LA GLOBALIZACION, LA COMPETENCIA Y EL SURGIMIENTO DE UN NUEVO PARADIGMA DE EFICIENCIA
Indice
1.
Introducción
2. El proceso de globalizacion:
introducción al tema
3. El incremento de la
competencia y las formas de cooperacion en el mundo de la empresa
transnacional
4. La empresa transnacional y los procesos
de globalizacion, especializacion y
regionalizacion
6. La globalizacion y la inversión
directa
7. Hacia la conformación de un nuevo
paradigma de eficiencia
8.
Bibliografía
A pesar de los innumerables trabajos dirigidos al
estudio y análisis del fenómeno de la
globalización no es fácil encontrar un intento
de definición que vaya más allá del nivel
descriptivo. En términos generales, por globalización se entiende el movimiento
acelerado de bienes
económicos a través de las barreras regionales y
nacionales. Este intercambio incluye personas, productos y
por sobre todo, las formas tangibles e intangibles de capital. El
efecto inmediato de la globalización es la
reducción de la "distancia económica" entre
países y regiones, así como entre los actores
económicos mismos, incrementando, de este modo, las
dimensiones de los mercados y la
interdependencia económica.
En este tipo de definiciones análisis teórico queda
de alguna manera relegado bajo la idea que la
globalización se genera a partir de un proceso
espontáneo del mercado, de por
suyo evidente, derivado de los esfuerzos de los agentes
económicos individuales (especialmente las empresas
transnacionales) en búsqueda de mayores ganancias que les
permitan disponer de los ingentes recursos
financieros requeridos para asegurar la reproducción de un patrón de
acumulación cada vez más dependiente de la innovación
científico-tecnológica para la generación de
bienes servicios.
Esta peculiar situación que impera en el estudio de esta
temática de la globalización genera una serie de
dificultades en el campo de la interpretación
teórica, particularmente cuando se trata de analizar las
tendencias que originan y posibilitan el desarrollo de
éste proceso; así mismo, cuando se procura
distinguir las interrelaciones de las variables
relevantes que determinan su dinámica.
Sin embargo, las dificultades no se agotan en el campo
teórico. También aparecen cuando se busca conocer
el alcance y las probables configuraciones en las cuales
sedimentarán estos procesos
globalizadores, especialmente en relación a las profundas
y radicales transformaciones que están provocando en el
seno de las organizaciones
económicas. De igual modo,cuando se procura distinguir las
posibilidades que los miembros de dichas organizaciones tienen
para dirigir estos procesos de cambio
encontramos problemas.
Aquí, prevalece la idea de una transformación
impuesta a los productores a través de una férrea
coacción económica, en donde los conocimientos y
capacidades que los distintos agentes económicos necesitan
poseer para modificar radicalmente sus estructuras,
normas y
procedimientos, surgirían de la noche a la
mañana, en un proceso inmediato, casi espontáneo,
de manera tal que les permita reinsertarse competitivamente en el
mercado global. Aquellos productores que no saben, que no pueden
realizar este "milagro" quedarán excluidos del sistema, y
estarán irremediablemente condenados a desaparecer.
En el ámbito de la gestión
de las organizaciones económicas, que es el espacio en
donde desarrollamos nuestro trabajo de investigación, consideramos necesaria una
más precisa conceptualización teórica de
este fenómeno de la globalización económica, intento que
podría contribuir a una mayor y más profunda
comprensión de los factores o variables relevantes
(así como de sus interrelaciones) que originan y
determinan las transformaciones en las estructuras y procesos
productivos y organizacionales a escala planetaria
y; al mismo tiempo, (de igual
importancia) procurar un método
analítico que permita un cierto control de estos
procesos de cambio, mediante la elaboración de un marco
conceptual que permita dirigir la acción a nivel
operativo, a través del diseño
de modelos que
posibiliten tanto el estudio de casos, como la resolución
de problemas prácticos de las organizaciones, en
búsqueda de aquella eficiencia que les permita
reinsertarse en la competencia global. En otras palabras,
intentamos saber de que manera y en que medida las organizaciones
deberían modificar sus estructuras, conocimientos y
prácticas productivas con el fin de apropiarse de un nuevo
paradigma de eficiencia, impuesto por la
globalización económica.
Esta búsqueda se ubica en un contexto muy
específico, constituído por un aparato productivo
heterogéneo entendiendo por ello, la persistencia y
coexistencia de distintos lógicas y niveles de
acumulación lo que genera una gran desvinculación
entre los distintos agentes económicos, por lo que los
eslabonamientos productivos entre empresas -incluso de una misma
rama, son débiles y discontinuos como es el caso de
México,
situación agudizada en el ámbito de la crisis
económica actual.
Ahora bien, en este trabajo nos limitaremos a exponer una
introducción muy general del problema y a
la presentación de una posible interpretación
teórica en torno a
determinados procesos (así como a su necesaria
interrelación) que posibiliten la comprensión
acerca del origen y desarrollo de la globalización
económica, así como de sus efectos en la empresa
mexicana, tanto en el ámbito de la gestión como en
el de su estructura
organizacional. El esfuerzo de conceptualización se
basa en dos categorías económicaS: el patrón
de acumulación y el paradigma de eficiencia aunque estas
categorías serán utilizadas hacia un conjunto
específico de problemas: las formas de gestión y
sus estructuras organizacionales.
2. El proceso de
globalizacion: introducción al tema
En los últimos dos decenios del siglo veinte se
han desencadenado una serie de procesos de gran trascendencia,
tanto por la magnitud de los efectos generados como por la
complejidad que estos asumen en su expresión
fenoménica, en donde se advierte la inmediata y
recíproca dependencia con la cual están
concatenados. De estos procesos destacan dos: las formas en las
cuales se desarrolla competencia en el mercado global y; la
acelerada dinámica del desarrollo científico
tecnológico ambos, responsables de las transformaciones
que de manera dramática alteran la configuración
tecno-económica, modificando el conjunto de premisas
organizativas y científico-tecnológicas así
como de las formas de comprensión que durante largo tiempo
posibilitaron el despliegue de un cierto modelo de
desarrollo (centro-periferia) y de una particular estructura
bipolar del poder
mundial.
Por otra parte, estos proceso también han provocado el
derrumbe de muchas de las certezas que guiaron gran parte de la
actividad en la época moderna; certezas derivadas a
partir de marcos teóricos de interpretación hoy
bajo serios cuestionamientos, pues ellos no facilitaron una
compresión ni mucho menos la previsión de la
dinámica y magnitud que asumen las actuales
transformaciones. Junto con ello, se desdibujan valores,
ideologías y doctrinas políticas,
sociales y económicas que impregnaron de sentido a los
proyectos
individuales y colectivos de una parte importante de la
humanidad. Por ello, han sido abandonadas, o por lo menos no
tienen el poder de convocatoria que antes tuvieron. Sin embargo,
se advierte que, aunque en forma precaria, a finales del siglo se
han impuesto una serie de consideraciones en torno a las
determinaciones centrales de la política
económica contemporánea.
En el plano económico, por ejemplo, parece evidente que al
mercado le fue otorgado un rol preponderante: se impone como el
instrumento más apropiado para manejar los intereses
competitivos. En el plano político, por su parte, la
democracia
representativa es considerada como el medio de mayor eficacia para
elegir entre orientaciones políticas diferentes. En el
plano social, las cosas no están muy claras. Sin embargo,
una tendencia parece imponerse; los gobiernos abandonan la
pretensión de una sociedad
más equitativa que asegura el bienestar social para el
conjunto de los ciudadanos, propiciando en cambio, el surgimiento
entre los individuos, de atomizadas formas de autoayuda, mediadas
por el mercado y no por formas colectivas de solidaridad.
Estas consideraciones que dominan en la política
económica contemporánea, de algún modo,
configuran un sistema político, económico y social
ligado en forma indisoluble a dos procesos -estrechamente
relacionados, mismos que emergen como distintivos en este
último cuarto de siglo: la competencia derivada de la
economía
global y; la dinámica del desarrollo tecnológico,
que además de generar las condiciones para la
consolidación de un cierto sistema, imponen a escala
planetaria un nuevo paradigma del quehacer eficiente, entendiendo
por ello la sustitución de un modelo rector del progreso
tecnológico-comercial que las empresas utilizaban para
identificar y desarrollar los procesos, productos y sistemas de
gestión mas rentables a partir de las alternativas
tecnológicas que estaban disponibles en el mercado.
Las nuevas formas e intensidades que la competencia adquiere en
el marco de una economía globalizada, manifiestan su
significado e importancia por una parte, en las colosales
dimensiones que adquieren las entidades económicas
líderes del mercado global y; por otra, en las
modificaciones que está experimentando la conducta
empresarial.
Las dimensiones y las complejas articulaciones y
características que adoptan las estructuras
tecnoeconómicas de los conglomerados productivos,
financieros y comerciales contemporáneos, simbolizados por
las empresas transnacionales, que aunque poseen elementos comunes
son extremadamente diferenciadas. Se derivan de una misma
lógica
de acumulación, esto es corresponden a un mismo proceso de
concentración y centralización del capital, pero se
cristalizan en distintas formas y por ello, no existen modelos
únicos susceptibles de ser aplicados en forma universal.
Más aún, ni siquiera para un mismo sector de la
actividad económica existen "recetas".
Un ejemplo de lo anterior se visualiza en la industria de
las telecomunicaciones. Por una parte se puede
observar la constitución de la más grande
compañía global en los negocios de
las comunicaciones
que se origina con la fusión de
las empresas Time- Warner y Turner con ventas
combinadas que superan los veinte mil millones de dólares
anuales que busca en la centralización de las decisiones
ubicar la forma más eficaz para incrementar la rentabilidad
de sus negocios. Por el contrario, en el mismo sector la AT&T
anuncia la división del conglomerado en tres estructuras
separadas y autónomas de manera tal que las nuevas
compañías sean más responsables frente a sus
clientes, al
mismo tiempo que permite aminorar los crecientes costos de
gestión que generalmente acompañan a los procesos
decisorios hipercentralizados.
En lo que se refiere a la conducta empresarial -en el contexto de
una competencia globalizada- se observa la adopción
de una estrategia muy
singular en la cual se combinan simultáneamente
tácticas de competencia y colaboración inter y
entre-empresas. Para ejemplificar lo anterior seguiremos con el
ejemplo del sector de las telecomunicaciones que para muchos
observadores se ha constituído en el núcleo del
desarrollo industrial para finales de este siglo.
La magnitud del mercado global de las comunicaciones puede ser
visualizada conociendo la cifra de sus ventas anuales, mismas que
giran en torno a los cuatrocientos mil millones de dólares
anuales. Estas cifras tenderán a crecer en un futuro
inmediato debido a dos factores:
a) la liberalización de los mercados y la privatización de los servicios, procesos
que se están llevando a cabo a escala mundial están
modificando dramáticamente la configuración de los
mercados exigiendo a las empresas del sector un cambio radical en
sus estrategias antes
basadas en la manutención de posiciones monopólicas
derivadas de su naturaleza
tecnológica. Estas mismas empresas por una parte ven
multiplicadas sus oportunidades de negocios, pero al mismo tiempo
deben afrontar una aguda competencia en el abastecimiento de
equipos de telecomunicación como en el equipamiento y
operación de las redes de servicios y;
b) la incesante multiplicación de opciones
tecnológicas que ofrecen a los usuarios las nuevas
tecnologías de "multimedia" que
hacen posible la combinación de imágenes
virtuales, películas en movimiento, sonido, textos y
datos que
permiten la transmisión casi instantánea y un
procesamiento oportuno y eficaz de enórmenes, variados y
complejos volúmenes de información.
Sin embargo, en relación a los efectos generados por la
innovación en éste sector quizás de mayor
importancia sean las asociaciones que están siendo
forjadas entre las empresas de telecomunicación tales como
aquellas dedicadas a la información de sistemas
tecnológicos, las que proveen información, las
compañías de publicidad,
editoriales medios
escritos y electrónicos, etc. La computación, las telecomunicaciones, la
publicidad, la educación y el
esparcimiento están generando no sólo productos y
servicios complementarios sino más bien, mercancías
de muy difícil diferenciación.
Con el fin de asegurar la sobrevivencia y expansión de la
empresas del sector telecomunicaciones en el mercado global,
éstas han sido obligadas a establecer sofisticadas
alianzas estratégicas. De entre las más importantes
cabe mencionar la asociación entre la British Telecom y la
MCI a través de la compra del 20% de las acciones de
esta última empresa (cuatro
mil trescientos millones de dólares) iniciando una nueva
compañía Concert que ofrece desde servicios
telefónicos hasta complejos sistemas de conexión ;
la asociación denominada Unisource entre las empresas de
telecomunicación de Holanda, Suecia, España y
Suiza conjuntamente con la ATT; la Infonet, asociación
entre la AT&T, la France Telecom, la KDD (Japon), Telstra
(Australia) Telia (Suecia), Telefónica (España); la
Transpacific asociación que cuenta entre sus miembros a la
AT&T, la KDD, la Unitel (Canada), Korea
Telecom, Telstra y la empresa de telecomunicaciones de Nueva
Zelandia. En Japón
la Nippon Telegraph and Telephone (NTT) la segunda empresa
más importante a nivel mundial en el sector ha cerrado
tratos con la AT&T, la General Magic, Microsoft,
Silicon Graphics, Sony y un importante número de otras
empresas ligadas a la generación de avanzados servicios
interactivos que ofrece la tecnología de la
multimedia, buscando aplicaciones en los campos
científicos y tecnológicos, en los negocios, en los
servicios de educación y de
salud, así
como en los servicios de bienestar social y recreación
y esparcimiento.
En estas alianzas se pueden observar que la estrategia se basa en
el establecimiento de lazos de cooperación de distintos
tipos y objetivos, ya
sean de carácter
permanente o temporal. La primera forma de alianza
estratégica se establece a través de fusiones,
proyectos conjuntos de
inversión y/o la integración de redes y estructuras
productivas para la generación de un insumo, producto o
línea de productos. Por su parte, en las temporales las
empresas buscan asociaciones delimitadas en el tiempo,
diseñadas a partir de objetivos específicos, sean
estos contribuir en la investigación y desarrollo de un
producto o insumo principal o, con el fin de controlar
importantes segmentos de los mercados nacionales, regionales y
globales. Aquí cabe destacar la singularidad de estas
formas de cooperación. Ellas a pesar de establecer una
estructura oligopólica en los mercados globales más
dinámicos sin embargo, no pueden eliminar la competencia,
inclusive, ésta se estimula entre asociaciones en las que
participa una misma empresa, ya que las alianzas cristalizan en
unidades económicas autónomas que están
obligadas a lograr un uso eficiente de los recursos y lograr la
mayor rentabilidad posible.
Existen otros aspectos de la competencia global que es preciso
destacar. Decíamos anteriormente que la competencia es
reforzada, intensificada y canalizada a través de
mecanismos diseñados para incrementar aquella eficiencia
empresarial que le permita la sobrevivencia y expansión a
través de las alianzas estratégicas. Sin embargo,
la competencia se desplaza también a otros ámbitos
y se le agregan, por tanto, otros objetivos.
Uno de ellos es reducir los conflictos
sociales -al interior de la empresa- reemplazando las formas
tradicionales de mediación y negociación de los sujetos colectivos
(sindicatos)
por formas competitivas, es decir, ubicando a los trabajadores en
férreas formas de competencia en las cuales los individuos
luchan entre sí para asegurarse una privilegiada
inserción laboral
ubicándose en los nichos productivos más
dinámicos (aquellos de mayor expansión y
rentabilidad) y con ello, reducir la incertidumbre del desempleo y/o la
expulsión hacia ramas estancadas de la actividad
económica. En este marco, la conducta estratégica
de los trabajadores se dirige, entonces, hacia el drástico
incremento de sus conocimientos, habilidades y destrezas,
capacitándose para mostrar eficiencia ante un mercado
laboral (especialmente el de las empresas transnacionales) cada
vez más reducido y competitivo.
Con el fin de profundizar esta línea de
argumentación y el análisis de estos procesos
tomando como hilo conductor la competencia que emerge de la
economía globalizada se hace imprescindible, destacar un
fenómeno de suma importancia que se ha hecho por si mismo
evidente hacia el final del siglo veinte: la corporación
transnacional y el rol central que ella asume en relación
a los cambios que están ocurriendo.
A través de esta peculiar forma de organización económica -la cual
comúnmente ha sido comprendida y conceptualizada como
proceso de transnacionalización de la economía
mundial, se busca comprender el creciente rol de las empresas
transnacionales globales y con ello, conocer la evolución de una parte significativa de las
determinaciones más importantes de la política
económica internacional contemporánea.
Una cifra da cuenta de la importancia de la empresa transnacional
global. Seiscientas de ella, ya en 1985, eran responsable de la
generación de más del 20% del valor agregado
total en la industria y la agricultura.
Las líneas de negocios principales de estas empresas
globales se concentran en la industria petrolera, en la producción de máquinas y
equipos, en la industria petroquímica fina, la automotriz,
aeroespacial, telemática, cibernética, microelectrónica,
etc.(1)
Para efecto de nuestro trabajo en relación a las empresas
transnacionales globales y la competencia queremos destacar un
aspecto específico de su actividad. Nos referimos no
sólo al hecho por demás conocido de que las
transnacionales están incesantemente incrementando los
flujos del comercio y de
la inversión sino más bien, nos interesa resaltar
la estructura de este intercambio. Esto es, la importancia
creciente que en estos flujos están adquiriendo las
denominadas operaciones
internas de una red global en
expansión: el intercambio de insumos y de bienes
tecnológicos (resultados de la investigación y
desarrollo) al interior de la empresa transnacional global
-entendiendo por ello no sólo una empresa o un
conjunto de empresas ligadas por un centro de control financiero
común- sino que más bien, con este concepto queremos
enunciar una compleja y extendida red de relaciones de
competencia y colaboración (alianzas estratégicas)
y que progresivamente se van integrando en vastos conglomerados o
sistemas complejos de interdependencia en donde las tareas de
investigación y desarrollo, las de producción,
mercadeo y
financiamiento
se van compartiendo y configurando entidades económicas y
organizacionales de vastas proporciones y de singulares
atributos.
En este punto cabe la advertencia de que una cabal
comprensión de este fenómeno no parece ser lograda
cuando se le analiza mediante el concepto de
empresa transnacional acuñado por la teoría
económica de los setenta. (2) Aunque dicha
conceptualización enuncia una forma que esta
íntimamente relacionada con el fenómeno que nos
preocupa (esto es, son resultado de un mismo proceso de
internacionalización del capital) la evolución del
proceso está generando entidades diferentes. Habría
que preguntarse por el alcance de estas modificaciones o si se
trata de una alteración cualitativa que cambiaría
la naturaleza misma de la empresa transnacional. Esta es una
pregunta que por ahora queda en suspenso pero que requiere una
respuesta.
Con estas consideraciones que esbozan las líneas generales
de nuestra investigación damos término a esta
introducción de carácter general al problema de la
competencia global y el paradigma de eficiencia. A
continuación profundizaremos sobre algunos tópicos
de la globalización en relación a la competencia,
las transnacionales, la globalización,
especialización y regionalización y la
adquisición de las ventajas competitivas.
3. El incremento de la
competencia y las formas de cooperacion en el mundo de la empresa
transnacional
Efectivamente, es fácil constatar que la
última década fue marcada por el incremento de la
interdependencia y la globalización de los mercados a
través de una rápida aceleración de los
flujos del comercio y de la inversión, la creación
y difusión de nuevas tecnologías, el explosivo
crecimiento de los mercados de capital y la integración de
los mercados
financieros, así como por la modificación de
las conducta que guían las operaciones empresariales ahora
ubicadas en un ámbito planetario. Los actores primarios de
este proceso de globalización obviamente son las empresas
transnacionales, a través de los flujos de
inversión y del fortalecimiento de los lazos
corporativos.
Esta transformación empero, no transcurre sin conflictos.
Estos procesos generan una creciente rivalidad entre las
transnacionales, representadas política y comercialmente
por los gobiernos nacionales de los países centrales y/o
los bloques regionales. Por otra parte, el altísimo
costo en el que
se incurre para mantener a las empresas en situaciones
tecnológicamente competitivas paradójicamente,
está fomentando una singular forma de cooperación
denominada alianza estratégica, o también definida
bajo la conceptualización del llamado "tecnoglobalismo".
En síntesis,
nos encontramos con una nueva forma de vinculación inter-
empresas, llevada a cabo a través del establecimiento de
complejas redes internacionales, tejidas por las empresas
transnacionales en su incesante búsqueda tendiente a
reducir costos y disminuir las elevadas incertidumbres propias de
procesos productivos que requieren elevados volúmenes de
inversión, derivados del alto grado de contenido
tecnológico que conllevan sus productos y servicios.
Así, al conjuntar sus esfuerzos de investigación y
desarrollo con sus empresas rivales – incluso con aquellas con
las cuales se disputan los mismos mercados- disminuyen la
magnitud de sus inversiones al
compartirlas entre varias empresas pero, además, logran
disminuir los niveles de incertidumbre, pues se están
asociando con sus principales competidores tecnológicos y
el riego de que aparezca un producto con mayor innovación
incorporada en ese particular segmento de mercado disminuye
notablemente.
Postulamos como común denominador de todos estos cambios,
esto es una de las determinaciones básicas de estos
procesos de transformación, el reforzamiento de la
competencia y como efecto inmediato para las empresas se impone
la urgente necesidad de conocer y respetar las reglas de este
nuevo juego: la
competencia en una economía global.
Esta nueva forma de competencia no ha afectado a todos los
países y empresas por igual. En alguna manera
extremadamente simplificada se podría decir que un
puñado de innovaciones de empresas japonesas en los
sectores automotriz, semiconductores,
computadoras,
microelectrónica, equipos de oficina,
máquinas- herramientas
sacudieron a las empresas norteamericanas y europeas pues
ocuparon agresivamente importantes posiciones del mercado
internacional y cubrieron importantes segmentos de sus mercados
internos . Las empresas norteamericanas fueron las más
perjudicadas pues fueron expulsadas de sus confortables
posiciones oligopólicas conquistadas desde la postguerra.
Por su parte en Europa, cuando
incluso la asistencia gubernamental supranacional (Comunidad
Económica Europea) fue incapaz de seguir protegiendo las
empresas de esta competencia (mediante barreras y recursos de
capital para el desarrollo de nuevos conocimientos y
tecnologías) las empresas tuvieron que enfrentar la tarea
de mejorar sus capacidad de competir internacionalmente. En este
sentido, la nueva era de la competencia internacional está
basada en un puñado de miles de grandes e innovativas
empresas líderes que desarrollan sus actividades en un
reducido número de ramas industriales; no más de
una docena de industrias de
alta tecnología e intensivas en uso de capital que tienen
como objetivo
servir a los tres mercados más importantes y
dinámicos: Estados Unidos,
Europa y Japon.
Estos fenómenos han originado importantes procesos entre
ellos, el de la reestructuración industrial lo cual
constituye un aspecto central para este nuevo orden industrial
internacional que genera la economía global.
Uno de los trabajos más fructíferos en torno a la
reestructuración industrial (Kaplinsky, R. 1990)
señala que este fenómeno a lo menos ha sido
comprendido mediante distintas interpretaciones de entre ellas
podemos destacar las siguientes.
De acuerdo a los regulacionistas franceses la
reestructuración es el medio por el cual adviene un
determinado patrón de acumulación sostenible basado
en el régimen de acumulación (que equilibra
consumo,
ahorro e
inversión) y el modo de regulación(formas
institucionales y patrones sociales de conducta que determina el
régimen de acumulación).
Por su parte, los Schumpeterianos estructuralistas visualizan
estos fenómenos como procesos generados por ciclos de onda
larga de cincuenta años de rompimientos
tecnológicos fundamentales que sostienen el crecimiento.
Por ejemplo, los ciclos de crecimiento industrial previos, de
acuerdo a este esquema estarían basados en la industrial
textil, acero,
ferrocarriles y maquinarias de combustión interna. Posteriormente irrumpe
la industria química y
siderúrgica y el recurso energético principal es la
electricidad.
Más tarde son otras las ramas dinámicas, destacando
por sobre todo la industria automotriz, la explotación del
petróleo y
la industria petroquímica. Por último, aparecen
ramas tales como la microelectrónica, la robótica,
la generación de nuevos materiales, la
telemática, informática, cibernética, los
sistemas
expertos, etc.
Otra interpretación visualiza la presente
transición en términos del agotamiento del
paradigma de producción masiva, esto es, que la
producción de mercancías estandarizadas mediante el
uso de máquinas con propósitos especiales y una
rígida división del trabajo es ahora reemplazada
por un nuevo paradigma de especialización flexible basado
en la producción de pequeños lotes de productos
diferenciados, generados con maquinaria de uso múltiple
integradas en cadenas productivas flexibles, autoreguladas y
diseñadas por sistemas expertos y por la inteligencia
artificial; modificaciones que necesariamente implican la
adopción de nuevas formas de organización del
trabajo. En otras palabras, se interpreta la
reestructuración industrial en términos de una
transición desde la maquina-factura a la
sistemo-factura, esto es una nueva práctica organizacional
en la cual la integración de las unidades productivas,
vía la tecnología automizada, generan nuevas
relaciones inter-firmas y prácticas integrales de
trabajo supeditadas a orientaciones individuales.
Cada una de estas interpretaciones contiene alguno de los
elementos que conforman la esencia de este nuevo orden industrial
internacional que se está configurando en este fin de
siglo.
Ahora bien, esta reestructuración industrial cuyas
características más importantes acabamos de
mencionar sin embargo, no explican, de manera inmediata el
incremento de la competitividad
internacional. Debemos, a continuación, dedicar a las
formas que adopta la empresa transnacional en los procesos de
globalización, especialización y
regionalización.
4. La empresa transnacional
y los procesos de globalizacion,especializacion y
regionalizacion
El rol preponderante de las corporaciones
transnacionales, en el campo de la reestructuración
industrial, se visualiza especialmente en relación a las
dos áreas principales, en las cuales se ha incrementado la
competencia internacional, el comercio y la inversión
directa. Justamente aquí, es donde se expresan las
tendencias que impulsan la competencia internacional
cuestión que desarrollaremos a continuación.
Antes, con el objeto de una mejor comprensión del
fenómeno del incremento de la competencia internacional
parece pertinente referirse primero a la naturaleza de la
evolución del capitalismo y
la descripción de los más importantes
rasgos que caracterizan a la empresa industrial moderna.
La primera fase del capitalismo se caracteriza por la empresa
familiar. A finales del siglo IX una nueva forma de capitalismo
aparece en Europa y Estados Unidos: el capitalismo gerencial. El
capitalismo gerencial estaba basado en el reclutamiento
de ejecutivos profesionales los cuales emprendieron proyecto de
inversión a largo plazo e implementaron
prácticas organizacionales para asegurar cuotas del
mercado. Sin embargo, en este capitalismo gerencial al menos se
pueden observar dos formas distintas a saber; el gerencial
competitivo y el gerencial cooperativo.El primero en EEUU y el
segundo en Alemania.
El gerencialismo competitivo que reguló la
expansión de las actividades manufactureras en los Estados
Unidos se constituyó en una de la más despiadadas
formas de competencia entre las principales núcleos
industriales. El nudo de las ventajas competitivas se
manifestó en la innovación y en un proceso
productivo basado en la explotación de economías de
escala, a través de fuertes inversiones de capital que
diseñaron inmensas líneas de producción de
productos estandarizados, todo esto complementado con fuertes
inversiones en marketing y en
el desarrollo de estrategias de expansión en los mercados
nacionales. El éxito
de estas estrategias se puede simbolizar en el fordismo que
posibilitó la producción masiva de
automóviles, considerado como la realización del
sueño americano.
En Alemania, el capitalismo gerencial fue en grandes
términos similar al desarrollo en los Estados Unidos sin
embargo, es posible advertir tres diferencias:
a) las empresas alemanas se concentraron más bien en
bienes intermedios y de capital, logrando un significativo
desarrollo en la industria química-farmacéutica, la
producción de aceros y la industria de maquinaria
pesada.
b) las ventajas competitivas de las empresas alemanas se basaban
tanto en las economías de escala como en las
economías dirigidas.
c) la relación interempresas (con abastecedores y
competidores) y la intraempresa (con el trabajo)
tienden a ser más bien cooperativas
que competitivas. Empero, el estímulo principal para esta
cooperacion fue el fenómeno de la concentración del
capital industrial que posibilita la coordinación de las operaciones de negocios
a través de la constitución de grupos
financieros. En efecto, actualmente los diez bancos más
importantes poseen un control accionario decisivo sobre las 100
empresas más importantes del país. Esta forma de
dirección de las empresas le permite a
Alemania convertirse en una de las más fuertes
economías industriales de Europa y en una de las
economías más competitivas a nivel mundial.
Sin embargo el ejemplo más pleno del capitalismo gerencial
cooperativo es Japón. Este sistema le ha permitido
colocarse en posiciones de control de importantes mercados
globales en la mayor parte de las actividades industriales de
mayor dinamismo. De entre las características más
importantes de este modelo de capitalismo, destaca el compromiso
estratégico de largo plazo para con la innovación y
el continuo mejoramiento de los productos. Por otra parte, en lo
que se refiere a la cooperación esta toma nuevas
características que la refuerzan. En lo referente a las
relaciones
laborales introduce en los salarios el
principio de que los trabajadores no son pagados tanto por la
tarea productiva sino más bien por aquellas tareas que el
trabajador es capaz de realizar. Por otra parte, y de mayor
importancia aún, en término de las relaciones con
otras empresas destaca la formación de los Keiretsu o
alianza estratégica de negocios, configurando asociaciones
permanentes entre diferentes empresas, de tal modo que el
conjunto de compañías japonesas más
competitivas internacionalmente están organizadas en
sólo seis grupos de negocios, centralización que
les posibilita además, operar bajo una estrecha
colaboración con organismos gubernamentales,
particularmente en la investigación y desarrollo de
productos de tecnología de punta y para la
detección y captura de nuevos mercados.
De lo anterior, se podrían deducir algunas conclusiones
preliminares. Parece indudable que la fuerza rectora
de la competitividad internacional es el modo capitalista de
producción que aunque se manifieste en alguna formas
específicas o variantes nacionales -e incluso que estas
variantes sean importantes, no impiden incluir a todas estas
experiencias en un mismo modelo de economía de mercado.
Las diferencias entre el capitalismo gerencial competitivo y el
capitalismo gerencial cooperativo se encuentran entonces en tres
puntos: en el rol del gobierno en la
actividad económica; en los horizontes temporales
considerados en los procesos de toma de
decisiones y; en la naturaleza de las relaciones
inter-empresas e intra
empresas (las relaciones laborales).
La teoría acerca de las etapas del desarrollo competitivo
(Porter,M. 1990), reelaboradas más tarde por Ozawa
(Ozawa,T.1992) es muy ilustrativa al respecto. Porter describe el
desarrollo competitivo de las economías nacionales en
términos de cuatro etapas, las cuales son sintetizadas a
través de ciertas características competitivas
secuenciales.
Para la primera etapa, las actividades basadas en los recursos
naturales y el las manufactura
intensivas en uso de trabajo son centrales para la
obtención de las ventajas competitivas. En la segunda
etapa, en cambio, la actividad económica estaría
basada en la fabricación de bienes intermedios y de
capital (industria química y pesada), la tercera en la
generación de la infraestructura (vivienda, transportes,
comunicaciones). En la cuarta etapa, la actividad
económica estaría impulsada por las inversiones; el
éxito empresarial descansa en el investigación y
desarrollo derivados de un pleno uso del capital
humano.
Por su parte, Ozawa ha mejorado el esquema demostrando como la
experiencia japonesa configura un modelo en el cual resaltan las
relaciones de interdependencia entre el mejoramiento estructural,
las ventajas comparativas dinámicas y la inversión
extranjera directa, conjuntamente con la unión de las
estrategias de uso intensivo de capital y uso intensivo de
recurso humano calificado para la generación de un
constante progreso tecnológico. De esta manera, se puede
comprender como un estadio particular del desarrollo competitivo
es asociado con un patrón específico de exportación, basado en la
adquisición y consolidación de niveles de
competitividad. Así, el primer estadio estaría
caracterizado por ventajas comerciales basadas en factores,
produciendo mercancías primarias y bienes de uso intensivo
de trabajo. Por su parte, el estadio guiado por la
inversión basaría en cambio sus ventajas
competitivas en la producción a escala de bienes
intensivos en capital. Por último, el estadio de la
innovación -que basa sus ventajas en la
investigación y el desarrollo- se caracteriza por la
exportación de productos cada vez más sofisticados
tecnológicamente.
En este sentido, el crecimiento
económico y la transformación sería
acompañada por un cambio en los patrones de las ventajas
comparativas dinámicas. Debe ser mencionado además,
que estos cambios no suceden a partir de transformaciones
instantáneas, más bien son el resultado de
progresivas transiciones caracterizadas por el surgimiento y
caída de actividades económicas específicas
y puede ser conceptualizado como un cambio en el centro de
gravedad de la economía como una totalidad.
Pero quizás el aporte más importante de Ozawa es
destacar la relación tan importante que tiene la
inversión extranjera directa en los cambios estructurales
de la economía.
Continuaremos el análisis de este problema a través
de la presentación de las principales tendencias del
comercio
internacional: globalización y
especialización.
5. El comercio internacional: globalizacion y
especialización
La principal alteración del sistema de comercio
internacional ha sido su notable expansión; el surgimiento
de nuevos exportadores (Japón y los países
asiáticos) la apertura de los mercados de Norte América
mediante el Tratado de Libre
Comercio y en una menor medida la apertura de los mercados
europeos responsables y en general la liberalización de
mercados propuesta e impuesta a los países en vías
de desarrollo son responsables de este incremento en los flujos
del comercio mundial.
Sobre estos aspectos es posible contar con numerosos trabajos
desarrollados para comprender la magnitud y naturaleza de los
cambios, a partir de las modificaciones que se observan en los
patrones de exportación de los países.
En Japón y Estados Unidos durante el período
1970-89 se puede observar una significativa
especialización en su comercio
internacional a diferencia de los países de la Comunidad
Económica Europea. De los países más
importantes Japón -en las dos últimas
décadas- ha duplicado sus exportaciones en
los sectores basados en la generación de conocimientos
(química fina, componentes microelectrónicos y
telecomunicaciones) que son áreas caracterizadas por
actividades innovativas directamente ligadas a ingentes gastos en
investigacion y desarrollo, lo que produce efectos para el
conjunto del sistema económico, en tanto que sirven como
insumos intermedios y de capital para un gran número de
otros sectores industriales y de servicios.
Por otra parte, es posible observar el crecimiento de la
industria de bienes de capital especializada (instrumentos y
máquinas de ingeniería tales como máquinas
herramientas) actividades caracterizadas por una muy alta
diversificación de la oferta,
destinadas principalmente a ser insumos para actividades
industriales que preferentemente utilizan economías de
escala y procuran dominar la oferta mediante la captura de nichos
de mercados. Este tipo de especialización comercial
característico para Japón es particularmente
evidente en los esfuerzos de investigación y desarrollo en
los sectores industriales basados en la microelectrónica,
tales como los sistemas de procesamiento de
datos y el de componentes electrónicos y
telecomunicaciones, retirándose paulatinamente de los
sectores tradicionales. Sobre estos mismo fenómenos
encontramos otras visiones una visión adicional de este
fenómeno. Mandeng ( Mandeng, O. J. 1991) por ejemplo,
postula que el crecimiento económico ha llegado a ser cada
vez más independiente de la intensidad de los flujos del
comercio internacional y que los elementos dinámicos
estarían centrados en grandes empresas que producen
manufacturas tecnológicamente complejas para mercados
globales imperfectamente competitivos. Allí, es donde los
nuevos actores estarían rápidamente mejorando sus
resultados en el comercio internacional.
Fajinzylber por su parte, (Fajinzylber, F. 1991) a partir del
trabajo de Mandeng, ubica no solo a los países ganadores,
aquellos que han incrementado su cuota de mercado, sino que
también analiza estas ganancias de acuerdo a los
principales productos involucrados. En este sentido distingue
productos que están gozando de un incremento en la cuota
de mercado de aquellos que la están perdiendo. Para ello
acuña la figura de los productos "dinámicos" y los
"descendentes". Los países ganadores incrementan sus
cuotas de mercado a través de productos
"dinámicos". Los países perdedores pueden perder
sus cuotas de mercado con productos dinámicos (una
situación definida como "pérdida de oportunidades")
o con productos "descendentes" en una situación denominada
"retirada". Naturalmente, la mezcla de productos para
virtualmente todos los países contiene ejemplos de ambas
clases.
Entre los principales países de la OECD, Japón
claramente es el que ha obtenido las mayores ganancias en cuotas
de mercados y más importante aún, cerca del 80% de
sus exportaciones están ubicado en una óptima
situación y casi todas ellas son manufacturas que no
están basadas en recursos naturales. Con pocas
excepciones, los países de la Unidad Económica
Europea, aunque es posible observar ganancias en sus cuotas de
mercado, éstas son significativamente menores a las
alcanzadas por los países asiáticos y, enfrentan
muchas oportunidades perdidas en sus resultados de
exportación. No obstante, se hace necesario destacar el
hecho que a pesar de las pérdidas sus exportaciones (en
gran parte) no son manufacturas basadas en la explotación
de recursos naturales. La situación es crítica para
países como Autralia y Nueva Zelandia que basan sus
exportaciones en recursos naturales y manufacturas directamente
relacionadas con actividades primarias. Bajo este mismo esquema
propuesto por Fajinzyber los Estados Unidos estarían
perdiendo importantes cuotas de mercado debido a que un
número menor de sus productos se encuentran en la
situación óptima y peor aún, muchos de sus
productos se ubican en la zona de "las pérdidas de
oportunidades". Una proporción similar de productos de
exportación se encontrarían en la fase de
retirada.
Este esquema demuestra un dramático cambio en las
relaciones comerciales de los países de la OECD generando
diversos efectos el más importante es el apresuramiento de
las iniciativas de integración de los bloques regionales,
especialmente de aquellos países que están
perdiendo cuotas en el mercado mundial, Estados Unidos con el
TLC y los
países europeos con la Unión Económica
Europea.
6. La globalizacion
y la inversión directa
Otro aspecto de suma importancia para la
compresión de los procesos que originan la
globalización es indudablemente la inversión
directa. Desde los años 80s la dinámica que se
observa en los flujos de la inversión directa
internacional es notoriamente superior a la dinámica que
se presenta en el comercio internacional y se convierte en un
componente principal del crecimiento económico. Una de las
medidas más eficaces tomadas por las empresas
transnacionales para eliminar las restricciones al comercio
internacional fueron indudablemente las inversiones
condicionadas. Se negociaban inversiones en los distintos
países a condición del levantamiento selectivo de
barreras arancelarias. Por lo mismo, quizás es que el
proceso de transnacionalización propicia,
simultáneamente, el fortalecimiento de tendencias hacia la
globalización y la regionalización.
La regionalización podría ser explicada advirtiendo
el significado e importancia del hecho de que cerca de la mitad
de flujos comerciales de Japón y de los Estados Unidos
están directamente relacionados con la inversión
externa directa, esto es se trata de de operaciones entre
compañías transnacionales. Es interesante observar,
por otra parte, que alrededor del ochenta por ciento de los
flujos de inversión externa directa se concentran en una
triada conformada por Estados Unidos, los países de la
Comunidad Económica Europea y Japón. Que los
países donde se originan los flujos de inversión
(fuentes) son
los miembros de la Comunidad Económica (con un promedio
anual de 39 mil millones de dólares en el período
que transcurre entre 1985, y 1989 y Japón que para el
mismo período incrementa seis veces sus inversiones
alcanzando la suma de 111 mil millones. Lo anterior
también podría explicar la concentración de
los flujos comerciales en esta tríada pues el 67% del
comercio mundual se efectúa entre estos tres grupos de
países. (UNCTC, World Invstment Report, 1991).
La importancia de las tendencias hacia la regionalización
que acompañan al proceso de globalización se puede
advertir en múltiples aspectos. En primer lugar las
empresas transnacionales que actúan en el mercado global
deben concebir e implementar estrategias específicas para
cada uno de los tres más importantes mercados que componen
la tríada, específicamente en relación al
diseño de los productos, el mercadeo y distribución, la red de abastecimiento,
finanzas,
comercio e inversión externa. En este sentido, varios
autores (Agosin, M. y Tussie, D. 1992)) han puesto en evidencia
la importancia que tiene para los flujos del comercio
internacional las diferencias existentes entre las distintas
prácticas institucionales de los países que
componen la Tríada pues afectan directamente a las
ventajas competitivas.
En segundo lugar, las industrias de alta tecnología que se
convierten en las empresas líderes de la competencia
global no estan igualmente distribuídas entre los
países. Esto implica, muchas veces, que ante un incremento
de la competencia los gobiernos se sienta impulsados a generar
políticas diseñadas para alcanzar o mantener
sectores económicos competitivos, al mismo tiempo que
generan medidas que dificultan el desarrollo de los negocios de
las empresas "extranjeras". Un ejemplo notorio de lo anterior lo
constituye el MIT (el ministerio japonés para el comercio
internacional y la industria) que toma medidas que incluyen desde
la asignación dirigida del gasto
público (compras
gubernamentales hacia determinadas empresas) hasta la
subvención de investigación y desarrollo para
áreas específicas del desarrollo
científico-tecnológico.
En tercer lugar los países miembros de la Tríada
influyen decididamente en la definición de las reglas del
juego con respecto al sistema multilateral. Entre las parte
más importantes del sistema cabe mencionar a la
Organización Mundial de Comercio, la
Organización para la cooperación económica y
el desarrollo (OECD), el sistema que regula las finanzas
internacionales (FMI, Banco Mundial,
el Banco
Internacional de Pagos (BIS) y el sistema de Naciones Unidas.
A través de estos organismos los países
desarrollados agrupados en el "grupo de los
siete" (Estados Unidos, Canada, Alemania, Francia, Reino
Unido, Italia y
Japón) negocian las políticas globales en
relación a las tasas de intercambio, las tasas de
interés, al financiamiento externo, y de manera
importante influyen sobre las tendencias hacia la
globalización y regionalización.
Para finalizar estos tópicos de la competencia global y la
regionalización en seguida nos permitimos realizar algunas
consideraciones en torno a la naturaleza de estos
fenómenos.
Parece que para una cabal comprensión de los
fenómenos que nos preocupan los esfuerzos teóricos
basados en la conceptualización de las ventajas
comparativas de las naciones no son suficientes. Por ello,
habría que acudir hacia aquellas investigaciones
basadas en las ventajas competitivas de las empresas, mismas que
colocan el énfasis en la decisiva importancia que adquiere
la investigación y desarrollo, la innovación y la
tecnología para la obtención de roles y
jerarquías de privilegio en la nueva división
internacional del trabajo y del comercio.
Esta nueva situación se manifiesta claramente en
dos áreas separadas que dependen tanto de la naturaleza de
las actividades productivas como de su grado de "madurez"
tecnológica. En las industrias estratégicas
tecnológicamente sofisticadas tales como la
microelectrónica, la biotecnología, el desarrollo de nuevos
materiales, la robótica, el desarrollo de la
computación, telecomunicaciones en donde las ventajas
competitivas- en su mayor parte. son producto de costosas
investigaciones y el establecimiento de alianzas
estratégicas entre empresas transnacionales de alta
tecnología.
En lo que se refiere a aquellas industrias "maduras" basadas en
economías de escala y producción masiva y
estandarizada tales como la industria del automóvil, los
artículos de consumo electrónico, las textiles,
etc, el proceso de reestructuración para alcanzar niveles
competitivos reside en una mezcla de avances
tecnológicos e innovaciones organizacionales.
Así surgen nuevas prácticas en los sistemas
industriales, se impone un nuevo "sentido común" de la
eficiencia que a lo menos posee tres importantes dimensiones.
La primera está relacionada a los avances
tecnológicos aplicados a los sistemas productivos que
permiten la implantación de tecnologías
automáticamente integradas en todos las fases de la
actividad de las empresas. La segunda dimensión es la
incorporación de una nueva forma de gestión y de
organización de las tareas productivas que permiten la
apropiación de estándares de calidad y
eficiencia demandados por los mercados globales. La tercera
dimensión subraya la importancia decisiva que tiene para
la obtención de ventajas competitivas el establecimiento
de una nueva forma de relación entre las empresas y sus
proveedores,
basadas en la cooperación y la confianza, así como
en el reconocimiento de un recíproco interés
para posibilitar el desarrollo de ambas partes de una
asociación considerada como permanente.
7. Hacia la
conformación de un nuevo paradigma de
eficiencia
En lugar de una conclusión, que en el marco de
este trabajo no es posible en tanto se limita a exponer las
formas a través de las cuales se pretende abordar el
objeto de estudio, procuraremos hacer explícitos el fin
explicativo que sintetiza los propósitos de la
investigación, así como la hipótesis general y las categorías
analíticas principales que pensamos nos permitirían
avanzar en la comprensión teórica del proceso de
globalización económica y la instauración de
un nuevo paradigma de eficiencia.
El fenómeno que necesita explicación es la
naturaleza de las determinaciones centrales que originan y
consolidan los procesos de globalización y el surgimiento
de un nuevo paradigma del quehacer eficiente. El aporte del
trabajo descansa sobre un recurso explicativo fundado en el
análisis de las formas que adopta, en el presente, la
acumulación de capital. A partir de esta
hipótesis ubicamos
una hebra teórica, que permitiría desenredar la
madeja de una serie de problemas, tanto de índole
conceptual como práctica, que pensamos no han sido
resueltos, y que se pueden enunciar en las siguientes
preguntas:
¿Por qué la globalización impone a los
países en desarrollo un mismo patrón de eficiencia
que el utilizado por las economías post-industriales?
¿Por qué se modifica radicalmente aquella
lógica de acumulación que anteriormente no
sólo permitía la persistencia de formas
heterogéneas de producción (y de distintos paradigmas de
eficiencia) sino que, incluso la reproducción misma del
patrón de acumulación exigía la coexistencia
de estructuras productivas con distintas lógicas de
acumulación?
¿Por qué hoy día no se le permite la
sobrevivencia a aquellos productores incapaces de innovar y se
les expulsa del mercado mundial en tanto no saben o no pueden
reinsertarse competitivamente?
Pensamos que estas preguntas no tienen aún respuestas
suficientes y por lo mismo, nos dirigen nuevamente sobre la
temática de la globalización y la eficiencia.
Necesitamos una mejor comprensión de estos problemas ya
que en la resolución de los problemas más concretos
de una organización económica (en el ámbito
de las finanzas, mercadeo, diseño de la estructura
organizacional, selección
de los recursos
humanos,etc.) siempre chocamos con una muralla donde se
estrellan, una y otra vez, nuestras iniciativas. Debemos ser
eficientes, instuimos lo perentorio de esta exigencia más
no nos es claro todavía porque debemos ser eficiente y que
formas esta eficiencia debe adoptar.
Por otra parte, si vemos los esfuerzos emprendidos por las
empresas mexicanas para enfrentar la competencia global, notamos
una multiplicidad en la búsqueda de métodos y
concepciones para alcanzar la eficiencia y también, se
evidencian resultados enormemente diferenciados.
En México, en la búsqueda para incrementar la
eficiencia al interior de las organizaciones, se está
privilegiando una alternativa:la adopción de sistemas
adquiridos a través de la compra de tecnología y/o
la alianza estratégica con una empresa transnacional. El
problema es para aquellas empresas que no pueden tomar estas
opciones y que son la mayor parte. ¿Cuál
sería la alternativa para estas organizaciones? Hacia ese
sector de la actividad económica se dirige nuestra
preocupación e interés. No son suficientes (aunque
sí necesarias) aquellas explicaciones que están
dirigidas a la descripción de los fenómenos y hacia
la detección de formas organizacionales y
tecnológicas con las cuales las empresas transnacionales
enfrentan la competencia en una economía globalizada.
Parece necesario además, conocer con mayor profundidad la
naturaleza de las determinaciones que precipitan estos procesos.
La respuesta a nuestras interrogantes residiría en una
encadenación de dos expresiones del proceso de
acumulación de capital: la lógica de
acumulación y sus posibles cambios y; las modificaciones
ocurridas en las formas de valorización del trabajo social
(la teoría valor-conocimiento).
En cuanto a los problemas de índole práctica
relacionados con la articulación temática propuesta
– que aunque no es un propósito inmediato en el
ámbito de este trabajo- pensamos que el esclarecimiento de
estos problemas podría ayudar en la tarea de definir
conceptualmente, con rasgos más precisos, los problemas
involucrados, de tal manera de permitir una
operativización del nuevo "paradigma del quehacer
eficiente" y de este modo configurar una visión más
general, interdisciplinaria, para ubicar aquellos conocimientos,
destrezas y habilidades que en los niveles ejecutivos de las
organizaciones se requerirían para asegurar las
condiciones de competitividad y eficiencia exigidas por los
mercados globales.
Un esfuerzo de comprensión teórico en torno a la
problemática de la globalización y la
modificación del paradigma de eficiencia debería
por lo menos, iniciar una investigación que contemple los
siguientes apartados temáticos:
a) El incremento de la competencia internacional en el mundo de
las transnacionales globales.
– Las tendencias generales del incremento de la competencia,
globalización, especialización y
regionalización.
– Tendencias de la inversión externa
directa:globalización y regionalización.
– La empresa transnacional global: competencia y
colaboración estratégica
b) La globalización y la nueva lógica de
acumulación
– El planteamiento del
problema.
– globalización y las nuevas formas de valorización
del trabajo social
– globalización y patrón de acumulación
– consideraciones y propuesta
c) La globalización, la competencia y el quehacer
eficiente
– La globalización y el cambio tecnológico
– La globalización y el nuevo paradigma organizacional
– La globalización y la empresas conocimiento
En relación a las categorías analíticas
principales que a nuestro juicio permitirían avanzar en la
comprensión teórica de la globalización y el
cambio de paradigma de eficiencia señalamos lo
siguiente.
La categoría de análisis principal para nuestra
investigación la constituye el patrón de
acumulación, que aunque originada como concepto
teórico en el análisis marxista, su uso sin embargo
no es exclusivo de esta doctrina económica. Por el
contrario ha tenido un amplia difusión en otras doctrinas
, especialmente la corriente estructuralista. A través de
patrón de acumulación (en esta
investigación) designaremos a una específica
modalidad -históricamente determinada- de la
acumulación capitalista. Aquí cabe destacar dos
advertencias. Primero, no se refiere al fenómeno de la
acumulación capitalista en general, sino más bien,
se trata de destacar las formas que esta acumulación
adquiere en un determinado período histórico y;
segundo, cuando se habla de un modo específico no queremos
limitarnos a la exposición
de ciertos rasgos particulares sino que la identificación
de un modo de acumulación implica una
caracterización que permita la integración de una
serie de atributos en un conjunto que posea una relativa
coherencia interna.
Para lo anterior, se hace preciso distinguir al capital como una
singular manifestación de una relación de valor
(destacando la dimensión social de esta relación)
ubicándola en su proceso de incesante expansión y
metamorfosis, donde es necesario distinguir tres momentos
centrales: a) la generación del excedente; b) el de su
realización; c) el de su acumulación.
En nuestro caso se trata entonces de identificar los rasgos
específicos que la fuerzas productivas asumen en tal modo
que procuramos especificar. La especificación de un modo
particular de acumulación se podría lograr si se
puede determinar con certeza: el nivel y tipo del patrimonio
productivo; la tecnología y los niveles de actividad; el
nivel y composición del producto; las modalidades de la
reproducción; el grado y tipo de cooperación.
(Valenzuela, J. 1990).
Otra categoría analítica principal en nuestra
investigación es la heterogeneidad productiva. Es preciso
recordar que debemos explicar las causas y factores que
posibilitan el despliegue de una nueva lógica de
acumulación que se impone (¿ desplaza o
se superpone?) sobre aquel modelo de acumulación
denominado centro-periferia, que aseguraba su reproducción
en mantener estructuras productivas sustentadas por
lógicas de acumulación distintas, donde
coexistían distintos criterios de rentabilidad y
eficiencia, que posibilitaban extraganancias a las empresas
líderes de los países centrales y que en
última instancia determinaban el acceso privilegiado a las
jerarquías y roles productivos en el sistema capitalista
mundial y por tanto a la distribución del excedente.
La heterogeneidad puede abordarse desde dos ángulos
(Valenzuela, J) primero como coexistencia articulada de formar
precapitalista y capitalistas de producción y; segundo
como coexistencia articulada de diversas submodalidades de
acumulación capitalista. Para efectos de la
investigación esto es de suma importancia pues la
emergencia y consolidación de un nuevo tipo de
articulación de dicha heterogeneidad estructural, o en el
otro extremo la exclusión de dicha heterogeneidad
intercambiada por una cierta homogeneidad en los procesos y
estructuras productivas impuesta por un nuevo patrón de
acumulación capitalista desplegado en los procesos de la
globalización económica y que se manifiesta en un
nuevo paradigma de eficiencia.
La instauración de un nuevo paradigma
tecnoeconómico es otra categoría analítica
principal. En este caso se trata de analizar la "revolución"
científico-tecnológica en relación a las
nuevas formas y estructuras organizacionales, así como con
los nuevos modelos de gestión que están imponiendo
las empresas transnacionales que se desenvuelven en los mercados
globales. Pareciera que nos encontramos frente a una
modificación radical de la frontera de la práctica
óptima y con ello, presenciamos radicales transformaciones
en los modelos de gestión y estructuras organizacionales,
modificando, al mismo tiempo, las reglas del "sentido
común" usadas normalmente para el logro de la eficiencia
máxima. Debemos averiguar con exactitud si nos encontramos
en una etapa de transición , en la cual se estaría
imponiendo un cambio de paradigma, esto es, un período
donde se superponen paradigmas tecnoeconómicos uno en su
fase de madurez (el predominante) y otro en su fase de
gestación y desarrollo(el emergente). Si lo anterior es
correcto, nos encontraríamos en una etapa de
redefinición de las condiciones de la competitividad pues,
por una parte, el desarrollo científico-tecnológico
proporciona los medios para lograr una mayor productividad y
por otra parte, otorgando un nuevo conjunto de criterios de
eficiencia que configurarían, a su vez, un nuevo modelo de
organización y de gestión, lo que implica una
radical modificación de los conocimientos, habilidades y
capacidades hasta ahora designadas para los niveles
gerenciales.
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