Indice
1.
Introducción
2. El adolescente suicida, la familia y el
medio
3. Estudiantes universitarios
suicidas.
4. Factores bioquímicos del
suicidio.
5. Referencias
"On the shadows of the past runs the future"
"Happiness is found along the way, not at the end of the
road"
by Steve Hanks.
"Sobre las sombras del pasado corre el futuro"
"La felicidad es encontrada a lo largo del camino, no al final de
él".
Sugiere
Un niño triste y solitario buscando la felicidad y
asustado por al porvenir
"Durante la adolescencia,
etapa de desarrollo por
la que atraviesa todo individuo, se presentan en los
jóvenes cambios difíciles que les producen ansiedad
y depresión
hasta llegar, en muchas ocasiones, a una tentativa de suicidio. Este
intento plantea el problema de la depresión como vivencia
existencial y como una verdadera crisis de la
adolescencia. La manipulación de la idea de la muerte en
el joven suele ser frecuente, pero debe hacerse la diferencia
entre el adolescente que piensa en el suicidio como una llamada
de auxilio, como una manera de comunicar su descontento a los
demás, el que ve el suicidio como una idea
romántica y aquél que realmente lo lleva a cabo. Si
cerca de nosotros se encuentra algún adolescente cuyo
comportamiento
indique que intentará suicidarse, atendamos sus
señales, pues podemos darle el apoyo necesario para
superar su problema.
El suicidio de los adolescentes
es un tema que suele callarse y evadirse pues impacta y cuestiona
el sistema familiar
y social en que vivimos; sin embargo, es importante conocer y
reflexionar en las causas que llevan a un joven a su
autodestrucción, así como saber cuál es el
significado de este acto y cómo puede prevenirse.
Vinoda, uno de los expertos en el tema, dice que el suicidio es
un fenómeno complejo que comprende factores
físicos, sociales y psicológicos que actúan
e interactúan; sin embargo, la forma en que el individuo
se relaciona con su medio ambiente
y cómo afecta este último su personalidad,
son causas que determinan que el individuo intente suicidarse o
no.
Todos los suicidios y los intentos suicidas hablan de una crisis
emocional, de una perturbación en la forma en que se vive,
de un desacuerdo social, además de otros factores
adicionales que revisaremos más adelante.
El suicidio es el resultado de un acto de la víctima
dirigido contra su propia vida, acto que puede ser una
lesión autoproducida o suicidio, o la realización
de una actividad extremadamente peligrosa que, con toda probabilidad,
conduce a un accidente fatal. Otro tipo de suicidio es el que se
conoce como submeditado, en donde la intención de morir no
es consciente, de manera que la víctima -sin reconocerlo-
se autodestruye lentamente. Es el caso de las personas que
padecen una enfermedad provocada por sentimientos negativos o
estados emocionales que afectan la salud física. Otra forma
indirecta de autodestrucción consiste en la
ingestión de substancias dañinas para la salud como
drogas,
alcohol y
tabaco.
Schneiderman clasifica la conducta suicida
en cuatro tipos:
1. La conducta suicida impulsiva, que generalmente se presenta
después de una desilusión, de una
frustración o de fuertes sentimientos de enojo;
2. la sensación de que la vida no vale la pena,
sentimiento que suele resultar de un estado
depresivo. Aquí, el adolescente considera que sus
sentimientos de minusvalía y desamparo nunca
desaparecerán;
3. una enfermedad grave, que puede llevar al individuo a pensar
que "no hay otra salida", y
4. el intento suicida como medio de comunicación, en donde el joven no desea
morir pero, quiere comunicar algo por medio del
suicidio y, así, cambiar la forma en que lo tratan las
personas que lo rodean. También puede ser un intento por
atraer el interés de
los demás o un medio para expresar sus sentimientos de
enojo.
Farberow menciona que, en la gran mayoría de los casos de
suicidio, suele haber un elemento de comunicación en el
comportamiento del adolescente y que, generalmente, éste
exterioriza llamadas previas de auxilio. Dicha
comunicación puede presentarse en forma verbal, por medio
de amenazas o de fantasías; o no verbal, en donde surgen
desde verdaderos intentos de autodestrucción hasta
comportamientos dañinos menos inmediatos y menos directos.
Estas llamadas de auxilio se dirigen frecuentemente a personas
específicas con el objeto de manipular, controlar o
expresar algún mensaje a dichas personas, y con ello se
espera provocar una respuesta particular. El joven intenta
producir acciones o
sentimientos particulares en las personas que lo rodean o
pretende avergonzar o despertar sentimientos de culpa en
ellos.
La adolescencia, como etapa de desarrollo de todo individuo, es
una etapa dolorosa en que el joven pasa por cambios
difíciles que le producen ansiedad y depresión. Por
esto, la tentativa del suicidio es una de las conductas
más significativas del adolescente. Por el contexto
depresivo que la envuelve, la tentativa de suicidio plantea el
problema de la depresión como vivencia existencial y como
una verdadera crisis durante la adolescencia. La
manipulación de la idea de muerte en el
joven suele ser frecuente; sin embargo, hay que distinguir entre
el adolescente que piensa en el suicidio, inclusive como una idea
«romántica», y aquél que realmente lo
lleva a cabo.
Durante esta etapa, el adolescente se siente muy inseguro en
razón de su desarrollo corporal y, en ocasiones, puede
llegar a sentir «que su cuerpo es algo aparte de
él». De hecho, siente la necesidad de dominar su
cuerpo que se encuentra en constante cambio; pero
como puede vivir su cuerpo como un objeto casi externo y
extraño, siente que en el momento del intento suicida su
cuerpo no es el que realmente recibe la agresión ni que
canaliza hacia él sus tendencias agresivas y destructivas.
Por otro lado, durante la adolescencia, el individuo abandona
gran parte de sus ideas e imágenes
infantiles, tan importantes para él durante todo su
desarrollo anterior. De esta manera el intento suicida puede ser
la representación de su trabajo de duelo. De acuerdo con
Aberastury, durante la adolescencia se elaboran tres duelos
básicos: a) el duelo por el cuerpo infantil, b) el duelo
por la identidad y el
rol infantil, y c) el duelo por los padres infantiles, es decir,
el duelo por la imagen con que
percibía a sus padres durante la infancia. En
una situación ideal, la elaboración de estos duelos
permitirá que el adolescente continúe con su
desarrollo.
El suicidio de los adolescentes puede tener varios significados,
aparte de los mencionados. Éstos son aplicables a todas
las edades de la vida, pero debe advertirse que, en función de
la madurez del individuo, hay significados que se aplican
preferentemente a ciertos períodos de la vida.
Beachler describe varios significados posibles:
1. La huida, es decir, el intento de escapar de una
solución dolorosa o estresante mediante el atentado en
contra de su vida, ya que ésta se percibe como
insoportable;
2. el duelo, cuando se atenta contra la vida propia
después de la pérdida de un elemento importante de
la persona;
3. el castigo, cuando el intento suicida se dirige a expiar una
falta real o imaginaria. Aquí el joven se siente
responsable por un acto negativo y desea autocastigarse para
mitigar la culpa;
4. el crimen, cuando el joven atenta contra su vida, pero
también desea llevar a otro a la muerte;
5. la venganza, es decir, cuando se atenta contra la vida para
provocar el remordimiento de otra persona o para infligirle la
desaprobación de la comunidad; 6. la
llamada de atención y el chantaje, cuando mediante el
intento suicida se intenta ejercer presión
sobre otro;
7. el sacrificio, en donde se actúa contra la vida para
adquirir un valor o un
estado considerado superior, es morir por una causa, y
8. el juego,
común en los adolescentes, cuando se atenta contra la vida
para probarse a sí mismo o a los demás que se es
valiente y parte del grupo.
Kovacs, por su parte, menciona que no puede considerarse la
conducta suicida del joven como un acto plenamente dirigido por
el deseo de morir; dice que el intento suicida involucra un
debate
interno, una lucha entre el deseo de morir y el de seguir vivo.
El adolescente que intenta suicidarse, lucha internamente entre
ambos deseos. Este dato es importante para las personas que
desean ayudar a los adolescentes, pues se sabe que en su interior
sí existe un deseo de seguir viviendo.
Por otro lado, algunos autores consideran que la impulsividad
propia del adolescente explica en parte el acto suicida.
Así, mientras mayor sea la impulsividad de un individuo,
mayor será la posibilidad de autodestrucción. Sin
embargo, para Haim, el factor más significativo del
adolescente que intenta suicidarse, es su incapacidad interna de
elaborar y superar los procesos de
pérdida y duelo por los que pasa, de manera que prolonga
sus sentimientos de decepción y dolor. A su vez, Peck
encontró una relación entre la incapacidad del
joven para manejar las situaciones angustiantes y la tendencia al
suicidio, y una preocupación excesiva con respecto al
fracaso. Así, la conducta autodestructiva puede entenderse
como un mecanismo utilizado por algunos jóvenes para
manejar tanto el estrés
como las situaciones indeseables en la vida.
2. El adolescente suicida,
la familia y
el medio
En toda conducta destructiva existe una buena cantidad
de agresión que puede dirigirse hacia adentro; es el caso
de los estados depresivos y las tendencias autodestructivas; o
dirigirse hacia afuera, por medio de actos delictivos o
agresivos. Desde el punto de vista "interaccional", se ha
aceptado que cuando la agresión se dirige hacia afuera, se
establece una relación entre el que agrede (en este caso
el adolescente) y quien recibe la agresión. Como la
interacción puede darse en muchos niveles, desde el verbal
hasta el físico, las dos personas o grupos que
interactúan en este juego de agresión, lo hacen de
la misma forma en que manejan el resto de su relación (la
cual originalmente promovió la agresión) y, con
seguridad,
caerán en un círculo vicioso. Es decir, si el
adolescente percibe cierto rechazo o la situación familiar
le provoca sentimientos de enojo y de agresión,
expresará estos sentimientos o el rechazo por diversos
medios; a su
vez la familia
recibirá estas expresiones agresivas de la misma forma, lo
que fomentará una mayor agresión hacia el joven y
de esta manera se alimentará un círculo vicioso en
donde se requiere de una verdadera comunicación para
romper la cadena de agresiones. En caso de que el suicidio ocurra
dentro de un contexto interaccional como éste, se observa
que el comportamiento autodestructivo es un medio para
comunicarle a los demás sentimientos, demandas o
súplicas que el adolescente no sabe expresar de otra
manera. Por lo tanto, el comportamiento autodestructivo se
convierte en una comunicación con un propósito
determinado y con un contenido dirigido hacia un público
específico.
La seriedad del intento suicida radica en lo que el joven hace o
deja de hacer para ser descubierto antes de morir. Si el fin del
acto es comunicar un estado de descontento en general, el joven
provocará ser descubierto antes de alcanzar su cometido de
morir; sin embargo, aunque esta actuación es de menor
gravedad que la de un adolescente que arregla todo para no ser
descubierto, siempre debe prestarse la atención debida y
ayudar al joven a elaborar y superar la crisis por la que
pasa.
¿Pero qué factores familiares pueden llevar a un
joven a desear quitarse la vida? Existen desde luego factores que
fomentan el suicidio en los adolescentes, pero que en sí
mismos no son decisivos para que se decida hacer un intento
suicida. Muchos de ellos pueden contribuir a la confusión
y a la depresión del joven, pero se requiere la
conjunción de una diversidad de factores para que se
llegue al extremo de la autodestrucción.
Se ha observado que en las familias de adolescentes suicidas los
padres tienden a ser débiles internamente y que a su vez
padecen fuertes sentimientos de depresión, desesperanza y
desaliento. El joven que por el momento en que pasa, sufre esos
mismos sentimientos, no posee las herramientas
para manejarlos, pues ha visto en casa una incapacidad para
manejar sentimientos negativos. Por otro lado, las familias del
individuo autodestructivo suelen tener problemas para
controlar sus impulsos, es decir, los miembros de la familia
tienden a ser impulsivos en su enfrentamiento diario con la vida.
También puede existir una tendencia familiar a manejar el
estrés de manera inadecuada, y el joven aprende que
éste o cualquier tipo de presión son situaciones
intolerables que deben evitarse a toda costa.
En este tipo de familias suele haber conflictos
constantes, particularmente separaciones, y antecedentes
patológicos especialmente de alcoholismo o
alguna adicción en uno o ambos padres.
En general, en estas familias existe una estructura
alterada que se caracteriza por un sistema cerrado que
inconscientemente prohibe a sus miembros comunicarse entre
sí y relacionarse estrechamente con el exterior. De manera
que el joven se siente aislado dentro y fuera de casa, en donde
tampoco la
comunicación se da abiertamente.
En relación con el manejo afectivo, las familias de los
adolescentes que tienden al suicidio, suelen mostrar un
patrón agresivo de relación, con dificultades para
expresar el enojo y la agresión, así como una
depresión familiar generalizada. Las relaciones
intrafamiliares se encuentran desbalanceadas y el adolescente
-por norma- sirve de chivo expiatorio que carga con las culpas,
los defectos o las partes malas de la familia. De esta manera, el
joven deprimido siente que no es deseado y que no se le quiere,
tiene un sentimiento doloroso de abandono que expresa por medio
del aislamiento y, posteriormente, de un intento suicida.
Resumiendo, las razones psicodinámicas más comunes
en los intentos suicidas son:
- Un dolor psíquico intolerable del cual se
desea escapar; - Necesidades psicológicas frustradas, tales
como : seguridad, confianza y logros; - Un intento por acabar con la conciencia,
sobre todo la del dolor; - Falta de opciones, o bloqueo para verlas;
- un impulso súbito de odio a sí mismo,
en un marco de alineación grave, y - Una autoevaluación negativa, con autorrechazo,
desvaloración, culpa, humillación,
sensación de impotencia, desesperación y
desamparo. - Un impulso súbito de odio hacia sí
mismo, en un, humillación, sensación de
impotencia, desesperación y desamparo.
Como se mencionó anteriormente, en el acto
suicida siempre habrá una lucha interna entre el deseo de
morir y el de seguir viviendo. Generalmente, el individuo suicida
pedirá auxilio de una u otra forma. Si cerca de nosotros
se encuentra algún adolescente cuyo comportamiento, ya sea
verbal o no verbal, revela que el joven podría intentar
suicidarse, hay que atender esas señales pues existe la
posibilidad de ayudarlo o de buscar el apoyo de profesionales que
pueden guiarlos en el manejo de sus problemas.
La familia siempre será la fuente principal de apoyo y
aceptación. En ocasiones, la inexperiencia o las propias
vivencias pueden alterar el funcionamiento de la familia. Este
hecho puede verse reflejado en la depresión de uno de los
hijos. Lo importante no es encontrar culpables, sino descubrir el
problema a tiempo para darle
la mejor solución posible".
" El suicidio entre los jóvenes es una tragedia no
mencionada en nuestra sociedad. De
manera tradicional se ha evitado la idea de que nuestros
jóvenes encuentran la vida tan dolorosa que de forma
consciente y deliberada se causan la muerte. En algunos casos
puede ser más fácil llamar " accidente" a un
suicidio. El índice de suicidios para niños
menores de 14 años de edad está
incrementándose a un ritmo alarmante y para los
adolescentes está aumentando aún más
rápido.
En un estudio retrospectivo de admisiones a una sala de
emergencias de un hospital pediátrico durante un periodo
de 7 años, los investigadores identificaron a 505
niños y adolescentes que habían intentado
suicidarse (Garfinkel, Froese y Hood, 1982). Este grupo fue
comparado con un grupo control de
niños que eran similares en edad, sexo y fecha
de admisión. Los niños en el grupo suicida
presentaron las siguientes características:
- Hubo tres veces más niñas que
niños . - Los síntomas clínicos mostrados
más a menudo tanto por niños como por
adolescentes fueron afecto fluctuante y agresividad, hostilidad
o ambos. - La mayor parte de los intentos de suicidio ocurrieron
en el hogar (73%), el 12% en áreas públicas, el
7% en la escuela y el
5% en la casa de un amigo. En el 87% de los casos alguien
más estaba cerca – por lo general los
padres-. - La mayor parte de los intentos fueron realizados
durante los meses de invierno, en la tarde o en la
noche. - La sobredosis de fármacos fue el medio
principal del intento de suicidio. - Más del 77% de los intentos fueron
considerados de letalidad baja, el 21% moderadamente letales y
poco más del 1% muy letales.
3. Estudiantes universitarios
suicidas.
El 20% de los estudiantes universitarios han abrigado
pensamientos suicidas durante sus carreras universitarias.
Varias características de los suicidos estudiantiles se
extrajeron de un estudio realizado en la Universidad de
California en Berkeley ( Seiden, 1966, 1984). En
comparación con los no suicidas, los estudiantes que
cometieron suicidio:
- Tendieron a ser mayores que el estudiante promedio
por casi 4 años. - Estuvieron sobrerrepresentados de manera
significativa entre los estudiantes posgraduados. - Tuvieron mayor probabilidad de ser hombres, aunque la
proporción de mujeres suicidas fue más
alta. - Tuvieron mayor probabilidad de ser estudiantes
extranjeros y estudiar especialidades en idioma o literatura. - Como subgraduados tendieron a presentar mejores
expedientes académicos, pero como estudiantes
posgraduados estuvieron por debajo del promedio de
calificaciones.
Razones para el suicidio de estudiantes.
Primero:
Mientras que la proporción de suicidios masculinos a
femeninos en la población en general es de 3:1, para los
estudiantes universitarios es de 1.5:1.
Segundo:
El hecho de que los subgraduados que cometen suicidio tengan
mejores expedientes escolares que la población
universitaria en general revela una paradoja dolorosa. Para las
normas
objetivas, los estudiantes suicidas se desempeñaban bien
en la escuela. Sin embargo, amigos y parientes reportan que casi
todos ellos estaban insatisfechos con su desempeño académico. Estaban llenos
de dudas acerca de su propia capacidad para tener éxito.
Una explicación para estos sentimientos es que los
estudiantes estaban muy motivados hacia el logro y tenían
expectativas irrealmente altas para sí mismos.
Tercero y relacionado con el anterior, muchos estudiantes
suicidas sienten una vergüenza abrumadora y deshonra debido
a su sensación de haberle fallado a los
demás.
Las otras víctimas del suicidio.
Parientes y amigos. Cuando ocurre un suicidio los pensamientos se
vuelven de inmediato a la persona que se ha provocado la muerte.
¿Qué dolor insoportable estaba sufriendo para
justificar un fin así? Pero las verdaderas víctimas
de esta tragedia a menudo son la familia, parientes y amigos que
son dejados atrás para enfrentar todo lo que implica este
acto.
Elizabeth Kubler- Ross (1983), una psiquiatra que ha investigado
y escrito de manera extensa acerca de la muerte y la
agonía, ha perfilado una serie de reacciones que las
personas experimentan cuando un miembro de la familia ha cometido
suicidio:
La primera de 3 etapas se caracteriza por conmoción,
negación y aturdimiento. Les es difícil hablar al
respecto, tienden a evitar usar la palabra suicidio y pasan por
los arreglos del funeral como si no tuviera significado personal. El
dolor es tanto, que se cierran a sus propios sentimientos.
En la segunda etapa, comienzan a experimentar pena. Tratan de
culpar a alguien o a sí mismos por lo que pasó y
por último expresan cólera hacia el difunto:
¿Cómo pudiste hacernos esto?.
La tercera etapa es dejarlo ir, o terminar un asunto incompleto (
como el hecho de pensar: "nunca le dije que lo
amaba").
4. Factores
bioquímicos del suicidio.
Ni una perspectiva puramente sociológica o
psicológica parecen explicar adecuadamente las causas del
suicidio. También es probable que estén implicados
otros factores. Por ejemplo, en forma consistente con la
evidencia fuerte de que los neurotransmisores químicos
están asociados con la depresión y la manía,
evidencia similar muestra que la
depresión está relacionada con la bioquímica. Se ha encontrado que el fluido
espinal de algunos pacientes deprimidos contiene cantidades
anormalmente bajas de 5HIAA (ácido 5
hidroxindoleacético), el cual es producido cuando la
serotonina, un neurotransmisor que afecta los estados de
ánimo y las emociones se
desintegra en el cuerpo. Es más. Existe alguna evidencia
de que los receptores de serotonina en el tallo cerebral y en la
corteza frontal pueden estar deteriorados. A esto se le conoce
como "transtorno bipolar".
En realidad no se puede decir exactamente cuales pueden ser los
verdaderos motivos para que un adolescente decida suicidarse, ya
que debido a el transtorno bipolar ha habido jóvenes que
aparentemente lo tenían todo en la vida: salud, una
familia estable, un círculo amplio de amistades y buen
nivel académico que lo han intentado, pero muchos de ellos
han logrado salvarse gracias a los avances de la ciencia ya
que se les ha detectado el transtorno bipolar y se les ha puesto
bajo tratamiento médico.
Considero que nada ni nadie justifica el cometer un acto de tal
naturaleza,
sobre todo por el dolor que se deja a los demás y creo que
tal vez una de nuestras labores como docentes que convivimos a
diario con cientos de jóvenes es buscar la manera de
sensibilizarlos y orientarlos en cuanto a este tipo de
problemática y evitar en lo posible convertirnos nosotros
mismos en "las otras víctimas del suicidio".
Sue David, Sue Derald, Sue Stanley
Comportamiento anormal, 4a. Edición, Mc Graw Hill,
1996,p.p 382-389.
Cuevas Gutierrez José Luis y colaboradores.
Antología para el curso de psicología,
Universidad de Guadalajara, SEMS, Escuela preparatoria No. 10,
México,
Febrero de 2000, p.p 131-132.
Christmans Andrea
El suicidio de los adolescentes
http://www.unam.mx/rompan/24/
González Forteza Catalina, Tello Granados Ana Ma., Facia
Flores Dulce, Medina Mora Icasa Ma. Elena.
Ideación suicida y características asociadas en
mujeres adolescentes.
http://www.insp.mx/salud/40/405-7.html
Salud
pública, México 1998, vol 40 No. 5 p.p
430-437.
Vallejo Nájera Juan Antonio
Ante la depresión. Planeta. España
1997
Autor:
Luz Elena
Macias Placeres
Maestría en análisis de
sistemas industriales
Centro universitario de ciencias
exactas e ingenierias
Metodología