En esta monografía
me refiero a algunos de los arquitectos, ingenieros y
constructores inmigrantes que aportaron su talento a nuestro
país, y a los arquitectos de Casa FOA, que restauraron en
2000 el Hotel de Inmigrantes.
Entre los inmigrantes que llegaron a la Argentina,
vinieron arquitectos, ingenieros y constructores, que viajaban
alentados por el llamado de un colega, por un contrato o por un
premio en un concurso para realizar una obra en Buenos Aires.
Fueron italianos, franceses, húngaros, belgas, que dejaron
su país y embellecieron el nuestro.
Francisco Tamburini nació en Italia en 1846 y
falleció en Buenos Aires en 1891. "Fue docente de la Real
Academia de Nápoles y llegó al país en 1881,
realizando una vasta labor. Se desempeñó como
inspector general de Arquitectura de
la Nación
desde 1883 hasta su muerte. Entre
sus obras se destacan la ampliación de la Casa Rosada, el
Hospital Militar Central y el proyecto inicial
del Teatro
Colón (obra concluida por Víctor Meano y Jules
Dormal)" (1).
Nacido en Italia en 1860, Víctor Meano "se
graduó de geómetra en el Instituto Escuela
Técnica y Gimnasio de Pinerolo y de arquitecto en la
Academia Albertina de Turín. En 1882 llegó al
país e ingresó al estudio de Francesco Tamburini.
En 1890 tuvo a su cargo la realización del nuevo Teatro
Colón, sobre un proyecto de Tamburini. En 1895 ganó
el concurso para la obra del Congreso Nacional. Por otro lado,
hacia 1903 su proyecto ganó el concurso para
diseñar el Palacio Legislativo del Uruguay" (2).
Falleció en Buenos Aires en 1904.
Meano llegó a la Argentina convocado por
Tamburini. Escribe Scardín: "Nacido en Susa (Italia),
Víctor Meano cursaba sus estudios en Pinerolo, antes, y en
Torino, después, en la Academia Albertina, pasando luego a
construir algunos edificios, hasta que en 1884 el arquitecto
Tamburini, que había podido apreciar en distintas
ocasiones sus talentos llamábale para que le prestara su
colaboración en la ejecución de muchos proyectos de
edificios públicos y privados, pues sabido es que
Tamburini legó su nombre en Buenos Aires a la Casa de
Gobierno, al
Departamento de Policía, al Hospital Militar, a muchas
escuelas y casas particulares que continúan siendo muy
apreciadas por la belleza del estilo y la pureza de las
líneas" (3).
La revista Todo
es Historia, que
dirige Félix Luna, dedicó una entrega (4) a la
inmigración, en coincidencia con la
muestra de
Casa FOA en el ex Hotel de Inmigrantes. En dicha revista se
recuerda que, en 1898, "se creó la Dirección Nacional de Inmigración,
construyéndose y habilitándose el complejo edilicio
formado por el definitivo Hotel de Inmigrantes, el Hospital, el
desembarcadero y la infraestructura de lo que es hoy la
Dirección Nacional de Migraciones". Esa Dirección,
"con todas sus oficinas y dependencias anexas, funciona
actualmente en el amplio complejo edilicio que
simultáneamente con el Hotel de Inmigrantes, se
construyera a comienzos de este siglo, más precisamente en
la Av. Antártida Argentina 1355, en terrenos otrora
ganados al río, donde, desde 1911 funcionan las oficinas
dedicadas a la inmigración, espacios inertes,
acompañantes inmóviles de toda la historia
migratoria de la Argentina de los últimos 80
años".
Magdalena Insausti es la autora del libro
Argentina, un país de inmigrantes (5).
Escribió asimismo "Hotel de Inmigrantes Un proyecto
colosal para la gran Argentina", incluido en esta entrega de la
revista de Luna. Allí nos dice: "Como pocos lugares en
nuestro país, el conjunto de edificios denominados Hotel
de Inmigrantes, expresa el testimonio tangible de la historia
argentina del siglo XX. Su construcción se relaciona con los avatares
políticos de principios de
siglo; la escrupulosa economía de la
inmigración que se trasluce en la
administración del Hotel; las estrategias
migratorias que se cumplieron hasta en la revisión de los
equipajes; las colonias en el interior y el traslado de los
inmigrantes; la filosofía política que subyace
en los escritos de Juan Alsina, Juan P. Ramos y otros. Los
múltiples destinos del hotel se vinculan asimismo a las
exigencias o paradojas de nuestra historia. Así, fue sede
del Regimiento 1° de Infantería de Marina, oficinas de
Y.P.F., hogar escuela de la Fundación Eva
Perón, o escuela de inmigrantes" (6).
En el sitio "Monumentos de la Ciudad de Buenos Aires",
se menciona el Hotel de Inmigrantes de Puerto Madero y se hace
referencia al contexto en el que surgió: "A fines del
siglo XIX el progreso de la Argentina era acompañado por
el crecimiento de la inmigración. El Estado
requería respuestas prácticas para ordenar el
impacto inmigratorio. La política de balance entre la
asistencia social al inmigrante y los intereses y control del
Estado, tuvo
como emblema al ‘Hotel de Inmigrantes’, concebido
como una unidad funcional, administrativa, social,
económica que ordenaría y regularía la
llegada y distribución de los
inmigrantes".
En ese mismo texto se
recuerda la historia del complejo edilicio, vinculada a dos
constructores y un arquitecto inmigrantes: "Las obras del Hotel
se adjudicaron en 1905 a los constructores Udina y Mosca, de
origen italiano. (…) En enero de 1911, el complejo fue
inaugurado por el Presidente Sáenz Peña. El
edificio del Hotel, replanteado por el arquitecto Juan Kronfuss,
se terminó en 1912" Y albergó a miles de
inmigrantes, hasta que "El declive de la inmigración desde
principios de los ’50 señaló el fin de la
historia del hotel" (7).
En Roma, en 1887,
nació Alula Baldassarini, quien falleció en Buenos
Aires en 1975. "Graduado de ingeniero en la Universidad de
Roma vino a la Argentina en 1909. Fue uno de los principales
constructores de Mar del Plata, donde impuso la
utilización de la piedra en el frente de los edificios.
Entre sus obras más famosas está la ‘Villa
Regina’ de Regina Pacini de Alvear, la de Adela Harilaos de
Olmos, las de Alfredo Urquiza y la de Bosch. Utilizó
diversos estilos propios del eclecticismo para las zonas de
balnearios, desde el ‘anglonormando’, hasta
regionalismos hispanizantes" (8).
Francisco Salamone, "nacido el 5 de junio de 1897, era
oriundo de Sicilia, y se lo había creído
porteño o cordobés hasta hace muy poco tiempo.
Egresó del Colegio Otto Krausse de Buenos Aires y en dos
años obtuvo el doble título en la Universidad de
Córdoba; más tarde se frustraron sus intentos por
alcanzar la senaduría provincial representando al Partido
Radical. Casado con la hija del cónsul inglés
en Bahía Blanca tuvo cuatro hijos mientras se dedicaba a
emprendimientos de ingeniería por toda la extensión del
país, batiendo el récord de kilometraje de la
época. Creó una empresa
constructora con sus hijos así como él había
seguido los pasos de su padre, aunque después de 1940
sólo proyectó dos edificios, ambos en Buenos Aires
y de estilo racionalista. Murió olvidado en Buenos Aires
el 8 de agosto de 1959, mientras su obra monumental se
abría camino en la desolación de la llanura de la
provincia de Buenos Aires".
"Este personaje, con sus luces y sus misterios,
creó una arquitectura portentosa en un paisaje donde la
solitaria verticalidad de las torres contrasta con la abrumadora
horizontalidad de la llanura. Más de 60 edificios en
apenas cuatro años: una tarea faraónica en manos de
un solo hombre.
Indagar los móviles últimos de la obsesión
de Salamone puede resultar una tarea inquietante. En la misma
época en que el arquitecto Alejandro Bustillo
construía el hotel Llao-Llao y los palacios más
importantes de la entonces ciudad mimada de la aristocracia
–la Municipalidad y el Casino de Mar del Plata-, el
gobernador Manuel Fresco, de tendencia conservadora, otorga a
este otro arquitecto total libertad para
levantar los edificios públicos de algo más de una
veintena de insignificantes pueblos de provincia" (9).
El arquitecto y pintor Clorindo Testa nació en
Italia en 1923. De estilo vanguardista, sus obras poseen
originalidad y fuerza. Entre
ellas se destacan la sede central del Banco de Londres
en Buenos Aires, la Biblioteca
Nacional y el Centro Cultural de la Ciudad de Buenos Aires"
(10).
Carlos Enrique Pellegrini, padre del Presidente de la
Nación, nació en Francia en
1800 y falleció en Buenos Aires en 1875. "Realizó
estudios de pintura y
dibujo y
luego, en 1825, se graduó de ingeniero. Convocado por
Bernardino Rivadavia, llegó a la Argentina en 1828 para
trabajar en el Departamento de Ingenieros Hidráulicos.
(…) desplegó una gran actividad como ingeniero y
arquitecto" (11).
Arquitecto y paisajista era el francés Carlos
Thays, quien nació en París en 1849 y "llegó
a la Argentina en 1889, contratado especialmente por el
empresario inmobiliario Miguel Crisol para proyectar un paseo
natural en la ciudad de Córdoba". "Fue uno de los
principales artífices de la remodelación y
ampliación de los parques y plazas públicas en todo
el país. La creación del Jardín
Botánico de la Ciudad de Buenos Aires es su más
importante legado" (12).
Procedente de Bélgica arribó, en 1868, el
arquitecto Julio Dormal, "para trabajar en el alzamiento de unos
frigoríficos en la provincia de Entre Ríos, tras lo
cual en 1870 se afincó en la ciudad de Buenos Aires. Fue
autor de la Casa de Gobierno de La Plata (un señorial
edificio con preponderancia estilística ligada al renacimiento
francés), diseñó el trazado del Parque Tres
de Febrero (los Bosques de Palermo) y fue responsable del
Monumento a San Martín que se encuentra en la Catedral de
Buenos Aires. Estuvo también involucrado en el proyecto
del Palacio Pereda (hoy Embajada del Brasil) y
dirigió los trabajos finales del Congreso de la
Nación, tras la muerte de
su autor Víctor Meano en 1904, sin modificar sus planos.
Además llevó a cabo la construcción del
lamentablemente demolido Palacio de Inés Ortiz Basualdo de
Peña, ubicado en Arenales y Maipú, de la Residencia
Julio Peña –hoy sede de la Sociedad Rural
Argentina, en Florida entre Corrientes y Lavalle- y de otras
obras de menor envergadura, con lo que ya podemos asegurar la
importancia de la trayectoria e impronta que el autor dejó
en nuestro país".
Fue "autor de innumerables obras en el país pero
particularmente reconocido por su participación en la
construcción del Teatro Colón. Fue el último
de los tres arquitectos que intervino en su edificación y
lo hizo principalmente en los interiores, donde puso en evidencia
toda su generosidad artística y su influencia
estilística borbónica" (13).
El húngaro Juan Kronfuss "llegó al
país con su familia en 1910 y
al poco tiempo ingresó en la empresa
constructora Wayss & Freitagg, que tuvo a su cargo la
finalización del Hotel de Inmigrantes. Vinculado
rápidamente a la comunidad
alemana, le fue encomendada en 1915 la creación del nuevo
cementerio Alemán, en Chacarita, y la construcción
de numerosas residencias en Belgrano, muchas de las cuales fueron
demolidas y otras refaccionadas sin respetar sus características originales".
Carlota Rauscher, vecina de Belgrano e integrante de la
Junta de Estudios Históricos, se refirió en una
entrevista al
motivo por el que viajó el húngaro: "Vino a la
Argentina motivado por haber obtenido en el año 1908 el
primer premio en un concurso de proyectos presentados para la
construcción de la Facultad de Ingeniería en Buenos
Aires. Apenas pisó suelo argentino,
le bastó para conocer los imprevistos y la generosidad de
un país donde el art nouveau ya se había asentado.
Una vez aquí se enteró de que la obra no se
podía concretar, al mismo tiempo que iba descubriendo una
perspectiva alentadora para continuar su carrera como arquitecto,
radicándose en la ciudad de Córdoba"
(14).
"Andrés Kálnay, junto con su hermano
Jorge, habían arribado a la Argentina provenientes de su
Hungría natal a principio de los años 20.
Andrés llegó a diseñar más de 100
obras de distinta envergadura en nuestro país, algunas de
las cuales realizó junto con su hermano. Si bien él
había recibido una formación académica, en
muchas de ellas se ve claramente la influencia de las nuevas
vanguardias arquitectónicas, como el Art
Déco, siempre combinado con su sello personal. No hay
dudas de que la obra más ejemplar fue la Cervecería
Munich, en la Costanera Sur, que durante muchos años
sirvió como centro de esparcimiento a los porteños
(hasta hace poco el edificio funcionaba como sede del Museo de
Telecomunicaciones).Pero además de ser un
gran arquitecto Kálnay también se destacó
por su inventiva, expresada tanto en sistemas
constructivos de gran rapidez y eficacia
–que supo aplicar en la mayoría de sus trabajos-
como en el diseño
de viviendas económicas. De la misma forma mostró
su inventiva en proyectos de baños de dimensiones
mínimas y en otros casos participó del
diseño de mobiliarios, esculturas y vitrales que luego
incorporaba con carácter
novedoso en sus proyectos" (15).
Al finalizar el milenio, un grupo de
arquitectos, decoradores y paisajistas elige el Desembarcadero y
Hotel de Inmigrantes como escenario para su muestra. Los
refaccionan, haciendo un valioso aporte a una iniciativa del
Gobierno de la Ciudad, y permiten al público acceder a
esos edificios tan caros para muchos.
El Apostadero Naval de Buenos Aires es uno de los
lugares que "guardan el legado de los primeros inmigrantes. (…)
La tierra
natal ya había quedado atrás y los inmigrantes
pisaban por primera vez suelo argentino en el Apostadero Naval,
muy cerca de lo que ahora es Puerto Madero. En esa amplia
galería sobre el río, inaugurada en 1907, les
revisaban los documentos.
Después venía el control médico y, si
aprobaban, pasaban al Hotel de Inmigrantes". A éste y
otros lugares, en 1999, "la Comisión Nacional de Museos,
Monumentos y Lugares Históricos decidió protegerlos
y declararlos monumentos históricos nacionales" (16). En
1990 había sido declarado como tal el ex Hotel de
Inmigrantes.
En septiembre de 2000 se inauguró la
edición de Casa FOA realizada en el Desembarcadero y ex
Hotel de Inmigrantes, "dos edificios que forman parte del
Patrimonio
Arquitectónico de nuestra Ciudad. (…) Tratándose
en ambos casos de edificios que son Monumentos Históricos
todos los trabajos a ejecutar fueron analizados y evaluados por
la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares
Históricos" (17).
En el Desembarcadero se pudo apreciar espacios creados
por arquitectos, decoradores y paisajistas. Por la "Calle
Histórica", restaurada por Augusto Oneto, se accede a la
salida o a la "Calle del inmigrante", que llega al Hotel,
diseñada por Matilde Oyharzábal y el arquitecto
Alberto Boselli. En este espacio –nos dice la paisajista-
ubicaron imágenes
de inmigrantes realizadas con computadora a
partir de fotos: "Y
allí están –en esas gigantografías que
hemos colocado frente al Hotel- en un presente perpetuo e
inolvidable que evoca en la lejanía el sueño
industrial de nuestra patria" (18). A la izquierda de esta calle
se encuentra la "Plaza de rosas", en la que
Valentina Casucci brinda un sentido tributo a quienes llegaron a
estas tierras, entre ellos, sus padres.
En el Hotel, "El proyecto de casa FOA tiene el
carácter de ambientación y decoración
homenaje tendiendo a resaltar y restaurar los elementos
arquitectónicos propios del edificio. Por eso se
mantuvieron y repusieron los pisos calcáreos originales y
azulejos con sus zócalos y listeles moldurados.
Además se colocaron vidrios en toda la caja de la
escalera. En cuanto a los colores de las
paredes se efectuaron cateos para poder
recuperar los tonos originales".
Se colaboraba así con un objetivo
valioso: "Con esta iniciativa de Casa FOA en el Hotel se
hará realidad un sueño por todos esperado:
‘El Museo del Inmigrante’", proyecto que se
remonta a 1983. En él trabajan el profesor Jorge Ochoa de
Eguileor y la arquitecta Graciela Seró Mantero,
Consultores Coordinadores del Programa Complejo
Museo Hotel del Inmigrante, quienes inauguraron en 2001 la
primera etapa.
Los inmigrantes se detenían frente a un mostrador
en el que recibían su primer documento argentino. Ese
salón fue el lobby de la muestra. En el dormitorio, el
estudio de Laura Ocampo y Fabián Tanferna "antes que una
reconstrucción histórica, prefirió hacer un
homenaje a todos aquellos que vinieron con el coraje de iniciar
una nueva vida" (19). Para ello, contaron con la
colaboración de algunos de los inmigrantes que se
hospedaron en el hotel, quienes narran sus historias en sendas
grabaciones. En ese ambiente
podemos ver pequeños objetos que traían con ellos,
así como en el comedor pudimos apreciar sus
baúles.
….
Desde sus países de origen trajeron talento y
empeño; gracias a ellos, la Argentina cuenta con
importantes edificios. Décadas más tarde, los
integrantes de Casa FOA restauran el Hotel de Inmigrantes, como
un homenaje a quienes tanto hicieron por nuestra nación,
su nueva tierra.
- Enciclopedia Clarín. Buenos Aires, Visor
E.A.S.A, 1999. - ibídem
- Scardín, Francisco: La Argentina y el trabajo.
1906. - Luna, Félix (director): Todo es historia.
N° 398. Buenos Aires, septiembre de 2000. - Insausti, Magdalena: Argentina, un país de
inmigrantes. Dirección Nacional de Migraciones,
1998. - Insausti, Magdalena: "Hotel de Inmigrantes: un
proyecto colosal para la gran Argentina", en Todo es Historia,
N° 398. Septiembre de 2000. - Sitio
- Enciclopedia Clarín. Buenos Aires, Visor
E.A.S.A, 1999. - García Navarro, Santiago: "Tour
fantástico. La arquitectura de Francisco Salamone vuelve
a nacer", en Vía Libre/La Nación, 2 al 8 de
octubre de 1997. - Enciclopedia Clarín. Buenos Aires, Visor
E.A.S.A, 1999. - ibídem
- ibídem
- Luchetti, Jorge: "Del Teatro Colón a Villa
Urquiza", en El Barrio, Periódico de Noticias, Buenos Aires,
Diciembre de 2002. - Asato, Andrés: "Una mirada a la arquitectura
del húngaro Juan Kronfuss", en La Nación, Buenos
Aires, 15 de agosto de 2002. - Luchetti, Jorge: "Acento húngaro en Villa
Urquiza", en El Barrio, Periódico de Noticias, Buenos
Aires, Enero de 2003. - Fernández, Roxana: "Protegen lugares
históricos vinculados a los inmigrantes", en
Clarín, Buenos Aires, 19 de abril de 1999. - Material redactado por CASA FOA. Buenos Aires,
septiembre de 2000. - Oyharzábal, Matilde: "Memoria
descriptiva de la ‘Calle del inmigrante’ ", en Casa
FOA 2000 - Ocampo, Laura y Tanferna, Fabián:
"Testimonios", en Casa FOA 2000.
Trabajo enviado por
María González Rouco