Indice
1.
Introducción
2. Nacimiento del
santo
3. Su Fama
4. Su Retiro
5. Su Muerte
6. El santo como
persona
El 5 de febrero de 1984 el pueblo de México se
despertó con una terrible noticia que lo hizo estremecer,
ya que la leyenda más grande del deporte mexicano dejaba de
existir. El hombre que
marcó una de las etapas más importantes de nuestro
deporte, se nos
había adelantado en el viaje.
El enmascarado de plata le dio otro valor a la
lucha libre, pues gracias a él, traspasó fronteras,
y es que su fama fue inmensa, aunque no tan grande como su
humildad, pues a pesar de haber sido el más grande
gladiador, de convertirse en una de las máximas luminarias
del cine mexicano,
siempre fue un hombre noble y
un amigo para todo aquel que se le acercaba.
Habrá quien diga que su trabajo en el ring o en la
pantalla grande era superado por otros personajes, pero la verdad
es que nadie más logró convertirse en el
máximo ídolo de México, en
un fenómeno social que aún varias décadas
después los grandes investigadores no logran explicarse,
pero eso es hasta cierto punto lógico, ya que la fama y la
interrelación que logra un ídolo con sus
aficionados es incomprensible. En Europa se pensaba
que era un personaje creado al estilo de Superman pero grande fue
su sorpresa al descubrir que era una figura de carne y hueso que
luchaba en México.
Sus Inicios
Vestido de plata con una máscara sobre la cara que
ocultaba sus facciones, musculoso, fuerte y ágil, Rodolfo
Guzmán Huerta, mejor conocido como Santo "El Enmascarado
de Plata", resultó ser una de las grandes personalidades
del espectáculo y figura arraigada en la cultura
popular. Se sabe que nació en Tulancingo, Hidalgo, el 23
de Septiembre de 1917 y sus padres fueron Jesús
Guzmán Campuzano y Josefina Huerta (Márquez) de
Guzmán. Rodolfo fue el quinto de siete hermanos.
Carismático y de gran presencia física estuvo
predestinado desde sus inicios a ser un destacado luchador.
Tenía como arma principal sus poderosas piernas.
En los años 20, el jefe de la familia
Guzmán, en su afán por buscar nuevos horizontes
para sus hijos, decide emigrar a la ciudad de México. Su
nueva casa la establecen cerca del jardín del Carmen en el
barrio de Tepito y Rodolfo ingresa a la primaria "Abraham
Castellanos" con el fin de terminar sus estudios que había
iniciado en su natal Tulancingo.
La afición de Rodolfo eran los deportes, especialmente el
béisbol y el futbol americano.
Sin embargo, su interés
por la lucha libre se hizo evidente en los treinta. Según
carteles de la época, evidencian que Rodolfo inició
su carrera en el pancracio el 28 de junio de 1934 en la Arena
Peralvillo Cozumel, aunque la Empresa
Mexicana de Lucha Libre(EMLL) asegura que comenzó en 1935
en el Deportivo Islas de la Col. Guerrero. Cuando Rodolfo
trabajaba en una fábrica de medias para dama se le
ocurrió aprender jiu-jitsu. Después aprendió
la lucha grecorromana, lo que lo animó a convertirse en
luchador. Fue en la arena de Pachuca donde el también
luchador Jack O´Brien vio el estilo luchístico de
Rodolfo- quien se hacia llamar "Rudy" Guzmán- y lo
recomendó con Jesús Lomelí instructor de la
EMLL (dirigida por Salvador Lutteroth Glz.), quien los trajo a la
capital.
Sin embargo Rodolfo pasó sin pena ni gloria en sus
inicios, no era malo, pero tampoco lograba meterse en el gusto
del aficionado, por lo que decidió enmascararse, y
encarnar un nuevo personaje.
Rodolfo se hizo una máscara, un nuevo equipo, y un par de
meses después se presento como EL HOMBRE
ROJO. Tenía que luchar casi a diario por varios rumbos de
la ciudad para ganarse la vida. Cuando no había combates
realizaba diversas labores: modelador, pintor, carpintero,
mecánico, y varias más. En 1936 Rodolfo
ingresó a la EMLL y triunfó en la antigua Arena
México en su presentación y perdió en los
dos combates siguientes. Nuevamente, la misma historia: ni pena ni gloria,
y el público seguía sin tomarlo en cuenta, por ello
en Noviembre de ese año decide dejar la EMLL.
También Jesús Lomelí salió de las
filas de la empresa para
hacer su propio espectáculo luchístico y no duda en
buscar al Hombre Rojo,
de este modo Rodolfo se reencontró con el hombre que lo
había ayudado en sus inicios.
Tratando de conseguir fama y fortuna Rodolfo Guzmán decide
enmascararse como el MURCIÉLAGO II aprovechando un poco la
fama de Jesús "EL MURCIÉLAGO " Velázquez,
pero el dueño del nombre original apela a las autoridades
de la Comisión de Box y Lucha, con el fin de
retirárselo al incipiente luchador. Rodolfo se
quedó pasmado, sin ánimos, tanto trabajo que le
había costado conseguir algo de fama, y de pronto, sus
sueños se fueron por la borda y por si fuera poco su vida
familiar se trastocaba con la muerte de
su padre (Jesús Guzmán Campuzano).
A principios de los
años 40, Rodolfo contrajo matrimonio con
María de los Ángeles Rodríguez
Montaño (Maruca) en la iglesia de la
Magdalena Mixhuca, y su padrino fue Salvador Lutteroth
González. El matrimonio
procreó diez hijos: Alejandro, María de los
Ángeles, Héctor Rodolfo, Blanca Lilia,
Víctor Manuel, Miguel Ángel, Silvia Yolanda,
María de Lourdes, Mercedes, y el Hijo del Santo.
En esa década, tanto don Jesús Lomelí como
Rodolfo regresaron de nuevo a la EMLL. Días después
don Jesús ya le tenía un nuevo equipo, uno
totalmente plateado. Ahora había que elegir un nombre, Don
Jesús había pensado en EL SANTO, EL DIABLO o EL
ANGEL; Rodolfo se decidió por el primero de ellos, y con
cerca de siete pesos, se puso a hacer el equipo, que fue
sumamente humilde, la máscara era un verdadero horno, pues
era de piel de
cochino, y dentro de ella, el calor era
insoportable.
El 26 de Julio de 1942 hizo su debut como el Santo, ahí EL
SANTO tuvo que medirse con el LOBO NEGRO, quien lo estaba
dominando ampliamente, la desesperación hizo presa del
plateado, quien no encontraba la forma de derrotar a su enemigo,
el joven ENMASCARADO DE PLATA optó entonces por la
violencia,
empezó a faulear a su rival, el réferi trató
de impedirlo, pero lo que logró fue que EL SANTO le
hiciera pedazos la camisa, el tercero sobre las cuerdas no
atinaba la forma de detener el huracanado ataque del rudo
debutante, así que optó por lo más sano:
descalificarlo.
Nunca nadie había perdido por descalificación en
nuestro país, por lo que la gente se quedó admirada
del nuevo rudo. El plateado anhelaba ser el campeón en las
diferentes categorías del pancracio y también
agradar al público que pagaba por verlo. Con ese
espíritu de lucha, el 16 de agosto de 1942, en la vieja
Arena México enfrentó a quién sería,
con el paso de los años, uno de sus adversarios más
encarnizados: "Bobby" Bonales "La Maravilla Moreliana". Gracias a
esa batalla, El Santo reflexionó sobre el valor de su
máscara: "me propuse conservarla contra viento y marea,
pues era la máxima expresión de mi personalidad,
el símbolo perfecto del misterio que podría rodear
mi figura en el encordado".
A principios de
1943 enfrentó a Jesús "El Murciélago"
Velázquez, aquél que no le había permitido
enmascararse como Murciélago II. En el ánimo de El
Santo había un afán de desquite. El
murciélago era el monarca nacional de peso medio, pero El
Enmascarado de Plata lo venció. Después
vendría un triunfo tras otro. Para tratar con El Plateado
había que respetar las reglas del juego que
él propondría mediante la frase: "Nadie hay
detrás del enmascarado. Todos y ninguno a la
vez".
Desde entonces, El Santo inició una carrera hacia
la cumbre que nadie pudo frenar, se convirtió en el mejor
Peso Welter, no había quién pudiera con él,
luego, fue Campeón Nacional de esta división, y
después Campeón Nacional Medio.
En esa época, Don Salvador Lutteroth pensó que ya
era tiempo de abrir
un nuevo local para la lucha libre, y mandó construir la
Arena Coliseo, pero tenía que abrir este gran inmueble con
una lucha sensacional, y eligió a un verdadero maestro, al
máximo ídolo de aquel entonces, Carlos "El
Tarzán" López, contra el novato sensación,
el rudo más odiado, El Santo. Este enfrentamiento se
llevó a cabo el 2 de abril de 1943.
Esa lucha fue la primera gran frustración del plateado,
estaba en juego el
Campeonato Mundial de Peso Medio que poseía "El Tarzan"
López, y el campeón se impuso con un contundente
dos al hilo.
Este fue un hecho muy doloroso para El Santo, pues él
pensaba que ya estaba en la cúspide, pero El Tarzán
se encargó de bajarlo de su nube. A sus 26 años, El
Plateado sufría la derrota más escandalosa de su
trayectoria. A si mismo, el 11 de junio
de ese año era derrotado por Roberto "Bobby" Bonales,
quien le arrebató el Campeonato Nacional de Peso
Medio.
A finales de 1943, El Santo enfrentó a Jack Blomfiel y
durante el segundo asalto del combate, este último
logró quitarle la máscara, pero para su sorpresa
debajo de aquella ¡había otra! El Plateado
preservó así el misterio de su identidad y se
abalanzó sobre su rival, con lo cual sólo
consiguió que lo descalificaran. Pocos días
después, golpeó ferozmente a "Dientes"
Hernández y en el pasillo enfrentó a dos
enardecidos fanáticos, lo cuál provocó que
El Santo pasara la noche en la cárcel. En mayo de 1944,
sufre un accidente automovilístico que por poco le cuesta
la vida. Después de esta mala racha que vivía de
nueva cuenta, obtuvo una gran victoria al quitarle la cabellera a
Jack O’Brien. Poco después recuperaría el
Campeonato Nacional de peso Medio, venciendo a "Bobby"
Bonales.
A mediados de 1944, "Gori" Guerrero busca al Santo y le propone
ser su pareja. Éste lo acepta, pero sólo en el
interior de la República, ya que el originario de
Guadalajara aún no era conocido en la capital y El
Santo era de nuevo Campeón Nacional de Peso Medio. Sin
embargo, la brutalidad de Salvador Guerrero a hacer ruido y pronto
se gana apelativos como el ave de las Tempestades y El Chacal.
Eran tiempos de rudos bestiales, como León Kirilenko "El
Ruso Loco", único luchador en la historia cuyo sadismo
provocó que el publico le arrojara excremento la noche de
su debut.
Todo parecía apuntar hacia el domingo 19 de noviembre de
1944, cuando El Santo y Gori suben al cuadrilátero de la
Arena México para destrozar a "Bobby" Bonales y a Jack
O’Brien, iniciando una mancuerna sangrienta y destructiva
que el cronista Toño Andere no dudó en bautizar
como La Pareja Atómica. De este modo Gori aprovechó
la fama del Santo (el luchador del año en 1944) para
colocarse en los estelares; a cambio, le
cedió una llave de su invención: ‘la de a
caballo’, que El Santo se encargaría de hacerla
suya. En 1946 La Pareja Atómica fue declarada la mejor de
año y El Plateado lograría un año de
importantes victorias, la principal: obtener el campeonato
mundial de peso welter, derrotando al búlgaro Pete
Pancoff. También festejó la adquisición de
su primera casa propia. La última ocasión que El
Santo y Gori subieron al encordado como La Pareja Atómica
fue en 1953, cuando le ganaron a "Tarzan" López y a
Pilusso.
Los cincuenta marcarían un parteaguas en la vida del
Santo. Por un lado, un ataque al corazón
ocasionaría la muerte de
doña Josefina Huerta, madre del luchador y, por el otro,
en 1951 el luchador empezó a perfilarse como icono de la
cultura
popular, gracias a las historietas de José G.
Cruz.
Su máximo trofeo, la mascara de black shadow
"No creo que haya hombre en el mundo capaz de privarme la
satisfacción de descubrir el rostro del campeoncito
ése tan antipático… de una vez por todas voy
a destruir la ridiculez que encierra El Santo tras su
máscara plateada", eso advertía Black Shadow a la
prensa pocos
días antes del duelo más emblemático de la
lucha libre nacional. El hombre de goma como se le
conocía, llevaba cinco años en los
cuadriláteros, hacía pareja con Blue Demon, ya que
decían ser hermanos (aunque en realidad sólo eran
compadres), y era famoso por sus topes suicidas. Entre El Santo y
él había surgido una rivalidad a muerte. Ambos
se jugarían las máscaras y la reputación de
la recién dividida EMLL.
El 17 de noviembre de 1952 fue la fecha escogida. A las 22:30
horas, ante una Arena Coliseo repleta de más de seis mil
gargantas, Shadow e El Santo suben al cuadrilátero,
seguido por sus asistentes Blue Demon y Dick Medrano,
respectivamente. Luego de varios minutos de tantear terreno, de
buscar minuciosamente el punto débil del enemigo, Shadow
decide lanzarse sobre su rival pero falla en su lance; El Santo
aprovecha para hacerle un crotch y dejarlo de espaldas a la lona.
En la segunda caída, Black Shadow comienza a dominar al
Enmascarado de Plata con golpes de antebrazo y patadas voladoras;
el técnico impone su ciencia y
trata de abrir al Santo con todas las llaves, finalmente,
arremete con un tope contra El Enmascarado de Plata y éste
cae noqueado. Todo se decidiría en la última
caída: Shadow, crecido, lanza al Santo contra las cuerdas
y le aplica varios látigos para rematar con un poderoso
cangrejo. El Plateado aguanta y logra zafarse para arremeter
contra Shadow con un látigo, preámbulo de su
tradicional llave ‘de a caballo’. El público
creyó que la lucha había llegado a su fin, pero no
por nada le decían: Shadow "El Hombre de Goma".
No sólo se zafó de la llave, sino que
trató de aplicar una media tapatía al ídolo,
quien correspondió con una palanca al brazo para
después caer enredados en un doble medio cangrejo. Pocos
testigos sobreviven de aquel final: El Santo esquiva un tope
mortal de Shadow cuyo destino es hacia fuera del encordado. De
regreso El Enmascarado de Plata lo recibe con unas tijeras a la
cabeza, le acomoda una patada entre las piernas y lo somete
definitivamente con una rana. El réferi Rubén
Blancarte levanta la mano del Santo mientras dice que el nombre
del encapuchado Black Shadow es Alejandro Cruz Ortiz, éste
se quita la máscara pero no se la entrega al Santo, sino
que huye con ella hacia los vestidores ante la sorpresa de todos.
Blue Demon llegó al vestidor y le dijo que ya se la diera,
porque la prensa se le
echaría encima, por lo que sólo entonces
mandó otra máscara al Santo.
Dolido por la muerte de
su compadre (Black Shadow) Blue Demon se enfrenta al Santo y lo
vence en dos caídas al hilo. Esa fue la segunda gran
humillación que sufrió El Santo, pero
también fue la última, porque nadie volvió a
ganarle en mano a mano en dos caídas al hilo.
El primer boom de la lucha libre en México se dio
durante la última etapa del gobierno de
Miguel Alemán, en los albores de los años 50, sobre
todo por las transmisiones de las luchas por televisión
(suspendidas en 1954). En esos años, José G. Cruz
comenzó a publicar su exitosa historieta del Santo y
éste por su parte se ganó la devoción de
buena parte del público al haber vengado algunas afrentas
al orgullo nacional , como cuando derrotó a Sugi Sito en
1954 al ganarle el Campeonato Mundial Medio y de paso vengar a
"Tarzan" López; o cuando conquistó para
México el cetro mundial welter de la NWA ante Peter
Pancoff, triunfo que lo hizo salir en hombros de la arena. Todo
México quería ver al Santo. Era tanta la demanda por
verlo, que en varias ocasiones el enmascarado aparecía
programado el mismo día y a la misma hora en dos arenas
distintas, lo que significaba la aparición de algunos
clones del Santo que aprovechaban el uso de la máscara
para hacerse de dinero en
pequeñas arenas del interior de la República.
Rodolfo Guzmán comenzó a hacer su fortuna en esos
años, pero también luchaba por un refresco y un
plato de comida. Su gran sencillez y la manera obsesiva con que
protegía su verdadero rostro, lo
acompañarían hasta el día de su
muerte.
Para finales de los años 50, Fernando
Osés, luchador y actor, invitó al Plateado a
trabajar en el cine, y aunque
al Santo no le interesaba dejar el cuadrilátero por el
set, aceptó. Fernando Osés y Enrique Zambrano
escribieron las dos primeras cintas del enmascarado: Santo contra
el Cerebro del Mal y
Santo contra los hombres infernales, ambas de 1958 y dirigidas
por Joselito Rodríguez. Con estos filmes, el ídolo
de la lucha inició su carrera en el cine, y con el
transcurso del tiempo las
ofertas se sucedían una tras otra, porque su presencia
representaba un éxito
rotundo en taquilla.
Los Años De Gloria
Veinte años después de que naciera como un rudo
bestial, el 5 de julio de 1962, El Santo luchó como
técnico por primera vez acompañado por Henry
Pilusso, contra los Hermanos Espanto. Semanas atrás la
alineación era exactamente al revés: El Santo
luchaba del lado de los Espanto, mientras que Pilusso conformaba
una terna con el Rayo de Jalisco y Rito Romero. Sus
compañeros traicionaron al Enmascarado de Plata y Pilusso
entró en su ayuda. Había llegado el momento de
administrar el cariño del público; ya no era
necesario ser el malo y violento de la historia. La fama que
había alcanzado El Santo entre los niños,
gracias a las historietas de José G. Cruz y a sus primeras
películas, lo había renovado por completo. Desde
entonces El Plateado nunca dudó de su condición de
héroe, los niños
se le acercaban cuando subía al ring y le pedían
autógrafos;
él los cargaba y se retrataba con ellos. Luego los bajaba
cariñosamente, les daba un beso paternal y comenzaba la
lucha. La rivalidad con los Hermanos Espanto culminó con
una lucha de máscaras contra el Espanto I, celebrada el 30
de noviembre de 1963 y recordada como una de las más
sangrientas en la historia de la lucha libre de México.
Tanto que al terminar ésta, El Santo seminconsciente, con
la máscara totalmente desgarrada y teñida de rojo,
le preguntó al legendario aficionado don Erasto
García, quién había ganado. "Usted Profe",
le dijo y lo ayudó a llegar al vestidor.
Su fama creció gracias a filmes como Santo contra los
zombies (1961), Santo contra el estrangulador (1963), El
barón Brákola (1965) y Santo y Blue Demon contra
los monstruos (1969), aunque en diversas ocasiones la calidad de
éstos fue menospreciada por la crítica nacional. El
Plateado gozaba de gran popularidad tanto que, a menudo, era
llamado para participar en campañas políticas
a favor del PRI. Cuando Gustavo Díaz Ordaz fue postulado
para la presidencia, la presencia del enmascarado atrajo cientos
de partidiarios a uno de sus actos políticos; en otra
ocasión otro candidato a la primera magistratura de la
República expresó: "Dígale que le agradezco
mucho su cooperación, pero al paso que vamos,
¡él terminará siendo el
presidente!".
El Santo filmó 24 películas taquilleras en
las que alternó lo mismo con Blue Demon que con Gaspar
Henaine "Capulina", al tiempo que en los cuadriláteros
ganó el nacional de peso medio al derrotar a Karloff
Lagarde; el nacional de peso semicompleto ante El Espanto I; el
mundial de peso medio ante René Guajardo, y durante tres
años fue campeón nacional de parejas junto al Rayo
de Jalisco.
El Plateado vive los setenta en la más alta
gloria, pero ya no como el gran rival mano a mano que era. Su
fuerza
había mermado y tenía 60 años
aproximadamente. Aun así, en 1975, El Santo, Mil
Máscaras y El Solitario fueron declarados el mejor
trío del año. En 1977 la Empresa
Mexicana de Lucha Libre sufrió una ruptura entre sus
elementos. El Plateado culminó su relación con la
familia
Lutteroth y, al igual que El Solitario, Tinieblas, Los Villanos y
Mil Máscaras, se fue al bando de los
‘independientes’. Con ellos, en el Toreo de Cuatro
Caminos escenificó los últimos combates de su vida.
Rodolfo Guzmán seguía luchando pero comenzaba a
pensar en su retiro. Ya había sufrido un infarto al
miocardio y el médico Horacio Ramírez lo
apremiaba a tomar la decisión del retiro. Hubo tres
despedidas oficiales: la primera, en el Palacio de los Deportes. La segunda, en la Arena
México. La definitiva en el Toreo de Cuatro Caminos el 12
de Septiembre de 1982. Se reunió de nuevo con sus grandes
amigos: "Gori" Guerrero, "Huracán" Ramírez y
El Solitario, para enfrentar a la cuarteta integrada por El
Texano, El Signo, El "Negro" Navarro y El "Perro" Aguayo, su
último gran rival. Los rudos fueron descalificados por
exceso de rudeza. Querían darle la despedida que se
merecían y se ensañaron con él. No era para
menos; en 50 años, había participado en más
de 10 mil combates, había rapado y desenmascarado a
decenas de luchadores que trataron de ponerse a su nivel,
había ganado todos los campeonatos posibles, había
visto el nacimiento y derrumbe de cientos de luchadores y
seguía ahí, como un rey viviente, resistiendo la
vida y la lucha, que para él eran una sola batalla larga y
misteriosa pero con, límite de tiempo.
Al retirarse se dedicó a la producción se sus propias películas
y trabajando como escapista al lado del mago Yeo en el Teatro Blanquita.
Aun en las giras teatrales era celoso de su incógnita,
nunca se quitaba la máscara; para comer usaba una tapa mas
abierta. El Santo supo que estaba desahuciado. No le bastaban sus
actos de escapismo ni el efusivo amor que le
demostraban sus hijos y seguidores para saciar sus ansias de
vivir. Cuando vio al menor de sus vástagos usar su
máscara y subir a un encordado, no pudo contener el
llanto; la vida que había sido tan pródiga con
él le comenzaba a dar la espalda. Semanas antes de morir
sorprendió al público cuando descubrió su
rostro en el programa
Contrapunto, conducido por Jacobo Zabludowsky. Esa fue
quizá una señal premonitoria del próximo
final de su vida. Ya no tenía sentido conservar en secreto
lo que el tiempo se encargaría de hacer polvo. Cuando lo
enterraron llevaba puesta su máscara; la convirtió
en su propio rostro.
El 5 de Febrero de 1984 al concluir una
presentación se sintió agotado y en su camerino se
acostó para reposar. Pero la muerte lo aguardaba y fue
trasladado de urgencia al Hospital donde al poco tiempo
dejó de existir, víctima de un infarto al miocardio
a la edad de 67 años.
En la segunda función
que comenzaba a las nueve de la noche dieron la noticia de la
muerte del ídolo. Todos los cuadriláteros de la
República guardaron un minuto de silencio en memoria de aquel
hombre. El 6 de Febrero, después de su funeral, El
Plateado fue sepultado en Mausoleos del Ángel y más
de 10 mil personas fueron a despedirlo y varios luchadores, entre
ellos Black Shadow y Blue Demon, cargaron el féretro. A su
paso por las calles, la gente se desbordaba, se escuchaban sus
gritos, porras y llantos, el tránsito se paró, las
instalaciones del cementerio fueron insuficientes para alojar a
los admiradores, que con lágrimas en los ojos y
expresiones de profunda tristeza, daban el último
adiós al héroe de las mil batallas.
Durante su vida tuvo la posibilidad de elegir ser dos
personas pero ante la muerte quiso ser El Santo y permanecer
así para siempre, aun cuando hayan desaparecido todos los
que lo vieron sin máscara. Santo, el demonio, el
héroe, el que nunca leyó
completos los guiones de sus películas, el católico
que estudió hasta la secundaria, que pegaba entre las
piernas, que rezaba en cada esquina, que luchaba contra los
monstruos, y dejaba que los pequeños se le acercaran,
había dejado en la lucha libre un hueco difícil de
llenar.
Su muerte física
no terminó con el, su hijo ha hecho posible que la leyenda
que se forjó siga siendo una realidad. Cuando El Plateado
vio debutar a su vástago como El Hijo del Santo no pudo
contener las lágrimas, y comentó a su hijo
Alejandro: "Al ver a tu hermano me estoy regresando 30
años". Su espíritu encarnó en este nuevo
cuerpo, trascendió el personaje y se posesionó de
él. Es el Enmascarado de Plata actual, El Santo del siglo
XXI, porque el espíritu y la materia se
unieron para continuar luchando.
Su calidad como ser
humano era mayor, en un encuentro en el que hizo pareja con
Franco Colombo, quién resultó con una gran herida
en la frente y al llegar al vestidor se dio cuenta de que todos
se habían retirado. El Santo era el único que lo
esperó y lo llevó al médico y se mantuvo a
su lado hasta que lo curaron, incluso lo acompaño a su
casa. "El Güero" Rangel, reconocido réferi,
también da testimonio del gran ser humano que era.
Según él, en una ocasión llegó a la
arena un señor humilde y le preguntó si
podía hablar con El Santo, Rangel fue a buscarlo y le
expresó el deseo del visitante, a lo cual el luchador
respondió que sí, que lo esperaba. El señor
había organizado una función de
lucha en el Estado de
México porque necesitaba con gran urgencia dinero, pues
su esposa estaba enferma y requería de una costosa
operación. El Santo aceptó presentarse en la
función y al término de ésta, el organizador
le preguntó al Plateado cuánto le debía, alo
que este último respondió: "Mira tráeme un
refresco y una torta porque tengo hambre, con eso me doy por
pagado". En agradecimiento este hombre regresó a buscarlo,
ya que gracias al dinero recaudado se salvó su esposa, y
le llevó quesos, mantequilla y crema, que fueron recibidos
con gran humildad por el enmascarado.
A pesar de la gran fama que logró, su calidad
como luchador y como ser humano no sufrieron mella. Le
ganó la batalla a la soberbia y nunca perdió su
sencillez y profesionalismo, luchaba igual en una arena repleta
que en la que había sólo algunos.
Resumen
Santo el Enmascarado de plata es sin lugar a dudas la leyenda
más grande de la Lucha libre Mexicana, y quizá del
mundo entero. Su nombre verdadero es Rodolfo Guzmán
Huerta, nació en Tulancingo Hidalgo el 23 de Septiembre de
1917. En sus inicios luchó con los nombres de El
Murciélago II y el Hombre Rojo, pero alcanzó la
fama con el nombre de El Santo. Su máximo trofeo
luchístico fue su victoria sobre Black Shadow.
Actuó en mas de cien películas con gran éxito
de taquilla. Murió el 5 de febrero de 1984.
Autor:
Javier Rivera