La escuela Nº 6
"Manuel Belgrano" se halla ubicada en el paraje denominado
Colonia Perfección, situada a 15 Km de la Ciudad de
Concepción del Uruguay y a 5
Km de la zona ubicada, sobre el Camino viejo a San Justo, por lo
cual está clasificada como ARU y por su matrícula
como 4ta. Categoría.
En el turno mañana funciona el Nivel Inicial –
EGB1 y EGB2 y en el turno tarde la escuela
intermedia. Los caminos de acceso están en muy mal
estado lo cual
se ve agravado los días de lluvia ya que no hay banquinas
y esto representa un peligro para los niños.
No hay ningún medio de transporte
público para llegar a la escuela lo que obliga tanto a los
docentes como a los alumnos a movilizarse en forma particular lo
que en esta época de crisis
presenta serias dificultades. La gran mayoría de los
alumnos realizan grandes trayectos a pie.
La población que concurre a nuestra escuela es
de clase media baja o carenciada, cuyos padres no han terminado
la escuela primaria y no demuestran interés
por la
educación de sus hijos, no participan en la evolución educativa o disciplinaria de los
mismos.
El edificio escolar se halla ubicado en un predio de 2
hectáreas donadas hace más de 80 años por
Don Matías Degregori, rodeada por precarios tejidos que en
parte ya no existen. En 1980 se reemplazo la antigua construcción de madera por una
de material, que consta de 3 aulas rodeadas de galerías
techadas, dos baños en uso y 4 inhabilitados, una sala de
Nivel Inicial inaugurada en 1996.
En la casa habitación funciona el comedor escolar
que brinda almuerzo a más de la mitad de los alumnos ya
que los padres se desempeñan en tareas de campo, empleados
municipales, huertas pero en su mayoría son changarines o
desocupados.
La cooperadora está constituida por padres de los
dos turnos; pero sus ingresos son
insuficientes para cubrir las necesidades de la escuela como
arreglar los baños o construir un aula más ya que
el número de alumnos aumenta todos los años y el
espacio resulta insuficiente para albergar a los
mismos.
La planta funcional del turno mañana consta de un
director con grado a cargo, tres maestras de ciclo, una de nivel
inicial, una profesora de Educación
Física y una de Educación Musical que
completan horas en nuestra escuela, una ordenanza y una
cocinera.
Las relaciones entre los miembros del ámbito
educativo no son tan armónicas y equilibradas como se
desearía. A menudo, alumnos, padres, docentes y
directivos, nos encontramos inmersos en ambientes de mal humor,
agresividad, autoritarismo, rebeldía, etc. y ponemos la
responsabilidad en causas siempre externas a la
institución (problemas
familiares, situación económica, etc.), que permite
y facilita, no involucrarnos o no implicarnos a la
situación.
En definitiva, estas insatisfacciones reciprocas que se
traducen en indiferencia, apatía, inseguridad,
deserción, rabia, ironía y violencia;
describen una problemática muy común en nuestra
escuela como es: "la falta de una convivencia armónica y
pacífica entre todos sus integrantes". Esta
problemática surge porque quizás muchos de nosotros
pensamos que poco podemos hacer desde la escuela para encaminar a
nuestros alumnos en un proyecto de vida
y de convivencia armónica y pacífica, cuando el
contexto social que nos circunda es violento; pero también
es cierto que saber convivir en paz con otros, no es un comportamiento
heredado genéticamente, de ahí la necesidad de
educar a los niños para que puedan vivir en comunidad.
Desde hace un par de décadas, la responsabilidad
de enseñar a convivir que recaía fuertemente sobre
la familia,
hoy esa responsabilidad se ha corrido y recae en la
institución escolar, entonces los docentes queremos
abordar esta problemática, intentando incorporar a nuestra
práctica diaria, la "MEDIACIÓN".
Diariamente nos encontramos en una realidad
caracterizada por el deterioro de las relaciones
interpersonales, la pérdida de valores, la
competencia
despiadada, las luchas por el poder, el
individualismo, etc. La falta de herramientas
para gestionar el conflicto
aumentan el enfrentamiento y la violencia.
Esta realidad exige al docente asumir como parte de su
rol el gestionar los conflictos
adecuadamente. Por otra parte, el conflicto en el aula desgasta
al docente ya que, existe una aparente antinomia entre la
currícula que debe desarrollar y el abordaje de las
disputas desde nuevas técnicas.
Muchas veces nos preguntamos: ¿Qué hacer
con los conflictos, sabiendo que son propios de la vida (personal, grupal,
institucional)? ¿Podemos negarlos, ignorarlos? Y sabemos
la respuesta, "reaparecerán inevitablemente, a veces
disfrazados o desplazados".
Esto lleva a que nuestros alumnos nos vean transmitiendo
valores contrarios a la participación responsable, al
protagonismo crítico y transformador de la sociedad.
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