Fundamentos del Folklore para consolidar la identidad peruana
Un 22 de agosto de 1846, se publicó en el diario inglés "The Athenaeum" una carta firmada por Ambroises Merton (seudónimo del antropólogo William JohnThoms), quien propone el término FOLKLORE para denominar a lo que hasta entonces era conocido sólo como "antigüedades populares" y también "literatura popular", y que obviamente abarcaba mucho más.
Desde entonces, el compuesto sajón ha resultado muy útil en el mundo entero para delimitar el campo de estudio y desarrollo de la cultura popular. Folklore significa "el saber del pueblo" (Folk: nación, pueblo: lore: saber, conocimiento), la palabra Folklore nos da a entender que es el conjunto de manifestaciones culturales y artísticas por las cuales se expresa un pueblo o comunidad en forma anónima, oral, tradicional, colectiva y espontánea, para satisfacer necesidades de carácter material o inmaterial.
Al hacer referencia al concepto de Folklore, se alude a las expresiones culturales llamadas supervivencias, las que se originan: "en las poblaciones menores, aisladas, distantes de los centros principales, y en territorios remotos (no conquistados culturalmente por los estados directores), donde subsisten los primitivos grupos llamados aborígenes". Así mismo, se precisa otra definición de Folklore: "A él le interesan los elementos vivientes de las culturas que revelan un carácter arcaico, los que no son productos de la propia época en que aparecen sino que vienen desde lejos, teniendo su origen en otras a veces muy remotas épocas".
Dentro de los procesos en los que se ha visto involucrado el Folklore, también se mantiene el énfasis puesto a su valor turístico. El turismo es de un carácter cultural, que enfoca su atención al aprendizaje de la historia a través de los restos arqueológicos e históricos, como a través de las manifestaciones artísticas y folklóricas.
La UNESCO, al referirse al Folklore produjo un documento sobre el patrimonio cultural de la humanidad; dentro del mismo, se distinguía entre los bienes materiales e inmateriales, considerando entre estos últimos, a la cultura y a la educación. Esto es muy importante porque se crea un vínculo explícito, por el cual se reconoce que la labor educativa se asienta en el conocimiento no sólo del pasado, sino y fundamentalmente en la recreación cultural de los pueblos a través de su forma de ser; expresada en los idiomas, el folklore y las costumbres.
Por otra parte, Guillermo Fuerte Díaz señala: "…la verdadera base de la cultura indígena actual debemos de buscarla en sus instituciones sociales, en el significado hondo que tiene para ellos la posesión de la tierra" (…); esta cita lo que quiere es distinguir el Folklore, de lo que es la verdadera cultura indígena. Reforzando una separación disciplinaria, entre la disciplina del estudio del Folklore como estudio de las supervivencias artísticas; y la disciplina etnológica como el estudio holístico de la cultura indígena.
Según Bruno Jacovella, el Folklore es el patrimonio cultural tradicional que recrean los grupos étnicos que han migrado, o se han modernizado. En este sentido, la disciplina folklórica es una rama de la etnología cuyo fin es "reconstruir históricamente dicho patrimonio en su integridad morfológica y funcional, investigar la difusión y procedencia de sus elementos así como sus cambios en el tiempo y en el espacio"
En lo que concierne a nuestro Folklore, es probablemente el más variado y rico de sur América. El Perú se ubica exactamente donde habitaron las más antiguas culturas originarias de América del sur. A su vez esta región destaca por haber sido el eje central del Tawantinsuyo o "Viru" (nombre de río y región donde habían metales preciosos) cuya capital era el "Cusco" y después en épocas del coloniaje, como el "Virreynato del Perú", cuya capital era "Lima"; alberga hoy en día muchas expresiones folklóricas, como la música autóctona, danzas festivas, guerreras, agrícolas, fiestas religiosas, cuentos, mitos, leyendas, costumbres, su típica gastronomía, artesanía, vestimenta y otros dentro de sus tres territorios geográficos.
Así mismo, nuestro Perú, extenso en sus manifestaciones folklóricas, un crisol multicultural, pluriétnico, megadiverso y con una problemática difícil ante la tarea de construir un concepto unificado pero flexible de ser peruano nos reta a contribuir en esta vital tarea de consolidar la identidad, de amar, valorar lo ancestral, que en tiempos vigentes resulta arduo y complejo, pero impostergable.
Es una labor sumamente difícil por las diferencias que van desde lo ambiental y lo geográfico por un lado, hasta lo racial, lo histórico y lo lingüístico, por otro. Sierra, Costa y Selva traducen experiencias distintas, así como brechas enormes entre las diversas clases socioeconómicas y educacionales, sin desconocer las posibilidades de aspectos comunes, para encausar una identidad que conlleve a revalorar lo tradicional, folklórico o autóctono y así encarar con donaire los desafíos que nos plantea el nuevo milenio.
Por ello, es necesario consolidar nuestro Folklore, para reencontrarnos con la identidad de origen, con la identidad universal, dado que los valores de la humanidad, en conjunción con los propios, son los que representan más plenamente al hombre. En vez de una posición chauvinista, endogámica y limitante es importante tender hacia una cópula creativa exogámica y desprejuiciada. Así, reconoceremos el carácter integrador de la educación, la identidad, la cultura y el Folklore.
Por consiguiente el conocimiento del Folklore es la manera más directa de conocer profundamente a un pueblo; por intermedio de él se puede averiguar, como es y cómo piensa el total de la gente en forma natural y sincera.
Un pueblo que práctica activamente diferentes manifestaciones folklóricas es un pueblo sano de espíritu y con personalidad, pues no está copiando a nadie, sino, haciendo lo que es propio. Recuérdese que Folklore es la comida, la bebida, el vestuario, las leyendas, las canciones, las danzas, la mitología; todas las manifestaciones artesanales como cerámica, cestería, tejidos, construcción de casas, talabartería, mueblería, la manera de sentir a los muertos, de celebrar los santos etc. Es toda la vivencia de un pueblo.
Cabe señalar que, en el IV Congreso Interamericano de Turismo realizado hace algún tiempo, la delegación peruana expresó en su ponencia: "Conservación de la pureza y estímulos para el fomento del folklore americano. Las manifestaciones folklóricas, y entre ellas la danza, música, canciones, fiestas e industrias nativas, revelan la fisonomía ancestral y emotiva de los pueblos y constituyen fuentes, interesantes de captación para el conocimiento, la investigación y el arte, la conservación, pureza y estímulo de las manifestaciones folklóricas e industriales típicas de cada país, la cual constituye la más pura y auténtica expresión del alma de los pueblos, cuya raigambre artística se nutre en las más remotas culturas que florecieron en suelo americano". (…)
En nuestro país, por su amplio territorio y diversidad geográfica y climática, se han desarrollado a través de la historia diversas culturas con diferentes costumbres y tradiciones entre sí, que persisten a pesar de la injerencia europea.
Por ejemplo, las costumbres del poblador del departamento de Piura difieren, en algunos aspectos, a la del poblador de Puno y las de este, a las de Ayacucho o de Junín. Así pues, el Folklore se manifiesta con toda su grandiosidad y riqueza en las fiestas patronales o tradicionales de los pueblos. En casi todos los poblados del país rinden homenaje a un santo patrón o santa patrona, oportunidad donde los habitantes manifiestan toda su alegría a través de la música, los bailes de sus danzantes y los potajes propios del lugar.
Arguedas como muchos otros, revaloró la cultura indígena en sus expresiones culturales generales, tales como: "la música, la danza, el cuento, los rituales y las propias costumbres y formas de organización que sustentaban las expresiones artísticas propiamente dichas. "… y agrega que "(Con el paso) de la población indígena a las escuelas, el culto a los dioses locales, especialmente a las montañas (wamanis, aukish, apu) se convierte en patrimonio de los viejos, y las danzas y las ceremonias con que se manifiesta este culto se desintegran. Algunas desaparecen y otras cambian de función: se convierten en recreativas, se secularizan. (…) Lo mágico se transforma en popular y así se hace más permanente (…) De ese modo, especialmente, la danza se convierte en un vínculo, más vasto de la comunidad y puede aspirar a serlo de la nación misma. Es lo que ha ocurrido, por ejemplo, con la danza del Huaylas", refiere.
Esto conlleva a la reflexión, la acción intelectual y profesional de Arguedas por enriquecer el ideal de identidad nacional, como un crisol de culturas. Por ello, las leyendas y mitos cosmogónicos andinos, el trabajo artesanal, la expresión musical; reflejan sus ideas, sus aspiraciones, sus creencias religiosas, sus preocupaciones materiales, su ideología, se transforman o expresan a través del lenguaje. Por lo tanto, el Folklore ha tenido históricamente, distintos enfoques culturales que sustentan su desarrollo, siendo útil conocerlo y actualizarlo sin que pierda su esencia, para impulsar la recuperación de las diversas matrices culturales vivas, puesto que aún no se ha resuelto de manera adecuada la adecuación cultural de la educación en el país y por consiguiente la consolidación de la identidad.
Ante lo expuesto, surge la necesidad de realizar estudios etnológicos para el mayor conocimiento delos pueblos indígenas y la adaptación de la educación a sus propias características, concebir la identidad nacional a partir del reconocimiento de la diversidad cultural, internalizar la noción de Folklore como supervivencias culturales de tiempos remotos; resaltar el deber del estado y sus instituciones para proteger el patrimonio material e inmaterial, siendo necesario recuperar los restos arqueológicos, históricos y las manifestaciones de Folklore para la promoción de un turismo cultural que, además de producir ingresos, es un medio para la recuperación de la autoestima colectiva y del orgullo de vivir en un país con tradiciones.
Así mismo, se debe incluir las diversas expresiones folklóricas del pueblo en la escuela a través del cuento, la leyenda, los mitos, denominadas narraciones tradicionales, además la danza, el baile, el canto, la ejecución de instrumentos autóctonos, el fomento de la artesanía, las costumbres y otras manifestaciones propias de los pueblos como un reconocimiento de las diversas culturas en el seno de una misma nación. A través del lenguaje del Folklore, de la discusión de sus significados y métodos, se fundamenta la acción para lograr una identidad nacional.
El Folklore peruano cuyo tronco principal es la cultura andina, es integrador y dinámico pues aprendió a sobrevivir a 5 siglos de opresión, asimilando creativamente lo hispano y conservando lo propio. El Folklore nacional encierra en sí el alma y el espíritu del ser peruano: seamos de origen serrano, costeño o selvático. Es aquello que nos permite reconocernos como peruanos, si acaso estamos en el extranjero. Es el lenguaje común que cobijamos dentro, en algunos dormidos, en otro despierto y pujante. Todo peruano sabe que, donde estemos, al escuchar un huayno, un tondero, un sikuri, un vals, un festejo, un changanakuy, etc.; determinados hilos internos e inconscientes dentro de nosotros se moverán y sentiremos una vibración, un calor especial, porque somos parte de nuestra nación; lo que se traduce a mantener y preservar el legado que nos ha sido dado, lo que contribuirá a mantenernos unidos como país pluricultural y único.
William Távara, natural de Viviate, es graduado en Arte, especialidad
Música. Magister en Docencia y Gestión Educativa. Doctorado en
Educación. Ostenta Certificación y diploma en periodismo. Se desempeña
como docente universitario, de Instituciones educativas del Nivel Básico
Regular. Actualmente es coordinador de tutoría, promotor de la iniciativa
ExpresArte del Ministerio de Educación y difusor del Arte y la Cultura.
Autor:
Mg. William Martín Távara Peña.