- Una ojeada a nuestra realidad
- Surge un despertar social
- La educación en el centro de la lucha
- La insurgencia magisterial
- El maestro luchando, también está enseñando
- El fundamentalismo de mercado y su impacto en la educación
- Solidaridad total con la lucha de los maestros mexicanos
- Referencias
Una ojeada a nuestra realidad
Vivimos tiempos en los cuales el neoliberalismo o fundamentalismo de mercado, como también se le conoce, tiene un gran predominio en nuestras vidas. Todos los gobiernos le rinden culto al Dios mercado, implementan políticas económicas y desmantelan instituciones que ofrecían servicios gubernamentales "para favorecer al mercado". Las necesidades sociales tienden a ser menospreciadas para atender las necesidades del mercado aumentando el sufrimiento de la población.
Los dueños del capital económico y político han logrado generalizar una tendencia mundial que privatiza todo lo que esté a su alcance. El capital privado compra propiedades, terrenos, edificios, gobiernos, legisladores, votos de los legisladores, etc. Y poco a poco se va apoderando de nuestras naciones, de nuestra economía, de nuestras riquezas naturales y de nuestras vidas.
El analfabetismo político de gran parte de la población facilita el saqueo de nuestras riquezas naturales al no oponer resistencia a la entrega de nuestro país al capital privado nacional y extranjero. El conformismo, la obediencia y la sumisión facilitan la labor de los responsables de incrementar la desigualdad social al desaparecer instituciones y servicios públicos que favorecían a la población.
No es exagerado afirmar que vivimos tiempos en los cuales impera un Darwinismo económico, en el que los afectados somos una inmensa mayoría de la población mundial, mientras que los principales beneficiarios son el famoso "uno por ciento", es decir, los propietarios y socios de las grandes corporaciones y el capital privado, o sea el poder corporativo.
De manera progresiva la palabra social pierde significado, al mismo tiempo que lo público pierde valor y en este contexto vivimos la triste paradoja de que en estos tiempos a todo se le asigna un valor económico, un precio, pero el principal valor de la especie humana que es la vida misma, pierde valor, lo cual podemos comprobar al ver la muerte por doquier. Por hambre, por desnutrición, por delincuencia social, por comercio humano, por enfrentamiento entre bandas de la delincuencia organizada, por "la guerra contra las drogas" implementada por el gobierno mexicano que ha dejado una dolorosa estela de miles de muertos en cantidades que harían sonrojar a los más feroces dictadores que ha tenido la historia de la humanidad.
Como parte de este tenebroso escenario social que son los tiempos que nos tocó vivir, se observa una creciente desigualdad social que se caracteriza no solo por el sufrimiento permanente de millones de personas que viven en condiciones de pobreza, sino también por el fallecimiento de miles de personas por no contar con servicios médicos oportunos o por falta de alimentación.
Aparte de la guerra contra las drogas, el gobierno mexicano libra una intensa guerra en contra de su propia población, desde el ilegítimo (autonombrado gracias al fraude electoral) presidente Enrique Peña Nieto, pasando por los gobernadores de los diferentes Estados de la república, los legisladores federales y estatales y autoridades municipales, que se han aliado con el poder corporativo y formado con ellos una delincuencia organizada que actúa en contra de los intereses del pueblo mexicano.
Han optado por ser parte de la corrupción, en su afán de ser parte del uno por ciento de la población mundial que goza de las riquezas que se producen, han traicionado a quienes dicen representar y modifican leyes y constituciones para privatizar los servicios públicos, entregar nuestros recursos y riquezas naturales, sin importarles que millones de personas (que dicen representar), sufran cotidianamente la angustia del que van a comer ese día, porque el capital no tiene patria y el día de mañana pueden abandonar el país llevando consigo sus fortunas mal habidas.
Vemos con impotencia que los temas de justicia, ética, e igualdad social pasan a formar parte del baúl de los recuerdos al perder significado y valor en la vida cotidiana, "para favor al mercado".
En esta predominante economía de mercado, podemos ver que en el contexto del neoliberalismo, tiende a desaparecer progresivamente el concepto de igualdad social más que nunca y se substituye por el de desigualdad social, porque este último es el que permite un mejor funcionamiento del mercado. "La arrogancia fatal es que si alguna palabra hay que desterrar del lenguaje es la palabra social"
En esta guerra que libra el neoliberalismo internacional y el gobierno mexicano en contra de la población mexicana, pareciera que no encuentra resistencia alguna. Pero para alimentar a los que han caído en el pesimismo y la desesperanza, quisiera retomar una frase de Eduardo Galeano que escribió en su "Libro de los abrazos", cuando dice que "había contemplado desde allá arriba la vida humana y dijo que somos un mar de fueguitos" y en base a ella afirmar que sí hay resistencia en contra del neoliberalismo.
Si observamos con atención veremos que existen diferentes frentes de lucha que en estos momentos están combatiendo los efectos perniciosos de los cambios sociales que estamos padeciendo, existen focos de resistencia y lucha contra los efectos de la hegemonía neoliberal, principalmente proviene esta resistencia de aquellos que han sido víctimas de la injusticia, de la corrupción y de la impunidad, que se han organizado para levantar su reclamo particular como bandera de lucha y han recibido de solidaridad en su lucha.
Una gran cantidad de personas está inconforme e insatisfecha con lo que está viviendo y lo manifiesta cada vez más en forma abierta. Así podemos ver que diferentes grupos civiles, diferentes organizaciones e inclusive individuos aislados se pronuncian constantemente en contra de la injusticia social y reclaman mayor democracia, mayor libertad, más justicia e igualdad social.
Pero nos vemos tal como decía Eduardo Galeano, como "un mar de fueguitos", como llamas aisladas que luchan contra una delincuencia organizada que tiene el poder económico, político y de los medios masivos de difusión. Es a todas luces una lucha desigual similar a la de David contra Goliat, con franca desventaja para quienes queremos lo que hoy suena a utopía: más democracia, más justicia y más libertad.
http://somoslibros.net/book/el-libro-de-los-abrazos/
Para lograr un verdadero cambio social se necesita juntar todas estos fueguitos para convertirlas en llamas que alimenten una sola flama que destruya este sistema social injusto y sobre sus cenizas construir un mundo nuevo. Para lograr este cambio social necesitamos construir primero la unidad en la lucha de todos aquellos sectores que desean construir un mundo diferente al que vivimos.
Suena utópico lo sé, pero los sueños no solo nos permiten escapar de una realidad agobiante, también nos pueden servir de inspiración de fuente de energía para lograr lo que hoy parece imposible y estoy plenamente seguro de que otro mundo es posible. Me niego a aceptar que este sea el destino final de la humanidad.
Lo cierto es que vivimos tiempos que nos obligan a pensar en forma colectiva y ya no en forma individual, porque los problemas son colectivos no individuales y por lo tanto la solución a estos problemas colectivos debe darse en forma colectiva. Al analizar este mar de fueguitos podemos observar que sin darnos cuenta, todos deseamos lo mismo, cada uno de nosotros estamos generando nuevas experiencias de aprendizaje, en distintos terrenos, en distintos lugares, por diferentes motivos, pero con el mismo objetivo: cambiar este sistema corrupto que solo genera sufrimiento, destrucción y muerte.
En pleno siglo XXI, cuando se supone que el desarrollo tecnológico y el avance del conocimiento científico nos permitirían lograr un desarrollo social, estamos viviendo un momento histórico difícil, caracterizado por una gran crisis, sin precedentes en la historia de la humanidad. Una crisis que rebasa lo económico y lo político y se inserta en todos los ámbitos de convivencia social.
La realidad es que sí estamos viviendo una crisis internacional que es propia del capitalismo como sistema global, pero es importante recalcar que lo que vivimos es una sola crisis y no diferentes tipos de crisis, estamos viviendo la crisis global del sistema capitalista que tiene su expresión en diferentes ámbitos (económica, política, financiera ecológica, etc.), por lo que debemos decir claramente que la situación actual es tan grave que no es exagerado decir que vivimos en la madre de todas las crisis, es decir vivimos la crisis del capitalismo en su máxima expresión en la era de la globalización.
http://www.monografias.com/trabajos101/madre-todas-crisis-y-urgencia-del-cambio-social/madre-todas-crisis-y-urgencia-del-cambio-social#ixzz48qGSW1dV
Con esta expresión "madre de todas las crisis quiero enfatizar que el sistema económico capitalista no da para más, que no es posible esperar una mejoría del mismo, que no habrá una recuperación en el sentido de aumentar el número de empleos, mejorar los salarios, disminuir la pobreza, propiciar el desarrollo humano en los países pobres, etc. Porque la esencia misma del capitalismo es la explotación económica, la marginación la desigualdad social.
Por eso mismo debemos tener claro que al contrario, el sistema capitalista en el que nos encontramos seguirá produciendo más pobres y haciendo más ricos a los ricos.
Surge un despertar social
Pero al mismo tiempo vemos que las diferentes tragedias que ha vivido el pueblo mexicano, los diferentes actos de violencia que el Estado mexicano ha ejercido en contra de su propia población y la interminable lista de actos de corrupción e injusticia social han hecho surgir sentimientos y actos de solidaridad social que han rebasado el individualismo imperante hace algunos años.
http://www.monografias.com/trabajos103/tragedia-y-esperanza-vivir-mexico/tragedia-y-esperanza-vivir-mexico#ixzz48qFDT5NE
La población mexicana está tomando consciencia de que es parte de una colectividad, que pertenece a una nación, cuyos habitantes están siendo agredidos de diversas formas por parte de los gobernantes de los tres niveles (municipal, estatal y federal). En este proceso se está creando una nueva identidad colectiva, la del mexicano que ya está harto de tanta injusticia y que está dispuesto a defender a su país.
Esta percepción de que los conflictos sociales y la enorme cantidad de fallecidos no son hechos aislados, que las tragedias son utilizadas por los políticos en su beneficio personal ha creado una nueva actitud en el comportamiento de miles de mexicanos.
Por un lado tenemos que muchos de los sobrevivientes de los desaparecidos han decidido tomar un papel activo en su búsqueda y más aún han decidido incorporarse a los movimientos sociales que luchan en contra de la injusticia, de la corrupción y que buscan lograr un cambio social en nuestro país.
Ejemplos como los padres de los niños fallecidos en la guardería ABC (tragedia todavía impune a cerca de 6 años de acontecida) que siguen luchando por obtener justicia sin lograrlo a pesar del masivo apoyo a su causa.
La lucha de los miles maestros agrupados en la CNTE en contra de una reforma educativa que fue impuesta ignorando las manifestaciones en contra, la lucha de miles de trabajadores en contra de las reformas impulsadas por el régimen de Enrique Peña Nieto que también han sido ignoradas, se ven reforzadas por el despertar de miles de jóvenes que ya se cansaron de la corrupción, de la impunidad, de la injusticia y de la desigualdad social, ha permitido construir un gran movimiento social a lo largo y ancho del país que cimbró las estructuras del poder en México.
Podemos decir también que la historia de México sufrió un antes y después de Ayotzinapa, cuando fuerzas del Estado mexicano desaparecieron a 43 estudiantes normalistas, lo que movilizó a miles de personas dentro y fuera del territorio mexicano.
/trabajos102/rebelion-juvenil-mexico/rebelion-juvenil-mexico
Por todo lo anterior, podemos decir que vivimos tiempos en los que ya no es suficiente aceptar que vivimos tiempos de cambios sociales y que debemos adaptarnos a ellos de la mejor manera posible, debemos tomar consciencia de que lo que se requiere en estos momentos es impulsar una acción transformadora, una acción colectiva que contribuya a cambiar nuestra época.
La educación en el centro de la lucha
Precisamente eso es lo que están haciendo miles de maestros mexicanos en estos momentos cuando se rebelan en contra de una reforma educativa que no solo no los toma en cuenta, sino que al contrario, está dirigida en contra de ellos al mostrar su faceta real de evaluación-despido.
Los planes de privatización y enajenación de la educación pública no se limitan a los niveles de educación básica y media superior, incluyen también ataques a la educación superior y a las universidades públicas, al violar los contratos colectivos de trabajo modificando los reglamentos que regulan el ingreso, promoción y desarrollo del personal académico, tal como está sucediendo en la Universidad de Sonora donde las autoridades administrativas decidieron modificar unilateralmente el Estatuto de Personal Académico, afectando los derechos de miles de maestros universitarios.
Ser mexicano es difícil en estos momentos, pero también ser profesor tiene un alto grado de dificultad ya que no es cualquier cosa, es un oficio que no tiene hora de entrada ni de salida, porque se trabaja en la escuela, en el cubículo, en casa, durante los días laborales y los fines de semana.
Pero esto lo hacemos aquellos que tenemos amor a la educación, aquellos que tomamos en serio el trabajo de enseñar y la mera verdad somos miles los que sentimos esta vocación de ser maestros.
En el desarrollo de este sentimiento y esta entrega el docente toma consciencia de que la educación debe incluir en sus contenidos una enseñanza que va más allá de los temas de la(s) materias que imparte. En el proceso de enseñanza aprendizaje, se da un metaaprendizaje cuando enseñamos con nuestros comportamientos, cuando fungimos como modelos de imitación con nuestros alumnos.
En una sociedad con creciente desigualdad social, la educación adquiere una importancia vital para todo individuo, porque forma parte de los derechos humanos que la humanidad a través de luchas sociales y movimientos colectivos ha conquistado.
Lamentablemente vivimos tiempos en los cuales la élite en el poder realiza acciones para restringir el derecho a la educación pública en todos los niveles. Son tiempos de culto al Dios Mercado de decisiones que priorizan interés privado por encima del interés público.
Intentan eliminarnos derechos y prestaciones sociales que beneficiaban a sectores amplios de la población para ofrecer en bandeja de plata al capital privado, la privatización de los mismos.
La educación en este contexto es uno de los blancos de la privatización, no solamente porque intenta reducirse la educación a la calidad de mercancía, sino porque la educación contribuye a la liberación social de los pueblos.
Un pueblo educado es un pueblo informado, consciente de sus derechos humanos y sociales. La élite en el poder intenta evitar que la población se eduque y enfoca sus baterías en contra de la educación pública y de los maestros comprometidos socialmente.
El gobierno mexicano implementa una verdadera guerra en contra de su población en sus afanes de servir al capital privado, pero en sus intentos de imponer la reforma educativa se ha encontrado con una férrea resistencia de los maestros mexicanos que a lo largo y ancho del país se resisten, rebelan y luchan en defensa de sus derechos como gremio.
El país se hunde cada vez más en una crisis política porque el gobierno mexicano avanza cada vez más de un autoritarismo hacia un totalitarismo, utilizando policías, ejército y demás cuerpos represivos para frenar la combatividad de los docentes.
/trabajos101/sociedad-contemporanea-transito-del-autoritarismo-al-totalitarismo/sociedad-contemporanea-transito-del-autoritarismo-al-totalitarismo#ixzz48qHvchQi
Ahora la represión se dirige a los padres de familia y estudiantes que defienden a sus maestros, pero la resistencia y apoyo social hacia su movimiento aumenta cada día en respuesta a la violencia del Estado.
Por eso digo que ser maestro no es cualquier cosa, es una de las profesiones que proporciona grandes satisfacciones, pero también nos coloca en peligro porque ser gente pensante y crítico social en el contexto de una sociedad donde predomina el autoritarismo es ponerse "de pechito" como un blanco para la represión del Estado, al señalamiento social de sectores conservadores y desinformados que al ver a un maestro luchando lo tachan de "maestro grillo".
En estos momentos de guerra que vivimos en México, urge la solidaridad hacia el movimiento magisterial que se resiste a la reforma educativa, urge la unidad de todos los sindicales democráticos y progresistas.
Paremos esta represión, detengamos esta reforma arbitraria e injusta, pidamos juicio político contra los funcionarios irresponsables que encabezan la represión hacia los maestros. La historia nos ha enseñado (y recordemos que la historia la aprendimos de nuestros maestros) que la movilización social puede cambiar el curso de la historia misma.
No creo exagerar cuando afirmo que toda persona sin excepción alguna mantiene dentro de su memoria personal recuerdos gratos de algún maestro que tuvo una influencia positiva en su vida.
Quizá haya algunos recuerdos ingratos de otros docentes, pero los malos recuerdos se borran con el paso del tiempo gracias a nuestros mecanismos de defensa como lo es el olvido. En cambio los recuerdos de aquellos maestros que nos ayudaron a aceptarnos a nosotros mismos, a definir nuestras expectativas hacia la vida, que nos inculcaron valores positivos que hemos mantenido a lo largo de nuestra vida, esos recuerdos no desaparecen fácilmente.
Esto sucede porque debemos tener en cuenta que la escuela es una institución que participa en el proceso de socialización que tiene lugar en nuestro desarrollo psicosocial.
Es decir, la escuela, junto con la familia, los grupos de amigos, la iglesia, los medios masivos de difusión, etc., son instancias socializantes a través de las cuales desarrollamos nuestra personalidad psicosocial, que consiste en esa singularidad que nos hace únicos e irrepetibles, diferentes a los demás.
Esta personalidad psicosocial es una determinada y específica forma de actuar, sentir y pensar que nos hace diferentes a los demás y es el resultado de la interacción e interinfluencia que hemos mantenido con las diferentes figuras significativas en los distintos grupos sociales a los cuales pertenecemos o hemos pertenecido.
Sin lugar a dudas una de estas figuras significativas es la del maestro y lo afirmo de esa manera tan tajante porque la escuela es una institución en la que pertenecemos varios años de nuestra vida, durante varias horas al día.
Sin sumar la estancia preescolar, podemos incluir seis años de primaria, tres años de secundaria, tres años de preparatoria y los afortunados que pudieron realizar estudios universitarios añadiríamos otros cuatro años.
Saque usted sus propias cuentas estimado lector, y determine cuantos años ha estado bajo la influencia de la institución escolar, con la figura significativa de los maestros.
El maestro es una figura importante en nuestras vidas, tan importante como la figura de un superhéroe, ya que los maestros tenemos un gran poder que las demás personas no tienen: el poder de cambiar a las personas, el poder de orientar, de guiar, de conducir, el poder de educar pues.
¿En qué consiste este poder? Los maestros ayudamos a que las personas sean mejores contribuyendo a cambiar sus actitudes, sus valores y su comportamiento. Es decir, generamos aprendizaje tanto a nivel individual, como a nivel grupal. Porque en eso consiste el aprendizaje: en el cambio relativamente permanente en el comportamiento de las personas después de que atraviesan un proceso de aprendizaje.
Esta noble profesión que trae consigo enormes satisfacciones como el hecho de encontrarse con exalumnos que se acercan a saludar a su maestro y recibir muestras de aprecio y agradecimiento por el aprendizaje obtenido, no es valorada como merece.
La figura del profesor se ha degradado a la figura de un asalariado más, percibiendo un bajo salario, realizando su trabajo en condiciones difíciles. Mientras que por otro lado vemos a un futbolista ignorante ganar millones de pesos, un exfutbolista también ignorante con problemas de control de ira dirigiendo una importante capital del país como Presidente municipal y para no seguir con más ejemplos, usemos el ejemplo del mayor iletrado, tenemos a un ignorante y autoritario individuo que viaja por el mundo en el avión presidencial más caro en el mundo, mientras el presupuesto para educación y salud se reduce cada año.
Cualquiera pensaría que el trabajo del profesor empieza cuando entra al salón de clase por primera vez, pero esto no es así. El profesor ha trabajado varias horas semanas antes para diseñar el programa de la materia, definir contenidos, método de evaluación y referencias bibliográficas.
Por cada referencia bibliográfica incluida en el programa de la materia, el profesor lee al menos cinco referencias para seleccionar el material que incluirá en el programa (al menos yo lo hago así).
Igualmente, el profesor debe leer las tareas, los ensayos, evaluar los exámenes de cada estudiante. Por lo regular los grupos son de 40 alumnos, imagine usted estimado lector tener un trabajo que implica sumergirse en la lectura de tales documentos y además hacer anotaciones con observaciones en los trabajos escritos, al mismo tiempo que encerrar en círculo las faltas de ortografía.
Por esto mismo y por mi identidad como maestro con toda una vida dedicada a la docencia universitaria (31 años), al ver la represión que el gobierno mexicano ha desatado en contra de los maestros, tratándolos como criminales, deteniéndolos con lujo de violencia a las puertas de las escuelas, delante de sus horrorizados alumnos que ven como a su querido profesor los policías lo arrastran y lo empujan dentro los vehículos policiacos, no puedo más que sentir rabia e indignación.
Estos sentimientos me llevan a usar el arma más eficaz que tenemos los profesores para combatir la violencia institucional del gobierno mexicano: la palabra escrita, con el uso de la palabra quisiera que esta indignación y rabia que siento se convierta en una rabia e indignación colectiva para incentivar el surgimiento de la participación social en acciones de solidaridad hacia la lucha que hoy enfrentan los maestros mexicanos en contra ya no de una reforma educativa, sino en contra de la policía, en contra del ejército que son usados en su contra.
México vive una de sus peores crisis sociales, una crisis que no se limita a lo económico y a lo político. Es una crisis social presente en cada ámbito de convivencia social, presente en cada institución, en cada organización en cada grupo y en cada individuo.
En el centro de esta crisis y como principal promotor de la misma se encuentra el gobierno mexicano que realiza una auténtica guerra contra su propia población, al usar con determinación la fuerza militar (helicópteros, gases lacrimógenos, soldados, policías, etc.), para imponer por la fuerza sus reformas estructurales que favorecen sólo al capital privado y afectan al interés público.
Debemos de reconocer que son tiempos de injusticia social, de falta de democracia, de exclusión, de imposición y represión, que generan la necesidad de grandes cambios sociales.
México es un país que ha vivido durante décadas en un ambiente de corrupción e impunidad generado y compartido por sus gobernantes al grado tal de que la corrupción llegó a considerarse como algo normal por algunos sectores de la población y que por lo mismo llegó a formar parte del contenido de ciertas subculturas de nuestra sociedad.
Esta cultura de la corrupción permitió que se desviaran enormes cantidades del presupuesto público para fines personales y de grupo en detrimento de la población en general. El saqueo de las arcas públicas generó a su vez una crisis económica que afectó a la mayoría de la población al disminuir el presupuesto para obras sociales y colocó a nuestra nación en la enorme contradicción de ser un país lleno de recursos naturales que podrían alimentar a millones de personas, pero que sin embargo esto no impide que más de 60 millones de mexicanos vivan en pleno siglo XXI en condiciones de pobreza y miseria.
La crisis económica nos ha acompañado durante varios años, golpeado y arruinado el futuro de varias generaciones, sin embargo a pesar del sufrimiento que provocaba, el país mantenía cierta estabilidad social porque el Estado mantenía aún un relativo control social de la población a través de sus instituciones y con el apoyo de los medios masivos de comunicación que promovían el conformismo social y la inmovilización
Durante los años que Enrique Peña Nieto lleva ocupando en forma fraudulenta el cargo de Presidente, las cifras de personas asesinadas aumentó considerablemente, pero estas cifras han sido permanentemente maquilladas para distorsionar una realidad que no se puede ocultar y que se ha dado en llamar "el holocausto mexicano", con el debido respeto a las diferencias cuantitativas y cualitativas.
Como consecuencia de las ejecuciones, desapariciones, y muertes de miles de mexicanos se ha roto el tejido social de nuestro país. Esta expresión que se ha manejado mucho en los medios, sobre todo por las autoridades del gobierno mexicano, la podremos entender mejor si consideramos que todos somos seres sociales, lo cual lo podremos comprender al recordar el concepto de personalidad psicosocial, ésta personalidad psicosocial que se construye en base a nuestra interacción con los demás debido a nuestra pertenencia simultánea a diferentes grupos sociales formales e informales.
Estas características individuales que son el resultado de la interacción con los demás, nos permite afirmar que somos lo que somos gracias a los demás. Este es precisamente el fundamento teórico de la expresión "Si tocan a uno, nos tocan a todos".
Pero algo positivo surge de tanta negatividad, como consecuencia de la violencia social e institucional, de la delincuencia organizada, de la corrupción generalizada y de la impunidad imperante en México, también se ha roto algo que habíamos estado esperando desde hace tiempo: se ha roto el control social que el Estado mexicano y la mafia detrás de él habían mantenido por décadas promoviendo la cultura del silencio, el individualismo, la conformidad y la sumisión social.
/trabajos103/sociedad-crisis-crisis-del-control-social/sociedad-crisis-crisis-del-control-social
Las diferentes tragedias que ha vivido el pueblo mexicano, los diferentes actos de violencia que el Estado mexicano ha ejercido en contra de su propia población y la interminable lista de actos de corrupción e injusticia social han hecho surgir sentimientos y actos de solidaridad social y de resistencia colectiva, que han rebasado el individualismo imperante hace algunos años.
Poco a poco la población mexicana está tomando consciencia de que es parte de una colectividad, que pertenece a una nación, cuyos habitantes están siendo agredidos de diversas formas por parte de los gobernantes de los tres niveles (municipal, estatal y federal). En este proceso se está creando una nueva identidad colectiva, la del mexicano que ya está harto de tanta injusticia y que está dispuesto a defender a su país.
Esta percepción de que los conflictos sociales y la enorme cantidad de fallecidos no son hechos aislados, que las tragedias son utilizadas por los políticos en su beneficio personal ha creado una nueva actitud en el comportamiento de miles de mexicanos.
La insurgencia magisterial
La imposición por la fuerza de la reforma educativa, una reforma que está destinada no a evaluar, sino a destruir derechos laborales de los docentes mexicanos, ha logrado el despertar de una resistencia social de los profesores mexicanos a lo largo y ancho del país.
La violencia institucional y el uso de la fuerza policiaca y militar en la implementación de la reforma educativa, fortaleció la unidad de miles de maestros que construyen un movimiento social que se está convirtiendo en el eje aglutinador y en el punto de confluencia de los diversos movimientos de resistencia a nivel nacional.
Es el caso del SNTE, institución de control de los trabajadores de la educación, caracterizado por una enorme corrupción. Su estructura se ve rebasada y cuestionada de raíz por una fuerza que surgió de su interior hace más de tres décadas: La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación. Después de más de treinta años de lucha la CNTE ha crecido en fuerza y número en estos últimos años, sobre todo a partir del intento de implementar la Reforma Educativa.
El ejemplo de la CNTE debe cundir por todo el país, rebasar aquellos liderazgos formales al interior de los sindicatos y organizaciones obreras que han fungido como instrumentos de control social.
Nos encontramos entonces en el momento en el que los instrumentos de control social ya no funcionan como antes y ceden al empuje de las masas. Es la crisis de la relación dirigente-dirigido que atraviesa a nuestras instituciones. Es la crisis de liderazgo social que estamos viviendo en México, una crisis en la que las instituciones baluarte de nuestro sistema social se ven cuestionadas porque presentan una enorme distancia entre el discurso y la acción.
Una crisis ante la cual surgen movimientos sociales liderados por grupos sociales emergentes, como lo es hoy la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, que día a día construye y consolida un liderazgo nacional, no sólo en la percepción de los profesores que luchan por sus derechos laborales, sino en la percepción colectiva de millones de trabajadores que ven en la lucha de los docentes en contra de la reforma educativa, la punta de lanza que necesitaban, el ariete necesario para enfrentar la violencia institucional, para decidirse a luchar por sus propias demandas al ver que "sí se puede" luchar contra la tiranía priista.
Por todo lo anterior, hoy en día no hay lugar para las indefiniciones, para una falsa neutralidad, es el momento de las definiciones, este año 2,016 será el año de las definiciones en materia de cambios sociales en México. En los meses venideros surgirán nuevos cambios sociales y todos y cada uno de nosotros debemos formar parte activa de los mismos.
Nunca como antes la expresión "El maestro luchando también está enseñando" había tomado tanto sentido como en estos días. El movimiento magisterial en México que no duda en enfrentar y desafiar al Estado mexicano en su intentona de imponer una reforma educativa que lesiona los derechos laborales de los maestros, nos está mostrando el camino a seguir por todos aquellos mexicanos que en forma individual u organizada realizamos una lucha en la defensa de nuestros derechos laborales, humanos o sociales, que están siendo atropellados por el Estado mexicano en su afán de cumplir con las expectativas de un modelo neoliberal de beneficiar al interés privado por encima del interés público.
El maestro luchando, también está enseñando
Para comprender mejor la validez de esta expresión. "El maestro luchando, también está enseñando", creo necesario retomar algunos conceptos vertidos en artículos anteriores.
"Cuando se hace referencia a la educación, por lo regular la gente común asocia el aprendizaje obtenido en las escuelas. Si alguien dice "quiero aprender" obtiene como respuestas: "ponte a estudiar, ve a la escuela", "Ponte a leer libros", "ve con un maestro para que te enseñe, etc.
Lo cual es correcto, pero debemos tomar en cuenta que estamos haciendo referencia a un aprendizaje formal, al sistema de educación formal que se obtiene en las escuelas, donde se evalúa de manera formal un aprendizaje obtenido.
Pero resulta que existe otro tipo de aprendizaje que es el aprendizaje informal y lo podemos confirmar cuando se escuchan las expresiones "la escuela de la vida", "el aprendizaje de la experiencia" y se refieren a todo lo que aprendemos en nuestra vida cotidiana. Estamos hablando entonces de aprendizaje informal. Debemos lograr entonces el aprendizaje ideal en nuestro comportamiento cotidiano, el cual podemos definirlo como la suma del aprendizaje formal con el aprendizaje informal. ¿Cómo podemos lograr esto?
"Para responder a esta pregunta debo pedirles algo de paciencia porque necesito introducir algunos elementos propios de mi profesión que es la psicología y no cualquier tipo de psicología, hablo de la psicología social, con la consabida aclaración de que no hablo de corriente psicológica alguna, ya que no comulgo con el reduccionismo científico de explicar el comportamiento humano en base a solo las aportaciones de una sola disciplina (por ejemplo el psicologismo) y mucho menos creo en el corrientísimo psicológico, que consiste en casarse con una sola corriente de la psicología.
Tomaré como punto de partida el estudio de la comunicación interpersonal. Hace algún tiempo se utilizaba un modelo lineal para describir la comunicación interpersonal. Se afirmaba que la persona A actúa como emisor y envía un mensaje a B quien la recibe en calidad de receptor. Y eso era todo, hasta ahí terminaba la explicación de la comunicación interpersonal.
Pero (aquí vienen las aportaciones de la psicología social) estudios psicosociales descubrieron que el receptor respondía al mensaje enviando su respuesta al emisor que la recibía en calidad de receptor. Entonces se añadieron nuevos elementos: emisor, mensaje, receptor, receptor-emisor, respuesta y emisor-receptor. Con ello se descubrió que todos somos emisores y receptores simultáneamente, que somos influidos pero también influenciamos, que existe un proceso de interinfluencia en las relaciones interpersonales. Que nos influimos mutuamente.
Aplicado todo esto al aprendizaje podemos decir que aprendemos en todo lugar, en cualquier momento y con cualquier persona. Aprenden los niños, aprenden los ancianos, aprendemos en la calle, en la casa, en la escuela, con los amigos y enemigos. De ahí el origen de la expresión "La vida es un constante aprendizaje". Pero también aprendemos de los demás, los padres aprenden de sus hijos sin que ellos sean maestros, aprendemos de nuestros familiares cosas buenas y malas, aprendemos de nuestros amigos, sean "buenas o malas compañías"' e inclusive aprendemos de nuestros alumnos cuando les estamos enseñando.
Suelo iniciar mis cursos diciéndoles a mis alumnos que les voy a enseñar y compartir mi experiencia pero también que voy a aprender de ellos y ellos harán lo mismo, es decir, aprenderán pero también enseñarán. Que hay un aprendizaje, pero también existe un metaaprendizaje, es decir que enseñamos más allá de los contenidos de nuestras materias. Somos modelos y roles que los demás tienden a imitar o a alejarse de ellos modelos. Todo esto gracias a la existencia de un proceso de interinfluencia interpersonal. Por eso la expresión "el maestro luchando, también esta enseñando", tiene un fundamento teórico que podemos entender gracias a este tipo de aportaciones".
http://www.staus.uson.mx/staus_viejo/notas/2012-05-13-N1/2012-05-13-N1.html
Este es el fundamento teórico que fortalece la validez del título de este artículo y de la consigna que se corea cada vez más en las calles acompañando las combativas marchas de los maestros que luchan en contra de la reforma educativa.
Al enfrentar en forma unida y organizada la violencia institucional del Estado, que no duda en utilizar todo los recursos a su alcance para doblegar a los maestros (cuerpos represivos, así como, cuerpo legislativo, medios masivos de difusión, etc.), los maestros actúan como modelos a seguir por los demás integrantes de nuestra sociedad que estamos hartos del autoritarismo, de la corrupción, de la injusticia, de la impunidad y del desprecio de nuestros gobernantes que en lugar de velar por procurar el bienestar de la población, se dedican enriquecer sus fortunas personales robando las finanzas públicas y engañando a la población.
Creo que existe un consenso social entre una buena parte de la población que consiste en la apreciación de que ante la crisis social en la que se encuentra México surgen con carácter urgente la necesidad de implementar cambios sociales planeados que reduzcan el sufrimiento de la población, que terminen con los actos de corrupción, que desaparezca el autoritarismo y sobre todo, que detengamos esta tendencia hacia el totalitarismo que muestran nuestros gobernantes.
El aprendizaje que obtenemos del movimiento magisterial consiste en que el cambio social deseado es posible y necesario, el cual lo podremos lograr en la medida de que aumentemos nuestra participación social en los distintos grupos y organizaciones a las que pertenecemos, para lograr la solución de los grandes problemas sociales, los maestros nos están enseñando que es posible y necesario superar el temor a perder lo poco que conservamos o a consecuencias negativas.
Estamos aprendiendo que es más lo que podemos ganar si nos decidimos a luchar en forma unida y organizada, que perderemos mucho más si seguimos actuando con actitudes de conformismo, de obediencia y de sumisión.
Estamos aprendiendo del movimiento encabezado por la CNTE que debemos enfrentar esta situación de crisis social que se vive en México, con la construcción de la unidad en la acción de varios sectores sociales que luchan en contra de la violación de sus derechos laborales, humanos y sociales que son producto de una enorme corrupción, de la desviación del presupuesto para beneficio de intereses privados.
El maestro luchando, también está enseñando que debemos recuperar los valores perdidos por la deshumanización imperante en una sociedad que presenta una verdadera sociopatología.
/trabajos101/sociopatologia-sociedad-contemporanea/sociopatologia-sociedad-contemporanea
Con sus acciones de resistencia civil y rebeldía social, los maestros nos recuerdan la vigencia de valores como la dignidad, la solidaridad, la valentía. Nos demuestran con su comportamiento que es posible construir la unidad en la acción y que la historia se escribe gracias a las grandes movilizaciones de comportamientos colectivos.
Dejando las plumas, los cuadernos y los pizarrones, los maestros mexicanos nos demuestran con gran valentía que existe otro tipo de aprendizaje, que en el contexto de una sociedad desigual, antidemocrática y autoritaria, no es posible limitar la enseñanza al contenido de las materias.
La principal lección que nos están dando los profesores mexicanos es que el cambio social es posible, que depende de nosotros el cambiar esta situación de opresión, de represión, de marginación, de antidemocracia, de autoritarismo y totalitarismo, para construir un mundo mejor en el cual prevalezca la democracia, la justicia y la igualdad social.
Con su defensa de la educación pública, los profesores de la CNTE nos muestran que por más fuerza y violencia irracional que tenga un Estado totalitario como el mexicano, la verdadera fuerza para impulsar los cambios sociales radica en la movilización de miles de mexicanos, si hoy son miles los que enfrentan el autoritarismo y han logrado frenar y poner en evidencia las verdaderas intenciones de la élite en el poder y han impedido la consolidación de los perversos planes de privatización de la educación, pensemos que si somos millones los que nos movilizamos ¿cuántas cosas no podríamos cambiar?
El empecinamiento del gobierno mexicano por imponer una reforma educativa enfrentando a los maestros integrados en la CNTE, se debe a motivos mucho más allá de una "sana intención" de evaluar a los docentes y mejorar la educación como argumentan sus apologistas. En realidad el discurso que fundamenta las intenciones de la reforma educativa es totalmente falso ya que las intenciones son netamente políticas y económicas, en ningún momento contribuyen a mejorar la educación en nuestro país.
Aparte de la intención oculta de privatizar la educación pública, el leit motiv o motivo principal que está detrás de la agenda oculta del gobierno es su intento de reducir a la educación a un nivel de adiestramiento, entrenamiento o capacitación que responde al beneficio de los intereses del poder corporativo.
Se trata de cambiar una pedagogía que propiciaba el desarrollo integral, por una pedagogía de la represión que procura eliminar la capacidad de pensar en forma crítica y analítica. Se pretende eliminar cualquier vestigio de pensamiento crítico, radical que cuestione el estado actual de las cosas.
En su camino hacia un totalitarismo de Estado, la élite en el poder y el poder corporativo buscan crear las condiciones para evitar cualquier manifestación de oposición que provenga de los sectores sociales excluidos en una sociedad que promueve sin cesar la desigualdad social a nombre de estimular el mercado.
Debemos de recordar que la escuela como institución es parte integrante de lo que en su momento el filósofo francés Louis Althousser denominó "aparatos ideológicos de Estado", una concepción en la que se percibe a la escuela, la familia, la iglesia, los medios masivos de difusión como aparatos ideológicos a través de los cuales se reproduce la ideología de la clase dominante.
http://perio.unlp.edu.ar/teorias2/textos/m3/althusser.pdf
Por otro lado, "si observamos a nuestro alrededor veremos que la sociedad contemporánea se caracteriza por una creciente y enorme desigualdad social que afecta a millones de personas en el mundo entero, mientras que sólo unos cuantos se benefician de la misma.
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