Indice
1.
Introducción
2. Características generales de
los objetivos.
3. Clasificación de los objetivos
por su función.
4. Características generales de
los objetivos instructivos.
5. Conclusiones.
6. Bibliografía.
Todo docente, independientemente del nivel de enseñanza en que realice su labor, se ha
planteado durante las etapas de planificación, organización, ejecución y control del
proceso docente – educativo cuestiones tales
como:
- ¿Cuál es el lugar de mi asignatura en
el sistema
educativo? - ¿Qué aporte hace mi disciplina
al conocimiento
de los estudiantes? - ¿Cómo debo esperar que se refleje mi
clase en los aprendices? - ¿Cuándo deberán los estudiantes
recuperar los contenidos impartidos? - ¿En qué condiciones deberán
aplicar esos conocimientos?
Cada una de estas preguntas nos conduce a la tarea de
plantear (o precisar) los objetivos que se persiguen con
determinado tipo de proceso docente.
Comencemos por poner en claro qué son los objetivos:
Los objetivos son el modelo
pedagógico del encargo que la Sociedad realiza
a la Escuela; son los
propósitos y aspiraciones que durante el proceso docente –
educativo se van conformando en el modo de pensar, sentir y
actuar del estudiante y futuro graduado. Es la previsión
del resultado de la actividad del estudiante.
2. Características generales de los
objetivos.
A partir de las relaciones que la Sociedad establece con
la Escuela, en la que esta última se subordina a la
primera se infiere que el objetivo
desempeña ese papel de
intermediario, por lo que se constituye o elemento principal o
rector del proceso, determinando el contenido a enseñar y
precisando, además, los métodos,
medios y
formas organizativas de la enseñanza; que, dado el
carácter de sistema del proceso,
influirán en el logro de los objetivos.
El objetivo es de todas las categorías del proceso docente
– educativo la que tiene un carácter más subjetivo,
en tanto es aspiración, idea, propósito. Sin
embargo, en el objetivo está presente la dialéctica
entre lo subjetivo y lo objetivo, la cual se concreta en cuatro
momentos fundamentales:
- Cuando se formulan, es decir, cuando los encargados
de la enseñanza se hacen conscientes del
propósito a alcanzar con los estudiantes y los
redactan. - Cuando determinan el contenido de la enseñanza
a través del plan de
estudio, el programa, el
texto, la
preparación de la asignatura y el plan de
clase. - Cuando se desarrolla el proceso docente, al profesor
actuar en función
de lograr el fin propuesto. - Cuando el estudiante realiza las tareas programadas,
que es cuando el propósito, la idea del profesor se
convierte en acción objetiva, en actividad
práctica estudiantil; cuando lo subjetivo adquiere un
carácter objetivo, al transformarse en aprendizaje, en
atributos de la
personalidad del estudiante.
Como se apuntó, una de las funciones del
objetivo es la de orientar el proceso docente, la de precisar el
sistema de conocimientos y la estructura u
orden en que se enseñarán dichos conocimientos.
Ello influye, en alguna medida, en la lógica
que se seguirá en el desarrollo del
proceso, en el método de
enseñanza; lo cual determina el modo en que
aprenderá el estudiante y en última instancia su
futura manera de pensar y actuar. Las formas organizativas del
proceso se adecuarán a la lógica descrita
anteriormente, para propiciar la asimilación o dominio del
contenido y el cumplimiento de los objetivos.
En resumen, las características fundamentales de los
objetivos son las siguientes:
- Manifiestan las exigencias que la Sociedad plantea a
la
educación (lo cual determina su carácter
rector) - Orientan el proceso docente para transformar a los
estudiantes según la imagen del
hombre a que
se aspira. - Determinan el resto de los componentes del proceso
docente en su relación mutua. - Su formulación y realización de forma
planificada es una condición esencial para el éxito
del proceso.
3. Clasificación
de los objetivos por su función.
Los objetivos se pueden clasificar de acuerdo con el
grado con que aspiran a modificar la personalidad
del educando, es decir, por su función.
En este sentido existen los:
- Objetivos educativos; que son aquellos que
están encaminados a conformar aspectos más
trascendentales de la personalidad de los educandos tales como
sentimientos, valores,
convicciones, etcétera. - Objetivos instructivos; que tienen menor
trascendencia y están vinculados con el dominio, por
parte de los estudiantes, del contenido de una
asignatura.
Durante la
organización del proceso docente es necesario, en
primer lugar, establecer los rasgos más generales y
esenciales que deben caracterizar a los egresados del nivel o
tipo de educación, aquellos
dirigidos a conformar los aspectos más trascendentes de la
personalidad del educando en el plano filosófico,
político, ético, estético, entre otros, los
que denominamos objetivos generales educativos y que le dan
respuesta al problema planteado a la Educación: el encargo
social. En estos objetivos educativos se concretan las
aspiraciones que la Sociedad tiene con los futuros egresados de
los diferentes niveles de Educación.
El sistema de objetivos generales instructivos expresan las
características que deben alcanzar los estudiantes que le
faculten para resolver los problemas a su
alcance en el mundo circundante.
4. Características
generales de los objetivos instructivos.
Al intentar formular un objetivo instructivo,
habrá que atender a varias interrogantes:
Pregunta: | Respuesta: |
| EL CONOCIMIENTO |
| LA HABILIDAD |
| LA ASIMILACIÓN |
| LA PROFUNDIDAD |
| LA SISTEMATICIDAD |
A continuación analizaremos los elementos
componentes de los objetivos instructivos y su estructura
correspondiente.
El contenido: conocimientos + habilidades.
Un objetivo no está completamente formulado cuando se
declara que el estudiante conozca una ley (por
ejemplo), sino cuando se dice qué va a ser capaz de hacer
con esa ley: definirla, deducirla, aplicarla, extrapolarla,
etcétera.
Desde el punto de vista didáctico el
conocimiento está estrechamente ligado a la habilidad,
como otro elemento del contenido de la enseñanza. De
ahí que al formular los objetivos y expresar en él
los modos de actuación del estudiante se deben plasmar no
sólo los conocimientos, sino también las
habilidades, que de manera interrelacionada permiten alcanzar
dicho objetivo.
El objetivo contiene como núcleo o elemento fundamental a
la habilidad. La determinación del verbo que mejor refleja
esa habilidad, adquiere en la práctica una enorme
importancia.
Hasta el momento hemos planteado dos de los elementos que deben
aparecer en el objetivo: el conocimiento y la habilidad. Sin
embargo, la práctica escolar ha indicado la necesidad de
precisar las condiciones en que se apropia el estudiante de este
contenido; se hace necesario determinar, por tanto, los niveles
de asimilación, profundidad y sistematicidad del
contenido.
El nivel de asimilación del contenido.
Cada objetivo instructivo tiene que dejar explícito el
nivel de asimilación de los contenidos (conocimientos +
habilidades) que se pretende lograr, es decir, el grado de
dominio de esos contenidos, entendiéndose por dominio la
apropiación del conocimiento y de las habilidades
vinculadas a dicho conocimiento, en determinadas condiciones.
Los niveles de asimilación son cuatro: de
familiarización, reproductivo, productivo y creativo. El
análisis de la actividad externa o social
de los estudiantes, permite apreciar los distintos grados de
dominio o de asimilación.
En el nivel de familiarización se pretende que los
estudiantes reconozcan los conocimientos o habilidades
presentadas a ellos, aunque no los puedan reproducir.
El nivel reproductivo implica la repetición del
conocimiento asimilado o de la habilidad adquirida. Cuando el
estudiante repite prácticamente lo dicho o lo hecho por el
docente, se dice que ha asimilado a un nivel reproductivo.
Algunos autores le asignan gradaciones a este nivel de
asimilación, en dependencia de si la acción se
desarrolla con o sin modelos
previamente establecidos, o si se llevan a cabo pequeñas
variantes del algoritmo que
se toma como contenido a asimilar.
En el nivel productivo los estudiantes son capaces de utilizar
los conocimientos o habilidades en situaciones nuevas. Esto
constituye una enseñanza que lo prepara para saber usar lo
aprendido en la solución de problemas.
El nivel creativo supone la capacidad de resolver situaciones
nuevas para las que no son suficientes los conocimientos
adquiridos. En este caso no sólo no se conoce el
método para resolver el problema, sino que tampoco se
dispone de todos los conocimientos necesarios para resolverlo,
por lo que se debe presuponer un elemento cualitativamente nuevo
(al menos para el estudiante).
Como consecuencia, al formularse los objetivos se debe dejar
claro, no sólo qué conocimiento debe asimilar, sino
qué acciones se
van a ejecutar con dicho conocimiento, es decir, qué nivel
de asimilación le corresponderá. En todos los
casos, la enunciación del verbo no garantiza, la
precisión del nivel de asimilación; es necesario,
entonces, redactarlo utilizando todas las palabras que
explíciten dicho nivel.
Tabla 1. Niveles de asimilación del
contenido.
Niveles de asimilación | Características del contenido | Situación planteada |
Familiarización | "nuevo" | desconocida |
Reproductivo | conocido | conocida |
Productivo | conocido | nueva |
Creativo | parcialmente conocido | "nueva" |
Nivel de profundidad del contenido.
El nivel de profundidad es fundamental en la determinación
de los objetivos; el mismo concreta el nivel de esencia en que se
asimila cada concepto, ley,
teoría
o cuadro del mundo; el grado de complejidad o riqueza con que se
domina cada habilidad.
Un mismo concepto puede ser apropiado en un mayor o menor grado
de complejidad, formando parte de un sistema de carácter
más esencial, con un mayor o menor grado de
abstracción. Esto es lo que hemos llamado nivel de
profundidad.
El contenido del programa analítico de una asignatura
puede variar en extensión; es decir, la existencia de un
mayor número de conceptos, leyes, teorías
a estudiar. Sin embargo, no se debe identificar esto con el nivel
de profundidad. El nivel de profundidad posibilita determinar las
posibles variantes de programas de una
disciplina docente, de acuerdo con las distintas carreras o tipos
de educación.
Nivel de sistematicidad del contenido.
El desarrollo exitoso de la enseñanza exige determinar
correctamente los objetivos en los diferentes niveles
estructurales del proceso docente: carrera o tipo de
educación, nivel, año, grado, disciplina,
asignatura, tema o unidad, actividad docente o clase, y
tarea.
Esta característica del proceso y en consecuencia de los
objetivos se apoya en el concepto de sistema es decir, en la
integración del conjunto de elementos, cuyo
resultado es cualitativamente superior a la suma de dichos
elementos.
En la práctica de la Educación se ha denominado a
los sistemas de orden
mayor, generales y a los de orden menor, particulares o
específicos. De tal modo, a los objetivos de la clase se
les suele llamar objetivos específicos; a los del tema o
unidad, particulares, y a los de la asignatura o grado
generales.
De acuerdo con el principio de la derivación gradual de
los objetivos: los objetivos generales del egresado deben
precisarse paulatinamente en el año o grado, el nivel de
enseñanza, la disciplina, la asignatura, el tema o unidad
y la clase, esto es, se derivan desde los generales hasta llegar
a los específicos.
La derivación gradual de los objetivos no puede
considerarse como la descomposición de estos en acciones
aisladas, por el contrario, cada uno de los subsistemas que
surgen como resultado de esta derivación, tiene que ser
considerado como un elemento de un sistema rigurosamente
articulado que constituyen los objetivos del futuro egresado.
Esta derivación implica que los objetivos más
específicos se subordinan de los generales, pero de tal
manera que el conjunto de objetivos derivados interactúa
también como un sistema.
Los objetivos de la disciplina, en su propia estructura,
encierra, en alguna medida, a la lógica de su ciencia o rama
de saber y refleja también, en sus aspectos más
generales, la lógica del proceso que prevé la
asequibilidad de dichos contenidos durante su asimilación
por el estudiante.
Los objetivos en que se declara un mayor nivel de
asimilación y profundidad se van obteniendo, en buena
medida, como resultado de alcanzar sistemas de orden mayor. Es
decir, los objetivos generales de la asignatura reflejan la
posibilidad, al integrar todos los contenidos de la misma, de
obtener resultados más ambiciosos.
El profesor, al desarrollar el proceso docente, debe lograr en
los estudiantes la integración y sistematización de
los contenidos al finalizar las clases, el tema y la asignatura,
de modo tal que se vayan produciendo saltos de calidad en la
comprensión de la esencia de dichos contenidos.
Tabla 2. Clasificación de los objetivos de
acuerdo al nivel de sistematicidad.
Clasificación | Nivel de sistematicidad | Evaluación | Documento |
Objetivos generales | Asignatura o grado | Examen final de la asignatura o grado | Programa de la asignatura o grado |
Objetivos particulares | Tema o unidad | Evaluación parcial | ¿Plan de asignatura? |
Objetivos específicos | Clase | Evaluación frecuente | Plan de clase |
5. Conclusiones.
El estudio de la categoría objetivo nos permite
concluir que para que el proceso docente sea eficiente y
consciente, es necesario dirigirlo sobre la base de la
determinación científica de los objetivos, elemento
rector del proceso dada la esencia social del mismo, y al cual se
subordinan el resto de las categorías del
proceso.
- Álvarez, C. y otros. La categoría
didáctica objetivo en la enseñanza
de la Física General en la educación
Superior Cubana. Revista
Cubana de Física. Vol. II. No. 3. 1982. - Álvarez, C. Fundamentos teóricos de la
Didáctica de la Educación Superior. Apuntes para
un libro de
texto. 1990. - Fuentes, H., Mestre, U. Una alternativa de
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Cátedra. Centro de Estudios de educación Superior
de la Universidad
de Oriente. No. 1. Enero – Marzo 1996. Pp 37 – 44. - Fuentes, H., Mestre, U., Repilado, F. Dinámica del proceso docente – educativo.
Bibliografía básica del programa de
Maestría en Ciencias de
la Educación del Centro de estudios de Educación
Superior para la asignatura homónima. Universidad de
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didáctica como ciencia: una necesidad de la
Educación Superior en nuestros tiempos. Revista Comunicación. Publicación del
Instituto Tecnológico de Costa Rica.
Escuela de Ciencias del Lenguaje.
Vol. 10. No. 2. Año 19. Pp. 70 – 77. Agosto
1998. - Monereo, C. y otros. Estrategias de
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1996. - Pozo, J. I. De aprendices y maestros. La nueva
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1997.
Autor:
Ulises Mestre Gómez
Doctor en Ciencias Pedagógicas. Más de 20
años de experiencia docente. Ha publicado artículos
en Cuba, Costa
Rica, Colombia,
España y Argentina.
Coordinador del Programa de Maestría en Ciencias de la
Educación Superior de la Universidad de Oriente en el
Centro Universitario de Las Tunas. Miembro de su Tribunal y
Comité Académico. Director de la Cátedra de
Estudios de Didáctica del Centro Universitario de Las
Tunas. Cuba. E-mail: umestre[arroba]yahoo.com