- Introduccion
- Definición de persona
humana - Naturaleza de la persona
humana - Propiedades de la
persona - Necesidades de la
persona - El estado y la
persona
"Lo que constituye al hombre es
principalmente el alma, forma sustancial de su naturaleza. De
ella dimana en último lugar toda la vida humana; en ella
radican todos los dinamismos psíquicos con su propia
estructura y
su ley
orgánica; a ella es a quien la naturaleza encarga el
gobierno de todas
las energías, hasta tanto que éstas no hayan
adquirido aún su última
determinación".
Para poder hablar
de los principios del
estado, se
(tiene que) debe
empezar por su elemento más esencial, el elemento
que es anterior al estado: la población; más concretamente la
persona humana. El hombre,
como bien lo dijo Aristóteles, es un ser social por
naturaleza; es decir, necesita vivir en sociedad para
así poder satisfacer sus necesidades. "El hombre es, en
efecto, por su íntima naturaleza, un ser social, y no
puede vivir ni desplegar sus cualidades sin relacionarse con los
demás. El hombre, única criatura terrestre a la que
Dios ha amado por sí misma, no puede encontrar su propia
plenitud si no es en la entrega sincera de sí mismo a los
demás. Pero, ¿qué es el hombre? Muchas son
las opiniones que el hombre se ha dado o se da sobre sí
mismo, diversas e incluso contradictorias. Exaltándose a
sí mismo como regla absoluta o hundiéndose hasta la
desesperación" No se puede hablar de un estado ni de
su personalidad,
si antes no se conoce a fondo cuál es su origen o
quiénes lo componen. La persona humana es, en realidad, un
ente de estructura compleja en donde se tiene que analizar con
detenimiento cada uno de sus elementos para poder comprender la
trascendencia de su existencia y de su fin. Los elementos de la
persona humana, son los que le dan vida y forma al estado; de
cada una de las propiedades del hombre emanan las garantías
individuales que el estado debe
de (procurar) aceptar y
proteger. No se puede hablar de un verdadero estado
si no hay justicia en
donde se tengan protegidas, por el ordenamiento jurídico,
la libertad, la
igualdad y la
dignidad de la persona. El estado, pues, debe de estar formado
conforme a estos principios elementales que son inherentes a la
persona y por lo tanto necesitan estar regulados y protegidos por
el mismo, adquiriendo, de esta manera, su personalidad como
tal.
"Establecidos sobre esta misma base, la persona, el
estado, el poder público, con sus respectivos derechos, están tan
íntimamente unidos y vinculados entre sí, que o se
conservan o se arruinan al mismo tiempo".
"Rationalis naturae individua
substancia"
La más célebre definición de la
persona es la formulada por Boecio: "Sustancia individual de
naturaleza racional". Todos los conceptos integrados en esta
fórmula son de origen aristotélico. Por sustancia
individual se entiende aquí lo que Aristóteles
llama la sustancia primera: una realidad indivisa en
sí misma y separada, en cambio, de las
demás realidades. Pero, por ser sustancia, su
individualidad es, digámoslo así, más
radical que la del accidente, dado que éste no se
individua por sí mismo, sino por la sustancia. Ahora bien,
la persona está clausurada, cerrada en su propio ser, no
en virtud de su naturaleza racional, sino por ser un individuo
subsistente.
a) Tiene cuerpo y alma.
"En la unidad de cuerpo y alma, el hombre, por su
misma condición corporal, es una síntesis
del universo
material, el cual alcanza por medio del hombre su más alta
cima y alza la voz para la libre alabanza del Creador. No debe,
por tanto, despreciar la vida corporal, sino que, por el
contrario, debe. tener por bueno y honrar a su propio cuerpo,
como criatura de Dios que ha de resucitar el último
día".
La constitución del hombre se divide en dos:
en un cuerpo físico sujeto a las leyes
biológicas de todos los seres vivos (nacimiento, nutrición,
crecimiento, reproducción y muerte). Y un
alma, principio de movimiento de
todo ser vivo, qué es diferente al de los demás
seres vivos ya que está dotado de inteligencia y
voluntad. La inteligencia, es la potencia
espiritual del hombre de conocer la verdad, y la voluntad, la
potencia espiritual del hombre de buscar o tender al
bien.
"En virtud de su dignidad, todos los hombres, porque
son personas, es decir, estén dotados de razón y
voluntad libre, y provistos de una responsabilidad personal,
están presionados, por su naturaleza misma, y obligados,
por obligación moral, a
buscar la verdad. Están obligados también a
adherirse a la verdad tan pronto como la conocen y a reglamentar
toda su vida según las exigencias de esta
verdad".
b) Es individual.
Fernando Bastos en su enciclopedia de la Doctrina Social
de la Iglesia dice
al respecto; Persona Humana: del latín persona. Es el
individuo de naturaleza racional, portador de potencialidades que
se desarrollan a través de la vida, en el seno de la familia y
de la comunidad.
Como individuo, la persona humana presenta dos características fundamentales:
l) Es distinta de todos los otros miembros de la especie
humana, es decir, aunque participe de la misma naturaleza,
constituye una totalidad en sí.
2) Es una unidad, que no puede dividirse sin perecer. Se
compone de alma y cuerpo, espíritu y materia, que
en ella forman una unidad sustancial, cuya ruptura es la
muerte.
c) Es social.
El hombre es un ser consciente, racional y libre, y, por
eso mismo, es también un ser social, que sólo en la
compañía de sus semejantes encuentra las
condiciones necesarias para el desarrollo de
su conciencia,
racionalidad y libertad, características que lo distinguen
de los otros animales. Y
precisamente por ser consciente, racional y libre, el hombre
posee derechos inalienables y deberes morales, mientras el animal
sólo tiene instintos y hábitos. De ese conjunto de
condiciones que caracterizan a la persona humana: ser consciente,
racional y libre, y por lo tanto social, sujeto de derechos y
deberes, resulta la misma dignidad absoluta y la misma igualdad
esencial para todos los hombres, independientemente de su
color,
situación socioeconómica, religión o cultura. Es
una dignidad absoluta porque no depende de ninguna
cualificación, sino basándose en el mero hecho de
tratarse de una persona humana, dignidad que le confiere un
valor
inestimable y la coloca como razón de ser de todas las
instituciones
sociales, políticas
y económicas. Y esa dignidad debe ser respetada, ya sea
persona rica, ya sea pobre y sin cultura o bien culta, de esta o
de aquella raza, de aquel pueblo o de aquel credo religioso. Aun
en el caso en que el hombre se envilezca por el vicio,
transformándose en alcohólico, corrupto y criminal,
no pierde su dignidad esencial, y a él se debe respeto, lo cual
es privilegio de todas las criaturas humanas. El hombre
está compuesto y unido por un cuerpo y un alma (que se
compone de inteligencia y de voluntad), en donde existe una
individualidad que hace diferente a cada ser humano. De la
inteligencia y la voluntad se desprenden características
esenciales del hombre como la dignidad, la Igualdad y la
Libertad.
NATURALEZA
DE LA PERSONA HUMANA
1. LEY NATURAL.
"En la profundidad de su conciencia descubre el
hombre una ley que no se da él a sí mismo, sino a
la que debe obedecer y cuya voz suena con claridad a los
oídos del corazón
cuando conviene, invitándole siempre con voz apagada a
amar y obrar el bien y evitar el mal: haz esto, evita lo otro. El
hombre lleva en su corazón la ley escrita por Dios, a la
que su propia dignidad le obliga a obedecer y según la
cual será juzgado"
El principio supremo de la ley natural humana se expresa
muy brevemente: "haz el bien y evita el mal". Cada hombre
y mujer tiene
dignidad, libertad e igualdad ante los demás seres de su
misma especie ya que cada uno de ellos son seres racionales pero
diferentes unos de otros; es decir, son seres individuales que
están inclinados hacia el bien. Se necesita que
éste viva en sociedad; esta característica, se
encuentra inscrito en el orden de la ley divina que se refleja en
la ley natural.. Santo Tomás de
Aquino explica claramente cuales son las inclinaciones
naturales del hombre: "todas las cosas hacia las cuales el hombre
se inclina por su naturaleza, la razón las
percibirá naturalmente buenas y, por consiguiente, como
metas de acción, y las que le son contrarias, como malas y
que se deben evitar. Por lo tanto, según la
jerarquía de las inclinaciones naturales se
estableceré la jerarquía de los preceptos como de
la ley natural. En efecto:
l) Hay, en primer lugar, inscrita en el hombre una
inclinación al bien, según lo que
éste tiene en común con todas las otras sustancias,
en el sentido en que toda sustancia aspira a la
conservación de su ser según su naturaleza. En
virtud de esta inclinación, depende de la ley natural todo
lo que interese para la conservación de la vida humana e
impida lo que le es contrario.
2) Esté inscrita en el hombre, en segundo lugar,
una inclinación a ciertos bienes
más específicos, según lo que tiene en
común con los otros animales. En virtud de lo cual se
dirá que le toca a la ley natural "lo que la naturaleza
enseñó a todos los animales". Es decir, la
unión de los sexos, la educación de los
hijos y otras cosas similares.
3) En tercer lugar, hay inscrita en el hombre una
inclinación conforme a la naturaleza de la
razón, la cual le es propia: así el hombre
tendrá una inclinación natural a conocer la
verdad sobre Dios y a vivir en sociedad". En virtud de esto,
le toca a la ley natural lo que se relaciona con una
inclinación de este orden, por ejemplo: que el hombre
evite la ignorancia, que no ofenda a aquéllos que viven en
la misma sociedad que él y las otras prescripciones que
esto implica.
Como ya lo explica Santo Tomás, el hombre
está inclinado hacia el bien y a vivir en sociedad. Es
parte de su naturaleza estar rodeado de otros seres de su misma
especie para su propia autorrealización que la
conseguirá por medio de la sociedad.
2. NATURALEZA SOCIAL DEL HOMBRE:
"El hombre es naturalmente un animal
político y social. Esto resulta evidente por el hecho de
que un hombre no se basta él solo para vivir (…). Pero
el orden de la providencia no le quita a ninguna cosa lo que le
es natural, sino más bien lo provee de todo de acuerdo
con el orden de su naturaleza (…). Luego el orden de la
providencia no ha querido que se suprima la vida social del
hombre".
a) El Hombre es un ser social por
naturaleza.
Pero el hombre, por ser racional e individual, no es
autosuficiente; necesita de la ayuda y cuidado de los
demás seres de su especie. No puede vivir aislado, tiene
que vivir en sociedad para así poder satisfacer sus
necesidades tanto físicas como espirituales: "debe
saberse que, puesto que el hombre es un animal social por
naturaleza – como todo el que para subsistir necesita de muchas
cosas que por sí mismo no puede procurarse -, es
lógico que el hombre sea naturalmente parte de una
comunidad, que le proporcione lo que le ayude a vivir bien".
"En efecto, el principal recurso del hombre es, junto con
la tierra, el
hombre mismo. Es su inteligencia la que descubre las
potencialidades productivas de la tierra y de
las múltiples modalidades con que se pueden satisfacer las
necesidades humanas. Es su trabajo disciplinado, en solidaria
colaboración, el que permite la creación de
comunidades de trabajo cada vez más amplias y seguras para
llevar a cabo la transformación del ambiente
natural y la del mismo ambiente humano".
"Los hombres, las familias y los diversos grupos que
constituyen la comunidad civil son conscientes de su propia
insuficiencia para lograr una vida plenamente humana y perciben
la necesidad de una comunidad más amplia, en la cual todos
conjuguen a diario sus energías en orden a una mejor
procuración del bien común. Por ello forman
comunidades políticas.".
b) La búsqueda del bien. La
felicidad.
El hombre al ser un animal social y
racional por naturaleza, busca con los demás hombres
satisfacer sus necesidades. Pero no basta con que los hombres se
agrupen en comunidades o sociedades
para poder satisfacer sus necesidades, el hombre no se queda tan
sólo en la búsqueda del bien material; por ser
racional tiene una inclinación hacia el bien espiritual
que además busca su perfeccionamiento con la
búsqueda de su desarrollo
personal e integral para así poder llegar a su anhelo
aquí en la tierra: la felicidad.
"hay en el hombre una inclinación al bien
correspondiente a su naturaleza racional, inclinación que
es específicamente suya; y así el hombre tiene
tendencia natural a conocer las verdades divinas y a vivir en
sociedad. Desde este punto de vista, pertenece a la ley natural
todo lo que se refiere a esa inclinación, desterrar la
ignorancia, evitar las ofensas con quienes se debe
conversar".
c) El fin último del hombre.
Dios.
Más aún, la búsqueda del hombre en
sociedad no termina con satisfacer sus necesidades ni con la
felicidad en la tierra; debe ir más allá de lo que
este universo le puede dar, debe de buscar su perfeccionamiento y
desarrollo con el creador:
"Como el hombre virtuoso está destinado a otro
fin, que consiste en la visión de Dios (…) es necesario
que la sociedad tenga el mismo fin que el hombre. No es el
último fin del hombre constituido en sociedad el vivir
según la virtud; es alcanzar por medio de la virtud goces
de la bienaventuranza eterna. Si a ese fin pudiera llegarse sin
otro auxilio que el de las fuerzas naturales, a los reyes
pertenecería dirigirlos a ese fin."
"El hombre tiene un alma
espiritual e inmortal; es una persona, dotada admirablemente por
el Creador con dones de cuerpo y espíritu; es en realidad,
como decían los antiguos, un <<pequeño
mundo>> que supera
extraordinariamente en valor a todo el inmenso mundo inanimado.
Dios es el último fin exclusivo del hombre en la vida
presente y en la vida eterna".
Buscando el último fin, que es llegar a Dios, es
como se desarrolla y autorrealiza el hombre.
1. DIGNIDAD
"Creando al hombre
<<varón y mujer>>, Dios da la dignidad
personal de igual modo al hombre y a la mujer,
enriqueciéndolos con los derechos inalienables y con las
responsabilidades que son propias de la persona
humana".
Pasando ya al estudio concreto de
esos derechos inherentes a la persona humana, primero se
encuentra la dignidad:
a) Definición.
Deriva del latín dignitas, del adjetivo dignus,
cuya forma arcaica dec nos revela su origen del verbo decet:
decente. Es la actitud de
respeto a sí mismo y a los otros, por el reconocimiento
que toda criatura humana posee características que la
elevan por encima de los otros seres. El respeto a esa dignidad
es la garantía suprema del orden social..
En pocas palabras es el respeto que se tiene en
sí mismo y en los demás. Es una estima que se tiene
la persona por tener inteligencia y voluntad y que además
tiene esa misma estima o respeto para con los demás seres
de su misma especie.
b) Naturaleza.
"La razón más alta de la dignidad
humana consiste en la vocación del hombre a la
unión con Dios. […] el hombre tiene una ley escrita por
Dios en su corazón, en cuya obediencia consiste la
dignidad humana y por la cual será juzgado personalmente.
El hombre logra esta dignidad humana cuando, liberado totalmente
de la cautividad de las pasiones, tiende a su fin con la libre
elección del bien y se procura medios
adecuados para ello con eficacia y
esfuerzo crecientes".
La naturaleza de la dignidad humana consiste en
conseguir el fin último del hombre; en buscar los medios
más eficaces y adecuados para lograr el bien de la persona
misma y el bien de las demás personas.
c) La dignidad en la vida social.
"El género
humano debe establecer un orden político, económico
y social que esté más al servicio del
hombre y permita a cada uno y a cada grupo afirmar
y cultivar su propia dignidad La dignidad humana requiere, que el
hombre actúe según la conciencia y libre
elección; los hombres, mucho más conscientes de su
propia dignidad y deber, desean participar cada vez más
activamente en la vida social y sobre todo en la económica
y política.
" .
Para poder desarrollar la dignidad de la persona humana,
se necesita de un estado que esté al servicio del hombre y
permita a éste una libre elección, hecha a
conciencia, en la participación de la vida política
del estado. Que el hombre, porque tiene dignidad, pueda escoger a
sus gobernantes, pueda tener libertad en el trabajo, en
la religión, en la participación económica
social, en pocas palabras: que tenga libertad, con
responsabilidad individual y social, en su vida.
"el hombre recibe de Dios su dignidad esencial y con
ella la capacidad de trascender todo ordenamiento de la sociedad
hacia la verdad y el bien. Sin embargo, está condicionado
por la estructura social en que vive, por la educación recibida y
por el ambiente. Estos elementos pueden facilitar u obstaculizar
su vivir según la verdad".
"no hay más Ley justa que
la que detalla las exigencias que se desprenden de la igual
dignidad de los hombres, y del fundamento de esta
dignidad".
d) Medios para el desarrollo de la dignidad
humana
"[…] no puede llegarse a este sentido de la
responsabilidad [individual y social] si no se facilitan al
hombre condiciones de vida que le permitan tener conciencia de su
propia dignidad. Las instituciones humanas, privadas o
públicas, esfuércense por ponerse al servicio de la
dignidad y del fin del hombre. También en la vida
económicosocial deben respetarse y promoverse la dignidad
de la persona humana, su entera vocación y el bien de toda
la sociedad".
El estado tiene el deber de facilitar al hombre las
condiciones de vida necesarias creando instituciones
públicas y privadas que protejan la dignidad del hombre y
le permitan que pueda desarrollar todas sus potencias para que, a
su vez, el estado se desarrolle también. Es decir, se debe
de proteger al hombre garantizándole el desarrollo pleno
de sus facultades dándole los medios necesarios y
suficientes en su vida; tales medios son la protección a
los derechos humanos.
Por lo tanto, un estado que quiera aspirar a la justicia y al
bien común, debe de respetar y desarrollar, por medio de
múltiples instituciones (escuelas, hospitales, centros
culturales etc.), la dignidad humana otorgándole
garantías para su crecimiento y respetando, a su vez, la
libertad que tiene el hombre para participar en la vida
política y económica del país.
2. LIBERTAD
"De hecho el hombre se realiza a
sí mismo en la libertad. Y a esta realización,
cada vez más plena, debe tender, sin detenerse
únicamente en exaltaciones verbales o retóricas,
como ocurre demasiado a menudo, sin dar la vuelta al mismo
sentido de la libertad y sin "cultivar de mala manera, como si
todo fuera lícito a condición de que guste,
incluido el mal" al contrario debe ver y alcanzar
estrechamente, conceptualmente y de hecho, la libertad como
consecuencia de la "dignidad" proveniente del hecho de ser
él mismo signo altísimo de la imagen de Dios".
De la dignidad del hombre se desprenden dos grandes
derechos o bienes inherentes a la persona humana; tales son la
libertad y la igualdad.
a) Definición.
Del latín libertas, de liber: libre. La libertad
es la capacidad del ser racional y consciente de
autodeterminarse, ante la multiplicidad de alternativas de
opción que se le ofrecen, en cada situación
concreta. En este sentido, es un dato inmediato de la conciencia
y se identifica con el libre albedrío: todos
experimentamos que podemos ser un principio absoluto de
acción, actuando o dejando de actuar, actuando de esta o
de aquella manera. Es una facultad exclusiva del ser racional,
capaz de interiorizar el mundo bajo una gran variedad de
aspectos.
La libertad es la parte de la voluntad (elemento
constitutivo de las personas humanas) de poder elegir entre uno o
más bienes. Es la elección del bien que
perfecciona, eso es una verdadera libertad: con
responsabilidad.
b) Naturaleza.
"Esta es la dignidad que exige que el
hombre actúe según opciones conscientes y libres,
esto es, movido e inducido por convicciones personales y no por
un ciego impulso interno o por mera coacción
externa."
La libertad del hombre proviene de la ley natural que es
el reflejo de la ley divina. El hombre es libre por naturaleza y
libremente tiene la facultad de decidir la elección que
más le convenga para su perfeccionamiento.
"La verdadera libertad es signo eminente de la
imagen divina
en el hombre. Dios ha querido dejar al hombre en manos de su
propia decisión, para que así busque
espontáneamente a su Creador y, adhiriéndose
libremente a éste, alcance la plena bienaventurada
perfección. La orientación del hombre hacia el bien
sólo se logra con el uso de la libertad, la cual posee un
valor que nuestros contemporáneos ensalzan con entusiasmo.
Y con toda razón. Con frecuencia, sin embargo, la fomentan
de forma depravada, como si fuese pura licencia para hacer
cualquier cosa, con tal que deleite, aunque sea
mala".
c) Libertad en la Vida Social.
Aplicada al plano social y político, libertad
significa un estado de ausencia de coacción proveniente
del grupo, principalmente del poder público. Es libre, en
este sentido, el individuo, que puede hacer todo lo que no
está prohibido por la ley. En esta acepción, al
término se opone tanto a opresión como a
libertinaje, porque éste impide a los demás el uso
legítimo de esos mismos derechos. El único sentido
auténtico de la libertad política dentro de un
régimen democrático es el uso responsable de los
derechos y el ejercicio consciente de los deberes. En este orden
de ideas, importa tener presente la distinción entre
libertad teórica y real. La primera es el mero permiso
legal para actuar, la segunda exige la creación de
estructuras
sociales que den realmente a todos la posibilidad de obrar, en el
sentido de hacer uso de los derechos del hombre y del ciudadano.
No corresponde al estado solamente el deber de otorgar a todos la
libertad de enseñanza; debe, además de eso,
crear un sistema escolar
que pueda atender a todos los que desean ejercer este
derecho.
d) Libertad y Justicia.
La libertad, junto con la justicia constituyen los
objetivos
más altos de la doctrina social de la iglesia: atender a
las exigencias de la justicia mediante el uso responsable de la
libertad,
3. IGUALDAD
"Pero ningún grupo humano se
puede engreír de poseer sobre otros una superioridad de
naturaleza, ni de ejercer ninguna discriminación que afecte a los derechos
fundamentales de la persona"
La Igualdad es otra característica de la persona
que proviene de la dignidad humana. Todos los hombres y mujeres
del mundo son, por el simple hecho de ser personas,
iguales.
"En su dignidad personal de hijos
de Dios el hombre y la mujer son absolutamente iguales, como
también con respecto al fin último de la vida
humana, que es la unión eterna con Dios en la felicidad
del cielo. Es gloria imperecedera de la Iglesia el haber
restituido a su lugar y a su debido honor esta verdad y el haber
librado a la mujer de una degradante servidumbre contraria a la
naturaleza. Pero el hombre y la mujer no pueden mantener y
perfeccionar esta su igual dignidad si no es respetando y poniendo en práctica las
cualidades particulares que la naturaleza a concedido al uno y a
la otra, cualidades físicas y espirituales
indestructibles, cuyo orden no es posible desbaratar, sin que la
misma naturaleza venga siempre a restablecerlo de
nuevo".
Del latín aequalitas, del radical aequus:
igual, que, como sustantivo, denota, en la forma aequor,
aequoris, el mar, la llanura. Es una de las más
profundas y auténticas aspiraciones
democráticas, pero como tantas otras es también
una de las más explotadas por una demagogia
irresponsable. El fundamento filosófico de la igualdad
democrática es la identidad
esencial de todos los hombres, todos ellos tienen la misma
dignidad esencial, como seres racionales y libres."La igualdad fundamental
entre todos los hombres exige un reconocimiento cada vez
mayor. Porque todos los hombres, dotados de alma racional
creados a imagen de Dios, tienen la misma naturaleza y el
mismo origen. Y porque redimidos por Cristo, disfrutan de la
misma vocación de idéntico
destino".- Definición.
- Naturaleza.
Al igual que la libertad y la dignidad, la Igualdad
proviene de la ley natural. No importa la cultura, raza,
país de origen, religión ni ninguna otra
característica cualitativa que tenga el hombre. Todos los
seres humanos son iguales ante la ley por el simple hecho de ser
personas y el estado tiene la obligación de proteger y
hacer valer esto. "[…] aunque existen diversidades justas
entre los hombres, sin embargo, la igual dignidad de la persona
exige que se llegue a una situación social más
humana y más justa"
c)Igualdad e Identidad.
Es evidente que no todos los hombres son iguales en lo
que toca a la capacidad física y a las
cualidades intelectuales y morales. Pero todos por ser personas
tenemos los mismos derechos y por lo tanto valemos lo
mismo.
"Igualdad no significa en
absoluto identidad: significa que todos somos diferentes, pero
que todos tenemos derecho al mismo respeto".
Cabe destacar, que el estado, respetando esa
individualidad de cada quien, concede más derechos a unos
que a otros; más obligaciones a
unos que a otros, pero todo en razón de una
proporcionalidad existente en todos los miembros de la sociedad.
Es decir, una anciano tendrá mas derechos que un joven, la
mujer tendrá algunos derechos distintos que el hombre, el
rico tiene la obligación de pagar más impuestos que el
pobre etc. Pero esta distinta proporcionalidad, no le quita la
propiedad de
igualdad que tienen los seres humanos.
d) Conclusión.
De lo anterior se puede concluir que todas las personas
somos, ontológicamente, iguales (todos estamos
constituidos por un cuerpo y un alma) pero debido a las distintas
habilidades o capacidades de cada persona cada quien
aportará y recibirá del estado, de manera justa, lo
que su condición personal le permita o
necesite.
Este tema va directamente relacionado con el bien
común; las necesidades del hombre se dividen en
necesidades materiales
(casa, alimento, vivienda, educación etc.) y espirituales
o inmateriales, ambas son objeto de estudio del bien
común, por lo tanto, sólo señalo a la
justicia que es una virtud relacionada con la libertad y a la
felicidad que es una consecuencia de satisfacer esas necesidades
y es un fin propio del hombre.
- JUSTICIA
"Por todas partes se
aspira a una justicia, se desea una paz mejor asegurada en un
ambiente de respeto mutuo entre los hombres y entre los
pueblos".
La libertad y la justicia van de la mano; se complementa
una con la otra. Si la justicia es la virtud de darle a cada
quien lo que le corresponde por derecho; entonces, es necesario
que se ejercite la libertad con justicia. Es decir, el hombre al
elegir entre varios bienes, tiene que tenerlos disponibles. El
estado tiene que otorgarle a cada persona lo que por derecho le
corresponde a cada una de ellas.
a) Definición.
Del latín justicia. Es el deber moral de dar a
cada uno lo que le es debido. Es la base insustituible de toda
relación no sólo de las personas, entre sí,
sino también entre las personas y el estado, y de los
estados entre sí. "En su más amplia
acepción, la voz latina iustitia es un término
abstracto que significa una igualdad o adecuación
objetivamente exigible. […] Por el contrario, la palabra
injusticia va asociada a la idea de una cierta desigualdad o
falta de adecuación. […] De una manera vulgar, pero
esencialmente correcta, suele definirse la justicia como la
virtud de darle a cada uno lo que le pertenece. Esta
definición es una abreviatura de la fórmula
perpetua et constants voluntas ius suum unicuique tribuendi
(Ulpiano).".
La doctrina social de la iglesia explica que no basta
sólo con que las personas den a cada quien lo que le
corresponde sino también al estados y a los estados entre
sí. El estado es el primero en impartir la justicia a
todos sus miembros ya que son personas y éstas, a su vez,
tienen que practicar esta virtud. Fernando Bastos
agrega:
"Sin justicia, la vida social se convierte en una
inmensa hipocresía y un latrocinio organizado. Una de las
mayores responsabilidades de la educación es la de
inculcar, mediante la palabra y el ejemplo, el sentido de la
justicia, que se traduce en una conciencia clara de los propios
derechos y deberes, y en el respeto a los derechos de los
otros"
b) Clasificación.
La justicia tiene varias categorías, según
los sujetos de las relaciones que la especifican:
l) la justicia legal: que tiene como sujeto a
todos los ciudadanos con relación al estado, y los obliga
a prestar a la comunidad todo lo que le es debido para realizar
el bien común. Se llama legal, porque sus exigencias son
normalmente fijadas en leyes. Es en virtud de ella como tenemos
el deber moral, por ejemplo, de pagar los impuestos. Debido a
ella, todo acto u omisión contra el bien común no
es sólo una falta de civismo, sino que es también
una culpa moral;
2) la justicia distributiva: es incumbencia de
todos los que están investidos de una autoridad, y
los obliga a distribuir las cargas y las ventajas de la vida
social. La falta moral contra esta justicia es el favoritismo que
se guía por preferencias personales e
interesadas;
3) la justicia conmutativa: que reglamenta las
relaciones de las personas entre sí, obliga a cada uno a
dar a los otros lo que es debido, ya sea un bien material, como
el salario justo, ya
sea un bien inmaterial, como la fama y la reputación. La
falta contra esta justicia constituye un robo, y, por esto,
implica el deber moral de la restitución.
4) la justicia social: Además de esas tres
categorías, existe una cuarta que incumbe a las
comunidades solidariamente consideradas: es la justicia social.
Por ella, somos todos responsables, cada uno en el ámbito
de sus posibilidades, de la realización de estructuras
sociales que permitan a todos los miembros de una comunidad
alcanzar niveles de vida compatibles con su dignidad.
c) Injusticia.
"Para satisfacer las exigencias de la
justicia y de la equidad, hay que hacer todos los esfuerzos
posibles para que, dentro del respeto a los derechos de las
personas y a las características de cada pueblo,
desaparezcan lo más rápidamente posible las enormes
diferencias económicas que existen hoy y que
frecuentemente aumentan, vinculadas a discriminaciones
individuales y sociales. La justicia y la equidad exigen
también que la movilidad, la cual es necesaria en una
economía
progresiva, se ordene de manera que se eviten la inseguridad y
la estrechez de vida del individuo y de su familia"
.
Resulta escandaloso el hecho de las excesivas
desigualdades económicas y sociales que se dan entre los
miembros o los pueblos de una misma familia humana. Son
contrarios a la justicia social, a la equidad, a la dignidad de
la persona humana y a la paz social e internacional. El hombre no
puede tener una verdadera libertad si el estado no le proporciona
con justicia lo que realmente merece. El estado y las personas
serán más buenas en cuanto más justas sean
y, en cambio, serán más injustas en cuanta
más injusticias hagan.
"[…] Concluye que, como el peor de los hombres
es aquél que usa la maldad no sólo hacia sí
mismo sino también hacia los amigos, así decimos
que el mejor es aquel que usa o practica las virtudes no
sólo hacia sí sino también en
relación a los demás".
d) Justicia Social.
"A cada cual, por consiguiente, debe
dársele lo suyo en la distribución de los bienes, siendo
necesario que la partición de los bienes creados se
revoque y se ajuste a las normas del bien
común o de la justicia social, pues cualquier persona
sensata ve con que gravísimo trastorno acarrea consigo
esta enorme diferencia actual entre unos pocos cargados de fabulosas riquezas y la incontable multitud de
los necesitados".
El estado debe, por lo tanto, buscar una equidad en la
repartición de bienes y los hombres deben de buscar ser
justos en su vida social. Y así progresará el
país. "El cumplimiento, por
tanto, de los deberes propios de la justicia social tendrá
por efecto una intensa actividad que, nacida en el seno de la
vida económica, madurará en la tranquilidad del
orden y demostrará la entera salud del Estado, de la
misma manera que la salud del cuerpo humano
se reconoce externamente en la actividad inalterada y, al mismo
tiempo, plena y fructuosa de todo organismo".
2. FELICIDAD
"La felicidad es un bien común al que todos
los hombres pueden llegar, a menos que se van impedidos por un
obstáculo".
Este término, en un principio, puede parecer algo
"Romántico", que no es de gran trascendencia en la
política; pero esto es totalmente falso. Este concepto es tan
importante, que para algunos países ha sido considerado
como un derecho inalienable del hombre (Como la
Constitución Norteamericana).
a) Definición.
Del latín felicitas, en un primer sentido, el
término connota la idea de suerte favorable; en esta
acepción, ella sería el resultado de factores
puramente aleatorios. En un sentido más amplio, el
término connota la idea de plena satisfacción, e
implica, negativamente, la ausencia de sufrimientos
físicos o morales, y, positivamente, una sensación
de alegría, de paz y de plenitud interior. La felicidad en
su sentido más preciso: ausencia de todo mal;
fruición de todo bien de que es capaz la naturaleza humana
y certeza absoluta de la permanencia definitiva del estado.
"Es esta plenitud de felicidad lo que todo hombre desea
oscuramente a través de sus esfuerzos y trabajos. Ella es
el polo oculto que magnetiza el dinamismo humano".
La palabra felicidad tiene varias acepciones, se puede
ver como un estado de la persona en donde ha satisfecho todas sus
necesidades y no tiene ningún mal que le aqueje o como un
simple placer. La verdadera felicidad radica en alcanzar el bien
que, en el caso del estado, es el Bien común.
b) En donde se encuentra la verdadera
felicidad.
La felicidad es aquello que todos buscan, aunque adopten
caminos diferentes para alcanzarla. Unos imaginan que la
encuentran en las riquezas, porque suponen que con el dinero todo
se compra y que la felicidad es una mercancía como
cualquier otra. La verdad es que, sin embargo, hay muchos ricos
que se mueren de tedio, y que las más altas tasas de
suicidios se registran en los países y en las
categorías más ricas. Otros se imaginan que
encuentran la felicidad en el disfrute de los placeres; desde los
placeres más altos del espíritu, el placer del
descubrimiento y de la creación intelectual, el placer
estético, hasta los placeres que más de cerca
limitan con la animalidad: la sexualidad y
la glotonería. Otros, en fin, esperan alcanzarla en la
fruición de la honra, del prestigio que acompaña,
por lo general, en el ejercicio del poder. Si la felicidad no se
encuentra en la riqueza, ni en el placer, ni en el poder, ni en
la honra, ¿En donde se encuentra?; no es posible que el
único ser del cosmos, en el cual fulgura la idea de una
plenitud de felicidad, sea irremediablemente condenado a
jamás alcanzarla. La verdadera felicidad está
en ser mejor persona, en buscar en la muerte el inicio de la
verdadera vida, en la infinidad con Dios. Pero, aquí en la
tierra, la felicidad se encontrará con la entrega del ser
humano con los demás, en servir y practicar las virtudes
buscando el perfeccionamiento individual y social. Es, por
consiguiente, necesario que el estado ayude a la persona a
encontrar la felicidad dándole los medios necesarios (como
educación, cultura, descanso etc.) para que pueda
alcanzarla.
1.PERSONA HUMANA Y SU RELACIÓN CON EL
ESTADO
"No puede haber verdadera democracia,
si no se reconoce la dignidad de cada persona y no se respetan
sus derechos".
La persona es una sustancia individual de naturaleza
racional (está constituido por cuerpo y alma) en donde
cada individuo es diferente de los demás y cada uno tiene
derechos fundamentales inherentes a él que provienen de
sus características o propiedades principales (Dignidad,
Libertad e Igualdad). Pero el hombre no puede vivir aislado,
necesita de los demás para poder sobrevivir y
desarrollarse como persona, es por eso que vive en sociedad y
crea al estado para que éste proteja sus derechos y
satisfaga todas sus necesidades (tanto materiales como
espirituales) y así pueda llegar a su fin propio que es la
felicidad y la búsqueda de Dios. Es decir, todo lo
anteriormente expuesto se puede resumir en que:
El Estado está al servicio del hombre, debe de
respetar a cada individuo que lo constituye, protegiendo sus
derechos fundamentales y buscando el desarrollo íntegro de
cada persona satisfaciendo todas sus necesidades para así
lograr el fin último del hombre.
La importancia de la persona humana en el estado se
manifiesta claramente en la situación que tengan de hecho
los derechos humanos en la vida social. No tiene sentido el
reconocimiento de los derechos humanos en una sociedad en la que
las personas se consideran momentos transitorios y accidentales
en la existencia y evolución del estado:
"Dirijo mi llamada, sobre todo, a
vosotros, Jefes de Estado y Responsables de las Naciones, a
quienes está confiada la tutela suprema del estado de derecho
en los respectivos Países. Ciertamente, cumplir esta alta
misión
no es fácil, pero constituye una de vuestras tareas
prioritarias. Ojalá que los ordenamientos de los Estados a
los que servís puedan ser para los ciudadanos
garantía de justicia y estímulo para un crecimiento
constante de la conciencia civil"
2. SOCIEDAD
"Es la misma naturaleza la que exige a
voces que la sociedad proporcione a los ciudadanos medios
abundantes y facilidades para vivir virtuosamente, es decir,
según las leyes de Dios, ya que Dios es el principio de
toda virtud y de toda justicia".
"Todos los pueblos forman una
comunidad, tienen un mismo origen, puesto que Dios hizo habitar a
todo el género humano sobre la haz de la tierra, y tienen
también el mismo fin último, que es Dios;
[…] Los hombres, las familias y los diversos grupos que
constituyen la comunidad civil son conscientes de su propia
insuficiencia para lograr una vida plenamente humana y perciben
la necesidad de una comunidad más amplia, en la cual todos
conjuguen a diario sus energías en orden a una mejor
procuración del bien común. Por ello forman
comunidad política según tipos institucionales
varios."
Como el hombre es social por naturaleza,
forma comunidades para satisfacer sus necesidades. La conciencia
más viva de la dignidad humana ha hecho que en diversas
regiones del mundo surja el propósito de establecer un
orden político-jurídico que proteja mejor en la
vida pública los derechos de la persona. Dichas
comunidades están dotadas de un poder de mando originario
que establece el orden político y jurídico: el
Estado. Éste debe de procurar el desarrollo de cada una de
las propiedades de la persona (ya anteriormente mencionadas) y
así lograr el bien común. La comunidad
política nace, para buscar el bien común, en el que
encuentra su justificación plena y su sentido y del que
deriva su legitimidad primigenia y propia. Cada día es
mayor el número de los hombres y mujeres, de todo grupo o
nación,
que tienen conciencia de que son ellos los autores y promotores
de la cultura de su comunidad. En todo el mundo crece más
y más el sentido de la autonomía y, al mismo
tiempo, de la responsabilidad, lo cual tiene enorme importancia
para el desarrollo íntegro del género humano. Esto
se ve más claro si fijamos la mirada en la
unificación del mundo y en la tarea que se nos impone de
edificar un mundo mejor en la verdad y en la ;justicia. De esta
manera somos testigos de que está naciendo un nuevo
humanismo, en
el que el Hombre queda definido principalmente por la
responsabilidad para con los demás.
Es evidente que la comunidad
política y la autoridad pública se fundan en la
naturaleza humana, y, por lo mismo, pertenecen al orden previsto
por Dios:
"Así como un organismo viviente
no se atiende suficientemente a la totalidad del organismo si no
se da cada parte y a cada miembro lo que éstos necesitan
para ejercer sus funciones
propias, de la misma manera no se puede atender suficientemente a
la constitución equilibrada del organismo social y al bien
de toda la sociedad si no se da a cada parte y a cada miembro, es
decir, a los hombre, dotados de la dignidad de persona, todos los
medios que necesitan para cumplir su función
social particular".
3. DERECHOS HUMANOS.
"La dignidad de la persona exige que
el ser humano sea defendido y protegido, desde el momento de su
concepción, en los derechos
fundamentales.".
"En la sociedad humana, a un
determinado derecho
natural de cada hombre corresponde en los demás el
deber de reconocerlo y respetarlo. Porque cualquier derecho
fundamental del hombre deriva su fuerza moral
obligatoria de la ley natural, que lo confiere e impone el
correlativo deber".
a) Definición.
Todo ser humano, por el mismo hecho de ser hombre, por
su inalienable dignidad de persona humana, tiene derecho natural
a todo aquello que es necesario a su propia realización.
Se incluyen en esta exigencia: derecho a la vida, al trabajo, a
la libertad, a condiciones dignas de existencia, en fin, a todo
lo demás que permita al hombre realizarse como
hombre. "Puestos a desarrollar, en
primer término, el tema de los derechos del hombre,
observamos que éste tiene derecho a la existencia, a la
integridad corporal, a los medios necesarios para un decoroso
nivel de vida, cuales son, principalmente, el alimento, el
vestido, la vivienda, el descanso, la asistencia médica y,
finalmente, los servicios
indispensables que a cada uno debe prestar el Estado. De lo cual
se sigue que el hombre posee también el derecho a la
seguridad
personal en caso de enfermedad, invalidez, viudedad, vejez, paro y,
por último, cualquier otra eventualidad que le prive, sin
culpa suya, de los medios necesarios para su
sustento".
b) Naturaleza.
Tales derechos nacen de la misma naturaleza del hombre
y, en este sentido, son derechos naturales, es decir, no son
otorgados por el Estado con base en el ordenamiento
jurídico de la sociedad; estos derechos provienen de
la ley natural, el Estado, al reconocerlos y regularlos en la ley
lo único que hace es protegerlos, hacerlos valer. Los
Derechos humanos son inviolables, universales, inalienables e
indivisibles. "Al ser los hombres
por naturaleza sociables, deben convivir unos con otros y
procurar cada uno el bien de los demás, por esto, una
convivencia humana rectamente ordenada exige que se reconozcan y
se respeten mutuamente los derechos y los deberes. De aquí
se sigue también que cada uno debe aportar su
colaboración generosa para procurar una convivencia civil
en la que se respeten los derechos y los deberes con diligencia y
eficacia crecientes".
No es lo mismo Derechos Humanos que Garantías
Individuales. Los Primeros son los derechos naturales, los
inherentes a la persona que se desprenden de sus principales
características (Igualdad, Libertad y Dignidad). Los
segundos son los derechos humanos que el Estado reconoce y
protege. La diferencia estriba en que los derechos humanos
provienen de la ley natural y los segundos provienen de la ley
humana, pero ambos se basan en la Ley Divina.
d) Obligación del Estado de
protegerlos.
"No puede haber verdadera democracia, si
no se reconoce la dignidad de cada persona y no se respetan sus
derechos". El papa León Xlll
definía como "obligación esencial del Estado
tutelar el campo intangible de los derechos de la persona humana,
urgiendo al mismo tiempo, el cumplimiento de sus deberes". Pablo
VI en su discurso en la
ONU,
explícita, con mayor vigor, el fundamento de los derechos
humanos: "ellos se basan no sólo en la dignidad del
hombre, sino en su sacralidad, porque se trata de la vida del
hombre, y la vida del hombre es sagrada; ninguno puede atreverse
a ofenderla". En resumen, todos los pronunciamientos de la
Doctrina Social de la Iglesia sobre los derechos humanos tanto
universales, derecho a la vida, a una existencia digna, derecho
de los trabajadores, de la mujer, de los minusválidos
etc., se sintetizan en el binomio justicia y libertad: atender a
las exigencias de la justicia en el respeto a la libertad;
garantizar el uso responsable de la libertad como el medio
más eficaz de promover la justicia. Y es deber y
obligación del Estado proteger estos derechos si quiere el
desarrollo del país.
"Una cultura de los derechos
humanos supone una cultura de responsabilidad y solidaridad,
porque todos deben ser conscientes de que el respeto y la
promoción de los derechos básicos
debe ser parte esencial de la propia vida y de todas las acciones que
se entrelazan en el gran tejido social".
4. POLÍTICA
"Vosotros sois los apóstoles
del desarrollo auténtico y verdadero, que no consiste en
la riqueza egoísta y deseada por si misma, sino en la
economía al servicio del hombre, en el pan de cada
día distribuido a todos, como fuente de fraternidad y
signo de la providencia".
"La política procede del hombre, se ejerce
mediante el hombre y es para el hombre (Juan Pablo II, Discurso
en la ONU, 2-10-1979 )".
a) Definición.
Del griego polis: ciudad Estado. El término se
usa en un sentido preciso y en un sentido amplio. En el sentido
amplio, el término connota la idea de un conjunto
articulado de medidos tendientes a la realización de un
determinado objetivo. En
el sentido preciso, es la ciencia y
el arte de gobernar
la "polis", la ciudad-Estado: ciencia de los
fenómenos referentes al Estado; arte de organizar bien la
vida de los pueblos que viven en una nación.
b) Naturaleza.
La naturaleza de la Política es el hombre mismo;
ya que, al vivir en sociedad y formar un Estado, necesita de
gobernantes que dirijan a la sociedad hacia su bien común.
En Grecia, la
política se basaba en el Honor, en Roma, en el
Ordenamiento Jurídico; En la Edad Media, en
el territorio y en la actualidad; en la Nación. Pero la
verdadera política se debe de ejercer hacia uno de los
elementos del Estado: el Bien Común antes que el Bien
Particular.
c) Sentido humano de la
política.
La mejor manera de llegar a una política
auténticamente humana es fomentar el sentido interior de
la justicia, de la benevolencia y del servicio al bien
común y robustecer las convicciones fundamentales en lo
que toca a la naturaleza verdadera de la comunidad
política y al fin, recto ejercicio y límites de
los poderes públicos. Las formas de comunidad
política deben tender siempre a formar un tipo de hombre
culto, pacífico y benévolo respecto de los
demás para provecho de toda la familia humana. Hay que
prestar gran atención a la educación
cívica y política, que hoy día es
particularmente necesaria para el pueblo, y sobre todo para la
juventud, a
fin de que todos los ciudadanos puedan cumplir su misión
en la vida de la comunidad política. Los hombres de hoy
desean participar cada vez más activamente en la vida
social y sobre todo en la económica y
política.
d) Misión y Cualidades de los
Políticos.
El Papa Juan Pablo II dice: "Quien está
llamado a ocupar cargos públicos y responsabilidades en
las sociedades democráticas no debe olvidar nunca que no
representa un poder impersonal centralizado, sino a la gente, el
conjunto vivo de mujeres y hombres, de niños y
ancianos, de sanos y enfermos, de ricos y pobres, en que se
articula el cuerpo social. De ahí que cuantos
desempeñan funciones en la
administración pública, en todos los niveles,
no deben transigir jamás cuando se trata de valores".
Quienes son, o pueden llegar a ser, capaces de ejercer ese arte
tan difícil y tan noble que es la política, Luchen
con integridad moral y con prudencia contra la injusticia y la
opresión, contra la intolerancia y el absolutismo de
un solo hombre o de un solo partido político;
conságrense con sinceridad y rectitud, más
aún, con caridad y fortaleza política, al servicio
de todos.
PERSONALIDAD DEL ESTADO
1.PRINCIPIO DE PERSONALIDAD
"El Estado no abarca dentro de
sí mismo y no reúne mecánicamente, en un
determinado territorio, un conglomerado amorfo de individuos.
El Estado es, y debe ser en realidad, la unidad orgánica
y organizadora de un verdadero pueblo"
El estudio de la persona humana en el Estado concluye
con el principio de personalidad.
Desde el Punto de Vista filosófico, el principio
de personalidad es la relación de interdependencia de los
hombres en la sociedad; Efraín Gonzalez Morfín
dice: "El principio inicial de la filosofía social es
el de personalidad, que enuncia la relación real de
interdependencia de las personas humanas que constituyen la
sociedad".
Desde el punto de vista jurídico, es el Estado
como persona; es decir, como sujeto de derechos y obligaciones.
El Estado, tanto al interior como al exterior, es un organismo
que tiene derechos que debe hacer valer y obligaciones que debe
ejercitar y cumplir. Pero su personalidad está sujeta y
limitada por el Derecho. La Autoridad sólo puede hacer
lo que está expresamente permitido por la
ley.
Como sujeto de derechos, el estado tiene la facultad de
exigirle a sus nacionales el cumplimiento de sus leyes, recaudar
impuestos, pedir el servicio de sus nacionales cuando sea
necesario, impartir justicia, de hacerse respetar ante sus
miembros etc. El estado puede exigirle a sus miembros lo que sea
necesario para el desarrollo del país, pero, lo tiene que
hacer sólo en por necesidad y de manera justa,
legítima y en provecho de toda la sociedad, no del estado
mismo.
Como sujeto de obligaciones, el estado tiene el deber de
hacer leyes justas, de usar el erario público en servicio
a la sociedad, de respetar a sus miembros, de hacer valer los
derechos de las personas y de buscar, en pocas palabras el bien
común de sus habitantes. El estado sólo debe de
intervenir para organizar a la sociedad, pero esa
intervención debe de ser lo mínimo posible;
también puede intervenir cuando exista algún
conflicto o
interés
nacional, no debe meterse en la vida privada de los particulares
mas que cuando éste se lo solicite o se aplique la
ley.
2. LA
PERSONALIDAD DEL ESTADO MEXICANO
"El simple hecho de ser declarada por
el poder
legislativo una norma obligatoria en el Estado, tomado
aisladamente y por si solo, no basta para crear un verdadero
derecho".
La Constitución de los Estados Unidos
Mexicanos en su capítulo primero, "De las
Garantías Individuales" contiene el principio de
personalidad del Estado; aunque cabe señalar, que tiene
otros derechos fundamentales dispersos en toda la
constitución.
Por consiguiente, es necesario que el Estado los haga
valer y si no lo hiciese, la sociedad tiene la responsabilidad de
obligar al Estado a que los cumpla ya que, los derechos humanos
no pueden ser sujetos a ninguna ley ni ninguna alteración
o violación.
Los políticos tienen una gran tarea que realizar;
en México,
sigue habiendo continuas violaciones a los derechos humanos, el
abuso del poder de varias instituciones no permite un pleno
desarrollo del "Estado de Derecho". México es un
país grande en extensión territorial, rico en
culturas, es una extraña mezcla de culturas europeas y
culturas indígenas que han dado nacimiento a una nueva
cultura. No se debe de dar preferencia alguna a una cultura; ni a
los indígenas ni a los mestizos ni a los criollos: Todos
somos mexicanos. Un verdadero y legítimo Estado, en lo
primero que debe procurar es en los miembros que la componen; que
exista respeto entre los habitantes, igualdad y seguridad en toda
la población. Si el estado no cumple cabalmente con sus
obligaciones, los habitantes tampoco lo harán y
será un círculo vicioso. Si el Estado cumple con
todas sus obligaciones, empezando por las garantías
individuales, los ciudadanos cumplirán con las suyas y se
formará un círculo virtuoso. Es, pues, derecho y
deber de los políticos asegurar a sus gobernados su
integridad como persona y, es derecho y deber de los habitantes
vigilar a los gobernantes en el cumplimiento de sus derechos y
obedecer las leyes.
Por último, México es un país con
gran número de habitantes y extensión territorial;
hay suficientes medios para que el Estado Mexicano se desarrolle
plenamente. Hay disposición de cambiar de sus habitantes y
hay recursos
materiales suficientes para hacerlo, lo único que le falta
es la buena orientación de estos medios encaminados hacia
el bien común, esto corresponde a los políticos
lograrlo.
Gabriel Villalever