México es un país grande, no sólo
por su enorme extensión territorial que tiene casi 2
millones de kilómetros cuadrados. O por su superficie
marítima con más de 3 millones de kilómetros
cuadrados.
http://cuentame.inegi.org.mx/territorio/extension/default.aspx?tema=T
Muchos países del mundo entero que son mucho
más pequeños que México desearían
tener la enorme riqueza natural de nuestro
país.
Pero sobre todo lo más importante de
México es su gente porque su gente es grande, cuenta con
gente muy valiosa, inteligente, valiente y culta, porque la
cultura de México es milenaria y a la vez multicultural.
Ante esta riqueza terrestre, marítima y humana es
imposible entender o aceptar el que haya más de 60
millones de mexicanos que vivan actualmente en condiciones de
pobreza, mientras que unos cuantos mexicanos forman parte de los
hombres más ricos del mundo.
Esto lo podremos entender si partimos de la premisa de
que vivimos en un sistema capitalista que de manera
sistemática extiende y profundiza los niveles de
explotación sobre la clase trabajadora, en forma paralela
a la explotación de los recursos naturales de tal forma
que los agota hasta llegar al ecocidio.
Por otro lado también podremos entender esta
desigualdad e injusticia social si pensamos que quienes
administran esta enorme riqueza de recursos naturales y humanos,
lo hacen en un contexto de corrupción, impunidad, manejos
turbios y gran opacidad en el manejo de los recursos financieros.
Como resultado tenemos una enorme desigualdad social que se
traduce en una serie de injusticias que generan una gran
insatisfacción social.
Estas son las causas de que vivir en México se
haya convertido en los últimos años en una
verdadera tragedia que afecta a la mayoría de su
población que sobrevive diariamente, enfrentando adversas
condiciones en su diaria existencia.
Una tragedia cotidiana y permanente que ha obligado a
miles de mexicanos a abandonar a sus familias, emigrar y cruzar
la frontera norte en busca del sueño americano, porque en
su propio país sus gobernantes les impiden tener un sano
desarrollo humano y realizar sus propios sueños.
Más de 10 millones de compatriotas campesinos han emigrado
a los Estados Unidos en los últimos
años.
Esa misma tragedia que obliga a los migrantes de centro
y Suramérica a abandonar sus países para cruzar
nuestras tierras y llegar cuanto antes a tierras estadunidenses
sin que atraviese por su mente la idea de quedarse a vivir en
México, porque el sólo paso por tierras mexicanas
ha significado para cientos de ellos encontrar la muerte a manos
de la delincuencia organizada, o si bien les va, encontrar
autoridades corruptas que les quitan su dinero y violan a las
mujeres.
Esta tragedia que afecta a millones de jóvenes
mexicanos que no tienen oportunidad de realizar estudios
universitarios por falta de recursos económicos, porque no
existen apoyos gubernamentales o simplemente no hay becas para
realizar estudios de educación media o superior, por lo
cual están condenados a encontrar trabajos malpagados y a
vivir en la ignorancia o en el analfabetismo
funcional.
Esa misma tragedia que impide a millones de
jóvenes mexicanos encontrar un trabajo por el elevado
índice de desempleo que existe, por lo que se pasan a
formar parte de la generación de "ninis", jóvenes
que ni trabajan, ni estudian, creando las condiciones para formar
futuros delincuentes comunes o carne de cañón para
la delincuencia
organizada.http://www.noticiasmvs.com/#!/noticias/cooperan-con-grupos-criminales-mas-de-30-mil-ninos-en-mexico-ongs-692.html
Por otro lado, México es una pesadilla para
millones de jóvenes que se encuentran trabajando en
puestos mal pagados, con bajos salarios, horarios esclavizantes,
en condiciones de explotación y sin estabilidad laboral,
sobre todo a partir de la aprobación de la contrarreforma
laboral que impulsó Felipe Calderón y que
eliminó derechos, prestaciones laborales y la estabilidad
laboral, con lo cual se condenó a un futuro lleno de
incertidumbre a las nuevas generaciones de jóvenes
mexicanos.https://www.youtube.com/watch?v=rB5O7rwfT78
Los trabajadores mexicanos viven la tragedia del
desmantelamiento de las leyes laborales, eliminación o
mutilación de los contratos colectivos, la embestida
contra los sindicatos independientes, la percepción de
sueldos miserables que no les alcanzan para mantener a sus
familias y brindarles alimentación, vestido y sustento
suficiente para tener una vida digna, debido a la política
de topes salariales que imponen las autoridades de gobierno
siguiendo lineamientos del Fondo Monetario Internacional,
mientras que por otro lado los altos directivos de las
instituciones públicas y privadas reciben sueldos
estratosféricos y sumamente elevados.
Vivir en México es una tragedia para millones de
familias que cada vez que acuden a comprar productos alimenticios
se encuentran con aumentos exorbitantes de precios en gran parte
de artículos de la canasta básica de consumo, que
los obligan a reducir progresivamente la ingesta de alimentos y
arriesgarse a aumentar con ello los niveles de
desnutrición.http://www.noticiasmvs.com/#!/noticias/por-falta-de-recursos-economicos-10-de-la-poblacion-omite-sus-3-alimentos-diarios-unam-683.html
Vivir en México es padecer la tragedia de la
corrupción imperante en las instituciones gubernamentales
cuyos directivos desvían grandes cantidades del
presupuesto público para su beneficio personal o de su
partido, al grado de que puede afirmarse que todos los
gobernadores en México están involucrados en actos
de corrupción. De hecho es vox pópuli que todos los
políticos son corruptos y que quien se mete a la
política aumenta su fortuna personal y familiar. Los
hospitales públicos se encuentran sin medicamentos y las
escuelas sin recursos suficientes.
Vivir en México es la pesadilla hecha realidad de
encontrar millones de personas que viven en la pobreza extrema,
muriendo por enfermedades que podrían haberse curado con
atención médica oportuna, mientras que unos cuantos
"afortunados" ingresan a la lista de Forbes de los hombres
más ricos del mundo.
Vivir en México es parecido a vivir en el
país de la impunidad, donde los ministros de justicia y
responsables de impartición de la misma actúan como
auténticas rameras de lujo emitiendo fallos y amparos a
favor de quien mejor les pague. Ejemplos de esta
prostitución sobran: Caso Guardería ABC, Afectados
de la contaminación del Río Sonora, Caso
Ayotzinapa, etc.
Vivir en México es ser testigo y víctima
de un sistema social basado en lo que se conoce como
"narcoestado", en donde funcionarios públicos de todos los
niveles están al servicio de la delincuencia organizada.En
este contexto no podemos ignorar la estrecha vinculación
que existe entre el modelo económico, los índices
de pobreza y los altos niveles de delincuencia. La Violencia
social y la delincuencia viene a ser la expresión
manifiesta y descompuesta de la pobreza y la miseria
económica que afecta a nuestro
país.http://www.monografias.com/trabajos89/pensamientos-violencia-sonora-mexico/pensamientos-violencia-sonora-mexico
Por todo lo anterior, la vida cotidiana en México
brinda constantes oportunidades de ser testigo o víctima
de innumerables tragedias. Los trabajadores y la población
mexicana son víctimas de las políticas
neoliberales. La acumulación de tragedias, la falta de
justicia por la corrupción creciente y la impunidad
imperante han propiciado un aumento en la insatisfacción
social de la población mexicana, que pasó de asumir
una actitud de indiferencia social
http://www.monografias.com/trabajos101/sociopatologia-sociedad-contemporanea/sociopatologia-sociedad-contemporanea
A una actitud de solidaridad nacional nunca antes vista
con los padres de 43 normalistas de Ayotzinapa (secuestrados por
policías mexicanos y entregados a miembros de la
delincuencia organizada).
/trabajos102/rebelion-juvenil-mexico/rebelion-juvenil-mexico
Pero hay de tragedias a tragedias, algunas
menores, otras peores y otras imperdonables e inolvidables.
Dentro de estas tragedias se encuentran la de la Guardería
ABC en Hermosillo, Sonora y la desaparición de 43
normalistas de Ayotzinapa en Guerrero.
En este punto llegamos a la confirmación de que a
una acción se presenta una reacción. Este
último evento, la detención de jóvenes
estudiantes normalistas por policías y su entrega
posterior a un grupo de la delincuencia organizada, fue la gota
que derramó el vaso y el detonante principal para que el
hartazgo se apoderase de la población mexicana que dijo YA
BASTA a la corrupción, a la impunidad y a la injusticia,
por lo cual salió a las calles en forma masiva en
solidaridad con los padres de los estudiantes desaparecidos y
exigiendo la presentación de los jóvenes,
así como castigo a los culpables.
Los acontecimientos de Ayotzinapa pueden considerarse
como un parteaguas en la vida política y social de
México, ya que marcan un antes y un después en la
vida política y social de nuestro país, al
presentarse una rebelión juvenil sin precedentes en
nuestro país, que logró incorporar las luchas de
diversos sectores de trabajadores y sociedad civil para generar
movilizaciones masivas simultáneas a nivel nacional como
nuca se habían visto
antes./trabajos102/rebelion-juvenil-mexico/rebelion-juvenil-mexico
Las tragedias nos obligan a sacar lo peor o lo mejor de
nosotros y en este caso la tragedia de Ayotzinapa logró
cohesionar diversas expresiones de descontento que antes se
manifestaban en forma separada y aislada y que hoy bajo la
consigna Ayotzinapa somos todos, ha logrado crear un movimiento
colectivo que ha sacudido las estructuras del poder en
México.Un poder que está basado en la
corrupción, en la impunidad y detrás del cual
está la sombra de la delincuencia organizada como el
verdadero poder real en buena parte del territorio
nacional.
El principio del cambio social en México se dio
primero por la movilización de miles de estudiantes del
Instituto Politécnico Nacional (IPN), que rechazaron
firmemente el intento del gobierno mexicano de reducirlos de
ingenieros a tan sólo técnicos a través de
la modificación de su legislación interna.Los
estudiantes del politécnico al manifestarse en forma unida
y lograr la solidaridad de estudiantes de la Universidad Nacional
Autónoma de México y otros sectores de
educación superior, lograron que el gobierno mexicano
reculara y diera marcha atrás en sus pretensiones de
mermar su formación como profesionistas.
Con ello mostraron el camino a seguir para lograr los
cambios sociales en México: la unidad de varios sectores,
la participación social y la movilización
conjunta.
Estando en el momento de asimilar esa lección que
nos brindan los estudiantes del politécnico actuando como
maestros, sucede el secuestro y desaparición de los
estudiantes normalistas de Ayotzinapa, evidenciando la existencia
del narcoestado en nuestro país.
La solidaridad hacia estos últimos no se hizo
esperar, movilizaciones tras movilizaciones de diferentes
sectores de la sociedad lograron evidenciar lo que era vox
pópuli: La vinculación de autoridades municipales
que trabajaban para grupos de la delincuencia organizada, la
existencia del narcoestado.
La crisis de credibilidad de las instituciones
políticas y gubernamentales, manchadas durante
décadas por la corrupción y los actos de impunidad,
vino a agudizarse con el descubrimiento del narcogobierno en
México. Esta crisis de credibilidad aumentó con el
lento actuar de autoridades estatales y federales en el
esclarecimiento del caso, por ello el descontento popular
logró incrementarse cada día que pasaba sin que las
autoridades diesen respuestas a los reclamos de justicia en el
caso de Ayotzinapa.
Los grupos y organizaciones políticas, sindicales
y sociales que mantenían luchas por separado enarbolando
sus propias demandas, así como jóvenes y
estudiantes de toda la república se sumaron a este reclamo
social y mostraron su solidaridad en la lucha por la
presentación de los jóvenes desaparecidos y castigo
a los culpables.
En ese proceso de manifestaciones en demanda de justicia
se construyó un factor de cohesión, un elemento de
unión que permitió concentrar las diferentes luchas
que antes se daban en forma aislada, para planear y concretar
acciones unidas que antes no se habían visto: paros
nacionales, movilizaciones masivas en forma simultánea en
diferentes ciudades del país.
Por ello mismo, al surgir detrás de la tragedia
la movilización social, la protesta colectiva y
organizada, surge también la esperanza del cambio social,
las movilizaciones colectivas presentan como algo posible la
realización de cambios sociales en México, porque
se comprueba la validez de un dicho mexicano que reza: no hay mal
que dure cien años.
Las décadas de corrupción, impunidad,
injusticias de los regímenes priistas y panistas
están llegando a su fin. El autoritarismo del gobierno
mexicano encuentra una contundente respuesta de rechazo y
cuestionamiento en las movilizaciones de miles de mexicanos, que
cabe mencionar han encontrado grandes expresiones de solidaridad
en el exterior, proveniente de varios países que se
horrorizan con las acciones del narcoestado mexicano.
Por estos acontecimientos México está en
el centro de la mirada internacional, no le será
fácil al espurio gobierno de Peña Nieto dar
carpetazo al asunto o reprimir las movilizaciones. Mucho menos
podrá al revelarse nuevas ejecuciones de jóvenes en
Cocula, Guerrero por parte de una televisora francesa que da
testimonio del terror que se vive en esa región.
http://www.animalpolitico.com/2014/11/la-televisora-france-24-difunde-testimonio-de-otra-desaparicion-masiva-de-estudiantes-en-cocula/
Este escenario nacional de movilizaciones colectivas, de
protestas colectivas de la juventud mexicana nos permite afirmar
que nos encontramos en el principio del fin de la pesadilla
mexicana. Estamos en el inicio del fin de la tragedia permanente
y cotidiana que vive desde hace décadas la
población mexicana.
Es el fin del control rígido que tenía la
clase política corrupta sobre la población y con
ello, empiezan a construirse las condiciones para generar el
cambio social. Es el momento de promover acciones de
desobediencia civil, que cimbren y sacudan las instituciones
corruptas de un sistema en decadencia.
Es el fin de la pasividad y del silencio, es el inicio
del grito y del reclamo social dirigido a una oligarquía
acostumbrada a gobernar sin que se presentaran protestas o
manifestaciones de inconformidad.
La esperanza que los adultos teníamos por
años de lograr un cambio social en México se ve
recompensada finalmente con el intempestivo despertar de la
juventud mexicana, que actuando como motor del cambio social
advierte que no aceptará lo inaceptable, quien con toda la
energía y valentía propia de la juventud enfrenta
los cuerpos represivos del Estado.
Es el fin de la era del temor y del silencio en
México, es el momento de liberar las cadenas
psicológicas para superar la tragedia en la que el
gobierno mexicano tiene sometida a su población, para dar
lugar a la construcción de un nuevo modelo de
país.
Si bien el 2,013 será recordado como el
año de la destrucción de los derechos sociales
plasmados en la constitución, el 2,014 será
recordado como el inicio de una nueva revolución mexicana,
porque se ha producido un aprendizaje social, que involucra
nuevos comportamientos, basados en una nueva percepción de
la realidad social.
Se ha producido un cambio en la percepción
individual, grupal y comunitaria de la realidad que se vive en
México, este cambio nos ha permitido comprender que no
somos individuos aislados sino que estamos interconectados, que
formamos parte de grupos sociales que son interdependientes, que
somos parte de comunidades que todos somos un mismo pueblo, el
pueblo mexicano. Pero sobre todo que somos ciudadanos de un mismo
país.
Un país que se está cayendo en pedazos,
que está siendo saqueado, que está siendo
violentado por quienes se supone deberían cuidar del
mismo, es decir, de nuestros gobernantes y políticos. Los
trabajadores, los estudiantes, las amas de casa, los
jóvenes en general hemos identificado que tenemos un
enemigo común: la clase política que gobierna
nuestro país.
La toma de consciencia de nuestra naturaleza gregaria ha
generado nuevos comportamientos dentro de los cuales destaca la
solidaridad con aquellos que son objeto de la violencia del
Estado.
Este aprendizaje social que nos ha llevado a redactar y
corear consignas como "Si tocan a uno, nos tocan a todos", "No
nos conocemos, pero nos necesitamos", "No queremos perder clases,
pero tampoco estudiantes", "Estamos en paro nacional, no podemos
comenzar clases porque nos faltan 43 compañeros", "Los
quisieron enterrar, no sabían que son semillas" y la
consigna principal "Todos somos Ayotzinapa".
Estamos en el proceso de la construcción de una
identidad colectiva, en el momento de dar ese salto cualitativo
de una identidad individual a una identidad social lo que implica
romper con las cadenas psicológicas que nos han impuesto
al fomentar dentro nuestro el desarrollo de una ideología
individualista.
Es el momento de la lucha política en nuestro
país, pero no del tipo de política que vemos en
nuestros políticos que han distorsionado el significado de
este término y lo han aprovechado para su beneficio
personal o de grupo. La participación en política
no debe limitarse a una participación
electoral.
En estos momentos el pueblo mexicano está
demostrando una unidad que no está supeditada a
ningún proyecto de partido sino que es una unidad centrada
en la demanda de justicia, castigo a los responsables, en contra
de la corrupción y de la impunidad.
Sin embargo, esta unidad debe ir más allá
de las demandas inmediatas y dirigirse a la construcción
de un bloque de fuerzas sociales y políticas que enfrenten
el poder oligárquico y sustituir este poder
autocrático y corrupto por otro tipo de poder más
popular. Para lograrlo la clase trabajadora debe construir
organizaciones independientes del control gubernamental, como un
paso necesario en la construcción de la independencia
política de la clase trabajadora mexicana y estar en
condiciones adecuadas de dar una lucha y condiciones de dar una
lucha contra las contrarreformas impulsadas por el gobierno
liberal.
Actuando de esta manera podremos ir terminando con la
tragedia cotidiana y permanente que afecta al pueblo mexicano y
consolidar la esperanza del cambio social. Esa esperanza que
impulsará un cambio social que será ejemplo a nivel
mundial de que el pueblo puede luchar en forma unida y organizada
en contra de la injusticia y derrocar a un poder basado en el
autoritarismo, la corrupción y la impunidad.
Autor:
Oscar Yescas Domínguez