- concepto
- morfemas
verbales. - perífrases
verbales. - clases de
verbos. - estilística de las formas
verbales. - sintagma verbal.
INTRODUCCION
Debido a que la literatura es muy rica
gramaticalmente, hemos tratado de acoplar y diseñar una
estructura que
permita al lector observar las diferentes formas del verbo, sus
accidentes, la
función
tan importante que desempeña que desempeña el mismo
en la oración, todo esto se encuentra en el contenido en
este escrito.
Aquí han de encontrarse consejos, demostraciones
y ejemplos prácticos que le permita al lector la
fácil compresión y análisis del tema. También se
muestra lo
fundamental que puede llegar a ser el verbo y su debido manejo en
nuestro desarrollo
lingüístico e integral como persona.
La palabra verbo no procede de la latina
<<Verbum>>, que en esa lengua
significaba <<Palabra>>, porque designa una clase de
palabras que funciona como núcleo de la oración y
es además la única palabra capaz de construir una
oración por si sola. El verbo es, pues, <<la
palabra por excelencia>>, y de ahí su nombre
como categoría. Su forma es muy variable, ya que
está constituida por un lexema y una desinencia que
comprende seis morfemas verbales: Persona, Numero, Tiempo, Modo,
Aspecto y Voz; Los Verbos Son Palabras Que Expresan
Acción, estado o
proceso.
1.1 EL SISTEMA
VERBAL.
Se entiende por sistema el conjunto de formas que
constituyen la conjugación, porque todas ellas se
relacionan entre sí por oposición entre alguno de
sus morfemas. Así, se puede hablar de oposición
entre: formas personales / formas no personales (o verboides),
entre presente / pasado / futuro, entre indicativo / subjuntivo,
entre primera persona / segunda / tercera, etc.
En el español el
sistema verbal está integrado por tres modelos de
conjugación. La primera corresponden los verbos a cuyo
lexema el infinitivo añade la terminación "ar"; la
segunda a los infinitivos que añaden la terminación
"er"; y la tercera a los infinitivos en "ir". Por ello, la
raíz o lexema, que aporta el significado fundamental de la
acción, se obtiene suprimiendo la terminación ar /
er / ir al infinitivo correspondiente. Por ejemplo: cantaste, de
cantar, raíz / cant; comías, de comer, raíz
/ com; partirás, de partir, raíz / part. El lexema
verbal puede presentar afijos (prefijos o sufijos) que maticen el
significado del lexema: llov / er, llov / vizn / ar; re / marc /
ar, etc. En cuanto la desinencia o terminación, contiene
todos los morfemas verbales, aunque no siempre se puedan separar
y a veces sólo son analizables por comparación de
unas formas verbales con otras: cant-aba-mos se opone a cant-aba
en persona y numero, a cant-are-mos en un tiempo y aspecto, y a
cant-ara-mos, en modo.
Elemento de la lengua que expresa las categorías
gramaticales. Los morfemas verbales pueden ser: De Persona,
Número, Modo, Tiempo, Voz, Aspecto.
2.1 PERSONAL.
Las personas de las formas verbales pueden
ser:
- Primera Persona: Cuando la acción la
realiza al hablante solo: "juego", y puede
acompañar el pronombre personal "yo" ; o el
hablante con otras personas: jugamos, con el pronombre
"nosotros / nosotras".
- Segunda persona: Realiza la acción el
oyente solo: "juegas" (tu) o el oyente con otras
personas distintas del hablante "juegaís"
(vosotros o vosotras).
- Tercera persona: Realiza la uno o varios
seres: "juega" (el, ella, el niño, la
niña). "juegan" (ellos, ellas, los niños, las niñas), o uno o varios
objetos (el libro, los
libros), que
no sean oyentes ni hablantes de la
comunicación.
2.2 NUMERO.
El número del verbo es una marca de
concordancia impuesta por el sujeto. Las formas verbales pueden
ir en singular: yo hablo o en plural: nosotros
hablamos. No presentan variaciones de número las
formas no personales o verboides del infinitivo y gerundio:
hablar, hablando. Los verbos unipersonales sólo
presentan formas verbales en singular, por su referencia nocional
de la impersonalidad: nieva, nevaba. A veces, aparecen
usos verbales que presentan una relación especial de
concordancia con el sujeto, el verbo puede aparecer en plural con
sujetos en singular: Eso son amores; este tipo de
discordancia es aceptada porque responde a razones de
significación o de sentido, porque, aunque el sujeto vaya
en singular tiene significado de plural.
2.3 MODO.
El morfema verbal de modo indica la actitud del
hablante ante el enunciado y significación verbal: la
actitud puede ser objetiva o subjetiva. Ésta puede
presentarse como un hecho cierto, o bien, considerar que su
realización será más o menos incierta,
virtual, hipotética, deseable, deseada, dudosa… Es una
categoría específica del verbo. Si el hablante
expresa la realidad de forma objetiva, sin tomar parte de ella,
utilizará el modo indicativo, el modo de la realidad:
Sergio estudia mucho; Hace calor;
Mañana iremos al cine. Si
el hablante participa en el enunciado, expresa de una forma
subjetiva deseo, duda, temor…, utilizará el modo
subjuntivo de la no realidad, de la representación mental:
Ojalá tenga suerte; Es posible que lo haga. La
gramática tradicional distingue cuatro
modos verbales: indicativo, subjuntivo, condicional e imperativo,
en realidad son dos los modos verbales: indicativo y subjuntivo,
que corresponden a la doble actitud posible del hablante ante el
enunciado: objetiva y subjetiva.
Los modos tradicionales imperativo y condicional no son
más que variantes del modo subjuntivo y del modo
indicativo: el imperativo del subjuntivo y el condicional del
indicativo.
El modo indicativo es el modo actualizador por
excelencia. Sus formas sitúan el acontecer en un lugar y
momento dados. Sus formas verbales expresan que el hablante
considera la acción o proceso como algo perteneciente a la
realidad, que posee existencia objetiva: El muchacho está
aquí. Había acudido mucho público.
Iré a tu casa hoy.
El modo subjuntivo es el modo de lo virtual,
ofrece la significación del verbo sin actualizar y a
él pertenecen las formas verbales con las que el hablante
considera la acción o proceso como algo irreal, como un
hecho que existe en su pensamiento
pero al que no puede atribuir fuera de éste, existencia
real con seguridad:
Espero que estés en casa; Ojalá lo hagas; Acaso
vaya.
El modo imperativo expresa mandato u orden,
función apelativa, se utiliza exclusivamente en
situación de discurso. El
mandato es la subjetivación del enunciado con matiz
significativo optativo en grado máximo, sólo se
utiliza en la segunda persona. Así, el imperativo queda
incluido por su significado verbal en el modo subjuntivo. En su
uso se confunde o alterna con el subjuntivo. El imperativo
sólo acepta forma afirmativa: Ven tú. Venid
vosotros. La forma negativa de mandato se expresa en presente
de subjuntivo: No lo hagáis. Para expresar mandatos
indirectos u órdenes referidas a otras personas
gramaticales, que no sea la segunda, se utiliza también el
presente de subjuntivo: Lo digan ellos.
El modo condicional es un tiempo verbal creado en
las lenguas románicas, no existía en latín.
Procede de la perífrasis latina del pretérito
imperfecto de indicativo + infinitivo: Amaría de amare
habebam. A lo largo de la historia de la lengua, el
condicional ha presentado vacilaciones significativas de uso e
incluso terminológicas. En principio, se denominó
modo potencial, por su significación hipotética o
posible: Me compraría un coche si pudiera; en la
actualidad la Real Academia Española lo denomina
condicional, por influjo de la gramática francesa y por
ser el tiempo característico de las
condicionales.
Por su significado, es un futuro hipotético,
indica siempre una acción futura respecto a otra. Se
incluye como variante de modo indicativo, porque el hablante lo
utiliza como expresión de una acción
real.
En el uso actual se sustituye o alterna con el
pretérito imperfecto de indicativo en las oraciones
condicionales: Si tuviera dinero, me
compraría una casa o me compraba una casa.
2.4 TIEMPO.
El tiempo es la categoría gramatical que ubica el
acontecer del verbo en el imaginario eje del tiempo natural o
real del hablante. Se trata de una categoría
deíctica. El tiempo es un concepto de
medida; el hablante necesita expresar la fecha de las acciones, o
comportamientos que expresa con el verbo, y para ello utiliza un
segmento imaginario, en el que el punto de partida es presente,
todo lo anterior es pasado y lo que queda por venir,
futuro.
La oposición básica se establece entre el
presente, el pasado y el futuro, acción simultánea,
anterior y posterior respectivamente al ahora del hablante. El
presente es puntual, pero en la conciencia del
hablante abarca lo que acaba de ser presente y es pasado y lo que
es todavía futuro, pero que va a ser presente de
inmediato. El hablante, la realidad que mejor conoce es la que ha
vivido, la que se ha dado en el pasado. La realidad del presente
la conoce, pero no la ha asimilado, y la realidad del futuro la
desconoce. Por eso, en la conjugación española hay
más tiempos verbales en el pasado que en el presente y en
el futuro.
Los tiempos verbales del modo indicativo son:
- Tiempos del presente: presente: amo,
temo, parto;
pretérito perfecto: he amado, he temido, he
partido.
- Tiempos de pasado: pretérito
imperfecto: amaba, temía, partía;
pretérito indefinido o pretérito perfecto simple:
amé, temí, partí;
condicional simple: amaría, temería,
partiría; pretérito pluscuamperfecto:
había amado, había temido, había
partido; pretérito anterior o con pretérito:
hube amado, hube temido, hube partido;
condicional compuesto: habría amado, habría
temido, habría partido.
- Tiempo del futuro: futuro simple:
amaré, temeré, partiré;
futuro compuesto: habré amado, habré temido,
habré partido.
2.5 VOZ.
La voz es la categoría gramatical que indica si
el sujeto realiza la acción, la recibe o la sufre. Hay dos
voces, activa y pasiva. La voz activa indica que el sujeto
gramatical coincide con el agente de la acción expresada
por el verbo, acción que se ejerce sobre un objeto: Pedro
compró una casa. En la voz pasiva, el sujeto no realiza la
acción, sino que la recibe o padece, el sujeto coincide
con el objeto. El agente puede estar especificado o no: La casa
fue comprada por Pedro. El verbo español ha perdido las
formas propias de la voz pasiva latina, para su expresión
se utiliza el verbo ser más el participio del verbo
conjugado, en concordancia con el sujeto: El león es
temido; Los leones son temidos. No existen, en español,
morfemas específicos de voz. Sólo admiten la voz
pasiva aquellos verbos que pueden usarse como verbos
transitivos.
Otra forma de expresión de la voz pasiva es la
pasiva refleja, que aparece en construcciones en voz activa con
el pronombre se y significado pasivo: Se abren las puertas de la
catedral a las diez. El sujeto gramatical las puertas recibe la
acción del verbo (abren: son abiertas). Se, morfema
indicativo de voz pasiva, indica que el sujeto gramatical debe
interpretarse como objetivo.
2.6 ASPECTO.
El aspecto es el morfema verbal que indica el tiempo
interno de la acción expresada por el verbo: Luis
amó, Luis amaba, nos indica si la acción verbal
ha acabado ya (amó), o si está en proceso o
desarrollo (amaba). El aspecto no supone, a diferencia de
la categoría tiempo, ubicación alguna, pero
sí tiene en cuenta, al considerar la acción
aislada, el factor temporal que subyace a su realización,
desarrollo y conclusión. Por ello, aunque no se confunden,
existe una relación entre ambas categorías. No
indica si la acción es presente, pasada o futura respecto
al momento del hablante, sino que indica la medición interna del proceso verbal con
referencia al término o transcurso del mismo proceso:
amó, amaba indican acciones que ya se han dado en
el pasado, pero amó indica que la acción ya
se había acabado en ese momento del pasado, y amaba
expresa que la acción seguía realizándose en
el pasado.
El aspecto verbal puede ser:
- Aspecto perfectivo el que indica que la
acción verbal se representa como acabada: Yo
amé. He terminado mis estudios.
- Aspecto imperfectivo indica que la
acción se representa en un proceso sin indicar si
éste ha acabado: Yo amo; Terminaré mis
estudios. En español el aspecto se expresa mediante
procedimientos
gramaticales, terminaciones verbales o léxicas,
perífrasis verbales: He estudiado (perfectivo) o
yo he de estudiar (imperfectivo). En español,
todos los tiempos simples, excepto el pretérito perfecto
simple, indican el aspecto imperfectivo, y, todos los tiempos
compuestos y el pretérito perfecto simple, el aspecto
perfectivo.
También las formas no personales o verboides
expresan aspecto perfectivo o imperfectivo:
Infinitivo simple: imperfectivo,
cantar;
Infinitivo compuesto: perfectivo, haber
cantado;
Gerundio simple: imperfectivo,
cantando;
Gerundio compuesto: perfectivo, habiendo
cantado;
Participio: perfectivo, cantado.
Las formas del subjuntivo presentan en el uso
lingüístico aspecto perfectivo e imperfectivo
indistintamente: Cuando hayas cumplido treinta años te
felicitaré (aspecto imperfectivo); Aunque hayas
estudiado mucho, no has aprobado ninguna asignatura (aspecto
perfectivo). Generalmente, las formas del subjuntivo expresan
deseo, duda, temor, indican tiempo de lo desconocido o del
futuro, y acciones imperfectivas: Ojalá vengas; Deseo
que vengan mis amigos. Las perífrasis verbales
indican el término o proceso de la acción expresada
por el verbo perifrástico: Las perífrasis de
infinitivo, indican aspecto imperfectivo: Tengo que trabajar;
Debía de estudiar más; las
perífrasis de gerundio, indican aspecto imperfectivo:
Iba leyendo los temas; Voy estudiando ciencias.
Las perífrasis de participio, indican aspecto perfectivo:
Yo tengo realizados los ejercicios; Yo tengo estudiados los
temas.
Son construcciones verbales formadas por un verbo
gramaticalizado o semigramaticalizado, conjugado en forma
personal, al que le sigue otro verbo en infinitivo, gerundio o
participio; entre estas formas verbales puede aparecer una
preposición o una conjunción.
3.1 FORMA.
La forma de las perífrasis verbales consta de un
verbo conjugado en forma personal, o gramaticalizado, más
preposición, conjunción o nada, más
infinitivo, participio o gerundio.
La primera forma verbal está gramaticalizada
porque en el contexto en el que aparece ha perdido su significado
habitual, quedándose convertida en un mero auxiliar de la
forma no personal o verboide que le sigue, a la que aporta un
significado modal o aspectual; indica la persona, el tiempo y el
modo. La forma no personal es la que tiene el contenido
semántico de la construcción. Todo el conjunto puede ser
sustituido por una forma conjugada del segundo verbo.
Tengo que lograrlo = lo lograré Trato de
consolarlo = lo consuelo
Nos echamos a reír = nos reímos Sigue
nevando = nieva
Estaremos viéndote = te veremos Tengo sabida la
lección = sé la lección.
Son perífrasis verbales las formas compuestas de
todos los verbos, las formas de la voz pasiva y las frases
verbales.
Entre la primera y la segunda forma verbal pueden
aparecer intercaladas, en ocasiones, algunas palabras: Te hubiera
rápidamente contestado si hubiera tenido un teléfono cerca; han sido efusivamente
aclamados; estamos de nuevo intentándolo.
3.2 FUNCIÓN.
La función de una perífrasis verbal es ser
núcleo del sintagma verbal de una oración o
proposición.
3.3 SIGNIFICACIÓN.
Para la significación de las perífrasis
verbales se establece la siguiente
clasificación:
3.3.1 PERÍFRASIS MODALES.
- De obligación: se concibe la acción
verbal como obligatoria para el sujeto; presenta las siguientes
formas:
Haber de + infinitivo: He de salir; Hemos de
ayudarlos.
Haber que + infinitivo: Hay que decírselo; Hay
que pensar antes de actuar.
Tener que + infinitivo: Tienen que convencerlo; Tuve
que ponerle suelas a los zapatos.
Deber + infinitivo: Debéis hacerlo; Deben acordar
las condiciones.
- De probabilidad o
duda: se concibe la acción verbal como suposición
o posibilidad; presenta las siguientes formas:
Deber de + infinitivo: Debe de ser médico o
enfermero; Deben de vivir en la misma ciudad.
Venir a + infinitivo: Vendrán a ser las seis de
la tarde; ¿Con esto vienes a decir lo mismo que
yo?
Tener que + infinitivo: Tal vez tenga que hacer lo
mismo; Quizá tuviera que tener más
amigos.
Poder + infinitivo: Podrían ser tres o cuatro
chiquillos; Probablemente pueda sernos útil.
Deber + infinitivo indica una obligación: debo
estudiar, mientras que deber de + infinitivo señala una
posibilidad o una suposición: debe de estar bueno cuando
ya viene a trabajar.
3.3.2 PERÍFRASIS ASPECTUALES.
Muestran el desarrollo de la acción
verbal:
- Ingresivas: la acción verbal está a
punto de ser realizada:
Ir a + infinitivo: Iba a decirlo; Mañana voy a
llamar a mis primos.
Pasar a + infinitivo: Paso a exponer el siguiente
tema; Ahora pase a explicar el proyecto.
Estar a punto de + infinitivo: Estoy a punto de
triunfar; Estás a punto de resolver el
problema.
- Incoactivas: se presenta la acción verbal en
su inicio:
Echarse a + infinitivo: Se echó a reír;
Nos echamos a temblar.
Ir a + infinitivo: No vayas a pensar esto.
Ponerse a + infinitivo: Se puso a pintar; Se pusieron a
imitar al jefe.
Romper a + infinitivo: Rompió a llorar; Apaga el
fuego cuando rompa a hervir.
Comenzar a + infinitivo: Aunque con esfuerzo,
comenzó a ascender en el trabajo;
Comenzaron a llegar.
- Durativas: la acción verbal se manifiesta en
pleno desarrollo:
Seguir + gerundio: Sigue pensándolo mismo;
Seguimos escuchando la música
que nos gusta.
Estar + gerundio: Estamos viviendo en Perú;
Está leyendo el mismo libro que yo.
Andar + gerundio: Anda molestando todo el día;
Siempre andáis danzando de un lado a otro.
Venir + gerundio: La historia viene siendo la misma;
Venimos observándolo desde hace un
año.
Llevar + gerundio: Lleva pensándolo desde ayer;
Lleva llamándote mucho tiempo.
- Resultativas: la acción se muestra ya
finalizada por completo:
Dejar + participio: Dejé dicho esto; Dejamos
encargado el regalo.
Estar + participio: Estoy asombrado por lo que oigo;
Estoy apartado de la política.
Llevar + participio: Llevamos cantadas cuatro
canciones; Llevas hecho medio trabajo.
Tener + participio: Tengo comprado el regalo; Tiene
realizado todo el trabajo.
Quedar + participio: Quedamos citados a las tres;
Quedó satisfecho con sus disculpas.
En algunas de estas construcciones, resulta
difícil saber si el participio forma parte de una
perífrasis verbal o si es un complemento predicativo;
dependerá del mayor o menor grado de
gramaticalización que presente la primera forma
verbal.
- Repetitivas: muestran el proceso de la acción
verbal repetido:
Volver a + infinitivo: Volvió a salir a la
calle; Volvamos a revisar la ortografía.
- Egresivas y terminativas: presentan la acción
verbal interrumpida o nada más ser
terminada.
Dejar de + infinitivo: Dejamos de frecuentar ese
ambiente;
Dejó de hacerse falsas ilusiones.
Acabar de + infinitivo: Acaban de llegar; Acabo de
recibir el telegrama.
Cesar de + infinitivo: Cesó de escribir al
enfermar; Cesaron de molestarme.
Terminar de + infinitivo: ¿Terminaste de
estudiar?; Termino de leer esto y te
acompaño.
- Habituales o consuetudinarias: la acción
verbal se realiza de forma reiterada:
Acostumbrar + infinitivo: Acostumbra tomar té;
Acostumbra salir pronto.
Soler + infinitivo: Solía ganar a las cartas; Suelo acostarme
pronto.
Desde un punto de vista formal los verbos pueden ser
regulares, irregulares y defectivos. Según criterios
morfosintácticos, los verbos se clasifican en verbos
auxiliares, plenos, copulativos, predicativos, transitivos,
intransitivos, pronominales, regulares, irregulares y defectivos,
y según su significado léxico en verbos perfectivos
e imperfectivos, incoativos, frecuentativos e
iterativos.
4.1 VERBOS REGULARES E IRREGULARES.
Los verbos regulares son los verbos que en las distintas
formas que pueden adoptar en su conjugación se ajustan
siempre a las formas del verbo que se toma como modelo en la
conjugación a la que pertenece. Saltar, partir,
amar.
Los verbos irregulares son aquellos que no siguen los
modelos clásicos de la conjugación, ya que
presentan alteraciones en la raíz o en el lexema: cuelo de
colar, debía ser colo; en el morfema o terminación:
anduve, de andar, debería ser andé, o en ambas
partes a la vez: puso, de poner, debería ser ponió.
Las irregularidades de las formas verbales están motivadas
por transformaciones fonéticas que han sufrido estas
formas a lo largo de la historia de la lengua, y que han llegado
a soluciones
múltiples, por lo que no es fácil agrupar las
irregularidades de los verbos españoles ni reducirlas a
reglas fijas. Se clasifican en verbos irregulares totales y
verbos irregulares parciales.
Los verbos irregulares totales son los que cambian
totalmente de forma en su conjugación. Son los verbos ir:
yo voy, tú ibas, él fue, y ser: nosotros somos,
vosotros erais, ellos fueron. Los verbos irregulares parciales
son los que cambian sólo en parte, en las distintas formas
que presentan en su conjugación, son todos los verbos
irregulares excepto ser e ir: anduvo, piensas, tuvo,
tendríamos.
4.1.1 IRREGULARIDADES MÁS
FRECUENTES.
Se suelen agrupar según tres modelos o grupos: modelo de
presente, modelo de pretérito y modelo de
futuro.
- Modelo de presente: Las irregularidades que
presenta un verbo en el presente de indicativo se dan,
también, en el presente de subjuntivo y en el
imperativo: apretar: aprieto, apriete y aprieta
tú.
Las irregularidades del modelo de presente consisten
en:
Diptongación de la vocal del lexema o
raíz: apretar, yo aprieto; poder, yo
puedo. Esta irregularidad es muy frecuente en los verbos
españoles, así: acertar, calentar, fregar,
comenzar, confesar, defender, encender, extender, gobernar,
manifestar, merendar, almorzar, mostrar, mover, oler, probar,
resolver, soñar, volar, volver…
Adición de consonante (n, z, y): venir, yo vengo;
producir, yo produzco. Otros verbos que presentan esta
irregularidad son: agradecer, apetecer, compadecer, conocer,
crecer, favorecer, merecer, nacer, perecer, tener, poner, valer,
concluir, destruir, influir…
Cierre de la vocal de la raíz, e pasa a i: Gemir,
yo gimo; servir, yo sirvo. Otros verbos: vestir, competir,
concebir, elegir, freír, medir, pedir, reír,
rendir, seguir, teñir…
- Modelo de pretérito: Las
irregularidades que presenta un verbo en el pretérito
indefinido se dan en el pretérito imperfecto y futuro
imperfecto de subjuntivo: andar: anduve, anduviera o anduviese,
anduviere.
Las irregularidades del modelo de pretérito son
cierre de la vocal de la raíz e que pasa a i, y o que pasa
a u: gemir, él gimió; servir, el
sirvió.
Uso de pretéritos fuertes: todos los verbos
regulares tienen sus pretéritos indefinidos acentuados en
la sílaba final, son pretéritos débiles:
canté, temí, partí. Los pretéritos
fuertes son los que llevan su acentuación en la
penúltima sílaba y son irregulares: tener, yo tuve;
haber, yo hube, y otros verbos como: andar, anduve; estar,
estuve; poder, pude; saber, supe; venir, vine; querer, quise;
traer, traje; conducir, conduje; decir, dije; hacer,
hice…
- Modelo de futuro: Las irregularidades que
presenta un verbo en el futuro imperfecto de indicativo se dan,
también, en el condicional simple: tener: tendré,
tendría. A continuación se señalan las
irregularidades más frecuentes en lengua
española.
Las irregularidades del modelo de futuro consisten en la
pérdida de la vocal pretónica: caber, yo
cabré; poder, yo podré…
Pérdida de vocal pretónica y aumento de
consonante: valer, yo valdré; salir, yo saldré;
venir, yo vendré; poner, yo pondré…
Pérdida de vocal y de consonante: hacer, yo
haré; decir, yo diré.
Además de estas irregularidades, los verbos
españoles presentan otras que suelen ser menos frecuentes:
decir, yo digo; caber, yo quepo; saber, yo sé. Hay otra
serie de verbos, los verbos irregulares aparentes, que presentan
en alguna de las formas de su conjugación alteraciones
gráficas que no responden a irregularidades
verbales, sino que corresponden al cumplimiento de las normas
ortográficas de nuestra lengua: toque, rece,
cace…
4.2 VERBOS DEFECTIVOS.
Los verbos defectivos no son verbos irregulares desde el
punto de vista formal, sino que carecen de algún tiempo o
persona; unas veces, por su especial significado, y otras, por
dificultades de pronunciación. Así, son defectivos
los verbos impersonales que, por su significación de
fenómenos atmosféricos o de naturaleza
sólo se utilizan en tercera persona de singular: amanecer,
anochecer, llover, nevar, tronar, granizar… Hay otros verbos
defectivos de uso frecuente: balbucir, balbucí; agredir,
agredió; abolir, abolió; transgredir,
transgredió; atañer, atañe; concernir,
concierne; soler, suele, solía, solió.
4.3 VERBOS AUXILIARES.
Los verbos auxiliares son los que han perdido o
debilitado su significado verbal, y se utilizan para la
conjugación de otros verbos como haber, que se
utiliza para la formación de los tiempos compuestos: he
comido, y ser, que se usa para la conjugación en voz
pasiva: Él era admirado. Otros se emplean en combinaciones
con formas no personales del verbo de significado pleno y forma
una perífrasis verbal o frase verbal que pueden ser
aspectuales: está durmiendo, volvió a
hablar.
4.4 VERBOS PLENOS.
Los verbos plenos son aquellos que poseen contenido
semántico pleno: comer, golpear, llorar,
dormir.
4.5 VERBOS COPULATIVOS.
Los verbos copulativos tienen como función servir
de nexo o unión entre el sujeto y un elemento nominal o
adjetivo, que le es atribuido: Luis es listo. Pedro es
arquitecto. Son los verbos ser y estar, aunque funcionan como
copulativos otros verbos: quedar, permanecer, encontrarse: El
niño se encuentra enfermo, La niña permanece
tranquila.
4.6 VERBOS PREDICATIVOS.
Los verbos predicativos son los que tienen significado
pleno y constituyen el núcleo sintáctico y
semántico del predicado: el perro duerme, el obrero
trabajaba.
4.7 VERBOS TRANSITIVOS E INTRANSITIVOS
.
Los verbos transitivos son aquellos que necesitan de un
objeto o complemento directo para completar su
significación: Juan come verduras.
Los verbos intransitivos son los que no necesitan un
complemento directo, tienen significado completo: Juan corre.
Aunque en el uso lingüístico, los verbos no son en
sí mismos transitivos o intransitivos, sino que se
denominan así, según su uso: Juan come patatas, uso
transitivo, y Juan come mucho, uso intransitivo. No obstante, hay
verbos que se utilizan casi siempre como intransitivos: vivir,
caminar, existir, nacer, morir. Y otros casi siempre
acompañados del complemento directo: hacer, tener, comer:
Yo hago secundaria. Hizo su trabajo; Él tiene calor;
Él comió chocolate.
4.8 VERBOS PRONOMINALES.
Los verbos pronominales son los que se construyen con
pronombres reflexivos, de igual persona que el sujeto del verbo:
marcharse, arrepentirse, avergonzarse, alegrarse, asombrarse… A
este grupo
pertenecen los verbos reflexivos, que los hay de dos tipos:
reflexivos formales, los que tienen forma reflexiva pero no
valor
reflexivo; la acción no recae sobre el sujeto que la
realiza: Juan se atreve; y reflexivos gramaticales, aquellos en
los que el sujeto es a la vez objeto de la acción:
lavarse, peinarse…: Sergio se lava. Daniel se peina. Verbos
recíprocos son los que implican a varios sujetos que
realizan la misma acción y la reciben mutuamente: Daniel y
Sergio se pelean
.4.9 VERBOS IMPERSONALES.
Los verbos impersonales son aquellos que carecen de
sujeto: Nieva, llueve, truena. Son los llamados verbos de
la naturaleza y también unipersonales, pues sólo se
utilizan en tercera persona de singular.
Según el modo de la acción, que es una
categoría semántica propia del verbo, que
caracteriza el proceso verbal desde el punto de vista de su
manera de acontecer los verbos se clasifican en: verbos
perfectivos e imperfectivos, incoativos, frecuentativos e
iterativos.
4.10 VERBOS SEGÚN SU MODO DE
ACCIÓN.
Según el modo de acción, que es una
categoría semántica propia del verbo y que
caracteriza el proceso verbal desde el punto de vista de su
manera de acontecer, los verbos se clasifican en perfectivos,
imperfectivos, incoativos, frecuentativos e
iterativos.
4.11 VERBOS PERFECTIVOS.
Los verbos perfectivos designan acciones o procesos que
requieren alcanzar su culminación para producirse como
tales: saltar, conducir, morir, nacer, abrir, cerrar; por
ejemplo, el significado de cerrar no se alcanza hasta que la
acción se completa.
4.12 VERBOS IMPERFECTIVOS.
Los verbos imperfectivos son aquellos que no necesitan
alcanzar su culminación para que la acción o
proceso tenga lugar o sea completa: andar, leer, nadar, dormir,
oír, pintar, por ejemplo, el significado de leer, encierra
un tránsito.
4.13 VERBOS INCOATIVOS.
Los verbos incoativos o ingresivos son los que marcan el
comienzo de una acción o comportamiento: amanecer, envejecer, palidecer,
iniciar. A veces, indican la duración de la acción
o comportamiento y presentan forma reflexiva: enfriarse,
calentarse, dormirse, enriquecerse…
4.14 VERBOS FRECUENTATIVOS.
Los verbos frecuentativos son los que indican una
acción frecuente o habitual: cortejar, merodear, tutear.
Suelen ir acompañados de procedimientos léxicos o
gramaticales que refuerzan el significado frecuente o habitual de
la acción verbal: Luis ‘tutea’ a menudo a sus
abuelos.
4.15 VERBOS ITERATIVOS.
Los verbos iterativos o reiterativos expresan acciones
compuestas de varios actos iguales y repetidos: golpear,
manosear, vagabundear, patear, besuquear.
5.
ESTILÍSTICA DE LAS FORMAS VERBALES.
Cada tiempo y modo del verbo tiene un valor
estilístico del que se sirve el hablante para expresar su
estado anímico, independiente del momento temporal real en
que pase la acción, aunque siempre ligado a los
significados de los tiempos y modos verbales.
5.1 MODO INDICATIVO.
El presente indica que la acción expresada
por el verbo se da en la época misma en que se habla: Luis
vive en Guadalajara; Sergio trabaja aquí. Puede presentar
matices temporales específicos:
- El presente puntual se refiere a nociones
momentáneas que se desarrollan en el momento presente
del hablante: dispara.
- El presente histórico indica hechos
pasados y que ya son historia, porque han ocurrido con
anterioridad: Colón descubre América en 1492. Es una forma
típica de los escritos de carácter
histórico y narrativo. El hablante intenta acercar y
revivir aquellos hechos ocurridos en el pasado.
- El presente por futuro expresa acciones que
van a ocurrir en un momento posterior: La semana próxima
empiezo a trabajar. El hablante expresa una convicción o
seguridad de que los hechos ocurrirán.
- El presente ingresivo indica acciones que
están a punto de realizarse: Ahora mismo
voy.
- El presente imperativo expresa obligatoriedad,
tiene valor de futuro, y es utilizado para expresar un mandato:
Tú te vas ahora de mi casa.
- El presente actual indica una acción
que se está realizando en el momento presente, y que se
amplía tanto hacia el pasado como hacia el futuro: Vivo
en Madrid.
- El presente habitual indica una
repetición de acciones o procesos que se dan en la
época del hablante: Me levanto a las ocho.
- El presente persistente no expresa
limitación temporal alguna, y se refiere a nociones o
valores
universales y eternos: La justicia es
necesaria.
- El presente gnómico aparece en
refranes, proverbios máximas…, que tienen valor no
sólo en el momento actual sino en cualquier tiempo: A
quien madruga, Dios le ayuda.
- El pretérito imperfecto indica la
duración en el pasado: Yo me iba cuando tú
llegaste. Expresa una acción inacabada, es como un
presente en el pasado. Se emplea en las narraciones y
descripciones y puede emplearse con valores
específicos.
- El pretérito imperfecto de
cortesía tiene valor de presente, y se utiliza para
expresar un ruego o pregunta a una persona con quien no se
tiene suficiente confianza: Quisiera pedirle su ayuda, en vez
de quiero pedirle…
- El pretérito imperfecto de
opinión tiene valor de presente, se utiliza en
enunciados de opinión: Yo creía que eso era otra
historia, en vez de yo creo…
- El pretérito imperfecto imaginativo
tiene valor de presente y se refiere a hechos imaginados o
soñados. Es muy utilizado en el lenguaje
popular y en el lenguaje
infantil: Yo me comía ahora mil pasteles.
- El pretérito imperfecto hipotético o
condicional se utiliza en las oraciones condicionales en
lugar del condicional, expresa una acción posible de ser
realizada: Si tuviera dinero, me compraba una casa.
- El pretérito perfecto simple o
pretérito indefinido indica una acción que ha
ocurrido en el pasado: llegué, vi… No expresa matices
significativos especiales, ya que expresa siempre hechos que
han ocurrido en el pasado, indica una acción pasada sin
ninguna conexión con el presente, la acción ha
terminado totalmente: El verano pasado estuve en la playa. Pero
en su uso lingüístico alterna y se confunde con el
pretérito perfecto compuesto.
- El futuro simple o imperfecto indica acciones
que se van a realizar: Iré a tu casa. Su valor
significativo indica imprecisión temporal y cierta
eventualidad, su uso es muy escaso en el lenguaje coloquial,
sobre todo en ciertas zonas de Latinoamérica, donde es desplazado con
frecuencia por formas del presente de indicativo y por la
perífrasis obligatoria de infinitivo: Pedro
llegará el lunes, Pedro llega el lunes, Pedro ha de
llegar el lunes. Entre los valores
específicos del futuro se encuentran:
- El futuro exhortativo expresa obligatoriedad o
mandato: No matarás.
- El futuro de cortesía lo utiliza el
hablante para suavizar la brusquedad de una petición:
Ustedes me dirán por díganme.
- El futuro de probabilidad indica duda,
incertidumbre: Serán las doce. ¿Quién
llamará a estas horas?
- El futuro de sorpresa tiene valor de presente,
sirve para expresar el asombro que produce alguna acción
o comportamiento: ¡Si será torpe este
muchacho!
- El futuro histórico tiene valor de
pasado, y lo utiliza el hablante para hacer referencia a un
hecho histórico anterior del que se va a informar, y
quiere adelantarlo: Lope de Vega nos ofrecerá en su
dramaturgia un gran avance histórico.
- El condicional simple indica una acción
futura e hipotética respecto a otra acción que
expresa posibilidad: Si estudiara, aprobaría. Es el
tiempo típico de las oraciones condicionales. Es
frecuente el uso del condicional como expresión de
cortesía y de opinión: Me gustaría
decirle… Quería pedirle un favor, o como valor de
probabilidad: Serían las diez.
- Los tiempos compuestos guardan una
relación significativa con los tiempos simples de los
que se derivan, y además del valor significativo
temporal que les es propio, suelen coincidir con los tiempos
simples correspondientes en los usos especiales:
- El pretérito perfecto expresa una
acción pasada pero que dura en el presente del hablante:
Hoy me he levantado temprano, se relaciona con el
pretérito perfecto simple. Modernamente, se tiende a
fundir los dos usos en uno, con predominio de una u otra
función verbal, según los hábitos
lingüísticos: en Madrid se prefiere el
pretérito perfecto y se emplea para significaciones que
antes correspondían al pretérito perfecto simple
o indefinido: El mes pasado me he comprado un coche, en parte
de Castilla y en gran parte de América, al contrario, se
usa el pretérito perfecto simple: Me compré una
casa el mes pasado. Aunque esta diferencia todavía se
mantiene entre escritores y gramáticos y en gran parte
en el norte de España.
- El pretérito pluscuamperfecto expresa
tiempo pasado, su acción se presenta como anterior a
otra acción también pasada: Cuando llegaron, ya
había hecho la comida. La acción había
hecho es anterior a la acción, también pasada,
llegaron.
- El pretérito anterior se usa muy poco
en la lengua escrita y ha dejado de usarse en la lengua
hablada. Es un tiempo relativo (antepretérito) y expresa
una acción inmediatamente anterior a otra pasada, por lo
que su significación temporal no es apreciada en la
conciencia del hablante. Ha sido sustituido por el
pretérito indefinido o por el pretérito
pluscuamperfecto en casi todos los usos y sólo quedan
algunas formas en la lengua literaria: Apenas hubo amanecido,
se fue.
- El futuro perfecto expresa acción
futura y acabada, anterior a otra acción futura: Cuando
vengáis ya habré ordenado todo. Puede trasladarse
al pasado, para indicar una conjetura, la probabilidad de que
haya ocurrido la acción: Supongo que habrá
llegado.
- El condicional compuesto se emplea para
indicar una acción futura respecto de un momento del
pasado, pero anterior a otro momento que se señala en la
oración: Me dijo que cuando yo llegara a casa, ya me
habría enviado el paquete; la acción
habría enviado es futuro con relación a dijo,
pero anterior a llegara. Puede indicar también conjetura
o probabilidad en el pasado: En aquel tiempo, él ya
había cumplido treinta años.
5.2 MODO SUBJUNTIVO.
El presente puede referirse indistintamente a un
tiempo presente: Es preciso que te vayas, o futuro: Es necesario
que vayas mañana a clase. Nunca se refiere al tiempo
pasado.
- El pretérito imperfecto puede indicar
presente: Aquí estoy porque si no lo hiciera, te
enfadarías; futuro: Me dijeron, que volviera el lunes, y
pretérito o pasado: Quedó en llamarme, lo que
hizo que me pasara todo el día esperando.
- El pretérito perfecto expresa una
acción perfecta realizada en una unidad de tiempo que
incluye pasado o futuro, pero en la que se siente instalado el
hablante: Espero que hayas escrito esa carta (pasado).
Cuando la hayas escrito, dímelo (futuro).
- El pretérito pluscuamperfecto indica
una acción perfecta y pasada, realizada en una unidad de
tiempo que ya ha concluido para el hablante: Raro sería
que tú no hubieras protestado.
- El futuro imperfecto y el perfecto expresan la
eventualidad. Se diferencian porque el futuro imperfecto amare
señala aspecto imperfectivo, en oposición al
futuro perfecto hubiere amado, que implica el final de la
acción. Ambas formas han sido desplazadas por otras, en
el español actual, aunque se emplean en textos
jurídicos y administrativos. Su uso actual está
presente en ciertas zonas de América.
6. SINTAGMA VERBAL.
Es el segundo constituyente de la oración
gramatical, su núcleo es el verbo en función de
predicado y a él se refieren, directa o indirectamente,
todos los complementos que forman el sintagma verbal.
FORMA
El núcleo del predicado verbal es un verbo predicativo,
que tiene contenido semántico pleno; si tiene otros
elementos adyacentes, son los complementos del verbo. Estos
complementos pueden ser sintagmas nominales, adjetivos,
preposicionales o adverbiales.
Los verbos que llevan un complemento directo que
complementa su significación, son verbos transitivos, y
son verbos intransitivos cuando poseen una significación
completa, cerrada en sí misma, que no requiere de
complemento directo: Sergio enseñó el traje
(complemento directo). Luis duerme mucho; aunque ambos llevan o
pueden llevar otros complementos verbales. Complemento indirecto
indica a quién va dirigida la acción del verbo:
Compré una casa a Carlos o para Carlos, el uso de las
preposiciones a o para en este ejemplo varía el
significado de la oración. Complemento de régimen o
suplemento, su uso es imprescindible para la comprensión
de algunos verbos: Creo en vosotros; Habla de ello. Complementos
circunstanciales, formados por sintagmas preposicionales: Sergio
juega en la calle, con sus amigos, por las tardes; o por
sintagmas nominales: Todos los días, esta semana; o por
sintagmas adverbiales: Lo hice ayer; Estoy aquí. Pueden
indicar lugar: Vivimos en Madrid; tiempo: Iré el martes;
modo: Escribe con cuidado; materia: El
pan se hace con harina; instrumento: Corta el pan con cuchillo;
compañía: Saldré con Sergio; cantidad: Te lo
dije dos veces; finalidad: Estudié para
médico.
Predicado nominal, su núcleo sintáctico es
un verbo, pero desde el punto de vista semántico, lo
atribuido es una cualidad o característica expresada por
un elemento nominal o adjetivo, que califica o clasifica al
sujeto; el verbo sirve de enlace entre el sujeto y el atributo. A
estos verbos se les llama copulativos, son verbos carentes de
significado pleno: El perro es un animal; La casa estaba
vacía; Sergio es agradable.
El sintagma nominal precede siempre al sintagma verbal
en la estructura profunda: Ese chico te está mirando, pero
estos elementos pueden invertirse en la estructura superficial:
Te está mirando ese chico. El orden de las palabras dentro
del sintagma y el orden de los sintagmas dentro de la
oración depende de cada hablante, de sus predilecciones.
Una misma persona emplea diferente orden de palabras según
el oyente a quien se dirija, su intención expresiva o la
intensidad de los sentimientos expresados. La posición del
sintagma nominal con respecto al sintagma verbal puede seguir
varios órdenes. Orden lógico: el sintagma nominal
va en primer lugar, seguido del sintagma verbal, corresponde a la
estructura profunda: Ese chico te está mirando. Orden
invertido: sintagma verbal antepuesto, interesa marcar
anticipadamente la acción verbal: Te está mirando
ese chico. Orden rítmico: muy frecuente en la poesía
y con el fin de destacar unas palabras determinadas: Allí
estaban, en la plazuela, los muchachos. Orden impulsivo, se
coloca en primer lugar el sintagma verbal, porque lo que importa
es recalcar la acción, como expresión de
sentimientos: ¡Qué te mira ese chico!
CONTRERAS