Monografias.com > Religión
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

CARTAS A JESÚS




Enviado por fsantossdb



     

    Introducción
    El gran descubrimiento de los primeros seguidores del Maestro fue
    que la religión no era un conjunto de verdades, ni
    un sistema de
    poder, – mucho
    menos – unos edificios o unas instituciones.
    Los primeros seguidores del Maestro descubrieron que la
    religión es una persona: el
    propio Maestro, Jesús de Nazaret.
    Le acompañaron durante su vida mortal, lo contemplaron
    resucitado, lo sintieron presente durante el resto de sus
    vidas.
    Se organizaron en comunidades, verdaderas familias, diseminadas
    por el mundo, con un Padre común, el Padre de
    Jesús.
    Muchos, incluso, dieron sus propias vidas, víctimas de la
    lucha de los poderosos contra los sencillos, contra los limpios
    de corazón.
    El testimonio del Nuevo Testamento es contundente: la Buena
    Noticia, con mayúscula, la que todo hombre espera
    recibir algún día, ya es realidad. La Buena Noticia
    de Jesucristo. A partir de El, con El, por El todo cambia de
    sentido, para bien nuestro y de los que nos rodean.
    Felipe Santos, en su trato continuo con la juventud, ha
    escrito estas Cartas de
    Jóvenes a Jesús con un estilo directo, rico en la
    manifestación cordial de los jóvenes ante la figura
    fascinante de Jesús. En realidad son los 30 problemas que
    más acucian a ciertos sectores juveniles de nuestra
    sociedad.
    Estas Cartas contienen la fuerza de esa
    intuición, base del acto de fe: todo con El, nada sin
    El.
    Ojalá que su lectura avive
    en muchos jóvenes el entusiasmo por el Amigo, que
    está siempre ahí, por aquel que quiere y puede
    cambiar el mundo, y que cuenta contigo para ello.
    Damos las gracias a Felipe porque estas Cartas podrán
    ayudar a los queridos jóvenes a encontrarse consigo mismos
    en la autopista de Dios. Un subsidio clave para la clase de
    Formación Religiosa, lectura personal o para
    convivencias cristianas.

    1) Hola Jesús
    Tengo suerte, Señor, en saludarte esta mañana. El
    día ha amanecido fulgurante de luz por toda la
    amplitud de mi mirada joven. Tengo una dicha inmensa por haberte
    conocido dentro de una familia,
    modélica en su trabajo y en permanente diálogo
    conmigo. No me atosigan con " rollos" ni me comen el coco. Me han
    inculcado paulatinamente el recto uso de mi responsabilidad personal. Soy yo el que tiene que
    forjarse un proyecto de vida
    consistente y que abarque todas las facetas de mi persona
    joven.
    Me educan en la libertad
    liberadora. Esta fue algo esencial en tu mensaje desde la
    creación. Ya sabes que me encanta la libertad bien
    empleada. Podría estar sumido en libertinajes. Sí,
    de esta forma andan algunos amigos de mi pandilla. No los veo
    más felices que yo. Me hablan de sus familias con cierto
    aire de
    desencanto." Son unos carrozas". " Mis viejos no me dan toda la
    pasta que necesito"." Tengo ganas de independizarme, pero el
    maldito dinero y las
    pocas ganas de trabajar me tienen apegado a casa, la fonda en la
    que encuentro comida y alojamiento". Todas estas afirmaciones en
    sus labios me causan pena y tristeza. No tienen norte y hasta han
    perdido el sentido de la vida.
    Esta tiene más sentido para mí, además del
    que me da mi buena familia, desde que te conocí a fondo un
    buen día haciendo un "stop" en mi vida. Alguien realmente
    amigo me indicó que fuera a verte a una colina de Francia,
    llamada Taizé. Fue en aquel silencio y plegaria en donde
    mi ser entero de joven sintió que debería
    transformarme y cambiar mi propia existencia y la de quienes me
    circundan. Por eso siento la vida de mi pandilla, alejada de ti y
    de los valores
    que dan consistencia a nuestra persona. Porque, Señor, en
    el fondo, tú los conoces y sabes que son buenos. Lo que
    les ocurre es que te tienen aparcado.
    Gracias a mis padres, conscientes de la realidad de este mundo,
    voy caminando por esta fascinante aventura de la vida. No sufro
    los hachazos de desesperación ni la horrible
    confusión que existe a mi derredor. Me considero un ser
    afortunado. Los padres, hoy, tienen un papel
    difícil y, a la vez, sumamente interesante: dar vida a sus
    hijos cuando son jóvenes. Hay padres que, justo a esta
    edad, los dejan abandonados a sus caprichos y deseos poco
    humanizantes. Les falta el diálogo y "perder" más
    tiempo con
    ellos. A veces les dan muchas cosas pero no a sí
    mismos.
    Noto, Señor, que mucha gente joven y sus padres no tienen
    otra misión en
    la vida que el consumo y la
    adquisición de cosas. Todo es montárselo bien a
    costa de los valores
    familiares. No dialogan, cada uno va a su rollo. Y así
    llegan lentamente a caer en el pozo de la frustración y
    del vacío."¿ De qué nos vale tener todas las
    cosas del mundo si perdemos nuestra alma", nuestra identidad
    personal y la vida familiar?
    Tú dices que todo lo que no sea una vida centrada en tu
    Evangelio es como " paja que arrebata el viento". Y es verdad.
    ¡ Cuántos ejemplos conoces tú mejor que yo de
    gente flotando a la deriva de los vientos placenteros de la
    competencia,
    entendida como sobresalir por encima de los otros para
    humillarlos y tenerlos en poca consideración! Hoy, el
    valor por
    excelencia es la "pasta", la " guita".
    Me imagino que sufrirás en tu corazón todas estas
    enfermedades del
    joven moderno y de muchos padres. Ante esta situación de
    mi mundo actual, me cuesta mucho mantenerme adherido a ti como
    roca fuerte. Pero, te repito, mis padres y algunos educadores han
    ejercido en mí una influencia bienhechora. Me han dado
    seguridad en mi
    personalidad.
    Cuesta mucho en nuestros días conservarse vivo y alejado
    del vendaval de ser etiquetado como un artículo de los
    grandes almacenes.
    Por eso, Señor, esta mañana clara y diáfana
    levanto mi alma hacia ti para darte las gracias por el día
    que estreno. Quiero sentirme hoy como una persona nueva. Quiero ,
    en este día concreto, ser
    agua y
    tierra
    humedecida para todo el que encuentre a mi lado.
    No quiero pasar un día más, marchito entre
    superficialidades que no conducen a nada elegante.
    Dame, Jesús, fuerzas y gracia para hacer de este
    día un ramillete de buenas obras para mi riqueza personal,
    para darle gracias a mis padres, para dar testimonio a mi
    pandilla de que toda mi alegría proviene de ti, autor de
    la vida que vivo y estreno hoy.
    Tu amigo Manolo, 18 años

    2) El clamor del pobre y los gritos de los humildes". Y,
    para que sigan luchando por sus derechos conculcados,
    tú les alientas con una de tus bienaventuranzas: "
    Dichosos los pobres de espíritu porque de ellos es el
    reino de los cielos".
    Hoy, Señor , en este mundo hay dos grandes divisiones: la
    del Norte y la del Sur. La primera vive en la opulencia de las
    riquezas y del bienestar. Y la segunda vive maltratada y sumisa
    al poder fáctico de quien posee la " pasta".
    Pero, Señor amado, cuesta mucho ver día tras
    día en los medios de
    comunicación social escenas horripilantes de gente que
    sufre. La mayoría de la gente ve estas noticias
    insensiblemente. Ya sabes que una noticia sigue a otra sin
    concatenación, sin lógica.
    Unos minutos del tema de Clinton con su becaria – asuntos de
    sexo – dan
    paso al minuto siguiente a otra noticia que no tiene nada que ver
    con la persona. Ya sabes que en los medios de hoy
    día llama la atención únicamente lo negativo, lo
    zafio y lo bodrio. Es la ley. Una persona
    que viva entregada a tu reino, no cuenta para los medios. La
    bondad y la ternura , la misericordia y el perdón,
    están muy lejos de sus puntos de mira.
    Hoy hay salmistas por todo el mundo. No se cansan de predicar y
    de invocarte como el antiguo. "No te olvides del pobre,
    Señor, el pobre se encomienda a ti".
    Pero, para los poderosos, esto no son más que palabras de
    consuelo. La explotación del indefenso es su ley suprema.
    En la entrada de tercer milenio de la fe en ti, sigue habiendo,
    como en tu tiempo, seres esclavos, prostitutas comandadas por
    organizaciones
    que se lucran con su explotación.
    Y mira, Señor, tú lo sabes todo. La misma nueva
    tecnología, Internet, por ejemplo,
    aprovecha algunos de sus espacios para hacer propaganda y
    publicidad de
    pornografía infantil y adolescente. Ya ves.
    Se mata al inocente con tal de contentar las pasiones bajas de
    algunos o muchos despiadados. ¡ Qué horror! D. Bosco
    estaba dispuesto a ir andando con la lengua en el
    suelo con tal
    de mantener la inocencia de sus chicos. Hoy, no. Matar lo bello
    del corazón transparente y limpio del niño a costa
    de viles pasiones humanas parece lo más natural. La
    vaciedad del hombre hay que llenarla con algo fuerte e
    inaudito.
    El terror y el temor están de moda en tu
    mundo por culpa de unos malditos que se glorían haciendo
    el mal. Me revienta que tu
    precioso mundo esté todavía infectado por la
    injusticia. Y han pasado ya dos mil años desde que
    tú viniste a traer al mundo la paz y la concordia entre
    los hombres.
    Las autoridades piden votos para las elecciones. Es la
    única oportunidad que tienen tus pobres. Son zarandeados
    con la propaganda más grosera y engañosa para que
    voten a tal o cual partido. Pero, a la postre, no existe el
    partido de los pobres, sino el de los ricos que se aprovechan de
    su voto para medrar. Los partidos y la política son medios
    para enriquecerse, salvo, Señor, algunas excepciones. El
    hemisferio Norte hace la guerra cuando
    peligra su economía fuerte. El
    hemisferio Sur no tiene otra solución que aguantar los
    improperios y la ingratitud de los soberbios y poderosos de este
    mundo.
    Señor, perdona mi desahogo antes de irme al descanso. No
    podía aguantar todo el malhumor que llevo dentro. Es
    injusto que la mitad de los hombres vivan en situaciones pobreza radical y
    la otra mitad anclados en placeres y en un bienestar, que bien
    mirado, provienen de la explotación del pobre.
    Gracias, Señor, por escuchar esta carta contra la
    injusticia. Tus palabras, en tu tiempo , fueron más duras
    todavía: ¡"Hipócritas, sepulcros
    blanqueados!" ¿ Qué les dirías hoy a esta "
    chusma" de malvados y aprovechados?
    Te quiere tu amiga Inma, 19 años

    6)¡ Hola Jesús!
    Señor, ya me conoces de sobra. Soy un joven que vive en
    este mundo denominado por su alta tecnología de
    precisión. Las palabras que lanzan los distintos medios de
    comunicación inundan de mentiras tu universo. Estamos
    viviendo la época de la palabra oral e icónica
    más que la escrita, que también se da, por
    supuesto.
    Mi mundo joven está harto de palabras sin sentido,
    palabras soeces, bajunas, palabras halagadoras y mentirosas como
    la hiel. En mi mismo grupo se
    estila mucho y hasta está de moda el cumplido, el
    disimulo, el quedar bien ante todos. La apariencia es el bien
    supremo. ¡ Vaya tela!
    Pienso en tus palabras del salmo y me quedo anonadado. " La
    lengua es nuestra fuerza, nuestros labios nos defienden,¿
    quién será nuestro dueño?"
    Los jóvenes con los que salgo, en pandilla, se ufanan por
    hablar mucho. El silencio les quema por dentro. Cuando hay
    algunos instantes de silencio, en seguida sacan sus auriculares
    para oír música. No aguantan
    unos momentos en silencio. No lo soportan. Si están en
    casa, en lugar de hablar con la familia y
    hacer tertulias familiares, cada uno va viendo la TV mientras
    come. Al terminar, todos se van a ver la
    televisión, la dueña y la educadora de casa. De
    tonta no tiene nada. Fíjate que ocupa el centro de la sala
    de estar, lugar de preferencia.
    Y si la TV es un tostón, se conecta la radio y los 40
    principales para aplacar el silencio molesto. No saben en
    qué pensar. Las emisoras de radio, por otra
    parte, son llamaradas de palabras sin sentido muchas veces. Me
    revientan, Señor, los labios embusteros, egoístas y
    altaneros.
    En este mundo singular y pletórico de ruidos y de palabras
    no sé qué hacer. Estoy habituado a tu Palabra
    eterna, a tu Palabra de vida, a tu Palabra que encierra verdades
    entrañables. Y, cuando me encuentro ante situaciones como
    la actual, me siento mal.
    Es entonces, Señor, cuando cierro mis labios y mis
    oídos para no escuchar palabras que ofenden la modestia de
    la joven bella y elegante del baile, la que va por la calle
    ondeando al viento sus cabellos sueltos y sus atributos- obra
    tuya- con toda finura. Bueno, Señor, la verdad es que
    también las hay que, en lugar de enseñorearse con
    sus cualidades femeninas, provocan al joven o viceversa.
    Estoy harto y cansado de tanta palabra vacía. Me encantan
    tus palabras, Señor, porque crean vida nueva en mi ser.
    Tus palabras se encarnan dentro de mí y me hacen pensar,
    meditar y sentirme como flotando por este ambiente tan
    hostil y mentiroso.
    "Tus palabras son auténticas…refinadas siete veces".
    Ante ellas me detengo cada día al comenzar la jornada,
    cuando participo de tu Eucaristía, la gran parábola
    de unidad entre los creyentes católicos.
    El otro día me dijeron palabras lisonjeras para llevarme a
    una fiesta. Prontamente capté la intención de mi
    interlocutor. Sin mediar rodeos, le dije: No cuentes conmigo. No
    iré a ese sitio de falsedad e hipocresía. Mi buque
    insignia es la autenticidad, contraria, por otra parte, a tu modo
    de pensar y de vivir.
    Déjame tranquilo, por favor. ¡Hay tantas cosas
    buenas que hacer en la vida ¡ No pienso perder el tiempo en
    tontadas.
    Viendo mi actitud
    valiente y humanamente coherente, me dejó en paz.
    Gracias, Señor, por tus Palabras que tienen valor y
    dimensión hasta la misma vida eterna. Ya sabes que no soy
    ni mejor ni peor que ellos o ellas. Pero no aguanto la
    palabrería y la mentira dichas con tanta facilidad e
    hipocresía.
    Un abrazo fuerte
    David, 20 años

    7)Hello Jesús
    Esta mañana vengo presuroso a alabarte. Me he levantado,
    como todos los días, feliz y alegre, pero en cada jornada
    quiero encontrar un sentido nuevo a mi vida joven. Ya sabes que
    todo lo que sea monotonía me espanta y me aburre hasta
    consumirme los huesos y las
    entrañas.
    Me siento feliz en tu servicio,
    dichoso y entusiasmante. Nunca había disfrutado tanto en
    mi vida como cuando percibí adentro, muy adentro que me
    felicidad está en ti "mi Dios. Los que buscan a otros
    dioses no hacen más que aumentar sus penas; jamás
    pronunciarán mis labios su nombre".
    Le cuento a todo
    el mundo juvenil, que me encuentro realizado plenamente en tu
    servicio. Eres el Dios que me da la suprema alegría y el
    afán de entregarme cada día a vivir tu
    Evangelio.
    Mis amigos, por el contrario, me cuentan que soy "tonto" en
    privarme de los placeres de la vida : el dinero, el
    sexo, la fama , el éxito,
    el poder, la ganancia económica… Yo les digo que miran
    solamente de tejas para abajo. Si alzaran la vista más
    arriba, se darían cuenta de que la felicidad depende
    profundamente de ti, Señor amigo.
    Contra viento y marea, pero contento, me siento dichoso por haber
    entregado mi vida totalmente a tu reino. Esto no lo entienden. La
    fe es la clave única para adentrarse contigo en tu
    Evangelio.
    Cuando me preguntan cosas acerca de la posibilidad de vivir sin
    chica, les contesto que " mi felicidad está en ti".
    Sé que no lo entienden. Hace falta un poco de riesgo para
    asumir esta responsabilidad de entregarse a ti de por vida.
    Tú, Señor, eres muy exigente. Y, en el fondo , me
    alegro de que seas así.
    Si no fueras duro y exigente con quienes te siguen de cerca en su
    vocación de consagrados, no estaría aquí hoy
    contigo. Aunque siento los placeres y la atracción por las
    cosas de la tierra-
    cosa totalmente normal -, sin embargo, tú me has llamado a
    la entrega total. Piensan algunos que el celibato nos aprisiona
    en nuestra libertad y que es absurdo y antihumano estar sin chica
    durante todo el tiempo. Les recuerdo tus palabras del Evangelio:
    "Quien tenga oídos para entender que entienda". Es verdad.
    Miradas las cosas fuera de tu prisma evangélico, todo
    resulta sin sentido y hasta aberrante para la gente que no enfoca
    toda su existencia bajo la luz de tus coordenadas.
    Mi Dios eres solamente tú. Ellos, entre unas cosas y
    otras, se apegan a dioses " falsos", cuyo lastre les va
    conduciendo a la pérdida de identidad personal. Respeto a
    quienes, habiendo hecho una opción libre por el matrimonio, lo
    viven a pleno pulmón y con la gracia de compartir toda su
    vida con otra persona.
    Esto me parece que es muy difícil cuando el egoísmo
    de uno o de otra sigue flotando en la relación entre
    ambos. Hay quienes fracasan en esta relación porque se
    entregaron atraídos simplemente por la fascinación
    física.
    Les compadezco, y me duele en mi corazón, de que no hayan
    encontrado la plenitud de su felicidad compartiendo todas las
    cosas del matrimonio: ideas, proyectos,
    ilusiones, quehaceres, hijos…
    Mis palabras, en esta carta, Señor, no tienen sabor a
    jactancia, a orgullo tonto y estúpido. Son simplemente
    petición de ayuda para que siga adelante en el trabajo de
    tu reino. No quiero ser como el joven del Evangelio: "Le
    invitaste a seguirte de cerca, pero él tenía sus
    preocupaciones y te dejó plantado".
    Ya sabes que no miro lo que he dejado atrás sino lo que he
    encontrado contigo, a tu vera, codo a codo. Eres mi dicha y el
    lote de mi heredad y mi suerte". Soy un afortunado porque, entre
    desgracias y atendiendo a la gente que me rodea, siento mi
    deleite en tus cosas y en tus mandatos que me alegran
    enteramente.
    Ya ves que disfruto de todo cuanto tengo a mi derredor con la
    mayor naturalidad. No problematizo nada. Todo me viene de ti.
    Vivo la grata experiencia de tu fe. La gente, incluso la
    creyente, está avitaminada porque le falta la
    íntima experiencia de tu persona. Y, Jesús amigo,
    en faltando esta experiencia, todo se hace duro y pesado. Tu
    carga es ligera para quien te sigue y ha comprendido que
    solamente quien muere a su egoísmo, se levanta cada
    día como el sol alumbrando
    toda la faz de la tierra".
    Gracias, Señor, por haberme enseñado de cerca el
    sendero de la vida y de que pueda " saciarme de gozo en tu
    presencia".
    Con todo cariño, Celia, 22 años

    8) Hola Jesús
    Me da mucha alegría saludarte esta mañana antes de
    que comience mi trabajo ordinario. Antes de salir de casa y de
    visitarte en la iglesia
    vecina, he pensado en tu Evangelio. Sé lo que significa "
    buena noticia". Es una noticia que resuena en mis oídos y
    en mi corazón como una fuerza transformadora.
    Implica un cambio
    sustancial en el modo de desenvolverme ante cualquier
    circunstancia. Para mí tu Evangelio, Señor, eres
    tú mismo, tu persona.
    A veces me pregunta alguna gente de mi pandilla que entre el
    Evangelio y el Corán no hay diferencia. Les suelo decir
    que los cristianos no somos seguidores de ningún libro, ni
    siquiera de una norma moral
    especial. Los creyentes somos seguidores de tu persona. Tú
    eres la fuerza capaz de transformar definitivamente nuestra
    existencia con tal de que nos dejemos llevar por la influencia
    benéfica de tu Espíritu.
    Estos días estoy meditando y contemplando tu obra en el
    Evangelio de Lucas. En él apareces como la ternura y el
    perdón por excelencia. Nos has dado tu salvación y
    tus perspectivas de este mundo bajo unas angulaciones muy
    distintas a las normales. Lucas no hace una biografía de tu
    persona. Lo que cuenta son hechos de fe. " He descubierto que
    Cristo es el Señor, y quiero anunciaros que tan
    sólo él libera".
    Lucas no nos presenta a Jesús para que lo admiremos de
    lejos. Nos presenta al Señor de la misericordia para que
    nos decidamos a seguirlo llevando la cruz de cada día.
    Señor, me he dado cuenta de que tu Evangelio no lo estudio
    para conocerte mejor o para saber más datos acerca de
    tu fascinante persona. Tu Evangelio lo estudio para seguirte
    mejor y, siguiéndote , es como se te conoce en
    profundidad.
    Cuando uno se adentra en el Evangelio de tu amigo Lucas, uno
    percibe que él nos transmite a todos los creyentes un
    mensaje claro de fe: Jesús es el Señor, el
    único que libera y el único al que merece la pena
    servir. Todo el Evangelio de Lucas está permeado por
    palabras densamente humanas y cristianas: oración,
    sinceridad, pobreza, servicio, conversión, misericordia,
    renuncia, humildad, corrección fraterna, responsabilidad,
    y sobre todo, el gran mandamiento del amor. Todas
    estas palabras las expones con discursos y
    parábolas y milagros.
    Una de las realidades más profundas que uno descubre al
    meditarte despacio es que tu palabra no es neutra. Siempre
    engendra conflictos.
    Tanto ayer como hoy, a tu lado, crece rápidamente – como
    un relámpago que atraviesa el horizonte – la
    oposición. Sobre todo entre los círculos que
    detentan el poder y viven muy apegados a la riqueza.
    Frente a los servilismos de nuestra época y los "falsos
    dioses" o subterfugios de Jesús, Lucas declara
    abiertamente que tú eres el libertador misericordioso.
    Frente a estos estúpidos servilismos, el creyente moderno
    percibe que sólo desde el seguimiento radical de
    Jesús puede conocerse el verdadero rostro de Cristo.
    Muchas veces, Señor, entre mi mundo de amistades, reina
    una gran confusión acerca de la palabra amistad. Les digo
    que en el Evangelio aparece como un tesoro difícil de
    encontrar y , al mismo tiempo, como una forma privilegiada del
    amor, porque es aquella relación que brota de la
    libertad.
    Muchas de mis amistades no entienden que la verdadera amistad
    está íntimamente unida a la libertad. Tan
    sólo se crece en el amor cuando
    se respeta y se deja crecer en la libertad verdadera. Esto no se
    entiende. La gente tiende a poseer, " a tirarse mutuamente"… Es
    lo fácil: atar a quien digo querer. Y toda atadura,
    más tarde o temprano, termina por romperse.
    La ternura y la misericordia de tu Evangelio me han hecho
    recapacitar esta mañana que sólo en ti está
    la fuente de la verdad y el gozo de saberse querido y perdonado,
    aunque seamos débiles y frágiles.
    Gracias, Señor, por esta larga carta sobre mi mundo de
    amistad
    Con afecto, Marcelo, 17 años

    9)Hello Jesús
    Este día me he sumido en la parábola del hijo
    pródigo. Es un fiel reflejo de nuestra sociedad actual y
    de tu misericordia y bondad con los jóvenes actuales y de
    siempre.
    He notado que en esta narración hay dos hijos y un padre.
    ¡ Lástima que faltara la madre! Daría
    más calor y
    sentido a todo el relato evangélico, lleno de
    confrontaciones.

    1. Por una parte está la experiencia del hijo
      menor. Pide su herencia para
      irse a otros lugares lejanos a malgastar sus bienes. Tan
      mal lo pasó que tu Evangelio dice: " Se ajustó
      con uno de los habitantes de aquel país". Vivía
      feliz en su casa y, ahora, no le queda otra solución que
      ajustarse a lo que le dé el dueño extranjero.
      Todos hemos experimentado las condiciones de este joven: la
      adaptación a la leyes de un
      mundo que nos tiraniza y en el que no reina el mandato de
      Dios.
    2. Este hijo "tiene que guardar cerdos". En la
      religión judía era algo degradante e
      inaceptable. ¿ No es parecida hoy la situación
      de algunos jóvenes entregados al SIDA y a
      otras enfermedades provenientes del vicio?

      Pero este joven decide volver a la casa paterna.
      Vuelve, en primer lugar, porque tenía mucha hambre. No
      tiene dónde caerse muerto." Los jornaleros de mi padre
      tienen comida y yo no tengo nada más que bellotas,
      alimento de cerdos, mal vistos en Israel.

      Hay, sin embargo, una segunda motivación mucho más religiosa:
      "He pecado contra el cielo y contra ti". Dice cielo en lugar
      de Dios. Toma conciencia
      de que está mal porque ha querido romper el plan de Dios
      sobre su existencia. Pensando que te piensa, dice: " Me
      levantaré e iré a la casa de mi padre". Ha
      vuelto pero, en el fondo, se considera un jornalero. No ha
      entendido todavía que la misericordia del Padre
      está por encima de todo pecado y
      traición.

    3. El hijo mayor tenía todas las preferencias
      según la ley de Israel. Le da rabia de que su hermano
      menor entre en casa de nuevo tras haberse gastado la " pasta"
      con prostitutas". No entiende que su hermano ha cambiado de
      estilo de vida. El mayor era la personificación de la
      rutina y del apego a tradiciones que, muchas veces, cierran las
      puertas a Dios. Se enfadó y le tomó inquina al
      hermano menor. La acogida y el banquete que le prodigó
      el padre le corroía las entrañas. Había
      estado
      siempre a su lado, cierto, pero jamás había
      comprendido lo que son entrañas de padre. Era un soltero
      comodón y mediocre.. ¡ Qué tontada
      más grande: estamos los creyentes en la casa del Padre
      y, sin embargo, nos entregamos a conseguir otros premios: el
      poder, el tener, el aparentar, el cumplimiento frío y
      seco de nuestros deberes pero sin el menor atisbo de ternura!
      Será la ternura del padre la que engendre de nuevo la
      reconciliación en casa y los dos hermanos celebren la
      fiesta.

    Ese hermano mayor es el prototipo del cristiano que se
    atiene a lo mandado pero al que le falta experimentar los dones
    de Dios.
    En la vida de hoy sigue existiendo un gran malestar por los hijos
    que malgastan su dinero y el de toda la familia con las demandas
    de la droga y de
    todas las corruptelas a la que ella conduce. No conocerás
    a ninguna madre que, a pesar de las tropelías que haya
    cometido su hijo o hija, no anhele su vuelta a casa. El
    corazón no busca razones para perdonar.
    Simplemente perdona porque de él nace la fuente perenne
    del amor.
    Aquí es el padre quien manda celebrar una fiesta en contra
    de los deseos del hijo mayor, el "santurrón y cumplidor de
    turno". "Celebra una fiesta y lo besa cariñosamente"… No
    hay leyes en el corazón del padre. Tan es así que
    ni siquiera le pide razones de su comportamiento
    y de su conducta fuera de
    casa. Simplemente le acoge con un inmenso amor de padre.
    Con amistad sincera, Felipe, 21 años

    10)Hola Jesús
    La figura de Jesús me seduce en este relato
    evangélico. En él queda claro algo sumamente
    importante: la misericordia no es un sentimiento , sino algo
    mucho más importante: dar algo de sí mismo a
    la pobreza del
    corazón del hermano.
    Tienes amigos , que por cualquier circunstancia, sienten el
    abandono de todos. Sueles decir: ¡Es un miserable! ¡
    Mira que lo que ha hecho! ¡ Fuera! Es imperdonable. ¡
    Fuera de nuestra pandilla!
    Zaqueo , recaudador de impuestos de
    Hacienda, era mal visto por todos. Lo normal era criticarlo y
    apartarlo de cualquier relación con los otros.
    Jesús, en lugar de quedarse en la queja normal, va a su
    encuentro con el arte de la
    ternura y la misericordia que lo perdonan todo.
    ¿Por qué no nos habituaremos a convertir la
    misericordia en perdón?. Tu gente acostumbra a decir: "
    perdono pero no olvido". En el fondo, aunque externamente se vea
    que perdona, les quedan resentimientos que afloran en el
    mínimo detalle cuando les oyes hablar. Jesús fue
    inteligente. Dio muestras de su ternura en una ciudad,
    Cafarnaúm, ciudad fronteriza y cruce de culturas y
    caminos. Desde este lugar enseña que Zaqueo trabajaba
    cobrando impuestos para los romanos que dominaban el
    país.
    Este cobrador de impuestos se había convertido en un
    ricachón. Hoy ocurre igual a muchos que se dedican a
    explotar a los otros sin ninguna aparente culpabilidad en su
    conciencia.
    Para colmo y para irrisión de todos era pequeño de
    estatura." Corre entre la gente y se sube a un sicómoro,
    un árbol". La gente lo ve, siente antipatía ante
    él y quiere excluirlo de todo lo que sea religioso
    legal.
    Pero este ser humano, como tú o como yo, anhelaba ver a
    Jesús fuera como fuera. La gente se lo impedía
    física y moralmente. Enfrentado con la muchedumbre, que
    normalmente actúa de forma brutal e inconsciente,
    Jesús le saluda y se autoinvita a comer en su casa.
    ¡Menuda la reacción de la gente: ha ido a comer a
    casa de un pecador! No creían que para él hubiese
    salvación. No tiene derecho a cambiar de vida. No puede
    ver a Jesús. Nadie, posiblemente, lo ha valorado en lo que
    era su persona de verdad.
    Jesús, ante él , tiene dos vertientes: se fija en
    él "levantado los ojos" y le habla".. Mirar, a lo largo y
    ancho del Evangelio, significa " mirar en profundidad", mirar con
    la intención de hacer el bien", con la intención de
    ejercer la misericordia". Mirar es no simplemente ver los
    detalles de la realidad sino querer transformarla desde la
    misericordia y la ternura. Cuando le habla a Zaqueo, éste
    cambia radicalmente de vida. Jesús toma conciencia de su
    sentido vital: "El Espíritu del Señor está
    sobre mí, porque él me ha ungido para que dé
    la buena nueva a los pobres".
    Nadie se había preocupado por humanizar a Zaqueo. El
    rechazo hacia su persona era total por el cargo que ostentaba.
    Tan sólo la mirada y las palabras de Jesús
    convirtieron a aquel hombre envidiado y odiado por todos. Le
    devolvieron su propia dignidad humana.
    Ante la dulzura de Jesús, este recaudador de impuestos se
    convierte en su amigo. Se convirtió transformando en obras
    de misericordia el perdón que Dios le había
    concedido. " Señor, daré cuatro veces más de
    cuanto he robado". Esto no era lo establecido en la ley. Pero
    Zaqueo fue mucho más lejos de lo legal.
    Jesús se siente feliz porque ha perdonado y dado nueva
    vida a Zaqueo. Es hijo de Abrahám. Ha liberado al que
    estaba perdido. Jesús ha ejercido con él su
    verdadero señorío, y el cobrador responde con una
    adhesión total al Señor.
    No está mal que en este día pienses en tu calidad de
    relaciones con la gente. Conoces a muchos que tienen muchos
    apartados en el espacio de su corazón. A unos rechazan
    porque son pobres; a otros porque son antipáticos; a otros
    porque no encajan en tus moldes. Total, que, sin darte cuenta,
    eres un intransigente de marca mayor.
    Gracias, Jesús, porque, al leer y meditar tu Evangelio con
    resonancias siempre actuales, he comprendido que necesito
    más perdón en mi alma. Estoy llamado como creyente
    a dar vida y transformar lo que esté a mi lado en algo
    positivo.
    Con gran cariño, Alicia, 22 años

    11)Hello Jesús
    Te escribo esta carta para darte gracias por la curación
    que haces diariamente de todo cuanto acontece a mi derredor. Ya
    ves que te necesitamos hoy como ayer para que cures todo tipo de
    enfermedades: la lepra, la desidia, la indiferencia, la
    incredulidad, el pasotismo y el consumo a toda pastilla…
    No me gusta la actitud de muchos de mis colegas, alejados de ti
    por inconsciencia o llevados por los vicios de este mundo
    singular y supertecnológico.
    La lepra, producida por el microbio de Hansen, se cura en
    nuestros días. No es una maldición divina como
    pensaban en tu tiempo. Esto añadía más dolor
    todavía a los enfermos. Hoy tenemos otras enfermedades
    físicas muy difíciles de curar. Pero también
    existen las enfermedades del alma : falta de fe, apego a los
    bienes materiales,
    bienestar a toda costa, autosuficiencia, olvido de los valores
    morales y religiosos…
    La diferencia de los leprosos de tu Evangelio y los actuales
    consiste en que los primeros pedían "compasión"
    para excitar los sentimientos de pena ante su padecimiento. Es
    curioso que los leprosos te veían desde lejos. No
    esperaban transformar sus vidas maltrechas. Te veían- como
    ocurre muchas veces hoy- como a un líder o
    un maestro. Hay que verte de cerca, es decir, como una persona
    capaz de transformar de raíz nuestro corazón y
    nuestra vida.
    Jesús, tú los envías a los sacerdotes para
    que atestiguaran ante el pueblo su curación y así
    poder insertarse de nuevo con los demás. Tan sólo
    volvió uno para darte las gracias. Los otros buscaban
    principalmente vivir una vida con normalidad ante sus paisanos.
    No se sintieron implicados en la novedad de su curación.
    No te han descubierto como al Señor que puede transformar
    radicalmente la existencia.
    Cuando tú recibes al leproso que va a darte las gracias,
    notas en él que ha sido purificado y curado de sus males.
    La purificación es simplemente un cambio externo. La
    curación, además, significa un cambio interior. Por
    eso, como el salmista , te dice:¿ Cómo podré
    dar gracias al Señor por todo el bien que me ha
    hecho?.
    El cambio profundo de este leproso consiste en haber encontrado
    en Jesús el único Señor. Este curado, para
    colmo, era samaritano, es decir, un pueblo no muy creyente y
    considerado como un extranjero para los judíos. Gracias a
    su fe , le dices : " Levántate, vete; tu fe te ha
    salvado". Es importante tener en cuenta que le dices " tu fe te
    ha salvado" y no purificado. La fe indica la gran confianza que
    pone en Dios. La fe es plantearse la existencia como una
    confianza plena en el Señor. La salvación es mucho
    más que la purificación: indica la
    liberación de algún peligro grave que amenaza a la
    humanidad.
    De nuevo aparece la misericordia de Dios convertida en
    curación. Ten en cuenta esto: la clave de la vida
    cristiana consiste en tu encuentro con Jesús. Tú
    sigues a Cristo como a una persona viva y dentro de ti. Cuando
    uno va madurando en la visión de Dios,
    simultáneamente uno se acostumbra a ver y analizar todas
    las cosas desde la ternura de Dios. Así, sin duda alguna,
    adquiere sentido la lectura que
    podamos hacer de esta realidad actual de finales del siglo
    XX.
    Gracias, Señor, por tus leprosos, tu purificación y
    sobre todo por tu curación.
    Te quiere un montón, Pedro, 15 años

    12) Hola Jesús
    Soy una joven que lucha por llegar a la madurez. Me cuesta mucho
    dominarme e intento imponer mi opinión a los otros.
    Después, a solas, me siento mal conmigo misma. Cada
    día hago mis propósitos. Pero, ¡ qué
    va!, caigo en seguida en la misma rutina de siempre.
    Me pongo nerviosa. Sé que me has dado unas cualidades
    excelentes para ser amiga, para ser constructora de vida entre
    mis amigos. Lo sé. Sin embargo, mi mal genio lo estropea
    todo.
    Quiero ser una joven equilibrada para no andar un día bien
    y otro mal. No me entiendo a veces a mí misma. Digo como
    el salmista:" ¿ Hasta cuándo…, hasta
    cuándo…, hasta cuándo?".
    Por otra parte, mis sueños me lanzan a la aventura
    inaccesible. Hay instantes en los que lo veo todo color de rosa.
    Otros, por el contrario, como una nube cerrada en el
    horizonte.
    Alguien que me quiere mucho me dice: No sueñes con el
    futuro, disfruta del amanecer de este día. "Carpe diem",
    es decir, vive el instante apretado entre tus manos. Toma
    conciencia de quién eres, qué posees. Y, sin miedos
    estúpidos, lánzate al mundo para desarrollarte como
    una persona digna. Cuando alguien se queja mucho, piensa que no
    está viviendo a tope su vida. El chico cristiano o la
    chica nunca se quejan, nunca lloran lamentos tontos, sino que
    crean vida a su derredor.
    No me gustan los creyentes quejicas. No hacen nada. Todo les
    molesta pero no levantan un dedo para mejorar la situación
    en la que viven. Así hay muchos, desgraciadamente.
    Continuamente les lanzo llamadas urgentes de mi espíritu
    para que se levanten y dejen de hacer críticas facilonas
    de lo que ven en los demás y en las instituciones.
    Así no se arregla nada.
    El Señor te contesta, hoy en concreto, con sus palabras:
    "Yo alegro tu corazón con mi auxilio". Pero tienes que
    moverte.
    En el mundo en que vives, quiero que seas una creyente "lanzada"y
    competitiva por el bien. La carrera de tu sociedad se encamina
    por el título, el honor, el dinero, los puestos
    sobresalientes de poder. Tú, sin embargo, vive tu realidad
    concreta: ser tú misma. Todos han de verte como una joven
    alegre, dinámica, entregada a grupos
    apostólicos para, de esta forma, alcanzar el equilibrio que
    anhelas.
    Tu malestar te viene porque no haces nada. Te has juntado con un
    grupete de amigos que solamente piensan en pasárselo bien
    a su " manera". Y ésta, como sabes, está muchas
    veces lejana y distante de mis cristianos.
    No te olvides:" El Señor te observa desde el cielo…para
    ver si hay alguno sensato que busque a Dios. Muchos se
    extravían obstinados"… Cuando una joven, como tú,
    vive en contacto conmigo, mediante la plegaria, la
    meditación, la Eucaristía, la penitencia…
    difícilmente marcha a trancas y a barrancas.
    Tengo en cuenta las palabras que le dijiste al joven rico: " Ve y
    haz lo que te mando y tendrás vida".
    Déjate de darle vueltas a esas menudencias y tontadas que
    adora parte de tu mundo joven. Sé, de una vez para
    siempre, un ser original. Sí, amiga, arranca de
    raíz tu inconstancia, tus cambios continuos de carácter.
    Mira que la sociedad espera mucho de ti. No te preocupes. Yo te
    enseñaré el sendero de la vida". Pero hazme caso,
    aunque seas débil, y verás cómo todo cambia
    en ti y en los otros. Haz la prueba. ¡ Vamos!
    Te quiere Raquel, 18 años

    13)Hola Jesús
    Soy joven. Lo sabes muy bien. Me cuesta mucho acercarme al mundo
    del dolor. No soy un buen samaritano. Me gusta ir a lo mío
    y que los demás se aguanten con su pena. Ya me
    tocará a mí algún día. Por ahora la
    veo lejanísima. Sé, por otra parte, que para
    descubrir la realidad de mis amigos, y ser capaz de verte a ti en
    ellos, me hace falta más plegaria, es decir, llevar una
    vida en la que vea las cosas y a los otros con tus propios
    ojos.
    Muchas veces, Señor, la palabra oración me sabe a
    cosa de monjas y curas. No logro meterme en su corriente
    bienhechora. Sé, leyendo libros, que la
    plegaria es mucho más que hablar contigo o que recitar de
    memoria
    Padrenuestros o Avemarías. Cuando un joven se pone en
    actitud de oración, sabe que tiene que implicarse en el
    análisis de la realidad y de la
    confrontación, y hacer una lectura cristiana de los
    hechos.
    La ciudad de Jericó, entregada como la mía a la
    diversión barata, necesaria pero un tanto sucia e inmoral,
    fue el lugar en el que te encontraste con los sacerdotes, el
    levita y el buen samaritano. Los primeros no podían ayudar
    a nadie por sus leyes( no podían tocar sangre ni entrar
    en contacto con un desconocido. De haberlo hecho no podían
    tomar parte en el culto). Los segundos, equivalentes a nuestros
    sacristanes, respetaban escrupulosamente las mismas leyes. Tuvo
    que ser el samaritano, el menos creyente ( según los
    judíos) pero el más humano, el que se detuviera
    para socorrer al herido por culpa de unos bandidos. Sintió
    misericordia ante su situación en el camino. " Se le
    conmovieron las entrañas". Y, cuando esta mañana
    leo este texto
    evangélico, me sorprendo de su actualidad. El samaritano
    no se queda simplemente en un sentimiento de lástima como
    los sacerdotes y el levita. Se lanza a ayudarle y a llenar la
    pobreza del corazón de su hermano herido. No le entrega
    cosas admirables. Le da lo que tiene: su propia persona. " Se
    acerca a su lado y le aplica aceite y vino".
    Además, lo lleva a la posada u hotel y le entrega al
    recepcionista el dinero equivalente a dos jornales. Pero lo
    fundamental es que siente misericordia por él, una actitud
    opuesta a la lástima hipócrita y lacrimógena
    . Pero que no va más allá.
    Hoy existen muchos heridos tendidos en los caminos de la pobreza
    y marginación. Hacen falta más samaritanos que
    presten su ayuda material y espiritual. No basta con entregarles
    algo de lo que te sobra. Eres tú quien debe entregar lo
    que tienes y eres. ¡Ah, pero esto es pedir demasiado!
    ¡ Que lo hagan otros! ¡ Yo estoy bien tranquilito con
    lo que tengo! ¡ Que me dejen en paz! ¡ Siempre
    están pidiendo los curas y las monjas!
    Jesús alaba la misericordia del samaritano. Y es duro
    cuando le dice al maestro:" Vete y haz lo mismo". No le dice: Ve
    y aprende lo que has oído"…
    Jesús habla de acción, porque el Evangelio no son
    datos ni relatos bonitos, sino la vivencia de la misericordia y
    de la ternura.
    Una vez más, Señor, me dejas " pasmado", pero me
    encanta tu valentía.
    Gracias sinceras de Fernando, 16 años

    14)Hello Jesús
    Me siento una joven programada. En cada instante el reloj o la
    sirena me marcan lo que tengo que realizar. Esto no es vida, me
    pregunto muchas veces. Trabajo en exceso para pagar el piso, los
    electrodomésticos y el coche y…añade lo que
    quieras. Muchas veces le pregunto a mi novio si merece la pena
    tanto afán. El me responde que hay que instalarse a todo
    confort. ¿Pero no ves que es a costa de nuestra salud y a costa de no hablar
    casi nunca?
    Cállate. Hay que figurar que estamos bien ante todos los
    vecinos del barrio. Pertenecemos a una clase social media. No
    podemos vivir en cualquier sitio y sin tener las cosas que ellos
    tienen.
    En esta situación me encuentro, Señor amigo. Una
    realidad muy actual en nuestros días. Con frecuencia me
    viene a mi memoria y a mi corazón de joven, harta de
    trabajar, tus palabras: El Señor es mi pastor".
    De noche, cuando me voy al descanso, no estoy tranquila. El
    estrés
    aparece en mi cuerpo y en mi alma. Ni siquiera puedo dormir bien
    y a gusto. Me asaltan pesadillas de bancos y de
    almacenes. Las facturas me martirizan. Tus palabras, sin embargo,
    me están rondando la cabeza. La paz que me dan, logran que
    la ansiedad se esfume de mí.
    Hablo de vez en cuando con mi futuro marido. El me ve mal: en mi
    aspecto físico, en mis nervios que saltan a la primera. Le
    digo que vivamos al día. Vivamos cada instante con la
    transparencia de tu palabra. También él, a base de
    tantos esfuerzos, comienza ya a notar en su vida complejos de que
    no va a estar todo preparado para el día señalado
    de la boda.
    Tu eres mi Pastor. Yo soy tu criatura amada, aquella que siempre
    conociste admirando a las ovejas paciendo en la pradera; aquella
    que se extasiaba mirando los cielos y las nubes, las sombras y la
    arboleda. Aquellas ovejas iban cada día a sus pastos. No
    tenían más preocupación que mirar a su
    pastor, al perro, al abrevadero y la sombra infinita de las
    encinas.
    ¿Sabes una cosa? Mira, Señor, en esta sociedad
    consumista se ha perdido el sentido de la providencia. Todo tiene
    que estar en bancos, en cartillas de ahorros… Nada se deja a la
    improvisación y a la actuación de tu providencia.
    Nada o casi nada. Sólo tus hijos auténticos se
    fían de tu providencia.
    Me encuentro algo desdichada. Todavía no ha llegado el
    día de mi matrimonio. De seguir así, creo que voy a
    llegar a él – si llego – enferma y agotada. Me
    lo estoy pensando en serio. La vida que me aguarda hasta los
    cuarenta años no es nada halagüeña. Prefiero
    que sea la fuerza de tu Espíritu la que guíe mis
    pasos por sendas de auténtica vida.
    Mi amigo, sin embargo, no presta atención a mis quejas. El
    va a lo suyo: a figurar y aparentar. Los dos grandes ejes sobre
    los cuales gira gran parte del mundo actual.
    …Y he aquí, Señor, que esta noche, me he
    despertado sobresaltada, acobardada e indecisa. Me dirijo a ti,
    como amigo del alma, para que me des alientos en esta lucha dura
    por romper con estos moldes inhumanos.
    … Pasados algunos días, le comuniqué a mi novio
    mi pensamiento
    sobre toda esta barahúnda de cosas. Se lo dije cara a cara
    y con seriedad : o cambiamos de modo de vida o no aguanto
    más. Se quedó de una pieza. No sabía
    qué contestarme. A los pocos días me dio la
    respuesta que esperaba:" Mira, tienes razón. He estado en
    el médico y me ha dicho que de continuar con este género de
    vida, el corazón me va a jugar una mala partida. He
    decidido cambiar de estado social de vida e irnos a un sitio
    sencillo. No nos hacen falta muchas cosas. Lo fundamental lo
    tenemos: el amor que nos profesamos. Y nuestro matrimonio
    durará por siempre. Lo que Dios ha unido que no lo separe
    el hombre. Uno
    de los fundamentos que fallan en nuestra sociedad es la facilidad
    en romper lazos afectivos por falta de perseverancia en las
    relaciones de pareja. No se crece cada día. Se cae en la
    rutina y, de esta forma, vienen las separaciones y los divorcios.
    Son indicios de un amor inmaduro en la pareja.
    Cuando le oí hablar de esta manera, mi alma se llenaba de
    una luz serena. Tú eres mi pastor. Nunca me abandonas
    Gracias , Señor, por haberle cambiado el corazón a
    mi novio, y enhorabuena al doctor que le ha dicho esas palabras
    que le han convencido de lo esencial de la vida: vivir al
    día y en amor.
    Con cariño, Teresa, 23 años

    15) Hola Jesús
    Me da , Señor, cierta vergüenza y reparo en hablarte
    de mí mismo. He leído las cartas de mis colegas
    jóvenes. Te confieso que me han gustado. En ellas se
    respira nuestro aire y ambiente interior.
    Normalmente, la gente tiene miedo o reparo en hablar de ti
    abiertamente. Se habla de chicas, de chicos, de deportes, de exámenes… De
    cosas fuera de nosotros mismos. Pocos son los seres humanos, con
    los que trato, que hablen de sus valores interiores.
    Hoy vengo feliz y contento a hablarte de mi inocencia y de mi
    sinceridad. Que te conste que no lo hago por vanidad o para
    pavonearme ante los otros – as. Ni mucho menos. Sencillamente
    escribo esta carta para que los lectores sepan que hay gente
    joven que lucha por ser, en medio de tanta dificultad, inocentes,
    transparentes, diáfanos y sinceros como las aguas del lago
    de alta montaña. Conozco mis fallos, mis faltas y mis
    limitaciones. Si no, sería un vanidoso y un
    estúpido. Pero tú bien sabes, Señor, que la
    inocencia la conservo como el mejor tesoro de mi vida. Inocencia
    equivale a ver todo como tú lo harías. Inocencia
    ante las personas bellas que pones ante mis ojos. Gozo viendo
    chicas guapas. No soy ningún anormal. Pero puede
    más en mí, a base de confianza en ti y de un
    combate diario, la virtud que encierra cada una de ellas que su
    mera apariencia externa. No soy un santo ante tu presencia. Lo
    sé. Pero, con mi corazón humilde y mi contacto
    diario contigo y con la gente, suelo salir airoso de todo
    envite.
    Amo inmensamente la vida. Me arrastra la bondad que veo reflejada
    en cada criatura tuya. Me gusta que la gente joven de mi edad
    tenga paz en su corazón. Es curioso que cuando hablo con
    ellos, los noto turbados por muchas cosas. Han querido llenar su
    corazón con droga, sexo sin consideración,
    alejamiento de valores éticos y morales y, al fin, muchos
    terminan siendo una piltrafa de personas. Siento pena por
    ellos.
    Quiero, en mi plena juventud, que la felicidad que me inunda
    nunca la pierda por cosas pasajeras. Me gusta "interior y
    exteriormente" sentirme bueno.
    Esta idea , Señor, me vino estando en Taizé. Al
    contemplar los rostros de aquellos hermanos, que se han
    consagrado a ti de por vida, me llamó mucho la
    atención su mirada clara. Son, para muchos jóvenes,
    espejos en los que se ve reflejada la alegría de su
    inocencia y el bello y, a veces, el mal entendido lenguaje de la
    libertad.
    Quiero terminar esta carta viviendo en este instante en que te
    escribo, las palabras de tu libro de los Salmos:" Camino en la
    inocencia; confiando en el Señor no me he desviado…tengo
    ante los ojos tu bondad, y camino en la verdad. Lavo en la
    inocencia mis manos… Camino en la integridad; sálvame,
    ten misericordia de mí".
    Te doy un abrazo sentido, Antonio, 19 años

    16)Hola Jesús
    Querido Señor resucitado: Si tú no hubieras
    resucitado, no te escribiría esta carta. Esta
    mañana de tu Resurrección me he levantado
    más alegre que nunca. Es la fiesta por excelencia de tus
    creyentes. También la tuya, tu triunfo final, la meta que
    anhelabas desde que comenzaste a enseñar por los pueblos.
    Nadie te entendía cuando hablabas de tu muerte y de tu
    resurrección. Debes comprender que tu victoria sobrepasa
    los límites
    estrechos de nuestra inteligencia.
    Tus grandes verdades las recibimos en el corazón y las
    aceptamos en la inteligencia. Tus cosas son hechos de
    revelación. Solamente el corazón sencillo es capaz
    de recibir en su seno la revelación del Dios viviente,
    según decían las mujeres y Pedro al ver tu sepulcro
    totalmente vacío. En aquellos días posteriores a tu
    gran acontecimiento, los discípulos se van tristes a
    Emaús, desencantados de que su maestro hubiera muerto. Su
    marcha a este pueblo, distante unos 30 kilómetros de
    Jerusalén, es un camino lleno de tiniebla, contrariedad y
    desgracia. Todo se les ha venido abajo. Isaías
    había profetizado:" Yo soy el
    Señor…artífice de la luz, creador de las
    tinieblas, autor de la paz"… Pensando estas palabras, a la luz
    de la resurrección, caemos en la cuenta de que Dios
    está con nosotros tanto en los momentos de luz como en los
    de las tinieblas. Incluso cuando nuestra vida no marcha bien,
    Jesús está a nuestro lado.
    Los discípulos no saben que tú eras el viajero que
    iba junto a ellos. Nosotros sí lo sabemos. Tú nunca
    abandonas a ninguno de aquellos a los que has llamado.
    "Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con
    ellos. Pero estaban cegados y no podían reconocerlo". Me
    invade en este momento un sentimiento de gratitud enorme.
    ¿ Sabes por qué, amigo Jesús? No les echaste
    en cara su desencanto y desilusión. Como de
    incógnito te metes entre ellos y le preguntas lo que
    está pasando. Tú sabías que no habían
    captado los sucesos en toda su profundidad. Y es que la
    inteligencia es la que busca pero el que encuentra es el
    corazón. Y tú te quedas admirado de que lo que
    dicen de ti. Se queda en una simple descripción externa. Durante tu vida con
    ellos se quedaron en los milagros que hacías, pero sin
    llegar a captar la hondura de tu mensaje salvador. Habías
    sido para ellos como otros tantos mesías que
    aparecían en Palestina. Tan descontentos estaban que ni
    siquiera les vale el testimonio de las mujeres, ya que ellas
    tenían poco valor en el judaísmo y participaban
    poco en la vida religiosa, eran analfabetas y trabajaban en el
    campo.
    Te habían visto con mirada superficial y no con la mirada
    de la fe. Y tú, mi buen amigo Jesús, con una
    paciencia infinita, comienzas a hablarles desde Moisés,
    los Profetas, la Ley…Les dices claramente que el Siervo del que
    habla Isaías eres tú mismo. Tu explicación
    es tan evidente que te quedas con ellos al partir el pan. Fue
    entonces cuando abrieron sus ojos y te reconocieron. Ellos mismos
    toman conciencia cuando dicen: ¿ No ardía nuestro
    corazón mientras nos hablaba por el camino
    explicándonos las Escrituras?"
    De este modo, cuando desapareces de su presencia, permaneces para
    siempre en su corazón. Desde ahora en adelante no eres un
    mesías cualquiera ni un simple modelo
    externo, sino la persona que da sentido a la vida de los
    discípulos de ayer, hoy y mañana. De aquel
    mesías poderoso que aguardaban, te conviertes en el
    verdadero Señor de la Vida.
    Los discípulos vuelven a Jerusalén, símbolo
    de la plenitud y del sentido. El encuentro de Jesús en la
    vida de sus discípulos provoca en ellos nuevas
    consecuencias. Una vez que hubieron experimentado a Jesús
    resucitado, dejaron el camino del desencanto y volvieron a
    recuperar la dirección auténtica de su vida. Es
    curioso que, al llegar a Jerusalén, no van al Templo ni a
    al muro, sino directamente al lugar en donde estaban reunidos los
    once con sus compañeros proclamando la resurrección
    de Jesús y sus apariciones. Es la Iglesia la que se
    reúne desde aquel momento en torno a la
    certeza del Señor resucitado. Desde aquel instante
    sólo les queda una preocupación: anunciar a los
    cuatro vientos la resurrección. Ya se reunirán
    siempre para compartir la Palabra de Dios y la
    Eucaristía.
    Señor, gracias por escucharme. He sido largo en esta
    carta. Pero comprenderás, que, como discípula y
    amiga tuya, me siento feliz con tu victoria de resucitado. Y
    gracias de nuevo porque todos resucitaremos un día para
    vivir contigo el reino que nos anunciaste con tu vida entre
    nosotros. Me siento dichosa por la novedad de tu mensaje de amor
    a la humanidad y por el gozo que nos has traído.¡
    Enhorabuena! Estoy llamada a vivir las cosas de arriba
    transformando las de aquí abajo en la plenitud de mi
    sencillez.
    Con un aleluya, te doy un fuerte abrazo,
    Mercedes, 24 años

    17)Hola Jesús
    ¿Qué tal andas? Me imagino que bien pero siempre
    preocupado por los hombres y los jóvenes en particular.
    Nos ha tocado vivir una época en la que nos cuesta
    "gustarte y " saborearte" como tú te mereces.
    Pero nos ocurren cosas graves. Muchos de mi edad estamos en paro.
    Deseamos trabajar para ganarnos el pan con el sudor de nuestra
    frente. Y ya ves. No hay quien nos dé trabajo. Es una de
    las lacras de nuestro tiempo. La tecnología nos roba los
    puestos de trabajo.
    Ante estas circunstancias, como joven creyente, siento tus
    palabras del salmo como una dulce canción que vienen a
    refrescar y aquietar mi turbación:" Gustad y ved
    qué bueno es el Señor". Que te conste,
    Señor, que vengo a ti, no buscando un refugio, sino para
    encontrar sentido a mi paro. Tú bien sabes lo que me muevo
    para encontrarlo. Nadie me contrata. Recuerdo que tú ibas
    a las plazas para contratar a todo el mundo y le pagabas lo
    mismo. Tu justicia es
    distinta a la nuestra.
    Tu " gustad" ,me suena a una invitación personal. Tienes
    razón. No gusto las cosas tuyas con la profundidad que
    debiera. Me devora la urgencia de encontrar un puesto de trabajo.
    Esta inquietud no me deja vivir tranquilo. Todo esto, al fin y al
    cabo, está haciendo de mí un joven que no siente
    mucho tu presencia y no percibo como antes el don sagrado de tu
    experiencia en mi vida personal.
    Y, sin embargo, tus palabras me invitan a mí y a los de mi
    generación a que no reflexionemos tanto y tan
    negativamente y nos comamos tanto el coco , sino a que gustemos
    el don de tu influencia benéfica en nuestra vidas, pero
    sin descuidar nuestro deber.
    Hoy, más que otras veces, parte de mis colegas andan
    separados de ti. Se han apartado de tu órbita para
    encontrarla en otras cosas. Creo que , aunque no tenga mucho
    dinero y me asole la falta de trabajo, sigo unido a ti en todo
    momento. Gusto de tu bondad, de tu belleza y de tu verdad. Nadie
    me aparta de ti. Disfruto profundamente de tus realidades,
    convertidas en vida en la mía. No hay nada que me detenga
    ante lo que tú me ofreces. Muchas veces, tú lo
    sabes bien, a algunos del sector laboral,
    tú no les dices casi nada y tampoco tu misma Iglesia , a
    pesar de que haga mucho bien a los necesitados y escriba documentos
    preciosos sobre la dignidad del trabajo, la solidaridad y el
    derecho al mismo. Soy un afortunado, porque, aún sufriendo
    en mis carnes este problema que te comento en mi carta,
    continúo apegado a tu gozo íntimo. Para
    experimentar esta alegría no hace falta nada más
    que tú y yo. Sobre todo yo: abierto al gozo íntimo
    de tu presencia. Sé que en contacto contigo no me vengo
    abajo y espero ilusionadamente que mis planes de vida se cumplan
    cuando llegue el momento.
    Estas palabras les resultan a muchos de mi generación como
    raras y extrañas. Sin embargo, veo en ellas una
    sabiduría que no tiene límites. No se trata de
    razonar fríamente con nuestra cabeza la hora y el momento
    de nuestro contrato laboral,
    sino más bien de estar recibiendo en nuestra alma las
    emisiones de los frutos de tu Espíritu: bondad, amor,
    alegría , paz.
    Noto, Señor, que de este modo, no se turba mi conciencia
    como la de tantos amigos míos. Salen de casa. Recorren
    empresas y
    empresas y sólo hallan la respuesta "no " a sus llamadas
    insistentes de petición de trabajo.
    Espero que, cuando menos lo piense, alguien me llamará a
    trabajar en algún sitio. Y si no me sale trabajo, ya sabes
    que me iré con alguna ONG a otro
    país en donde pueda trabajar a fondo perdido y sentirme
    feliz.
    Comprendo, Señor, que mi carta anda entre la
    alegría que siento con tu presencia, tu gozo y mi mundo
    personal, agitado por la falta de trabajo. Pero no quiero
    cansarte más. Recibe las alegrías de este joven
    obrero, que, aunque pobre, está unido a ti.
    Gracias por escucharme. Te quiere,
    Federico, 18 años

    18)Hola Jesús
    Esta mañana, apenas me he aseado, y, antes de partir para
    el estudio, he leído en tu Evangelio la parábola
    del publicano y del fariseo. Me he dado cuenta del contraste de
    personas existentes ayer y hoy. Por ellas no pasa el tiempo.
    En esta hora temprana me he preguntado por el sentido de tu
    parábola. Me doy cuenta de que el publicano es el
    prototipo de la persona humilde que sabe abrir su corazón
    a ti, Señor. El fariseo, por el contrario, es el prototipo
    de la persona orgullosa, incapaz de abrir su corazón a
    Dios.
    Cuando hablo a mi gente de la humildad piensan que los humildes
    son unos tontos porque se consideran como inferiores a los otros.
    Les digo que humilde es un ser realista, se ve tal como es. El
    orgulloso, sin embargo, no ve las cosas ni las personas en su
    hermosa realidad.
    Reconozco que todos los personajes más amados por ti son
    los pobres, los humildes, las viudas, los indefensos, los
    niños… Y todos ellos son prototipos de
    humildad, de capacidad de tener el corazón abierto ante tu
    presencia, Señor.
    Los otros, como el fariseo o el joven rico, son los que aparecen
    con el corazón duro y cerrado a tu influencia. Les basta
    su bienestar y su bolsillo lleno de dinero.
    Las personas humildes aparecen en tu Evangelio como las que viven
    tanto una actitud interior de perdón y misericordia como
    una actitud exterior manifestada en una opción por los
    pobres.¡ Menudo ejemplo el que nos ha dejado Madre Teresa
    de
    Calcuta!
    Quiero en mi carta explicar a mis amigos lo que es un fariseo, ya
    que tanto en tu tiempo como en el nuestro los hay a punta pala.
    Un fariseo es una persona que se cree limpia y correcta y que,
    gracias a su actitud, puede influir en el ánimo de Dios y
    convencerlo para que venga en seguida y acabe con el mal que
    corrompe la sociedad. Creían lograr esto mediante una
    cumplimiento estricto y escrupuloso de normas legales.
    Entre estas leyes sobresalen la observancia del sábado: no
    se podía ni andar, ni encender fuego…La ley de la pureza
    en los alimentos y en
    las relaciones con las personas y cosas : no se podía
    hablar con personas desconocidas, no se podía tocar la
    sangre, tenían que lavarse muchas veces al día y
    limpiar los utensilios que usaran. El pago escrupuloso de los
    diezmos en los artículos que mandaba la Ley: el diezmo de
    la hierbabuena y otras especias aromáticas.
    Además de todo esto, ayunaban los lunes y jueves. Esta
    observancia estricta los separaba de la gente normal y
    corriente.
    Su vida espiritual era fundamentalmente externa. Despreciaban a
    los demás y se creían superiores a todos. No se
    mojaban en nada comprometido contra la injusticia ni la
    opresión del pueblo. Eran y siguen siendo
    autosuficientes
    Los publicanos, por el contrario, eran considerados por los
    fariseos pecadores. Y desde esta realidad de pecadores, tomaban
    conciencia de la necesidad de ser perdonados por Dios. En el
    templo y fuera de él, el publicano se sentía
    pecador. Pide a Dios que le conceda lo único válido
    para cambiar su existencia, la misericordia divina. Como Zaqueo,
    necesitan abrir su corazón a Dios y que El intervenga.
    Jesús,¡ qué inteligente fuiste en tu
    respuesta!: El publicano volvió a su casa a bien con Dios
    y el fariseo no. Todo el que se enaltece será humillado y
    el que se humilla será enaltecido"
    Señor, ahora te comprendo mejor que nunca. Tú
    estás dispuesto a derramar tu ternura con nosotros con tal
    de que nos abramos a tu misericordia.
    Tú sales al encuentro de nuestra vida cuando celebramos tu
    Eucaristía y cuando abrimos el corazón a los
    pobres. Solamente así descubrimos tu presencia en nuestra
    vida.
    Señor, si hoy vinieras a este mundo dirías palabras
    duras contra los fariseos modernos, cerrados a ti y a los pobres,
    autosuficientes y orgullosos. Se creen los dueños del
    mundo.
    Perdona, Señor, si mi carta ha sido larga. Tenía
    ganas de desahogarme contigo y de que supieras que, como
    publicano, marcho lo mejor posible por el sendero difícil
    pero atrayente de tu Evangelio.
    Buenos días, y gracias.
    Un abrazo de Cristina, 16 años

    19)Hello Jesús
    He seguido, Señor, esta mañana meditando otras
    páginas en el Evangelio de Lucas. Este evangelista me
    gusta mucho porque no trata tu muerte con detalles de
    sufrimiento. Cierto que los tuviste. Pero con esa certeza en la
    paternidad del Padre, Jesús eres el mártir que
    muestras una fuerza anímica y una bondad capaces de
    transformar incluso a tus verdugos y a quienes los condenan.
    Tuviste el amor brotando de tu corazón hasta el
    último instante. Prometes al débil del buen
    ladrón el Paraíso. Hay en tu vida un bello puente:
    en una orilla está el primer milagro y en la otra tu
    misericordia con el buen ladrón. Y entre una y otra te
    sientes envuelto por la bondad de Dios Padre.
    El buen ladrón te entendió y se dirigió a ti
    con una plegaria amasada de confianza, gratuidad y sufrimiento.
    Tu plegaria al Padre es un acto de total confianza: " Padre, en
    tus manos encomiendo mi espíritu".
    En este año que nos queda para comenzar el tercer milenio,
    el Papa ha puesto como preparación para este evento, la
    figura del Padre Dios. Nuestra vida, como la de Jesús, es
    la historia de saber
    que estamos en manos de Dios Padre.
    El drama interior de Jesús crucificado está
    perfectamente reflejado en el Salmo 31: A ti, Señor, me
    acojo…yo confío en ti, Señor…en tus manos
    están mis azares". En el padecimiento de Cristo se cumplen
    las expectativas de este Salmo. Jesús es el modelo de
    justo condenado que deposita su vida en las manos del Padre. El
    mismo ladrón se lo dice:" Verdaderamente este hombre era
    justo". La muerte de
    Jesús es la síntesis
    de lo que ha sido su vida: un esfuerzo por sembrar la
    misericordia para suscitar el seguimiento.

    La fe debe abarcar todos los entresijos de nuestra
    existencia humana. Ante Jesús sólo cabe la
    aceptación plena o el rechazo. De los dos ladrones, uno
    acepta a Jesús y otro lo rechaza. Este segundo lo insulta:
    "¿ No eres tú el Mesías? pues sálvate
    a ti y a nosotros". Piensa sólo en sí mismo, no en
    el pueblo. Es una persona incapaz de ver sus faltas y sus fallos.
    Por eso no le pide perdón a Jesús. No había
    captado el mensaje del Señor, pensado expresamente para
    cuantos sufren, están oprimidos. Sigue habiendo muchos
    malos ladrones en esta sociedad.
    El buen ladrón reconoce que sufre en la cruz por sus
    propias culpas. Es realista. Asume su propia responsabilidad. Por
    eso aparece en su buen corazón la posibilidad de
    comprender a los demás como son y de ver a Jesús y
    a su Padre como son verdaderamente. Tiene la valentía de
    proclamar ante todos:" Este no ha hecho nada malo." Esta es la
    auténtica realidad de Cristo. Lo había oído
    de Pilato por tres veces: "Este es inocente".
    La condena de Jesús sucede- como a tantos creyentes de hoy
    en diversos lugares – porque denunció a todos los
    que hacían el mal desde el poder. Estos no lo aceptan y ,
    como castigo, lo envían a la cruz. Y no se daban cuenta de
    que el Señor moría para salvar a toda la
    humanidad.

    El buen ladrón, en contra de quienes creen en
    mitos, es una
    persona profundamente inmersa en la Biblia, la historia de la
    salvación humana. El culto del buen ladrón como el
    de todos los creyentes de hoy y de siempre, es un culto de
    acción de gracias por sentirse liberado por Dios Padre y
    destinado al Paraíso. Para llegar a él no queda
    más remedio que pasar por el sufrimiento. El joven rico
    pedía a Jesús la vida eterna pero sin pasar por la
    cruz.
    Por eso, en Jesús crucificado sufren todos los hombres que
    a lo largo de la Historia han padecido. Una señal clara de
    esta salvación universal es la ruptura de la cortina del
    Templo, que separaba lo profano de lo sagrado. Cristo ha liberado
    toda realidad humana y ha comenzado el reino de Dios para
    todos
    Señor, me doy perfecta cuenta, a raíz de pensar y
    meditar en el buen ladrón, de que eres tú quien me
    ama primero. Por eso mi oración de este día tiene
    el matiz del agradecimiento. Oración de gratitud que nace
    del sufrimiento, de tu gratuidad y de la confianza total en ti.
    Mi plegaria de hoy me enseña que la oración no es
    una evasión sino que me conduce a vivir con mayor
    intensidad el mensaje evangélico: el deseo de estar con
    Jesús en el Paraíso.
    Noto, amigo Jesús, que mi amistad contigo se va labrando
    con el diálogo personal, manifestado en la oración
    sentida y amada en cada momento de mi vida.
    Gracias, una vez más, porque tu Palabra me da alas para
    volar por encima de mediocridades y fortifica mi personalidad
    joven.
    Con el cariño de siempre, Arturo 17 años

    20) Hello Jesús
    Te escribo esta carta para contarte mis ansias de vivir. Noto en
    mi juventud que tengo energías enormes para desplegarlas
    en favor del Evangelio y de la gente que me rodea. La vida, dada
    por ti en colaboración con mis padres, es la quintaesencia
    de tus dones otorgados al ser humano.
    La vida no es un motor que se
    ponga en marcha a lo loco. Es algo distinto. Es la señal
    de tu bendición y de tu gloria manifestada en mis
    sonrisas, en mis anhelos de perfección, en el eterno
    palpitar de mi corazón derramando bondad a todo el
    mundo.
    Me encanta vivir la vida. En todo cuanto hago, Señor, noto
    tu presencia invisible. En mis momentos de amistad con mi
    pandillla, en mis conversaciones con mis padres, en mis
    pensamientos y en mis sentimientos percibo tu luz
    bienhechora.
    Hay gente, Señor, que por egoísmo, mata a los
    inocentes niños o niñas en el vientre o al nacer.
    Les estorban. Es más cómodo tener un coche nuevo o
    lavadora que un niño. Ellos y ellas quieren vivir desde
    que son concebidos. Pero la ingratitud y maldad de los padres les
    cortan las alas y todo el venturoso futuro que tienen por
    delante. Me horroriza que sus fetos se empleen para hacer
    cosméticos para el rostro de las mujeres.

    ¿ Con qué derecho quitan los padres la
    vida a sus hijos? El autor de la vida y de la muerte eres
    solamente tú. Eres tú la fuente de la vida. Lo dice
    el Salmo: " En ti está la fuente de la vida, y en tu luz
    vemos la luz".
    Me he dado cuenta en mi vida joven que, cuando estoy cerca de ti,
    me siento pletórica. Irradio y contagio de vida a los que
    se me acercan. Se quedan prendados de mi vitalidad y de mi
    coraje. ¿ De dónde te viene tanta energía?,
    me suelen preguntar. Y les contesto así : la frescura y el
    torrente de vida que me inunda me viene del Señor.
    Intento, dentro de mis limitaciones humanas, que tu torrente de
    vida espiritual, pase por mis venas y por todo mi cuerpo para que
    tus aguas limpias purifiquen mi cuerpo joven.
    Si todos percibiéramos que tu vida y también tu luz
    son los faros que nos hacen caminar luminosos en medio de las
    tinieblas, incertidumbres, desgarros afectivos y otros males,
    entonces la vida cambiaría de sentido. Todos los
    jóvenes, junto con los niños y los mayores,
    formaríamos una sinfonía humana y celeste en cuyas
    notas vibrantes dominaría el estribillo "En tu luz vemos
    la luz".

    Entonces seríamos unos para los otros luz, puntos
    de referencia para vivir una vida elegante y en sintonía
    con tu Evangelio, con tu punto de vista. Cuando lo
    viéramos todo bajo tu propio ángulo, las cosas y la
    humanidad caminarían de otra forma.
    Siento pena , Señor, por los seres humanos que no ven tu
    luz por el atropello de sus padres, por el hambre que azota
    alguna parte del universo y por la guerra injusta entre los
    poderosos para obtener ganancias a costa de la vida de
    niños, mujeres y hombres.
    Hace falta mucha luz a las puertas del tercer milenio. Sin ella
    todo son divagaciones, asuntos de bolsa, sube y baja del dinero,
    acritudes políticas
    y desuniones entre los hombres.
    Ya sabes que no me quejo del mundo en el que vivo. Con tu luz y
    tu fuente de vida, intento cambiarlo. Cuesta mucho. Sé que
    soy una gota de agua en medio del océano de los hombres.
    Pero también sé que si mejoro mi vida y la del que
    me circunda, estoy sembrando haces de luz a mi derredor. Mientras
    la humanidad no recobre la hermosura y exigencia de tu fe, luz y
    manantial de vida andará a la deriva. Y quitará de
    en medio a todo el que le estorbe en sus ansias de comodidad:
    desde la muerte al niño inocente con el aborto hasta
    el anciano que, habiendo dado toda su vida por el hogar y la
    patria, ahora- al final de su vida – se ve postergado y
    abandonado en las residencias, o de mendigos por las solitarias
    calles y puentes de la lujosa ciudad nocturna o
    diurna.

    Gracias, Señor, porque , aunque sea joven,
    percibo estas realidades, y quiero dedicar mi vida en remediarlas
    con tu luz y tu fuente de gozo y de vida. ¡ Ah, cuenta
    conmigo, cuenta con mi bello cuerpo de joven para, cuando me
    llegue la hora, sea el sagrario en el que vivan nuevos seres
    humanos, hechos a tu imagen y
    semejanza! ¡ Fuera el crimen del aborto! Un crimen
    en el que el niño no puede defenderse de por causa del
    egoísmo de sus padres es injusto e inhumano. ¿ Te
    gustaría que te hubieran matado a ti?…
    Te quiere un montón, Jennifer 18 años

    21)Hello Jesús
    Hoy estoy preparado para escuchar el sermón que
    pronunciaste en la sinagoga ante los tuyos. A veces los sermones
    de los curas me cansan. Muchas veces repiten lo mismo del
    Evangelio. No se mojan. Transmiten intelectualmente conceptos.
    Raramente manifiestan su experiencia personal de ti.
    Esta mañana, siguiendo con Lucas, quiero escuchar tu
    estilo de sermón. Dijiste así: "Hoy , en vuestra
    presencia, se ha cumplido este pasaje". Dicho de otra manera: "
    Todo lo que habéis oído proclamar en el Antiguo
    Testamento, ha llegado hoy a su plenitud en mi persona".
    Este "hoy" me recuerda que tú lees siempre la Escritura en
    dimensión de presente, y de esta manera la actualizas en
    tu propia persona.
    Yo, Señor, no puedo leer tu Palabra como si se tratase de
    algo del pasado. Al leerla debo intentar descubrir lo que me
    quiere decir hoy en esta situación concreta de mi vida
    joven.
    Tú lo dijiste claramente ante un pueblo amante del Antiguo
    Testamento. En ti se cumple todo cuanto decía de ti el
    profeta Isaías. Te presentas como el verdadero
    Mesías y el Liberador. Pero no como esperaban los
    judíos.
    En la sinagoga de Cafarnaún presentas tu proyecto de vida
    y el de los creyentes que te sigan. Tu proyecto es muy claro: te
    sientes lleno del Espíritu del Señor, y te lanzas a
    proclamar la misericordia y la liberación de Dios.
    Cristiano es aquel que, lleno del Espíritu del
    Señor, proclama en su entorno, tanto de palabra como de
    obra, tu liberación, Jesús. ¿ No será
    que no estamos llenos de tu Espíritu y por eso nos aburre
    algo todo lo que huela a religioso?
    Veo que no te limitas a anunciar en Nazaret un plan de vida
    teórico. Te comprometes con tu propia vida en aquel
    proyecto.
    Vives en tu propia carne la narración del profeta
    Isaías. Tú serás el Mesías humilde
    que, desde la humildad y la entrega, traerás la
    salvación a todos.
    Tú serás el Salvador, que aparecerás a los
    ojos de los hombres como un fracasado en la cruz, pero a
    través de la entrega de tu vida nos darás la
    auténtica Vida: la Vida Nueva que brota el Domingo de
    Pascua.
    El cristiano es aquel que no sólo habla, sino que
    compromete su vida en aquellas cosas que predica. Aquel que,
    desde la
    experiencia de la vida compartida, la humildad y el servicio,
    transmite la Vida Nueva de Jesús.
    Este sermón me ha gustado mucho. Me he sentido interpelado
    para actuar y para tener más experiencia de ti. Esa es la
    palabra: experiencia. Estoy harto de escuchar palabras y
    palabras; de leer y de leer…pero no he sentido tu experiencia
    transformadora en mi vida. Y lo siento de verdad.
    Algo raro ocurre en la predicación y en el anuncio de tu
    Evangelio. La gente cumple contigo pero tu palabra no llega a
    cambiar sus actitudes ni
    su duro corazón. Muchos otros sí se mojan. Tienes
    que hacer un " transplante de corazón" en muchos
    jóvenes y adultos. Te conocemos de memorieta pero no
    vivimos de ti. Esa es la cuestión. Por eso la vida
    cristiana está intelectualizada y se vive por alguna gente
    a niveles de grandes acontecimientos familiares: bodas,
    funerales, sobre todo estos últimos. Pero la metralla de
    amor de tu Palabra no llega a cambiar su forma de hablar bien de
    los otros, pensar bien de ellos y hacerles el bien.
    Gracias, Señor, por expresarte tan claro cuando hablaste y
    sigues haciéndolo de mil maneras en nuestros
    días.
    Te agradezco tu palabra salvadora,
    Juan, 17 años

    22)¡Hola Jesús!
    Hoy te voy a hablar en mi carta de mi ciudad. No me gusta mucho a
    pesar de eso que dicen que cada uno ama mucho a su
    terruño. A mi me gusta ser universal, ecuménica.
    Todo lo bello que exista en cualquier parte me llama la
    atención. Tus obras y las humanas, reflejo de las tuyas,
    están esparcidas por todas partes del universo.
    Mi ciudad la encuentro habitada por tres palabras: violencia,
    sexo y sangre. Los medios de comunicación
    social la tienen invadida por estas tres realidades que, de
    ninguna manera, la engrandecen ni la hacen más
    habitable.
    Tú fuiste a Jerusalén, la ciudad por excelencia de
    toda la Biblia, y encontraste en ella hipocresía,
    marginación y muchos males. Ya ves que no hay nada nuevo
    en mi carta. Pero quiero desahogarme esta mañana contigo a
    raíz de que estoy meditando el Salmo 54: "Veo en la ciudad
    violencia y discordia; día y noche hacen la ronda sobre
    sus murallas; en su recinto, crimen e injusticia; dentro de ella,
    calamidades; no se apartan de su plaza la crueldad y el
    engaño".
    La violencia salta en las discusiones de la gente; hay peleas en
    las calles; luchas entre jóvenes que toman materialmente
    unas calles para divertirse a base de alcohol,
    bailes ruidosos y algunos con la droga y erotismo poco
    enriquecedor y hasta sexo programado como un rito en estos
    lugares. Hay, de vez en cuando , algaradas, manifestaciones,
    sirenas de la policía con sus coches para poner orden. Se
    queman coches, casas, se roba para tener dinero y emplearlo para
    la droga. La gente grita que no hay seguridad. Los niños
    pequeños sufren en su sueño de ángeles los
    disparos o el ruido de la
    motos corriendo a toda pastilla.
    Si dejas las calles intransitables y de adentras en el cine, hay
    muchas películas que exaltan la violencia. Se mata como un
    placer demoníaco. La agresividad aflora en cualquier
    plano, escena o secuencia de la película. La
    pornografía, en la sala X, brinda un sentido de la
    relación humana ausente de amor. Es pura animalidad, pero
    sofisticada y elevada al mayor grado de perversión y
    degradación. Hay gente enferma, obsesa y no se da ni
    cuenta. Todo es normal en mi ciudad. Para algunos no hay
    referencias morales, éticas y religiosas. Manda lo que
    pida el cuerpo. Todas sus apetencias son buenas.
    Hay, menos mal, otras películas,- escasas – que
    ofrecen temas humanos tratados con una
    técnica y un arte dignos de todo encomio. Pero son raras
    en medio de la floresta de pantallas existentes en mi ciudad.
    La violencia engendra más violencia. Y hay espectadores
    que buscan calmar la agresividad que llevan dentro con este cine.
    Es para ellos una catarsis. Necesitan impactos fuertes,
    terroríficos.
    Ese es el aspecto negativo de mi ciudad, aunque tristemente muy
    real. Dentro y fuera de ella habitan y viven también gente
    buena. Hay preciosos monumentos, jardines amplios para respirar
    el aire menos contaminado e iglesias a las que acude bastante
    gente para serenarse con la paz interior que tú,
    Señor amigo, les das.
    Veo que abren sus puertas muy temprano para que tus creyentes
    puedan visitarte antes del comienzo de la jornada de trabajo. Los
    veo concentrados ante tu altar o bien recibiendo tu Cuerpo y tu
    Sangre, alimento que les fortifica en la lucha diaria en mi
    ciudad.
    Hay jóvenes que hacen su plegaria matutina y vespertina
    sin llamar la atención. Muchos de ellos se han apartado de
    tu iglesia- institución, pero en sus corazones te siguen
    orando con amor y con el compromiso de mejorar su
    hábitat.
    Mi ciudad me encanta, por qué no, cuando cambian las
    estaciones. La melancolía del otoño dorado da paso
    al invierno frío, a la primavera florida y al estío
    reseco por el sol.

    Y dentro de la ciudad, Señor, está mi
    casa, abierta a tu influjo y a la acogida de amistades que vienen
    a vernos. Es el lugar en donde reina el amor flotando por las
    paredes; la relación íntima entre padres e hijos.
    Incluso, en uno de esos días en que me sentí muy
    cercano de ti, le dije a mis padres que pusiéramos tu cruz
    y la imagen de tu madre para rezar cada mañana y cada
    noche antes de empezar el día y al acabarlo. Son los
    momentos mejores del día. Leemos una página de tu
    Evangelio, lo comentamos cordialmente y, tras unos minutos, nos
    besamos y nos vamos al descanso.
    Así, al despertar el día ya pienso en ti como mi
    amigo liberador. Sé que durante este nuevo día
    tengo que luchar contra la violencia con las armas de mi
    atención y de mi cariño. Ya ves, Señor, que
    no es muy habitable mi ciudad. Me gustaría formar un
    pequeño o gran ejército joven para anunciar a todos
    la felicidad de quienes siembran paz, amor y alegría en
    lugar de violencia, sangre y sexo barato degradante.
    Gracias, Señor." Te encomiendo esta mañana mis
    afanes para que tú les des consistencia en mi ciudad".
    Un abrazo fuerte de Loli, 16 años

    23)Hola Jesús
    Sería una ingrata si no te hablara este día de tu
    madre la Virgen María. Educada en Salesianos desde mi
    más tierna infancia,
    aquella comunidad
    educativa me enseño a amar profunda y cariñosamente
    a tu madre. Les doy las gracias porque ella, ahora en mi
    juventud, me está ayudando un montón.
    La Virgen es el mejor ejemplo de quien ha sabido encarnar y vivir
    tu proyecto. Está "llena de gracia". En su vientre
    virginal te engendró a ti, liberación de Dios entre
    nosotros.
    Ella, como primera creyente, ha recorrido el camino cristiano y
    ha experimentado en plenitud las maravillas de Dios. Leo libros
    de espiritualidad. Noto que la teología cristiana nos
    enseña que María fue concebida sin pecado original.
    En esa concepción recibió el perdón y la
    curación del Dios de la misericordia. Ella misma, a los
    pies de la cruz, se encontró con el rostro de los pobres,
    reflejado en el cuerpo de su hijo, que padecía en el
    patíbulo como un condenado que hubiera hecho mucho mal. La
    veo también hoy , Señor, orando con los
    discípulos en el cenáculo, experimentando la
    certeza de tu nueva vida y de la nuestra.
    María es el modelo de la vida del creyente porque ha
    sabido contemplar su vida con los ojos del corazón, con
    los ojos de Dios: la humildad y la plegaria. Sólo con esos
    dos ojos del alma, bien abiertos, puede el cristiano de mis
    días detectar la presencia salvadora de Dios en todos los
    acontecimientos de su vida.

    La Virgen, a la edad que tengo yo, recibe la llamada del
    ángel:" Alégrate, llena de gracia, el Señor
    está contigo". Ella, en su soledad, experimenta la certeza
    de la bondad de Dios: " para Dios nada hay imposible". Y, en
    lugar de poner dificultades a esta llamada, responde con
    generosidad depositando en Dios toda su confianza :"
    hágase en mí tu voluntad".
    María, cuando le hablo a mis colegas de tu vida, unos me
    escuchan. Otros " pasan" de mí. Comprendo que la vida
    cristiana es siempre una respuesta a la voz de Dios que nos llama
    primero. Se opta por tu hijo porque uno toma conciencia de que
    él nos ama primero.
    En tu proceso
    vocacional, María, tuviste el coraje de ponerte en manos
    de Dios. El está contigo. El te ha amado primero. Cierto
    que sentiste turbación. Pero pronto el ángel te
    dijo:" No temas, María". Me encanta que te llamara por tu
    nombre. Esto significa que Dios nos conoce personalmente. No
    somos un número ni una etiqueta comercial en su
    corazón de Padre.
    ¿ Qué le ha ocurrido a María? Por medio del
    ángel ha aprendido que Dios la conoce y confía en
    ella. Por eso, confiada, escucha el proyecto que Dios ha pensado
    para ella:" Vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo,
    a quien pondrás por nombre Jesús"…Cuando Dios nos
    llama lo hace desde el
    conocimiento personal de cada uno y nos infunde confianza.
    Naturalmente, Señor, que si nos llamas no es para una
    tontada o simpleza. Nos llamas a seguir tu Evangelio y esto es
    difícil. Dispones ante nuestra mirada el desafío de
    emprender el mismo camino de Jesús.
    María pudo dejarse llevar por la turbación y la
    gran sorpresa. Pero se dio cuenta de que el encuentro con Dios es
    siempre un momento de misterio. Es la experiencia de entrar en un
    ámbito nuevo…Cuando percibimos la llamada de Dios nos
    sobrecoge el misterio. Es entonces cuando uno capta sus propios
    límites, sus insuficiencias…pero para Dios nada hay
    imposible.
    Los proyectos de Dios no salen adelante por nuestra fuerza y
    nuestras cualidades, sino que triunfan por la misma fuerza de
    Dios. Con la ayuda de Dios, la respuesta de María es
    transparente:" hágase en mí según tu
    palabra". María se pone en manos de Dios para que su
    palabra la transforme.
    ¿ Qué es la vida cristiana?, me preguntó un
    día mi amigo. Y le contesté así: La vida
    cristiana es el camino que se recorre en pos de los pasos de
    Cristo. Pero también es la serena certeza de experimentar
    la constante transformación que la Palabra de Dios,
    calladamente, va obrando en nosotros. Cristiano es aquel cuya
    vida ha sido forjada por la Palabra de Dios. El Señor, con
    los cinceles de su Palabra, va puliendo nuestra vida para que
    seamos imagen viva de Jesús.
    Voy a terminar esta carta ante la imagen de María
    Auxiliadora. Mi vocación alegre de creyente consiste en
    dejarme amar profundamente por el Señor. Dios me ama tal
    como soy, y, desde mis limitaciones, me hace una joven nueva
    mediante su Palabra. Solamente desde la certeza de sentirme amada
    por Dios, puedo engendrar a Jesús en el mundo que me ha
    tocado vivir, para liberar a quienes me rodean.
    Gracias, María.
    Te quiere mucho, María, 17 años

    24)Hola Jesús
    Cuando la gente joven andamos un tanto despistados por esta
    sociedad de finales del siglo XX y a un año del año
    2.000, necesitamos que alguien nos espolee de nuestra comodidad,
    de nuestro tedio, de nuestro pasotismo, y nos haga invitaciones
    fuertes para salir de este estado de vida aletargado.
    Esta mañana, sumido en la contemplación de tu
    Palabra, he leído despacio la invitación que haces
    a cada uno de nosotros a que no pasemos la vida en balde.
    Una vez más, sin animadversión a tu mensaje
    evangélico, he encontrado las palabras claves para mi
    existencia. Me han gustado mucho. Las haces imperativas, urgentes
    y resuenan en mí hoy como cañonazos para que
    levante mi vuelo de una vez para siempre.
    Me debato continuamente en un mar de dudas.¿ Dónde
    me querrá el Señor, mi amigo? Pregunta cuya
    respuesta supone la felicidad de mi vida o bien la desgracia
    más aburrida que me pueda imaginar. Me cuesta dar el
    sí. Todo son turbaciones. No hago nada más que
    mirar pros y contras. Así paso mis días. Y ya es
    hora de que me decida por algo o por alguien.
    Me invade esta mañana un sol de luz. Tus palabras "Venid y
    ved las obras de Dios" tienen hoy un eco especial en mi
    interior.
    Me aterra no tener experiencia de ti. Quisiera tocarte de cerca
    para saber que tus caminos me van a permitir andar corriendo como
    la alegre gacela por el prado de tu Evangelio. Por otra parte, me
    pregunto muchas veces lo mismo: Si no te metes a vivir esta
    experiencia, nunca sabrás cómo es. Por supuesto,
    pienso que tú nunca defraudas ni engañas a tu amigo
    el joven.
    Pero no sé ciertamente si podré ser tu testigo ante
    los chicos y chicas de mi generación. Esas palabras
    imperativas no se andan con remilgos. Así me gusta. Hoy
    necesitamos exigencias que nos despierten a nuevos mundos y a
    nuevas realidades.
    Me sucede muchas veces que soy muy tranquilón. Espero que
    todo me sea hecho y dado como en palmitas. Una pena de mis
    años vividos en la atonía del dejar pasar el tiempo
    sobre mi amada juventud.
    Siento en mis venas que tus palabras me invitan a que me mueva,
    busque, encuentre y me decida de una vez para siempre por algo
    que dé sentido a mi vida. Noto esta mañana que
    estas palabras me las diriges a mí en concreto, con mi
    nombre y apellidos. Pero pronto me asalta el miedo y busco mil
    excusas para no dar el paso a tus tres palabras insinuantes y
    alentadoras.
    Veo que tu llamada es insistente. Cada día hay miles de
    jóvenes que las perciben en dial de tu corazón. Y
    veo que te siguen sin mirar el futuro, ni el pasado. Sólo
    el presente. Cuando vi el otro día el reportaje de
    Madre Teresa de
    Calcuta, el comentarista decía que en este primer
    aniversario de su muerte, habían aumentado, en un 20%, las
    chicas entregadas al servicio de las criaturas más
    adorables de tu Evangelio: los pobres y abandonados por los ricos
    de esta sociedad. He observado en sus rostros jóvenes y
    bellos la paz interior que transmiten. Se han encontrado contigo
    y su vida ha cambiado para mejor. Y éste, Señor, es
    mi miedo permanente.

    Me han entrado, sin embargo, esta mañana luminosa
    de sol las ganas de conocer a estas jóvenes de cerca. Lo
    he hecho. Una de ellas, morena y bella como una estrella, me ha
    dicho: Toda mi vida es pura paz, total confianza en el
    Señor. Sé que estoy viviendo su Evangelio
    radicalmente. Y siento que ,como mis amigas, podría ser
    una madre de familia. Pero he cambiado esa suerte y ahora , mira,
    soy madre joven de chicos y chicas a quienes nadie quiere. Me
    quieren a mí. Soy su madre de corazón y de
    espíritu.
    Yo, continuaba la joven consagrada, era como tú. Todo eran
    dificultades en casa . Pero , una vez que me enamoré de
    Cristo y he seguido sus palabras de " Venid y ved las obras de
    Dios", me siento plenamente feliz. Ahora, cuando he dado el paso,
    es cuando experimento sus maravillas en mí de una forma
    continuada. Los sacrificios, horribles para otros, son para
    mí el beso cariñoso de alguien que me necesita. En
    estos chicos y chicas, considerados como la piltrafa de los
    ricos, yo veo la presencia de Dios.
    Estas palabras me han conmovido las entrañas. Me siento
    ahora más seguro de
    mí mismo. Quiero verte, Señor, y dejarme de tantas
    dudas y de tantos interrogantes. Lanza sobre mi rostro tu luz
    para que nunca más piense en la decisión que tomo
    hoy ante tus palabras del Salmo 65.
    Tú dices: "Venid y ved" y, por fin, esta mañana te
    digo: "VOY. No quiero seguir siendo un "muermo" tranquilo ante
    tantas personas que me necesitan.
    Gracias , Jesús, por esta carta de luz sobre la inquietud
    de mi vida. Espero que con tu ayuda, todo sea para mí una
    entrega total a tu misión evangélica.
    Un abrazo muy fuerte, Ricardo, 20 años

    25)Hola Jesús
    Te expongo en esta carta la alegría de mi juventud
    compartida, en casa, con mis padres y abuelos. Es precioso que se
    junten varias generaciones llenas de tu fe y con la misma
    ilusión en sus corazones, a pesar de las diferentes
    edades.
    Quiero manifestarte que desde siempre eres parte de mi vida. Te
    soy sincera. Otros jóvenes de mi edad dicen que se
    entienden directamente contigo. No quieren saber nada de todo
    aquello que sepa a organización o institución. La
    familia, como institución, la ven bien hasta que comienzan
    las discusiones y los enfrentamientos por causas del dinero,
    principalmente. Unos se separan para casarse. Otros huyen de casa
    porque no aguantan a sus " viejos". En contra de ellos- es bonito
    luchar a contracorriente- me siento feliz por la infancia que
    tuve al lado de mis padres y abuelos. Y ahora de joven sigues
    ocupando el centro de mi vida. Desde que era niña
    aprendí de manos de mis padres a amarte. Lo que se aprende
    niño nunca se olvida. Pero hay que cultivarse en tu reino
    evangélico. No se puede una descuidar. Apenas se te
    abandona, viene el desconcierto o el vivir tirando de mala forma
    de la aventura de la vida, el regalo mejor que tenemos en las
    manos.
    No sé por qué razón muchos amigos y amigas
    de mi edad te han aparcado en sus vidas. Parece que les da
    vergüenza confesar abiertamente que son creyentes y amigos
    tuyos. Parece que estamos en la era de la autosuficiencia. La
    nueva tecnología aparta a algunos de tu camino. Pienso que
    les hace falta la identificación de sus personas y de su
    fe. La increencia, muchas veces, es un tópico más
    que se ha introducido en nuestra sociedad de consumo.
    Cuando echo una mirada retrospectiva a mi vida, noto que
    tú has tomado parte en todas mis cosas. Creo que es bonito
    que mis compañeros y la gente, en general , sepa que
    existen buenas personas en el mundo que les rodea. Ya sabes que
    los medios de comunicación escritos y orales tan
    sólo anuncian y comunican desastres en la juventud,
    catástrofes en los adultos y malos tratos a los
    niños. Esto es lo raro. Pero como lo dicen estos potentes
    medios, muchos se creen que todo va fatal. No es verdad.
    Conservo mi espíritu joven. Esto es clave para vivir
    felizmente. Dentro de nosotros hay siempre un niño que no
    debemos ahogar. El nos permite mantenernos con la capacidad de
    asombro ante toda la naturaleza, ante
    el envejecimiento, los acontecimientos y ante ti, Señor
    amigo.
    A propósito de esto, deseo comunicarte hoy que tengo unos
    abuelos sensacionales. Los respeto y los amo mucho. Dan en casa
    ese aire de paz y de serenidad, propios de la vejez o de la
    tercera edad o de la vida ascendente como se llama hoy.
    Sus fuerzas físicas flaquean, su memoria del pasado es tan
    viva que me deja atónita. Olvidan fácilmente las
    cosas del momento presente. No las que vivieron en sus
    años de niñez y de juventud.
    Gracias a la juventud acumulada, no piensan en cosas raras. Todo
    lo ven con la naturalidad de su profunda fe , esperanza y caridad
    que animan su vida interior. Se sienten a gusto con sus hijos y
    nietos. Hay ,a veces, ciertas opiniones distintas. Es normal.
    Saben que muchos de su edad , no están ya a su lado. Es el
    tiempo de pensar en la cercanía del encuentro contigo.
    Pero de una forma serena y apacible. ¡ Qué placer me
    da verlos tan enteros ante todo lo que significa la vida y la
    muerte, su amiga que les da paso para estar contigo!
    Sé que me dicen que mi familia es ideal. No, les suelo
    decir que es una familia normal. Lo que nos ocurre es que vivimos
    anclados en valores permanentes. Estos no cambian nunca. Dios es
    tanto para jóvenes como para ancianos.
    Por eso, Señor, esta mañana hemos leído en
    casa todos juntos, tres generaciones, tu palabra reconfortante y
    alegre: " Dios mío, me instruiste desde mi juventud, y
    hasta hoy relato tus maravillas; ahora, en la vejez y las canas,
    no me abandones, Dios mío".
    Pienso que si las familias fueran como la mía, la
    Humanidad marcharía por sendas de paz, comprensión,
    concordia y acogida. Este es el ideal vivo que late en tu
    Evangelio para siempre. Solamente nos cabe una cosa: vivirlo y no
    dejarnos llevar por corrientes y modas ajenas a la eterna
    verdad.
    Gracias, Señor, porque tú eres el verdadero
    artífice, el auténtico impulsor de familias que
    viven unidas y en amor sin que para ello sea obstáculo la
    diferencia de edades. En ti todo es siempre novedad y primavera
    perpetua.
    Con todo mi cariño, Adela 15 años

    26)Hola Jesús
    Esta carta quiero que sea un aliento para tu vida. Muchas veces
    pienso en la cantidad de problemas que debes tener. Si no fueras
    Dios no tendrías tiempo para escuchar tantas peticiones
    que llegarán en cada instante a tu corazón de amigo
    de todos y de todas.
    Como imagino que la mayoría de las cosas que te llegan son
    la miseria, el desorden, la enfermedad, el hambre, la guerra…yo
    quiero hoy comunicarte el optimismo que reina en mi alma.
    Te escribo esta carta oyendo música al mismo tiempo. Mi
    generación vive de la música en casa, estudiando y
    en los
    conciertos. Lástima, sin embargo, que para algunos supone
    un corte en la
    comunicación y en el diálogo con la gente que
    va a su lado por la calle, el tren, el coche, el autobús o
    el avión. No hay que pasarse.
    Mi música de fondo es tan suave que me ayuda a
    concentrarme en lo que te voy a decir. Quisiera, Señor,
    que un día todo el universo fuera
    un concierto dirigido por la mano de jóvenes que te tienen
    presente cuando tocan los laúdes, las guitarras y las
    baterías dentro de una iluminación que deja sorprendidos a todos y
    hasta alucinados.
    Quisiera, te lo digo de corazón, que todos los instrumentos
    musicales en armonía con los corazones entonaran una
    gran melodía o tema, en el que se cantara a tu amistad y a
    tu obra callada en cada uno de nosotros.
    Quisiera que la música fuera tan armónica y la
    letra tan profunda que los chicos y las chicas de todo el mundo
    la entendieran en su intimidad, en su vida interior. De tal
    forma, que en todos florecieran flores de afecto, perfumes
    agradables y un amor universal que nos transformara a todos.
    Me siento tan optimista que soy consciente de que soy un
    soñador. Todo creyente que tiene esperanza sueña
    siempre en la felicidad que nos traes en cada instante. Pero tu
    música es tan suave y susurrante que debemos tener el
    oído del alma bien fino para percibirla y gustarla.
    Quisiera que la letra de este concierto universal fueran tus
    palabras: " Es bueno dar gracias al Señor y tañer
    para tu nombre, oh Altísimo, proclamar por la
    mañana tu misericordia y de noche tu fidelidad, con arpas
    de diez cuerdas y laúdes sobre aspergios de
    cítaras: porque tus acciones,
    Señor, son mi alegría, y mi júbilo las obras
    de tus manos. ¿ Qué magníficas son tus
    obras, Señor, qué profundos tus designios!".
    Señor, gracias, porque hoy siento en lo más
    profundo de mi alma joven la música de tu felicidad.
    Gracias por escucharme. Ahora, una vez que me he desahogado
    contigo, me siento pletórico de tu ternura y de tu
    misericordia. Ha sido una carta breve. Imagino que te
    habrá gustado. Espero tu respuesta.
    Un abrazo fuerte de Carlos, 16 años

    27)Hola Jesús
    Soy una amiga tuya que trabaja en los medios de
    comunicación social audiovisuales. Desde que
    comencé mi trabajo, uno de mis objetivos
    principales está siendo la contribución en la
    formación de una conciencia personal y, desde ésta,
    en el sueño de hacernos todos " ciudadanos del mundo".
    Esta tendencia universalista, como dice Carlos en su carta
    anterior referente a la música, es fácil de
    llevarla a cabo mediante la televisión
    o la radio. Los satélites
    nos permiten ,hoy, ver el universo como una " aldea global".
    Hoy todo atañe a todos. Hay que implicarse en el desarrollo
    progresivo del mundo. Y dentro de él, cultivar al ser por
    excelencia, la persona humana. Gracias a estos medios, el hombre
    tiene entrada cada día de lo que le pasa a su hermano en
    cualquier rincón del universo. El presente está a
    la orden del día en los medios. Es su primer y principal
    eslogan: servir la noticia humana al instante.
    A veces, Señor, cuando estoy ante las cámaras o el
    micrófono pienso en ti o en san Pablo. ¿ Qué
    uso hubiérais hecho de estos poderosos inventos?
    Hubieran sido los areópagos o los púlpitos ( hoy
    sustituidos por micrófonos en las iglesias) desde los
    cuales difundiríais el mensaje evangélico a todas
    partes.
    Aunque haya medios propios de tu Iglesia, no son suficientes para
    desarrollar y aumentar la sensibilidad. Esta le permite al hombre
    captar mucho mejor las dimensiones del universo en toda su
    belleza y en su infinita bondad.Yo no me siento arrinconada en mi
    estudio. Por el contrario, percibo que mi palabra, mi
    música y mi pensamiento llega a miles y miles de personas
    simultáneamente. Los medios de comunicación
    deberían ser los portadores de la verdad, la belleza y la
    bondad para
    el ser humano de no importa qué pueblo, qué
    cultura y
    qué religión.
    Las imágenes
    audiovisuales dignas despiertan hondas resonancias humanas. Por
    ejemplo, he notado la profunda admiración de todo el mundo
    en la muerte de Madre Teresa de Calcuta. ¿ Quién no
    se ha emocionado ante la labor y entrega que hizo de su vida a
    los pobres del universo? Todos los seres humanos han llorado su
    desaparición de entre nosotros. Fue la gran lección
    positiva que dieron los medios en ese día como ha ocurrido
    hace pocos días con su primer aniversario.
    Todos, empezando por mí, Señor, nos sentimos
    "mejores" viviendo al instante la necesidad, la alegría, o
    la pena del hermano sea de donde sea. Hoy, cuando ocurre una
    desgracia, las organizaciones cristianas principalmente, sin
    excluir las políticas y estatales, ponen en pie una serie
    de estrategias
    conducentes a la ayuda inmediata de quienes han sufrido una
    catástrofe natural o una guerra, siempre injusta a todas
    luces.
    Tu Iglesia, Señor, en este terreno avanza y está a
    la vanguardia.
    Desde Radio Vaticana llegan cada día a todas partes
    mensajes evangélicos y noticias positivas que contribuyen
    al desarrollo, no simplemente material, sino también del
    espiritual de la persona humana.
    Tu Vicario en la tierra, el Papa, puede recorrer el mundo entero
    para visitar a los creyentes. Lo que tú hiciste andando
    por Palestina durante tres años, hoy se hace en pocas
    horas. Tú sabes el consuelo que aporta a los pueblos con
    su palabra evangélica y las orientaciones sociales,
    políticas y religiosas que su palabra da a cada ser humano
    de buena voluntad. Como a ti, Señor, también a
    él le critican algunos fariseos de hoy. Dicen que tiene
    dinero, que vaya viajazos que se da…¿ No los hacen otros
    jefes de Estado para relaciones políticas y
    económicas? Los creyentes tenemos la alegría de que
    los mismos periodistas y agencias les paguen el viaje para que
    acuda a sembrar tu palabra divina a quienes la acepten de buen
    grado. Y, desde luego, hace estos viajes, no
    movido por intereses turísticos, sino guiado siempre por
    la fe
    Te doy las gracias, Señor, porque en el medio en que
    trabajo, no ponen demasiados obstáculos a la
    difusión diaria del humanismo
    cristiano e incluso de programas
    estrictamente religiosos. Noto, eso sí, que cada
    día, como dice el Concilio Vaticano II, hacen falta
    más comunicadores cristianos en esta sociedad
    secularizada.
    Tengo en cuenta tus palabras al final de tu vida:" Id y proclamar
    mi evangelio por toda la faz de la tierra".
    Buenos días, Señor , y gracias por todo.
    Te quiere mucho, Rosa, 24 años

    28)Hola Jesús
    Mi amiga y compañera en el trabajo de los medios de
    comunicación te ha presentado su parte positiva. Esto es
    lo que vale de verdad y para lo que la inteligencia humana los
    inventó. Pero tú bien conoces que la mano del
    hombre puede emplearlos para destruir o para orientar las
    conciencias por el lado negativo.
    Son instrumentos en los que hay varios peligros. Me da pena que
    se distorsione la finalidad para la que fueron creados. Se corre
    el riesgo de que su amplitud se reduzca únicamente al
    ámbito de la casa, o a que sean una simple
    enumeración de datos, o que el hombre caiga en la
    pasividad y no se sienta inquietado por lo que pasa fuera de las
    ventanas de su sala de estar.
    A este equipo de redacción llegan cada día miles de
    noticias de todo el mundo. Como no tenga uno cuidado, te
    habitúas a la rutina y a vivir miserablemente en plena
    riqueza informativa.
    La persona moderna que no se cultiva y estudia el lenguaje de
    estos medios para poder descifrarlos, corre el peligro de darle a
    todo la misma importancia. Todo se transmite con la misma
    importancia. Tras las muertes hambrunas de Sudán vienen
    con la misma correlación de tiempo e importancia una
    noticia de fútbol, el tiempo o la muerte de un ser humano
    en una sangrienta refriega terrorista

    Otra idea que puede hacer daño a los consumidores
    de los medios es la pérdida de su propia identidad. Tanta
    acumulación de información hace que el receptor no la
    digiera. Esta invasión medial logra que se sepan muchas
    cosas y al mismo tiempo que el hombre se sienta turbado en su
    propio interior.
    Hay mucha gente llamada " fagocitadores del presente", en cuanto
    que los medios aluden siempre a noticias e informaciones de la
    actualidad. De esta manera, la persona, sin darse cuenta, va
    olvidando su pasado y hasta sus raíces.
    Unicamente vale el disfrute del momento presente. Lo demás
    hay que mandarlo al olvido. A ello contribuye también la
    pérdida acelerada de la sensibilidad del consumidor
    medial. Las series televisivas, los programas radiofónicos
    se han dado cuenta de que el morbo y el escándalo tienen
    mayor incidencia en los espectadores que las noticias buenas.
    Y lo hacen sin escrúpulos. Razón: la publicidad
    aumenta y con ella la entrada de mucho dinero al medio de
    comunicación.
    La programación de algunas cadenas de TV son
    ejemplos vivos de esta tendencia. Cada día y a la misma
    hora ponen programas en los que aparecen las personas con
    problemas matrimoniales, personales, sociales religiosos… Nunca
    o raramente aparecen personas normales que, por otra parte, es lo
    que más abunda en la sociedad.
    Estos programas, como sus mismos presentadores, llegan a
    mitificarse.
    Así, lentamente, se ha llegado a la formulación de
    una persona que ama mucho más la imagen que el
    razonamiento; a una persona que se goza en la parte sensitiva de
    su ser más que en la parte racional; a una persona
    eminentemente intuitiva y poco habituada a mantener una
    conversación o estudio razonado; a una persona llena de
    conocimientos informatizados y poco o nada comunicados; a una
    persona que fracasa e los estudios. Estos requieren el empleo del
    raciocinio, que, en los medios no aparece. Al contrario buscan el
    impacto en la parte del cerebro en donde
    residen las sensaciones. Al perder el equilibrio, es normal que
    fracase en las materias científicas.

    Ante este nuevo tipo de hombre tecnológico y de
    una cultura tecnológica, definida como la
    "civilización del consumo, ocio y espectáculo",
    hace falta, Señor, formar al hombre para que tenga el
    poder de la crítica y seas tú y tu Evangelio los
    referentes de todo cuanto ven o escuchan. Sí, de verdad.
    Tu Iglesia y la mía "reconoce como don de Dios y de la
    inteligencia humana el conjunto de los medios de
    comunicación social en cuanto tal, puesto que se inscribe
    en el progreso del desarrollo de la creación… pero hay
    que darles el matiz cristiano evangélico para que la vida
    de los creyentes no sea víctima de ideas y sensibilidades
    opuestas al Evangelio.
    Formar a los comunicadores cristianos en una ética y
    una teología de la comunicación es asunto
    primordial en nuestros días.
    Termino, Señor, con unas palabras de tu Vicario Pablo VI:
    "La Iglesia se sentiría culpable ante Dios si no empleara
    estos poderosos medios que la inteligencia humana perfecciona
    cada día más".
    Gracias, Señor, por el trabajo que tengo. El me permite
    seguir luchando contra viento y marea por el valor positivo que
    tienen los medios y por desterrar sus puntos negros. Cuento con
    tu ayuda. Vale.
    Te abraza con afecto, Ramón, 23
    años

    29)Hola Jesús
    Este día lo dedico casi por entero – es fiesta -, a pensar
    y contemplar tu figura en la parábola de los talentos. Me
    ha cautivado siempre su meditación. Creo que afecta por
    entero a mi vida.
    Reconozco que me has dado unas buenas cualidades en todos los
    aspectos de mi persona. No tengo dificultad en encontrar trabajo,
    en tener amigos – as y en desenvolverme bien en esta sociedad que
    tanto se "paga" de tener en sus empresas altos y eficientes
    cargos ejecutivos.
    Sé que mis jefes están contentos por el trabajo que
    despliego en todos los objetivos y planes de la empresa a la
    que presto mis servicios. La
    vida me sonríe. Todo el mundo me felicita por mis
    éxitos de trato, amabilidad y extensión de mi
    empresa.
    Me encuentro bien, en una palabra, en lo referente a mi
    rendimiento económico. No soy como otras amigas
    mías que, aún poseyendo más cualidades que
    yo misma, se han arrinconado en su " casita y en su cochecito" y
    no quieren aspirar a nada más alto y sublime.

    Sin embargo, por mi parte, aspiro a grandes cosas. Pero
    tú sabes bien, Señor, que no es para brillar
    simplemente ante los hombres atosigándolos con mis buenas
    formas o maneras y mis dotes de inteligencia. No, no quiero esta
    vanidad. la odio y la rechazo desde lo hondo de mi corazón
    joven.

    Me encanta mantenerme en la infancia espiritual que he
    aprendido de tu Evangelio. Reconozco con toda humildad que, ante
    este mundo competitivo, me siento un ser desvalido y sin
    mérito alguno. Esta actitud la conservo viva en mi ser
    gracias a que cada día eres tú mi punto referencial
    al comenzar la jornada. Es precioso que ante la gente de alto
    copete sepa alternar y darles , de vez en cuando, capotazos a sus
    aspiraciones monetaristas y consumistas. A veces no me entienden.
    Sin embargo, mi jefe, también creyente como yo, me apoya
    en todo. Lo cristiano bien entendido y vivido no está
    reñido con la ganancia económica con tal de que se
    haga de ella un uso humano y cristiano. Te lo diré
    después.
    Cuando me pide cuentas de mi
    rendimiento- como tú en el Evangelio -, él sabe que
    rindo al cien por cien. Esto, de por sí, no me satisface.
    Se lo digo con toda sinceridad a mis superiores. El dinero que
    ganamos de más, nos pertenece proporcionalmente. Una gran
    parte de lo que hemos ganado, lo debemos entregar para obras de
    misericordia. Esta, creo, que es la labor de un creyente tuyo en
    esta sociedad actual.

    Los millones que gano para la empresa no me enrojecen la
    cara ni me dan vanidad. En casa, Señor, todo es sencillo y
    transparente. No vivo de lujos. La austeridad de vida da un
    ambiente sobrenatural a mi casa. La sobriedad en el vestir y en
    el comer hace que mi casa sea una puerta abierta a los
    necesitados, a los invitados de toda condición social.
    Intento que, con mi familia, la casa sea siempre una fiesta en la
    que se celebra la felicidad del encuentro contigo.
    Estoy teniendo reparos en contarte mi trabajo y mis ganancias.
    Pero, al fin y al cabo, creo interesante que lo sepan mis amigos
    los jóvenes para que tomen conciencia de que por
    más dinero que puedan ganar, si no los emplean para
    dignificar su vida en contacto con tu Evangelio, no serán
    felices. El dinero, si no se tiene cuidado, corrompe
    fácilmente.
    Sé que eres exigente conmigo y con los dones que me has
    dado. Por eso pretendo celebrar cada día la entrega de tu
    vida a la mía en un sano objetivo de
    multiplicar el dinero y el uso que hay que hacer de
    él.
    Gracias, Señor, porque soy consciente de que estoy leyendo
    tu Evangelio al día de hoy. Gracias porque sé que
    necesitas personas que ocupen grandes puestos en el mundo actual
    para que, desde ellos, resplandezca tu reino de justicia y
    amor.
    Termino mi carta. Me da pena de mis compañeros creyentes
    porque no rinden. Son " inútiles", cerrados a la mirada
    amplia de tus exigencias. Les ayudo en esta misión que me
    has encomendado. Les hago ver que tienen que explotar sus
    cualidades hasta el fondo. Hay que pisar el acelerador de la vida
    para extraerle todos los dones que nos has otorgado y
    compartirlos con los otros.
    Siento lástima, repito, Señor, por mis amigos
    jóvenes acomodados a cuatro cositas de nada: la moto, la
    chica, el chico, la bebida y…ellos me entienden. Una pena.
    Con todo afecto, Blanca, 25 años

    30) Hola Jesús
    Intento con esta carta comunicarte a ti- que lo sabes todo
    – y a mis amigos y amigas que no debo mirar nunca
    atrás en el camino emprendido de seguirte según tus
    criterios y sentimientos reflejados a la perfección en el
    Evangelio. Te puedo servir desde mi trabajo de médido,
    policía, albañil, carpintero… Para ti lo que
    cuenta es el testimonio que demos de tu vida en la nuestra,
    mediante el puesto de trabajo que tengamos.
    La evangelización no la hacen solamente los curas. La
    hacemos todos desde que nos incorporamos a ti en el bautismo.
    Captarte, vivirte y darte a conocer son los ejes que mueven
    nuestro ser con un sentido claro, humano y diáfano. "El
    Señor llevará a cabo sus planes sobre mí.
    Señor, tu misericordia es eterna; no abandones la obra de
    tus manos".
    Tus palabras me alientan a vivir cada día en tu dial. Tu
    fuerza me mueve a donde estoy trabajando ahora. No eludo la
    responsabilidad que has depositado en mi persona joven. Nadie que
    me vea de mi pandilla podrá decir: "Mira, comenzó
    muy fuerte pero pronto se ha cansado". No existe el cansancio
    para quien vive apegado a ti. Mis deseos de amarte y de darte a
    vivir con mi testimonio son llamaradas de fuego que prenden en
    los otros, no por mis cualidades simplemente, sino porque mi vida
    se apoya y se fundamenta en ti.
    Si todos mis colegas se pusieran a mejorar el mundo en lugar de
    criticarlo pero sin hacer nada positivo por él, todo
    cambiaría. La razón de tu venida a nuestra vida
    propia tiene sentido completo en cuanto que si te seguimos nos
    transformamos interiormente en seres nuevos y esta novedad se
    palpa en nuestro rostro, en nuestras actitudes, en nuestra
    diversión.
    Estoy cansado, aunque soy joven, de ver en las plazas a mis
    amigos, parados, esperando solamente que llegue el viernes y el
    sábado para "montárselo bien". Tengo, Señor,
    esperanza de que algún día – como me
    pasó a mí – se lancen de una vez por todas a
    vivir la vida según tus criterios. Se lo montarán
    mejor y , por supuesto, no quedará jamás en ellos
    el poso de la amargura y de la frustración, una vez
    pasados los momentos de "exaltación", debida a las copas y
    a otras cosas que ellos saben muy bien. Por el contrario,
    sentirán a pleno pulmón que la "exultación"
    nace en ellos por la felicidad que proviene de su propio y rico
    mundo interior, maltratado y olvidado con mucha
    frecuencia.

    Señor, cada ser humano tenemos una misión
    que cumplir en tu universo. Nadie debe escaquearse. Cuando
    estemos en continuo proceso de "embarazo" por
    mejorar el medio
    ambiente, por ampliar nuestras relaciones hasta
    límites increíbles, por vivir las exigencias de
    nuestra fe a toda pastilla…, entonces , sólo entonces
    llegaremos los jóvenes a ser personas auténticas.
    Entonces, sólo entonces los ancianos y los niños
    podrán decir de nosotros: " Admiro a la gente joven por lo
    bien que trabajan, por lo bien que se divierten , por lo bien que
    hablan y por el bien que hacen.
    Aquí tenemos retos, desafíos imponentemente bellos
    que llevar a cabo en el mundo. Y nos corresponde a todos,
    principalmente a los jóvenes, cargados de ilusiones por el
    vigor que la fe en Cristo da a nuestras vidas.
    Gracias, Señor. Haz que el plan que tienes sobre mí
    se lleve a cabo.
    Con afecto de amigo comprometido,
    Rafa, 19 años

    Felipe Santos
    Granada, febrero del 2000
    " Me basta que seáis jóvenes para que os ame". (
    San Juan Bosco)

     

     

     

     

     

    Autor:

    Miguel Peinado Muñoz

    Profesor de Sagrada Escritura en la Facultad de Teología
    de Granada

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter