Indice
1.
Introducción
2. Reportaje revista
semana
3. Satanás
4. Semana edición 240 VS
Satanás
6. El tiempo 6 de diciembre de
1986
7.
Entrevistas.
8. Opiniones personales y
conclusiones.
9.
Bibliografía
Después de la masacre de pozzeto se conocen
muchísimos artículos que tratan de dar
explicación a las acciones de
Campo Elías o simplemente artículos que tratan de
narrar los sucesos del 5 de diciembre de 1986, ahora bien desde
antes de desarrollar cualquier clase de investigación del caso de la masacre de
pozzeto, es necesario saber que no se va a poder obtener
una verdad absoluta pues de los muchísimos
artículos que dan información acerca de estos hechos y de
muchísimos medios que nos
hablan acerca de este mismo suceso vemos que entre las mismas
fuentes de
información hay contradicciones y se llega al punto de
no tener información como tal si no que simplemente
tenemos hipótesis acerca de lo que pudo haber
pasado. Este trabajo consta de una recopilación de toda la
información que pudimos obtener acerca del caso, un
estudio de dicha información y puesta en común
acerca de lo que expongan dichos medios
teniendo en cuenta las contradicciones de los mismos medios y las
hipótesis que se
pueden venir divulgando desde la fecha por medio de testigos con
testimonios diferentes, ahora bien después de que tengamos
cada punto claro de cada información que nos manden los
medios, vamos a comparar dicha información estudiada con
el libro
Satanás y así darnos cuenta que entra a ser parte
de la historia real
y que hace parte de la ficción o imaginación de
Mario Mendoza, por ultimo sacaremos conclusiones y puntos de
vista personales.
En este trabajo estamos exponiendo bastante información
simultáneamente que en otras partes posteriores del
trabajo pueden ser utilizadas por esto para que el lector no se
tenga que devolver a los artículos anteriores y recopilar
necesariamente la información, vamos a repetir y a
re-exponer información dada en partes anteriores del
trabajo por consiguiente le rogamos paciencia .
2. Reportaje revista
semana
Entrando en materia,
después de observar los artículos del Diario el
Tiempo y el
Articulo de Revista
Semana, nos damos cuenta de que el articulo de la revista semana
es mucho mas global y por consiguiente mas superficial en
comparación con la información que nos brinda el
diario el tiempo; por esta
razón hemos decidido empezar por estudiar el articulo que
brindo la revista semana en su edición 240 (advertencia:
no se sabe que tan verdad puede ser la información
brindada por este articulo pues data según el pie de
pagina de ABRIL 1983, Ahora bien creemos es un error de fecha
pues la información que dan en el articulo es
completamente sólida)
El articulo que brindó la revista semana en donde hablaban
de la masacre de pozzeto se divide en:
- La masacre
- 49.896.93 pesos
- tiquete sin regreso
- La ultima cena
- Desde la Barrera
- Que entre el diablo y escoja
- En el pedazo del articulo que se titula LA MASACRE
simplemente nos brindan información física de Campo
Elías Delgado en donde es importante resaltar que era un
hombre de
contextura mediana, que vestía de gris y con la camisa
abierta, que media 1.74 y salió a las 5:30 PM de la cr.
7 #52-27, que tenia 52 años y tenía un paso firme
y rápido. Su mamá era una persona de
presencia pulcra y sencilla - 49.896.93 pesos, desde el día anterior de la
masacre (el miércoles) Campo Elías se acerco a
las oficinas del banco de bogota
para cerrar la cuenta de numero 4352354 que tenia allí
con el saldo 48.896.93, el cajero intento redondear la cifra
con 50 centavos pero el hombre no
estaba de acuerdo y renegó hasta quedar supuestamente
sin deberle al banco y sin que
el banco le debiera nada de dinero a el.
Esa misma tarde Campo Elías en algún momento
compro aproximadamente 500 proyectiles para un revolver calibre
32 largo. Curiosamente el lugar donde el soldado empezó
su matanza fue el ultimo que fue descubierto por las
autoridades; El jueves 5 de diciembre en el apartamento 304 de
un edificio situado en la calle 118 #40-11 Según el
portero Juan Villamizar el llego a visitar a la señora
Nora Becerra de Rincón, esta señora estaba
acompañada en el apartamento con su hija de 15
años que respondía al nombre de Claudia. Aparte
de ellas dos existía un hermanito de 11 años que
respondía al nombre de Julio Eduardo y fue el primero
que se dio cuenta de lo que había pasado con su
mamá y con su hermana cuando entro en la mañana
siguiente al apartamento y encontró a su mamá
amordazada y maniatada con 4 puñaladas y también
al encontrar a su hermana con 22 puñaladas en el cuerpo
y atada de pies y manos a la cama de su cuarto. Alrededor de
las 4 PM el entro al apartamento en donde vivía con su
madre doña Rida de Delgado a la que asesinó por
,medio de un tiro después de una discusión,
después de muerta Campo Elías la envolvió
en papel
periódico y la roseo de gasolina y le
prendió de fuego después de esto el soldado al
apartamento 301 y con el pretexto de llamar a los bomberos hizo
que le abrieran la puerta dos mujeres que respondían a
los nombres de Inés Gordi Galat y Nelsy Patricia Cortez
sin saber que su destino inmediato sería un tiro en la
cabeza; después de estas dos chicas delgado giro su
cuerpo y en el apartamento 302 se encontraba la señora
Gloria Isabel Agudelo León de 50 años quien
salía a averiguar lo que sucedía, a ella
también la mato, después de esto bajo al
apartamento 101 donde Matilde Rocío González y
Mercedes Gamboa le abrieron la puerta y a pesar de estar
estudiando para un parcial final las chicas dejaron ingresar a
delgado en el apartamento para que llamara a los bomberos,
entonces el soldado les dio un poco mas de tiempo de vida y
después reacciono y las mato a las dos; en ese mismo
apartamento el soldado hirió a otra estudiante que se
encontraba en otro lugar del apartamento pero murió
después cuando era atendida en el hospital San
José. Entonces Delgado salió de su edificio por
ultima vez y se quedo aproximadamente 10 minutos observando un
cartel que hablaba de la obra de García Lorca "Bodas de
Sangre" según testimonio de la señora Blanca
Agudelo de Gonzáles quien se cruzo con el a la salida
del edificio. La señora Berta Gómez era una
señora que vivía con las estudiantes y logro
salvarse de los tiros del soldado por que salto hacia el patio
interior de apartamento, y salió rápidamente del
edificio, detuvo una patrulla de policía, los agentes al
darse cuenta que el 4 piso se estaba incendiando le dijeron que
ese caso era para los bomberos y que ellos se
encargarían de llamarlos, pero ninguna de las
autoridades que tuvieron la oportunidad de reaccionar a tiempo
lo hicieron y entonces no se pudo evitar la siguiente parte de
la masacre. - Tiquete sin regreso. Unos minutos después de
pasar los hechos del apartamento el soldado se dirigió
al apartamento 201 de el edificio ubicado en la Crr 28ª No
51-31 y doña Clemencia de Castro le abrió la
puerta, después de que Campo Elías le preguntara
sobre su marido don Jesús, ella lo invito a seguir al
apartamento Capo Elías y doña Clemencia
mantenían una relación de amistada desde hace 5
años cuando se encontraron las dos familias en una cita
para jugar poker, que era una de las pasiones de Delgado,
aparte de eso como el soldado dominaba el ingles, les
ofrecía unas clases de ingles usando el libro de
"Dr. Jekill and Mr Hyde"; Durante su visita doña
Clemencia y el soldado estuvieron hablando y se noto al soldado
bastante raro y nervioso pues no se sentaba, mantenía
caminando de una lado a otro y aparte de eso repetía las
frases que ya había dicho, doña Clemencia le
ofreció una coca cola al soldado pues era una bebida que
a el le gustaba mucho, aparte de eso estuvieron hablando de el
hijo de doña Clemencia que se nombraba Andrés, a
Andrés la había ido mal en el colegio y Campo
Elías le repitió mucho que no lo fuera a
regañar por que el se tenia que "arreglar", el soldado
era muy cariñoso con los hijos menores de doña
Clemencia, tubo un espacio para hablar con Andrés y le
dio unos consejos; Doña Clemencia noto que el soldado
estaba armado pues se le notaba "el bulto debajo del saco",
además el mantenía armado desde que fue victima
de un atraco en New York, el dentro de su visita en
ningún momento se sentó y siempre él era
el que hablaba , doña Clemencia en ningún momento
pudo interrumpirlo, le dijo el soldado a doña Clemencia
que se iba para un viaje y que de la única familia que
pensaba despedirse era de aquella, hablo de que tomaba un viaje
sin regreso para la china; hacia
las 6:45 pm el soldado se despidió lamentando que don
Jesús no hubiera estado en la
visita, les dijo que los quería mucho , doña
Clemencia lees pregunto que si el les iba a escribir en su
estadía fuera del país y el le dijo que no se
preocuparan por que iban a recibir noticias de el muy pronto,
tres horas depuse José Fernández Gómez se
las daría. - La Ultima Cena; A las 7:15 pm Delgado llego a su
restaurante favorito el cual era la pizzería Pozzeto
(cll 62 cr 7), saludo a los meseros que lo conocían y
después pidió media botella de vino y unos
espaguetis a la boloñesa, lo único que los
meseros notaban extraño de el comportamiento de Delgado es que se paro varias
veces a el baño, a las 8 de la noche termino la comida y
pidió el primer destornillador(cóctel preparado a
base de vodka con jugo de naranja), después pidió
otro y se lo tomaba al tiempo que leía una revista
norteamericana, dentro del restaurante en el primer piso donde
el se encontraba se encontraban 35 personas que no se
imaginaban que pasaría después; hacia las 8:15 pm
el soldado ya había pedido su tercer coctel; poco
después Delgado Pidió la cuenta de se ultimo
coctel y se sentó en la barra, después de
entregarle la revista y un poema a Ecce Homo, pidió un
cuarto vodka… - Desde la Barrera; Unos vecinos del restaurante
Pozzeto que ya se habían enterado de la mitad de la
noticia por medio de los medio de televisión a las 9:15 pm los
Fernández escucharon el primer disparo y cónico
mas uno tras de otro, unos minutos después estos vecinos
pudieron observar como llegaban las primeras patrullas de
policías, escucharon mas disparos mas mientras
observaban como los agentes de la policía
destruían ventanales y hacían todo un operativo
para entrar al lugar, Los Fernández pudieron ver cuando
el dueño del restaurante don Bruno salió de este
gritando que no le destruyeran el negocio, entonces la
policía entro y los vecinos pudieron ver como un agente
entraba y en medio de un nutrido tiroteo descargaba sus
cartuchos a un blanco definido, era tal vez el único
agente que disparaba hacia un blanco definido por que los
demás agentes entraba al lugar disparando a la loca,
entonces los agentes comenzaron a entrar gateando y no dejaron
entrar de nuevo al dueño del restaurante entonces los
vecinos vieron cuando salió un joven diciendo "mataron a
nuestra madrecita" luego este joven se acerco a un carro y
comenzó a darle golpes; Entonces después
comenzó el caos de los heridos, los cadáveres y
los testimonios que eran algunas veces CONTRADICTORIOS. Entre
los testimonios se encontraba el de un cardiólogo que
respondía al nombre de Pedro José Sarmiento y
quien por tres disparos fallidos habría salvado su vida,
el testimonio de este personaje era de excepción pues se
notaba bastante tranquilo en comparación a las
demás personas que salían del recinto, Sarmiento
se encontraba en el restaurante y acababa de ordenar de pronto
oyó un totazo y pensó que era una bomba,
después callo en cuenta que eran disparos pues
oyó varios mas seguidos, entonces escucho una voz que
gritaba "esto es un asalto todo el mundo al suelo,
entrégueme el efectivo, no quiero joyas, el efectivo ,
bótense al suelo"; otra
testigo Myriam Ortiz de Parrado no puede olvidar que el
repetía "nadie me debe ver la cara, ustedes no me han
visto nunca"; entonces en la posición que se encontraba
Sarmiento se pudo dar cuenta como actuaba Delgado dijo que ese
hombre se
acercaba ala gente le pedía la plata y después
cuando se agachaba a recogerla le pegaba un tiro y los mataba
entonces vio así como mataron a Montaño, entonces
el soldado se acerco a Sarmiento y no le dio tiempo tan solo de
moverse un poco para atrás en el momento Campo
Elías le disparo y siguió en su actividad matando
a las demás gente que se encontraba dentro del
restaurante, Sarmiento se toco el ojo , en donde la bala
habría podido darle y sintió bien el ojo ,
después empezó a marearse, se salvo de ese
disparo y otros dos que le habían pasado rozando , el se
había salvado pero su hermana no; hasta que llego la
policía y entro entonces Sarmiento dice ver cuando entro
la policía y lo mato con un disparo; entonces es
aquí donde surge la duda de que si el soldado se suicido
o lo mato la policía; una niña Johana Cubillos
Garzón, vio como el loco mataba a su hermana y aparte de
eso dice que ella vio cuando el loco se suicido, ella dijo que
el loco le pedía plata a la gente y después
procedía a matarlo entonces se acerco a ella y no la
mato entonces fue ahí cuando llego la policía y
el loco se disparo y callo. - Que entre el diablo y escoja; eran las 9:30 de la
noche, en medio del caos de el negocio en ruinas estaban los
cuerpos de 5 mujeres y 9 hombres, quince personas mas se
encontraban en el suelo con heridas, los policías por
las marcas de las
balas se dieron cuenta de la certera puntería de Delgado
las diligencias de los cadáveres terminaron a las 2 am.
Los heridos fueron trasladados a los hospitales San
José, San Ignacio, San Pedro, y militar, y horas mas
tarde seis de ellos morirían, se elevaba a 20 el numero
de muertos en el restaurante y a 28 el numero de la jornada
completa; otras dos vecinas ayudaron con la logística después de toda la
matanza; varias personas se encontraban en el restaurante y fue
esta su cita con la muerte
Esta es la información que sacamos de la
edición 240 de la revista semana, es aquí donde
tomamos esta información como información base para
el desarrollo de
este trabajo.
En este Capitulo Buscamos Hacer un pequeño
resumen de las ideas principales que se encuentran en el ultimo
capitulo del libro el cual también tiene como nombre
Satanás, capitulo en el que se narra toda la historia de lo que hizo
Campo Elías Delgado en su día de masacre por la
zona de Bogotá.
El ultimo Capitulo del libro lo hemos dividido en cinco escenas
que creemos son importantes para el desarrollo de
este trabajo y así podernos dar cuenta que es parte de la
ficción del autor y que es parte de la historia oficial la
que protagonizo el soldado Campo Elías Delgado.
- Escena comienzo de la matanza en el norte de bogota,
cll 118 cr 40 (aprox) (pag 260 del libro). campo elías
llego al apartamento 304 en donde pregunto por la señora
Matilde que tenia entre 40 y 45 años de edad,
doña Matilde lo hizo entrar al apartamento que de por
cierto era muy lujoso y le ofreció un vaso de coca cola,
Campo Elías se sienta a hablar con doña Matilde y
siente el cuchillo que había alistado desde su casa en
su costado, hablan acerca de su hija y la obra de la doble
personalidad
escrita por Stevenson, El soldado le nombra a doña
Matilde que se va a ir de viaje por que iba a volver a
re-integrar a las filas del ejercito de los estados unidos
y tenia planeado supuestamente un viaje a Nicaragua; cuando
doña Matilde esta hablando el no la deja terminar y con
un rápido gesto la golpea, le da un certero golpe en la
nuca y le deja inconsciente, en ese momento el soldado la
amarra con un cordón que había encontrado y toma
camino hacia la pieza de la hija de doña Matilde que era
alumna del mismo soldado, ella estaba estudiando en su pieza
cuando el soldado entro y comenzó a hablar con ella,
ella no se había dado cuenta de nada de lo que
había pasado afuera pues estaba escuchando música
con unos audífonos entonces no escuchaba ni
percibía nada de lo que pasaba por fuera de la
habitación, habla entonces con la niña acerca del
tema de los ángeles y los demonios, del bien y el mal;
entonces en otro gesto rápido le pega a Maribel y la
amarra de pies y manos a la cama, saca el cuchillo y comienza a
enterrarlo en las extremidades superiores de Maribel, le quita
los zapatos y medias y sigue hundiendo el cuchillo por las
extremidades de la niña, corta la ropa y la deja en ropa
interior, se empieza a masturbar con su cuerpo y después
le corta la ropa interior para dejarla desnuda y terminar de
masturbarse, al terminar se llena de rabia y procede a llenarla
de cuchillazos dentro de la parte central de su cuerpo ,
abdomen, corazón
, pecho etc; sale de la pieza después de contemplar el
cadáver de la niña y se encuentra con que Matilde
esta despierta, entonces en un ataque de furia empieza a
hacerle preguntas un tanto locas y llenas de violencia,
después de esto Matilde se entera de la muerte de
su hija y el asesino la mata con 4 cuchillazos en el abdomen,
busca otras prendas de vestir que sean de hombre y elegantes,
pues se cambia la ropa por que había quedado sucio
después de esta matanza a arma blanca y después
sale del apartamento como si nada. - Escena , el soldado va a la universidad
(pag 270) el soldado se dirige a la séptima con calle
cuarenta y entra a la universidad
donde va a realizar la tesis de
grado es entonces donde un profesor le dice que busque un
estudiante en el área de ciencia
sociales que esta terminando letras por que el puede tener una
bibliografía que le
puede servir para el desarrollo de su tesis que se
basa en el tema de los dobles; es entonces cuando el soldado
busca a el estudiante, lo encuentra y empieza a platicar con
el; después de que el estudiante le da la bibliografía el soldado
le da las gracias y se dirige a salir del recinto. - Escena; apartamento de la mamá (pag 271) campo
elías se dirige a el edificio donde vive y antes de
entrar al apartamento el consulta su reloj y observa que son
las cuatro en punto de la tarde, entra al apartamento y
sostiene desde el principio una discusión con su mama y
el final de aquella discusión es un disparo en la cabeza
hacia la mamá; después el soldado fue al
apartamento 301 y mato a dos chicas sin necesidad de entrar al
apartamento; se voltea y se encuentra en el apartamento 302 a
la señora beatriz con la que había tenido unos
inconvenientes desde antes, la hizo arrodillarse y
después le pego un tiro en la cabeza; en el 101 mata a
tres chicas universitarias que estaban estudiando para un
examen, dos las mata instantáneamente después de
entrar al apartamento y la tercera la deja herida y va a morir
después en el hospital; sale del edificio y se queda mas
o menos diez minutos observando la obra de garcía lorca-
bodas de sangre. - Escena; apartamento en el barrio sears timbra y lo
atiende allí una señora que responde al nombre de
doña Carmen , ella le ofrece una coca cola, hablan
acerca de los hijos de Carmen y de un viaje que iba a hacer
supuestamente al otro lado del mundo , a la China;
después de la larga visita se despide le manda saludes
al esposo y le dice que no se preocupe que pronto
recibirá noticias de el. - Escena en pozzeto . El soldado entra al restaurante
del que es cliente y pide
media botella de vino y unos spaguettis a la bolognesa;
después de que termina de comer pide un vaso
pequeño de coca cola y un flan de caramelo;
acompaña después toda su comida con un
destornillador; después de tomarse el trago entra al
baño y alista las balas del revolver en el bolsillo y
carga el mismo; deja libre el cuchillo "por si algo" se hace en
un lado del negocio y comienza a disparar a la loca sin dejar
salir absolutamente a nadie pues su certera puntería
niega oportunidad de salida, observa rostros conocidos y
después de darles la bienvenida al infierno les dispara
a la cabeza a cada uno, entonces comienza a enloquecerse y
pensamientos totalmente neuróticos pasan por la cabeza
del soldado entonces es ahí donde se acerca al cuerpo in
vida del cura, y con la sangre del
mismo escribe en el suelo "yo soy legión"; los
policías entran al recinto y disparan sin un blanco
definido entonces no logran darle de baja, y en un rito
ceremonioso el soldado pone su revolver en su misma cien y se
vuela la cabeza.
Esta es la historia resumida de lo que paso en el ultimo
capitulo de la obra, ahora ya teniendo una información de
tipo "medio de comunicación" y otra fuente de
información de tipo literario que es la que vamos a
estudiar, vamos a ponerlas en común y así mismo a
tratar de sacar lo que es ficción y lo que es parte de la
historia real de el caso de Campo Elías tan solo teniendo
en cuenta la información que hasta ahora
tenemos.
4. Semana edición
240 VS Satanás
Titulamos así para hacer la comparación
pertinente y darnos cuenta de que es lo que hace parte de la
historia oficial entre el libro Satanás y la
información que nos brinda la revista semana y
también definir que hace parte de la ficción de
Mario Mendoza.
- La masacre: en esta parte tanto el libro como la
revista semana están meramente de acuerdo con la
información que nos brindan solo hay que tener en cuenta
que en el documental de Semana la narración empieza
desde que ya ha dado de baja a la mamá (en ese
capitulo) - 49.896,93 pesos; la información que brinda la
revista semana y la que nos cuenta la historia en el libro de
Satanás en esta parte del reportaje solo varia en unos
pequeños detalles: Según el reportaje de Semana
Campo Elías habría comprado proyectiles para un
revolver calibre 32 Largo y en la historia del Libro
Satanás dice que el soldado portaba un revolver calibre
38 corto, ahora nos damos cuenta que el libro y la revista
están en desacuerdo con esta parte de la
información, es en este momento donde asumimos que
empieza la ficción de Mario Mendoza frente a las
acciones que
sucedieron, asumimos como habitantes de esta sociedad
colombiana y consultando con personas que tengan mas o menos
idea de armas nos damos
cuenta de que el autor pudo usar un calibre diferente como lo
es el 38 corto por que es mas conocido en el mercado y en
la sociedad
colombiana en comparación al 32 largo, de hecho es el
mas común en el porte aquí en la sociedad
colombiana, entonces el autor pensó en un arma que
cualquier persona de
cualquier edad pudiera distinguir y no se confundiera, entonces
eligió el calibre 38 corto el cual es uno de los mas
conocidos y de los mas usuales que se ven aquí en la
sociedad colombiana. Ahora después de esto viene la
escena de la cll 118 con cr 40 en donde Campo Elías va a
visitar una mujer;
mujer que
según el libro se llama Matilde pero que según el
documental de Semana se llama Nora Becerra y a este ultimo es
al que le creemos pues nos damos cuenta que sigue la
ficción del autor y sustentamos el inclinarnos hacia el
nombre de Nora Becerra y no al de Matilde por que en el mismo
comienzo del libro dice "… tanto los personajes como la trama
pertenecen exclusivamente al territorio de la
ficción…" de allí que sacamos de que el empieza
a cambiar todos los nombre de los personajes si los comparamos
con los verdaderos que confiamos sean los que publica la
revista semana; ahora en las dos historias aparece de que la
señora a la que va a visitar tiene una hija la cual es
alumna de clases de ingles del soldado, esta niña en el
libro se llama Maribel y en el reportaje de semana se llama
Claudia, de los mismos argumentos nos valemos para decir que
Maribel es el resultado de la imaginación de Mendoza y
que la verdadera niña respondía al nombre de
Claudia. De ahí para allá no se sabe nada
según el documento de la revista semana, lo único
que coincide es el numero de puñaladas de las dos
mujeres y el estado en
el que las encontró el hijo al otro día cuando
abrió el apartamento, son totalmente iguales entre el
documento y el libro. - ahora entre la escena del apartamento de la 118 y la
del apartamento de la mamá hay otra escena que es la de
la universidad, dicha escena la describe el libro en un corto
pedazo pero el documento no dice absolutamente nada de lo que
fue la visita a la universidad entre estas dos
escenas. - En la escena del edificio donde residía la
mamá no hay ningún cambio por
que todo coincide perfectamente, solo que en documento de
Semana dicen los nombres de la victimas de el soldado en
cambio en el
libro no , tan solo una persona que era la administradora del
edificio y que el soldado no se la llevaba bien con ella y
según el libro se llamaba Beatriz y lo que dice el
documento de la revista semana es que la señora
respondía al nombre de Gloria Agudelo; de resto todo es
igual pero en el documental hablan de una señora que
escapo del 101 y que vivía con las tres victimas de ese
apartamento y en el libro no habla nada acerca de ese
detalle. - En el barrio Sears como ya lo pudimos comprobar el
autor vuelve a cambiarle el nombre a los protagonistas de esta
escena esta vez cambia el Clemencia de Castro por Carmen y
aparte de eso la única diferencia también entre
el documento y el libro es que en el documento hablan de que el
soldado estuvo hablando unos minutos con el hijo de doña
Clemencia Andrés de 12 años de edad y le dio unos
consejos antes de irse, cosa que dentro del libro no nombran
para nada y simplemente dice que le mando saludes al marido de
la mujer
(Clemencia-"Carmen") - la escena de Pozzeto es la que mas cambia empezando
por que supuestamente el soldado después de que
había comido los spaguettis y bebido el vino
pidió un flan de caramelo y una coca cola, cosa que
dentro del documental de semana no aparece (simplemente lo
dejamos como incógnita y lo confirmaremos con mas
fuentes de
información), después con los destornilladores
todo vuelve a coincidir en la historia; según el libro
el asesino entra al baño para alistar su armamento, cosa
que en el documento no está, simplemente en el documento
dicen que el hombre
cada poco iba al baño pero nunca se supo por que o para
que con verdadera argumentación, en la parte en que
dicen que el deja el cuchillo libre para su uso fácil,
se vuelve a generar otra pregunta pues en el documental no
hablan de cuchillos, simplemente se nombran las cuchilladas que
les pego a las mujeres en la 118, pero en Pozzeto según
la revista semana no se volvía a hablar de cuchillos
(esta también es información que se confirmara
con el uso de mas fuentes de
información). Según el libro el hombre
dispara sin dejar salir a ninguna persona y sin mencionar
ninguna palabra excepto "bienvenidos al infierno"; en cambio en
el documental por medio de los testimonio nos damos cuenta de
que el hombre amenazaba con que eso era un asalto y
pedía efectivo aparte de eso en el documento de Semana
nos damos cuenta que mas de uno pudo escapar de su cita con la
muerte;
ahora según el libro el solo se tomo un destornillador,
pero según el documento de la revista semana el hombre
se tomo cuatro vodkas. Ahora en el libro se dice que el entro
en una serie de locura y se le pasaron por la cabeza una serie
de imágenes
locas que lo hacían delirar; en cambio en el documental
dice que el simplemente y tranquilamente pasaba por las
personas pidiéndoles el efectivo y matándolas
instantáneamente con un tiro en la cabeza; Ahora en el
libro dice que el cogió de la sangre de un cuerpo de un
cura que había matado en el acto y que en el suelo
escribió "yo soy legión"; en cambio EN LA VIDA
REAL Y POR FUENTE MISMA DE INFORMACIÓN, MARIO MENDOZA
nos dijo que el había dicho estas palabras cuando estaba
agonizando antes de morir; Ahora en el libro dice que el con un
ritual ceremonioso se vuela la cabeza, en cambio en el otro
documento hay los dos testimonios, el que el se suicido y el
que un agente de las policía le dio de
baja…
de allí que la obra si tiene muchísima
ficción y que aparte de eso por las contradicciones que se
presentan en los testimonios de los testigos y sobrevivientes nos
damos cuenta que hay preguntas que no se resuelven totalmente y
que este trabajo puede dejar de ser un trabajo que explique la
situación a un trabajo que simplemente estudie los
distintos testimonios y le de la razón a algún
testimonio bajo alguna argumentación como le hemos venido
haciendo hasta ahora.
Nos damos ahora cuenta que ni la prensa en este
momento tenia claridad de el asunto y que por el contrario estaba
totalmente confundida de allí que no nos responsabilizamos
a emitir juicios falsos por mala información o a publicar
en este trabajo información totalmente falsa.
Anexo artículos edición 240 Abril
(1983)fecha error
La masacre
Un hombre canoso y con el pelo muy corto, 1,74 de estatura, ni
muy grueso ni muy delgado, vestido de gris claro, con la camisa
abierta y un maletín negro de ejecutivo en la mano
derecha, salió a las 5:30 pasadas del edificio de la
carrera 7 N° 52-27. El tránsito por la carrera
séptima era intenso, como cualquier otro día de la
semana a esa misma hora.
No había ningún motivo especial para detenerse a
mirar a este hombre. Ni siquiera por el hecho de que antes de
emprender su camino, hubiera parado unos instantes frente al muro
de un solar vecino, sobre el cual estaban colocados varios
carteles anunciando el último montaje del Teatro El local:
Bodas de
sangre.
Minutos después, el hombre dobló la esquina de la
53 y se dirigió hacia el occidente, siempre
caminando.
ABRIL 1983 EDICION 240 |
Amante de la novela |
A esa hora la jornada de la mayoría de los
bogotanos estaba terminando. Para Campo Elías Delgado, 52
años, apenas se trataba del intermedio. Era difícil
adivinar que este hombre de paso firme y rápido y de
presencia pulcra y sencilla, acabara de matar esa misma tarde a
su madre y a otras ocho personas. 49.896,93 pesos
Todo había comenzado el día anterior. A eso del
mediodía, Delgado se acercó a la oficina del Banco
de Bogotá donde tenía su cuenta de ahorros
número 4352354, y le informó al empleado de la
ventanilla respectiva que venía a saldar la cuenta. Los
depósitos ascendían a 49.896,93 pesos. Para
redondear la cifra el cajero le entregó en efectivo
49.896.50, pero Delgado exigió de inmediato que le fueran
entregados los 43 centavos restantes. Este fue el detalle que
permitió que para ese cajero, Delgado se hubiera
convertido en el único hombre distinto de los cientos que
había atendido ese mismo día.
En algún momento esa tarde, o en la mañana del
día siguiente, Campo Elías Delgado habría
comprado cerca de 500 proyectiles para un revólver calibre
32 largo. Era claro que tenía en mente algo grande y
grave. Y el primer capítulo de la historia que
habría de protagonizar ese jueves, y que
irónicamente sería el último en descubrirse,
comenzó a eso de las 2 de la tarde en el apartamento 304
de un edificio de la calle 118 No. 40-11.
Según el portero Juan Villamizar, allí llegó
Delgado a visitar a Nora Becerra de Rincón, propietaria
del apartamento en el que vivía con su madre y buena amiga
de ésta. La señora Becerra estaba acompañada
de su hija Claudia, de 15 años.
Otro hijo de la familia,
Julio Eduardo, de 11 años, el jueves a las 9 de la noche
regresó a su casa pero no logró entrar porque nadie
le abrió la puerta. Tuvo que dormir esa noche en la
portería y muy temprano en la mañana se
levantó para entrar al apartamento, utilizando las llaves
de seguridad del
edificio. Lo primero que vio fue a su madre recostada sobre el
sillón de la sala amordazada y maniatada, con cuatro
puñaladas en el cuerpo. Luego, en una de las habitaciones,
encontró a su hermana Claudia sobre la cama, atada de pies
y manos y también amordazada. Tenía 22 cuchilladas
en su cuerpo.
Nadie podrá saber nunca cómo fueron los
últimos momentos de la vida de estas dos mujeres que
ingenuamente le habían abierto la puerta, a las 2 de la
tarde, a Campo Elías Delgado. Tampoco se sabrá muy
bien qué hizo éste después. Lo que
está claro es que alrededor de las 4 de la tarde
llegó al apartamento en que vivía con su madre, a
quien le correspondería el siguiente turno de esta
secuencia sangrienta.
Se sabe que a doña Rita de Delgado le tocó el
primer tiro después de una discusión airada. Y que
después de muerta, Campo Elías la envolvió
en papel periódico,
la roció con gasolina y le prendió fuego. Mientras
las llamas invadían la estancia, dejó
tranquilamente el apartamento, bajó las escaleras, y con
el pretexto de llamar a los bomberos, timbró en el
apartamento 301. Las estudiantes Inés Gordi Galat y Nelsy
Patricia Cortés le abrieron la puerta, sin saber que su
destino inmediato sería un tiro en la cabeza.
Después se dirigió al apartamento 302, cuya puerta
ya había sido abierta por la profesora Gloria Isabel
Agudelo León, de 50 años, quien salía en ese
momento para averiguar dónde se habían producido
los disparos. Delgado la mató, era la sexta
víctima.
Luego bajó al primer piso, y en el apartamento 101
tocó el timbre. Matilde Rocío González, de
23 años, y Mercedes Gamboa, de 20, quienes se encontraban
estudiando para un examen final que debían presentar el
viernes en la universidad, corrieron la misma suerte que las
anteriores. Salvo que, al parecer, Delgado les dio un poco
más de tiempo. Todo indica que, con la excusa del incendio
del apartamento del cuarto piso, también les pidió
prestado el teléfono. Matilde alcanzó a
descolgar la bocina, pero antes de marcar el número la
mató. En ese apartamento, Delgado también
hirió de muerte a otra
estudiante, María Claudia Bermúdez Durán,
quien falleció horas después en el Hospital San
José.
Caía la tarde cuando Campo Elías Delgado
dejó por última vez su edificio, al tiempo que la
señora Blanca Agudelo de González, familiar de la
profesora del 302, llegaba. "Era extraño cómo ese
señor se quedó sorprendido unos minutos mirando el
cartel de la obra de García Lorca, ‘Bodas de
sangre’. Se acercó al borde del andén y creo
que se quedó allí como 10 minutos, completamente
quieto", dijo doña Blanca a los periodistas que la
entrevistaron esa misma noche. Luego Delgado le dio la espalda al
afiche y se perdió por la calle 58.
La señora Berta Gómez, quien vivía con las
estudiantes en el apartamento 101 y había logrado salvar
su vida saltando hacia el patio interior, salió velozmente
del edificio y detuvo una patrulla de la Policía, a la que
pidió ayuda. Los agentes, según doña Berta,
al ver que el cuarto piso se estaba incendiando, le respondieron
que este era más bien un caso para los bomberos, y que
ellos se encargarían de llamarlos. Es muy posible que si
esta patrulla hubiera atendido inmediatamente el caso, Delgado
habría podido ser capturado y evitarse el resto de la
tragedia.
Pero ni la patrulla paró ni los dos policías
militares que ocupaban la caseta de vigilancia de la Dirección de Sanidad del Ejército en
la acera de enfrente, reaccionaron. Y a Delgado se le
permitió seguir su camino.
Tiquete sin regreso
Quince minutos después, Campo Elías Delgado
timbró en el número 201 del citófono del
edificio de la carrera 28A N° 51-31. "¿Quién
es?", preguntó una voz de mujer. "Campo Elías",
respondió el visitante. Doña Clemencia de Castro
bajó entonces las escaleras y le abrió la puerta
del edificio al amigo que llevaba un año sin ver.
Inicialmente, Delgado preguntó por don Jesús, el
esposo de doña Clemencia. Ella le dijo que no estaba y lo
invitó a seguir al apartamento.
Entre Delgado y la familia
Castro existía una amistad de
más de cinco años. Se habían conocido a
través de otra familia, vecina
también del sector de Sears, en una noche en que todos se
habían puesto cita para jugar póker, una de las
mayores pasiones de Delgado.
Con el paso del tiempo, Delgado, que era hombre de pocos amigos,
se encariñó con la familia Castro, a tal punto que
se convirtió en un visitante frecuente de esa casa. Como
hablaba muy buen inglés,
hace dos años les ofreció enseñarles el
idioma utilizando como libro de texto la obra
Dr. Jekyll and Mr. Hyde de Robert L. Stevenson.
Como cosa rara, esa noche Delgado llegó con vestido
entero, contrariando su costumbre de ir siempre en mangas de
camisa aun en las noches más frías. Era evidente
que estaba tan excesivamente peluqueado como lo estaba el ex
combatiente de Vietnam que Robert de Niro interpreta en Taxi
Driver antes de desatar su orgía de sangre. Hablaba casi
compulsivamente. Repetía varias veces una misma frase y a
pesar de la insistencia de doña Clemencia no quiso
sentarse. Caminaba de un lado a otro de la pequeña
sala-comedor, adornada con cuadros sobre las paredes grises y
varias macetas con helechos de plástico.
A cada paso sus zapatos golpeaban fuertemente el piso de madera.
"A él le gustaba mucho la Coca-Cola y por eso le
ofrecí una", recuerda doña Clemencia, quien a la
mañana siguiente habría de dar a Caracol las
primeras pistas sobre la
personalidad de Delgado. "Mientras se la tomaba
—relató a SEMANA— hablamos de mis hijos. Al
menor (Andrés, de 12 años) le fue mal este
año en el colegio. Y Campo Elías me insistió
mucho en que no lo regañara porque él iba a
enderezarse".
El interés
de Delgado por el hijo menor de los Castro era usual,
permanentemente le demostraba un cariño especial. Le
regalaba chocolatinas y hablaba mucho con él. Esa misma
noche, Delgado tuvo oportunidad de conversar un rato con el
niño, a quien dio algunos consejos y le acarició la
cabeza .
Doña Clemencia recuerda que mientras esto sucedía,
observó que Delgado tenía el saco cerrado. "Se le
notaba un bulto sobre el costado izquierdo. Yo pensé para
mis adentros: ¿será la pistola? porque él
generalmente andaba armado desde cuando una vez en Nueva York un
asaltante le dio un balazo en el tórax".
Delgado y doña Clemencia continuaron conversando,
él siempre de pie y ella sentada. En realidad, era casi un
monólogo del visitante. "Normalmente él no era tan
hablador pero el jueves en la noche, yo casi no pude
interrumpirlo. Insistió mucho en que nos quería.
Habló de un viaje y me aseguró que la única
familia de la que se iba a despedir era de la nuestra. Dijo que
había comprado un tiquete sin regreso. Y
señaló con sus manos que se iba a ir de un extremo
a otro extremo; a la antípoda. Habló de irse a
Estados Unidos
pero luego cambió de idea y comenzó a hablar de la
China". Hacia las 6 y 45, Delgado se despidió de
doña Clemencia lamentando que su esposo no hubiera
estado.
Mientras bajaban las escaleras, él insistió: "Los
quiero mucho". Doña Clemencia le preguntó si les
iba a escribir. A lo cual le respondió: "No se preocupen
que noticias mías van a recibir pronto, muy pronto". Tres
horas después, José Fernández Gómez
se las daría.
La ultima cena
Y las noticias eran grandes y graves. A las 7:15, Campo
Elías Delgado llegó a su restaurante favorito, la
Pizzería Pozzetto, en la carrera 7a. con calle 62.
Saludó a
los meseros que lo conocían, se sentó en una mesa y
pidió media botella de vino y unos espaguetis bolognesa.
Colocó a su lado el maletín negro que había
llevado en las últimas horas. Fue como siempre muy amable
y el único detalle extraño que notaron los meseros
fue que en varias ocasiones se paró al baño.
Pasadas las 8 de la noche terminó la comida y pidió
un primer ‘destornillador’ (vodka con jugo de
naranja). Pidió luego un segundo trago y, como el primero,
lo bebió sin apuros, mientras leía detenidamente
una revista norteamericana. Terminado el segundo trago, Delgado
pidió la cuenta, la canceló, y le dijo al mesero
Ecce Homo Rosas, que le iba
a componer un poema.
Ni el mesero ni ninguna de las 35 personas que se encontraban en
el primer piso del restaurante, tuvieron oportunidad de enterarse
de que afuera, no muy lejos de allí, decenas de agentes de
Policía estaban buscando a Delgado, quien dentro de la
pizzería parecía en ese momento tan inofensivo como
el resto de los clientes.
Pero no sólo los policías estaban enterados de lo
que Delgado había hecho en el edificio donde vivía.
Decenas de periodistas andaban ya tras la noticia y algunas
emisoras de radio
habían dado el flash de que un
sicópata andaba suelto por las calles de Bogotá. La
noticia interrumpió las entrevistas de
camerino de los enviados especiales a Santiago de Chile sobre el
primer regalo de Navidad que
millones de colombianos habían recibido esa noche: el
emocionante triunfo de la Selección
Nacional juvenil de fútbol sobre el poderoso equipo del
Brasil. Todo
esto explicaba la inusual soledad de las calles bogotanas a hora
tan temprana en día de semana.
Hacia los 8:15, Delgado ya había pedido un tercer vodka.
Simultáneamente, a ocho cuadras del restaurante, dos
máquinas del cuerpo de bomberos terminaban
de apagar el incendio de su apartamento y las autoridades
llevaban a cabo el levantamiento de los primeros
cadáveres. Poco después, Delgado pidió la
cuenta de ese último vodka y se sentó en la barra,
después de entregarle la revista y el poema a Ecce Homo.
Pidió un cuarto vodka, el maletín negro siempre al
lado.
Desde la barrera
Unos minutos antes de las 7, Carlos Fernández y su esposa
Patricia, que viven en el apartamento 401 de un edificio ubicado
en frente de la pizzería, oyeron a Pilar Castaño,
en el Noticiero de las Siete, anunciar que un hombre había
matado e incinerado a su madre y asesinado a dos personas
más, en un edificio de la carrera séptima con calle
52. Vieron entonces las primeras imágenes
del incendio del cuarto piso del edificio que habitaba Delgado.
Pero la noticia no había acabado de suceder.
Hacia las 9:15 los Fernández escucharon un primer disparo
y luego cinco más, uno detrás de otro. "No
escuché ningún grito —relata Fernández
a SEMANA—, sólo pensé en esconderme con mi
niña de dos semanas, lejos de la ventana. Es lo mismo que
hago siempre que hay tiros por aquí cerca. Esperé
tres o cuatro minutos, tal vez más, había un gran
silencio y Patricia se acercó a la ventana. Yo la
seguí y alcancé a ver cómo llegaban los
primeros policías. Como tenía mi cámara a la
mano, tomé algunas fotos, mientras
los policías rodeaban el lugar. Creo que escuché
algunos tiros más adentro de la pizzería. Los
agentes se acercaron a las ventanas, rompieron los vidrios y
rasgaron las cortinas, mientras disparaban para cubrirse unos a
otros. Recuerdo que vi a don Bruno, el dueño del
restaurante, cuando salió por la puerta gritando:
‘No me destrocen más esto, que ya me ha costado como
un millón de pesos’. En esos momentos, se produjo un
nutrido tiroteo y me parece que de adentro se oyeron más
disparos. Desde el costado izquierdo, donde venden las pastas, un
policía rasgó la cortina y vi cómo vaciaba
el cargador de su arma hacia un blanco muy definido. Era la
primera vez que uno de los agentes disparaba repetidamente hacia
un lugar específico, pues los demás habían
estado disparando un poco a la loca. Hubo algunos tiros
más y los agentes comenzaron a entrar gateando. Don Bruno
intentó seguirlos, y rápidamente lo sacaron,
mientras le gritaban. Vi entonces a un muchacho que corría
de un lado a otro gritando: ‘¡Mataron a nuestra
madrecita! ¡Mataron a nuestra madrecita!’. Luego vi
cómo se acercaba a uno de los carros parqueados frente al
restaurante y le daba golpes en el techo".
Lejos estaban los Fernández de imaginar las sangrientas
escenas y los minutos de espanto que se habían vivido en
el interior del restaurante; una masacre sin precedentes en los
últimos 20 años de historia. Después vino la
confusión, el caos. Patrullas de Policía
tenían aislado el sector y procuraban poner orden, para
que los médicos legistas pudieran adelantar las
diligencias de levantamiento de los cadáveres y los
heridos fueran conducidos a los centros hospitalarios. Comenzaron
entonces las distintas versiones de los hechos. Aquí y
allá, los medios de
comunicación entrevistaban gente y recogían
testimonios a veces contradictorios. Sin embargo, apareció
lo que podría considerarse un testigo de excepción:
el cardiólogo Pedro José Sarmiento, a quien el azar
de tres disparos fallidos le había salvado la vida.
Sarmiento se hallaba comiendo con un colega suyo, el
médico boliviano Andrés Montaño Figueroa. La
orden que les habían tomado no alcanzó a llegar a
la cocina. De espaldas al resto de la gente que se hallaba en el
restaurante, oyó un totazo que pensó que era una
bomba. Cuando escuchó varias detonaciones más,
seguidas, supo que se trataba de disparos. No alcanzó a
voltearse, cuando oyó una voz que gritaba: "Esto es un
asalto. ¡Todo el mundo al suelo! Entréguenme el
efectivo, no quiero joyas. El efectivo. ¡Bótense al
suelo!". Era lo mismo que escuchaba, pero dándole la cara
a Delgado, Myriam Ortiz de Parrado, de 45 años, madre de
cuatro hijos. Ella no puede olvidar que decía: "Nadie me
debe ver la cara. Ustedes no me han visto nunca".
Los comensales obedecieron las órdenes y comenzaron a
sacar sus pertenencias. Sarmiento, quien se había tirado
al suelo y yacía boca arriba, pensó que no
habría problema, que una vez que la gente entregara su
dinero los
atracadores se irían. Sin embargo, esto estaba lejos de
ser así. La posición de Sarmiento le
permitió ver la forma como procedió Delgado: "Ese
tipo le pedía plata a la gente y cuando se agachaba a
recogerla le disparaba y la mataba. El tipo llegó al lado
de Montaño. No sé si le dio o no dinero. Entonces
oí disparos, Montaño quedó ahí.
Cuando se me acercó fui a darle seis mil pesos que
llevaba. Me eché un poco hacia atrás y él me
disparó. Pensé que era mi fin y él
siguió a matar a los otros. Me toqué el ojo derecho
por donde me había disparado. Lo sentí,
empecé a marearme". Era la segunda vez que se salvaba.
Segundos antes, dos balas habían pasado rozándolo
apenas. Pero Delgado siguió cobrando sus víctimas,
hasta cuando un policía destrozó uno de los
ventanales de la fachada y disparó. Era el fin. Delgado
cayó entonces.
Es aquí donde surge la duda de si Delgado se
suicidó, o si fue la Policía quien le dio de
baja
Una niña, Johana Cubillos Garzón, estaba
allí esa noche negra: no sólo vio morir a su
hermanita de 11 años sino que asegura que vio cómo
Delgado se suicidaba. "Yo vi todo, yo era la única que lo
estaba viendo. El loco pedía que le dieran dinero en
efectivo y que dejáramos los billetes sobre las mesas al
tiempo que daba vueltas en el salón disparando y matando.
De pronto se paró junto a mí, me miró y
pensé que me iba a matar, pero no lo hizo, pensé
que dispararía pero no lo hizo, no se por qué no me
mató, pero a mi hermana ya la había asesinado. Yo
miraba cómo mataba a la gente y no podía hacer
nada. Hasta que llegó la Policía y rompió un
vidrio, entonces
vi cómo el loco se disparó y
cayó".
Que entre el diablo y escoja
Eran cerca de las 9:30 de la noche. En medio de sillas y mesas en
desorden, vasos y platos rotos, yacían sin vida los
cuerpos de cinco mujeres y nueve hombres. Quince personas
más se quejaban de sus heridas. Cuando las autoridades
hicieron su entrada pensaron, por el número de muertos
"que nos íbamos a encontrar con pozos de sangre. Pero no
fue así. Descubrimos que la mayor parte de las
víctimas había muerto de dos disparos en la
cabeza". Para la Policía esto revelaba la certera
puntería de un hombre entrenado. Delgado, dicen algunos de
quienes lo conocieron, se preciaba de ser el mejor frente a un
polígono.
Sobre las escenas de horror comenzaron las diligencias para
identificar a las víctimas, diligencias que sólo
terminarían a las 2 de la mañana. Los heridos
fueron trasladados a los hospitales de San José, San
Ignacio, San Pedro y Militar, y horas más tarde seis de
ellos morirían. Se elevaba a 20 la cifra de los muertos en
el restaurante y a 28 el total de la trágica jornada.
Dos mujeres de apellido Infante, las únicas habitantes de
la casa que sobre la séptima limita con el restaurante,
sintieron personalmente cómo se ramificaba y
extendía como mancha de aceite la tragedia. Un frasco de
calmantes, litros de agua
aromática y un teléfono que siempre pusieron a
disposición de los familiares de las víctimas,
fueron los servicios que
hasta el final de la noche prestaron, aún temblando, estas
dos samaritanas.
Como en cualquier sitio público, aquella noche en Pozzetto
se habían mezclado personas de diferentes profesiones,
orígenes y edades. Con la mención de los nombres de
las víctimas que la radio
transmitía en directo desde el sitio, el país se
fue enterando de quiénes habían encontrado esa
noche su cita con la muerte
7. Comentario; Ahora bien escogimos el documento de la
revista Semana como documento base para nuestro trabajo, por que
lo tomamos como documento que mira esta noticia desde un punto
global y al parecer como La revista Semana no es un diario si no
que es una publicación que sale cada semana, asumimos que
esta edición tomo la noticia global que estuvieron
publicando toda la semana entonces puede tener un porcentaje
mayor de verdad dentro de su información.
Segunda Parte
Ahora como todos sabemos la
masacre fue el día Jueves 4 de diciembre de 1986
(desmintiendo varias publicaciones que dan en internet y que no tienen la
fecha correcta). Vamos a tomar la publicación del diario
del tiempo el día siguiente después de la
masacre.
Página siguiente |