La Revolución
Inglesa y francesa marcan una gran diferencia en la historia, especialmente en
la época moderna, donde esta serie de cambios
(especialmente sociales) marcan prácticamente el final de
la Edad
Moderna.
En el presente trabajo describiré primero cada
una de las revoluciones, agregando a su final una pequeña
conclusión personal.
Mi objetivo
será el de buscar las características principales de cada una de
ellas, sus causas y consecuencias; sus posibles relaciones y
diferencias, etc.
Desarrollaré de manera más amplia la
Revolución Inglesa, ya que es la más importante
considero debido a los cambios materiales
(entendidos también como sociales y culturales) que les
han sucedido.
No trataré a las revoluciones de manera igual,
debido a que en algunas en la inglesa seré mas descriptivo
y en la francesa un poco más crítico
Sin más que agregar…
Este proceso de
cambio, que si
bien se agudiza entre 1642/49 (período de la Guerra Civil
inglesa), y su desarrollo
final se lo ubica entre los años 1688/89 (la llamada
Revolución Gloriosa).
Analicemos, a mi juicio, uno de los elementos mas
importantes del sistema
británico.
El Parlamento es una de las instituciones
británicas más antiguas y respetadas. Su nombre se
deriva de la palabra francesa parler (hablar) que se daba a las
reuniones del consejo del rey inglés
a mediados del siglo XIII. Su antecesor más directo fue el
consejo feudal del monarca, la curia Regis, y antes de eso el
witan o witenagemot anglosajón, que era un mecanismo
desarrollado por los reyes medievales para ayudarles a gobernar y
reflejaba la idea de que un rey debería consultar a sus
súbditos.
En el siglo XIII se combinaron varios elementos que
influyeron en la evolución del Parlamento: la necesidad,
expresada en la Carta Magna
(1215), de que los impuestos fuesen
aceptados por los contribuyentes; la costumbre de convocar al
consejo real no sólo a los barones sino también a
representantes electos de las ciudades y de los condados; la
conveniencia de tratar ciertas audiencias ante una reunión
ampliada del consejo real.
Por lo cual, se puede apreciar, que el Parlamento es el
elemento por excelencia del sistema británico; que desde
fines del siglo XIII en adelante fue adquiriendo un carácter
institucional en la vida política de los
ingleses.
ANTECEDENTES
Ahora bien, cuando en 1603 murió la reina Isabel
I de Inglaterra sin
dejar descendientes y Jacobo subió al trono con el nombre
de Jacobo I, el primer rey Estuardo de Inglaterra; la
situación política había cambiado: su falta
de tacto con el Parlamento, debido a su idea del derecho divino
de los reyes, desembocó en un largo conflicto, que
se agudizaría con la sucesión del trono por parte
de su segundo hijo, Carlos I.
En 1625, Carlos accedió al trono y se casó
con Enriqueta María, pero su matrimonio
provocó las iras de sus súbditos protestantes
porque la reina era católica.
Carlos creía en el derecho divino de los reyes y
en la autoridad de
la Iglesia de
Inglaterra. Estas creencias le enfrentaron con el Parlamento, que
luego disolvió reiteradamente unas tres veces, gobernando
aproximadamente unos once años sin parlamento. Cuando las
arcas del gobierno
empezaron a vaciarse, y las necesidades tanto internas como
externas (conflictos
bélicos con Escocia, al tratar de imponer la liturgia
católica) subían cada vez más, Carlos, se
vio forzado a reunir lo que se denominó el Parlamento
Largo con el fin de recaudar fondos, pero a cambio, los
parlamentaristas le exigían ciertas garantías
políticas. Pero luego de ciertas disputas
políticas, el Parlamento se dividió entre los que
estaban a favor del rey, y los que no lo estaban, estallando de
esta manera una guerra civil en 1642.
Dos años antes, Oliver Cromwell, había
vuelto al Parlamento luego de su retiro en 1629. Cuando
estalló la guerra civil en 1642, reunió un
regimiento de caballería, para combatir en favor de la
causa parlamentaria. Con este contingente logró un gran
prestigio como militar durante la primera fase de la
guerra.
El enfrentamiento entre los parlamentarios cesó
cuando el Rey escapó, se alió con los escoceses y
desencadenó de nuevo la guerra civil en 1648. Cromwell
reprimió una rebelión en Gales y derrotó a
los escoceses en Preston (agosto de 1648). De nuevo se puso de
parte del Ejército en contra del Parlamento, que intentaba
reanudar las negociaciones con Carlos. En el mes de diciembre,
autorizó la expulsión de la oposición del
Parlamento, dejando sólo a unos pocos miembros que estaban
de acuerdo con la designación de una comisión que
juzgara al Rey por traición.
Página siguiente |