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Educación vs. Control Social



Partes: 1, 2

  1. ¿Qué
    es lo que sucede con este amplio sector de la
    población mexicana que actúa con entera
    "normalidad" adaptándose sin protestar a esta
    situación de crisis social?
  2. ¿Hasta
    qué punto vivimos realmente en una democracia y
    qué tanto padecemos de totalitarismo en nuestra
    sociedad contemporánea?
  3. ¿Qué
    alternativas tenemos para superar la hegemonía de este
    control social, que abarca la vida pública y la vida
    social?
  4. Referencias

Los tres componentes del título que encabeza este
artículo, dan cada uno por su lado, suficiente material
como para realizar una amplia disertación sobre cada uno
de ellos. Por ese mismo motivo, es una tarea difícil
escribir un artículo de corta extensión con estos
contenidos. El motivo de enlazarlos y presentarlos juntos como el
título de este artículo, obedece a la
intención de abordar el análisis de la realidad
social como un todo, integrado por distintos elementos o
dimensiones de estudio, pero en el cual se pondrá especial
atención a los temas mencionados en el título de
este artículo.

El sociólogo Manuel Castells señala en su
libro El oficio de sociólogo que todo investigador social
en su práctica profesional debe mantener una alerta
epistemológica, que le permita abordar en forma pertinente
y objetiva el estudio de la realidad social. Un primer nivel de
alerta, nos dice el referido autor, es estar pendientes del
surgimiento de problemas sociales en su entorno de tal forma que
pueda identificarlos y valorarlos como tales. Un segundo nivel
nos dice es el cuidado en la elección de la
metodología y técnicas de estudio a utilizar en
esta tarea.

Por otro lado, el psicólogo venezolano Alberto
Merani, nos plantea en su libro Psicología genética
que la misión del científico social es investigar y
descubrir las causas reales que originan los grandes problemas
sociales y decir la verdad acerca de los mismos, cueste lo que
cueste. Un verdadero ejemplo de compromiso social lo observamos
en la figura de Ignacio MartínBaró,
psicólogo social y sacerdote jesuita español que
fue asesinado por la junta militar salvadoreña en la
década de los ochentas que dió su vida por su labor
de organización con las masas oprimidas
salvadoreñas.

Partiendo de mi identidad como científico social
y retomando la sugerencia de Castells y Merani, utilizando como
marco conceptual una perspectiva psicosocial, describiré a
continuación lo que a mi parecer es el escenario de la
situación actual que se vive en México y el entorno
internacional.

Monografias.com

Iniciaré con una afirmación que
podrá parecer exagerada pero en realidad no lo es: en los
últimos 50 años se han producido más cambios
que en los últimos 200 años. Los cambios
están a la orden del día, se presentan en forma
discontinua e impredecible y generan un ambiente de incertidumbre
social ya que no sabemos lo que va a pasar mañana. En
forma simultánea se nos presentan cambios
tecnológicos, políticos, económicos, cambios
culturales, etc. Lo único que no cambia es la premisa de
que todo está cambiando.

Los cambios sociales nos presentan nuevos retos que no
podemos enfrentar con respuestas que en el pasado nos dieron
resultado, ya que nos encontramos con situaciones totalmente
inéditas.

En este contexto, en mi labor como docente, insisto ante
mis alumnos universitarios que la clave del éxito en estos
tiempos de cambios sociales se encuentra en el desarrollo de
nuestra capacidad para generar nuevos comportamientos con los
cuales podamos enfrentar los nuevos retos que se nos
presentan.

Los cierto es que los cambios sociales no sólo
cambiaron las reglas del juego, sino que cambiaron el juego
completo. Cuando cayó el muro de Berlín en 1989,
cambió en ese momento el escenario que prevaleció
durante décadas del conflicto Este-Oeste, entre Estados
Unidos y Rusia, es decir, la famosa guerra
fría.

Cayó el muro de Berlín y después de
él se produjo un resquebrajamiento, división y
desintegración de la Unión de Repúblicas
socialistas soviéticas (URSS), con lo cual se
cambió la correlación de fuerzas de tal forma que
la desaparición de la guerra fría favoreció
a Estados Unidos y presentó la imagen de un aparente
triunfo del capitalismo sobre el socialismo (aclarar este punto
queda pendiente por motivos de espacio).

El fenómeno de la globalización
surgió como resultado de estos cambios políticos y
económicos que contribuyeron a modificar la
geopolítica internacional. Una de las
características de la globalización es la
desaparición de las fronteras para dar lugar al libre
tránsito de las mercancías, surgiendo con ello una
competencia desleal y desigual entre las grandes transnacionales
y las empresas nacionales o locales, por conquistar o mantener
las preferencias de los consumidores. Terminó entonces la
guerra fría en los noventas, pero en su lugar
surgió otro tipo de guerra, la guerra comercial donde el
pez más grande se come al pez más chico.

En este caso, las gigantescas empresas transnacionales
vienen a conquistarnos como mercado, contando con mayores
recursos económicos, más tecnología y
personal más capacitado. Todo lo contrario de las empresas
mexicanas o latinoamericanas que por lo regular son
pequeñas o medianas empresas y no tienen capital
suficiente y el personal no cuenta con una adecuada
capacitación.

Lo anterior, nos permite configurar una situación
social en la que se pueden destacar las siguientes
características que la conforman:

Una primer característica de la
globalización es que se observa una enorme
corrupción
en la que participan gobernantes,
funcionarios gubernamentales, políticos, empresarios y
propietarios de medios masivos que han actuado en forma conjunta,
al puro estilo de una delincuencia organizada, para validar
elecciones fraudulentas, para reformar la constitución de
México con diversas iniciativas legales que Diputados y
Senadores aprueban encerrados en el Congreso convertido en Bunker
para impedir la entrada de miles de mexicanos que se
oponían a su aprobación. Los Diputados y Senadores
de un plumazo desconocen los derechos y prestaciones consagrados
en la constitución, afectando los derechos de los
trabajadores y favoreciendo "al mercado", a "la competencia", es
decir a los intereses comerciales y económicos de las
grandes transnacionales y el capital privado nacional.

Una segunda característica que se observa en la
sociedad contemporánea es el fomento de un culto al
mercado
que se le considera como el Dios supremo ya que todo
gira en función de las leyes del mercado. Los gobiernos de
diferentes países adoptan e implementan políticas
económicas que hablan de "desarrollo económico",
"estimular la inversión privada", "elevar la
competitividad social", pero al mismo tiempo eliminan cantidades
grandes de presupuesto para programas sociales y con las reformas
estructurales que promueven eliminan prestaciones y derechos de
la clase trabajadora que surgieron como resultado de diversas
luchas populares.

Una tercera característica del momento actual es
el desarrollo de una ideología caracterizada por un
alto grado de individualismo
misma que se reproduce en
amplios sectores de la población, que menosprecia valores
como la generosidad y la solidaridad, pero sobrevalora el
egoísmo y estimula la búsqueda del placer
individual bajo una perspectiva hedonista. La idea central en
este punto es que se nos adoctrina para desarrollar el
pensamiento de que el éxito debe ser individual y para
lograrlo es necesario pasar por encima de otras
personas.

Con este tipo de pensamientos, el vínculo que se
establece en forma natural en las relaciones interpersonales es
el de la competencia que impide la integración en los
diferentes grupos sociales y se deja de lado la
construcción de un vínculo de colaboración
en los mismos.

Otra cuarta característica de la sociedad actual,
es una enfermiza estimulación al consumo
presentando la idea distorsionada de que el consumo es el
equivalente a calidad de vida. Se nos enseña que lo que
nos define son las posesiones que tenemos, que mientras
más objetos, productos o propiedades tengamos mejor
aceptación social obtendremos. La premisa en la que se
basa dice "mientras más posesiones tengas, más
feliz serás" y es estimulada por la publicidad y los
medios masivos de difusión.
http://www.monografias.com/trabajos97/psicologia-consumo-y-alienacion/psicologia-consumo-y-alienacion

Como quinta característica del entorno social,
podemos mencionar una crisis de valores o anomia social en
nuestra sociedad ya que nos encontramos en un marco social en el
cual se nos vende la idea de que todo tiene un precio ya sea
productos, lugares, personas, sentimientos, ideas. La sociedad de
consumo en la lógica del mercado mercantiliza todo lo que
se encuentra alrededor. La idea principal que se introduce en
nuestras mentes es que el dinero es lo más importante en
la vida, con dinero se puede comprar la felicidad.

Una sexta característica de la realidad
circundante, en este caso destaca la presencia de una enorme
indiferencia y apatía social
que presenta un amplio
sector de la población que no expresa sus opiniones e
ideas, que prefiere hacer mutis y llevar a cabo su vida cotidiana
con una "normalidad" enfermiza. Pueden ser testigos de actos
escandalosos de corrupción o de la comisión de
delitos, pero son incapaces de expresar su opinión sobre
los mismos. Parece ser que la idea central en este punto es la
recomendación de navegar con un perfil bajo en la sociedad
y no sobresalir, sino solo adaptarse.

Una séptima característica de nuestra
realidad, es la pasividad, inmovilismo y ausencia de
participación social
de amplios sectores de la
población que solo se adaptan a las consecuencias
resultantes de la mutilación de sus derechos, al robo de
sus recursos, a la depauperación creciente y paulatina de
sus vidas cotidianas. La idea central en este punto es que una
buena parte de la población presenta una tendencia a
sólo limitarse a sobrevivir y adaptarse socialmente,
generando con ello una ausencia de participación social en
los distintos grupos a los que se pertenece.

Una octava característica de la situación
actual es que en México y el resto del mundo aumenta
cada vez más la desigualdad social
, se acentúa
cada vez más la brecha entre pobres y ricos, aumenta el
número de personas que viven en condiciones de pobreza,
mientras que un sector cada vez más reducido de la
población mundial concentra en su poder la riqueza
económica, de tal forma que el FMI y el Banco Mundial han
tenido que admitir el aumento de la desigualdad social en el
mundo. http://www.librered.net/?p=27097

En México dos terceras partes de la
población mexicana (es decir, cerca de 80 millones de
personas de una población de 113 millones) viven en
condiciones de pobreza. La pobreza en nuestro país ha
aumentado en los últimos años y se puede
pronosticar sin mucho margen de error que seguirá
incrementándose en el corto plazo, ya que las reformas
estructurales contribuyen a reducir la capacidad adquisitiva de
la población, condenándola a un futuro donde lo
único cierto es el aumento de la pobreza
social.

Una novena característica lo representa el hecho
de que nunca como antes, los medios masivos de difusión
tienen una gran influencia en las formas de sentir, pensar y
actuar de millones de personas
. A pesar de la pobreza, es
fácil encontrar en cada domicilio mexicano o
latinoamericano un televisor o más. El mismo representa
por lo regular la principal fuente de diversión,
entretenimiento o información. El hecho de que los medios
masivos de difusión sean de propiedad privada, propicia
que sean usados para beneficiar intereses personales, por lo
regular se benefician los intereses de quienes están en el
poder.
http://www.monografias.com/trabajos98/impacto-psicosocial-medios-masivos-difusion-y-redes-sociales/impacto-psicosocial-medios-masivos-difusion-y-redes-sociales

Los medios masivos maquillan cifras, ocultan hechos,
falsean eventos, crean imágenes, construyen e impulsan
candidaturas de personajes políticos y sobre todo tratan
de generar una aceptación social de la realidad
circundante, es decir, promueven la obediencia social.

Finalmente, una décima característica es
la existencia de una fuerte crisis económica,
política y social
en México que afecta a la
mayoría de los habitantes de este país. Vemos que
cada día se presentan constantes aumentos de precios a los
productos básicos, al mismo tiempos se realiza un
sistemático aumento mensual al precio de la gasolina que
contribuye al aumento de la carestía. Siguiendo los
lineamientos de organismo financieros internacionales como el FMI
y el Banco Mundial, se aplica la imposición de topes
salariales a las demandas de los trabajadores organizados en
sindicatos.

Se aplican políticas de desmantelamiento de
empresas paraestatales y de privatización de todo tipo de
servicios. Presenciamos de igual forma una crisis sin precedente
en la existencia de los partidos políticos que aumenta la
distancia entre sus líderes y sus seguidores. Algo
parecido sucede con los sindicatos charros cuyos líderes
contribuían a mantener el control social mediante la
sujeción y sometimiento de sus integrantes, lo cual ya no
resulta tan fácil, ya que se presenta la
movilización de amplios sectores de la población en
protesta por las reformas estructurales (SME, CNTE y otras
agrupaciones sociales).

Los medios masivos de difusión mantienen un
fuerte cerco informativo, filtrando y difundiendo sólo
información favorable a quienes están en el poder,
al mismo tiempo que las protestas y movilizaciones sociales son
ignoradas, distorsionadas y calumniadas.

En los hechos se aplica una política de
criminalización de la protesta social que estigmatiza a
todo aquel que protesta como delincuente, alborotador o
terrorista, lo cual nos hace recordar aquellos viejos discursos
en contra de los comunistas que se difundían durante la
guerra fría.

En el contexto de este amplio espectro de
características que presenta la situación actual,
lo realmente preocupante es que a pesar del aumento de la
desigualdad social, del incremento de la pobreza y de una
evidente corrupción que involucra a gobernantes,
políticos, empresarios, propietarios de medios masivos de
difusión, se observa que el grueso de la población
mexicana sigue su vida con toda normalidad, como si no estuviese
pasando gran cosa. Amplios sectores de la población
parecen ignorantes o indiferentes a lo que acontece en su
realidad social y siguen su vida cotidiana con toda normalidad
sin manifestar protesta alguna por los golpes sistemáticos
a sus condiciones de vida.

En forma ocasional ha habido participación masiva
en actos sociales, sobre todo antes y después de las
elecciones presidenciales del 2,012, que involucró a
amplios sectores de jóvenes. Pero después del aval
legal que las instituciones electorales y de justicia dieron a la
imposición de Enrique Peña Nieto como presidente,
bajó la participación social.
/trabajos93/revolucion-y-cambio-social-mexico/revolucion-y-cambio-social-mexico

Al parecer aquella predicción de que "las
protestas sociales por la imposición presidencial, de las
marchas no pasarán" resultó cierta. Después
de eso, sólo pequeños sectores de la sociedad se
han manifestado en contra de las reformas estructurales del
gobierno priísta. La inmensa mayoría de mexicanos
ha permanecido en silencio, actitud pasiva o indiferente a lo que
sucede en "la política", aceptando con estoicismo la
depauperización progresiva de sus condiciones de
vida.

¿Qué es lo que sucede con este
amplio sector de la población mexicana que actúa
con entera "normalidad" adaptándose sin protestar a esta
situación de crisis social?

En forma sistemática y a través de
diferentes medios se nos ha vendido la idea de que la
situación actual no puede cambiar, que los males que
enfrentamos (pobreza, desempleo, nuevos impuestos, altos precios,
delincuencia, violencia, corrupción, impunidad, etc.), son
parte de la "vida normal" de estos tiempos. Que lo mejor que se
puede hacer en este momento es insertarse lo mejor posible en el
sistema social y funcionar de una manera socialmente aceptable,
es decir, desempeñar sus roles sin cuestionar las
contradicciones sociales.
/trabajos99/revolucion-consciencias/revolucion-consciencias

Esta pasividad, apatía e indiferencia social,
individualismo, culto al mercado y crisis de valores que se
presenta en el marco de una enorme corrupción que
beneficia a quienes están dentro del sistema de poder, han
creado las condiciones para que surja un consentimiento social de
una dominación por parte de quienes tienen el poder, por
sobre aquellos que carecen del mismo.

Vemos una sumisión social que presenta una
aceptación a ser controlado por otros, mientras pensamos
que "somos libres" de tomar nuestras propias decisiones, ya que
eso es lo que nos dicen. Todo este panorama de sumisión
social y dominación económica y política,
nos hace recordar de una manera inevitable el discurso de la
servidumbre voluntaria que publicó el francés
Etienne de La Boetie en 1857.
http://www.noviolencia.org/publicaciones/contrauno.pdf

En pleno siglo XXI, bajo un falso discurso de libertad,
democracia y desarrollo social, se ha llegado al logro de un
control social de la población, que presenta
características de sumisión y dominio al dejarse
manipular por los medios masivos de difusión,
políticos en turno, gobernantes, etc.

Por tales motivos en este momento en un acto de
congruencia con mi rol como científico socialmente
comprometido, y académico que forma profesionistas d la
Psicología que actuarán como agentes de cambio
social, considero pertinente plantear la siguiente pregunta en
voz alta (es decir, en forma pública):

¿Hasta
qué punto vivimos realmente en una democracia y qué
tanto padecemos de totalitarismo en nuestra sociedad
contemporánea?

Creo que todos deberíamos responder a esta
pregunta, principalmente los científicos, los
intelectuales, es decir, la parte pensante de la sociedad. Como
académico, intelectual y universitario comprometido
socialmente, siento el deber y la necesidad de brindar las
primeras respuestas a esta interrogante:

Para lograr tal tarea, debo remitirme por
cuestión de método, a la definición de lo
que entendemos por sociedades totalitarias. A lo largo de la
existencia de la humanidad han existido sociedades a las que se
les denomina totalitarias. Es decir, aquellos sistemas
sociales que se caracterizan por ejercer un control rígido
de individuos, grupos, organizaciones y comunidades enteras.

Como ejemplos de tales sistemas sociales, pueden mencionarse la
Alemania de Hitler, la Rusia de Stalin y las dictaduras militares
que padecieron varios países latinoamericanos en las
décadas de los setentas y ochentas del siglo pasado
(Chile, Argentina, Brasil, Paraguay, Guatemala, etc.).

Todas estas experiencias totalitarias dejaron como
resultado miles de víctimas, heridos y secuelas
psicológicas realmente lamentables, representando todas
ellas verdaderos atrasos en el desarrollo de la
humanidad.

Aún cuando las sociedades totalitarias se
caracterizaron por ejercer un fuerte control social de sus
comunidades, los movimientos y cambios sociales realizados en
todo el mundo, permitieron ejercer la presión social
suficiente como para abolir este tipo de sociedades y aún
más, conquistar derechos y lograr la instauración
de la democracia.

Sin embargo, este sueño nos ha durado poco
tiempo, porque los derechos laborales y humanos conquistados
mediante grandes luchas sociales realizadas por los trabajadores
organizados y pueblo en general, están desapareciendo de
un plumazo en el marco de la globalización que impulsa la
privatización como estrategia principal para lograr la
modernidad (todo a nombre del mercado), dejando de lado el
desarrollo social.

En los hechos, podemos decir que la democracia
quedó reducida al ámbito electoral, ya que estamos
sufriendo el surgimiento de un nuevo estilo de liderazgo, basado
en el autoritarismo, ejercido por quienes se encuentran en el
poder (recordemos el famoso "ni los veo, ni los oigo de Carlos
Salinas).

Se nos dice que somos una democracia porque tenemos el
derecho de elegir a nuestros gobernantes a través del
voto, pero lo que estamos viendo es que los partidos
políticos y sus representantes Diputados y Senadores, los
gobernantes, las autoridades electorales, los empresarios, los
dueños de los principales medios masivos de
difusión y el capital extranjero se alían y
actúan como una verdadera delincuencia organizada para
robar la voluntad popular a través de la compra del voto
(tal como lo hizo Televisa y Soriana con Enrique Peña
Nieto), avalar prácticas electorales fraudulentas e
imponer los candidatos que favorecerán sus
intereses.

Una vez que tienen en el poder a su candidato, la
élite gobernante aliada con los partidos políticos
y los medios masivos de difusión dan la espalda a la
población, toman decisiones que contemplan la entrega de
los recursos de la nación al capital privado extranjero
nacional e internacional, eliminan derechos y prestaciones de la
población que estuvieron consagradas en la
Constitución y reprimen a quienes se atreven a protestar
utilizando todo el aparato represivo del Estado.

Es entonces que podemos observar que el mundo ha
cambiado de una forma tal que hoy se observa el surgimiento de
una nueva clase capitalista transnacional que está
integrada por altos mandos de instituciones financieras
internacionales, representantes de gobiernos, representantes de
partidos políticos y propietarios de medios masivos de
difusión.

http://iberoamericasocial.com/la-educacion-como-una-cuestion-de-clase-entrevista-peter-mclaren/

Todos ellos conforman una élite que
determina las políticas que afectan el desarrollo
económico y social de varios países. Estas
políticas ponen énfasis en la importancia del
desarrollo económico, pero dejan fuera la
implementación de políticas que promuevan el
desarrollo social y con ello han afectado las condiciones de vida
y los derechos de los trabajadores.
http://aristeguinoticias.com/2002/lomasdestacado/mexico-eu-y-canada-buscaran-posicionar-a-america-del-norte-como-potencia-economica/

Por eso mismo, no es gratuito que al mismo tiempo que
aumenta la desigualdad social, aumentan también la
implementación de sistemas de control social para mantener
y fortalecer la sumisión, obediencia y control social de
la población.

En este punto es cuando podemos observar el surgimiento
de una línea de totalitarismo, que intentar uniformar el
pensamiento colectivo en un sentido de generar una
aceptación-sumisión a las nuevas condiciones de
vida. Esto sucede en la cultura occidental, generalizada gracias
a la globalización y al desarrollo tecnológico, a
través de la cual se intenta lograr una
homogeneización, regulación y control social,
utilizando como Dios al mercado y manejando un discurso ambiguo y
engañoso. Este es el intento que tiene un gran grado de
avance de crear un nuevo tipo de hombre: el hombre consumidor.
http://www.academia.edu/994307/Sobre_la_desobediencia_y_otros_ensayos

En el caso actual de México y de otros
países, podemos decir que nos encontramos dentro de lo que
se ha dado en llamar las "sociedades disciplinarias"
propias de regímenes democráticos, en los cuales no
se logra el control social a partir de la fuerza militar o
policial, sino que el dominio absoluto en las esferas de la vida
social, privada y pública, se da a través del
funcionamiento cotidiano de las distintas instituciones que
conforman la base de la sociedad y el Estado, esto es, a
través de los Partidos políticos, escuelas,
hospitales, universidades, cárceles, fabricas, la familia
y sobre todo a través de los medios masivos de
difusión.

Recordemos que todos tenemos una personalidad
psicosocial
que consiste en una determinada forma de pensar,
sentir y actuar, que es el resultado de la interacción e
interinfluencia que hemos tenido con las diferentes figuras
significativas en los distintos grupos sociales a los que
pertenecemos o hemos pertenecido. En la construcción de
esta personalidad psicosocial participan las diferentes
instancias que intervienen en las diferentes etapas del
desarrollo psicológico.

Es decir, la familia, la escuela, la Iglesia, el
hospital, el ambiente laboral, los medios masivos de
difusión, etc. La principal función social de las
instituciones baluarte de nuestro sistema social es la
reproducción de las relaciones sociales de
producción, es decir, que cada quien desempeñe el
rol social que le fue asignado, o sea, mantener la
aceptación social del status quo, con lo cual se crean las
bases para el surgimiento y desarrollo de un conformismo y
apatía social generalizada, que creará a su vez una
sumisión al autoritarismo que hoy padecemos.

De la disciplina social obtenida en nuestra sociedad a
través de estas instancias formativas, se ha pasado a dar
lugar a las "sociedades de control" en las cuales la
élite gobernante se apropia de los mecanismos
democráticos para mantenerse en el poder a través
del acto de incidir en la percepción subjetiva de los
ciudadanos.

Para lograrlo, utiliza todos los recursos que tiene a su
alcance, desde las redes sociales hasta los medios masivos de
comunicación, que con los adelantos tecnológicos,
incluyen un impacto psicológico más profundo en la
psicología individual, a través de la rapidez de
mensajes instantáneos, la duración del tiempo de
exposición frente al aparato televisor, de la
extensión del impacto de la voz y la mirada que aparecen
en pantalla.

En este contexto, la sumisión se nos presenta
como una ilusión de libertad, pero es tan sólo una
libertad que se limita al acto de consumir cada vez más en
la sociedad de consumo. A través de la publicidad o por
diferentes medios, pero sobre todo a través de los medios
masivos de difusión se nos ofrece el paraíso, el
cielo y las estrellas con una diversidad enorme de productos que
prometen elevar la calidad de vida.

A través de los medios masivos la publicidad nos
crea necesidades que supuestamente lograremos satisfacer con un
nuevo producto. Sin embargo los productos tienen cada vez
períodos más cortos de vida.

Recordemos que estamos dentro de una sociedad
capitalista que utiliza la ciencia y la tecnología
aplicada para mejorar y aumentar la producción, lo que le
permite crear nuevos productos o mejorar otros en cantidades
masivas.

Esos productos se fabrican para venderse y cada vez
tienen un menor ciclo de vida, algunos de ellos ya tienden a ser
desechables, no importa que se contamine con basura el medio
ambiente. Todo esto para que el plazo entre la compra de un
producto y su posible reemplazo por uno nuevo, sea cada vez
menor, de tal forma que en un corto plazo ya deseamos cambiar
nuestro producto (por ejemplo un automóvil o un
teléfono celular) por un modelo más reciente que
tiene nuevas funciones.

Utilizando estrategias de la mercadotecnia, la
nueva clase en el poder identifica nuestros deseos, necesidades y
expectativas realizando estudios psicográficos. A
diferencia de los estudios demográficos que incluyen
categorías o variables tales como edad, Sexo, estado
civil, Ocupación, etc., los estudios psicográficos
identifican rasgos de nuestra personalidad, actitudes, valores
personales, hábitos de aprendizaje, etc. Con esa
información en las fábricas se diseña el
tipo de producto que en teoría "satisfacerá" las
necesidades detectadas en los estudios psicográficos. Este
tipo de estrategia se llama mercadotecnia que consiste en un
estudio científico del comportamiento humano como
consumidor, que permite optimizar las ventas de las empresas y
"satisfacer las necesidades del consumidor".

Todo esto llega a tocar al individuo
contemporáneo de una manera más profunda y con una
mayor influencia de lo que antes sucedía tan solo a fines
del siglo pasado, ya que la revolución tecnológica
permite diseñar y producir nuevos productos con los cuales
se logra afinar los mecanismos de control social.

En los tiempos actuales la globalización ha
favorecido la promoción del totalitarismo, ya que ella se
caracteriza por la ampliación del mercado capitalista en
su versión "salvaje", donde desapareció la guerra
fría para dar lugar a la guerra comercial en la cual el
pez más grande se come al pez más chico, ya que las
transnacionales que aprovechan las "bondades" de la
globalización (apertura de fronteras para el libre
tránsito de las mercancías, exención de
aranceles, etc.), se amparan en la "legalidad" del juego
democrático de nuestros gobiernos que legislan y gobiernan
a espaldas y en contra de quienes los llevaron al poder,
presentándose a sí mismos iniciativas de reformas
constitucionales que aprueban sin leerlas o estudiarlas siquiera,
ya no digamos someterlas a consulta popular.

Entonces observamos que el autoritarismo es el estilo de
gobernar predominante en esta época, los gobernantes y
representantes populares adoptan como hábito el no tomar
en cuenta a quienes dicen representar para tomar sus decisiones.
Los espacios donde se toman las decisiones relevantes a nivel
social, cada vez son más cerrados y excluyentes, por lo
que la democracia está falleciendo como ejercicio social y
forma de vida.

A diferencia de lo que proponen los teóricos de
la Psicología de las organizaciones de crear nuevas
organizaciones con una estructura menos piramidal y mas
horizontal que incluya la participación de los
trabajadores en la toma de decisiones relevantes en la
organización, lo que se observa es que en la vida real,
los directivos de las empresas tanto públicas como
privadas, utilizan estilos autocráticos de liderazgo en
sus gestiones administrativas y prácticas excluyentes. En
el plano de la política no hay una escena diferente, el
poder se centraliza en un número menor de individuos, o en
uno solo.

A nivel mundial se han presentado movimientos colectivos
que lucharon y continúan haciéndolo por la
democracia, la justicia y la igualdad social. Las masas luchan
por el poder, conquistan el poder. Una vez en el poder entregan
el mismo a un pequeño grupo de individuos. Este
pequeño grupo entrega a su vez el poder a un solo
individuo. Este individuo, una vez en el poder, se olvida de las
masas que lo colocaron y gobierna para sus propios intereses.
Esto es lo que nos dice el psicólogo social francés
Serge Moscovici, en su libro La Era de las multitudes (Un tratado
histórico de la psicología de las masas), publicado
a fines del siglo pasado, pero que tiene una gran
contemporaneidad.

Debemos tener en cuenta que la sociedad capitalista
actual tiene una increíble capacidad de sofocar cualquier
tipo de disidencia, silenciar las protestas, distorsionar la
imagen de quienes participen en ellas utilizando a su arbitrio
los medios masivos de difusión o simplemente
comercializando los símbolos de esa protesta.

En este contexto nos encontramos entonces con la triste
realidad de que el tan prometido, sellado y no entregado "aumento
de la democracia", se ha transformado en pleno siglo XXI en un
autoritarismo creciente que tiende a invadir la totalidad de la
vida cotidiana y que ha logrado construir un conformismo
generalizado, basado en un temor e inseguridad permanente y una
sumisión a la vida cotidiana.

Entonces podemos decir que en lugar de vivir en una
sociedad donde prevalezca la democracia tal como se nos quiere
hacer pensar, en realidad nos encontramos viviendo bajo un
sistema social caracterizado por el ejercicio de un totalitarismo
en su funcionamiento, que presenta una hegemonía tanto en
el ámbito público como en la intimidad
personal.

Entonces lo que observamos en pleno siglo XXI es el
regreso al autoritarismo como forma de gobernar, como forma de
vida, como estilo de interacción social que predomina en
las relaciones interpersonales. El totalitarismo se presenta hoy
en día como el rostro visible de una dominación
social.

Lo que permite la existencia, desarrollo y
extensión del totalitarismo es la aceptación
pasiva, la sumisión social de amplias capas de la
población que toman como algo "normal" el vivir bajo un
sistema autoritario.

Es el "totalitarismo de la normalidad" que nos plantea
el psicoanalista español Joaquín Caretti, cuando
menciona que el surgimiento de las "sociedades disciplinarias"
como substitutas de las "sociedades de control" a través
de las cuales se filtra, sanciona y legisla para lograr el
control absoluto de una sociedad.
http://www.blogelp.com/index.php/cronica-el-totalitarismo-de-la

Este es el contexto social que prevalece en la sociedad
contemporánea, es precisamente este marco social en el
cual se da la "normalidad" de nuestra vida cotidiana, que viene a
presentarse como una verdadera sociopatología.

Adaptarse a ella y actuar como si todo fuese "normal" es
mas patológico que el comportamiento de quienes se rebelan
y protestan por las injusticias.

Recordemos que el concepto de normal, está basado
en un criterio estadístico y no tiene ningún valor
clínico, para aclarar esta idea, daré el siguiente
ejemplo: la forma como se comporta la mayoría de las
personas de una sociedad es la norma, es decir, es lo normal.
Aquellos que se comporten de manera diferente a como lo hace la
mayoría, son los desviados de la norma, los
anormales.

En un marco social como el descrito, la labor de los
científicos sociales no debe limitarse a la sola
descripción de los problemas sociales que tiene su
comunidad, sino que debe presentar alternativas de cambio social
o de mejoramiento del mismo, que incluyan métodos y
estrategias de participación social. Es decir,
alternativas de liberación social. Por esa misma
razón, planteo la siguiente pregunta:

¿Qué alternativas tenemos para
superar la hegemonía de este control social, que abarca la
vida pública y la vida social?

Debemos tomar en cuenta que las formas tradicionales de
gobierno y educación se han metamorfoseado, en la medida
que la sociedad va cambiando, para seguir logrando el consenso,
aceptación y sumisión de la población en la
sociedad totalitaria, de tal forma que consienta abiertamente con
las nuevas formas de dominación, produciendo así
una servidumbre voluntaria.

Como alternativa de liberación social
podríamos mencionar que la educación puede jugar un
papel importante para romper este control social, pero ¡oh
sorpresa!, al analizar el proceso de educación vemos que
la educación juega un papel de gran relevancia en el
proceso de entrenamiento, adoctrinamiento y aprendizaje de la
sumisión y dominación que predomina hoy en
día.

La globalización ha afectado todos los aspectos
de la vida social y la educación no es la
excepción, ya que la educación está regida
por la libre competencia, por la excelencia que promueve el
neoliberalismo y por la comercialización.

No es gratuito que en las universidades públicas
se presente una tendencia a vincular las instituciones de
educación superior con las empresas a nombre de la
vinculación social, pero al mismo tiempo, ignoran o no
contemplan con la misma importancia y recursos, proyectos
académicos que atiendan verdaderas necesidades sociales.
Se financian con proyectos académicos de las ciencias
exactas, pero los proyectos académicos de las ciencias
sociales son relegados.

El proyecto neoliberal que se impulsa en varios
países incluye dentro de sus planes reformas educativas
impulsadas por organismos internacionales como el Banco Mundial,
que al ser éste organismo una entidad que sirve a los
intereses de los Estados o naciones dominantes, principalmente
Estados Unidos, modifican la función pública de las
universidades y las convierten en entidades que sirven a los
intereses del capital transnacional, de tal forma que las
reformas educativas están relacionadas con los fines
lucrativos de la gran banca mundial y en ningún momento
obedecen a intenciones de mejorar la educación.

En este contexto, la escuela vendría a ser el
primer ámbito social que tenemos para aprender a obedecer,
es de hecho la primera experiencia de servidumbre voluntaria. La
institución donde se realiza la educación es parte
importante ya que en ella se sientan las bases para consentir
este control social.

Los primeros doce años de primaria, secundaria y
preparatoria equivalen a un curso de doce años de
cómo aprender a ser un buen esclavo. Cuando llegan los
estudiantes a la universidad a realizar estudios superiores,
habrán olvidado la química, la geografía, la
historia, etc., pero lo que no habrán olvidado es a
obedecer a la figura de autoridad.

http://www.cucs.udg.mx/avisos/Martha_Pacheco/Software%20e%20hipertexto/Antolog%C3%ADa_PA101/Boholavsky.pdf

Así podemos ver que en lugar de partir de una
educación integral, participativa y liberadora, las
instituciones educativas fomentan un aprendizaje pasivo, basado
en un vínculo de dependencia que genera las bases de una
pasividad social, que más adelante se traducirá en
una sumisión y obediencia a la autoridad en
turno.

Al mismo tiempo promueven el desarrollo de una
ideología individualista y competitiva al interior de la
mente de quienes pasan por su interior. Por eso mismo, no es
gratuito que se perciba a la educación superior (o la
elección de una carrera profesional) como la
búsqueda de la profesión con la cual se pueda ganar
más dinero, dejando a un lado y asumiendo una
posición de indiferencia hacia las necesidades
sociales.

En mi generación, era común que dentro de
los principales motivos para la elección de una carrera
universitaria, predominara la frase "para ayudar a los
demás", hoy en día, las nuevas generaciones de
jóvenes al buscar o elegir una carrera universitaria,
buscan aquella profesión que les garantice ganar
más dinero, la intención de ayudar a los
demás, tiende a desaparecer.

La institución educativa, que surgió como
resultado de las luchas por la democracia social y la conquista
de derechos, que debería realizar una función
liberadora a través de la generación del
conocimiento científico, es en realidad una
institución de orden, disciplina y control que produce una
domesticación y sumisión social.

El vínculo que caracteriza la relación
maestro-alumno, es por lo regular de dependencia. Mediante
supuestos basados en la premisa de que SABER ES PODER, se produce
una servidumbre voluntaria de los estudiantes para con sus
maestros, al grado de que algunos autores hablan de una
psicopatología en la relación
maestro-alumno.

De parte de los maestros, la situación no es muy
diferente, se observa que la mayoría acepta otro tipo de
sumisión al aceptar participar en un proceso de
evaluación que proporciona una gratificación
económica y de reconocimiento social (evaluación
del desempeño académico o tortibecas como las
conocemos en la Universidad de Sonora). En el caso de aquellos
que no acepten participar en esta sumisión son marginados,
excluidos de beneficios y en algunos casos hasta expulsados del
sistema educativo.

Esto provoca que el grueso de los académicos
presenten una tendencia a la acumulación de
títulos, credenciales y publicaciones, mediante los
cuales, el docente logra una forma de reconocimiento de su
identidad como tal, una justificación social y un
recompensa económica. Sin embargo, el premio tiene un
precio muy alto: la libertad, ya que el sujeto académico,
obedeciendo las leyes del mercado se ha mercantilizado, lo que
busca es obtener la mejor paga en su desempeño como
académico y si esto implica impartir varias materias
simultáneamente, aún cuando baje la calidad de la
enseñanza, no importa, ya que la motivación
principal se centra en la manera de aumentar los
ingresos.

Pero no es lo único que se mercantiliza, el
conocimiento también se ha convertido en una
mercancía que se ofrece al mejor postor. Se busca publicar
para vender libros y con ello ganar más dinero, no para
socializar el conocimiento científico. El trabajo docente
pasa a un segundo plano, ya que salvo notables excepciones, ya
casi no existen profesores que sientan como misión
personal el inculcar en los alumnos la pasión por el
aprendizaje.

La principal preocupación de buena parte de los
académicos es publicar para sacar dinero, aún
cuando lo que publiquen sean de mala calidad científica, o
francamente material realmente mediocre y publicado en revistas
científicas que casi nadie lee, pero una vez publicado, ya
pueden decir que tienen tal número de
publicaciones.

La domesticación y servidumbre voluntaria se da
también entonces con los académicos, quienes al
aceptar ser juzgados constantemente por otra persona, a la que se
le reconoce como juez, aceptan como inevitable la
evaluación permanente, como una necesidad constante de
justificar su propia existencia como
académicos.

Pero lo triste es que la evaluación no es tal
evaluación, sino más bien es una simulación.
En una perspectiva de la tecnología educativa, la
evaluación debe cumplir una función de
retroalimentación a la ejecución de una tarea, con
el objetivo de mejorar dicha ejecución. En la
evaluación del docente no existe tal propósito, ya
que la motivación única del docente para aceptar
ser evaluado es la obtención de una gratificación
económica. El sistema de evaluación del docente no
contempla ninguna retroalimentación, salvo la
gratificación económica.

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