El siguiente trabajo, intenta reflejar
los hechos que hasta el hoy tienen una relevancia predominante en
el ámbito de la política
internacional. Su magnitud es tal, que en el conflicto de
Kosovo, intervienen las mayores potencias económicas y
militares mundiales (encabezadas por los Estados Unidos de
Norteamérica) y se produce un gran cambio en el
plano de las Relaciones
Internacionales ante el accionar de la OTAN como
"policía mundial", dejando casi de lado la autoridad de
la
Organización de las Naciones
Unidas.
Decidimos realizar este trabajo, no solo
como una simple revisión de noticias, sino intentando
observar los verdaderos orígenes del conflicto, por
lo que tuvimos que remontarnos a los orígenes de la
antigua Yugoslavia y todos los acontecimientos históricos
que se fueron sucediendo hasta nuestros
días.
Empezaremos nuestra exposición con
una breve introducción sobre las características generales de la Provincia
Autónoma de Kosovo y una muy breve reseña
histórica desde sus orígenes. A
continuación, decidimos realizar una reseña
histórica algo más abarcativa donde incluimos los
hechos históricos de toda la antigua Yugoslavia, desde su
creación hasta su desmembramiento y que tienen directa
relación con el conflicto de
la Provincia de Kosovo. Para terminar, haremos una
exposición de la actualidad del conflicto en
Kosovo, donde detallaremos los hechos ocurridos hasta horas antes
de terminado este trabajo.
- CARACTERÍSTICAS GENERALES DE KOSOVO Y
SU HISTORIA:
Región al suroeste de Serbia que
disfrutó de un estatuto de autonomía desde 1946
hasta 1989. Su superficie es de cerca de 10.887 km2 y su población (en 1991)era de 1.956.196
habitantes. La provincia es predominantemente montañosa y
escarpada. Los ríos Bell, Drin e Ibar fluyen a
través de la provincia. La cadena montañosa
Sar-Planina se eleva hasta los 2.640 m. Aunque Kosovo posee
importantes yacimientos de plomo y cinc, así como
significativos yacimientos de lignito, cromita y magnesita, la
provincia es una de las regiones más pobres de Europa. Los
cultivos más importantes de Kosovo son los cereales
(maíz, trigo y cebada), las papas, ciruelas, uvas y
tabaco;
también es importante la producción de madera.
Existen además industrias
ligadas a la horticultura y viticultura. El ganado ovino y el
bovino son criados en las tierras altas de Kosovo. Las
principales fábricas son las de cemento y
ácido sulfúrico. Las ciudades más
importantes son Priština (la capital),
Prizren y Pec, esta última fue (1557-1766) sede patriarcal
de la Iglesia
ortodoxa serbia. Más del 90% de la población de Kosovo pertenecía a la
etnia albanesa hasta antes del conflicto. La
mayor parte de la población restante eran serbios y
montenegrinos, hoy en retirada ante los temores por represalias
tanto de las tropas de ocupación, como de los refugiados
kosovo-alvaneses que regresan a sus hogares.
Desde el segundo milenio A.C., los
ilirios, ancestros de los actuales albaneses, habitaron la zona
de la península de los Balcanes, que incluye lo que es
actualmente Kosovo. El territorio ilirio de Dardania, formado por
el actual Kosovo, parte de la actual Macedonia y tierras del
suroeste de Serbia, fue con el tiempo anexionado
por el Imperio romano.
Desde el siglo VIII hasta el siglo XII, Kosovo fue el centro del
estado
medieval de Raska (Rascia). Hacia finales del siglo XII, el
gobernador serbio Stefan Nemanja anexionó Kosovo y,
durante algún tiempo, Prizren
sirvió de capital a los
príncipes serbios. Durante este periodo, la población serbia de Kosovo aumentó.
En 1389, un ejército invasor turco otomano derrotó
al ejército serbio durante la batalla de Kosovo, lo que
provocó la consiguiente conquista de Serbia (en 1459) por
el Imperio Otomano. (El recuerdo de esta batalla es actualmente
una de las celebraciones más exaltadas del nacionalismo
serbio). Kosovo fue escenario de numerosas rebeliones antiturcas,
pero hasta mediados de 1912, los turcos no fueron expulsados de
la región, proclamándose el estado
independiente de Albania, que incluía Kosovo y partes de
Macedonia occidental. No obstante, ante la insistencia de Rusia,
las grandes potencias dividieron Kosovo entre Serbia y
Montenegro. En 1918, Kosovo fue incorporada al recién
creado Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, llamado
más tarde, Yugoslavia. Los albaneses locales
protagonizaron levantamientos entre 1918 y 1919 que fueron
despiadadamente reprimidos. El gobierno de
Belgrado resolvió forzar la expulsión de los
albaneses, el cierre de las escuelas, la confiscación de
tierras y fomentar la colonización con población serbia. Durante la II Guerra Mundial,
Kosovo fue incorporada a la Albania ocupada por los italianos
—paso que fue bien recibido en general por los albaneses
locales— y los serbios fueron obligados a abandonar la
región. Los albaneses de Kosovo se resistieron a la
reincorporación a Yugoslavia, pero en julio de 1945 el
ejército partisano de Josip Broz Tito venció la
resistencia
albanesa. Kosovo fue organizado como unidad administrativa de la
República de Serbia —en principio, como
región autónoma, pero después de las
revueltas en Albania de 1968, fue elevada a la categoría
de provincia autónoma. Nuevas revueltas en 1981 trajeron
como consecuencia la expulsión de los albaneses de los
puestos de poder y las
protestas de los serbios locales. En marzo de 1989 Slobodan
Milosevic eliminó todo vestigio de autonomía en
Kosovo y extendió la política de discriminación antialbanesa, sometiendo a
la región a la ocupación militar. Un movimiento
local de resistencia
clandestino, el Ejército de Liberación de Kosovo,
se estableció para la lucha por la independencia
o la unión del territorio con Albania.
CARACTERÍSTICAS
GEOGRÁFICAS, CULTURALES Y POLÍTICAS
DE LA REPUBLICA FEDERAL DE YUGOSLAVIA (Serbia y
Montenegro):
Conformada como República federal
y ubicada en el sureste de Europa, en la
península de los Balcanes, comprende las repúblicas
de Serbia y Montenegro y las antiguas provincias autónomas
de Kosovo y Voivodina. La República Federal de Yugoslavia
(Serbia y Montenegro), o RFY, limita al norte con Hungría,
al este con Rumania y Bulgaria, al sur con Macedonia y Albania, y
al oeste con el mar Adriático, Croacia y
Bosnia-Herzegovina. La RFY se formó a consecuencia de la
disolución de la República Federal Socialista de
Yugoslavia (RFSY).
El 27 de abril Serbia y Montenegro
anunciaron la formación de la República Federal de
Yugoslavia, que declararon sucesora legal de la antigua
República Federal Socialista de Yugoslavia. Esta
acción fue un reconocimiento de facto de la
separación de las otras cuatro repúblicas, cuya
independencia
había sido reconocida por la comunidad
internacional. Pero no ocurrió lo mismo con la
autoproclamada República Federal de Yugoslavia. El 22 de
septiembre la Asamblea General de las Naciones Unidas
(ONU)
decidió en una votación (127 votos a favor por 6 en
contra y 26 abstenciones) que esta federación no
podía asumir automáticamente el lugar de la antigua
República Socialista Federal de Yugoslavia, y la
excluyó de la Asamblea General, aunque recibió la
opción de volver a solicitar el acceso por derecho propio.
La comunidad
internacional ha seguido abrumadoramente la decisión de la
ONU. Desde
entonces la ONU ha designado
a la federación como República Federal de
Yugoslavia. También ha sido descrita como la
Federación de Serbia y Montenegro, y la República
Federal de Serbia y Montenegro.
La superficie total de la RFY, 102.173
km.2, es menos de la mitad que el territorio de la antigua
Yugoslavia. La República de Serbia, el miembro dominante
de la federación, tiene un área mucho mayor,
está más poblada que Montenegro y contiene la
capital y
ciudad más grande, Belgrado.
Serbia y Montenegro tienen un paisaje
diverso. Serbia, situada al norte, abarca el 86% del territorio
del país. Hay llanuras fértiles y ricas en gran
parte de la zona norte, mientras que el este se caracteriza por
cordilleras de piedra caliza y cuencas. Al sureste, desde las
llanuras, se elevan antiguas montañas y colinas, mientras
que en el mar Adriático una línea costera de 199
kms. Forma la frontera suroeste, donde está situada la
República de Montenegro. Los ríos Drava, Sava y
Tisza fluyen a través del país, al igual que el
Danubio. El lago más grande del país es el lago
Escutari, en la frontera entre Montenegro y
Albania.
La RFY tiene un clima variado. Al
norte el clima es
continental, con inviernos fríos y veranos calurosos,
húmedos y lluviosos. En la región central dominan
los climas continental y mediterráneo, mientras que el sur
se caracteriza por el clima
mediterráneo en la costa, con veranos secos y calurosos e
inviernos relativamente fríos, con abundantes nevadas en
el interior.
Los minerales son el
principal recurso natural de la RFY. Sus yacimientos de antimonio
y plomo se encuentran entre los más importantes de
Europa.
También abunda el carbón, el
petróleo, el gas, el cinc, el
oro, el cromo y el cobre.
Población
La población de la RFY en el censo
de 1991 alcanzó 10.406.751 habitantes. Los serbios
constituyen el grupo
étnico más numeroso, con un 62% de la
población, según los datos de ese
mismo censo. La mayoría son miembros de la Iglesia
ortodoxa serbia. Los albaneses musulmanes son el segundo grupo con un
17% de la población aproximadamente. La mayor parte de los
albaneses viven en la antigua provincia autónoma serbia de
Kosovo, al sur, que limita con Albania. Los montenegrinos
constituyen alrededor del 5% de la población y viven
principalmente en Montenegro. Los húngaros, que habitan
sobre todo en la antigua provincia autónoma serbia de
Voivodina, constituyen el 3% de la población. La lengua oficial
es el serbio. El serbio es una lengua eslava
que se escribe en caracteres cirílicos. Los montenegrinos
hablan una variante local del serbio. Albaneses y húngaros
hablan sus propias lenguas.
Menos de la mitad de la población
de la federación vive en áreas urbanas y cerca del
94% de los habitantes lo hacen en la República de Serbia.
La densidad de
población es de 102 hab/km2. Sus ciudades más
grandes son Belgrado, la capital, con
una población de 1.807.915 habitantes (1991), Novi Sad
(178.896), Niš (175.555), Kregujevac (146.607), Podgorica
(118.059), Priština (108.083) y Subotica (100.219). El
resto de la población vive en ciudades más
pequeñas y pueblos, la mayoría de los cuales tienen
menos de 100.000 habitantes.
La tasa de alfabetización, o el
porcentaje de aquellos habitantes de más de diez
años que pueden leer y escribir, es del 89%
aproximadamente. En principio la educación elemental
es gratuita y obligatoria; muchos estudiantes acudían a
escuelas secundarias antes del comienzo de las sanciones
económicas internacionales. Desde entonces la crisis
económica ha perjudicado al sistema educativo
y aquéllos que pueden permitírselo prefieren enviar
a sus hijos al extranjero. Las principales instituciones
de enseñanza superior son la Universidad de
Belgrado, la Universidad de
Niš, la Universidad de
Novi Sad y la Universidad de
Priština. Esta última, situada en Kosovo,
cerró sus puertas a estudiantes y profesores albaneses en
la década de 1980.
Economía
La economía de Serbia y
Montenegro está al borde del colapso debido a la
separación de las otras cuatro repúblicas, la
guerra
posterior y en especial a la imposición de las sanciones
económicas de Naciones Unidas a
la federación en mayo de 1992 (sanciones que han sido
reforzadas con un bloqueo naval en el mar Adriático que se
extiende hasta el Danubio). La República Federal de
Yugoslavia tampoco pudo heredar la calidad de
miembro de Yugoslavia en distintas organizaciones
económicas como el Fondo Monetario
Internacional y el GATT. Por ello, el
país está experimentando un alto nivel de
inflación y desempleo y una
profunda recesión. En 1990 el producto
interior bruto (PIB) era de
4.200 dólares por habitante; cayó un 11% en 1991 y
aproximadamente un 27% en 1992, continuando su
descenso.
La minería y
la industria son
importantes contribuyentes al PIB de Serbia
y Montenegro. Algunas de las reservas de mineral de cobre
más importantes de Europa se
encuentran en Serbia. Hay también grandes yacimientos de
bauxita, carbón, plomo y cinc. Las industrias
básicas de la RFY fabrican productos
químicos, equipo electrónico, hierro y
acero,
maquinaria, tejidos y equipos
de transporte.
Los principales productos
agrícolas son el maíz, la remolacha azucarera, el
trigo, las papas, las uvas y las ciruelas. Se cría ganado
vacuno, porcino y lanar. La silvicultura también tiene una
destacada contribución al PIB. El nuevo
dinar es la moneda oficial
El Gobierno
En abril de 1992 la Asamblea Federal de
la RFY redactó y adoptó una Constitución que incorporaba numerosos
elementos democráticos. El principal cuerpo legislativo es
la Asamblea Federal, bicameral, que consta de la Cámara de
Ciudadanos (cámara baja), con 138 miembros (108 de Serbia
y 30 de Montenegro) y la Cámara de las Repúblicas
(cámara alta) con 40 miembros (20 de cada
república). La Asamblea Federal elige al presidente del
país, que tiene el poder
ejecutivo y que a su vez nombra al primer ministro. Los
miembros de la Asamblea Federal son elegidos
democráticamente. La edad mínima para ejercer el
derecho a voto es de 18 años.
Además del ámbito federal,
ambas repúblicas constituyentes tienen su propio gobierno con un
presidente y una asamblea. Debido a la importante posición
serbia dentro de la federación, el gobierno serbio
es una entidad significativamente más poderosa que los
gobiernos federal y montenegrino. La figura más influyente
de la RFY es el presidente serbio Slobodan Milosevic. Otros
partidos
políticos importantes activos
también en el ámbito federal son el neofascista
Partido Radical Serbio y el nacionalista Partido de
Renovación Serbia. El sistema judicial
federal está basado en el sistema de
ley civil. El
Tribunal Federal es la corte de justicia
más alta de la RFY y hay numerosos tribunales de justicia y
apelación. En teoría,
el Estado
proporciona a los ciudadanos un servicio
médico subvencionado (dentro de un amplio programa de
Seguridad
Social) y un seguro de
invalidez. No obstante, desde 1991 estos servicios han
tenido grandes dificultades para su desarrollo
debido a la situación política y
especialmente a las sanciones internacionales. Aunque las
medicinas y los suministros médicos se eximieron de
éstas, sus precios se han
puesto fuera del alcance de la mayor parte de los ciudadanos y la
tasa de mortalidad se ha incrementado. La RFY heredó de la
antigua Yugoslavia la mayor parte del Ejército Popular
Yugoslavo (EPY), dominado por los serbios, además de un
vasto arsenal de armas. A mediados
de la década de 1990 el contingente total de las fuerzas
se estimaba en 136.500 soldados. El servicio
militar de 12 a 15 meses es obligatorio para los
hombres.
- HISTORIA DE LA EX
YUGOSLAVIA:
Resulta difícil entender al conflicto de Kosovo
de manera aislada, sin antes conocer, (al menos a grandes rasgos)
los acontecimientos que se fueron sucediendo durante años
y que tienen significativa importancia en la constitución de la actual Federación
Yugoslava, sus divisiones; diferencias étnicas, religiosas
y culturales. Es por eso que a continuación, haremos una
reseña histórica de Yugoslavia, intentando
demostrar la directa relación de los hechos
históricos con los lamentables acontecimientos que se
vienen sucediendo en las distintas regiones de la desmembrada
Yugoslavia:
La Ex Yugoslavia fue un antiguo
país de la península de los Balcanes situado al
sureste de Europa que
existió entre 1918 y 1991, año en que los conflictos
políticos y étnicos dividieron el país.
Conocida oficialmente como la República Federal Socialista
de Yugoslavia, comprendía seis repúblicas:
Bosnia-Herzegovina, Croacia, Macedonia, Montenegro, Serbia y
Eslovenia; Serbia englobaba las provincias autónomas de
Kosovo y Voivodina. Yugoslavia tenía una superficie de
255.803 km2 y limitaba con Austria y Hungría al norte,
Rumania y Bulgaria al este, Grecia al sur,
y Albania y el mar Adriático al oeste. La capital y
ciudad más grande era Belgrado, en la República de
Serbia.
Gobierno
La antigua Yugoslavia se gobernaba bajo
una Constitución del año 1974,
modificada sustancialmente tras la muerte del
Mariscal Tito, que había dirigido el país desde que
obtuvo el poder en 1945.
El ejecutivo constaba de una presidencia colegiada, en la que
había un representante de cada una de las
repúblicas, y un consejo federal ejecutivo. La Asamblea
Federal, bicameral, se ocupaba de las funciones
legislativas y el Tribunal Federal atendía las apelaciones
a las decisiones de los tribunales supremos de las
repúblicas constituyentes. La estructura del
gobierno local
era similar a la del sistema federal,
y constaba de un consejo ejecutivo y una asamblea bicameral.
Entre 1945 y 1990, el Partido Comunista (conocido formalmente
desde 1952 como la Liga de los Comunistas de Yugoslavia) fue el
único partido político legal del Estado.
Cultura y sociedad
La herencia cultural
de Yugoslavia combinó las distintas culturas de sus
regiones. El pueblo yugoslavo difería de región en
región y resistió los intentos del gobierno de
imponer el realismo
socialista, a continuación trataremos de diferenciar las
culturas predominantes de las distintas
regiones:
Croacia y Eslovenia: Estuvieron
administradas durante mucho tiempo por
Austria y Hungría, por lo que el cristianismo
tuvo una gran influencia en el desarrollo de
estas culturas.
Bosnia-Herzegovina: territorios ocupados
durante siglos por el Imperio otomano, arraigó la cultura
islámica. Serbia mantuvo firmemente arraigada su
condición de territorio eslavo y de miembro de la Iglesia
ortodoxa serbia.
Había tres lenguas yugoslavas
oficiales: el serbocroata, el esloveno y el macedonio. El
esloveno y el macedonio tienen una relación muy estrecha
con el serbocroata, aunque el macedonio no se reconoce como
lengua ni en
Bulgaria ni en Grecia. La
Constitución yugoslava garantizaba la
libertad de
culto y la separación de Iglesia y
Estado; cerca
de la mitad de la población pertenecía a la
Iglesia
ortodoxa serbia, un 30% era católica (en su mayoría
croatas y eslovenos) y el 10% restante era de religión musulmana.
El serbocroata, la lengua
dominante, era hablada por el 75% de la población
aproximadamente, lo cual reflejaba el dominio de los
serbios (36%) y de los croatas (20%) en la composición
étnica del país, localizados principalmente en
Serbia, Croacia y Bosnia-Herzegovina. También había
eslovenos (en Eslovenia) y macedonios (en Macedonia) y numerosos
grupos de
musulmanes de Bosnia, albaneses, húngaros, turcos y
gitanos.
Historia
Los eslavos del sur (o yugoslavos) es uno
de los cinco grupos
étnicos más importante de la península de
los Balcanes, e incorpora a los pueblos serbios, croatas,
eslovenos y montenegrinos. Aunque el movimiento de
unificación política de estos
pueblos data al menos de principios del
siglo XIX, históricamente los eslavos del sur han sido
separados y controlados por varias potencias vecinas como
Turquía, Italia, Austria,
Hungría y Bulgaria. Las entidades políticas
existentes en el periodo anterior a la I Guerra Mundial
englobaban los estados independientes de Serbia y Montenegro,
Bosnia-Herzegovina (bajo la soberanía del Imperio
Austro-Húngaro), Croacia y Eslavonia, (dependencias
semiautónomas de Hungría y más tarde
territorios de la corona austríaca) y Dalmacia, una
posesión de Austria. El Banato, Carniola, Istria y
Macedonia eran otras regiones con peculiaridades propias. Pero, a
pesar de estas divisiones y de las profundas diferencias
étnicas y culturales entre los eslavos del sur, se mantuvo
el deseo de establecer un Estado.
Formación del Estado
yugoslavo
El asesinato del archiduque Francisco
Fernando de Habsburgo de Austria por un nacionalista serbio fue
la gota que rebalsó el vaso para desencadenar la I
Guerra
Mundial, cuando el Imperio Austro-Húngaro
declaró la guerra a
Serbia en 1914. La ocupación de Serbia por los imperios
centrales durante la I Guerra Mundial y
la formación de un comité para la unión
nacional por los eslavos del sur en el exilio, prepararon el
camino para la creación del Estado yugoslavo. Los principios
políticos de la unidad se enunciaron en la
Declaración de Corfú (1917), firmada por los
representantes del comité y del gobierno serbio en el
exilio. La declaración estipulaba, esencialmente, la
creación de una monarquía constitucional federada
bajo la dinastía de origen serbio de los Karagjorgjevich.
La desintegración de la monarquía dual de
Austria-Hungría en los meses finales de la I Guerra Mundial
dio un impulso espectacular al movimiento de
independencia
de los eslavos del sur. En octubre de 1918 se reunieron en Zagreb
representantes de las distintas dependencias eslavas bajo
soberanía austríaca y
húngara. Después de organizar un gobierno
provisional, los delegados aprobaron una resolución de
unión con Serbia. La Asamblea Nacional de Montenegro
tomó medidas similares en noviembre. Alejandro,
príncipe de Serbia, pendiente de la recuperación de
su padre enfermo, el rey Pedro I Karagjorgjevich de Serbia,
aceptó la regencia del gobierno provisional el 1 de
diciembre de 1918. En ese momento se declaró el nuevo
Estado, llamado oficialmente Reino de los Serbios, Croatas y
Eslovenos.
A consecuencia de las reivindicaciones
italianas sobre territorios de Dalmacia, la Conferencia de
Paz de París se bloqueó por el problema de
delimitación de las fronteras occidentales del nuevo
reino. En 1919, durante esta interrupción, una fuerza
italiana bajo mando del escritor y dirigente nacionalista
Gabriele D'Annunzio conquistó Fiume (hoy Rijeka), una de
las principales comarcas en disputa. Esta acción y la
presión de otras potencias aliadas condujeron finalmente a
las negociaciones directas entre el gobierno italiano y el
gobierno provisional yugoslavo. Con la firma el 12 de noviembre
de 1920 del Tratado de Rapallo, Italia y el Reino
de los Serbios, Croatas y Eslovenos (Yugoslavia a partir de 1929)
alcanzaron un acuerdo amistoso. A cambio de la
renuncia a sus reivindicaciones sobre Dalmacia, Italia obtuvo
Istria y otras concesiones territoriales importantes. El tratado
también estipulaba que Fiume se convirtiera en ciudad
libre bajo supervisión de la Sociedad de
Naciones. Sin embargo, esta disposición no entró en
vigor y, en 1924, Italia se
aseguró el reconocimiento yugoslavo de facto de su
soberanía sobre el puerto. Mientras tanto,
la creación desde 1920 de la Pequeña Entente, una
alianza entre Checoslovaquia, Rumania y el Reino de los Serbios,
Croatas y Eslovenos cuya principal intención era
desalentar el resurgimiento del poder de los
Habsburgo en Europa central y oriental, provocó pactos
similares con otros Estados.
En noviembre de 1920, cuando se
resolvieron las disputas fronterizas más importantes, el
gobierno provisional celebró elecciones para formalizar
una Asamblea Constituyente. A pesar de la dura oposición
de los croatas, que estaban a favor de los principios
constitucionales federalistas, una coalición de centristas
y conservadores apoyada por los serbios votó el 1 de enero
de 1921 a favor de una Constitución que estipulaba una forma de
gobierno muy centralizada. Pedro I de Serbia murió en
agosto y su hijo, Alejandro I Karagjorgjevich, se
convirtió en rey.
El dominio serbio en
el gobierno, la multiplicidad de partidos
políticos, la negativa a conceder la autonomía
a croatas, eslovenos y otros grupos
minoritarios provocaron intensas luchas políticas
en el reino. Bajo la dirección de Stjepan Radiç, los
croatas y sus aliados lucharon sistemáticamente contra el
sistema y la
dirección centralista. La primera fase de
la lucha finalizó en junio de 1928, cuando un diputado
montenegrino disparó e hirió mortalmente a
Radiç y a dos de sus colegas parlamentarios en el
Parlamento nacional. En represalia, el croata Caucus se
retiró del Parlamento y organizó un régimen
separatista cuyo cuartel general se estableció en Zagreb.
La guerra civil
parecía inminente, pero en enero de 1929 el rey Alejandro
suspendió la Constitución de 1921, disolvió
el Parlamento y todos los partidos
políticos, y asumió el control del
gobierno de forma dictatorial. El rey, que esperaba imponer
así la unidad nacional, abolió posteriormente las
provincias tradicionales y cambió el nombre del estado por
el de Reino de Yugoslavia ('tierra de los
eslavos del sur').
Aunque el monarca suprimió
rigurosamente a la oposición, las manifestaciones de
descontento popular se hicieron cada vez más frecuentes en
todo el territorio. El rey Alejandro promulgó una nueva
Constitución el 3 de septiembre de 1931, pero la dictadura
continuó sin cambios en la mayoría de los aspectos.
A pesar de proporcionar un gobierno parlamentario limitado, la
Constitución contenía medidas restrictivas
diseñadas para que el rey continuara dominando el
gobierno. La mayor parte de los grupos de
oposición boicoteó las elecciones parlamentarias
subsiguientes e inauguró una nueva fase en la lucha contra
el régimen centralista. El 9 de octubre de 1934, el rey
Alejandro, que en ese momento visitaba Francia en
misión
diplomática, fue asesinado por un terrorista macedonio
conectado con grupos
separatistas croatas. El hijo del rey, aún joven,
accedió al trono yugoslavo con el nombre de Pedro II. Un
consejo de regencia presidido por el príncipe Pablo, un
primo del rey fallecido, asumió el control del
gobierno. A finales de la década de 1930 el gobierno fue
obligado a demostrar una actitud
más conciliadora hacia los croatas y en 1939
estableció finalmente un sistema federal. Yugoslavia
comenzó a entablar relaciones más estrechas con la
Alemania de
Hitler.
En 1939, cuando estalló la II
Guerra
Mundial, el gobierno yugoslavo se declaró neutral, pero en
marzo de 1941 sucumbió a la presión alemana y
accedió a unirse al Pacto Tripartito con Alemania,
Italia y
Japón. Al poco tiempo la
indignación popular por este hecho culminó en un
golpe de
Estado. La regencia fue depuesta y, con el apoyo del rey
Pedro, los insurgentes formaron un gobierno dispuesto a mantener
la neutralidad.
La respuesta de las potencias del Eje fue
rápida, apoyados por fuerzas italianas, húngaras y
búlgaras, los ejércitos alemanes invadieron
Yugoslavia en abril. El rey Pedro y el gobierno huyeron y el alto
mando del Ejército yugoslavo, superado en número,
se rindió. Sin embargo, cientos de miles de soldados
yugoslavos conservaron sus armas y se
ocultaron en las montañas. El reino derrotado fue
desmembrado rápidamente. Italia invadió la
región de Dalmacia, parte de Eslovenia y Montenegro,
mientras que Alemania hizo
lo propio con el resto de Eslovenia. Serbia también fue
ocupada por los alemanes, que cedieron el control nominal
de gran parte de la región a un gobierno títere.
Hungría obtuvo la región occidental de la provincia
serbia de Voivodina, y Bulgaria ocupó la mayor parte de la
Macedonia yugoslava. En Croacia se creó, bajo
protección italiana, un gobierno títere profascista
encabezado por Ante Pavelia, cuyos seguidores recibieron el
nombre de ustachis, 'insurrectos' que habían
efectuado atentados terroristas contra la política centralista
de los Karagjorgjevich; Bosnia quedó bajo su control.
Durante más de dos años
después de la división de Yugoslavia hubo una gran
confusión militar y política en el país.
Bajo el general monárquico Draza Mihaíovic, los
serbios nacionalistas, (llamados chetniks) prosiguieron
una guerra de
guerrillas contra el gobierno títere croata y sus
protectores extranjeros. Los nacionalistas croatas, bajo los
auspicios del régimen de Ustasa, tomaron represalias con
una campaña de exterminio contra los serbios. Otros
destacamentos guerrilleros, dirigidos por Josip Broz Tito,
comunista croata, lucharon contra los invasores y los
ustachis croatas al mismo tiempo.
Había muchas diferencias entre los dos grupos resistentes,
no sólo en su ideología política sino
también en sus tácticas. En diciembre de 1941 el
gobierno yugoslavo en el exilio reconoció a
Mihaílovic como comandante en jefe de los contingentes de
la resistencia
nacional, una decisión que complicó aún
más la política interior.
En 1942 los partidarios de Tito, tras
conseguir de facto el control de parte
de Bosnia, crearon un gobierno provisional. Este gobierno, el
Consejo para la Liberación Nacional, acusó
más tarde a los chetniks de colaboracionismo. A
partir de entonces hubo frecuentes encuentros armados entre ambas
facciones.
Durante 1943 el Consejo para la
Liberación Nacional amplió sus operaciones
militares en Yugoslavia, formó un ejército de
más de 100.000 soldados y conquistó más de
100.000 km.2 de territorio yugoslavo. Misiones británicas
y estadounidenses se unieron al ejército de
Mihaílovic a finales de 1943. En diciembre, el Consejo,
tras negarse a reconocer la autoridad del
gobierno en el exilio, estableció un parlamento nacional.
En el verano de 1944 la ruptura entre los gobiernos
monárquico y provisional se subsanó, gracias en
gran parte a la mediación británica. Por las
condiciones del acuerdo, el régimen provisional
recibió representación en el gobierno en el exilio
y Tito, que había sido ascendido al rango de mariscal,
reemplazó a Mihaílovic como jefe oficial del
Ejército yugoslavo. En septiembre de 1944 los
ejércitos aliados, junto a las fuerzas de Tito, lanzaron
una ofensiva contra el ejército de ocupación
alemán en Yugoslavia. Las tropas alemanas fueron
expulsadas de Belgrado y de la mayoría de sus bastiones
yugoslavos antes del final de octubre.
Un mes más tarde, después
de varias conferencias en Moscú entre representantes
soviéticos, británicos y de los dos gobiernos
yugoslavos, se comenzó a planificar la unión del
gobierno monárquico yugoslavo y el Consejo para la
Liberación Nacional. Las características del régimen
proyectado establecían la autonomía local para los
distintos grupos étnicos y un consejo de regencia, que
ejercería los poderes del rey Pedro, cuya posición
se determinaría en un plebiscito. En marzo de 1945 se
formó un nuevo gobierno en el que el mariscal Tito era
primer ministro y los comunistas ocupaban puestos claves; dicho
gobierno promulgó un programa de
reformas económicas y sociales moderadas. La
monarquía fue abolida en agosto por lo que el rey
continuó en el exilio.
En noviembre de 1945 se celebraron
elecciones para formar una asamblea constituyente. Los grupos
políticos moderados, a los que se prohibió
oficialmente presentarse como candidatos, boicotearon las
elecciones. Los candidatos del comunista Frente de Unión
Nacional se aseguraron la aprobación del 80% del
electorado. El 29 de noviembre la recién elegida Asamblea
Constituyente, que consideró el voto recibido como un
mandato contra la monarquía, proclamó la
República Federal Popular de Yugoslavia. En el transcurso
de las semanas siguientes, Estados Unidos,
Gran Bretaña y la Unión Soviética
reconocieron a la República. Tras la adopción
de una nueva Constitución en enero de 1946, la Asamblea
Constituyente se transformó en el Parlamento nacional. En
el nuevo gabinete formado en febrero, cuyo primer ministro era el
mariscal Tito, la representación comunista se
incrementó notablemente.
Poco después del final de la
guerra, el gobierno de Tito nacionalizó varios sectores de
la economía,
impuso restricciones a la Iglesia católica y
disolvió a los grupos de oposición; los
periódicos críticos a la política del
gobierno de Tito fueron eliminados y los sindicatos se
convirtieron en organizaciones
semioficiales. Mihaílovic fue capturado y encausado por
traición y colaboración con el enemigo; él y
otros ocho dirigentes chetniks fueron condenados y
ejecutados en julio de 1946.
Yugoslavia adoptó una nueva
Constitución en 1953 que convirtió a Tito en
presidente del Estado, y otra en 1963, en la que se cambió
nuevamente el nombre del país, que pasó a
denominarse República Federal Socialista de Yugoslavia. En
las décadas siguientes se hicieron ajustes
políticos en el gobierno, muchos relacionados con la
cesión de varias funciones
gubernamentales a las repúblicas federadas. Sin embargo,
durante este periodo no disminuyó el control de Tito sobre
el país.
Cuando comenzó la Guerra
Fría a finales de la década de 1940, Yugoslavia
se alió con la URSS y rechazó participar en el
Plan Marshall,
elaborado y financiado por Estados Unidos.
En 1947 Yugoslavia se unió a las naciones comunistas para
crear la Oficina de
Información Comunista (Cominform), que
sucedió a la Tercera Internacional, disuelta en 1943.
Belgrado fue designada sede de la nueva organización. No obstante, a principios de
1948 Tito se negó a aceptar las directrices del dirigente
soviético Stalin, y la URSS, a través del
Cominform, tomó represalias. En una reunión
celebrada en Bucarest en junio, que Yugoslavia boicoteó,
el Cominform denunció a Tito y al Partido Comunista de
Yugoslavia y les acusó de importantes desviaciones de la
política comunista ortodoxa. Un congreso del partido
yugoslavo reafirmó su lealtad al marxismo-leninismo pero reeligió a Tito, a
quien los dirigentes soviéticos habían
creído derrocar. El éxito del comunismo
nacional yugoslavo obstaculizó los esfuerzos
soviéticos por controlar el bloque comunista y
sentó un precedente de independencia
que siguieron en algunos aspectos otros países
comunistas.
El conflicto entre soviéticos y
yugoslavos se agudizó en 1949, cuando la URSS y otros
países comunistas derogaron los tratados de
amistad con
Yugoslavia y prohibieron la entrada del país en el
recién creado Consejo de Ayuda Mutua Económica,
COMECON o CAME. Durante la guerra de Corea, Yugoslavia, al
contrario que otros países comunistas, apoyó a las
Naciones Unidas
en el embargo de armas a Corea del
Norte y la China
comunista. En 1953 Yugoslavia, junto a Grecia y
Turquía, estableció una serie de tratados para
formar la Entente Balcánica, que perdió importancia
a medida que las relaciones entre los países comunistas
mejoraron.
Poco después de la muerte de
Stalin, en 1953, la URSS y el resto de los países
comunistas reanudaron las relaciones diplomáticas con
Yugoslavia, pero no volvió a unirse al Cominform o a
integrarse en el Comecon. En 1954 Yugoslavia participó en
las celebraciones del aniversario de la Revolución
Rusa en Moscú y los dirigentes soviéticos se
unieron a la celebración del décimo aniversario de
la liberación rusa de Belgrado. No obstante, junto a las
demostraciones de amistad mutua,
Tito continuó respetando las obligaciones
yugoslavas con Occidente. La visita del primer ministro
soviético Nikita Jrushchov a Belgrado en 1956 fue seguida
de un acuerdo de intercambio cultural, un préstamo
soviético de 84 millones de dólares y la
cancelación de la deuda yugoslava, estimada en 90 millones
de dólares.
En los años siguientes, las
relaciones yugoslavas con la URSS fueron vacilantes. Sin embargo,
Jrushchov y Tito intercambiaron visitas cordiales en 1956; a
principios de
1957, en las celebraciones del cuarenta aniversario de la
Revolución
Rusa, Yugoslavia tomó parte junto a otros
países comunistas en un manifiesto de paz pero no
participó en su declaración de solidaridad. En
1958 descendió el comercio entre
ambos países, pero en 1962 se reanudaron las visitas
amistosas recíprocas y en Moscú, Tito habló
ante el Soviet Supremo. En 1963 el comercio con
la URSS y otros países comunistas se incrementó, a
pesar de lo cual el 70% del comercio
yugoslavo se realizaba con los países occidentales y no
alineados. En 1964 Yugoslavia se convirtió en miembro
observador del Comecon y participó en sus comisiones de
comercio,
industrias
metalúrgicas y químicas. En la década de
1960, los lazos de Yugoslavia con Occidente habían hecho
que empeoraran las relaciones con la China
comunista y Albania.
En 1954 Tito dio el primer paso para
formar la
Organización de Países No Alineados. En 1961
Tito preparó una conferencia de
países no alineados en Belgrado, a la que acudieron 21
países africanos y asiáticos y contó con la
presencia de Cuba.
Yugoslavia, India y
Egipto fueron
las naciones dirigentes de la
Organización de Países No Alineados en sus
primeros años de existencia.
En las Naciones Unidas,
Yugoslavia votó casi siempre en bloque con los
países comunistas pero no les apoyó en la crisis coreana
y votó a favor de ampliar el Consejo de Seguridad y el
Consejo Económico y Social, algo a lo que Rusia se opuso.
Yugoslavia también condenó la ocupación de
Checoslovaquia por las tropas del Pacto de Varsovia en
1968.
A finales de la década de 1960 y
principios de la siguiente hubo una mejoría en las
relaciones de Yugoslavia con otros países sin tener en
cuenta su orientación política. En 1971 Tito y el
dirigente soviético Leonid Ilich Brezhnev se reunieron en
Belgrado y firmaron una declaración que reafirmaba la
independencia
política de Yugoslavia aunque se fortalecían los
lazos entre ambos Estados. Esa política se reflejó
en las visitas amistosas que intercambiaron soviéticos y
yugoslavos; al mismo tiempo, Tito mantuvo buenas relaciones con
el Mercado
Común Europeo, Estados Unidos y
China. En
1979, en la reunión de los Países No Alineados en
La Habana, Tito dirigió a los moderados en contra de la
postura procomunista del dirigente cubano Fidel
Castro.
Los últimos años del
gobierno de Tito tuvieron menos éxito en política
interior. La economía se
estancó, aumentó la inflación y el desempleo, lo que
provocó un aumento del número de huelgas; en
consecuencia, un enorme déficit en el comercio
exterior, a pesar de la devaluación del dinar y de los
acuerdos comerciales con el Este y el Oeste. La tensión
entre croatas y serbios aumentó y se tradujo en
disturbios, secuestros aéreos y asesinatos y
provocó una dura represión. Cientos de croatas y
otros acusados de nacionalismo
subversivo, liberalismo o
tendencias prosoviéticas fueron purgados del partido,
expulsados o encarcelados.
Tito murió el 4 de mayo de 1980
tras una larga enfermedad. Con su muerte,
llegó a su fin el gobierno unipersonal en Yugoslavia. De
acuerdo con la Constitución de 1974, se instituyó
en el país un sistema de dirección colegiada en el que el gobierno y
los cargos del partido se alternaban todos los años. Una
serie de planes de austeridad sirvieron de poco para mejorar la
economía,
con una deuda externa
superior a los 15.000 millones de dólares; el aumento de
la inflación y del desempleo, el
nivel de vida descendió paulatinamente durante la
década de 1980.
La debilidad de la economía y de la
jefatura del gobierno estimuló el desarrollo del
enfrentamiento étnico, mientras los movimientos
separatistas en las distintas repúblicas y provincias
amenazaban la viabilidad del país. Durante la
década de 1980 aumentaron las tensiones en la provincia de
Kosovo, que había logrado la autonomía en 1968 tras
los disturbios en protesta por el control serbio, protagonizados
por la mayoría albanesa que demandaba una mayor
independencia; de este modo se mantuvieron serios enfrentamientos
con los serbios y los montenegrinos durante toda la
década; los esfuerzos del gobierno serbio por imponer su
autoridad
sobre Kosovo contribuyeron a complicar las relaciones entre
Yugoslavia y Albania. Hacia finales de la década de 1980,
Serbia reafirmó su control sobre Kosovo y la provincia
autónoma de Voivodina, cuya autonomía fue
suprimida.
En mayo de 1989 se convirtió en
presidente de Serbia, sustituyendo a Stambolic Slodovan
Milosevic. Su partido, ahora denominado Partido Socialista de
Serbia, obtuvo 194 de los 250 escaños del Parlamento
serbio. En enero de 1990 la Liga de los Comunistas de Yugoslavia
acordó ceder su monopolio en
el poder
político. Nacido en 1941, presidente de Serbia desde 1989
e impulsor de las ambiciones nacionalistas serbias en la antigua
Yugoslavia. Milosevic, descendiente de montenegrinos,
nació en Pozarevac (Serbia). Su padre, de profesión
maestro de escuela,
abandonó el hogar cuando Milosevic estudiaba en la
escuela de
primaria y se suicidó en 1962. Su madre igualmente se
quitó la vida en 1973. Milosevic contrajo matrimonio con
Marjana Markovic, una compañera de la escuela superior
y activista comunista, hija de una importante familia comunista
serbia. En 1959 se afilió a la Liga de los Comunistas de
Yugoslavia. Se graduó en derecho por la Universidad de
Belgrado en 1964.
Milosevic fue director del principal
banco de
Belgrado desde 1978 hasta 1983. En 1984 Ivan Stambolic,
presidente de la Liga de los Comunistas de Serbia le
nombró jefe de la
organización del partido en Belgrado. En enero de 1986
Milosevic sucedió a Stambolic en la presidencia del
partido. Milosevic se convirtió en máximo exponente
del nacionalismo
serbio con motivo del intento separatista de la provincia
autónoma de Kosovo (con un 90% de población
albanesa). Los grupos nacionalistas y conservadores recibieron un
gran apoyo en las elecciones de 1990, las primeras elecciones
libres desde la II Guerra Mundial.
En las primeras elecciones presidenciales
multipartidistas y directas en Serbia, celebradas en diciembre de
1990, Milosevic fue reelegido presidente de la República
de Serbia por abrumadora mayoría. Las declaraciones de
independencia proclamadas por todas las repúblicas de
Yugoslavia, excepto Serbia y Montenegro, originaron la Guerra
Civil en Croacia (1991) y Bosnia-Herzegovina.
CONFLICTO EN
BOSNIA:
Durante 1991, las tensiones
étnicas por toda Yugoslavia contribuyeron a debilitar la
precaria presidencia bosnia. Cuando Croacia y Eslovenia
declararon su independencia de Yugoslavia en junio de 1991,
muchos serbios del resto de las repúblicas empezaron a
proclamar su lealtad a la Yugoslavia bajo dominio serbio.
En Bosnia-Herzegovina, como en Croacia, formaron las Regiones
Autónomas Serbias (RAS). El rechazo de la RAS por el
gobierno bosnio llevó a serbios y no serbios a conflictos
armados. Estos conflictos se
agravaron después de que Macedonia declarara su
independencia de Yugoslavia en septiembre de 1991. El
Ejército Popular Yugoslavo demostró su
oposición a la secesión de las tres
repúblicas cuando tomó el poder en
Mostar, en el noroeste de Bosnia-Herzegovina, y sitió
desde allí Dubrovnik, el centro turístico
más famoso de Croacia. La deteriorada situación
nacional se reflejaba en el gobierno de Bosnia. El partido
Democrático Serbio rechazó las propuestas de
declarar la independencia, promovidas por la presidencia de la
república y por el PAD. Las negociaciones entre los
diversos partidos concluyeron en un punto muerto. Los disidentes
serbios formaron una Asamblea de la Nación Serbia y
celebraron un referéndum para que los serbios decidieran
si formarían parte de Yugoslavia. Mientras casi todos los
participantes en este referéndum votaban a favor de
permanecer en Yugoslavia, en otro plebiscito similar, celebrado
en febrero y marzo de 1992 y abierto a todos los grupos
étnicos (pero boicoteado por la mayor parte de los
serbios), los votantes optaron por separarse. Ese mismo mes,
Bosnia y Herzegovina declararon su
independencia.
A pesar del reconocimiento internacional
de la independencia de Bosnia y Herzegovina, primero por los
Estados Unidos
en abril de 1992 y después por las Naciones Unidas
(ONU) en mayo de
1992, el conflicto dentro del país fue en aumento. Hacia
mayo de 1992, cuando Serbia y Montenegro acordaron constituirse
como una República Federal de Yugoslavia (RFY), las
fuerzas serbias habían ganado el control de más de
dos tercios de Bosnia-Herzegovina y sitiaron a Sarajevo. Los
primeros esfuerzos de mediación de la Comunidad Europea
(CEE), ahora denominada Unión
Europea (UE), y de la ONU fracasaron; y
el 30 de mayo de 1992, esta última impuso sanciones
económicas a la nueva Yugoslavia, que no había
obtenido el reconocimiento internacional a mediados de 1994. La
guerra tomó una nueva dirección en julio, cuando un grupo de
croatas, bajo el liderazgo de
Mate Bobas, logró el control de un tercio del territorio
del país y formó la denominada Herceg-Bosna, una
unión a la que la república de Croacia
proporcionaba apoyo. Esto motivó la suspensión de
la alianza croata y musulmana contra los serbios y
convenció a los mediadores de la UE y la ONU de la
conveniencia de su primer propósito, en marzo de 1992, de
dividir el país en tres unidades autónomas como
medio para poner fin a las hostilidades. Del mismo modo que en
anteriores ocasiones, esta propuesta fue
rechazada.
El gobierno bosnio continuó
requiriendo la intervención de la ONU en el desarrollo de
la guerra. También solicitó a la comunidad
internacional el reconocimiento de que la imposición de
sanciones contra Yugoslavia realmente era más perjudicial
para Bosnia que, a causa del embargo, no podía recibir
armas o
suministros. Los oficiales bosnios también intentaron
granjearse el apoyo del mundo islámico. Durante la segunda
mitad de 1992, la comunidad
internacional se concienció de las numerosas violaciones
de los derechos humanos
en el país. En particular, la violación
sistemática de 20.000 musulmanas por los soldados serbios,
en el nombre de la limpieza étnica, fue reconocida como
una atrocidad sin precedentes en tiempos de guerra. La
mediación internacional, sin embargo, pudo lograr muy poco
y el plan de paz de
Vance-Owen fracasó a mediados de 1993. En junio de 1993,
el Consejo de Seguridad de la
ONU aprobó una resolución mediante la que se
creaban seis 'áreas de seguridad' para
los bosnios musulmanes: Bihac, Tuzla, Srebrenica, Zepa, Gorazde y
Sarajevo. La resolución exigió el despliegue de
más de 25.000 soldados adicionales de la ONU, a los que se
dio la orden de usar la fuerza para
defender dichas áreas. Aunque las áreas seguras
servían de refugio a muchos refugiados, la comunidad
internacional reconoció la ineficacia general de esta
resolución. Algunas de las zonas seguras sufrieron los
ataques de las fuerzas serbias: Sarajevo estuvo constantemente
sitiada desde abril de 1992 y Gorazde fue duramente bombardeada
por los serbios desde principios de abril de 1994. En septiembre
de 1993, el parlamento bosnio rechazó una propuesta de
dividir Bosnia-Herzegovina en tres regiones étnicas,
aduciendo que el plan
concedía a los serbios demasiado territorio (51% frente al
31% para los musulmanes bosnios y un 18% para los croatas
bosnios).
En marzo de 1994, las hostilidades entre
bosnios musulmanes y croatas finalizaron, al acordar ambos grupos
la creación de una federación conjunta, aliada con
la república de Croacia. Esta federación se
constituía sobre el 58% del territorio de
Bosnia-Herzegovina, muy inferior al ocupado por los serbios (que
todavía controlaban un 72% de Bosnia-Herzegovina). Ocho
cantones formarían la federación, cuatro de ellos
bajo dominio
musulmán, dos controlados por los croatas y los otros dos,
por una mezcla étnica. A inicios de junio, la
federación había elegido un presidente y un
vicepresidente y había programado elecciones generales
para el final de 1994. La nueva federación
coexistió con el gobierno establecido de la
república de Bosnia y Herzegovina, que permaneció
bajo la dirección del presidente Alija
Izetbegovic.
La creación de la alianza
alentó la esperanza de que pudiera alcanzarse la paz en
Bosnia-Herzegovina. Sin embargo, la alianza se enfrentó a
la resistencia no
sólo de los serbios bosnios, sino también de un
grupo
separatista de musulmanes bosnios en Bihac, al noroeste de
Bosnia. En junio de 1994 se declaró un breve cese del
fuego, pero la guerra continuó de forma esporádica.
A finales de julio se propuso otro plan de paz
internacional que fue rechazado de nuevo por los serbios bosnios.
La comunidad internacional respondió con el anuncio de
más sanciones económicas contra Serbia y
Montenegro.
- la actualidad en
Kosovo:
Desde 1981, la Provincia (anteriormente
autónoma) de Kosovo, ubicada al sur de Serbia y limitando
con Albania es un foco de tensión en los Balcanes, fue a
partir de ese año que se apartó del gobierno o
cargo público a cualquier kosovar integrante de la etnia
albano-kosovar con el fin de desmantelar cualquier intento y
vestigio separatista en la zona. La discriminación hacia la citada etnia, se
fue incrementando y se prohibió la asistencia a la
Universidad de Pristina a los albano-kosovares, y ya hacia 1989
con el acceso al gobierno de Milosevic la limpieza étnica
se puso en marcha, con expulsión, matanzas y violaciones a
la población albano-kosovar. La gravedad del accionar del
régimen Serbio, y teniendo como antecedente el genocidio
en Bosnia Erzegovina, llevó a que la comunidad
internacional comparara el accionar del presidente Milosevic con
el llevado a cabo por Hitler en la II
guerra mundial. No obstante esto, la intervención de las
Naciones Unidas en la provincia en conflicto nunca llegó.
En cambio, la
OTAN (Organización creada a fines de la II Guerra
Mundial con fines específicamente defensivos)
decidió entrar en acción a principios de este
año, iniciando una nueva etapa en el ámbito de las
relaciones
internacionales, ocupando el lugar del Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas como "fuerza de
policía internacional" ante la negativa encabezada por
Rusia y China. El
accionar comenzó exhortando a Serbia a finalizar las
oscuras actividades de limpieza étnica y luego de manera
efectiva, enviando tropas a las zonas limítrofes y
más adelante, y ante la negativa de Serbia de firmar un
acuerdo de paz, mediante bombardeos aéreos sobre
territorios Serbios y Kosovares. Durante 78 días, la OTAN
llevó a cabo una guerra aérea contra Yugoslavia
para forzar al régimen del presidente Slobodan Milosevic a
aceptar una salida al conflicto de Kosovo, la operación
Fuerza Aliada
y la violencia
represiva desatada por las fuerzas serbias en Kosovo arrojaron el
siguiente resultado: graves destrucciones en Serbia y Kosovo,
decenas de civiles muertos por causa de errores en los bombardeos
aliados, el éxodo de 886.908 albano-kosovares y el
asesinato de al menos 10.000 de ellos por parte de los serbios.
Estos son los principales hechos ocurridos durante la guerra y
las negociaciones posteriores:
- Fines de Febrero a Principios de
Marzo: Ya en los primeros días del mes de marzo de este
año, el presidente de Yugoslavia, Slobodan Milosevic,
rechazó "total y definitivamente" cualquier posibilidad
de permitir el ingreso de fuerzas multinacionales de la OTAN en
Kosovo el mandatario expresó claramente su
negación dejar que unos 30.000 hombres de la Alianza
ingresen para "tareas de control" en esa provincia yugoslava,
este fue uno de los desencadenantes de lo que hasta hoy
representa una crisis
mundial, que dejo a todo el mundo con sus ojos
allí.
En momentos en que se esperaba un paso
definitivo hacia la paz en Yugoslavia, la violencia
volvió a estallar durante los primeros días de
marzo en ese país, con inusitada crudeza, cuando 12
personas de origen albanés murieron y 58 resultaron
heridas en tres explosiones registradas en el norte de la
provincia de Kosovo, mientras en el Nordeste y en la frontera con
Albania rebeldes de esa etnia dispararon contra guardias serbios,
esto ocurría mientras las delegaciones de albaneses
kosovares y de serbios viajaban a Rambouillet, Francia, donde
comenzaría la segunda ronda de negociaciones de paz,
iniciadas en febrero, sin que se llegara a un
acuerdo.
Sin embargo, dada la gravedad de la
situación, calificada de "extremadamente peligrosa" tras
los atentados, la Unión
Europea exigió al Grupo de
Contacto que dé a serbios y kosovares un plazo
máximo de 96 horas para firmar un acuerdo de paz. Y, de no
cumplirlo, la
Organización del Tratado del Atlántico Norte
(OTAN) atacaría a Serbia estrenando su nueva
conformación con los ex satélites
soviéticos que se incorporaron a la Alianza. El presidente
de Yugoslavia, Slobodan Milosevic, se negó rotundamente a
aceptar un acuerdo que signifique el ingreso de tropas
extranjeras en suelo
yugoslavo.
Las conversaciones buscaron poner fin a
la lucha separatista que estalló el año pasado y
que al mes de marzo, contabilizaba 2000 muertos y desplazó
de sus hogares a unas 300.000 personas en la provincia de Kosovo,
habitada en su 90% por miembros de la etnia albanesa.
También quieren dar autonomía política a los
kosovares, pero manteniendo la provincia dentro de Serbia,
república dominante en Yugoslavia.
EE.UU. se prepara para evacuar Serbia:
Washington retiraría al personal de su
representación en Belgrado ante la inminencia de un ataque
por parte de la OTAN. El gobierno de los Estados Unidos se
está preparando para evacuar a sus diplomáticos de
la república de Yugoslavia ante la posibilidad de un
ataque militar de la OTAN contra los serbios, al alejarse las
esperanzas de un acuerdo de paz. El personal de la
embajada de los Estados Unidos en Yugoslavia considerado no
esencial fue evacuado en octubre y volvió a sus puestos en
febrero, al iniciarse las conversaciones. Por otra parte,
Washington afirmó estar "muy preocupado" por los
movimientos de tropas serbias en las inmediaciones de Kosovo y
renovó sus advertencias respecto del lanzamiento de una
nueva ofensiva contra los albaneses kosovares, que ya se
mostraron dispuestos a firmar el acuerdo.
Bill Clinton quería "dejar muy en
claro" que en caso de que la intransigencia serbia hiciera
fracasar el acuerdo de paz que debería haberse firmado en
Francia,
"habría consecuencias", y aseguró que Washington
sigue la evolución de los acontecimientos con mucha
atención. Slobodan Milosevic, "tiene que entender muy
claramente que si continúa utilizando masivamente la
represión contra la gente de allí, la OTAN tiene la
autoridad para
actuar".
El vocero del Alto Comisionado de las
Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), Fernando del Mundo,
aseguró a principios de marzo que unos 7000 albaneses
kosovares habían huido de pueblos del sur de Kosovo, a
raíz de los combates que se registraron en la zona durante
esos días: "La población empezó a abandonar
sus hogares esta mañana y las aldeas de Kabas y Prizen han
quedado parcialmente abandonadas debido a los ataques de la
artillería del ejercito yugoslavo". Del Mundo,
además expresó su esperanza de que los desplazados
volvieran a sus hogares cuando cesaran los ataques y
aseguró que el Acnur suministraría ayuda a la
población de esa zona.
- 24 de marzo: comienzo de los
bombardeos de la OTAN contra objetivos
militares en Yugoslavia. - 31 de marzo: tres soldados
estadounidenses son tomados prisioneros en la región
fronteriza entre Yugoslavia y Macedonia. Los tres serán
puestos en libertad a
principios de mayo. - 12 de abril: la OTAN bombardea por
error un tren sobre un puente ferroviario; decenas de muertos
civiles. - 14 de abril: la OTAN ataca por error
una columna de refugiados en Djakovica; más de 70
muertos. - 1º de mayo: el bombardeo aliado
de un puente en Kosovo causa la muerte de
unos 40 pasajeros de un ómnibus. - 5 de mayo: dos soldados
estadounidenses pierden la vida al desplomarse un
helicóptero Apache durante un vuelo de entrenamiento
en Albania. - 6 de mayo: el G-8 aprueba un conjunto
de principios básicos para un acuerdo de paz, que
deberá plasmarse en una resolución del Consejo de
Seguridad de
la ONU. - 7 de mayo: la OTAN bombardea por error
la embajada de China en
Belgrado, ocasionando tres muertos. - 27 de mayo: el Tribunal Penal
Internacional para la ex Yugoslavia acusa a Milosevic de
crímenes de guerra. - 3 de junio: el Parlamento y el
presidente Milosevic aceptan el plan del G-8
presentado por los enviados especiales de Rusia, Viktor
Chernomyrdin, y de la Unión
Europea, el presidente finlandés, Martti
Ahtisaari. - 9 de junio: en Macedonia, militares de
la OTAN y Yugoslavia llegan a un acuerdo para la retirada
serbia de Kosovo y el ingreso de una fuerza
internacional de paz. - 10 de junio: comienza la retirada
serbia; la OTAN suspende sus bombardeos. El Consejo de
Seguridad de la ONU aprueba una resolución para la
entrada en acción de la Fuerza Internacional de Paz para
Kosovo (KFOR).
12 de junio: sorpresivamente, Rusia
ordena la entrada en Kosovo de un contingente de alrededor de 200
paracaidistas, que toman el aeropuerto de Pristina. Las primeras
tropas de la KFOR cruzan la frontera con Kosovo. Tropas rusas
ingresaron en Kosovo: Moscú dijo que fue un error y
ordenó la retirada; también entraron las fuerzas de
la OTAN. El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Igor Ivanov,
calificó el ingreso de su propio ejército en
Pristina como "un acontecimiento desafortunado" y dijo que se les
ordenó a las tropas abandonar la ciudad: "Vamos a
determinar las razones de esto. Se les ha ordenado abandonar
Kosovo y aguardar nuevas órdenes", dijo el funcionario,
quien, horas antes, había acordado con la OTAN que ese
ingreso no se produciría. La Casa Blanca, que había
reaccionado con gran preocupación ante el despliegue ruso,
aceptó las explicaciones del canciller Ivanov: "No tenemos
razones para dudar que habrá una retirada inmediata de las
tropas rusas de Pristina", dijo Mike Hammer, del Consejo de
Seguridad Nacional de los Estados Unidos. "Dejamos al gobierno
ruso determinar qué sucedió exactamente",
señaló el funcionario.
La llegada de la columna rusa se
había adelantado a la de las tropas inglesas que, a las
3:19 hs. ingresaron en Kosovo desde la vecina Macedonia a bordo
de helicópteros Chinook. Los soldados rusos partieron de
Bosnia y cruzaron Yugoslavia hasta Pristina. La
participación de Rusia en la KFOR generó no pocas
controversias y algunas amenazas, como la que realizó un
vocero del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK),
grupo guerrillero que se opone al ingreso de tropas rusas y que
anticipó futuros choques armados. Gran cantidad de
pobladores salió a las calles de la ciudad para dar la
bienvenida a los soldados enviados por Moscú, aliado
tradicional de Serbia. "¿Dónde estaban, hermanos
rusos?", decía una pancarta, mientras al grito de
"¡Rusia, Rusia!" los pobladores disparaban al aire y arrojaban
bengalas y cohetes para darles la bienvenida. La actitud rusa,
aunque después haya sido considerada como equivocada,
logró sin embargo eclipsar la perspectiva de una entrada
triunfal de los aliados en Kosovo. Cuando se conoció la
noticia del desplazamiento de las fuerzas rusas -unos 41
vehículos blindados y 200 efectivos hacia la frontera de
Serbia con Kosovo, Ivanov justificó el movimiento
militar señalando que era el paso previo para el
despliegue internacional en Kosovo. El canciller le había
garantizado a su par norteamericana, Madeleine Albright, que las
tropas rusas no ingresarían en Kosovo hasta que se llegara
a un acuerdo con la OTAN. Los rusos insisten en que sus tropas no
estarán bajo el mando de militares de países de la
OTAN y quieren un sector de su exclusiva responsabilidad. La columna rusa, con varias
decenas de vehículos militares con las siglas de KFOR
recién pintadas (sobre la sigla SFOR, la fuerza de
estabilización para Bosnia) había sido saludada con
flores y vítores a su paso por Belgrado.
- 13 de junio: Se descubren fosas
comunes anteriormente detectadas por fotos
aéreas y satelitales en la Provincia de Kosovo. Esto
afirmaría la matanza indiscriminada o "limpieza
étnica" llevada a cabo por el régimen de
Milosevic. - 18 junio: Estados Unidos y Rusia
llegan a un acuerdo sobre la incorporación de fuerzas
militares rusas en la KFOR. El Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas emitió una resolución para
especificar el accionar de las tropas internacionales en
Kosovo, la resolución del Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas tiene como principales
elementos:
• El fin inmediato y verificable de
toda la represión y la violencia en
Kosovo y el retiro de todas las fuerzas militares, de
policía y paramilitares serbias de la
provincia.
• El despliegue de una fuerza
internacional de paz con los auspicios de las Naciones Unidas. La
fuerza será responsable de evitar nuevas hostilidades,
desmilitarizar al Ejército de Liberación de Kosovo
(ELK) y crear un ambiente
seguro para el
retorno de los refugiados.
• La finalización de las
acciones
ofensivas por parte del ELK y otros grupos de albano-kosovares
armados.
• El regreso de unos cientos de
efectivos serbios que tendrán como tareas el desminado de
la provincia, el control de sus fronteras y el resguardo del
patrimonio
cultural serbio.
• La búsqueda de una
solución política basada en los principios
adoptados el 6 de mayo último por el Grupo de los Ocho
(G-8) y el acuerdo aprobado por el Parlamento serbio el 3 de este
mes.
• El establecimiento de una administración interina para Kosovo que
permita el regreso de los refugiados y promueva una
autonomía sustancial y autogobierno dentro de
Yugoslavia.
• La cooperación de todos los
Estados miembros y la Fuerza Internacional de Paz para Kosovo
(KFOR) con el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia.
El presidente Milosevic y cuatro de sus más cercanos
asesores fueron acusados de crímenes de guerra el mes
último.
• La contribución para la
reconstrucción de Kosovo y el llamado a una conferencia de
donantes para financiar los gastos.
- 20 de junio: el secretario general de
la OTAN, Javier Solana, anuncia el cese definitivo de los
ataques aéreos contra Yugoslavia, tras comprobarse la
retirada total de Kosovo del ejército
yugoslavo. - Se firmó el acuerdo de
paz:
Militares de la OTAN y de Serbia
acordaron, tras 78 días de bombardeos, cómo
será el retiro total de las tropas yugoslavas de Kosovo;
hay euforia en Belgrado y satisfacción, pero
también cautela, en los países de la alianza.
Después de 78 días de bombardeos, los militares
yugoslavos finalmente cedieron y firmaron un acuerdo sobre el
retiro de sus tropas de la provincia de Kosovo, lo que permite
poner fin a la primera guerra de la Organización del Tratado del
Atlántico Norte (OTAN), y posiblemente la última
del siglo. El anuncio del general británico y comandante
de las fuerzas aliadas en Macedonia, Michael Jackson, fue
festejado ruidosamente en Pristina, la capital de Kosovo, y en
Belgrado, donde por primera vez en 11 semanas de guerra la
luz
volvió a las calles. En Washington, el presidente Bill
Clinton se mostró "muy satisfecho", aunque cauteloso, en
tanto que los demás líderes mundiales demostraron
su alivio. El acuerdo militar fue inmediatamente aprobado por la
OTAN en Bruselas. La suspensión de los bombardeos se
produjo una vez retiradas las tropas yugoslavas. Belgrado
tendrá un plazo de 11 días para retirar todas sus
tropas de Kosovo. En las primeras horas, y tras una
resolución estudiada por el Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas, comenzó a ingresar la fuerza
internacional, con un total de 48.000 efectivos, que
garantizaría el regreso seguro de casi un
millón de refugiados albano-kosovares.
- Condiciones yugoslavas: "Nosotros
exigimos que el comandante de la parte militar de la misión,
es decir, el jefe de la misión
civil de la ONU, sea nombrado por el secretario general". El
problema, tal como quedó planteado en la cocina del
pacto, es que el cese del fuego no se producirá mientras
Milosevic no dé indicios del retiro de las tropas
serbias de Kosovo. Yugoslavia espera recobrar sus derechos en la ONU y en
otras organizaciones
internacionales.
"No hemos entregado Kosovo", dijo
Milosevic. "Respetados ciudadanos: la agresión
terminó -dijo por TV el presidente yugoslavo, Slobodan
Milosevic-. La paz prevaleció sobre la violencia y no
hemos entregado Kosovo". El sorpresivo discurso del
presidente yugoslavo se emitió pocos minutos
después de que el secretario general de la OTAN, Javier
Solana, anunciara la suspensión de los bombardeos. Aunque
su destino es incierto y pocos se atreven a apostar por su
permanencia en el cargo, Milosevic dio al país un mensaje
triunfalista, en el que propuso realizar "una gran
movilización" para levantar el país, y
recibió el apoyo de su principal opositor, Vuk Draskovic,
para una transición. Milosevic descartó una
independencia de Kosovo, alabó el heroísmo de su
pueblo y lo conminó a demostrar su fidelidad
también en la tarea de la reconstrucción del
país. Además, dio las primeras cifras oficiales de
militares muertos en esta guerra: 462 soldados yugoslavos y 114
policías serbios ("héroes que dieron su vida en la
defensa de la patria", dijo), lo que contrasta con las 10.000
bajas que estima la OTAN. También perecieron 2000 civiles
y otros tantos quedaron inválidos en los 78 días de
bombardeos, en los que Yugoslavia perdió "cerca de 100.000
millones de dólares en infraestructura". Aun así,
Milosevic está convencido de su absoluto triunfo por sobre
la OTAN. "Será una enorme contribución para la
historia: el
heroísmo del pueblo en su resistencia
frente a un enemigo mucho más poderoso marcará el
final del siglo XX".
Ámbito de Política
Interna en Serbia:
La oposición yugoslava pide
anticipar las elecciones: la presión interna para que el
presidente Slobodan Milosevic dé un paso al costado se
profundizó, cuando el dirigente opositor yugoslavo Zoran
Djindjic pidió la convocatoria a elecciones anticipadas en
su país y anunció una reunión preparatoria
entre políticos serbios y el presidente de Montenegro,
Milo Djukanovic "Yugoslavia no tendrá futuro mientras
Milosevic siga siendo su presidente", manifestó Djindjic a
la emisora Inforadio Berlín-Brandeburgo. El presidente del
Partido Democrático de Serbia consideraba que no
había que esperar hasta los próximos comicios,
convocados para el año 2000, y propuso celebrar elecciones
anticipadas en los meses siguientes: "Hay un amplio movimiento que
apuesta por el cambio en
Serbia", dijo Djindjic, para quien es importante transmitir a la
población que con Milosevic no se puede aspirar a una vida
mejor y que sin él se conseguirá "apoyo
internacional, reconstrucción y, probablemente, un futuro
mejor".
Al mismo tiempo, el dirigente opositor
invitó a los soldados serbios a que, de regreso a casa,
explicaran que la guerra fue innecesaria, para que la
opinión pública comprendiera que el aislamiento
económico y político acarrearía grandes
problemas al
país. Djindjic consideraba preciso preparar las elecciones
anticipadas con una campaña en los medios de
comunicación para aclarar a la población lo que
realmente ocurrió.
Por su parte, Milosevic afirmó,
tras reunirse con el ministro de Relaciones Exteriores griego,
Yorgos Papandreu, que Yugoslavia fue y sigue siendo "un factor de
paz y estabilidad en los Balcanes, desde hace diez años,
Yugoslavia se está enfrentando los intentos de
desestabilización de los Balcanes. Resistiéndose
con decisión a esta tendencia, incluida la defensa heroica
de la agresión a la que fue expuesto, nuestro país
sigue siendo un factor de paz y estabilidad en la región.
El país seguirá empeñándose en que
los pueblos y los países balcánicos puedan decidir
independientemente su propio destino"
El objetivo
primordial de Yugoslavia tras el cese de la campaña
aérea de la OTAN era por estos días, buscar la
solución de los grandes problemas
humanitarios que han sido causados durante los 78 días de
bombardeos aliados. Gran parte de la industria y de
la infraestructura del país ha sido destruida durante la
campaña aérea aliada, durante la cual, según
datos
yugoslavos, perdieron la vida unos 2000 civiles y 600 efectivos
del ejército y la policía.
El análisis: La soberanía ya no es la de
antes.
La evolución de los acontecimientos en los
Balcanes lleva a dos consideraciones al margen de lo que es
obvio: que Milosevic claudicó ante los ataques de la OTAN.
Una concierne a Yugoslavia; la otra, a la política
internacional en su conjunto.
Belgrado tiene no sólo razones
militares para firmar los acuerdos de paz,
porque:
1) Se le garantiza su integridad
territorial.
2) Los kosovares serán
desarmados.
3) La cuestión balcánica
vuelve con más intensidad a las Naciones
Unidas.
El futuro inmediato de Milosevic
quedará en manos de su pueblo. Después se
verá, en el tiempo histórico, cuán larga es
la memoria de
otros pueblos como para llevarlo finalmente a un tribunal
internacional que lo juzgue por sus actos de gobierno. El
éxodo de un millón de kosovares ha sido ante el
mundo la expresión más abrumadora de una
persecución étnica en la que el fanatismo serbio no
se privó de ningún impulso
siniestro.
En cuanto a la política
internacional, digamos que con el anuncio del próximo
alejamiento de Javier Solana como secretario general de la OTAN
notamos un asunto mayor: al hacer saber que Solana pasará
a desempeñarse como una suerte de ministro de Defensa de
Europa, los quince países de la comunidad han abierto una
etapa importante. ¿Con una segunda OTAN, ahora europea?
Eso suena a influencias francesas, pero, ¿qué
dirá, al fin, la sensibilidad nacional británica,
que ha encontrado en la alianza atlántica -y, por lo
tanto, con participación de los Estados Unidos- una
diferencia cualitativa en su favor? La llamada "guerra de
Yugoslavia" (tal vez la última del siglo) ha puesto de
relieve que la
soberanía política de los Estados
nacionales ha dejado de ser lo que era antes. En los Balcanes, la
soberanía política de los Estados ha terminado por
perder, después de siglos, la solidez de los principios
que no sólo se proclaman sino que también se
respetan. Entre el estruendo de las bombas, hemos
asistido al desmoronamiento de una construcción jurídica lentamente
elaborada desde que, en tiempos de Richelieu, se fue configurando
el concepto de
Estado-Nacion. Ahora,
la soberanía política de los Estados se parece,
más que a sí misma, a lo que ya sabíamos que
era, en medio de la
globalización, la idea, un tanto descompuesta, de sus
respectivas soberanías
económicas.
Las lecciones de la guerra,
Opinión publicada en el Diario New York Times que reflejan
el sentimiento de la comunidad estadounidense una vez finalizada
la guerra en Kosovo:
Lo correcto era anteponer a la
soberanía nacional la resistencia de la humanidad frente a
la barbarie. Cuando una nación perpetra una atrocidad en
masa contra parte de su propio pueblo, otras naciones no hacen
sino valer su derecho de intervenir por medio de la fuerza. En el
plano internacional, las normas morales de
conducta,
desdeñadas desde hace mucho por los geopolíticos,
ahora se tonificaron. ¿Cuáles son las lecciones que
Occidente está aprendiendo mientras trata de impedir la
tendencia criminal de una nación?
• Nunca decir a los criminales lo
que uno no hará. Esto revela falta de confianza en el
propio pueblo de uno y en los aliados que uno tiene, y degrada la
propia capacidad de liderazgo. La
frase "no es mi intención enviar tropas terrestres"
envalentona a los criminales y dilata la guerra. Los criminales
se dispusieron a hablar tan sólo cuando las fuerzas
terrestres de la OTAN se convirtieron en una alternativa
real.
• Si uno decide atacar, debe hacerlo
con decisión. Como Napoleón les dijo a sus
vacilantes generales: "Si van a tomar Viena, tómenla". El
primer día, la OTAN debió no sólo haber
provocado un apagón general en Belgrado, sino haber
destruido totalmente sus sistemas de
telecomunicaciones. Una escalada lenta y sostenida
incita a explotar con fines de propaganda los
"daños colaterales", realza los errores cometidos, como la
destrucción de la embajada china, y a la larga cuesta
vidas humanas.
• No asignar un mayor valor a la
vida de los soldados que a la vida de los civiles. Los miembros
de las fuerzas armadas son adiestrados para que arriesguen la
vida y se les paga para eso. No es el caso de los civiles. Al
bombardear desde el aire, evitamos
que haya bajas de la OTAN, pero no logramos que cesaran los
asesinatos, las violaciones, los saqueos y las deportaciones en
masa. Impedir todo eso era la misión de
la intervención militar.
• Nunca sobrestimar el coraje de un
ejército y de fuerzas paramilitares que matan a gente
desarmada. Así como el ejército iraquí,
proclive a matar civiles con armas
químicas, se resquebrajó apenas vio la potencia de fuego
enemiga, muchos serbios que destruyeron aldeas en Kosovo no
están dispuestos a morir por Milosevic. Quienes cometen
atrocidades muy rara vez son valientes soldados
profesionales.
• Recordar que, en toda alianza,
algunos aliados estarán más aliados que otros. Gran
Bretaña surgió como líder
de la OTAN y Francia se
plantó lealmente con firmeza. Los Estados Unidos
taladraron desde el aire pero
asumieron una actitud
contemporizadora respecto de una amenaza terrestre, e insistieron
en que haya una intermediación rusa. Alemania,
Italia y Grecia son las
hermanas débiles de la alianza. Debe buscarse un consenso,
pero ningún país miembro debería poder vetar
la decisión de la gran mayoría.
• No permitir que la desconfianza en
la aptitud del liderazgo
empañe la fe en el carácter justo de una causa. Los
aislacionistas y pacifistas de elevados principios dicen lo suyo,
pero mayormente la oposición a la intervención en
Kosovo proviene de los republicanos norteamericanos que
consideran que Clinton hizo sonar la trompeta de manera muy
incierta y podría acordar un compromiso
incompleto.
• No permitir que el perdedor gane.
Hasta que los serbios sensatos decidan entregar a la banda de
Milosevic al tribunal de La Haya no se debería reconstruir
ningún puente ni levantar ningún embargo. No
permitir ninguna alteración de las cosas en Montenegro y
asegurar la autonomía para la Vojvodina húngara.
Cuando finalmente comience el retiro de las tropas serbias, la
Fuerza de Paz de Kosovo deberá ser comandada y controlada
por la OTAN.
• No tratar de mezclar el agua y el
aceite en el control de la paz. De regreso, el Ejército de
Liberación de Kosovo será "desmilitarizado" pero no
desarmado; tratará de vengarse. La responsabilidad de las fuerzas para el mantenimiento
de la paz será proteger a la minoría serbia y
defender una reivindicación de su soberanía. Mejor
será ofrecer a cada uno de los serbios en Kosovo un bono
de reinserción a la seguridad y dejar que las
víctimas kosovares tengan su
independencia.
La guerra entre la OTAN y Yugoslavia
aún no terminó, pero la civilización
está ahora más civilizada por haber intervenido
para hacer lo correcto.
Kosovo cambió la
relación entre Europa y EE.UU.:
La guerra de Kosovo provocó
cambios extremos en el continente europeo: catapultó a
Alemania a un
plano militar predominante que no se veía desde 1945,
incitó a forjar una política de defensa
común y alteró la relación de Europa con los
Estados Unidos. Por supuesto, ante una estabilidad rusa
aún muy incierta y frente a los abruptos movimientos de
las tropas rusas en Kosovo, lo cual sugiere que los altos mandos
de Moscú acaso sean ingobernables, los europeos siguen
recelando de cualquier tipo de "desacoplamiento" respecto de
Washington. Sin embargo, el deseo de preservar los lazos
transatlánticos está ahora acompañado por el
impulso de renovar su equilibrio.
Gerhard Schroeder, apodado ahora con frecuencia el
"Kriegskanzler" (canciller de guerra), se encontró al
frente de una coalición integrada principalmente por ex
pacifistas para intervenir en una guerra que terminó con
el despliegue previsto de 8000 efectivos militares en Kosovo, el
segundo mayor contingente después del británico.
Alemania se ha convertido en un país normal en
términos militares, y ése es un cambio
decisivo para Europa. El cambio es oportuno, porque la guerra
demostró cuánto necesita hacer Europa para
equipararse con los Estados Unidos en materia de
defensa. Hasta que comenzó la guerra de Kosovo, la
Unión
Europea seguía obsesionada con la creación de
una moneda común. Mayormente quedaban postergados los
esfuerzos tendientes a desarrollar medidas políticas
compartidas en relación con la defensa y la seguridad
europeas. Pero eso parece haber cambiado debido al bombardeo de
la OTAN contra Kosovo, en el que los Estados Unidos tuvieron una
participación predominante. Fue evidente la necesidad de
Europa de disponer de nuevas tecnologías militares, como
las bombas guiadas
por rayo láser, y también su dependencia de los
Estados Unidos en materia de
reconocimiento estratégico. Consecuentemente,
volvió a abrirse un debate que
había sido confinado a unos pocos expertos militares y
analistas de asuntos exteriores que trataban la creciente
dependencia de Europa respecto de los Estados Unidos y su
imposibilidad de ir a la par de las nuevas tecnologías.
Las decisiones que tomarán los europeos todavía no
son claras, pero saben que tienen que tomar algunas. Los europeos
ya han demostrado que tienen intenciones de estar a la vanguardia de
los despliegues militares en Kosovo. Las tropas de los cuatro
principales países del continente -Gran Bretaña,
Francia,
Alemania e Italia- totalizarán 33.000 efectivos, superando
casi por cinco a uno al destacamento de 7000 hombres previsto por
los Estados Unidos. El gran despliegue militar europeo refleja
tanto las permanentes vacilaciones del Pentágono acerca
del envío de tropas terrestres como el nuevo deseo de
Europa de probar lo que vale tras su fracaso en Bosnia y del
dominio
norteamericano en la campaña aérea contra Kosovo.
El presidente francés, Jacques Chirac afirmó que:
"Se está reforzando nuestra visión de un mundo
multipolar", respecto del despliegue militar en Kosovo. Europa
puede apuntar a desempeñar una función real
respecto de poner fin al conflicto de la provincia serbia: su
enviado, el presidente Martti Ahtisaari, de Finlandia, trajo
consigo el acuerdo de paz desde Belgrado. Paralelamente, Europa
por fin fusionó su profuso organismo de defensa, la
Unión
Europea Occidental, con la Unión Europea propiamente
dicha y designó al secretario general de la OTAN, Javier
Solana, como su primer alto representante en materia de
política exterior y defensa.
Acaso por primera vez desde fines de
la Segunda Guerra
Mundial, los europeos parecen tener plena conciencia de que
no podrán seguir siendo permanentemente los
huérfanos de la seguridad de 1945 ni depender casi
totalmente de los Estados Unidos. También se han dado
cuenta de que el conflicto en el continente no terminó con
el fin de la Guerra
Fría, sino que apenas se desplazó hacia los
Balcanes. "No hay ninguna estrategia que
prevea un salida militar de la región", sostuvo Carl
Bildt, el mediador de la ONU para Kosovo. "Una presencia militar
internacional para garantizar la paz en los Balcanes
deberá ser considerada durante las próximas
décadas como algo tan natural como fue mantener tropas en
la Alemania dividida durante los años de la Guerra
Fría".
Aspecto
económico:
Yugoslavia deberá realizar
"reformas democráticas y económicas" si quiere
recibir ayuda financiera para su reconstrucción luego de
once semanas de bombardeos de la OTAN, señalaron los
líderes del G-8. En la declaración final, que
integra a Rusia en una condena implícita al gobierno del
presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, los jefes de Estado y
de gobierno del G-8 instaron a Belgrado a respetar los principios
del Pacto de Estabilidad para los Balcanes, que prevé la
democratización y el respeto de los
derechos
humanos en la región. El G-8 consideró que este
pacto, impulsado por la Unión Europea, es "un
desafío político y económico prioritario".
Su objetivo es
lanzar un proceso de
desarrollo
para el sudeste europeo que asegure una paz duradera, con
estabilidad política y económica en la
región. Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia,
Gran Bretaña, Italia, Canadá y Rusia se admitieron
dispuestos a "tomar medidas enérgicas para que se
concreten todos los objetivos" del
pacto. Aunque no quedó expresado de manera
explícita, a pedido de Rusia, para los países
occidentales que integran el G-8 esto implica que si Yugoslavia
pretende recibir ayuda internacional, Milosevic tendrá que
abandonar el poder. El canciller alemán, Gerhard
Schroeder, fue muy claro al respecto al declarar que una ayuda
internacional para la reconstrucción de Yugoslavia es
"imposible" con Milosevic en el poder. Por su parte, el
presidente francés, Jacques Chirac, instó a los
yugoslavos a derrocar a Milosevic: "Cuanto antes lo hagan, mejor
para todo el mundo", afirmó. Para el primer ministro
británico, Tony Blair, "nadie puede cerrar los ojos" ante
la "barbarie", por lo que el "pueblo serbio tiene que entender
que no podemos darle dinero a un
régimen que perpetró actos tan brutales". "Los
serbios tienen la responsabilidad de hacer que Milosevic responda
por sus crímenes". Sin embargo, al igual que otros
dirigentes del G-8, Schroeder distinguió la ayuda
humanitaria, que no se puede rehusar "a los habitantes de
Yugoslavia" que "pasan hambre y frío", de la ayuda para la
reconstrucción. Además, en julio tendrá
lugar una conferencia de
donantes para examinar la ayuda inmediata a Kosovo, y más
tarde se organizará otro encuentro para coordinar la ayuda
a largo plazo a toda la región, precisó el
G-8.
El futuro de
Milosevic:
Para un experto en política
yugoslava, el mandatario podría ser removido por el
Parlamento, Slobodan Pajovic, del Instituto de Política y
Economía Internacionales, que depende de la
cancillería yugoslava, debe de ser uno de los pocos
optimistas que quedan en esta ciudad de gestos sombríos:
"Lo soy porque en septiembre tiene que haber cambios -explica -.
Milosevic está haciendo campaña con la
reconstrucción de los puentes. Pero los cambios son
necesarios, urgentes". La voz de Pajovic, doctor en historia y en ciencia
política, se suma a otras que, poco a poco, van fluyendo
como correlato de una guerra que muchos consideran perdida, por
más que Slobodan Milosevic hable de una gran victoria. El
retiro de las tropas de Kosovo ha sido sólo luto para los
serbios, por tratarse de la despedida de la tierra
santa, de su Jerusalén. El gobierno insistió en que
la gente permaneciera en sus casas, pero muchos huyeron. "El
Parlamento Federal Yugoslavo puede sustituir a Milosevic en 24
horas -afirma Pajovic-. Esa puede ser una de las razones por las
que continúa el estado de
guerra. El necesita tres meses, hasta septiembre, para recomponer
la imagen del
régimen, pero se da cuenta de que, por primera vez, no se
respeta su palabra." Por el adelanto de las elecciones serbias,
de modo de modificar la composición del Parlamento
Federal, se inclina Vuk Draskovic, viceprimer ministro destituido
hace poco por sus diferencias con Milosevic. También
plantea esa posibilidad el ultranacionalista Vasislaj Seselj,
viceprimer ministro serbio, por el Partido Radical, que
renunció a su cargo a raíz del acuerdo de paz y
luego, aduciendo razones constitucionales, decidió
quedarse con 15 de los 35 ministros. Pero no habló de
septiembre, sino del 1º de octubre, fecha de
reanudación de las sesiones ordinarias en el Parlamento.
Un referéndum, a su vez, propone el presidente de
Montenegro, Milo Djukanovic. Es la otra república
yugoslava, de la cual proviene Pajovic. "En Kosovo comenzó
la carrera de Milosevic y en Kosovo termina". La caída de
Milosevic, ya sea con remoción o con renuncia, es la
condición de Occidente, en especial de la OTAN y los
Estados Unidos, para que el país logre su
democratización y, de hecho, pueda acceder a
préstamos que le permitan curar las heridas, alzar la
frente y seguir adelante. "Aquí hubo tres enfrentamientos:
Yugoslavia contra la OTAN, el ejército y la policía
contra el ELK (Ejército de Liberación de Kosovo) y
los grupos paramilitares serbios contra los albaneses -sostiene
Pajovic-. Todos los frentes se excedieron en el uso de la
fuerza." De sus comentarios surge que la OTAN intervino en
Yugoslavia, no en Ruanda o en Cuba, porque
es el único país de lo que fue la órbita
soviética que no ha expresado su deseo de integrarse en la
alianza y porque es percibido como un socio de Rusia. "Los
inquietaba la presencia rusa en los Balcanes, motivo por el que
apoyaron al ELK y sacaron de ese modo una ventaja
geoestratégica en Europa. Cuando la Unión Europea
se dio cuenta de que los Estados Unidos estaban llevando a cabo
sus propios planes, cambiaron de postura. Sucedió con
Italia y con Francia. El momento crucial fue la bomba que
destrozó la embajada china en Belgrado." Rusia,
según indica, hace valer la relación con Yugoslavia
de modo de solidarizarse con China y tomar distancia de los
Estados Unidos. Prueba de ello fue el arribo de los 200 soldados
rusos estacionados en Bosnia al aeropuerto de Pristina, punto
clave de Kosovo, no bien se acordó la paz, otra
demostración de poder. "Serbia y Montenegro le deben la
independencia a Rusia. Si no hubieran llegado ellos primero a
Kosovo, quién sabe cuánto habría llevado el
proceso. Fue
una acción barata en la cual ganaron
mucho."
BIBLIOGRAFÍA:
"MARXISMO Y DEMOCRACIA,
Enciclopedia de Conceptos Básicos Capítulo Nº
5" Ed. Rioduero.
"POLÍTICA DE NO
ALIENACIÓN Y AUTOGESTIÓN" Josep Broz Tito. Ed.
El Caballito.
"SOCIALISMO Y ECONOMÍA EN
YUGOSLAVIA" Branko Horvat. Ed. Periferia.
"DICCIONARIO DE CIENCIA
POLÍTICA" Bobbio, Pasquino, Mateuchi. Ed.
Ariel.
INTERNET: Páginas oficiales
del Gobierno de Yugoslavia, Albania y Estados Unidos;
Páginas oficiales de la ONU, OTAN y el Ejército de
Liberación de Kosovo; Páginas oficiales de CNN,
Diario Clarín, La Nación, BBC, New York Times y
buscadores del
Conflicto en Kosovo: Opiniones internacionales, Serbias y
Albanesas.
Autor:
Sebastián Gorga