Una segunda conclusión es que el origen de la
actual doble moral de restricción sexual para la mujer y
libertad sexual para el hombre, es una consecuencia del
énfasis puesto en la sexualidad como reproducción,
y del dominio de la mujer como vía de la
reproducción, su asexualidad y fidelidad al
hombre
Una tercera conclusión que podemos destacar es
que la sexualidad es el punto donde lo personal es
político. Lo personal y lo político (leyes, normas,
políticas) se fusionan cuando se trata de la
sexualidad.
Por ello mismo es necesario conocer de manera
científica la sexualidad y abordar su estudio en base a un
enfoque integral que nos permita conocer las diferentes
dimensiones de la misma. Empecemos entonces con una
definición de lo que entendemos por sexualidad.
Concepto de
sexualidad
Para comprender la sexualidad humana se debe partir del
principio general que establece que la naturaleza humana es
resultado de la integración de los aspectos
biológicos, psicológicos y sociales. Este conjunto
de factores actúa recíprocamente a lo largo de toda
la vida del individuo, de tal manera que la acción de cada
uno de ellos se encuentra en interdependencia directa de los
otros.
La sexualidad constituye entonces una dimensión
fundamental del ser humano, influyendo decididamente en su
formación y desarrollo, debido a que participa en la
determinación de la estructuración de la
personalidad y en las diversas relaciones que se establecen entre
los individuos.
En base a esto puede definirse a la sexualidad como la
expresión psicosocial de los individuos como seres
sexuales en una sociedad y cultura determinada. A
continuación se describen los aspectos que conforman la
sexualidad humana, considerando de antemano que es imposible
separar al individuo en partes sin alterar su esencia, por lo que
sólo con fines didácticos que permitan una mayor
comprensión es que se hace la siguiente
descripción.
a) Aspectos biológicos de la
sexualidad
La sexualidad posee una base biológica universal
que es el sexo, y se entiende por éste el conjunto de
características anatómicas y fisiológicas
que en la especie humana diferencian al hombre de la mujer y que,
al complementarse, tienen en sí la potencialidad de la
reproducción.
Desde el punto de vista evolutivo, los organismos
primitivos se reproducen asexualmente, esto hace suponer que
éstas fueron las primeras formas de reproducción.
En el ser humano, la diferenciación sexual es un complejo
proceso que ocurre a diferentes niveles y a diferentes tiempos en
la vida prenatal y que sienta sus bases en un patrón
cromosómico especial que fue establecido en el
embrión durante la concepción.
Para lograr la reproducción es necesaria la
participación de dos sexos, cada uno de los cuales aporta
su dosis de células haploides: espermatozoide en el
varón y el óvulo en la hembra, cada uno con 23
cromosomas, mismos que al unirse forman 46. Cada espermatozoide o
gameto masculino porta un cromosoma sexual X o Y, mientras que el
óvulo o gameto femenino contiene sólo el cromosoma
sexual X. En el momento de la fecundación, si un
espermatozoide con cromosoma Y fecunda al óvulo
resultará un varón (XY), en tanto que la
fecundación por un espermatozoide con cromosoma X,
producirá una niña (XX).
Pero esta diferenciación cromosómica por
sí sola no basta para definir el sexo del nuevo ser. A
esta dotación genética sigue un largo y complejo
proceso que diferenciará gónadas (glándulas
sexuales) en ovarios o testículos y luego todo el aparato
sexual tanto interno como externo. Después de la
fecundación del óvulo, en los embriones que son
genéticamente femeninos y masculinos, no existen
indicaciones morfológicas del futuro sexo.
Alrededor de la sexta semana de la vida intrauterina,
los embriones de cromosomas XY, es decir masculinos, empiezan a
segregar andrógenos (hormona sexual masculina).Si en este
momento decisivo aparece el andrógeno el embrión se
diferenciará en un varón con genitales masculinos.
Si no aparece la cantidad suficiente de andrógenos en el
momento decisivo, el embrión se convertirá en una
hembra con genitales femeninos.
Esto quiere decir que deben existir ciertas condiciones
hormonales para que se desarrolle un varón o una mujer,
aun cuando la fórmula del sexo cromosómico sea 46
XY o 46 XX respectivamente. Simultáneamente a la
diferenciación que se desarrolla en los genitales, tanto
internos como externos, la presencia o ausencia de testosterona
en el período crítico de la gestación
determina también las funciones del hipotálamo y la
hipófisis.
Los órganos sexuales se dividen en dos: genitales
y órganos reproductores; los genitales son externos y
consisten en el pene y los testículos en el hombre y, en
la vulva y la vagina en la mujer. Estos órganos
están destinados al coito, los órganos
reproductores son internos y tienen la función de
almacenar y descargar el semen en el caso del hombre, y de
albergar y alimentar al embrión en el caso de la
mujer.
Terminado el proceso de diferenciación sexual,
las estructuras genitales, femeninas o masculinas no sufren
posteriores modificaciones, permaneciendo como tales hasta el
momento del nacimiento.
b) Aspectos sociales de la sexualidad
Los seres humanos han vivido siempre en grupos sociales,
donde satisfacen sus necesidades básicas y la sexualidad
es una de ellas. Para lograr la convivencia social, la cultura a
través de los valores, las normas, las creencias y las
instituciones moldea el comportamiento de los miembros de la
sociedad. Desde el momento del nacimiento se inicia un proceso de
incorporación del individuo al medio social, mediante el
proceso de socialización, éste está
encaminado a que cada miembro del grupo haga suyos los elementos
normativos establecidos para la convivencia. En este sentido, la
sociedad presiona para que los individuos se comporten de una
determinada manera, y que apartarse de lo establecido conlleva a
que se le considere "anormal". Los individuos que se apartan de
la norma sufren una fuerte presión social dirigida a
controlar la conducta, sin embargo, no siempre hace falta
recurrir a la anterior formalidad para sancionarlos.
Es importante destacar que en nuestra sociedad existe
una clara división de funciones para el hombre y la mujer,
hecho que da lugar a la formación de guiones sexuales bien
diferenciados, incluso opuestos; aunque la incorporación
de la mujer al proceso productivo, ha ocasionado cierta
flexibilidad en los guiones. El hecho de pertenecer
biológicamente a uno u otro sexo, no significa de
ningún modo que la manera de comportarnos sexualmente vaya
a estar determinada sólo por este hecho.
El comportarse como hombre o mujer va a depender de la
forma que se internaliza la conceptualización que la
cultura tenga al respecto. Los roles sexuales de varón y
mujer, van a estar condicionados o sujetos a la concepción
particular que cada sociedad tenga de ellos. Además,
dentro de una misma sociedad, los roles sexuales presentan
características específicas para cada etapa del
desarrollo del individuo; y diversos niveles de exigencias en el
cumplimiento de cada uno de ellos. Ahora bien, el proceso de
enseñanza–aprendizaje de estos papeles se da en el
interior de la familia. El núcleo familiar se presenta
entonces como intermediario entre el individuo y la
sociedad.
c) Aspectos psicológicos de la
sexualidad
Este aspecto se puede resumir en la identidad sexual. La
socialización le permite al ser humano estructurar su
identidad, es decir, encontrar, durante el proceso de desarrollo,
una forma individualizada de ser, sentir y pensar que lo hace
único y original en su grupo. La identidad sexual
comprende tres aspectos básicos que son: La identidad de
género, el rol de género y la orientación
sexual.
La identidad de género se refiere a la
consciencia de pertenecer a un sexo determinado, es decir, sentir
y pensar como hombre o como mujer. Entidad psicológica que
se forma a partir de los mensajes explícitos o
implícitos, verbales o no verbales, que se reciben del
medio, dependiendo del sexo a que se pertenezca, y estrechamente
relacionado con la imagen corporal.
Solamente en el caso de los transexuales se encuentra
una identidad de género alterada, es decir, una persona
que siente, piensa y actúa como lo hacen las personas del
sexo complementario al suyo.
El rol de género se refiere al comportamiento del
individuo que hace evidente a la sociedad y a sí mismo, el
sexo al cual pertenece. Generalmente este comportamiento responde
a la identidad de género y a los usos y costumbres del
lugar y la época. Actualmente con la incorporación
de la mujer al aparato productivo, se han presentado cambios en
los roles sexuales. Las modificaciones sufridas en los mismos han
orillado a los individuos a asumir funciones tradicionalmente
atribuidas al sexo complementario, para enfrentarse a nuevas
exigencias. Esto de ninguna manera altera ni afecta la identidad
de género del individuo.
La orientación sexual se refiere a la
atracción, al gusto o preferencia del sujeto para elegir
compañero (del otro o del mismo sexo) en la
relación coital, en lo afectivo y en la fantasía,
que puede ser. La sociedad también condiciona y presiona
al individuo para que su orientación sea heterosexual. Las
causas que determinan la elección de la orientación
sexual son quizá el aspecto más controvertido de la
identidad sexual. Una posible explicación a esto
podría encontrarse en la sobrevaloración que las
sociedades han otorgado a la reproducción de la especie en
las relaciones coitales.
Sin embargo es importante decir que la identidad de
género y el rol de género no determinan
necesariamente la orientación sexual ya que puede suceder
que la orientación sexual se dirija a personas del mismo
sexo.
Un factor que se encuentra íntimamente ligado a
la orientación sexual es el erotismo, elemento que dirige
su acción hacia la consecución del placer sexual.
El contenido erótico se obtiene a través del
proceso de desarrollo, en el que la persona hace suyos los
elementos socioculturales que le permite elaborar un conjunto de
estímulos sexuales afectivos para obtener el placer
sexual. Sin negar que todo ser humano posee en su organismo las
estructuras necesarias para obtener placer sexual, mas no poseen
éstas el contenido erótico.
En resumen, los tres componentes de la identidad sexual
generalmente funcionan con una coherencia tal que los sujetos son
"varones y mujeres" que responden al estereotipo; sin embargo, si
alguna de éstas no concuerda con las otras, el sujeto
puede seguir funcionando adecuadamente si la presión
social se lo permite. Precisamente esta es la lucha que se
encuentran dando diversos colectivos de homosexuales y lesbianas
que defienden su derecho a su orientación sexual ante una
sociedad que los condena, margina y rechaza su orientación
sexual sin aceptar que en el siglo XXI la diversidad sexual es un
hecho consumado y parte de nuestros tiempos modernos.
La prueba de ello es la aprobación de matrimonios
entre personas del mismo sexo en varios países del mundo,
inclusive ya es un hecho consumado en la capital de
México.
Con el conocimiento de un modelo integral de la
sexualidad humana, podemos revertir los efectos nocivos que la
difusión de un modelo de sexualidad reducido a su
expresión genital nos ha provocado, sin embargo, es
necesario conocer el proceso a través del cual la
sexualidad forma parte intrínseca de nuestra personalidad
psicosocial, por lo cual es conveniente conocer en detalle el
proceso de desarrollo psicosexual que ocurre en cada una de
nuestras etapas de desarrollo psicológico, por lo que a
continuación se describen las características de
este proceso.
El desarrollo
psicosexual
A lo largo de su evolución, el ser humano
construye sus actitudes y comportamientos sexuales, en
función y como resultado de su ubicación en un
determinado contexto histórico social. En este marco es
indispensable ubicar el análisis del desarrollo
psicosexual del individuo para comprender mejor sus actitudes y
comportamientos sexuales en los diferentes momentos de su
vida.
En su evolución psicosexual, el individuo crece
en un marco de expectativas sociales, que varían
según la edad y los medios que influyen para ejercer
presión social para que responda a tales expectativas.
Existen diferentes corrientes dentro de la Psicología, sin
embargo existe un consenso en que los primeros años de
vida son extremadamente importantes para la formación de
la personalidad psicosocial, aun cuando hay divergencias acerca
del carácter decisivo de las experiencias
tempranas.
El proceso de socialización aumenta su
acción socializante en esta etapa a través de la
influencia de la familia y otras instancias socializantes como la
escuela y los medios masivos de comunicación.
Sexualidad
infantil: realidad y perspectivas
A principios del siglo pasado los cambios en el
desarrollo de la Psicología, al surgir la corriente
psicoanalítica que planteaba la consideración de la
constitución psicosexual y las alteraciones de la vida
sexual como causa principales de las enfermedades
neuróticas, permitieron detectar lo que hasta ese entonces
se negaba: los niños también tienen su propia
sexualidad.
En ellos, la psicología de su sexualidad es algo
tan natural que aparece en el niño desde que éste
nace. La sexualidad es parte integrante de la personalidad
psicosocial, misma que se construye y elabora a lo largo de la
existencia del ser humano. En los primeros años de vida,
el desarrollo psicosexual tiene sus primeras manifestaciones en
las primeras semanas de vida. Las primeras experiencias del
infante son las vivencias o no vivencias del placer, son ellas
las que orientarán sus acciones e interacciones con el
medio.
Sin embargo, sus experiencias de satisfacción y
de privación lo llevaran poco a poco a establecer las
distinciones necesarias para situarse en el mundo. Las exigencias
sociales y la forma en cómo son impuestas,
determinarán en gran parte la orientación y el
desarrollo de su afectividad y de su sexualidad.
A través del proceso de socialización en
la que el infante estructura su personalidad psicosocial, se
internalizan las prohibiciones y las reglas determinadas
inicialmente por los padres en función de su marco
económico, social y cultural. En el terreno del desarrollo
psicosexual es imprescindible acudir a las aportaciones que la
corriente del psicoanálisis tuvo en el estudio de la
sexualidad humana.
Las primeras manifestaciones sexuales tienden al
autoerotismo, no se dirigen a un objeto exterior sino hacia el
propio cuerpo en un autorreconocimiento, en virtud de que el
propio cuerpo constituye una fuente de placer. Durante los
primeros meses la boca y los labios son la zona privilegiada de
placer.
En el curso de su desarrollo, las zonas de
excitación que provocan cierto placer (sexual o no) son,
después de la boca, la zona anal, y más tarde, los
genitales. Hacia el octavo mes aparece el onanismo infantil, en
forma de juego genital, intensificándose a fines del
primer año. El juego genital del bebé no tiene el
mismo significado psicológico que la masturbación,
que surge más tarde en la pubertad.
Las culturas permisivas no ejercen represión
hacia los niños por este acto, en cambio, en las culturas
represivas, el niño es reprendido o castigado para
eliminar la conducta considerada indeseable reprendiendo al
infante que toca sus genitales en forma verbal o física
enviándole el mensaje de que esa práctica no es
aceptada socialmente. Esta última respuesta social es la
que conduce al niño a seguir investigando para
complementar su información sobre la sexualidad. Sin
embargo, la internalización de la idea de que las
actividades sexuales no son bien vistas por los adultos se va
consolidando.
Uno de los aspectos importantes de las aportaciones del
psicoanálisis consistió en su demostración
de que es en la infancia cuando la sexualidad tiene sus primeras
manifestaciones. El velo del olvido que oculta el recuerdo de las
primeras experiencias ocurridas antes de los 7 u 8 años,
tiene su origen en la represión sociocultural que inhibe
el desarrollo psicosexual.
No obstante estas primeras impresiones infantiles dejan
una profunda huella en el desarrollo psicológico de todo
individuo. La amnesia de las primeras experiencias ocurridas en
la infancia tienen cierta similitud con la amnesia que ocurre con
los neuróticos con respecto a los sucesos que son
reprimidos (exclusión de la consciencia). Existe una
analogía que se evidencia por el hecho de que la
sexualidad de los psiconeuróticos conserva la esencia
infantil o retroceden hasta ella. En ese sentido, existe una
relación entre la amnesia infantil con las emociones
sexuales de la niñez.
A pesar de los años transcurridos después
de estos descubrimientos, todavía en el siglo XXI persiste
en algunos sectores de la sociedad latinoamericana la
negación de la existencia de la sexualidad infantil y en
consecuencia la represión de la misma. Los motivos que
permiten seguir ocultando estos conocimientos a los niños
y a reprimirlos en consecuencia, son debidos a una moral
hipócrita que prevalece en la sociedad y a una idea
distorsionada de sexualidad humana que procede de su
reducción al modelo genital.
En el aspecto actitudinal, en lo referente a la
sexualidad las actitudes siempre serán positivas o
negativas. La actitud de los padres determina la actitud de los
hijos hacia la sexualidad. En ese sentido se afirma que la
educación sexual no empieza al nacer el niño, sino
que comienza cuando nace el padre, en virtud de que la actitud
del hijo es en gran parte una copia de la actitud del progenitor
ya que los padres son los modelos de conducta de los
hijos.
Esta concepción que considera a los infantes como
seres asexuados es a todas luces errónea, pues la
curiosidad infantil se centra en el conocimiento del sexo como
algo novedoso, pero en ningún momento encierra alguna
perversión o morbosidad. La morbosidad se encuentra en la
mente de los adultos que reprimen las expresiones de sexualidad
infantil.
La ausencia de comunicación entre padres e hijos
dificulta el proceso de desarrollo psicológico, pues no le
ayuda a despejar dudas.
El niño experimenta desde muy temprano los
funciones psicológicas de la vida erótica (la
ternura, los celos, etc.) y la combinación de estos
estados psíquicos con sensaciones de excitación
sexual, revela al infante la íntima relación de
ambos fenómenos.
La evasión a las preguntas infantiles referentes
al sexo, así como la ambigüedad en sus respuestas no
soluciona el problema, pues la curiosidad infantil es persistente
y proseguirá por sí solo el niño hasta
encontrar respuesta a sus inquietudes, por lo regular en fuentes
que distorsionan la información y que, en consecuencia,
contribuyen a falsear la imagen de la sexualidad humana a los
ojos de todo infante. El ocultamiento sistemático y la
evasión constante del tema generan en el investigador
infantil el sentimiento de culpabilidad e imprime a la sexualidad
el sello de lo prohibido y de lo repugnante, sensación y
percepción que lo acompañarán durante toda
su vida.
El vacío originado por una ausencia de
educación sexual infantil se va superando poco a poco, en
la medida que se reconoce la importancia de la sexualidad y del
aprendizaje en la conducta sexual. Cada día es más
claro que el comportamiento sexual incluye tres aspectos: las
vivencias, las actitudes y la información. Las
investigaciones cada vez más frecuentes sobre la
sexualidad, describen la importancia de determinadas vivencias
para el desarrollo de una vida heterosexual y afectiva apropiada.
La necesidad del contacto físico entre la madre y el
niño es una de estas vivencias reconocidas
universalmente.
Por ello, se reconoce que la educación sexual
familiar debe contemplar la necesidad del fomento físico
entre madre e hijo, así como los juegos infantiles mixtos
en los cuales queden fuera toda actitud represiva o prohibitiva.
En la educación sexual infantil, es necesario que
primeramente se genere un cambio de actitud de los padres hacia
la sexualidad, como un primer inicio para la educación
sexual. En torno a la sexualidad infantil puede mencionarse como
las actitudes para con el propio cuerpo condicionan la
aceptación o rechazo de la sexualidad.
Con el surgimiento de la pubertad y la adolescencia se
presentan los cambios físicos y psicológicos,
provocando inseguridad en el individuo en proceso de cambios, que
debe acomodarse a un cuerpo en transformación, a nuevos
deseos, a nuevas pulsiones y capacidades físicas y las
nuevas exigencias de un medio ambiente complejo. Es común
hablar de una crisis de identidad en los adolescentes que ya no
son niños pero todavía no son adultos. Los padres
complican más este proceso al tratar en ocasiones como
niños a los adolescentes y en otras ocasiones como
adultos.
En esta etapa la expresión sexual es sólo
uno de los componentes del proceso de desarrollo psicosocial. En
la adolescencia, el cambio de significado de los órganos
genitales constituye uno de los hechos más importantes;
las emisiones nocturnas de esperma, atraen la atención de
los jóvenes hacia esos órganos y sus funciones pero
también aumentan su confusión ante el
desconocimiento de lo que está sucediendo.
La joven debe adaptarse a un cuerpo que se transforma,
en el cual surgen los senos como la señal más
evidente del cambio, la maduración de sus órganos
genitales no es visible y el gran acontecimiento biológico
de la menstruación, que está asociado a la
reproducción y no a su sexualidad. La ausencia de
comunicación de los padres hace más difícil
este descubrimiento.
En el curso de la adolescencia la identificación
sexual se consolida y se establece la heterosexualidad, aunque no
sin conflictos y ambivalencias. Las contradicciones entre los
signos de desvalorización de la mujer en la sociedad y la
apología del amor perturban a los adolescentes durante su
desarrollo.
Sexualidad y
adolescencia
La adolescencia es una etapa de transición de la
infancia a la edad adulta, en la cual se da una revolución
psicofisiológica que modifica la línea de
pensamiento infantil para formar una nueva forma de pensar,
modificando también los sentimientos, los afectos y las
relaciones con los demás. El primer cambio que se da en
los jóvenes es el aspecto físico, que les preocupa
en gran medida y que puede ser fuente de conflictos. Se da
más importancia al arreglo físico y a otras
actividades que permitan llamar la atención. Mucho se ha
hablado de facilitar a los jóvenes el acceso a la
información científica relacionada con la
sexualidad humana, sin embargo, poco o casi nada, se ha hecho en
este sentido.
Por lo regular, los adolescentes se enfrentan a
problemas muy concretos en el campo de su propia sexualidad,
problemas que en la mayoría de las ocasiones no pueden
resolver porque los elementos necesarios para resolverlos les han
sido negados y ocultados, en virtud de que el tema de la
sexualidad se sigue considerando como un tema tabú que
provoca incomodidad hablar de ello y la curiosidad sexual
infantil ha sido reprimida por lo regular, en forma
violenta.
Los y las jóvenes adolescentes se enfrentan a la
disyuntiva de experimentar la necesidad psicofisiológica
de tener relaciones sexuales, estando aptos para la
procreación, y la imposibilidad material y
psicológica de cumplir con el requisito previo para ello:
el matrimonio.
Como elementos complementarios se incluye una
educación antisexual recibida en la infancia y la
represión sexual imperante que continúa con mayor
rigor en la adolescencia. A pesar de lo anterior, muchos padres
de familia se preguntan cómo es que su hija ha quedado
embarazada si "la habíamos educado tan bien, le dimos las
mejores escuelas", o cómo es posible que el joven
adolescente haya contraído una enfermedad venérea
"si nosotros le dijimos todo lo que tenía qué
saber". Es importante mencionar en este punto acerca de la
necesidad de una estabilidad sexual entre los padres para servir
como ejemplo para los hijos así como una
comunicación que incluya la descripción oportuna de
los cambios que se presentan en el desarrollo
psicosexual.
Los cambios en las condiciones de vida
(tecnológicos, económicos, sociológicos,
antropológicos, etc.) han determinado cambios en las
actitudes hacia la sexualidad y se observa una tendencia a que la
madurez sexual aparezca más tempranamente.
El aprendizaje social que incluye lo sexual se obtiene
por diferentes medios (familia, escuela, grupo de amigos,
Iglesia, etc), destacando entre ellos el papel que juegan los
medios masivos de difusión que proyectan en forma
ininterrumpida modelos masculinos y femeninos para ser imitados
por las masas de compradores potenciales de los productos que a
través de los mismos promuevan.
En torno a los adolescentes se crea un cierto
menosprecio, temor e inseguridad al considerar que la vida sexual
es sólo para adultos, y la escasa información que
se les proporciona se basa en aspectos biológicos de la
sexualidad, con lo cual se brinda una "orientación sexual"
limitada a la genitalidad o a los aspectos relacionados con la
reproducción.
La sociedad exige del adolescente una castidad absoluta
antes del matrimonio, condena tanto las relaciones sexuales como
la masturbación, con ello, la continencia
(abstención) sexual adquiere un carácter
imprescindible para el desarrollo social, al afirmar que la
continencia de los jóvenes es necesaria en interés
de la actividad social y cultural, puesto que las relaciones
sexuales del adolescente reducirían su capacidad de
trabajo. Así, se presentan tres alternativas para ejercer
la sexualidad en la juventud:
a) Continencia (abstención) b)
Masturbación y c) Relaciones sexuales
La abstención sexual está ligada a la
represión no sólo de las relaciones sexuales, sino
también de las ideas sexuales, la cual es una
condición necesaria para la continencia. Se asocia a la
actividad sexual una serie de temores, sentimientos de culpa y
sentimientos de desagrado que posibilitan la represión. La
prohibición crónica de la sexualidad afecta de tal
forma que la inhibición del placer se convierte en
excitación genital desagradable, por lo cual se evita la
sexualidad.
Por otro lado, la mayoría de las investigaciones
demuestran que prácticamente todos los jóvenes se
masturban. Ello plantea un nuevo problema: La masturbación
cargada de conflictos, ¿no es más nociva que una
vida sexual ordenada? El tema de la masturbación es otro
de los temas tabú de la sexualidad humana, evidencia la
capacidad de ésta de proporcionar placer y contradice el
modelo de sexualidad que la restringe como fuente de
reproducción. En torno a ella, se han erigido
múltiples mitos y falacias:
a) Quien la practica con excesiva frecuencia se
volverá impotente
b) Provocará la locura en quien la
practica
c) Refleja inmadurez psicológica del
ejecutante
d) Etc.
A pesar de que la masturbación es un tema muy
discutido desde la antigüedad, la necesidad de discutir
sobre la misma se incrementa cada día.
Aun cuando existe una aparente condena de la
masturbación en la época bíblica existe
también información documentada de que la misma
constituyó una práctica aceptada en un
sinnúmero de culturas y épocas.
En la mayoría de los casos, las primeras
informaciones que tiene un niño sobre la actitud de los
padres (y de la sociedad) hacia la sexualidad, son transmitidas a
través de las actitudes que estos adoptan ante las
primeras experiencias corporales. Dentro de estas actitudes, la
masturbación adquiere una importancia excesiva y se
condena al que la practica por parte de muchísimas
personas y lo que es más grave, por parte de un
número grande de educadores y médicos que persisten
en seguir creyendo y aconsejando que la masturbación es un
terrible vicio.
La idea de que la masturbación provoca la locura,
probablemente tuvo su origen en el hecho de que los
emocionalmente perturbados con frecuencia se masturban
desesperadamente en un esfuerzo por escapar de la realidad. El
temor de la impotencia se basaba en la errónea creencia de
que la provisión de semen era limitada y podía
agotarse por medio de la masturbación. La mayoría
de los individuos recurren a la masturbación solamente
como un sustituto del coito cuando éste es imposible. Por
ello, es muy común entre los solteros, aunque se presenta
también ocasionalmente entre los casados en una frecuencia
menor.
La masturbación en sí misma no es
perjudicial, pero la atmósfera de angustia y el
sentimiento de culpa, de violación de una norma, de
cometer supuestamente un pecado producen en el individuo una
situación de angustia que ciertamente puede en algunos
casos perjudicar el equilibrio emocional y causar trastornos
funcionales, coitales, en ambos sexos.
La masturbación es un fenómeno propio de
la adolescencia que muchos descubren antes de llegar a la
pubertad, que también es común en la edad adulta y
que no es rara en la edad avanzada. La masturbación tiene
un papel importante como alivio de la tensión sexual, y su
contribución en la imagen que se tiene de sí mismo
y de la identidad sexual. Permite al individuo familiarizarse con
sus órganos sexuales y las sensaciones que éstos
son capaces de producir.
En cuanto al tercer punto, las relaciones sexuales de
los adolescentes, es necesario considerar que las relaciones
sexuales constituyen uno de los aspectos fundamentales del
conjunto de relaciones que los individuos de una sociedad
determinada mantienen entre sí. Como el resto de los
vínculos se fundamentan y determinan por la
concepción que la persona tenga de la naturaleza, la
sociedad y de ella misma.
Las relaciones sexuales se realizan en determinadas
condiciones materiales de existencia, así como sobre
principios, tradiciones y otros aspectos sociales en los que la
educación ha jugado un papel determinante. En el caso de
los adolescentes, para llegar a tener relaciones sexuales deben
superar una gama de prohibiciones que han generado inhibiciones.
La madurez biológica no es suficiente para ejercitar la
sexualidad, pues para ella requiere de poseer una madurez
psicológica que le permita desarrollar un sentido de
responsabilidad sobre sus actos y además contar con la
información suficiente sobre métodos
anticonceptivos y sobre todo disminuir la dependencia hacia sus
padres.
Entre los integrantes de la pareja es fundamental que
existan intereses comunes, comprensión mutua, un
vínculo afectivo y las perspectivas de una relación
estable. Finalmente, es importante mencionar la necesidad de que
los jóvenes interactúen entre sí en grupos
mixtos, antes de entablar relaciones sexuales, en actividades
deportivas, culturales, recreativas y productivas, para propiciar
un conocimiento interpersonal previo.
Sexualidad y
Juventud
En un momento como el presente, ubicado en una
época cuya esencia se puede simbolizar en la palabra
CAMBIO, y que se caracteriza por una serie de cambios de toda
índole (económicos, políticos,
jurídicos, sociológicos, antropológicos,
psicológicos, etc.), que se presentan en forma discontinua
e impredecible, el conocimiento de sí mismo es una labor
ardua y difícil, que se complica aún más
cuando la búsqueda del conocimiento se orienta hacia
aspectos derivados del desarrollo psicosexual.
La juventud por su naturaleza es más proclive al
cambio, en virtud de que se está cambiando constantemente
en el terreno biopsicosocial. No sucede igual con los adultos,
cuya personalidad mantiene un mayor arraigo en una serie de
valores adquiridos a lo largo de su existencia, por lo que
presentan más resistencia al cambio.
La juventud es considerada como la etapa del desarrollo
psicológico en la cual se encuentran las bases para el
desarrollo de la personalidad madura en la etapa adulta, que le
permitirá consolidar la autoimagen adquirida en su pasaje
por la adolescencia, y reformular sus relaciones con los
demás, obteniendo parámetros en el aprendizaje
adquirido en diferentes instancias socializantes (familia,
escuela, iglesia, grupo de amigos, medios masivos de
difusión, etc.).
De los diferentes grupos sociales a los que pertenecen
los jóvenes de nuestro tiempo, destaca el grupo de amigos,
como una instancia con un alto grado de influencia en esta etapa
de desarrollo psicosocial, sobre todo en aquellos grupos
juveniles de diez a veinte años de edad, que son
considerados como grupos de pertenencia.
Estos grupos están constituidos por miembros que
tienen relativamente la misma edad, la misma formación y
los mismos intereses y que se agrupan al margen de las
instituciones regulares: familia, escuela y mundo del trabajo.
Estos grupos forman una subcultura propia, en el contexto de la
gran cultura de los adultos. Por ello, se les considera como los
únicos grupos naturales que nos pueden enseñar
mucho sobre procesos de interacción social, en virtud de
que en ellos se dan una serie de fenómenos que no existen
en los grupos de laboratorio estudiados hasta ahora por la
psicología social:
a) No hay una tarea común, determinada desde
afuera, sino que se inventan actividades de acuerdo con sus
necesidades.
b) Una de estas necesidades compartidas es encontrar una
identidad fuera de la familia.
c) La motivación sexual es un factor capital para
la formación y estructuración del grupo.
d) Hay una meta compartida: adquirir habilidades
sociales en el trato con el otro sexo y con los
adultos.
Por otro lado, los medios de difusión masiva,
tales como la televisión, el radio, el cine, los impresos,
en particular fotonovelas revistas e historietas, e internet,
constituyen un canal de socialización de gran alcance.
Este canal no es elitista, pues puede llegar a todos los estratos
socioeconómicos, a todas las regiones, a todos los niveles
de preparación y a todas las edades. En ello, radica su
grado de influencia, en la ausencia de discriminación. En
virtud de estar en el contexto de una sociedad orientada al
consumo, el principal objetivo de este canal de
socialización es precisamente estimular el
consumo.
Para lograrlo, se valen de todo tipo de recursos,
destacando entre ellos la despersonalización y el uso de
la mujer y el hombre como objetos sexuales y de la sexualidad
como gancho para promover el consumo de
mercancías.
A través de los medios, internet y redes sociales
los jóvenes entran en contacto con otras culturas y formas
de comportamiento sexual, obtienen información (objetiva o
distorsionada) sobre su propia cultura, retoman modelos de hombre
o de mujer de acuerdo a estratos socioeconómicos y
culturales predefinidos, reciben mensajes que dejan huella en
todo individuo, conocen una sexualidad humana unida a la
violencia, ternura, dinero, status, poder, etc. Todas estas
contradicciones y muchas más se pueden observar en los
medios de difusión.
http://www.monografias.com/trabajos98/impacto-psicosocial-medios-masivos-difusion-y-redes-sociales/impacto-psicosocial-medios-masivos-difusion-y-redes-sociales
En lo que se refiere a la sexualidad de los
jóvenes, puede mencionarse que el proceso
biológico, psicológico y social que llevan a un
niño o niña a convertirse en hombre o mujer adulta,
es largo y complejo. Está sujeta a las modalidades del
tiempo y de los factores socioambientales. La pubertad comprende
tanto los cambios de aspecto físico general como los de
maduración sexual que traen como consecuencia el
crecimiento y maduración de los órganos
sexuales.
Aun cuando el término pubertad básicamente
se refiere a los cambios biológicos, comprende
también aspectos de la autoimagen y autoestima que
contribuyen a desarrollar actitudes hacia sí mismo y hacia
los demás dependiendo éstas del medio ambiente
inmediato que rodea al adolescente. Diversos estudios destacan
que la velocidad de maduración y crecimiento observables a
través de la talla, el peso, la maduración
corporal, etc., tiene estrecha relación con el medio
socioeconómico, la alimentación, la cultura de los
padres y del grupo humano en que se vive.
En ese sentido existen condiciones del medio ambiente
que facilitan el desarrollo de la pubertad y la adolescencia. Un
dato revelador es el surgimiento de la menarquía (primera
menstruación), que se ha descubierto que ocurre más
tempranamente cuando las condiciones económicas son
favorables. Por otro lado, existen aspectos psicológicos
que acompañan el proceso de desarrollo biológico.
La curiosidad, el temor, vergüenza, angustia, la imagen y
aceptación que tenga el adolescente de sí mismo
será evaluada positiva o negativamente en
proporción directa a la información,
preparación y formación que tenga el púber
respecto a estos cambios.
Juega un papel importante la educación general y
la educación sexual recibida sobre todo en el
ámbito familiar. Por ello, es importante tener presente
que si se quiere que un individuo conozca y acepte su sexualidad,
debe recibir previamente información sobre el proceso
puberal, para darle tiempo de comprender, enfrentar, afirmar y
variar lo que crea conveniente en el momento oportuno.
Por pubertad podemos entender el inicio corporal de la
vida sexual y reproductiva, cambios que coinciden con el
crecimiento y desarrollo morfológico total del individuo.
Estos cambios desencadenan a su vez una serie de cambios
conductuales.
Los límites de aparición de la pubertad se
ubican a la edad de 9 años como "límite inferior" y
a los 17 años como "límite superior". En cambio, la
adolescencia es un proceso de adaptación que reviste
formas variadas. En la adolescencia (período de
transición entre la infancia y la edad adulta), el
individuo necesita formar una identidad propia. Para lograrlo
requiere de separarse emocionalmente de sus padres y poner en
tela de juicio lo que antes aceptó sin réplica, es
decir, las normas, valores, creencias y modelos
familiares.
Etimológicamente el término adolescencia
proviene del verbo latín adolescere que significa crecer.
El adolescente es un ser humano completo y en consecuencia, si se
desea comprender el proceso que vive se deben contemplar todos
los factores que le afectan. Considerando los aspectos
biológicos, psicológicos y sociales se puede
definir a la adolescencia como una etapa de transición de
la vida infantil a la vida adulta, durante la cual el joven busca
las pautas de conducta que respondan al nuevo funcionamiento de
su cuerpo, y a los requerimientos socioculturales de ese
momento.
Un acto de distinción de la pubertad y la
adolescencia se logra cuando se afirma: la pubertad es un acto de
la naturaleza y la adolescencia es un acto del hombre. El
objetivo principal de la adolescencia es lograr una identidad
diferenciada y estable. La adolescencia consiste en romper la
fusión e indiferenciación vivida en la infancia,
para organizar otro tipo de relación en la que el mundo y
el adolescente son distintos, pero estrechamente
ligados.
La identidad podría resumirse en la
formulación yo soy yo y debe definir claramente el no yo.
En la adolescencia se presenta la crisis de identidad en la cual
el individuo se pregunta entre otras cosas ¿quién
es?, ¿cómo se percibe a sí mismo?,
¿cómo se proyecta el mundo?, ¿cómo lo
percibe el mundo?, ¿qué quiere hacer en la vida?.
La identidad con uno mismo (individual) tiene como base la
identidad del otro (social). La identidad sexual, parte de la
identidad general se forma en la infancia y entra en conflicto
cuando el adolescente tiene qué abandonar el rol de
niño o niña, para adoptar el de varón o
mujer. El logro de identidad es ante todo una identidad sexual,
por varios factores:
a) En nuestra cultura predomina la visión
rígida y estereotipada de roles sexuales
b) El tipo de socialización que se da a los
individuos es diferente según el sexo
c) La adolescencia se inicia con la pubertad
incrementando en forma considerable el impulso sexual
d) En la adolescencia se adquiere la identidad sexual
juvenil
Por todo lo anterior, el desarrollo psicológico
va ligado estrechamente al desarrollo sexual, y en consecuencia,
para estudiar al ser humano, hombre o mujer, es necesario
estudiar su sexualidad.
A manera de
conclusión
A estas alturas es evidente que la problemática
social que se describió líneas atrás tiene
como causa la ausencia de educación sexual en todos los
niveles educativos y por la reducción de la sexualidad a
únicamente su aspecto genital.
Los problemas sociales que observamos hoy en día
relacionados con el ejercicio de la sexualidad (embarazo en
adolescentes, madres solteras, delitos sexuales, violencia hacia
la mujer, incremento de divorcios, etc.), que la presentan como
un verdadero problema social, podrían encontrar parte de
su solución en la implementación de programas de
educación en sexualidad humana que contribuyan a la
generación de cambios de actitudes, de valores y de
comportamientos en hombres y mujeres en el sentido de romper los
rígidos roles sexuales asignados y de crear relaciones
más igualitarias entre hombres y mujeres, pero sobre todo
de crear una cultura de respeto en las relaciones interpersonales
así como a la diversidad sexual que se vive en nuestra
sociedad.
En México han existido diversos intentos para
abordar la educación e investigación en sexualidad
humana. Distintos grupos e instituciones privadas y
públicas han tratado de integrar la enseñanza de la
sexualidad en diferentes ámbitos. Sin embargo, estos
esfuerzos no han contado con el apoyo, la preparación y la
voluntad política para implantar el estudio de la
sexualidad en el currículum de los diferentes niveles
educativos, en forma permanente y continua.
En los hechos, se observan intentos aislados que no
conforman una estrategia real dirigida a la población en
sus aspectos relacionados con la salud y la educación y
que por tanto, no responden a esa demanda social que plantea un
ejercicio problemático de la sexualidad
contemporánea.
Si bien es cierto que en nuestro país se han dado
múltiples intentos por estudiar la sexualidad humana,
también lo es el hecho de que, por diversas causas
asociadas unas a limitantes económicas o a la carencia de
personal profesional debidamente preparado, ha sido poco lo que
se ha logrado conseguir en términos de productos concretos
de investigación y educación en sexualidad
humana.
Como consecuencia de lo anterior, el tópico de la
sexualidad se sigue viendo más como un agregado secundario
o colateral en la preparación profesional de especialistas
de la salud, la educación o de la intervención
social en general, en lugar de ser considerado como un problema
social que reclama atención prioritaria, por lo que las
estadísticas siguen aumentando en la medida que los
problemas mencionados siguen creciendo.
Baste con señalar al respecto que, en
publicaciones periódicas de índole
académica, de divulgación o libros, no se cuenta
con una producción constante y de calidad sobre el tema
genérico de la sexualidad.
Implícitamente ello ha contribuido a importar
modelos conceptuales o de investigación de otros
países a fin de dar cuenta de nuestra sexualidad, sin
reparar en la singularidad de las características de la
realidad sociocultural. Esto provoca que los profesionales
interesados en este campo recurran a la autoenseñanza y a
informarse en cursos, talleres e investigaciones diversas para
obtener los elementos básicos que les permitan ofrecer una
orientación sexual a la comunidad y en consecuencia a
brindar respuestas aisladas de solución a los efectos de
esta problemática psicosocial a través de cursos,
seminarios, talleres, consulta psicológica,
etc.
En lo personal he sido testigo del "milagro" que provoca
la educación en sexualidad humana, a través de los
cursos y talleres de educación en sexualidad que he
impartido durante vario años, he constatado como los
participantes de los mismos (por lo regular jóvenes
universitarios) han desarrollado grandes cambios en su
comportamiento derivados de los cambios producidos en sus valores
y actitudes al participar en sesiones estructuradas de
aprendizaje basadas en el método de aprendizaje
vivencial.
Inician los cursos de educación en sexualidad con
una actitud que revela temores, confusión e inseguridad,
pero cuando los cursos terminan, salen con una actitud más
relajada, con un mayor autoconocimiento de sí mismos que
les brinda mayor seguridad interna, mayor autocontrol, con acceso
a información científica y sobre todo con una
actitud de respeto a las demás personas, sin importar su
condición económica, nivel educativo u
orientación sexual.
En base a mi experiencia puedo decir entonces que para
generar cambios en el comportamiento que es la finalidad de todo
aprendizaje, se requiere el método de trabajo en grupos,
utilizando la dinámica de grupos. No es suficiente con
impartir conferencias y proporcionar material con brindar
información escrita, es necesario crear las condiciones
para que se genere un aprendizaje vivencial y esto solo lo puede
proporcionar la metodología derivada de la dinámica
de grupos.
La
formación de cuadros de educadores sexuales: respuesta
integral
En virtud de que el ejercicio de la sexualidad humana se
proyecta como un claro problema social que afecta a todo
individuo sin excepción, es indispensable la
implementación de una estrategia que asegure un campo de
acción amplio. Hasta el momento la investigación,
educación y la terapia de la sexualidad se ha desarrollado
incipientemente con esfuerzos aislados de profesionales de la
Psicología, Medicina, Psiquiatría y
Pedagogía, los cuales se han avocado a trabajar con
esfuerzos aislados cubriendo un mínimo porcentaje de la
población a través de eventos educativos de corta
duración tales como talleres, cursos, seminarios, etc, y/o
con consultas individuales y de carácter
privado.
Las instituciones gubernamentales de los tres niveles
relacionadas con la salud y educación deben incorporar
profesionales y programas de educación en sexualidad
humana.
Dentro de estos profesionales destaca el
Psicólogo como científico social, pues tiene el
potencial para desarrollar una intervención más
amplia que tenga una cobertura social mayor que la que en forma
individual puede desarrollar en el campo de la sexualidad. Como
profesional del comportamiento humano se diferencia de otros
científicos sociales en la medida que puede desarrollar
diferentes niveles de intervención psicosocial, mismos que
a continuación se mencionan.
a) El análisis del individuo. Con el uso de las
herramientas de las teorías de la personalidad, del
aprendizaje, de la percepción y de la motivación
para entender las diferencias individuales y las causas del
comportamiento de los individuos.
b) El análisis del grupo. Con el apoyo de la
teoría de grupos para entender la dinámica que
impulsa el comportamiento de los grupos sociales, tanto formales
como informales y poder impulsar cambios planeados en el
funcionamiento de los mismos aprovechando la interinfluencia
existente en los grupos sociales. Pero sobre todo utilizando
técnicas grupales de integración,
sensibilización y enseñanza-aprendizaje.
c) El análisis de la organización. Con el
uso de la teoría de la organización se puede
describir no sólo las causas y tendencias del
comportamiento humano en el trabajo, sino también
comprender la influencia de la estructura organizacional en la
dinámica interna y externa de cada organización.
Considerando que la sociedad moderna basa su funcionamiento en la
existencia de un sinnúmero de organizaciones formales se
puede realizar intervenciones en las mismas promoviendo programas
de educación en sexualidad humana.
d) El análisis de la institución. Puede
abordar el análisis de las instituciones bajo una
perspectiva crítica que permita evaluar su funcionamiento
en términos tales que ubique su capacidad de
morfogénesis en la tendencia vigorizante de la
dinámica social que caracteriza los tiempos actuales como
tiempos de cambios sociales profundos. Las instituciones tales
como la familia, la escuela, la Iglesia, los partidos
políticos, los hospitales, las instituciones
psiquiátricas, etc. Son susceptibles de recibir
intervenciones psicológicas con fines de educación
en sexualidad humana.
e) El análisis de la sociedad. Desde la
perspectiva de la Psicología Social, se puede
contextualizar el tema de la sexualidad, como una actividad
humana regida por los continuos cambios en la atmósfera
sociocultural de la humanidad que le inyectan un dinamismo
inusitado, caracterizado por cambios sociales que se presentan en
forma discontinua e impredecible.
Con todo lo anterior, el Psicólogo social se
proyecta como un profesional completo que no debe limitarse a
atender aspectos aislados de la sexualidad humana, sino que debe
ir más allá y atacar las causas que originan la
problemática psicosexual que afecta a la población
social y que se refleja en diversas
estadísticas.
Es decir, el Psicólogo debe planear e implementar
una estrategia acorde a los tiempos actuales considerando que
ante la dinámica social actual caracterizada por cambios
discontinuos e impredecibles que plantean retos nuevos y generan
incertidumbre ante el porvenir y en el proceso de toma de
decisiones, la clave del éxito en los tiempos actuales
está en el éxito en los tiempos actuales es el
desarrollo de la capacidad para ajustarnos a las condiciones
cambiantes, experimentando y desarrollando nuevos
comportamientos.
Los retos sociales exigen hoy en día respuestas
inter y multidisciplinarias, en el desarrollo de estas respuestas
en el campo de la sexualidad, el Psicólogo es uno de los
profesionales que más elementos pueden aportar en la
integración de equipos de trabajo multidisciplinarios que
actúen coordinadamente para atender las verdaderas causas
sociales que originan los delitos sexuales, los casos de abortos
inducidos, el embarazo en las adolescentes, los casos de sida,
etc. y sobre todo atender en mejor medida los efectos
psicosociales de cada uno de estos problemas
mencionados.
El reto es grande ya que el común denominador de
los problemas mencionados es la necesidad de brindar
educación en sexualidad humana a todos los individuos,
grupos, organizaciones y comunidades sin excepción, y en
este proceso el Psicólogo tiene mucho que aportar, todo
depende de que se formalice la demanda de recibir
educación en sexualidad humana y que se concretice la
respuesta a la misma en forma organizada y pertinente.
Finalmente quiero decir que la lucha por la
construcción de un mundo donde prevalezca la democracia,
la igualdad y la justicia social requiere necesariamente de la
implementación de programas de educación en
sexualidad humana que modifiquen los roles sexuales
estereotipados que todavía prevalecen en pleno siglo XXI y
que fomenten una cultura de respeto entre el hombre y la mujer
así como a a las expresiones diferentes que nos presenta
la diversidad sexual que existe hoy en nuestros
días.
Referencias
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La Cosificación Sexual: Representación de la Mujer en los Medios
La revolución sexual La nueva
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Los feminicidios de Ciudad Juárez
Territorio, soberanía y crímenes de
segundo estado. de Rita Laura Segato
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Seguirán en aumento embarazos adolescentes en
México: Conapo
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El polémico vídeo pro aborto con alto
contenido sexual que Youtube censuró
http://www.larepublica.es/2014/01/el-polemico-video-pro-aborto-con-alto-contenido-sexual-que-youtube-censuro/
INFORME THE NEW YORK TIMES IGUALES Y ASEXUADOS
CONFLICTOS DE LA PAREJA MODERNA
http://ssociologos.com/2014/03/05/iguales-y-asexuados-conflictos-de-la-pareja-moderna/
LA VIOLENCIA MACHISTA SOBREVIVE EN LOS JÓVENES
¿POR QUÉ?
http://ssociologos.com/2013/07/31/la-violencia-machista-sobrevive-en-los-jovenes/
Mujer y cuerpo bajo control
http://www.revistaenie.clarin.com/ideas/Rita-Segato-Mujer-cuerpo-control_0_1081091894.html
¿Y si me permites caminar tranquila?
http://anred.org/spip.php?article7028
Oscar Yescas Domínguez
http://www.monografias.com/trabajos101/educacion-sexualidad-humana-como-contribucion-al-cambio-social/educacion-sexualidad-humana-como-contribucion-al-cambio-social
Oscar Yescas Domínguez
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http://www.papelesdesociedad.info/?Historia_de_la_sexualidad_I_II_III
Erikson Homburger, Erik.
Sociedad y adolescencia
Siglo XXI Editores, S.A.
México, D.F.
Marcuse, Herbert
Eros y civilización
Alianza Editorial
Madrid, España.
Reich, Wilhelm
Estudios avanzados sobre la masturbación y otros
estudios de sexualidad infantil.
Ed. Paidós. Bs. As. Argentina
Reich, Wilhelm
La lucha sexual de los jóvenes
Editorial Roca, S.A.
Michael Schneider
Neurosis y lucha de clases
Siglo XXI editores
Adam Schaff
La alienación como fenómeno
social
Autor:
Oscar Yescas Domínguez
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