- El doble
- La sombra
- El paradigma literario
- El rincón feliz
- Análisis de los
capítulos - Casi una conclusión
Henry James es una de las figuras relevantes de la literatura
contemporánea. La crítica
lo ha catalogado como un escritor preocupado por la
técnica narrativa. Uno de sus logros consiste en redefinir
el valor
artístico de una obra, reformulados en un concepto integral
entre discurso y
estética.
Se lo reconoce principalmente por Otra vuelta de tuerca,
ampliamente estudiada incluso en los claustros universitarios y
de una serie de títulos, entre los que se incluyen: La
lección del maestro, Un peregrino apasionado, Los
embajadores, La copa dorada, La otra casa, entre otros.
Hemos extraído, para su análisis, el cuento El
rincón feliz (1949), que si bien se puede establecer una
lectura
interpretativa desde un punto de vista biográfico, se ha
tenido en cuenta el tema del doble como recurso literario.
En la antigüedad y el período del
prerromanticismo, el tema del doble era un motivo de interpretación para la relación de
dos personajes iguales (mellizos, gemelos), principalmente en el
género
comedia, en el cual, los enredos y equívocos
enriquecían una situación anecdótica. Con el
surgimiento del romanticismo,
pasó a ocupar un lugar destacado cambiando el punto de
vista, en una estructura
compleja, debido a que la visión interna permitía
la recreación
de un clima de
tensión y suspenso, que en muchos casos, dejaba en el
lector la sensación de una ambigüedad de los hechos
presentados para una interpretación libre.
Estas situaciones fueron analizadas por Otto Rank, en El
doble(1976), estableciendo un estudio comparativo desde el
ámbito del psicoanálisis aplicado a la literatura. Si
bien se pueden encontrar obras universales, su mirada se
concentra en un estudio pormenorizado de aquellas pertenecientes
a la literatura alemana.
Otto Rank vincula el estudio del doble con la
proyección de la sombra psicológica, para lo cual
describiremos brevemente un concepto de su aplicación en
el psicoanálisis.
El tema de la sombra ha sido tratado por Sigmud Freud en La
interpretación de los sueños (1991), y a partir de
este estudio clásico es posible conceptualizarla.
Todo el bagaje cultural heredado potencia la faz
positiva, dejando de lado lo negativo por las consecuencias
nefastas que puede acarrear. A veces no se advierte que este
aspecto podría llegar a ser un motivo de cambio en la
persona. La
cultura ha
remarcado al lado negativo como "la sombra". En una primera
impresión se la podría definir como una "falta de
luz".
Carl G. Jung establece que "la sombra representa casi a la
totalidad del inconsciente humano", a lo que la analista
Junguiana Marie Louise Von Franz subraya que es "el lado oscuro,
apagado y reprimido del complejo yoico", de "cualidades y
atributos desconocidos o poco conocidos del ego: aspectos que, en
su mayoría, pertenecen a la esfera personal y que
también podrían ser conscientes" (Jung, 1976: 170).
En su proyección se hallan aquellos que de alguna manera
se consideran desagradables por tener un comportamiento
caprichoso (complejos), dudas, decepciones, sexualidad,
angustias, pero también se encuentra gran parte de la
espontaneidad e intuición.
Tanto Otto Rank como Carl Gustav Jung, al desvincularse de la
Escuela
Psicoanalítica Ortodoxa (léase Sigmud Freud y sus
seguidores), ahondaron con detenimiento en este cambio y
establecieron una serie de prácticas y métodos
clínicos para tratar casos puntuales: locura, doble
personalidad,
fobias, alucinaciones, efecto de narcóticos, entre
otros.
El psicoanálisis como cualquier otra disciplina
pueden tomarse como referencia para abordar una crítica
literaria, ya que esto posibilita una amplia
conceptualización del tema, no sólo como un
vínculo cultural entre la obra artística y el hombre,
sino también por ser el vehículo motor de todas
las manifestaciones humanas.
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