Resumen
El tema de la presente investigación es: La influencia que tienen
los padres en el desarrollo de
los preescolares; con el propósito de analizar la
influencia los distintos tipos de paternidad en el desarrollo
cognoscitivo y socio-emocional en estos niños. Las
fuentes
consultadas pertenecen al área del desarrollo
infantil, de la familia, de
psicología
social, y varias teorías
como la de Piaget,
Erickson y Freud.
Los padres juegan un papel
importante en el desarrollo de
sus hijos, los cuales aprenderán de ellos lo que es
apropiado y esperado por la sociedad, a su
vez cada padre actuará de manera diferente. Baurmind
clasificó las diferentes posturas que toman los padres a
la hora de la crianza en tres: padres autoritarios, permisivos y
democráticos.
Como conclusión central se plantea que los padres
autoritarios y permisivos retrasan el desarrollo cognoscitivo y
socio-emocional de los hijos; los padres autoritarios reprimen la
capacidad de iniciativa y creatividad,
convirtiéndolos en niños reprimidos, callados e
inseguros. Los padres permisivos los convierten en agresivos, con
bajos logros escolares, dependientes y en ocasiones llegan a la
delincuencia.
Por otra parta los padres democráticos forman niños
seguros,
independientes, adaptados socialmente y exitosos.
Introducción
Actualmente la madre y el padre juegan un papel activo
en el desarrollo cognoscitivo y socio-emocional de sus hijos; el
padre es visto como el agente socializador, como el ejemplo a
seguir por sus hijos y a través de él ocurre la
tipificación de género; la madres son las
encargadas de los cuidados, de la alimentación, de la
estabilidad emocional, fomentan o retrazan la competencia de
los niños y las niñas aprenden los papeles de
género.
Los distintos tipos de paternidad (autoritarios,
permisivos y democraticos) son diferentes tipos de crianza,
comportamientos o actitudes que
toman los padres hacia sus hijos y traen consecuencias que pueden
ser negativas o positivas,dejando secuelas durante toda la
vida.
El acto de crianza paterna, es un elemento fundamental
para el desarrollo de toda persona; hasta
mediados de este siglo el hombre
jugaba en la sociedad un
papel
autoritario y d sostén económico. Sin embargo
actualmente se empieza a experimentar un cambio, ya que
los padres maduros tiene un mayor interés en
involucrarse en la esfera emocional, educativa y de
atención a sus hijos.
Afortunadamente cada día más hombres
adquieren conciencia sobre
la responsabilidad de ser padres y comienzan a
experimentar una bella sensación desde el momento mismo
que saben que van atener un hijo.
Desarrollo Cognoscitivo en la Etapa
Preescolar
Los niños entre dos y cinco años
atraviezan la etapa preescolar,
comienza el desarrollo en la manera de pensar, razonar y resolver
los problemas
(Harvey, 1978). Muchos son los teóricos que hablan sobre
el desarrollo cognoscitivo, siendo Piaget uno de
los más influyentes (Papalia y Wendkos Olds,
1992).
Características de la Etapa
preescolar
Jerome Bruner, sugiere que existen tres formas donde el
niño puede usar los símbolos para representar
objetos o sucesos, estas representaciones pueden ser:
activada, icónica y simbólica (en Faw,
1981).
La representación activada, es la forma
más simple de las tres, ya que el niño usa una
respuesta motora para representar un suceso u objeto. La
representación icónica, son cuadros y esquemas
mentales de un objeto o suceso que no está presente.
Aunque no está estimulado por la habilidad motora,
está limitada a objetos o sucesos concretos. En la
representación simbólica, el símbolo tiene
relación directa con el objeto o suceso que simboliza, y
no está limitada a los objetos o sucesos con los cuales ha
tenido contacto sensorial o motor el
niño, pudiendo ser posible representar conceptos
abstractos (Faw, 1981).
Papalia y Wendkos Olds (1992) definen el concepto de
función simbólica como una habilidad para usar
representaciones mentales, a las que el niño les ha dado
un significado, ya sea consciente o inconscientemente. Piaget (1967)
señalo que al no haber representaciones sensoriales,
deberían existir representaciones mentales, las cuales
clasificó como símbolos y signos; los
símbolos son representaciones mentales personales
(idiosincráticas) de una experiencia sensorial y los
signos son algo más abstracto, como una palabra o un
número, y no necesitan tener una connotación
sensorial. Piaget (1951)
llamó significados a los símbolos y a los signos y
significantes a lo que representen para determinado
niño.
Según Fein (1981) cuando los niños usan
símbolos, sus procesos de
pensamiento se
vuelven más complejos y aparece el juego
simbólico que ayuda al niño en dos formas: 1-) a
ser más sensible ante los sentimientos y puntos de vista
de otros, 2-) a entender cómo un objeto cambia de forma y
pese a ello sige siendo el mismo.
Según Papalia y Wenkos Olds (1992) los
niños manifiestan la función simbólica de
tres maneras: por medio de la imitación diferida, el
juego
simbólico y el lenguaje.
La imitación diferida, es la imitación de
una acción que el niño ha visto, la cual realiza
después de un tiempo,
aún cuando ya no la pueda ver.
En el juego
simbólico, los niños hacen que un objeto represente
algo más. Por ejemplo usar un trozo de madera como
una navaja de afeitar.
Adquieren la capacidad para usar el lenguaje en
la representación objetos o eventos ausentes.
Según Ginsburg y Opper (1982), a través del
lenguaje el
niño da un indicio de que comienza a razonar con
éxito siempre y cuando no implique ir más
allá de los acontecimientos pasados. Según Papalia
y Wendkos Olds (1992) los niños pueden dar y seguir
órdenes sencillas y nombrar cosas familiares, pueden
definir palabras sencillas y conocen algunos antónimos,
conjunciones, preposiciones y artículos, pero aún
generalizan demasiado las reglas de lingüística.
Según Faw (1981), el vocabulario del niño en esta
etapa puede consistir tanto de las palabras que conoce el
niño y aquellas que oyen y repiten aún sin
reconocer el significado.
Conceptos del niño
Faw (1981) realizó una descripción de las
características de los conceptos que tienen
los niños en el etapa preescolar.
Los cuales son: Simplismo, idiosíncratico, irrealismo ,
inaccesibilidad y absolutismo.
Simplismo significa inhabilidad para atender
simultáneamente a más de unas pocas
dimensiones.
Idisincrático significa que algunos conceptos del
niño son únicos y dificilmente son entendidos por
la sociedad.
Según Ginsburg y Opper (1982) los conceptos de los
niños, son preconceptos, a veces son demasiados generales
o demasiados específicos.
Irrealismo significa que los niños usan los
conceptos que aprueba la sociedad, pero
los tienen muy pobremente definidos y en ocasiones pueden
distorsionar su significado.
Absolutismo significa que el niño en la etapa
preescolar,
maneja conceptos de manera absoluta, el cree que un objeto o un
hecho representa un concepto y que
este no puede representar otro al mismo tiempo.
El preescolar, es
inaccesible ya que puede actuar espontáneamente, como si
sus acciones
fueran guiadas por un concepto, pero
después es imposible que describan el concepto que
utilizaron.
Logros y limitaciones de la Etapa
Preescolar
Papalia y Wendkos Olds (1992) describen dos logros en la
etapa preescolar que
son: la comprensión de identidades y la
comprensión de funciones.
La comprensión de identidades se refiere a que el
niño comprende, que ciertas cosas permanecen iguales a
pesar de que puedan cambiar en forma, tamaño y apariencia.
Un niño se da cuenta, que seguirá siendo
niño aunque se ponga ropa femenina. Craig (1994)
llamó a esto distinción de la ficción y
realidad, porque ya el niño distingue lo que es y lo que
no es; por ejemplo: una piedra con forma de esponja, el
niño ya en esta etapa puede darse cuenta que es una piedra
pero con forma de esponja y no sentirse confundido .
La comprensión de funciones se
refiere a que el niño entiende de manera general
relaciones básicas entre dos eventos; por
ejemplo cuando sabe que si golpea ligeramente el interruptor de
luz se prende
y cuando pone una película en el video, puede
verla, pero aún no captan el echo de que un evento origine
otro.
Papalia y Wendkos Olds (1992) y Faw (1981) hablan acerca
de las limitaciones de la etapa preescolar. Según Papalia
y Wendkos Olds, los niños son egocéntricos,
tienen centralización, irreversibilidad, pensamiento
transductivo y atención a estados antes que
transformaciones. Faw (1981) amplia un poco más
incluyendo todas las limitaciones se señalan anteriormente
incrementando 4 categorías, las cuales son: animismo,
realismo,
cocreción y dominancia perceptual.
Los niños son egocéntricos, porque no son
capaces de ver las cosas desde otro punto de vista que no sea el
suyo (Papalia y Wendkos Olds, 1992). Según Piaget (1967)
egocentrismo no significa egoísmo y no implica un juicio
moral, sino
que a menudo suponen que los demás comparten sus
sentimientos, reacciones y percepciones. Según (Papalia y
Wendkos Olds, 1992) los niños no son tan
egocéntricos como Piaget pensaba, ya que varios experimentos
muestran lo contrario; un niño de cuatro años
cambia la manera de hablar cuando se dirige a uno de dos
años utilizando enunciados sencillos e inclusive ante de
los dos años los niños muestran juguetes a un
adulto volteando el frente del juguete hacia la otra persona. Faw
(1981) describe al niño egocéntrico, como aquel que
ve al mundo a través de sus ojos.
La centralización se refiere a que el niño
enfoca la atención a un aspecto de la situación y
deja de lado otros. Como resultado de esto, su razonamiento es
ilógico, ya que no pueden descentrarse a pensar en varios
aspectos de una situación al mismo tiempo (Papalia y
Wendkos Olds, 1992). Según Piaget (1951) los niños
no son capaces de pensar en forma lógica,
porque su pensamiento
está ligado a la percepción. Para comprobar esta
limitación realizó experimentos de
conservación. La conservación es la conciencia de que
dos cosas iguales en cantidad, permanecen iguales si se altera su
forma siempre y cuando no se le añada o quite algo. La
centralización es la concentración en un aspecto de
una situación, que puede ser física, de un objeto
o suceso y puede ser temporal, tal como atender sólo un
instante(Faw, 1981).
La irreversibilidad se refiere a que el niño no
puede retroceder los pasos en el pensamiento
(Faw, 1981), por ejemplo: no entiende que se puede verter
agua de un
vaso a otro y viceversa, no puede imaginarse restituyendo
el estado
original del agua
vertiéndola de nuevo al vaso donde estaba (Papalia y
Wendkos Olds, 1992).
El razonamiento transductivo, se refiere a que el
niño no razona de forma deductiva o inductiva sino que va
de un evento particular a otro particular, sin tener en cuenta lo
general. Este razonamiento no incluye la lógica
abstracta y cuando lo utiliza para formar principios
generales, a menudo resulta un error; un ejemplo de esto es un
niño que desea que su hermana se enferme y al otro
día ella se enferma, el niño ve una relación
entre sus pensamientos malos y la enfermedad de su hermana, es
decir, atribuye una relación de causa y efecto a dos
eventos no
relacionados (Papalia y Wendkos Olds, 1992). Según Faw
(1981) en el pensamiento
transductivo el niño razona que si dos hechos concretos
han ocurrido juntos en el pasado, ellos siempre van a ocurrir en
el futuro. También piensa que existe una interferencia
emocional en el razonamiento, que se refiere a que éste
puede ser distorsionado por una necesidad personal o por un
motivo muy específico.
La centralización en estados antes que en
transformaciones, se refiere a que el niño no fija la
atención en la transición del objeto de un estado a otro,
sino que piensa en la forma como son las cosas ahora y algunos
piensan en como fueron o podrán ser (Faw,
1981).
"La etapa preescolar es como una tira de
película: un cuadro estático después de
otro. Los niños prestan atención a estados
sucesivos y no pueden entender las transformaciones de un
estado a otro"
(Papalia y Wendkos Olds, 1992, p. 316)
La dominancia perceptual señala que la
centración del niño es dirigida con frecuencia, por
las propiedades físicas de un objeto o
situación.
La concreción se refiere, a que el niño
puede pensar en amor y
justicia, pero
aún no puede hacer un juicio respecto a estos conceptos
porque implica un razonamiento abstracto que según Piaget
(1967) no se da hasta en este momento cuando el niño es
muy rígido en sus conceptos.
El realismo
señala que el niño no puede distinguir entre el
sueño, la fantasía y la realidad; por ejemplo: el
niño puede pensar que los fantasmas existen y que las
historias cobran vida.
El animismo se refiere a la tendencia de dotar de vida a
todos los objetos; por ejemplo: el niño puede imaginar que
sus juguetes tienen sueños, hambre o están
enfermos.(Faw, 1981)
Memoria
Según faw (1981) a los dos años el
niño tiene desarrollada la memoria, y
divide esta capacidad en: memoria sensorial, memoria a corto y
memoria a
largo plazo.
La memoria sensorial
se encarga de seleccionar la información que entra a los sentidos para
someterla a procesamiento ulterior (Morris, 1992), no hay
evidencia de que con el aumento de edad, haya un incremento del
tiempo que
permanece la información, en este tipo de memoria no existe
diferencia entre un niño de 5 años y un
adulto.
La memoria a corto
plazo es la encargada de procesar durante breve tiempo la
información (Morris, 1992), y la capacidad
básica no cambia con el desarrollo, sin embargo la
capacidad que tiene esta memoria puede ser usada dependiendo de
las estrategias
individuales.
La Memoria a largo plazo es: Parte de la memoria
más o menos permanente y que corresponde a todo cuanto
sabemos (Morris, 1992). Los niños entre los dos y los
cuatro años, usan estrategias
organizacionales pobres, ya a los 4 años pueden organizar
la información que necesitan recordar, pero
usando las propiedades físicas de los objetos y no
conceptos abstractos.
Existen 2 tipos de deficiencias en la memoria a
largo plazo. La deficiencia de producción
espontánea que consiste en que los niños de
4 y 5 años aún no utilizan espontáneamente
estrategias de
repetición y la deficiencia de mediación
consiste en que los niños no usan estrategias de
repetición.
Nelson (1981) realizó varios experimentos con
el objetivo de
descubrir qué es lo que pasa en la primera infancia,
qué hace los recuerdos tan perdurables y encontró
que los niños en la primera infancia o
etapa preescolar, tienen memoria autobiográfica, que es la
encargada de almacenar los eventos
específicos de la vida desde temprana edad; este tipo de
memoria no es premeditada, algunos recuerdos son transitorios,
los hechos únicos y comunes, los recuperan con mayor
facilidad.
Desarrollo Social en la Etapa
Preescolar
La socialización es un proceso
mediante el cual los miembros maduros de la sociedad, como
padres y profesores, moldean la conducta de los
niños, al permitirles una participación y
contribución en la sociedad (Woolfolk, 1996). Según
Watson (1977) la socialización es un medio por el que se
adquieren los modelos de
conducta
convencionales, es un proceso de
aprendizaje.
Gracias a la socialización el niño aprenden los
modales y las costumbres de la familia,
los vecinos, la comunidad y todo
el grupo social
en el que se desarrolla. El niño en la etapa preescolar
empieza a modificar su conducta para
cumplir las normas esperadas
por la sociedad (Cohen, 1971). Existen diversos agentes de
socialización, en los primeros años la familia
constituye el centro de la socialización, aunque
también participan en este proceso los
maestros, los compañeros, la glesia, la TV,
etc.
Según Santrock y Yussen (1978) la escuela es una da
las influencias sociales más importantes en el desarrollo
de los niños.
El desarrollo social
se caracteriza por los cambios de los niños a medida que
crecen, han de resolver ciertas cuestiones en cuanto a sus
relaciones con los demás. En la primera infancia,
desarrollan el yo social que es producto de
aprender a relacionarse con los demás y a definirse en ese
trato o relación. La primera problemática que
enfrentan es si realmente están listos para formar
relaciones íntimas con los demás ya que deben
aprender a interactuar con ellos para poder
desarrollar una alta autoestima
(Faw, 1981). Los preescolares están muy ocupados
ordenando, clasificando y luchando para encontrar significado en
el mundo social, del mismo modo que lo están haciendo en
el mundo de los objetos. El proceso de
socialización en la primera infancia, se
da cuando los niños aprenden los papeles de
género, los comportamientos y actitudes, que
una cultura
considera apropiado para los hombres y mujeres (Papalia y Wendkos
Olds, 1992). Según Faw (1981) los roles de los padres
influyen de manera importante en la tipificación
sexual que ocurre con el padre del mismo sexo,
especialmente cuando cuida a su hijo y posee las características que lo hacen a él o
ella un individuo que posiblemente será
imitado.
Según Erickson (1963) los aspectos sociales son
más importantes que los sexuales y la crisis que se
da en esta etapa es la de iniciativa vs culpabilidad,
donde el niño tiene que marcar una división entre
la parte de la
personalidad que permanece niño, lleno de
alegría y de deseo de probar nuevas cosas y la parte que
se está volviendo adulta. Los niños que aprenden a
regular estos propósitos conflictivos desarrollan la
virtud del propósito, el valor de
prever y perseguir metas, sin estar inhibidos por la culpa y el
miedo al castigo.
Los psicólogos han ideado varias teorías
para explicar como se socializan los seres humanos. Entre ellas
se encuentran: la teoría
psicoanalítica, la teoría
del desarrollo cognoscitivo, la teoría
del aprendizaje
social y la teoría
etológica (Faw, 1981).
La teoría
Psicoanalítica, explica la socialización a
través del proceso de
identificación, que es el resultado de la solución
de los complejos de Edipo y Electra. Según Freud la
identificación surge cuando el niño reprime la idea
de poseer al padre del otro sexo y se
identifica con el del mismo sexo, a quien
ve como agresor. Esto conduce a que el superego se desarrolle y
el niño entre en la etapa de latencia (Woolfolk,
1996).
La teoría del aprendizaje
social señala, que la conducta humana
es aprendida, según las oportunidades y experiencias
proporcionadas por su ambiente. La
conducta social y
las reglas sociales son aprendidas, a través, de la
observación al atender lo que otros dicen y
observan las consecuencias de sus acciones.
La teoría cognoscitiva, explica que los
niños juegan un papel activo
en su propia socialización, el efecto de cualquier
experiencia de socialización depende de como el
niño percibe o interpreta la experiencia.
La teoría etológica expone que estamos
predispuestos biológicamente a aprender ciertos patrones
de conducta debido a
sus valores
adaptativos. Esta teoría subraya que no se puede ignorar
el papel que
juegan las presiones evolutivas durante el desarrollo del ser
humano especialmente en la formación de la conducta
social.
juego
Según Watson (1977), a medida que comienza la
niñez, los agentes de socialización aumentan en
número, los niños de la vecindad y los
compañeros preescolares juegan un papel importante en la
socialización (Papalia y Wendkos Olds, 1997),
también son importantes los adultos que están al
cuidado de los niños en este proceso de
socialización, pero son los amigos, o compañeros de
juego los que
más influyen.
El juego,
según Papalia y Wendkos Olds (1997), puede verse desde
distintos puntos de vista, los niños tienen diferentes
maneras de jugar y juegan a muchas cosas. Al considerar el juego,
como una actividad social, los investigadores evalúan la
competencia
social de los niños por la manera como juegan ya que el
juego social revela el alcance de la interacción con otros
niños.
Existen niños que no utilizan el juego social,
pero esto no quiere decir sean inmaduros, sino que necesitan
estar solos para concentrarse en tareas y problemas;
algunos niños bien ajustados simplemente, disfrutan
más las actividades no sociales que las actividades de
grupo (Papalia
y Wendkos Olds, 1992).
Parten clasificó el juego social en tres formas
diferentes, que incluye: el juego paralelo, el juego
asociativo y el juego cooperativo (en Faw, 1981).
El juego paralelo, es característico de los niños de 2
años y consisten en que a ellos le gusta jugar en
compañía de otros niños, pero no interactuan
entre sí, sino que es como un juego
egocéntrico.
En el juego asociativo, juegan 2 ó 3 niños
con el mismo material, pero cada uno le da un uso diferente,
conduciendo en ocasiones disputas entre los
niños.
El juego cooperativo consiste en que los niños
realizan actividades, que requieren acciones
coordinadas, esta forma de juego se da alrededor de los 4
años.
Papalia y Wendkos Olds (1992) clasificó por
etapas el juego social en la primera infancia. El
primer tipo de juego que se da es el comportamiento
ocioso, después el comportamiento
espectador, el juego solitario independiente, la actividad
paralela,el juego asociativo y por último juego de
cooperación o de organización suplementaria.
En el comportamiento
ocioso, el niño aparentemente no está jugando, pero
se ocupa de observar cualquier cosa que le parezca de interés en
ese momento y cuando no ocurre nada emocionante juega con su
propio cuerpo.
En el comportamiento
espectador el niño pasa la mayor parte del tiempo mirando
jugar a los otros niños, habla con los niños que
está observando, hace preguntas o sugerencias pero, no
hace ningún esfuerzo por acercarse a ellos y jugar
abiertamente.
El juego solitario independiente se caracteriza porque
el niño se divierte jugando solo y en forma independiente,
con juguetes diferentes de los que usan los niños que
están jugando cerca de él y no hace ningún
esfuerzo por acercarse a otros niños.
La actividad paralela se refiere a que el niño
juega independientemente, pero la actividad que escoge lo lleva
de manera natural a los otros niños. Juega cerca de, pero
no con los otros niños, y no hay un intento por controlar
la entrada o la salida de los niños del grupo.
En el juego asociativo el niño juega ya con otros
niños, todos los miembros participan en actividades
similares, pero no idénticas; no hay distribución de las tareas y no hay
organización de la actividad que
están realizando.
Él juego de cooperación, consiste en que
el niño ya juega con un grupo que
esté organizado, con el propósito de crear
algún producto
material, puede consistir en esforzarse por alcanzar alguna meta
competitiva, dramatizar situaciones de la vida adulta y de
grupo o
participar en juegos
formales.
Para concluir Papalia y Wendkos Olds (1992)
señala que hay diferencias individuales en los
niños, mientras unos pueden participar en juegos menos
sociales, otros pueden preferir los juegos
más sociales.
Agresión
En la primera infancia se desarrolla la agresión
que va acompañada de patadas, golpes y lanzamientos. La
agresión se puede dividir en agresión
hostil, que es un comportamiento
para causarle dolor a otra persona y la
agresión instrumental tiene un objetivo
diferente del de hacer daño a otra persona. Los
niños en la etapa preescolar muestran agresión
instrumental y están en vías de desarrollar la
agresión hostil (Papalia y Wendkos Olds, 1992).
En las primeras etapas de la agresión con
frecuencia los niños centran toda su atención en
los objetos que desean, y hacen gestos amenazantes, contra
cualquiera que los mantega alejados de dichos objetos (Papalia y
Wendkos Olds, 1997).
Según Ana Freud (1992) el
instinto agresivo es una apetencia primaria, que actúa en
el niño desde el comienzo mismo de la vida. El instinto
agresivo, está ligado con las manifestaciones sexuales
durante la etapa fálica y la agresión
aparece bajo las actitudes
más agradables de virilidad, postura protectora, temeridad
frente al peligro y competividad.
Aunque la hormona masculina testosterona, podría
estar detrás de la tendencia hacia una conducta agresiva y
explicar, porque los hombres son más agresivos que las
mujeres, los teóricos del aprendizaje
social señalan otros factores que influyen en la
agresión, como son: el reforzamiento, la imitación
y la
televisión (Papalia y Wendkos Olds, 1997).
El reforzamiento, es la recompensa más segura de
los niños. Algunas veces los regaños y las zurras
refuerzan el comportamiento agresivo, ya que los niños a
veces pueden preferir una atención negativa, a que no se
les preste ninguna atención. Los padres recompensan y
fomentan productivamente la agresión con otros
niños, y la desaprueban hacia ellos mismos; es por eso que
los niños no son agresivos con sus padres, pero si con los
otros niños.
La frustración se refiere que los niños
que se sienten limitados, porque sus padres les pegan o los
insultan tienen más probabilidad de
volverse agresivos.
Tanto los modelos que
dan los adultos, como los modelos
agresivos de la
televisión, incitan al niño a que los imite y
estas influencias parecen perdurar por años (Papalia,
1997).
Craig (1994) indica que las recompensas alientan la
agresión en el niño y que no le queda claro que el
castigo la desaliente. Si a un niño se le castiga por
actos agresivos, reprimirá la conducta delante de quien lo
castigo, pero la gente que usa el castigo físico para
reprimir la agresión en realidad puede estar
fomentándola.
Conducta prosocial
La conducta prosocial, o comportamiento en pro de la
sociedad se refiere a una acción que se ejecuta con un
costo o riesgo personal en
beneficio de otra persona, sin
esperar recompensa.
La edad y el sexo son un
determinante de esta conducta, las niñas muestran
más generosidad y pero esto se debe a que la educación incita el
espíritu servicial en la mujer, la edad
es un factor de altruismo ya que los niños desde corta
edad lo manifiestan y aumenta a media que van creciendo (Papalia
y Wendkos Olds, 1992).
Los niños altruistas, tiene generalmente padres
caritativos que fomentan dicha conducta;, tienden a ser
más desarrollados en razonamientos mentales y capaces de
tomar en cuenta los puntos de vista de las otras personas (Craig,
1994).
Desarrollo Emocional en la Etapa
Preescolar
Para Aristóteles, la emoción es como una
forma más o menos inteligente de concebir cierta
situación, dominada por un instinto. Descartes,
hizo una lista de seis emociones
básicas: asombro, amor, odio,
deseo, gozo y tristeza, mientras que Watson sólo
mencionó 3 emociones
básicas: cólera, temor y amor (Calhoun
y Salomon, 1984).La mayoría de los investigadores afirman,
que existen seis expresiones faciales básicas, felicidad,
cólera, tristeza, disgusto y miedo (Perlman y Cozby,
1983). La teoría Jamesiana, define la emoción como
una reacción fisiológica acompañada de un
sentimiento.
Según Plutchick (1977) las emociones son un
patrón de reacción corporal, ya sea de
destrucción, reproducción, incorporación,
orientación, privación, rechazo o
exploración, o alguna combinación de ellas, que es
provocada por un estímulo.
Pulaski (1978) señala que el niño en la
etapa preescolar es capaz de comprender en cierta medida, si la
postura emocional de otra persona es positiva o negativa, si
indica aprobación o desaprobación, el niño
no tiene la intención de activar una emoción,
solamente reacciona ante ella.
Malrieu (1959) señala que la emoción
más importante es la alegría y es la que constituye
a la edificación de la
personalidad.
Autoconcepto
El autoconcepto es el sentido de sí mismos, su
base es nuestro conocimiento
de lo que hemos sido y hecho, su función guiarnos a lo que
seremos y haremos en el futuro.
El autoconcepto se desarrolla de una manera lenta,
comenzando en la infancia con la autoconciencia que es la
capacidad de reflexionar sobre sí mismo y las propias
acciones;
alrededor de los 18 meses los niños tienen su primer
autorreconocimiento, que se refiere a la habilidad para
reconocerse frente al espejo. Ya en la primera infancia se da la
autodefinición, que se refiere a que el niño
identifica las características que considera importantes
para describirse a sí mismo; a los 3 años el
niño se juzga en términos externos, es decir, por
sus características físicas y ya a los 7
años se define basado en sus características
psicológicas (Papalia y Wendkos Olds, 1992).
Según Woolfolk (1996) el autoconcepto se refiere
a la percepción
que tenemos de nosotros mismos y la autoestima es
el valor que cada
uno le damos a nuestros propias características, aptitudes
y conductas. El desarrollo del autoconcepto en la primera
infancia recibe la influencia de los padres y otros miembros de
la familia,
conforme va creciendo, de los amigos, profesores y
compañeros de escuela.
Imaginación en la Etapa
Preescolar
Según Harris (1989) los niños en la etapa
preescolar utilizan la imaginación de 4 formas distintas
que son: autoconciencia, capacidad de simular, distinguir
entre realidad-ficción y deseos, creencias y emociones.
La autoconciencia se refiere, a que los niños son
conscientes de sus estados mentales; saben cuando quieren algo o
esperan algo, cuando han cometido un error se sienten tristes y
prefieren hablar acerca de sus sentimientos y no de los
sentimientos de los demás.
Con la capacidad de simular el niño utiliza la
imaginación, y esto permite manifestar un juego de
ficción, confieriendole propiedades físicas a los
objetos y creando situaciones fingidas. Según Papalia y
Wendkos Olds (1992), el jugo simulado, juego de
fantasía, juego dramático o imaginativo, es
aquel donde hace una sustitución de una situación
real en imaginaria para satisfacer sus necesidades, fingiendo ser
alguien o algo.
El niño puede distinguir entre la realidad y
ficción, y aunque a veces las mezcla la, no manifiesta
confusiones sistemáticas, ya que sabe que un juguete en
realidad no corre o tiene sed.
Los deseos, creencias y emociones se
refieren a que la capacidad de fingir le permite al niño
una compresión de los estados mentales ajenos. Pudiendo
imaginar que quiere algo, aunque en realidad no lo quiere y puede
atribuir a los demás creencias que no comparten y saben
que son falsas.
Alteraciones Emocionales en la Etapa
Preescolar
Según Papalia y Wendkos Olds (1992) existen en la
niñez tres tipos de alteraciones emocionales que
son: conducta teatral, temor a la
separación y fobia escolar.
Cuando existe conducta teatral los niños dicen
mentiras, pelean, roban, destruyen propiedades y rompen reglas
establecidas por los padres. Las mentiras ocasionales son
normales en la niñez, pero cuando pasan a convertirse en
fantasías e historias fascinantes sobre ellos mismos, es
con el objetivo de
atraer la atención, estima de otros o bien puede ser un
síntoma de hostilidad hacia sus padres. De forma similar
ocurre con los robos ocasionales, si se convierten en algo
repetido o de forma abierta, están mostrando hostilidad
hacia sus padres. Cualquier conducta antisocial crónica,
debe ser vista como un desorden emocional.
El temor a la separación, se caracteriza por un
estado de
inquietud en el niño, durante aproximadamente dura 2
semanas y tiene que ver con la separación de las personas
a los que esté apegado; generalmente muestra
síntomas psicosomáticos como nauseas y dolor de
cabeza u estómago que desaparecen, cuando ya siente que no
va a ocurrir la separación.
La fobia escolar se caracteriza por un temor a la
escuela, pero
parece deberse a que el niño teme dejar al padre y no
tiene que ver con la escuela en
sí, estos temores que experimenta pueden ser reales
pudiendo ser el medio ambiente
lo que necesita cambio y no el
niño.
Temores de los Niños en la Etapa
Preescolar
Según Papalia y Wendkos Olds (1992), los
niños en esta etapa presentan terrores nocturnos y
pesadillas; los terrores nocturnos, se caracterizan porque la
persona dormida despierta abruptamente de un sueño
profundo, en estado de
pánico puede gritar y sentarse en la cama mirando
fijamente, aunque en realidad no están despiertos; en
cambio las
pesadillas ocurren en la madrugada y con frecuencia se recuerdan
vívidamente. Es normal la presencia estos sueños
ocurran, pero cuando se convierte en algo persistente, puede ser
una señal de que el niño se encuentra bajo mucha
tensión.
Métodos de
Crianza
La Familia y el
Padre
La familia es el
grupo natural del ser humano y el más importante pese a
las transformaciones del mundo contemporáneo, y los
progresos científicos y tecnológicos que generan un
nuevo sistema de vida
(Arés y Muzio, 1990). Antaño, las legiones romanas
permanecían vigilantes, contra la intrusión de los
bárbaros nómadas. Así mismo, la familia
hace frente a los problemas de
sus hijos y se esfuerza para mantenerlos dentro del orden
impuesto por
la sociedad.
La polaridad masculino-femenino está en todo ser
humano, el equilibrio de
esa polaridad, con los valores
que implica, es lo que determina la madurez del hombre. Cada
uno de los componentes de la pareja aporta al niño
los valores
propios de su sexo
(García Serrano, 1984). Durante la evolución, podemos observar que el padre es
considerado la figura de autoridad. La
familia
pasó de la alimentación
vegetariana a la carnívora y tuvo que requerir de la
fuerza del
hombre como
cazador, resaltando desde este momento el papel de proveedor y de
influencia en el bienestar familiar (Padilla Velázques ,
1994).
La paternidad se incluye de manera natural en el
matrimonio y
está en la propia condición humana (García
Serrano, 1984). Dentro de nuestra civilización, y
concretamente en nuestra sociedad, el padre ha sido siempre el
símbolo de la autoridad, la
fuerza y el
poder
(Giverti, 1971a). Según García Serrano (1984) el
padre aporta dentro de la comunidad
familiar la seguridad
física y
material, lo cual apoya que el niño adquiere la seguridad en
sí mismo y en la sociedad.
La palabra padre, proviene del latín pater,
patris que significa patrono, defensor o protector. En la
formación cultural de occidente, se ha visto que el padre,
es el que determina con más intensidad los patrones
morales y las reglas que sirven como base y fundamento de la
conducta de sus hijos (Padilla Velásquez, 1984)). El
sistema
patriarcal en el cual nos hemos desarrollado, sigue imponiendo la
obediencia al padre de familia (Giverti,
1971a).
Actualmente, las funciones
familiares no son tan rígidas, exclusivas o privativas,
sino que por naturaleza
biopsicosocial unas parecen más naturales o propias, de
uno o del otro, en distintas circunstancias y por diferentes
razones, pero pueden compartirlas y realizarlas en forma
complementaria (Papalia y Wendkos Olds, 1992)
Los padres son importantes en el desarrollo del papel de
género, ellos se preocupan más de la
tipificación de género que las madres, aceptan
más a un hijo con un temperamento difícil que a una
niña y son más sociables y afectuosos con ellas. El
niño ve que ya no sólo es el papá quien
realiza hazañas, forma parte del gobierno, y sale
a ganarse la vida, sino también mamá, aunque el
papá sigue siendo hombre, el ser
masculino, capaz de trasmitir virilidad y en cambio la
mamá no. Dentro de la constelación familiar, el
padre ocupa un lugar diferente a la mamá: es la autoridad, es
la firmeza, la decisión y el amparo (Giverti,
1961b).
Tanto el niño como la niña, necesitan al
padre. La niña necesita la figura paterna porque
formará la idea de qué es un hombre,
traspasando sentimientos provenientes de la relación con
su padre a la relación con su esposo (Papalia y Wendkos
Olds 1992) y ella necesita que el padre establezca
activamente normas en su vida
(Van Pelt, 1985). El niño necesita del padre porque a
través de él, logrará la tipificación
de género, aprenderá lo que es apropiado y esperado
por la sociedad respecto a los papeles del género (Papalia
y Wendkos Olds 1992), el padre es que el ayuda al niño a
lograr la autonomía, afecta el desarrollo cognoscitivo y
sobre todo lo prepara para formar parte de una sociedad (Flavell,
Zhang, Jou, Dong y Qi, 1983).
Según García Serrano (1984) este sentido
de autoridad y
disciplina, es
otra de las aportaciones importantes del padre. Hoy se habla
mucho de la desobediencia delos hijos, pero está muy
relacionada con la falta de autoridad de
los padres. La función educadora de la madre tiene que
estar respaldada por el padre, quien es el que tiene que dar la
última palabra en conflictos
serios. Según Van Pelt (1985) el padre desempeña un
papel estabilizador, que va más allá del aspecto
financiero y de la provisión que haga para la comodidad de
su familia.
Cuando el padre se separa de la familia, ya sea física o
emocionalmente, los niños muestran serias deficiencias en
sus relaciones sociales y morales con sus madres,
compañeros y vecinos.
Estilos de paternidad
Los padres por lo general proceden de diferentes maneras
con sus hijos. Baumrind (1971) realizó varios experimentos con
preescolares, e identificó tres categorías de
estilos de paternidad, los padres autoritarios, permisivos y
democráticos. Van Pelt (1985) clasificó a los
padres en posesivos, sin amor,
permisivos y autoritarios. Faw (1981) por su parte también
identificó tres estilos de paternidad, autoritarios, con
autoridad y permisivos. Aunque cada autor los nombra los
distintos tipos e paternidad de forma diferente, todos
representan las mismas características.
Los padres autoritarios, tratan de controlar el
comportamiento y las actitudes de
sus hijos y los hacen ajustarse a un estándar de conducta
(Baumrind, 1971). Autoritarismo, significa imposición
inflexible de normas de
disciplina,
sin tomar en cuenta la edad del niño, sus
características y circunstancias (Olarte Chevarría,
1984). Valoran la obediencia incondicional y castigan
enérgicamente a sus hijos, por actuar en forma contraria a
sus estándares (Baumrind, 1971). El padre que emplea este
estilo se caracteriza por ser absorbente y centrar la
atención del hijo en sí mismo, produciendo
individuos dominados por la ley, la autoridad
y el orden, reprimiendo en los niños, la capacidad de
iniciativa y creación (García Serrano,
1984).
Faw (1981) describe a los padres autoritarios, como
aquellos que tienen patrones rígidos de conducta, que no
toman en cuenta las necesidades de sus hijos, los castigan
físicamente sin darles una explicación de por
qué los castigan.
En la clasificación de Van Pelt (1985) al unir
las características del padre autoritario, el padre sin
amor y el
padre posesivo, corresponden al padre autoritario. El padre
autoritario es estricto, severo, castiga al niño repetidas
veces, por lo que el niño vive en constante temor y
zozobra, a menudo en la escuela son
pendencieros, desobedientes, problemáticos, nerviosos y
temperamentales. Los padres sin amor, castigan al niño
enérgicamente, lo crítican y regañan
constantemente, y tienen una percepción
únicamente de las imperfecciones y exigen al niño
normas
inadecuadas e imposibles de adquirir. Por otra parte los padres
posesivos tiene buenas intenciones pero malas normas, no
permiten que sus hijos corran riesgos
razonables, ni que hagan cosas por ellos mismos
Otro estilo de crianza es el padre democrático,
el trata de dirigir las actividades de sus hijos en forma
racional, presta atención a sus problemas. Es
consistente, exigente, respetuoso y está dispuesto a
aplicar el castigo limitado (Baumrind, 1971).
Faw (1981) utiliza el término padres con
autoridad, pero tienen las características de los padres
democráticos. Faw señala que estos padres exhiben
confianza en ellos mismos como padres y como personas, son
exigentes, pero amorosos con sus hijos, los corrigen cuando es
necesario, dándoles razones lógicas para su
corrección y no usan el castigo físico.
El último estilo de crianza es el padre
permisivos, ellos exigen menos, y permiten a los niños
regir sus propias actividades, no son exigentes, ni
controladores, son relativamente cariñosos con sus hijos y
casi nunca los castigan ( Baumrind, 1971). Según Faw
(1981) los padres permisivos se sienten inseguros con su rol como
padres, tiene poco control sobre sus
hijos y no consideran necesario castigarlos. Según Van
Pelt (1985) el niño es el que tiene el control y los
padres se doblegan ante sus caprichos.
Influencia de los métodos de
crianza en los preescolares
Padres autoritario
Los niños que tienen padres tienden a tener
logros escolares pobres ya que la presión que ejercen los
padres, a través de los golpes y regaños causan en
él inseguridad,
temor,eprimen la iniciativa y la creatividad y
no pueden desarrollarse plenamente sus capacidades,
también tienden a tener problemas de
hiperactividad y desobediencia. Según Craig (1994) los
niños tienden a ser introvertidos, ermitaños,
inseguros, tienen una baja autoestima,
son impopulares, muestran dependencia hacia el padre que los
golpea, prefieren ser golpeados a ignorados. Los niños se
vuelven agresivos, hostiles y las niñas pasivas,
introvertidas, inseguras, irritables e inadaptadas sociales
(Papalia y Wendkos Olds, 1992).
Padres permisivos
Los niños de padres permisivos tienden a ser
indulgentes, inadaptados sociales, destructivos (Woolfolk, 1996),
generalmente son los menos autocontrolados, tiene logros
escolares bajos, agresivos, inmaduros, mentirosos, desobedientes,
inseguros, inadaptados, con baja autoestima y
frustados. En ocasiones cuando la permisividad se mezcla con
hostilidad puede llevar a los niños a la delincuencia
(Craig, 1994).
Padres democráticos
Según Papalia y Wendkos Olds (1992) y Woolfolk
(1996) los niños de padres democráticos tienden a
ser los niños con mejores logros escolares, porque los
papás les dedican tiempo en la realización de las
tareas escolares, les clarifican las dudas, recompensan las
conductas apropiadas y se enfocan menos al castigo físico
y solo recurren a él a el cuando consideran muy necesario,
y lo acompañan con una explicación, generalmente
son los niños más seguros,
competentes socialmente, presentan menos agresividad y
hostilidad, tienden a ser independientes con una mayor autoestima y
autocontrol, son más autodogmáticos, son más
populares, se muestran más satisfechos y tienden a
desarrollar satisfactoriamente dentro de la sociedad, siendo son
más activos y
creativos (Craig, 1994).
El Estilo de Crianza Ideal
Según Baumrind (1971) el padre democrático
es el mejor, ya que los niños saben qué se espera
de ellos, aprender a juzgar sus expectativas y son capaces de
decidir arriesgarse a que sus padres se disgusten, o a que sus
actos tengan consecuencias desagradables. Los niños
experimentan la satisfacción de poder cumplir
con las expectativas de sus padres, los cuales tienen una
imagen
realista de lo que sus hijos son capaces de dar.
A diferencia de los beneficios que trae el padre
democrático, el padre permisivo no le ofrece
orientación, ni disciplina al
niño y éste se siente angustiado y deprimido, ya
que no sabe de que forma debe comportarse. Por otro lado los
padres autoritarios controlan a los hijos de una manera muy
estricta, utilizando el castigo y los golpes, los niños,
se sienten inseguros y temerosos, y no saben qué
comportamiento provocará una zurra o un castigo.
Según Van Pelt (1985) el enojo de los padres, la
irritación y la impaciencia cuando aplican disciplina,
refuerzan la idea de que son castigados porque no son queridos y
esto trae consecuencias emocionales de dependencia e
inestabilidad emocional.
Baumrind (1971) estableció, que existían
relaciones entre cada estilo de crianza y un conjunto particular
de comportamientos, pero no considera la influencia ejercida por
los hijos sobre los padres, por ejemplo, que un niño
"fácil" puede originar un comportamiento
democrático, mientras un niño "difícil"
puede conducir al padre al autoritarismo (Papalia y Wendkos Olds,
1997).
Papalia y Wendkos Olds (1997) señalan, que
ningún padre es autoritario, permisivo o
democrático, ya que los padres atraviesan por diferentes
estados de ánimo y reaccionan de diversas maneras en
situaciones diferentes, adoptando todos los tipos de
paternidad.
García serrano (1984) opina que lo más
importante es que el padre se dé cuenta de que los hijos
son seres diferentes a él, con cierta autonomía,
con ideales propios y hasta en algunos casos contrarios a lo que
él piensa.
Uno de los problemas más frecuentes que surgen
para los padres es cuándo evalúan lo que se debe
hacer cuando ellos tienen diferentes estilos de crianza (Papalia
y Wendkos Olds, 1992). El padre puede ser severo e imperioso y la
madre menos estricta y fácil de tratar, lo mejor en este
caso es unirse y manifestarse con lo que se está en
desacuerdo en privado. El niño adaptará su
comportamiento y madurará en una forma normal cuando
aprenda que sus padres se mantienen unidos en asuntos de gran
importancia (Van Pelt, 1985).
El niño también se ve afectado cuando
falta uno de los padres en el hogar, la madre soltera tiene que
asumir ambos roles, y no tiene tiempo para estar con sus hijos,
no lo estimula ni les dedica el tiempo suficiente para que tengan
un buen desarrollo (Papalia y Wendkos Olds, 1997). El divorcio y el
nuevo matrimonio de la
mamá, trae cambios en los niños y puede afectar su
desarrollo emocional (Craig, 1994). El divorcio o
separación de los padres, es un acontecimiento
patogénico, no por el hecho en sí de la
separación, sino por lo que puede significar para el
niño, pero si la ausencia física, no va
acompañada del abandono afectivo, ellos terminan por
asimilar el divorcio como
un problema de los padres (Olarte Chevarría, 1984).
Según Craig (1994) cuando los padres democráticos
se divorcian, los niños presentan mejores patrones de
comportamiento y tienen menos problemas para relacionarse con
otros niños, que los que tienen padres autoritarios o
permisivos.
Los diferentes estilos de paternidad, traen
consecuencias en la competencia,
destreza sociales y cognoscitivas de los niños; Burton y
sus colegas realizaron investigaciones
para ver qué tanto realmente influían los padres en
sus hijos, arribando a las siguientes conclusiones: los hijos de
padres democráticos, fueron los más competentes,
mostraron destrezas sociales tales como lograr retener la
atención de los adultos en forma aceptable,
utilizándolos como recurso y mostrando tanto afectividad
como hostilidad. Se llevaban bien con otros niños, estaban
orgullosos de sus logros y deseaban actuar como persona mayores.
Entre las destrezas cognoscitivas utilizaban bien el lenguaje,
mostrando una serie de habilidades intelectuales, planeando y
llevando a cabo actividades complicadas. Los hijos de padres
permisivos, eran menos eficaces en estas destrezas y los hijos de
padres autoritarios, eran muy deficientes. Los estudios de
seguimiento mostraron dos años después una notable
estabilidad en la clasificación (en Papalia y Wendkos
Olds, 1992).
Conclusiones
El desarrollo cognoscitivo en la primera infancia es
importante ya que en esa etapa, el niño comienza a
experimentar cambios en su manera de pensar y resolver los
problemas, desarrolla de manera gradual el uso del lenguaje y la
habilidad para pensar en forma simbólica. Con la
aparición del lenguaje nos
da un indicio de que comienzan a razonar, aunque tiene ciertas
limitaciones.
En esta etapa la socialización ocurre a
través de la identificación con el padre del mismo
sexo aprendiendo los papeles de género, los
comportamientos y las actitudes
aceptadas por la sociedad y las reglas. Pueden interpretar los
problemas emocionales de otras personas, entender los diferentes
puntos de vista también desarrollan el autoconcepto y la
imaginación.
La actitud que
toman los padres hacia sus hijos es muy importante ya que ya que
pueden tener consecuencias que pueden retrasar o acelerar el
desarrollo de estos. Diana Baumrind realizo varias investigaciones
sobre las actitudes de los padres y las consecuencias en sus
hijos y señalando que los padres autoritarios y permisivos
retrasan el desarrollo de sus hijos ya que fomentan la
dependencia, el miedo, la inseguridad y
en ocasiones la delincuencia.
Sin embargo los padres democráticos aceleran el desarrollo
de sus hijos, ya que fomentan la creatividad,
la iniciativa y la seguridad.
Actualmente la sociedad tiene una gran
preocupación ya que no definen si realmente son los padres
los que optan por un estilo de paternidad especifico o si son los
hijos, los que conllevan a los padres a comportarse de
determinada manera.
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Autor:
Br. Irina Fernández Quebles
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