- Introducción
- Antecedentes generales
- Marco teorico
- Recursos metodologicos
- Resultados y conclusiones
- Bibliografía
Introducción
El consumo de drogas en la población juvenil en Chile, no es un tema nuevo, sin embargo, es la manera de observar este fenómeno que marca la diferencia, ya que a través de las Representaciones Sociales, podremos explorar más allá de las estadísticas y las políticas de intervención que se utilizan actualmente y que no han sido capaces de abordar el tema de manera integral y coherente con los jóvenes y su particular forma de representar la realidad que les circunda.
Este documento presenta detalladamente el Estudio sobre las Representaciones sociales de los Jóvenes secundarios de la Comuna de Ñuñoa, respecto al consumo de drogas, rescatando el significado atribuidos a estas practicas, que les dan un sentido social a la conducta de consumo.
Con una metodología estructural cualitativa se intenta indagar a través del análisis por categorías del discurso producido por los jóvenes en un contexto de interacción grupal.
Antecedentes generales
El Consumo de Drogas en Chile
El más reciente de los estudios realizados por el CONACE, abarca 62 comunas (35 de la R. Metropolitana y 27 de las regiones I. a la XII.), Con un numero final de 31.665 personas encuestadas[1]de entre 12 y 64 años. Entre los resultados más importantes, se destaca que el consumo de marihuana sigue siendo el de mayor frecuencia (16.77%), le sigue la cocaína (4.02%) y por ultimo la pasta base (2.27%).
En cuanto al consumo según sexo, se observa que aún cuando el consumo los afecta a ambos, los hombres triplican el porcentaje del consumo en comparación con las mujeres.
Cabe señalar que el tramo de personas de entre 19 y 25 años concentra la más alta frecuencia de consumo, siendo la marihuana la más consumida.
Por otro lado se constata que el consumo de marihuana, cocaína y pasta base, atraviesan todas las clases sociales, sin embargo, las de mayor consumo son las clases sociales extremas, aunque varia el tipo de droga utilizada, por ejemplo mientras la marihuana mantiene valores relativamente parejos, la pasta base se muestra escasa en estratos medio-alto y alto, así mismo el consumo de cocaína desciende en estratos medio-bajo y bajo, situación que probablemente se deba al poder adquisitivo de las personas representadas en este estudio.
Otro dato importante, entregado por este estudio, señala que la edad de inicio del consumo varía según el tipo de drogas, la marihuana presenta una edad de inicio a los 17 años, en el caso del clorhidrato de cocaína la edad es de 20 años y en la pasta base de 21 años.
Cabe destacar que, durante el año previo al estudio, el 72% de los consumidores de marihuana dejaron de consumirla, a sí mismo el 64% de los consumidores de pasta base y el 67% de los que consumían cocaína dejaron de utilizarla. De lo anterior podría sostenerse que el consumo pudiera ser transitorio y que finalmente la mayoría de las personas optan por abstenerse, sin embargo no debemos olvidar el factor de deseabilidad social, donde los sujetos tienden a adecuar sus respuestas en las encuestas, en función a parámetros de conductas socialmente deseables, más aún cuando se trata de un tema tan sensible como es el del consumo de drogas, pues no podemos obviar el hecho que esta penalizado por ley, por lo tanto las cifras de exconsumo pudieren estar distorsionadas.
Estudios Sobre El Consumo de Drogas y Jóvenes de Enseñanza Media.
En cuanto a las investigaciones en el área, se observa un gran interés en el estudio epidemiológico del consumo de drogas y del trafico de estupefacientes, de hecho el primer estudio del CONACE data de 1994, lo que sin duda constituye un importante aporte en virtud que permite conocer la magnitud del problema y la focalización apropiada de los recursos para las intervenciones a nivel nacional y local.
Además, en los últimos años, se han realizado una serie de investigaciones de carácter cualitativo sobre el consumo de drogas, lo que ha permitido comprender mejor el fenómeno, ello realizado por instituciones como La Caleta, Conosur, La Red Intersectorial de Drogas en San Joaquín y el INJUV (Instituto Nacional de la Juventud), además de un numero considerable de tesis de pregrado en áreas de las ciencias sociales.
En un estudio de prevalencia de conducta de riesgo bio-psico-social y disfuncionalidad familiar en adolescentes de 7º básico a 4º medio de la Región Metropolitana (Florenzano, Pino & Marchandón, 1991)[2] se encontró, entre otros que las substancias de consumo más frecuentes eran el alcohol (54.1%) y tabaco (53.1%). La frecuencia de las drogas ilegales fue: marihuana(12.8%), anfetaminas(4.2%), cocaína (2.5%), inhalantes (0.9%) y otras (5.8%). El consumo aumentaba sustancialmente después de los 15 años de edad. Además se observó que las conductas de riesgo, tanto de consumo de sustancias, como en conductas antisociales, aumentaban considerablemente en hijos de padres con algunas de las disfuncionalidades consideradas en el estudio, las que fueron: separación de los padres, trastornos psiquiátricos de los padres y tratamiento de alcoholismo.
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