La sociedad contemporánea en tránsito del autoritarismo al totalitarismo
El mundo que nos tocó vivir en el inicio del
siglo XXI sigue inmerso en una vorágine de cambios
sociales que se suceden uno tras otro y en forma
simultánea, creando un ambiente de incertidumbre social
sobre lo que está pasando. Buena parte de la
población que integra nuestra sociedad no tiene idea de lo
que está sucediendo y sólo se limita a adaptarse a
los nuevos cambios que se están presentando.
Los cambios sociales que vivimos cambian radicalmente
los esquemas sociales dejando atrás la validez de los
paradigmas y modelos teóricos utilizados en ciencias
sociales. Si la mayoría de la población no sabe lo
que está sucediendo, los científicos sociales que
tenemos como tarea analizar la realidad social para
diseñar estrategias de intervención en ella con el
objetivo de implementar mejoras en su funcionamiento, no
contribuimos a despejar la incertidumbre social ya que nos
estamos viendo demasiado lentos para dar explicaciones a la
comunidad que permitan entender nuestra compleja realidad y esto
se debe en buena parte a que nuestros análisis son
rebasados rápidamente por la dinámica vertiginosa
de los cambios sociales que vivimos.
Otro elemento que impide la socialización del
conocimiento científico es la presencia de un
reduccionismo científico en el trabajo de los
investigadores sociales y que consiste en pensar que la
dinámica social puede ser explicada utilizando
únicamente las aportaciones de una sola disciplina, dando
lugar al surgimiento de los ismos (psicologismo, economicismo,
sociologismo, etc.).
En el campo de la Psicología, la situación
se agrava cuando se observa que aparte del psicologismo
imperante, se encuentra el fenómeno del corrientismo
psicológico, que consiste en asumir una actitud basada
en el pensamiento de sólo una de las corrientes que
existen en la Psicología es la buena y que todas las
demás no sirven.
Lo cierto es que para comprender nuestra realidad de una
manera objetiva e integral debemos ver más allá de
nuestra propia disciplina y echar mano de todas las
técnicas susceptibles de ser utilizadas independientemente
de la corriente de la que proceda. El análisis de nuestra
compleja realidad requiere de una tarea compleja que implica
retomar aportaciones de la Psicología, Sociología,
Economía, Administración, Ciencias
políticas, Filosofía, etc.
Esto explica la ausencia de las aportaciones
científicas para entender, comprender y explicar nuestra
realidad, ya que es reducido el número de publicaciones
que circulan con este tipo de contenido y si a eso le sumamos que
buena parte de las escasas investigaciones relacionadas con este
tema se publican sólo en revistas especializadas que
tienen pocos lectores, entonces el impacto social que se tiene es
mínimo porque la población general no tiene acceso
a estos contenidos.
En la Universidad de Sonora donde laboro acostumbro
decir a mis alumnos de Psicología que lo único que
no cambia es la premisa de que todo está cambiando, que
los cambios son tan vertiginosos que puede afirmarse con plena
seguridad que en los últimos 50 años se han
presentado más cambios que en los últimos 200
años y que la clave del éxito en estos tiempos de
cambios sociales está en el desarrollo de nuestra
capacidad individual, grupal, organizacional y comunitaria para
generar nuevos comportamientos que nos permitan enfrentar con
éxito los nuevos retos que se presentan.
Esta temeraria afirmación sobre los cambios
presentados en los últimos cincuenta años nos da
una idea de qué tipo de tiempos nos ha tocado vivir y para
dejarlo en claro me remitiré a describir algunos de los
cambios más relevantes que hemos vivido en los
últimos años.
Empezando por la década de los sesentas los
cambios culturales que se iniciaron con el surgimiento de grupos
antibelicistas, la difusión de la música del rock,
la rebelión de la juventud de aquella época que
rechazaban el autoritarismo de sus padres y maestros.
Las movilizaciones y protestas sociales que plantearon
la necesidad de una redefinición de las relaciones entre
hombres y mujeres, de un nuevo modelo de sexualidad y la demanda
de democratizar las instituciones, organizaciones y grupos
sociales relevantes, fueron la característica principal de
aquellos tiempos.
En la década de los setentas continuaron los
cambios pero ahora se presentaron con un sustento teórico
proveniente de las ciencias sociales que retomando aportaciones
sobre todo con el surgimiento de la Psicología de grupos
que retomaba las aportaciones de Elton Mayo, Kurt Lewin y otros
autores como George Lapassade y Rene Lourau que con sus
aportaciones los movimientos de las relaciones humanas o
movimiento del potencial humano, así como el movimiento
del análisis institucional que aportaron elementos para
realizar un sólido cuestionamiento al verticalismo de las
instituciones, a la existencia de una enorme distancia entre el
discurso y la acción, así como a una evidente
función ideologizante de las instituciones.
De esta manera las aportaciones de las ciencias sociales
permitieron descubrir la importancia de la participación
de los individuos en los diferentes grupos, organizaciones e
instituciones a los que pertenecían para que éstas
puedan lograr una armonía social y alcanzar sus metas, ya
fueran éstas terapéuticas en el caso de los
hospitales psiquiátricos, educativas en el caso de las
escuelas o de rehabilitación en el caso de las
prisiones.
Los movimientos de antipsiquiatría que
cuestionaron los métodos de los psiquiatras, se reforzaron
con el movimiento de la antipedagogía que cuestionaba la
dependencia y verticalismo en la relación maestro-alumno,
pero sobre todo el cuestionamiento se centraba en la finalidad
última de la formación educativa: formar
profesionistas que se integrasen al mundo laboral para hacer
realidad el american way of life, una vida dedicada al consumo
permanente y acrítico.
En esencia los movimientos sociales de aquella
década cuestionaban las relaciones verticales y el
autoritarismo utilizado en las instituciones baluarte del sistema
social. Dentro de sus cuestionamientos se incluía la
enorme distancia que existía entre dirigentes y dirigidos
de aquella época, es decir, se cuestionaba el liderazgo
imperante en las instituciones y organizaciones sociales que por
lo regular era de estilo autocrático e impedía la
participación de los individuos en los procesos de toma de
decisiones. Con esto se evidenció la crisis de las
instituciones que podría resumirse en pocas palabras en
"una crisis de la relación dirigente-dirigido". Los
líderes formales de las instituciones, organizaciones y
gobiernos se encontraban cada vez más aislados de quienes
decían representar, el ejemplo más claro eran los
políticos que cada vez más se ubicaban lejos de la
ciudadanía que los llevó al poder.
Los cambios continuaron su tendencia ascendente en la
década de los ochentas pero de una manera más
radical al grado de cambiar la geopolítica mundial con la
caída del muro de Berlín, justo después de
que Mijail Gorvachov impulsara la perestroika y la glassnot en la
antigua URSS. En un intento de reducir la presión social
que provocaba el autoritarismo soviético, impulsó
la transparencia gubernamental y la participación
social.
Los resultados ya los sabemos, los habitantes de algunas
repúblicas soviéticas decidieron abandonar la URSS
porque vivían bajo un régimen socialista no
solicitado, sino impuesto y el detonante del cambio para
ejemplificar esto fue la caída del muro de Berlín
que condujo finalmente a la desaparición total de la
antigua potencia soviética.
La desintegración de la Unión de
Repúblicas socialistas soviéticas generó la
impresión de la derrota del socialismo y el triunfo del
capitalismo. Aclarar este punto sería tarea que
ocuparía más espacio del que se pretende dar a este
artículo por lo que se deja como tarea pendiente. El
asunto importante es que después de 1989 el mundo
cambió radicalmente al impulsarse una economía de
mercado a nivel mundial en el marco del sistema
capitalista.
Con la desaparición de la URSS desapareció
la guerra fría entre el Este y el Oeste, es decir,
desapareció el conflicto existente entre Estados Unidos y
Rusia. Pero en su lugar surgió una guerra comercial donde
el pez más grande se come al pez más chico al
surgir el fenómeno de la globalización que
concebiremos como la apertura de las fronteras para el libre
tránsito de las mercancías.
El proceso de globalización que se inició
en los noventas propició el fortalecimiento de una
sociedad basada en el consumo como meta principal. Recordemos que
el capitalismo se fortaleció con la desaparición de
la URSS y las grandes empresas transnacionales se difundieron por
todo el orbe mundial conquistando nuevos mercados para estimular
la compra de sus productos y servicios.
Con esto se dio origen a una competencia desleal en la
cual las grandes compañías transnacionales
competían con las empresas de los países
"conquistados" como México y el resto de países
latinoamericanos donde la mayoría de las organizaciones
son microempresas o pequeñas empresas que no tienen el
capital, la tecnología o el personal capacitado que poseen
las empresas transnacionales.
Debemos tener presente que en el sistema capitalista los
medios de producción son propiedad privada y su
función es producir para generar un consumo que permita
obtener una ganancia económica (plusvalía). Los
beneficios obtenidos en el ciclo producción y consumo no
son para beneficio social, es destinado exclusivamente para
beneficio de particulares.
Junto con los cambios políticos y
económicos se presentaron también los cambios
tecnológicos, que vinieron a brindar un nuevo elemento que
aumentó la complejidad de los tiempos que vivimos. A fines
del siglo pasado se presentó un desarrollo
tecnológico sin precedentes, que propició la
aplicación de la ciencia y la tecnología al proceso
de producción, que a su vez permitió la
creación en masa de un sinnúmero de productos que
modificaron las condiciones de vida y sobre todo la forma como se
realizan las relaciones interpersonales.
Como ejemplo de ello podemos señalar el
surgimiento de internet, de los teléfonos celulares, de
facebook, es decir de las redes sociales. La revolución de
la tecnología de la información, en su
expresión en las redes sociales, vino a fortalecer un
espíritu libertario en nuestra sociedad, ya que como es
bien sabido, la arquitectura de las redes sociales no puede ser
controlada desde ningún lugar, ya que está
compuesta de miles de redes informáticas que tienen
innumerables formas de comunicarse entre sí.
Sin embargo, a pesar de lo anterior, puede afirmarse que
a diferencia de los cambios sociales que se presentaron en el
siglo pasado la mayoría de los cuales se debieron a la
participación social en movimientos colectivos, que
enarbolaban las demandas de libertad, democracia y justicia, en
el nuevo milenio se observa que la mayoría de los cambios
sociales que estamos viviendo son impuestos por las élites
gobernantes que obviamente buscan su beneficio
particular.
En el inicio del nuevo milenio, se observan nuevos
cambios que afectan a la población en general, pero junto
a ellos se encuentra el surgimiento de una nueva clase
mundial que de manera progresiva empieza a tomar el control
económico y político de varios países en el
mundo.
Esta nueva clase está integrada por los
directivos de los organismos financieros internacionales,
que determinan las políticas económicas a nivel
mundial, los directivos de las grandes empresas transnacionales
que se asocian con los presidentes de algunos
países para la implementación de reformas
estructurales que permiten modificar las constituciones de
algunos países "para estimular el mercado".
En el caso de México el gobierno mexicano, los
partidos políticos que dominan la cámara de
Diputados y la Cámara de Senadores y los medios masivos
de difusión lograron la aprobación de una serie
de reformas a la constitución: la reforma laboral, la
reforma educativa, la reforma hacendaria, la reforma
energética, etc. Todo esto a pesar de que hubo masivas
protestas de trabajadores, docentes, estudiantes y pueblo en
general que fueron ignorados totalmente por la clase
política que se atrincheró para votar a favor de
las reformas que eliminaban derechos consagrados en la
constitución mexicana.
Esto lo lograron porque esta nueva clase mundial ha
contado con la colaboración de los dirigentes de los
principales partidos políticos que gobiernan los
países, quienes eligieron el beneficio personal aún
cuando esto trae consigo un perjuicio social.
La generalización de la corrupción es un
elemento que permitió lograr cambios estructurales en
varios países.
Pero también se debió a la
participación de otro sector que integra esta nueva clase
política dominante, es decir, los propietarios de los
medios masivos de difusión que contribuyeron a falsear la
realidad social, manipular la información, mediatizar y
criminalizar la protesta social, etc. Recordemos que los medios
masivos de difusión son propiedad privada y sirven a
intereses particulares.
http://www.monografias.com/trabajos98/impacto-psicosocial-medios-masivos-difusion-y-redes-sociales/impacto-psicosocial-medios-masivos-difusion-y-redes-sociales
Una característica importante de los cambios
estructurales en las constituciones de varios países es
que se eliminaron derechos laborales que habían sido
conquistados a través de luchas realizada por las clase
trabajadora, de igual forma se eliminaron beneficios a la
población, ya que la tendencia de los cambios impulsados
es hacia la privatización de todo tipo de productos y
servicios.
Todos sabemos a qué conduce esta tendencia del
Estado de desincorporar parte de sus servicios y subrogarlos a
empresas privadas. En Hermosillo, Sonora, tenemos una herida muy
grande abierta desde hace cinco años con el incendio de la
guardería ABC, donde fallecieron 49 niños y
quedaron lesionados más de 70. Todo porque el cuidado de
los bebés se convirtió en un negocio lucrativo para
particulares que en su ambición de lucro descuidaron las
mínimas condiciones de seguridad en ese local y con el
aval de las autoridades correspondientes que permitieron el
funcionamiento de negocios de este tipo.
https://www.youtube.com/watch?v=AqNN8twyUPU
Podemos decir entonces en base a lo anteriormente dicho
que la situación actual de nuestra sociedad se caracteriza
por un aumento del poder del capital frente al trabajo, una
tendencia a la debilitación del movimiento sindical (con
sus honrosas excepciones), una individualización y
diversificación creciente en el mundo laboral, la
incorporación de la mujer al mundo del trabajo en
condiciones de desigualdad respecto al hombre, una tendencia del
Estado para desmantelar derechos laborales consagrados en las
constituciones de diversos países para favorecer al
capital privado, etc.
En síntesis nos encontramos en un momento
histórico en el cual estamos siendo testigos, del
surgimiento de una nueva sociedad, que tiene una nueva estructura
social, que se manifiesta en diferentes formas, según la
diversidad de culturas existentes en el mundo entero, pero que en
esencia está definiendo una reestructuración
histórica del modo capitalista de producción.
(Manuel Castells, La era de la
información.1999).
Por todo lo anterior, es que se puede decir que la
mayoría de los cambios sociales que se han presentado en
el nuevo milenio han contribuido a agudizar las contradicciones
sociales en la medida de que incrementan la desigualdad
económica, contribuyen a un aumento de la pobreza y
marginación social a nivel mundial y propician la
reducción de la capacidad adquisitiva y la
eliminación de los derechos laborales y sociales de la
clase trabajadora.
Es aquí donde surge un toque maquiavélico
en la conformación de esta nueva situación que
estamos viviendo. En la medida que se aplican las reformas
estructurales que afectan a la población, se incrementa el
número de protestas hacia las mismas. Para consolidar el
nuevo orden social y contener las protestas sociales, la nueva
clase política dominante ha reforzado, mejorado e
inventado nuevas formas de control social de la población,
para mantener el status quo.
Uno de los ejemplos más claros lo estamos
viviendo en estos días a través de la
implementación de una de esas estrategias de
distracción y control social mediante la
celebración del mundial de futbol en Brasil, evento que ha
enfrentado una fuerte resistencia de la población que
tiene necesidades sociales más urgentes de solucionar que
la mera distracción con el futbol. Evento que en el caso
de México permite tener a la población
distraída mientras en la cámara de diputados se
aprueban medidas que afectarán a la población en
general en el contexto de la reforma
energética.
Pero como era de esperarse esta andanada de cambios
políticos y económicos que afectan a la clase
trabajadora tiene como reacción el surgimiento de diversos
movimientos colectivos que luchan contra esta tendencia
privatizadora.
La escalada de agresiones contra la clase trabajadora y
población en general ha fortalecido los movimientos que
surgieron en el siglo pasado como el movimiento feminista, el
movimiento ecologista, etc., pero también ha generado a su
vez el surgimiento de nuevos movimientos sociales que enarbolan
las demandas de democracia, justicia y libertad en todo el mundo
y mucho más allá, el surgimiento de grupos de
autodefensa, civiles que toman las armas para defender a sus
comunidades como lo es el caso de Michoacán, Guerrero y
Chiapas en México.
Así podemos ver un mundo inmerso en convulsiones
sociales desde el surgimiento de la primavera árabe en los
países árabes, pasando por el movimiento de los
inconformes en Europa, el movimiento yosoy132 en México,
las movilizaciones de docentes y trabajadores en contra de las
reformas estructurales en México, el movimiento en contra
de la privatización de la educación en Chile, las
protestas en Brasil en contra de la celebración del
mundial de futbol, etc.
Es decir, hay movimientos colectivos de protesta en
varias partes del mundo, por lo que se ha denominado a este nuevo
milenio "el milenio de los movimientos colectivos". Por eso se
habla de que los tiempos que estamos viviendo son convulsos y
críticos, totalmente inestables porque implican el choque
de fuerzas sociales, un choque de movimientos colectivos contra
el cuerpo de aparatos represivos en distintos
países.
Precisamente por eso también la población
en general no alcanza a comprender lo que está sucediendo
en su entorno inmediato y en el mundo entero, ya que los tiempos
que vivimos se caracterizan por una enorme complejidad, la cual
es aumentada por el accionar de los medios masivos de
difusión que contribuyen a distorsionar la realidad para
beneficio de la clase en el poder.
Las respuestas que se han brindado a las demandas
sociales que enarbolan los movimientos colectivos, ya sea en
forma espontánea u organizada a través de
sindicatos de trabajadores (SME, Mexicana, STEUS, etc.) ha sido
un endurecimiento del trato hacia los mismos de tal forma que,
podemos observar un tránsito paulatino de un
autoritarismo de la clase política hacia el surgimiento de
un franco totalitarismo en el estilo de gobernar y dirigir
las instituciones de nuestra sociedad, al mismo tiempo que un
perfeccionamiento en los mecanismos de control social, utilizando
sobre todo a los medios masivos de difusión.
Por esa razón se puede afirmar que la democracia
social ha dejado de existir en el nuevo milenio en nuestros
países para ser substituida por un estilo autoritario en
las formas de gobierno que poco a poco se desplazan hacia la
derecha para asumir un estilo totalitario en la conducción
de los pueblos, instituciones, organizaciones y grupos
sociales.
En el caso de México podemos encontrar muchos
ejemplos de este endurecimiento paulatino que conduce del
autoritarismo a las expresiones de totalitarismo, a nivel
nacional podemos mencionar las respuestas del gobierno mexicano a
las movilizaciones del Sindicato Mexicano de Electricistas, a las
movilizaciones de la Coordinadora Nacional de trabajadores de la
educación, a las protestas en contra de las reformas
laboral, educativa, energética, etc.
El gobierno encabezado por Enrique Peña Nieto que
llegó al poder mediante la compra masiva de votos a
través de la entrega de tarjetas de débito, toma
decisiones sin importar el perjuicio social o las protestas que
estas generen ya que simplemente las ignora o las reprime con el
uso de los aparatos represivos del Estado.
En el caso del Estado de Sonora, el Gobernador Guillermo
Padrés envuelto cada vez en escándalos de
corrupción en sus últimos años de gobierno,
se ha caracterizado por cerrar las puertas de Palacio de Gobierno
a los grupos y organizaciones sociales que llegan ahí para
expresar sus protestas y solo encuentran las puertas cerradas y
bocinas que emiten música a todo volumen para acallar sus
gritos. Parece increíble pero es cierto ya que como
universitario y sindicalista me tocó ser objeto de este
tipo de denigrante trato de un gobernante.
Precisamente éste es el contexto en el cual se
encuentra la Universidad de Sonora, después de la huelga
de 68 días que impulsó el Sindicato de Trabajadores
y Empleados de esta institución (STEUS).
http://www.monografias.com/trabajos101/testimonios-psicosociales-huelga-universitaria-basada-dignidad-steus-2-014/testimonios-psicosociales-huelga-universitaria-basada-dignidad-steus-2-014
La Universidad de Sonora sufrió un cambio
después de la huelga del STEUS, es evidente que nuestra
Alma Mater sonorense ya no es la misma, el ambiente de trabajo ha
cambiado, el clima organizacional se ha modificado a su interior,
es decir el clima psicológico, la percepción
colectiva, los sentimientos y emociones colectivas han
variado.
La situación ha cambiado porque durante los 68
días que duró la huelga aumentó
considerablemente la distancia psicológica entre las
autoridades universitarias representadas por heriberto grijalva
monteverde y la comunidad universitaria.
El autoritarismo exhibido por las autoridades
universitarias antes, durante y después del conflicto de
huelga propició el uso de un nuevo tipo de lenguaje que
refleja la separación existente entre quienes tienen la
representación formal de la Universidad de Sonora y los
integrantes de la comunidad universitaria, esto es, los
trabajadores, los maestros y los estudiantes, que en sus conjunto
suman más de 44,000 personas.
Las referencias expresadas por heriberto grijalva acerca
de los trabajadores agrupados en el STEUS y los académicos
integrados en el STAUS utilizando las expresiones de "ellos" y
"nosotros" confirman que las autoridades no experimentan el
sentimiento de pertenencia a la colectividad
universitaria.
Más allá del lenguaje utilizado, las
acciones realizadas que fueron en el sentido de empujar a los
trabajadores al movimiento de huelga e intentar lo mismo con el
STAUS, demuestran el poco interés que tienen por la
Universidad de Sonora, por la cual los trabajadores
administrativos y manuales, así como los académicos
sentimos un gran amor y aprecio.
No les importó que, según sus cuentas, se
perdieran más de 2,000,000 de pesos diarios durante los 68
días de huelga. El autoritarismo que dio origen a una
prolongada y combativa huelga impulsada por un sentimiento de
dignidad y rebeldía hacia el mismo, se mantuvo e
incrementó durante todo el conflicto y no cedió en
ningún momento, sólo hasta que las autoridades del
trabajo emitieron su ya famoso laudo ilegal, se vieron forzadas
las autoridades administrativas a aceptar las condiciones de
levantamiento de huelga.
Pero después de la huelga, el autoritarismo
exhibido, se ha convertido en verdaderas expresiones de
totalitarismo en perjuicio de los integrantes de la comunidad
universitaria. Veamos por qué afirmo esto:
Por un lado los trabajadores del STEUS al regresar a sus
labores después de verse obligados a levantar la huelga,
se sienten observados, en la mira, inspeccionados, supervisados,
pero no con un fin constructivo de aumentar la eficiencia o la
productividad, sino con un fin punitivo al grado de que sienten
sobre sus cabezas la espada de Damocles, ya que tienen la amenaza
del despido ante el menor error cometido.
Un caso concreto, una de las causas de la huelga pasada
fue la negativa de los trabajadores de Servicios Escolares a ser
reubicados en otro edificio ya que no fueron consultados al
respecto. Sin embargo, al regresar de sus labores el primer
día después de la huelga encontraron que no
podían ingresar a sus áreas de trabajo porque
habían cambiado las chapas de las puertas de acceso y
sacado todo el equipo y mobiliario que fue llevado al nuevo local
que previamente rechazaron los trabajadores. Los sindicalizados
se vieron obligados a aceptar este cambio.
Como es de esperarse acciones de este tipo han generado
sentimientos de temor, inseguridad, ansiedad y hasta angustia
entre los trabajadores universitarios. Por si fuera poco esto,
continúan los intentos de división al interior del
STEUS, las autoridades administrativas desconocieron
temporalmente la firma electrónica del Secretario y
sólo reconocían la firma de la Secretaria del
trabajo del STEUS, Dorotea Gámez, quien durante la huelga
y en ausencia del Secretario General quien se encontraba en el
Distrito Federal en entrevistas con autoridades educativas,
trató convencer a los trabajadores a que levantaran la
huelga, en un burdo intento de desmoralizarlos argumentando que
la huelga no era legal.
Afortunadamente los trabajadores del STEUS cerraron
filas y tomaron la decisión de expulsar de su
organización a esta persona que cambió su camiseta
de dirigente sindical por el traje de peón de las
autoridades administrativas.
El ambiente de incertidumbre psicológica, la
amenaza constante de despido y cambio progresivo de autoritarismo
al totalitarismo, es el precio que los trabajadores del STEUS
están pagando por haber desafiado al autoritarismo de las
autoridades universitarias realizando una huelga basada en la
dignidad.
Por el lado del Sindicato de Trabajadores
académicos (STAUS), la situación tiene sus matices
propios pero no es ajena a este tránsito del autoritarismo
hacia el totalitarismo mostrado por las autoridades
universitarias que intentan tener todo bajo control estricto todo
lo que acontece dentro de la Universidad de Sonora de tal forma
que no se cuestione la forma como se están administrando
los recursos financieros y materiales.
Para empezar, las autoridades han intentado por todos
los medios de declarar ilegal la prorroga que e STAUS
acordó debido a la huelga del STEUS. Las autoridades
universitarias se sienten respaldadas por el clima social adverso
y contrario a las huelgas en la Universidad de Sonora creado por
los medios masivos de difusión durante la huelga del
STEUS.
Confían en que el STAUS se vea obligado a aceptar
sus respuestas a las demandas contenidas en su pliego petitorio.
A pesar de que el STAUS en un gesto de racionalidad y
conciliación redujo su pliego de peticiones de 50 a 10
puntos, las autoridades se mantienen en el tope salarial del 3.5
y ni siquiera contemplan el 2.5 a prestaciones que ya otorgaron
al STEUS. Con esta actitud las autoridades revelan una
discriminación laboral hacia el STAUS.
Por otro lado y no menos importante es necesario
mencionar que durante la huelga del STEUS y después de la
misma, han surgido una serie de comunicados anónimos que
contienen ataques, insultos, calumnias y difamaciones en contra
de algunos integrantes del Comité Ejecutivo del STAUS, en
contra también de los integrantes de la corriente sindical
Dorada y también en contra igualmente de algunos miembros
del STAUS que se caracterizaron por expresar su apoyo a la huelga
del STEUS y por realizar críticas en forma pública
a las autoridades universitarias por su forma de manejar el
conflicto.
Dentro de estos últimos debo decir claramente que
uno de los blancos principales de ataques es el autor de estas
líneas que se caracterizó por una constante
publicación de artículos de apoyo a los
trabajadores del STEUS.
/trabajos101/testimonios-psicosociales-huelga-universitaria-basada-dignidad-steus-2-014/testimonios-psicosociales-huelga-universitaria-basada-dignidad-steus-2-014
La estrategia elegida por los autores de estos
anónimos es enviar escritos difamatorios utilizando los
correos institucionales de la Universidad de Sonora. Han llegado
al extremo de imitar al grupo de anónimos que lucha en la
clandestinidad en diferentes países en contra del poder
establecido utilizando la máscara de la película V
de venganza.
Lo curioso del asunto es que estos "anónimos
universitarios" no luchan contra el poder establecido, es decir
contra las autoridades administrativas, sino que eligen como
blancos de sus ataques a dirigentes sindicales y
académicos que se han destacado por ejercer una actividad
sindical utilizando la crítica social a través de
escritos que firman con sus nombres, revelando sus identidades
como lo es mi caso.
Si el medio elegido por este desconocido grupo es
cuestionable, lo es también los blancos elegidos para sus
ataques ya que son (somos) personas que se han destacado por su
militancia sindical y crítica social. Pero lo más
cuestionable son los contenidos de sus mensajes, que no son otra
cosa que ataques personales mediante insultos, calumnias,
difamaciones, injurias y una total ausencia de argumentos como
pudiera esperarse de algún universitario.
El sentido común indica que el surgimiento de
este grupo es parte de una estrategia de ataque dirigida a
debilitar la militancia sindical, a dividir a los
académicos, acabar con la crítica hacia las
autoridades (lo cual hace suponer que asumen una posición
de defensa de las autoridades), inhibir la participación
social y reforzar con ello el control social que las autoridades
universitarias intentan lograr al interior de la Universidad de
Sonora.
Históricamente la crítica hacia el poder
establecido ha recibido como respuesta una acción
punitiva, y aparentemente en la Universidad de Sonora, quienes
realizamos una crítica social no somos la
excepción.
Sin embargo, no lograrán callar nuestras voces,
porque al menos en mi caso particular he hecho lo que considero
pertinente basado en los valores adquiridos en mi
formación familiar, pero sobre todo en el fuerte
compromiso social que tengo gracias a mi formación como
psicólogo social.
¿Qué podemos hacer ante esta tendencia que
se observa en nuestra sociedad de un tránsito paulatino
del autoritarismo hacia el totalitarismo?
La respuesta la tenemos todos nosotros, es decir, no
estamos ante un problema de un individuo, estamos frente a una
serie de agresiones que recibimos de una especie de delincuencia
organizada que actúa en contra de la población. La
respuesta que requiere esta nueva situación es el
desarrollo de un nuevo comportamiento de nuestra parte que
implique un cambio de actitud que deje de percibir como algo
ajeno o negativo la participación social y
política.
Necesitamos cambiar nuestras actitudes y valores
personales, necesitamos una revolución de nuestras
consciencias.
/trabajos99/revolucion-consciencias/revolucion-consciencias
/trabajos99/revolucion-consciencias-parte-dos/revolucion-consciencias-parte-dos
/trabajos99/revolucion-consciencias-parte-final/revolucion-consciencias-parte-final
Necesitamos cerrar filas fomentando la unidad interna en
los diferentes grupos y organizaciones a las que pertenecemos. En
el caso del STAUS, debemos seguir el ejemplo del STEUS que han
rechazado todo intento de dividir sus filas y han expulsado a
quienes se han prestado para debilitar a su
organización.
Necesitamos también consolidar la unidad
interorganizacional como lo es la unidad entre el STAUS y el
STEUS y ampliar esta unidad con todas las organizaciones de
trabajadores en el país que se encuentran en las mismas
condiciones y que están luchando para defender su
autonomía e independencia sindical. Una alternativa clara
en este rumbo es la incorporación en la Nueva Central
Sindical Independiente que surgió en el centro del
país.
En conclusión, el mundo está cambiando,
pero a través de la participación social podemos
determinar el rumbo del cambio y revertir esta tendencia hacia el
totalitarismo, alzando de nueva cuenta nuestras banderas de lucha
de democracia, justicia y libertad.
Los tiempos que nos tocaron vivir son difíciles,
ello nos exige salir de nuestro ámbito de confort y
participar en la lucha por un mundo mejor. Un mundo mejor es
posible, todo depende de nosotros. Si hoy vemos que alguien es
agredido recordemos las palabras de Bertolt Brecht: "Primero
vinieron a buscar a los comunistas, y yo no hablé porque
no era comunista. Después vinieron por los socialistas y
los sindicalistas, y yo no hablé porque no era lo uno ni
lo otro. Después vinieron por los judíos, y yo no
hablé porque no era judío. Después vinieron
por mí, y para ese momento ya no quedaba nadie que pudiera
hablar por mí"
Autor:
Oscar Yescas
Domínguez