Indice
1.
Introducción
2. El vértigo
cibernético
3. Un lector esencial
4. Borges y la
política
5. Los periodistas y las
preguntas
6. Borges y la
globalización
"El tiempo es la
sustancia de la que estoy hecho. El tiempo es un
río que me arrebata, pero yo soy el río. Es un
tigre que me destroza, pero yo soy el tigre. Es un fuego que me
consume, pero yo soy el fuego. El mundo, desgraciadamente es
real. Yo, desgraciadamente, soy Borges."
Quiero comenzar afirmando que mi relación con Borges es
fundamentalmente hedónica, placentera. No soy una acuciosa
de su filosofía, ni de las teorías
literarias que tratan de explicarlo, ni mucho menos de la
metafísica que dicen, pregonan sus textos.
Disfruto grandemente leyéndolo
y comprendiéndolo, actividades que- debo confesar- no
siempre van paralelas.
Pertenezco a una generación donde Borges era mal visto por
su rechazo a la izquierda, el peronismo y sus
opiniones a favor de las dictaduras, en especial a la de
Pinochet, de manera que durante muchos años estuvo
"execrado" de nuestras bibliotecas y por
supuesto de nuestras conversaciones literarias. Solamente se le
nombraba para reiterar su condición de reaccionario,
rechazado por toda la izquierda latinoamericana. Gracias a que
alguna vez le oí decir a nuestro actual Ministro de la
Defensa, José Vicente Rangel, que él lo
leía, algunos- entre ellos yo- le levantamos el veto, pero
diría que en silencio, sin mucha algarabía. De
manera que buena parte de los 70 y 80, tuvimos acercamientos
breves y limitados con Borges (traducción de "Hojas de
Hierba" de Whitman y el prólogo del I Ching). Estoy segura
que esta historia, es la historia de muchos.
Será en los primeros años de la década del
90, cuando viviendo en Maracay(Edo Aragua), compré en un
remate de libros, dos
ejemplares del primer tomo de las obras completas de Borges
publicadas por EMECE y allí comencé- ahora si de
verdad- a leerlo casi a diario, tratando de recuperar el tiempo
perdido, cosa que sé imposible y lamentando tanta
insensatez. La madurez(creo yo) me enseñó que la
obra literaria de Borges estaba por encima de cualquier
opinión política, sin que
esto signifique que convalide alguna de ellas.
Luego, gracias a una amiga, me inscribí en el 98 en
Foro Borgesiano (y no
borgiano, que viene de Borgia y no de Borges), donde participan
más de 200 admiradores y estudiosos, tanto de Europa como de
América, del personaje que nos convoca. El
foro digital está
localizado en Argentina
(http://www.puebloblanco.edu.ar). Allí pude
conocer mejor su obra y por supuesto su anecdotario, que es de lo
que hoy queremos conversar en este diálogo
colectivo, por cuanto ir más allá sería por
demás un atrevimiento de mi parte.
Este 24 de Agosto Borges cumpliría 102 años.
¡Que horror! diría él, pero bien pudo ocurrir
si tomamos en cuenta que provenía de una familia longeva,
por ejemplo su madre Leonor de Borges, murió a la edad de
99 años, perfectamente lucida y lectora.
Si bien Borges se definía como un escritor del
siglo XIX, (para muchos el mejor del siglo XX) no existe hasta
ahora en el siglo XXI autor más citado en Internet, la biblioteca
universal por definición.
La primera aproximación que uno hace a Jorge Luis Borges
en el ciberespacio nos da una inconmensurable suma de más
de 30 mil páginas dedicadas a divulgarlo, esto sin contar
los diversos sitios de discusión, las cátedras y
estudios sobre su obra (por ejemplo entre 1990 y 1997 se
localizaron 627 trabajos dedicados a él), que
también existen el ciberespacio pero que no son ubicados
por el multibuscador GOGLE.
Una pequeña navegación, en tan extenso
océano de páginas
WEB, me señaló que el 50 % está en
español,
cosa que ayuda mucho a divulgar nuestro idioma (por cierto un
tanto maltratado en la red). De manera que podemos
afirmar que felizmente no se cumplió aquel deseo de Borges
de morir sin que nadie lo recordará. Lamentablemente
muchas de estas páginas, creadas en el vértigo del
centenario en 1999, hoy están desactivadas, especial
mención debemos hacer a la del diario Clarín de
Argentina, sitio
donde incluso se podía escuchar la voz del propio Borges
recitando uno de sus poemas.
De acuerdo a un trabajo publicado por Carlos Yusti, escritor
valenciano, en la revista
electrónica "Venezuela
Analítica" en junio
de 2000, Internet sólo es una
metáfora soñada por Borges en el "Libro de
Arena" y cita a Álex Barnet quien escribe: "…, Internet
es la encarnación más próxima a esa
visión sobre libros de
infinitas páginas en constante cambio y
bibliotecas sin
principio ni fin que apuntó el genial Jorge Luis Borges
en el libro
señalado. Esta poderosa coincidencia entre las
metáforas de Borges y la tecnología virtual y
digital que sustenta Internet resulta sorprendente, pero es real
y va mas allá de la pirueta retórica. Internet y la
tecnología
digital están cambiando el mundo de los libros y la manera
en que estos se hacen, se distribuyen, se compran o se leen".
En el referido cuento de
Borges se relata la existencia de un libro extraordinario, de un
libro que contiene todos los libros. El relato (narrado en
primera persona) se
inicia con una enumeración típica de Borges: "La
línea consta de un número de puntos; el plano, de
un número infinito de líneas; el volumen, de un
número infinito de planos; el hipervolumen, de un
número infinito de volúmenes…" Luego entra en
materia y pasa
a relatar una tarde cualquiera. Con un hombre de gris
que trae una valija en la mano. Que toca a la puerta. Es un
vendedor de Biblia. Pero además trae consigo un libro
extraño. Adquirido en los confines de Bikanir. El
común vendedor le entrega el raro ejemplar al narrador del
relato. Este lo abre al azar. Las páginas le parecen
gastadas y de pobre tipografía. Impreso a dos columnas a
la manera de una Biblia. Le llama la atención que la página par tiene el
número 40.514 y la impar 999. O como lo escribe Borges: Lo
adquirí en un pueblo de la llanura, a cambio de unas
rupias y de la Biblia. Su poseedor no sabía leer. Sospecho
que en el Libro de los libros vio un amuleto. Era de la casta
más baja; la gente no podía pisar su sombra, sin
contaminación. Me dijo que su libro se
llamaba el Libro de Arena, porque ni el libro ni la arena tienen
principio ni fin".
Me pidió que buscara la primera hoja.
Apoyé la mano izquierda sobre la portada y abrí con
el dedo pulgar casi pegado al índice. Todo fue
inútil: siempre se interponían varias hojas entre
la portada y la mano. Era como si brotaran hojas del libro.
—Ahora busque el final.
También fracasé; apenas logré balbucear con
voz que no era la mía:
—Esto no puede ser.
Siempre en voz baja el vendedor de biblias me dijo:
—No puede ser, pero es. El número de página
de este libro es exactamente infinito. Ninguna es la primera;
ninguna, la última. No sé porque están
numeradas de ese modo arbitrario. Acaso para dar a entender que
los términos de una serie infinita admiten cualquier
número.
Prosigue Yusti señalando que " En el Internet cada sitio,
cada página
web, tiene un número. Cuando se empieza a navegar
parece no existir ni principio ni fin. A veces se encuentra un
sitio determinado y luego no se consigue de nuevo, sino que
aparecen otros sitios similares y mejores. En Internet hay una
infinidad de temas y los literarios ocupan apenas un espacio no
muy extenso. No obstante la literatura y los libros han
encontrado su sitio por excelencia en Internet. Se especula que
uno de los negocios
más rentables es Amazon.com, una gran librería
virtual. También las bibliotecas virtuales ponen en
contacto al navegante con los autores más variados y con
esos textos clásicos de siempre que adquieren un barniz
renovado.
Se determina que cada día se añaden a la red alrededor de veinte mil
páginas web con los
contenidos más disímiles. De forma paulatina
Internet se ha ido convirtiendo en un verdadero libro de arena
con escrituras en cualquier idioma. De un portal pasas a una
página
web y de allí puedes conectar con otra ventana y con
otros muchos sitios. Cada vez que se navega por la red se
descubren nuevos sites, nuevas webs. Una nueva incursión
en la red es por lo general una aventura inesperada ya que esta
cambia continuamente. Entrar en Internet es como abrir El libro
de Arena imaginado por Borges. Las páginas se suceden de
manera infinita y uno quiere navegar, explorar sin tomar pausa,
sin darse un respiro.
El informe titulado,
"Virtual community on the electronic frontier", habla de
"ciberadicción". Los "ciberadictos" se alejan del mundo
cotidiano para abocarse a la pantalla de sus computadoras
desde donde pueden hacer nuevos amigos, adquirir información, ciberjuegos, realizar comprar
y una amplia gama de posibilidades con sólo navegar por
Internet.
Casualidad o no en el cuento citado
de Borges, el protagonista cambia el monto de su
jubilación y una Biblia de Wiclif, en letra gótica,
herencia
familiar, por el libro de Arena. Así narra Borges los
pormenores del personaje y su singular y extraña
posesión: "No mostré a nadie mi tesoro. A la dicha
de poseerlo se agregó el temor de que lo robaran, y
después el recelo de que no fuera verdaderamente infinito.
Esas dos inquietudes agravaron mi ya vieja misantropía. Me
quedaban unos amigos, dejé de verlos. Prisionero del
Libro, casi no me asomaba a la calle. Examiné con una lupa
el gastado lomo y las tapas, y rechacé la posibilidad de
algún artificio".
Algunos datos
Hablemos ahora de algunos datos, sobre su
vida, casi por no dejar. Jorge Luis Borges Acevedo -de acuerdo a
una pequeña biografía elaborada
por Emir Rodríguez Monegal y Francisco Arias, cibernauta
español-
nace en Buenos Aires el
24 de Agosto de 1899. Desde muy niño quiso ser escritor.
Fue educado de manera bilingüe. A los siete años
escribe en inglés
un resumen de la mitología
griega, a los ocho, La Visera Fatal, inspirado en un episodio
del Quijote. A los nueves traduce del inglés
"El
Príncipe Feliz" de Oscar Wilde.
Al estallar la Primera Guerra
Mundial, la familia
Borges viaja por Europa, y
según Borges, "quedamos encajonados en Ginebra".
Allí Georgie- como es llamado en su casa- estudia
bachillerato y descubre a los clásicos franceses e
ingleses. Aprende el alemán, traduciendo a Heine. En 1919
Borges viaja por primera vez a España.
La familia se
instala en Barcelona y después en Palma de Mallorca.
Escribe dos libros que nunca se editaron: Ritmos rojos o Salmos
rojos (poemas donde
se exalta la revolución
rusa de octubre) y Los naipes del Tahúr. Viaja a
Sevilla, donde entabla contactos con el movimiento
ultraísta. Publica su primer poema "Al mar" y colabora en
las revistas literarias Cervantes, Grecia, Ultra,
Cosmópolis…
Borges funda en 1922 la revista Proa,
en Buenos Aires.
Al año siguiente publica su primer libro de poemas Fervor
de Buenos Aires, al que seguirán muchos. "En los treinta
años siguientes Georgie se transforma en BORGES; es decir
en uno de lo más brillantes y polémicos escritores
de nuestra América" (Monegal dixi).
En 1942, la revista Sur, fundada por Victoria Ocampo, publica un
número especial de desagravio a Borges por
habérsele negado el Premio Nacional de Literatura.
En 1945, su madre y su hermana son detenidas después de
haber participado en manifestaciones antiperonistas. Al
año siguiente, por haber firmado varias declaraciones de
intelectuales antiperonistas, el gobierno lo
transfiere de su labor de bibliotecario al puesto de inspector de
uvas y conejos en los mercados y ferias
públicas. Renuncia a su puesto y venciendo su timidez
comienza a dar conferencias en Argentina y Uruguay. Se
funda la revista Anales de Buenos Aires y es nombrado director.
Es elegido presidente de la Sociedad
Argentina de Escritores.
En 1955, el nuevo gobierno
argentino designa a Borges como director de la Biblioteca
Nacional. Al año siguiente ocupa la cátedra de
Literatura Inglesa de la Facultad de Filosofía y Letras de
la Universidad de
Buenos Aires. Obtiene, en 1957, el Premio Nacional de
Literatura.
En 1967 comparte con Samuel Beckett el premio Fomentor otorgado
por el Congreso Internacional de Escritores, y que será el
comienzo de su reputación en todo el mundo occidental.
Recibirá luego otros premios del gobierno italiano, el
fránces, el británico, incluyendo el Cervantes.
En 1967 contrae matrimonio con
Elsa Astete a la que había conocido en su juventud,
posteriormente lo haría con María Kodama. Para
muchos, estos matrimonios nunca llegaron a consumarse. En 1971 es
nombrado doctor Honoris Causa de la Universidad de
Oxford. Jorge Luis Borges muere
en Ginebra el 14 de junio de 1986.
Si alguna definición gustaba dar de si mismo era
la de lector más que la de escritor:
Me considero esencialmente un lector. Como saben ustedes, me he
atrevido a escribir; pero creo que lo que he leído es
mucho más importante que lo que he escrito. Pues uno lee
lo que quiere, pero no escribe lo que quisiera, sino lo que
puede.
El destino
Una de las ideas recurrentes de Borges está ligada al
destino y cómo el fin último de nuestra existencia
está justificada si sabemos cual es nuestra misión:
"Le doy vueltas a una idea: la idea de que, a pesar de que la
vida de un hombre
se componga de miles y miles de momentos y días, esos
muchos instantes y esos muchos días pueden ser reducidos a
uno: el momento en que un hombre averigua quién es, cuando
se ve cara a cara consigo mismo. Imagino que cuando Judas
besó a Jesús (si es verdad que lo besó)
sentiría en ese momento que era un traidor, que ser un
traidor era su destino y que le era leal a ese destino aciago.. Y
no he dejado de darme cuenta desde entonces. Y quizá desde
aquel momento (debo exagerar por el bien de la conferencia) me
consideré un "literato".
Es decir, me han sucedido muchas cosas, como a todos los hombres.
He encontrado placer en muchas cosas: nadar, escribir, contemplar
un amanecer o un atardecer, estar enamorado. Pero el hecho
central de mi vida ha sido la existencia de las palabras y la
posibilidad de entretejer y transformar esas palabras en poesía".
Readableness
Hay una palabra (entre muchas) relacionada con Borges que me
cautiva: readableness, de origen inglés. En español
no existe una palabra parecida. La misma se refiere a aquellos
textos que provoca leerlos más de una vez. Por
oposición hay libros cuya readableness es cero, que no
pueden leerse más de una vez porque en la primer lectura queman
toda su magia.
Los textos de Borges tienen capas, como la cebolla diría
César Chirinos, cada relectura ofrece nuevas
aristas…además sus textos se "enriquecen entre ellos,
colaboran entre ellos, se reflejan, obran en equipo".
Borges, para mi, es sinónimo de readableness.
En "Situación del escritor en América
Latina" de Benedetti, afirma:
"No estoy proponiendo aquí que, tomando como base sus
abyecciones políticas,
proclamemos la invalidez de la obra de Borges. Semejante actitud
sería de una estupidez irremediable. Creo, eso sí,
que Borges tiene desde ya asegurados dos lugares de
excepción: uno en la más exigente de las
antologías, otro(para usar su propia terminología)
en la historia
universal de la infamia. Siempre haré lo posible por
que la segunda consideración no invalide la primera; pero
también aportaré mi esfuerzo para que la primera no
invalide la segunda.
Borges tuvo muchos enemigos, sobre todo en la izquierda menos
inteligente. También el peronismo le
aborrecía. Ahora parece que se le ha perdonado y, por fin,
ya no es bandera ni a favor ni en contra de ninguna
idea».
No obstante "las posiciones" de Borges, "en 1982, durante esa
guerra atroz
en el Atlántico Sur, se pronunció claramente a
favor de la paz. "Desde Uruguay yo
observaba azorada a ese dictador delirante que un día
invadió las islas y mandó a la muerte a
miles de chiquilines de 18 años. Fue algo tan infame que
yo no salía de mi asombro al ver a algunos argentinos que
yo admiraba y no los creía tan nacionalistas, apoyar la
invasión. Menos mal que estaba Borges" declaró una
de las participantes en el foro Electrónico que les
señale al comienzo y de donde he tomado gran parte de los
materiales que
estoy leyendo.
Frente a la guerra de Las
Malvinas es
famosa la expresión de Borges cuando afirmó que la
misma "era una pelea de dos
calvos por un peine".
No hay que olvidar que Borges rectificó en los años
80 su posición respecto a las dictaduras sudamericanas en
numerosas declaraciones públicas. En una entrevista
manifestó no haber obrado bien al declararse partidario de
la dictadura militar
y "…`pero puedo aducir en mi descargo que me faltaba información. No se olvide que soy ciego y
dependo de lo que los demás me dicen. Ahora sé
muchas cosas más que entonces (…).
Dicen que los desaparecidos se elevan a veinticinco mil, pero la
cifra es lo de menos. Con un solo desaparecido sería
más que suficiente."
Diccionario Personal
Si algo ha encantado de Borges es su original forma de enunciar y
nombrar las cosas y las circunstancias, de allí que hayan
diversos diccionarios
de Borgerías, como este por ejemplo, editadas por Mario
Paoletti y su mujer, Pilar
Bravo; que por supuesto es apenas una pequeña muestra de su
gran diccionario
personal
Amenaza (s): ¿de qué otra forma se puede amenazar
que no sea de muerte? Lo
interesante, lo original, sería que alguien lo amenace a
uno con la inmortalidad.
Artificios: yo creo que de todos los géneros quizá
el policial sea el más artificial, porque en verdad los
crímenes no se resuelven por razonamientos, sino por
delaciones.
Beatos: yo creo que es mejor pensar que Dios no acepta
sobornos.
Best sellers: en mi época no había best sellers y
no podíamos prostituirnos. No había quien comprara
nuestra prostitución.
Biblioteca: ordenar una biblioteca es una manera silenciosa de
ejercer el arte de la
crítica.
Borges: dicen que soy un gran escritor. Agradezco esa curiosa
opinión, pero no la comparto. El día de
mañana, algunos lúcidos la refutarán
fácilmente y me tildarán de impostor o chapucero o
de ambas cosas a la vez. No he cultivado mi fama, que será
efímera.
Buenos Aires: siempre he sentido que hay algo en Buenos Aires que
me gusta. Me gusta tanto que no me gusta que le guste a otras
personas. Es un amor
así, celoso.
Democracia: es
una superstición muy difundida, un abuso de la estadística.
Deporte: yo creo
que habría que inventar un juego en el
que nadie ganara.
Distancias: antes las distancias eran mayores porque el espacio
se mide por el tiempo.
Elegidos: estuve dos días en Israel y,
desgraciadamente, noté que son casi hitleristas. La
diferencia es que ellos no insisten en la idea de la raza
germánica sino en la del pueblo judío.
Envidia: el tema de la envidia es muy español. Los
españoles siempre están pensando en la envidia.
Para decir que algo es bueno dicen: "Es envidiable".
Fútbol: El fútbol es popular porque la estupidez es
popular
Kant: hice una
tentativa con Crítica de la razón pura, pero fui
derrotado por el libro, como la mayor parte de las personas.
Incluso como la mayor parte de los alemanes.
Más allá: el infierno y el paraíso me
parecen desproporcionados. Los actos de los hombres no merecen
tanto.
Opiniones: quizá haya enemigos de mis opiniones, pero yo
mismo, si espero un rato, puedo ser también enemigo de mis
opiniones.
Revoluciones: no sé hasta qué punto un escritor
puede ser revolucionario. Por lo pronto, está trabajando
con el idioma, que es una tradición.
Suicidios: Hemingway, que fue medio compadre, terminó
matándose porque se dio cuenta de que no era un gran
escritor. Esto lo salva, en parte.
Universidad: la Universidad debiera insistirnos en lo antiguo y
en lo ajeno. Si insiste en lo propio y lo contemporáneo,
la Universidad es inútil, porque está ampliando una
función
que ya cumple la prensa.
Vicios: yo no bebo, no fumo, no escucho la radio, no me
drogo, como poco. Yo diría que mis únicos vicios
son El Quijote, La divina comedia y no incurrir en la lectura de
Enrique Larreta ni de Benavente.
5. Los periodistas y las
preguntas
Para Borges "El periodismo se
basa en la falsa creencia de que todos los días sucede
algo nuevo". Veía en la sucesión de las noticias
un amontonamiento inservible y vacuo, pero además -y
sobre todo- se interesaba por los acontecimientos situados en el
pasado, no en los del presente. Para él, era
más importante o digno de atención aquello que ya estuviera trabajado
por el tiempo, labrado por las cicatrices y el transcurso de las
generaciones.
"Generalmente siempre son las mismas preguntas. La primera es si
soy argentino. Les digo que sí, que al fin y al cabo no es
tan raro ser argentino, puesto que estamos en Buenos Aires y en
esa ciudad habrá seis o siete millones de argentinos y que
en el país habrá veinte o veinticinco millones.
Raro sería ser argentino en Groelandia o en
Pakistán. Otra pregunta repetida es si todo lo que escribo
lo hago primero en inglés y luego lo traduzco al
español. Yo les digo que sí, que, por ejemplo, los
versos: "Siempre el coraje es mejor, / nunca la esperanza es
vana, / vaya pues esta milonga, / para Jacinto Chiclana" se ve en
seguida que han sido pensados en inglés; se notan,
inclusive, las vacilaciones del traductor."
El humor y la ironía
El humor es fundamental en Borges y gran parte de su anecdotario
está marcado por esta impronta y por supuesto, por la
ironía. De acuerdo aun trabajo realizado por Alberto
Melograno Lecuna, director del Foro Borgesiano Virtual, cuando
Borges era presidente de la SADE (Sociedad
Argentina de Escritores), un miembro angustiado le
preguntó:
-Borges, qué podemos hacer por los jóvenes
poetas?
-Disuadirlos -contesto Borges.
Otro desmesurado, en cierta ocasión, le estrechó la
mano y, pleno de emoción, le dijo:
– Usted sabe, Borges? Yo escribo.
-Yo también.
Hubo una señora que lo paró en la calle y le
pregunto:
– Usted es Borges, verdad?
-Momentáneamente.
Borges habla de una soledad central, prosigue Alberto Melograno,
" esa soledad central es, a mi entender, la base de su humor. Yo
creo que en Borges el humor era un sistema de
salvación. Borges traslada las imposibilidades de su vida:
el amor que
nunca tuvo, el deseo de un hijo -el hijo que nunca tuvo-, el no
haber peleado en los campos de batalla como sus mayores, toda esa
serie de imposibilidades, ese corpus de imposibilidades, lo
sublima, como se dice ahora, y lo convierte en una figura
retórica, pacta secretamente en las raíces y
desmorona la realidad cotidiana.
Creo que eso tiene el humor de Borges: la capacidad de desmoronar
la realidad cotidiana, pero no solo la realidad, sino
también la seguridad. Esa
seguridad
cotidiana que nos da la aceptación de las convenciones.
Borges solía hablar (mal) de cosas sagradas. Cosas tan
sagradas como el fútbol, el tango,
Gardel.
En el libro "Borges, sus días y su tiempo", Maria Esther
Vázquez cuenta que cuando Borges "era todavía
profesor en la Facultad de Filosofía y Letras de la
Universidad de Buenos Aires, una mañana irrumpió un
muchacho en su aula y lo interpelo:
-Profesor, tiene que interrumpir la clase.
– Por qué? -preguntó Borges.
-Porque una asamblea estudiantil ha decidido que no se dicten mas
clases hoy para rendir homenaje a Fulano de Tal.
-Ríndanle homenaje después de la clase -agrego
Borges.
-No. Tiene que ser ahora y usted se va.
-Yo no me voy, y si usted es tan guapo, venga a sacarme del
escritorio.
-Vamos a cortar la luz
-prosiguió el otro.
-Yo he tomado la precaución de ser ciego. Corte la
luz,
nomás.
Borges se quedó, hablo a oscuras, fue el único
profesor que dicto su clase hasta el final, y sus alumnos,
impresionados, no se movieron del aula."
Gardel y el tango
Gardel: Gardel y yo tenemos algo en común: a ninguno de
los dos nos gusta el tango.
Este fue uno de los temas que más escozor produjo, por
cuanto afirmó: "Dudo de la virilidad de ese compadrito
francés, Carlos Gardel: acaso no se empolvaba la
cara?".
Las definiciones de Borges sobre el tango forman parte de la
mejor tradición de sus declaraciones polémicas: su
repudio a Gardel o al bandoneón le han valido criticas y
cuestionamientos por parte de los tangueros. Pero en una entrevista con
Antonio Carrizo realizada para la
televisión argentina en 1981 y publicada en La Maga en
1996 , Borges acepta que Gardel "sigue cantando en la memoria de
los hombres" y admite que no importa su opinión personal sobre el
cantor comparado con eso. También habla de Piazzolla,
Pascual Contursi, Vicente Rossi y de los tangos de la vieja
guardia, los que reconoce que le gustan tanto como las
milongas.
-Lo que me pasa a mí con los tangos de Piazzolla, que mi
cuerpo no los oye como tangos. Creo que le pasa a todo el mundo,
que los tangos que él ha hecho no se oyen como tales. El
tango obliga al cuerpo a hacer cierto tipo de movimiento.
-¿ Usted cree entonces que cuando el hombre
escucha el tango es todo oreja?
-Bueno, oreja es demasiado, pero me parece que hay una cadencia
que se reconoce. Yo creo que el tango declina con Gardel, con La
cumparsita.
-Pero entonces vamos a ser positivos y no negativos.
-Es que los tangos de la vieja guardia son de hecho milongas, si
son buenos.
-Por ejemplo..
-Podría dar nombres, El apache argentino, Rodríguez
Peña, El entrerriano, La morocha y Cuzquito. Esos
los oigo como tangos, en cambio La cumparsita me la hizo
oír un primo mío, eso no tiene nada que ver con el
tango. Yo volví de Europa y él me hizo oír
un tango llamado La cumparsita, creo que era "cumparsita".
"¿Esto qué es?", le dije; "El mejor tango", me
respondió; "Puede ser, pero yo no lo oigo como tango".
-Bueno, ocurre otra cosa; yo estaba en el año sesenta y
uno en Austin, Texas, un territorio que yo quiero mucho, y
había, un señor paraguayo y me hizo oír unos
tangos, yo estaba avergonzado, se llamaban A media luz, La
cumparsita, no recuerdo los otros, y pensé, qué
horror, voy a tener que simular que me gustan y a mí me
parecen una vergüenza. Luego me di cuenta de que estaba
llorando, es decir, que mi cuerpo lo sentía de otro
modo.
-Entonces, de Gardel se dice que cada día canta mejor.
-Eso quiere decir que sigue cantando en la memoria de los
hombres. Si cada día canta mejor, sigue cantando
después de su muerte
corporal.
-Y ¿qué significa seguir cantando en la memoria de
los hombres?
-¡Caramba!, le parece poco, eso es más que la
gloria. Qué importa mi opinión personal sobre
Gardel comparado con eso; además, tengo la
impresión de que no ha podido ser reemplazado, los que
cantan tangos ahora no lo hacen como él. Creo que todos
pensamos eso.
Venezuela, LUZ y el Honoris Causa
R.Rattia: Maestro, ¿cómo se sintió cuando se
enteró que una Universidad venezolana se negó a
otorgarle el Doctorado Honoris Causa aduciendo que usted era un
"pensador de derecha", que sus ideas eran "reaccionarias",
"fascistas?".
J.L.Borges: Como dijo mi entrañable amigo Emil Cioran: "la
lucidez es incompatible con la respiración". Después de todo estoy
indeciblemente agradecido por el no otorgamiento de esa
distinción académica. En el fondo los premios son,
casi siempre, malos entendidos. Se trata de una anécdota
sin importancia.
Resulta que tengo… soy trece veces – una mala cifra pero claro,
"Doctor Honoris Causa". Un falso doctor, ¿no? Debo eso a
la generosidad y a la indulgencia.
El poema "Instantes"
En cuanto al éxito
del poema "Instantes", es necesario dejar claro que aunque es uno
de los más conocido atribuidos a Borges, esto es falso.
Iván Almeida, investigador adscrito al Centro de Estudios
de Borges, ubicado en Dinamarca,(http://www.hum.au.dk/romansk/borges/bsol/iainst.ht)
ha realizado una minuciosa investigación para dar con la verdad sobre
este espinoso tema.
" En el prólogo del volumen Borges en
la Revista Multicolor (1995) María Kodama, vuelve sobre un
asunto que ya la había llevado a obtener condenas y
retractaciones públicas:
Lo más notable
es comprobar que esa misma gente que no aprueba la
publicación de las tres obras [El tamaño de mi
esperanza, El idioma de los argentinos, Inquisiciones], frente al
poema "Instantes" o "Momentos" de la escritora norteamericana
Nadine Stair, atribuido falsamente —quiero creer que por
ignorancia— a Borges, esa gente, repito, nada dijo ni del
estilo ni del contenido de esos versos. Aunque resulte infantil
el lenguaje
empleado y totalmente contradictorio el mensaje transmitido por
el poema, con respecto a los principios que
Borges sustentó hasta el fin de su vida.
Se llegó al horror de leer y enseñar en instituciones
oficiales, y atribuyéndolo siempre a Borges, ese poema sin
valor
literario.
En el diario El País del 9 de mayo de 1999, Francisco
Peregil publica una nota intitulada "El poema que Borges nunca
escribió", en la que, sin más argumentos que su
justificada indignación, remacha la teoría
de Kodama:
Craso error, porque la verdadera autora del apócrifo es
una desconocida poetisa norteamericana llamada Nadine Stair, que
lo publicó en 1978, ocho años antes de que Borges
muriera en Ginebra, a los 86 años.
El problema es que la crítica literaria no obedece a la
lógica
binaria: poder afirmar
que un texto no es de
Borges no es haber probado que su autor es Nadine Stair.
La conclusión que saca Benjamín Rossen de las
docenas de versiones que compara, es que todas se sitúan
en alguna parte de un inmenso recorrido de plagio de un autor
único y con copyright, Don Herold. Desautorizar las
versiones borgistas y stairistas me parece justificado.
Atestiguar la originalidad del texto de
Herold y la propiedad
intelectual de su autor parece igualmente imponerse. Pero es
metodológicamente difícil decidir que Herold no
tiene predecesores. Desde el medioevo escolástico sabemos
que es más fácil demostrar una existencia que una
no-existencia. Por eso no podemos descartar del todo la hipótesis de que, a su vez, el texto del
caricaturista hinque sus raíces en un locus
común.
El público, aun el más ingenuo, no necesitaba un
texto más de esta índole. Con un Paulo Coelho joven
y en buena salud, todos
los países de mundo disponen de una reserva de
espiritualidad barata por bastante tiempo.
Tal vez el fenómeno resida en una íntima voluntad
de ser engañados cuando el mundo no llega a acomodarse a
los propios sueños. Y esto, independientemente de la
capacidad de discernimiento de la persona en
cuestión. Lo cierto es que muchos de los poemas personales
de Alastair Reid evocan el mundo plasmado por "Instantes".
Podría pensarse que de esa secreta e inconsciente voluntad
de error esté por nacer un nuevo paradigma de
lectura, al
que Borges, ciertamente, no sería del todo ajeno.
Sí, quizás la historia de la literatura es la
historia de algunos grandes errores de lectura".
" Lo unánime es enemigo de la individualidad, y
sin individualidad no hay independencia
critica" afirma un estudioso de la obra de Borges. "Borges se
hubiera sentido aterrado ante tanta masificación borgeana:
él, más que nadie, representó el
individualismo y el capricho; la ajenidad a lo general; el
desprecio al globalismo. Desdeñó por igual el
fútbol, los encuentros populistas, los gustos obvios, las
tendencias de mercado y
los medios de
comunicación, que paradójicamente ahora lo
propagan como si se tratara de un producto de
consumo
masivo.
Si Gardel canta cada día mejor y anula toda posible
superación, y la camiseta número 10 de
fútbol nunca más tendrá un portador como el
que la enterró en su retiro, Borges, sin
proponérselo, vendría a ser el sepulturero del
futuro literario argentino. Su efecto devastador darwiniano,
únicamente dejaría lugar para eternos aspirantes. Y
tal vez sea cierto".
En suma, Borges forma parte importante de otras lenguas, de otros
universos, incluyendo " la historia intelectual de los Estados Unidos,
hasta el punto de que Susan Sontag lo calificó de maestro
indispensable para los escritores de lengua
inglesa."
Borges, Kodama y la Filosofía
María Kodama declaró que, «de hecho
más de la mitad de su biblioteca está formada por
libros de filosofía. La filosofía es un conocimiento
que él adquirió de pequeño, antes de saber
qué era en sí, pues su padre le enseñaba
conceptos, de forma que siempre los llevó dentro". Pero
para su compañera Borges no era un filósofo,
sólo se servía de la misma para sustentar su obra,
la utilizaba para su creación.
Borges y el Nóbel
Nóbel: yo siempre seré el futuro Nóbel. Debe
ser una tradición escandinava.
En 1976 le otorgaron la Gran Cruz de la Orden al Mérito
Bernardo O'Higgins, Chile por
parte del dictador Augusto Pinochet.
Dice María E. Vázquez en su biografía que esa fue
una de las dos razones por las que le fue negado el Nóbel.
La otra sería la burla que hizo a un joven poeta sueco, en
una reunión de escritores, a propósito de un poema
suyo sobre los movimientos de un iceberg. Ese joven era Artur
Lundkvist que más tarde sería secretario de la
Academia Sueca.
Una encuesta
mundial publicada en 1970 por el Corriere della Sera revela que
Borges obtiene allí más votos como candidato al
premio Nóbel que Solzhenitsyn, a quien la academia Sueca
distinguiría ese año.
La repatriación de los restos
De acuerdo aun artículo escrito por Juan Gas parín
el 20 de junio del 99 en Clarín, "El Venerado por las
academias, los editores, los expertos, hasta el agotamiento de la
energía, ilustre y ciego, incapaz de valerse por sí
mismo y sabiéndose desahuciado, Borges partió a
morir a Ginebra a fines de 1985. El día de su muerte, el
14 de junio de 1986, siete meses no cumplidos después de
su partida, todo se desencadenó con la fluidez de las
últimas voluntades. No existe ninguna referencia de Borges
que acredite su decisión de descansar lejos de su patria;
por el contrario hay numerosas señales de que no se
imaginó en otro lugar que no fuera la Recoleta, junto a
sus antepasados. De hecho, apenas un año antes de partir
de Buenos Aires pidió un presupuesto para
la refacción de la bóveda familiar y sostuvo largos
diálogos sinceros con el constructor encargado del
trabajo, que revelaban la intención de Borges de que su
cuerpo descansara en la Recoleta. Esta controversia dio lugar a
una batalla legal que lleva y llevará seguramente
años".
Un grupo de
amigos, sin embargo, parece decidido a hacer valer las voluntades
que Borges expresó en su obra poética, en especial
en los últimos versos de La recoleta, de Fervor de Buenos
Aires, de 1923: "Estas cosas pensé en la Recoleta/ en el
lugar de mi ceniza". Pero sobre todo argumentan el documento
firmado por Borges en 1982, sobre su voluntad de ser cremado. En
1988 elevaron un pedido de exhumación y cremación
ante las autoridades municipales de Ginebra, con vistas a la
repatriación, negado por Kodama en tanto "última
compañera".
En su libro Borges, esplendor y derrota, la escritora
María Esther Vázquez dejó la más
sincera opinión sobre las manipulaciones que
enmarañaron los últimos años de su gran
amigo. Pero de los muchos que coinciden con ella ninguno
imitó su valentía de desafiar esa
institución de la viudez encarnada en María
Kodama-Borges.
El proyecto de la
repatriación de Borges encuentra el principal escollo en
la decisión de Kodama, quien ya lo impidió en 1988.
El casamiento con Borges está en el centro de toda la
polémica. Tanto Efrom como Sara hacen hincapié en
que, por no existir el divorcio ni en
la Argentina ni en Paraguay, Borges
hizo separaciones de bienes de su
primera esposa, Elsa Astete, pero nunca pudo divorciarse. Esto
motivó que Borges y Kodama tuvieran que recurrir a un
casamiento por procuración en la ignota localidad de
Colonia Rojas Silva, en Paraguay. Con
mala suerte, además, porque el encargado del
trámite habría sido un impostor tripartito, oriundo
del Cono Sur: un tal Gustavo Gramont Berres, también
conocido como Benjamín Levi Avzarradel, supuesto
cónsul paraguayo en Ginebra y actualmente preso en esa
ciudad por estafador. Un rufián con una trayectoria que
empalidece la galería de la Historia
Universal de la Infamia.
"Ellos nunca se casaron -sostienen Kriner y Efrom-. ¿Con
qué derecho se decidió el entierro en Ginebra?"
Cuando se les argumenta que la convivencia da atribuciones,
Kriner y Efrom aseguran que Borges y Kodama "nunca vivieron
juntos".
Es sabido que Kodama nunca vivió en el departamento de la
calle Maipú y que la convivencia se limitaba a los
viajes, a las
estadías de hotel en las que, de todos modos, siempre
usaban cuartos separados. Atosigado de premios, exhausto de
conferencias y aterrado por la soledad inválida tras
la muerte de
su madre, se sometió con docilidad. "Borges sólo
quería seguir escribiendo -dice una amiga, quien prefiere
el anonimato- Tenía pánico de la violencia
doméstica. Soportaba muchas cosas con tal de no hacer
barullo." Debido a este problema de invalidez matrimonial, Kodama
aparece en todos los documentos
judiciales argentinos como soltera, y, en el certificado de
defunción como "la última mujer con quien
convivió", a pesar de haber incorporado el apellido Borges
al suyo en sus giras por el exterior. Kodama no logró
cosechar la simpatía de ninguno de los que amaron a
Borges.
Ciertamente, el escritor Adolfo Bioy Casares, el más
íntimo y antiguo amigo de Borges, tuvo el tiempo y la
disposición, antes de morir en marzo del 99, de contar a
algunos allegados su visión de los hechos: no sólo
a María Esther Vásquez le contó que Borges
mismo no tenía interés en
ir a Ginebra sino que era la insistencia de Kodama por emigrar a
Suiza la que motivó la radicación en sus
últimos meses de vida. "Es ella la que me lleva", cuenta
Bioy que le oyó decir a Borges. Bioy y Borges dejaron de
verse totalmente. La desconexión se volvió
irrefutable en su última semana en la Argentina.
Pero el hecho más contundente fue que modificara su primer
testamento, del 28 de agosto de 1979, por uno nuevo, firmado seis
días antes de dejar el país, donde designó
"heredera universal de todos sus bienes,
dinero,
fondos(…) títulos y
valores, derechos de
autor, muebles, libros, objetos de arte,
manuscritos(…) a la buena amiga María Kodama". A su
hermana Norah le cedió su parte en propiedad de
la bóveda familiar de Recoleta. A su sobrino Miguel le
dejó los 16 tomos de Las mil y una noches en la
traducción de Burton. Y legó 2.500 australes, una
cifra insignificante, a "su fiel servidora" Epifania "Fanny"
Uveda, que lo acompañó cuatro décadas.
María Esther Vázquez observa que Borges
imaginó para su tumba "las dos estrictas fechas y el
olvido", en alusión a las de nacimiento y muerte. "La
tumba actual de Borges es un cambalache de cosas, hay
inscripciones en anglosajón, otra fantasiosa que dice "de
Ulrica a Javier Otálora" (en referencia al cuento Ulrica,
de El libro de arena). De lo que pidió Borges, nadie le
llevó el apunte.
En cuanto a ediciones, el deseo de Borges no fue respetado y
obras expurgadas por él, como El tamaño de mi
esperanza, volvieron a editarse. Pero aquí tallan otras
consideraciones: no conoceríamos a Kafka si su amigo Max
Brod hubiera respetado su deseo de quemar sus manuscritos.
En la soñada Ginebra, Borges tendría una
recaída en enero de 1986. El tumor maligno que se le
detectó en Buenos Aires se verificó en un
cáncer de hígado con metástasis.
La alcaldía de la ciudad le reconoció validez al
casamiento de María Kodama con Borges y aceptó su
petición como "última cónyuge". El 15 de
septiembre de 1988 Sara Kriner se presentó en las Pompas
Fúnebres Cantonales con la disposición de Borges
del 82 para ser cremado, con vistas a la repatriación. Las
autoridades compartieron con Kodama la oposición a su
exhumación. Como se puede ver aun después de muerto
Borges sigue suscitando polémica.
Morelis Gonzalo Vega (mgonzalo[arroba]cantv.net)
Agosto 2001-08-20 Casa de Los Artesanos. Librería El
Anaquel. Maracaibo-Venezuela.
El oro de los tigres
Es el amor.
Tendré que ocultarme o que huir.
Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño
atroz.
La hermosa máscara ha cambiado, pero como siempre es la
única. ¿De qué me servirán mis
talismanes: el ejercicio de las letras, la vaga erudición,
el aprendizaje
de las palabras que usó el áspero norte para cantar
sus mares sus espadas, la serena amistad, las
galerías de la biblioteca, las cosas comunes, los
hábitos, el joven amor de mi
madre, la sombra militar de mis muertos, la noche intemporal, el
sabor del sueño?
Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo.
Ya el cántaro se quiebra sobre
la fuente, ya el hombre se
levanta a la voz del ave, ya se han oscurecido los que miran por
las ventanas, pero la sombra no ha traído la paz.
Es, ya lo sé, el amor: la ansiedad y el alivio de
oír tu voz, la espera y la memoria, el
horror de vivir en lo sucesivo.
Es el amor con sus mitologías, con sus pequeñas
magias inútiles.
Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar.
ya los ejércitos me cercan, las hordas.
(esta habitación es irreal; ella no la ha visto.
El nombre de una mujer me delata.
Me duele una mujer en todo el cuerpo.
Los Justos
Un hombre que cultiva su jardín, como quería
Voltaire.
El que agradece que en la tierra haya
música.
El que descubre con placer una etimología.
Dos empleados que en un café
del Sur juegan un silencioso ajedrez.
El ceramista que premedita un color y una
forma.
El tipógrafo que compone bien esta página, que tal
vez no le agrada.
Una mujer y un hombre que leen los tercetos finales de cierto
canto.
El que acaricia a un animal dormido.
El que justifica o quiere justificar un mal que le han hecho.
El que agradece que en la tierra haya
Stevenson.
El que prefiere que los otros tengan razón.
Esas personas, que se ignoran, están salvando el
mundo.
Autor:
Morelis Gonzalo