Juan Felipe Ibarra
Indice
1.
Prologo
2. Su infancia y
adolescencia
3. La Autonomía y el sistema
federal de gobierno
4. Congreso nacional de
1.824-1.826
5. El gobierno unitario
6. Nuevos
conflictos
7. Conclusiones
8. Bibliografía
En esta monografía
tratamos de exponer la acción política y humana de
un hombre
excepcional como lo fue el brigadier D. Juan Felipe Ibarra; que
por el hecho de haber gobernado 31 años, tres meses y
quince días, justifican tal calificación.
Fue por eso el mandato de mayor prolongación cumplida en
todo el continente aunque obviamente abarcaba solo el plano
provincial, además tuvo escasas interrupciones cuyo
tiempo
totaliza alrededor de un año y miedo de interregno. Solo
la muerte(por
causas naturales) lo separó de su amado pueblo aunque su
memoria
perdura entre nosotros. Ibarra fue uno de los caudillos del
pasado apodado "tirano" por sus enemigos quienes a través
de ese mote intentaban osar su honestidad,
manchar su respetable nombre; como sí Todos los
mandatarios de esa época hubiesen gobernado de otra manera
distinta a la absoluta y a veces imperiosa. Ante la meritoria
labor, desconsuela su desconocimiento a más de 100
años de sus hazañas por haber sido (Como lo
describió Orestes Di Lullo en Figuras de Mayo) "figura
prócer de mayo, guerrero de la independencia,
fundador de la autonomía, campeón del federalismo y
altivo custodio de la santiagueñidad"
"No es el gaucho ignorante con que la leyenda negra se
complace, todavía, en calificar de ese modo"
Además era un hombre que
supo identificarse con El gaucho para llevarlo al logro de los
propósitos;
Para dignificarlo, para hacerlo soldado de la patria, para
crearle un espíritu y una conciencia.
Es necesario revisar la historia general del
país lo referente a aquel tiempo y, en ella
el carácter y
proceder de los enemigos del federalismo y de
Ibarra Para poder juzgar
sus acciones y
valorar su gobierno.
Supo establecer amistad con los
personajes mas destacados de su época Heredia, Dorrego,
Solá, Iriondo, Garzón, Lahitte, López,
Ferré, hay tantos Varones que han dado testimonio de sus
cualidades de Hombre culto, recto, honrado y por sobre todo
humilde. Una persona que
destinó a aliviar el sufrimiento de los necesitados como
lo hizo también con los bienes que
confiscó a sus enemigos.
Desde pequeño fue amado y mostraba junto con su
bizarría española la humana condición de
comprender, Proteger y consolar los que esperaban su paternal
Protección. Juan Felipe era prevenido, tenía el
poder de
presentir la agresividad instintiva de cada adversario,su alma
era aguerrida por lo que podía soportar las mas duras
adversidades, sin que todo ello redujera sus sentimientos hacia
su familia y su
fervor cristiano.
He aquí la obra de este gobernante, militar,
político, ciudadano, hombre y por sobre todo
AMIGO.
2. Su infancia y
adolescencia
Juan Felipe Ibarra, hijo del sargento mayor don Felipe
Matías Ibarra emparentado con los conquistadores Ramírez de
Velazco y Toledo Pimentel. Heredero de dignos blasones de la
nobleza Vasco-española, sus antepasados directos se
destacaron en lo catrense y lo misional hasta asentarse en las
haciendas de Matará. Don Felipe Matías se
casó a fines del siglo 18 con una joven llamada Andrea
Antonia de la Paz y Figueroa hija de Don Francisco Solano de la
Paz y Figueroa e Ilustre tronco de distinguida descendencia. Y
allí también proviene sor María Antonia de
la Paz y Figueroa apodada beata antula, hermana abnegada que
pretendiendo difundir la labor de los jesuitas recorrió a
pié en evangelizadora misión
varias regiones norteñas con otras, pero después
igualmente descalza se propuso alcanzar Buenos Aires
dispuesta a fundar una casa de retiro y ejercicios piadosos la
que una vez levantada cumpliera su fin. Aunque las causas de su
beatificación se encuentran aún inconclusas en
Roma.
El primero de mayo de 1.787 nació en Matará
(Santiago del Estero)Juan Felipe Ibarra junto con otros tres
hijos, de los cuales se destacará su único hermano
varón, Francisco Antonio Ibarra, compañero de
campañas militares, coronel de la provincia atrozmente
asesinado por los revoltosos de 1810.
Y una de sus hermanas Agueda Ibarra estaba casada con
Leandro Taboada comandante de Matará y miembro de esa
familia de
activa figuración pública. Dichos antecedentes
ubicaron a Ibarra entre los miembros cúspicos del
patriciado santiagueño.
Juan Felipe y su hermano crecieron captando intenciones y
comprendiendo instintos de la naturaleza y
acumulando sabiduría y experiencia. Habían
asimilado también técnicas
de cultivo y cría de animales
domésticos, ciencia y
secretos del bosque y de la vida de los irracionales, lo que les
permitiría desempeñarse con firmeza y confianza
amenguando temores.
Juan Felipe aprendió a vivir prevenido, a presentir la
agresividad instintiva de cada adversario y a desarrollar la
prudencia que después le seria muy útil. Su cuerpo
se desarrollaba saludablemente y su alma aguerrida para soportar
las más duras adversidades, sin que esto redujera sus
sentimientos cristianos y hacia su familia. Había entrado
ya en la adolescencia y
se mostraba reservado, tranquilo y formal exhibía fuerza
física y
moral
contenidas. Con todas estas cualidades acrecía.
Doña María Antonia, que a su viudez tenía la
responsabilidad de educar a sus hijos en las
consignas de su religión y su rango
poseía la fortaleza y la perseverancia suficientes para
ejercer la voluntad de su difunto esposo.
Pero no estaba sola, sino que su cuñado don
Basilio, la ayudaba en el cuidado y la educación de sus
hijos.
Así Juan Felipe aprendió las primeras nociones al
par de la doctrina cristiana, oficiaba de monaguillo, un tanto
influido por su tío y más por su temperamento
melancólico evidenciaba cierta inclinación hacia
las prácticas del culto. Su tío cada vez más
preocupado por su educación– pues ya
había alcanzado los 14 años- pensó que era
tiempo de su preparación general con miras a la
profesión religiosa y discutió con la madre acerca
de este destino. Apoyando en su intento por el otro tío
del joven el presbítero Juan Antonio de la Paz y
Figueroa-que oficiaba en la capilla de lojlo- decidieron enviarlo
con este objeto al Colegio de Monserrat.
Su preparación militar
Se alistó en 1806 a pesar de su corta edad en las milicias
que reclutara, el capitán D. Alonso Araujo, para la
reconquista de Buenos Aires.
Ibarra en 1810,se incorpora a la expedición de Balcarce Y
Ocampo. Luego entró a militar bajo las ordenes de
Belgrano, en marzo de 1812 al tomar parte en la batalla de las
piedras, siendo premiado con un escudo de Honor. "El Saladino
Ibarrita" como lo llamaba afectuosamente Belgrano, alcanzó
honores bajo su mando al participar gana de la Victoria de
Tucumán logrando el título de teniente que
ganó por su acción destacada y en 1813 los galones
de capitán por su heroismo en la batalla de Salta.
Juan Felipe combatiendo la campaña del norte, bajo
las ordenes de San Martin de Guarnes y de Roundeau asiste a la
derrota patriotica de Sipe-Sipe es finalmente elegido por
Belgrano para ser ayudante de campo del estado mayor a
partir de 1816 y de allí destinado a la defensa de las
fronteras santiagueñas como comandante de abipones, en
mérito a su actuación en el ejército regular
de la independencia.
Siendo ascendido a Sargento mayor por el general
Roundeau.
3. La Autonomía y
el sistema federal
de gobierno
A fines de 1819 se produjo una sublemación de los
partidos de Bernabe Aráoz que derrocaron al gobernador
Mota Botello y pusieron al frente a Bernabe Aráoz. En
Santiago continuaba Gabino Ibáñez como teniente de
gobernador,
Pero luego se vió obligado a renunciar por la enemistad de
los pobladores.
Mientras las provincias del litoral trataban de organizarse
firmando pactos entre ellas, Araoz queria conformar un
núcleo territorial autónomo integrado por Santiago
del estero, Catamarca y Tucumán.
Juan B.Alvear intercedía para la reunión de un
congreso federal en Córdoba con el objeto de organizar el
país con el objetivo de
asegurarse la elección el Gob.tucumano envió 50
hombres al mando del capitán Juan M de Echaurri con el
pretexto de escoltar al gral. Belgrano que se encontraba muy
enfermo.
Realizada la elección con presencia de las tropas de
Echaurri resultaron electos Juan J Lami y Santiago palacio,
frente a la oposición de los partidarios de la
autonomía, que llamaron en auxilio al gral. Juan Felipe
Ibarra. Quien marchó de inmediato rumbo a la capital
provinciana, con el apoyo de las tropas del brigadier Estanislao
López. El 29 de marzo de 1.820 el cabildo encargó
la protección de la ciudad al cap. Echauri e instó
a todos habitantes, mediante un bando a alistarse para la
defensa. En la madrugada del día 31 llegó al
ayuntamiento una nota del caudillo que expresaba: "No puedo ser
más sensible A los clamores con que me llama ese pueblo en
mi auxilio por la facciosa opinión que sufre indebidamente
de V.S para cimentar de mucho su esclavitud. Me
hallo ya a las inmediaciones de ese pueblo benemérito y si
V.S. en el preciso término de dos horas desde el recibo de
esta intimación que desde luego lo hago, no le permite
reunir libremente en un cabildo abierto a manifestar su voluntad,
cargo Con toda mi fuerza al
momento. De los males que resulten y de todo lo demás hago
responsables a los individuos de esa corporación y
secuaces, como de los costos y gastos que he
causado en mi marcha".
El combate se dio en las inmediaciones de la iglesia de
Santo Domingo y concluyó con el triunfo de Ibarra y el
retiro de Echauri rumbo a Tucumán.
Inmediatamente una asamblea presidida por Pedro P Gorostiaga,
eligió por unanimidad al comandante Juan Felipe Ibarra
como teniente de Gob.interino y proclamó un nuevo cabildo
adicto a la causa de la autonomía. Ese mismo día se
informó a Aráoz lo sucedido, quien en primer
momento decidió no tomar medida alguna. Ibarra juró
su cargo el 25 de abril, fecha en que la junta electoral, bajo la
presidencia de Manuel Frías, eligió el diputado
santiagueño ante el congreso que debía reunirse en
San Lorenzo, según lo acordado en le tratado de Pilar. La
elección cayó en el Dr. Mateo Saravia.
La Autonomía santiagueña
Finalmente, el 27 de abril de 1.820,los electores, reunidos en el
Cabildo proclamaron solemnemente la autonomía provincial
que fue posible gracias a la férrea voluntad de los
pobladores que se negaban a ser sometidos sin su consentimiento
al poder de otro pueblo al que consideraban su igual, no su
superior.
Ello fue posible por la irrupción de Ibarra en las luchas
autonómicas, ya que contaba con el apoyo
popular.
Tentativas de Aráoz para dominar a Santiago
Aráoz estuvo disconforme con el estado de
cosas imperantes y preparó de inmediato un ejercito para
oponerse a las tropas autonomistas santiagueñas. En enero
de 1.821,mandó huestes Tucumanas a las ordenes del cap.
Gregorio Iramaín. Ambas tropas lucharon en Los Palmares,
enfrentamiento que concluyó con el triunfo de los
santiagueños. Güemes, envió auxilios a Ibarra,
ante la posibilidad de un nuevo ataque de las fuerzas de
Aráoz. El choque se produjo en Tucumán y
favoreció al ejercito local. Bustos el Gob. de
Córdoba se suscribió el 3 de junio de 1821 el
denominado tratado de Vinará, que detuvo
momentáneamente las hostilidades. Este tratado
ponía fin al conflicto
entre Santiago y Tucumán comprometiéndose a la
búsqueda de al organización institucional y a la
elección de diputados que concurrirían al congreso
que se reunirían en córdoba para organizar el
país, ante el fracaso del congreso de San Lorenzo. A pesar
de todo los enfrentamientos no terminaron. Sin embargo fué
el 1º intento de poner fin a las hostilidades y llegar a un
acuerdo.
El gobierno de Juan
Felipe Ibarra
Desde principios de
1.820, y una vez disuelto el gobierno nacional, las provincias
debieron enfrentar sus problemas
administrativos y económicos por si mismas, a la vez que
enfrentar múltiples invasiones y ataques de
ejércitos provenientes de distintas regiones, como
consecuencia de la guerra civil
en que se veía inmersa la nación.
Santiago del estero no fue ajena a esta realidad especialmente a
partir de la postura del Gob. Juan Felipe Ibarra, defensor del
federalismo en el norte, frente a los ataques de fuerzas
unitarias que disputaban por desplomar a la provincia a su causa,
ya que expandido su territorio y por su posición
estratégica en el centro del país, se encontraban
en un lugar privilegiado en caso de ataques armados.
Primer proclama de gobierno
El primer bando de gobierno con fecha de 12 de septiembre de
1.820 en el que se reglamentó la entrada y salida de
persona sal
territorio, que no podían hacerlo sin pasaporte; con el
fin de acabar con el ocio y holgazanería, todo individuo
que no fuese propietario de un terreno y no tuviese como mantener
a su familia se veía obligado a emplearse por el termino
de quince días. Quien no contase con los respectivos
papeles era reclutado a la milicia o era trasladado a la frontera
de abipones para discutir su destino. Las familias eran
repartidas en casas adineradas donde se los debía
alimentar, vestir, y educar. Se combatía también
los juegos de azar
penando a quien violasen la regla con el pago de una multa de
dinero o
servicio en
obras públicas(2 años).
El robo de ganado era penado con cien azotes o con
servicio
militar por la ración y sin sueldo
(4 años). Por al introducción en propiedades ajenas se
castigaba con 50 azotes.
Perecimiento de Ramírez y
Güemes
A raíz de una emboscada el 17 de junio de 1.821 el general
D.Miguel Martín de Güemes, apasionado defensor de la
frontera norte de la patria a la vez protector y amigo de nuestra
provincia. El 10 de julio de 1.821, fallece Francisco
Ramírez antes de que la huida destacada por el "Saladino"
pudiera ofrecerle el apoyo que necesitaba y ofrecerle a Santiago
como lugar para su refugio, gestión
que Ibarra puso en las manos de otros de sus dignos
huéspedes: José María Paz que vivía
en Santiago bajo la protección de su ex compañero y
amigo del ejercito del Norte; como también a su enemigo
Bernabé Aráoz al ser expulsado del gobierno de
Tucumán.
Rivadavia logra sabotear la asamblea de
Córdoba
Ibarra envió a Saravia al congreso de córdoba el
que se vio trabado por maniobras centralistas de los
porteños ya que Rivadavia se empeñaba en hacerlo
fracasar, con el fin de que la asamblea se reuniese en Buenos
Aires para sacarla de la influencia de Bustos y de los
gobernadores federales. A pesar de que Ibarra manifestó su
ideal organizativo del país dirigiéndose al Gob. de
córdoba de esta manera: " ya he dicho en otra
ocasión a ese gobierno que la voluntad de mi provincia
esta decidida por la instalación de un congreso general"
no pudo evitar el fracaso de la asamblea.
Las aduanas
interiores defienden la invasión de productos
extranjeros
A raíz de la ruina de la actividad industrial de las
artesanías provincianas por lo cual estas para subsistir
debieron adoptar el recurso que implicaba la aplicación de
impuestos
forzosos al comercio y del
cobro de los derechos de aduana a los
productos que,
con fines comerciales, ingresaban o salían de la
provincia. Con el fin de proteger las industrias
artesanales, que habían mermado su producción como consecuencia de la
invasión de productos extranjeros, especialmente ingleses
el 6 de agosto de 1.822 se dictó un decreto por el que se
recargaba con impuestos
elevados a las mercaderías de ultramar que
competían con la producción local.
Debido a la escasez de metálico, como derivación de
la caída del alto Perú en manos de los realistas,
el gobernador santiagueño aceptó en un principio la
circulación de moneda riojana, pero en 1823 decidió
realizar una acuñación de moneda con el 25% de su
valor por el
importe de 1 real y ½ real, la"plata Ibarrista" que venia
a substituir a la que antes se hacia en Potosí, por ese
entonces en poder de los españoles. Esta moneda
circuló alrededor de tres años.
Las instituciones
en el 1º mandato de Ibarra
Se basaron en el reglamento provisional nacional de 1.817. La
junta eligió como representantes santiagueños ante
el congreso nacional que se reunió en Buenos Aires
en 1.824 a: Pedro Carol, Vicente Mena, Pedro León
Gallo y Felix Ignacio Frías.
En 1.826,la junta de representantes de la provincia dictó
un reglamento interno y eligió nuevos
Diputados entre ellos: Manuel Dorrego, Juan José Lami y
Antonio María Taboada. Los diputados electos eran de
distintas tendencias (unitarios y federales)a pesar del mandato
explícito de la provincia en pro del sistema federal
de gobierno. La nueva legislatura formó una
comisión para elaborar un proyecto de
constitución provincial. Pero el
propósito de organización constitucional debió
prorrogarse por las luchas internas que se desataron en el seno
de la propia junta, entre los unitarios enemigos de Ibarra y los
federales partidarios del caudillo. Por orden de Ibarra se
abrió una escuela
pública en el convento de Santo Domingo.
4. Congreso nacional
de 1.824-1.826
Convocatoria
La junta de Buenos Aires realizó una convocatoria a todas
las provincias para que enviasen a sus delegados a un congreso
que se realizaría en Buenos Aires con el fin de organizar
el país.
Por tal motivo Santiago envió a: Pedro León Gallo,
Felix Frías, Pedro Carol y Vicente Mena quienes llevaban
instrucciones precisas de respeto por la
autonomía de la provincia y soberanía nacional.
La ley
fundamental
El 16 de diciembre de 1.824, luego de 4 sesiones preparatorias,
nombrados presidente y vicepresidente de la asamblea Manuel
Castro y Francisco Narciso de Laprida y secretarios José
María Vélez y Alejo Villegas, se recibió el
juramento de los diputados y se procedió a la
instalación de oficial de la asamblea que se
autodenominó " Congreso General Representativo de las
provincias Unidas de América". El 23 de enero de 1.825 el
congreso sancionó la ley fundamental
denominada así por la importancia de sus decisiones. Por
la que se toleraban las autonomías provinciales hasta
tanto se dictase la constitución y se otorgaba provisoriamente
el ejercicio del poder
ejecutivo Nacional al gobernador de la provincia de Buenos
Aires. La ley garantizaba que antes de sancionarse la
constitución, sería puesta en consideración
de las provincias.
Duplicación de la diputación nacional
El 19 de noviembre de 1.826 el congreso resolvió duplicar
el nº de diputados para dar así mayor
representatividad a los pueblos en vista a la Constitución
razón por la cual Santiago debía contar con ocho.
La junta de representantes Santiagueña procedió a
elegir a los nuevos diputados. Dentro de ellos se eligió a
Manuel Dorrego, que fué más adelante el 1º
gobernador federal de Buenos Aires. La junta de Representantes se
pronunció por el sistema federal de gobierno y la
independencia económica de la provincia. Santiago del
estero depositaba en el gobierno central el ejercicio de la
soberanía en lo referente a los negocios
centrales de la nación.
Ibarra y la constitución de 1.826
Violando la opinión mayoritaria expresada por los pueblos,
el congresos sancionó el 24 de diciembre de 1.826 una
constitución unitaria. En esta asamblea los diputados
santiagueños coronel Manuel Dorrego y Dr. Francisco
Ugarteche tuvieron una destacada actuación en la defensa
de los derechos de
los pueblos y en la
organización federal de los estados, mientras que
otros como el Dr. Felix frías, pasado al unitarismo,
José Neirot y Antonio María Taboada, traicionaban a
quienes los eligieron y a las instrucciones que implicaban sus
mandatos, por lo que el gobierno santiagueño no solo
rechazó las resoluciones del congreso sino que
resolvió exigirles cuentas. El
congreso una vez sancionada la constitución, envió
delegados a las provincias para su aprobación. Con esa
misión
llegó en enero de 1.827 a nuestra provincia el Dr. Manuel
de Tezanos Pinto. Como respuesta al enviado Ibarra no solo
rechazó la constitución unitaria sino
también le dio 24 horas para salir de la
provincia.
Los unitarios no pudieron imponer la constitución
ya que iba en contra del sentir popular del pueblo.
Invasiones a Santiago. Renuncia de Ibarra
Tras el rechazo de la constitución unitaria por parte del
gobernador santiagueño, los unitarios intentaron imponer
sus ideas por la fuerza. Santiago se vió expuesta a una
serie de invasiones
Provenientes de Catamarca y Tucumán. Ibarra se alió
con Facundo Quiroga, y unidos lograron en un primer momento
detener las invasiones. Pese a que una vez instalado el general
José María Paz en el gobierno de Córdoba, se
reiniciaron las irrupciones unitarias desde las provincias
limítrofes. Juan Felipe Ibarra, acorralado por sus
enemigos, desde su campamento
Militar, envió a la legislatura provincial el 27 de mayo
de 1.830, su renuncia al cargo de gobernador. Al recibirla, la
cámara de representantes de la provincia, después
de aprobar su conducta al
frente del gobierno y agradecerle los servicios
prestados "por el exacto cumplimiento de sus altos
deberes".
En tanto que Ibarra se dirigía con 600 de sus
hombres hacia Santa Fé, dónde López le
brindaría resguardo, en Santiago se procedía a
elegir una nueva legislatura la que después de
constituirse el 10 de julio de 1.830, procedió de
inmediato a nominar el gobernador propietario al mismo Manuel
Alcorta, quien pese al querer alejarse del cargo debió
permanecer en él.
El primer reglamento de organización política de la
provincia
El 26 de julio se aprobó el primer reglamento de
organización política, que establecía el
gobierno provincial teniendo en cuenta la división de
poderes públicos: ejecutivo sería ejercido por un
gobernador, a la vez capitán general, por tres
años, ayudado por dos ministros, uno de gobierno, guerra y
relaciones exteriores y otro de hacienda. El legislativo
sería ejercido por la sala de representantes, integrado
por un diputado cada curato y dos por cada curato rectoral
(permanecerían por 4 años en su cargo). El judicial
ejercido por un Supremo tribunal de apelaciones, integrado por el
gobernador y dos vecinos, uno por cada litigante, dos jueces de
primera y segunda nominación, dos regiones y un
síndico.
La Liga del interior
La provincia se unió así a las que obedecían
a Paz, bajo cuyas inspiraciones se constituyó el 31 de
agosto de 1.830.La liga interior habiendo subscripto el tratado
de unión y defensa que le dio vida D. Miguel Calixto del
Corro confirmando la nueva legislatura santiagueña, el 21
de julio, haciendo la reserva " que las facultades
extraordinarias conferidas no aventuren alguna la aventura de la
provincia" habiéndose obligado la misma a realizar un
aporte de $6.000; antes, la provincia había tenido que
pagar $10.000 a las tropas Tucumanas de López. Desde Santa
Fé Ibarra planeaba una invasión a su provincia para
recuperar el poder. Ante ello el gobernador de Córdoba
envió un ejercito al mando del coronel Ramón
Deheza, quien los primeros días de septiembre se hizo
cargo del gobierno. De tal modo Santiago se incorporaba por la
fuerza a la "liga del interior" encabezada por Paz, de carácter
unitario. Este período de interrupción unitaria fue
sumamente difícil para el pueblo santiagueño ya que
se vio sometido a constantes saqueos y depredaciones por parte de
las tropas de uno u otro bando que pujaban para apropiarse del
poder.
Fin del período unitario
Ante la presión de
las federales, el pueblo en abril de 1.831, reunido en un cabildo
Abierto, designó gobernador provisorio a Santiago de
Palacio. Durante su gobierno la provincia se adhirió al
pacto federal o liga del litoral firmado el 4 de enero de
1.831,por las provincias de Buenos Aires, Santa Fé y Entre
Ríos.
La Legislatura eligió como gobernador nuevamente a Juan
Felipe Ibarra el día 19 de julio, quien no aceptó
hasta tener autorización de Estanislao López, de
quien dependía. Los diputados le rogaron que aceptara el
cargo conforme a lo dispuesto el 27 de julio de 1.831 pero Ibarra
por táctica política demoraba su aceptación
al cargo. Finalmente lo aceptó el 16 febrero de 1.832 en
donde prestó juramento ante la cámara de
representantes como gobernador de la provincia,
concediéndole el título de brigadier como forma de
reconocimiento a sus benemerencias.
Segundo mandato Ibarrista
Una de sus principales medidas fue ratificar la adhesión
al pacto federal. Cuando Manuel de Rosas se hizo
cargo por segunda vez de la gobernación de Buenos Aires,
delegó en él, en nombre de la provincia el manejo
de las Relaciones Exteriores. En este segundo mandato
preponderó su ministro Adeodato de Gondra que se
había desempeñado como legislador en el gobierno
unitario y había sido el autor del anteproyecto de
Reglamento político. Gondra fue el redactor de muchos
documentos
durante el regreso de Ibarra y en ocasiones, en ausencia del
brigadier, se desempeñó como gobernador
interino.
Ibarra y la
organización nacional
Ibarra manifestó en varias ocasiones su
preocupación por no solo por la organización de su
provincia sino de toda la nación; a través de una
constitución que organizara un gobierno nacional y lograra
unidad entre los pueblos. Y así lo que expresó en
una carta que le
escribió a Rosas en 1.832
"…jamás gozaremos de una tranquilidad sólida y
duradera mientras las provincias permanezcan en el estado de
aislamiento que hasta aquí a causado todas las guerras
civiles (….) ;si carecemos de un centro común que
uniforme nuestra política e intereses, si no activamos la
reunión de una asamblea constituyente para tener leyes nacionales
y un gobierno general suficientemente vigorizado que las haga
cumplir y respetar por la razón o por la fuerza(…) si no
reconocemos una autoridad
superior que dirima nuestras contiendas haciéndonos
conocer claramente nuestros deberes (…) cómo y
cuándo podremos lisonjearnos de haber recogido el fruto de
tantos años de fatigas y desvelos?…"
Ibarra le pedía a Rosas por el dictado de una
constitución no obstante, en el ámbito provincial
no se daba los pasos necesarios para el dictado de la ley
fundamental de la provincia. Ni siquiera, el Reglamento de 1.830
estaba vigente.
Medidas primordiales
En 1.832 Ibarra creó la Municipalidad de Santiago del
Estero y reglamentó el funcionamiento de la provincia.
Entre las funciones del
jefe de policía figuraban, además del control del orden
de la población, el cuidado de la limpieza de la
ciudad, y mantenimiento
de la acequia pública. Mandó a reconstruir las
iglesias de la Merced y Loreto. Sus funciones como
gobernador debían durar tres años (según el
reglamento de 1.830, fue reelecto en 1.835, por asambleas
populares en campaña, que declararon que puede servir de
ejemplo, que no reconocerá a otro gobernador sino a
él otorgándole también las mismas facultades
que tuvo en su primer mandato, reservándose así un
gobierno perpetuo.
Medidas económicas
Debido a la escasez de metálico Ibarra se vió
obligado a nuevamente a recurrir a la acuñación de
monedas con iguales características que la anterior. En 1.846
la declaró "moneda feble".
El sistema vigente estaba subordinado a la industria
Británica. Los productos industriales del Reino Unido que
ingresaban a todo el territorio a través del puerto de
Buenos Aires, se habían convertido en elementos de
consumo para
todas las clases
sociales, en consecuencia, artesanías
santiagueños y de otras provincias quebraron.
Ya que la ley de aduanas
favorecía solo a Buenos Aires, y la industria
textil santiagueña había disminuido Ibarra
adoptó una serie de medidas para la protección de
la decadente industrial provincial. En 1.839 Ibarra
prohibió la introducción de tejidos que se
elaborase en la provincia y los cargamentos de ferretería
y por otro decreto se aumentó los impuestos para los
productos que se introdujesen por puertos que no fuesen
argentinos, provenientes de Valparaíso o
Cobija.
Facundo Quiroga en Santiago
Los primeros años de mandato fueron de relativamente
calmos para el pueblo, a pesar de que se participó en un
conflicto
entre los gobernantes de Salta y Tucumán.
Manuel Maza envió a Facundo Quiroga como intermediario
quien llegó a destino el 3 de enero de 1.835 y se
enteró del trágico desenlace de la disputa, cuando,
en la cárcel, fueron asesinados del Gob. Latorre y del
coronel José Aguilar por los unitarios de Jujuy quienes
tenían el respaldo del mariscal Santa Cruz gobernante de
Bolivia que
pretendía incorporar a su territorio Jujuy, que se
había desmembrado de Salta.
La coalición del Norte
El peor conflicto en le que se vió envuelto el mandato,
fue el resultado de la conformación de la coalición
del Norte contra Rosas en 1840.Todo el noroeste con
excepción de Santiago quedó bajo el mando unitario,
reforzado por la llegada a Tucumán del gral. Gregorio
Aráoz de Lamadrid, quien había arribado al Norte en
una misión encomendada por Rosas, para retirar armas de
Tucumán. Pero una vez allí se pasó a la
causa unitaria e inició contactos para la
conformación de la coalición del Norte contra el
Gob. De Buenos Aires.
Los unitarios santiagueños vieron la oportunidad para
aliarse con Tucumán y así planear una revuelta que
terminara con el gobierno de Ibarra. Encabezados por Pedro Unzaga
y José Libarona, promovieron un levantamiento en la
madrugada del 25 de septiembre de 1.840.
Enterado del hecho Francisco Ibarra, se dirigió al lugar
de los sucesos donde fue cruelmente asesinado. Juan Felipe pudo
huir hasta su cuartel general en Pitambalá.
Los rebeldes organizaron ese mismo día una asamblea
pública donde se nombró gobernador a Domingo
Rodríguez, mientras que por una proclama, se
adherían a la coalición del Norte.
Pero duró poco ya que el tercer día, Ibarra
venció fácilmente a los rebeldes.
Los líderes fueron torturados y luego degollados o
encerrados en el Fortín de Bracho como el caso de Libarona
que murió loco en compañía de su esposa
Agustina Palacio de Libarona.
Nuevas invasiones
Santiago padeció durante un año, la ofensiva de la
coalición del Norte mediante una serie de invasiones desde
las provincias limítrofes. Pero ninguna pudo enfrentar la
estrategia de
Ibarra de "tierra
arrasada", ya que los ejércitos solo encontraban campos
yermos sin ganado, ni cultivos, ni personas en leguas a la
redonda incluso el excesivo calor y la
falta de agua jugaban a
favor de los locales. Ibarra usaba la táctica de las
montoneras se esperaba el momento más inesperado y se
atacaba. Ante este panorama los ejércitos unitarios
abandonaron derrotados la provincia. Finalmente la
coalición fué desecha en la batalla de
Famaillá, donde Ibarra participó con su ejercito
santiagueño.
Sus últimos años
Los últimos años de su gobierno, estuvieron
envueltos en una relativa calma, perturbados solo por las
noticias de Buenos Aires referentes a las invasiones
anglo-francesas por nuestros ríos interiores. Por tal
motivo Ibarra escribió una carta a Rosas con
el fin de expresar su desprecio por la intervención
extranjera y para ponerse a su disposición en lo que le
parezca conveniente para la nación.
En consecuencia de la terrible sequía que
azotó a nuestra provincia entre los años 1.847 y
1.848, Ibarra recurrió a Rosas solicitó ayuda al
Gob. de Buenos Aires. Rosas, prometió el envío de
30.000 cabezas de ganado pero luego decidió enviar el
importe en dinero de los
30.000 vacunos. Ibarra nombró una comisión
encargada de la
administración de los fondos que le enviase cada mes
el Gob. de Buenos Aires. A su muerte
aún quedaban más de $13.000 sobre los que se
lanzaron como buitres, los gobernadores sucesores en agrias
disputas recíprocas sobre este dinero.
Los últimos años de su vida, pasó atendido
por su esposa Doña Ventura Saravia y espiritualmente por
sus amigos de siempre el fraile Franciscano Miguel López,
el pbro. Pedro León Gallo, congresal de Tucumán y
por el futuro obispo de Cuyo, Fray José wenceslao Achaval,
que le administraron los últimos sacramentos, D. Juan
Felipe falleció el día 15 de julio de 1.851 a las
10 hs. En su testamentaria, luego de haber gobernado 31
años, tres meses y quince días se señalan
sus bienes: tan
solo una casa y una chacra en la ciudad, la estancia de Uyamampa,
los campos de jumialito y D. Juan y un terreno en Rumi Pozo que
se destinaba a formar una estancia para las huérfanas que
se asilaban en Belén, lo que viene a dar un rotundo
Desmentido a quienes lo acusaron de falta de honradez. Sus restos
fueron sepultados en el templo de la Merced vestido con el habito
de mercenario, según su última voluntad expresada
en su testamento.
Juan Felipe Ibarra, su destino estuvo inspirado por un
fuerte carácter, propio de la bizarría
española, constancia y un espíritu
práctico.
Fue educado en el colegio de Monserrat de Córdoba,
guerrero en el ejercito nacional del norte, desde 1811 hasta
1815, en Huaqui, Tucumán, en Salta y en Sipe-Sipe,
ayudante de campo de Manuel Belgrano, en 1816; comandante gral.
de la frontera chaco-santiagueña nombrado por el creador
de la bandera y gobernador permanente de Santiago su provincia
natal, fundador y defensor de durante treinta años de su
autonomía provincial.
En todo su historial D. Juan Felipe Ibarra fue un celoso custodio
de la soberanía nacional Y muerto Estanislao López
llegó a ser "la más firme columna" de la
federación en el interior.
Un claro ejemplo es su actitud en la
coalición del Norte en la cual Ibarra no se dejó
encandilar por los cantos de sirena de los unitarios, y se
mantuvo fiel a su ideario federal.
Se negó a plegarse a la coalición del Norte ya que
no estaba dispuesto a renunciar al ideario de toda su vida
cometiendo una traición.
Ibarra fue un hombre orgánico, constitucionalista y
admiraba el patriotismo de D. Juan Manuel de Rosas con
quién compartió el criterio sobre la oportunidad de
la organización nacional, cuando expresaba: "nadie es
más partidario que yo de ese bien incomparable
(refiriéndose a la constitución)pero no quiero ni
querré nunca que ella sea nacida de la fuerza de
bayonetas… (Ella) debe ser fruto de la paz, de la calma de las
pasiones, de la sabiduría y de una saludable
experiencia… "
Guerrero, gobernador o tirano forma parte de nuestra historia la que todos
conocemos en la cual encontramos el desinterés, el
patriotismo, la generosidad en aras del pueblo que tanto
amó. Felipe Ibarra muestra una
realidad ejemplar de su lucha internacional y civil. Y esta
calificación muestra dignidad,
heroísmo gaucho y argentinidad en documentos
oficiales. En la misma carta Ibarra expresa su soberanía
nacional refiriéndose de esta manera a los unitarios:
"¿Quién creerá que se invoca con sinceridad
la constitución en estas circunstancias en que la
confederación argentina esta
empeñada en una guerra desastrosa contra Francia y el
estado
oriental? ¿Quién creerá que obran de buena
Fé… (cuándo), otros gobiernos están
haciendo prodigios de valor y
patriotismo para salvar el honor y la independencia nacional?
¿Se constituye al país haciendo causa común
con los extranjeros…? ! Ese modo de hablar, mi amigo, da
vergüenza…!"
1 " así hablaba y pensaba el señor
santiagueño, mano dura cuando necesario, Corazón
grande siempre, retoño de la infazón castellano en la
estirpe argentina ".
Ante esta historia aspiremos a que en Santiago prevalezca
la moral en
memoria de
Juan Felipe Ibarra, un ser incorruptible, amante de su tierra natal.
Juzguémoslo sin prejuicio y resaltará el patriota
que viviera cuarenta años sobre caballo para defender su
patria y pueblo.
1 Díaz de vivar
Vida de Juan Felipe Ibarra; Raúl
Juárez.
Historia de Santiago del estero; Alen Lascano.
Historia de Santiago del estero; José Lami
Hernández.
Historia de Santiago del estero; José Achaval.
Historia de Santiago del estero; María Tenti de
Laitán
Juan Felipe Ibarra y la federación del Norte; L.A.C.L.
Raíces nacionales; Elvio Avila.
Autor:
Ivana Bobes