Indice
1.
Contexto actual
2. Que es un examen
3. Comparación entre las pruebas
tradicionales y los tests objetivos
4. Ventajas adicionales de las pruebas
objetivas para los directivos y profesores
5. Conclusión
El crecimiento acelerado y masivo de la población escolar en los diversos niveles
educacionales vuelve cada vez más urgente el problema de
la evaluación
del rendimiento y de la promoción de los educandos en una forma
ágil y objetiva que asegure tanto la justicia en la
apreciación como la celeridad y facilidad de la misma.
Los profesores hoy en día están sobrecargados de
trabajo y dedican a la corrección horas que podrían
invertir más
fructíferamente.
Sin embargo hay una notable carencia de conocimiento
de las posibilidades que ofrece la construcción de pruebas
objetivas, al mismo tiempo que de la
confiabilidad que estas ofrecen respecto a los sistemas
tradicionales.
Un test o prueba es
simplemente un conjunto de tareas que se utilizan para medir una
muestra del
conocimiento
de una persona, en un
determinado momento respecto a algo específico.
Los tests más comunes usados son las evaluaciones orales y
escritas.
Los exámenes tradicionales y las pruebas objetivas
Los tests tradicionales se tratan de preguntas amplias que el
alumno tiene que explayarse para responder. En los mismos el
alumno:
- Organiza sus respuestas con algún grado de
libertad - Utiliza sus propias palabras y suele ser
manuscrita - Contesta una cantidad relativamente pequeña
de preguntas - Las respuestas pueden variar en grado de exactitud
y completamiento.
Los tests objetivos
suponen diferentes formas que tienen en común que una sola
de las respuestas es la correcta. Las características de estos tests implican que
el alumno:
- Trabaja en una tarea estructurada, no
libre - Selecciona un respuesta entre una cantidad
limitada - Contesta una muestra
grande de items (alrededor de 10 veces más que en las
tradicionales) - Recibe un puntaje por cada respuesta según
una clave predeterminada.
3. Comparación
entre las pruebas tradicionales y los tests
objetivos
1 La pregunta de un examen escrito exige que el
estudiante planee su propia respuesta y la exprese en sus
palabras. Un ítem en un test objetivo exige
que elija entre varias características predeterminadas.
En el test objetivo
funciona sobre todo la memoria de
reconocimiento más que la de evocación, pero
además implica una toma de decisión que no es
fácil entre las distintas alternativas posibles. Es
común que se piense que los tests objetivos son
más superficiales que los escritos tradicionales porque al
presentarse las respuestas posibles se facilita la tarea. Pero
los ítems objetivos bien construidos (con los recaudos
adecuados de confiabilidad y validez ) exigen que el examinado
desarrolle modos de pensar originales para poder
establecer la base de selección
de las alternativas.
El juego de
ajedrez, es,
de hecho, un test de elección múltiple.
2 Un examen escrito consiste en algunas pocas preguntas generales
que exigen respuestas extensas. Un test objetivo consiste en
muchas preguntas específicas que exigen respuestas
breves.
La cantidad mucho mayor de preguntas ofrece mayor ventaja porque
proporciona una muestra más confiable en el área
del aprendizaje.
3 Los alumnos pasan la mayoría del tiempo pensando y
escribiendo en una prueba escrita y pensando y leyendo en un test
objetivo.
Sabemos que una persona puede
leer por lo menos diez veces más rápido de lo que
puede escribir, de modo que si las preguntas de un test objetivo
suponen las mismas palabras que una prueba escrita , un alumno
puede pasar una mayor parte de su tiempo pensando que al dar una
prueba escrita.
4 Un examen tradicional es fácil de preparar pero
difícil y muy costoso (en tiempo y esfuerzo) de
calificar.
Una prueba objetiva es más difícil de preparar pero
muy fácil de valorar exactamente y en un tiempo
exponencialmente menor (una prueba promedio puede tardar un
minuto en corregirse).
Por otra parte, una vez confeccionado el fichero de preguntas
estadísticamente probadas, la construcción de la prueba en sí le
lleva al profesor apenas unos minutos. O sea, es un trabajo que
se hace sólo una vez y se utiliza repetidamente. Y este
trabajo se realiza en grupo el
tiempo se divide directamente entre los integrantes.
5 Un examen escrito proporciona mayor libertad al
alumno para explayarse y mostrar su individualidad, y del mismo
modo deja en mayor libertad al lector para calificarlo.
Esto es, además de cansador, peligroso. Por ejemplo, es
común que un calificador varíe de un momento a otro
de estado de
ánimo (la fatiga es un factor común de influencia)
y este puede influir en la calificación. Por más
que trate de controlarse esta apreciación subjetiva existe
y modifica la exactitud y la ecuanimidad en la
corrección.
4. Ventajas adicionales de
las pruebas objetivas para los directivos y
profesores
Las pruebas objetivas de rendimiento, una vez
construidas, pueden quedar archivadas y tomarse en cualquier
momento. Esto ofrece algunas ventajas (aparte de la obvia del
ahorro de
tiempo en corrección) muy interesantes, tanto para los
directivos como para los profesores:
1 En caso de que el profesor falte, puede tomarse una prueba a
los alumnos, simplemente sacando las preguntas de los temas que
han sido tratados en los
últimos días, aprovechando así la hora
libre.
2 Tienen una ventaja "política" adicional:
es difícil discutir la nota en una prueba de este tipo,
por lo tanto el porcentaje de desconformes por una posible
injusticia baja notablemente, mejorando el clima general,
tanto para los profesores como para los padres y alumnos.
3 Permite al profesor tener muchas mas notas de los alumnos con
menos trabajo, lo cual es un procedimiento de
evaluación más justo.
4 Prestigia a la institución que maneja esta tecnología. No todos
pueden darse el lujo de que sus profesores tengan y utilicen un
sistema de
evaluación de este tipo, asegurando además la
confiabilidad y la justicia en la
evaluación de los alumnos.
5 Provee datos para
estadísticas comparativas. Así,
podemos comparar por ejemplo: nivel entre cursos, métodos de
enseñanza, profesores, etc.
Vemos que las pruebas objetivas superan en confiabilidad
y comodidad a las tradicionales. Siendo así ¿por
qué todos los establecimiento educacionales no las ponen
en práctica? Fundamentalmente por desconocimiento y por la
escasez de docentes que sepan implementarlas. Hacerlo es muy
sencillo, pero implica la capacitación por alguien que tenga una suma
de conocimientos estadísticos y didácticos, cosa
que suele darse muy pocas veces.
Es imprescindible en esta era informática ponerse a tono con los tiempos
y aprovechar el tiempo optimizando los esfuerzos y mejorando los
resultados.
Escrito por: Lic. Otilia Mentruyt
Socióloga, especializada en estadística y psicología.
Estudió en los Estados Unidos
Programación Neurolinguística y
Psicología
aplicada.
Profesora Universitaria durante más de 15 años.
También planificó y dictó los Ciclos de Post
Grado en la Facultad de Psicología de la Universidad de
Bs. As. y de la Facultad de Sociología de la Universidad del
Salvador, además de dictar numerosos cursos y
seminarios para graduados.
En el área laboral es
Directora de Mentruyt Consulting (Consultora de empresas) y hace
veinticinco años que trabaja en empresas de nivel
internacional asesorándolas e implementando programas de
capacitación y Recursos
Humanos.
También es conferencista, permanente colaboradora en
medios
periodísticos especializados, coautora de un Método de
Visualización creativa (Método
Mentruyt), y autora de varios libros de
autoayuda y crecimiento personal.
Autor:
Otilia Mentruyt