Índice
1.
Qué pienso de mí
2. Despejando el camino al
éxito
3. Cómo se forman las
creencias
4. Qué es una
creencia
5. Cómo
detectarlas
6. Creencias determinadas por la
cultura
7. Creencias determinadas por las
figuras parentales
8. Como cambiar
9. Nuevas Creencias
El primer paso para encontrar el trabajo que
queremos es saber concientemente qué es lo que creemos
merecer. Nuestras creencias sobre lo que podemos o no podemos,
sobre para qué servimos suelen delimitar y limitar
nuestras posibilidades.
2. Despejando el camino al
éxito
Lo que yo creo sobre mi se va a reflejar,
inexorablemente, no sólo en mi desempeño, sino en mis logros. Por eso,
debo tomar conciencia de
todas las creencias que he ido incorporando en mi niñez y
que determinan la imagen que tengo
de mí mismo.
Este es el primer paso para encontrar no sólo un trabajo,
sino el trabajo
donde esté contento y me sirva para desarrollar todo mi
potencial.
Las creencias pueden ser un motor o un ancla
en nuestra vida
Su función
es ayudarnos a estructurar la información y prepararnos para enfrentar
los eventos de
nuestra vida con la mayor efectividad posible.
Sin embargo, muchas veces, actúan como filtros
dándonos una lectura
distorsionada de la realidad que nos limita
severamente.
3. Cómo se forman las
creencias
Las creencias se forman con generalizaciones de nuestra
experiencia. La mayoría está anclada en nuestra
niñez.
Hay tres conceptos que es importante destacar sobre las
creencias:
1. Normalmente nosotros no decidimos concientemente qué
creer. Se forman de una manera inconsciente.
2.Frecuentemente las creencias están basadas en
malinterpretar las experiencias pasadas.
3.Una vez adoptada una creencia olvidamos que es solamente una
interpretación de la realidad y las tomamos como la
realidad misma.
No son los eventos de
nuestra vida los que nos forman, sino el significado que les
damos
Esto se comprende con claridad si pensamos en los niños
que comienzan a formar sus creencias en base a trozos de información que escuchan, ven y sienten. El
niño que escucha detrás de la puerta una
conversación de los padres donde el Papá dice, por
ejemplo : "Este chico no hace nada bien", puede tomar este
comentario en forma dramática, como un juicio
incuestionable de su valor, cuando
desde la óptica
paterna sólo fue en comentario motivado por el cansancio y
los problemas,
pero no un cabal reflejo de sus sentimientos y pensamientos.
Así, vamos por la vida con un bagaje de creencias que nos
hacen interpretar cada cosa que nos pasa de un modo
particular.
Las creencias se basan en generalizaciones de nuestra
experiencia
Para algunos buscar trabajo es "un desafío" para otros
"una tragedia".
Para algunos "es imposible encontrar trabajo en este país"
, para otros "trabajo hay, sólo es necesario tener
contactos", y habrá quien piense que "trabajo es lo que
sobra, lo que falta es gente capaz". Y nada de esto es verdad ni
mentira, la realidad es una mezcla de todo esto.
Una creencia no es un pensamiento
Una creencia es un sentimiento de certeza respecto a algo
Toda creencia comienza como una idea, y va tomando referencias de
la realidad que la sustentan.
Cuando estas referencias se organizan alrededor de una idea se
transforman en creencias.
Y pasan a formar parte de nuestro bagaje personal.
Para nuestro análisis poco importa si estas creencias
son ciertas o no. Perderíamos un tiempo precioso
tratando de validarlas.
Lo único que nos interesa es si nos apoyan y nos ayudan a
crecer o si nos limitan.
¿Cómo es esto? Un ejemplo puede ayudar. Cuando era
chica, formé una creencia que no es cierta (soy muy
"realista" al respecto) y que sin embargo me ayudó
muchísimo en la vida, por eso, sigo manteniéndola:
la creencia de que "YO PUEDO". ¿Qué? Todo.
Obviamente no es verdad, pero me ha empujado a hacer cosas que
parecían imposibles… y conseguirlas.
Hay un concepto muy
importante que es necesario comprender y destacar:
Nuestra mente no diferencia las experiencias vividas de las
imaginadas
Esto quiere decir que nuestro cerebro ( y por
lo tanto nuestro sistema nervioso
y a través de él todo nuestro organismo) toma como
reales las referencias de todas las experiencias por igual, tanto
las reales como las imaginadas.
Pensemos cuánto bien y cuánto mal podemos hacernos
con esto.
Hay gente que desarrolla creencias limitantes referidas a su
capacidad. Como no tuvieron éxito
en el pasado, SABEN que no van a tener éxito
en el futuro. Y dicen: "seamos realistas, yo nunca voy a poder….".
¿No les resulta conocido?
Para contrarrestar esto hay una frase que recomiendo anotarse y
leer cada vez que sentimos que si antes nos fue mal, las cosas no
van a cambiar:
El futuro no es igual al presente
Si desarrollamos la certeza que esta creencia da, no habrá
nada que nos parezca imposible… aún lo
imposible.
Tipos de creencias
Hay dos tipos de creencias:
- De causa efecto: Si …. entonces……. Estas son
del tipo : si me postulo para un trabajo no me van a llamar;
si me entrevistan no me van a elegir; si no tengo un contacto
no tengo posibilidades: etc. - Globales: Generalizaciones. Por ejemplo: Todas las
empresas
andan mal: todos los gerentes prefieren poner amigos; siempre
prefieren hombres; etc.
Una vez desarrollada la creencia, cerramos el "input" y
no aceptamos nueva información que nos obligue a "rever"
estas creencias.
Cuando desarrollamos una creencia nuestra mente entra en "piloto
automático" filtrando todos los estímulos del
ambiente que
no la apoyen y buscando sólo las referencias que validan
la creencia
Así, cuando decimos que estamos siendo "realistas" , lo
que hemos hecho es volvernos sordos y ciegos a la
realidad.
Detectar las creencias que nos están frenando en
nuestra búsqueda de trabajo ( y por supuesto en la vida)
no es una tarea sencilla porque, como ya dijimos, se forman de
manera inconsciente.
Para tomar conciencia de
ellas, haremos varios ejercicios que implican algo así
como la búsqueda de los paleontólogos que van en
busca de restos fósiles de otras eras. Se acercan a ellos,
no con fuerza y
rapidez, sino con delicadeza y con un pincel van descubriendo uno
a uno los huesos del animal
del pasado que les interesa reconstruir.
Del mismo modo, con la misma suavidad, iremos reconstruyendo
algunas ideas que podemos habernos forjado en el pasado para
traerlas al hoy y redecidir lo que queremos hacer con ellas.
Es importante entender que muchas de nuestras creencias
(religiosas, morales y sobre la vida en general) nos apoyan y no
queremos cambiarlas. Pero es esencial que repasemos aquellas que,
prejuiciosamente, invaden nuestra vida
sin nuestro permiso.
6. Creencias determinadas por la
cultura
Cuando hablamos de la cultura lo
hacemos con el sentido sociológico, o sea: como los usos y
costumbres de una comunidad o
grupo.
Para ello analizaremos los grupos a los que
nos sentimos pertenecientes y qué comportamientos
están determinados por ellos.
Ejercicio 1
Complete el párrafo
teniendo en cuenta el grupo
étnico, cultural, regional o religioso al que
pertenecieron sus antepasados:
Yo soy________________________________________________
Los _____________________________(repito lo que puse arriba)
son___________________________________________________
Ejercicio 2
Completo las oraciones con lo primero que venga a mi mente:
En nuestra familia:
Todos_________________________________________________
Nadie_________________________________________________
Nunca_________________________________________________
Siempre_______________________________________________
Para mi familia, yo
soy____________________________________
Interpretación
Analice ahora sus respuestas.
Piense si usted concientemente está de acuerdo con estas
"premisas" culturales o familiares.
Piense si lo apoyan o pueden limitarlo y cuáles
comportamientos sigue actualmente "en piloto
automático".
7. Creencias determinadas
por las figuras parentales
Llamamos figuras parentales a todas aquella personas que
tuvieron importancia para nosotros en nuestra niñez.
Seguramente el padre y la madre son las figuras parentales por
excelencia, pero también pueden incluirse otras personas
que representaban un referente para nosotros: abuelos, abuelas ,
tíos, hermanos mayores, incluso alguna persona que nos
cuidaba o trabajaba en nuestra casa.
No estamos hablando de todas las personas mayores que nos
rodeaban, sino sólo de aquellas que representaban una
fuente de autoridad.
Cuando en los ejercicios nos referimos a los padres, nos estamos
refiriendo a estas personas.
Sus comentarios, pensamientos y actitudes para
nosotros cuando éramos pequeños pueden haber dejado
huellas muy profundas en nuestra autoestima.
Si no recuerda con mucha precisión, juegue a imaginar. Es
posible que esas ideas sean para su aparato neurológico la
realidad. Importa lo que siente y sentía, no un apego fiel
a la verdad.
Ejercicio 3
Recuerde qué gestos eran típicos de cada uno de sus
padres (por ejemplo: ceño fruncido, mano en el hombro,
mirada ausente, expresión de enojo, llanto frecuente,
etc.). Haga una lista colocando además a quién
pertenecían
Qué emociones y
sentimientos (agradables o desagradables) surgen cuando piensa en
cada uno de estos gestos?
Qué mensajes cree que podían comunicar esas
expresiones y gestos?
Ejercicio 4
Cierre los ojos e imagine que es nuevamente un niño.
Vuelva a oír las palabras de su familia. Complete el
ejercicio siguiente:
Qué decían respecto a:
Mi valía
Mis habilidades
Mi aspecto
Mi inteligencia
Mi salud
Mi sexualidad
Mi futuro
Ejercicio 5
Resuma en una frase lo que imagina que cada una de sus figuras
parentales opinaba de Usted
Interpretación
Lea atentamente el ejercicio anterior.
Piense si su actual evaluación
sobre sí mismo está relacionada de algún
modo con la de sus padres.
Probablemente hayamos descubierto algunas creencias que no nos
están apoyando. Sobre nuestras capacidades, nuestro
futuro, etc.
Con una persona que vino
a consultarme porque no podía conseguir un buen trabajo
hicimos este ejercicio. Era una profesional, aparentemente
brillante y capaz, pero siempre encontraba problemas y no
podía conseguir un trabajo donde la valorizaran.
La vida es un eco. Si no me gusta lo que estoy recibiendo, tengo
que pensar qué estoy emitiendo.
Al final el ejercicio descubrimos que la frase más fuerte
del padre que ella recordaba era: "Ni para mucama vas a servir".
Por supuesto, esto minaba permanentemente su seguridad y le
impedía triunfar.
Es una ley de la vida
que nadie nos va a valorar ni a respetar, si primero no lo
hacemos nosotros mismos.
¿Qué podía transmitir ella sobre su
valía, si tenía esa vocecita interna que la
descalificaba permanentemente.
La manera de cambiar una creencia que no nos apoya es a
través de dos caminos:
- Asociar la vieja creencia con dolor
frustración, pérdida, etc. La manera de
implementarlo es pensar y visualizar qué nos
pasará si seguimos con esa creencia que nos
daña. Por ejemplo: Si mi creencia es: yo no le gusto a
los hombres, puedo asociarla con quedarme sola, abandonada,
etc. Si mi creencia es: no sirvo para nada, puedo asociarla
con nunca tener un trabajo donde pueda desempeñarme
bien, estar sin dinero,
etc. - Permitirse una duda. Anthony Robbins dice que hay
que permitirse la "duda humilde". No es bueno atacar la vieja
creencia limitante de lleno porque la hemos tenido tantos
años que corremos el riesgo de que
nuestro ataque termine confirmándola. Por eso la "duda
humilde", preguntémonos: "¿No será que,
a lo mejor…." Por ejemplo: ¿No será que, a lo
mejor, puedo hacer algún trabajo bien…? ¿No
podrá ser que a algún hombre le
guste, aunque sea un poco?. Así, lentamente la duda
irá resquebrajando sola la creencia que nos impide
triunfar.
Una vez despejado el camino, es conveniente instaurar
nuevas creencias que nos apoyen y nos ayuden.
Para esto, crearemos algunas afirmaciones sobre nuestro valor y
nuestra capacidad que reemplacen a las viejas creencias
limitantes.
Una afirmación es una declaración de un hecho
positivo. En nuestro caso tienen que empezar con "Soy…" o
"Tengo…"
Hay que hacerlas en primera persona y en tiempo presente.
O sea: no "yo voy a ser bueno en las entrevistas",
sino " Yo soy bueno cuando me entrevistan".
Tendrán que estar expresadas siempre en positivo. Por
ejemplo no diremos "Yo no me pongo nervioso cuando voy a una
entrevista"
sino "Yo me mantengo tranquilo y sereno en cualquier entrevista".
Puede ser que las afirmaciones sean más ciertas en el
futuro, pero deben ser expresadas en el presente con toda su
fuerza y
potencia.
Podemos repetirlas para nosotros o decirlas en voz alta.
Escribirlas en nuestra agenda. Tienen un gran efecto cuando se
las repite frente al espejo, mirándose a los ojos.
Cuanto más a menudo la repetimos más sólida,
firme y verdadera se vuelve.
Autor:
Otilia Mentruyt
Mentruyt[arroba]hotmail.com
Socióloga, especializada en Estadística y Psicología.
Estudió en los Estados Unidos
Programación Neurolinguística y
Psicología
aplicada.
Profesora Universitaria durante más de 15 años
planificó y dictó los Ciclos de Post Grado en la
Facultad de Psicología de la Universidad de
Bs. As. y de la Facultad de Sociología de la Universidad del
Salvador, además de dictar numerosos cursos y
seminarios para graduados.
En el área laboral es
Directora de Mentruyt Consulting (Consultora de empresas) y hace
veinte años que trabaja en empresas de nivel internacional
asesorándolas e implementando programas de
capacitación y Recursos
Humanos.
También es conferencista, permanente colaboradora en
medios
periodísticos especializados, coautora de un Método de
Visualización creativa (Método
Mentruyt), y autora de varios libros de
autoayuda y crecimiento personal.