En el desarrollo de
la cátedra de Filosofía de la Ciencia hemos
ido estudiando el comportamiento
histórico de las principales posiciones
epistemológicas sobre la ciencia en el siglo XX. En este
ensayo nos
centramos en el estudio de un capítulo de la obra
principal de unos de los más revolucionarios pensadores de
los últimos tiempos: Thomas S. Kuhn. Se analizan algunas
de sus categorías centrales, tratando de extraer su
visión, su manera de comprender el progreso
científico y su propuesta personal para
abordar la epistemología.
Dentro de la gran problemática sobre cómo
se da el desarrollo o progreso científico se han asomado
diversas categorías y tesis a lo
largo de la historia de la
Filosofía de la Ciencia. El neopositivismo
fundamentalmente asumía la visión acumulativa, con
la propuesta de la reducción científica. Popper,
por su parte, hablada de la acumulación, haciendo sus
razonamientos desde el concepto de la
verosimilitud de las teorías.
Dentro de lo que nos atañe en este ensayo, hay
que mencionar que Thomas Kuhn, considera esta
problemática, tomando apoyo en el estudio histórico
de la ciencia, debido a las "crisis y
rupturas, que implican cambios radicales en la concepción
del mundo, a las que llamó revoluciones
científicas". Su apoyo en lo histórico se debe
a que desde su posición de historiador de las ciencias,
considera que esto es un factor muy importante para comprender no
sólo cómo han ido adelante las teorías
científicas, sino entender también por qué
en ciertos momentos algunas teorías han sido aceptadas en
vez de otras y han sido justificadas y validadas. A demostrar
esta posición sobre su concepción del progreso
científico, se dedica Kuhn en su obra magna: La
estructura de
las revoluciones científicas. En esta se consiguen
diversas categorías y conceptos que son ampliamente
consideradas en la epistemología que se ha escrito tras
Kuhn, tales como: paradigma,
crisis, revoluciones científicas, ciencia normal, entre
otras.
En el capítulo II de la obra citada se presenta
un estilo de introducción hacia lo que es su
concepción de paradigma y ciencia normal, teniendo muy en
cuenta un criterio historicista para su análisis y descripción; por lo que recurre a ejemplos
bien concretos, específicamente en el campo de su dominio: la
física y
la electricidad.
Para Kuhn la ciencia normal tiene como tarea la
solución de situaciones científicas desde un
determinado paradigma, que es compartido por los integrantes de
una comunidad
científica en cada campo de investigación:
Ciencia normal significa investigación basada
firmemente en una o más realizaciones científicas
pasadas, realizaciones que alguna comunidad científica
particular reconoce, durante cierto tiempo, como
fundamento para su práctica posterior.
La ciencia normal, por lo tanto, implica «un
período» en el que se ejecutan las actividades
científicas aferradas a un paradigma, permitiendo que se
revelen los aspectos más relevantes, según esta
referencia paradigmática. Se refiere a toda una etapa
precientífica, que en el neopositivismo se denota como
contexto de descubrimiento y la constitución progresiva de un paradigma,
según nos dice Echeverría, dan origen a esta etapa
de ciencia normal.
Antes de continuar con el análisis y
presentación del discurso dado
por Kuhn en el Capítulo II de «La estructura de las
revoluciones científicas», sobre la ciencia normal,
intentemos clarificar su noción sobre esta
categoría fundamental para sus relatos
epistemológicos: paradigma.
Ya desde el Capítulo I, Kuhn quiere sostener que
el desarrollo científico no se puede considerar como un
proceso de
acumulación de hechos, inventos,
teorías leyes
científicas, en clara oposición a la corriente
neopositivista que de alguna manera, en este aspecto fue
sostenida también por Popper. Admite también, con
una explicación de valor
histórico, que las teorías científicas
anticuadas, aunque hayan sido descartadas, no dejan de ser
científicas.
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