estar en la verdad porque así
se lo dijeron, etc., etc., etc.
No quieren esas gentes entender que este mundo es un
"Gimnasio Psicológico" mediante el cual seria posible
aniquilar esa fealdad secreta que todos llevamos
dentro…
Si esas pobres gentes comprendieran el estado tan
lamentable en que se encuentran, temblarían de
horror…
Empero, tales personas piensan siempre de si mismas lo
mejor; se jactan de sus virtudes, se sienten perfectas,
bondadosas, serviciales, nobles, caritativas, inteligentes,
cumplidoras de sus deberes, etc.
La vida práctica como escuela es
formidable pero tomarla como un fin en si misma, es
manifiestamente absurdo.
Quienes toman la vida en si misma, tal como se vive
diariamente, no han comprendido la necesidad de trabajar sobre si
mismos para lograr una "Transformación
Radical".
Desgraciadamente las gentes viven mecánicamente,
nunca han oído decir
algo sobre el trabajo interior…
Cambiar es necesario pero las gentes no saben como
cambiar; sufren mucho y ni siquiera saben porque
sufren…
Tener dinero no es todo. La vida de muchas personas
ricas suele ser verdaderamente trágica…
CAPITULO VI
En el terreno de la vida práctica descubrimos
siempre contrastes que asombran. Gentes adineradas con
magnífica residencia y muchas amistades, a veces sufren
espantosamente. ..
Humildes proletarios de pico y pala o personas de la
clase media, suelen vivir a veces en completa
felicidad.
Muchos archimillonarios sufren de impotencia sexual y
ricas matronas lloran amargamente la infidelidad del
marido…
Los ricos de la tierra
parecen buitres entre jaulas de oro, por estos tiempos no pueden
vivir sin "guarda-espaldas"…
Los hombres de estado arrastran cadenas, nunca
están libres, andan por doquiera rodeados de gente armada
hasta los dientes…
Estudiemos esta situación más
detenidamente. Necesitamos saber que es la vida. Cada cual es
Libre de opinar como quiera…
Digan lo que digan ciertamente nadie sabe nada, la vida
resulta un problema que ninguno entiende…
Cuando las gentes desean contarnos gratuitamente la
historia de su vida, citan acontecimientos, nombres y apellidos,
fechas, etc., y sienten satisfacción al hacer sus
relatos…
Esas pobres gentes ignoran que sus relatos están
incompletos porque eventos, nombres
y fechas, es tan sólo el aspecto externo de la
película, falta el aspecto interno…
Es urgente conocer "estados de conciencia", a
cada evento le corresponde tal o cual estado
anímico.
Los estados son interiores y los eventos son exteriores,
los acontecimientos externos no son todo…
Entiéndase por estados interiores las buenas o
malas disposiciones, las preocupaciones, la depresión,
la superstición, el temor, la sospecha, la misericordia,
la auto-consideración, la sobre-estimación de Si
mismo; estados de sentirse feliz, estados de gozo, etc., etc.,
etc.
Incuestionablemente los estados interiores pueden
corresponderse exactamente con los acontecimientos exteriores o
ser originados por éstos, o no tener relación
alguna con los mismos…
En todo caso estados y eventos son diferentes. No
siempre los sucesos se corresponden exactamente con estados
afines
El estado interior de un evento agradable podría
no corresponderse con el mismo.
El estado interior de un evento desagradable
podría no corresponderse con el mismo.
Acontecimientos aguardados durante mucho tiempo, cuando
vinieron sentimos que faltaba algo…
Ciertamente faltaba el correspondiente estado Interior
que debía combinarse con el acontecimiento
exterior…
Muchas veces el acontecimiento que no se esperaba viene
a ser el que mejores momentos nos ha proporcionado. ..
CAPITULO VII
Combinar estados interiores con acontecimientos
exteriores en forma correcta, es saber vivir
inteligentemente…
Cualquier evento inteligentemente vivenciado exige su
correspondiente estado interior específico…
Empero, desafortunadamente las gentes cuando revisan su
vida, piensan que ésta en si misma está constituida
exclusivamente por eventos exteriores…
¡Pobres gentes! piensan que si tal o cual
acontecimiento no les hubiese sucedido, su vida habría
sido mejor…
Suponen que la suerte les salió al encuentro y
que perdieron la oportunidad de ser felices…
Lamentan lo perdido, lloran lo que despreciaron, gimen
recordando los viejos tropiezos y calamidades…
No quieren darse cuenta las gentes que vegetar no es
vivir y que la capacidad para existir conscientemente depende
exclusivamente de la calidad de los
estados interiores del Alma…
No importa ciertamente cuan hermosos sean los
acontecimientos externos de la vida, si no nos encontramos en
tales momentos en el estado interior apropiado, los mejores
eventos pueden parecernos monótonos, cansones o
simplemente aburridores…
Alguien aguarda con ansiedad la fiesta de bodas, es un
acontecimiento, más podría suceder que se estuviese
tan preocupado en el momento preciso del evento, que realmente no
gustase en ello ningún deleite y que todo aquello se
tornase tan árido y frío como un protocolo…
La experiencia nos ha enseñado que no todas las
personas que asisten a un banquete o a un baile, gozan de
verdad…
Nunca falta un aburrido en el mejor de los festejos y
las piezas más deliciosas alegran a unos y hacen llorar a
otros…
Muy raras son las personas que saben combinar
confidentemente el evento externo con el estado interno
apropiado…
Es lamentable que las gentes no sepan vivir
conscientemente: lloran cuando deben reír y ríen
cuando deben llorar…
Control es diferente: El sabio puede estar alegre
más nunca Jamás lleno de loco frenesí;
Triste pero nunca desesperado y abatido… sereno en medio de la
violencia;
abstemio en la orgía; casto entre la lujuria,
etc.
Las personas melancólicas y pesimistas piensan de
la vida lo peor y francamente no desean vivir…
Todos los días vemos gentes que no solamente son
infelices, sino que además —y lo que es peor—,
hacen también amarga la vida de los
demás…
Gentes así no cambiarían ni viviendo
diariamente de fiesta en fiesta; la enfermedad psicológica
la llevan en su interior… tales personas poseen estados
íntimos definitivamente perversos…
Sin embargo esos sujetos se auto-califican como justos,
santos, virtuosos, nobles, serviciales, mártires, etc.,
etc., etc.
Son gentes que se auto-consideran demasiado; personas
que se quieren mucho a si mismas…
Individuos que se apiadan mucho de si mismos y que
siempre buscan escapatorias para eludir sus propias
responsabilidades…
Personas así están acostumbradas a las
emociones inferiores y es ostensible que por tal motivo crean
diariamente elementos psíquicos infrahumanos.
Los eventos desgraciados, reveses de fortuna, miseria,
deudas, problemas, etc., son exclusividad de aquellas personas
que no saben vivir…
Cualquiera puede formarse una rica cultura
intelectual, más son muy pocas las personas que han
aprendido a vivir rectamente…
Cuando uno quiere separar los eventos exteriores de los
estados interiores de la conciencia, demuestra concretamente su
incapacidad para existir dignamente.
Quienes aprenden a combinar conscientemente eventos
exteriores y estados interiores, marchan por el camino del
éxito…
CAPITULO VIII
Incuestionablemente en la rigurosa observación
del Mí Mismo, resulta siempre impostergable e inaplazable
hacer una completa diferenciación lógica en
relación con los acontecimientos exteriores de la vida
práctica y los estados íntimos de la
conciencia.
Necesitamos con urgencia saber donde estamos situados en
un momento dado, tanto en relación con el estado
íntimo de la conciencia, como en la naturaleza
específica del acontecimiento exterior que nos está
sucediendo.
La vida en si misma es una serie de acontecimientos que
se procesan a través del tiempo y del
espacio…
Alguien dijo: "La vida es una cadena, de martirios que
lleva el hombre
enredada en el Alma…"
Cada cual es muy libre de pensar como quiera; yo creo
que a los efímeros placeres de un instante fugaz, le
suceden siempre el desencanto y la amargura…
Cada acontecimiento tiene su sabor característico
especial y los estados interiores son así mismos de
distinta clase; esto es incontrovertible,
irrefutable…
Ciertamente el trabajo interior sobre si mismo se
refiere en forma enfática a los diversos estados
psicológicos de la conciencia…
Nadie podría negar que en nuestro interior
cargamos con muchos errores y que existen estados
equivocados…
Si de verdad queremos cambiar realmente, necesitamos con
urgencia máxima e inaplazable, modificar radicalmente esos
estados equivocados de la conciencia…
La modificación absoluta de los estados
equivocados, origina transformaciones completas en el terreno de
la vida práctica…
Cuando uno trabaja seriamente sobre los estados
equivocados, obviamente los sucesos desagradables de la vida, ya
no pueden herirle tan fácilmente…
Estamos diciendo algo que sólo es posible
comprenderlo vivenciándolo, sintiéndolo realmente
en el terreno mismo de los hechos…
Quien no trabaja sobre si mismo es siempre victima de
las circunstancias; es como mísero leño entre las
aguas tormentosas del océano…
Los acontecimientos cambian incesantemente en sus
múltiples combinaciones; vienen uno tras otro en oleadas,
son influencias…
Ciertamente existen buenos y malos acontecimientos;
algunos eventos serán mejores o peores que
otros…
Modificar ciertos eventos es posible; Alterar
resultados, modificar situaciones, etc., está ciertamente
dentro del número de las posibilidades.
Empero existen situaciones de hecho que de verdad no
pueden ser alteradas; en estos últimos casos deben
aceptarse conscientemente, aunque algunas resulten muy peligrosas
y hasta dolorosas…
Incuestionablemente el dolor desaparece cuando no nos
identificamos con el problema que se ha presentado…
Debemos considerar la vida como una serie sucesiva de
estados interiores; una historia auténtica de nuestra vida
en particular está formada por todos esos
estados…
Al revisar la totalidad de nuestra propia existencia,
podemos verificar por si mismos en forma directa, que muchas
situaciones desagradables fueron posibles gracias a estados
interiores equivocados…
Alejandro Magno aunque siempre fue temperante por
naturaleza, se entregó por orgullo a los excesos que le
produjeron la muerte…
Francisco I murió a causa de un sucio y
abominable adulterio, que muy bien recuerda la historia
todavía…
Cuando Marat fue asesinado por una monja perversa, se
moría de soberbia y de envidia, se creía a si mismo
absolutamente justo…
Las damas del Parque de los Siervos incuestionablemente
acabaron totalmente la vitalidad del espantoso fornicario llamado
LUIS XV.
Muchas son las gentes que mueren por ambición,
ira o celos, esto lo saben muy bien los
Psicólogos…
En cuanto nuestra voluntad se confirma irrevocablemente
en una tendencia absurda, nos convertimos en candidatos para el
panteón o cementerio…
Otelo debido a los celos se convirtió en asesino
y la cárcel está llena de equivocados
sinceros…
CAPITULO IX
Plena auto-observación íntima del
Mí Mismo, resulta inaplazable cuando se trata, de
descubrir estados psicológicos equivocados.
Incuestionablemente los estados interiores equivocados
pueden ser corregidos mediante procedimientos
correctos.
Como quiera que la vida interior es el imán que
atrae los eventos exteriores, necesitamos con, urgencia
máxima inaplazable, eliminar de nuestra psiquis los
estados psicológicos erróneos.
Corregir estados psicológicos equivocados es
indispensable cuando se quiera, alterar fundamentalmente la
naturaleza de ciertos eventos indeseables.
Alterar nuestra relación con determinados
eventos, es posible si eliminamos de nuestro interior ciertos
estados psicológicos absurdos.
Situaciones exteriores destructivas, podrían
convertirse en inofensivas y hasta constructivas mediante la
inteligente corrección de los estados interiores
erróneos.
Uno puede cambiar la naturaleza de los eventos
desagradables que nos ocurren, cuando se purifica
íntimamente. Quien jamás corrige los estados
psicológicos absurdos, creyéndose muy fuerte se
convierte en víctima de las circunstancias.
Poner orden en nuestra desordenada casa interior es
vital, cuando se desea cambiar el curso de una desgraciada
existencia.
Las gentes se quejan de todo, sufren, lloran, protestan,
quisieran cambiar de vida, salir del infortunio en que se
encuentran, desafortunadamente no trabajan sobre si
mismas.
No quieren darse cuenta las gentes que la vida interior
atrae circunstancias exteriores y que si éstas son
dolorosas se debe a los estados interiores absurdos.
Lo exterior es tan sólo el reflejo de lo
interior, quien cambia interiormente origina un nuevo orden de
cosas.
Los eventos exteriores jamás serian tan
importantes, como el modo de reaccionar ante los
mismos.
¿Permanecisteis sereno ante el insultador?
¿Recibiste con agrado las manifestaciones desagradables de
vuestros semejantes?
¿De qué manera reaccionasteis ante la
infidelidad del ser amado? ¿Te dejaste llevar por el
veneno de los celos ¿Mataste? ¿Estáis en la
cárcel?
Los hospitales, los cementerios o panteones, las
cárceles, están llenos de sinceros equivocados que
reaccionaron en forma absurda ante los eventos
exteriores.
La mejor arma que un hombre puede usar en la vida, es un
estado Psicológico correcto.
Uno puede desarmar fieras y desenmascarar traidores,
mediante estados interiores apropiados.
Los estados interiores equivocados nos convierten en
víctimas indefensas de la perversidad humana.
Aprended a enfrentaros ante los sucesos más
desagradables de la vida práctica con una actitud interior
apropiada…
No os identifiquéis con ningún
acontecimiento; recordad que todo pasa; aprended a ver la vida
como una película y recibiréis los
beneficios…
No olvidéis que acontecimientos sin ningún
valor
podrían llevaros a la desgracia, si no elimináis de
vuestra Psiquis los estados interiores equivocados.
Cada evento exterior necesita, incuestionablemente del
billete apropiado; es decir, del estado Psicológico
preciso.
CAPITULO X
El Mamífero Racional equivocadamente llamado
hombre, realmente no posee una individualidad
definida.
Incuestionablemente esta falta de unidad
Psicológica en el Humanoide, es la causa de tantas
dificultades y amarguras.
El cuerpo físico es una unidad completa y trabaja
como un todo orgánico, a menos de estar
enfermo.
Empero, la vida interior del Humanoide en modo alguno es
una unidad psicológica.
Lo más grave de todo esto, a despecho de lo que
digan las diversas escuelas de tipo Seudo-Esotérico y
Seudo-Ocultista, es la ausencia de organización Psicológica en el fondo
íntimo de cada sujeto.
Ciertamente en tales condiciones, no existe trabajo
armonioso como un todo, en la vida interior de las
personas.
El Humanoide, respecto de su estado interior, es una
multiplicidad psicológica, una suma de "Yoes".
Los ignorantes ilustrados de esta época
tenebrosa, le rinden culto al "YO", lo endiosan, lo ponen en los
altares, lo llaman "ALTER EGO", "YO SUPERIOR", "YO DIVINO", etc.,
etc., etc.
No quieren darse cuenta los "Sabihondos" de esta edad
negra en que vivimos, que "Yo Superior" o "Yo Inferior", son dos
secciones del mismo Ego pluralizado…
El Humanoide no tiene ciertamente un "YO Permanente"
sino una multitud de diferentes "Yoes" Infrahumanos y
absurdos.
El pobre animal intelectual equivocadamente llamado
hombre, es semejante a una casa en desorden dónde en vez
de un amo, existen muchos criados que quieren siempre mandar y
hacer lo que les viene en gana…
El mayor error del Seudo-Esoterismo y Seudo-Ocultismo
barato, es suponer que los otros poseen o que se tiene un "YO
Permanente e Inmutable" sin principio y sin fin..
Si esos que así piensan despertaran consciencia
aunque fuese por un instante, podrían evidenciar
claramente por si mismos, que el Humanoide racional nunca es el
mismo por mucho tiempo…
El mamífero intelectual desde el punto de vista
psicológico, esta cambiando continuamente…
Pensar que si una persona se llama Luis es siempre Luis,
resulta algo así como una broma de muy mal
gusto…
Ese sujeto a quien se llama Luis tiene en si mismo otros
"Yoes", otros egos, que se expresan a través de su
personalidad en diferentes momentos y aunque Luis no guste de la
codicia, otro "Yo" en él —llamémosle
Pepe— gusta de la codicia y así
sucesivamente…
Ninguna persona es la misma en forma continua, realmente
no se necesita ser muy sabio como para darse cuenta cabal de los
innumerables cambios y contradicciones de cada
sujeto…
Suponer que alguien posee un "Yo Permanente e Inmutable"
equivale desde luego a un abuso para con el prójimo y para
consigo mismo…
Dentro de cada persona viven muchas personas, muchos
"Yoes", esto lo puede verificar por si mismo y en forma directa,
cualquier persona despierta, consciente…
CAPITULO XI
Como quiera que superior e inferior son dos secciones de
una misma cosa, no está de más sentar el siguiente
corolario: "YO SUPERIOR, YO INFERIOR" son dos aspectos del mismo
EGO tenebroso y pluralizado.
El denominado "YO DIVINO" o "YO SUPERIOR", "ALTER EGO" o
algo por el estilo, es ciertamente una triquiñuela del "MI
MISMO", una forma de AUTO-ENGAÑO.
Cuando el YO quiere continuar aquí y en el mas
allá, se Auto-Engaña con el falso concepto de un YO
Divino Inmortal…
Ninguno de nosotros tiene un "Yo" verdadero, permanente,
inmutable, eterno, inefable, etc., etc., etc.
Ninguno de nosotros tiene en verdad una verdadera y
auténtica Unidad de Ser; desafortunadamente ni siquiera
poseemos una legítima individualidad.
El Ego aunque continúa más allá del
sepulcro, tiene sin embargo un principio y un fin.
El Ego, el YO, nunca es algo individual, unitario,
unitotal. Obviamente el YO es "YOES".
En él Tibet Oriental a los "YOES" se les
denominan "AGREGADOS PSIQUICOS" o simplemente "Valores" sean
estos últimos positivos o negativos.
Si pensamos en cada "Yo" como una persona diferente,
podemos aseverar en forma enfática lo siguiente: "Dentro
de cada persona que vive en el mundo, existen muchas
personas".
Incuestionablemente dentro de cada uno de nosotros viven
muchísimas personas diferentes, algunas mejores, otras
peores…
Cada uno de estos Yoes, cada una de estas personas lucha
por la supremacía, quiere ser exclusiva, controla el
cerebro
intelectual o los centros emocional y motor cada vez
que puede, mientras otro lo desplaza…
La Doctrina de los muchos Yoes fue enseñada en el
Tibet Oriental por los verdaderos Clarividentes, por los
auténticos Iluminados…
Cada uno de nuestros defectos psicológicos
está personificado en tal o cual Yo. Como quiera que
tenemos millares y hasta millones de defectos, ostensiblemente
vive mucha gente en nuestro interior.
En cuestiones psicológicas hemos podido
evidenciar claramente que los sujetos paranoicos,
ególatras y mitómanos por nada de la vida
abandonarían el culto al querido Ego.
Incuestionablemente tales gentes odian mortalmente la
doctrina de los muchos "Yoes".
Cuando uno de verdad quiere conocerse a si mismo, debe
auto-observarse y tratar de conocer los diferentes "Yoes" que
están metidos dentro de la personalidad.
Si alguno de nuestros lectores no comprende
todavía esta doctrina de los muchos "Yoes", se debe
exclusivamente a la falta de práctica en materia de
Auto-Observación.
A medida que uno practica la Auto-Observación
Interior, va descubriendo por si mismo a muchas gentes, a muchos
"Yoes", que viven dentro de nuestra propia
personalidad.
Quienes niegan la doctrina de los muchos Yoes, quienes
adoran a un YO Divino, indubitablemente jamás se han
Auto-Observado seriamente. Hablando esta vez en estilo
Socrático diremos que esas gentes no sólo ignoran
sino además ignoran que ignoran.
Ciertamente jamás podríamos conocemos a si
mismos, sin la auto-observación seria y
profunda.
En tanto un sujeto cualquiera siga considerándose
cono Uno, es claro que cualquier cambio interior será algo
mas que imposible.
CAPITULO XII
En tanto un hombre prosiga con el error de creerse a si
mismo Uno, Único, Individual, es evidente que el cambio
radical será algo más que imposible.
El hecho mismo de que el trabajo esotérico
comience con la rigurosa observación de si mismo, nos
está indicando una multiplicidad de factores
Psicológicos, Yoes o elementos indeseables que es urgente
extirpar, erradicar de nuestro interior.
Incuestionablemente en modo alguno seria posible
eliminar errores desconocidos, urge observar previamente aquello
que queremos separar de nuestra Psiquis.
Este tipo de trabajo no es externo sino interno y
quienes piensen que cualquier manual de
urbanidad o sistema ético externo y superficial les pueda
llevar al éxito, estarán de hecho totalmente
equivocados.
El hecho concreto y
definitivo de que el trabajo íntimo empiece con la
atención concentrada en la
observación plena de si mismo, es motivo mas que
suficiente como para demostrar que esto exige un esfuerzo
personal muy
particular de cada uno de nosotros.
Hablando francamente y sin ambages, aseveramos en forma
enfática lo siguiente: Ningún ser humano
podría hacer este trabajo por nosotros.
No es posible cambio alguno en nuestra Psiquis, sin la
observación directa de todo ese conjunto de factores
subjetivos que llevamos dentro.
Dar por aceptada la multiplicidad de errores,
descartando la necesidad de estudio y observación directa
de los mismos, significa de hecho una evasiva o escapatoria, una
huida de si mismo, una forma de auto-engaño.
Sólo a través del esfuerzo riguroso de la
observación juiciosa de si mismo, sin escapatorias de
ninguna especie podremos evidenciar realmente que no somos "Uno"
sino "Muchos".
Admitir la pluralidad del YO y evidenciarla a
través de la observación rigurosa, son dos aspectos
diferentes.
Alguien puede aceptar la Doctrina de los muchos Yoes sin
haberlo jamás evidenciado; esto último sólo
es posible auto-observándose cuidadosamente.
Rehuir el trabajo de observación íntima,
buscar evasivas, es signo inconfundible de
degeneración.
Mientras un hombre sustente la ilusión de que es
siempre una y la misma persona, no puede cambiar y, es obvio que
la finalidad de este trabajo es precisamente lograr un cambio
gradual en nuestra vida interior.
La transformación radical es una posibilidad
definida que normalmente se pierde cuando no se trabaja sobre si
mismo.
El punto inicial del cambio radical permanece oculto
mientras el hombre continúe creyéndose
Uno.
Quienes rechazan la Doctrina de los muchos Yoes,
demuestran claramente que jamás se han auto-observado
seriamente.
La severa observación de si mismo sin
escapatorias de ninguna especie, nos permite verificar por si
mismos el crudo realismo de
que no somos "Uno" sino "Muchos".
En el mundo de las opiniones subjetivas, diversas
teorías
seudo-esotéricas o seudo-ocultistas, sirven siempre de
callejón para huir de si mismos…
Incuestionablemente la ilusión de que se es
siempre una y la misma persona, sirve de escollo para la
auto-observación…
Alguien podría decir: "Sé que no soy Uno
sino Muchos, la Gnosis me lo ha enseñado". Tal
afirmación aunque fuese muy sincera sino existiese plena
experiencia vivida sobre ese aspecto doctrinario, obviamente tal
afirmación sería algo meramente externo y
superficial.
Evidenciar, experimentar y comprender es lo fundamental,
sólo así es posible trabajar conscientemente para
lograr un cambio radical.
Afirmar es una cosa y comprender es otra. Cuando alguien
dice: "Comprendo que no soy Uno sino Muchos", si su
comprensión es verdadera y no mera palabrería
insustancial de charla ambigua, esto indica, señala,
acusa, plena verificación de la Doctrina de los Muchos
Yoes.
Conocimiento y Comprensión son diferentes. El
primero de estos es de la mente, el segundo del corazón.
El mero conocimiento
de la Doctrina de los Muchos Yoes de nada sirve;
desafortunadamente por estos tiempos en que vivimos, el
conocimiento ha ido mucho más allá de la
comprensión, porque el pobre animal intelectual
equivocadamente llamado hombre, desenvolvió exclusivamente
el lado del conocimiento olvidando lamentablemente el
correspondiente lado del Ser.
Conocer la Doctrina de los Muchos Yoes y comprenderla,
es fundamental para todo cambio radical verdadero.
Cuando un hombre comienza a observarse detenidamente a
si mismo, desde el ángulo de que no es Uno sino Muchos,
obviamente ha iniciado él trabajo serio sobre su
naturaleza interior.
CAPITULO XIII
Es muy claro y no resulta difícil comprender, que
cuando alguien empieza a observarse a si mismo seriamente desde
el punto de vista que no es Uno sino Muchos, comienza realmente a
trabajar sobre todo eso que carga dentro.
Es óbice, obstáculo, tropiezo, para el
trabajo de Auto-observación Intima, los siguientes
defectos Psicológicos: Mitomanía, (Delirio de
Grandeza, creerse un Dios) Egolatría, (Creencia en un YO
Permanente; adoración a cualquier especie de Alter-Ego)
Paranoia. (Sabiondez, Auto-suficiencia, engreimiento, creerse
infalible, orgullo místico, persona que no sabe ver el
punto de vista ajeno)
Cuando se continúa con la convicción
absurda que se es Uno, que se posee un Yo permanente, resulta
algo mas que imposible el trabajo serio sobre si
mismo.
Quien siempre se cree Uno, nunca será capaz de
separarse de sus propios elementos indeseables.
Considerará a cada pensamiento,
sentimiento, deseo, emoción, pasión, afecto, etc.,
etc., etc., como funcionalismos diferentes, inmodificables, de su
propia naturaleza y hasta se justificará ante los
demás diciendo que tales o cuales defectos personales son
de carácter
hereditario…
Quien acepta la Doctrina de los Muchos Yoes, comprende a
base de observación que cada deseo, pensamiento
acción, pasión, etc., corresponde a este u otro Yo
distinto, diferente…
Cualquier atleta de la Auto-Observación intima,
trabaja muy seriamente dentro de si mismo y se esfuerza por
apartar de su Psiquis los diversos elementos indeseables que
carga dentro…
Si uno de verdad y muy sinceramente comienza a
observarse internamente, resulta dividiéndose en dos:
Observador y Observado.
Si tal división no se produjera, es evidente que
nunca daríamos un paso adelante en la Vía
maravillosa del Auto-Conocimiento.
¿Cómo podríamos observarnos a si
mismos si cometemos el error de no querer dividirnos entre
Observador y Observado?
Si tal división no se produjera, es obvio que
nunca daríamos un paso adelante en el camino del
Auto-Conocimiento.
Indubitablemente cuando esta división no se
sucede continuamos identificados con todos los procesos del
Yo Pluralizado…
Quien se identifica con los diversos procesos del Yo
Pluralizado, es siempre victima de las circunstancias.
¿Cómo podría modificar
circunstancias aquel que no se conoce a si mismo?
¿Cómo podría conocerse a si mismo quien
nunca se ha observado internamente? ¿De qué manera
podría alguien auto-observarse si no se divide previamente
en Observador y Observado?
Ahora bien, nadie puede empezar a cambiar radicalmente
en tanto no sea capaz de decir: "Este deseo es un Yo animal que
debo eliminar"; "este pensamiento egoísta es otro Yo que
me atormenta y que necesito desintegrar"; "este sentimiento que
hiere mi corazón es un Yo intruso
que necesito reducir a polvareda cósmica"; etc.,
etc., etc.
Naturalmente esto es imposible para quien nunca se ha
dividido entre Observador y Observado.
Quien toma todos sus procesos Psicológicos como
funcionalismos de un Yo Único, Individual y Permanente, se
encuentra tan identificado con todos sus errores, los tiene tan
unidos a si mismo, que ha perdido por tal motivo la capacidad
para separarlos de su Psiquis.
Obviamente personas así jamás pueden
cambiar radicalmente, son gentes condenadas al más rotundo
fracaso.
CAPITULO XIV
Pensar profundamente y con plena atención resulta
extraño por esta época involutiva y
decadente.
Del Centro Intelectual surgen diversos pensamientos
provenientes, no de un Yo permanente como suponen neciamente los
ignorantes ilustrados, sino de los diferentes "Yoes" en cada uno
de Nos.
Cuando un hombre está pensando, cree firmemente
que él en si mismo y por si mismo está
pensando.
No quiere darse cuenta el pobre mamífero
intelectual que los múltiples pensamientos que por su
entendimiento cruzan, tienen su origen en los distintos "Yoes"
que llevamos dentro.
Esto significa que no somos verdaderos individuos
pensantes; realmente todavía no tenemos mente
individual.
Sin embargo, cada uno de los diferentes "Yoes" que
cargamos dentro, usa nuestro Centro Intelectual, lo utiliza cada
vez que puede para pensar.
Absurdo sería pues, identificamos con tal o cual
pensamiento negativo y perjudicial, creyéndolo propiedad
particular.
Obviamente este o aquel pensamiento negativo proviene de
cualquier "Yo" que en un momento dado ha usado abusivamente
nuestro Centro Intelectual.
Pensamientos negativos los hay de distinta especie:
Sospecha, desconfianza, mala voluntad hacia otra persona, celos
pasionales, celos religiosos, celos políticos, celos por
amistades o de tipo familiar, codicia, lujuria, venganza, ira,
orgullo, envidia, odio, resentimiento, hurto, adulterio, pereza,
gula, etc., etc., etc.
Realmente son tantos los defectos psicológicos
que tenemos, que aunque tuviéramos paladar dé
acero y mil
lenguas para hablar, no alcanzaríamos a enumerarlos
cabalmente.
Como secuencia o corolario de lo antes dicho, resulta
descabellado identificarnos con los pensamientos
negativos.
Como quiera que no es posible que exista efecto sin
causa, afirmamos solemnemente que nunca podría existir un
pensamiento por si mismo, por generación
espontánea…
La relación entre pensador y pensamiento es
ostensible; cada pensamiento negativo tiene su origen en un
pensador diferente.
En cada uno de nos existen tantos pensadores negativos,
cuantos pensamientos de la misma índole.
Mirada esta cuestión desde el ángulo
pluralizado de "Pensadores y Pensamientos", sucede que cada uno
de los "Yoes que cargamos en nuestra Psiquis, es ciertamente un
pensador diferente.
Incuestionablemente dentro de cada uno de nos, existen
demasiados pensadores; sin embargo, cada uno de éstos a
pesar de ser tan sólo parte, se cree el todo, en un
momento dado…
Los mitómanos, los ególatras, los
narcisistas, los paranoicos, nunca aceptarían la tesis de "La
Pluralidad de Pensadores" porque se quieren demasiado a si
mismos, se sienten "el papá de Tarzán" o "la
mamá de los pollitos"…
¿Cómo podrían tales gentes
anormales aceptar la idea de que no poseen una mente individual,
genial, maravillosa?…
Sin embargo tales Sabihondos piensan de si mismos lo
mejor y hasta se visten con la túnica de Aristipo para
demostrar sabiduría y humildad…
Cuenta por ahí la leyenda de los siglos que
Aristipo, queriendo demostrar sabiduría y humildad, se
vistió con una vieja túnica llena de remiendos y
agujeros; empuñó con la diestra el Bastón de
la Filosofía y se fue por las calles de
Atenas…
Dicen que cuando Sócrates
le vio venir, exclamó con gran voz: "¡Oh Aristipo,
se ve tu vanidad a través de los agujeros de tu
vestidura!".
Quien no vive siempre en estado de Alerta Novedad,
Alerta Percepción, pensando que está
pensando, se identifica fácilmente con cualquier
pensamiento negativo.
De resultas de esto, fortalece lamentablemente el poder
siniestro del "Yo Negativo", autor del correspondiente
pensamiento en cuestión.
Cuanto más nos identificamos con un pensamiento
negativo, tanto más esclavos seremos del correspondiente
"Yo" que le caracteriza.
Con respecto a la Gnosis, al Camino Secreto, al trabajo
sobre si mismo, nuestras tentaciones particulares se encuentran
precisamente en los "Yoes" que odian la Gnosis, el trabajo
esotérico, porque no ignoran que su existencia dentro de
nuestra psiquis está mortalmente amenazada por la Gnosis y
por el trabajo.
Esos "Yoes Negativos" y pendencieros se apoderan
fácilmente de ciertos rollos mentales almacenados en
nuestro Centro Intelectual y originan secuencialmente corrientes
mentales nocivas y perjudiciales.
Si aceptamos esos pensamientos, esos "Yoes Negativos"
que en un momento dado controlan nuestro Centro Intelectual,
seremos entonces incapaces de librarnos de sus
resultados.
Jamás debemos olvidar que todo "Yo Negativo" se
"Auto-Engaña." y "Engaña", conclusión:
Miente.
Cada vez que sentimos una súbita pérdida
de fuerza, cuando
el aspirante se desilusiona, de la Gnosis, del trabajo
esotérico, cuando pierde el entusiasmo y abandona lo
mejor, es obvio que ha sido engañado por algún Yo
Negativo.
El "Yo Negativo del Adulterio", aniquila los nobles
hogares y hace desgraciados a los hijos.
El "Yo Negativo de los Celos", engaña a los seres
que se adoran y destruye la dicha de los mismos.
El "Yo Negativo del Orgullo Místico"
engaña a los devotos del Camino y éstos,
sintiéndose sabios, aborrecen a su Maestro o le
traicionan…
El Yo Negativo apela a nuestras experiencias personales,
a nuestros recuerdos, a nuestros mejores anhelos, a nuestra
sinceridad, y, mediante una rigurosa selección
de todo esto, presenta algo en una falsa luz, algo que fascina y
viene el fracaso…
Sin embargo, cuando uno descubre el "Yo" en
acción, cuando ha aprendido a vivir en estado de alerta,
tal engaño se hace imposible…
CAPITULO XV
Creerse "Uno", ciertamente es una broma de muy mal
gusto; desafortunadamente esta vana ilusión existe dentro
de cada uno de nosotros.
Lamentablemente siempre pensamos de nosotros mismos lo
mejor, jamás se nos ocurre comprender que ni siquiera
poseemos Individualidad verdadera.
Lo peor del caso es que hasta nos damos el lujo falso de
suponer que cada uno de nosotros goza de plena conciencia y
voluntad propia.
¡Pobres de nosotros! ¡Cuán necios
somos! No hay duda de que la ignorancia es la peor de las
desgracias.
Dentro de cada uno de nos existen muchos miles de
individuos diferentes, sujetos distintos, Yoes o gentes que
riñen entre si, que se pelean por la supremacía y
que no tienen orden o concordancia alguna.
Si fuéramos conscientes, si despertáramos
de tantos sueños y fantasías, cuan distinta
sería la vida. ..
Más para colmo de nuestro infortunio, las
emociones negativas y las auto-consideraciones y amor propio, nos
fascinan, nos hipnotizan, jamás nos permiten acordarnos de
si mismos, vernos tal cual somos..
Creemos tener una sola voluntad cuando en realidad
poseemos muchas voluntades diferentes. (Cada Yo tiene la
suya)
La tragi-comedia de toda esta Multiplicidad Interior
resulta pavorosa; las diferentes voluntades interiores chocan
entre si, viven en conflicto
continuo, actúan en diferentes direcciones.
Si tuviéramos verdadera Individualidad, si
poseyéramos Una Unidad en vez de una Multiplicidad,
tendríamos también continuidad de
propósitos, consciencia despierta, voluntad particular,
individual.
Cambiar es lo indicado, sin embargo debemos empezar por
ser sinceros con nosotros mismos.
Necesitamos hacer un inventario
psicológico de si mismos para conocer lo que nos sobre y
lo que nos falta.
Es posible conseguir Individualidad, más si
creemos tenerla tal posibilidad desaparecerá.
Es evidente que jamás lucharíamos por
conseguir algo que creemos tener. La fantasía nos hace
creer que somos poseedores de la Individualidad y hasta existen
en el mundo escuelas que así lo enseñan.
Es urgente luchar contra la fantasía, ésta
nos hace aparecer como si fuéramos esto, o aquello, cuando
en realidad somos miserables, desvergonzados y
perversos.
Pensamos que somos hombres, cuando en verdad somos tan
solo mamíferos intelectuales desprovistos de
Individualidad.
Los mitómanos se creen Dioses, Mahatmas, etc.,
sin sospechar siquiera que ni siquiera tienen mente individual y
Voluntad Consciente.
Los ególatras adoran tanto a su querido Ego, que
nunca aceptarían la idea de la Multiplicidad de Egos
dentro de si mismos.
Los paranoicos con todo el orgullo clásico que
les caracteriza, ni siquiera leerán este libro…
Es indispensable luchar a muerte contra la
fantasía acerca de nosotros mismos, si es que no queremos
ser victimas de emociones artificiales y experiencias falsas que
además de ponemos en situaciones ridículas,
detienen toda posibilidad de desarrollo interior.
El animal intelectual está tan hipnotizado por su
fantasía, que sueña que es león o
águila cuando en verdad no es más que un vil gusano
del lodo de la tierra.
El mitómano jamás aceptaría estas
afirmaciones renglones arriba hechas; obviamente él se
siente archihierofante digan lo que digan; sin sospechar que la
fantasía es meramente nada, "nada sino
fantasía".
La fantasía es una fuerza real que actúa
universalmente sobre la humanidad y que mantiene al Humanoide
Intelectual en estado de sueño, naciéndole creer
que ya es un hombre, que posee verdadera Individualidad,
voluntad, conciencia despierta, mente particular, etc., etc.,
etc.
Cuando pensamos que somos uno, no podemos movernos de
donde estamos en si mismos, permanecemos estancados y por ultimo
degeneramos, involucionamos.
Cada uno de nos se encuentra en determinada etapa
psicológica y no podremos salir de la misma, a menos que
descubramos directamente a todas esas personas o Yoes que viven
dentro de nuestra persona.
Es claro que mediante la auto-observación
íntima podremos ver a las gentes que viven en nuestra
psiquis y que necesitamos eliminar para lograr la
transformación radical.
Esta percepción, esta auto-observación,
cambia fundamentalmente todos los conceptos equivocados que sobre
si mismos teníamos y como resultado evidenciamos el hecho
concreto de que no poseemos verdadera Individualidad,
Mientras no nos auto-observemos, viviremos en la
ilusión de que somos Uno y en consecuencia nuestra vida
será equivocada.
No es posible relacionamos correctamente con nuestros
semejantes mientras no se realice un cambio Interior en el fondo
de nuestra psiquis.
Cualquier cambio intimo exige la eliminación
previa de los Yoes que llevamos dentro.
De ninguna manera podríamos eliminar tales Yoes
si no los observamos en nuestro interior.
Aquellos que se sienten Uno, que piensan de si mismos lo
mejor, que nunca aceptarían la doctrina de los muchos,
tampoco desean observar a los Yoes y por lo tanto cualquier
posibilidad de cambio se hace en ellos imposible.
No es posible cambiar si no se elimina, más quien
se siente poseedor de la Individualidad si aceptase que debe
eliminar, ignoraría realmente que es lo que debe
eliminar.
Empero, no debemos olvidar que quien cree ser Uno,
auto-engañado cree que si sabe lo que debe eliminar,
más en verdad ni siquiera sabe que no sabe, es un
ignorante ilustrado.
Necesitamos "desegoistizarnos" para "individualizarnos",
más quien cree que posee la Individualidad es imposible
que pueda desegoistizarse.
La Individualidad es sagrada en un ciento por ciento,
raros son los que la tienen, más todos piensan que la
tienen.
¿Cómo podríamos eliminar "Yoes", si
creemos que tenemos un "Yo" Único?
Ciertamente sólo quien jamás se ha
Auto-Observado seriamente piensa que tiene un Yo
Único.
Empero debemos ser muy claros en esta enseñanza porque existe el peligro
psicológico de confundir a la Individualidad
auténtica con el concepto de alguna especie de "Yo
Superior" o algo por el estilo.
La Individualidad Sagrada está mucho más
allá de cualquier forma de "Yo", es lo que es, lo que
siempre ha sido y lo que siempre será.
La legitima Individualidad es el Ser y la razón
de Ser del Ser, es el mismo Ser.
Distíngase entre el Ser y el Yo. Quiénes
confunden al Yo con el Ser, ciertamente nunca se han
auto-observado seriamente.
En tanto continúe la Esencia, la conciencia,
embotellada entre todo ese conjunto de Yoes que llevamos dentro,
el cambio radical será algo más que
Imposible.
CAPITULO XVI
Una persona es lo que es su vida. Eso que
continúa mas allá de la muerte, es la vida. Este es
el significado del libro de la vida que se abre con la
muerte.
Mirada esta cuestión desde un punto de vista
estrictamente psicológico, un día cualquiera de
nuestra vida, es realmente una pequeña réplica de
la totalidad de la vida.
De todo esto podemos inferir lo siguiente: Si un hombre
no trabaja sobre si mismo hoy, no cambiara nunca.
Cuando se afirma que se quiere trabajar sobre si mismo,
y no se trabaja hoy aplazando para mañana, tal
afirmación será un simple proyecto y nada
mas, porque en él hoy está la réplica de
toda nuestra vida.
Existe por ahí un dicho vulgar que dice: "No
dejéis para mañana lo que se puede hacer hoy
mismo".
Si un hombre dice: "Trabajaré sobre mí
mismo, mañana", nunca trabajará sobre si mismo, por
que siempre habrá un mañana.
Esto es muy similar a cierto aviso, anuncio o letrero
que algunos comerciantes ponen en sus tiendas: "HOY NO FIO,
MAÑANA SI".
Cuando algún necesitado llega a solicitar
crédito, topa con el terrible aviso, y si
vuelve al otro día, encuentra otra vez el desdichado
anuncio o letrero.
Esto es lo que se llama en sicología la
"enfermedad del mañana". Mientras un hombre diga
"mañana", nunca cambiará.
Necesitamos con urgencia máxima, inaplazable,
trabajar sobre si mismo hoy, no soñar perezosamente en un
futuro o en una oportunidad extraordinaria.
Esos que dicen: "Voy antes a hacer esto o aquello y
luego trabajaré". Jamás trabajarán sobre si
mismos, esos son los moradores de la tierra mencionados en las
Sagradas Escrituras.
Conocí a un poderoso terrateniente que
decía: "Necesito primero redondearme y luego trabajar
sobre Mí Mismo".
Cuando enfermó de muerte le visité,
entonces le hice la siguiente pregunta: "¿Todavía
queréis redondearte?"
"Lamento de verdad haber perdido el tiempo", me
respondió. Días después murió,
después de haber reconocido su error.
Aquel hombre tenia muchas tierras, pero quería
adueñarse de las propiedades vecinas, "redondearse", a fin
de que su hacienda quedase exactamente limitada por cuatro
caminos.
"¡Basta a cada día su afán!", dijo
el Gran KABIR JESÚS. Auto-observarnos hoy mismo, en lo
tocante al día siempre recurrente, miniatura de nuestra
vida entera.
Cuando un hombre comienza a trabajar sobre si mismo, hoy
mismo cuando observa sus disgustos y penas, marcha por el camino
del éxito.
No sería posible eliminar lo que no conocemos.
Debemos observar antes nuestros propios errores.
Necesitamos no sólo conocer nuestro día,
sino también la relación, con el mismo. Hay cierto
día ordinario que cada persona experimenta directamente,
excepto los sucesos insólitos, inusitados.
Resulta interesante observar la recurrencia diaria, la
repetición de palabras y acontecimientos, para cada
persona, etc.
Esa repetición o recurrencia de eventos y
palabras, merece ser estudiada, nos conduce al
auto-conocimiento.
CAPITULO XVII
De ninguna manera podríamos negar la Ley de
Recurrencia procesándose en cada momento de nuestra
vida.
Ciertamente en cada día de nuestra existencia,
existe repetición de eventos, estados de conciencia,
palabra, deseos, pensamientos, voliciones, etc.
Es obvio que cuando uno no se auto-observa, no puede
darse cuenta de esta incesante repetición
diaria.
Resulta evidente que quien no siente interés
alguno por observarse a si mismo, tampoco desea trabajar para
lograr una verdadera transformación radical.
Para colmo de los colmos hay gentes que quieren
transformarse sin trabajar sobre si mismos.
No negamos el hecho de que cada cual tiene derecho a la
real felicidad del espíritu, más también es
cierto, que la felicidad sería algo más que
imposible si no trabajamos sobre si mismos.
Uno puede cambiar íntimamente, cuando de verdad
consigue modificar sus reacciones ante los diversos hechos que le
sobrevienen diariamente.
Empero no podríamos modificar nuestra forma de
reaccionar ante los hechos de la vida práctica, sino
trabajáramos seriamente sobre si mismos.
Necesitamos cambiar nuestra manera de pensar, ser menos
negligentes, volvemos más serios y tomar la vida en forma
diferente, en su sentido real y practico.
Empero, si continuamos así tal como estamos,
comportándonos en la misma forma todos los días,
repitiendo los mismos errores, con la misma negligencia de
siempre, cualquier posibilidad de cambio quedará de hecho
eliminada.
Si uno de verdad quiere llegar a conocerse a si mismo,
debe empezar por observar su propia conducta, ante
los sucesos de cualquier día de la vida.
No queremos decir con esto que no deba uno observarse a
si mismo diariamente, sólo queremos afirmar que se debe
empezar por observar un primer día.
En todo debe haber un comienzo, y empezar por observar
nuestra conducta en cualquier día de nuestra vida, es un
buen comienzo.
Observar nuestras reacciones mecánicas ante todos
esos pequeños detalles de alcoba, hogar, comedor, casa,
calle, trabajo, etc., etc., etc., lo que uno dice, siente y
piensa, es ciertamente lo más indicado.
Lo importante es ver luego como o de que manera puede
uno cambiar esas reacciones; empero, si creemos que somos buenas
personas, que nunca nos comportamos en forma inconsciente y
equivocada, nunca cambiaremos.
Ante todo necesitamos comprender que somos
personas-máquinas,
simples marionetas controladas por agentes secretos, por Yoes
ocultos.
Dentro de nuestra persona viven muchas personas, nunca
somos idénticos; a veces se manifiesta en nosotros una
persona mezquina, otras veces una persona irritable, en cualquier
otro instante una persona espléndida, benevolente,
más tarde una persona escandalosa o calumniadora,
después un santo, luego un embustero, etc.
Tenemos gente de toda clase dentro de cada uno de
nosotros, Yoes de toda especie. Nuestra personalidad no es mas
que una marioneta, un muñeco parlante, algo
mecánico.
Empecemos por comportamos conscientemente durante una
pequeña parte del día; necesitamos dejar de ser
simples máquinas aunque sea durante por breves minutos
diarios, esto influirá decisivamente sobre nuestra
existencia.
Cuando nos Auto-Observamos y no hacemos lo que tal o
cual Yo quiere, es claro que empezamos a dejar de ser
máquinas.
Un sólo momento, en que se está bastante
consciente, como para dejar de ser máquina, si se hace
voluntariamente, suele modificar radicalmente muchas
circunstancias desagradables.
Desgraciadamente vivimos diariamente una vida
mecanicista, rutinaria, absurda. Repetimos sucesos, nuestros
hábitos son los mismos, nunca hemos querido modificarlos,
son el carril mecánico por donde circula el tren de
nuestra miserable existencia, empero, pensamos de nosotros lo
mejor…
Por donde quiera abundan los "MITOMANOS", los que se
creen Dioses; criaturas mecánicas, rutinarias, personajes
del lodo de la tierra, míseros muñecos movidos por
diversos Yoes; gentes así no trabajarán sobre si
mismos…
CAPÍTULO XVIII
Si observamos cuidadosamente cualquier día de
nuestra vida, veremos que ciertamente no sabemos vivir
conscientemente.
Nuestra vida parece un tren en marcha, moviéndose
en los carriles fijos de los hábitos mecánicos,
rígidos, de una existencia vana y superficial.
Lo curioso del caso es que jamás se nos ocurre
modificar los hábitos, parece que no nos cansamos de estar
remitiendo siempre lo mismo.
Los hábitos nos tiene petrificados, más
pensamos que somos libres; somos espantosamente feos pero nos
creemos Apolos…
Somos gente mecánica, motivo más que
suficiente como para carecer de todo sentimiento verdadero de lo
que se está haciendo en la vida.
Nos movemos diariamente dentro del viejo carril de
nuestros hábitos anticuados y absurdos y así es
claro que no tenemos una verdadera vida; en vez de vivir,
vegetamos miserablemente, y no recibimos nuevas
impresiones.
Si una persona iniciara su día conscientemente,
es ostensible que tal día sería muy distinto a los
otros días.
Cuando uno toma la totalidad de su vida, como el mismo
día que está viviendo, cuando no deja para
mañana lo que se debe hacer hoy mismo, llega realmente a
conocer lo que significa trabajar sobre si mismo.
Jamás un día carece de importancia; si en
verdad queremos transformarnos radicalmente, debemos vernos,
observarnos y comprendemos diariamente.
Sin embargo, las gentes no quieren verse a si mismas,
algunos teniendo ganas de trabajar sobre si mismos, justifican su
negligencia con frases como la siguiente: "El trabajo en la
oficina no permite trabajar sobre si mismo". Palabras estas sin
sentido, huecas, vanas, absurdas, que sólo sirven para
justificar la indolencia, la pereza, la falta de amor por la Gran
Causa.
Gentes así, aunque tengan muchas inquietudes
espirituales, es obvio que no cambiarán nunca.
Observarnos a si mismos es urgente, inaplazable,
impostergable. La Auto-Observación íntima es
fundamental para el cambio verdadero.
¿Cuál es su estado psicológico al
levantarse? ¿Cuál es su estado de ánimo
durante el desayuno? ¿Estuvo impaciente con el mesero?,
¿Con la esposa? ¿Por qué estuvo impaciente?
¿Qué es lo que siempre le trastorna?,
etc.
Fumar o comer menos no es todo el cambio, más si
indica cierto avance. Bien sabemos que el vicio y la
glotonería son inhumanos y bestiales.
No está bien que alguien dedicado al Camino
Secreto, tenga un cuerpo físico, excesivamente gordo y con
un vientre abultado y fuera de toda euritmia de
perfección. Eso indicaría glotonería, gula y
hasta pereza.
La vida cotidiana, la profesión, el empleo,
aunque vitales para la existencia, constituyen el sueño de
la conciencia.
Saber que la vida es sueño no significa haberlo
comprendido. La comprensión viene con la
auto-observación y el trabajo intenso sobre si
mismo.
Para trabajar sobre si, es indispensable trabajar sobre
su vida diaria, hoy mismo, y entonces se comprenderá lo
que significa aquella frase de la Oración del
Señor: "Dadnos el Pan nuestro de cada
día".
La frase "Cada Día", significa el "Pan
supersubstancial" en griego o el "Pan de lo Alto".
La Gnosis da ese Pan de Vida en el doble sentido de
ideas y fuerzas que nos permiten desintegrar errores
psicológicos.
Cada vez que reducimos a polvareda cósmica tal o
cual 'Yo", ganamos experiencia psicológica, comemos el
"Pan de la Sabiduría", recibimos un nuevo
conocimiento.
La Gnosis nos ofrece el "Pan Supersustancial", el "Pan
de la Sabiduría", y nos señala con precisión
la nueva vida que comienza en uno mismo, dentro de uno mismo,
aquí y ahora.
Ahora, bien, nadie puede alterar su vida o cambiar cosa
alguna relacionada con las reacciones mecánicas de la
existencia, a menos que cuente con la ayuda de nuevas ideas y
reciba auxilio Divinal.
La Gnosis da esas nuevas ideas y enseña el "modus
operandi" mediante el cual puede uno ser asistido por Fuerzas
Superiores a la mente.
Necesitamos preparar los centros inferiores de nuestro
organismo para recibir las ideas y fuerza que vienen de los
centros Superiores.
En el trabajo sobre si mismo no existe nada
despreciable. Cualquier pensamiento por insignificante que sea,
merece ser observado. Cualquier emoción negativa,
reacción, etc., debe ser observada.
CAPITULO XIX
Apartarse uno de los efectos desastrosos de la vida, en
estos tiempos tenebrosos, ciertamente es muy difícil pero
indispensable, de otro modo es devorado por la vida.
Cualquier trabajo que uno haga sobre si mismo con el
propósito de lograr un desarrollo anímico y
espiritual, se relaciona siempre con el aislamiento muy bien
entendido, pues bajo la influencia de la vida tal como siempre la
vivimos, no es posible desarrollar otra cosa que la
personalidad.
En modo alguno intentamos oponernos al desarrollo de la
personalidad, obviamente ésta es necesaria en la
existencia, más ciertamente es algo meramente artificial,
no es lo verdadero, lo real en nosotros.
Si el pobre mamífero intelectual equivocadamente
llamado hombre no se aísla, sino que se identifica con
todos los sucesos de la vida práctica y derrocha sus
fuerzas en emociones negativas y en auto-consideraciones
personales y en vana palabrería insustancial de charla
ambigua, nada edificante, ningún elemento real puede
desarrollarse en él, fuera de lo que pertenece al mundo de
la mecanicidad.
Ciertamente quien quiera de verdad lograr en si el
desarrollo de la Esencia, debe llegar a estar
herméticamente cerrado. Esto se refiere a algo
íntimo estrechamente relacionado con el
silencio.
La frase viene de los antiguos tiempos, cuando se
enseñaba secretamente una Doctrina sobre el desarrollo
interior del hombre vinculada con el nombre de Hermes.
Si uno quiere que algo real crezca en su interioridad,
es claro que debe evitar el escape de sus energías
psíquicas.
Cuando uno tiene escapes de energía y no
está aislado en su intimidad, es incuestionable que no
podrá lograr el desarrollo de algo real en su
psiquis.
La vida ordinaria común y corriente quiere
devorarnos implacablemente; nosotros debemos luchar contra la
vida diariamente, debemos aprender a nadar contra la
corriente…
Este trabajo va en contra de la vida, se trata de algo
muy distinto a lo de todos los días y que sin embargo
debemos practicar de instante en instante; quiero referirme a la
Revolución
de la Conciencia.
Es evidente que si nuestra actitud hacia la vida diaria
es fundamentalmente equivocada; si creemos que todo de marchamos
bien, así por que si, vendrán los
desengaños…
Las gentes quieren que las cosas les salgan bien,
"así porque si", porque todo debe marchar de acuerdo con
sus planes, más la cruda realidad es diferente, en tanto
uno no cambie interiormente, gústele o no le guste
será siempre victima, de las circunstancias.
Se dice y se escribe sobre la vida, muchas estupideces
sentimentales, más este Tratado de Sicología
Revolucionaria es diferente.
Esta Doctrina va al grano, a los hechos concretos,
claros y definitivos; afirma enfáticamente que el "Animal
Intelectual" equivocadamente llamado hombre, es un bípedo
mecánico, inconsciente, dormido.
"El Buen Dueño de Casa" jamás
aceptaría la Psicología Revolucionaria; cumple con
todos sus deberes como padre, esposo, etc., y por ello piensa de
si mismo lo mejor, pero sólo sirve a los fines de la
naturaleza y eso es todo.
Por oposición diremos que también existe
"El Buen dueño de Casa" que nada contra la corriente, que
no quiere dejarse devorar por la vida; empero, estos sujetos son
muy escasos en el mundo, no abundan nunca.
Cuando uno piensa de acuerdo con las ideas de este
Tratado de Psicología Revolucionaria, obtiene una correcta
visión de la vida.
CAPITULO XX
Observar y observarse a si mismo son dos cosas
completamente diferentes, sin embargo, ambas exigen
atención.
En la observación la atención es orientada
hacia afuera, hacia el mundo exterior, a través de las
ventanas de los
sentidos.
En la auto-observación de si mismo, la
atención es orientada hacia dentro y para ello los
sentidos de percepción externa no sirven, motivo
éste más que suficiente como para que sea
difícil al neófito la observación de sus
procesos psicológicos íntimos.
El punto de partida de la ciencia
oficial en su lado práctico, es lo observable. El punto de
partida del trabajo sobre si mismo, es la
auto-observación, lo auto-observable.
Incuestionablemente estos dos puntos de partida
renglones arriba citados, nos llevan a direcciones completamente
diferentes.
Podría alguien envejecer enfrascado entre los
dogmas transigentes de la ciencia
oficial, estudiando fenómenos externos, observando
células, átomos, moléculas,
soles, estrellas, cometas, etc., sin experimentar dentro de si
mismo ningún cambio radical.
La clase de conocimiento que transforma interiormente a
alguien, jamás podría lograrse mediante la
observación externa.
El verdadero conocimiento que realmente puede originar
en nosotros un cambio interior fundamental tiene por basamento la
auto-observación directa de si mismo.
Es urgente decirle a nuestros estudiantes
Gnósticos que se observen a si mismos y en que sentido
deben auto-observarse y las razones para ello.
La observación es un medio para modificar las
condiciones mecánicas del mundo. La
auto-observación Interior es un medio para cambiar
íntimamente.
Como secuencia o corolario de todo esto, podemos y
debemos afirmar en forma enfática, que existen dos clases
de conocimiento, el externo y el interno y que a menos que
tengamos en si mismos el centro magnético que pueda
diferenciar las calidades del conocimiento, esta mezcla de los
dos planos u órdenes de ideas podrían llevarnos a
la confusión.
Sublimes Doctrinas seudo-esotéricas con marcado
cientificismo de fondo, pertenecen al terreno de lo observable,
sin embargo son aceptadas por muchos aspirantes como conocimiento
interno.
Nos encontramos pues ante dos mundos, el exterior y el
interior. El primero de estos es percibido por los sentidos de
percepción externa; el segundo sólo puede ser
perceptible mediante el sentido de auto-observación
interna.
Pensamientos, ideas, emociones, anhelos, esperanzas,
desengaños, etc., son interiores, invisibles para los
sentidos ordinarios, comunes y corrientes y sin embargo son para
nosotros más reales que la mesa del comedor o los sillones
de la sala.
Ciertamente nosotros vivimos más en nuestro mundo
interior que en el exterior; esto es irrefutable,
irrebatible.
En nuestros Mundos Internos, en nuestro mundo secreto,
amamos, deseamos, sospechamos, bendecimos, maldecimos, anhelamos,
sufrimos, gozamos, somos defraudados, premiados, etc., etc.,
etc.
Incuestionablemente los dos mundos interno y externo son
verifícables experimentalmente. El mundo exterior es lo
observable. El mundo interior es lo auto-observable en si mismo y
dentro de si mismo, aquí y ahora.
Quien de verdad quiera conocer los "Mundos Internos" del
planeta Tierra o del Sistema Solar o
de la Galaxia en que vivimos, debe conocer previamente su mundo
íntimo, su vida interior, particular, sus propios "Mundos
Internos". "Hombre, conócete a ti mismo y conocerás
al Universo y a los
Dioses".
Cuanto más se explore este "Mundo Interior"
llamado "Uno Mismo", tanto mas comprenderá que vive
simultáneamente en dos mundos, en dos realidades, en dos
ámbitos, el exterior y el interior.
Del mismo modo que a uno le es indispensable aprender a
caminar en el "mundo exterior", para no caer en un precipicio, no
extraviarse en las calles de la ciudad, seleccionar sus
amistades, no asociarse con perversos, no comer veneno, etc.,
así también mediante el trabajo psicológico
sobre si mismo, aprendamos a caminar en el "Mundo Interior" el
cual es explorable mediante la auto-observación de
si.
Realmente el sentido de auto-observación de si
mismo se encuentra atrofiado en la raza humana decadente de esta
época tenebrosa en que vivimos.
A medida que nosotros perseveramos en la
auto-observación de si mismos, el sentido de
auto-observación íntima se irá desarrollando
progresivamente.
CAPITULO XIX
La Auto-Observación íntima de si mismo es
un medio práctico para lograr una transformación
radical.
Conocer y observar son diferentes. Muchos confunden la
observación de si, con el conocer. Se conoce que estamos
sentados en una silla en una sala, más esto no significa
que estemos observando la silla.
Conocemos que en un instante dado nos encontramos en un
estado negativo, tal vez con algún problema o preocupados
por este o aquel asunto o en estado de desasosiego o
incertidumbre, etc., pero esto no significa que lo estemos
observando.
¿Siente usted antipatía por alguien?
¿Le cae mal cierta persona? ¿Por qué? Ud.
dirá que conoce a esa persona… ¡Por favor!,
Obsérvela, conocer nunca es observar; no confunda el
conocer con el observar…
La observación de si que es un ciento por ciento
activa, es un medio de cambio de si, mientras el conocer, que es
pasivo, no lo es.
Ciertamente conocer no es un acto de atención. La
atención dirigida hacia dentro de uno mismo, hacia lo que
está sucediendo en nuestro interior, si es algo positivo,
activo…
En el caso de una persona a quien se tiene
antipatía así porque si, porque nos viene en gana y
muchas veces sin motivo alguno, uno advierte la multitud de
pensamientos que se acumulan en la mente, el grupo de voces que
hablan y gritan desordenadamente dentro de uno mismo, lo que
están diciendo, las emociones desagradables que surgen en
nuestro interior, el sabor desagradable que todo este deja en
nuestra psiquis, etc., etc., etc.
Obviamente en tal estado nos damos cuenta también
de que interiormente estamos tratando muy mal a la persona a
quien tenemos antipatía.
Mas para ver todo esto se necesita incuestionablemente
de una atención dirigida intencionalmente hacia adentro de
si mismo; no de una atención pasiva.
La atención dinámica proviene realmente del lado
observante, mientras los pensamientos y las emociones pertenecen
al lado observado.
Todo esto nos hace comprender que el conocer es algo
completamente pasivo y mecánico, en contraste evidente con
la observación de si que es un acto consciente.
No queremos con esto decir que no exista la
observación mecánica de si, más tal tipo de
observación nada tiene que ver con la
auto-observación psicológica a que nos estamos
refiriendo.
Pensar y observar resultan también muy
diferentes. Cualquier sujeto puede dañe el lujo de pensar
sobre si mismo todo lo que quiera, pero esto no quiere decir que
se este observando realmente.
Necesitamos ver a los distintos "Yoes" en acción,
descubrirlos en nuestra psiquis, comprender que dentro de cada
uno de ellos existe un porcentaje de nuestra propia conciencia,
arrepentirnos de haberlos creado, etc.
Entonces exclamaremos. "¿Pero qué
está haciendo este Yo?" "¿Qué está
diciendo?" "¿Qué es lo que quiere?" "¿Por
qué me atormenta con su lujuria?", "¿Con su ira?",
etc., etc., etc.
Entonces veremos dentro de si mismos, todo ese tren de
pensamientos, emociones, deseos, pasiones, comedias privadas,
dramas personales, elaboradas mentiras, discursos,
excusas, morbosidades, lechos de placer, cuadros de lascivia,
etc., etc., etc.
Muchas veces antes de dormimos en el preciso instante de
transición entre vigilia y sueño sentimos dentro de
nuestra propia mente distintas voces que hablan entre si, son los
distintos Yoes que deben romper en tales momentos toda
conexión con los distintos centros de nuestra
máquina orgánica a fin de sumergirse luego en el
mundo molecular, en la "Quinta Dimensión".
CAPITULO XXII
Resulta urgente, inaplazable, impostergable, observar la
charla interior y el lugar preciso de donde proviene.
Incuestionablemente la charla interior equivocada es la
"Causa Causorun" de muchos estados psíquicos
inarmónicos y desagradables en el presente y
también en el futuro.
Obviamente esa vana palabrería insustancial de
charla ambigua y en general toda plática perjudicial,
dañina, absurda, manifiesta en el mundo exterior, tiene su
origen en la conversación interior equivocada.
Se sabe que existe en la Gnosis la practica
esotérica del silencio interior; esto lo conocen nuestros
discípulos de "Tercera Cámara".
No está de más decir con entera claridad
que el silencio interior debe referirse específicamente a
algo muy preciso y definido.
Cuando el proceso del
pensar se agota intencionalmente durante la meditación
interior profunda, se logra el silencio interior; más no
es esto lo que queremos explicar en el presente
capítulo.
"Vaciar la mente" o "ponerla en blanco" para lograr
realmente el silencio interior, tampoco es lo que intentamos
explicar ahora en estos párrafos.
Practicar el silencio interior a que nos estamos
refiriendo, tampoco significa impedir que algo penetre en la
mente.
Realmente estamos hablando ahora mismo de un tipo de
silencio interior muy diferente. No se trata de algo vago
general…
Queremos practicar el silencio interior en
relación con algo que ya esté en la mente, persona,
suceso, asunto propio o ajeno, lo que nos contaron, lo que hizo
fulano, etc., pero sin tocarlo con la lengua
interior, sin discurso
intimo…
Aprender a callar no solamente con la lengua exterior,
sino también, además, con la lengua secreta,
interna, resulta extraordinario, maravilloso.
Muchos callan exteriormente, mas con su lengua interior
desollan vivo al prójimo. La charla interior venenosa y
malévola, produce confusión interior.
Si se observa la charla interior equivocada se
verá que está hecha de verdades a medias, o de
verdades que se relacionan entre si de un modo más o menos
incorrecto, o algo que se agregó o se
omitió.
Desgraciadamente nuestra vida emocional se fundamenta
exclusivamente en la "auto-simpatía".
Para colmo de tanta infamia sólo simpatizamos con
nosotros mismos, con nuestro tan "querido Ego", y sentimos
antipatía y hasta odio con aquellos que no simpatizan con
nosotros.
Nos queremos demasiado a si mismos, somos narcisistas en
un ciento por ciento, esto es irrefutable, irrebatible
En tanto continuemos embotellados en la
"auto-simpatía", cualquier desarrollo del Ser, se hace
algo más que imposible.
Necesitamos aprender a ver el punto de vista ajeno. Es
urgente saber ponernos en la posición de los
otros.
"Así que, todas las cosas que queráis que
los hombres hagan con vosotros, así también haced
vosotros con ellos". (Mateo: VII, 12)
Lo que verdaderamente cuenta en estos estudios es la
manera como los hombres se comportan interna e invisiblemente los
unos con los otros.
Desafortunadamente y aunque seamos muy corteses, hasta
sinceros a veces, no hay duda de que invisible e internamente nos
tratamos muy mal los unos a los otros.
Gentes aparentemente muy bondadosas, arrastran
diariamente a sus semejantes hacia la cueva secreta de si mismos,
para hacer con éstos, todo lo que se les antoje.
(Vejaciones, burla, escarnio, etc.)
CAPITULO XIII
El mundo de relaciones tiene tres aspectos muy
diferentes que en forma precisa necesitamos aclarar.
Primero: Estamos relacionados con el cuerpo planetario.
Es decir con el cuerpo físico.
Segundo: Vivimos en el planeta Tierra y por secuencia
lógica estamos relacionados con el mundo exterior y con
las cuestiones que atañen a nosotros, familiares,
negocios, dineros, cuestiones del oficio, profesión,
política,
etc., etc., etc.
Tercero: La relación del hombre consigo mismo.
Para la mayoría de las gentes este tipo de relación
no tiene la menor importancia.
Desafortunadamente a las gentes sólo les
interesan los dos primeros tipos de relaciones, mirando con la
más absoluta indiferencia el tercer tipo.
Alimento, salud, dinero, negocios,
constituyen realmente las principales preocupaciones del "Animal
Intelectual" equivocadamente llamado "hombre".
Ahora bien: Resulta evidente que tanto el cuerpo
físico como los asuntos del mundo son exteriores a
nosotros mismos.
El Cuerpo Planetario (cuerpo físico), a veces se
encuentra enfermo, a veces sano y así
sucesivamente.
Creemos siempre tener algún conocimiento de
nuestro cuerpo físico, más en realidad ni los
mejores científicos del mundo saben mucho sobre el cuerpo
de carne y hueso.
No hay duda de que el cuerpo físico dada su
tremenda y complicada organización, está
ciertamente mucho más allá de nuestra
comprensión.
En lo que respecta al segundo tipo de relaciones, somos
siempre víctimas de las circunstancias; es lamentable que
todavía no hayamos aprendido a originar conscientemente
las circunstancias.
Son muchas las gentes incapaces de adaptarse a nada o a
nadie o tener éxito verdadero en la vida.
Al pensar en si mismos desde el ángulo del
trabajo esotérico Gnóstico, se hace urgente
averiguar con cual de estos tres tipos de relaciones estamos en
falta.
Puede suceder el caso concreto de que estemos
equivocadamente relacionados con el cuerpo físico y a
consecuencia de ello estemos enfermos.
Puede suceder que estemos mal relacionados con el mundo
exterior y como resultado tengamos conflictos,
problemas económicos y sociales, etc., etc.,
etc.
Puede que estemos mal relacionados consigo mismos y que
secuencialmente suframos mucho por falta, de iluminación interior.
Obviamente si la lámpara de nuestra
recámara no se encuentra conectada a la instalación
eléctrica, nuestro aposento estará en
tinieblas.
Quienes sufren por falta de iluminación interior,
deben conectar su mente con los Centros Superiores de su
Ser.
Incuestionablemente necesitamos establecer correctas
relaciones no solo con nuestro Cuerpo Planetario (cuerpo
físico) y con el mundo exterior, sino también con
cada una de las partes de nuestro propio Ser.
Los enfermos pesimistas cansados de tantos
médicos y medicinas, ya no desean curarse y los pacientes
optimistas luchan por vivir.
En el Casino de Montecarlo muchos millonarios que
perdieron su fortuna en el juego, se
suicidaron. Millones de madres pobres trabajan para sostener a
sus hijos.
Son incontables los aspirantes deprimidos que por falta
de poderes psíquicos y de iluminación intima, han
renunciado al trabajo esotérico sobre si mismos. Pocos son
los que saben aprovechar las adversidades.
En tiempos de rigurosa tentación, abatimiento y
desolación, uno debe apelar a la íntima
recordación de si mismo.
En el fondo de cada uno de nos está la TONANZIN
Azteca, la STELLA MARIS, la ISIS Egipcia, Dios Madre,
aguardándonos para sanar nuestro adolorido
corazón.
Cuando uno mismo se da el choque del "Recuerdo de Si",
se produce realmente un cambio milagroso en todo él
trabajo del cuerpo, de modo que las células reciben un
alimento diferente.
CAPITULO XXIV
Ha llegado el momento de reflexionar muy seriamente
sobre eso que se llama "consideración interna".
No cabe la menor duda sobre el aspecto desastroso de la
"auto-consideración íntima"; ésta
además de hipnotizar la conciencia, nos hace perder
muchísima energía.
Si uno no cometiera el error de identificarse tanto
consigo mismo, la auto-consideración interior seria algo
mas que imposible.
Cuando uno se identifica consigo mismo, se quiere
demasiado, siente piedad por si mismo, se auto-considera, piensa
que siempre se ha portado muy bien con fulano, con zutano, con
la mujer, con los
hijos, etc., y que nadie lo ha sabido apreciar, etc. Total es un
santo y todos los demás unos malvados, unos
bribones.
Una de las formas más corrientes de
auto-consideración intima es la preocupación por lo
que otros puedan pensar sobre uno mismo; tal vez supongan que no
somos honrados, sinceros, verídicos, valientes,
etc.
Lo más curioso de todo esto es que ignoramos
lamentablemente la enorme pérdida de energía que
esta clase de preocupaciones nos trae.
Muchas actitudes
hostiles hacia ciertas personas que ningún mal nos han
hecho, se debe precisamente a tales preocupaciones nacidas de la
auto-consideración intima.
En estas circunstancias, queriéndose tanto a si
mismo, auto-considerándose de este modo, es claro que el
YO o mejor dijéramos los Yoes en vez de extinguirse se
fortifican entonces espantosamente.
Identificado uno consigo mismo se apiada mucho de su
propia situación y hasta le da por hacer cuentas.
Así es como piensa que fulano, que zutano, que el
compadre, que la comadre, que el vecino, que el patrón,
que el amigo, etc., etc., etc., no le han pagado como es debido a
pesar de todas sus consabidas bondades y embotellado en esto se
vuelve insoportable y aburridor para todo el mundo.
Con un sujeto así, prácticamente no se
puede hablar porque cualquier conversación es seguro que va a
parar a su librito de cuentas y a sus tan cacareados
sufrimientos.
Escrito está que en el trabajo esotérico
Gnóstico, solo es posible el crecimiento anímico
mediante el perdón a los otros.
Si alguien vive de instante en instante, de momento en
momento, sufriendo por lo que le deben, por lo que le hicieron,
por las amarguras que le causaron, siempre con su misma
canción, nada podrá crecer en su
interior.
La Oración del Señor ha dicho:
"Perdónanos nuestras deudas así como nosotros
perdonamos a nuestros deudores".
El sentimiento de que a uno le deben, el dolor por los
males que otros le causaron, etc., detiene todo progreso interior
del alma.
Jesús el Gran KABIR, dijo: "Ponte de acuerdo con
tu adversario pronto, en tanto estás con él en el
camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez
al alguacil, y seas echado en la cárcel. De cierto os digo
que no saldrás de allí, hasta que pagues el ultimo
cuadrante". (Mateo, V, 25, 26)
Si nos deben, debemos. Si exigimos que se nos pague
hasta el último denario, debemos pagar antes hasta el
último cuadrante.
Esta es la "Ley del Talión", "Ojo por ojo y
diente por diente". "Círculo vicioso", absurdo.
Las disculpas, la cumplida satisfacción y las
humillaciones que a otros exigimos por los males que nos
causaron, también a nosotros nos son exigidas aunque nos
consideremos mansas ovejas.
Colocarse uno bajo leyes innecesarias es absurdo, mejor
es ponerse a si mismo bajo nuevas influencias.
La Ley de la Misericordia es una influencia mas elevada
que la Ley del hombre violento: "Ojo por ojo, diente por
diente".
Es urgente, indispensable, inaplazable, colocarnos
inteligentemente bajo las influencias maravillosas del trabajo
esotérico Gnóstico, olvidar que nos deben y
eliminar en nuestra psiquis cualquier forma de
auto-consideración.
Jamás debemos admitir dentro de nosotros,
sentimientos de venganza, resentimiento, emociones negativas,
ansiedades por los males que nos causaron, violencia, envidia,
incesante recordación de deudas, etc., etc.,
etc.
La Gnosis está destinada a aquellos aspirantes
sinceros que verdaderamente quieran trabajar y
cambiar.
Si observamos a las gentes podemos evidenciar en forma
directa, que cada persona tiene su propia
canción.
Cada cual canta su propia canción
psicológica; quiero referirme en forma enfática a
la cuestión esa de las cuentas psicológicas; sentir
que a uno le deben, quejarse, auto considerarse, etc.
A veces la gente "canta su canción, así
por que si", sin que se le de cuerda, sin que se le aliente y en
otras ocasiones después de unas cuantas copas de
vino…
Nosotros decimos que nuestra aburridora canción
debe ser eliminada; ésta nos incapacita interiormente, nos
roba mucha energía.
En cuestiones de Psicología Revolucionaria,
alguien que canta demasiado bien, —no nos estamos
refiriendo a la hermosea voz, ni al canto físico—,
ciertamente no puede ir mas allá de si mismo; se queda en
el pasado…
Una persona impedida por tristes canciones no puede
cambiar su Nivel de Ser; no puede ir más allá de lo
que es.
Para pasar a un Nivel Superior del Ser, es preciso dejar
de ser lo que se es; necesitamos no ser lo que somos.
Si continuamos siendo lo que somos, nunca podremos pasar
a un Nivel Superior del Ser.
En el terreno de la vida práctica suceden cosas
insólitas. Muy a menudo una persona cualquiera traba
amistad con otra,
solo porque le es fácil cantarle su
canción.
Desafortunadamente tal clase de relaciones terminan
cuando al cantante se le pide que se calle, que cambie el disco,
que hable de otra cosa, etc.
Entonces el cantante resentido, se va en busca de un
nuevo amigo, de alguien que esté dispuesto a escucharle
por tiempo indefinido.
Comprensión exige el cantante, alguien que le
comprenda, como si fuera tan fácil comprender a otra
persona.
Para comprender a otra persona es preciso comprenderse a
si mismo. Desafortunadamente el buen cantante cree que se
comprende a si mismo.
Son muchos los cantantes decepcionados que cantan la
canción de no ser comprendidos y sueñan con un
mundo maravilloso donde ellos son las figuras
centrales.
Sin embargo no todos los cantantes son públicos,
también los hay reservados; no cantan su canción
directamente, más secretamente la cantan.
Son gente que ha trabajado mucho, que han sufrido
demasiado, se siente defraudada, piensa que la vida les debe todo
aquello que nunca fueron capaces de lograr.
Sienten por lo común una tristeza interior, una
sensación de monotonía y espantoso aburrimiento,
cansancio íntimo o frustración a cuyo alrededor se
amontonan los pensamientos.
Incuestionablemente las canciones secretas nos cierran
el paso en el camino de la auto-realización íntima
del Ser.
Desgraciadamente tales canciones interiores secretas,
pasan desapercibidas para si mismos a menos que intencionalmente
las observemos.
Obviamente toda observación de si, deja penetrar
la luz en uno mismo, en sus profundidades
íntimas.
Ningún cambio interior podría ocurrir en
nuestra psiquis a menos de ser llevado a la luz de la
observación de si.
Es indispensable observarse a si mismo estando
sólo, del mismo modo que al estar en relación con
la gente.
Cuando uno está sólo, "Yoes" muy
diferentes, pensamientos muy distintos, emociones negativas,
etc., se presentan.
No siempre se está, bien acompañado cuando
se está sólo. Es apenas normal, es muy natural,
estar muy mal acompañado en plena soledad. Los "Yoes"
más negativos y peligrosos se presentan cuando se
está solo.
Si queremos transformarnos radicalmente necesitamos
sacrificar nuestros propios sufrimientos.
Muchas veces expresamos nuestros sufrimientos en
canciones articulada o inarticuladas.
CAPITULO XXV
Un hombre es lo que es su vida, si un hombre no modifica
nada dentro de si mismo, si no transforma radicalmente su vida,
si no trabaja sobre si mismo, está perdiendo su tiempo
miserablemente.
La muerte es el regreso al comienzo mismo de su vida con
la posibilidad de repetirla nuevamente.
Mucho se ha dicho en la literatura
Seudo-Esotérica y Seudo-Ocultista, sobre el tema de las
vidas sucesivas, mejor es que nos ocupemos de las existencias
sucesivas.
La vida de cada uno de nos con todos sus tiempos es
siempre la misma repitiéndose de existencia en existencia,
a través de los innumerables siglos.
Incuestionablemente continuamos en la simiente de
nuestros descendientes; esto es algo que ya está
demostrado.
La vida de cada uno de nos en particular, es una
película viviente que al morir nos llevamos a la
eternidad.
Cada uno de nos se lleva su película y la vuelve
a traer para proyectarla otra vez en la pantalla de una nueva
existencia.
La repetición de dramas, comedias y tragedias, es
un axioma fundamental de la Ley de Recurrencia.
En cada nueva existencia se repiten siempre las mismas
circunstancias. Los actores de tales escenas siempre repetidas,
son esas gentes que viven dentro de nuestro interior, los
"Yoes".
Si desintegramos esos actores, esos "Yoes" que originan
las siempre repetidas escenas de nuestra vida, entonces la
repetición de tales circunstancias se haría algo
más que imposible.
Obviamente sin actores no puede haber escenas; esto es
algo irrebatible, irrefutable.
Así es como podemos libertarnos de las Leyes de
Retorno y Recurrencia; así podemos hacemos libres de
verdad.
Obviamente cada uno de los personajes (Yoes) que en
nuestro interior llevamos, repite de existencia en existencia su
mismo papel; si lo
desintegramos, si el actor muere el papel concluye.
Reflexionando seriamente sobre la Ley de Recurrencia o
repetición de escenas en cada Retorno, descubrimos por
auto-observación intima, los resortes secretos de esta
cuestión.
Si en la pasada existencia a la edad de veinticinco (25)
años, tuvimos una aventura amorosa es Indubitable que el
"Yo" de tal compromiso buscara a la dama de sus ensueños a
los veinticinco (25) años de la nueva
existencia.
Si la dama en cuestión entonces sólo
tenía quince (15) años, el "Yo" de tal aventura
buscará a su amado en la nueva existencia a la misma edad
justa.
Resulta claro comprender que los dos "Yoes" tanto el de
él como el de ella, se busquen telepáticamente y se
reencuentren nuevamente para repetir la misma aventura amorosa de
la pasada existencia…
Dos enemigos que a muerte pelearon en la pasada
existencia, se buscarán otra vez en la nueva existencia
para repetir su tragedia a la edad correspondiente.
Si dos personas tuvieron un pleito por bienes
raíces a la edad de cuarenta (40) años en la pasada
existencia, a la misma edad se buscaran telepáticamente en
la nueva existencia para repetir lo mismo.
Dentro de cada uno de nosotros viven muchas gentes
llenas de compromisos; eso es irrefutable.
Un ladrón carga en su interior una cueva de
ladrones con diversos compromisos delictuosos. El asesino lleva
dentro de si mismo un "club" de asesinos y el lujurioso porta en
su psiquis una "Casa de Citas".
Lo grave de todo esto es que el intelecto ignora la
existencia de tales gentes o "Yoes" dentro de si mismo y de tales
compromisos que fatalmente se van cumpliendo.
Todos estos compromisos de los Yoes que dentro de
nosotros moran, se suceden por debajo de nuestra
razón.
Son hechos que ignoramos, cosas que nos sucedían,
acontecimientos que se procesan en el subconsciente e
inconsciente.
Con justa, razón se nos ha dicho que todo nos
sucede, como cuando llueve o como cuando truena.
Realmente tenemos la ilusión de hacer, empero
nada hacemos, nos sucede, esto es fatal,
mecánico…
Nuestra personalidad es tan sólo el instrumento
de distintas gentes (Yoes), mediante la cual cada una de esas
gentes (Yoes), cumple sus compromisos.
Por debajo de nuestra capacidad cognoscitiva suceden
muchas cosas, desgraciadamente ignoramos lo que por debajo de
nuestra pobre razón sucede.
Nos creemos sabios cuando en verdad ni siquiera sabemos
que no sabemos. Somos míseros leños, arrastrados
por las embravecidas olas del mar de la existencia.
Salir de esta desgracia, de esta inconsciencia, del
estado tan lamentable en que nos encontramos, sólo es
posible muriendo en si mismos…
¿Cómo podríamos despertar sin morir
previamente? ¡Sólo con la muerte adviene lo nuevo!
Si el germen no muere la planta no nace.
Quien despierta de verdad adquiere por tal motivo plena
objetividad de su conciencia, iluminación
auténtica, felicidad…
CAPITULO XXVI
Se nos ha dicho muy sabiamente que tenemos noventa y
siete por ciento de SUBCONSCIENCIA y TRES POR CIENTO DE
CONCIENCIA.
Hablando francamente y sin ambages, diremos que el
noventa y siete por ciento de la Esencia que en nuestro interior
llevamos, se encuentra embotellada, embutida, metida, dentro de
cada uno de los Yoes que en su conjunto constituyen el "Mi
Mismo".
Obviamente la Esencia o Conciencia enfrascada entre cada
Yo, se procesa en virtud de su propio
condicionamiento.
Cualquier Yo desintegrado libera determinado porcentaje
de Conciencia, la emancipación o liberación de la
Esencia o Conciencia, seria imposible sin la
desintegración de cada Yo.
A mayor cantidad de Yoes desintegrados, mayor
Auto-Conciencia. A menor cantidad de Yoes desintegrados, menor
porcentaje de Conciencia despierta.
El despertar de la Conciencia sólo es posible
disolviendo el YO, muriendo en si mismo, aquí y
ahora.
Incuestionablemente mientras la Esencia o Conciencia
este embutida entre cada uno de los Yoes que cargamos en nuestro
interior, se encuentra dormida, en estado
subconsciente.
Es urgente transformar al subconsciente en consciente y
esto sólo es posible aniquilando los Yoes; muriendo en si
mismos.
No es posible despertar sin haber muerto previamente en
si mismos. Quienes intentan despertar primero para luego morir,
no poseen experiencia real de lo que afirman, marchan
resueltamente por el camino del error.
Los niños recién nacidos son maravillosos,
gozan de plena auto-conciencia; se encuentran totalmente
despiertos.
Dentro del cuerpo del niño recién nacido
se encuentra reincorporada la Esencia y eso da a la criatura su
belleza.
No querernos decir que el ciento por ciento de la
Esencia o Conciencia esté reincorporada en el
recién nacido, pero si el tres por ciento libre que
normalmente no está enfrascado entre los Yoes.
Sin embargo, ese porcentaje de Esencia libre
reincorporado entre el organismo de los niños
recién nacidos, les da plena auto-conciencia, lucidez,
etc.
Los adultos ven al recién nacido con piedad,
piensan que la criatura se encuentra inconsciente, pero se
equivocan lamentablemente.
El recién nacido ve al adulto tal como en
realidad es; inconsciente, cruel, perverso, etc.
Los Yoes del recién nacido van y vienen, dan
vueltas alrededor de la cuna, quisieran meterse entre el nuevo
cuerpo, pero debido a que el recién nacido aún no
ha fabricado la personalidad, todo intento de los Yoes para
entrar en el nuevo cuerpo, resulta algo más que
imposible.
A veces las criaturas se espantan al ver a esos
fantasmas o Yoes que se acercan a su cuna y entonces gritan,
lloran, pero los adultos no entienden esto y suponen que el
niño está enfermo o que tiene hambre o sed; tal es
la inconsciencia de los adultos.
A medida que la nueva personalidad se va formando, los
Yoes que vienen de existencias anteriores, van penetrando poco a
poco en el nuevo cuerpo.
Cuando ya la totalidad de los Yoes se ha reincorporado,
aparecemos en el mundo con esa horrible fealdad interior que nos
caracteriza; entonces, andamos como sonámbulos por todas
partes; siempre inconscientes, siempre perversos.
Cuando morimos, tres cosas van al sepulcro: 1) El cuerpo
físico. 2) El fondo vital orgánico. 3) La
personalidad.
El fondo vital, cual fantasma se va desintegrando poco a
poco, frente a la fosa sepulcral a medida que el cuerpo
físico se va también desintegrando.
La personalidad es subconsciente o infraconsciente,
entra y sale del sepulcro cada vez que quiere, se alegra cuando
los dolientes le llevan flores, ama a sus familiares y se va
disolviendo muy lentamente hasta convertirse en polvareda
cósmica.
Eso que continúa más allá del
sepulcro es el EGO, el YO pluralizado, el mi mismo, un
montón de diablos dentro de los cuales se encuentra
enfrascada la Esencia, la Conciencia, que a su tiempo y a su hora
retorna, se reincorpora.
Resulta lamentable que al fabricarse la nueva
personalidad del niño, se reincorporen también los
Yoes.
CAPITULO XXVII
Reflexionando un poco sobre las diversas circunstancias
de la vida, bien vale la pena comprender seriamente las bases
sobre las cuales descansamos.
Una persona descansa sobre su posición, otra
sobre el dinero,
aquella sobre el prestigio, esa otra sobre su pasado, esta otra
sobre tal o cual título, etc., etc., etc.
Lo más curioso es que todos, ya sea rico o
mendicante, necesitamos de todos y vivimos de todos, aunque
estemos inflados de orgullo y vanidad.
Pensemos por un momento en lo que puedan quitarnos.
¿Cuál sería nuestra suerte en una
revolución de sangre y
aguardiente? ¿En qué quedarían las bases
sobre las cuales descansamos? ¡Hay de nosotros, nos creemos
muy fuertes y somos espantosamente débiles!
El "Yo" que siente en si mismo la base sobre la que
descansamos, debe ser disuelto si es que en realidad anhelamos la
auténtica Bienaventuranza.
Tal "Yo" subestima a las gentes, se siente mejor que
todo el mundo, mas perfecto en todo, más rico, más
inteligente, más experto en la vida, etc.
Resulta, muy oportuno citar ahora aquella
parábola de Jesús el Gran KABIR, acerca de los dos
hombres que oraban. Fue dicha a unos que confiaban en si mismos
como justos, y menospreciaban a los otros.
Jesús el Cristo, dijo: "Dos hombres subieron al
Templo a orar; uno era Fariseo y el otro Publicano. El Fariseo,
puesto en pie oraba consigo mismo de esta manera: Dios. Te doy
gracias porque no soy como los demás hombres, ladrones,
injustos, adúlteros, ni aún como este Publicano:
Ayuno dos veces a la semana, doy diezmo de todo lo que gano.
Más el Publicano estando lejos, no quería ni alzar
los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: "Dios
sé propicio a mí, pecador". Os digo que éste
descendió a su casa justificado antes que el otro; porque
cualquiera que se enaltece será humillado; y el que se
humilla será enaltecido". (LUCAS XVIII, 10-14)
Empezar a darse cuenta de la propia nadidad y miseria en
que nos encontramos, es absolutamente imposible en tanto exista
en nosotros el concepto ese del "Más". Ejemplos: Yo soy
más justo que aquél, más sabio que fulano,
más virtuoso que zutano, más rico, más
experto en las cosas de la vida, más casto, más
cumplidor de sus deberes, etc., etc., etc.
No es posible pasar a través del ojo de una aguja
mientras seamos "ricos", mientras en nosotros exista ese complejo
del "Más".
"Es más fácil pasar un camello por el ojo
de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios".
Eso de que tú escuela es la mejor y que la de mi
prójimo no sirve; eso de que tú Religión es
la única verdadera, la mujer de fulano
es una pésima esposa y de que la mía es una santa;
Eso de que mi amigo Roberto es un borracho y que yo soy un hombre
muy juicioso y abstemio, etc., etc., etc., es lo que nos hace
sentirnos ricos; motivo por el cual somos todos los "CAMELLOS" de
la parábola bíblica con relación al trabajo
esotérico.
Es urgente auto-observarnos de momento en momento con el
propósito de conocer claramente los fundamentos sobre los
que descansa.
Cuando uno descubre aquello que más le ofende en
un instante dado; la molestia que le dieron por tal o cual cosa;
entonces descubre las bases sobre las cuales descansa
psicológicamente.
Tales bases constituyen según el Evangelio
Cristiano "las arenas sobre las cuales edificó su
casa".
Es necesario anotar cuidadosamente como y cuando
despreció a otros sintiéndose superior tal vez
debido al título o a la posición social o a la
experiencia adquirida o al dinero, etc., etc., etc.
Grave es sentirse uno rico, superior a fulano o a zutano
por tal o cual motivo. Gente así no puede entrar al Reino
de los Cielos.
Bueno es descubrir en qué se siente uno halagado,
en qué es satisfecha su vanidad, esto vendrá a
mostramos los fundamentos sobre los que nos apoyamos.
Sin embargo, tal clase de observación no debe ser
cuestión meramente teórica, debemos ser
prácticos y observarnos cuidadosamente en forma directa,
de instante en instante.
Cuando uno comienza a comprender su propia miseria y
nadidad; cuando abandona los delirios de grandeza; cuando
descubre la necedad de tantos títulos,, honores y vanas
superioridades sobre nuestros semejantes es señal
inequívoca de que ya empieza a cambiar.
Uno no puede cambiar si se cierra a eso que dice: "Mi
casa". "Mi dinero". "Mis propiedades". "Mi empleo". "Mis
virtudes". "Mis capacidades intelectuales". "Mis capacidades
artísticas". "Mis conocimientos". "Mi prestigio" etc.,
etc., etc.
Eso de aferrarse a lo "Mío" a "Mí", es mas
que suficiente como para impedir reconocer nuestra propia nadidad
y miseria interior.
Uno se asombra ante el espectáculo de un incendio
o de un naufragio; entonces las gentes desesperadas se apoderan
muchas veces de cosas que dan risa; cosas sin
importancia.
¡Pobres gentes!, Se sienten en esas cosas,
descansan en tonterías, se apegan a eso que no tiene la
menor importancia.
Sentirse a si mismos por medio de las cosas exteriores,
fundamentarse en ellas, equivale a estar en estado de absoluta
inconsciencia.
El sentimiento de la "SEIDAD", (El SER REAL),
sólo es posible disolviendo a todos esos "YOES" que en
nuestro Interior llevamos; antes, tal sentimiento resulta algo
más que imposible.
Desgraciadamente los adoradores del "YO" no aceptan
esto; ellos se creen Dioses; piensan que ya poseen esos "Cuerpos
Gloriosos" de que hablara Pablo de Tarso; suponen que el "YO" es
Divino y no hay quien les quite tales absurdos de la
cabeza.
Uno no sabe qué hacer con tales gentes, se les
explica y no entienden; siempre aferrados a las arenas sobre las
cuales edificaron su casa; siempre metidos en sus dogmas, en sus
caprichos, en sus necedades.
Si esas gentes se auto-observaran seriamente,
verificarían por si mismos la doctrina de los muchos;
descubrirían dentro de si mismos a toda esa multiplicidad
de personas o "Yoes" que viven dentro de nuestro
interior.
¿Cómo podría existir en nosotros el
real sentimiento de nuestro verdadero SER, cuando esos "Yoes"
están sintiendo por nosotros, pensando por
nosotros?
Lo más grave de toda esta tragedia es que uno
piensa que está pensando, siente que está
sintiendo, cuando en realidad es otro el que en un momento dado
piensa con nuestro martirizado cerebro y siente con nuestro
adolorido corazón.
¡Infelices de nosotros!, Cuántas veces
creemos estar amando y lo que sucede es que otro dentro de si
mismos lleno de lujuria utiliza el centro del
corazón.
¡Somos unos desventurados, confundimos a la
pasión animal con el amor!, y sin embargo es otro dentro
de si mismos, dentro de nuestra personalidad, quien pasa por
tales confusiones.
Todos pensamos que jamás pronunciaríamos
aquellas palabras del Fariseo en la parábola
bíblica: "Dios, te doy gracias porque no soy como los
otros hombres", etc. etc.
Sin embargo, y aunque parezca increíble,
así procedemos diariamente. El vendedor de carne en el
mercado dice: "Yo
no soy como los otros carniceros que venden carne de mala calidad
y explotan a la gente"
El vendedor de telas en la tienda exclama: "Yo no soy
como otros comerciantes que saben robar al medir y que se han
enriquecido".
El vendedor de leche afirma:
"Yo no soy como otros vendedores de leche que le ponen agua a la
misma. Me gusta ser honrado"
La señora de casa comenta en visita, lo
siguiente: "Yo no soy como fulana que anda con otros hombres, soy
gracias a Dios persona decente y fiel a mi marido".
Conclusión: Les demás son malvados,
injustos, adúlteros, ladrones y perversos y cada uno de
nosotros una mansa oveja, un "Santito de Chocolate" bueno para
tenerlo como un niño de oro en alguna iglesia..
¡Cuan necios somos!, pensamos a menudo que nunca
hacemos todas esas tonterías y perversidades que vemos
hacer a otros y llegamos por tal motivo a la conclusión de
que somos magnificas personas, desgraciadamente no vemos las
tonterías y mezquindades que hacemos.
Existen extraños momentos en la vida en que la
mente sin preocupaciones de ninguna clase reposa. Cuando la mente
está quieta, cuando la mente está en silencio
adviene entonces lo nuevo.
En tales instantes es posible ver las bases, los
fundamentos, sobre los cuales descansamos.
Estando la mente en profundo reposo ulterior, podemos
verificar por si mismos la cruda realidad de esa arena de la
vida, sobre la cual edificamos la casa. (Véase Mateo 7 –
Versículos 24-25-26-27-28-29; parábola que trata de
los dos cimientos)
CAPITULO XXVIII
La "Gran Obra" es ante todo, la creación del
hombre por si mismo, a base de trabajos confidentes y
padecimientos voluntarios.
La "Gran Obra" es la conquista interior de si mismos, de
nuestra verdadera libertad en
Dios.
Necesitamos con urgencia máxima, inaplazable,
desintegrar todos esos "Yoes" que viven en nuestro interior si es
que en realidad queremos la, emancipación perfecta de la
Voluntad.
Nicolás Flamel y Raimundo Lulio, pobres ambos,
liberaron su voluntad y realizaron innumerables prodigios
psicológicos que asombran.
Agripa no llegó nunca mas que a la primera parte
de la "Gran Obra" y murió penosamente, luchando en la
desintegración de sus "Yoes" con el propósito de
poseerse a si mismo y fijar su independencia.
La emancipación perfecta de la voluntad asegura
al sabio el imperio absoluto sobre el Fuego, el Aire, el Agua y la
Tierra.
A muchos estudiantes de Psicología
contemporánea les parecerá exagerado lo que
renglones arriba afirmamos en relación con el poder
soberano de la voluntad emancipada; Sin embargo la Biblia nos
habla maravillas sobre Moisés.
Según Filón, Moisés era un Iniciado
en la tierra de los Faraones a orillas del Nilo, Sacerdote de
Osiris, primo del Faraón, educado entre las columnas de
ISIS, la Madre Divina, y de OSIRIS nuestro Padre que está
en secreto.
Moisés era descendiente del Patriarca Abraham, el
gran Mago Caldeo, y del muy respetable Isaac.
Moisés el hombre que liberó el poder
eléctrico de la voluntad, posee el don de los prodigios;
esto lo saben los Divinos y los humanos. Así está
escrito.
Todo lo que las Sagradas Escrituras dicen sobre ese
caudillo hebreo, es ciertamente extraordinario,
portentoso.
Moisés transforma su bastón en serpiente,
transforma una de sus manos en mano de leproso, luego le devuelve
la vida.
La prueba aquella del zarzal ardiente ha puesto en claro
su poder, la gente comprende, se arrodilla y se
prosterna.
Moisés utiliza una Vara Mágica, emblema
del poder real, del poder sacerdotal del Iniciado en los Grandes
Misterios de la Vida y de la Muerte.
Ante el Faraón, Moisés cambia en sangre el
agua del Nilo, los peces mueren,
el río sagrado queda infectado, los egipcios no pueden
beber de él, y las irrigaciones del Nilo derraman sangre
por loa campos.
Moisés hace más; logra que aparezcan
millonadas de ranas desproporcionadas, gigantescas, monstruosas,
que salen del río e invaden las casas. Luego, bajo su
gesto, indicador de una voluntad libre y soberana, aquellas ranas
horribles desaparecen.
Más como el Faraón no deja libre a los
israelitas. Moisés obra nuevos prodigios: cubre la tierra
de suciedad, suscita nubes de moscas asqueantes e inmundas, que
después se da el lujo de apartar.
Desencadena la espantosa peste, y todos los
rebaños excepto los de los judíos
mueren.
Cogiendo hollín del homo —dicen las
Sagradas Escrituras— lo tira al aire y, cayendo sobre los
Egipcios, les causa pústulas y úlceras.
Extendiendo su famoso bastón Mágico,
Moisés hace llover un granizo del cielo que en forma
inclemente destruye y mata. A continuación hace estallar
el rayo flamígero, retumba el trueno aterrador y llueve
espantosamente, luego con un gesto devuelve la calma.
Sin embargo el Faraón continúa inflexible.
Moisés, con un golpe tremendo de su vara mágica,
hace surgir como por encanto nubes de langostas, luego vienen
tinieblas. Otro golpe con la vara y todo retorna al orden
original.
Muy conocido es el final de todo aquel Drama
Bíblico del Antiguo Testamento: Interviene Jehová,
hace morir a todos los primogénitos de los egipcios y al
Faraón no le queda más remedio que dejar marchar a
los hebreos.
Posteriormente Moisés se sirve de su vara
mágica para hender las aguas del Mar Rojo y atravesarlas a
pie seco.
Cuando los guerreros egipcios se precipitan por
allí persiguiendo a los israelitas, Moisés con un
gesto, hace que las aguas se vuelvan a cerrar tragándose
éstas a los perseguidores.
Incuestionablemente muchos Seudo-Ocultistas al leer todo
esto, quisieran hacer lo mismo, tener los mismos poderes de
Moisés, sin embargo esto resulta algo más que
imposible en tanto la Voluntad continúe embotellada entre
todos y cada uno de esos "Yoes" que en los distintos trasfondos
de nuestra psiquis cargamos.
La Esencia embutida entre el "Mi Mismo" es el Genio de
la lámpara de Aladino, anhelando libertad… Libre tal
Genio, puede realizar prodigios.
La Esencia es "Voluntad-Conciencia" desgraciadamente
procesándose en virtud de nuestro propio
condicionamiento.
Cuando la Voluntad se libera, entonces se mezcla o
fusiona integrándose así con la Voluntad Universal,
haciéndose por esto soberana.
La Voluntad individual fusionada con la Voluntad
Universal, puede realizar todos los prodigios de
Moisés.
Existen tres clases de actos: A) Aquellos que
corresponden a la Ley de los accidentes. B)
Esos que pertenecen a la Ley de Recurrencia, hechos siempre
repetidos en cada existencia. C) Acciones
determinadas intencionalmente por la
Voluntad-Consciente.
Incuestionablemente sólo gentes que hayan
liberado su Voluntad mediante la muerte del "Mí Mismo",
podrán realizar actos nuevos nacidos de su libre
albedrío.
Los actos comunes y corrientes de la humanidad, son
siempre el resultado de la Ley de Recurrencia o el mero producto de
accidentes mecánicos.
Quien posee Voluntad libre de verdad, puede originar
nuevas circunstancias; quien tiene su Voluntad embotellada entre
el "Yo Pluralizado", es victima de las circunstancias.
En todas las páginas bíblicas existe un
despliegue maravilloso de Alta Magia, Videncia, Profecía,
Prodigios, Transfiguraciones, Resurrección de muertos, ya
por insuflación o por imposición de manos o por la
mirada fija sobre el nacimiento de la nariz, etc., etc.,
etc.
Abunda en la Biblia el masaje, el aceite sagrado, los
pases magnéticos, la aplicación de un poco de
saliva sobre la parte enferma, la lectura del
pensamiento ajeno, los transportes, las apariciones, las palabras
venidas del cielo, etc., etc., etc., verdaderas maravillas de la
Voluntad Conciente liberada, emancipada, soberana.
¿Brujos? ¿Hechiceros? ¿Magos
Negros?, Abundan como la mala hierba; empero esos no son Santos,
ni Profetas, ni Adeptos de la Blanca Hermandad.
Nadie podría llegar a la "Iluminación
Real", ni ejercer el Sacerdocio Absoluto de la
Voluntad-Conciente, si previamente no hubiera muerto radicalmente
en si mismo, aquí y ahora.
Muchas gentes nos escriben frecuentemente
quejándose de no poseer Iluminación, pidiendo
poderes, exigiéndonos claves que les conviertan en Magos,
etc., etc., etc., empero nunca se interesan por auto-observarse,
por auto-conocerse, por desintegrar esos agregados
psíquicos, esos "Yoes" dentro de los cuales se encuentra
enfrascada la Voluntad, la Esencia.
Personas así, obviamente están condenadas
al fracaso. Son gentes que codician las facultades do los Santos,
pero que de ninguna manera están dispuestas a morir en si
mismas.
Eliminar errores es algo mágico, maravilloso de
por si, que implica rigurosa auto-observación
psicológica.
Ejercer poderes es posible cuando se libera radicalmente
el poder maravilloso de la Voluntad.
Desgraciadamente como las gentes tienen la voluntad
enfrascada entre cada "Yo", obviamente aquella se encuentra
dividida en múltiples voluntades que se procesan cada una
en virtud de su propio condicionamiento.
Resulta claro comprender que cada "Yo" posee por tal
causa su voluntad inconsciente, particular.
Las innumerables voluntades enfrascadas entre los
"Yoes", chocan entre si frecuentemente, haciéndonos por
tal motivo impotentes, débiles, miserables, victimas de
las circunstancias, Incapaces.
CAPITULO XXIX
A medida que uno trabaja sobre si mismo va comprendiendo
cada vez más y más, la necesidad de eliminar
radicalmente de su naturaleza interior, todo eso que nos hace tan
abominables.
Las peores circunstancias de la vida las situaciones
más críticas, los hechos más
difíciles, resultan siempre maravillosos para el
auto-descubrimiento intimo.
En esos momentos insospechados, críticos, afloran
siempre y cuando menos lo pensemos, los Yoes más secretos;
si estamos alertas incuestionablemente nos
descubrimos.
Las épocas más tranquilas de la vida, son
precisamente las menos favorables para el trabajo sobre si
mismo.
Existen momentos de la vida demasiado complicados en que
uno tiene marcada tendencia a identificarse fácilmente con
los sucesos y a olvidarse completamente de si mismos; en esos
instantes hace uno tonterías que a nada conducen; si se
estuviese alerta, si en esos mismos momentos en vez de perder la
cabeza, se acordase de si mismo, descubriría con asombro
ciertos Yoes de los cuales jamás tuvo ni la más
mínima sospecha de su posible existencia.
El sentido de la auto-observación intima, se
encuentra atrofiado en todo ser humano; trabajando seriamente,
auto-observándose de momento en momento; tal sentido se
desarrollará en forma progresiva.
A medida que el sentido de auto-observación
prosiga su desarrollo mediante el uso continuo, nos iremos
haciendo cada vez mas capaces de percibir en forma directa
aquellos Yoes sobre los cuales jamás tuvimos dato alguno
relacionado con su existencia.
Ante el sentido de auto-observación intima cada
uno de los Yoes que en nuestro interior habitan, asumen realmente
esta o aquella figura secretamente afín con el defecto
personificado por la misma.. Indubitablemente la imagen de cada
uno de estos Yoes tiene cierto sabor psicológico
inconfundible mediante el cual aprehendemos, capturamos,
atrapamos, instintivamente su naturaleza íntima, y el
defecto que le caracteriza.
En principio el esoterista no sabe por donde empezar,
ante la necesidad de trabajar sobre si mismo pero se halla
completamente desorientado.
Aprovechando los momentos críticos, las
situaciones más desagradables, los instantes más
adversos, si estamos alertas descubriremos nuestros defectos
sobresalientes, los Yoes que debemos desintegrar
urgentemente.
A veces puede empezarse por la ira o por el amor propio,
o por el desdichado segundo de lujuria, etc., etc.,
etc.
Es necesario tomar nota sobre todo en nuestros estados
psicológicos diarios, si es que de verdad queremos un
cambio definitivo.
Antes de acostarnos conviene que examinemos los hechos
ocurridos en el día, las situaciones embarazosas, la
carcajada estruendosa de Aristófanes y la sonrisa sutil de
Sócrates.
Puede que hayamos herido a alguien con una carcajada,
puede que hayamos enfermado a alguien con una sonrisa o con una
mirada fuera de lugar.
Recordemos que en esoterismo puro, bueno es todo lo que
está en su lugar, malo es todo lo que está fuera de
lugar.
El agua en su lugar es buena pero si ésta
inundare la casa estaría fuera, de lugar, causarla
daños, seria mala y perjudicial.
El fuego en la cocina y dentro de su lugar,
además de ser útil es bueno; fuera de su lugar
quemando los muebles de la sala, seria malo y
perjudicial.
Cualquier virtud por santa que sea, en su lugar es
buena, fuera de lugar es mala y perjudicial. Con las virtudes
podemos dañar a otros. Es indispensable colocar las
virtudes en su lugar correspondiente.
¿Qué diríais de un sacerdote que
estuviese predicando la palabra del Señor dentro de un
prostíbulo? ¿Qué diríais de un
varón manso y tolerante que estuviese bendiciendo a una
cuadrilla de asaltantes que intentasen violarle la mujer y las
hijas? ¿Qué diríais de esa clase de tolerancia
llevada al exceso? ¿Qué pensaríais sobre la
actitud caritativa de un hombre que en vez de llevar comida a
casa, repartiese el dinero entre mendicantes del vicio?
¿Qué opinaríais sobre el hombre servicial
que en un instante dado prestase un puñal a un
asesino?
Recordad querido lector que entre las cadencias del
verso también se esconde el delito. Hay mucha virtud en
los malvados y hay mucha maldad en los virtuosos.
Aunque parezca increíble dentro del mismo perfume
de la plegaria también se esconde el delito.
El delito se disfraza de santo, usa las mejores
virtudes, se presenta como mártir y hasta oficia en los
templos sagrados.
A medida que el sentido de la auto-observación
intima se desarrolla en nosotros mediante el uso continuo,
podremos ir viendo todos esos Yoes que sirven de fundamento
básico a nuestro temperamento individual, ya sea este
último, sanguíneo o nervioso, flemático o
bilioso.
Aunque usted no lo crea, querido lector, detrás
del temperamento que poseemos se esconde entre las más
remotas profundidades de nuestra psiquis, las creaciones
diabólicas más execrables.
Ver tales creaciones, observar esas monstruosidades del
infierno dentro de las cuales se halla embotellada nuestra
mismísima conciencia, se hace posible con el desarrollo
siempre progresivo del sentido de auto-observación
intima.
En tanto un hombre no haya disuelto estas creaciones del
infierno, estas aberraciones de si mismo, Indubitablemente en lo
más hondo, en lo más profundo, continuará
siendo algo que no debiera existir, una deformidad, una
abominación.
Lo más grave de todo esto es que el abominable no
se da cuenta de su propia abominación, se cree bello,
justo, buena persona, y hasta se queja de la incomprensión
de los demás, lamenta la ingratitud de sus semejantes,
dice que no le entienden, llora afirmando que le deben, que le
han pagado con moneda negra, etc., etc., etc.
El sentido de la auto-observación íntima
nos permite verificar por si mismos y en forma directa el trabajo
secreto mediante el cual en tiempo dado estamos disolviendo tal o
cual Yo (tal o cual defecto psicológico), posiblemente
descubierto en condiciones difíciles y cuando menos lo
sospechábamos.
¿Habéis pensado tú alguna vez en la
vida sobre lo que más os agrada o desagrada?
¿Tú, habéis reflexionado sobre los resortes
secretos de la acción? ¿Por qué
queréis tener una bella casa? ¿Por qué
deseáis tener un coche último modelo?
¿Por qué queréis estar siempre a la
última moda?
¿Por qué codiciáis no ser codicioso?
¿Qué es lo que más te ofendió en un
momento dado? ¿Qué es lo que más os
halagó ayer? ¿Por qué os sentisteis superior
a fulano o a fulana de tal, en determinado instante? ¿A
qué hora te sentisteis superior a alguien? ¿Por
qué te engreísteis al relatar tus triunfos?
¿No pudisteis callar cuando murmuraban de otra persona
conocida? ¿Recibisteis la copa de licor por
cortesía? ¿Aceptaste fumar tal vez no teniendo el
vicio, posiblemente por el concepto de educación o de
hombría? ¿Estáis tú seguro de haber
sido sincero en aquella conversación? ¿Y cuando te
Justificas a ti mismo, y cuando te alabas, y cuando cuentas tus
triunfos y los relatas repitiendo lo que antes dijiste a los
demás, comprendiste que eras vanidoso?
El sentido de la auto-observación íntima,
además de permitirte ver claramente al Yo que
estáis disolviendo, te permitirá también ver
los resultados patéticos y definidos de tu trabajo
interior.
En principio estas creaciones del infierno, estas
aberraciones psíquicas que desgraciadamente te
caracterizan, son más feas y monstruosas que las bestias
más horrendas que existen en el fondo de los mares o en
las selvas más profundas de la tierra; conforme
avancéis en vuestro trabajo podéis evidenciar
mediante el sentido de auto-observación interior el hecho
sobresaliente de que aquellas abominaciones van perdiendo
volumen, se
van empequeñeciendo…
Resulta interesante saber que tales bestialidades
conforme decrecen en tamaño, conforme pierden volumen y se
empequeñecen, ganan en belleza, asumen lentamente la
figura infantil; por último se desintegran, se convierten
en polvareda cósmica, entonces la Esencia enfrascada, se
libera, se emancipa, despierta.
Indubitablemente la mente no puede alterar
fundamentalmente ningún defecto psicológico;
obviamente el entendimiento puede darse el lujo de rotular un
defecto con tal o cual nombre, de justificarlo, de pasarlo de un
nivel a otro, etc., mas no podría por si mismo
aniquilarlo, desintegrarlo.
Necesitamos urgentemente de un poder flamígero
superior a la mente, de un poder que sea capaz por si mismo de
reducir tal o cual defecto psicológico a mera polvareda
cósmica.
Afortunadamente existe en nosotros ese poder serpentino,
ese fuego maravilloso que los viejos alquimistas medievales
bautizaron con el nombre misterioso de Stella Maris, la Virgen
del Mar, el Azoe de la Ciencia de Hermes, la Tonantzin del
México Azteca, esa derivación de nuestro propio ser
intimo, Dios Madre en nuestro interior simbolizado siempre con la
serpiente sagrada de los Grandes Misterios.
Si después de haber observado y comprendido
profundamente tal o cual defecto psicológico (tal o cual
Yo), suplicamos a nuestra Madre Cósmica particular, pues
cada uno de nos tiene la suya propia, desintegre, reduzca a
polvareda cósmica, este o aquel defecto, aquel Yo, motivo
de nuestro trabajo interior, podéis estar seguro de que el
mismo perderá volumen y lentamente se irá
pulverizando.
Todo esto implica naturalmente sucesivos trabajos de
fondo, siempre continuos, pues ningún Yo, puede ser
desintegrado jamás instantáneamente. El sentido de
auto-observación íntima podrá ver el avance
progresivo del trabajo relacionado con la abominación que
nos interese verdaderamente desintegrar.
Stella Maris aunque parezca increíble es la
signatura astral de la potencia sexual
humana.
Obviamente Stella Maris tiene el poder efectivo para
desintegrar las aberraciones que en nuestro interior
psicológico cargamos.
La decapitación de Juan Bautista es algo que nos
invita a la reflexión, no sería posible
ningún cambio psicológico radical si antes no
pasáramos por la decapitación.
Nuestro propio ser derivado, Tonantzin, Stella Maris
como potencia eléctrica desconocida para la humanidad
entera y que se halla latente en el fondo mismo de nuestra
psiquis, ostensiblemente goza del poder que le permite decapitar
a cualquier Yo antes de la desintegración
final.
Stella Maris es ese fuego filosofal que se encuentra
latente en toda materia orgánica e
inorgánica.
Los impulsos psicológicos pueden provocar la
acción intensiva de tal fuego y entonces la
decapitación se hace posible.
Algunos Yoes suelen ser decapitados al comienzo del
trabajo psicológico, otros en el medio y los
últimos al final. Stella Maris como potencia ígnea
sexual tiene conciencia plena del trabajo a realizar y realiza la
decapitación en el momento oportuno, en el instante
adecuado.
En tanto no se haya producido la desintegración
de todas estas abominaciones psicológicas, de todas estas
lascivias, de todas estas maldiciones, robo, envidia, adulterio
secreto o manifiesto, ambición de dinero o de poderes
psíquicos, etc., aún cuando nos creamos personas
honorables, cumplidoras de la palabra, sinceras, corteses,
caritativas, hermosas en el interior, etc., obviamente no
pasaremos de ser más que sepulcros blanqueados, hermosos
por fuera mas por dentro llenos de asqueante
podredumbre.
La erudición libresca, la pseudo-sapiencia, la
información completa sobre las sagradas
escrituras, ya sean éstas de oriente o de occidente,, del
norte o del sur, el pseudo-ocultismo, el pseudo-esoterismo, la
absoluta seguridad de
estar bien documentados, el sectarismo intransigente con pleno
convencimiento, etc., de nada sirve porque en realidad solo
existe en el fondo eso que ignoramos, creaciones del infierno,
maldiciones, monstruosidades que se esconden
Tras la cara bonita, tras el rostro venerable, bajo
él ropaje santísimo del líder
sagrado, etc.
Tenemos que ser sinceros consigo mismo, preguntamos
qué es lo que queremos, si hemos venido a la
Enseñanza Gnóstica por mera curiosidad, si de
verdad no es pasar por la decapitación lo que estamos
deseando, entonces nos estamos engañando a si mismos,
estamos defendiendo nuestra propia podredumbre, estamos
procediendo hipócritamente.
En las escuelas más venerables de la sapiencia
esotérica y del ocultismo existen muchos equivocados
sinceros que de verdad quieren auto-realizarse pero que no
están dedicados a la desintegración de sus
abominaciones interiores.
Son muchas las gentes que suponen que mediante las
buenas intenciones es posible llegar a la santificación.
Obviamente en tanto no se trabaje con intensidad sobre esos Yoes
que en nuestro interior cargamos, ellos continuarán
existiendo bajo el fondo de la mirada piadosa y de la buena
conducta.
Ha llegado la hora de saber que somos unos malvados
disfrazados con la túnica de la santidad; ovejas con
piel de lobo;
caníbales vestidos con traje de caballero; verdugos
escondidos tras del signo sagrado de la cruz, etc.
Por muy majestuosos que aparezcamos dentro de nuestros
templos, o dentro de nuestras aulas de luz y de armonía,
por muy serenos y dulces que nos vean nuestros semejantes, por
muy reverendos y humildes que parezcamos, en el fondo de nuestra
psiquis continúan existiendo todas las abominaciones del
infierno y todas las monstruosidades de las guerras.
En Psicología Revolucionaria se nos hace evidente
la necesidad de una transformación radical y ésta
solo es posible declarándonos a si mismos una guerra a
muerte, despiadada y cruel.
Ciertamente nosotros todos no valemos nada, somos cada
uno de nos la desgracia de la tierra, lo execrable.
Afortunadamente Juan Bautista nos enseñó
el camino secreto: MORIR EN SI MISMOS MEDIANTE LA
DECAPITACIÓN PSICOLÓGICA.
CAPITULO XXX
EL
CENTRO DE GRAVEDAD PERMANENTE
No existiendo una verdadera individualidad, resulta
imposible que haya continuidad de propósitos.
Si no existe el individuo psicológico, si en cada
uno de nosotros viven muchas personas, si no hay sujeto
responsable, seria absurdo exigirle a alguien continuidad de
propósitos.
Bien sabemos que dentro de una persona viven muchas
personas, entonces el sentido pleno de la responsabilidad no existe realmente en
nosotros.
Lo que un Yo determinado afirma en un instante dado, no
puede revestir ninguna seriedad debido al hecho concreto de que
cualquier otro Yo puede afirmar exactamente lo contrario en
cualquier otro momento.
Lo grave de todo esto es que muchas gentes creen poseer
el sentido de responsabilidad moral y se auto-engañan
afirmando ser siempre las mismas.
Personas hay que en cualquier instante de su existencia
vienen a los estudios Gnósticos, resplandecen con la
fuerza del anhelo, se entusiasman con el trabajo esotérico
y hasta juran consagrar la totalidad de su existencia a estas
cuestiones.
Incuestionablemente todos los hermanos de nuestro
movimiento
llegan hasta admirar a un entusiasta así.
Uno no puede menos que sentir gran alegría al
escuchar personas de esta clase, tan devotas y definitivamente
sinceras.
Sin embargo el idilio no dura mucho tiempo, cualquier
día debido a tal o cual motivo justo o injusto, sencillo o
complicado, la persona se retira de la Gnosis, entonces abandona
el trabajo y para enderezar el entuerto, o tratando de
justificarse a si misma, se afilia a cualquier otra
organización mística y piensa que ahora va
mejor.
Todo este ir y venir, todo este cambiar incesante de
escuelas, sectas, religiones, se debe a la
multiplicidad de Yoes que en nuestro interior luchan entre si por
su propia supremacía.
Como quiera que cada Yo posee su propio criterio, su
propia mente, sus propias ideas, es apenas normal este cambio de
pareceres, este mariposear constante de organización, de
ideal en ideal, etc.
El sujeto en si, no es más que una máquina
que tan pronto sirve de vehículo a un Yo como a
otro.
Algunos Yoes místicos se auto-engañan,
después de abandonar tal o cual secta resuelven creerse
Dioses, brillan como luces fatuas y por último
desaparecen.
Personas hay que por un momento se asoman al trabajo
esotérico y luego en el instante en que otro Yo
interviene, abandonan definitivamente estos estudios y se dejan
tragar por la vida.
Obviamente si uno no lucha contra la vida, ésta
se lo devora y son raros los aspirantes que de verdad no se dejan
tragar por la vida.
Existiendo dentro de nosotros toda una multiplicidad de
Yoes, el centro de gravedad permanente no puede
existir.
Es apenas normal que no todos los sujetos se
auto-realicen íntimamente. Bien sabemos que la
auto-realización íntima del ser exige continuidad
de propósitos y como quiera que es muy difícil
encontrar a alguien que tenga un centro de gravedad permanente,
entonces no es extraño que sea muy rara la persona que
llegue a la auto-realización interior profunda.
Lo normal es que alguien se entusiasme por el trabajo
esotérico y que luego lo abandone; lo extraño es
que alguien no abandone el trabajo y llegue a la
meta.
Ciertamente y en nombre de la verdad, afirmamos que el
Sol está haciendo un experimento de laboratorio
muy complicado y terriblemente difícil.
Dentro del animal intelectual equivocadamente llamado
hombre, existen gérmenes que convenientemente
desarrollados pueden convertirse en hombres solares.
Sin embargo no está de más aclarar que no
es seguro que esos gérmenes se desarrollen, lo normal es
que se degeneren y pierdan lamentablemente.
En todo caso los citados gérmenes que han de
convertirnos en hombres solares necesitan de un ambiente
adecuado, pues bien sabido es que la semilla, en un medio
estéril no germina, se pierde.
Para que la semilla real del hombre depositada en
nuestras glándulas sexuales, pueda germinar se necesita
continuidad de propósitos y cuerpo físico
normal.
Si los científicos continúan haciendo
ensayos con
las glándulas de secreción interna, cualquier
posibilidad de desarrollo de los mencionados gérmenes
podrá perderse.
Aunque parezca increíble, las hormigas pasaron ya
por un proceso similar, en un remoto pasado arcaico de nuestro
planeta Tierra.
Uno se llena de asombro al contemplar la
perfección de un palacio de hormigas. No hay duda de que
el orden establecido en cualquier hormiguero es
formidable.
Aquellos Iniciados que han despertado conciencia saben
por experiencia mística directa, que las hormigas en
tiempos que ni remotamente sospechan los historiadores más
grandes del mundo, fueron una raza humana que creó una,
poderosísima civilización socialista.
Entonces eliminaron los dictadores de aquella familia, Las
diversas sectas religiosas y el libre albedrío, pues todo
ello les restaba poder y ellos necesitaban ser totalitarios en el
sentido mas completo de la palabra.
En estas condiciones, eliminada la iniciativa individual
y el derecho religioso, el animal intelectual se precipitó
por el camino de la involución y
degeneración.
A todo lo antes dicho se añadieron los experimentos
científicos; trasplantes de órganos,
glándulas, ensayos con hormonas,
etc., etc., etc., cuyo resultado fue el empequeñecimiento
gradual y la alteración morfológica de aquellos
organismos humanos hasta convertirse por último en las
hormigas que conocemos.
Toda aquella civilización, todos esos movimientos
relacionados con el orden social establecido se volvieron
mecánicos y se heredaron de padres a hijos; hoy uno se
llena de sombro al ver un hormiguero, mas no podemos menos que
lamentar su falta de inteligencia.
Si no trabajamos sobre si mismos, involucionamos y
degeneramos espantosamente.
El experimento que el Sol está haciendo en el
laboratorio de la naturaleza, ciertamente además de ser
difícil ha dado muy pocos resultados.
Crear hombres solares solo es posible cuando existe
verdadera cooperación en cada uno de nosotros.
No es posible la creación del hombre solar si no
establecemos antes un centro de gravedad permanente en nuestro
interior.
¿Cómo podríamos tener continuidad
de propósitos si no establecemos en nuestra psiquis el
centro de gravedad?
Cualquier raza creada por el Sol, ciertamente no tiene
otro objetivo en la
naturaleza, que el de servir a los intereses de esta
creación y al experimento solar.
Si el Sol fracasa en su experimento, pierde todo
interés por una raza así y ésta de hecho
queda condenada a la destrucción y a la
involución.
Cada una de las razas que han existido sobre la faz de
la Tierra ha servido para el experimento solar. De cada raza ha
logrado el Sol algunos triunfos, cosechando pequeños
grupos de
hombres solares.
Cuando una raza ha dado sus frutos, desaparece en forma
progresiva o perece violentamente mediante grandes
catástrofes.
La creación de hombres solares es posible cuando
uno lucha por independizarse de las fuerzas lunares. No hay duda
de que todos estos Yoes que llevamos en nuestra psiquis, son de
tipo exclusivamente lunar.
En modo alguno sería imposible liberarnos de la
fuerza lunar si no estableciéramos previamente en nosotros
un centro de gravedad permanente.
¿Cómo podríamos disolver la
totalidad del Yo pluralizado si no tenemos continuidad de
propósitos? ¿De qué manera podríamos
tener continuidad de propósitos sin haber establecido
previamente en nuestra psiquis un centro de gravedad
permanente?
Como quiera que la raza actual en vez de independizarse
de la influencia lunar, ha perdido todo interés por la
inteligencia solar, incuestionablemente se ha condenado a si
misma hacia la Involución y
degeneración.
No es posible que el hombre verdadero surja mediante la
mecánica evolutiva. Bien sabemos que la evolución y
su hermana gemela la involución, son tan solo dos leyes
que constituyen el eje mecánico de toda la naturaleza. Se
evoluciona hasta cierto punto perfectamente definido y luego
viene el proceso involutivo; a toda subida le sucede una bajada y
viceversa.
Nosotros somos exclusivamente máquinas
controladas por distintos Yoes. Servimos a la economía de la
naturaleza, no tenemos una individualidad definida como suponen
equivocadamente muchos seudo-esoteristas y
seudo-ocultistas.
Necesitamos cambiar con urgencia máxima a fin de
que los gérmenes del hombre den sus frutos.
Solo trabajando sobre si mismos con verdadera
continuidad de propósitos y sentido completo de
responsabilidad moral podemos convertimos en hombres solares.
Esto implica consagrar la totalidad de nuestra existencia al
trabajo esotérico sobre si mismos.
Aquellos que tienen esperanza en llegar al estado solar
mediante la mecánica de la evolución, se
engañan a si mismos y se condenan de hecho a la
degeneración Involutiva.
En el trabajo esotérico no podemos darnos el lujo
de la versatilidad; esos que tienen ideas veletas, esos que hoy
trabajan sobre su psiquis y mañana se dejan tragar por la
vida, esos que buscan evasivas, justificaciones, para abandonar
el trabajo esotérico degenerarán e
involucionaran.
Algunos aplazan él error, dejan toda para un
mañana mientras mejoran su situación
económica, sin tener en cuenta que el experimento solar es
algo muy distinto a su criterio personal y a sus consabidos
proyectos.
No es tan fácil convertirse en hombre solar
cuando cargamos la Luna en nuestro interior, (El Ego es
lunar)
La tierra tiene dos lunas; la segunda de esta es llamada
Lilith y se haya un poco mas distante que la luna
blanca.
Los astrónomos suelen ver a Lilith cómo
una lenteja pues es de muy poco tamaño. Esa es la Luna
negra.
Las fuerzas más siniestras del Ego llegan a la
Tierra desde Lilith y producen resultados psicológicos
infrahumanos y bestiales.
Los crímenes de la prensa Roja,
asesinatos más monstruosos de la historia, los delitos
más insospechados, etc., etc., etc., se deben a las
ondas vibratorias
de Lilith.
La doble influencia lunar representada en el ser humano
mediante el Ego que carga en su interior hace de nosotros un
verdadero fracaso.
Si no vemos la urgencia de entregar la totalidad de
nuestra existencia al trabajo sobre si mismos con el
propósito de liberarnos de la doble fuerza lunar,
terminaremos tragados por la Luna, involucionando, degenerando
cada vez más y más dentro de ciertos estados que
bien podríamos calificar de inconscientes e
infraconscientes.
Lo grave de todo esto es que no poseemos la verdadera
individualidad, si tuviéramos un centro de gravedad
permanente trabajaríamos de verdad seriamente hasta lograr
el estado solar.
Hay tantas disculpas en estas cuestiones, hay tantas
evasivas, existen tantas atracciones fascinantes, que de hecho
suele hacerse casi imposible comprender por tal motivo la
urgencia del trabajo esotérico.
Sin embargo el pequeño margen que tenemos del
libre albedrío y la Enseñanza Gnóstica
orientada hacia el trabajo práctico, podrían
servirnos de basamento para nuestros nobles propósitos
relacionados con el experimento solar.
La mente veleta no entiende lo que aquí estamos
diciendo, lee este capítulo y posteriormente lo olvida;
viene después otro libro y otro, y al final concluimos
afiliándonos a cualquier institución que nos venda
pasaporte para el cielo, que nos hable en forma más
optimista, que nos asegure comodidades en el más
allá.
Así son las gentes, meras marionetas controladas
por hilos invisibles, muñecos mecánicos con ideas
veletas y sin continuidad de propósitos.
CAPITULO XXXI
Es urgente estudiar la Gnosis y utilizar las ideas
prácticas que en esta obra damos para trabajar seriamente
sobre si mismos.
Sin embargo no podríamos trabajar sobre si mismos
con la intención de disolver tal o cual "Yo" sin haberlo
observado previamente.
La observación de si mismo permite que penetre un
rayo de luz en nuestro interior.
Cualquier "Yo" se expresa en la cabeza de un modo, en el
corazón de otro modo y en el sexo de otro
modo.
Necesitamos observar al "Yo" que en un momento dado
hallamos atrapado, urge verlo en cada uno de estos tres centros
de nuestro organismo.
En relación con otras gentes si estamos alertas y
vigilantes como el vigía en época de guerra, nos
auto-descubrimos.
¿Recuerda Ud. a qué hora le hirieron su
vanidad. ? ¿Su orgullo? ¿Qué fue lo que
más le contrarió en el día? ¿Por
qué tuvo esa contrariedad? ¿Cuál su causa
secreta? Estudie esto, observe su cabeza, corazón y
sexo…
La vida práctica es una escuela maravillosa; en
la inter-relación podemos descubrir esos "Yoes" que en
nuestro interior cargamos.
Cualquier contrariedad, cualquier incidente, puede
conducirnos mediante la auto-observación íntima, al
descubrimiento de un "Yo", ya sea éste de amor propio,
envidia, celos, ira, codicia, sospecha, calumnia, lujuria, etc.,
etc., etc.
Necesitamos conocemos a si mismos antes de poder conocer
a los demás. Es urgente aprender a ver el punto de vista
ajeno.
Si nos ponemos en el lugar de los demás,
descubrimos que los defectos psicológicos que a otros
endilgamos, los tenemos muy sobrados en nuestro
interior.
Amar al prójimo es indispensable, mas uno no
podría amar a otros si antes no aprende a ponerse en la
posición de otra persona en el trabajo
esotérico.
La crueldad continuará existiendo sobre la faz de
la tierra, en tanto no hayamos aprendido a ponernos en el lugar
de otros.
¿Mas si uno no tiene el valor de verse a si
mismo, cómo podría colocarse en el lugar de
otros?
Por qué habríamos de ver exclusivamente la
parte mala de otras personas?
La antipatía mecánica hacia otra persona
que por vez primera conocemos, indica que no sabemos ponernos en
el lugar del prójimo, que no amamos al prójimo, que
tenemos la conciencia demasiado dormida.
¿Nos cae muy antipática determinada
persona? ¿Por que motivo? ¿Tal vez bebe?
Observémonos… ¿Estamos seguros de
nuestra virtud? ¿Estamos seguros de no cargar en nuestro
interior el "Yo" de la embriaguez?
Mejor seria que al ver un borracho haciendo payasadas
dijéramos: "Este soy yo, que payasadas estoy
haciendo.
Es usted una mujer honesta y virtuosa y por ello le cae
mal cierta dama; siente antipatía por ella. ¿Por
qué? ¿Se siente muy segura de si misma?
¿Cree usted que dentro de su interior no tiene el "Yo" de
la lujuria? ¿Piensa que aquella dama desacreditada por sus
escándalos y lascivias es perversa? ¿Está
usted segura de que en su interior no existe la lascivia y
perversidad que usted ve en esa mujer?
Mejor sería que se auto-observase
íntimamente y que en profunda meditación ocupase el
lugar de aquella mujer a quien aborrece.
Es urgente valorizar el trabajo esotérico
Gnóstico, es indispensable comprenderlo y apreciarlo si es
que en realidad anhelamos un cambio radical.
Se hace indispensable saber amar a nuestros semejantes,
estudiar la Gnosis y llevar esta enseñanza a todas las
gentes, de lo contrario caeremos en el egoísmo.
Si uno se dedica al trabajo esotérico sobre si
mismo, pero no da la enseñanza a los demás, su
progreso íntimo se torna muy difícil por falta de
amor al prójimo.
"El que da, recibe y mientras más de, mas
recibirá, pero al que nada da hasta lo que tiene le
será quitado". Esa es la Ley.
CAPITULO XXXII
Observación, Juicio y Ejecución, son los
tres factores básicos de la disolución. Primero: se
observa. Segundo: se enjuicia. Tercero: se ejecuta.
A los espías en la guerra, primero se les
observa; segundo se les enjuicia; tercero se les
fusila.
En la inter-relación existe auto-descubrimiento y
auto-revelación. Quien renuncia a la convivencia con sus
semejantes, renuncia también al
auto-descubrimiento.
Cualquier incidente de la vida por insignificante que
parezca, indubitablemente tiene por causa un actor íntimo
en nosotros, un agregado psíquico, un "Yo".
El auto-descubrimiento es posible cuando nos encontramos
en estado de alerta percepción, alerta novedad.
"Yo", descubierto in fraganti, debe ser observado
cuidadosamente en nuestro cerebro, corazón y
sexo.
Un Yo cualquiera de lujuria podría manifestarse
en el corazón como amor, en el cerebro como un Ideal,
más al poner atención al sexo, sentiríamos
cierta excitación morbosa inconfundible.
El enjuiciamiento de cualquier Yo debe ser definitivo.
Necesitamos sentarle en el banquillo de los acusados y juzgarle
despiadadamente.
Cualquier evasiva, justificación,
consideración, debe ser eliminada, si es que en verdad
queremos hacemos conscientes del "Yo" que anhelamos extirpar de
nuestra psiquis.
Ejecución es diferente; no sería posible
ejecutar a un "Yo" cualquiera, sin haberle previamente observado
y enjuiciado.
Oración en el trabajo psicológico es
fundamental para la disolución. Necesitamos de un poder
superior a la mente, si es que en realidad deseamos desintegrar
tal o cual "Yo".
La mente por si misma nunca podría desintegrar
ningún "Yo", esto es irrebatible, irrefutable.
Orar es platicar con Dios. Nosotros debemos apelar a
Dios Madre en Nuestra Intimidad, si es que en verdad queremos
desintegrar "Yoes", quien no ama a su Madre, el hijo ingrato,
fracasará en el trabajo sobre si mismo.
Cada uno de nosotros tiene su Madre Divina particular,
individual, ella en si mismo es una parte de nuestro propio Ser,
pero derivado.
Todos los pueblos antiguos adoraron a "Dios Madre" en lo
más profundo de nuestro Ser. El principio femenino del
Eterno es ISIS, MARÍA, TONANZIN, CIBELES, REA, ADONIA,
INSOBERTA, etc., etc., etc.
Si en lo meramente físico tenemos padre y madre,
en lo más hondo de nuestro Ser tenemos también a
nuestro Padre que esta en secreto y a nuestra Divina Madre
KUNDALINI
Hay tantos Padres en el Cielo cuantos hombres en la
tierra. Dios Madre en nuestra propia intimidad es el aspecto
femenino de nuestro Padre que está en secreto.
EL y ELLA son ciertamente las dos partes superiores de
nuestro Ser intimo. Indubitablemente EL y ELLA son nuestro mismo
Ser Real más allá del "YO" de la
Psicología.
EL se desdobla en ELLA y manda, dirige, instruye. ELLA
elimina los elementos indeseables que en nuestro interior
llevamos, a condición de un trabajo continuo sobre si
mismo.
Cuando hayamos muerto radicalmente, cuando todos los
elementos indeseables hayan sido eliminados después de
muchos trabajos concientes y padecimientos voluntarios nos
fusionaremos e integraremos con el "PADRE-MADRE", entonces
seremos Dioses terriblemente divinos, mas allá del bien y
del mal.
Nuestra Madre Divina particular, individual, mediante
sus poderes flamígeros puede reducir a polvareda
cósmica a cualquiera de esos tantos "Yoes", que haya sido
previamente observado y enjuiciado.
En modo alguno sería necesaria una fórmula
específica para rezarle a nuestra Madre Divina interior.
Debemos ser muy naturales y simples al dirigirnos a ELLA. El
niño que se dirige a su madre, nunca tiene fórmulas
especiales, dice lo que sale de su corazón y eso es
todo.
Ningún "Yo" se disuelve instantáneamente;
nuestra Divina Madre debe trabajar y hasta sufrir
muchísimo antes de lograr una aniquilación de
cualquier "Yo".
Volveos introvertidos, dirigid vuestra plegaria hacia
adentro, buscando dentro de vuestro interior a vuestra Divina
Señora y con súplicas sinceras podéis
hablarle. Rogadle desintegre aquel "Yo" que hayáis
previamente observado y enjuiciado.
El sentido de auto-observación intima, conforme
se vaya desarrollando, os permitirá verificar el avance
progresivo de vuestro trabajo.
Comprensión, discernimiento, son fundamentales,
sin embargo se necesita de algo mas si es que en realidad
queremos desintegrar el "MI MISMO".
La mente puede darse el lujo de rotular cualquier
defecto, pasarlo de un departamento a otro, exhibirlo,
esconderlo, etc., más nunca podría alterarlo
fundamentalmente.
Se necesita de un "poder especial" superior a la mente,
de un poder flamígero capaz de reducir a cenizas cualquier
defecto.
STELLA MARIS, nuestra Divina Madre, tiene ese poder,
puede pulverizar cualquier defecto psicológico.
Nuestra Madre Divina, vive en nuestra intimidad, mas
allá del cuerpo, de los afectos y la mente. Ella es por si
misma un poder ígneo superior a la mente.
Nuestra Madre Cósmica particular, individual,
posee Sabiduría, Amor y Poder. En ella existe absoluta
perfección.
Las buenas intenciones y la repetición constante
de las mismas, de nada sirven, a nada conducen.
De nada serviría repetir: "no seré
lujurioso"; los Yoes de la lascivia de todas maneras
continuarán existiendo en el fondo mismo de nuestra
psiquis.
De nada serviría repetir diariamente: "no
tendré más ira". Los "Yoes" de la ira
continuarían existiendo en nuestros fondos
psicológicos.
De nada serviría decir diariamente: "no
seré más codicioso". Los "Yoes" de la codicia
continuarían existiendo en los diversos trasfondos de
nuestra psiquis.
De nada serviría apartamos del mundo y
encerrarnos en un convento o vivir en alguna caverna; los "Yoes"
dentro de nosotros continuarían existiendo.
Algunos anacoretas cavernarios a base de rigurosas
disciplinas llegaron al éxtasis de los santos y fueron
llevados a los cielos, donde vieron y oyeron cosas que a los
seres humanos no les es dable comprender; sin embargo los "Yoes"
continuaron existiendo en su interior.
Incuestionablemente la Esencia puede escaparse del "Yo"
a base de rigurosas disciplinas y gozar del éxtasis,
empero, después de la dicha, retorna al interior del "Mi
Mismo"
Quienes se han acostumbrado al éxtasis, sin haber
disuelto el "Ego", creen que ya alcanzaron la liberación,
se auto-engañan creyéndose Maestros y hasta
Ingresan a la Involución sumergida.
Jamás nos pronunciaríamos contra el
arrobamiento místico, contra el éxtasis y la
felicidad del Alma en ausencia del EGO.
Sólo queremos poner énfasis en la
necesidad de disolver "Yoes" para lograr la liberación
final.
La Esencia de cualquier anacoreta disciplinado,
acostumbrado a escaparse del "Yo", repite tal hazaña
después de la muerte del cuerpo físico, goza por un
tiempo del éxtasis y luego vuelve como el Genio de la
lámpara de Aladino al interior de la botella, al Ego, al
Mi Mismo.
Entonces no le queda más remedio que retornar a
un nuevo cuerpo físico, con el propósito de repetir
su vida sobre el tapete de la existencia.
Muchos místicos que desencarnaron en las cavernas
de los Himalayas, en el Asia Central,
ahora son personas vulgares, comunes y corrientes en este mundo,
a pesar de que sus seguidores todavía les adoren y
veneren.
Cualquier intento de liberación por grandioso que
este sea, si no tiene en cuenta la necesidad de disolver el Ego,
está condenado al fracaso.
Autor:
V.M. Samael Aun Weor
Enviado por:
Grover García