Por otro lado, al revisar la producción
académica, se observa que es realmente bajo el porcentaje
de docentes que publica sus trabajos. La mayoría de los
académicos se limita a cumplir con sus funciones de
docencia y ocasionalmente de investigación.
En el caso de aquellos académicos que publican
sus trabajos, se observa que la temática elegida, presenta
una notable ausencia de crítica social, lo cual refleja un
alto grado de sumisión y domesticación, tanto de
los que no publican, como de aquellos que lo hacen. La
servidumbre voluntaria de los académicos se manifiesta
porque el conocimiento científico que producen no es
utilizado con la finalidad de realizar algún cambio en la
sociedad, sino más bien de lucimiento personal.
En ese sentido, debemos ubicar la ausencia de la
crítica social por parte de los académicos, como
una más de las manifestaciones de la crisis general y
profunda que se observa en la sociedad y que afecta todos los
ámbitos de la vida cotidiana, en la que la
educación no escapa a sus efectos.
Precisamente por esta ausencia de crítica social
en el ámbito académico, que refleja la existencia
de un conformismo generalizado, aquellos que nos consideramos la
parte pensante de la sociedad, los que nos llamamos a nosotros
mismos intelectuales, los que nos dedicamos a crear el
conocimiento científico y enseñarlo en las
universidades, tenemos un compromiso social ineludible y una
tarea muy importante por delante: cambiar el papel de
sumisión y dominación que juega la educación
hoy en día, para lograr que se convierta en un proceso de
liberación individual y social.
La tarea de los profesores universitarios debe dirigirse
a la formación de cuadros de profesionistas que luchen por
un mundo mejor, por cambiar la realidad denunciando y revelando
las formas de autoritarismo y sumisión social, de tal
forma que se logre disminuir la desigualdad social, se fortalezca
la democracia y se institucionalice la justicia
social.
Esta tarea debe incluir la defensa de la democracia como
forma de vida y de gobierno, para que podamos construir una
sociedad donde realmente prevalezca la democracia.
Por ello estamos obligados a reconocer la función
ideológica que conlleva el trabajo docente, reconocer la
actuación del académico dentro de un marco social
caracterizado por la explotación humana dentro de una
economía capitalista, que produce un enorme sufrimiento a
sectores cada vez más amplios de la sociedad.
Una sociedad desigual donde la mayoría de la
población vive en condiciones de pobreza, por lo que
estudiar en las universidades constituye un verdadero lujo y un
privilegio que sólo un reducido sector de la
población puede disfrutar. Lamentablemente muchos de los
que tienen esta oportunidad no la valoran en toda su plenitud ya
que existen maestros que simulan enseñar y alumnos que
simulan aprender.
http://www.monografias.com/trabajos97/reflexiones-educacion-y-juventud-actual/reflexiones-educacion-y-juventud-actual
Lo anterior nos conduce a la inevitable
percepción del trabajo docente como un trabajo
político, en el cual la pedagogía a utilizar debe
ser una pedagogía crítica y liberadora. Este es el
contexto en el cual el trabajo de los intelectuales y
científicos sociales llega un momento en el que se
enfrenta a una disyuntiva:
Actuar como funcionario del consenso, promoviendo un
consenso de aceptación hacia el status quo, o actuar como
verdadero agente de cambio social, utilizando el conocimiento
científico para promover la crítica social y
transformar la realidad.
http://www.agrupaciondco.com.ar/biblioteca/Basaglia-Franco-Basaglia-Franca-et-al-Los-crimenes-de-la-paz-1975.pdf
Las universidades son el espacio físico donde
coinciden académicos, intelectuales, artistas que generan
un conocimiento científico y una acción social que
debe ser utilizada para transformar la realidad social. Las
universidades son los lugares donde se da la pluralidad de
enfoques y pensamientos científicos.
El problema que enfrentamos los docentes universitarios
es que las universidades han perdido su autonomía y se han
burocratizado en el sentido de que las autoridades que la
administran han olvidado la función social que les dio
vida y sólo la perciben como una empresa más en la
cual una buena parte del presupuesto se destina a pagar los
sueldos de quienes la administran, autoasignándose sueldos
muy superiores a los que perciben los académicos de mayor
nivel.
La tendencia hacia el totalitarismo que padecemos a
nivel internacional, ha llevado a que se presente una tendencia
generalizada que pretende eliminar la democracia en todos los
ámbitos sociales y las universidades no son la
excepción. En algunas universidades persisten rezagos de
democracia a través de la cual los integrantes de la
comunidad universitaria eligen a sus autoridades
universitarias.
Lamentablemente las universidades que todavía
tienen este tipo de prácticas son cada vez menos, porque
el Estado mexicano tiende a violar la autonomía
universitaria para cambiar las leyes que las rigen e imponer como
rectores a monigotes que funcionan como sus lacayos defendiendo
los intereses del poder y olvidando su condición de
universitarios.
Como ejemplo de lo anterior, podemos citar el caso de la
Universidad de Sonora en México, que anteriormente se
regía por una ley universitaria (Ley 103) que contemplaba
la elección del Rector con el voto directo, secreto y
universal de estudiantes, maestros y trabajadores manuales y
administrativos. Dicha ley fue cambiada en 1992 con la
aprobación en el Congreso del Estado de la Ley cuatro que
creó una estructura burocrática gigante y el
surgimiento de una Junta universitaria conformada en su
mayoría por gente ajena a la Universidad que desde 1993,
elige a la persona que ocupa el puesto de Rector, marginando de
este proceso de toma decisiones a la comunidad
universitaria.
Esto ha provocado un divorcio entre el discurso y la
acción, ya que mientras los profesores universitarios
hablamos en nuestras clases de democracia, justicia y libertad
social, las autoridades universitarias nos marginan de la
participación en las decisiones relevantes que afectan las
funciones sustantivas de toda universidad; docencia,
investigación y extensión.
Los trabajadores académicos tenemos que
contribuir al cambio social, empezando por transformar a nuestras
universidades, de tal forma que logremos convertirlas en un
espejo donde la población vea a la comunidad universitaria
coexistiendo en un marco de democracia y justicia
social.
Esto sólo lo lograremos en la medida que
cambiemos nuestras actitudes, pensamientos y acción en un
sentido de superar el individualismo, la apatía e
indiferencia social que han determinado nuestro comportamiento
social y académico, para estimular el desarrollo de nuevos
comportamientos que incluyan un mayor compromiso social.
http://www.monografias.com/trabajos99/revolucion-consciencias-parte-final/revolucion-consciencias-parte-final
En este proceso de cambio social, los sindicatos
universitarios juegan un papel de gran importancia, en la medida
que son las organizaciones que han mantenido una independencia
del poder en turno y se han mantenido firmes en la defensa de los
intereses y derechos de los trabajadores y académicos
universitarios.
La actuación de los sindicatos universitarios
debe rebasar las luchas economicistas y arribar al nivel
político en el análisis de la situación que
los rodea, pero lamentablemente nos encontramos que la
apatía, el conformismo, y la sumisión social que se
menciona líneas atrás, también afecta a los
universitarios, ya que se observa cierta apatía,
individualismo, conformidad y escasa participación en las
actividades sindicales. Para contrarrestar esto, es necesario que
los dirigentes sindicales implementen estrategias de
educación sindical que incentiven la participación
y al mismo tiempo, sancionen la falta de la misma.
Es común que en los sindicatos, un sector
reducido de sus integrantes tengan una militancia sindical
permanente y logren la conquista de ciertos derechos y
prestaciones que disfrutan todos los sindicalizados, sin importar
si lucharon por ellos o no.
En estos tiempos de crisis, es necesario estimular la
participación sindical y también es importante
sancionar a quienes no participen en las actividades definidas
por los órganos de gobierno, sobre todo en momentos clave
como las revisiones salariales o contractuales.
Vivimos en un momento histórico en el cual somos
testigos de la desaparición de la democracia y de la
libertad, a nombre de encontrar una seguridad hemos dejado de ser
sujetos y se nos ha convertido en objetos sin voluntad propia,
sin albedrío personal, mientras vivimos en el marco de una
mentira social: la falsa ilusión de libertad que nos
proporciona la sociedad de consumo y la
globalización.
Estamos en forma permanente bajo la mira de un estado
vigilante que busca identificar a todos aquellos que se oponen a
las políticas socioeconómicas que mutilan derechos
laborales y sociales, que eliminan programas de asistencia
social, para convertirlos en criminales que atentan contra la paz
social y como amenazas para la seguridad.
Ya para concluir, podemos decir que vivimos en una
sociedad que nos genera una permanente insatisfacción al
propiciar una anomia social y privilegiar el dinero como valor
máximo a través del cual podemos obtener todo tipo
de productos. cuyo consumo nos promete crear nuestra
felicidad.
Pero como vivimos en una sociedad en la que existe una
gran desigualdad social, no toda la población que formamos
la sociedad constituimos el mercado meta para todos los productos
que nos ofrece el mercado. A propósito de este
último, precisaré una definición del mismo
en los términos siguientes:
Mercado es el conjunto de individuos, grupos y
organizaciones que compartimos necesidades, deseos y
expectativas, mismas que desean satisfacer y cuentan con la
capacidad económica para demandar o consumir el
producto que satisfacerá esos deseos, necesidades o
expectativas.
La libertad, la democracia y la justicia se han
desvirtuado al grado de presentar una tendencia a
desaparecer.
Libres no somos porque nuestra conducta
individual, grupal y social es controlada con cadenas
psicológicas, económicas y legales a través
del proceso de socialización al que somos sujetos y de la
intervención de las instituciones baluarte del sistema
social. Vivimos en los hechos en un sistema totalitario que se
caracteriza por el hecho de que el liderazgo ejercido por los
funcionarios gubernamentales de los tres niveles (Federal,
estatal y municipal) se caracterice por utilizar el estilo
autocrático en su desempeño.
Democracia no tenemos porque no se escucha la voz
de las mayorías, no se respeta la voluntad popular cuando
se expresa en de manera formal o informal. (Sólo se
observa en determinados ámbitos de convivencia social, y
con mucho orgullo puedo mencionar el ejemplo del Sindicato de
Trabajadores Académicos de la Universidad de Sonora que
tenemos una democracia sindical que deberíamos revalorar
toda su plenitud en el contexto del contenido de este
artículo.
Justicia no existe porque está a la venta
del mejor postor, las últimas elecciones presidenciales
(2,006, 2,012) demostraron claramente que tipo de intereses
defiende los representantes de la impartición de justicia
en México.
Precisamente por lo anterior, la libertad, democracia y
justicia social, son banderas de lucha enarboladas por diversos
movimientos sociales en México y en todo el mundo, por
multitudes que presentan resistencia ante los embates del
capitalismo salvaje que nos tocó vivir.
El totalitarismo que vivimos en nuestra sociedad
existe y ha crecido gracias a la existencia de una
sumisión, al conformismo social, a la pasividad e
indiferencia que presentan amplias capas de la
población
La educación debe jugar un papel importante en
este proceso de transformación social, los educadores
debemos asumir el compromiso político que tenemos como
docentes, utilizando una pedagogía critica que nos permita
hacer ligar la educación con una lucha política
anticapitalista. Vivimos tiempos en los que se intenta crear un
pensamiento único, por ello la educación no puede
estar desligada de la explicación del funcionamiento de la
totalidad del sistema capitalista. Los profesores debemos asumir
un rol de luchadores sociales en el contexto de una sociedad
desigual, donde el trabajo docente requiere de la
descripción del sistema de explotación en la
economía capitalista.
Las universidades son los reductos de la democracia
actualmente, es el lugar donde se crea el conocimiento
científico que debe ser utilizado para describir la
acumulación del capital y su dominio sobre la vida
social.
Retomando la afirmación que hice al inicio de
este escrito, los cambios sociales que enfrentamos nos obligan a
desarrollar nuevos comportamientos con los cuales podamos
enfrentar los nuevos retos de la situación
actual.
La lucha por un mundo mejor donde exista la democracia,
la justicia y la igualdad social implica salir de la comodidad de
nuestra esfera personal y comprometernos con acciones que
requieren esfuerzo y tiempo. Requiere de una revolución de
nuestras consciencias que genere cambios en nuestras actitudes y
comportamientos individuales.
/trabajos99/revolucion-consciencias/revolucion-consciencias
El sueño que compartimos millones de personas de
vivir en una sociedad justa, democrática es posible
todavía, No permitamos que exista solo durante las noches
en nuestra actividad onírica individual, o en nuestros
sueños diurnos cuando anhelamos vivir en un mundo
mejor.
Recordemos que existe un proceso mediante el cual el
desempeño individual y colectivo de los roles sociales que
tenemos asignados nos permite realizar una construcción
social de la realidad, es decir, nuestra participación en
los diferentes grupos y organizaciones a los que pertenecemos, es
la que da vida a esta sociedad. O sea que, podemos cambiar
nuestra realidad si lo deseamos y actuamos en forma congruente y
sobre todo unida.
El primer paso es reconocer nuestra importancia como
individuos y como parte de una colectividad. en ese sentido es
reconocer que quienes se encuentran en el poder son sólo
una minoría, que si bien tienen el poder político,
económico que defienden utilizando todos sus recursos,
inclusive los aparatos represivos de Estado, los que padecemos
los efectos de las políticas económicas somos una
inmensa mayoría, que integramos la sociedad a la que
pertenecemos.
La sociedad funciona gracias a la existencia de un
sinnúmero de organizaciones y las organizaciones somos las
personas que las integramos, no son los edificios o los activos
fijos.
Tenemos un poder social que en este momento
desconocemos, pero en la medida de que tomemos conciencia de que
juntos, unidos podemos hacer mucho más de lo que hacemos
individualmente. El individualismo que se nos ha inculcado desde
nuestra más tierna infancia es el principal freno para el
desarrollo de nuestro potencial humano, trae consigo la
división social, la desintegración grupal, que
favorece al sistema en el poder ya que parte de la premisa
"divide y vencerás".
Debemos retomar entonces aquellos planteamientos que nos
puedan ayudar a la integración social. Uno de esos
planteamientos nos la proporciona la Psicología de grupos,
que señala las condiciones que deben existir en un grupo
para que funcione de manera efectiva como tal y aplicar
éstas a nuestra vida social.
Es decir, debemos empezar por clarificar cuales son
las principales motivaciones que determinan nuestra conducta
individual, para determinar si en verdad estamos
satisfaciendo necesidades reales o estamos siendo manipulados en
nuestros comportamiento como consumidores.
En ese mismo proceso, necesitamos desarrollar un
sentimiento de pertenencia en los diferentes grupos a los
que pertenecemos, para desarrollar un cambio cualitativo de
identidad psicológica, que nos permita dejar atrás
la identidad individual y construir una identidad grupal. Esto
podremos lograrlo si de manera progresiva dejamos el uso del
lenguaje del "yo", para utilizar con más frecuencia el
"nosotros".
De igual forma debemos propiciar y clarificar la
integración de las expectativas individuales con los
objetivos generales que se persiguen en los grupos y
organizaciones a los que pertenecemos. Pero esto sólo lo
lograremos si construimos vínculos de colaboración
en nuestros ámbitos de convivencia social y evitamos el
vínculo de dependencia.
Otro de los requisitos para que un grupo funcione
eficazmente es que se concrete la participación de cada
uno de sus miembros en las actividades grupales. En nuestro
caso, la ausencia de participación es lo que ha permitido
la consolidación del autoritarismo y control social que
padecemos. En consecuencia, debemos incrementar nuestra
participación en los distintos grupos formales e
informales a los que pertenecemos, pero también
incrementar nuestra participación en las organizaciones de
las cuales formamos parte. Si somos miembros de un sindicato,
debemos integrarnos a su funcionamiento para garantizar el logro
de las metas que se plantee el mismo y demostrar nuestro
compromiso con el mismo.
La imaginación al poder era la consigna que
movilizó a millones de jóvenes del mundo entero en
mi generación. Esta imaginación por un mundo mejor
no la he perdido, la he mantenido en forma latente viva (nunca
oculta), toda mi vida y la seguiré conservando hasta el
último aliento de mi vida. Podrán controlarnos de
muchas formas en esta sociedad, pero nunca podrán robarnos
la esperanza y la imaginación por un mundo mejor. Estoy
convencido que no soy el único soñador o el
único que se imagina un mundo mejor que
éste.
Por ello es que creo firmemente que el totalitarismo,
sumisión social, conformismo generalizado, apatía,
el individualismo, etc., sólo será superado si
partimos de una revolución de las consciencias que nos
permita cambiar el mundo interior y exterior.
El cambio social no puede esperar más, por ello
les invito a que nos unamos en la construcción de un mundo
mejor y retomemos el planteamiento de Herman Hesse (para
construir un mundo nuevo, tienes que destruir el que ya existe).
. En este caso prefiero utilizar la palabra cambiar en lugar de
destruir. Cada quien desde su trinchera puede contribuir al
cambio social, solo se requiere un cambio de actitud ¿Te
atreves a sumarte a esta jornada de lucha por un cambio
social?
Referencias
Discurso: La servidumbre voluntaria
Etienne de La Boetie
http://www.fundanin.org/boetie.htm
La desobediencia como necesidad
Iñaki Gil de San Vicente
http://lahaine.org/b2-img08/inaki_desob.pdf
COMPILACIÓN DE TEXTOS DE
DESOBEDIENCIA CIVIL
http://bibliotecasolidaria.blogspot.mx/2013/01/compilacion-de-textos-de-desobediencia.html
http://www.petermclaren.org/html/texts.html
Entrevista a Peter McLaren: Práctica
revolucionaria desde las entrañas de la bestia
http://marting.stormpages.com/entrevismc.htm
La educación como cuestión de clase: Peter
McLaren
http://iberoamericasocial.com/la-educacion-como-una-cuestion-de-clase-entrevista-peter-mclaren/
Viviendo en un estado de vigilancia: una respuesta a la
desesperación
Peter McLaren
Viviendo en un estado de vigilancia: Una respuesta a la desesperación
La evaluación constante: ¿pueden existir
las servidumbres voluntarias?
Paula Vilella
http://www.blogelp.com/index.php/cat33
Autor:
Oscar Yescas
Domínguez
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