Indice:
Sócrates
Parménides
San Agustín
Demócrito
Santo Tomás De Aquino
Platón
Carlos Marx
Emmanuel Kant
Aristóteles
Comentarios
SÓCRATES
Sócrates nació en 470/469 a.C. Su padre,
Sofronisco, era escultor; su madre, Fenarete, era comadrona.
Quizás, al principio tuvo el mismo trabajo que su padre,
pero después lo dejó y dedicó su vida a la
investigación
filosófica. Muchas veces pidió dinero a sus amigos. Se
casó con Santippe, que fue una mujer de muy mal humor, ya de
tradición: alguien ha pensado que Sócrates siempre estaba en
público no para filosofar, sino para estar alejado de su
mujer y sus lecciones. Parece que
Sócrates era capaz de hacer
razonar a todo el mundo, excepto a Santippe. Tuvieron tres hijos.
Sócrates nunca se fue de Atenas, excepto para ir a la
guerra. De hecho, en 432
estuvo en expedición militar contra Potidea y durante la
lucha salvó a Alcibíades, que fue herido luchando. En
424 estuvo en la guerra con Lachete en Delio,
cuando los soldados de Atenas se retiraron a causa de los
Beocianos. En 421 estuvo en la guerra en Anfípoli. En 406,
conforme con la ley de rotación de oficios,
participó en el Concilio con el encargo de seleccionar
problemas para después
presentarlos en la asamblea. Se puso contra la propuesta ilegal
de perseguir a todos los generales vencedores a las Islas
Arginusas, por no haber salvado a personas después de un
naufragio. Por esta presa de posición Sócrates
discordaba con el partido democrático. En 404, cuando
tenía el poder la oligarquía, se
negó a encarcelar a Leone de Salamina, una persona que estaba en contra de
la oligarquía. En 403, restaurada la democracia garantizando pues
la amnistía, Sócrates continuó siendo contrario al
nuevo orden, también porque había sido amigo de
Alcibíades y Crizia. En 399, Meleteo presentó la
incriminación contra Sócrates; y Licone y Anito, – este
último fue uno de los personajes más importantes de la
democracia restaurada -,
también le acusaron. La acusa era la siguiente:
"Sócrates es culpable por no reconocer a los dioses de la
ciudad y por introducir nuevos. Además es culpable por
corromper a la juventud. Pedimos la pena de muerte." Los
acusadores, probablemente, espectaron que Sócrates fuese
enviado al exilio, como sucedió con Protágora o
Anasságora, pero Sócrates no abandonó la ciudad y
fue ejecutado. La mayoría de los jueces votaron a favor de
la pena de muerte: Sócrates fue
matado con veneno. Podemos poner a Sócrates en el tiempo de los Sofistas (aunque
él estaba en contra de los sofistas) porque, igual que a los
sofistas, a Sócrates le importaban la moral y los problemas humanos, dejando
aparte la búsqueda del origen y de la cosmogonía.
Sócrates no escribió nada, pero podemos reconstruir su
pensamiento utilizando otros
autores. Hay cuatro autores importantes que escribieron sobre
él: 1)
2) Jenofonte 3) Aristóteles
4) Aristófanes. 1) Platón
es seguramente el autor más fiable. Era un
discípulo suyo y compartió su opinión sobre la
filosofía. Para Sócrates y Platón
, la filosofía era una búsqueda continua.
Sócrates es el personaje principal en "Los Diálogos"
de Platón
, y cuando hayan matado a Sócrates, Platón
quedará tan perturbado que abandonará el mundo
político. 2) Jenofonte es el autor más aburrido y
banal. Para él, Sócrates es un ciudadano fiel a la
tradición, que realmente representa los valores, es sabio y quiere
que sus ciudadanos estén bien. Honra a los dioses y su
propia ciudad. Tenemos que especificar más: Jenofonte era un
gran general, sin temor de nada y muy valiente, pero no era
ningún genio. Sus trabajos no son interesantes, sino
aburridos y banales. Jenofonte había estado en la guerra, junto a
Sócrates, y dice que Sócrates era muy valiente y
aguantaba todo (caminó descalzo sobre el hielo). A Jenofonte
no le interesaba la filosofía y habló a Sócrates
sólo de argumentos militares. Esto nos ayuda a entender que
Sócrates adecuó su lenguaje según a quien
iba dirigido. Habló de filosofía con un filósofo,
de la guerra con un general. 3) Por mucho tiempo, el testimonio de
Aristóteles
fue considerado como el más fiable, porque presenta a
un Sócrates sin significados simbólicos;
Aristóteles da una opinión sin
perjuicios de Sócrates. Pero el testimonio de
Aristóteles tiene unos límites: es menos
"artístico" y es el único testimonio de una persona no contemporánea a
Sócrates. En el testimonio de
Aristóteles , Sócrates parece ser un
robot: su filosofía no habla en público, sino que
razona por si misma. 4) Aristófanes es el más
contemporáneo a Sócrates: habla de un Sócrates
joven (de unos 40 años). Hay que tener presente que
Aristófanes era un autor, así que el Sócrates del
cual habla está lleno de aspectos sarcásticos. En "Las
Nubes", escritas por Aristófanes, Sócrates es un
sofista que quiere estudiar la naturaleza ( en verdad él
era lo opuesto ) y que tiene su cabeza en las nubes.
Aristófanes es el único que presenta a un Sócrates
negativo (fue uno de sus acusadores). Realmente, Aristófanes
no quiso despreciar a Sócrates o burlarse de él por
puro resentimiento. Era un autor y hizo su trabajo: hacer
reír a la gente. En verdad no quiso burlarse solamente de
Sócrates, sino de todos los filósofos. Con todo, el
testimonio de Platón
es el mejor y utilizamos los demás sólo como
soporte. Platón
realmente conoció muy bien a Sócrates y él
mismo era un gran filósofo. El límite del testimonio
de Platón
es el siguiente: Platón
era un gran filósofo y no podía limitarse a
simplemente repetir las sentencias de Sócrates.
Platón
hizo decir a Sócrates cosas que en verdad éste no
había dicho. Platón
, al envejecerse, tendía a hacer decir a Sócrates
frases que en verdad no dijo. Afortunadamente, Platón
escribió "Apología" cuando aún era joven,
así hizo decir a Sócrates cosas que realmente dijo. En
"Apología" describe el juicio en el que se pidió la
pena de muerte para
Sócrates. En esta obra realmente sale la diferencia entre
Sócrates y los sofistas. Los sofistas hicieron discursos grandiosos, pero
completamente carentes de verdad. Sólo les importó
hablar bien y causar algún efecto a la gente que les
escuchaba. Para Sócrates, la cosa más importante era la
verdad : dice de no ser bueno en replicar a los sofistas y a sus
discursos grandiosos ( y
falsos). Sócrates, aunque no haga discursos grandiosos, dice
la verdad. Platón
seguirá criticando a los sofistas. Sócrates, para
defenderse en el juicio, no hace ningún discurso (como los sofistas),
pero inicia un diálogo basado en ataque y
parada: justamente de los diálogos sale la verdad. El estilo
retórico de Sócrates es pobre, árido y bastante
familiar y él formula los diálogos de acuerdo con la
gente con la que está hablando. El inicio del diálogo de Sócrates se
llama "ironía socrática", que es autodisminución:
"Yo no sé, pero tu sabes." "Apología" empieza así:
Sócrates pregunta "¿Qué es x?" y el interlocutor
se cae en la trampa y responde, sintiéndose mejor que
Sócrates. Sócrates, como dijimos cuando hablábamos
de Jenofonte, sólo discute temas que el interlocutor conoce.
Por ejemplo, si habla a un general, preguntará:
"¿Qué es coraje?" El interlocutor responderá:
"Coraje significa no ceder." Pues Sócrates dirá que
esto no es coraje, sino locura. Esta crítica incita al
interlocutor a darle otra respuesta, una mejor organizada. Este
juego puede continuar durante
mucho más tiempo y, quizás, a veces nunca acaba. Este
método se llama
mayéutica. Sócrates dijo que hacía él el
mismo trabajo que su madre, que fue comadrona: ella hizo parir a
mujeres, él a almas. Igual que comadronas controlan si los
niños están bien,
Sócrates controla si las ideas, definiciones, estén
buenas. Algunos interlocutores no eran muy inteligentes y no
reconocieron sus propios errores, así, a veces,
preferían evitar a Sócrates. Un interlocutor llamó
a Sócrates "torpedo" , porque una cita con Sócrates
puede disparatar: Sócrates es capaz de anular los conceptos
del interlocutor convencido de saber, que al final da
señales de no saber nada. Sócrates se compara con una
mosca, que consigue provocar a un caballo. Estimula a los hombres
a razonar. Sócrates (utilizando la "ironía
socrática") dice que no sabe nada y que los sofistas lo
saben todo; que quizás la educación que él da no sirva
para nada y que la verdadera sea la educación sofista. Las acusaciones
falsas contra Sócrates empezaron cuando él mismo se
nombró "sabio", porque el Oráculo de Delfos le
había dicho que él era el hombre más sabio del
mundo. Primero no creyó en el Oráculo pensando que era
imposible. Así empezó yendo por toda Atenas en busca de
gente que se consideraba realmente sabia: políticos, poetas
y artesanos. Sócrates entendió que todas las clases
creían de saber, pero en verdad no sabían nada. Los
políticos eran los peores, no porque eran políticos
(Sócrates mismo fue una especie de político), sino
porque no fueron capaces de enseñar sus conocimientos: una
persona realmente sabia ha de explicar su conocimiento. Hasta los
mejores políticos (como Pericles) no eran capaces de hacer
esto (dice Sócrates). Lo mismo valía para los poetas,
que a partir de Homero estaban muy bien
considerados: todo el mundo pensaba que eran sabios y capaces de
enseñarlo todo a la juventud. Sócrates los
corrigió porque decían estupideces y porque no eran
sabios: su conocimiento no era real, era
un tipo de "locura inspirada". Dios hablaba a la gente a
través de sus bocas. Los artesanos eran los mejores, porque,
con todo, fueron capaces de hacer algo realmente útil para
la comunidad. Su conocimiento era
práctico, podían producir algo material. Eran
competentes en su sector, pero pensaban que eran competentes en
todo. Pecaban de presunción porque pensaban de tener un
conocimiento universal e ilimitado. Además actuaban sin
razonamiento y reflexión. Sócrates entendió que el
Oráculo de Delfos había dicho la verdad: él era el
hombre más sabio del
mundo, aunque él sabía que no sabía nada. No
paró de buscar la verdad: la misma conciencia de su conocimiento
propulsó a Sócrates a buscar la verdad. Los acusadores
decían que Sócrates corrompió a la juventud y que
los empeoró. Sócrates decía que no tenia motivo
para hacer esto. De hecho, si corrompiera a la juventud,
viviría en un mundo lleno de gente estúpida. Hay que
tener presente el tal llamado "intelectualísimo ético"
de Sócrates: de acuerdo con Sócrates, nadie puede hacer
el mal cuando realmente sabe de hacerlo; nadie puede hacer el mal
voluntariamente. Un ladrón roba dinero pensando de hacer bien,
es un error intelectual. Así, Sócrates evidentemente
trabaja para el bien de su ciudad. Sócrates ha encontrado el
concepto moderno de "alma". En
un primer tiempo, "alma" significaba "soplo vital"; después
significaba "imagen en los Hades", un tipo de
menor existencia. De acuerdo con el orfismo, significaba
"demonio". A partir de Sócrates, el "alma" se ha convertido
en nuestra propia personalidad: nos
identificamos con nuestra alma. Según Sócrates, podemos
subdividir el bien y el mal en tres categorías: a) del alma,
b) del cuerpo y c) del externo. El cuerpo es herramienta y
cárcel para el alma. Dinero, por ejemplo, es un bien
externo. A veces, Sócrates (y Platón
) parece rechazar el bien para el cuerpo, el bien material,
prefiriendo el bien para el alma; pero, a veces, parece que
acepte ambos. A Sócrates, por ejemplo, le gustaba el vino.
Esta ambigüedad entre los bienes para el cuerpo y para
el alma puede ser explicada diciendo que todo tipo de bienes es bueno hasta que
éstos no se contrasten: la búsqueda del placer
físico se convierte en mal cuando lo situamos antes del
placer intelectual. Esto vale también para las relaciones
entre el cuerpo y el alma. Sócrates y Platón
no odian al cuerpo: lo aprecian, porque trabaja para el
alma. Es muy interesante la opinión de Sócrates sobre
la injusticia: según él, ésta no daña a quien
la sufre, sino a quien la hace. De hecho, la justicia da una sensación
de placer y quien es injusto, pierde este placer; quien sufre
injusticia sigue notando esta sensación de placer. Lo mismo
dice Platón
. Sócrates dice que no sabe qué es lo que haya
después de la muerte ( Platón
dirá que él es capaz de probar la existencia de
una vida después de la muerte). Sócrates no
cree que, si tú llevaras una vida virtuosa, te darían
un premio: ya has recibido un premio llevando una vida virtuosa:
la felicidad que sientes porque eres justo ya es un tipo de
premio. Sócrates dice que podría existir una vida
después de la muerte, pero no es capaz de
demostrarlo. Entre las acusaciones contra Sócrates hubo las
siguientes: ateismo e impiedad. De hecho, Sócrates
creía en demonios y los denominó "hijos de Dioses".
Demostró que la acusación era falsa: de hecho, si
fuesen hijos de Dioses, sería natural que Sócrates
hubiera creído en Dioses: si existe un hijo (demonio),
también tiene que haber un padre y una madre (Dioses).
¿Pero qué era el demonio ? Existen dos evidencias
diferentes: Platón
dice que es una especie de ángel guardián, una
conciencia personal, que se presenta cada
vez que Sócrates iba a cometer un error: sería como un
tipo de "ayuda privilegiada". Sólo gente honesta la tiene.
Es un regalo divino. Es como Dios tomara parte en la vida humana.
Por otra parte, Jenofonte dice que el demonio era una entidad que
incitó a Sócrates para actuar en determinadas formas.
Para Sócrates, lo importante no era vivir, sino que vivir
bien : cuando nuestra alma es justa, sana, pues nos sentimos
bien. Mucha gente se dio cuenta de que en verdad los acusadores
de Sócrates no quisieron que le condenaran a muerte, sino
que sólo querían asustarlo. Pero Sócrates no
aceptó ser asustado: era su destino ir por Atenas y hacer
razonar a la gente. Para Sócrates, vivir bien significaba
hacer esto; y no negar de ser culpable significaba una cosa: no
hacer perder valor a su vida. De todas
formas, era viejo y sólo le quedaban pocos años para
vivir. Para él era mejor ser matado que dejar sus ideales.
Mientras la búsqueda de Platón
será proyectada en una otra dimensión, la de
Sócrates está atada al mundo terrestre. Su misión en la vida era hacer
que toda la gente entendiese qué estaba haciendo y por
qué. Sócrates rechazó la política (igual que Platón
): de hecho, tuvo problemas con ella. En un primer tiempo,
los oligarquiotas estuvieron contra él, después los
demócratas. Sus acusadores, que le condenaron a muerte, eran
demócratas: la acusación, en parte, fue una
acusación política. De hecho, Sócrates era
aristócrata y los demócratas quisieron castigarle.
Aunque tuvo muchos problemas con la política, no quiso
abolirla. Antes de ser matado, Sócrates fue ayudado para
evadirse de la cárcel, pero se negó hacerlo: de hecho,
él realmente observaba las leyes, a las que nunca se
debería desobedecer. Una ley puede ser criticada, pero no
violada: cuando una ley es injusta (según Sócrates), no
debes desobedecerle, sino que tienes que emprender algo para que
se cambie. Sócrates dijo que fue su deber hacer cambiar esta
ley, y era correcto morir porque no había sido capaz de
cambiarla. La gente de Atenas pensó que se había
deshecho de Sócrates matándole, pero en verdad, para
realmente deshacerse de él, tendrían que haberle matado
de forma "filosófica", vencerle con palabras. Quisieron
asustar a Sócrates, pero consiguieron lo contrario: de
hecho, Platón
, determinado para convertirse en político, fue
molestado por lo que le había pasado a Sócrates, y se
dedicó a la filosofía. El final de "Apología" es
muy famoso: Sócrates habla a sus discípulos antes de
ser matado: "Ha llegado la hora de marchar. Yo iré hacia la
muerte, y vosotros vais hacia la vida. Quién de nosotros
ande a una destinación superior es oscuro para todos: no
para mi Dios." En "Simposio", escrito por
Platón
, Alcibíades dice que Sócrates no se parece a
ningún hombre del pasado ni del
presente: es un personaje nuevo. No está interesado en
política, pero no la odia; no rechaza a los partidos, pero
no se identifica con ellos (en "Simposio", todos los invitados se
duermen, excepto Sócrates). Consideremos ahora la
técnica discursiva de Sócrates: la refutación es
la técnica para demostrar cuanto inconsistente sea el saber
de los interlocutores. Pero para llegar a este punto, hay que
empezar por el método del ataque – parada,
o sea, el método de pregunta y respuesta. "Qué es la
justicia?" puede ser el punto
de partida. Preguntando esto o algo parecido significa preguntar
por la definición de la justicia (en este caso) y hay que
sea válida para todos los casos particulares a la vez. En
este sentido, la búsqueda de Sócrates fue interpretada
por Aristóteles como la
búsqueda por lo universal dentro del ámbito de los
problemas y conceptos morales. Parece que los interlocutores de
Sócrates no eran capaces de dar la respuesta exacta, o
porque concedían poco valor al mismo Sócrates
(quien les decía de ser inferior a ellos) o porque
respondían por casos particulares en vez de dar la
definición universal. Ya hemos puesto el ejemplo de la
pregunta: "Qué es el coraje?" La respuesta "Es el no
retirarse nunca" es errónea, igual que la de "Es el atacar a
l’enemigo": de hecho, podemos ser valientes también
con afrontar una enfermedad o un examen. Una definición
exacta tiene que cubrir todos los casos posibles . En su función negativa, el
método del ataque – parada es una especie de
refutación, eso es, la demostración de la falsedad o
contradicción de las respuestas dadas por el interlocutor.
Los efectos de este método son comparables con los de un
torpedo acuático que deja petrificado a quien toca. Podemos
reaccionar contra la refutación rechazándola, como
hicieron algunos interlocutores de Sócrates. Pero si la
aceptamos, ella nos puede liberar de opiniones erróneas que
tenemos sobre diferentes argumentos; es una especie de
purificación. La situación resultante de la
refutación se llama "aporía", una situación sin
vía de escape. Consiste en entender que todos los tentativos
de responder a una cierta pregunta nos han llevado a un
callejón sin salida. Pero en esta nueva situación,
liberados de todo saber falso y especialmente liberados de todo
tipo de presunción, podemos dedicarnos a buscar el saber
verdadero, intentando nuevas vías que podrían llevarnos
hacia este saber. Así, el método de la pregunta –
respuesta tiene una función positiva, que se
compara con la función de la "Mayéutica", capaz de
hacer parir la verdad a toda persona mediante preguntas
construidas debidamente: de hecho, cada persona lleva en sí
misma la verdad. Sócrates procura continuar hasta que sus
interlocutores admitan un punto fundamental: para hacer el bien,
es decir, para actuar virtudosamente dentro de un ámbito
determinado, es necesario que uno tenga el saber que le
llevará a este bien. Sócrates llega a esta
conclusión por la analogía con las técnicas: un buen artesano,
capaz de hacer su trabajo, tiene el saber que le lleva a este
resultado. Lo mismo vale en el ámbito
ético-político: es el punto esencial de la tesis famosa de que virtud es
ciencia. Primeramente, alguno
que sabe qué es el bien y cuál es el bien para él
mismo, no puede evitar de hacer el bien. El bien tiene una
fuerza de atracción muy
grande. Esto no significa que Sócrates no reconociera la
importancia de las pasiones y de las emociones, sino que en cualquier
ámbito de la vida humana el único instrumento para
llevar a un comportamiento bueno es el
saber. No hay que confundir la posición de Sócrates con
formas del rigorismo ascético. Al contrario, es una forma de
hedonismo, porque su objetivo fundamental es la
búsqueda de la felicidad ( en griego, "eudaimonia"). Este
saber es capaz de valorar los placeres, considerando las
consecuencias buenas o malas que puedan resultar de ellos.
Éste es el saber del cual Sócrates dice de no tenerlo,
y por este motivo sigue buscándolo. Así, non tiene
sentido distinguir las diferentes virtudes una de las otras: la
virtud es una sola, igual que el saber donde se condensan: saber
qué es el bien y qué es el mal.
LAS SOBERBIA DE LA RAZON
El gran Parménides, como lo
llamaba Platón (540 A.C.) ocupa un
insoslayable lugar en la historia de la Filosofía
con su "el ser es y el no ser no es" y las consecuencias
que derivan de esa afirmación, que el ser es uno, inmutable,
libre de evolución, eterno,
intacto, indivisible …
El ser es uno porque para el caso de que hubiera dos o más,
uno sería el que es y no sería el otro y viceversa. Eso
resulta imposible porque se estaría admitiendo una mezcla de
ser y de no ser. Pero el no ser no es y no puede unirse al ser,
simplemente … porque no es.
Con argumentos semejantes pueden abordarse los demás
atributos del ser. Así, el movimiento no existe, porque
si existiera habría que admitir que el ser es lo que es y no
lo que será. Esto significaría reconocer en el
móvil una mezcla de ser y de no ser pero, como el no ser no
es, en consecuencia, el ser es inmóvil, el movimiento no existe.
Ejemplos:
Si existieran los seres A y B, A no sería B y B no
sería A. Pero el no ser no es, luego no puede admitirse
más que un ser, A o B, pero no ambos.
Si un ser es de una manera no puede ser, al mismo tiempo, no ser
de otra, porque esto implicaría mezcla de ser y no ser, lo
cual es incomprensible, el no ser no es.
Un móvil se encuentra en estado A y no en otro. Esto no
puede aceptarse porque "no en otro" no es y no puede unirse al
ser.
El movimiento no existe porque si existiera habría que
admitir que el ser es lo que es y no lo que será. Ahora
bien, el no ser puede mezclarse con el ser por la simple
razón de que no es.
Quién podría pensar que fuera posible mezclar agua con nada. Evidentemente
allí no habría mezcla alguna, sólo agua.
Estamos frente a un encierro de carácter intelectual en
contradicción con la evidencia que muestra la realidad de lo que se
niega.
Como dice Jaques Maritain el error de Parménides ue atribuir
al ser en general lo que son atributos del Ser de Dios que si es
único, eterno, no cambia en su infinita perfección.
Recién con Aristóteles se soluciona
este problema con la doctirna del acto y la potencia. Ejemplo: algo es de un
modo (acto) pero tiene la posibilidad (potencia) de cambiar y la
posibilidad es algo, sino no sería ni siquiera
posibilidad.
Es sorprendente que Parménides haya hecho las afirmaciones
citadas, teniendo en cuenta que sus sentidos le informaban que
había múltiples seres (él no era el discípulo
que estaba a su lado caminando mientras le enseñaba que el
movimiento no existía y que el ser es uno).
El dilema de Parménides era: aceptar los datos de los sentidos (cambio, movimiento, pluralidad
de seres) u optar por la razón que no podía explicar
esos fenómenos.
Parménides optó por la razón. Lo que la razón
no explica, no existe. He aquí al primer gran racionalista
de que tenemos noticias.
Lo llamativo es que hombres de final del segundo milenio sigan
pensando básicamente como este talento del siglo VI A.C.
Por razones de espacio no abordo la rica historia del racionalismo sino que me
refiero a un caso puntual de la actualidad. Hay quienes niegan,
por ejemplo, el dato inconstrastable referente a los
milagros de Jesús, a testimonios acerca de su
Resurrección , no porque sean acontecimientos
infundados sino … porque como la sóla razón no los
comprende; luego no existieron.
Si sólo existe lo que la razón explica, amigo lector,
le confieso que yo no me explico a mi mismo; en consecuencia, no
existo.
El racionalismo, soberbia de la
razón, limita al hombre al conocimiento de lo pequeño,
impidiéndole acceder a las maravillas reveladas por
Dios acerca de sí mismo, del hombre, de la realidad.
Una muestra de grandeza de la
razón: darse cuenta de sus limitaciones y reconocer que debe
abrirse a la luz superior a ella que, junto
con ella, hara posible conocer el sentido de lo creado,
contemplar y amar a su Creador.
- San Agustín (354 – 430).
Es una de las figuras más emblemáticas de su
tiempo, del cristianismo y de la
filosofía. Su personalidad tan original y
abundante deja una huella profunda en todas las cosas donde pone
su mano. La filosofía y la teología medievales, es
decir, lo que se ha llamado la Escolástica, toda la
dogmática cristiana, disciplinas enteras como la
filosofía del espíritu y la filosofía de la
historia, ostentan la marca inconfundible que les
imprimió. Más aun: el espíritu cristiano y el de
la modernidad están influidos
decisivamente por San Agustín; y tanto la
Reforma como la Contrarreforma han recurrido de un modo especial
a las fuentes
agustinianas.
a. Verdad
b. Dios
Tesis filosóficas de San Agustín: c.
Creación.
d. Alma.
e. El Bien.
f. La Ciudad de Dios.
- Verdad: en encendidas controversias con los
escépticos hizo triunfar San Agustín la posibilidad
de conocer la verdad. Los escépticos dicen "no existe la
verdad; de todo se puede dudar"; a lo que San Agustín
replica "se podrá dudar todo lo que se quiere; de lo que
no se puede dudar es de la misma duda". Existe pues la verdad
con lo cual queda refutado el escepticismo. San Agustín
busca el prototipo de la verdad en las verdades matemáticas, cuando dice,
por ejemplo, que la proposición 7+3=10, es una
proposición de vigencia universal para cualquiera que
tenga razón. Aquí donde se ve que 7+3 tiene que ser
igual a 10, halla San Agustín lo que también en otros
casos debe ser verdad para todo espíritu racional, a
saber, las reglas, ideas y normas conforme a las cuales
registramos y leemos lo sensible y al mismo tiempo lo estimamos
y rectificamos. Estas reglas son algo apriorístico, en lo
cual el hombre, frente al mundo y
su experiencia, se demuestra superior, libre y
autónomo. - Dios: el mismo San Agustín que busca la verdad
en el interior del hombre, dice a la vez con no menor
énfasis: Dios es la verdad. San Agustín se eleva de
lo verdadero singular a la verdad una gracias a la que todo lo
verdadero es verdadero para tener participación en ella.
Considera esta ascensión como prueba de que existe Dios y
el mismo tiempo de lo que Dios mismo es: el todo de lo
verdadero, el ser bueno de todo lo bueno, el ser de todo ser.
Así Dios es todo, pero a la vez no es nada de todo, pues
sobre puja a todo, ninguna categoría se le puede
aplicar. - Creación: este concepto no es filosófico
sino teológico. Por tanto, cuando San Agustín trata
de pensarlo, se le ofrecen inmediatamente dificultades
filosóficas. En este caso, habría que admitir
también en Dios lo mutable. Por otra parte, la
creación proviene de un acto libre de la voluntad de Dios,
y no es por tanto, una procesión necesaria, como con
frecuencia sé repitió contra la teoría de la
emanación. San Agustín deja por fin la cuestión
en suspenso. Ve que no se puede resolver con nuestros conceptos
espaciales y temporales. - Alma: lo que San Agustín escribe sobre el alma,
su fina intuición, su arte de ver y dominar las
cosas, su penetrante análisis y otras
diversas cualidades lo revelan como sicólogo de primer
orden. El alma tenía para él especial interés. "A Dios y al alma
deseo conocer". El alma tiene un efecto el primado frente al
cuerpo. Cierto que San Agustín no es ya pesimista acerca
del cuerpo: el espíritu del cristianismo y su doctrina
de la creación no lo permiten. No obstante, para San
Agustín el hombre es propiamente el alma. Y así,
seguirá pensándose, aun después de que en la
alta edad media prospere la
formula aristotélica de la unidad del cuerpo y el
alma. - El Bien: cuando San Agustín habla en lenguaje religioso, el bien
no es para él otra cosa más que la voluntad de Dios.
Pero cuando trata de descubrir los fundamentos más
profundos, dice: "El bien se da con la ley eterna". Son las
ideas eternas en la mente de Dios que, como para los
platónicos, también aquí constituyen el
fundamento de conocer, del ser y del bien. Son un orden eterno.
No solo el hombre es bueno, también los seres son buenos y
el conocimiento es
verdadero, con tal que se orienten conforme a este orden
eterno. - La Ciudad de Dios: siempre tendrá lugar en la
historia del mundo la lucha entre la luz y las tinieblas, entre lo
eterno y lo temporal, entre lo supra sensible y lo sensible,
entre lo devino y lo antidivino. En su gran obra la Ciudad de
Dios San Agustín, muestra cómo los poderes del bien
tienen que luchar constantemente con los poderes del mal. Su
sentido definitivo es el triunfo del bien sobre el
mal.
Demócrito de Abderea |
Nació : Alrededor de 460 AC en Abderea, Grecia Falleció : Alrededor de 370 AC no se conoce Demócrito es más conocido por su Teoría Pertenece a la línea doctrinal de pensadores que Los atomistas pensaban distinto a los eleatas, pues Se nota en Demócrito un esfuerzo por sustituir la Se sabe que escribió varios tratados de Geometría y de Se le atribuyen también los siguientes dos 1º "El volumen de un cono es igual a un tercio del 2º "El volumen de una pirámide es un tercio Un problema muy diferente a todo lo visto hasta ahora Es importante hacer notar que, desde sus primeros Así hemos visto que, al comienzo, para muchos de Finalmente diremos sobre el binomio Elementos de fícica nuclear (un poco de Cinco siglos antes de Cristo, los filósofos En 1803 el químico inglés John Hacia finales del siglo XIX, se descubrió que los El núcleo del átomo se descubre gracias a los |
SANTO
TOMÁS DE AQUINO
CRISTIANISMO Y CULTURA
ANTIGUA
Hasta los
tiempos modernos, el pensamiento de Occidente ha sido
condicionado por un acontecimiento capital: el encuentro del
mensaje evangélico o de la sabiduría cristiana con la
cultura de la
Antigü&edad. Todos los grandes problemas intelectuales
se relacionan con esta conjunción. Será necesario
esperar el final del Renacimiento para que los
espíritus se vean dominados por otras preocupaciones,
nacidas del choque de la misma sabiduría cristiana,
penetrada ya de helenismo, con una concepción de las cosas
completamente renovada por el progreso de las ciencias y de las
técnicas; la atención ya no
estará dirigida hacia un pasado que sobrevive, sino hacia un
futuro en formación.
Volviendo al problema
general del helenismo y del cristianismo, intentemos primero
hacernos una idea de las dos fuerzas frente a frente.
Lo que llama la atención desde el primer
instante es la oposición, que había de exponer en forma
tan brillante el Apóstol de la sabiduría
evangélica y de la sabiduría pagana: oposición
concerniente al principio de esas sabidurías, de un lado
la fe y del otro la razón
natural; oposición relativa a sus contenidos,
presentándose el cristianismo como un mensaje de
salvación Dei gratia, mientras que la
sabiduría antigua se realizaba en una visión
científicamente organizada del mundo, pero que no daba
solución a la existencia humana. Había oposición,
además, –entre cristianismo y paganismo– en lo
que se refiere a los destinatarios: los sencillos, las
muchedumbres, clientela privilegiada del Evangelio, en
oposición a las clases cultivadas, a las cuales se
dirigían las lecciones de los filósofos de Grecia…
El Cristianismo es la
sabiduría de la Cruz, que parece no tener nada en común
con la sabiduría del mundo. No obstante, observándolas
más de cerca, no tarda uno en darse cuenta de que entre las
dos sabidurías hay puntos de contacto ¿No se debe
reconocer, en efecto, que el mensaje cristiano se encuentra menos
vacío de filosofía de lo que pudo parecer en un
principio? ¿No hay en la Sagrada Escritura doctrinas, la del
Logos, por ejemplo, que son bastante cercanas a
las concepciones griegas, para que se haya invocado a este
propósito, una influencia determinante del pensamiento
pagano? Y, a la inversa, ¿No se encuentran en los tesoros de
la sabiduría helénica muchos elementos que anuncian ya
el Cristianismo?
Si entre los dos grandes
factores culturales –Cristianismo y helenismo pagano–
era de preverse una lucha, lucha que efectivamente tuvo lugar,
tampoco podían faltar las tentativas de integración o de
asimilación recíproca. La historia de esas tentativas,
más o menos felizmente exitosas, es la historia del
pensamiento cristiano durante una quincena de
siglos…
LA OBRA REALIZADA HASTA EL SIGLO
XIII
El problema
enunciado se planteó desde las primeras generaciones
cristianas. En el siglo II San Justino –convertido al
cristianismo, proveniente de la filosofía pagana– se
esfuerza en precisar los puntos de contacto entre una
sabiduría pagana, de la que él ha gustado y a la cual
no puede ni tiene necesariamente que renunciar totalmente, y la
fe cristiana, por la cual, en definitiva, derramará su
sangre: es el primer
mártir filósofo cristiano.
En el siglo siguiente, en
Alejandría es, como se sabe, donde hay que buscar el centro
intelectual activo de la cristiandad. Allí, Clemente de
Alejandría, en algunas de sus obras, continuará la obra
de conciliación. En el siglo V con San Agustín, Boecio
y el Pseudo-Dionisio Areopagita, que llegarán a ser los tres
preceptores del Occidente medieval, se completará esta
primera fase de la asimilación de la filosofía griega.
¿Qué resultados se pueden ver hasta ese momento de esta
historia?
En San
Agustín encontramos el primer gran sistema de filosofía
cristiana, no porque el pensamiento de este Doctor de la Iglesia esté constituido
por un sistema especulativo
orgánico independiente de la fe, sino porque en él se
reconoce como legítimo el ejercicio teórico de la
razón y porque, de hecho, la porción de especulaciones
filosóficas que contiene es considerable. La obra original
de San Agustín, desde el punto de vista del pensamiento
antiguo, está representada sobre todo por la
asimilación del neoplatonismo, que era la
filosofía más viva, y cuya pieza fundamental era la
teoría de las ideas. Lo que hace
Agustín es colocar esas ideas de origen
platónico en Dios, con lo que logró dar cierta unidad
al mundo de Platón y al de la Biblia. A
San Agustín se debe el criterio de que la verdad es del
Señor dondequiera que se encuentre. Debe recordarse que San
Agustín no pudo conocer el pensamiento completo de
Aristóteles, cuyas obras casi se pierden en el pasado. Tuvo
que sacar derecho de lo que halló como sabiduría del
mundo…Este intento de asimilación de las especulaciones
platónicas se verá conducido paralelamente, algunas
décadas más adelante, por ese Dionisio Areopagita que
toda la Edad Media identificará
con el discípulo de San Pablo en el
Areópago.
Aristóteles,
por su parte, será introducido sobre todo por
Boecio, gracias al cual será conocida su
obra en las escuelas de Occidente. Sin embargo, es capital aclarar que el
Aristóteles de los escritos de Boecio es incompleto, casi
exclusivamente el del Organon, el de solo las
obras lógicas. Ocurrió que cuando el conjunto de los
tratados del Estagirita
desapareció, por muy largo tiempo, no fue conocida
prácticamente más que esa pequeña parte de su
Filosofía.
Por lo tanto, si se
pretende hacer el balance de lo que va a llegar a poseer el
Occidente al día siguiente de la caída de Roma y del hundimiento de su
cultura por los bárbaros, conviene enumerar, en primer
lugar, con las artes liberales, herencia de la literatura del bajo imperio, el
conjunto de concepciones neoplatónicas que Dionisio
Areopagita y, sobre todo, San Agustín
habían incorporado a su visión cristiana del mundo, y
la Lógica de Aristóteles conservada
por Boecio. "Puede decirse que, por el conjunto de estos tratados
[lógicos, comentarios y traducciones de Aristóteles],
Boecio vino a ser el profesor de lógica de la Edad
Media hasta el momento en que, en el siglo XIII, fue
traducido al latín y comentado directamente el
Organon completo de Aristóteles (o sea, el conjunto
de sus obras de Lógica)", (Gilson,
Etienne, La filosofía en la Edad Media, Ed.Gredos,
Madrid,1995, p 131). Todo el resto, o casi todo, de la
filosofía antigua, se va a desconocer, al
menos hasta aquel momento…
De modo que la
edad patrística se termina antes de que la
obra de confrontación de las dos sabidurías
–Cristianismo y paganismo de origen griego– haya
podido ser conducida a su término. La tarea más
difícil, la asimilación del sistema de
Aristóteles, estaba apenas empezada. Será
necesario esperar a un rebrote del conflicto helenismo
–Cristianismo, si algún día volviera a propagarse
de nuevo la totalidad del primer elemento de ese
conjunto, para reiniciar un nuevo esfuerzo de
diálogo con el mundo, conforme al modo de decirlo el
Concilio Vaticano II…
Importa entonces evocar
las grandes etapas recorridas por el pensamiento
cristiano antes de la gran crisis del siglo
XIII, crisis a la cual Santo Tomás será
precisamente llamado a dar una solución…
Los acontecimientos
decisivos se preparan: la totalidad de la filosofía
de Aristóteles va a ser traducida, y mezclada con
los comentarios de árabes y judíos empezará a
penetrar en las escuelas de Occidente. La tarea de la escuela de traductores de Toledo
es esencial a este respecto. Con esta introducción
del peripatismo (según el DRAE se dice peripato)
–ahora en forma total– en la cristiandad empieza
realmente la historia del pensamiento de Santo Tomás de
Aquino…
LA APARICION DE LA FILOSOFIA DE ARISTOTELES, EN
FORMA TOTAL, EN OCCIDENTE
Las primeras
traducciones latinas, que permitirían al Occidente el conocimiento de las partes
más importantes de la obra del Estagirita, fueron
emprendidas en la segunda mitad del siglo XII. Fueron hechas del
árabe, –y no siempre desde el griego, sino desde
éste al sirio, del sirio al árabe y de éste al
latín– y en el ambiente que estaba entonces
en estrecho contacto con la cultura musulmana de Toledo. Junto
con los escritos de Aristóteles, fueron traducidos otros de
sus comentadores antiguos: Alejandro de Afrodisia, Temistio,
Filipón, lo mismo que de comentadores árabes y
judíos: Alkindi, Alfarabi, Avicena,
Avicebrón…
La lectura de estos tratados,
que abría un nuevo mundo a los escolásticos cristianos,
provocó un verdadero engolosinamiento. De esto es signo
inequívoco la serie de prohibiciones de que fueron objeto
estos tratados por parte de las autoridades eclesiásticas,
asustadas por un pensamiento en apariencia tan poco asimilable al
Evangelio. El problema que le planteaba a fondo este
acontecimiento a la inteligencia cristiana,
consistía en la elección entre una filosofía de
inspiración peripatética y otra que había tenido
hasta entonces el favor de los teólogos y en la cual
prevalecía la influencia de Platón, con sus virtudes y,
sobre todo, con sus defectos…
¿Qué podían
aportar al pensamiento cristiano –ya de positivo o ya de
negativo– las especulaciones de Platón y de
Aristóteles? Esa era la gran cuestión…
El
platonismo se presentaba provisto de su
reconocimiento de un mundo superior, el de las
ideas, y de una intuición directa
de ese mundo. A partir de esa cúspide, el universo se desplegaba
jerárquicamente, siguiendo un proceso de
emanación en el cual se expresaba la
causalidad divina. En el hombre, la liberación del
alma con respecto al cuerpo se veía particularmente
acentuada. Se trataba, entonces, de un idealismo
espiritual, cuya concordancia con el pensamiento
religioso parecía a algunos tanto más fácil de
realizar cuanto la impresión de algunos de sus temas lo
hacía más fácilmente flexible…Por su parte el
aristotelismo tenía la apariencia de
empirismo científico. Su
teoría del conocimiento, su
antropología, su
física… ganaban con ello en claridad y en
objetividad. En metafísica había
igualmente progreso en lo que concernía a la
determinación de los conceptos
fundamentales, así como en rigor
sintético. Pero para un cristiano, además de
ciertas incertidumbres, esta metafísica no ofrecía
menos dificultades importantes. En efecto, la eternidad
del mundo y de la materia, admitidas como postulados,
¿No vienen a contradecir el dogma de la
creación? La espiritualidad del conocimiento
humano, su aptitud para alcanzar las verdades supremas ¿No
se encuentran comprometidas por la implicación demasiado
imbuida de la vida intelectual en la de los sentidos? ¿Se puede
aún hablar de Causa Creadora y de
Providencia con este Acto Puro,
Pensamiento del Pensamiento replegado sobre
sí mismo, que es lo que corona el sistema de
Aristóteles?
Las lagunas y las
oscuridades, al mismo tiempo que un ambiente positivo y
científico, propios del peripato, pondrán en guardia a
los pensadores religiosos, tanto del Islam como del Cristianismo,
contra las especulaciones del Estagirita. Dominados por su valor
racional incomparable, no podrán evitar preguntarse si los
valores religiosos, que ellos
colocan evidentemente por encima de todo, no tienen mucho que
perder al aliarse con un pensamiento tan poco acogedor
espiritualmente…
Esa actitud de reserva, más o
menos hostil contra la recuperada obra de
Aristóteles será, a principios del siglo XIII, la
más común. Debido a la dominante influencia que no
dejará de ejercer sobre los espíritus, que
marcharán en ese sentido, el pensamiento del doctor
de Hipona, san Agustín, a propósito del
espíritu, se hablará de agustinismo…
Al lado de algunos seglares y de muchos predicadores, el
movimiento doctrinal comprenderá el conjunto de maestros
franciscanos, Alejandro de Hales y San Buenaventura a la
cabeza.
Al otro
extremo, en el último tercio del siglo, un grupo de maestros de artes de
la Universidad de
París se inclinará, junto con Sigerio
de Brabante, hacia la aceptación de un
aristotelismo como el que proponía el gran comentador
árabe Averroes. De esta manera van a verse
seriamente comprometidas algunas tesis esenciales del
pensamiento cristiano, como las de la
Providencia, la inmortalidad personal del alma y la
doctrina sobre la verdad. Por medio de las
rigurosas censuras de 1270 y 1277, el obispo de París,
Etienne Tempier, frenará los intentos de este aristotelismo
demasiado ortodoxo.
Antes de estos
últimos acontecimientos, una posición
intermedia, que se mostraba respetuosa del dogma
cristiano y dispuesta a conservar todo lo que el
neoplatonismo agustiniano había podido
aportar de bueno, pero que testimoniaba una sólida confianza
en el valor de los principios y del método de
Aristóteles, había sido adoptada por los dos
grandes maestros dominicanos, Alberto Magno y Tomás
de Aquino: el primero, más inclinado hacia el mundo
físico y más interesado en la ciencia, pero más
ecléctico y menos profundo; el segundo, llevando por fin a
feliz término, con su genio de síntesis superior, la obra
de asimilación por el cristianismo, de esa filosofía de
Aristóteles, que parecía tenía que abandonarse en
aquellas circunstancias…
Tal es, brevemente dicho,
el campo en que va a tener significación histórica y en
el que va a encontrar su posición el pensamiento de Santo Tomás de
Aquino…
GRANDES ETAPAS DE LA VIDA DE SANTO TOMAS DE
AQUINO
Todos los
acontecimientos de la vida de Santo Tomás están lejos
de ser conocidos con precisión y, sobre algunos puntos de
importancia, aún hay incertidumbre.
Trabajos de base del
conocimiento de Santo Tomás son los siguientes: de la misma
Edad Media Historia Ecclesiae de Tolomeo de Lucca
(1312-1317), Historia Beati Thomae de Aquino de
Guillermo de Tocco (hacia 1311) y las Actae de los
procesos de canonización
de Nápoles (1319) y de Fossanova (1321).
Entre los estudiosos
modernos sobre Santo Tomás destacan Mandonnet (+ 1936) y M.
Grabmann (+1948).
De manera resumida,
éstas son las etapas de su vida:
ORIGEN. Santo Tomás nació
probablemente en 1225, en el castillo de Roccasecca, cerca de
la ciudad de Aquino, en el entonces Reino de Nápoles.
Formaba parte de una familia de nobles, aliados del
emperador y fieles a su causa.
EN MONTE CASINO (1230-1239), a la
edad de cinco años, el niño Tomás es confiado
por sus padres, para su educación primera, a la
vecina abadía de Monte Casino. Se puede pensar que el
deseo de su familia de verlo un día a
la cabeza del célebre monasterio no fue extraño a
esta decisión. Siempre se ha pensado eso…
EN LA UNIVERSIDAD DE NAPOLES
(1239-1244, de los catorce a los diecinueve años). Santo
Tomás termina su formación literaria y empieza sus
estudios de filosofía en Nápoles, en donde tiene, de
manera particular, como maestros, a Martín de
Dacia (en Lógica) y a Pedro El
Irlandés (en Física).
SU INGRESO CON LOS DOMINICOS
(1244-1245, de sus diecinueve a sus veinte años). En 1244,
el joven Tomás toma el hábito de la Orden de los
Predicadores en el convento de Santo Domingo de Nápoles.
Irritados sus padres, porque tenían otros planes para su
hijo, hacen detener y encerrar al novicio, quien, por su
constancia, y después de diversas peripecias, que ponen de
manifiesto su temple y sus convicciones, obtiene finalmente la
libertad para seguir su
vocación.
ESTUDIOS EN LA ORDEN DE SANTO DOMINGO
(1245-1252, de sus veinte a sus veintisiete años). Es muy
probable que Santo Tomás fuera primero estudiante en el
Stvdivm de Saint Jacques de París
(1245-1247), y que haya seguido a su maestro Alberto Magno a
Colonia, en donde terminó su formación
(1247-1252).
SANTO TOMAS, BACHILLER EN PARIS
(1252-1256, de sus veintisiete a sus treinta y un años).
Designado para enseñar en París, que era entonces el
centro intelectual de la cristiandad, Santo Tomás empieza,
según la costumbre, por"leer" la Biblia
de manera continua y rápida (cursorie),
durante dos años; después, durante otros dos, comenta
las Sentencias de Pedro
Lombardo.
SANTO TOMAS, MAESTRO EN PARIS
(1256-1259, de sus treinta y uno a sus treinta y cuatro
años). Fue admitido al magisterio al mismo tiempo que San
Buenaventura –hay que ver todo cuanto costó y
significó esto para las órdenes religiosas: fue otra
de sus grandes luchas…– Santo Tomás comenta la
Biblia (ordinarie), presenta sus primeras
cuestiones disputadas (De Veritate) y
emprende la composición de Contra
Gentiles.
ESTANCIA EN ITALIA (1259-1268, de sus
treinta y cuatro a sus cuarenta y tres años). A
petición del Papa –siempre fue obediente y fiel hijo
de la Iglesia y, de modo
particular, del Papa y de los superiores de su Orden…–
Santo Tomás retorna a Italia para cumplir las
funciones de Lector
de la Curia. Acompaña a ésta a Anagni y a
Orvieto y permanece un tiempo en Roma. Su actividad intelectual
es entonces extraordinariamente intensa: enseña Sagradas
Escrituras (curso magisterial ordinario),
disputa sobre numerosas cuestiones, acaba Contra
Gentiles, compone la Catena Aurea, comenta a
Aristóteles, inicia la Summa Theologiae,
etc…
ENSEÑA POR SEGUNDA OCASION EN
PARIS (1269-1271, de sus cuarenta y cuatro a sus
cuarenta y seis años). Llamado de nuevo a París, en
ocasión de la crisis intelectual provocada por el
movimiento averroísta, Santo Tomás, sin
dejar de tomar parte en la polémica –recuérdese
su formidable opúsculo De Unitate Intellectus Contra
Averroistas– prosigue incansablemente su tarea de
profesor y de escritor (Comentarios a las Sagradas Escrituras,
comentarios a Aristóteles, cuestiones disputadas,
Summa Theologiae, opúsculos diversos).
ENSEÑANZA EN NAPOLES (1272-1273,
de sus cuarenta y siete a sus cuarenta y ocho años).
Asignado a Nápoles para tomar la dirección del nuevo
Stvdivm Generale dominicano, Santo Tomás
une a sus habituales trabajos de maestro una actividad
apostólica notable…
CONVOCADO AL CONCILIO DE LYON, ENFERMEDAD Y
MUERTE (1274, a sus cuarenta y nueve años). A
petición de Gregorio IX, Santo Tomás se pone en
camino para participar en el Concilio de Lyon. Se enferma en el
transcurso del viaje y muere el 7 de marzo en la abadía
cisterciense de Fossanova.
Tomás de
Aquino fue Comentador, autor del comentario literal a
las obras de Aristóteles más ajustado al texto. Ello lo obligó a
procurarse textos buenos, bien traducidos, tarea en muy buena
parte a cargo de su hermano de Orden dominicana Guillermo de
Moerbeke, quien le ayudó en sus comentarios. De allí el
extraordinario conocimiento de Aristóteles.
Historiador:
conoció muy bien el aristotelismo y el platonismo, sobre
todos su "sentido". Reconoce cuando hay error. Utiliza a Proclo,
reconoce el origen neoplatónico del Liber de
Causis. Conoce muy bien el pensamiento de los Padres de la
Iglesia, de los árabes y de los judíos (Avicebrón,
Maimónides…). Por deseo de buscar armonía, cae en
forzar el sentido de algunas expresiones de San Agustín y
otros. E.g.:"… utitur opinionibus Platonis non asserendo, sed
recitando" (S. Th. I, q 77, a 5).
Profesor y
Escritor: de grandes cualidades pedagógicas, muy
reconocidas y admiradas. Guillermo de Tocco dejó expresado
que su doctrina es "Lucida et aperta"; que afluían
"quamplures magistri religiosi et saeculares propter modum
docendi compendiosum, apertum et facilem". Sus Sumas
eran manuales de estudio. No tiene
titubeos al estilo de S. Alberto o S. Buenaventura: va al grano.
En medio de las controversias fue ecuánime, digno y
pacífico. Su lenguaje contribuyó mucho a fijar la
terminología filosófica.
Filósofo: lo
fue en grado eminente. Tiene muy clara conciencia de los derechos de la razón a resolver el
enigma de lo real y los hizo valer. La filosofía es
autónoma; Tomás señala un cambio de actitud con toda claridad:
termina con la domesticidad de la filosofía respecto de la
teología. Arguye contra agustinianos y averroístas a
este respecto.
Teólogo: es,
por excelencia, el gran sistematizador de la teología
cristiana. Cultivó la teología revelada y la
teología natural.
Dos rasgos presenta el
tomismo:
- Constituye un sistema filosófico tributario
de una muy larga tradición histórica. Cuando se
estudia la génesis histórica del tomismo se puede
observar que tiene su origen en la confluencia de todas las
grandes corrientes culturales de la Antigü&edad y de
la alta Edad Media: platonismo y aristotelismo;
helenismo y arabismo; paganismo y cristianismo, sin
hablar de las corrientes secundarias. - Domina y supera todas sus fuentes. No se trata de
eclecticismo, ni de sincretismo: se trata de
síntesis nueva, con inspiración
tradicional. Representa el tomismo en los alrededores de 1260
la primera filosofía verdaderamente original que haya
producido la civilización cristiana: un aristotelismo
neoplatonizante, tan profundamente repensado, ampliado y
transfigurado que merece una denominación nueva: El
tomismo.
¿A qué situación histórica de
orden filosófico responde el tomismo? A la de superar
las antinomias, al menos aparentes, del aristotelismo y del
platonismo. Las dos grandes orientaciones posibles del
pensamiento humano: EL EMPIRISMO Y EL IDEALISMO. Tomás de
Aquino logró en buena parte esta síntesis. Veamos en
seguida:
a) Lógica y Teoría del
conocimiento. Opta por el realismo intelectualista de
Aristóteles. No admite iluminación especial de
Dios en el conocimiento natural y no reconoce al hombre ninguna
intuición de las realidades espirituales, ya se trate del
alma, de las sustancias separadas o de Dios. El conocimiento
intelectual se adquiere por abstracción a partir
del dato de la intuición sensible y la abstracción es
una actividad del entendimiento agente personal de cada persona
individual. Un cierto conocimiento de lo espiritual se obtiene
por reflexión sobre nuestros propios actos espirituales
(pensar y querer), pero aun estos jamás se dan plenamente
separados de la actividad sensorial. Sigue Sto. Tomás a
Aristóteles en su lógica y teoría de la ciencia. Puede suponerse
influencia de la Escuela de Pedro Abelardo, de la facultad de
Artes de París, de la de Artes de Nápoles y de
Alberto Magno.
b) Metafísica: su
metafísica, aspecto
brillante del genio de Sto. Tomás, está dominada por
la idea de participación, tema central del
platonismo. Los seres finitos están compuestos de
essentia y de esse: son participaciones del
esse subsistens, ser absolutamente simple y, por
tanto, plenitud de ser o ser infinito (no finito), causa
creadora, ejemplar y final de todo el orden de los seres
finitos. Esta composición de essentia y de
esse, fruto de la participación platónica
interpretada por los neoplatónicos griegos y, sobre todo,
por Avicena, es expresada por Sto. Tomás en términos
de acto y potencia, lo que constituye una
ampliación evidente de la doctrina
aristotélica.
En potencia por relación a su
esse, la esencia finita lo está
también por su relación a su agere, es
decir, al aumento de ser que ella adquiere por sus
actos segundos; en otras palabras, su actividad es
accidental.
Sobre la base de esta doctrina, Sto. Tomás
desarrolla una teoría de la actividad de las
criaturas que implica concepciones muy ricas acerca del
orden universal y de la jerarquía de los
seres, tema usual entre los neoplatónicos.
La metafísica de Sto. Tomás contiene una
notable deducción de los atributos del esse
subsistens a partir de las conclusiones, quinque
viae, que encaminan la razón hasta el conocimiento
del Ser Supremo.
c) Psicología. Para
Sto. Tomás, lo mismo que para Aristóteles, la ciencia
del alma es una sección de la Filosofía
natural. Pero le concedió mucho atención, por lo
que su psicología merece ser
considerada por aparte. La solución que Sto. Tomás
propone al problema de la naturaleza humana supera
todas las tentativas anteriores hechas por Platón,
Aristóteles, san Agustín, Averroes y otros. Esta
solución ha sido posible gracias a la noción muy
exacta que él tenía de la causalidad creadora,
influencia permanente de Dios sobre el orden creado y sobre su
evolución.
El hombre es una sustancia única, compuesta
de materia y de una forma sustancial única; el alma es
espiritual e inmortal. El alma hmana es, pues, a la vez, forma
sustancial del cuerpo y forma subsistente. Es decir,
capaz de subsistir sola y principio de actividades
propias: el pensar y el querer. El alma es forma
materiae et forma inmaterialis, lo cual implica que el
alma es creada por Dios, no producida por una
causación puramente biológica, pero al término
de un proceso biológico: la
generación.
Las consecuencias de esta situación
metafísica son importantes: forma de la materia, el
alma se individúa por su relación con la
materia, la cual es la razón última de la
multiplicidad puramente numérica en los seres
corporales. Una multiplicidad de almas humanas de la misma
especie es, pues, posible, contrariamente a lo que
sostenía Averroes. Por otra parte, en cuanto forma
inmaterial, el alma inmortal es capaz de una
actividad estrictamente inmanente y autónoma, la que
confiere al hombre su dignidad personal. De tal manera
que el hombre es la síntesis sustancial de lo
espiritual y de lo corporal, el nexo entre el universo de los espíritus
y el de los cuerpos.
d) Moral. La ética de Sto. Tomás
es el fruto de toda su filosofía. Aquí
también toma mucho de Aristóteles, pero lo supera en
las tesis capitales, gracias a la profundidad de su
metafísica y de su psicología. Hay dos nuevas e
importantes ideas con relación al
aristotelismo:
– La idea de fin último. El fin
último natural de toda persona creada es el
conocimiento y el amor de la causa
primera. Para el hombre este fin no puede ser
poseído o alcanzado de una manera estable y definitiva,
sino al término de su existencia terrestre, en
una vida puramente espiritual, análoga a la de
los espíritus.
– La idea de obligación. La
prosecución del fin último la realiza el
hombre en el mundo en una vida de prueba, en cuyo
transcurso construye su destino. La razón le
revela al hombre –si está dispuesto a usarla
bien– las exigencias de su naturaleza, las cuales son la
expresión de la ley divina misma. El hombre debe
conformar su actitud libre al orden moral así
descubierto. La sanción de la actividad moral es natural e
inmanente. La muerte fija para siempre al alma humana, ya sea
en el orden y la bienaventuranza, ya sea en el desorden y la
infelicidad.
e) Filosofía de la
naturaleza. En este aspecto Sto. Tomás vuelve al
hilemorfismo aristotélico, eliminando los
añadidos estoicos (rationes seminales) y
neoplatónicas (materia espiritual, pluralidad de formas),
que lo sofocaban. Aplica su teoría metafísica de la
actividad a la acción de los cuerpos y sobre todo
a la de los vivientes. Pero, en numerosos sectores de la
filosofía natural es tributario de la física de
Aristóteles y ni siquiera piensa liberarse de ella:
filosofía de las esferas celestes, teoría de los
elementos y de los mixtos, concepciones biológicas… todo
es retomado del Filósofo. Es la parte más débil
de la obra de Sto. Tomás.
Por supuesto
que el tomismo tiene límites y lagunas, pero no
son el objeto del presente discurso; valga decir
únicamente que límites y lagunas solo prueban que el
espíritu humano es limitado y que el tiempo condiciona el
pensamiento, igual que todo lo demás. Pero sin duda lo que
sobresale en el tomismo es el esfuerzo inmenso y fecundo
realizado por Sto. Tomás en una vida tan corta, en solo
veinte años de muy grande actividad. Mostró una
fuerza de concentración
capaz de derivarlo todo de principios generales, con gran
coherencia en el conjunto. El influjo de su pensamiento es
sobresaliente y su capacidad de síntesis
extraordinaria.
Muerto a los 49 años,
Santo Tomás dio pruebas poco comunes de una
prodigiosa actividad de profesor y de escritor: todas las
materias filosóficas y teológicas estudiadas en su
tiempo fueron tratadas por él. De las numerosas obras que
dejó, unas, las cuestiones disputadas y las lecciones,
representan el fruto directo de su enseñanza; las otras,
Sumas, opúsculos diversos, son composiciones libres. Algunas
de estas obras fueron escritas de su puño y letra, y otras
solamente dictadas, algunas de las cuales no son más que
simples recopilaciones.
Al modo que las obras de
Aristóteles tuvieron mala prensa, –al contrario de
Platón que la tuvo muy buena–, así también
le ocurrió en buena parte a Santo Tomás. Al presente
cabe atribuirle unas cien obras, las que por su volumen y
hondura, constituyen un trabajo verdaderamente
prodigioso…
Santo
Tomás dialogó con el pasado y con su presente;
penetró en las diversas formas de saber, en sus métodos y en sus contenidos;
supo el modo de enfrentar la fe y la razón; la teología
y la filosofía; no ignoró la posición de
ningún pensador importante y de cada uno supo aprovechar lo
mejor, siendo siempre consecuente con la verdad y con los
principios.
De manera particular le
tocó un papel protagónico en las
cuestiones más arduas de su tiempo: la incorporación de
Aristóteles, que desde entonces quedó incorporado a
Occidente; el enfrentamiento a los errores platónicos, que
tan hechizados tenían a tantos cristianos; el derecho de los
religiosos a enseñar en las universidades; el combate
frontal al averroísmo latino, por resultar contrario a la
verdad filosófica y revelada; realizar la síntesis del
humano saber; acentuar las razones del ser cristiano de la
cultura occidental; dejar un extraordinario y valiosísimo
corpus theologicum y philosophicum y un modo de enfrentar la
adquisición del saber…todo lo cual explica su grandeza y
el inmenso interés de la Iglesia en que
se siga el método de vida y pensamiento de Santo Tomás
de Aquino, que en él fue tan fecundo.
Nació en el seno de una familia aristocrática
en Atenas.
De joven, Platón tuvo ambiciones políticas pero se
desilusionó con los gobernantes de Atenas.
Más tarde se proclamó discípulo de
Sócrates, aceptó su filosofía y su forma
dialéctica de debate: la obtención de
la verdad mediante preguntas, respuestas y más
preguntas.
Platón fue testigo de la muerte de Sócrates en
el año 399 a.C.
En el año 387 Platón fundó en Atenas la
Academia, institución a menudo considerada como la primera
universidad europea.
Ofrecía un amplio plan de estudios, que
incluía materias como: astronomía, biología, matemáticas, teoría
política y filosofía.
Aristóteles fue su alumno más
destacado.
Pasó los últimos años de su vida dando
conferencias en la Academia y escribiendo.
Murió próximo a los 80 años en Atenas en
el año 348 o 347 a.C.
OBRA
Los escritos de Platón adoptaban la forma de
diálogos, donde se exponían ideas filosóficas, se
discutían y se criticaban en el contexto de una
conversación o un debate en el que participaban
dos o más personas.
El primer grupo de escritos de
Platón incluye 35 diálogos y 13 cartas.
Primeros Diálogos
Los diálogos se pueden dividir en tres etapas de
composición.
La primera representa el intento que hizo Platón de
comunicar la filosofía y el estilo dialéctico de
Sócrates. Sócrates se encuentra con alguien que dice
saber mucho, manifiesta ser ignorante y pide ayuda al que afirma
saber. Sin embargo, conforme Sócrates empieza a hacer
preguntas, se hace patente que quien se dice sabio realmente no
sabe lo que afirma saber y que Sócrates aparece como el
más sabio de los dos personajes porque, por lo menos,
él sabe que no sabe nada.
Ese conocimiento, por supuesto, es el principio de la
sabiduría.
Dentro de este grupo de diálogos se
encuentran:
- Cármides (un intento por definir la
templanza) - Lisis (una discusión sobre la amistad)
- Laques (una búsqueda del significado del
valor) - Protágoras (una defensa de la tesis de que la
virtud es conocimiento y que es posible aprenderla) - Eutifrón (una consideración sobre la
naturaleza de la piedad) - y el libro I de La República
(una discusión sobre la justicia).
Diálogos intermedios y últimos
Los diálogos de los periodos intermedio y
último de la vida de Platón reflejan su propia
evolución filosófica.
Las ideas de esas obras se atribuyen al propio
Platón, aunque Sócrates sigue siendo el personaje
principal en muchos diálogos.
Los escritos del periodo intermedio abarcan los
de:
- Gorgias (una reflexión sobre distintas
cuestiones éticas) - Menón (una discusión sobre la naturaleza
del conocimiento) - Apología (la defensa que hizo Sócrates de
sí mismo durante el juicio en el que fue acusado de
ateísmo y corrupción de la
juventud ateniense) - Crátilo (la defensa de Sócrates de la
obediencia a las leyes del Estado) - Fedro (escena de la muerte de Sócrates, en la
que discute sobre la teoría de las ideas, la naturaleza
del alma y la cuestión de la inmortalidad) - El Banquete (destacada realización
dramática de Platón que contiene varios discursos
sobre la belleza y el amor) - y La República (máxima obra filosófica
de Platón, que es una detallada discusión sobre la
naturaleza de la justicia).
Trabajos del último período
se encuentran:
- Teeteto (una negación de que el conocimiento
tiene que ser identificado con el sentido de percepción) - Parménides (una evaluación crítica
de la teoría de las ideas) - Sofista (una reflexión posterior sobre las
ideas o las formas) - Filebo (discusión sobre la relación entre
el placer y el bien) - Timeo (ideas de Platón sobre las ciencias naturales y la
cosmología) - y Leyes (un análisis más
práctico de las cuestiones políticas y
sociales).
PENSAMIENTO
Platón estaba persuadido de que el conocimiento se
puede alcanzar.
También estaba convencido de dos características esenciales
del conocimiento:
- Primera, el conocimiento debe ser certero e
infalible - Segunda, el conocimiento debe tener como objeto lo
que es en verdad real en contraste con lo que lo es sólo
en apariencia.
Ya que para Platón lo que es real tiene que ser
fijo, permanente e inmutable, identificó lo real con la
esfera ideal de la existencia en oposición al mundo
físico del devenir.
Una consecuencia de este planteamiento fue el rechazo de
Platón del empirismo, la afirmación
de que todo conocimiento se deriva de la experiencia.
Pensaba que las proposiciones derivadas de la experiencia
tienen, a lo sumo, un grado de probabilidad. No son ciertas.
Más aun, los objetos de la experiencia son fenómenos
cambiantes del mundo físico, por lo tanto los objetos de la
experiencia no son objetos propios del conocimiento.
La teoría del conocimiento
de Platón se expone en La República, en concreto en su discusión
sobre la imagen de la línea divisible
y el mito de la caverna.
En la primera, Platón distingue entre dos niveles
de saber: opinión y conocimiento.
Las declaraciones o afirmaciones sobre el mundo
físico o visible, incluyendo las observaciones y
proposiciones de la ciencia, son sólo
opinión.
Algunas de estas opiniones están bien fundamentadas
y otras no, pero ninguna de ellas cuenta como conocimiento
verdadero.
El punto más alto del saber es el conocimiento,
porque concierne a la razón en vez de a la
experiencia.
La razón, utilizada de la forma debida, conduce a
ideas que son ciertas y los objetos de esas ideas racionales son
los universales verdaderos, las formas eternas o sustancias que
constituyen el mundo real.
COMENTARIOS
Además de que gracias a éste filósofo
tenemos conocimientos sobre la vida y obra de Sócrates, su
legado presente en los diálogos abarca temas que van desde
la teoría del conocimiento, a la justicia y la amistad.
Su radical rechazo por el empirismo científico y su
mítica visión reflejada en el mito de la caverna, fue tal
vez el primer paso que dió el hombre occidental en la
disociación entre razón y fe, la cual era totalmente
inexistente en pueblos tan cercanos a Grecia como el antiguo
Egipto.
CARLOS
MARX
LA DOCTRINA DE MARX
El marxismo es el sistema de
las concepciones y de la doctrina de Marx. Este continúa y
corona genialmente las tres principales corrientes
ideológicas del siglo XIX, que pertenecen a los tres
países más avanzados de la humanidad: la
filosofía clásica alemana, la economía política
clásica inglesa y el socialismo francés,
vinculado a las doctrinas revolucionarias france sas en
general. La admirable coherencia y la integridad de sus
concepciones — cualidades reconocidas incluso por sus adver
sarios –, que constituyen en su conjunto el materialismo y el socialismo científicos
contemporáneos como teoría y programa del movimiento obrero
de todos los países civilizados del mundo, nos obligan a
esbozar brevemente su concepción del mundo en general
antes de exponer el contenido esencial del marxismo, o sea, la doctrina
económica de Marx.
EL MATERIALISMO
FILOSOFICO
Desde 1844-1845, años
en que se formaron sus concepciones, Marx fue materialista y,
especialmente, partidario de Ludwig Feuerbach, cuyos puntos
débiles vio, más tarde, en la insuficiente
consecuencia y amplitud de su materialismo. Para Marx, la
significación histórica universal de Feuerbach, que
"hizo época", residía precisamente en el hecho de
haber roto en forma resuelta con el idealismo de Hegel y proclamado el
materialismo, que ya "en el siglo XVIII, sobre todo en Francia, representaba la
lucha, no sólo contra las instituciones políticas
existentes y al mismo tiempo contra la religión y la teología, sino
también [. . .] contra la metafísica en general"
(entendiendo por ella toda "especulación ebria", a
diferencia de la "filosofía sobria") (La Sagrada Familia,
en La herencia literaria ). "Para
Hegel — escribía Marx
–, el proceso del pensamiento, al que él convierte
incluso, bajo el nombre de idea, en sujeto con vida propia, es
el demiurgo de lo real [. . .]. Para mí lo ideal no es,
por el contrario, más que lo material traducido y
traspuesto a la cabeza del hombre." (C. Marx, El
Capital
t. I, "Palabras finales a la 2a ed.").
Mostrándose plenamente de acuerdo con esta filosofía
materialista de Marx, F. Engels escribía lo siguiente, al
exponerla en su Anti-Dühring (véase ), obra cuyo
manuscrito conoció Marx: . . . "La unidad del mundo no
existe en su ser, sino en su materialidad, que ha sido
demostrada [. . .] en el largo y penoso desarrollo de la
filosofía y de las ciencias naturales [. . .].
El movimiento es la forma de existencia de la materia.
Jamás, ni en parte alguna, ha existido ni puede existir
materia sin movimiento, ni movimiento sin materia [. . .]. Pero
si seguimos preguntando qué son y de dónde proceden
el pensar y la conciencia, nos encontramos con que son productos del cerebro humano y con que el
mismo hombre no es más que un producto de la naturaleza,
que se ha desarrollado en un determinado ambiente natural y
junto con éste; por donde llegamos a la conclusión
lógica de que los productos del cerebro humano, que en
última instancia no son tampoco más que productos de
la naturaleza, no se contradicen, sino que corresponden al
resto de la concatenación de la naturaleza". "Hegel era
idealista, es decir, que para él las ideas de nuestra
cabeza no son reflejos [Abbilder, esto es, imágenes, pero a veces
Engels habla de "reproducciones"] más o menos abstractos
de los objetos y fenómenos de la realidad, sino que los
objetos y su desarrollo se le antojaban, por el contrario,
imágenes de una idea
existentes no se sabe dónde, ya antes de que existiese el
mundo." En Ludwig Feuerbach [6],
obra en la que Engels expone sus ideas y las de Marx sobre la
filosofía de Feuerbach, y cuyo original envió a la
imprenta después de revisar un antiguo manuscrito suyo y
de Marx, que databa de los años 1844-1845, sobre Hegel,
Feuerbach y la concepción materialista de la historia,
escribe Engels: "El gran problema cardinal de toda
filosofía, especialmente de la moderna, es el problema de
la relación entre el pensar y el ser, entre el
espíritu y la naturaleza [. . .]. ¿Qué está
primero: el espíritu o la naturaleza? [. . .] Los
filósofos se dividieron en dos grandes campos, según
la contestación que diesen a esta pregunta. Los que
afirmaban que el espíritu estaba antes que la naturaleza y
que, por lo tanto, reconocían, en última instancia,
una creación del mundo bajo una u otra forma [. . .],
constituyeron el campo del idealismo. Los demás, los que
reputaban la naturaleza como principio fundamental, adhirieron
a distintas escuelas del materialismo". Todo otro empleo de los conceptos de
idealismo y materialismo (en sentido filosófico) sólo
conduce a la confusión. Marx rechazaba enérgicamente,
no sólo el idealismo — vinculado siempre, de un modo u
otro, a la religión –, sino también los
puntos de vista de Hume y Kant, tan difundidos en
nuestros días, es decir, el agnosticismo, el criticismo y
el positivismo en sus
diferentes formas; para Marx esta clase de filosofía era
una concesión "reaccionaria" al idealismo y, en el mejor
de los casos, una "manera vergonzante de aceptar el
materialismo bajo cuerda y renegar de él
públicamente". Sobre esto puede consultarse, además
de las obras ya citadas de Engels y Marx, la carta de este último a
Engels, fechada el 12 de diciembre de 1868, en la que habla de
unas manifestaciones del célebre naturalista T. Huxley. En
ella, a la vez que hace notar que Huxley se muestra "más
materialista" que de ordinario, y reconoce que "si observamos y
pensamos realmente, nunca podemos salirnos del materialismo",
Marx le reprocha que deje abierto un "portillo" al
agnosticismo, a la filosofía de Hume. En particular
debemos destacar la concepción de Marx acerca de las
relaciones entre la libertad y la necesidad: "La
necesidad sólo es ciega en cuanto no se la comprende. La
libertad no es otra cosa que el conocimiento de la necesidad"
(Engels, Anti-Dühring ) = reconocimiento de la
sujeción objetiva de la naturaleza a leyes y de
latrasformación dialéctica de la necesidad en
libertad (a la par que de la trasformación de la "cosa en
sí" no conocida aún, pero cognoscible, en "cosa para
nosotros", de la "esencia de las cosas" en "fenómenos").
El defecto fundamental del "viejo" materialismo, incluido el de
Feuerbach (y con mayor razón aún el del materialismo
"vulgar" de Buchner, Vogt y Moleschott) consistía,
según Marx y Engels, en lo siguiente: 1) en que este
materialismo era "predominantemente mecanicista" y no
tenía en cuenta los últimos progresos de la química y de la biología (a los que habría que
agregar en nuestros días los de la teoría
eléctrica de la materia); 2) en que el viejo materialismo
no era histórico ni dialéctico (sino metafísico,
en el sentido de antidialéctico) y no mantenía
consecuentemente ni en todos sus aspectos el punto de vista del
desarrollo; 3) en que concebían "la esencia del hombre" en
forma abstracta, y no como el "conjunto de las relaciones
sociales" (históricamente concretas y determinadas), por
cuya razón se limitaban a "explicar" el mundo cuando en
realidad se trata de "trasformar lo"; es decir, en que no
comprendían la importancia de la "actividad práctica
revolucionaria".
LA DIALECTICA
La dialéctica
hegeliana, o sea, la doctrina más multilateral, más
rica en contenido y más profunda del desarrollo, era para
Marx y Engels la mayor conquista de la filosofía
clásica alemana. Toda otra formulación del principio
del desarrollo, de la evolución, les parecía
unilateral y pobre, deformadora y mutiladora de la verdadera
marcha del desarrollo en la naturaleza y en la sociedad (marcha que a menudo
se efectúa a través de saltos, cataclismos y
revoluciones). "Marx y yo fuimos casi los únicos que nos
planteamos la tarea de salvar [del descalabro del idealismo,
incluido el hegelianismo] la dialéctica conciente para
traerla a la concepción materialista de la naturaleza."
"La naturaleza es la confirmación de la dialéctica, y
precisamente son las modernas ciencias naturales las que nos
han brindado un extraordinario acervo de datos [¡y esto fue escrito
antes de que se descubriera el radio, los electrones, la
trasformación de los elementos, etc.!] y enriquecido cada
día que pasa, demostrando con ello que la naturaleza se
mueve, en última instancia, dialéctica, y no
metafísicamente."
"La gran idea fundamental — escribe
Engels — de que el mundo no se compone de un conjunto de
objetos terminados y acabados, sino que representa en sí
un conjunto de procesos, en el que las
cosas que parecen inmutables, al igual que sus imágenes
mentales en nuestro cerebro, es decir, los conceptos, se hallan
sujetos a un continuo cambio, a un proceso de nacimiento y
muerte; esta gran idea fundamental se encuentra ya tan
arraigada desde Hegel en la conciencia común, que apenas
habrá alguien que la discuta en su forma general. Pero una
cosa es reconocerla de palabra y otra aplicarla en cada caso
particular y en cada campo de investigación." "Para la
filosofía dialéctica no existe nada establecido de
una vez para siempre, nada absoluto, consagrado.; en todo ve lo
que hay de perecedero, y no deja en pie más que el proceso
ininterrumpido del aparecer y desaparecer, del infinito
movimiento ascensional de lo inferior a lo superior. Y esta
misma filosofía es un mero reflejo de ese proceso en el
cerebro pensante." Así, pues, la dialéctica es,
según Marx, "la ciencia de las leyes generales del
movimiento, tanto del mundo exterior como del pensamiento
humano".
Este aspecto revolucionario de la
filosofía hegeliana es el que Marx recoge y desarrolla. El
materialismo dialéctico "no necesita de ninguna
filosofía situada por encima de las demás ciencias".
De la filosofía anterior queda en pie "la teoría del
pensamiento y sus leyes, es decir, la lógica formal y la
dialéctica". Y la dialéctica, tal como la concibe
Marx, y también según Hegel, abarca lo que hoy se
llama teoría del conocimiento o gnoseología, ciencia
que debe enfocar también su objeto desde un punto de vista
histórico, investigando y generalizando los orígenes
y el desarrollo del conocimiento, y el paso de la falta de
conocimiento al conocimiento.
En nuestro tiempo, la idea del
desarrollo, de la evolución, ha penetrado casi en su
integridad en la conciencia social, pero no a través de la
filosofía de Hegel, sino por otros caminos. Sin embargo,
esta idea, tal como la formularon Marx y Engels,
apoyándose en Hegel, es mucho más completa, mucho
más rica en contenido que la teoría de la
evolución al uso. Es un desarrollo que, al parecer, repite
etapas ya recorridas, pero de otro modo, sobre una base
más alta ("negación de la negación"), un
desarrollo, por decirlo así, en espiral y no en línea
recta; un desarrollo que se opera en forma de saltos, a
través de cataclismos y revoluciones, que significan
"interrupciones de la gradualidad"; un desarrollo que es
trasformación de la cantidad en calidad, impulsos internos de
desarrollo originados por la contradicción, por el choque
de las diversas fuerzas y tendencias, que actúan sobre
determinado cuerpo, o dentro de los límites de un
fenómeno dado o en el seno de una sociedad dada; interdependencia
íntima e indisoluble concatenación de todos los
aspectos de cada fenómeno (con la particularidad de que la
historia pone constantemente al descubierto nuevos aspectos),
concatenación que ofrece un proceso de movimiento
único, universal y sujeto a leyes; tales son algunos
rasgos de la dialéctica, teoría mucho más
empapada de contenido que la (habitual) doctrina de la
evolución. (Véase la carta de Marx a Engels del 8 de
enero de 1868, en la que se mofa de las "rígidas
tricotomías" de Stein, que sería ridículo
confundir con la dialéctica materialista.)
EMMANUEL
KANT
Emmanuel Kant |
Educado en el Collegium Fredericianum de su |
"Un Estado es gobernado mejor por un hombre bueno que
por unas buenas leyes.".Aristóteles.
Nacido en Estagira (hoy Savros), hijo de Nicómaco, médico del
rey de Macedonia.
Aristóteles fué alumno de Platón en la
Academia hasta la muerte de su maestro.
Se hace tutor de Alejandro Magno y contrario a
las ideas de Platón, sienta las bases del pensamiento
científico.
Propuso una serie de conceptos que representan las
propiedades comunes de cualquier grupo de objetos
reales.
Los conceptos, a diferencia de las ideas de Platón,
no tienen existencia fuera de los objetos que
representan.
La definición aristotélica de forma= una
distinguible propiedad de la materia, pero
con una existencia independiente de la de los objetos en los que
se encuentra.
Al describir el universo material,
Aristóteles afirmó que consiste en los cuatro
elementos
- fuego
- aire
- tierra
- agua
más un quinto elemento que existe en todas partes y
es el único constitutivo de todos los cuerpos
celestiales.
En los escritos de Platón y Aristóteles las
tendencias dominantes de idealismo y materialismo en la
filosofía griega alcanzaron, en uno u otro caso, su más
alta expresión, dando lugar a un cuerpo de pensamiento que
sigue ejerciendo una fuerte influencia sobre la
investigación filosófica.
La filosofía griega posterior, que refleja un
periodo histórico de agitación civil y de inseguridad individual, se
preocupó menos por la naturaleza del mundo que por los
problemas individuales.
Durante ese periodo surgieron cuatro grandes escuelas
filosóficas, en gran parte materialistas e
individualistas:
Prohibidos durante la edad media sus principios
lógicos y científicos, conforman en gran medida la
cosmovisión racionalista del hombre moderno.
Tal vez una nueva filosofía en nuestro siglo,
pudiese integrar sus antítesis empiristas con las tesis
míticas de Platón, creando una nueva síntesis que
refleje más fielmente la amplitud del pensamiento y la
imensidad del ser humano.
Autor:
Jorge Sastré
bastiantaylor[arroba]hotmail.com