El presente trabajo monográfico dirige su
atención a un análisis de algunos temas interesantes
dentro de la obra cien años
de soledad de García
Márquez. Estos temas son el realismo
mágico, el tiempo, Macondo
como un lugar maravilloso y los personajes.
Cien años de soledad es la novela
más importante dentro de la literatura Latinoamericana,
por este motivo mi preocupación en poder entender
las motivaciones y el porque de cada hecho dentro de la historia.
Uno de los recursos
estilísticos mas usado por García Márquez en
esta obra es la hipérbole o la exageración. Y para
analizar posteriormente algunos fragmentos del libro, es
necesario conocer ciertas definiciones de hipérbole. Una
definición lo toma como una visión desproporcionada
de una realidad, amplificándola o disminuyéndola,
concretándose en el uso de términos
enfáticos y expresiones exageradas. Otra definición
que tomaremos, consiste en emplear palabras exageradas para
expresar una idea que está mas allá de los límites de
la verosimilitud. Es bastante corriente en el habla cotidiana.
Por ejemplo "hace un siglo que no te veía".
Partiendo de estas reflexiones teóricas se puede
pensar que la hipérbole es un recurso que procede de la
expresión oral, recurso que utiliza nuestro escritor como
una herramienta literaria eficaz para narrar.
Es claro que el autor de esté libro renovó
la literatura a través de uno de sus posibles componentes,
la fantasía, pero también de otros recursos
lingüísticos como la hipérbole. García
Márquez ha hecho una mezcla entre lo fantástico y
lo real utilizando a la hipérbole como nexo de un modo tan
perfecto que ya nadie sabe donde están las fronteras de
uno y el otro. Es el arte
hiperbólico y distorsionado lo que hacen de Macondo un
lugar fantástico, donde no cabe destruir la envoltura de
su encantamiento y contar su historia así, como algo
previo a la literatura, como un rumor legendario como se la
habían contado durante muchos años las gentes entre
sí.
Algún tiempo atrás en una entrevista
García Márquez reflexionó sobre la
hiperbolizacion, y dijo que "lo mágico puede transformarse
en lo real con la misma facilidad que lo real en lo mágico
(…) no hay un lugar que sea mas real, o mágico, que
otro, porque todo puede intercambiarse y todo es parte de la
misma realidad total."
Por lo tanto él amplio la realidad literaria con
sus mezclas y sus
herramientas
literarias, consiguiendo superar con creces el realismo que hasta
entonces imperaba en la literatura latinoamericana.
En Macondo no se puede distinguir entre la realidad y la
irrealidad, Macondo es un territorio mágico, donde
cualquier cosa puede pasar por otra. Lo maravilloso convive con
lo cotidiano y a través de un lenguaje
evocador y preciso, es posible hacer vivir lo inverosímil.
La construcción imaginaria tiene sus
raíces profundas en la realidad americana.
No quiero seguir explayándome con estas
reflexiones para poder entrar ahora sí en el
análisis de algunas hipérboles en Cien años
de soledad.
La primera hipérbole a analizar es la
demostración que hizo Melquíades, sin duda una
parodia de la ciencia.
Leamos el texto: "Fue de
casa en casa arrastrando dos lingotes metálicos, y todo el
mundo se espantó al ver que los calderos, las pailas, las
tenazas y los anafes se caían de su sitio, y las maderas
crujían por la desesperación de los clavos y los
tornillos tratando de desenclavarse, y aun los objetos perdidos
desde hacía mucho tiempo aparecían por donde
más se les había buscado, y se arrastraban en
desbandada turbulenta detrás de los fierros mágicos
de Melquíades" (71-72). Es evidente que el escritor trata,
mediante el uso de estos fierros, de presentar el gran poder del
gitano al atraer todo lo metálico y encontrar las cosas
perdidas. Su poder será tal que escribirá la
historia de la familia de
los Buendía antes de que suceda. Quiero constatar la
trascendencia del adjetivo que acompaña a "fierros". Un
adjetivo que muestra su
intención: "mágicos". No son, pues, objetos que
pertenezcan sólo a la realidad verificable, sino que van
más allá, de ahí su inmenso
poder.
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