Para esto, los medios masivos de comunicación llevan a cabo su sistemática labor actuando como estimulantes sexuales, pues toda su propaganda está impregnada de sexo, ya que toman a éste como una mercancía más y la incorporan subliminalmente a otros productos, explotándolo de mil formas: cine, revistas, libros, televisión, etc. "La percepción relajada comúnmente desarrollada por el exceso de tensión en que nos movemos, es la actitud que posibilita que seamos manipulados inconscientemente. A mayor represión, mayor manipulación. Nuestras defensas perceptuales se convierten así en el peor enemigo de nuestra libertad personal.". (10) Los medios masivos de comunicación en el contexto de una economía de mercado, en último análisis no son más que otra industria, que tiene una doble finalidad, lucrar y controlar a nivel psicológico.
Esta participación de los medios masivos de comunicación, tanto a nivel estructural como superestructural de una sociedad en la cual impera la propiedad privada, hace que ellos sean utilizados con fines clasistas, utilizando todo su potencial más para el mantenimiento y conservación del status quo que para el cambio y la renovación. La educación de los hijos actualmente tiene que ser compartida con la escuela, la radio, la televisión y en general con todos los medios masivos de comunicación. La familia, como primer agente de socialización ha venido perdiendo ése papel ante la influencia de la televisión. La difusión de valores hostiles al sexo se dan junto a la represión sexual que corre pareja a la seducción subliminal. Se cultiva y fomenta una moral hostil al sexo. La miseria de la sexualidad no puede salir a flote, aunque el modelo vigente sea por todos compartido, no es tema de discusión pública. Surge el conflicto en el individuo con mayor intensidad, la sexualidad es un acto natural y excitante, se le estimula a ejercerla pero la represión imperante le impide realizarse en este terreno.
Debido a lo anterior, en la mayoría de los casos el enamoramiento "… es un simple revestimiento del objeto por parte de los instintos sexuales sobreexcitados: revestimiento encaminado a lograr una satisfacción sexual directa y que tiende a desaparecer con la consecución de ése fin". (11) La sociedad de consumo capitalista llega al extremo de alienar al ser humano, convirtiéndole en un ente consumidor, de tal manera que éste consume la mayoría de los artículos que se producen, por más superfluos que sean. Se crean y fomentan nuevas necesidades para dar cabida a esos productos, actuando bajo criterio de obtener una mayor extracción de plusvalía aún cuando esto implique pasar por encima de la satisfacción de verdaderas necesidades humanas.
El hombre moderno es un hombre descontento, en la medida en que cuando satisface una necesidad, surge otra nueva, hundiéndolo en un estado de frustración permanente. El cosumismo es "… un rebajador imitable del descontento, una salida a la frustración cotidiana contemporánea. Es contradictorio el alto grado de consumismo de una pequeña franja del mundo, un verdadero ultraje, comparado con la gran población mundial que padece hambre". (12) Desde el siglo pasado Marx advirtió lo que sucede con las necesidades humanas en un mundo enajenado y previó con claridad la conclusión de este proceso, aún cuando la realidad ha dejado corta la descripción que hiciera de la enajenación. "El hombre dentro del sistema capitalista, que se ha sometido a sus necesidades enajenadas es un ser mental físicamente deshumanizado… la mercancía con conciencia de sí y capaz de actuar por sí mismo. Este hombre enajenado sólo conoce una manera de relacionarse con el mundo exterior, poseyéndolo y consumiéndolo". (13) La mercancía más valiosa y efectiva viene a ser el sexo, pues es el gancho para colocar infinidad de artículos. La enajenación en el terreno de la sexualidad se manifiesta en la difusión del modelo genital que se observa en las películas "de corte sexual", que tienen una gran demanda y en otro tipo de medios de comunicación, que divulgan el mismo modelo.
La ideología patriarcal y consumista de nuestro sistema social, concentrada en el machismo, conduce a concebir a la mujer como un objeto sexual, que puede ser adquirido y gozado en la medida en que sea mayor nuestra capacidad adquisitiva. Los roles sexuales están claramente orientados a consolidar la supremacía del hombre sobre la mujer; a ella le es asignado un papel específico a desempeñar, el cual por lo regular está al servicio del hombre o bajo una dependencia directa del mismo. Aún a pesar de ciertos avances, se niega a la igualdad de los sexos en varios aspectos, manifestándose esto en forma más clara en el terreno sexual donde existe un desconocimiento generalizado de la fisiología sexual femenina.
Es en este contexto y bajo estas premisas en el cual se dan las relaciones de parejas en el medio juvenil en nuestra sociedad. El joven imbuido de una ideología machista y pequeño-burguesa, desconocedor de muchos aspectos inherentes a las relaciones humanas, debido a su formación individualista, pero sobre todo de las intepersonales a nivel sexual. La joven cargando a cuestas cierta conflictiva relacionada a su naturaleza de mujer en un medio social como el descrito, que la coloca bajo una dependencia directa del hombre y limita su desarrollo en varias facetas de su personalidad, la cual se ve así fragmentada en su evolución.
2.3. La separación de la pareja y sus consecuencias psicológicas.
Lógico es el pensar que las relaciones de tipo amoroso establecidas sobre las bases anteriores tengan corta duración, el tiempo que duren dependerá de la solidez de los vínculos afectivos que unan a los dos miembros y de los intereses que de esa relación se desprendan. El sentimiento de soledad y aislamiento producto del individualismo llevado al extremo, empuja al hombre y a la mujer a llenar el vacío interpersonal buscando el sentimiento de complementariedad a la primera oportunidad que se presente, motivando con ello el surgimiento de un gran número de relaciones cuyo contenido es meramente superficial en las que no se llega a conocer la esencia de la otra persona. Contribuye para esto, el hecho de que en la fase del flirteo o noviazgo se fomente la tendencia a ocultar defectos reales o presuntos, y se ensalce por otro lado, a las virtudes en actitudes que rayan en la hipocresía.
Al profundizar la relación de la pareja, en el intercambio dentro de la cotidianeidad, es cuando se da el conocimiento real a nivel interpersonal, cuando el proceso está en marcha es cuando afloran diferencias que no habían sido planteadas, o bien surgen divergencias en cuanto a la concepción de determinados aspectos, y en los casos en que estas diferencias y divergencias llegan al punto de las discrepancias es cuando se produce la separación de los amantes. Los falsos soportes de estas relaciones ceden ante el peso de las divergencias; el dolor producido por esta experiencia en la persona que lo vivencia es tal que bloquea la capacidad de análisis y de raciocinio, ya que se percibe con toda su intensidad y en forma contradictoria, una gama de emociones, sentimientos y estados de ánimo.
En este punto, es necesario decir que existen pocas investigaciones científicas sobre este tipo de experiencias, con la honrosa excepción de algunos psicoanalistas que se han aventurado a investigar el desarrollo, pasión y muerte de estas relaciones. Es en ese sentido que, Igor Caruso denomina la separación de los amantes como "… la irrupción de la muerte psíquica en la vida de dos seres humanos que deben vivir el horror de esta muerte del alma, pues la gama de sentimientos es percibida tan intensamente que es comparable con la muerte física, pero mucho peor, pues sería preferible la segunda a la primera". (14)
El fenómeno de la separación amorosa es en sí tan complejo, como complejas son las personas que se separan y esta complejidad está determinada por la realidad socio-histórica en la que se desenvuelven los integrantes de la pareja, pues contribuye a aumentar su complejidad con toda una serie de prohibiciones, exigencias, tabúes y otros tipos de manifestaciones culturales. A pesar de que este tipo de experiencias no es ajeno a ninguna persona, hasta el momento a recibido escasa atención por parte de la investigación científica. Aumenta la extrañeza ante esto si consideramos que el dolor producido por este suceso es uno de los más terribles que se pueden soportar. Dentro de este silencio, el Psicoanálisis, como corriente psicológica, ha dado los primeros pasos en el estudio de este problema. Ninguna otra corriente científica se ha avocado a estudiar este fenómeno, que en cambio es explotado comercialmente de diversas formas por la literatura barata, que estimula la cursilería y fomenta un sentimentalismo ramplón.
La intensidad de los sentimientos excitados por la experiencia de la separación amorosa, obliga al organismo a utilizar poderosas fuerzas de represión psicológica que actúan de tal forma que la imagen de esta vivencia queda grabada en la mente de quién sufre esta experiencia. Estas fuerzas son los llamados mecanismos de defensa psicológicos, cuya explicación de su desarrollo fue elaborada por Sigmund Freud y su hija Anna. Estos mecanismos actúan en forma compulsiva y en su funcionamiento influyen factores tanto psicológicos como sociológicos, y son precisamente estos mecanismos de defensa los que nos ayudan a guardar el equilibrio al ejercer funciones de intercambio con el medio y de defensa ante el exceso de estímulos del exterior. De esta manera Anna y Sigmund Freud los denominaron acertadamente, pues su función básica es de defensa.
La pérdida del objeto de amor origina una fuerte desesperación que es causada por la pérdida de la identidad, ya que el objeto de amor era objeto al mismo tiempo de una fuerte identificación, el cual al irse conduce a una auténtica mutilación del Yo y por tanto una considerable regresión amenazante para el Yo, pues la relación amorosa era a la vez una identificación recíproca. Cuando la represión no es muy profunda, existe la certeza en el ánimo de los amantes de que la separación será estrujante, que su sufrimiento será horrible pero a la vez será breve, pues saben que cada uno de ellos olvidará al otro. "El olvido es pues, la primera gran defensa contra la propia muerte; sin embargo, es homicidio en nombre de la vida y suicidio de la conciencia." (15) La conciencia se salva por la anulación de los contenidos amenazantes lo cual es logrado por la intervención de los mecanismos de defensa cuya función es la prevención del peligro a través de la destrucción del otro en la propia conciencia.
"Para que la victoria de la muerte no sea absoluta, para que la muerte en la conciencia no se convierta en aniquiladora de la conciencia (psicosis) y para que a la muerte en la conciencia no siga la extinción física (morir psicosomático o suicidio), inmediatamente se ponen en juego los mecanismos de defensa". (16) El estudio psicoanálitico de esta experiencia ha comprobado que la profunda aflicción producto de la separación contiene una gran dosis de agresividad y reproche, que permiten una progresiva desidentificación del objeto ausente, y a su consecuente desvalorización. La agresividad es por tanto, un mecanismo de defensa por la función de desidentificación que efectúa al transformar el amor en odio. El compañero amado respondía a poderosas esperanzas del ideal del Yo, aún cuando la conciencia registrara también aspectos negativos, por lo que debe ser desvalorizado para que el Yo pueda seguir viviendo.
Surge posterior la indiferencia como otro mecanismo de defensa, que conduce a una disminución del ideal del Yo, a un debilitamiento del mismo, a la vez que produce una inflación correlativa del narcisismo. Esta indiferencia lleva claros rasgos de una fuerte inhibición depresiva, por lo que debe ser rechazada. Por tanto, surge un nuevo mecanismo de defensa que se manifiesta en una huída hacia adelante, expresada primordialmente como una huída hacia delante por medio de la actividad intensa o a través de la búsqueda de placeres. La pasión anterior funcionaba a su vez como desahogo de los instintos parciales reprimidos, por medio del cual se lograba un saneamiento de la economía libidinal. Sin embargo, la experiencia de la separación amorosa renueva la represión de los instintos parciales, provocando con esto un aumento de su conflictiva interna.
Estos mecanismos de defensa intentan dirigir la libido flotante, liberada por la defensa del Yo ante una posible regresión, hacia un objeto aceptable para el SuperYo o el ello. Sin embargo, la persona en tal trance se enfrenta a la moral sexual burguesa predominante en "la opinión pública", de tal modo que el problema de la separación amorosa pone en evidencia "el malestar de la cultura", al desvalorizar la figura de quien atraviesa por la experiencia de una separación de este tipo.
2.4. Información adicional relativa al ejercicio de la sexualidad actualmente.
Finalmente, y no por ello menos importante, es necesario ligar la problemática descrita con una serie de problemas, en apariencia aislados, pero en estrecha correlación con la esencia de nuestro objeto de estudio, pues se refieren concretamente al ejercicio de la sexualidad:
a) Aumento considerable en los delitos sexuales:
La información obtenida a través de la prensa, así como resultados de investigaciones realizadas sobre la frecuencia y tipo de delitos sexuales (17), dan cuenta de un incremento considerable en su frecuencia de entre los cuales destaca el de la violación femenina por su alarmante periodicidad. La legislación relativa a estos actos se muestra sumamente flexible e inconsecuente, pues aplica sanciones mínimas y no contempla la reparación del daño moral de las víctimas, aún cuando ha sido reformada a principios de este año, ya que continúa aplicando un enfoque que pretende solucionar estos problemas con aumento en su penalidad, por lo que se mantiene sin contemplar la prevención de estos problemas. Las investigaciones al respecto, informan que en los primeros tres meses de 1983 se observó un incremento del 70% en las audiencias presentadas ante las autoridades judiciales, por el delito de violación a mujeres. Tal cifra se extrajo de la comparación con el número de denuncias en el mismo período de 1982; se agrega que el 69% de procesados salieron libres y sólo unos 50 acusados llegaron hasta la penitenciaría
Las cifras recabadas posteriormente, revelan que en su gran mayoría, (95%) las personas que cometen el delito de violación obtienen su libertad aparentemente evadiéndose de la justicia o logrando falsas imputaciones. Asimismo, señalan los informes que "la cifra negra" (cifras no registradas) del delito de violación es bastante considerable en virtud de que esta falta de denuncias tiene que ver con la ineficiencia de la policía, la corrupción de los jueces, la sanción social que se les impone a las víctimas, las cuales antes de exigir justicia tiene que demostrar sus antecedentes "de persona decente", además influye el temor a las represalias del violador, etc.
Las cifras estadísticas registradas revelan que 3 mil mujeres mueren anualmente en México a consecuencia de lesiones sufridas en una violación, el 75% de las mujeres violadas tiene entre 15 y 24 años de edad, de éstas el 42% es mayor de 18 años, la violación ocupa el quinto lugar en la actividad delictiva del país, se presenta una violación cada nueve minutos, el problema de la violación afecta al año a unas 200 mil mujeres en el país, y a 40 mil sólo en el Distrito Federal.
b) "La Federación Internacional de Planificación Familiar calcula que cada años se practican en el mundo de 30 a 50 millones de abortos, de los cuales, aproximadamente el 50% se hacen en forma ilegal, sobre todo en los países en vías de desarrollo. En México, según un informe del grupo interdisciplinario del aborto, sólo en 1976 recurrieron a ésta práctica entre 600 y un millón 200 mil mujeres, y se estima que esa cifra se ha incrementado en forma alarmante en los últimos años…. El Consejo Nacional de Recursos para la Atención a la Juventud, (CREA), indica en un estudio que de las mujeres que recurren al aborto en México… 47% es menor de 26 años… el 96.5% de los abortos practicados en el país se hacen en forma ilegal, uno de cada tres abortos presenta secuelas como hemorragia, infección o aborto incompleto". (18)
Debido a las condiciones de clandestinidad, las cifras sobre el número de abortos no son muy exactas y las instituciones oficiales no cuentan con estadísticas al respecto; sin embargo, los datos obtenidos nos obligan a plantearnos el problema de la legalidad del aborto como una demanda social que se ha podido expresar en función de un grave problema: el número de muertes, lesiones y traumas. Las muertes por esta causa se calculan en 36,000 al año, sólo en México.
c) Aumento en el índice de divorcio y separaciones de parejas:
"En el lustro comprendido entre 1975 y 1980, se divorciaron en México 74,993 personas más que en toda la década entera de los setenta. De las 801,762 personas con matrimonios disueltos, computados en esa fecha, sólo el 25% es decir, 204,857 legalizaron su separación". (19) La agudización de la crisis económica ha provocado un aumento considerable de separaciones al atizar los conflictos a nivel particular, pues ha generado una gran tensión interna de las parejas, afectando la estabilidad de la familia y provocan do muchos divorcios. "La situación del país, reflejada en su célula básica, la familia, augura según los jueces fa miliares, que podría provocarse un problema social más grave del que existe ahora, pues en estos momentos muchos juicios sobre patria potestad se presentan para perderla porque lo que los padres quieren es librarse de la obligación de mantener a sus hijos… se presentan un promedio de nueve juicios al día por juzgado" (20).
d) 35% de las mujeres mexicanas con anorgasmia:
El ejercicio de la sexualidad en un ambiente social marcado por la contradicción estimu lación-negación de la misma, provoca un sinnúmero de trastornos en el funcionamiento sexual genital. En el caso de las mujeres en México los problemas en el terreno sexual se agudizan por la vigencia del doble código moral que estimula a un mayor margen de libertad al varón, a la vez que reprime la manifestación sexual de la mujer. Lo anterior es demostrado con las cifras estadísticas recabadas por el Instituto Mexicano de Sexología: "… más del 35% de las mujeres en nuestro país tiene lo que clínicamente se denomina como anorgasmia, o sea, incapacidad para tener orgasmos en sus relaciones sexuales… un 60% de mexicanos heterosexuales son eyaculadores precoses". (21)
Un mayor porcentaje de anorgasmia en las mujeres se encuentra en los sectores más desprotegidos, ya que se ha comprobado que la anorgasmia va en relación directa con el nivel socioeconómico educativo. Los dos únicos estudios realizados al respecto (22), arrojaron un 80% de mujeres proletarias que nunca o casi nunca tienen un orgasmo. Por lo que cabe la inferencia de que la educación sexual muy represiva, o total ausencia de ella, es un factor primordial en la merma de la salud física, mental e integral de la mujer.
2.5. En resumen:
De la información anterior se puede deducir que en México tanto en hombres como en mujeres, persiste una gran ignorancia sobre la sexualidad, entremezclada con una serie de mitos dañinos y represiones. La educación restrictiva y negadora de la sexualidad, constituye el principal factor etiológico en trastornos físicos, mentales y psicosomáticos, que afectan al conjunto de la población, y en particular, a nuestro objeto de estudio, la juventud en desarrollo.
Factores determinantes de la problemática sexual
La problemática esbozada anteriormente obedece a diversas causas, pues se origina en la interacción de múltiples factores, para cuyo análisis se requiere de una visión global que solo se obtiene mediante la adopción de un enfoque interdisciplinario que abarque cada una de las dimensiones del objeto de estudio. Sin embargo, para nuestros fines el enfoque guía y predominante lo será el psicológico. Se parte del fenómeno global que se puede denominar sexualidad juvenil, del cual interesa destacar sus elementos conflictivos, es decir, aquellos que evidencian una problemática social, más que individual.
Diversos enfoques teóricos inician sus análisis partiendo de la naturaleza eminentemente social del ser humano, la cual ha sido demostrada por el desarrollo mismo de la Historia. En ese sentido, para una ubicación más precisa, se recurrirá a la ayuda de la Psicología Social, como marco de referencia, considerada ésta como parte integrante de las ciencias sociales; siendo su objeto de estudio el ser humano en su relación con los demás y que considera los procesos psíquicos tanto individuales como colectivos en su área de estudio. Por ello es de gran valor su aportación para este trabajo, pues constituirá el punto de partida contextual de análisis de las causas que originan la problemática sexual juvenil.
Otra herramienta de similar valor para los fines de este estudio, lo constituye el método del materialismo histórico-dialéctico de Carlos Marx, el cual aplicaremos en el campo de la Psicología . Ambos enfoques se encuentran indisolublemente ligados a lo largo del hilo conductor del análisis.
3.1. El determinismo social contemporáneo.
Durante su proceso de socialización los seres humanos adquieren determinadas relaciones dentro del terreno de la producción, necesarias para su supervivencia, en tanto que de ellas extraen lo necesario para mantener a un cierto nivel de satisfacción determinadas necesidades básicas, al grado tal que estas relaciones llegan a ser ajenas e independientes de su voluntad. Dichas relaciones van variando de acuerdo al curso seguido por el desarrollo de sus fuerzas reproductivas. "El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se eleva un edificio jurídico y político y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social, política y espiritual en general. No es la conciencia la que determina su ser, sino al contrario, el ser social es el que determina su conciencia". (1)
La importancia de la cita y líneas anteriores, consiste en que aportan los elementos necesarios para ubicarnos en el tema:
1.- El desarrollo del hombre está determinado por la relaciones sociales que son a su vez producto de los distintos modos de producción.
2.- Estas formas de producción son las que determinan la conciencia social del hombre y no a la inversa. De lo cual se puede inferir que los distintos modos de producción engendrarán distintas ideologías y el cambio de estas formas de producción traerá como consecuencia el cambio de ideología.
3.- Por tanto, el hombre es un producto social y sólo se le puede concebir dentro del terreno social y no fuera de él.
En base a lo anterior, se puede decir que lo social repercute, influye y determina lo individual, por tanto, "el juicio y análisis correctos de la joven generación tienen que estar fundados en un conocimiento profundo y diferenciado de las condiciones que determinan el pensamiento de la juventud". (2)
La sociedad occidental contemporánea en la que se incluye México,
al desarrollar como una de sus principales características la propiedad
privada sobre los medios de producción, tiene su reflejo en la sociedad
dividida en clases, que en tanto sean poseedoras de una riqueza social y desposeídas
las otras responden a intereses radicalmente distintos y en contraposición
entre sí por lo que surge el carácter antagónico entre
ellas, es decir, la lucha de clases.
No es posible hablar de la sociedad en abstracto, la sociedad la integran individuos concretos, que tienen una existencia concreta y juegan un papel determinado en el proceso de producción y que por tanto se ubican en el terreno de la lucha de clases.
Es en este contexto en donde se ubica y desarrolla la juventud que no escapa a este proceso, sino que por el contrario, se encuentra completamente inmersa en la lucha de clases, pues como individuos concretos forman parte integrante de un proceso histórico en desarrollo. Por ésto mismo, la juventud se encuentra determinada por el desarrollo histórico de la sociedad en la que se desenvuelve, determinación que es fortalecida a través de la acción de los diferentes aparatos ideológicos con que cuenta la clase en el poder, mediante los cuales se da una formación ideológica acorde a los intereses de la clase dominante.
3.2. El proceso de socialización.
Dentro del proceso de socialización, los diversos agentes socializantes contribuyen en una acción sistemática y permanente a esta formación; de entre ellos destaca la familia monogámica y nuclear como primero de ellos, pues es el primer contacto del nuevo ser en desarrollo con la sociedad que le rodea, de ahí que su influencia sea determinante. Las teorías conservadoras hacen de la familia la base, la célula de la sociedad. Sin embargo, el estudio de la familia y sus variaciones en el curso de la historia, revela el resultado de los cambios económicos producidos que han modificado la estructura de la familia hasta reducirla a su actual expresión nuclear padres e hijos. Por tanto, podemos deducir que la familia es el producto de la estructura económica de la sociedad, es decir, es producto sociohistórico, en tanto que su función social es la reproducción de las relaciones sociales de producción a través de la incorporación acrítica y adaptable de sus miembros en los diferentes campos de acción del sistema.
"No obstante, las teorías conservadoras tienen razón en afirmar que la familia forma parte integrante y condición del Estado y de la sociedad, pues su función política consiste en actuar como fábrica de ideologías autoritarias y de estructuras mentales conservadoras, es decir, es la correa de la transmisión entre la estructura económica de la sociedad y su superestructura ideológica". (3) Es en ella en donde se inculca el doble código moral, la concepción maniqueísta de lo bueno y de lo malo según la óptica de la ideología dominante de la época, que es la de la clase en el poder.
Todas las familias de las diferentes clases sociales de una u otra manera están sometidas a la misma atmósfera moralizadora desde el punto de vista sexual. El objetivo de la educación familiar es criar a los hijos con vistas al matrimonio y a la familia monogámica, bajo un sistema educativo que niega y rechaza la sexualidad. La asfixia práctica e ideológica de lo sexual al combinarse con la observación de los actos más íntimos de los adultos crea en el niño las bases de la hipocresía sexual.
La sujeción a la familia coercitiva hace imposible la realización y satisfacción sexual en la época de la pubertad, en la cual se producen una serie de conflictos porque los jóvenes buscan romper las cadenas de la familia. La familia autoritaria, al inhibir la manifestación espontánea de la sexualidad provoca intensos sentimientos de odio y culpabilidad. "Este odio puede transformarse en odio consciente y derivar en un poderoso factor revolucionario individual, impulsado a romper las ataduras familiares, y podrá servir para promover una acción dirigida en contra de las condiciones productoras de este odio. Si por el contrario este odio es reprimido, da nacimiento a las actitudes inversas de fidelidad ciega y obediencia infantil". (4)
La educación familiar es destinada a deteriorar la sexualidad del individuo, la represión de las necesidades sexuales provoca anemia intelectual y emocional general y en particular, la dependencia, la falta de voluntad y de espíritu crítico. "La función política de la familia es doble: a) por un lado, se reproduce a sí misma mutilando sexualmente a los individuos. Perpetuándose, la familia patriarcal perpetúa la represión sexual y todo lo que se deriva: trastornos sexuales, neurosis, demencias y crímenes sexuales. b) Por otro lado, hace al individuo medroso para la vida y temeroso para la autoridad y renueva, sin cesar, la posibilidad de someter a poblaciones enteras a la férula de un puñado de dirigentes". (5) Es de esta manera como la familia contemporánea desempeña un papel determinante en la formación de nuestra ideología, personalidad y carácter. El grado de eficacia de su acción se puede emprender si tomamos en cuenta la edad cronológica en la que el individuo es sometido a este proceso.
La continuidad de esta acción la lleva a cabo la escuela primaria, pues el niño que acude a ella, acude a un escenario más de lucha de clases, pues dentro de ella se da un verdadero baño diario de ideología burguesa. La función primordial de la escuela primaria, como aparato ideológico que es, es la de reproducir las relaciones sociales de producción, mediante la formación de los elementos que posteriormente fungirían como cuadros técnicos que necesita la industria para seguir funcionando. Se fomenta en ella una ideología individualista, un afán de competencia bajo el signo de ganar-perder. Esta acción tiene un efecto duradero pues su intervención se lleva a cabo durante un período prolongado de años con determinadas horas al día. El proceso de socialización pues, tanto familiar como escolar, sirve a determinados intereses y la juventud no escapa a sus efectos.
3.3. ¿Juventud en crisis o juventud en la crisis?
Un sistema basado en la explotación de una clase por otra no es imperecedero, la agudización de sus contradicciones mediante el desarrollo de la lucha de clases conduce históricamente a una transformación de la sociedad. El tiempo que tarde en llegar tal cambio dependerá del nivel alcanzado por las fuerzas productivas y de su agrado de politización y organización. La crisis actual por la que atraviesa nuestro sistema social, tiene su expresión en el aspecto económico y político principalmente, pero los cambios efectuados en la estructura económica afectan toda la infraestructura ideológica.
La crisis que padecen actualmente los jóvenes están ligadas a la crisis de la familia y ésta a su vez, a la crisis de la sociedad de la que forma parte. Se observa que los jóvenes de hoy son más precoses que los de antes, que su concepción del mundo se encuentra muy avanzada si la comparamos con la visión del mundo que tenían los jóvenes de la misma edad en épocas anteriores, incluso de la de nuestros padres. Esto puede encontrar cierta explicación al analizar el desarrollo del sistema social capitalista; la profunda transformación de las condiciones de vida, el avance tecnológico de nuestros días, conducen a un aumento impresionante de estímulos y problemas, de nociones, conocimientos y de relaciones.
Este bombardeo de estímulos conduce a una asimilación desordenada y excesiva, debido a que con el crecimiento de los estímulos no han crecido en igual medida los instrumentos de regulación personal, es decir, los poderes y la capacidad de dominar una experiencia más rica y profunda. "Es bastante fácil demostrar que la posibilidad de acceder a las fuentes de satisfacción de las necesidades son mucho mayores hoy que en el pasado, pero también es fácil observar que las necesidades han aumentado a un ritmo mucho más rápido que los medios de que el individuo dispone para satisfacerlas. El resultado es un desfase, esto es, la relación entre las necesidades y los instrumentos de satisfacción de las mismas se han alterado en el sentido de una permanente carencia de satisfacción". (6)
El sistema social en el que se desarrolla México es una sociedad dividida en clases, donde existe la propiedad privada sobre los medios de producción; en ella, se produce un enfrentamiento entre las necesidades físicas, psicológicas y humanísticas de la juventud y las necesidades del orden social imperante. El hecho de que en nuestra sociedad se fomente la competencia en lugar de la cooperación y el individualismo como medios para lograr el éxito en la vida, provoca intensos sentimientos de frustración y periódicos estados depresivos en el joven que se siente rechazado por no encajar dentro de las normas socialmente aceptadas. Esto es como consecuencia de las experiencias tales como el hecho de enfrentarse a exámenes cada vez más selectivos en los centros de educación superior, mismos que le eliminan la posibilidad de seguir estudiando, ante lo cual tiene que ganarse la vida por lo que busca empleo, pero aquí la angustia es mayor, pues se enfrenta al fenómeno del desempleo que tiene cada vez características más alarmantes. Ante esto, el joven de nuestra época busca sus mecanismos de evasión que le permitan soportar las incongruencias y contradicciones de nuestro sistema, estas vías pueden ser la drogadicción, el alcoholismo, la delincuencia, etc. En los barrios populares ha surgido una nueva forma de organización: las bandas de adolescentes que se han unido para defenderse de la represión política.
A estas alturas, encontraría una probable respuesta afirmativa la pregunta de si realmente existe una crisis de los jóvenes. Pero antes de responder analicemos el concepto de crisis, ya que por lo general entendemos por crisis un comportamiento desadaptado más bien excepcional, reconocible por varios signos y que se caracterizan por ser de tendencia antisocial, ya que constituyen una desviación de la norma. Sin embargo, se presta escasa atención a otra forma de crisis, que no se presenta como tal. El grueso de la juventud se "adapta" con facilidad a la vida cotidiana, no presenta signos de perturbación o descontento. No obstante, se trata de una crisis en forma de hábito, como renuncia a sí mismo y aceptación, sin resistencia de las normas sociales. Se presenta así el fenómeno de la "violación consensual" (7), es decir, la suposición ingenua del hecho de pensar que el que la mayoría de la población comparta ciertas ideas y sentimientos, demuestra la validez de tales conceptos. Esto es erróneo por completo, pues el hecho de que millones de personas compartan la misma idea, no convierte a esa idea en acertada.
Esto es consecuencia de la manipulación colectiva ejercida por diferentes medios masivos de comunicación que introyectan toda una ideología que conduce a una constante y creciente enajenación. "Supongamos que en nuestra sociedad occidental dejaran de funcionar sólo por cuatro semanas los cines, la radio, la televisión, los eventos deportivos y los periódicos y revistas. Cerrados todos esos canales o medios de escape, cuáles serían las consecuencias para la gente reducida de pronto a sus propios recursos. No me cabe duda de que aún en tan breve tiempo ocurrirían miles de perturbaciones nerviosas, y que muchos miles más de personas caerían en un estado de ansiedad aguda no diferente del cuadro que clínicamente se diagnostica como neurosis. Si se suprimieran los opiáceos contra el defecto socialmente modelado, haría su aparición la enfermedad manifiesta". (8)
Cabe retomar aquí los resultados de la experiencia del televisor apagado (9), propuesta por el semanario Sonrisas y Canciones de Roma, Italia, realizado con cuatro familias italianas que aceptaron abstenerse durante un mes de mirar televisión. En el análisis de los resultados, en todos los casos surgen algunos notables elementos en común, fue más fácil para las mujeres abstenerse de mirar televisión, seguras de que los programas preferidos serían registrados por el grabador regalado por la revista. Los hombres en cambio, estaban particularmente inquietos por la imposibilidad de ver los partidos de fútbol en directo.
Para registrar los altibajos del humor familiar frente al televisor apagado, la señora Adalgisa Calderone, miembro de una de las familias participantes, inició un diario del mes sin TV que comienza así: "Querido diario, estamos muy tristes. Hoy han sellado nuestro televisor, tendremos que vivir sin el durante todo un mes y sentimos que es como si una persona amiga, alguien de la familia, muy querido, nos hubiese dejado". En los cuatro grupos familiares que intervinieron en la experiencia se verifica esta curiosa personalización del aparato, lo que puede sugerir ideas muy claras de la relación interpersonal que se crea con el mencionado objeto. Interesante es también las actitudes "solidarias" de todos los vecinos de estas familias, que trataron de hacer sentir su solidaridad frente al drama, diciendo a los sujetos experimentales que pondrían más alto el volumen de sus aparatos y que no vacilaran en ir a sus casas si les interesaba la transmisión, en donde los esperaban en cualquier momento. Actitudes tales como si se afrontara con solidaridad una emergencia. Una familia entera no pudo resistir y acudió a casa de unos parientes a ver la primera parte de la película "Lo que el viento se llevó", "no pudimos resistirlo" confesaron en su diario.
La mayoría de la gente no parece presentar alteración alguna, sin embargo, sus problemas comienzan cuando no están ocupados, cuando están solos. Pero logran tener cualquier escape que les proporciona nuestra cultura para silenciar cualquier manifestación de su alteración. "Los que desarrollan un síntoma claro demuestran que sus potencias humanas no están ahogadas totalmente, algo en ellos, protesta y de este modo indica el conflicto. No están más enfermos que aquellos cuya adaptación ha tenido éxito completo. Por el contrario, en un sentido humano, son más sanos". (10)
La persona adaptada es la persona que se ha convertido en un artículo, con nada estable o definido, excepto su necesidad de agradar y su disposición de cambiar de papel. En tanto que logra sus esfuerzos disfruta de una cierta cantidad de seguridad, pero su traición a sus valores humanos lo deja vacío interiormente y con una inseguridad que se manifiesta cuando tiene algún fracaso. La gran mayoría de la gente de nuestra cultura está bien adaptada porque ha renunciado a la lucha por la independencia antes y más radicalmente que la persona neurótica. Si bien son sanos desde el punto de vista de la adaptación, son más enfermos que la persona neurótica desde el punto de vista de la realización de sus propios fines como seres humanos. "La persona adaptada que no vive de acuerdo con la verdad y que no ama, solo está protegida de los conflictos manifiestos. Si no la absorbe el trabajo tiene que usar todas las salidas de escape que le ofrece la cultura, con el fin de estar protegido de la terrible experiencia de estar a solas consigo mismo y de mirar en el abismo de su impotencia y empobrecimiento humano". (11)
La juventud no escapa a esta labor enajenante, la tendencia central en una gran parte de los jóvenes mexicanos se conduce bajo una concepción banal y superficial del sistema en su conjunto y de sus relaciones sociales inherentes, y esto no es gratuito, es consecuencia de la enajenación colectiva ejercida por el sistema social, a través de los medios masivos de comunicación. Por esto mismo es importante no centrar la atención sólo en los casos más graves, existen otros menos alarmantes y que se aceptan como normales pero que en realidad sufren de una conflictiva interna no manifiesta. La rápidas transformaciones de las costumbres sociales y sexuales, se hacen sentir particularmente en los jóvenes ya que éstos están en trance de maduración y por lo tanto vulnerables.
Al inicio de su juventud, el adolescente se enfrenta a una revolución psicológica y fisiológica en la cual, todas las concepciones anteriores acerca del mundo exterior son cuestionadas de nuevo, tal como en la primera infancia debido al rápido desarrollo del cuerpo en razón de la completa adición de su madurez física y al cambio de valores. Sin embargo, las estructuras sociales impiden la integración de su identidad como individuo, pues el sentimiento más frecuente entre los jóvenes es la frustración, debido a que es precisamente la incapacidad de contar con una identidad ocupacional en la cual pueda realizarse, lo que perturba a la gente joven. El joven que no está seguro de su identidad esquiva la intimidad interpersonal y, por el contrario, cuanto más seguro esté de sí mismo, más sana es su búsqueda de amistad y amor. La contrapartida de la identidad es el aislamiento, la tendencia al aislamiento.
La madurez no puede alcanzarse sin haber pasado por la experiencia de la adolescencia y haberla superado, ésta es la identidad o confusión de papeles. La identidad empieza a desarrollarse en etapas anteriores, para por varias fases hasta alcanzar la crisis de identidad típica de la adolescencia "existe paralelismo entre la crisis de identidad del adolescente y el inicio de la esquizofrenia". (12) La identidad significa una integración de todas las identificaciones y las autoimágenes previas incluyendo las negativas. La identidad no surge en la juventud, ni es la meta ni la finalidad de su desarrollo, ésta se prolonga a todo lo largo de la vida del individuo.
Así como constatamos la crisis actual del sistema, debe estar presente que la juventud en su evolución a la edad adulta, es un período particularmente sensible a esta crisis, pues las crisis que padecen los jóvenes no son más que expresiones particulares de la crisis general del sistema social en su conjunto.
La estructura del sistema social con sus determinantes económicos y sus relaciones sociales de producción impide la integración total de los individuos. Sus características de estratificación social, con el sojuzgamiento de una mayoría de la población por parte de una minoría no permite el desarrollo global de sus integrantes en forma equitativa y coherente.
La crisis de identidad contemporánea, que afecta no sólo a la juventud sino a todo individuo que se desenvuelva en el ambiente descrito en la problemática, con ciertas diferencias, claro está, en su aspecto cultural, es inherente a las estructuras socioeconómicas en tanto éstas funjan en un nivel desigual y combinado dentro de la sociedad dividida en clases. Mientras exista la propiedad privada sobre los medios de producción, que trae consigo una creciente enajenación colectiva a través de los distintos medios de comunicación, no podemos aspirar a una normalidad de nuestro aparato psíquico, atrofiado por el exceso de estímulos. Normalidad en el sentido de una salud mental integral, que abarque los distintos aspectos y facetas del desenvolvimiento humano y no de adaptación tal como lo hace la Psiquiatría Tradicional, pues la sociedad misma es la que provoca desajustes mentales. Lo que se busca es el óptimo desarrollo de las potencialidades de la persona y la realización de su individualidad. Este criterio está basado en la premisa de que hay leyes inmutables de la naturaleza humana y al funcionamiento humano que operan en cualquier cultura dada. Estas leyes no pueden ser violadas sin un grave daño para la personalidad. Si alguien viola su integridad moral e intelectual, debilita o paraliza su personalidad total.
La sociedad actual de consumo y de ideología patriarcal, que lleva a concebir todo desde un punto de vista mercantil, dificulta ver a la compañera como el complemento humano, pues se utiliza su figura como un objeto más, tal como se refleja en la terminología que se acostumbra al describir al coito, el hombre "toma a la mujer" y ella "se entrega". El baño cotidiano de ideología burguesa arraiga la formación pequeño-burguesa y machista, misma que arrastra consigo un alto grado de individualismo y una sólida concepción de la sexualidad en su aspecto genital, en la cual, la figura de la mujer desempeña un papel central como estimulante a nivel de objeto sexual.
El proceso de socialización en este sistema sirve para reproducir las relaciones sociales de producción, esto es garantiza el mantenimiento del orden social establecido y mientras exista éste no podemos esperar un desarrollo normal de la juventud, pues la represión sexual existente es básica para mantener a la juventud bajo control y desviarlos de toda participación política que vaya en el sentido de revolucionar el status quo.
Modelo alternativo a la situación actual
Dentro del conjunto de relaciones que los humanos mantienen entre sí, destacan tres lazos de unión importantes: la economía, la política y la sexualidad. Las relaciones sexuales constituyen uno de los aspectos fundamentales del conjunto de relaciones que los individuos sostienen entre sí. Como el resto de los vínculos, se fundamentan y determinan por la concepción que la persona tenga de la naturaleza, de la sociedad y de ella misma. La comprensión del grado de determinismo de este tipo de relaciones requiere del uso de un enfoque interdisciplinario que incluya elementos de la Historia, Antropología, Sociología, Economía, Biología, y sobre todo, de la Psicología. En relación a esta última, se fortalece al adicionarle una metodología y fundamento conceptual basada en el materialismo histórico.
Dicho enfoque permite comprender que la correlación entre los aspectos psicológicos y sociales, predeterminan el comportamiento sexual del hombre, pues éste está sujeto a una transformación histórica sociocultural. Asimismo, este enfoque ayuda a describir al conjunto de relaciones sociales señalando sus determinantes básicos sobre las cuales se rigen las demás, y a través de él se pueden conocer los principales resortes que mueven la Historia y que determinan los profundos cambios que ha sufrido la humanidad en su concepción de la realidad, ideología, etc. Por tanto, la sexualidad humana está determinada por aspectos biológicos, psicológicos y sociales, correspondiendo a estos últimos el papel decisivo a través de su manifestación cultural en el plano sexual.
Las relaciones sexuales son practicadas en determinadas condiciones materiales de existencia, basadas en principios morales (culturales), normas, tradiciones y otros aspectos sociales como la educación, que juega un papel preponderante.
En una sociedad dividida en clases, lo primero que se reproduce en el hombre son las relaciones sociales de producción existentes a través de su formación ideológica. Su desenvolvimiento dentro de ella, tiene un trasfondo clasista. El ejercicio de la sexualidad evidencia con mayor claridad esta situación, por la vigencia de un doble código moral en el terreno sexual, que permite cierto margen de acción al varón, pero reprime la sexualidad femenina, manifestándose así una predominancia de lo masculino sobre lo femenino, reflejo claro de la ideología burguesa. Por tanto, el problema de la sexualidad debe enmarcarse entre los cambios sociales y la transformación individual.
4.1. Definición de la salud sexual.
Según la definición de la Organización Mundial de Salud (O.M.S.), la salud sexual consiste en "la integración de los aspectos somáticos, emocionales, intelectuales y sociales del ser humano sexual, en formas que sean enriquecedoras y que realcen la personalidad, la comunicación y el amor". (1) Sin embargo, la realidad mexicana nos muestra una cosa diferente, pues esta dimensión se encuentra olvidada tanto para hombres como para las mujeres, en mucho mayor prejuicio de estas últimas, pues se incluye una negación casi absoluta de su sexualidad, con sus consecuentes efectos psicopatológicos.
La importancia de la salud sexual consiste en que mediante el ejercicio de la misma se produce un saneamiento psicofisiológico, que al ser bloqueado origina severos trastornos físicos, y en casos extremos, de índole mental. Para comprender esto, retomaremos algunos elementos de la fisiología sexual, tanto masculina como femenina.
Durante el ejercicio de la sexualidad, la excitación que produce un estímulo sexual afectivo, inicia el fenómeno fisiológico de la congestión sanguínea en las zonas pélvicas y genitales. Llegar a la satisfacción sexual implica que durante el clímax se produzcan determinadas contracciones musculares que permiten a estos tejidos liberar la congestión y volver a su estado normal. Estos es en teoría, sin embargo, la realidad nos demuestra que un alto índice de la población no llega al clímax, con lo cual no se produce la liberación o descarga de la congestión sanguínea. Las consecuencias son en el caso de los hombres, sobre todo jóvenes, que se produce un fuerte dolor en los testículos. En cuanto a las mujeres, aparentemente no hay efectos inmediatos, pero recordando la información acerca del ejercicio de la sexualidad en las mujeres, descrita en la parte de identificación del problema de este trabajo, reflexionemos que efectos pudieran tener esta congestión no liberada en una mujer que tiene contactos sexuales varias veces al mes, por determinados años.
La práctica clínica a nivel de la medicina, reporta de un gran número de pacientes femeninos que acuden a consulta quejándose de molestias vagas e imprecisas en la pelvis o en la espalda."… Otras acaban en el consultorio del psicólogo o del psiquiatra con severos cuadros depresivos y ansiosos o, inclusive, problemas psicóticos graves" (2)
Los programas de educación sexual implementados por el Estado Mexicano, a través del Consejo Nacional de Población, no ha dado los frutos deseados (los informes lo demuestran), por mantener un enfoque parcial y valorativo de la sexualidad y de su ejercicio, sumamente conservador, pues continúa considerando determinados comportamientos sexuales como desviaciones, perversiones, etc. El ejemplo más claro es el de la homosexualidad, a la que se le considera una enfermedad, siendo ésta tan sólo una variante más en la expresión de la sexualidad.
4.2 Definición de modelo alternativo propuesto.
Ante esto, lo que se necesita es un impulso a la sexología como una disciplina científica, que estudia el comportamiento humano, con un enfoque liberal, objetivo y científico. Con una orientación apoyada en la Psicología, que difunda y eduque al público receptor, en la identificación progresiva de un modelo alternativo de la sexualidad como un conjunto de sensaciones, emociones y sentimientos sexuales, de tal forma que rebase su reducción a su expresión genital. Asimismo, es necesaria la asimilación de un concepto diferente del amor y de su relación con la sexualidad, de tal manera que se conciba como la identificación y aceptación integral y consciente de los miembros de la pareja en una entrega mutua, incondicional y basada en el respeto mutuo y en la identificación de la esencia de cada uno y en su aceptación.
La relación amorosa basada en un conocimiento pleno de la esencia de la otra persona conduce a la identificación recíproca de los dos miembros de la pareja, con lo cual se produce la fusión de integridad. "La sexualidad libre implica un profundo respeto por las demás personas, por la sexualidad propia y la de los demás. Un respeto que genere una enorme empatía de unos seres humanos con otros". (3) El concepto de la sexualidad no debe limitarse a su carácter orgásmico o coital. Sino debe ser como un todo que incluya esta comprensión, esta aceptación, esta empatía hacia la sexualidad de otras personas y la aceptación de la propia sexualidad hará del individuo un ser social empático, en pleno desarrollo, productivo, en busca de su bienestar y el de los demás.
En cuanto al amor y su relación con la sexualidad, es necesario destacar que el despertar del interés sexual entre dos seres humanos se debe a una diversidad de factores, sin embargo, lo que desencadena la primera atracción no es la personalidad en su conjunto sino una cualidad bien definida, un detalle particular de la persona, y después las otras cualidades asumen su rol. "… el arte de la búsqueda amorosa consiste en descubrir, metódicamente… a nuestra propia persona". (4) Las dificultades en la búsqueda amorosa obedecen al desconocimiento de la personalidad de sí mismo de los buscadores, y a la imitación que se hace de otras personas.
Un gran porcentaje de relaciones de parejas han terminado por relacionarse a través de promesas falsas, fundadas en apariencias falsas, lo cual es resultado de la socilización y educación que han recibido, que les impide comprender que lo esencial es la profundización en el autoconocimiento y la consolidación del contacto mismo. Lo importante es la elección de la pareja conforme a la personalidad del que ama, pero antes de esto, es necesario madurar a través del conocimiento de sí mismo.
Una relación amorosa se basa en el proceso de identificación dual de los seres que se aman, pero para llegar a ella, es necesario un proceso de autoafirmación de tal manera que no se vuelque sobre el compañero amado toda la conflictiva propia. El compañero amado no resolverá la conflictiva de quien lo ama, por lo que es necesario no forjar una relación de dependencia hacia el ser querido. A través de la identificación de la pareja en los términos señalados, se llena un vacío en la percepción personal, pero a la vez se produce un sentimiento de autoafirmación, es decir, se mantiene la independencia como individuo, pues son dos personas que se unen pero siguen siendo dos individuos. La fusión de integridad no consiste en la fusión de una persona en la otra, sino en la fusión de intereses, sentimientos, expectativas, etc.
Este es el error en el que se cae con frecuencia, la misma sensación de soledad y aislamiento que traemos consigo producto del individualismo, conduce a una relación de dependencia extrema del ser amado, de tal manera que se pone a éste en un pedestal pasando a ser el centro de la atención. Esta situación se llega a dar en ambos miembros de la pareja, en uno más en otro menos. Por ésto mismo, cuando se llega a producir la separación ésta repercute en quien lo experimenta con más intensidad, pues el grado de dependencia es tal que opaca la identificación, ya que la dependencia refleja el grado de aislamiento en que nos encontramos.
La relación amorosa debe estar plena de un sentimiento de amor extensivo a la humanidad, mismo que no debe estar restringido a un sólo individuo, a un sólo objeto de amor. En ésto consiste el cambio en nuestra concepción del amor, en romper la visión individualista pasando a una concepción más humanista. La relación amorosa conlleva implícito un deseo erótico previamente fijado hacia el objeto amoroso, pero los demás componentes del amor (fraternidad, afectividad, camaradería, etc.) deben ser extendidos hacia otros seres para lograr así una armonía.
En el acto sexual, va implícito el placer de la mujer y el goce sexual del hombre, ambos placeres están relacionados uno con el otro, pues se complementan. Un alto grado de placer sexual conduce a la autorrealización, que permite a la persona vivir una vida más plena y rica que los demás, desarrollando todos sus potenciales, con una ausencia de sentimientos devaluatorios o de frustración y con una autoimagen optimista que abarca el enfoque hacia los otros.
La autorrealización tiene una relación directa con la frecuencia, intensidad y sentimientos de éxtasis del orgasmo. Asimismo, se relaciona también con la realización del compañero sexual, pues es determinante para él. "El individuo que vive sexualmente pleno, vive mejor el "aquí y el ahora", no alberga sentimientos de culpa o resentimientos hacia el pasado y además tiene fe en las perspectivas futuras". (5)
La autorrealización implica niveles elevados de madurez; se puede especular que los hombres autorrealizados están más interesados en satisfacer a su pareja. Los resultados de las investigaciones indican que los factores de la personalidad son los responsables de la variabilidad en el placer sexual tanto del hombre como de la mujer, y que las características de la personalidad de uno, se relacionan con el placer sexual de otro.
Estrategias de acción para la consecución de éste modelo
5.1. Sexualidad y sociedad.
El principio básico para el estudio de las relaciones sexuales humanas radica en la esencia social del hombre, dentro de ella, las relaciones sexuales forman parte fundamental de las relaciones sociales de las personas en cualquier sociedad y las mismas se determinan en última instancia por las relaciones económicas que los individuos sostienen en el proceso de producción. La educación y las tradiciones ejercen gran influencia en los principios y normas morales dentro de las cuales se enmarcan las relaciones sexuales en su desarrollo histórico.
El origen social de la problemática sexual de la juventud mexicana, obedece al interés político de trasfondo, por parte de la clase, en el poder que tiene la necesidad de mantener el tabú de la pornografía, mediante la cual difunde su modelo sexual genital y a su vez el de fomentar un profundo sentimiento de culpa a nivel colectivo, por medio de las vivencias sexuales individuales, ya que una sociedad con sentimientos de culpa y reprimida sexualmente será una sociedad dominada.
5.2. Sexualidad y cambio social.
En México, así como en cualquier otro país, al reprimir a la sexualidad se sientan las bases para que aparezca una dictadura, al anular sexualmente al individuo y su capacidad de rebeldía y de defensa. Desde el punto de vista de la Psicología, la pornografía de ninguna manera es catalogable como decente o indecente, ya que si en un momento dado despierta un deseo sexual libre y responsable, llevará a la pareja a una relación sana y consciente, enmarcada en el ámbito de la libertad y, por lo tanto, sin sentimientos de culpa. En este sentido, la pornografía por sí sola no existe, pues ésta obedece al manejo contextual en el que se origine y utilice.
Por consiguiente, ya no puede pensarse que primero debe ser el cambio social y posteriormente aguardar a que existan condiciones para una transformación a nivel de los individuos, sino que, el problema de la sexualidad debe enmarcarse en medio de estos dos niveles: social e individual, ya que hasta de la intimidad se debe dar una interpretación social. Por ello mismo, los jóvenes mexicanos son víctimas y no responsables de sus crisis (drogadicción, delincuencia juvenil, sexualidad mal llevada a cabo, etc.) que impiden su normal desenvolvimiento.
5.3. Psicología y sexualidad.
En este sentido, la intervención del Psicólogo debe ser antes que nada el lograr una comunicación dirigida a los jóvenes, así como con sus padres, para hacerles comprender que no es cuestión de juzgar sino de actuar. La falta de canales adecuados de comunicación entre padres e hijos, provoca su alejamiento afectivo.
Asimismo, el profesional de la Psicología debe desempeñar un rol de agente de cambio de ésta situación, mediante la creación de las condiciones necesarias para que la vinculación se lleve a cabo sobre otros principios, que permitan plantear el desarrollo de un programa real sobre educación sexual, dirigido a toda la sociedad mexicana. El principio debe estar dado por la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. Los principios de la actividad sexual, en su entorno moral, deben ser iguales para ambos sexos y regir la vida sexual como todos los demás aspectos de la actividad personal y social de hombres y mujeres. Todo el contenido de la educación sexual debe estar impregnado del principio de la responsabilidad que tanto el hombre como la mujer tendrán como futuros jefes de familia.
La educación sexual no sólo es un problema de la familia o de la escuela, es una cuestión que requiere de la acción educativa de todos los instrumentos con que cuenta la sociedad. Las relaciones sexuales deben establecerse sobre nuevas concepciones éticas de amor recíproco, de ayuda mutua entre el hombre y la mujer, en lo que constituye el verdadero concepto de igualdad entre los sexos. En ese sentido, la relación de la pareja adquiere su más profundo sentido humano. Cada etapa del desarrollo del individuo exige un tratamiento específico por parte de los factores que más directamente influyen en la educación sexual de las personas, especialmente la familia y la escuela.
5.4. El psicólogo y su profesión.
No obstante, es necesario recordar que en la sociedad dividida en clases, como la de México, el contenido y objetivos de la educación sexual están determinados por los intereses de la clase dominante. Por ello mismo, el rol de agente de cambio del Psicólogo, lo conduce a una disyuntiva, enfrente de la cual se encuentra el sistema social como un conjunto, ante cuyos representantes tiene que definirse como verdadero agente de cambio enfrentando las consecuencias que pueden derivar de situaciones conflictivas en las que haya la necesidad de asumir posiciones radicales, en un sentido de compromiso con el objeto de estudio en la solución de su problemática, en tanto que se identifica a sí mismo como parte integrante de la materia en estudio, del "objeto de estudio": la juventud mexicana. La disyuntiva es: funcionar como agente de cambio del actual estado de cosas, o servir como agente estabilizador del mismo.
La función del Psicólogo consiste por tanto, en concebir a su profesión, su trabajo cotidiano como un instrumento político para tratar de ayudar a la población que requiere de sus servicios profesionales. La labor básica de la Psicología debe ser en un sentido comunitario el despertar la conciencia política sobre esta problemática. En ese sentido el ejercicio profesional debe incluir:
5.5. Propuestas de intervención psicológica.
– Impulsar el pleno conocimiento de la sexualidad humana con base en una adecuada educación familiar y escolar, apoyándose para ello, en elementos de educación informal, difundiendo el modelo alternativo aquí expuesto.
– Pugnar por la creación decentros de educación sexual en los cuales se pueda obtener todo tipo de información acerca de la sexualidad, financiados y atendidos por el Estado, como respuesta a una demanda pública.
– Eliminar los conceptos de represión sexual, combatiéndolos en forma sistemática y planificada, mediante la implementación de eventos didácticos abiertos en los cuales pueda haber comunicación bidireccional entre público y expertos en la materia, de tal manera que se conscientice acerca del origen político de trasfondo de la problemática sexual juvenil y las formas de intervención psicológica, así como de la naturaleza de distintos temas.
– Vincular la formación del Psicólogo en su entorno académico, con su intervención en la prevención de grandes problemas sociales tales como el que está en el centro de la discusión y el alcoholismo, la prostitución, etc., a través de la conclusión de investigaciones de campo y sesoría en los programas de estudio, con un claro enfoque social.
– Pugnar por la apertura de espacios de expresión juvenil en los medios de comunicación del Estado (la radio, la televisión, prensa, etc.), en los cuales se puedan generar discusiones o análisis que tengan una difusión masiva sobre temas tales como la relación de la pareja, el sexo y los sentimientos, el matrimonio, etc.
– Vincular la intervención profesional del Psicólogo con el accionar de diferentes grupos minoritarios, que luchan por eliminar las leyes que prohíben el aborto, pues en realidad, el sistema social con su aparato jurídico e ideológico, es el responsable de las muertes de quienes caen por falta de atención médica oportuna y eficiente. El aborto constituye un grave problema social y por tanto, de salud pública que afecta a todas las mujeres y por consiguiente, al conjunto de la sociedad. La única forma de resolver este problema en lo inmediato es procediendo a su despenalización y convertirlo en un derecho a la salud para las mujeres que decidan practicarlo como último recurso para evitar el embarazo no deseado. Esto implica por tanto, reivindicar el derecho a la maternidad voluntaria. La legislación del aborto debe estar exenta de orientaciones religiosas y su objetivo debe ser el resolver la cuestión social y de salud, constituída por esta problemática.
– Combatir la ideología del machismo y las causas que lo provocan, erradicando la idea de que el hombre lo es más mientras más violento sea y más mujeres tenga. Asimismo, cuestionar el papel de objeto sexual que se le ha adjudicado a la mujer, promoviendo la discusión acerca del contenido de la publicidad que contenga mensajes subliminales, para reafirmar el papel de la mujer, ya que las diferencias físicas y temperamentales entre los hombres y las mujeres han sido amplificadas por la cultura, hasta llegar a la dominación masculina actual. Dentro de esta actividad, pugnar porque desaparezcan los medios de difusión del material pornográfico (libros, revistas, películas, etc.), que contengan la proyección de una imagen de la mujer como mero objeto sexual.
– Promover investigaciones acerca del comportamiento sexual y de sus determinantes, ya que son escasos los estudios realizados al respecto. El psicólogo debe intervenir en las diferentes instituciones que conforman su comunidad: la familia, la escuela, el hospital, la cárcel, etc., pues tales instituciones son las que rigen el funcionamiento social.
– Brindar asesoría psicológica en todos los niveles que conforman la evolución del individuo; en el contexto de la problemática señalada: sexualidad infantil, inicio de la pubertad, adolescencia y juventud buscando eliminar en lo posible los factores que dan origen a la misma. La relación de pareja adquiere en este contexto una importancia inusitada ya que es la expresión de todo lo anterior, por lo cual se le debe brindar la atención que requiere su funcionamiento, con la apertura de centros de atención psicológica.
– Eliminar el estereotipo que se tiene de la imagen del Psicólogo, al cual se le relaciona con trastornos mentales, muy relacionados con el trabajo de la Psiquiatría, difundiendo información acerca del quehacer profesional del Psicólogo, de sus campos de intervención y sobre todo, de la labor de prevención que éste puede efectuar.
– Intervenir en el seno de la familia para promover la discusión acerca de las causas de disgregación familiar, así como de los roles que cada integrante desempeña en su funcionamiento. Abrir canales de comunicación bidireccionar entre padres e hijos a través de los cuales puedan tratarse asuntos de interés familiar general.
– Orientar la formación académica del estudiante de Psicología, hacia el trabajo profesional en el campo de las Ciencias Sociales en una labor que podría denominarse de Psicología preventiva.
– Promover el florecimiento de fuentes de trabajo que llevan al individuo a una seguridad económica y a la eliminación de tensiones mediante actividades recreativas que permitan la socialización de grandes grupos de habitantes.
5.6. Observación final.
Es necesario entender como se estructuran las relaciones de sexualidad y procreación y la forma en que influyen sobre las relaciones de producción. Las actitudes, acciones, conductas, manifestaciones de la sexualidad, dependen -en su forma y contenido- de la cultura en que surjan. La sexualidad es educada y dirigida de acuerdo a las necesidades de una sociedad determinada, más no a las necesidades de los individuos que la forman. La sexualidad humana no es una, única, estable e inalterable, sino que por el contrario, está constituida por una serie de respuestas aprendidas y configuradas, motivo por el cual podemos aprender una nueva forma de vida sexual, con una concepción de la realidad diferente y mejor a la actual.
El mejor antídoto para la problemática señalada es que cada individuo tenga acceso a las fuentes de satisfacción de sus necesidades, no sólo sexuales, sino de cada una de sus dimensiones que conforman su estructura: ofrecer a la juventud mexicana oportunidades de desarrollo educativo, deportivo y artístico. La problemática sexual se manifiesta en mayor medida en aquellos conglomerados sociales en los que existe una profunda insatisfacción porque el individuo no logra su realización.
La realización de todas estas actividades afectará indudablemente a grandes intereses de los particulares que mantienen en su poder los medios de difusión, ya que el sexo es sumamente taquillero por lo que les deja jugosas ganancias, mismas que no aceptarán perder fácilmente. Es en ese sentido que se plantea el compromiso social de la Psicología y de sus agentes: dar un combate sin tregua, contra las causas que originan la problemática sexual, mediante la vinculación del sujeto con el objeto, ya que el psicólogo no está exento de la acción nociva, en el aspecto sexual, realizada por los medios señalados.
Conclusiones
6.1. Psicología y realidad social.
En la actualidad la Psicología en su ejercicio profesional, en su enseñanza e investigación dentro de las instituciones educativas del país, y su rango como disciplina científica, ha llegado al punto de acumular contradicciones tan profundas que se ha conformado un cuadro de crisis de esta profesión. Las expresiones de esta crisis son:
a) Una acentuada desvinculación entre la profesión psicológica y las necesidades sociales, las cuales en tiempos de crisis económica, se transforman en grandes problemas sociales.
b) La incongruencia interna y externa de los currícula de Psicología en relación con el desarrollo y actualización de la disciplina, así como con el desarrollo económico, político, científico y social de México.
c) Un mercado de trabajo restringido e históricamente deformado, que ha provocado la desvalorización social del psicólogo, cuya imagen es concebida a nivel popular, como ayudante del psiquiatra o como técnico en selección de personal.
En estos momentos, de profundización de la crisis económica, cuyos efectos se proyectan sobre todos los ámbitos de la vida nacional, momentos difíciles en lo económico, político y social, se deben perfilar las opciones que respondan, desde el punto de vista de la Psicología, a los intereses de las mayorías desprotegidas. En estas circunstancias, hay un compromiso ineludible de los profesionales de la Psicología de particular activamente, y no como simples espectadores, en un proceso de transformación social.
La crisis inherente de la Psicología como profesión se ve exacerbada por la crisis económica que vive el país, pues los efectos inmediatos son:
a) Un mayor desquiciamiento del mercado de trabajo del Psicólogo, que habrá de conjugarse con la crisis generalizada en que se encuentra el conjunto de las disciplinas sociales. Estas últimas, ocuparán un lugar secundario respecto a las ciencias naturales, y su tecnología inculada con la estructura productiva, en el marco de la propiedad privada sobre los medios de producción.
b) La imposición de fuertes topes a la matrícula escolar en las instituciones de enseñanza de la Psicología; ya que esta profesión ocupa el tercer lugar dentro de las cinco carreras más pobladas del país, además de contar con un mercado de trabajo saturado y mal remunerado.
c) La privatización creciente de la enseñanza de la Psicología, con una formación sumamente técnica y parcial.
d) Degradación del nivel académico en todos los niveles: deficiente formación académica del profesorado, falta de material y equipo para las actividades docentes, nulo apoyo para investigaciones de campo, etc.
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