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Problemas políticos y estratégicos contemporáneos: Kosovo




Enviado por cabezon2




    El siguiente trabajo, intenta reflejar
    los hechos que hasta el hoy tienen una relevancia predominante en
    el ámbito de la política
    internacional. Su magnitud es tal, que en el conflicto de
    Kosovo, intervienen las mayores potencias económicas y
    militares mundiales (encabezadas por los Estados Unidos de
    Norteamérica) y se produce un gran cambio en el
    plano de las Relaciones
    Internacionales ante el accionar de la OTAN como
    "policía mundial", dejando casi de lado la autoridad de
    la
    Organización de las Naciones
    Unidas.

    Decidimos realizar este trabajo, no solo
    como una simple revisión de noticias, sino intentando
    observar los verdaderos orígenes del conflicto, por
    lo que tuvimos que remontarnos a los orígenes de la
    antigua Yugoslavia y todos los acontecimientos históricos
    que se fueron sucediendo hasta nuestros
    días.

    Empezaremos nuestra exposición con
    una breve introducción sobre las características generales de la Provincia
    Autónoma de Kosovo y una muy breve reseña
    histórica desde sus orígenes. A
    continuación, decidimos realizar una reseña
    histórica algo más abarcativa donde incluimos los
    hechos históricos de toda la antigua Yugoslavia, desde su
    creación hasta su desmembramiento y que tienen directa
    relación con el conflicto de
    la Provincia de Kosovo. Para terminar, haremos una
    exposición de la actualidad del conflicto en
    Kosovo, donde detallaremos los hechos ocurridos hasta horas antes
    de terminado este trabajo.

    • CARACTERÍSTICAS GENERALES DE KOSOVO Y
      SU HISTORIA:

    Región al suroeste de Serbia que
    disfrutó de un estatuto de autonomía desde 1946
    hasta 1989. Su superficie es de cerca de 10.887 km2 y su población (en 1991)era de 1.956.196
    habitantes. La provincia es predominantemente montañosa y
    escarpada. Los ríos Bell, Drin e Ibar fluyen a
    través de la provincia. La cadena montañosa
    Sar-Planina se eleva hasta los 2.640 m. Aunque Kosovo posee
    importantes yacimientos de plomo y cinc, así como
    significativos yacimientos de lignito, cromita y magnesita, la
    provincia es una de las regiones más pobres de Europa. Los
    cultivos más importantes de Kosovo son los cereales
    (maíz, trigo y cebada), las papas, ciruelas, uvas y
    tabaco;
    también es importante la producción de madera.
    Existen además industrias
    ligadas a la horticultura y viticultura. El ganado ovino y el
    bovino son criados en las tierras altas de Kosovo. Las
    principales fábricas son las de cemento y
    ácido sulfúrico. Las ciudades más
    importantes son Priština (la capital),
    Prizren y Pec, esta última fue (1557-1766) sede patriarcal
    de la Iglesia
    ortodoxa serbia. Más del 90% de la población de Kosovo pertenecía a la
    etnia albanesa hasta antes del conflicto. La
    mayor parte de la población restante eran serbios y
    montenegrinos, hoy en retirada ante los temores por represalias
    tanto de las tropas de ocupación, como de los refugiados
    kosovo-alvaneses que regresan a sus hogares.

    Desde el segundo milenio A.C., los
    ilirios, ancestros de los actuales albaneses, habitaron la zona
    de la península de los Balcanes, que incluye lo que es
    actualmente Kosovo. El territorio ilirio de Dardania, formado por
    el actual Kosovo, parte de la actual Macedonia y tierras del
    suroeste de Serbia, fue con el tiempo anexionado
    por el Imperio romano.
    Desde el siglo VIII hasta el siglo XII, Kosovo fue el centro del
    estado
    medieval de Raska (Rascia). Hacia finales del siglo XII, el
    gobernador serbio Stefan Nemanja anexionó Kosovo y,
    durante algún tiempo, Prizren
    sirvió de capital a los
    príncipes serbios. Durante este periodo, la población serbia de Kosovo aumentó.
    En 1389, un ejército invasor turco otomano derrotó
    al ejército serbio durante la batalla de Kosovo, lo que
    provocó la consiguiente conquista de Serbia (en 1459) por
    el Imperio Otomano. (El recuerdo de esta batalla es actualmente
    una de las celebraciones más exaltadas del nacionalismo
    serbio). Kosovo fue escenario de numerosas rebeliones antiturcas,
    pero hasta mediados de 1912, los turcos no fueron expulsados de
    la región, proclamándose el estado
    independiente de Albania, que incluía Kosovo y partes de
    Macedonia occidental. No obstante, ante la insistencia de Rusia,
    las grandes potencias dividieron Kosovo entre Serbia y
    Montenegro. En 1918, Kosovo fue incorporada al recién
    creado Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, llamado
    más tarde, Yugoslavia. Los albaneses locales
    protagonizaron levantamientos entre 1918 y 1919 que fueron
    despiadadamente reprimidos. El gobierno de
    Belgrado resolvió forzar la expulsión de los
    albaneses, el cierre de las escuelas, la confiscación de
    tierras y fomentar la colonización con población serbia. Durante la II Guerra Mundial,
    Kosovo fue incorporada a la Albania ocupada por los italianos
    —paso que fue bien recibido en general por los albaneses
    locales— y los serbios fueron obligados a abandonar la
    región. Los albaneses de Kosovo se resistieron a la
    reincorporación a Yugoslavia, pero en julio de 1945 el
    ejército partisano de Josip Broz Tito venció la
    resistencia
    albanesa. Kosovo fue organizado como unidad administrativa de la
    República de Serbia —en principio, como
    región autónoma, pero después de las
    revueltas en Albania de 1968, fue elevada a la categoría
    de provincia autónoma. Nuevas revueltas en 1981 trajeron
    como consecuencia la expulsión de los albaneses de los
    puestos de poder y las
    protestas de los serbios locales. En marzo de 1989 Slobodan
    Milosevic eliminó todo vestigio de autonomía en
    Kosovo y extendió la política de discriminación antialbanesa, sometiendo a
    la región a la ocupación militar. Un movimiento
    local de resistencia
    clandestino, el Ejército de Liberación de Kosovo,
    se estableció para la lucha por la independencia
    o la unión del territorio con Albania.

    CARACTERÍSTICAS
    GEOGRÁFICAS, CULTURALES Y POLÍTICAS
    DE LA REPUBLICA FEDERAL DE YUGOSLAVIA (Serbia y
    Montenegro):

    Conformada como República federal
    y ubicada en el sureste de Europa, en la
    península de los Balcanes, comprende las repúblicas
    de Serbia y Montenegro y las antiguas provincias autónomas
    de Kosovo y Voivodina. La República Federal de Yugoslavia
    (Serbia y Montenegro), o RFY, limita al norte con Hungría,
    al este con Rumania y Bulgaria, al sur con Macedonia y Albania, y
    al oeste con el mar Adriático, Croacia y
    Bosnia-Herzegovina. La RFY se formó a consecuencia de la
    disolución de la República Federal Socialista de
    Yugoslavia (RFSY).

    El 27 de abril Serbia y Montenegro
    anunciaron la formación de la República Federal de
    Yugoslavia, que declararon sucesora legal de la antigua
    República Federal Socialista de Yugoslavia. Esta
    acción fue un reconocimiento de facto de la
    separación de las otras cuatro repúblicas, cuya
    independencia
    había sido reconocida por la comunidad
    internacional. Pero no ocurrió lo mismo con la
    autoproclamada República Federal de Yugoslavia. El 22 de
    septiembre la Asamblea General de las Naciones Unidas
    (ONU)
    decidió en una votación (127 votos a favor por 6 en
    contra y 26 abstenciones) que esta federación no
    podía asumir automáticamente el lugar de la antigua
    República Socialista Federal de Yugoslavia, y la
    excluyó de la Asamblea General, aunque recibió la
    opción de volver a solicitar el acceso por derecho propio.
    La comunidad
    internacional ha seguido abrumadoramente la decisión de la
    ONU. Desde
    entonces la ONU ha designado
    a la federación como República Federal de
    Yugoslavia. También ha sido descrita como la
    Federación de Serbia y Montenegro, y la República
    Federal de Serbia y Montenegro.

    La superficie total de la RFY, 102.173
    km.2, es menos de la mitad que el territorio de la antigua
    Yugoslavia. La República de Serbia, el miembro dominante
    de la federación, tiene un área mucho mayor,
    está más poblada que Montenegro y contiene la
    capital y
    ciudad más grande, Belgrado.

    Serbia y Montenegro tienen un paisaje
    diverso. Serbia, situada al norte, abarca el 86% del territorio
    del país. Hay llanuras fértiles y ricas en gran
    parte de la zona norte, mientras que el este se caracteriza por
    cordilleras de piedra caliza y cuencas. Al sureste, desde las
    llanuras, se elevan antiguas montañas y colinas, mientras
    que en el mar Adriático una línea costera de 199
    kms. Forma la frontera suroeste, donde está situada la
    República de Montenegro. Los ríos Drava, Sava y
    Tisza fluyen a través del país, al igual que el
    Danubio. El lago más grande del país es el lago
    Escutari, en la frontera entre Montenegro y
    Albania.

    La RFY tiene un clima variado. Al
    norte el clima es
    continental, con inviernos fríos y veranos calurosos,
    húmedos y lluviosos. En la región central dominan
    los climas continental y mediterráneo, mientras que el sur
    se caracteriza por el clima
    mediterráneo en la costa, con veranos secos y calurosos e
    inviernos relativamente fríos, con abundantes nevadas en
    el interior.

    Los minerales son el
    principal recurso natural de la RFY. Sus yacimientos de antimonio
    y plomo se encuentran entre los más importantes de
    Europa.
    También abunda el carbón, el
    petróleo, el gas, el cinc, el
    oro, el cromo y el cobre.

    Población

    La población de la RFY en el censo
    de 1991 alcanzó 10.406.751 habitantes. Los serbios
    constituyen el grupo
    étnico más numeroso, con un 62% de la
    población, según los datos de ese
    mismo censo. La mayoría son miembros de la Iglesia
    ortodoxa serbia. Los albaneses musulmanes son el segundo grupo con un
    17% de la población aproximadamente. La mayor parte de los
    albaneses viven en la antigua provincia autónoma serbia de
    Kosovo, al sur, que limita con Albania. Los montenegrinos
    constituyen alrededor del 5% de la población y viven
    principalmente en Montenegro. Los húngaros, que habitan
    sobre todo en la antigua provincia autónoma serbia de
    Voivodina, constituyen el 3% de la población. La lengua oficial
    es el serbio. El serbio es una lengua eslava
    que se escribe en caracteres cirílicos. Los montenegrinos
    hablan una variante local del serbio. Albaneses y húngaros
    hablan sus propias lenguas.

    Menos de la mitad de la población
    de la federación vive en áreas urbanas y cerca del
    94% de los habitantes lo hacen en la República de Serbia.
    La densidad de
    población es de 102 hab/km2. Sus ciudades más
    grandes son Belgrado, la capital, con
    una población de 1.807.915 habitantes (1991), Novi Sad
    (178.896), Niš (175.555), Kregujevac (146.607), Podgorica
    (118.059), Priština (108.083) y Subotica (100.219). El
    resto de la población vive en ciudades más
    pequeñas y pueblos, la mayoría de los cuales tienen
    menos de 100.000 habitantes.

    La tasa de alfabetización, o el
    porcentaje de aquellos habitantes de más de diez
    años que pueden leer y escribir, es del 89%
    aproximadamente. En principio la educación elemental
    es gratuita y obligatoria; muchos estudiantes acudían a
    escuelas secundarias antes del comienzo de las sanciones
    económicas internacionales. Desde entonces la crisis
    económica ha perjudicado al sistema educativo
    y aquéllos que pueden permitírselo prefieren enviar
    a sus hijos al extranjero. Las principales instituciones
    de enseñanza superior son la Universidad de
    Belgrado, la Universidad de
    Niš, la Universidad de
    Novi Sad y la Universidad de
    Priština. Esta última, situada en Kosovo,
    cerró sus puertas a estudiantes y profesores albaneses en
    la década de 1980.

    Economía

    La economía de Serbia y
    Montenegro está al borde del colapso debido a la
    separación de las otras cuatro repúblicas, la
    guerra
    posterior y en especial a la imposición de las sanciones
    económicas de Naciones Unidas a
    la federación en mayo de 1992 (sanciones que han sido
    reforzadas con un bloqueo naval en el mar Adriático que se
    extiende hasta el Danubio). La República Federal de
    Yugoslavia tampoco pudo heredar la calidad de
    miembro de Yugoslavia en distintas organizaciones
    económicas como el Fondo Monetario
    Internacional y el GATT. Por ello, el
    país está experimentando un alto nivel de
    inflación y desempleo y una
    profunda recesión. En 1990 el producto
    interior bruto (PIB) era de
    4.200 dólares por habitante; cayó un 11% en 1991 y
    aproximadamente un 27% en 1992, continuando su
    descenso.

    La minería y
    la industria son
    importantes contribuyentes al PIB de Serbia
    y Montenegro. Algunas de las reservas de mineral de cobre
    más importantes de Europa se
    encuentran en Serbia. Hay también grandes yacimientos de
    bauxita, carbón, plomo y cinc. Las industrias
    básicas de la RFY fabrican productos
    químicos, equipo electrónico, hierro y
    acero,
    maquinaria, tejidos y equipos
    de transporte.
    Los principales productos
    agrícolas son el maíz, la remolacha azucarera, el
    trigo, las papas, las uvas y las ciruelas. Se cría ganado
    vacuno, porcino y lanar. La silvicultura también tiene una
    destacada contribución al PIB. El nuevo
    dinar es la moneda oficial

    El Gobierno

    En abril de 1992 la Asamblea Federal de
    la RFY redactó y adoptó una Constitución que incorporaba numerosos
    elementos democráticos. El principal cuerpo legislativo es
    la Asamblea Federal, bicameral, que consta de la Cámara de
    Ciudadanos (cámara baja), con 138 miembros (108 de Serbia
    y 30 de Montenegro) y la Cámara de las Repúblicas
    (cámara alta) con 40 miembros (20 de cada
    república). La Asamblea Federal elige al presidente del
    país, que tiene el poder
    ejecutivo y que a su vez nombra al primer ministro. Los
    miembros de la Asamblea Federal son elegidos
    democráticamente. La edad mínima para ejercer el
    derecho a voto es de 18 años.

    Además del ámbito federal,
    ambas repúblicas constituyentes tienen su propio gobierno con un
    presidente y una asamblea. Debido a la importante posición
    serbia dentro de la federación, el gobierno serbio
    es una entidad significativamente más poderosa que los
    gobiernos federal y montenegrino. La figura más influyente
    de la RFY es el presidente serbio Slobodan Milosevic. Otros
    partidos
    políticos importantes activos
    también en el ámbito federal son el neofascista
    Partido Radical Serbio y el nacionalista Partido de
    Renovación Serbia. El sistema judicial
    federal está basado en el sistema de
    ley civil. El
    Tribunal Federal es la corte de justicia
    más alta de la RFY y hay numerosos tribunales de justicia y
    apelación. En teoría,
    el Estado
    proporciona a los ciudadanos un servicio
    médico subvencionado (dentro de un amplio programa de
    Seguridad
    Social) y un seguro de
    invalidez. No obstante, desde 1991 estos servicios han
    tenido grandes dificultades para su desarrollo
    debido a la situación política y
    especialmente a las sanciones internacionales. Aunque las
    medicinas y los suministros médicos se eximieron de
    éstas, sus precios se han
    puesto fuera del alcance de la mayor parte de los ciudadanos y la
    tasa de mortalidad se ha incrementado. La RFY heredó de la
    antigua Yugoslavia la mayor parte del Ejército Popular
    Yugoslavo (EPY), dominado por los serbios, además de un
    vasto arsenal de armas. A mediados
    de la década de 1990 el contingente total de las fuerzas
    se estimaba en 136.500 soldados. El servicio
    militar de 12 a 15 meses es obligatorio para los
    hombres.

    • HISTORIA DE LA EX
      YUGOSLAVIA:

    Resulta difícil entender al conflicto de Kosovo
    de manera aislada, sin antes conocer, (al menos a grandes rasgos)
    los acontecimientos que se fueron sucediendo durante años
    y que tienen significativa importancia en la constitución de la actual Federación
    Yugoslava, sus divisiones; diferencias étnicas, religiosas
    y culturales. Es por eso que a continuación, haremos una
    reseña histórica de Yugoslavia, intentando
    demostrar la directa relación de los hechos
    históricos con los lamentables acontecimientos que se
    vienen sucediendo en las distintas regiones de la desmembrada
    Yugoslavia:

    La Ex Yugoslavia fue un antiguo
    país de la península de los Balcanes situado al
    sureste de Europa que
    existió entre 1918 y 1991, año en que los conflictos
    políticos y étnicos dividieron el país.
    Conocida oficialmente como la República Federal Socialista
    de Yugoslavia, comprendía seis repúblicas:
    Bosnia-Herzegovina, Croacia, Macedonia, Montenegro, Serbia y
    Eslovenia; Serbia englobaba las provincias autónomas de
    Kosovo y Voivodina. Yugoslavia tenía una superficie de
    255.803 km2 y limitaba con Austria y Hungría al norte,
    Rumania y Bulgaria al este, Grecia al sur,
    y Albania y el mar Adriático al oeste. La capital y
    ciudad más grande era Belgrado, en la República de
    Serbia.

    Gobierno

    La antigua Yugoslavia se gobernaba bajo
    una Constitución del año 1974,
    modificada sustancialmente tras la muerte del
    Mariscal Tito, que había dirigido el país desde que
    obtuvo el poder en 1945.
    El ejecutivo constaba de una presidencia colegiada, en la que
    había un representante de cada una de las
    repúblicas, y un consejo federal ejecutivo. La Asamblea
    Federal, bicameral, se ocupaba de las funciones
    legislativas y el Tribunal Federal atendía las apelaciones
    a las decisiones de los tribunales supremos de las
    repúblicas constituyentes. La estructura del
    gobierno local
    era similar a la del sistema federal,
    y constaba de un consejo ejecutivo y una asamblea bicameral.
    Entre 1945 y 1990, el Partido Comunista (conocido formalmente
    desde 1952 como la Liga de los Comunistas de Yugoslavia) fue el
    único partido político legal del Estado.

    Cultura y sociedad

    La herencia cultural
    de Yugoslavia combinó las distintas culturas de sus
    regiones. El pueblo yugoslavo difería de región en
    región y resistió los intentos del gobierno de
    imponer el realismo
    socialista, a continuación trataremos de diferenciar las
    culturas predominantes de las distintas
    regiones:

    Croacia y Eslovenia: Estuvieron
    administradas durante mucho tiempo por
    Austria y Hungría, por lo que el cristianismo
    tuvo una gran influencia en el desarrollo de
    estas culturas.

    Bosnia-Herzegovina: territorios ocupados
    durante siglos por el Imperio otomano, arraigó la cultura
    islámica. Serbia mantuvo firmemente arraigada su
    condición de territorio eslavo y de miembro de la Iglesia
    ortodoxa serbia.

    Había tres lenguas yugoslavas
    oficiales: el serbocroata, el esloveno y el macedonio. El
    esloveno y el macedonio tienen una relación muy estrecha
    con el serbocroata, aunque el macedonio no se reconoce como
    lengua ni en
    Bulgaria ni en Grecia. La
    Constitución yugoslava garantizaba la
    libertad de
    culto y la separación de Iglesia y
    Estado; cerca
    de la mitad de la población pertenecía a la
    Iglesia
    ortodoxa serbia, un 30% era católica (en su mayoría
    croatas y eslovenos) y el 10% restante era de religión musulmana.
    El serbocroata, la lengua
    dominante, era hablada por el 75% de la población
    aproximadamente, lo cual reflejaba el dominio de los
    serbios (36%) y de los croatas (20%) en la composición
    étnica del país, localizados principalmente en
    Serbia, Croacia y Bosnia-Herzegovina. También había
    eslovenos (en Eslovenia) y macedonios (en Macedonia) y numerosos
    grupos de
    musulmanes de Bosnia, albaneses, húngaros, turcos y
    gitanos.

    Historia

    Los eslavos del sur (o yugoslavos) es uno
    de los cinco grupos
    étnicos más importante de la península de
    los Balcanes, e incorpora a los pueblos serbios, croatas,
    eslovenos y montenegrinos. Aunque el movimiento de
    unificación política de estos
    pueblos data al menos de principios del
    siglo XIX, históricamente los eslavos del sur han sido
    separados y controlados por varias potencias vecinas como
    Turquía, Italia, Austria,
    Hungría y Bulgaria. Las entidades políticas
    existentes en el periodo anterior a la I Guerra Mundial
    englobaban los estados independientes de Serbia y Montenegro,
    Bosnia-Herzegovina (bajo la soberanía del Imperio
    Austro-Húngaro), Croacia y Eslavonia, (dependencias
    semiautónomas de Hungría y más tarde
    territorios de la corona austríaca) y Dalmacia, una
    posesión de Austria. El Banato, Carniola, Istria y
    Macedonia eran otras regiones con peculiaridades propias. Pero, a
    pesar de estas divisiones y de las profundas diferencias
    étnicas y culturales entre los eslavos del sur, se mantuvo
    el deseo de establecer un Estado.

    Formación del Estado
    yugoslavo

    El asesinato del archiduque Francisco
    Fernando de Habsburgo de Austria por un nacionalista serbio fue
    la gota que rebalsó el vaso para desencadenar la I
    Guerra
    Mundial, cuando el Imperio Austro-Húngaro
    declaró la guerra a
    Serbia en 1914. La ocupación de Serbia por los imperios
    centrales durante la I Guerra Mundial y
    la formación de un comité para la unión
    nacional por los eslavos del sur en el exilio, prepararon el
    camino para la creación del Estado yugoslavo. Los principios
    políticos de la unidad se enunciaron en la
    Declaración de Corfú (1917), firmada por los
    representantes del comité y del gobierno serbio en el
    exilio. La declaración estipulaba, esencialmente, la
    creación de una monarquía constitucional federada
    bajo la dinastía de origen serbio de los Karagjorgjevich.
    La desintegración de la monarquía dual de
    Austria-Hungría en los meses finales de la I Guerra Mundial
    dio un impulso espectacular al movimiento de
    independencia
    de los eslavos del sur. En octubre de 1918 se reunieron en Zagreb
    representantes de las distintas dependencias eslavas bajo
    soberanía austríaca y
    húngara. Después de organizar un gobierno
    provisional, los delegados aprobaron una resolución de
    unión con Serbia. La Asamblea Nacional de Montenegro
    tomó medidas similares en noviembre. Alejandro,
    príncipe de Serbia, pendiente de la recuperación de
    su padre enfermo, el rey Pedro I Karagjorgjevich de Serbia,
    aceptó la regencia del gobierno provisional el 1 de
    diciembre de 1918. En ese momento se declaró el nuevo
    Estado, llamado oficialmente Reino de los Serbios, Croatas y
    Eslovenos.

    A consecuencia de las reivindicaciones
    italianas sobre territorios de Dalmacia, la Conferencia de
    Paz de París se bloqueó por el problema de
    delimitación de las fronteras occidentales del nuevo
    reino. En 1919, durante esta interrupción, una fuerza
    italiana bajo mando del escritor y dirigente nacionalista
    Gabriele D'Annunzio conquistó Fiume (hoy Rijeka), una de
    las principales comarcas en disputa. Esta acción y la
    presión de otras potencias aliadas condujeron finalmente a
    las negociaciones directas entre el gobierno italiano y el
    gobierno provisional yugoslavo. Con la firma el 12 de noviembre
    de 1920 del Tratado de Rapallo, Italia y el Reino
    de los Serbios, Croatas y Eslovenos (Yugoslavia a partir de 1929)
    alcanzaron un acuerdo amistoso. A cambio de la
    renuncia a sus reivindicaciones sobre Dalmacia, Italia obtuvo
    Istria y otras concesiones territoriales importantes. El tratado
    también estipulaba que Fiume se convirtiera en ciudad
    libre bajo supervisión de la Sociedad de
    Naciones. Sin embargo, esta disposición no entró en
    vigor y, en 1924, Italia se
    aseguró el reconocimiento yugoslavo de facto de su
    soberanía sobre el puerto. Mientras tanto,
    la creación desde 1920 de la Pequeña Entente, una
    alianza entre Checoslovaquia, Rumania y el Reino de los Serbios,
    Croatas y Eslovenos cuya principal intención era
    desalentar el resurgimiento del poder de los
    Habsburgo en Europa central y oriental, provocó pactos
    similares con otros Estados.

    En noviembre de 1920, cuando se
    resolvieron las disputas fronterizas más importantes, el
    gobierno provisional celebró elecciones para formalizar
    una Asamblea Constituyente. A pesar de la dura oposición
    de los croatas, que estaban a favor de los principios
    constitucionales federalistas, una coalición de centristas
    y conservadores apoyada por los serbios votó el 1 de enero
    de 1921 a favor de una Constitución que estipulaba una forma de
    gobierno muy centralizada. Pedro I de Serbia murió en
    agosto y su hijo, Alejandro I Karagjorgjevich, se
    convirtió en rey.

    El dominio serbio en
    el gobierno, la multiplicidad de partidos
    políticos, la negativa a conceder la autonomía
    a croatas, eslovenos y otros grupos
    minoritarios provocaron intensas luchas políticas
    en el reino. Bajo la dirección de Stjepan Radiç, los
    croatas y sus aliados lucharon sistemáticamente contra el
    sistema y la
    dirección centralista. La primera fase de
    la lucha finalizó en junio de 1928, cuando un diputado
    montenegrino disparó e hirió mortalmente a
    Radiç y a dos de sus colegas parlamentarios en el
    Parlamento nacional. En represalia, el croata Caucus se
    retiró del Parlamento y organizó un régimen
    separatista cuyo cuartel general se estableció en Zagreb.
    La guerra civil
    parecía inminente, pero en enero de 1929 el rey Alejandro
    suspendió la Constitución de 1921, disolvió
    el Parlamento y todos los partidos
    políticos, y asumió el control del
    gobierno de forma dictatorial. El rey, que esperaba imponer
    así la unidad nacional, abolió posteriormente las
    provincias tradicionales y cambió el nombre del estado por
    el de Reino de Yugoslavia ('tierra de los
    eslavos del sur').

    Aunque el monarca suprimió
    rigurosamente a la oposición, las manifestaciones de
    descontento popular se hicieron cada vez más frecuentes en
    todo el territorio. El rey Alejandro promulgó una nueva
    Constitución el 3 de septiembre de 1931, pero la dictadura
    continuó sin cambios en la mayoría de los aspectos.
    A pesar de proporcionar un gobierno parlamentario limitado, la
    Constitución contenía medidas restrictivas
    diseñadas para que el rey continuara dominando el
    gobierno. La mayor parte de los grupos de
    oposición boicoteó las elecciones parlamentarias
    subsiguientes e inauguró una nueva fase en la lucha contra
    el régimen centralista. El 9 de octubre de 1934, el rey
    Alejandro, que en ese momento visitaba Francia en
    misión
    diplomática, fue asesinado por un terrorista macedonio
    conectado con grupos
    separatistas croatas. El hijo del rey, aún joven,
    accedió al trono yugoslavo con el nombre de Pedro II. Un
    consejo de regencia presidido por el príncipe Pablo, un
    primo del rey fallecido, asumió el control del
    gobierno. A finales de la década de 1930 el gobierno fue
    obligado a demostrar una actitud
    más conciliadora hacia los croatas y en 1939
    estableció finalmente un sistema federal. Yugoslavia
    comenzó a entablar relaciones más estrechas con la
    Alemania de
    Hitler.

    En 1939, cuando estalló la II
    Guerra
    Mundial, el gobierno yugoslavo se declaró neutral, pero en
    marzo de 1941 sucumbió a la presión alemana y
    accedió a unirse al Pacto Tripartito con Alemania,
    Italia y
    Japón. Al poco tiempo la
    indignación popular por este hecho culminó en un
    golpe de
    Estado. La regencia fue depuesta y, con el apoyo del rey
    Pedro, los insurgentes formaron un gobierno dispuesto a mantener
    la neutralidad.

    La respuesta de las potencias del Eje fue
    rápida, apoyados por fuerzas italianas, húngaras y
    búlgaras, los ejércitos alemanes invadieron
    Yugoslavia en abril. El rey Pedro y el gobierno huyeron y el alto
    mando del Ejército yugoslavo, superado en número,
    se rindió. Sin embargo, cientos de miles de soldados
    yugoslavos conservaron sus armas y se
    ocultaron en las montañas. El reino derrotado fue
    desmembrado rápidamente. Italia invadió la
    región de Dalmacia, parte de Eslovenia y Montenegro,
    mientras que Alemania hizo
    lo propio con el resto de Eslovenia. Serbia también fue
    ocupada por los alemanes, que cedieron el control nominal
    de gran parte de la región a un gobierno títere.
    Hungría obtuvo la región occidental de la provincia
    serbia de Voivodina, y Bulgaria ocupó la mayor parte de la
    Macedonia yugoslava. En Croacia se creó, bajo
    protección italiana, un gobierno títere profascista
    encabezado por Ante Pavelia, cuyos seguidores recibieron el
    nombre de ustachis, 'insurrectos' que habían
    efectuado atentados terroristas contra la política centralista
    de los Karagjorgjevich; Bosnia quedó bajo su control.

    Durante más de dos años
    después de la división de Yugoslavia hubo una gran
    confusión militar y política en el país.
    Bajo el general monárquico Draza Mihaíovic, los
    serbios nacionalistas, (llamados chetniks) prosiguieron
    una guerra de
    guerrillas contra el gobierno títere croata y sus
    protectores extranjeros. Los nacionalistas croatas, bajo los
    auspicios del régimen de Ustasa, tomaron represalias con
    una campaña de exterminio contra los serbios. Otros
    destacamentos guerrilleros, dirigidos por Josip Broz Tito,
    comunista croata, lucharon contra los invasores y los
    ustachis croatas al mismo tiempo.
    Había muchas diferencias entre los dos grupos resistentes,
    no sólo en su ideología política sino
    también en sus tácticas. En diciembre de 1941 el
    gobierno yugoslavo en el exilio reconoció a
    Mihaílovic como comandante en jefe de los contingentes de
    la resistencia
    nacional, una decisión que complicó aún
    más la política interior.

    En 1942 los partidarios de Tito, tras
    conseguir de facto el control de parte
    de Bosnia, crearon un gobierno provisional. Este gobierno, el
    Consejo para la Liberación Nacional, acusó
    más tarde a los chetniks de colaboracionismo. A
    partir de entonces hubo frecuentes encuentros armados entre ambas
    facciones.

    Durante 1943 el Consejo para la
    Liberación Nacional amplió sus operaciones
    militares en Yugoslavia, formó un ejército de
    más de 100.000 soldados y conquistó más de
    100.000 km.2 de territorio yugoslavo. Misiones británicas
    y estadounidenses se unieron al ejército de
    Mihaílovic a finales de 1943. En diciembre, el Consejo,
    tras negarse a reconocer la autoridad del
    gobierno en el exilio, estableció un parlamento nacional.
    En el verano de 1944 la ruptura entre los gobiernos
    monárquico y provisional se subsanó, gracias en
    gran parte a la mediación británica. Por las
    condiciones del acuerdo, el régimen provisional
    recibió representación en el gobierno en el exilio
    y Tito, que había sido ascendido al rango de mariscal,
    reemplazó a Mihaílovic como jefe oficial del
    Ejército yugoslavo. En septiembre de 1944 los
    ejércitos aliados, junto a las fuerzas de Tito, lanzaron
    una ofensiva contra el ejército de ocupación
    alemán en Yugoslavia. Las tropas alemanas fueron
    expulsadas de Belgrado y de la mayoría de sus bastiones
    yugoslavos antes del final de octubre.

    Un mes más tarde, después
    de varias conferencias en Moscú entre representantes
    soviéticos, británicos y de los dos gobiernos
    yugoslavos, se comenzó a planificar la unión del
    gobierno monárquico yugoslavo y el Consejo para la
    Liberación Nacional. Las características del régimen
    proyectado establecían la autonomía local para los
    distintos grupos étnicos y un consejo de regencia, que
    ejercería los poderes del rey Pedro, cuya posición
    se determinaría en un plebiscito. En marzo de 1945 se
    formó un nuevo gobierno en el que el mariscal Tito era
    primer ministro y los comunistas ocupaban puestos claves; dicho
    gobierno promulgó un programa de
    reformas económicas y sociales moderadas. La
    monarquía fue abolida en agosto por lo que el rey
    continuó en el exilio.

    En noviembre de 1945 se celebraron
    elecciones para formar una asamblea constituyente. Los grupos
    políticos moderados, a los que se prohibió
    oficialmente presentarse como candidatos, boicotearon las
    elecciones. Los candidatos del comunista Frente de Unión
    Nacional se aseguraron la aprobación del 80% del
    electorado. El 29 de noviembre la recién elegida Asamblea
    Constituyente, que consideró el voto recibido como un
    mandato contra la monarquía, proclamó la
    República Federal Popular de Yugoslavia. En el transcurso
    de las semanas siguientes, Estados Unidos,
    Gran Bretaña y la Unión Soviética
    reconocieron a la República. Tras la adopción
    de una nueva Constitución en enero de 1946, la Asamblea
    Constituyente se transformó en el Parlamento nacional. En
    el nuevo gabinete formado en febrero, cuyo primer ministro era el
    mariscal Tito, la representación comunista se
    incrementó notablemente.

    Poco después del final de la
    guerra, el gobierno de Tito nacionalizó varios sectores de
    la economía,
    impuso restricciones a la Iglesia católica y
    disolvió a los grupos de oposición; los
    periódicos críticos a la política del
    gobierno de Tito fueron eliminados y los sindicatos se
    convirtieron en organizaciones
    semioficiales. Mihaílovic fue capturado y encausado por
    traición y colaboración con el enemigo; él y
    otros ocho dirigentes chetniks fueron condenados y
    ejecutados en julio de 1946.

    Yugoslavia adoptó una nueva
    Constitución en 1953 que convirtió a Tito en
    presidente del Estado, y otra en 1963, en la que se cambió
    nuevamente el nombre del país, que pasó a
    denominarse República Federal Socialista de Yugoslavia. En
    las décadas siguientes se hicieron ajustes
    políticos en el gobierno, muchos relacionados con la
    cesión de varias funciones
    gubernamentales a las repúblicas federadas. Sin embargo,
    durante este periodo no disminuyó el control de Tito sobre
    el país.

    Cuando comenzó la Guerra
    Fría a finales de la década de 1940, Yugoslavia
    se alió con la URSS y rechazó participar en el
    Plan Marshall,
    elaborado y financiado por Estados Unidos.
    En 1947 Yugoslavia se unió a las naciones comunistas para
    crear la Oficina de
    Información Comunista (Cominform), que
    sucedió a la Tercera Internacional, disuelta en 1943.
    Belgrado fue designada sede de la nueva organización. No obstante, a principios de
    1948 Tito se negó a aceptar las directrices del dirigente
    soviético Stalin, y la URSS, a través del
    Cominform, tomó represalias. En una reunión
    celebrada en Bucarest en junio, que Yugoslavia boicoteó,
    el Cominform denunció a Tito y al Partido Comunista de
    Yugoslavia y les acusó de importantes desviaciones de la
    política comunista ortodoxa. Un congreso del partido
    yugoslavo reafirmó su lealtad al marxismo-leninismo pero reeligió a Tito, a
    quien los dirigentes soviéticos habían
    creído derrocar. El éxito del comunismo
    nacional yugoslavo obstaculizó los esfuerzos
    soviéticos por controlar el bloque comunista y
    sentó un precedente de independencia
    que siguieron en algunos aspectos otros países
    comunistas.

    El conflicto entre soviéticos y
    yugoslavos se agudizó en 1949, cuando la URSS y otros
    países comunistas derogaron los tratados de
    amistad con
    Yugoslavia y prohibieron la entrada del país en el
    recién creado Consejo de Ayuda Mutua Económica,
    COMECON o CAME. Durante la guerra de Corea, Yugoslavia, al
    contrario que otros países comunistas, apoyó a las
    Naciones Unidas
    en el embargo de armas a Corea del
    Norte y la China
    comunista. En 1953 Yugoslavia, junto a Grecia y
    Turquía, estableció una serie de tratados para
    formar la Entente Balcánica, que perdió importancia
    a medida que las relaciones entre los países comunistas
    mejoraron.

    Poco después de la muerte de
    Stalin, en 1953, la URSS y el resto de los países
    comunistas reanudaron las relaciones diplomáticas con
    Yugoslavia, pero no volvió a unirse al Cominform o a
    integrarse en el Comecon. En 1954 Yugoslavia participó en
    las celebraciones del aniversario de la Revolución
    Rusa en Moscú y los dirigentes soviéticos se
    unieron a la celebración del décimo aniversario de
    la liberación rusa de Belgrado. No obstante, junto a las
    demostraciones de amistad mutua,
    Tito continuó respetando las obligaciones
    yugoslavas con Occidente. La visita del primer ministro
    soviético Nikita Jrushchov a Belgrado en 1956 fue seguida
    de un acuerdo de intercambio cultural, un préstamo
    soviético de 84 millones de dólares y la
    cancelación de la deuda yugoslava, estimada en 90 millones
    de dólares.

    En los años siguientes, las
    relaciones yugoslavas con la URSS fueron vacilantes. Sin embargo,
    Jrushchov y Tito intercambiaron visitas cordiales en 1956; a
    principios de
    1957, en las celebraciones del cuarenta aniversario de la
    Revolución
    Rusa, Yugoslavia tomó parte junto a otros
    países comunistas en un manifiesto de paz pero no
    participó en su declaración de solidaridad. En
    1958 descendió el comercio entre
    ambos países, pero en 1962 se reanudaron las visitas
    amistosas recíprocas y en Moscú, Tito habló
    ante el Soviet Supremo. En 1963 el comercio con
    la URSS y otros países comunistas se incrementó, a
    pesar de lo cual el 70% del comercio
    yugoslavo se realizaba con los países occidentales y no
    alineados. En 1964 Yugoslavia se convirtió en miembro
    observador del Comecon y participó en sus comisiones de
    comercio,
    industrias
    metalúrgicas y químicas. En la década de
    1960, los lazos de Yugoslavia con Occidente habían hecho
    que empeoraran las relaciones con la China
    comunista y Albania.

    En 1954 Tito dio el primer paso para
    formar la
    Organización de Países No Alineados. En 1961
    Tito preparó una conferencia de
    países no alineados en Belgrado, a la que acudieron 21
    países africanos y asiáticos y contó con la
    presencia de Cuba.
    Yugoslavia, India y
    Egipto fueron
    las naciones dirigentes de la
    Organización de Países No Alineados en sus
    primeros años de existencia.

    En las Naciones Unidas,
    Yugoslavia votó casi siempre en bloque con los
    países comunistas pero no les apoyó en la crisis coreana
    y votó a favor de ampliar el Consejo de Seguridad y el
    Consejo Económico y Social, algo a lo que Rusia se opuso.
    Yugoslavia también condenó la ocupación de
    Checoslovaquia por las tropas del Pacto de Varsovia en
    1968.

    A finales de la década de 1960 y
    principios de la siguiente hubo una mejoría en las
    relaciones de Yugoslavia con otros países sin tener en
    cuenta su orientación política. En 1971 Tito y el
    dirigente soviético Leonid Ilich Brezhnev se reunieron en
    Belgrado y firmaron una declaración que reafirmaba la
    independencia
    política de Yugoslavia aunque se fortalecían los
    lazos entre ambos Estados. Esa política se reflejó
    en las visitas amistosas que intercambiaron soviéticos y
    yugoslavos; al mismo tiempo, Tito mantuvo buenas relaciones con
    el Mercado
    Común Europeo, Estados Unidos y
    China. En
    1979, en la reunión de los Países No Alineados en
    La Habana, Tito dirigió a los moderados en contra de la
    postura procomunista del dirigente cubano Fidel
    Castro.

    Los últimos años del
    gobierno de Tito tuvieron menos éxito en política
    interior. La economía se
    estancó, aumentó la inflación y el desempleo, lo que
    provocó un aumento del número de huelgas; en
    consecuencia, un enorme déficit en el comercio
    exterior, a pesar de la devaluación del dinar y de los
    acuerdos comerciales con el Este y el Oeste. La tensión
    entre croatas y serbios aumentó y se tradujo en
    disturbios, secuestros aéreos y asesinatos y
    provocó una dura represión. Cientos de croatas y
    otros acusados de nacionalismo
    subversivo, liberalismo o
    tendencias prosoviéticas fueron purgados del partido,
    expulsados o encarcelados.

    Tito murió el 4 de mayo de 1980
    tras una larga enfermedad. Con su muerte,
    llegó a su fin el gobierno unipersonal en Yugoslavia. De
    acuerdo con la Constitución de 1974, se instituyó
    en el país un sistema de dirección colegiada en el que el gobierno y
    los cargos del partido se alternaban todos los años. Una
    serie de planes de austeridad sirvieron de poco para mejorar la
    economía,
    con una deuda externa
    superior a los 15.000 millones de dólares; el aumento de
    la inflación y del desempleo, el
    nivel de vida descendió paulatinamente durante la
    década de 1980.

    La debilidad de la economía y de la
    jefatura del gobierno estimuló el desarrollo del
    enfrentamiento étnico, mientras los movimientos
    separatistas en las distintas repúblicas y provincias
    amenazaban la viabilidad del país. Durante la
    década de 1980 aumentaron las tensiones en la provincia de
    Kosovo, que había logrado la autonomía en 1968 tras
    los disturbios en protesta por el control serbio, protagonizados
    por la mayoría albanesa que demandaba una mayor
    independencia; de este modo se mantuvieron serios enfrentamientos
    con los serbios y los montenegrinos durante toda la
    década; los esfuerzos del gobierno serbio por imponer su
    autoridad
    sobre Kosovo contribuyeron a complicar las relaciones entre
    Yugoslavia y Albania. Hacia finales de la década de 1980,
    Serbia reafirmó su control sobre Kosovo y la provincia
    autónoma de Voivodina, cuya autonomía fue
    suprimida.

    En mayo de 1989 se convirtió en
    presidente de Serbia, sustituyendo a Stambolic Slodovan
    Milosevic. Su partido, ahora denominado Partido Socialista de
    Serbia, obtuvo 194 de los 250 escaños del Parlamento
    serbio. En enero de 1990 la Liga de los Comunistas de Yugoslavia
    acordó ceder su monopolio en
    el poder
    político. Nacido en 1941, presidente de Serbia desde 1989
    e impulsor de las ambiciones nacionalistas serbias en la antigua
    Yugoslavia. Milosevic, descendiente de montenegrinos,
    nació en Pozarevac (Serbia). Su padre, de profesión
    maestro de escuela,
    abandonó el hogar cuando Milosevic estudiaba en la
    escuela de
    primaria y se suicidó en 1962. Su madre igualmente se
    quitó la vida en 1973. Milosevic contrajo matrimonio con
    Marjana Markovic, una compañera de la escuela superior
    y activista comunista, hija de una importante familia comunista
    serbia. En 1959 se afilió a la Liga de los Comunistas de
    Yugoslavia. Se graduó en derecho por la Universidad de
    Belgrado en 1964.

    Milosevic fue director del principal
    banco de
    Belgrado desde 1978 hasta 1983. En 1984 Ivan Stambolic,
    presidente de la Liga de los Comunistas de Serbia le
    nombró jefe de la
    organización del partido en Belgrado. En enero de 1986
    Milosevic sucedió a Stambolic en la presidencia del
    partido. Milosevic se convirtió en máximo exponente
    del nacionalismo
    serbio con motivo del intento separatista de la provincia
    autónoma de Kosovo (con un 90% de población
    albanesa). Los grupos nacionalistas y conservadores recibieron un
    gran apoyo en las elecciones de 1990, las primeras elecciones
    libres desde la II Guerra Mundial.

    En las primeras elecciones presidenciales
    multipartidistas y directas en Serbia, celebradas en diciembre de
    1990, Milosevic fue reelegido presidente de la República
    de Serbia por abrumadora mayoría. Las declaraciones de
    independencia proclamadas por todas las repúblicas de
    Yugoslavia, excepto Serbia y Montenegro, originaron la Guerra
    Civil en Croacia (1991) y Bosnia-Herzegovina.

    CONFLICTO EN
    BOSNIA
    :

    Durante 1991, las tensiones
    étnicas por toda Yugoslavia contribuyeron a debilitar la
    precaria presidencia bosnia. Cuando Croacia y Eslovenia
    declararon su independencia de Yugoslavia en junio de 1991,
    muchos serbios del resto de las repúblicas empezaron a
    proclamar su lealtad a la Yugoslavia bajo dominio serbio.
    En Bosnia-Herzegovina, como en Croacia, formaron las Regiones
    Autónomas Serbias (RAS). El rechazo de la RAS por el
    gobierno bosnio llevó a serbios y no serbios a conflictos
    armados. Estos conflictos se
    agravaron después de que Macedonia declarara su
    independencia de Yugoslavia en septiembre de 1991. El
    Ejército Popular Yugoslavo demostró su
    oposición a la secesión de las tres
    repúblicas cuando tomó el poder en
    Mostar, en el noroeste de Bosnia-Herzegovina, y sitió
    desde allí Dubrovnik, el centro turístico
    más famoso de Croacia. La deteriorada situación
    nacional se reflejaba en el gobierno de Bosnia. El partido
    Democrático Serbio rechazó las propuestas de
    declarar la independencia, promovidas por la presidencia de la
    república y por el PAD. Las negociaciones entre los
    diversos partidos concluyeron en un punto muerto. Los disidentes
    serbios formaron una Asamblea de la Nación Serbia y
    celebraron un referéndum para que los serbios decidieran
    si formarían parte de Yugoslavia. Mientras casi todos los
    participantes en este referéndum votaban a favor de
    permanecer en Yugoslavia, en otro plebiscito similar, celebrado
    en febrero y marzo de 1992 y abierto a todos los grupos
    étnicos (pero boicoteado por la mayor parte de los
    serbios), los votantes optaron por separarse. Ese mismo mes,
    Bosnia y Herzegovina declararon su
    independencia.

    A pesar del reconocimiento internacional
    de la independencia de Bosnia y Herzegovina, primero por los
    Estados Unidos
    en abril de 1992 y después por las Naciones Unidas
    (ONU) en mayo de
    1992, el conflicto dentro del país fue en aumento. Hacia
    mayo de 1992, cuando Serbia y Montenegro acordaron constituirse
    como una República Federal de Yugoslavia (RFY), las
    fuerzas serbias habían ganado el control de más de
    dos tercios de Bosnia-Herzegovina y sitiaron a Sarajevo. Los
    primeros esfuerzos de mediación de la Comunidad Europea
    (CEE), ahora denominada Unión
    Europea (UE), y de la ONU fracasaron; y
    el 30 de mayo de 1992, esta última impuso sanciones
    económicas a la nueva Yugoslavia, que no había
    obtenido el reconocimiento internacional a mediados de 1994. La
    guerra tomó una nueva dirección en julio, cuando un grupo de
    croatas, bajo el liderazgo de
    Mate Bobas, logró el control de un tercio del territorio
    del país y formó la denominada Herceg-Bosna, una
    unión a la que la república de Croacia
    proporcionaba apoyo. Esto motivó la suspensión de
    la alianza croata y musulmana contra los serbios y
    convenció a los mediadores de la UE y la ONU de la
    conveniencia de su primer propósito, en marzo de 1992, de
    dividir el país en tres unidades autónomas como
    medio para poner fin a las hostilidades. Del mismo modo que en
    anteriores ocasiones, esta propuesta fue
    rechazada.

    El gobierno bosnio continuó
    requiriendo la intervención de la ONU en el desarrollo de
    la guerra. También solicitó a la comunidad
    internacional el reconocimiento de que la imposición de
    sanciones contra Yugoslavia realmente era más perjudicial
    para Bosnia que, a causa del embargo, no podía recibir
    armas o
    suministros. Los oficiales bosnios también intentaron
    granjearse el apoyo del mundo islámico. Durante la segunda
    mitad de 1992, la comunidad
    internacional se concienció de las numerosas violaciones
    de los derechos humanos
    en el país. En particular, la violación
    sistemática de 20.000 musulmanas por los soldados serbios,
    en el nombre de la limpieza étnica, fue reconocida como
    una atrocidad sin precedentes en tiempos de guerra. La
    mediación internacional, sin embargo, pudo lograr muy poco
    y el plan de paz de
    Vance-Owen fracasó a mediados de 1993. En junio de 1993,
    el Consejo de Seguridad de la
    ONU aprobó una resolución mediante la que se
    creaban seis 'áreas de seguridad' para
    los bosnios musulmanes: Bihac, Tuzla, Srebrenica, Zepa, Gorazde y
    Sarajevo. La resolución exigió el despliegue de
    más de 25.000 soldados adicionales de la ONU, a los que se
    dio la orden de usar la fuerza para
    defender dichas áreas. Aunque las áreas seguras
    servían de refugio a muchos refugiados, la comunidad
    internacional reconoció la ineficacia general de esta
    resolución. Algunas de las zonas seguras sufrieron los
    ataques de las fuerzas serbias: Sarajevo estuvo constantemente
    sitiada desde abril de 1992 y Gorazde fue duramente bombardeada
    por los serbios desde principios de abril de 1994. En septiembre
    de 1993, el parlamento bosnio rechazó una propuesta de
    dividir Bosnia-Herzegovina en tres regiones étnicas,
    aduciendo que el plan
    concedía a los serbios demasiado territorio (51% frente al
    31% para los musulmanes bosnios y un 18% para los croatas
    bosnios).

    En marzo de 1994, las hostilidades entre
    bosnios musulmanes y croatas finalizaron, al acordar ambos grupos
    la creación de una federación conjunta, aliada con
    la república de Croacia. Esta federación se
    constituía sobre el 58% del territorio de
    Bosnia-Herzegovina, muy inferior al ocupado por los serbios (que
    todavía controlaban un 72% de Bosnia-Herzegovina). Ocho
    cantones formarían la federación, cuatro de ellos
    bajo dominio
    musulmán, dos controlados por los croatas y los otros dos,
    por una mezcla étnica. A inicios de junio, la
    federación había elegido un presidente y un
    vicepresidente y había programado elecciones generales
    para el final de 1994. La nueva federación
    coexistió con el gobierno establecido de la
    república de Bosnia y Herzegovina, que permaneció
    bajo la dirección del presidente Alija
    Izetbegovic.

    La creación de la alianza
    alentó la esperanza de que pudiera alcanzarse la paz en
    Bosnia-Herzegovina. Sin embargo, la alianza se enfrentó a
    la resistencia no
    sólo de los serbios bosnios, sino también de un
    grupo
    separatista de musulmanes bosnios en Bihac, al noroeste de
    Bosnia. En junio de 1994 se declaró un breve cese del
    fuego, pero la guerra continuó de forma esporádica.
    A finales de julio se propuso otro plan de paz
    internacional que fue rechazado de nuevo por los serbios bosnios.
    La comunidad internacional respondió con el anuncio de
    más sanciones económicas contra Serbia y
    Montenegro.

    • la actualidad en
      Kosovo:

    Desde 1981, la Provincia (anteriormente
    autónoma) de Kosovo, ubicada al sur de Serbia y limitando
    con Albania es un foco de tensión en los Balcanes, fue a
    partir de ese año que se apartó del gobierno o
    cargo público a cualquier kosovar integrante de la etnia
    albano-kosovar con el fin de desmantelar cualquier intento y
    vestigio separatista en la zona. La discriminación hacia la citada etnia, se
    fue incrementando y se prohibió la asistencia a la
    Universidad de Pristina a los albano-kosovares, y ya hacia 1989
    con el acceso al gobierno de Milosevic la limpieza étnica
    se puso en marcha, con expulsión, matanzas y violaciones a
    la población albano-kosovar. La gravedad del accionar del
    régimen Serbio, y teniendo como antecedente el genocidio
    en Bosnia Erzegovina, llevó a que la comunidad
    internacional comparara el accionar del presidente Milosevic con
    el llevado a cabo por Hitler en la II
    guerra mundial. No obstante esto, la intervención de las
    Naciones Unidas en la provincia en conflicto nunca llegó.
    En cambio, la
    OTAN (Organización creada a fines de la II Guerra
    Mundial con fines específicamente defensivos)
    decidió entrar en acción a principios de este
    año, iniciando una nueva etapa en el ámbito de las
    relaciones
    internacionales, ocupando el lugar del Consejo de Seguridad de las
    Naciones Unidas como "fuerza de
    policía internacional" ante la negativa encabezada por
    Rusia y China. El
    accionar comenzó exhortando a Serbia a finalizar las
    oscuras actividades de limpieza étnica y luego de manera
    efectiva, enviando tropas a las zonas limítrofes y
    más adelante, y ante la negativa de Serbia de firmar un
    acuerdo de paz, mediante bombardeos aéreos sobre
    territorios Serbios y Kosovares. Durante 78 días, la OTAN
    llevó a cabo una guerra aérea contra Yugoslavia
    para forzar al régimen del presidente Slobodan Milosevic a
    aceptar una salida al conflicto de Kosovo, la operación
    Fuerza Aliada
    y la violencia
    represiva desatada por las fuerzas serbias en Kosovo arrojaron el
    siguiente resultado: graves destrucciones en Serbia y Kosovo,
    decenas de civiles muertos por causa de errores en los bombardeos
    aliados, el éxodo de 886.908 albano-kosovares y el
    asesinato de al menos 10.000 de ellos por parte de los serbios.
    Estos son los principales hechos ocurridos durante la guerra y
    las negociaciones posteriores:

    • Fines de Febrero a Principios de
      Marzo: Ya en los primeros días del mes de marzo de este
      año, el presidente de Yugoslavia, Slobodan Milosevic,
      rechazó "total y definitivamente" cualquier posibilidad
      de permitir el ingreso de fuerzas multinacionales de la OTAN en
      Kosovo el mandatario expresó claramente su
      negación dejar que unos 30.000 hombres de la Alianza
      ingresen para "tareas de control" en esa provincia yugoslava,
      este fue uno de los desencadenantes de lo que hasta hoy
      representa una crisis
      mundial, que dejo a todo el mundo con sus ojos
      allí.

    En momentos en que se esperaba un paso
    definitivo hacia la paz en Yugoslavia, la violencia
    volvió a estallar durante los primeros días de
    marzo en ese país, con inusitada crudeza, cuando 12
    personas de origen albanés murieron y 58 resultaron
    heridas en tres explosiones registradas en el norte de la
    provincia de Kosovo, mientras en el Nordeste y en la frontera con
    Albania rebeldes de esa etnia dispararon contra guardias serbios,
    esto ocurría mientras las delegaciones de albaneses
    kosovares y de serbios viajaban a Rambouillet, Francia, donde
    comenzaría la segunda ronda de negociaciones de paz,
    iniciadas en febrero, sin que se llegara a un
    acuerdo.

    Sin embargo, dada la gravedad de la
    situación, calificada de "extremadamente peligrosa" tras
    los atentados, la Unión
    Europea exigió al Grupo de
    Contacto que dé a serbios y kosovares un plazo
    máximo de 96 horas para firmar un acuerdo de paz. Y, de no
    cumplirlo, la
    Organización del Tratado del Atlántico Norte
    (OTAN) atacaría a Serbia estrenando su nueva
    conformación con los ex satélites
    soviéticos que se incorporaron a la Alianza. El presidente
    de Yugoslavia, Slobodan Milosevic, se negó rotundamente a
    aceptar un acuerdo que signifique el ingreso de tropas
    extranjeras en suelo
    yugoslavo.

    Las conversaciones buscaron poner fin a
    la lucha separatista que estalló el año pasado y
    que al mes de marzo, contabilizaba 2000 muertos y desplazó
    de sus hogares a unas 300.000 personas en la provincia de Kosovo,
    habitada en su 90% por miembros de la etnia albanesa.
    También quieren dar autonomía política a los
    kosovares, pero manteniendo la provincia dentro de Serbia,
    república dominante en Yugoslavia.

    EE.UU. se prepara para evacuar Serbia:
    Washington retiraría al personal de su
    representación en Belgrado ante la inminencia de un ataque
    por parte de la OTAN. El gobierno de los Estados Unidos se
    está preparando para evacuar a sus diplomáticos de
    la república de Yugoslavia ante la posibilidad de un
    ataque militar de la OTAN contra los serbios, al alejarse las
    esperanzas de un acuerdo de paz. El personal de la
    embajada de los Estados Unidos en Yugoslavia considerado no
    esencial fue evacuado en octubre y volvió a sus puestos en
    febrero, al iniciarse las conversaciones. Por otra parte,
    Washington afirmó estar "muy preocupado" por los
    movimientos de tropas serbias en las inmediaciones de Kosovo y
    renovó sus advertencias respecto del lanzamiento de una
    nueva ofensiva contra los albaneses kosovares, que ya se
    mostraron dispuestos a firmar el acuerdo.

    Bill Clinton quería "dejar muy en
    claro" que en caso de que la intransigencia serbia hiciera
    fracasar el acuerdo de paz que debería haberse firmado en
    Francia,
    "habría consecuencias", y aseguró que Washington
    sigue la evolución de los acontecimientos con mucha
    atención. Slobodan Milosevic, "tiene que entender muy
    claramente que si continúa utilizando masivamente la
    represión contra la gente de allí, la OTAN tiene la
    autoridad para
    actuar".

    El vocero del Alto Comisionado de las
    Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), Fernando del Mundo,
    aseguró a principios de marzo que unos 7000 albaneses
    kosovares habían huido de pueblos del sur de Kosovo, a
    raíz de los combates que se registraron en la zona durante
    esos días: "La población empezó a abandonar
    sus hogares esta mañana y las aldeas de Kabas y Prizen han
    quedado parcialmente abandonadas debido a los ataques de la
    artillería del ejercito yugoslavo". Del Mundo,
    además expresó su esperanza de que los desplazados
    volvieran a sus hogares cuando cesaran los ataques y
    aseguró que el Acnur suministraría ayuda a la
    población de esa zona.

    • 24 de marzo: comienzo de los
      bombardeos de la OTAN contra objetivos
      militares en Yugoslavia.
    • 31 de marzo: tres soldados
      estadounidenses son tomados prisioneros en la región
      fronteriza entre Yugoslavia y Macedonia. Los tres serán
      puestos en libertad a
      principios de mayo.
    • 12 de abril: la OTAN bombardea por
      error un tren sobre un puente ferroviario; decenas de muertos
      civiles.
    • 14 de abril: la OTAN ataca por error
      una columna de refugiados en Djakovica; más de 70
      muertos.
    • 1º de mayo: el bombardeo aliado
      de un puente en Kosovo causa la muerte de
      unos 40 pasajeros de un ómnibus.
    • 5 de mayo: dos soldados
      estadounidenses pierden la vida al desplomarse un
      helicóptero Apache durante un vuelo de entrenamiento
      en Albania.
    • 6 de mayo: el G-8 aprueba un conjunto
      de principios básicos para un acuerdo de paz, que
      deberá plasmarse en una resolución del Consejo de
      Seguridad de
      la ONU.
    • 7 de mayo: la OTAN bombardea por error
      la embajada de China en
      Belgrado, ocasionando tres muertos.
    • 27 de mayo: el Tribunal Penal
      Internacional para la ex Yugoslavia acusa a Milosevic de
      crímenes de guerra.
    • 3 de junio: el Parlamento y el
      presidente Milosevic aceptan el plan del G-8
      presentado por los enviados especiales de Rusia, Viktor
      Chernomyrdin, y de la Unión
      Europea, el presidente finlandés, Martti
      Ahtisaari.
    • 9 de junio: en Macedonia, militares de
      la OTAN y Yugoslavia llegan a un acuerdo para la retirada
      serbia de Kosovo y el ingreso de una fuerza
      internacional de paz.
    • 10 de junio: comienza la retirada
      serbia; la OTAN suspende sus bombardeos. El Consejo de
      Seguridad de la ONU aprueba una resolución para la
      entrada en acción de la Fuerza Internacional de Paz para
      Kosovo (KFOR).

    12 de junio: sorpresivamente, Rusia
    ordena la entrada en Kosovo de un contingente de alrededor de 200
    paracaidistas, que toman el aeropuerto de Pristina. Las primeras
    tropas de la KFOR cruzan la frontera con Kosovo. Tropas rusas
    ingresaron en Kosovo: Moscú dijo que fue un error y
    ordenó la retirada; también entraron las fuerzas de
    la OTAN. El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Igor Ivanov,
    calificó el ingreso de su propio ejército en
    Pristina como "un acontecimiento desafortunado" y dijo que se les
    ordenó a las tropas abandonar la ciudad: "Vamos a
    determinar las razones de esto. Se les ha ordenado abandonar
    Kosovo y aguardar nuevas órdenes", dijo el funcionario,
    quien, horas antes, había acordado con la OTAN que ese
    ingreso no se produciría. La Casa Blanca, que había
    reaccionado con gran preocupación ante el despliegue ruso,
    aceptó las explicaciones del canciller Ivanov: "No tenemos
    razones para dudar que habrá una retirada inmediata de las
    tropas rusas de Pristina", dijo Mike Hammer, del Consejo de
    Seguridad Nacional de los Estados Unidos. "Dejamos al gobierno
    ruso determinar qué sucedió exactamente",
    señaló el funcionario.

    La llegada de la columna rusa se
    había adelantado a la de las tropas inglesas que, a las
    3:19 hs. ingresaron en Kosovo desde la vecina Macedonia a bordo
    de helicópteros Chinook. Los soldados rusos partieron de
    Bosnia y cruzaron Yugoslavia hasta Pristina. La
    participación de Rusia en la KFOR generó no pocas
    controversias y algunas amenazas, como la que realizó un
    vocero del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK),
    grupo guerrillero que se opone al ingreso de tropas rusas y que
    anticipó futuros choques armados. Gran cantidad de
    pobladores salió a las calles de la ciudad para dar la
    bienvenida a los soldados enviados por Moscú, aliado
    tradicional de Serbia. "¿Dónde estaban, hermanos
    rusos?", decía una pancarta, mientras al grito de
    "¡Rusia, Rusia!" los pobladores disparaban al aire y arrojaban
    bengalas y cohetes para darles la bienvenida. La actitud rusa,
    aunque después haya sido considerada como equivocada,
    logró sin embargo eclipsar la perspectiva de una entrada
    triunfal de los aliados en Kosovo. Cuando se conoció la
    noticia del desplazamiento de las fuerzas rusas -unos 41
    vehículos blindados y 200 efectivos hacia la frontera de
    Serbia con Kosovo, Ivanov justificó el movimiento
    militar señalando que era el paso previo para el
    despliegue internacional en Kosovo. El canciller le había
    garantizado a su par norteamericana, Madeleine Albright, que las
    tropas rusas no ingresarían en Kosovo hasta que se llegara
    a un acuerdo con la OTAN. Los rusos insisten en que sus tropas no
    estarán bajo el mando de militares de países de la
    OTAN y quieren un sector de su exclusiva responsabilidad. La columna rusa, con varias
    decenas de vehículos militares con las siglas de KFOR
    recién pintadas (sobre la sigla SFOR, la fuerza de
    estabilización para Bosnia) había sido saludada con
    flores y vítores a su paso por Belgrado.

    • 13 de junio: Se descubren fosas
      comunes anteriormente detectadas por fotos
      aéreas y satelitales en la Provincia de Kosovo. Esto
      afirmaría la matanza indiscriminada o "limpieza
      étnica" llevada a cabo por el régimen de
      Milosevic.
    • 18 junio: Estados Unidos y Rusia
      llegan a un acuerdo sobre la incorporación de fuerzas
      militares rusas en la KFOR. El Consejo de Seguridad de las
      Naciones Unidas emitió una resolución para
      especificar el accionar de las tropas internacionales en
      Kosovo, la resolución del Consejo de Seguridad de las
      Naciones Unidas tiene como principales
      elementos:

    • El fin inmediato y verificable de
    toda la represión y la violencia en
    Kosovo y el retiro de todas las fuerzas militares, de
    policía y paramilitares serbias de la
    provincia.

    • El despliegue de una fuerza
    internacional de paz con los auspicios de las Naciones Unidas. La
    fuerza será responsable de evitar nuevas hostilidades,
    desmilitarizar al Ejército de Liberación de Kosovo
    (ELK) y crear un ambiente
    seguro para el
    retorno de los refugiados.

    • La finalización de las
    acciones
    ofensivas por parte del ELK y otros grupos de albano-kosovares
    armados.

    • El regreso de unos cientos de
    efectivos serbios que tendrán como tareas el desminado de
    la provincia, el control de sus fronteras y el resguardo del
    patrimonio
    cultural serbio.

    • La búsqueda de una
    solución política basada en los principios
    adoptados el 6 de mayo último por el Grupo de los Ocho
    (G-8) y el acuerdo aprobado por el Parlamento serbio el 3 de este
    mes.

    • El establecimiento de una administración interina para Kosovo que
    permita el regreso de los refugiados y promueva una
    autonomía sustancial y autogobierno dentro de
    Yugoslavia.

    • La cooperación de todos los
    Estados miembros y la Fuerza Internacional de Paz para Kosovo
    (KFOR) con el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia.
    El presidente Milosevic y cuatro de sus más cercanos
    asesores fueron acusados de crímenes de guerra el mes
    último.

    • La contribución para la
    reconstrucción de Kosovo y el llamado a una conferencia de
    donantes para financiar los gastos.

    • 20 de junio: el secretario general de
      la OTAN, Javier Solana, anuncia el cese definitivo de los
      ataques aéreos contra Yugoslavia, tras comprobarse la
      retirada total de Kosovo del ejército
      yugoslavo.
    • Se firmó el acuerdo de
      paz:

    Militares de la OTAN y de Serbia
    acordaron, tras 78 días de bombardeos, cómo
    será el retiro total de las tropas yugoslavas de Kosovo;
    hay euforia en Belgrado y satisfacción, pero
    también cautela, en los países de la alianza.
    Después de 78 días de bombardeos, los militares
    yugoslavos finalmente cedieron y firmaron un acuerdo sobre el
    retiro de sus tropas de la provincia de Kosovo, lo que permite
    poner fin a la primera guerra de la Organización del Tratado del
    Atlántico Norte (OTAN), y posiblemente la última
    del siglo. El anuncio del general británico y comandante
    de las fuerzas aliadas en Macedonia, Michael Jackson, fue
    festejado ruidosamente en Pristina, la capital de Kosovo, y en
    Belgrado, donde por primera vez en 11 semanas de guerra la
    luz
    volvió a las calles. En Washington, el presidente Bill
    Clinton se mostró "muy satisfecho", aunque cauteloso, en
    tanto que los demás líderes mundiales demostraron
    su alivio. El acuerdo militar fue inmediatamente aprobado por la
    OTAN en Bruselas. La suspensión de los bombardeos se
    produjo una vez retiradas las tropas yugoslavas. Belgrado
    tendrá un plazo de 11 días para retirar todas sus
    tropas de Kosovo. En las primeras horas, y tras una
    resolución estudiada por el Consejo de Seguridad de las
    Naciones Unidas, comenzó a ingresar la fuerza
    internacional, con un total de 48.000 efectivos, que
    garantizaría el regreso seguro de casi un
    millón de refugiados albano-kosovares.

    • Condiciones yugoslavas: "Nosotros
      exigimos que el comandante de la parte militar de la misión,
      es decir, el jefe de la misión
      civil de la ONU, sea nombrado por el secretario general". El
      problema, tal como quedó planteado en la cocina del
      pacto, es que el cese del fuego no se producirá mientras
      Milosevic no dé indicios del retiro de las tropas
      serbias de Kosovo. Yugoslavia espera recobrar sus derechos en la ONU y en
      otras organizaciones
      internacionales.

    "No hemos entregado Kosovo", dijo
    Milosevic. "Respetados ciudadanos: la agresión
    terminó -dijo por TV el presidente yugoslavo, Slobodan
    Milosevic-. La paz prevaleció sobre la violencia y no
    hemos entregado Kosovo". El sorpresivo discurso del
    presidente yugoslavo se emitió pocos minutos
    después de que el secretario general de la OTAN, Javier
    Solana, anunciara la suspensión de los bombardeos. Aunque
    su destino es incierto y pocos se atreven a apostar por su
    permanencia en el cargo, Milosevic dio al país un mensaje
    triunfalista, en el que propuso realizar "una gran
    movilización" para levantar el país, y
    recibió el apoyo de su principal opositor, Vuk Draskovic,
    para una transición. Milosevic descartó una
    independencia de Kosovo, alabó el heroísmo de su
    pueblo y lo conminó a demostrar su fidelidad
    también en la tarea de la reconstrucción del
    país. Además, dio las primeras cifras oficiales de
    militares muertos en esta guerra: 462 soldados yugoslavos y 114
    policías serbios ("héroes que dieron su vida en la
    defensa de la patria", dijo), lo que contrasta con las 10.000
    bajas que estima la OTAN. También perecieron 2000 civiles
    y otros tantos quedaron inválidos en los 78 días de
    bombardeos, en los que Yugoslavia perdió "cerca de 100.000
    millones de dólares en infraestructura". Aun así,
    Milosevic está convencido de su absoluto triunfo por sobre
    la OTAN. "Será una enorme contribución para la
    historia: el
    heroísmo del pueblo en su resistencia
    frente a un enemigo mucho más poderoso marcará el
    final del siglo XX".

    Ámbito de Política
    Interna en Serbia
    :

    La oposición yugoslava pide
    anticipar las elecciones: la presión interna para que el
    presidente Slobodan Milosevic dé un paso al costado se
    profundizó, cuando el dirigente opositor yugoslavo Zoran
    Djindjic pidió la convocatoria a elecciones anticipadas en
    su país y anunció una reunión preparatoria
    entre políticos serbios y el presidente de Montenegro,
    Milo Djukanovic "Yugoslavia no tendrá futuro mientras
    Milosevic siga siendo su presidente", manifestó Djindjic a
    la emisora Inforadio Berlín-Brandeburgo. El presidente del
    Partido Democrático de Serbia consideraba que no
    había que esperar hasta los próximos comicios,
    convocados para el año 2000, y propuso celebrar elecciones
    anticipadas en los meses siguientes: "Hay un amplio movimiento que
    apuesta por el cambio en
    Serbia", dijo Djindjic, para quien es importante transmitir a la
    población que con Milosevic no se puede aspirar a una vida
    mejor y que sin él se conseguirá "apoyo
    internacional, reconstrucción y, probablemente, un futuro
    mejor".

    Al mismo tiempo, el dirigente opositor
    invitó a los soldados serbios a que, de regreso a casa,
    explicaran que la guerra fue innecesaria, para que la
    opinión pública comprendiera que el aislamiento
    económico y político acarrearía grandes
    problemas al
    país. Djindjic consideraba preciso preparar las elecciones
    anticipadas con una campaña en los medios de
    comunicación para aclarar a la población lo que
    realmente ocurrió.

    Por su parte, Milosevic afirmó,
    tras reunirse con el ministro de Relaciones Exteriores griego,
    Yorgos Papandreu, que Yugoslavia fue y sigue siendo "un factor de
    paz y estabilidad en los Balcanes, desde hace diez años,
    Yugoslavia se está enfrentando los intentos de
    desestabilización de los Balcanes. Resistiéndose
    con decisión a esta tendencia, incluida la defensa heroica
    de la agresión a la que fue expuesto, nuestro país
    sigue siendo un factor de paz y estabilidad en la región.
    El país seguirá empeñándose en que
    los pueblos y los países balcánicos puedan decidir
    independientemente su propio destino"

    El objetivo
    primordial de Yugoslavia tras el cese de la campaña
    aérea de la OTAN era por estos días, buscar la
    solución de los grandes problemas
    humanitarios que han sido causados durante los 78 días de
    bombardeos aliados. Gran parte de la industria y de
    la infraestructura del país ha sido destruida durante la
    campaña aérea aliada, durante la cual, según
    datos
    yugoslavos, perdieron la vida unos 2000 civiles y 600 efectivos
    del ejército y la policía.

    El análisis: La soberanía ya no es la de
    antes.

    La evolución de los acontecimientos en los
    Balcanes lleva a dos consideraciones al margen de lo que es
    obvio: que Milosevic claudicó ante los ataques de la OTAN.
    Una concierne a Yugoslavia; la otra, a la política
    internacional en su conjunto.

    Belgrado tiene no sólo razones
    militares para firmar los acuerdos de paz,
    porque:

    1) Se le garantiza su integridad
    territorial.

    2) Los kosovares serán
    desarmados.

    3) La cuestión balcánica
    vuelve con más intensidad a las Naciones
    Unidas.

    El futuro inmediato de Milosevic
    quedará en manos de su pueblo. Después se
    verá, en el tiempo histórico, cuán larga es
    la memoria de
    otros pueblos como para llevarlo finalmente a un tribunal
    internacional que lo juzgue por sus actos de gobierno. El
    éxodo de un millón de kosovares ha sido ante el
    mundo la expresión más abrumadora de una
    persecución étnica en la que el fanatismo serbio no
    se privó de ningún impulso
    siniestro.

    En cuanto a la política
    internacional, digamos que con el anuncio del próximo
    alejamiento de Javier Solana como secretario general de la OTAN
    notamos un asunto mayor: al hacer saber que Solana pasará
    a desempeñarse como una suerte de ministro de Defensa de
    Europa, los quince países de la comunidad han abierto una
    etapa importante. ¿Con una segunda OTAN, ahora europea?
    Eso suena a influencias francesas, pero, ¿qué
    dirá, al fin, la sensibilidad nacional británica,
    que ha encontrado en la alianza atlántica -y, por lo
    tanto, con participación de los Estados Unidos- una
    diferencia cualitativa en su favor? La llamada "guerra de
    Yugoslavia" (tal vez la última del siglo) ha puesto de
    relieve que la
    soberanía política de los Estados
    nacionales ha dejado de ser lo que era antes. En los Balcanes, la
    soberanía política de los Estados ha terminado por
    perder, después de siglos, la solidez de los principios
    que no sólo se proclaman sino que también se
    respetan. Entre el estruendo de las bombas, hemos
    asistido al desmoronamiento de una construcción jurídica lentamente
    elaborada desde que, en tiempos de Richelieu, se fue configurando
    el concepto de
    Estado-Nacion. Ahora,
    la soberanía política de los Estados se parece,
    más que a sí misma, a lo que ya sabíamos que
    era, en medio de la
    globalización, la idea, un tanto descompuesta, de sus
    respectivas soberanías
    económicas.

    Las lecciones de la guerra,
    Opinión publicada en el Diario New York Times que reflejan
    el sentimiento de la comunidad estadounidense una vez finalizada
    la guerra en Kosovo
    :

    Lo correcto era anteponer a la
    soberanía nacional la resistencia de la humanidad frente a
    la barbarie. Cuando una nación perpetra una atrocidad en
    masa contra parte de su propio pueblo, otras naciones no hacen
    sino valer su derecho de intervenir por medio de la fuerza. En el
    plano internacional, las normas morales de
    conducta,
    desdeñadas desde hace mucho por los geopolíticos,
    ahora se tonificaron. ¿Cuáles son las lecciones que
    Occidente está aprendiendo mientras trata de impedir la
    tendencia criminal de una nación?

    • Nunca decir a los criminales lo
    que uno no hará. Esto revela falta de confianza en el
    propio pueblo de uno y en los aliados que uno tiene, y degrada la
    propia capacidad de liderazgo. La
    frase "no es mi intención enviar tropas terrestres"
    envalentona a los criminales y dilata la guerra. Los criminales
    se dispusieron a hablar tan sólo cuando las fuerzas
    terrestres de la OTAN se convirtieron en una alternativa
    real.

    • Si uno decide atacar, debe hacerlo
    con decisión. Como Napoleón les dijo a sus
    vacilantes generales: "Si van a tomar Viena, tómenla". El
    primer día, la OTAN debió no sólo haber
    provocado un apagón general en Belgrado, sino haber
    destruido totalmente sus sistemas de
    telecomunicaciones. Una escalada lenta y sostenida
    incita a explotar con fines de propaganda los
    "daños colaterales", realza los errores cometidos, como la
    destrucción de la embajada china, y a la larga cuesta
    vidas humanas.

    • No asignar un mayor valor a la
    vida de los soldados que a la vida de los civiles. Los miembros
    de las fuerzas armadas son adiestrados para que arriesguen la
    vida y se les paga para eso. No es el caso de los civiles. Al
    bombardear desde el aire, evitamos
    que haya bajas de la OTAN, pero no logramos que cesaran los
    asesinatos, las violaciones, los saqueos y las deportaciones en
    masa. Impedir todo eso era la misión de
    la intervención militar.

    • Nunca sobrestimar el coraje de un
    ejército y de fuerzas paramilitares que matan a gente
    desarmada. Así como el ejército iraquí,
    proclive a matar civiles con armas
    químicas, se resquebrajó apenas vio la potencia de fuego
    enemiga, muchos serbios que destruyeron aldeas en Kosovo no
    están dispuestos a morir por Milosevic. Quienes cometen
    atrocidades muy rara vez son valientes soldados
    profesionales.

    • Recordar que, en toda alianza,
    algunos aliados estarán más aliados que otros. Gran
    Bretaña surgió como líder
    de la OTAN y Francia se
    plantó lealmente con firmeza. Los Estados Unidos
    taladraron desde el aire pero
    asumieron una actitud
    contemporizadora respecto de una amenaza terrestre, e insistieron
    en que haya una intermediación rusa. Alemania,
    Italia y Grecia son las
    hermanas débiles de la alianza. Debe buscarse un consenso,
    pero ningún país miembro debería poder vetar
    la decisión de la gran mayoría.

    • No permitir que la desconfianza en
    la aptitud del liderazgo
    empañe la fe en el carácter justo de una causa. Los
    aislacionistas y pacifistas de elevados principios dicen lo suyo,
    pero mayormente la oposición a la intervención en
    Kosovo proviene de los republicanos norteamericanos que
    consideran que Clinton hizo sonar la trompeta de manera muy
    incierta y podría acordar un compromiso
    incompleto.

    • No permitir que el perdedor gane.
    Hasta que los serbios sensatos decidan entregar a la banda de
    Milosevic al tribunal de La Haya no se debería reconstruir
    ningún puente ni levantar ningún embargo. No
    permitir ninguna alteración de las cosas en Montenegro y
    asegurar la autonomía para la Vojvodina húngara.
    Cuando finalmente comience el retiro de las tropas serbias, la
    Fuerza de Paz de Kosovo deberá ser comandada y controlada
    por la OTAN.

    • No tratar de mezclar el agua y el
    aceite en el control de la paz. De regreso, el Ejército de
    Liberación de Kosovo será "desmilitarizado" pero no
    desarmado; tratará de vengarse. La responsabilidad de las fuerzas para el mantenimiento
    de la paz será proteger a la minoría serbia y
    defender una reivindicación de su soberanía. Mejor
    será ofrecer a cada uno de los serbios en Kosovo un bono
    de reinserción a la seguridad y dejar que las
    víctimas kosovares tengan su
    independencia.

    La guerra entre la OTAN y Yugoslavia
    aún no terminó, pero la civilización
    está ahora más civilizada por haber intervenido
    para hacer lo correcto.

    Kosovo cambió la
    relación entre Europa y EE.UU.
    :

    La guerra de Kosovo provocó
    cambios extremos en el continente europeo: catapultó a
    Alemania a un
    plano militar predominante que no se veía desde 1945,
    incitó a forjar una política de defensa
    común y alteró la relación de Europa con los
    Estados Unidos. Por supuesto, ante una estabilidad rusa
    aún muy incierta y frente a los abruptos movimientos de
    las tropas rusas en Kosovo, lo cual sugiere que los altos mandos
    de Moscú acaso sean ingobernables, los europeos siguen
    recelando de cualquier tipo de "desacoplamiento" respecto de
    Washington. Sin embargo, el deseo de preservar los lazos
    transatlánticos está ahora acompañado por el
    impulso de renovar su equilibrio.
    Gerhard Schroeder, apodado ahora con frecuencia el
    "Kriegskanzler" (canciller de guerra), se encontró al
    frente de una coalición integrada principalmente por ex
    pacifistas para intervenir en una guerra que terminó con
    el despliegue previsto de 8000 efectivos militares en Kosovo, el
    segundo mayor contingente después del británico.
    Alemania se ha convertido en un país normal en
    términos militares, y ése es un cambio
    decisivo para Europa. El cambio es oportuno, porque la guerra
    demostró cuánto necesita hacer Europa para
    equipararse con los Estados Unidos en materia de
    defensa. Hasta que comenzó la guerra de Kosovo, la
    Unión
    Europea seguía obsesionada con la creación de
    una moneda común. Mayormente quedaban postergados los
    esfuerzos tendientes a desarrollar medidas políticas
    compartidas en relación con la defensa y la seguridad
    europeas. Pero eso parece haber cambiado debido al bombardeo de
    la OTAN contra Kosovo, en el que los Estados Unidos tuvieron una
    participación predominante. Fue evidente la necesidad de
    Europa de disponer de nuevas tecnologías militares, como
    las bombas guiadas
    por rayo láser, y también su dependencia de los
    Estados Unidos en materia de
    reconocimiento estratégico. Consecuentemente,
    volvió a abrirse un debate que
    había sido confinado a unos pocos expertos militares y
    analistas de asuntos exteriores que trataban la creciente
    dependencia de Europa respecto de los Estados Unidos y su
    imposibilidad de ir a la par de las nuevas tecnologías.
    Las decisiones que tomarán los europeos todavía no
    son claras, pero saben que tienen que tomar algunas. Los europeos
    ya han demostrado que tienen intenciones de estar a la vanguardia de
    los despliegues militares en Kosovo. Las tropas de los cuatro
    principales países del continente -Gran Bretaña,
    Francia,
    Alemania e Italia- totalizarán 33.000 efectivos, superando
    casi por cinco a uno al destacamento de 7000 hombres previsto por
    los Estados Unidos. El gran despliegue militar europeo refleja
    tanto las permanentes vacilaciones del Pentágono acerca
    del envío de tropas terrestres como el nuevo deseo de
    Europa de probar lo que vale tras su fracaso en Bosnia y del
    dominio
    norteamericano en la campaña aérea contra Kosovo.
    El presidente francés, Jacques Chirac afirmó que:
    "Se está reforzando nuestra visión de un mundo
    multipolar", respecto del despliegue militar en Kosovo. Europa
    puede apuntar a desempeñar una función real
    respecto de poner fin al conflicto de la provincia serbia: su
    enviado, el presidente Martti Ahtisaari, de Finlandia, trajo
    consigo el acuerdo de paz desde Belgrado. Paralelamente, Europa
    por fin fusionó su profuso organismo de defensa, la
    Unión
    Europea Occidental, con la Unión Europea propiamente
    dicha y designó al secretario general de la OTAN, Javier
    Solana, como su primer alto representante en materia de
    política exterior y defensa.

    Acaso por primera vez desde fines de
    la Segunda Guerra
    Mundial, los europeos parecen tener plena conciencia de que
    no podrán seguir siendo permanentemente los
    huérfanos de la seguridad de 1945 ni depender casi
    totalmente de los Estados Unidos. También se han dado
    cuenta de que el conflicto en el continente no terminó con
    el fin de la Guerra
    Fría, sino que apenas se desplazó hacia los
    Balcanes. "No hay ninguna estrategia que
    prevea un salida militar de la región", sostuvo Carl
    Bildt, el mediador de la ONU para Kosovo. "Una presencia militar
    internacional para garantizar la paz en los Balcanes
    deberá ser considerada durante las próximas
    décadas como algo tan natural como fue mantener tropas en
    la Alemania dividida durante los años de la Guerra
    Fría".

    Aspecto
    económico:

    Yugoslavia deberá realizar
    "reformas democráticas y económicas" si quiere
    recibir ayuda financiera para su reconstrucción luego de
    once semanas de bombardeos de la OTAN, señalaron los
    líderes del G-8. En la declaración final, que
    integra a Rusia en una condena implícita al gobierno del
    presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, los jefes de Estado y
    de gobierno del G-8 instaron a Belgrado a respetar los principios
    del Pacto de Estabilidad para los Balcanes, que prevé la
    democratización y el respeto de los
    derechos
    humanos en la región. El G-8 consideró que este
    pacto, impulsado por la Unión Europea, es "un
    desafío político y económico prioritario".
    Su objetivo es
    lanzar un proceso de
    desarrollo
    para el sudeste europeo que asegure una paz duradera, con
    estabilidad política y económica en la
    región. Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia,
    Gran Bretaña, Italia, Canadá y Rusia se admitieron
    dispuestos a "tomar medidas enérgicas para que se
    concreten todos los objetivos" del
    pacto. Aunque no quedó expresado de manera
    explícita, a pedido de Rusia, para los países
    occidentales que integran el G-8 esto implica que si Yugoslavia
    pretende recibir ayuda internacional, Milosevic tendrá que
    abandonar el poder. El canciller alemán, Gerhard
    Schroeder, fue muy claro al respecto al declarar que una ayuda
    internacional para la reconstrucción de Yugoslavia es
    "imposible" con Milosevic en el poder. Por su parte, el
    presidente francés, Jacques Chirac, instó a los
    yugoslavos a derrocar a Milosevic: "Cuanto antes lo hagan, mejor
    para todo el mundo", afirmó. Para el primer ministro
    británico, Tony Blair, "nadie puede cerrar los ojos" ante
    la "barbarie", por lo que el "pueblo serbio tiene que entender
    que no podemos darle dinero a un
    régimen que perpetró actos tan brutales". "Los
    serbios tienen la responsabilidad de hacer que Milosevic responda
    por sus crímenes". Sin embargo, al igual que otros
    dirigentes del G-8, Schroeder distinguió la ayuda
    humanitaria, que no se puede rehusar "a los habitantes de
    Yugoslavia" que "pasan hambre y frío", de la ayuda para la
    reconstrucción. Además, en julio tendrá
    lugar una conferencia de
    donantes para examinar la ayuda inmediata a Kosovo, y más
    tarde se organizará otro encuentro para coordinar la ayuda
    a largo plazo a toda la región, precisó el
    G-8.

    El futuro de
    Milosevic:

    Para un experto en política
    yugoslava, el mandatario podría ser removido por el
    Parlamento, Slobodan Pajovic, del Instituto de Política y
    Economía Internacionales, que depende de la
    cancillería yugoslava, debe de ser uno de los pocos
    optimistas que quedan en esta ciudad de gestos sombríos:
    "Lo soy porque en septiembre tiene que haber cambios -explica -.
    Milosevic está haciendo campaña con la
    reconstrucción de los puentes. Pero los cambios son
    necesarios, urgentes". La voz de Pajovic, doctor en historia y en ciencia
    política, se suma a otras que, poco a poco, van fluyendo
    como correlato de una guerra que muchos consideran perdida, por
    más que Slobodan Milosevic hable de una gran victoria. El
    retiro de las tropas de Kosovo ha sido sólo luto para los
    serbios, por tratarse de la despedida de la tierra
    santa, de su Jerusalén. El gobierno insistió en que
    la gente permaneciera en sus casas, pero muchos huyeron. "El
    Parlamento Federal Yugoslavo puede sustituir a Milosevic en 24
    horas -afirma Pajovic-. Esa puede ser una de las razones por las
    que continúa el estado de
    guerra. El necesita tres meses, hasta septiembre, para recomponer
    la imagen del
    régimen, pero se da cuenta de que, por primera vez, no se
    respeta su palabra." Por el adelanto de las elecciones serbias,
    de modo de modificar la composición del Parlamento
    Federal, se inclina Vuk Draskovic, viceprimer ministro destituido
    hace poco por sus diferencias con Milosevic. También
    plantea esa posibilidad el ultranacionalista Vasislaj Seselj,
    viceprimer ministro serbio, por el Partido Radical, que
    renunció a su cargo a raíz del acuerdo de paz y
    luego, aduciendo razones constitucionales, decidió
    quedarse con 15 de los 35 ministros. Pero no habló de
    septiembre, sino del 1º de octubre, fecha de
    reanudación de las sesiones ordinarias en el Parlamento.
    Un referéndum, a su vez, propone el presidente de
    Montenegro, Milo Djukanovic. Es la otra república
    yugoslava, de la cual proviene Pajovic. "En Kosovo comenzó
    la carrera de Milosevic y en Kosovo termina". La caída de
    Milosevic, ya sea con remoción o con renuncia, es la
    condición de Occidente, en especial de la OTAN y los
    Estados Unidos, para que el país logre su
    democratización y, de hecho, pueda acceder a
    préstamos que le permitan curar las heridas, alzar la
    frente y seguir adelante. "Aquí hubo tres enfrentamientos:
    Yugoslavia contra la OTAN, el ejército y la policía
    contra el ELK (Ejército de Liberación de Kosovo) y
    los grupos paramilitares serbios contra los albaneses -sostiene
    Pajovic-. Todos los frentes se excedieron en el uso de la
    fuerza." De sus comentarios surge que la OTAN intervino en
    Yugoslavia, no en Ruanda o en Cuba, porque
    es el único país de lo que fue la órbita
    soviética que no ha expresado su deseo de integrarse en la
    alianza y porque es percibido como un socio de Rusia. "Los
    inquietaba la presencia rusa en los Balcanes, motivo por el que
    apoyaron al ELK y sacaron de ese modo una ventaja
    geoestratégica en Europa. Cuando la Unión Europea
    se dio cuenta de que los Estados Unidos estaban llevando a cabo
    sus propios planes, cambiaron de postura. Sucedió con
    Italia y con Francia. El momento crucial fue la bomba que
    destrozó la embajada china en Belgrado." Rusia,
    según indica, hace valer la relación con Yugoslavia
    de modo de solidarizarse con China y tomar distancia de los
    Estados Unidos. Prueba de ello fue el arribo de los 200 soldados
    rusos estacionados en Bosnia al aeropuerto de Pristina, punto
    clave de Kosovo, no bien se acordó la paz, otra
    demostración de poder. "Serbia y Montenegro le deben la
    independencia a Rusia. Si no hubieran llegado ellos primero a
    Kosovo, quién sabe cuánto habría llevado el
    proceso. Fue
    una acción barata en la cual ganaron
    mucho."

    BIBLIOGRAFÍA:

    "MARXISMO Y DEMOCRACIA,
    Enciclopedia de Conceptos Básicos Capítulo Nº
    5" Ed. Rioduero.

    "POLÍTICA DE NO
    ALIENACIÓN Y AUTOGESTIÓN
    " Josep Broz Tito. Ed.
    El Caballito.

    "SOCIALISMO Y ECONOMÍA EN
    YUGOSLAVIA
    " Branko Horvat. Ed. Periferia.

    "DICCIONARIO DE CIENCIA
    POLÍTICA
    " Bobbio, Pasquino, Mateuchi. Ed.
    Ariel.

    INTERNET: Páginas oficiales
    del Gobierno de Yugoslavia, Albania y Estados Unidos;
    Páginas oficiales de la ONU, OTAN y el Ejército de
    Liberación de Kosovo; Páginas oficiales de CNN,
    Diario Clarín, La Nación, BBC, New York Times y
    buscadores del
    Conflicto en Kosovo: Opiniones internacionales, Serbias y
    Albanesas.

     

     

    Autor:

    Sebastián Gorga

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