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Fidelidad y Coherencia




Enviado por jrivera



    1. Oscar Wilde
    2. E.M.Cioran
    3. Friedrich
      Nietzsche
    4. Javier
      Rivera

    La Fidelidad es a la vida de las emociones lo que
    la Coherencia es a la vida del intelecto: Simplemente una
    confesión de Fracaso"

    Oscar
    Wilde

    Estaba releyendo despreocupadamente El Retrato de Dorian
    Gray y de pronto me quedé conmovido por esta
    afirmación y me quede en ella por buen tiempo tratando
    de entender que quiso decir Wilde por intermedio de sus
    personajes, ¿qué oscuro mensaje instalaba
    subrepticiamente en la mente de sus lectores?

    En el ámbito que nos rodea es común
    escuchar que la Fidelidad y la Coherencia son dos cosas
    deseables, la primera para la vida de las emociones y la segunda
    para la vida del intelecto. Personalmente tengo que asumir que
    desde hace mucho sobrellevo una encarnizada lucha por develar los
    misterios de estos dos vocablos y mi experiencia personal me ha
    enseñado a tratarlos con mucho decoro.

    Ahora, también es cierto que el decoro no es el
    mejor amigo de la objetividad, por lo que intentaré llevar
    lo objetivo
    (espero) hasta las siempre exasperantes últimas
    consecuencias.

    Hace un par de años, conspirando con un grupo de
    amigos contra la tiranía de la ignorancia, nos dedicamos a
    revisar, leer y estudiar algunos artículos y materiales que
    pudiesen ser de relevancia para nuestra formación política, entre ellos
    hallamos un texto de
    Isaiah Berlín que decía que la Coherencia era lo
    que hacía que lo que se piensa, se dice y se hace, tenga
    un hilo conductor fuerte, para esto es evidente que la
    convicción por aquella idea se gesta primero en "lo que se
    piensa". Platón
    decía que la poesía
    "es una Cosa liviana, alada y sagrada", yo diría que esto
    se puede extender hacía toda idea, en suma hacia todo lo
    que se encuentra en el campo de "lo que se piensa". Esta
    grácil y etérea naturaleza de las
    ideas debe ser nutricia en Convicción para que dicha idea
    crezca en el camino del decir y finalmente sea efectiva realidad
    en el hacer.

    " Carecer de convicciones respecto a los hombres y a uno
    mismo: tal es la elevada enseñanza de la prostitución, academia ambulante de
    lucidez, al margen de la sociedad, como la
    filosofía."

    E.M.Cioran

    Mi filósofo favorito me dio la
    respuesta.

    Cioran alaba la harto elevada enseñanza de la
    prostitución con referencia a la ausencia de convicciones.
    La naturaleza de la convicción es una linealidad
    insostenible para los seres humanos.

    Los seres humanos somos ciclotímicos, volubles,
    antojadizos, nos provoca ser lo que no somos y podemos,
    inmediatamente después de esto, agradecer a Dios por lo
    que hizo de nosotros. Nos rige con espartana inexactitud la
    estocásticidad, es decir, el hecho de que nuestros actos
    son medianamente predecibles y medianamente un misterio,
    aún para nosotros mismos. Caracteres, estados de
    ánimo, genes, impresiones, gustos y disgustos;
    absolutamente todo es una variable que altera nuestra capacidad y
    forma de respuesta. Esa es la NATURALEZA.

    Lo que atenta contra la naturaleza es todo aquello que
    no respete los usos y costumbres, maneras y fenotipos
    ontogénicos consensuados por las comunidades en que los
    hombres viven, sienten, crean y mueren.

    La convicción, como la religión, es una
    especie de juego social
    en el que nos encontramos envueltos ( aunque no queramos y sin
    querer insinuar con ello que estemos condenados a padecerlo por
    siempre) y en el que se juega con la mayor visceralidad posible.
    La contumaz razón de jugar un juego de estas características es por pura
    enfermedad.

    "Cómo filólogo, se observa lo que hay
    detrás de las letras sagradas y como médico lo que
    hay detrás de la decrepitud fisiológica del tipo
    cristiano. Y mientras el médico exclama :
    ¡incurable!, el filólogo afirma:
    ¡charlatanería!"

    Friedrich
    Nietzsche

    ¡Incurables!

    Nuestra rotunda e ignorante sociedad es hoy incurable.
    La enfermedad que nos ataca es un cáncer generalizado a
    todas las mentes y a todas las almas producido por la Santa
    Mentira de la Verdad Cristiana. Todas las convicciones tienen un
    origen y nadie puede saber quien fue el primero que dijo la
    palabra Verdad. Pero modernamente el origen de las estructuras de
    la convicción nacen de esta convicción totalizadora
    y dogmatizante, absoluta y despótica, tiránica y
    oscura que es la cristiana.

    No es el caso que nos ocupa desarrollar la
    convicción cristiana pero es siempre esclarecedor tener un
    referente sustantivo para poder
    aprehender la naturaleza del fenómeno en estudio, en este
    caso la convicción.

    La convicción es una deformación artera y
    alevosa de la idea.

    La idea en su estado
    más ínfimo de estancamiento, congelación,
    putrefacción y vulgaridad es la
    convicción.

    "Y la convicción fue hecha negocio para beneficio
    de unos pocos curas. Los curas se metieron hasta en la sopa de la
    gente, del pueblo y el pueblo, esa masa siempre hambrienta,
    insalubre y ventral, cedió su voluntad a la Gran Vaca
    Sagrada y decidió (fue su última decisión)
    que jamás volvería a contradecir las voluntades
    generales, los mandatos autoritarios, los injustificados
    monismos, juró fidelidad a un Dios, y quiso jurar
    también a un monarca, a un carismático mesias, a un
    caudillo, quiso también jurar abnegación a un solo
    libro, a una
    sola canción y su vida se hizo de un solo color, de una
    sola raza, de una sola bandera, sus símbolos de
    escudería eran los mismos, ya no usaban al trueno, al gato
    macho o al león, todos usaban un símbolo que
    justificaba toda la ingenua belleza de lo simple y
    monótono, de todo lo ordinario que ya para ese entonces
    era todo."

    Javier
    Rivera

    La convicción llegó a su clímax y
    el clímax se hizo religión.

    La idea, ese manifiesto modelado en las candelas de la
    pluralidad, esa plastilina que podemos hacer y deshacer a gusto y
    disgusto de nuestras experiencias y pintar de los colores que
    queramos, esta estructuralmente prohibida.

    Así, si la Coherencia obtiene su nacimiento de la
    fuerza
    intransigente y despótica de la Convicción, luego
    la Coherencia en si misma se convierte en un castigo, uno que se
    parece mucho a la ceguera y que oprime la voluntad.

    De forma similar "la Fidelidad es a la vida de las
    emociones". Detenimiento, parálisis, congelación,
    monotonía, predeterminación.

    ¿Porqué ser fieles?, ¿Por
    qué intentar serlo siquiera?

    No lo se quizás sea parte de la
    contradicción de ser humano.

     

     

    Por Javier Rivera Martínez

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