Indice
1.
Conflicto local
2. La Guerra Civil
3. Bibliografía
Existía en Estados Unidos
una contradicción cada día más claramente
percibida como un mal social que con el tiempo
desgarraría a la nación:
la esclavitud. Las
palabras de la Declaración de Independencia
que todos los hombres nacen iguales carecían de
sentido para el millón y medio de negros que eran
esclavos. Thomas Jefferson, él mismo dueño de
esclavos, reconoció que el sistema era
inhumano e incorporó en la Declaración una
impugnación de la esclavitud, pero los delegados
sureños ante el Congreso Continental lo obligaron a
eliminar esa parte. La importación de esclavos fue proscrita en
1808, y muchos estados del norte impulsaron la abolición
de la esclavitud, pero la economía
sureña se basaba en enormes plantaciones que usaban mano
de obra esclava para cultivar algodón, arroz, tabaco y azúcar.
Sin embargo, en varios estados del sur, pequeñas
poblaciones de negros libres trabajaban también como
artesanos o comerciantes.
En 1820, políticos del norte y del sur debatieron la
cuestión de si la esclavitud sería legal en los
territorios del oeste. El Congreso optó por pactar: se
permitió la esclavitud en el nuevo estado de
Missouri y en el territorio de Arkansas, y se prohibió en
todas partes al oeste y al norte de Missouri. Pero el punto en
disputa no desaparecí, y mientras que algunos se
organizaban en sociedades
abolicionistas, principalmente en el norte, los blancos
sureños defendían la esclavitud con creciente
pasión. La nación también se hallaba
dividida en torno a la
cuestión del alto arancel que protegía a las
industrias del
norte pero elevaba los precios para
los consumidores del sur.
Mientras tanto, miles de estadounidenses se habían
establecido en Texas, que en ese entonces formaba parte de
México.
Para los texanos el régimen mexicano bajo el General Santa
Anna era cada vez más opresivo, y en 1835 se rebelaron,
derrotaron a un ejército de ese país y fundaron la
república independiente de Texas. En 1845 Texas se
anexó a Estados Unidos, y México suspendió
relaciones diplomáticas. El Presidente James K. Polk
envió tropas estadounidenses al territorio disputado en la
frontera texana. Después de una batalla entre soldados
mexicanos y estadounidenses en mayo de 1846, el Congreso
declaró la guerra a
México.
Un ejército estadounidense desembarcó cerca de
Veracruz en marzo de 1847 y tomó la Ciudad de
México en septiembre. A cambio de
US$15 millones, México se vio forzado a ceder una
vastísima porción de su territorio: la mayor parte
de lo que hoy es Califomia, Arizona, Nevada, Utah, Nuevo
México y Colorado.
En 1846, al zanjar una larga disputa fronteriza con el
Canadá británico, Estados Unidos había
adquirido derechos indiscutibles
sobre la porción sur de la región de Oregon: los
actuales estados de Oregon, Idaho y Washington. De este modo,
Estados Unidos se convirtió en una potencia
verdaderamente continental que se extendía desde el
Atlántico hasta el Pacífico.
La adquisición de estos nuevos territorios reavivó
una inquietante duda: ¿se abrirían a la esclavitud
estas tierras recién adquiridas? Desde mediados del siglo
XVII se traían esclavos de África para que
trabajasen en las grandes plantaciones del sur. Los
sureños pretendían que se extendiese la esclavitud
a los nuevos territorios del oeste. Los norteños se
oponían. En 1861 empezó la Guerra Civil entre norte
y sur.
En 1850 el Congreso convino en otro pacto: California fue
admitida como estado libre, y los habitantes de los territorios
de New México y Utah debían decidir la
cuestión por sí mismos. El Congreso también
aprobó la Ley del Esclavo
Fugitivo, que ayudaba a los sureños a recapturar esclavos
que hubieran huido a los estados libres. Sin embargo, algunos
estados del norte no hicieron cumplir esta ley y los
abolicionistas seguían ayudando a los negros que
escapaban. Harriet Beecher Stowe, de Massachusetts,
escribió Uncle Tom's Cabin (La cabaña
del Tío Tom), novela
sentimental pero ferozmente en contra de la esclavitud, que
convirtió a muchos lectores a la causa abolicionista. En
la vida política, económica y cultural de
Estados Unidos, el tema de la esclavitud pasó a ser el
punto central de disputa.
En 1854, el Senador Stephen Douglas, de Illinois,
convenció al Congreso de permitir a los habitantes de los
territorios de Kansas y Nebraska resolver la cuestión de
la esclavitud dentro de sus propias fronteras, lo cual
anuló el Pacto de Missouri de 1820. En Kansas, el
resultado fue una contienda violenta entre los colonizadores que
estaban a favor de la esclavitud y los que estaban en contra de
ella. En 1857, la Corte Suprema hizo público el fallo Dred
Scott, que sostenía que los negros no tenían
derechos como ciudadanos estadounidenses y que el Congreso no
tenía autoridad para
proscribir la esclavitud en los territorios del oeste.
En 1858, cuando el Senador Douglas buscó la
reelección, fue desafiado por Abraham Lincoln y el Partido
Republicano (un nuevo partido en contra de la esclavitud, y que
nada tenía que ver con el Partido Republicano de
Jefferson). En una serie de debates históricos con
Douglas, Lincoln exigió un alto a la expansión de
la esclavitud. Estaba dispuesto a tolerarla en los estados del
sur, pero al mismo tiempo afirmó que "este gobierno no puede
subsistir permanentemente siendo mitad esclavo y mitad
libre".
Lincoln perdió la contienda senatorial, pero en
1860 él y Douglas volvieron a enfrentarse: esta vez como
los candidatos presidenciales Republicano y Demócrata.
Para entonces la tensión entre el norte y el sur era
extrema. En 1859, John Brown, un fanático del
abolicionismo, había tratado de iniciar una
rebelión de esclavos en Virginia atacando un
depósito de municiones del ejército. Brown fue
rápidamente capturado, juzgado y sentenciado a la horca,
tras de lo cual muchos habitantes del norte lo aclamaron como
mártir. Sin embargo, los blancos del sur se convencieron
de que el norte estaba dispuesto a poner fin a la esclavitud
mediante una guerra sangrienta. Douglas conminó a los
Demócratas sureños a permanecer en la Unión,
pero estos por su parte nombraron su propio candidato
presidencial y amenazaron con separarse si los Republicanos
resultaban victoriosos.
La mayoría en los estados sureños y fronterizos
votaron contra Lincoln, pero el norte lo apoyó y
ganó las elecciones. Unas semanas después, Carolina
del Sur decidió mediante votación abandonar la
Unión. Pronto se le unieron Mississippi, Florida, Alabama,
Georgia, Louisiana, Texas, Virginia, Arkansas, Tennessee y
Carolina del Norte. Estos estados se proclamaron nación
independiente los Estados Confederados de América
y así empezó la Guerra Civil.
Los sureños declararon que no peleaban sólo por la
esclavitud: después de todo, la mayoría de los
soldados confederados eran demasiado pobres para poseer esclavos.
El sur estaba empeñado en una guerra de independencia: una
segunda revolución. Los confederados generalmente
tuvieron la ventaja de pelear en su propio territorio, y su
moral era
excelente. Tenían magníficos soldados de
infantería, de caballería y generales, pero eran
mucho menores en número que las fuerzas de la Unión
(del norte). La red ferrocarrilera y la base
industrial del sur no podían sostener un esfuerzo
bélico moderno. La marina de la Unión
rápidamente impuso un bloqueo que creó una grave
escasez de material bélico y bienes de
consumo en la
confederación. Para librar la guerra, ambas partes
suspendieron algunas libertades civiles, imprimieron
montañas de papel moneda y
recurrieron al reclutamiento.
Las dos prioridades de Lincoln fueron mantener a Estados Unidos
como un sólo país y librar a la nación de la
esclavitud. Él reconoció que al hacer de la guerra
una batalla contra la esclavitud podría obtener apoyo pare
la Unión tanto en el interior como en el exterior.
Consecuentemente, el 1° de enero de 1863 dio a conocer la
Proclama de Emancipación, que otorgaba libertad a
todos los esclavos en áreas aún controladas por la
Confederación.
El ejército sureño (Confederado) obtuvo algunas
victorias en la primera etapa de la guerra, pero en el verano de
1863 su comandante, el General Robert E. Lee, se enfiló
hacia Pennsylvania en el norte. En Gettysburg se encontró
con un ejército de la Unión, y así dio
comienzo la batalla de mayor magnitud jamás librada en
suelo
norteamericano. Después de tres días de lucha
desesperada, los Confederados fueron derrotados. Al mismo tiempo,
en el Río Mississippi, el General Ulysses S. Grant, de la
Unión, tomó la importante ciudad de Vicksburg. Las
fuerzas de la Unión controlaban ahora todo el valle del
Mississippi, dividiendo en dos a la Confederación.
En 1864, un ejército de la Unión al mando del
General William T. Sherman atravesó Georgia destruyendo el
campo. Mientras tanto, el General Grant se batía
implacablemente con las fuerzas de Lee en Virginia. El 2 de abril
de 1865, Lee se vio forzado a abandonar Richmond, la capital de la
Confederación. Una semana después se rindió
ante Grant en el palacio de justicia de
Appomattox, y todas las demás fuerzas confederadas se
rindieron poco después. El 14 de abril Lincoln fue
asesinado por el actor John Wilkes Booth.
La Guerra Civil fue el episodio más traumático de
la historia de
Estados Unidos. Las cicatrices no se han cerrado por completo
hasta el día de hoy. Todas las guerras
posteriores en que ha participado Estados Unidos han tenido lugar
mucho más allá de sus fronteras, pero este
conflicto devastó al sur y sometió a esa
región a la ocupación militar. El país
perdió más hombres en esta guerra que en cualquier
otra: un total de 635.000 muertos en ambos bandos.
La guerra resolvió dos cuestiones fundamentales que
habían dividido a Estados Unidos desde 1776: puso fin a la
esclavitud, que fue completamente abolida por la Enmienda 13 de
la Constitución en 1865; y decidió, de
una vez por todas, que Estados Unidos no es una colección
de estados semi-independientes sino una sola nación
indivisible. Después de cuatro amargos años de
guerra, se conservó la Unión y se liberó a
los esclavos. Aunque la victoria del norte en la Guerra Civil
aseguró la integridad de Estados Unidos como nación
indivisible, muchas cosas se destruyeron en el curso del
conflicto, y el objetivo
secundario de la guerra, la abolición del sistema de
esclavitud, se logró sólo de manera imperfecta.
Para los negros, ha sido una lucha larga y penosa en busca de la
igualdad.
Muchos se trasladaron a las ciudades del norte, sólo para
afrontar nuevas dificultades. Pero un creciente movimiento en
pro de los derechos civiles continúa bregando en contra de
empecinados sistemas sociales
y económicos con el fin de garantizar igualdad de
oportunidades para los negros en materia de
vivienda, educación y
trabajo.
La Reconstrucción
La derrota de la Confederación dejó
económicamente destruida la región agrícola
más fértil del país, y devastó su
rica cultura. Al
mismo tiempo, la abolición legal de la esclavitud no trajo
igualdad para los antiguos esclavos. Inmediatamente
después de la Guerra Civil, las legislaturas de los
estados sureños, temerosas de la manera cómo los
antiguos esclavos pudieran ejercer su derecho al voto y
también ávidas por rescatar lo que pudieran de su
anterior estilo de vida, trataron de impedir que los negros
votaran y decretaron "códigos negros" para restringir la
libertad de los antiguos esclavos. Aunque los republicanos
"radicales'' del Congreso trataron de proteger los derechos
civiles de los negros y de incorporarlos en la corriente
principal de la vida de Estados Unidos, sus esfuerzos fueron
resistidos por el Presidente Andrew Johnson. Johnson, un
sureño que había permanecido leal a la Unión
durante la Guerra Civil y prestado servicio como
vicepresidente republicano, asumió la presidencia al ser
asesinado Abraham Lincoln.
En marzo de 1868, la Cámara de Representantes
respondió a la oposición de Johnson para adoptar
soluciones
radicales intentando relevarlo de su puesto. Los cargos que se le
imputaban carecían de fundamento, y el Senado votó
en contra de una moción para declararlo culpable. En
opinión de muchos, Johnson había sido demasiado
indulgente con los antiguos confederados, pero su descargo
constituyó una importante victoria para un principio
fundamental del gobierno estadounidense. Dicho principio es la
separación de poderes entre las ramas legislativa,
ejecutiva y judicial del gobierno. El descargo de Johnson
ayudó a conservar el delicado equilibrio del
poder entre el
presidente y el Congreso.
Sin embargo, este último pudo proseguir con su programa de
"reconstrucción", o reforma, de los estados del sur,
ocupados después de la guerra por el ejército del
norte. Para 1870, los estados del sur eran gobernados por
grupos de
negros, blancos dispuestos a cooperar, y norteños
trasplantados (llamados "explotadores"). Muchos negros
sureños fueron elegidos para ocupar cargos en las
legislaturas estatales y en el Congreso. Aunque existía
cierta corrupción
en estos gobiernos estatales "reconstruidos", fue mucho lo que
hicieron por mejorar la educación,
impulsar los servicios
sociales, y proteger los derechos civiles.
La Reconstrucción fue amargamente resentida por la mayor
parte de los blancos del sur, algunos de los cuales formaron el
Ku Klux Klan, sociedad secreta
violenta que esperaba proteger los intereses y ventajas de los
blancos aterrorizando a los negros e impidiéndoles lograr
progresos sociales. Para 1872 el gobierno federal había
suprimido al Klan, pero los demócratas blancos
seguían recurriendo a la violencia y al
temor para reconquistar el control de sus
gobiernos estatales. La Reconstrucción llegó a su
fin en 1877, cuando en todos los estados sureños se
ratificaron constituciones nuevas y las tropas federales en su
totalidad fueron retiradas de la región.
Pese a las garantías constitucionales, los negros del sur
eran ahora "ciudadanos de segunda clase"; es decir, estaban
subordinados a los blancos aun cuando gozaban de ciertos derechos
civiles. En algunos estados sureños, los negros
podían votar y ocupar puestos de elección.
Había segregación racial en escuelas y hospitales,
pero los trenes, parques y otras instalaciones públicas
todavía podían ser usadas, en general, por personas
de una y otra raza.
Hacia fines de siglo XIX, este sistema de segregación y
opresión de los negros se tornó mucho más
rígido. En el caso de Plessy vs. Ferguson, ventilado en
1869, la Corte Suprema de Estados Unidos determinó que la
Constitución permitía instalaciones y servicios
separados para las dos razas, siempre que dichas instalaciones y
servicios fueran iguales. Sin más tardanza, las
legislaturas de los estados del sur destinaron a los negros
instalaciones separadas, pero desiguales. Las leyes pusieron en
vigor una estricta segregación en el trasporte
público, los teatros, los deportes e incluso en los
ascensores y cementerios. La mayoría de los negros y
muchos blancos pobres perdieron el derecho de voto debido a que
no tenían recursos
suficientes para pagar los impuestos que
habían sido decretados para excluirlos de la
participación política, y a que no sabían
leer ni escribir. A los negros que eran acusados de delitos menores
se les sentenciaba a trabajos forzados y algunas veces eran
asediados por turbas violentas. La mayoría de los negros
del sur, debido a su pobreza e
ignorancia, seguían labrando las tierras como agricultores
arrendatarios. Aunque legalmente eran libres, vivían y
eran tratados como
esclavos.
Departamento de Estado de los Estados Unidos (http:
//usinfo.state.gov/espanol)
Autor:
Alejandro Danino
18 Años
Estudiante de derecho
Rosario, Santa Fe, Argentina