Introducción
El gran descubrimiento de los primeros seguidores del Maestro fue
que la religión no era un conjunto de verdades, ni
un sistema de
poder, – mucho
menos – unos edificios o unas instituciones.
Los primeros seguidores del Maestro descubrieron que la
religión es una persona: el
propio Maestro, Jesús de Nazaret.
Le acompañaron durante su vida mortal, lo contemplaron
resucitado, lo sintieron presente durante el resto de sus
vidas.
Se organizaron en comunidades, verdaderas familias, diseminadas
por el mundo, con un Padre común, el Padre de
Jesús.
Muchos, incluso, dieron sus propias vidas, víctimas de la
lucha de los poderosos contra los sencillos, contra los limpios
de corazón.
El testimonio del Nuevo Testamento es contundente: la Buena
Noticia, con mayúscula, la que todo hombre espera
recibir algún día, ya es realidad. La Buena Noticia
de Jesucristo. A partir de El, con El, por El todo cambia de
sentido, para bien nuestro y de los que nos rodean.
Felipe Santos, en su trato continuo con la juventud, ha
escrito estas Cartas de
Jóvenes a Jesús con un estilo directo, rico en la
manifestación cordial de los jóvenes ante la figura
fascinante de Jesús. En realidad son los 30 problemas que
más acucian a ciertos sectores juveniles de nuestra
sociedad.
Estas Cartas contienen la fuerza de esa
intuición, base del acto de fe: todo con El, nada sin
El.
Ojalá que su lectura avive
en muchos jóvenes el entusiasmo por el Amigo, que
está siempre ahí, por aquel que quiere y puede
cambiar el mundo, y que cuenta contigo para ello.
Damos las gracias a Felipe porque estas Cartas podrán
ayudar a los queridos jóvenes a encontrarse consigo mismos
en la autopista de Dios. Un subsidio clave para la clase de
Formación Religiosa, lectura personal o para
convivencias cristianas.
1) Hola Jesús
Tengo suerte, Señor, en saludarte esta mañana. El
día ha amanecido fulgurante de luz por toda la
amplitud de mi mirada joven. Tengo una dicha inmensa por haberte
conocido dentro de una familia,
modélica en su trabajo y en permanente diálogo
conmigo. No me atosigan con " rollos" ni me comen el coco. Me han
inculcado paulatinamente el recto uso de mi responsabilidad personal. Soy yo el que tiene que
forjarse un proyecto de vida
consistente y que abarque todas las facetas de mi persona
joven.
Me educan en la libertad
liberadora. Esta fue algo esencial en tu mensaje desde la
creación. Ya sabes que me encanta la libertad bien
empleada. Podría estar sumido en libertinajes. Sí,
de esta forma andan algunos amigos de mi pandilla. No los veo
más felices que yo. Me hablan de sus familias con cierto
aire de
desencanto." Son unos carrozas". " Mis viejos no me dan toda la
pasta que necesito"." Tengo ganas de independizarme, pero el
maldito dinero y las
pocas ganas de trabajar me tienen apegado a casa, la fonda en la
que encuentro comida y alojamiento". Todas estas afirmaciones en
sus labios me causan pena y tristeza. No tienen norte y hasta han
perdido el sentido de la vida.
Esta tiene más sentido para mí, además del
que me da mi buena familia, desde que te conocí a fondo un
buen día haciendo un "stop" en mi vida. Alguien realmente
amigo me indicó que fuera a verte a una colina de Francia,
llamada Taizé. Fue en aquel silencio y plegaria en donde
mi ser entero de joven sintió que debería
transformarme y cambiar mi propia existencia y la de quienes me
circundan. Por eso siento la vida de mi pandilla, alejada de ti y
de los valores
que dan consistencia a nuestra persona. Porque, Señor, en
el fondo, tú los conoces y sabes que son buenos. Lo que
les ocurre es que te tienen aparcado.
Gracias a mis padres, conscientes de la realidad de este mundo,
voy caminando por esta fascinante aventura de la vida. No sufro
los hachazos de desesperación ni la horrible
confusión que existe a mi derredor. Me considero un ser
afortunado. Los padres, hoy, tienen un papel
difícil y, a la vez, sumamente interesante: dar vida a sus
hijos cuando son jóvenes. Hay padres que, justo a esta
edad, los dejan abandonados a sus caprichos y deseos poco
humanizantes. Les falta el diálogo y "perder" más
tiempo con
ellos. A veces les dan muchas cosas pero no a sí
mismos.
Noto, Señor, que mucha gente joven y sus padres no tienen
otra misión en
la vida que el consumo y la
adquisición de cosas. Todo es montárselo bien a
costa de los valores
familiares. No dialogan, cada uno va a su rollo. Y así
llegan lentamente a caer en el pozo de la frustración y
del vacío."¿ De qué nos vale tener todas las
cosas del mundo si perdemos nuestra alma", nuestra identidad
personal y la vida familiar?
Tú dices que todo lo que no sea una vida centrada en tu
Evangelio es como " paja que arrebata el viento". Y es verdad.
¡ Cuántos ejemplos conoces tú mejor que yo de
gente flotando a la deriva de los vientos placenteros de la
competencia,
entendida como sobresalir por encima de los otros para
humillarlos y tenerlos en poca consideración! Hoy, el
valor por
excelencia es la "pasta", la " guita".
Me imagino que sufrirás en tu corazón todas estas
enfermedades del
joven moderno y de muchos padres. Ante esta situación de
mi mundo actual, me cuesta mucho mantenerme adherido a ti como
roca fuerte. Pero, te repito, mis padres y algunos educadores han
ejercido en mí una influencia bienhechora. Me han dado
seguridad en mi
personalidad.
Cuesta mucho en nuestros días conservarse vivo y alejado
del vendaval de ser etiquetado como un artículo de los
grandes almacenes.
Por eso, Señor, esta mañana clara y diáfana
levanto mi alma hacia ti para darte las gracias por el día
que estreno. Quiero sentirme hoy como una persona nueva. Quiero ,
en este día concreto, ser
agua y
tierra
humedecida para todo el que encuentre a mi lado.
No quiero pasar un día más, marchito entre
superficialidades que no conducen a nada elegante.
Dame, Jesús, fuerzas y gracia para hacer de este
día un ramillete de buenas obras para mi riqueza personal,
para darle gracias a mis padres, para dar testimonio a mi
pandilla de que toda mi alegría proviene de ti, autor de
la vida que vivo y estreno hoy.
Tu amigo Manolo, 18 años
2) El clamor del pobre y los gritos de los humildes". Y,
para que sigan luchando por sus derechos conculcados,
tú les alientas con una de tus bienaventuranzas: "
Dichosos los pobres de espíritu porque de ellos es el
reino de los cielos".
Hoy, Señor , en este mundo hay dos grandes divisiones: la
del Norte y la del Sur. La primera vive en la opulencia de las
riquezas y del bienestar. Y la segunda vive maltratada y sumisa
al poder fáctico de quien posee la " pasta".
Pero, Señor amado, cuesta mucho ver día tras
día en los medios de
comunicación social escenas horripilantes de gente que
sufre. La mayoría de la gente ve estas noticias
insensiblemente. Ya sabes que una noticia sigue a otra sin
concatenación, sin lógica.
Unos minutos del tema de Clinton con su becaria – asuntos de
sexo – dan
paso al minuto siguiente a otra noticia que no tiene nada que ver
con la persona. Ya sabes que en los medios de hoy
día llama la atención únicamente lo negativo, lo
zafio y lo bodrio. Es la ley. Una persona
que viva entregada a tu reino, no cuenta para los medios. La
bondad y la ternura , la misericordia y el perdón,
están muy lejos de sus puntos de mira.
Hoy hay salmistas por todo el mundo. No se cansan de predicar y
de invocarte como el antiguo. "No te olvides del pobre,
Señor, el pobre se encomienda a ti".
Pero, para los poderosos, esto no son más que palabras de
consuelo. La explotación del indefenso es su ley suprema.
En la entrada de tercer milenio de la fe en ti, sigue habiendo,
como en tu tiempo, seres esclavos, prostitutas comandadas por
organizaciones
que se lucran con su explotación.
Y mira, Señor, tú lo sabes todo. La misma nueva
tecnología, Internet, por ejemplo,
aprovecha algunos de sus espacios para hacer propaganda y
publicidad de
pornografía infantil y adolescente. Ya ves.
Se mata al inocente con tal de contentar las pasiones bajas de
algunos o muchos despiadados. ¡ Qué horror! D. Bosco
estaba dispuesto a ir andando con la lengua en el
suelo con tal
de mantener la inocencia de sus chicos. Hoy, no. Matar lo bello
del corazón transparente y limpio del niño a costa
de viles pasiones humanas parece lo más natural. La
vaciedad del hombre hay que llenarla con algo fuerte e
inaudito.
El terror y el temor están de moda en tu
mundo por culpa de unos malditos que se glorían haciendo
el mal. Me revienta que tu
precioso mundo esté todavía infectado por la
injusticia. Y han pasado ya dos mil años desde que
tú viniste a traer al mundo la paz y la concordia entre
los hombres.
Las autoridades piden votos para las elecciones. Es la
única oportunidad que tienen tus pobres. Son zarandeados
con la propaganda más grosera y engañosa para que
voten a tal o cual partido. Pero, a la postre, no existe el
partido de los pobres, sino el de los ricos que se aprovechan de
su voto para medrar. Los partidos y la política son medios
para enriquecerse, salvo, Señor, algunas excepciones. El
hemisferio Norte hace la guerra cuando
peligra su economía fuerte. El
hemisferio Sur no tiene otra solución que aguantar los
improperios y la ingratitud de los soberbios y poderosos de este
mundo.
Señor, perdona mi desahogo antes de irme al descanso. No
podía aguantar todo el malhumor que llevo dentro. Es
injusto que la mitad de los hombres vivan en situaciones pobreza radical y
la otra mitad anclados en placeres y en un bienestar, que bien
mirado, provienen de la explotación del pobre.
Gracias, Señor, por escuchar esta carta contra la
injusticia. Tus palabras, en tu tiempo , fueron más duras
todavía: ¡"Hipócritas, sepulcros
blanqueados!" ¿ Qué les dirías hoy a esta "
chusma" de malvados y aprovechados?
Te quiere tu amiga Inma, 19 años
6)¡ Hola Jesús!
Señor, ya me conoces de sobra. Soy un joven que vive en
este mundo denominado por su alta tecnología de
precisión. Las palabras que lanzan los distintos medios de
comunicación inundan de mentiras tu universo. Estamos
viviendo la época de la palabra oral e icónica
más que la escrita, que también se da, por
supuesto.
Mi mundo joven está harto de palabras sin sentido,
palabras soeces, bajunas, palabras halagadoras y mentirosas como
la hiel. En mi mismo grupo se
estila mucho y hasta está de moda el cumplido, el
disimulo, el quedar bien ante todos. La apariencia es el bien
supremo. ¡ Vaya tela!
Pienso en tus palabras del salmo y me quedo anonadado. " La
lengua es nuestra fuerza, nuestros labios nos defienden,¿
quién será nuestro dueño?"
Los jóvenes con los que salgo, en pandilla, se ufanan por
hablar mucho. El silencio les quema por dentro. Cuando hay
algunos instantes de silencio, en seguida sacan sus auriculares
para oír música. No aguantan
unos momentos en silencio. No lo soportan. Si están en
casa, en lugar de hablar con la familia y
hacer tertulias familiares, cada uno va viendo la TV mientras
come. Al terminar, todos se van a ver la
televisión, la dueña y la educadora de casa. De
tonta no tiene nada. Fíjate que ocupa el centro de la sala
de estar, lugar de preferencia.
Y si la TV es un tostón, se conecta la radio y los 40
principales para aplacar el silencio molesto. No saben en
qué pensar. Las emisoras de radio, por otra
parte, son llamaradas de palabras sin sentido muchas veces. Me
revientan, Señor, los labios embusteros, egoístas y
altaneros.
En este mundo singular y pletórico de ruidos y de palabras
no sé qué hacer. Estoy habituado a tu Palabra
eterna, a tu Palabra de vida, a tu Palabra que encierra verdades
entrañables. Y, cuando me encuentro ante situaciones como
la actual, me siento mal.
Es entonces, Señor, cuando cierro mis labios y mis
oídos para no escuchar palabras que ofenden la modestia de
la joven bella y elegante del baile, la que va por la calle
ondeando al viento sus cabellos sueltos y sus atributos- obra
tuya- con toda finura. Bueno, Señor, la verdad es que
también las hay que, en lugar de enseñorearse con
sus cualidades femeninas, provocan al joven o viceversa.
Estoy harto y cansado de tanta palabra vacía. Me encantan
tus palabras, Señor, porque crean vida nueva en mi ser.
Tus palabras se encarnan dentro de mí y me hacen pensar,
meditar y sentirme como flotando por este ambiente tan
hostil y mentiroso.
"Tus palabras son auténticas…refinadas siete veces".
Ante ellas me detengo cada día al comenzar la jornada,
cuando participo de tu Eucaristía, la gran parábola
de unidad entre los creyentes católicos.
El otro día me dijeron palabras lisonjeras para llevarme a
una fiesta. Prontamente capté la intención de mi
interlocutor. Sin mediar rodeos, le dije: No cuentes conmigo. No
iré a ese sitio de falsedad e hipocresía. Mi buque
insignia es la autenticidad, contraria, por otra parte, a tu modo
de pensar y de vivir.
Déjame tranquilo, por favor. ¡Hay tantas cosas
buenas que hacer en la vida ¡ No pienso perder el tiempo en
tontadas.
Viendo mi actitud
valiente y humanamente coherente, me dejó en paz.
Gracias, Señor, por tus Palabras que tienen valor y
dimensión hasta la misma vida eterna. Ya sabes que no soy
ni mejor ni peor que ellos o ellas. Pero no aguanto la
palabrería y la mentira dichas con tanta facilidad e
hipocresía.
Un abrazo fuerte
David, 20 años
7)Hello Jesús
Esta mañana vengo presuroso a alabarte. Me he levantado,
como todos los días, feliz y alegre, pero en cada jornada
quiero encontrar un sentido nuevo a mi vida joven. Ya sabes que
todo lo que sea monotonía me espanta y me aburre hasta
consumirme los huesos y las
entrañas.
Me siento feliz en tu servicio,
dichoso y entusiasmante. Nunca había disfrutado tanto en
mi vida como cuando percibí adentro, muy adentro que me
felicidad está en ti "mi Dios. Los que buscan a otros
dioses no hacen más que aumentar sus penas; jamás
pronunciarán mis labios su nombre".
Le cuento a todo
el mundo juvenil, que me encuentro realizado plenamente en tu
servicio. Eres el Dios que me da la suprema alegría y el
afán de entregarme cada día a vivir tu
Evangelio.
Mis amigos, por el contrario, me cuentan que soy "tonto" en
privarme de los placeres de la vida : el dinero, el
sexo, la fama , el éxito,
el poder, la ganancia económica… Yo les digo que miran
solamente de tejas para abajo. Si alzaran la vista más
arriba, se darían cuenta de que la felicidad depende
profundamente de ti, Señor amigo.
Contra viento y marea, pero contento, me siento dichoso por haber
entregado mi vida totalmente a tu reino. Esto no lo entienden. La
fe es la clave única para adentrarse contigo en tu
Evangelio.
Cuando me preguntan cosas acerca de la posibilidad de vivir sin
chica, les contesto que " mi felicidad está en ti".
Sé que no lo entienden. Hace falta un poco de riesgo para
asumir esta responsabilidad de entregarse a ti de por vida.
Tú, Señor, eres muy exigente. Y, en el fondo , me
alegro de que seas así.
Si no fueras duro y exigente con quienes te siguen de cerca en su
vocación de consagrados, no estaría aquí hoy
contigo. Aunque siento los placeres y la atracción por las
cosas de la tierra-
cosa totalmente normal -, sin embargo, tú me has llamado a
la entrega total. Piensan algunos que el celibato nos aprisiona
en nuestra libertad y que es absurdo y antihumano estar sin chica
durante todo el tiempo. Les recuerdo tus palabras del Evangelio:
"Quien tenga oídos para entender que entienda". Es verdad.
Miradas las cosas fuera de tu prisma evangélico, todo
resulta sin sentido y hasta aberrante para la gente que no enfoca
toda su existencia bajo la luz de tus coordenadas.
Mi Dios eres solamente tú. Ellos, entre unas cosas y
otras, se apegan a dioses " falsos", cuyo lastre les va
conduciendo a la pérdida de identidad personal. Respeto a
quienes, habiendo hecho una opción libre por el matrimonio, lo
viven a pleno pulmón y con la gracia de compartir toda su
vida con otra persona.
Esto me parece que es muy difícil cuando el egoísmo
de uno o de otra sigue flotando en la relación entre
ambos. Hay quienes fracasan en esta relación porque se
entregaron atraídos simplemente por la fascinación
física.
Les compadezco, y me duele en mi corazón, de que no hayan
encontrado la plenitud de su felicidad compartiendo todas las
cosas del matrimonio: ideas, proyectos,
ilusiones, quehaceres, hijos…
Mis palabras, en esta carta, Señor, no tienen sabor a
jactancia, a orgullo tonto y estúpido. Son simplemente
petición de ayuda para que siga adelante en el trabajo de
tu reino. No quiero ser como el joven del Evangelio: "Le
invitaste a seguirte de cerca, pero él tenía sus
preocupaciones y te dejó plantado".
Ya sabes que no miro lo que he dejado atrás sino lo que he
encontrado contigo, a tu vera, codo a codo. Eres mi dicha y el
lote de mi heredad y mi suerte". Soy un afortunado porque, entre
desgracias y atendiendo a la gente que me rodea, siento mi
deleite en tus cosas y en tus mandatos que me alegran
enteramente.
Ya ves que disfruto de todo cuanto tengo a mi derredor con la
mayor naturalidad. No problematizo nada. Todo me viene de ti.
Vivo la grata experiencia de tu fe. La gente, incluso la
creyente, está avitaminada porque le falta la
íntima experiencia de tu persona. Y, Jesús amigo,
en faltando esta experiencia, todo se hace duro y pesado. Tu
carga es ligera para quien te sigue y ha comprendido que
solamente quien muere a su egoísmo, se levanta cada
día como el sol alumbrando
toda la faz de la tierra".
Gracias, Señor, por haberme enseñado de cerca el
sendero de la vida y de que pueda " saciarme de gozo en tu
presencia".
Con todo cariño, Celia, 22 años
8) Hola Jesús
Me da mucha alegría saludarte esta mañana antes de
que comience mi trabajo ordinario. Antes de salir de casa y de
visitarte en la iglesia
vecina, he pensado en tu Evangelio. Sé lo que significa "
buena noticia". Es una noticia que resuena en mis oídos y
en mi corazón como una fuerza transformadora.
Implica un cambio
sustancial en el modo de desenvolverme ante cualquier
circunstancia. Para mí tu Evangelio, Señor, eres
tú mismo, tu persona.
A veces me pregunta alguna gente de mi pandilla que entre el
Evangelio y el Corán no hay diferencia. Les suelo decir
que los cristianos no somos seguidores de ningún libro, ni
siquiera de una norma moral
especial. Los creyentes somos seguidores de tu persona. Tú
eres la fuerza capaz de transformar definitivamente nuestra
existencia con tal de que nos dejemos llevar por la influencia
benéfica de tu Espíritu.
Estos días estoy meditando y contemplando tu obra en el
Evangelio de Lucas. En él apareces como la ternura y el
perdón por excelencia. Nos has dado tu salvación y
tus perspectivas de este mundo bajo unas angulaciones muy
distintas a las normales. Lucas no hace una biografía de tu
persona. Lo que cuenta son hechos de fe. " He descubierto que
Cristo es el Señor, y quiero anunciaros que tan
sólo él libera".
Lucas no nos presenta a Jesús para que lo admiremos de
lejos. Nos presenta al Señor de la misericordia para que
nos decidamos a seguirlo llevando la cruz de cada día.
Señor, me he dado cuenta de que tu Evangelio no lo estudio
para conocerte mejor o para saber más datos acerca de
tu fascinante persona. Tu Evangelio lo estudio para seguirte
mejor y, siguiéndote , es como se te conoce en
profundidad.
Cuando uno se adentra en el Evangelio de tu amigo Lucas, uno
percibe que él nos transmite a todos los creyentes un
mensaje claro de fe: Jesús es el Señor, el
único que libera y el único al que merece la pena
servir. Todo el Evangelio de Lucas está permeado por
palabras densamente humanas y cristianas: oración,
sinceridad, pobreza, servicio, conversión, misericordia,
renuncia, humildad, corrección fraterna, responsabilidad,
y sobre todo, el gran mandamiento del amor. Todas
estas palabras las expones con discursos y
parábolas y milagros.
Una de las realidades más profundas que uno descubre al
meditarte despacio es que tu palabra no es neutra. Siempre
engendra conflictos.
Tanto ayer como hoy, a tu lado, crece rápidamente – como
un relámpago que atraviesa el horizonte – la
oposición. Sobre todo entre los círculos que
detentan el poder y viven muy apegados a la riqueza.
Frente a los servilismos de nuestra época y los "falsos
dioses" o subterfugios de Jesús, Lucas declara
abiertamente que tú eres el libertador misericordioso.
Frente a estos estúpidos servilismos, el creyente moderno
percibe que sólo desde el seguimiento radical de
Jesús puede conocerse el verdadero rostro de Cristo.
Muchas veces, Señor, entre mi mundo de amistades, reina
una gran confusión acerca de la palabra amistad. Les digo
que en el Evangelio aparece como un tesoro difícil de
encontrar y , al mismo tiempo, como una forma privilegiada del
amor, porque es aquella relación que brota de la
libertad.
Muchas de mis amistades no entienden que la verdadera amistad
está íntimamente unida a la libertad. Tan
sólo se crece en el amor cuando
se respeta y se deja crecer en la libertad verdadera. Esto no se
entiende. La gente tiende a poseer, " a tirarse mutuamente"… Es
lo fácil: atar a quien digo querer. Y toda atadura,
más tarde o temprano, termina por romperse.
La ternura y la misericordia de tu Evangelio me han hecho
recapacitar esta mañana que sólo en ti está
la fuente de la verdad y el gozo de saberse querido y perdonado,
aunque seamos débiles y frágiles.
Gracias, Señor, por esta larga carta sobre mi mundo de
amistad
Con afecto, Marcelo, 17 años
9)Hello Jesús
Este día me he sumido en la parábola del hijo
pródigo. Es un fiel reflejo de nuestra sociedad actual y
de tu misericordia y bondad con los jóvenes actuales y de
siempre.
He notado que en esta narración hay dos hijos y un padre.
¡ Lástima que faltara la madre! Daría
más calor y
sentido a todo el relato evangélico, lleno de
confrontaciones.
- Por una parte está la experiencia del hijo
menor. Pide su herencia para
irse a otros lugares lejanos a malgastar sus bienes. Tan
mal lo pasó que tu Evangelio dice: " Se ajustó
con uno de los habitantes de aquel país". Vivía
feliz en su casa y, ahora, no le queda otra solución que
ajustarse a lo que le dé el dueño extranjero.
Todos hemos experimentado las condiciones de este joven: la
adaptación a la leyes de un
mundo que nos tiraniza y en el que no reina el mandato de
Dios. Este hijo "tiene que guardar cerdos". En la
religión judía era algo degradante e
inaceptable. ¿ No es parecida hoy la situación
de algunos jóvenes entregados al SIDA y a
otras enfermedades provenientes del vicio?Pero este joven decide volver a la casa paterna.
Vuelve, en primer lugar, porque tenía mucha hambre. No
tiene dónde caerse muerto." Los jornaleros de mi padre
tienen comida y yo no tengo nada más que bellotas,
alimento de cerdos, mal vistos en Israel.Hay, sin embargo, una segunda motivación mucho más religiosa:
"He pecado contra el cielo y contra ti". Dice cielo en lugar
de Dios. Toma conciencia
de que está mal porque ha querido romper el plan de Dios
sobre su existencia. Pensando que te piensa, dice: " Me
levantaré e iré a la casa de mi padre". Ha
vuelto pero, en el fondo, se considera un jornalero. No ha
entendido todavía que la misericordia del Padre
está por encima de todo pecado y
traición.- El hijo mayor tenía todas las preferencias
según la ley de Israel. Le da rabia de que su hermano
menor entre en casa de nuevo tras haberse gastado la " pasta"
con prostitutas". No entiende que su hermano ha cambiado de
estilo de vida. El mayor era la personificación de la
rutina y del apego a tradiciones que, muchas veces, cierran las
puertas a Dios. Se enfadó y le tomó inquina al
hermano menor. La acogida y el banquete que le prodigó
el padre le corroía las entrañas. Había
estado
siempre a su lado, cierto, pero jamás había
comprendido lo que son entrañas de padre. Era un soltero
comodón y mediocre.. ¡ Qué tontada
más grande: estamos los creyentes en la casa del Padre
y, sin embargo, nos entregamos a conseguir otros premios: el
poder, el tener, el aparentar, el cumplimiento frío y
seco de nuestros deberes pero sin el menor atisbo de ternura!
Será la ternura del padre la que engendre de nuevo la
reconciliación en casa y los dos hermanos celebren la
fiesta.
Ese hermano mayor es el prototipo del cristiano que se
atiene a lo mandado pero al que le falta experimentar los dones
de Dios.
En la vida de hoy sigue existiendo un gran malestar por los hijos
que malgastan su dinero y el de toda la familia con las demandas
de la droga y de
todas las corruptelas a la que ella conduce. No conocerás
a ninguna madre que, a pesar de las tropelías que haya
cometido su hijo o hija, no anhele su vuelta a casa. El
corazón no busca razones para perdonar.
Simplemente perdona porque de él nace la fuente perenne
del amor.
Aquí es el padre quien manda celebrar una fiesta en contra
de los deseos del hijo mayor, el "santurrón y cumplidor de
turno". "Celebra una fiesta y lo besa cariñosamente"… No
hay leyes en el corazón del padre. Tan es así que
ni siquiera le pide razones de su comportamiento
y de su conducta fuera de
casa. Simplemente le acoge con un inmenso amor de padre.
Con amistad sincera, Felipe, 21 años
10)Hola Jesús
La figura de Jesús me seduce en este relato
evangélico. En él queda claro algo sumamente
importante: la misericordia no es un sentimiento , sino algo
mucho más importante: dar algo de sí mismo a
la pobreza del
corazón del hermano.
Tienes amigos , que por cualquier circunstancia, sienten el
abandono de todos. Sueles decir: ¡Es un miserable! ¡
Mira que lo que ha hecho! ¡ Fuera! Es imperdonable. ¡
Fuera de nuestra pandilla!
Zaqueo , recaudador de impuestos de
Hacienda, era mal visto por todos. Lo normal era criticarlo y
apartarlo de cualquier relación con los otros.
Jesús, en lugar de quedarse en la queja normal, va a su
encuentro con el arte de la
ternura y la misericordia que lo perdonan todo.
¿Por qué no nos habituaremos a convertir la
misericordia en perdón?. Tu gente acostumbra a decir: "
perdono pero no olvido". En el fondo, aunque externamente se vea
que perdona, les quedan resentimientos que afloran en el
mínimo detalle cuando les oyes hablar. Jesús fue
inteligente. Dio muestras de su ternura en una ciudad,
Cafarnaúm, ciudad fronteriza y cruce de culturas y
caminos. Desde este lugar enseña que Zaqueo trabajaba
cobrando impuestos para los romanos que dominaban el
país.
Este cobrador de impuestos se había convertido en un
ricachón. Hoy ocurre igual a muchos que se dedican a
explotar a los otros sin ninguna aparente culpabilidad en su
conciencia.
Para colmo y para irrisión de todos era pequeño de
estatura." Corre entre la gente y se sube a un sicómoro,
un árbol". La gente lo ve, siente antipatía ante
él y quiere excluirlo de todo lo que sea religioso
legal.
Pero este ser humano, como tú o como yo, anhelaba ver a
Jesús fuera como fuera. La gente se lo impedía
física y moralmente. Enfrentado con la muchedumbre, que
normalmente actúa de forma brutal e inconsciente,
Jesús le saluda y se autoinvita a comer en su casa.
¡Menuda la reacción de la gente: ha ido a comer a
casa de un pecador! No creían que para él hubiese
salvación. No tiene derecho a cambiar de vida. No puede
ver a Jesús. Nadie, posiblemente, lo ha valorado en lo que
era su persona de verdad.
Jesús, ante él , tiene dos vertientes: se fija en
él "levantado los ojos" y le habla".. Mirar, a lo largo y
ancho del Evangelio, significa " mirar en profundidad", mirar con
la intención de hacer el bien", con la intención de
ejercer la misericordia". Mirar es no simplemente ver los
detalles de la realidad sino querer transformarla desde la
misericordia y la ternura. Cuando le habla a Zaqueo, éste
cambia radicalmente de vida. Jesús toma conciencia de su
sentido vital: "El Espíritu del Señor está
sobre mí, porque él me ha ungido para que dé
la buena nueva a los pobres".
Nadie se había preocupado por humanizar a Zaqueo. El
rechazo hacia su persona era total por el cargo que ostentaba.
Tan sólo la mirada y las palabras de Jesús
convirtieron a aquel hombre envidiado y odiado por todos. Le
devolvieron su propia dignidad humana.
Ante la dulzura de Jesús, este recaudador de impuestos se
convierte en su amigo. Se convirtió transformando en obras
de misericordia el perdón que Dios le había
concedido. " Señor, daré cuatro veces más de
cuanto he robado". Esto no era lo establecido en la ley. Pero
Zaqueo fue mucho más lejos de lo legal.
Jesús se siente feliz porque ha perdonado y dado nueva
vida a Zaqueo. Es hijo de Abrahám. Ha liberado al que
estaba perdido. Jesús ha ejercido con él su
verdadero señorío, y el cobrador responde con una
adhesión total al Señor.
No está mal que en este día pienses en tu calidad de
relaciones con la gente. Conoces a muchos que tienen muchos
apartados en el espacio de su corazón. A unos rechazan
porque son pobres; a otros porque son antipáticos; a otros
porque no encajan en tus moldes. Total, que, sin darte cuenta,
eres un intransigente de marca mayor.
Gracias, Jesús, porque, al leer y meditar tu Evangelio con
resonancias siempre actuales, he comprendido que necesito
más perdón en mi alma. Estoy llamado como creyente
a dar vida y transformar lo que esté a mi lado en algo
positivo.
Con gran cariño, Alicia, 22 años
11)Hello Jesús
Te escribo esta carta para darte gracias por la curación
que haces diariamente de todo cuanto acontece a mi derredor. Ya
ves que te necesitamos hoy como ayer para que cures todo tipo de
enfermedades: la lepra, la desidia, la indiferencia, la
incredulidad, el pasotismo y el consumo a toda pastilla…
No me gusta la actitud de muchos de mis colegas, alejados de ti
por inconsciencia o llevados por los vicios de este mundo
singular y supertecnológico.
La lepra, producida por el microbio de Hansen, se cura en
nuestros días. No es una maldición divina como
pensaban en tu tiempo. Esto añadía más dolor
todavía a los enfermos. Hoy tenemos otras enfermedades
físicas muy difíciles de curar. Pero también
existen las enfermedades del alma : falta de fe, apego a los
bienes materiales,
bienestar a toda costa, autosuficiencia, olvido de los valores
morales y religiosos…
La diferencia de los leprosos de tu Evangelio y los actuales
consiste en que los primeros pedían "compasión"
para excitar los sentimientos de pena ante su padecimiento. Es
curioso que los leprosos te veían desde lejos. No
esperaban transformar sus vidas maltrechas. Te veían- como
ocurre muchas veces hoy- como a un líder o
un maestro. Hay que verte de cerca, es decir, como una persona
capaz de transformar de raíz nuestro corazón y
nuestra vida.
Jesús, tú los envías a los sacerdotes para
que atestiguaran ante el pueblo su curación y así
poder insertarse de nuevo con los demás. Tan sólo
volvió uno para darte las gracias. Los otros buscaban
principalmente vivir una vida con normalidad ante sus paisanos.
No se sintieron implicados en la novedad de su curación.
No te han descubierto como al Señor que puede transformar
radicalmente la existencia.
Cuando tú recibes al leproso que va a darte las gracias,
notas en él que ha sido purificado y curado de sus males.
La purificación es simplemente un cambio externo. La
curación, además, significa un cambio interior. Por
eso, como el salmista , te dice:¿ Cómo podré
dar gracias al Señor por todo el bien que me ha
hecho?.
El cambio profundo de este leproso consiste en haber encontrado
en Jesús el único Señor. Este curado, para
colmo, era samaritano, es decir, un pueblo no muy creyente y
considerado como un extranjero para los judíos. Gracias a
su fe , le dices : " Levántate, vete; tu fe te ha
salvado". Es importante tener en cuenta que le dices " tu fe te
ha salvado" y no purificado. La fe indica la gran confianza que
pone en Dios. La fe es plantearse la existencia como una
confianza plena en el Señor. La salvación es mucho
más que la purificación: indica la
liberación de algún peligro grave que amenaza a la
humanidad.
De nuevo aparece la misericordia de Dios convertida en
curación. Ten en cuenta esto: la clave de la vida
cristiana consiste en tu encuentro con Jesús. Tú
sigues a Cristo como a una persona viva y dentro de ti. Cuando
uno va madurando en la visión de Dios,
simultáneamente uno se acostumbra a ver y analizar todas
las cosas desde la ternura de Dios. Así, sin duda alguna,
adquiere sentido la lectura que
podamos hacer de esta realidad actual de finales del siglo
XX.
Gracias, Señor, por tus leprosos, tu purificación y
sobre todo por tu curación.
Te quiere un montón, Pedro, 15 años
12) Hola Jesús
Soy una joven que lucha por llegar a la madurez. Me cuesta mucho
dominarme e intento imponer mi opinión a los otros.
Después, a solas, me siento mal conmigo misma. Cada
día hago mis propósitos. Pero, ¡ qué
va!, caigo en seguida en la misma rutina de siempre.
Me pongo nerviosa. Sé que me has dado unas cualidades
excelentes para ser amiga, para ser constructora de vida entre
mis amigos. Lo sé. Sin embargo, mi mal genio lo estropea
todo.
Quiero ser una joven equilibrada para no andar un día bien
y otro mal. No me entiendo a veces a mí misma. Digo como
el salmista:" ¿ Hasta cuándo…, hasta
cuándo…, hasta cuándo?".
Por otra parte, mis sueños me lanzan a la aventura
inaccesible. Hay instantes en los que lo veo todo color de rosa.
Otros, por el contrario, como una nube cerrada en el
horizonte.
Alguien que me quiere mucho me dice: No sueñes con el
futuro, disfruta del amanecer de este día. "Carpe diem",
es decir, vive el instante apretado entre tus manos. Toma
conciencia de quién eres, qué posees. Y, sin miedos
estúpidos, lánzate al mundo para desarrollarte como
una persona digna. Cuando alguien se queja mucho, piensa que no
está viviendo a tope su vida. El chico cristiano o la
chica nunca se quejan, nunca lloran lamentos tontos, sino que
crean vida a su derredor.
No me gustan los creyentes quejicas. No hacen nada. Todo les
molesta pero no levantan un dedo para mejorar la situación
en la que viven. Así hay muchos, desgraciadamente.
Continuamente les lanzo llamadas urgentes de mi espíritu
para que se levanten y dejen de hacer críticas facilonas
de lo que ven en los demás y en las instituciones.
Así no se arregla nada.
El Señor te contesta, hoy en concreto, con sus palabras:
"Yo alegro tu corazón con mi auxilio". Pero tienes que
moverte.
En el mundo en que vives, quiero que seas una creyente "lanzada"y
competitiva por el bien. La carrera de tu sociedad se encamina
por el título, el honor, el dinero, los puestos
sobresalientes de poder. Tú, sin embargo, vive tu realidad
concreta: ser tú misma. Todos han de verte como una joven
alegre, dinámica, entregada a grupos
apostólicos para, de esta forma, alcanzar el equilibrio que
anhelas.
Tu malestar te viene porque no haces nada. Te has juntado con un
grupete de amigos que solamente piensan en pasárselo bien
a su " manera". Y ésta, como sabes, está muchas
veces lejana y distante de mis cristianos.
No te olvides:" El Señor te observa desde el cielo…para
ver si hay alguno sensato que busque a Dios. Muchos se
extravían obstinados"… Cuando una joven, como tú,
vive en contacto conmigo, mediante la plegaria, la
meditación, la Eucaristía, la penitencia…
difícilmente marcha a trancas y a barrancas.
Tengo en cuenta las palabras que le dijiste al joven rico: " Ve y
haz lo que te mando y tendrás vida".
Déjate de darle vueltas a esas menudencias y tontadas que
adora parte de tu mundo joven. Sé, de una vez para
siempre, un ser original. Sí, amiga, arranca de
raíz tu inconstancia, tus cambios continuos de carácter.
Mira que la sociedad espera mucho de ti. No te preocupes. Yo te
enseñaré el sendero de la vida". Pero hazme caso,
aunque seas débil, y verás cómo todo cambia
en ti y en los otros. Haz la prueba. ¡ Vamos!
Te quiere Raquel, 18 años
13)Hola Jesús
Soy joven. Lo sabes muy bien. Me cuesta mucho acercarme al mundo
del dolor. No soy un buen samaritano. Me gusta ir a lo mío
y que los demás se aguanten con su pena. Ya me
tocará a mí algún día. Por ahora la
veo lejanísima. Sé, por otra parte, que para
descubrir la realidad de mis amigos, y ser capaz de verte a ti en
ellos, me hace falta más plegaria, es decir, llevar una
vida en la que vea las cosas y a los otros con tus propios
ojos.
Muchas veces, Señor, la palabra oración me sabe a
cosa de monjas y curas. No logro meterme en su corriente
bienhechora. Sé, leyendo libros, que la
plegaria es mucho más que hablar contigo o que recitar de
memoria
Padrenuestros o Avemarías. Cuando un joven se pone en
actitud de oración, sabe que tiene que implicarse en el
análisis de la realidad y de la
confrontación, y hacer una lectura cristiana de los
hechos.
La ciudad de Jericó, entregada como la mía a la
diversión barata, necesaria pero un tanto sucia e inmoral,
fue el lugar en el que te encontraste con los sacerdotes, el
levita y el buen samaritano. Los primeros no podían ayudar
a nadie por sus leyes( no podían tocar sangre ni entrar
en contacto con un desconocido. De haberlo hecho no podían
tomar parte en el culto). Los segundos, equivalentes a nuestros
sacristanes, respetaban escrupulosamente las mismas leyes. Tuvo
que ser el samaritano, el menos creyente ( según los
judíos) pero el más humano, el que se detuviera
para socorrer al herido por culpa de unos bandidos. Sintió
misericordia ante su situación en el camino. " Se le
conmovieron las entrañas". Y, cuando esta mañana
leo este texto
evangélico, me sorprendo de su actualidad. El samaritano
no se queda simplemente en un sentimiento de lástima como
los sacerdotes y el levita. Se lanza a ayudarle y a llenar la
pobreza del corazón de su hermano herido. No le entrega
cosas admirables. Le da lo que tiene: su propia persona. " Se
acerca a su lado y le aplica aceite y vino".
Además, lo lleva a la posada u hotel y le entrega al
recepcionista el dinero equivalente a dos jornales. Pero lo
fundamental es que siente misericordia por él, una actitud
opuesta a la lástima hipócrita y lacrimógena
. Pero que no va más allá.
Hoy existen muchos heridos tendidos en los caminos de la pobreza
y marginación. Hacen falta más samaritanos que
presten su ayuda material y espiritual. No basta con entregarles
algo de lo que te sobra. Eres tú quien debe entregar lo
que tienes y eres. ¡Ah, pero esto es pedir demasiado!
¡ Que lo hagan otros! ¡ Yo estoy bien tranquilito con
lo que tengo! ¡ Que me dejen en paz! ¡ Siempre
están pidiendo los curas y las monjas!
Jesús alaba la misericordia del samaritano. Y es duro
cuando le dice al maestro:" Vete y haz lo mismo". No le dice: Ve
y aprende lo que has oído"…
Jesús habla de acción, porque el Evangelio no son
datos ni relatos bonitos, sino la vivencia de la misericordia y
de la ternura.
Una vez más, Señor, me dejas " pasmado", pero me
encanta tu valentía.
Gracias sinceras de Fernando, 16 años
14)Hello Jesús
Me siento una joven programada. En cada instante el reloj o la
sirena me marcan lo que tengo que realizar. Esto no es vida, me
pregunto muchas veces. Trabajo en exceso para pagar el piso, los
electrodomésticos y el coche y…añade lo que
quieras. Muchas veces le pregunto a mi novio si merece la pena
tanto afán. El me responde que hay que instalarse a todo
confort. ¿Pero no ves que es a costa de nuestra salud y a costa de no hablar
casi nunca?
Cállate. Hay que figurar que estamos bien ante todos los
vecinos del barrio. Pertenecemos a una clase social media. No
podemos vivir en cualquier sitio y sin tener las cosas que ellos
tienen.
En esta situación me encuentro, Señor amigo. Una
realidad muy actual en nuestros días. Con frecuencia me
viene a mi memoria y a mi corazón de joven, harta de
trabajar, tus palabras: El Señor es mi pastor".
De noche, cuando me voy al descanso, no estoy tranquila. El
estrés
aparece en mi cuerpo y en mi alma. Ni siquiera puedo dormir bien
y a gusto. Me asaltan pesadillas de bancos y de
almacenes. Las facturas me martirizan. Tus palabras, sin embargo,
me están rondando la cabeza. La paz que me dan, logran que
la ansiedad se esfume de mí.
Hablo de vez en cuando con mi futuro marido. El me ve mal: en mi
aspecto físico, en mis nervios que saltan a la primera. Le
digo que vivamos al día. Vivamos cada instante con la
transparencia de tu palabra. También él, a base de
tantos esfuerzos, comienza ya a notar en su vida complejos de que
no va a estar todo preparado para el día señalado
de la boda.
Tu eres mi Pastor. Yo soy tu criatura amada, aquella que siempre
conociste admirando a las ovejas paciendo en la pradera; aquella
que se extasiaba mirando los cielos y las nubes, las sombras y la
arboleda. Aquellas ovejas iban cada día a sus pastos. No
tenían más preocupación que mirar a su
pastor, al perro, al abrevadero y la sombra infinita de las
encinas.
¿Sabes una cosa? Mira, Señor, en esta sociedad
consumista se ha perdido el sentido de la providencia. Todo tiene
que estar en bancos, en cartillas de ahorros… Nada se deja a la
improvisación y a la actuación de tu providencia.
Nada o casi nada. Sólo tus hijos auténticos se
fían de tu providencia.
Me encuentro algo desdichada. Todavía no ha llegado el
día de mi matrimonio. De seguir así, creo que voy a
llegar a él – si llego – enferma y agotada. Me
lo estoy pensando en serio. La vida que me aguarda hasta los
cuarenta años no es nada halagüeña. Prefiero
que sea la fuerza de tu Espíritu la que guíe mis
pasos por sendas de auténtica vida.
Mi amigo, sin embargo, no presta atención a mis quejas. El
va a lo suyo: a figurar y aparentar. Los dos grandes ejes sobre
los cuales gira gran parte del mundo actual.
…Y he aquí, Señor, que esta noche, me he
despertado sobresaltada, acobardada e indecisa. Me dirijo a ti,
como amigo del alma, para que me des alientos en esta lucha dura
por romper con estos moldes inhumanos.
… Pasados algunos días, le comuniqué a mi novio
mi pensamiento
sobre toda esta barahúnda de cosas. Se lo dije cara a cara
y con seriedad : o cambiamos de modo de vida o no aguanto
más. Se quedó de una pieza. No sabía
qué contestarme. A los pocos días me dio la
respuesta que esperaba:" Mira, tienes razón. He estado en
el médico y me ha dicho que de continuar con este género de
vida, el corazón me va a jugar una mala partida. He
decidido cambiar de estado social de vida e irnos a un sitio
sencillo. No nos hacen falta muchas cosas. Lo fundamental lo
tenemos: el amor que nos profesamos. Y nuestro matrimonio
durará por siempre. Lo que Dios ha unido que no lo separe
el hombre. Uno
de los fundamentos que fallan en nuestra sociedad es la facilidad
en romper lazos afectivos por falta de perseverancia en las
relaciones de pareja. No se crece cada día. Se cae en la
rutina y, de esta forma, vienen las separaciones y los divorcios.
Son indicios de un amor inmaduro en la pareja.
Cuando le oí hablar de esta manera, mi alma se llenaba de
una luz serena. Tú eres mi pastor. Nunca me abandonas
Gracias , Señor, por haberle cambiado el corazón a
mi novio, y enhorabuena al doctor que le ha dicho esas palabras
que le han convencido de lo esencial de la vida: vivir al
día y en amor.
Con cariño, Teresa, 23 años
15) Hola Jesús
Me da , Señor, cierta vergüenza y reparo en hablarte
de mí mismo. He leído las cartas de mis colegas
jóvenes. Te confieso que me han gustado. En ellas se
respira nuestro aire y ambiente interior.
Normalmente, la gente tiene miedo o reparo en hablar de ti
abiertamente. Se habla de chicas, de chicos, de deportes, de exámenes… De
cosas fuera de nosotros mismos. Pocos son los seres humanos, con
los que trato, que hablen de sus valores interiores.
Hoy vengo feliz y contento a hablarte de mi inocencia y de mi
sinceridad. Que te conste que no lo hago por vanidad o para
pavonearme ante los otros – as. Ni mucho menos. Sencillamente
escribo esta carta para que los lectores sepan que hay gente
joven que lucha por ser, en medio de tanta dificultad, inocentes,
transparentes, diáfanos y sinceros como las aguas del lago
de alta montaña. Conozco mis fallos, mis faltas y mis
limitaciones. Si no, sería un vanidoso y un
estúpido. Pero tú bien sabes, Señor, que la
inocencia la conservo como el mejor tesoro de mi vida. Inocencia
equivale a ver todo como tú lo harías. Inocencia
ante las personas bellas que pones ante mis ojos. Gozo viendo
chicas guapas. No soy ningún anormal. Pero puede
más en mí, a base de confianza en ti y de un
combate diario, la virtud que encierra cada una de ellas que su
mera apariencia externa. No soy un santo ante tu presencia. Lo
sé. Pero, con mi corazón humilde y mi contacto
diario contigo y con la gente, suelo salir airoso de todo
envite.
Amo inmensamente la vida. Me arrastra la bondad que veo reflejada
en cada criatura tuya. Me gusta que la gente joven de mi edad
tenga paz en su corazón. Es curioso que cuando hablo con
ellos, los noto turbados por muchas cosas. Han querido llenar su
corazón con droga, sexo sin consideración,
alejamiento de valores éticos y morales y, al fin, muchos
terminan siendo una piltrafa de personas. Siento pena por
ellos.
Quiero, en mi plena juventud, que la felicidad que me inunda
nunca la pierda por cosas pasajeras. Me gusta "interior y
exteriormente" sentirme bueno.
Esta idea , Señor, me vino estando en Taizé. Al
contemplar los rostros de aquellos hermanos, que se han
consagrado a ti de por vida, me llamó mucho la
atención su mirada clara. Son, para muchos jóvenes,
espejos en los que se ve reflejada la alegría de su
inocencia y el bello y, a veces, el mal entendido lenguaje de la
libertad.
Quiero terminar esta carta viviendo en este instante en que te
escribo, las palabras de tu libro de los Salmos:" Camino en la
inocencia; confiando en el Señor no me he desviado…tengo
ante los ojos tu bondad, y camino en la verdad. Lavo en la
inocencia mis manos… Camino en la integridad; sálvame,
ten misericordia de mí".
Te doy un abrazo sentido, Antonio, 19 años
16)Hola Jesús
Querido Señor resucitado: Si tú no hubieras
resucitado, no te escribiría esta carta. Esta
mañana de tu Resurrección me he levantado
más alegre que nunca. Es la fiesta por excelencia de tus
creyentes. También la tuya, tu triunfo final, la meta que
anhelabas desde que comenzaste a enseñar por los pueblos.
Nadie te entendía cuando hablabas de tu muerte y de tu
resurrección. Debes comprender que tu victoria sobrepasa
los límites
estrechos de nuestra inteligencia.
Tus grandes verdades las recibimos en el corazón y las
aceptamos en la inteligencia. Tus cosas son hechos de
revelación. Solamente el corazón sencillo es capaz
de recibir en su seno la revelación del Dios viviente,
según decían las mujeres y Pedro al ver tu sepulcro
totalmente vacío. En aquellos días posteriores a tu
gran acontecimiento, los discípulos se van tristes a
Emaús, desencantados de que su maestro hubiera muerto. Su
marcha a este pueblo, distante unos 30 kilómetros de
Jerusalén, es un camino lleno de tiniebla, contrariedad y
desgracia. Todo se les ha venido abajo. Isaías
había profetizado:" Yo soy el
Señor…artífice de la luz, creador de las
tinieblas, autor de la paz"… Pensando estas palabras, a la luz
de la resurrección, caemos en la cuenta de que Dios
está con nosotros tanto en los momentos de luz como en los
de las tinieblas. Incluso cuando nuestra vida no marcha bien,
Jesús está a nuestro lado.
Los discípulos no saben que tú eras el viajero que
iba junto a ellos. Nosotros sí lo sabemos. Tú nunca
abandonas a ninguno de aquellos a los que has llamado.
"Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con
ellos. Pero estaban cegados y no podían reconocerlo". Me
invade en este momento un sentimiento de gratitud enorme.
¿ Sabes por qué, amigo Jesús? No les echaste
en cara su desencanto y desilusión. Como de
incógnito te metes entre ellos y le preguntas lo que
está pasando. Tú sabías que no habían
captado los sucesos en toda su profundidad. Y es que la
inteligencia es la que busca pero el que encuentra es el
corazón. Y tú te quedas admirado de que lo que
dicen de ti. Se queda en una simple descripción externa. Durante tu vida con
ellos se quedaron en los milagros que hacías, pero sin
llegar a captar la hondura de tu mensaje salvador. Habías
sido para ellos como otros tantos mesías que
aparecían en Palestina. Tan descontentos estaban que ni
siquiera les vale el testimonio de las mujeres, ya que ellas
tenían poco valor en el judaísmo y participaban
poco en la vida religiosa, eran analfabetas y trabajaban en el
campo.
Te habían visto con mirada superficial y no con la mirada
de la fe. Y tú, mi buen amigo Jesús, con una
paciencia infinita, comienzas a hablarles desde Moisés,
los Profetas, la Ley…Les dices claramente que el Siervo del que
habla Isaías eres tú mismo. Tu explicación
es tan evidente que te quedas con ellos al partir el pan. Fue
entonces cuando abrieron sus ojos y te reconocieron. Ellos mismos
toman conciencia cuando dicen: ¿ No ardía nuestro
corazón mientras nos hablaba por el camino
explicándonos las Escrituras?"
De este modo, cuando desapareces de su presencia, permaneces para
siempre en su corazón. Desde ahora en adelante no eres un
mesías cualquiera ni un simple modelo
externo, sino la persona que da sentido a la vida de los
discípulos de ayer, hoy y mañana. De aquel
mesías poderoso que aguardaban, te conviertes en el
verdadero Señor de la Vida.
Los discípulos vuelven a Jerusalén, símbolo
de la plenitud y del sentido. El encuentro de Jesús en la
vida de sus discípulos provoca en ellos nuevas
consecuencias. Una vez que hubieron experimentado a Jesús
resucitado, dejaron el camino del desencanto y volvieron a
recuperar la dirección auténtica de su vida. Es
curioso que, al llegar a Jerusalén, no van al Templo ni a
al muro, sino directamente al lugar en donde estaban reunidos los
once con sus compañeros proclamando la resurrección
de Jesús y sus apariciones. Es la Iglesia la que se
reúne desde aquel momento en torno a la
certeza del Señor resucitado. Desde aquel instante
sólo les queda una preocupación: anunciar a los
cuatro vientos la resurrección. Ya se reunirán
siempre para compartir la Palabra de Dios y la
Eucaristía.
Señor, gracias por escucharme. He sido largo en esta
carta. Pero comprenderás, que, como discípula y
amiga tuya, me siento feliz con tu victoria de resucitado. Y
gracias de nuevo porque todos resucitaremos un día para
vivir contigo el reino que nos anunciaste con tu vida entre
nosotros. Me siento dichosa por la novedad de tu mensaje de amor
a la humanidad y por el gozo que nos has traído.¡
Enhorabuena! Estoy llamada a vivir las cosas de arriba
transformando las de aquí abajo en la plenitud de mi
sencillez.
Con un aleluya, te doy un fuerte abrazo,
Mercedes, 24 años
17)Hola Jesús
¿Qué tal andas? Me imagino que bien pero siempre
preocupado por los hombres y los jóvenes en particular.
Nos ha tocado vivir una época en la que nos cuesta
"gustarte y " saborearte" como tú te mereces.
Pero nos ocurren cosas graves. Muchos de mi edad estamos en paro.
Deseamos trabajar para ganarnos el pan con el sudor de nuestra
frente. Y ya ves. No hay quien nos dé trabajo. Es una de
las lacras de nuestro tiempo. La tecnología nos roba los
puestos de trabajo.
Ante estas circunstancias, como joven creyente, siento tus
palabras del salmo como una dulce canción que vienen a
refrescar y aquietar mi turbación:" Gustad y ved
qué bueno es el Señor". Que te conste,
Señor, que vengo a ti, no buscando un refugio, sino para
encontrar sentido a mi paro. Tú bien sabes lo que me muevo
para encontrarlo. Nadie me contrata. Recuerdo que tú ibas
a las plazas para contratar a todo el mundo y le pagabas lo
mismo. Tu justicia es
distinta a la nuestra.
Tu " gustad" ,me suena a una invitación personal. Tienes
razón. No gusto las cosas tuyas con la profundidad que
debiera. Me devora la urgencia de encontrar un puesto de trabajo.
Esta inquietud no me deja vivir tranquilo. Todo esto, al fin y al
cabo, está haciendo de mí un joven que no siente
mucho tu presencia y no percibo como antes el don sagrado de tu
experiencia en mi vida personal.
Y, sin embargo, tus palabras me invitan a mí y a los de mi
generación a que no reflexionemos tanto y tan
negativamente y nos comamos tanto el coco , sino a que gustemos
el don de tu influencia benéfica en nuestra vidas, pero
sin descuidar nuestro deber.
Hoy, más que otras veces, parte de mis colegas andan
separados de ti. Se han apartado de tu órbita para
encontrarla en otras cosas. Creo que , aunque no tenga mucho
dinero y me asole la falta de trabajo, sigo unido a ti en todo
momento. Gusto de tu bondad, de tu belleza y de tu verdad. Nadie
me aparta de ti. Disfruto profundamente de tus realidades,
convertidas en vida en la mía. No hay nada que me detenga
ante lo que tú me ofreces. Muchas veces, tú lo
sabes bien, a algunos del sector laboral,
tú no les dices casi nada y tampoco tu misma Iglesia , a
pesar de que haga mucho bien a los necesitados y escriba documentos
preciosos sobre la dignidad del trabajo, la solidaridad y el
derecho al mismo. Soy un afortunado, porque, aún sufriendo
en mis carnes este problema que te comento en mi carta,
continúo apegado a tu gozo íntimo. Para
experimentar esta alegría no hace falta nada más
que tú y yo. Sobre todo yo: abierto al gozo íntimo
de tu presencia. Sé que en contacto contigo no me vengo
abajo y espero ilusionadamente que mis planes de vida se cumplan
cuando llegue el momento.
Estas palabras les resultan a muchos de mi generación como
raras y extrañas. Sin embargo, veo en ellas una
sabiduría que no tiene límites. No se trata de
razonar fríamente con nuestra cabeza la hora y el momento
de nuestro contrato laboral,
sino más bien de estar recibiendo en nuestra alma las
emisiones de los frutos de tu Espíritu: bondad, amor,
alegría , paz.
Noto, Señor, que de este modo, no se turba mi conciencia
como la de tantos amigos míos. Salen de casa. Recorren
empresas y
empresas y sólo hallan la respuesta "no " a sus llamadas
insistentes de petición de trabajo.
Espero que, cuando menos lo piense, alguien me llamará a
trabajar en algún sitio. Y si no me sale trabajo, ya sabes
que me iré con alguna ONG a otro
país en donde pueda trabajar a fondo perdido y sentirme
feliz.
Comprendo, Señor, que mi carta anda entre la
alegría que siento con tu presencia, tu gozo y mi mundo
personal, agitado por la falta de trabajo. Pero no quiero
cansarte más. Recibe las alegrías de este joven
obrero, que, aunque pobre, está unido a ti.
Gracias por escucharme. Te quiere,
Federico, 18 años
18)Hola Jesús
Esta mañana, apenas me he aseado, y, antes de partir para
el estudio, he leído en tu Evangelio la parábola
del publicano y del fariseo. Me he dado cuenta del contraste de
personas existentes ayer y hoy. Por ellas no pasa el tiempo.
En esta hora temprana me he preguntado por el sentido de tu
parábola. Me doy cuenta de que el publicano es el
prototipo de la persona humilde que sabe abrir su corazón
a ti, Señor. El fariseo, por el contrario, es el prototipo
de la persona orgullosa, incapaz de abrir su corazón a
Dios.
Cuando hablo a mi gente de la humildad piensan que los humildes
son unos tontos porque se consideran como inferiores a los otros.
Les digo que humilde es un ser realista, se ve tal como es. El
orgulloso, sin embargo, no ve las cosas ni las personas en su
hermosa realidad.
Reconozco que todos los personajes más amados por ti son
los pobres, los humildes, las viudas, los indefensos, los
niños… Y todos ellos son prototipos de
humildad, de capacidad de tener el corazón abierto ante tu
presencia, Señor.
Los otros, como el fariseo o el joven rico, son los que aparecen
con el corazón duro y cerrado a tu influencia. Les basta
su bienestar y su bolsillo lleno de dinero.
Las personas humildes aparecen en tu Evangelio como las que viven
tanto una actitud interior de perdón y misericordia como
una actitud exterior manifestada en una opción por los
pobres.¡ Menudo ejemplo el que nos ha dejado Madre Teresa
de
Calcuta!
Quiero en mi carta explicar a mis amigos lo que es un fariseo, ya
que tanto en tu tiempo como en el nuestro los hay a punta pala.
Un fariseo es una persona que se cree limpia y correcta y que,
gracias a su actitud, puede influir en el ánimo de Dios y
convencerlo para que venga en seguida y acabe con el mal que
corrompe la sociedad. Creían lograr esto mediante una
cumplimiento estricto y escrupuloso de normas legales.
Entre estas leyes sobresalen la observancia del sábado: no
se podía ni andar, ni encender fuego…La ley de la pureza
en los alimentos y en
las relaciones con las personas y cosas : no se podía
hablar con personas desconocidas, no se podía tocar la
sangre, tenían que lavarse muchas veces al día y
limpiar los utensilios que usaran. El pago escrupuloso de los
diezmos en los artículos que mandaba la Ley: el diezmo de
la hierbabuena y otras especias aromáticas.
Además de todo esto, ayunaban los lunes y jueves. Esta
observancia estricta los separaba de la gente normal y
corriente.
Su vida espiritual era fundamentalmente externa. Despreciaban a
los demás y se creían superiores a todos. No se
mojaban en nada comprometido contra la injusticia ni la
opresión del pueblo. Eran y siguen siendo
autosuficientes
Los publicanos, por el contrario, eran considerados por los
fariseos pecadores. Y desde esta realidad de pecadores, tomaban
conciencia de la necesidad de ser perdonados por Dios. En el
templo y fuera de él, el publicano se sentía
pecador. Pide a Dios que le conceda lo único válido
para cambiar su existencia, la misericordia divina. Como Zaqueo,
necesitan abrir su corazón a Dios y que El intervenga.
Jesús,¡ qué inteligente fuiste en tu
respuesta!: El publicano volvió a su casa a bien con Dios
y el fariseo no. Todo el que se enaltece será humillado y
el que se humilla será enaltecido"
Señor, ahora te comprendo mejor que nunca. Tú
estás dispuesto a derramar tu ternura con nosotros con tal
de que nos abramos a tu misericordia.
Tú sales al encuentro de nuestra vida cuando celebramos tu
Eucaristía y cuando abrimos el corazón a los
pobres. Solamente así descubrimos tu presencia en nuestra
vida.
Señor, si hoy vinieras a este mundo dirías palabras
duras contra los fariseos modernos, cerrados a ti y a los pobres,
autosuficientes y orgullosos. Se creen los dueños del
mundo.
Perdona, Señor, si mi carta ha sido larga. Tenía
ganas de desahogarme contigo y de que supieras que, como
publicano, marcho lo mejor posible por el sendero difícil
pero atrayente de tu Evangelio.
Buenos días, y gracias.
Un abrazo de Cristina, 16 años
19)Hello Jesús
He seguido, Señor, esta mañana meditando otras
páginas en el Evangelio de Lucas. Este evangelista me
gusta mucho porque no trata tu muerte con detalles de
sufrimiento. Cierto que los tuviste. Pero con esa certeza en la
paternidad del Padre, Jesús eres el mártir que
muestras una fuerza anímica y una bondad capaces de
transformar incluso a tus verdugos y a quienes los condenan.
Tuviste el amor brotando de tu corazón hasta el
último instante. Prometes al débil del buen
ladrón el Paraíso. Hay en tu vida un bello puente:
en una orilla está el primer milagro y en la otra tu
misericordia con el buen ladrón. Y entre una y otra te
sientes envuelto por la bondad de Dios Padre.
El buen ladrón te entendió y se dirigió a ti
con una plegaria amasada de confianza, gratuidad y sufrimiento.
Tu plegaria al Padre es un acto de total confianza: " Padre, en
tus manos encomiendo mi espíritu".
En este año que nos queda para comenzar el tercer milenio,
el Papa ha puesto como preparación para este evento, la
figura del Padre Dios. Nuestra vida, como la de Jesús, es
la historia de saber
que estamos en manos de Dios Padre.
El drama interior de Jesús crucificado está
perfectamente reflejado en el Salmo 31: A ti, Señor, me
acojo…yo confío en ti, Señor…en tus manos
están mis azares". En el padecimiento de Cristo se cumplen
las expectativas de este Salmo. Jesús es el modelo de
justo condenado que deposita su vida en las manos del Padre. El
mismo ladrón se lo dice:" Verdaderamente este hombre era
justo". La muerte de
Jesús es la síntesis
de lo que ha sido su vida: un esfuerzo por sembrar la
misericordia para suscitar el seguimiento.
La fe debe abarcar todos los entresijos de nuestra
existencia humana. Ante Jesús sólo cabe la
aceptación plena o el rechazo. De los dos ladrones, uno
acepta a Jesús y otro lo rechaza. Este segundo lo insulta:
"¿ No eres tú el Mesías? pues sálvate
a ti y a nosotros". Piensa sólo en sí mismo, no en
el pueblo. Es una persona incapaz de ver sus faltas y sus fallos.
Por eso no le pide perdón a Jesús. No había
captado el mensaje del Señor, pensado expresamente para
cuantos sufren, están oprimidos. Sigue habiendo muchos
malos ladrones en esta sociedad.
El buen ladrón reconoce que sufre en la cruz por sus
propias culpas. Es realista. Asume su propia responsabilidad. Por
eso aparece en su buen corazón la posibilidad de
comprender a los demás como son y de ver a Jesús y
a su Padre como son verdaderamente. Tiene la valentía de
proclamar ante todos:" Este no ha hecho nada malo." Esta es la
auténtica realidad de Cristo. Lo había oído
de Pilato por tres veces: "Este es inocente".
La condena de Jesús sucede- como a tantos creyentes de hoy
en diversos lugares – porque denunció a todos los
que hacían el mal desde el poder. Estos no lo aceptan y ,
como castigo, lo envían a la cruz. Y no se daban cuenta de
que el Señor moría para salvar a toda la
humanidad.
El buen ladrón, en contra de quienes creen en
mitos, es una
persona profundamente inmersa en la Biblia, la historia de la
salvación humana. El culto del buen ladrón como el
de todos los creyentes de hoy y de siempre, es un culto de
acción de gracias por sentirse liberado por Dios Padre y
destinado al Paraíso. Para llegar a él no queda
más remedio que pasar por el sufrimiento. El joven rico
pedía a Jesús la vida eterna pero sin pasar por la
cruz.
Por eso, en Jesús crucificado sufren todos los hombres que
a lo largo de la Historia han padecido. Una señal clara de
esta salvación universal es la ruptura de la cortina del
Templo, que separaba lo profano de lo sagrado. Cristo ha liberado
toda realidad humana y ha comenzado el reino de Dios para
todos
Señor, me doy perfecta cuenta, a raíz de pensar y
meditar en el buen ladrón, de que eres tú quien me
ama primero. Por eso mi oración de este día tiene
el matiz del agradecimiento. Oración de gratitud que nace
del sufrimiento, de tu gratuidad y de la confianza total en ti.
Mi plegaria de hoy me enseña que la oración no es
una evasión sino que me conduce a vivir con mayor
intensidad el mensaje evangélico: el deseo de estar con
Jesús en el Paraíso.
Noto, amigo Jesús, que mi amistad contigo se va labrando
con el diálogo personal, manifestado en la oración
sentida y amada en cada momento de mi vida.
Gracias, una vez más, porque tu Palabra me da alas para
volar por encima de mediocridades y fortifica mi personalidad
joven.
Con el cariño de siempre, Arturo 17 años
20) Hello Jesús
Te escribo esta carta para contarte mis ansias de vivir. Noto en
mi juventud que tengo energías enormes para desplegarlas
en favor del Evangelio y de la gente que me rodea. La vida, dada
por ti en colaboración con mis padres, es la quintaesencia
de tus dones otorgados al ser humano.
La vida no es un motor que se
ponga en marcha a lo loco. Es algo distinto. Es la señal
de tu bendición y de tu gloria manifestada en mis
sonrisas, en mis anhelos de perfección, en el eterno
palpitar de mi corazón derramando bondad a todo el
mundo.
Me encanta vivir la vida. En todo cuanto hago, Señor, noto
tu presencia invisible. En mis momentos de amistad con mi
pandillla, en mis conversaciones con mis padres, en mis
pensamientos y en mis sentimientos percibo tu luz
bienhechora.
Hay gente, Señor, que por egoísmo, mata a los
inocentes niños o niñas en el vientre o al nacer.
Les estorban. Es más cómodo tener un coche nuevo o
lavadora que un niño. Ellos y ellas quieren vivir desde
que son concebidos. Pero la ingratitud y maldad de los padres les
cortan las alas y todo el venturoso futuro que tienen por
delante. Me horroriza que sus fetos se empleen para hacer
cosméticos para el rostro de las mujeres.
¿ Con qué derecho quitan los padres la
vida a sus hijos? El autor de la vida y de la muerte eres
solamente tú. Eres tú la fuente de la vida. Lo dice
el Salmo: " En ti está la fuente de la vida, y en tu luz
vemos la luz".
Me he dado cuenta en mi vida joven que, cuando estoy cerca de ti,
me siento pletórica. Irradio y contagio de vida a los que
se me acercan. Se quedan prendados de mi vitalidad y de mi
coraje. ¿ De dónde te viene tanta energía?,
me suelen preguntar. Y les contesto así : la frescura y el
torrente de vida que me inunda me viene del Señor.
Intento, dentro de mis limitaciones humanas, que tu torrente de
vida espiritual, pase por mis venas y por todo mi cuerpo para que
tus aguas limpias purifiquen mi cuerpo joven.
Si todos percibiéramos que tu vida y también tu luz
son los faros que nos hacen caminar luminosos en medio de las
tinieblas, incertidumbres, desgarros afectivos y otros males,
entonces la vida cambiaría de sentido. Todos los
jóvenes, junto con los niños y los mayores,
formaríamos una sinfonía humana y celeste en cuyas
notas vibrantes dominaría el estribillo "En tu luz vemos
la luz".
Entonces seríamos unos para los otros luz, puntos
de referencia para vivir una vida elegante y en sintonía
con tu Evangelio, con tu punto de vista. Cuando lo
viéramos todo bajo tu propio ángulo, las cosas y la
humanidad caminarían de otra forma.
Siento pena , Señor, por los seres humanos que no ven tu
luz por el atropello de sus padres, por el hambre que azota
alguna parte del universo y por la guerra injusta entre los
poderosos para obtener ganancias a costa de la vida de
niños, mujeres y hombres.
Hace falta mucha luz a las puertas del tercer milenio. Sin ella
todo son divagaciones, asuntos de bolsa, sube y baja del dinero,
acritudes políticas
y desuniones entre los hombres.
Ya sabes que no me quejo del mundo en el que vivo. Con tu luz y
tu fuente de vida, intento cambiarlo. Cuesta mucho. Sé que
soy una gota de agua en medio del océano de los hombres.
Pero también sé que si mejoro mi vida y la del que
me circunda, estoy sembrando haces de luz a mi derredor. Mientras
la humanidad no recobre la hermosura y exigencia de tu fe, luz y
manantial de vida andará a la deriva. Y quitará de
en medio a todo el que le estorbe en sus ansias de comodidad:
desde la muerte al niño inocente con el aborto hasta
el anciano que, habiendo dado toda su vida por el hogar y la
patria, ahora- al final de su vida – se ve postergado y
abandonado en las residencias, o de mendigos por las solitarias
calles y puentes de la lujosa ciudad nocturna o
diurna.
Gracias, Señor, porque , aunque sea joven,
percibo estas realidades, y quiero dedicar mi vida en remediarlas
con tu luz y tu fuente de gozo y de vida. ¡ Ah, cuenta
conmigo, cuenta con mi bello cuerpo de joven para, cuando me
llegue la hora, sea el sagrario en el que vivan nuevos seres
humanos, hechos a tu imagen y
semejanza! ¡ Fuera el crimen del aborto! Un crimen
en el que el niño no puede defenderse de por causa del
egoísmo de sus padres es injusto e inhumano. ¿ Te
gustaría que te hubieran matado a ti?…
Te quiere un montón, Jennifer 18 años
21)Hello Jesús
Hoy estoy preparado para escuchar el sermón que
pronunciaste en la sinagoga ante los tuyos. A veces los sermones
de los curas me cansan. Muchas veces repiten lo mismo del
Evangelio. No se mojan. Transmiten intelectualmente conceptos.
Raramente manifiestan su experiencia personal de ti.
Esta mañana, siguiendo con Lucas, quiero escuchar tu
estilo de sermón. Dijiste así: "Hoy , en vuestra
presencia, se ha cumplido este pasaje". Dicho de otra manera: "
Todo lo que habéis oído proclamar en el Antiguo
Testamento, ha llegado hoy a su plenitud en mi persona".
Este "hoy" me recuerda que tú lees siempre la Escritura en
dimensión de presente, y de esta manera la actualizas en
tu propia persona.
Yo, Señor, no puedo leer tu Palabra como si se tratase de
algo del pasado. Al leerla debo intentar descubrir lo que me
quiere decir hoy en esta situación concreta de mi vida
joven.
Tú lo dijiste claramente ante un pueblo amante del Antiguo
Testamento. En ti se cumple todo cuanto decía de ti el
profeta Isaías. Te presentas como el verdadero
Mesías y el Liberador. Pero no como esperaban los
judíos.
En la sinagoga de Cafarnaún presentas tu proyecto de vida
y el de los creyentes que te sigan. Tu proyecto es muy claro: te
sientes lleno del Espíritu del Señor, y te lanzas a
proclamar la misericordia y la liberación de Dios.
Cristiano es aquel que, lleno del Espíritu del
Señor, proclama en su entorno, tanto de palabra como de
obra, tu liberación, Jesús. ¿ No será
que no estamos llenos de tu Espíritu y por eso nos aburre
algo todo lo que huela a religioso?
Veo que no te limitas a anunciar en Nazaret un plan de vida
teórico. Te comprometes con tu propia vida en aquel
proyecto.
Vives en tu propia carne la narración del profeta
Isaías. Tú serás el Mesías humilde
que, desde la humildad y la entrega, traerás la
salvación a todos.
Tú serás el Salvador, que aparecerás a los
ojos de los hombres como un fracasado en la cruz, pero a
través de la entrega de tu vida nos darás la
auténtica Vida: la Vida Nueva que brota el Domingo de
Pascua.
El cristiano es aquel que no sólo habla, sino que
compromete su vida en aquellas cosas que predica. Aquel que,
desde la
experiencia de la vida compartida, la humildad y el servicio,
transmite la Vida Nueva de Jesús.
Este sermón me ha gustado mucho. Me he sentido interpelado
para actuar y para tener más experiencia de ti. Esa es la
palabra: experiencia. Estoy harto de escuchar palabras y
palabras; de leer y de leer…pero no he sentido tu experiencia
transformadora en mi vida. Y lo siento de verdad.
Algo raro ocurre en la predicación y en el anuncio de tu
Evangelio. La gente cumple contigo pero tu palabra no llega a
cambiar sus actitudes ni
su duro corazón. Muchos otros sí se mojan. Tienes
que hacer un " transplante de corazón" en muchos
jóvenes y adultos. Te conocemos de memorieta pero no
vivimos de ti. Esa es la cuestión. Por eso la vida
cristiana está intelectualizada y se vive por alguna gente
a niveles de grandes acontecimientos familiares: bodas,
funerales, sobre todo estos últimos. Pero la metralla de
amor de tu Palabra no llega a cambiar su forma de hablar bien de
los otros, pensar bien de ellos y hacerles el bien.
Gracias, Señor, por expresarte tan claro cuando hablaste y
sigues haciéndolo de mil maneras en nuestros
días.
Te agradezco tu palabra salvadora,
Juan, 17 años
22)¡Hola Jesús!
Hoy te voy a hablar en mi carta de mi ciudad. No me gusta mucho a
pesar de eso que dicen que cada uno ama mucho a su
terruño. A mi me gusta ser universal, ecuménica.
Todo lo bello que exista en cualquier parte me llama la
atención. Tus obras y las humanas, reflejo de las tuyas,
están esparcidas por todas partes del universo.
Mi ciudad la encuentro habitada por tres palabras: violencia,
sexo y sangre. Los medios de comunicación
social la tienen invadida por estas tres realidades que, de
ninguna manera, la engrandecen ni la hacen más
habitable.
Tú fuiste a Jerusalén, la ciudad por excelencia de
toda la Biblia, y encontraste en ella hipocresía,
marginación y muchos males. Ya ves que no hay nada nuevo
en mi carta. Pero quiero desahogarme esta mañana contigo a
raíz de que estoy meditando el Salmo 54: "Veo en la ciudad
violencia y discordia; día y noche hacen la ronda sobre
sus murallas; en su recinto, crimen e injusticia; dentro de ella,
calamidades; no se apartan de su plaza la crueldad y el
engaño".
La violencia salta en las discusiones de la gente; hay peleas en
las calles; luchas entre jóvenes que toman materialmente
unas calles para divertirse a base de alcohol,
bailes ruidosos y algunos con la droga y erotismo poco
enriquecedor y hasta sexo programado como un rito en estos
lugares. Hay, de vez en cuando , algaradas, manifestaciones,
sirenas de la policía con sus coches para poner orden. Se
queman coches, casas, se roba para tener dinero y emplearlo para
la droga. La gente grita que no hay seguridad. Los niños
pequeños sufren en su sueño de ángeles los
disparos o el ruido de la
motos corriendo a toda pastilla.
Si dejas las calles intransitables y de adentras en el cine, hay
muchas películas que exaltan la violencia. Se mata como un
placer demoníaco. La agresividad aflora en cualquier
plano, escena o secuencia de la película. La
pornografía, en la sala X, brinda un sentido de la
relación humana ausente de amor. Es pura animalidad, pero
sofisticada y elevada al mayor grado de perversión y
degradación. Hay gente enferma, obsesa y no se da ni
cuenta. Todo es normal en mi ciudad. Para algunos no hay
referencias morales, éticas y religiosas. Manda lo que
pida el cuerpo. Todas sus apetencias son buenas.
Hay, menos mal, otras películas,- escasas – que
ofrecen temas humanos tratados con una
técnica y un arte dignos de todo encomio. Pero son raras
en medio de la floresta de pantallas existentes en mi ciudad.
La violencia engendra más violencia. Y hay espectadores
que buscan calmar la agresividad que llevan dentro con este cine.
Es para ellos una catarsis. Necesitan impactos fuertes,
terroríficos.
Ese es el aspecto negativo de mi ciudad, aunque tristemente muy
real. Dentro y fuera de ella habitan y viven también gente
buena. Hay preciosos monumentos, jardines amplios para respirar
el aire menos contaminado e iglesias a las que acude bastante
gente para serenarse con la paz interior que tú,
Señor amigo, les das.
Veo que abren sus puertas muy temprano para que tus creyentes
puedan visitarte antes del comienzo de la jornada de trabajo. Los
veo concentrados ante tu altar o bien recibiendo tu Cuerpo y tu
Sangre, alimento que les fortifica en la lucha diaria en mi
ciudad.
Hay jóvenes que hacen su plegaria matutina y vespertina
sin llamar la atención. Muchos de ellos se han apartado de
tu iglesia- institución, pero en sus corazones te siguen
orando con amor y con el compromiso de mejorar su
hábitat.
Mi ciudad me encanta, por qué no, cuando cambian las
estaciones. La melancolía del otoño dorado da paso
al invierno frío, a la primavera florida y al estío
reseco por el sol.
Y dentro de la ciudad, Señor, está mi
casa, abierta a tu influjo y a la acogida de amistades que vienen
a vernos. Es el lugar en donde reina el amor flotando por las
paredes; la relación íntima entre padres e hijos.
Incluso, en uno de esos días en que me sentí muy
cercano de ti, le dije a mis padres que pusiéramos tu cruz
y la imagen de tu madre para rezar cada mañana y cada
noche antes de empezar el día y al acabarlo. Son los
momentos mejores del día. Leemos una página de tu
Evangelio, lo comentamos cordialmente y, tras unos minutos, nos
besamos y nos vamos al descanso.
Así, al despertar el día ya pienso en ti como mi
amigo liberador. Sé que durante este nuevo día
tengo que luchar contra la violencia con las armas de mi
atención y de mi cariño. Ya ves, Señor, que
no es muy habitable mi ciudad. Me gustaría formar un
pequeño o gran ejército joven para anunciar a todos
la felicidad de quienes siembran paz, amor y alegría en
lugar de violencia, sangre y sexo barato degradante.
Gracias, Señor." Te encomiendo esta mañana mis
afanes para que tú les des consistencia en mi ciudad".
Un abrazo fuerte de Loli, 16 años
23)Hola Jesús
Sería una ingrata si no te hablara este día de tu
madre la Virgen María. Educada en Salesianos desde mi
más tierna infancia,
aquella comunidad
educativa me enseño a amar profunda y cariñosamente
a tu madre. Les doy las gracias porque ella, ahora en mi
juventud, me está ayudando un montón.
La Virgen es el mejor ejemplo de quien ha sabido encarnar y vivir
tu proyecto. Está "llena de gracia". En su vientre
virginal te engendró a ti, liberación de Dios entre
nosotros.
Ella, como primera creyente, ha recorrido el camino cristiano y
ha experimentado en plenitud las maravillas de Dios. Leo libros
de espiritualidad. Noto que la teología cristiana nos
enseña que María fue concebida sin pecado original.
En esa concepción recibió el perdón y la
curación del Dios de la misericordia. Ella misma, a los
pies de la cruz, se encontró con el rostro de los pobres,
reflejado en el cuerpo de su hijo, que padecía en el
patíbulo como un condenado que hubiera hecho mucho mal. La
veo también hoy , Señor, orando con los
discípulos en el cenáculo, experimentando la
certeza de tu nueva vida y de la nuestra.
María es el modelo de la vida del creyente porque ha
sabido contemplar su vida con los ojos del corazón, con
los ojos de Dios: la humildad y la plegaria. Sólo con esos
dos ojos del alma, bien abiertos, puede el cristiano de mis
días detectar la presencia salvadora de Dios en todos los
acontecimientos de su vida.
La Virgen, a la edad que tengo yo, recibe la llamada del
ángel:" Alégrate, llena de gracia, el Señor
está contigo". Ella, en su soledad, experimenta la certeza
de la bondad de Dios: " para Dios nada hay imposible". Y, en
lugar de poner dificultades a esta llamada, responde con
generosidad depositando en Dios toda su confianza :"
hágase en mí tu voluntad".
María, cuando le hablo a mis colegas de tu vida, unos me
escuchan. Otros " pasan" de mí. Comprendo que la vida
cristiana es siempre una respuesta a la voz de Dios que nos llama
primero. Se opta por tu hijo porque uno toma conciencia de que
él nos ama primero.
En tu proceso
vocacional, María, tuviste el coraje de ponerte en manos
de Dios. El está contigo. El te ha amado primero. Cierto
que sentiste turbación. Pero pronto el ángel te
dijo:" No temas, María". Me encanta que te llamara por tu
nombre. Esto significa que Dios nos conoce personalmente. No
somos un número ni una etiqueta comercial en su
corazón de Padre.
¿ Qué le ha ocurrido a María? Por medio del
ángel ha aprendido que Dios la conoce y confía en
ella. Por eso, confiada, escucha el proyecto que Dios ha pensado
para ella:" Vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo,
a quien pondrás por nombre Jesús"…Cuando Dios nos
llama lo hace desde el
conocimiento personal de cada uno y nos infunde confianza.
Naturalmente, Señor, que si nos llamas no es para una
tontada o simpleza. Nos llamas a seguir tu Evangelio y esto es
difícil. Dispones ante nuestra mirada el desafío de
emprender el mismo camino de Jesús.
María pudo dejarse llevar por la turbación y la
gran sorpresa. Pero se dio cuenta de que el encuentro con Dios es
siempre un momento de misterio. Es la experiencia de entrar en un
ámbito nuevo…Cuando percibimos la llamada de Dios nos
sobrecoge el misterio. Es entonces cuando uno capta sus propios
límites, sus insuficiencias…pero para Dios nada hay
imposible.
Los proyectos de Dios no salen adelante por nuestra fuerza y
nuestras cualidades, sino que triunfan por la misma fuerza de
Dios. Con la ayuda de Dios, la respuesta de María es
transparente:" hágase en mí según tu
palabra". María se pone en manos de Dios para que su
palabra la transforme.
¿ Qué es la vida cristiana?, me preguntó un
día mi amigo. Y le contesté así: La vida
cristiana es el camino que se recorre en pos de los pasos de
Cristo. Pero también es la serena certeza de experimentar
la constante transformación que la Palabra de Dios,
calladamente, va obrando en nosotros. Cristiano es aquel cuya
vida ha sido forjada por la Palabra de Dios. El Señor, con
los cinceles de su Palabra, va puliendo nuestra vida para que
seamos imagen viva de Jesús.
Voy a terminar esta carta ante la imagen de María
Auxiliadora. Mi vocación alegre de creyente consiste en
dejarme amar profundamente por el Señor. Dios me ama tal
como soy, y, desde mis limitaciones, me hace una joven nueva
mediante su Palabra. Solamente desde la certeza de sentirme amada
por Dios, puedo engendrar a Jesús en el mundo que me ha
tocado vivir, para liberar a quienes me rodean.
Gracias, María.
Te quiere mucho, María, 17 años
24)Hola Jesús
Cuando la gente joven andamos un tanto despistados por esta
sociedad de finales del siglo XX y a un año del año
2.000, necesitamos que alguien nos espolee de nuestra comodidad,
de nuestro tedio, de nuestro pasotismo, y nos haga invitaciones
fuertes para salir de este estado de vida aletargado.
Esta mañana, sumido en la contemplación de tu
Palabra, he leído despacio la invitación que haces
a cada uno de nosotros a que no pasemos la vida en balde.
Una vez más, sin animadversión a tu mensaje
evangélico, he encontrado las palabras claves para mi
existencia. Me han gustado mucho. Las haces imperativas, urgentes
y resuenan en mí hoy como cañonazos para que
levante mi vuelo de una vez para siempre.
Me debato continuamente en un mar de dudas.¿ Dónde
me querrá el Señor, mi amigo? Pregunta cuya
respuesta supone la felicidad de mi vida o bien la desgracia
más aburrida que me pueda imaginar. Me cuesta dar el
sí. Todo son turbaciones. No hago nada más que
mirar pros y contras. Así paso mis días. Y ya es
hora de que me decida por algo o por alguien.
Me invade esta mañana un sol de luz. Tus palabras "Venid y
ved las obras de Dios" tienen hoy un eco especial en mi
interior.
Me aterra no tener experiencia de ti. Quisiera tocarte de cerca
para saber que tus caminos me van a permitir andar corriendo como
la alegre gacela por el prado de tu Evangelio. Por otra parte, me
pregunto muchas veces lo mismo: Si no te metes a vivir esta
experiencia, nunca sabrás cómo es. Por supuesto,
pienso que tú nunca defraudas ni engañas a tu amigo
el joven.
Pero no sé ciertamente si podré ser tu testigo ante
los chicos y chicas de mi generación. Esas palabras
imperativas no se andan con remilgos. Así me gusta. Hoy
necesitamos exigencias que nos despierten a nuevos mundos y a
nuevas realidades.
Me sucede muchas veces que soy muy tranquilón. Espero que
todo me sea hecho y dado como en palmitas. Una pena de mis
años vividos en la atonía del dejar pasar el tiempo
sobre mi amada juventud.
Siento en mis venas que tus palabras me invitan a que me mueva,
busque, encuentre y me decida de una vez para siempre por algo
que dé sentido a mi vida. Noto esta mañana que
estas palabras me las diriges a mí en concreto, con mi
nombre y apellidos. Pero pronto me asalta el miedo y busco mil
excusas para no dar el paso a tus tres palabras insinuantes y
alentadoras.
Veo que tu llamada es insistente. Cada día hay miles de
jóvenes que las perciben en dial de tu corazón. Y
veo que te siguen sin mirar el futuro, ni el pasado. Sólo
el presente. Cuando vi el otro día el reportaje de
Madre Teresa de
Calcuta, el comentarista decía que en este primer
aniversario de su muerte, habían aumentado, en un 20%, las
chicas entregadas al servicio de las criaturas más
adorables de tu Evangelio: los pobres y abandonados por los ricos
de esta sociedad. He observado en sus rostros jóvenes y
bellos la paz interior que transmiten. Se han encontrado contigo
y su vida ha cambiado para mejor. Y éste, Señor, es
mi miedo permanente.
Me han entrado, sin embargo, esta mañana luminosa
de sol las ganas de conocer a estas jóvenes de cerca. Lo
he hecho. Una de ellas, morena y bella como una estrella, me ha
dicho: Toda mi vida es pura paz, total confianza en el
Señor. Sé que estoy viviendo su Evangelio
radicalmente. Y siento que ,como mis amigas, podría ser
una madre de familia. Pero he cambiado esa suerte y ahora , mira,
soy madre joven de chicos y chicas a quienes nadie quiere. Me
quieren a mí. Soy su madre de corazón y de
espíritu.
Yo, continuaba la joven consagrada, era como tú. Todo eran
dificultades en casa . Pero , una vez que me enamoré de
Cristo y he seguido sus palabras de " Venid y ved las obras de
Dios", me siento plenamente feliz. Ahora, cuando he dado el paso,
es cuando experimento sus maravillas en mí de una forma
continuada. Los sacrificios, horribles para otros, son para
mí el beso cariñoso de alguien que me necesita. En
estos chicos y chicas, considerados como la piltrafa de los
ricos, yo veo la presencia de Dios.
Estas palabras me han conmovido las entrañas. Me siento
ahora más seguro de
mí mismo. Quiero verte, Señor, y dejarme de tantas
dudas y de tantos interrogantes. Lanza sobre mi rostro tu luz
para que nunca más piense en la decisión que tomo
hoy ante tus palabras del Salmo 65.
Tú dices: "Venid y ved" y, por fin, esta mañana te
digo: "VOY. No quiero seguir siendo un "muermo" tranquilo ante
tantas personas que me necesitan.
Gracias , Jesús, por esta carta de luz sobre la inquietud
de mi vida. Espero que con tu ayuda, todo sea para mí una
entrega total a tu misión evangélica.
Un abrazo muy fuerte, Ricardo, 20 años
25)Hola Jesús
Te expongo en esta carta la alegría de mi juventud
compartida, en casa, con mis padres y abuelos. Es precioso que se
junten varias generaciones llenas de tu fe y con la misma
ilusión en sus corazones, a pesar de las diferentes
edades.
Quiero manifestarte que desde siempre eres parte de mi vida. Te
soy sincera. Otros jóvenes de mi edad dicen que se
entienden directamente contigo. No quieren saber nada de todo
aquello que sepa a organización o institución. La
familia, como institución, la ven bien hasta que comienzan
las discusiones y los enfrentamientos por causas del dinero,
principalmente. Unos se separan para casarse. Otros huyen de casa
porque no aguantan a sus " viejos". En contra de ellos- es bonito
luchar a contracorriente- me siento feliz por la infancia que
tuve al lado de mis padres y abuelos. Y ahora de joven sigues
ocupando el centro de mi vida. Desde que era niña
aprendí de manos de mis padres a amarte. Lo que se aprende
niño nunca se olvida. Pero hay que cultivarse en tu reino
evangélico. No se puede una descuidar. Apenas se te
abandona, viene el desconcierto o el vivir tirando de mala forma
de la aventura de la vida, el regalo mejor que tenemos en las
manos.
No sé por qué razón muchos amigos y amigas
de mi edad te han aparcado en sus vidas. Parece que les da
vergüenza confesar abiertamente que son creyentes y amigos
tuyos. Parece que estamos en la era de la autosuficiencia. La
nueva tecnología aparta a algunos de tu camino. Pienso que
les hace falta la identificación de sus personas y de su
fe. La increencia, muchas veces, es un tópico más
que se ha introducido en nuestra sociedad de consumo.
Cuando echo una mirada retrospectiva a mi vida, noto que
tú has tomado parte en todas mis cosas. Creo que es bonito
que mis compañeros y la gente, en general , sepa que
existen buenas personas en el mundo que les rodea. Ya sabes que
los medios de comunicación escritos y orales tan
sólo anuncian y comunican desastres en la juventud,
catástrofes en los adultos y malos tratos a los
niños. Esto es lo raro. Pero como lo dicen estos potentes
medios, muchos se creen que todo va fatal. No es verdad.
Conservo mi espíritu joven. Esto es clave para vivir
felizmente. Dentro de nosotros hay siempre un niño que no
debemos ahogar. El nos permite mantenernos con la capacidad de
asombro ante toda la naturaleza, ante
el envejecimiento, los acontecimientos y ante ti, Señor
amigo.
A propósito de esto, deseo comunicarte hoy que tengo unos
abuelos sensacionales. Los respeto y los amo mucho. Dan en casa
ese aire de paz y de serenidad, propios de la vejez o de la
tercera edad o de la vida ascendente como se llama hoy.
Sus fuerzas físicas flaquean, su memoria del pasado es tan
viva que me deja atónita. Olvidan fácilmente las
cosas del momento presente. No las que vivieron en sus
años de niñez y de juventud.
Gracias a la juventud acumulada, no piensan en cosas raras. Todo
lo ven con la naturalidad de su profunda fe , esperanza y caridad
que animan su vida interior. Se sienten a gusto con sus hijos y
nietos. Hay ,a veces, ciertas opiniones distintas. Es normal.
Saben que muchos de su edad , no están ya a su lado. Es el
tiempo de pensar en la cercanía del encuentro contigo.
Pero de una forma serena y apacible. ¡ Qué placer me
da verlos tan enteros ante todo lo que significa la vida y la
muerte, su amiga que les da paso para estar contigo!
Sé que me dicen que mi familia es ideal. No, les suelo
decir que es una familia normal. Lo que nos ocurre es que vivimos
anclados en valores permanentes. Estos no cambian nunca. Dios es
tanto para jóvenes como para ancianos.
Por eso, Señor, esta mañana hemos leído en
casa todos juntos, tres generaciones, tu palabra reconfortante y
alegre: " Dios mío, me instruiste desde mi juventud, y
hasta hoy relato tus maravillas; ahora, en la vejez y las canas,
no me abandones, Dios mío".
Pienso que si las familias fueran como la mía, la
Humanidad marcharía por sendas de paz, comprensión,
concordia y acogida. Este es el ideal vivo que late en tu
Evangelio para siempre. Solamente nos cabe una cosa: vivirlo y no
dejarnos llevar por corrientes y modas ajenas a la eterna
verdad.
Gracias, Señor, porque tú eres el verdadero
artífice, el auténtico impulsor de familias que
viven unidas y en amor sin que para ello sea obstáculo la
diferencia de edades. En ti todo es siempre novedad y primavera
perpetua.
Con todo mi cariño, Adela 15 años
26)Hola Jesús
Esta carta quiero que sea un aliento para tu vida. Muchas veces
pienso en la cantidad de problemas que debes tener. Si no fueras
Dios no tendrías tiempo para escuchar tantas peticiones
que llegarán en cada instante a tu corazón de amigo
de todos y de todas.
Como imagino que la mayoría de las cosas que te llegan son
la miseria, el desorden, la enfermedad, el hambre, la guerra…yo
quiero hoy comunicarte el optimismo que reina en mi alma.
Te escribo esta carta oyendo música al mismo tiempo. Mi
generación vive de la música en casa, estudiando y
en los
conciertos. Lástima, sin embargo, que para algunos supone
un corte en la
comunicación y en el diálogo con la gente que
va a su lado por la calle, el tren, el coche, el autobús o
el avión. No hay que pasarse.
Mi música de fondo es tan suave que me ayuda a
concentrarme en lo que te voy a decir. Quisiera, Señor,
que un día todo el universo fuera
un concierto dirigido por la mano de jóvenes que te tienen
presente cuando tocan los laúdes, las guitarras y las
baterías dentro de una iluminación que deja sorprendidos a todos y
hasta alucinados.
Quisiera, te lo digo de corazón, que todos los instrumentos
musicales en armonía con los corazones entonaran una
gran melodía o tema, en el que se cantara a tu amistad y a
tu obra callada en cada uno de nosotros.
Quisiera que la música fuera tan armónica y la
letra tan profunda que los chicos y las chicas de todo el mundo
la entendieran en su intimidad, en su vida interior. De tal
forma, que en todos florecieran flores de afecto, perfumes
agradables y un amor universal que nos transformara a todos.
Me siento tan optimista que soy consciente de que soy un
soñador. Todo creyente que tiene esperanza sueña
siempre en la felicidad que nos traes en cada instante. Pero tu
música es tan suave y susurrante que debemos tener el
oído del alma bien fino para percibirla y gustarla.
Quisiera que la letra de este concierto universal fueran tus
palabras: " Es bueno dar gracias al Señor y tañer
para tu nombre, oh Altísimo, proclamar por la
mañana tu misericordia y de noche tu fidelidad, con arpas
de diez cuerdas y laúdes sobre aspergios de
cítaras: porque tus acciones,
Señor, son mi alegría, y mi júbilo las obras
de tus manos. ¿ Qué magníficas son tus
obras, Señor, qué profundos tus designios!".
Señor, gracias, porque hoy siento en lo más
profundo de mi alma joven la música de tu felicidad.
Gracias por escucharme. Ahora, una vez que me he desahogado
contigo, me siento pletórico de tu ternura y de tu
misericordia. Ha sido una carta breve. Imagino que te
habrá gustado. Espero tu respuesta.
Un abrazo fuerte de Carlos, 16 años
27)Hola Jesús
Soy una amiga tuya que trabaja en los medios de
comunicación social audiovisuales. Desde que
comencé mi trabajo, uno de mis objetivos
principales está siendo la contribución en la
formación de una conciencia personal y, desde ésta,
en el sueño de hacernos todos " ciudadanos del mundo".
Esta tendencia universalista, como dice Carlos en su carta
anterior referente a la música, es fácil de
llevarla a cabo mediante la televisión
o la radio. Los satélites
nos permiten ,hoy, ver el universo como una " aldea global".
Hoy todo atañe a todos. Hay que implicarse en el desarrollo
progresivo del mundo. Y dentro de él, cultivar al ser por
excelencia, la persona humana. Gracias a estos medios, el hombre
tiene entrada cada día de lo que le pasa a su hermano en
cualquier rincón del universo. El presente está a
la orden del día en los medios. Es su primer y principal
eslogan: servir la noticia humana al instante.
A veces, Señor, cuando estoy ante las cámaras o el
micrófono pienso en ti o en san Pablo. ¿ Qué
uso hubiérais hecho de estos poderosos inventos?
Hubieran sido los areópagos o los púlpitos ( hoy
sustituidos por micrófonos en las iglesias) desde los
cuales difundiríais el mensaje evangélico a todas
partes.
Aunque haya medios propios de tu Iglesia, no son suficientes para
desarrollar y aumentar la sensibilidad. Esta le permite al hombre
captar mucho mejor las dimensiones del universo en toda su
belleza y en su infinita bondad.Yo no me siento arrinconada en mi
estudio. Por el contrario, percibo que mi palabra, mi
música y mi pensamiento llega a miles y miles de personas
simultáneamente. Los medios de comunicación
deberían ser los portadores de la verdad, la belleza y la
bondad para
el ser humano de no importa qué pueblo, qué
cultura y
qué religión.
Las imágenes
audiovisuales dignas despiertan hondas resonancias humanas. Por
ejemplo, he notado la profunda admiración de todo el mundo
en la muerte de Madre Teresa de Calcuta. ¿ Quién no
se ha emocionado ante la labor y entrega que hizo de su vida a
los pobres del universo? Todos los seres humanos han llorado su
desaparición de entre nosotros. Fue la gran lección
positiva que dieron los medios en ese día como ha ocurrido
hace pocos días con su primer aniversario.
Todos, empezando por mí, Señor, nos sentimos
"mejores" viviendo al instante la necesidad, la alegría, o
la pena del hermano sea de donde sea. Hoy, cuando ocurre una
desgracia, las organizaciones cristianas principalmente, sin
excluir las políticas y estatales, ponen en pie una serie
de estrategias
conducentes a la ayuda inmediata de quienes han sufrido una
catástrofe natural o una guerra, siempre injusta a todas
luces.
Tu Iglesia, Señor, en este terreno avanza y está a
la vanguardia.
Desde Radio Vaticana llegan cada día a todas partes
mensajes evangélicos y noticias positivas que contribuyen
al desarrollo, no simplemente material, sino también del
espiritual de la persona humana.
Tu Vicario en la tierra, el Papa, puede recorrer el mundo entero
para visitar a los creyentes. Lo que tú hiciste andando
por Palestina durante tres años, hoy se hace en pocas
horas. Tú sabes el consuelo que aporta a los pueblos con
su palabra evangélica y las orientaciones sociales,
políticas y religiosas que su palabra da a cada ser humano
de buena voluntad. Como a ti, Señor, también a
él le critican algunos fariseos de hoy. Dicen que tiene
dinero, que vaya viajazos que se da…¿ No los hacen otros
jefes de Estado para relaciones políticas y
económicas? Los creyentes tenemos la alegría de que
los mismos periodistas y agencias les paguen el viaje para que
acuda a sembrar tu palabra divina a quienes la acepten de buen
grado. Y, desde luego, hace estos viajes, no
movido por intereses turísticos, sino guiado siempre por
la fe
Te doy las gracias, Señor, porque en el medio en que
trabajo, no ponen demasiados obstáculos a la
difusión diaria del humanismo
cristiano e incluso de programas
estrictamente religiosos. Noto, eso sí, que cada
día, como dice el Concilio Vaticano II, hacen falta
más comunicadores cristianos en esta sociedad
secularizada.
Tengo en cuenta tus palabras al final de tu vida:" Id y proclamar
mi evangelio por toda la faz de la tierra".
Buenos días, Señor , y gracias por todo.
Te quiere mucho, Rosa, 24 años
28)Hola Jesús
Mi amiga y compañera en el trabajo de los medios de
comunicación te ha presentado su parte positiva. Esto es
lo que vale de verdad y para lo que la inteligencia humana los
inventó. Pero tú bien conoces que la mano del
hombre puede emplearlos para destruir o para orientar las
conciencias por el lado negativo.
Son instrumentos en los que hay varios peligros. Me da pena que
se distorsione la finalidad para la que fueron creados. Se corre
el riesgo de que su amplitud se reduzca únicamente al
ámbito de la casa, o a que sean una simple
enumeración de datos, o que el hombre caiga en la
pasividad y no se sienta inquietado por lo que pasa fuera de las
ventanas de su sala de estar.
A este equipo de redacción llegan cada día miles de
noticias de todo el mundo. Como no tenga uno cuidado, te
habitúas a la rutina y a vivir miserablemente en plena
riqueza informativa.
La persona moderna que no se cultiva y estudia el lenguaje de
estos medios para poder descifrarlos, corre el peligro de darle a
todo la misma importancia. Todo se transmite con la misma
importancia. Tras las muertes hambrunas de Sudán vienen
con la misma correlación de tiempo e importancia una
noticia de fútbol, el tiempo o la muerte de un ser humano
en una sangrienta refriega terrorista
Otra idea que puede hacer daño a los consumidores
de los medios es la pérdida de su propia identidad. Tanta
acumulación de información hace que el receptor no la
digiera. Esta invasión medial logra que se sepan muchas
cosas y al mismo tiempo que el hombre se sienta turbado en su
propio interior.
Hay mucha gente llamada " fagocitadores del presente", en cuanto
que los medios aluden siempre a noticias e informaciones de la
actualidad. De esta manera, la persona, sin darse cuenta, va
olvidando su pasado y hasta sus raíces.
Unicamente vale el disfrute del momento presente. Lo demás
hay que mandarlo al olvido. A ello contribuye también la
pérdida acelerada de la sensibilidad del consumidor
medial. Las series televisivas, los programas radiofónicos
se han dado cuenta de que el morbo y el escándalo tienen
mayor incidencia en los espectadores que las noticias buenas.
Y lo hacen sin escrúpulos. Razón: la publicidad
aumenta y con ella la entrada de mucho dinero al medio de
comunicación.
La programación de algunas cadenas de TV son
ejemplos vivos de esta tendencia. Cada día y a la misma
hora ponen programas en los que aparecen las personas con
problemas matrimoniales, personales, sociales religiosos… Nunca
o raramente aparecen personas normales que, por otra parte, es lo
que más abunda en la sociedad.
Estos programas, como sus mismos presentadores, llegan a
mitificarse.
Así, lentamente, se ha llegado a la formulación de
una persona que ama mucho más la imagen que el
razonamiento; a una persona que se goza en la parte sensitiva de
su ser más que en la parte racional; a una persona
eminentemente intuitiva y poco habituada a mantener una
conversación o estudio razonado; a una persona llena de
conocimientos informatizados y poco o nada comunicados; a una
persona que fracasa e los estudios. Estos requieren el empleo del
raciocinio, que, en los medios no aparece. Al contrario buscan el
impacto en la parte del cerebro en donde
residen las sensaciones. Al perder el equilibrio, es normal que
fracase en las materias científicas.
Ante este nuevo tipo de hombre tecnológico y de
una cultura tecnológica, definida como la
"civilización del consumo, ocio y espectáculo",
hace falta, Señor, formar al hombre para que tenga el
poder de la crítica y seas tú y tu Evangelio los
referentes de todo cuanto ven o escuchan. Sí, de verdad.
Tu Iglesia y la mía "reconoce como don de Dios y de la
inteligencia humana el conjunto de los medios de
comunicación social en cuanto tal, puesto que se inscribe
en el progreso del desarrollo de la creación… pero hay
que darles el matiz cristiano evangélico para que la vida
de los creyentes no sea víctima de ideas y sensibilidades
opuestas al Evangelio.
Formar a los comunicadores cristianos en una ética y
una teología de la comunicación es asunto
primordial en nuestros días.
Termino, Señor, con unas palabras de tu Vicario Pablo VI:
"La Iglesia se sentiría culpable ante Dios si no empleara
estos poderosos medios que la inteligencia humana perfecciona
cada día más".
Gracias, Señor, por el trabajo que tengo. El me permite
seguir luchando contra viento y marea por el valor positivo que
tienen los medios y por desterrar sus puntos negros. Cuento con
tu ayuda. Vale.
Te abraza con afecto, Ramón, 23
años
29)Hola Jesús
Este día lo dedico casi por entero – es fiesta -, a pensar
y contemplar tu figura en la parábola de los talentos. Me
ha cautivado siempre su meditación. Creo que afecta por
entero a mi vida.
Reconozco que me has dado unas buenas cualidades en todos los
aspectos de mi persona. No tengo dificultad en encontrar trabajo,
en tener amigos – as y en desenvolverme bien en esta sociedad que
tanto se "paga" de tener en sus empresas altos y eficientes
cargos ejecutivos.
Sé que mis jefes están contentos por el trabajo que
despliego en todos los objetivos y planes de la empresa a la
que presto mis servicios. La
vida me sonríe. Todo el mundo me felicita por mis
éxitos de trato, amabilidad y extensión de mi
empresa.
Me encuentro bien, en una palabra, en lo referente a mi
rendimiento económico. No soy como otras amigas
mías que, aún poseyendo más cualidades que
yo misma, se han arrinconado en su " casita y en su cochecito" y
no quieren aspirar a nada más alto y sublime.
Sin embargo, por mi parte, aspiro a grandes cosas. Pero
tú sabes bien, Señor, que no es para brillar
simplemente ante los hombres atosigándolos con mis buenas
formas o maneras y mis dotes de inteligencia. No, no quiero esta
vanidad. la odio y la rechazo desde lo hondo de mi corazón
joven.
Me encanta mantenerme en la infancia espiritual que he
aprendido de tu Evangelio. Reconozco con toda humildad que, ante
este mundo competitivo, me siento un ser desvalido y sin
mérito alguno. Esta actitud la conservo viva en mi ser
gracias a que cada día eres tú mi punto referencial
al comenzar la jornada. Es precioso que ante la gente de alto
copete sepa alternar y darles , de vez en cuando, capotazos a sus
aspiraciones monetaristas y consumistas. A veces no me entienden.
Sin embargo, mi jefe, también creyente como yo, me apoya
en todo. Lo cristiano bien entendido y vivido no está
reñido con la ganancia económica con tal de que se
haga de ella un uso humano y cristiano. Te lo diré
después.
Cuando me pide cuentas de mi
rendimiento- como tú en el Evangelio -, él sabe que
rindo al cien por cien. Esto, de por sí, no me satisface.
Se lo digo con toda sinceridad a mis superiores. El dinero que
ganamos de más, nos pertenece proporcionalmente. Una gran
parte de lo que hemos ganado, lo debemos entregar para obras de
misericordia. Esta, creo, que es la labor de un creyente tuyo en
esta sociedad actual.
Los millones que gano para la empresa no me enrojecen la
cara ni me dan vanidad. En casa, Señor, todo es sencillo y
transparente. No vivo de lujos. La austeridad de vida da un
ambiente sobrenatural a mi casa. La sobriedad en el vestir y en
el comer hace que mi casa sea una puerta abierta a los
necesitados, a los invitados de toda condición social.
Intento que, con mi familia, la casa sea siempre una fiesta en la
que se celebra la felicidad del encuentro contigo.
Estoy teniendo reparos en contarte mi trabajo y mis ganancias.
Pero, al fin y al cabo, creo interesante que lo sepan mis amigos
los jóvenes para que tomen conciencia de que por
más dinero que puedan ganar, si no los emplean para
dignificar su vida en contacto con tu Evangelio, no serán
felices. El dinero, si no se tiene cuidado, corrompe
fácilmente.
Sé que eres exigente conmigo y con los dones que me has
dado. Por eso pretendo celebrar cada día la entrega de tu
vida a la mía en un sano objetivo de
multiplicar el dinero y el uso que hay que hacer de
él.
Gracias, Señor, porque soy consciente de que estoy leyendo
tu Evangelio al día de hoy. Gracias porque sé que
necesitas personas que ocupen grandes puestos en el mundo actual
para que, desde ellos, resplandezca tu reino de justicia y
amor.
Termino mi carta. Me da pena de mis compañeros creyentes
porque no rinden. Son " inútiles", cerrados a la mirada
amplia de tus exigencias. Les ayudo en esta misión que me
has encomendado. Les hago ver que tienen que explotar sus
cualidades hasta el fondo. Hay que pisar el acelerador de la vida
para extraerle todos los dones que nos has otorgado y
compartirlos con los otros.
Siento lástima, repito, Señor, por mis amigos
jóvenes acomodados a cuatro cositas de nada: la moto, la
chica, el chico, la bebida y…ellos me entienden. Una pena.
Con todo afecto, Blanca, 25 años
30) Hola Jesús
Intento con esta carta comunicarte a ti- que lo sabes todo
– y a mis amigos y amigas que no debo mirar nunca
atrás en el camino emprendido de seguirte según tus
criterios y sentimientos reflejados a la perfección en el
Evangelio. Te puedo servir desde mi trabajo de médido,
policía, albañil, carpintero… Para ti lo que
cuenta es el testimonio que demos de tu vida en la nuestra,
mediante el puesto de trabajo que tengamos.
La evangelización no la hacen solamente los curas. La
hacemos todos desde que nos incorporamos a ti en el bautismo.
Captarte, vivirte y darte a conocer son los ejes que mueven
nuestro ser con un sentido claro, humano y diáfano. "El
Señor llevará a cabo sus planes sobre mí.
Señor, tu misericordia es eterna; no abandones la obra de
tus manos".
Tus palabras me alientan a vivir cada día en tu dial. Tu
fuerza me mueve a donde estoy trabajando ahora. No eludo la
responsabilidad que has depositado en mi persona joven. Nadie que
me vea de mi pandilla podrá decir: "Mira, comenzó
muy fuerte pero pronto se ha cansado". No existe el cansancio
para quien vive apegado a ti. Mis deseos de amarte y de darte a
vivir con mi testimonio son llamaradas de fuego que prenden en
los otros, no por mis cualidades simplemente, sino porque mi vida
se apoya y se fundamenta en ti.
Si todos mis colegas se pusieran a mejorar el mundo en lugar de
criticarlo pero sin hacer nada positivo por él, todo
cambiaría. La razón de tu venida a nuestra vida
propia tiene sentido completo en cuanto que si te seguimos nos
transformamos interiormente en seres nuevos y esta novedad se
palpa en nuestro rostro, en nuestras actitudes, en nuestra
diversión.
Estoy cansado, aunque soy joven, de ver en las plazas a mis
amigos, parados, esperando solamente que llegue el viernes y el
sábado para "montárselo bien". Tengo, Señor,
esperanza de que algún día – como me
pasó a mí – se lancen de una vez por todas a
vivir la vida según tus criterios. Se lo montarán
mejor y , por supuesto, no quedará jamás en ellos
el poso de la amargura y de la frustración, una vez
pasados los momentos de "exaltación", debida a las copas y
a otras cosas que ellos saben muy bien. Por el contrario,
sentirán a pleno pulmón que la "exultación"
nace en ellos por la felicidad que proviene de su propio y rico
mundo interior, maltratado y olvidado con mucha
frecuencia.
Señor, cada ser humano tenemos una misión
que cumplir en tu universo. Nadie debe escaquearse. Cuando
estemos en continuo proceso de "embarazo" por
mejorar el medio
ambiente, por ampliar nuestras relaciones hasta
límites increíbles, por vivir las exigencias de
nuestra fe a toda pastilla…, entonces , sólo entonces
llegaremos los jóvenes a ser personas auténticas.
Entonces, sólo entonces los ancianos y los niños
podrán decir de nosotros: " Admiro a la gente joven por lo
bien que trabajan, por lo bien que se divierten , por lo bien que
hablan y por el bien que hacen.
Aquí tenemos retos, desafíos imponentemente bellos
que llevar a cabo en el mundo. Y nos corresponde a todos,
principalmente a los jóvenes, cargados de ilusiones por el
vigor que la fe en Cristo da a nuestras vidas.
Gracias, Señor. Haz que el plan que tienes sobre mí
se lleve a cabo.
Con afecto de amigo comprometido,
Rafa, 19 años
Felipe Santos
Granada, febrero del 2000
" Me basta que seáis jóvenes para que os ame". (
San Juan Bosco)
Autor:
Miguel Peinado Muñoz
Profesor de Sagrada Escritura en la Facultad de Teología
de Granada