Indice
1. Los
Orígenes Coloniales
2. Los Tiempos
Republicanos
3. La Ciudad
Fénix
4. Bibliografía
5. Documentos y
Hemerografía
Ortiz es un pueblo de origen colonial. Algunos de sus
monumentos históricos, muchos en ruinas, son muestra de ese
período.
Su nacimiento fue producto de un
proceso
sociológico, expansivo y de conquista de nuevos espacios.
Surgió a mediados del siglo XVII, a expensas del hato y la
actividad agropecuaria que se desarrollaba en los Llanos de Paya,
en la Provincia de Caracas. La formación del poblado
comenzó a gestarse, entre los años 1653-1660, con
el status jerárquico de parroquia civil y luego, en los
setenta del siglo XVIII, como parroquia eclesiástica con
el titulo de Santa Rosa de Lima. Según Adolfo Salazar
Quijada (1994) Ortiz proviene – desde el punto de vista
etimológico – de la lengua
cántabra (vasca) y que ella significa "lugar donde abundan
árgomas" La árgoma (Ulex beaticus) es una planta
espinosa, de flores amarillas, conocida también con el
nombre de aulaga, cuyas puntas tiernas come el ganado.
En el año 1687, Ortiz era un valle fértil, regado
por las aguas del río Paya, su afluente más
importante. Estaba formado por terrenos realengos y despoblados,
perteneciente a la Corona Española.
Geográficamente, se componía en cuatro sitios o
partidos: Las Cañadas, San Juan de Paya, San Roque de Las
Lajas y Santa Rosa de Paya (hoy Santa Rosa de Lima de Ortiz).
Poco a poco, estos terrenos fueron habitados por ganaderos,
vecinos del Cantón de San Sebastián de los Reyes,
quienes establecieron sus viviendas en el denominado Valle de
Ortiz, tal como lo llamaron los primeros colonos. Castillo Lara
(1975) señala que San Sebastián era la cabecera del
llano: "… Desde Sebastián se inicia la fundación
pobladora con las escasas encomiendas indígenas de esas
región piedemontaña y en los hatos y fundaciones
ganaderas de sus vecinos, que se acomodan en los contornos y se
alargan después a los Llanos de Paya".
Por otra parte, la población de Ortiz -entre otras poblaciones
del llano- fue una área tributaria y de sostén de
San Sebastián de los Reyes, dedicada a la producción de carne y cuero. Además
de la actividad ganadera, pero en menor grado, la agricultura
formó parte de su economía: el cultivo
de maíz,
plátanos, algodón y otros rubros. Su
formación social estaba integrada mayoritariamente por
colonos de origen español o
"gente blanca". Sin embargo, existían otros clases
étnicas como pardos, negros e indios.
Según el imaginario colectivo de sus habitantes se ha
extendido, de generación en generación, una leyenda
que identifica la fundación del pueblo con la de un
Cacique, al que llamaban Ortiz, y quien poseía una tribu
en la región. Esta fábula es recogida por la
historiografía venezolana. Ramón
Armando Rodríguez (1957) explica que el poblado "fue
fundado por un cacique a quien los españoles llamaban
Ortiz, de la misma región, por lo que el incipiente pueblo
derivo su nombre de aquel indio…"
Asimismo, Telasco A. MacPerson (1941) dice que, a finales del
siglo XV, "se estableció en el valle que está en
esta ciudad, un indio de apellido Ortiz, cuyo nombre
conservó la población que progresó luego por
los esfuerzos de él y de sus descendientes, y de algunos
vecinos españoles que allí se radicaron".
Evandro Matute (1971) apunta que el núcleo inicial de su
poblamiento hispánico comenzó en el sitio de Puepe
y Las Patillas. Ambos lugares son, en nuestros días, dos
asentamientos muy antiguos dedicados a la agricultura del
pastoreo.
Entre los fundadores de la población se mencionan a: Don
Luis Loreto de Silva y Pérez, rico terrateniente y uno de
los benefactores de la Iglesia Santa
Rosa de Lima. Había nacido en la Victoria y se
estableció con su ganadería
en Ortiz. Era hijo de Don Juan José Loreto Quijano y
Doña Juana María Pérez. Se casó con
Doña Juana Velásquez, cuyo matrimonio
procreo ocho hijos, dos hembras y seis varones. Uno de sus hijos
Don Gabino Loreto Velásquez fue también fundador y
benefactor de la Iglesia de Ortiz. Asimismo aparecen: el
capitán Dionisio Ramos, Santos Marchena; las familias
Hurtado, Matute, Rodríguez, entre otras.
Tal como lo exponen los documentos los
primeros pobladores de esta tierras, conocidas como el Valle de
Ortiz, fueron dadas en composición el 29 de mayo de 1714
por el Juez Francisco Alonso Gil, Subdelegado de Realengos,
según consta del titulo que se le libró a los
habitantes de la población, quienes diligenciaron ante Rey
para la adquisición de cinco lenguas de tierra, a la
que debieron pagar a la Real Hacienda.
No obstante, los documentos terminaron volviéndose caducos
con el tiempo, lo que
originó la solicitud de una nueva composición y
confirmación de dichas tierras, acción que se
inició en diciembre de 1786, basado en el artículo
81 de la Real Hacienda, la cual le fue concedida en dominio y
propiedad por
Don Francisco Lucas Sall, Subdelegado de la Real Hacienda y de
Realengos del pueblo de Ortiz, mediante confirmación y
adjudicación en pública subasta "al remate del
mejor postor" por las autoridades el 19 de julio de 1787. En este
sentido, Matute señala en su trabajo inédito Santa
Rosa de Lima de Ortiz: un pueblo venezolano, que la titularidad
de sus ejidos data del 3 de noviembre de 1787.
Sin embargo, diecinueve años después, en 1823 se
inicia un proceso judicial por la posesión de los terrenos
del pueblo de Ortiz contra los vecinos del pueblo de Parapara,
emprendido por los vecinos Juan Francisco Rodríguez, Juan
Francisco Ramos, Luis José Matute, Remigio de Tovar,
Aniceto Rodríguez, entre otros. El litigio judicial se
centró por los linderos de ambas localidades, cuya
querella causó un conflicto
irreconciliable entre ambos vecinos, debido que los
parapareños alegaban tener derechos de propiedad por
ser los "más antiguos". Afortunadamente, este pleito
culminó en 1843, en una comisión negociadora
compuesta por cuatro individuos reconocidos de ambas
parroquias.
En resumen, hay que destacar que el
problema de la posesión de las tierras del pueblo de Ortiz
estuvo allanado de dificultades que, en su debido tiempo, fueron
denunciadas ante los tribunales por los propios habitantes. En la
documentación existente se encuentran
denuncias contra los tenientes de justicia mayor
que gobernaron la localidad y que " dominados de la codicia al
Tesoro, amontonaban diligencias sucediendo una a otras, sin tener
de ellas el mayor fruto y al fin se entorpecía toda
operación, dando oído a
frívolas oposiciones, que si al principio parecían
justas, al fin se hallaban viciosas, sin presentar en
ningún tiempo un medio legal que debió ser
comprobado dentro de términos justo, al mejor derecho que
autorizaba las dichas oposiciones", según exposición
presentada por Juan Francisco Ramos y otros apoderados en
1823.
Bajo la etapa republicana, Ortiz pasó a ser
distrito, perteneciente a la Villa de Calabozo o el llamado
Cantón Sur de San Sebastián de los Reyes, tal como
lo expresaba la Constitución de 1812, sancionada el 31 de
enero por el Congreso Nacional, la cual dividió el
territorio en departamentos, cantones y distritos.
Sin embargo, Ortiz y el resto de las poblaciones del país
mantenía su ombligo umbilical con las autoridades de la
Corona Española. En 1812 – época de la
Independencia
– el caudillo realista Eusebio Antoñanzas,
lugarteniente de Domingo Monteverde, dio órdenes a sus
tropas para incendiar la población y causar zozobra entre
los habitantes. Fue una de las etapas más oscura del
pueblo orticeño. Se cometieron las mayores atrocidades a
mujeres, niños y
hombres por parte del ejército realista. Sus cuarteles se
establecieron en la localidad como centros estratégicos
para enfrentar lo que llamaban "sublevación" de los
patriotas, liberalizados por Simón Bolívar.
Este hecho histórico – después de la quema
del pueblo- causó entre los habitantes un permanente
vaivén de angustia y miedo con la entrada y salida de los
ejércitos realistas. No obstante, la población de
unirá a la causa independentista y comenzará a
oír las adhesiones a Bolívar, desde el pulpito de
la Iglesia de Nuestra Señora Santa Rosa de Lima.
También, la localidad fue el escenario de una batalla
sangrienta el 26 de marzo de 1818, cerca del sitio conocido como
La Cuesta, donde ambos ejércitos se enfrentaron en una
infausto estratagema que no tuvo ganadores ni perdedores a no ser
muchas vidas humanas. Entre los numerosos testigos fue don
Leandro Marrón.
La participación política del pueblo
de Ortiz tuvo su punto de clímax el 30 de noviembre de
1829, cuando Venezuela
decidió separarse de Bogota y desconocer la autoridad de
Libertador Simón Bolívar, siendo la localidad
orticeña la sexta ciudad que se sumó a este
pronunciamiento.
Entre sus figuras más destacadas en la lucha de la
Independencia y la Libertad de
Venezuela se encuentran: Roso Vilera: "quien hizo toda la
guerra con
Páez, en Apure y con el mismo Páez alcanzó a
Carabobo". Pablo Tovar: "quien luchó en Carabobo y fue
hasta al Perú en el ejército auxiliar". José
Luis Rodríguez, que según Ricardo
Núñez Gómez fue "aquel que secundó en
esta tierra, con un puñado de valientes, el grito
estentóreo, colosal y formidable, por ese gigante que se
llama la Revolución
de 1810". Miguel Antonio Pérez, quien después de
asombrar en los campos de batalla por la impetuosidad de su genio
guerrero, vertía desde el bufete la luz deslumbradora
de su talento. Los hermanos Mújica: Hemeregildo,
Antolín, José Antonio, y José Santiago.
Entre otros como: Santos Utrera, Manuel Maldonado y Policarpio
Díaz.
En el año de 1835 se establece la República y Ortiz
forma parte del Cantón de San Sebastián de los
Reyes (Provincia de Caracas); hasta que Guárico
consiguió su autonomía en 1848. Durante ese
proceso, el 30 de mayo de 1846, la Junta Comunal de Ortiz y
varios vecinos reunidos en la Iglesia Santa Rosa de Lima
acordaron solicitar por escrito a la Cámara de
Representantes ( antigua Cámara de Diputados) del Congreso
Nacional la creación de un nuevo Cantón,
introduciendo un anteproyecto de
ley basando en
la Constitución de 1812. La solicitud de los
representantes se centraba en la creación de una nueva
unidad política que debía estar compuesta por
Ortiz, como capital, junto
con los pueblos de Parapara, Barbacoa, El Sombrero, San
José y San Francisco de Tiznados.
El respectivo anteproyecto fue sometido a discusión en la
Cámara Baja; después pasó al Senado, donde
fue recibido y estudiado con las consideraciones elaboradas por
la Cámara de Representantes. Una vez hechas las
observaciones, la Cámara Alta decidió el 8 de
diciembre, promover la creación del nuevo Cantón,
con las modificaciones siguientes:
"Esta diputación cree que el proyectado Cantón de
Ortiz conforme lo discuten en la honorable Cámara de
Representantes, a saber incurriría en una considerable
extensión de territorio incapaz de ser administrado bien
desde la cabecera" ( Actos Legislativos del Congreso Nacional.
Tomo 222).
Sin embargo, el proyecto-Ley fue
devuelto a la Cámara Baja para una nueva revisión.
El 22 de enero de 1847 se admite en sesión legislativa y
el 11 de mayo, la Cámara de Representantes lo aprueba en
primera discusión, después de varias intervenciones
parlamentarias. Ese mismo 11, la Cámara suspende el
debate hasta
el año próximo.
En definitiva, fue el 5 de febrero de 1848 cuando el Congreso
retoma las discusiones del proyecto-ley, siendo aprobado y
sancionado en una sesión ordinaria, el 7 de febrero. Desde
ese momento, Ortiz pasó a ser Cantón. Sólo
quedaba que el Presidente de la República, José
Tadeo Monagas, dará el ejecutase y entrada en vigencia a
la nueva Ley.
No pasaron muchos días. El 10 de febrero, en horas de la
tarde, el presidente revisó el contenido legislativo y, el
día siguiente, su firma y ejecutase estaba cumplido.
Pero… no fue hasta el 18 de febrero, cuando el presidente
Monagas y el secretario del Interior y Justicia, José
Tomás Sanabria, decretan: "Desde que se comunique el
presente Decreto, queda dividida la actual Provincia de Caracas,
Aragua y Guárico y erigido el nuevo cantón Ortiz,
con los limites señalados por los artículos de
dicha Ley".
Inmediatamente, el gobernador interino de Aragua convocó a
una Asamblea Municipal del Cantón de San Sebastián
de los Reyes "… para que por esta ley elija cuatro concejales y
un procurador municipal, del que se compondrá el Concejo
del cantón Ortiz hasta que la Diputación de la
Provincia del Guárico a que pertenece dicho cantón
designa el número que deba tener, y la Asamblea Municipal
de ésta haga nuevas elección. También
elegirá aquella Asamblea los dos alcaldes parroquiales
para la cabecera del expresado Cantón Ortiz"
El 22 de febrero de 1864, con el triunfo de los federales, la
República fue dividida en 20 estados independientes y un
Distrito Federal. Guárico pasó por derecho a
llamarse Estado. Los
cantones reciben el nombre de Departamento y las parroquias en
Distrito. Dos años después, en 1866, la
Legislación Regional decidió cambiar el nombre de
la demarcación política territorial. Ortiz
pasó a llamarse Departamento Bermúdez.
En 1872, el general José Anselmo Ruiz – siendo presidente
provisional del estado Guárico-, le concedió el
titulo de ciudad, formando parte del Departamento
Bermúdez. La población estaba dividida en dos
parroquias: La Parroquia Santa Rosa de Lima con 8.042 habitantes
y la Parroquia Las Mercedes con 2.121 habitantes. Fue la ciudad
más importante del Guárico por su población
(más 10.000 habitantes) y su rango cultural y social,
contando con cuatro agencias de periódicos, un colegio de
francés y tres escuelas( una diurna, nocturna y de
señoritas).
En el año de 1873, bajo la presidencia del
general Antonio Guzmán Blanco, fue designado presidente
del Guárico el joven general Joaquín Crespo Torres,
oriundo de Parapara, quien por motivos políticos o por
amenaza de una epidemia de fiebre que se cernía en los
moradores de Calabozo, dispuso trasladar la capital de aquella
ciudad a Ortiz, cuyo decreto data de fecha el 15 de octubre de
1874, siendo legalizada la capital definitivamente en la
Constitución del Estado, el 12 de noviembre de 1874.
En 1875, Guárico se estructura
políticamente en nueve departamentos y 41 distritos. Las
demás capitales departamentales reciben el nombre de
villa. El 10 de febrero, bajo el sistema electoral
federativo, se producen elecciones en Ortiz, donde resultó
electo para la presidencia del Guárico el barbacoense
Antonio Bravo y para el Senado y la Diputación los
generales Joaquín Crespo Torres y Tomás José
Guillén.
El 12 de diciembre de 1877, la Constitución sancionado en
la ciudad de Ortiz repone la capital del estado y asiento de la
Gobernación en la ciudad de Calabozo. Luego, vuelve a
Ortiz hasta 1888.
El 11 de abril de 1881, el Guárico entra a formar parte
del Gran Estado Guzmán Blanco, quedando la entidad
desmembrada y pasando la capital, primero a Camatagua y
posteriormente, a Villa de Cura. Es así como, en diciembre
de 1889, la Legislatura le cambia el nombre por el de Gran Estado
Miranda, donde Guárico pasó a ser una simple
sección. En 1881, Ortiz contaba con 4.153 habitantes.
Fue Don Fernando Bosh Landa, inteligente villacurano, quien
llamó a Ortiz, la ciudad fénix, por la grandeza de
sus hijos la cual sobrevivió a los dolores de la Guerra
Federal y a la inclemencia de las epidemias que le azotaron,
según el testimonio escrito del cronista Ricardo
Núñez Gómez, recogido por el
periódico El Progreso de Calabozo, en 1886.
A comienzo del siglo XX, la población orticeña fue
azotada por la endemia palúdica, produciéndose de
inmediato un gran éxodo de sus habitantes a otras
poblaciones. En el año 1918, la peste Española
acaba definitivamente con la población. Esta tragedia
sirvió de inspiración al gran novelista venezolano
Miguel Otero Silva, quien el año 1955 publicó su
celebre novela Casas
Muertas, la cual aparece concebida como una sucesión de
estampas en torno al
irremisible proceso agónico en que se debatió esta
ciudad agreste e histórica, que se denominó La Flor
de Los Llanos.
En medio de la lucha por resurgir de la cenizas, en el marzo del
año 1938, y por deseos expreso del Gobierno de
Guárico, se creó la Junta de
Pro-Reconstrucción de Ortiz en el Salón Principal
de la Prefectura Civil, con el fin de mejorar el saneamiento de
la población e impulsar su desarrollo
económico y social. La Junta quedó integrada
por Nicanor Rodríguez, presidente; Justo Flores,
vicepresidente; Antonio Seijas, tesorero; Augusto Herrera,
secretario; Vicente Ramos, subsecretario y vocales: Gabriel
Loreto y Antonio Rodríguez.
Para 1947, un joven orticeño Luis Acosta Rodríguez
– futuro diputado de la República y escritor
bolivariano- llevaría la titánica obra de
saneamiento ambiental con la siembra de árboles
en la avenida Bolívar de Ortiz y la creación del
Centro Cultural Pro-mejoramiento, que fue lugar de cita de
grupos
musicales y teatrales como el Retablo de Las Maravillas (conocido
hoy como Danzas Venezuela), con la actuación de la famosa
artista Yolanda Moreno y que dirigió desde siempre el
profesor Manuel Rodríguez Cárdenas.
En 1988, el municipio Ortiz pasó a ser autónomo,
mediante Ley de División de Político Territorial
del estado e integrado por los municipios San José, San
Francisco y San Lorenzo de Tiznados. Desde esa época ha
sufrido una transformación urbana y un mejoramiento de sus
condiciones sociales. Hoy presenta una faz muy diferente a la de
Casa Muertas. Es una población moderna y urbana. Su
economía primordial es la agropecuaria. Tiene una
población de 18.659 mil habitantes. Su palpitar
dinámico, su cotidianidad lugareña y su gente son
el espíritu con el cual marcha hacia un nuevo
porvenir.
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Autor:
Lic. José Obswaldo Pérez
Universidad Rómulo Gallegos
Guárico. Venezuela