Indice
1.
Introduccion
3.
Resultados
4. Discusión y
conclusiones
5. Referencias
En este estudio se analizó la influencia del
horario de verano como productor de ansiedad, con un muestra de 150
alumnos de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza de las
carreras de Psicología, Medicina y
Odontología que pertenecen a cuarto
semestre y segundo año respectivamente. Se empleó
un diseño
factorial multivariable, los instrumentos que se utilizaron
fueron: Inventario de
Ansiedad: Rasgo-Estado para
medir la ansiedad y se elaboró un cuestionario
para medir las variables
intervinientes. El análisis de resultados mostró que un
49.9% de la muestra total
presentó ansiedad durante el horario de verano, mientras
que el 50.1% presentó una ansiedad mínima en el
transcurso de este. La carrera que presentó mayor ansiedad
fue Psicología
con un 35.3% durante el horario de verano. Con estos datos se
demuestra que el Horario Verano no es un factor productor de la
ansiedad.
La cronobiología ha demostrado dos hechos fundamentales
para los seres vivos: uno, los fenómenos cíclicos
que son verdaderas adaptaciones incrustadas en el código
genético a los diversos ciclos temporales que los cambios
geográficos ofrecen. Y dos, que la misma naturaleza de los
procesos
reguladores lleva implícita la tendencia a la
inestabilidad. Así, se puede considerar que los ritmos
biológicos son adaptaciones hereditarias de los seres
vivos al cambiante medio externo usando dos tipos de mecanismos:
La presencia de osciladores internos y la presencia de lazos de
retroalimentación los cuales tienden a
variar cuando no están debidamente amortiguados
(Tresguerras 1992).
Los biorritmos proporcionan un marco fiable para la
organización temporal de los seres vivos en
relación con el tiempo sideral.
El ritmo es una forma de ordenar temporalmente las tareas y de
sintonizarlas en un momento adecuado del entorno (alimentación,
estivación, cortejo, cría, etc.) existe una
relación entre los ritmos biológicos y la
motivación, entendida esta como la generación
de comportamientos para saciar necesidades internas.
Los ritmos biológicos recurren a cualquier fenómeno
de un sistema
biológico a intervalos más o menos reguladores
El ciclo diario del ritmo interno del cuerpo humano
dura 24 horas y 11 minutos por término medio y no
más de 25 horas siguiendo el ciclo solar. Su actividad,
regulada por la luz, tiene un
ritmo marcado por el día y la noche. Influye en la
temperatura
del cuerpo, en los ciclos de sueño, en el apetito y en la
actividad hormonal.
Los ritmos biológicos de frecuencia media y baja son
sincronizados por determinados factores del entorno, estos
factores externos capaces de sintonizar o reajustar el ritmo de
un individuo a la evolución del ciclo externo se denominan
sincronizadores. Uno de los sincronizadores más característicos es el ciclo luz-oscuridad.
El organismo humano funciona en forma adaptativa siguiendo los
llamados "ritmos circadianos", los cuales son notablemente
influenciados por variaciones ambientales y climáticas.
Están diseñados para mantenerse despierto de
día, y cerrar las operaciones de
noche para poder dormir.
Como reloj despertador, envía señales que avisan
que es hora de comer, de despertar, de descansar,
etcétera. Por lo general tiene su mejor momento en el
primer tercio de la mañana. Decae alrededor del medio
día hasta la media tarde, y vuelve a subir alrededor de
las 6:00 p.m. para caer a la hora de dormir.
Fisiológicamente lo más adecuado para la salud y el rendimiento del
ser humano es acoplar de la mejor forma posible sus actividades
más importantes al ciclo natural luz/obscuridad. El
regulador de este reloj es la luz. Cuando la retina capta el
primer rayo de sol, manda la información al cerebro y
éste envía docenas de ordenes al cuerpo. Para
activarnos en el día segrega, entre otras, la hormona del
estrés
cortisol, y en la noche, la melatonina para dormir. Por eso,
cuando en verano amanece más temprano, lo lógico es
recorrer el horario una hora antes, porque el cuerpo naturalmente
se activará por la luz.
El ritmo circadiano más importante del organismo se
manifiesta por el sueño. Es un aspecto clave, pues, se
vive menos por falta de sueño que de alimentos. El
ciclo gasto de energía-recuperación en estado de
sueño, sería superponible a las funciones
anabólicas (acumulación) y catabólicas
(consumición) del sistema
vegetativo. El sueño, función
anabólica, estaría bajo la dependencia del sistema
parasimpático y el estado de
vigilia o estado catabólico del simpático.
Son múltiples los parámetros biológicos que
muestran variaciones circadianas. Así, la temperatura,
TA, pulso, gasto cardiaco y consumo de
oxígeno
se elevan durante la actividad diurna y disminuyen durante la
noche. Estos ritmos se pueden invertir por los cambios del
horario de trabajo y por la iluminación artificial.
El sueño es un proceso activo
del Sistema Nervioso
y presenta características específicas. El
sueño determina el tiempo de
descanso y la actividad alternados en los seres vivos. Es
sensible a los cambios físicos y psicológicos, se
altera y responde de acuerdo al estado de la persona, es por
tanto, un indicador confiable de salud-enfermedad.
La privación selectiva del sueño puede producir,
después de unos días, deficiencias en la memoria,
somnolencia diurna con microsueños y despertares,
alteraciones afectivas, conductuales, agresividad e incluso
alucinaciones. En los trastornos afectivos se presentan con mucha
frecuencia trastornos de sueño asociados, es el caso del
stress, depresión
y psicosis,
así como la farmacodependencia entre otros. (Tresguerras
1992)
Es evidente la importancia del sueño como proceso vital
que interactúa con muchos otros y se afectan mutuamente.
Basta ver el impacto de los distintos estilos de vida, horario,
alimentación y uso de fármacos, en
la calidad del
sueño de una persona. Por
ejemplo, el llamado "mal de husos horarios" o "jet-lag" que
padecen los viajeros frecuentes, pilotos y sobrecargos que se ven
obligados a cambiar frecuentemente de husos horarios. Sus ciclos
vitales normales se alteran y el ritmo interno, hasta ese momento
tolerante acaba por perder los criterios de estabilidad temporal
sobre los cuales sincronizan su funcionamiento y la actividad
física y
psíquica del organismo.
La ruptura temporal del ciclo sueño-vigilia por cualquier
causa puede desajustarse a su vez el "timostato" límbico
esto es el regulador del estado de ánimo provocando rasgos
depresivos o maniacos, ansiedad entre otras consecuencias.
Los pacientes con perturbaciones leves o moderadas del
sueño pueden sentir irritabilidad e inhabilidad de
concentrarse.
La influencia de la iluminación en el ambiente de
trabajo, los habitantes de las ciudades pasan hasta el 80% de su
tiempo en entornos cerrados tales como casa, transporte o
trabajo, unos recintos opacos con poca o ninguna luz solar. La
óptica
sabe, desde hace tiempo, que la luz condiciona la agudeza visual
y la percepción
de los colores . Hoy,
el estado de
la investigación en neurociencia permite
afirmar que la luz es biodinámica, pues afecta
profundamente al sistema endocrino y, a través de
él, a todos los sistemas
biológicos. Especialmente, la ausencia de luz influye
negativamente sobre el estado de ánimo y afecta a la
capacidad del cerebro para el
manejo rápido de la información . Por tanto, la calidad de la
iluminación artificial es significativa para la seguridad y el
rendimiento laboral . La
iluminación usual en entornos de trabajo, mal
diseñada, monótona y muy insuficiente, produce
falta de atención , desánimo, depresión
, e incrementa el estrés y
la fatiga de la jornada, lo que es causa de accidentes ,
absentismo y bajo rendimiento laborales Intensidad mínima
de iluminación Precisamos una luz brillante, de intensidad
mínima entre 800 y 100 lux, que dice a nuestro sistema nervioso
que ya es de día, y nos despierta el ánimo, sin
necesidad de estímulos químicos como café o
tabaco . La
fotobiología nos dice que la percepción
de la luz brillante por la glándula pineal, inhibe la
secreción de melatonina, la hormona del sueño, y
proporciona al cerebro serotonina, la hormona de la actividad.
Generalmente se calcula la iluminación mínima para
permitir la capacidad de lectura . En
los ambientes de trabajo son usuales intensidades desde 100 a 200
lux en pasillos, y 300 a 500 lux en despachos. Niveles de
iluminación insuficientes que no permiten superar la
somnolencia y estar mentalmente despierto y alerta.
(González, 2000)
Al alterar los ritmos biológicos, se manifiesta los
síntomas de ansiedad definiendo esta como un estado
emocional displacentero de miedo o aprensión, bien en
consecuencia de un peligro o amenaza identificable, o bien cuando
dicha alteración emocional es claramente desproporcionada
en relación a la intensidad real del peligro. La ansiedad
se caracteriza por una gran variedad de síntomas
somáticos como temblor, hipertonía muscular,
inquietud, hiperventilación, sudoraciones, palpitaciones,
etc. Aparecen también síntomas cognitivos como
aprensión e inquietud psíquica, hipervigilancia y
otros síntomas relacionados con la alteración de la
alerta (distraibilidad, pérdida de concentración,
insomnio).
Los resultados de un estudio de la Universidad de
Harvard (EE.UU.) en el que se ha analizado el ritmo circadiano
(nombre técnico que viene de las palabras latinas "circa":
alrededor de, y "die": día) de 11 jóvenes y 13
personas mayores. Entre los trastornos que se podrán
beneficiar del estudio, los investigadores citan el jet-lag, el
insomnio de las personas mayores y los problemas de
sueño que sufren las personas que trabajan en turnos de
noche. Los voluntarios han sido confinados durante más de
30 días en ambientes sin relojes, sin ventanas, sin
televisión
y sin ningún otro vínculo que les pudiera indicar
qué hora era en el mundo exterior. Se les sometió a
un ciclo artificial de luz-oscuridad de 28 horas. No se les
permitió hacer siestas. Los investigadores les midieron la
temperatura varias veces al día y les tomaron muestras de
sangre para
analizar los niveles de melatonina y cortisol. Esta parte del
experimento se debe a que la temperatura, la melatonina y el
cortisol tienen un ciclo diario estricto en el cuerpo humano
, con un descenso de un grado de temperatura, un descenso del
cortisol y un aumento de la melatonina en las primeras horas de
la noche. Los resultados muestran que, en el grupo de
jóvenes, que tenían una edad media de
23 años, estas tres variables han
fluctuado con un ciclo diario medio de 24 horas y 11 minutos; en
el grupo de
personas mayores, con una edad media de
67 años, el ciclo ha durado exactamente lo mismo. Para
comprobar si el hecho de basar el experimento en un ciclo de
sueño -vigilia de 28 horas había influido en los
resultados, los investigadores repitieron la operación en
tres de los voluntarios con ciclos artificiales de 20 horas y de
42 horas. Los resultados variaron por un solo minuto. Lo que
sí se ha observado en el estudio es que los voluntarios
mayores casi siempre se despertaban antes que los jóvenes
y no conseguían volverse a dormir. Puesto que su reloj
interno no es distinto al de los jóvenes, razonan los
investigadores, este "insomnio de madrugada" se debe
probablemente a factores externos como cambios de luz. (Corbella,
1999)
El nuevo horario de verano implica la sencilla operación
de adelantar 60 minutos las manecillas del reloj pero hay
personas que no se recuperan.
Tener que estar fuera de la cama una hora antes, trae
desajustados muchos ritmos biológicos. No a todos les
pasa, pero quienes aún no se pueden adaptar se quejan de
alteraciones del sueño, cansancio, depresión, mal
humor y somnolencia.
Lo que sucede es que cada persona regula muchas de sus funciones
mediante los llamados ritmos circadianos (del latín
"circadies": alrededor de un día), que controlan la
actividad sueño vigilia.
Así, el organismo trabaja según su reloj
biológico, que se manifiesta de distinta forma
según dos tipos de personalidades.
Manuel Díaz, director del Centro de Estudios sobre
Alteraciones del Sueño, dice que por un lado están
los "pájaros madrugadores", personas que se desarrollan
más por la mañana, en la tarde su actividad
disminuye, y se duermen temprano para despertarse en las primeras
horas de la mañana.
"Están también los 'búhos', con poca
energía matutina, se acuestan muy noche y batallan para
levantarse, pero después de las 3 ó 4 de la tarde
empiezan a desplegar toda su energía y creatividad "
comenta Díaz.
César Lozano, especialista en Metabolismo ,
indica que está demostrada la correlación entre la
inducción al sueño y la
secreción de la hormona melatonina, producida en el
cerebro por la glándula pineal cuando llega la tarde.
"Al amanecer comienza a disminuir la producción de melatonina y aumenta la de
serotonina, hormona que regula el estado de vigilia. Si dormimos
más tarde y nos tenemos que levantar más temprano
alteramos nuestro ciclo circadiano. Cuando nos levantemos nos
sentiremos más aturdidos que de costumbre".
Podrán decir que es muy fácil adaptarse al nuevo
horario, que 80 países en el mundo no pueden estar
equivocados al mantenerlo, dice el psicofisiólogo Pablo
Valdez, pero un estudio hecho en Monterrey por la Facultad de
Psicología de la UANL en 1996, cuando se instauró
la medida, demostró lo contrario.
"En ese estudio dimos seguimiento durante tres semanas,
después del cambio en el
horario de verano, a 19 personas, y un tercio de ellas
presentó en ese tiempo fatiga, cansancio, sueño y
somnolencia".
Para ese tercio de personas que no se adaptó tan
fácilmente, agrega, el cambio de
horario sí afectó su rendimiento y mostró su
molestia por la decisión de instituirlo.
Según la FIDE el Horario de Verano es una medida que nos
acerca a lo natural, es decir, a un ajuste normal de nuestros
organismos a los amaneceres cambiantes. Eso no tiene ninguna
repercusión negativa sobre la salud de la población , ni aún tratándose
de niños o
ancianos.
Diferentes estudios médicos comprueban que nuestro
organismo tiene la capacidad de adaptarse a los cambios de
horario en un tiempo máximo de 72 horas, o una semana en
casos de sensibilidad extrema. El Horario de Verano
no afecta la capacidad de aprendizaje o de
concentración, por lo que el nivel de aprovechamiento de
los niños
en edad escolar no se ve perturbado por esta medida.
El Horario de Verano no afecta el reloj biológico; la
incapacidad para acostumbrarse al cambio de horario puede
representar un reflejo de resistencia a la
medida, antes que un impacto negativo sobre el funcionamiento del
organismo. Además, por la índole de su actividad
profesional, muchas personas se someten constantemente a cambios
de horario sin perjuicio para su salud, como los pilotos y
sobrecargos de aviones, los chóferes de autobuses
foráneos y los médicos y enfermeros que trabajan
con cambios de turno.
El Horario de Verano definitivamente no provoca problemas de
salud, prueba irrefutable de ello son los más de dos mil
millones de personas que viven en otros países que aplican
esta medida, algunos desde hace más de 80 años, sin
ninguna consecuencia negativa. Por el contrario, en el resto de
los países en los que se ha adoptado el Horario de Verano,
se reciben los beneficios que trae consigo esta medida, sin
sufrir ningún menoscabo a la salud.
En México ,
el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía
señala que "en países con amplia experiencia en el
cambio de horario durante el verano no se han encontrado
alteraciones orgánicas significativas y, al contrario,
sí se armoniza el funcionamiento del organismo al
aprovechar al máximo posible los tiempos de luz solar
diaria".
Se debe considerar que un factor que sí afecta de manera
negativa la salud de cualquier persona son los índices
elevados de contaminación , y a través del
Horario de Verano se obtienen reducciones importantes en el
número de emisiones contaminantes a la atm ósfera, ya que
disminuye el consumo de
combustibles necesarios para la generación de energía
eléctrica . Además, el Horario de Verano
contribuye a crear una cultura del
cuidado de la energía, de la que todos debemos tomar
conciencia , por
nuestro propio bienestar y el de las generaciones futuras. (FIDE,
1999).
Notimex. México .
El 'Horario de Verano' no ocasiona daños a la salud, ni
trastorno del sueño a largo plazo, afirmaron autoridades
de la Clínica de Trastornos del Sueño, de la
Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM), ubicada en el
Hospital General de México de la Secretaría de
Salud.
El titular de la clínica Reyes Haro Valencia
explicó que el organismo humano posee la capacidad de
ajustar los cambios de hora de lo contrario sería
imposible realizar viajes
intercontinentales o trabajar jornadas nocturnas.
La medida de aplicar el Horario de Verano, adoptada por
diferentes países durante varios años, ha permitido
la realización de estudios para conocer su posible efecto
en la salud humana y hasta el momento no hay investigación internacional que hable de
complicaciones o daños.
Haro Valencia, precisó que durante toda su trayectoria
como especialista en esta área no ha tenido conocimiento
alguno sobre
algún paciente con trastorno del sueño, ocasionado
por el cambio de horario.
Reconoció que al principio el 'Horario de Verano' produce
fatiga o cansancio, pero tales sensaciones, parecidas a las
que
experimentan los lunes al retomar sus labores y actividades
cotidianas, desaparecen en tres días en promedio y el
organismo se restablece.
El también investigador de los trastornos del sueño
en el Instituto Nacional de Neurología y
Neurocirugía de la Secretaría de
Salud explicó que el ciclo de actividad y reposo o vigilia
es uno de los llamados ritmos circadianos, por medio de los
cuales se ajusta el reloj biológico del organismo.
Haro Valencia indicó que si hay variaciones en los husos
horarios, el mecanismo endógeno o el reloj
biológico permite al
organismo adaptarse a ellos.
Abundó que cuando el cambio es drástico como ocurre
entre los continentes, los estragos son mayores, y si es
mínimo, como en el caso del horario de verano, los efectos
son menores, pero siempre hay capacidad de adaptación, por
eso muchas personas no sienten ese cambio.
El investigador recomendó a las personas sensibles a un
cambio de horario, evitar las siestas diurnas los primeros
días posteriores al cambio, para conciliar el sueño
durante la noche, ajustar el reloj y procurar un horario regular
para levantarse y acostarse, incluso los dos primeros fines de
semana o los días de descanso.
Aclaró que los niños tienen mayor facilidad para
acostumbrarse a los cambios de horario, debido a que su sistema
nervioso está en desarrollo y
por lo tanto posee mayor capacidad de adaptación.
Explicó que las personas más susceptibles y con
mayor reticencia son quienes tienen algún trastorno del
sueño, como el síndrome de fase retrasada,
caracterizado porque la persona se acuesta muy entrada la noche,
a las dos o tres de la mañana, pero también se
levanta tarde.
Esto también ocurre con los que experimentan la fase
adelantada del sueño, sobre todo en adultos mayores que
hacen pequeñas siestas durante el día y se duermen
y se despiertan temprano para el descanso nocturno.
En caso extremo están las personas con alguna
complicación para dormir, como lo son el insomnio,
ronquido y narcolepsia (que se quedan dormidos en todos lados),
entre otros. (NOTIMEX, 2001).
El doctor Casares menciona que el cambio de horario provoca una
pérdida de calidad de
vida . De igual forma trae consigo trastornos del
sueño ansiedad enfermedades
cardiovasculares y accidentes de
circulación.
Durante el horario de verano, se produce un incremento de casos
de patología de la esfera psiquiátrica, ansiedad,
depresión, insomnio, falta de concentración
irritabilidad, fatiga crónica…, problemas
cardiovasculares y sobre todo accidentes laborales y de trafico
por "ir dormidos al volante".
De esta forma menciona que es un cargo de gastos que se
realiza en la compra de los fármacos para controlar los
trastornos y que además nuestro cuerpo no puede adaptarse
de una forma rápida al horario de verano. ( Casares,
2000).
La hipótesis alterna de esta
investigación es comprobar si el horario de verano es un
factor desencadenante de la ansiedad en todo el transcurso de
este en los universitarios de la FES Zaragoza de las carreras de
Psicología, Medicina y
Odontología . La hipótesis nula es
que el Horario de Verano no es generador de la ansiedad en los
universitarios, en el transcurso de éste.
Sujetos: Se seleccionaron por cuotas 150 alumnos de la
FES Zaragoza de las carreras de Psicología, Medicina y
Odontología de cuarto semestre y segundo año
respectivamente; de los cuales se seleccionaron 50 de cada
carrera.
Instrumentos: IDARE: Inventario de
ansiedad: rasgo-estado.
Dr. CHARLES D. SPIELBERGER
Cuestionario
para controlar las variables intervinientes.
Situación experimental: La investigación se
realizó en el aula A-415, de la FES Zaragoza, donde se
colocaron 5 sillas para los sujetos a experimentación y
una enfrente de éstas para el instructor
Procedimiento:
Se seleccionó una muestra promedio con respecto al
número de estudiantes de cada carrera, siendo así
la muestra de 50 alumnos por carrera.
Se seleccionaron por cuotas grupos de 5
sujetos, la selección
se realizó preguntando a los sujetos si querían
participar en contestar cuestionarios acerca del horario de
verano, teniendo el grupo de 5 sujetos se llevaron al aula A-415
donde se aplicó primero el Cuestionario para medir las
Variables Intervinientes (anexo 1); posteriormente se les
aplicó el cuestionario para medir la Ansiedad IDARE (anexo
2), el cual consta de dos partes: primera SXE (anexo 2.1) y
segunda SXR (anexo 2.2.). Las instrucciones fueron:
Para el cuestionario de variables intervinientes: Tachar la
respuesta que creyeran conveniente según su caso.
Para el IDARE: Contestar todos los reactivos sin faltar alguno.
No tomar mucho tiempo en contestar cada uno de los reactivos.
Para el SXE: Contestar como se sentían en ese mismo
momento, tomando en cuenta el Horario de Verano.
Para el SXR: Contestar como se sentían generalmente,
considerando cuando aún no estaba el Horario de
Verano.
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