- Resumen
- Introducción
- Objetivos y método de este trabajo
- Resultados de la encuesta
- Conclusiones de la encuesta sobre "espiritualidad"
- Consideraciones
- Bibliografía
Resumen.
Luego de consideraciones teóricas y empíricas sobre la "espiritualidad", esbozamos su conceptualización como una dimensión a explorar en la personalidad.
Partimos de la hipótesis de que esta dimensión ocupa un alto nivel jerárquico en el desarrollo de la personalidad, para su comprensión y posiblemente para la predicción en el estudio de los comportamientos normales y patológicos.
Si fuera así el estudio de la espiritualidad tendrá un valor clínico, diagnóstico y terapéutico.
Enmarcamos la temática espiritual desde algunos antecedentes, para focalizar en este trabajo en el modelo de Personalidad propuesto por Cloninger (1994), y específicamente en la dimensión "espiritualidad y autrotrascendencia" en base a una encuesta realizada con el TCI versión 9 en español, en un grupo de pacientes y no pacientes.
* Médico especialista consultor en Psiquiatría y Psicología Médica; Hospital Neuropsiquiátrico de Necochea
e-mail: gusgonram@infovia.com.ar
** Médico especialista en Psiquiatría y Psicología Médica;
Hospital "Evita Pueblo" de Berazategui.
e-mail: rodan@sinectis.com.ar
1- Introducción.
En los últimos años se ha avanzado en modelos más complejos sobre la Personalidad y de este modo han surgido, necesariamente, espacios de alto nivel jerárquico para la comprensión de las conductas y de las vivencias indivuduales que habían quedado en manos de los pensadores humanistas, el arte, la religión, la literatura, y la intuición de los primeros estudiosos de la mente y el alma humana.
De este modo se han abierto puertas en la psicología y la psiquiatría a constructos como la espiritualidad que reclaman un espacio.. la catedral, con su nave central ya perfilada, invita al descubrimiento de sus celdas hasta ahora misteriosas.
Hemos pasado de la larga época del misterio al estadío del problema… y de las metáforas ("..el alma es una casa con piso de emoción y techo de razón" de Platón… o "..el demonio se esconde en el príncipr del espíritu, más que en los placeres de la carne" de H. Ecco) a los enunciados psicológicos, a las hipótesis y niveles descriptivos y explicativos sobre este objeto de estudio: la espiritualidad.
Explorando la "espiritualidad".
Actualmente, desde la clínica y las problemáticas psico-sociales contemporáneas (problemáticas que hacen al "vacío" y la falta de "sentido de la vida", la "perdida de valores", los anhelos de "autorrealización") y la confiesa "avidez de espiritualidad" de pacientes y no pacientes, todo ello, ha intensificado el abordaje científico de esta porción olvidada de la persona.
No es infrecuente escuchar y leer hoy en la comunidad científica "psi" amplias argumentaciones sobre los aspectos clínicos de la bondad y la maldad, del bien y el mal . Me remito, como ejemplo, a la conferencia brindada en Bs. As por el Dr. Michael Stone (2001) a propósito de una invitación del Dr. N. Koldobsky y del Instituto de Investigación y Estudios de la Personalidad.
Las cuestiones del "bien" y el "mal" han sido tratadas, entre otros, por J. Pierrakos (1974) y C.G. Jung (1961).
Sin embargo, con los modelos de personalidad y sus desórdenes hasta ahora predominantes en la clínica y en particular los sistemas clasificatorios (DSM), no se hace fácil "introducir" las variables espirituales y los valores tradicionalmente asignados al "discurso" espiritual, sin producir replanteos en las estructuras y funcionalidad de esos modelos.
Podemos pensar en el modelo evolucionista-ecológico de Theodore Millon (2000), con sus ámbitos estructurales y funcionales. Los propios dispositivos de este modelo, desde las areas motivacionales, estilos cognitivos y relaciones interpersonales, hasta los sistemas de creencias y mecanismos defensivos, podrían ser articulado por relaciones de asociacón y comprensión que nos permitan incluir lo que le pertenecería genuinamente al orden de lo "espiritual"… aunque a esta altura de los conocimientos seguramente muchas de estas articulaciones serían desde la especulación y con poco grado de evidencia científica.
Modelos como el Integrativo Supraparadigmático de Roberto Opazo Castro (2001), al plantear al SELF como sistema integrador y las funciones que le otorga (identidad y significación, entre otras), y al presentarlo a este sistema SELF como el núcleo de la personalidad articulando a los otros paradigmas cognitivo, afectivo, inconsciente y biológico, todo esto invita (y con más derecho intelectual que nosotros lo ha propuesto su colaborador chileno Humberto Guajardo) a incluir a la dimensión espiritual como una función de alta jerarquía en dicho sistema SELF.
Pero no todo se agota con "un buen lugar en un buen modelo".
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