Nació en Atenas probablemente en el año
427 a.C. pertenecía a una familia noble y
eran ilustres tanto los ascendientes de sus padres como los de su
madre recibió la educación
física intelectual de los jóvenes de su
época; es posible que haya seguido las lecciones del
heraclitano Cratilo. En el año 407 sobrevino el
acontecimiento capital de la
vida de Platón: su
encuentro con Sócrates.
El maestro tenía entonces 63 y el alumno 20. Platón
debió seguir las lecciones de Sócrates
durante ocho años. Poco después de la caída
de los Treinta, tres delatores acusan a Sócrates
de corromper a la juventud y de
no creer en los dioses de la ciudad; condenado a muerte,
rehúsa evadirse y bebe la cicuta en el 399. Platón no
estuvo presente en los últimos momentos de su maestro,
relatados en el Fedón; pero esta escandalosa injusticia
debió ser para él el prototipo del acto inicuo
contra cuya repetición debía luchar todo
filósofo.
Puesto que corría el riesgo de ser
molestado por su condición de alumno de Sócrates,
se refugió Platón
enseguida con alumnos, amigos, en Mégara; allí una
célebre escuela los
acogió en ella entraron en relación con Euclides el
Megálico. No se sabe con certeza cuál fue la
duración de su estada en Atenas pero alcanzó
presumiblemente a tres años. De ahí Platón
partió para Africa; se detuvo
en Egipto, luego
en Cirenaica, donde frecuentó a Aristipo de Cirene y el
matemático Teodoro. En este lugar los biógrafos de
Platón dan diversas versiones de el orden de sus viajes. Para
unos habría regresado directamente a Atenas; para otros se
habría dirigido a Italia meridional
con el fin de conocer a los pitagóricos y en particular a
Arquitas de Tarento. Es probable que en este período de la
vida de Platón se sitúa la composición de
las siguientes obras: Hippias menor, Alsibíades,
Apología, Eutifrón, Critón, Hippias mayor,
Cármides, Laques, Lisis, Protágoras, Gorgias y
Menón.
Alrededor del año 388 abandona Italia (o Atenas
según la otra tradición) para dirigirse a Sicilia.
Allí, en Siracusa, reina un Griego de modesto origen,
Dionisio I el Anciano, quien tiene en jaque a los cartagineses y
se ha convertido en el amo absoluto de Sicilia. Su carta es
fastuosa; los vicios que en ella reinan, numerosos; mas Dionisio
es célebre. Platón intima con Dion, hermano
político de Dionisio, quien tiene pretenciones de
filósofo y admira a los Socráticos.
¿Qué sucedió en realidad?
¿Fustigó Platón las costumbre
disoluta de la corte? ¿Desconfió Dionisio de la
presencia de este ateniense amigo de su cuñado? No lo
sabemos exactamente; pero, sea como fuere, Dionisio obliga a
Platón a embarcarse en una nave espartana. Esta
embarcación -¿empujada por la tempestad o debido a
un plan de
Dionisio?- debe hacer escala en la Isla
de Egina, a la sazón en guerra contra
Atenas, Platón es vendido como esclavo. Por fortuna,
Aníceris, a quien había tratado en Cirene, lo
reconoce, paga el rescate y lo libera. Platón puede
regresar a Atenas en el año 387.
El filósofo compra un gimnasio y un parque
situado en el noroeste de la ciudad y funda en ese lugar una
escuela, la
Academia. Se trata de la primera escuela de
filosofía organizada como una universidad, con
su estatuto, reglamento, alojamiento destinado a los estudiantes,
sala de conferencias, museo, biblioteca, etc.
De todos los rincones de Grecia y del
mundo mediterráneo concurren alumnos a seguir los cursos de
Platón. En ésta época, sin duda, escribe El
Fedón, El Banquete, El Fredo, El Ion, El Menexeno, El
Eutidemo, El Cratilo y comienza La Republica. Hacia el año
367 muere Dionisio I el Anciano, y su hijo primogénito,
Dionisio II el joven, asciende al trono; tiene 30 años y
carece de mayor experiencia en los negocios
públicos. Dion llama inmediatamente a Platón
haciéndole ver las perspectivas que se ofrecen para
realizar reformas políticas
mediante la aplicación de las ideas que le son caras. El
filósofo acude y deja a Eudoxio la dirección de la Academia. Dionisio le acoge
muy bien y parece mostrarse alumno dócil; sin embargo, muy
pronto Dionisio ve en Dion y en el huésped. Destierra a
Dion y poco después a Platón, a quien había
retenido algún tiempo en
condiciones de prisionero.
El monarca promete, no obstante, llamar pronto a uno y a
otro. Vuelto a Atenas Platón permanece en ella seis
años, y compone probablemente el Parménides, el
Teeteto, el Sofista, el Político y el Filevo.
En el 361, Dionisio invita nuevamente a Platón.
El filósofo retorna con algunos discípulos, deja a
Heráclides del Ponto la dirección de la Academia. Quizá
Platón defendiera la causa de Dion ante Dionisio. Este,
lejos de llamar a su pariente, confiscó sus bienes,
obligó a la esposa de éste a casarse con el
gobernador de Siracusa y forzó a Platón a
permanecer en la residencia que le había asignado. Gracias
a la intervención de Arquitas, fue liberado y pudo
regresar a Atenas.
En cuanto a Dion, termina por reclutar un
ejército y embarca con algunos amigos de Platón
para tomar a Siracusa por sorpresa. El éxito le
acompaña e instaura una dictadura que
dura tres años, hasta que finalmente es asesinado por su
amigo, el platónico Calipo.
El filósofo permaneció en Atenas y
debió de morir allí alrededor del 347 a.C.. En este
período final de su vida continuó al frente de la
Academia y escribió el Timeo, el Critias y Las Leyes, que
quedaron inconclusas.
Las obras de Platón
Para la autenticación de los escritos
platónicos se dispone de criterios externos: una obra se
tiene por auténtica si Aristóteles o Ciserón la atribuyen
al filósofo, o si se hallan citas de una obra en el
interior de otra. También hay criterios internos: un
escrito será adjudicado a Platón si "armoniza" con
su filosofía; sin embargo, se advierten los peligros dem
tal procedimiento,
que consiste en definir primeramente a Platón para
poder juzgar
los trabajos después. Otros críticos han utilizado
el método
estilométrico, que consiste en medir la frecuencia con que
aparecen ciertas palabras griegas corrientes para determinar un
"estilo" de Platón que permita autenticar una obra
según la forma en que ha sido escrita. Pero debe
observarse que el estilo no es dato inmutable en un hombre que
vivió cerca de ochenta años.
La siguiente clasificación sigue un orden
cronológico probable:
Hippias menor, sobre la Mentira, género
anatréptico;
Alcibíades, sobre la Naturaleza del
hombre,
género Mayéutico;
Apología de Sócrates;
Eutifrón, del la Piedad, género
probatorio;
Critón, del Deber, género
ético;
Hippias mayor, sobre lo Bello, género
anatrépico;
Laques, sobre el Coraje, género
mayeutico;
Lisis, sobre la Amistad,
género mayéutico;
Cármides, sobre la Sabiduría,
género probatorio;
Protágoras, sobre los Sofistas, género
demostrativo;
Gorgias, sobre la retórica, género
refutativo;
Menon, sobre la Virtud, género
provatorio;
Fedón, del Alma, género moral;
El Banquete, del Amor,
género moral;
Fedro, de la Belleza, género moral;
Ion, sobre la Ilíada, género
provatorio;
Menexeno, de la Oración fúnebre,
género moral;
Eutidemo, o la Erística, género
anatrépico;
Cratilo, sobre la Exactitud de los nombres;
La República, sobre la Justicia,
diálogo político;
Parménides;
Teeteto, sobre la Ciencia,
género peirástico;
El Sofista, del Ser, género
lógico;
El Político;
Filebo, del Placer, género
ético;
Timeo;
Crítias, o la Atlántida;
Las Leyes, o de la
Legislación;
Epínomis, o el Filósofo (atribución
discutida);
Cartas (su autenticidad es muy discutida; es probable,
sin embargo, que la carta VII, que
nos ofrece numerosos detalles sobre la vida de Platón, sea
auténtica).
Diálogos dudosos: Segundo alcibíades,
Hiparco, Minos, Los Rivales, Teages, Clitofón.
Diálogos apócrifos: De lo Justo, De la
Virtud, Demódoco, Sísifo, Erixias, Axíocos,
Definiciones.
Todas estas obras nos han llegado en manuscritos, los
más antiguos de los cuales se remontan a la Edad Media
bizantina.
Debe añadirse que, desde la Antiguedad hasta
el Renacimiento,
las obras de Platón fueron comentadas o utilizadas por
autores más o menos sagaces.
Autor:
Santiago Gando