Indice
1.
Justificación
2. ¿Cómo hicimos el horno
solar?
3. ¿Cómo funciona el horno
solar?
4. Efecto invernadero.
5. Conclusiones.
6. Bibliografía
El horno solar es un aparato que se hace con el fin de
ahorrar energía, puede sustituir a las parrillas o incluso
a la estufa y evita el uso de hidrocarburos
que contaminan altamente la tierra
provocando efecto
Invernadero y otros contaminantes.
Unos de los problemas mas
sobresalientes es el calentamiento global de la tierra y
la
contaminación por hidrocarburos formados por hidrogeno y
oxigeno que en
combinación con otros elementos nos dan metano y
dióxido de carbono cuyas
propiedades son mantener el calor de un
lugar y en este caso el de la tierra originando así un
efecto Invernadero.
Una de las soluciones
para evitar el uso de hidrocarburos y otros contaminantes es el
horno solar que funciona a base de la energía
solar y no contamina con la quema de
hidrocarburos.
2. ¿Cómo
hicimos el horno solar?
Nosotros usamos materiales
sencillos para evitar otras formas de contaminación y los cuales son:
• Madera
• Papel
aluminio
• Pintura
negra
• Un recipiente negro
• Vidrio de 44 x 44
cm.
• ¼ de papel ilustración
Procedimiento Para Hacer El Horno Solar
1. Con la madera se hace
un cajón de madera cuya base tendrá la que guste y
el tamaño que desee, nosotros hicimos la caja de 44 x 44
cm.
2. Al tener listo el cajón de madera este se pintara de
negro por afuera pues esto sirve para que el calor se atraiga
rápidamente y se caliente con facilidad
3. El interior del horno solar se forra con papel aluminio y se
coloca dentro el recipiente negro que contendrá los
alimentos que
se deseen cocinar.
4. Encima del cajón se pone un vidrio del mismo
tamaño de la caja el cual servirá para guardar el
calor que entra y suba su temperatura
interna.
5. A un extremo de la caja se coloca inclinadamente una tabla
forrada de papel aluminio el cual tendrá un lado forrado
de papel aluminio y el otro lado pintado de negro, la parte
forrada de papel aluminio ira colocada de tal forma que esta
refleje los rayos solares hacia el interior de la caja y poder subir a
si su temperatura interna.
6. Se coloca el alimento que se desee cocer dentro de la caja, se
espera alrededor de 2 o 3 horas aproximadamente y dependiendo de
la intensidad de los rayos solares es como varia este tiempo de espera,
el horno solar puede cocer todo tipo de verduras y en algunos
países en muy utilizado para cocer arroz y hornear
pan.
3. ¿Cómo
funciona el horno solar?
El primer panel forrado de papel aluminio, encontrado
Inclinadamente a un lado de la caja refleja la luz y la rebota
hacia el interior de la caja donde se va concentrando el calor
poco a poco hasta generar una considerable cantidad de calor en
donde se van a poner a calentar los alimentos, los paneles
forrados de aluminio en el interior de la caja también
rebotan los rayos solares provocando un mayor calentamiento, el
vidrio hace que el calor se concentre y no salga y el color negro de
toda la caja hace que se atraiga rápidamente el calor y
eleve su temperatura.
Ventajas y desventajas del horno solar.
Ventajas.
• El horno solar es una alternativa para disminuir el
consumo de
artículos contaminantes como los hidrocarburos que
producen gases como el
dióxido de carbono y el metano.
• Es de bajo costo, se puede
usar casi en cualquier parte del mundo y utiliza materiales
sencillos
• Produce una gran cantidad de calor la cual llega a cocer
verduras o arroz y hasta pude hornear pan
• Es muy usado en países pobres como Nepal donde no
hay estufas o panilla
• No contamina pues funciona a base de rayas solares y no
emite desechos de hidrocarburos, dióxido de carbono o
metano
Desventajas.
• Tarda de 2 a 3 horas en cocinar los alimentos.
• No tiene la misma capacidad y tecnología que las
estufas actuales.
• Para las amas de casa seria un desperdicio de tiempo pues
necesitan rapidez a la hora de hacer la comida.
• La temperatura del horno solar depende de la intensidad de
los rayos solares por lo que no se podría usar muy bien en
los días de invierno.
La atmósfera de la
Tierra está compuesta de muchos gases. Los más
abundantes son el nitrógeno y el oxígeno
(este último es el que necesitamos para respirar). El
resto, menos de una centésima parte, son gases llamados
"de invernadero". No los podemos ver ni oler, pero están
allí. Algunos de ellos son el dióxido de carbono,
el metano y el dióxido de nitrógeno.
En pequeñas concentraciones, los gases de invernadero son
vitales para nuestra supervivencia. Cuando la luz solar llega a
la Tierra, un poco de esta energía se refleja en las
nubes; el resto atraviesa la atmósfera y llega al suelo. Gracias a
esta energía, por ejemplo, las plantas pueden
crecer y desarrollarse.
Pero no toda la energía del Sol es aprovechada en la
Tierra; una parte es "devuelta" al espacio. Como la Tierra es
mucho más fría que el Sol, no puede
devolver la energía en forma de luz y calor. Por eso la
envía de una manera diferente, llamada "infrarroja". Un
ejemplo de energía infrarroja es el calor que emana de una
estufa eléctrica antes de que las barras comiencen a
ponerse rojas.
Los gases de invernadero absorben esta energía infrarroja
como una esponja, calentando tanto la superficie de la Tierra
como el aire que la
rodea. Si no existieran los gases de invernadero, el planeta
sería, cerca de 30 grados más frío de lo que
es ahora. En esas condiciones, probablemente la vida nunca
hubiera podido desarrollarse. Esto es lo que sucede, por ejemplo,
en Marte.
En el pasado, la Tierra pasó diversos periodos glaciales.
Hoy día quedan pocas zonas cubiertas de hielo. Pero la
temperatura mediana actual es solo 4 ºC superior a la del
ultimo periodo glacial, hace 18000 años.
Marte tiene casi el mismo tamaño de la Tierra, y
está a una distancia del Sol muy similar, pero es tan
frío que no existe agua
líquida (sólo hay hielo), ni se ha descubierto vida
de ningún tipo. Esto es porque su atmósfera es
mucho más delgada y casi no tiene gases de invernadero.
Por otro lado, Venus tiene una atmósfera muy espesa,
compuesta casi en su totalidad por gases de invernadero.
¿El resultado? Su superficie es 500ºC más
caliente de lo que sería sin esos gases.
Por lo tanto, es una suerte que nuestro planeta tenga la cantidad
apropiada de gases de invernadero.
El efecto de calentamiento que producen los gases se llama efecto
invernadero: la energía del Sol queda atrapada por los
gases, del mismo modo en que el calor queda atrapado
detrás de los vidrios de un invernadero.
En el Sol se producen una serie de reacciones nucleares que
tienen como consecuencia la emisión de cantidades enormes
de energía. Una parte muy pequeña de esta
energía llega a la Tierra, y participa en una serie de
procesos
físicos y químicos esenciales para la vida.
Prácticamente toda la energía que nos llega del Sol
está constituida por radiación
infrarroja, ultravioleta y luz visible. Mientras que la
atmósfera absorbe la radiación infrarroja y
ultravioleta, la luz visible llega a la superficie de la Tierra.
Una parte muy pequeña de esta energía que nos llega
en forma de luz visible es utilizada por las plantas verdes para
producir hidratos de carbono, en un proceso
químico conocido con el nombre de fotosíntesis. En este proceso, las plantas
utilizan anhídrido carbónico y luz para producir
hidratos de carbono (nuevos alimentos) y oxígeno. En
consecuencia, las plantas verdes juegan un papel fundamental para
la vida, ya que no sólo son la base de cualquier cadena
alimenticia, al ser generadoras de alimentos sino que,
además, constituyen el único aporte de
oxígeno a la atmósfera.
En la fotosíntesis participa únicamente
una cantidad muy pequeña de la energía que nos
llega en forma de luz visible. El resto de esta energía es
absorbida por la superficie de la Tierra que, a su vez, emite
gran parte de ella como radiación infrarroja. Esta
radiación infrarroja es absorbida por algunos de los
componentes de la atmósfera (los mismos que absorben la
radiación infrarroja que proviene del Sol) que, a su vez,
la remiten de nuevo hacia la Tierra. El resultado de todo esto es
que hay una gran cantidad de energía circulando entre la
superficie de la Tierra y la atmósfera, y esto provoca un
calentamiento de la misma. Así, se ha estimado que, si no
existiera este fenómeno, conocido con el nombre de efecto
invernadero, la temperatura de la superficie de la Tierra
sería de unos veinte grados bajo cero. Entre los
componentes de la atmósfera implicados en este
fenómeno, los más importantes son el
anhídrido carbónico y el vapor de agua (la
humedad), que actúan como un filtro en una dirección, es decir, dejan pasar
energía, en forma de luz visible, hacia la Tierra,
mientras que no permiten que la Tierra emita energía al
espacio exterior en forma de radiación infrarroja.
A partir de la celebración, hace algo más de un
año, de la Cumbre para la Tierra, empezaron a aparecer,
con mayor frecuencia que la habitual en los medios de
comunicación, noticias relacionadas con el efecto
invernadero. El tema principal abordado en estas noticias es el
cambio
climático. Desde hace algunas décadas, los
científicos han alertado sobre los desequilibrios
medioambientales que están provocando las actividades
humanas, así como de las consecuencias previsibles de
éstos.
En lo que respecta al efecto invernadero, se está
produciendo un incremento espectacular del contenido en
anhídrido carbónico en la atmósfera a causa
de la quema indiscriminada de combustibles fósiles, como
el carbón y la gasolina, y de la destrucción de los
bosques tropicales. Así, desde el comienzo de la Revolución
Industrial, el contenido en anhídrido carbónico
de la atmósfera se ha incrementado aproximadamente en un
20 %. La consecuencia previsible de esto es el aumento de la
temperatura media de la superficie de la Tierra, con un cambio
global del clima que
afectará tanto a las plantas verdes como a los animales. Las
previsiones más catastrofistas aseguran que incluso se
producirá una fusión
parcial del hielo que cubre permanentemente los Polos, con lo que
muchas zonas costeras podrían quedar sumergidas bajo las
aguas. Sin embargo, el efecto invernadero es un fenómeno
muy complejo, en el que intervienen un gran número de
factores, y resulta difícil evaluar tanto el previsible
aumento en la temperatura media de la Tierra, como los efectos de
éste sobre el clima. Aún cuando no es posible
cuantificar las consecuencias de éste fenómeno, la
actitud
más sensata es la prevención. El obtener un mayor
rendimiento de la energía, así como el utilizar
energías renovables, produciría una
disminución del consumo de combustibles fósiles y,
por lo tanto, de nuestro aporte de anhídrido
carbónico a la atmósfera. Esta prevención
también incluiría la reforestación, con el
fin de aumentar los medios
naturales de eliminación de anhídrido
carbónico. En cualquier caso, lo importante es ser
conscientes de cómo, en muchas ocasiones, nuestras
acciones
individuales tienen influencia tanto sobre la atmósfera
como sobre la habitabilidad del planeta.
Algunos de los gases que producen el efecto invernadero, tienen
un origen natural en la atmósfera y, gracias a ellos, la
temperatura superficial del planeta a permitido el desarrollo de
los seres vivos. De no existir estos gases, la temperatura media
global seria de unos 20ºC bajo cero, el lugar de los
15ºC sobre cero de que actualmente disfrutamos. Pero las
actividades humanas realizadas durante estos últimos
siglos de revoluciones industriales, y especialmente en las
ultimas décadas, han disparado la presencia de estos gases
y han añadido otros con efectos invernadero adicionales,
además de causar otros atentados ecológicos.
Es un hecho comprobado que la temperatura superficial de la
Tierra está aumentando a un ritmo cada vez mayor. Si se
continúa así, la temperatura media de superficie
terrestre aumentara 0,3ºC por década. Esta cifra, que
parece a simple vista no excesiva, puede ocasionar, según
los expertos grandes cambios climáticos en todas las
regiones terrestres. La década de los años ochenta
a sido la más calurosa desde que empezaron a tomar
mediciones globales de la temperatura y los científicos
están de acuerdo en prever que, para el año 2020,
la temperatura haya aumentado en 1,8ºC.
Para comprender el efecto invernadero es necesario describir
brevemente como funciona el balance de energía de nuestro
sistema
climático:
Balance De Energía En Nuestro Sistema
Climático
De cada 100 unidades del flujo total de radiación solar (o
de onda corta) que llega al tope de la atmósfera, 23
unidades son absorbidas por ésta: el O3
estratosférico y el vapor de agua troposférico
absorben 19 unidades, y el agua
líquida en las nubes 4 unidades. La superficie de los
océanos y los continentes absorben 46 unidades. Las 31
unidades restantes son reflejadas hacia el espacio exterior: las
nubes reflejan 17 unidades, la superficie del planeta 6 unidades,
y los gases que componen la atmósfera dispersan hacia el
espacio exterior 8 unidades. Estas últimas 31 unidades no
participan en los procesos e interacciones del sistema
climático. La energía absorbida por éste (69
unidades) es convertida en calor, movimiento de
la atmósfera y de los océanos (energía
cinética), y energía potencial.
El horno solar es una alternativa para disminuir el uso
de hidrocarburos que sueltan gran cantidad de contaminantes y
dañan la capa de ozono,
es una fuente alternativa de energía al usar la
energía solar para cocinar los alimentos, es de bajo
costo, los materiales son muy sencillos de obtener y es muy
eficaz pues con una buena tecnología aplicada, buena
elaboración y condiciones de uso llega alcanzar grandes
cantidades de calor, lo único que nos hace falta es
promoverlo en México y
todo el mundo pues disminuiría la cantidad de
contaminación expulsada al aire y la disminución de
quema de combustibles.
Acosta Rubio, José. Energía solar:
utilización y aprovechamiento. Madrid: Editorial
Paraninfo, 1983. Obra de carácter
divulgativo.
Centro de Estudios de la Energía Solar. La energía
solar: aplicaciones prácticas. Sevilla: Promotora General
de Estudios, 1993. Obra sobre las distintas aplicaciones de la
energía solar.
Martínez López, Fernando. La energía solar
como alternativa energética. Cartagena: F. Cantón
Editores, 1995. Obra de carácter divulgativo.
Fisher, Marshall. La capa de ozono. La Tierra en peligro. Madrid:
McGraw-Hill – Interamericana de España,
1993. Obra divulgativa sobre el deterioro de la capa de
ozono.
Autor:
Ricardo