- Introducción
Histórica Previa al Análisis
(1930/1962) - Las empresas MACAR
SRL y Opalinas Hurlingham - Fase compleja de la
industrialización
Introducción
Histórica Previa al Análisis
(1930/1962)
La economía Argentina desde sus comienzos,
sostenida fundamentalmente por el modelo agro exportador, tubo su
vida útil hasta la crisis mundial de 1930, mas allá
de crisis anteriores generadas por la primer guerra mundial y los
propios ciclos económicos, el modelo había logrado
ser eficiente. El quiebre de la bolsa norteamericana de Wall
Street el 24 de octubre de 1929 generó una gran
recesión a nivel mundial provocando una caída de la
producción, de los salarios, aumento de la
desocupación y un deterioro importante en las relaciones
de intercambio entre países, debido a que cada
economía se cerró en si misma aplicando
políticas proteccionistas. Si bien en la Argentina algunas
industrias venían desarrollándose con anterioridad,
no se expandían y eran complementarias al modelo (un
ejemplo son los frigoríficos y las industrias
alimenticias), siendo su porcentaje de aporte a la
economía nacional inferior y poco relevante comparado con
el que realmente sostenía la economía Argentina
exportadora con base en el sector primario. Esta crisis corto
abruptamente con el modelo y dejó un lugar vacío
ocupado anteriormente por las importaciones de manufacturas de
origen industrial. Poco a poco se fue generando el cambio de
modelo a lo que se conoce como industrialización por
sustitución de importaciones y las industrias locales
existentes empezaron a ocupar ese lugar vacío, comenzando
a tener un crecimiento ascendente el sector textil y
creándose también nuevas industrias para lograr
sustituir los bienes y productos a los que ya no se tenía
acceso externo, este proceso en parte se veía favorecido
por una gran cantidad de mano de obra barata existente en el
mercado. Algunos productos de poca demanda interna se importaban
en esa época (como es el caso del vidrio plano a fines de
la década del 30), pero hubo una nueva restricción
externa a las importaciones provocada por la Segunda Guerra
Mundial que originó nuevos cambios estructurales en el
sector productivo argentino.
Con la llegada de Perón al gobierno en 1946 se
aplicaron políticas expansivas de consumo interno para
lograr un crecimiento mas acelerado del sector industrial como lo
fue el sector de la construcción con los planes de
vivienda, el estado comenzó a intervenir cada vez mas y
ser actor económico. Una empresa nacional VASA de
capitales extranjeros, que fabricaba vidrio plano, se
había instalado con anterioridad en 1938 pero no lograba
cubrir la cantidad de vidrio que los planes de vivienda
demandaba.
Otra empresa nacional que fue favorecida por los planes
de vivienda era la Fabrica Argentina de Vidrios y Revestimientos
de Opalinas Hurlingham, que constituida por el aporte de tres
socios nacionales, había iniciado sus actividades en 1948
dedicándose solamente a los revestimientos de opalina y
luego a mitad de la década siguiente, logró
expandirse y reestructar su composición productiva, con el
apoyo del Banco Industrial de la Republica Argentina,
diversificándola e iniciándose en la
producción de vidrio plano para poder cubrir la demanda de
los planes de vivienda y del emergente mercado automotriz.
También logro poder en el mercado de cerámicas
comprando la mayor parte de las acciones de su competidora Vicri
S.A. La estructura económica que Perón
sostenía, tenía su principal fuente de ingresos en
las retenciones agrarias, sector de gran exportación en la
época de posguerra, que en pocos años se vio
perjudicado al caer la demanda debido a que el sector externo se
había recuperado a fines de la década, provocando
la primer crisis en el gobierno peronista. Esto genero un nuevo
cambio en conjunto con la necesidad de acelerar el proceso de
industrialización, pero el país se encontraba con
escasez de divisas debido a la caída de las exportaciones
del sector primario.
La nueva estrategia para modernizar la estructura
industrial consistía en dejar entrar empresas
transnacionales en rubros no explotados localmente. Muchas
empresas extranjeras que habían llegado a la
saturación de sus mercados orientaron sus miras a
América Latina en donde el proceso de sustitución
de importaciones se había instalado en algunos
países como Argentina y Brasil. Durante el gobierno de
Aramburu se facilita a algunas empresas extranjeras a instalarse
en el país, mediante la importación sin recargo de
insumos, maquinarias y todo lo necesario para comenzar su proceso
productivo.
Un buen ejemplo de esto es la fabrica de guarniciones
para maquinas cardas Macar, de origen Belga, que se ve muy
favorecida por el auge de la industria textil (con una leve
caída en 1958), por encontrar un mercado domestico ocupado
solamente por la Compañía Argentina de Cardas y por
las políticas arancelarias proteccionistas de bajos costos
a la importación de insumos y altos costos a la
importación de productos terminados.
Durante esta década en la economía
argentina se había instalado lo que se denominaba ciclos
de stop and go, en donde la expansión industrial
requería cada vez de mayor volumen de materias primas
importadas y al no poder sostener el mismo ritmo en las
exportaciones se producía un desequilibrio en el balance
de pagos y un estrangulamiento del sector externo. Entonces la
economía debía parar el proceso expansivo para
volver a retomarlo una vez logrado el equilibrio de balance. Esto
ocurrió en 1961, en un momento de restricción
crediticia, altas tasas de interés y reducción de
liquidez, disminuyendo la demanda agregada y llegando a la crisis
que enfrento el país en 1962 con el derrocamiento de
Frondizi.
Las empresas MACAR
SRL y Opalinas Hurlingham
Compare el desempeño que tuvieron las empresas
MACAR SRL y Opalinas Hurlingham durante el período 1962/4
– 1975/6, extendiendo el análisis al momento y las
causas principales que causaron la crisis y quiebra de cada una
de ellas.
El período de inicio del análisis de las
empresas Macar y Opalinas además de coincidir con la
crisis de 1962, también coincide con dos momentos
antagónicos entre estas empresas, una se encontraba en su
mejor momento y la otra comenzaba a atravesar una crisis
financiera de la cual no llegaría a reponerse hasta el
cierre de la misma décadas después. En cuanto a
Opalinas la intención de lograr hegemonía en el
mercado del vidrio al igual que lo había hecho en el de
cerámicos años anteriores, llevo a la empresa a
invertir fuertemente antes de la crisis, al caer la demanda por
suspensión de los planes de vivienda y otras
políticas restrictivas aplicadas por el gobierno, la
empresa entraría en una crisis financiera difícil
de revertir, el aumento de tarifas y el congelamiento de los
precios no le dejaba margen de trasladar el aumento de los costos
a los precios de venta.
El caso de Macar al inicio de este período era
completamente diferente, la empresa ya venía ascendiendo
productivamente, mientras siguieran vigentes las políticas
proteccionistas, la demanda sostenida y el poder de mercado
compartido solamente con una empresa local, la empresa
seguiría manteniendo su alto nivel productivo, logrando
también algunas exportaciones a países
latinoamericanos de baja proporción, pero que
permitían costear gastos fijos.
En 1963 Opalinas comienza a reactivarse lentamente
respaldada por el Banco Industrial pero encuentra un panorama muy
débil en la demanda, el mercado constructor se retrae
manteniéndose solamente la construcción de
viviendas de mas recursos que utilizan otro tipo de productos,
también fracasa su intento de acercarse al mercado
automotriz que es absorbido por su competidora VASA, que utiliza
un método en la producción de vidrio mas avanzado y
moderno, de mejor calidad, mayor productividad y a mas bajo
costo. En 1965 se reactiva un poco pero la alta carga financiera
que viene arrastrando impide que las mejoras se logren, dos
años después se mantiene en la misma
situación y se dispone a vender a Vicri, empresa que
había logrado absorber años atrás cuando la
situación de la empresa permitía la
expansión de la misma. La propuesta entonces sería
la de racionalizar el proceso productivo y diversificar el
mercado de productos para poder entrar en el Plan de
Rehabilitación que llevaba a cabo el gobierno de
Ongania.
La devaluación efectuada por Krieger Vasena logro
un aumento de la protección pero fue compensada por una
baja en los aranceles a la importación, por lo que Macar
no se ve muy afectada, debido a que sigue manteniendo una demanda
sostenida, pero la realidad de Opalinas es diferente porque no
puede trasladar el aumento de los costos a los precios que
están congelados y en 1972 su situación financiera
es realmente terrible. La empresa Macar en conjunto con su
competidora inicia gestiones con la comisión de aranceles
para negociar en las sucesivas devaluaciones de 1967 y 1970 pero
no logra resultados, produciéndose una tensión con
la Federación Textil, comienza a notarse una baja en la
tendencia mundial hacia la tela reemplazada por sintético
y por el algodón procesado por guarniciones
rígidas, sin embargo su nivel de producción sigue
siendo eficiente, a pesar de no perfeccionarse en este tipo de
maquinas y que sus productos se siguieran basando en distintos
tipos de guarniciones flexibles utilizadas para el proceso de
telas. Una nueva crisis mundial afectaría a la
economía en 1973 provocada por la Organización de
Países Exportadores de Petróleo que en un
período de tres meses cuadruplican el precio de venta del
crudo, un mes antes Perón vuelve a ser elegido presidente
por tercera vez.
La empresa Opalinas fue estatizada ese mismo año
antes de las elecciones a través de la
capitalización de deudas, quedando mayoritariamente en
poder del estado que cumplía su función de
cogestor. El Estado en conjunto con el Banco Nacional de
Desarrollo implementaron el Plan Integral de
Rehabilitación de Perón, encontrando en Opalinas un
panorama desolador entre los problemas tecnológicos,
productivos y financieros, pero logrando revertir levemente la
situación de la empresa que arrojó perdidas menores
en 1974, amplió su producción al año
siguiente y esperaba dar el ultimo salto que lograría
recuperarla con el proyecto de Rehabilitación definitivo
de 1976.
La muerte de Perón el 1 de julio de 1974
dejó la banca ocupada por su señora vicepresidente
María Estela Martínez de Perón derrocada por
el Golpe de Estado el 24 de marzo de 1976. El gobierno militar
tomaría medidas completamente antagónicas a las que
venían utilizando los gobiernos anteriores, mas de corte
neoliberal con el agregado de la supresión de los
conflictos sociales por medio de la represión, siendo
éste el primer año en común con respecto a
lo perjudicial que fue para ambas empresas.
Los años de prosperidad de la empresa Macar se
terminaron abruptamente al liberarse los mercados debilitando el
proteccionismo y abriendo las puertas a la competencia de
empresas extranjeras. En cuanto a Opalinas su
rehabilitación fue interrumpida también
abruptamente volviendo a privatizarse dejando la idea de
expansión y concentrándose en la
reestructuración y diversificación de la
misma.
En este período se cuadriplicaron las
importaciones de manufacturas textiles con lo que muchas empresas
quebraron, Macar se fusiono con su competidora formando la
Compañía Argentina de Cardas Macar como una
estrategia para unir fuerzas entre las dos empresas ante el
sector externo, intentando mejorar la producción de
guarniciones rígidas que empezaba a tener mayor auge por
el cambio de la demanda hacia los productos de algodón,
sin embargo no lograron mejorar rápidamente esa
tecnología. Tanto Macar como Opalinas debieron
reestructurarse restringiendo gastos, personal y hasta la misma
producción.
El proceso desindustrializador del gobierno militar hizo
desaparecer gran parte del tramado industrial que se había
creado en la Argentina, quedando los grandes grupos empresarios y
algunas pocas empresas que lograban mantenerse ante los vaivenes
de la economía. Enfrentando los años siguientes
períodos recesivos y de expansión, con la vuelta a
la democracia en 1983 de la mano de Alfonsín, ambas
empresas lograron mantenerse hasta la década del 90, en
donde la hiperinflación galopante a fines de la
década y el fracaso del Plan Austral logró ponerlas
en crisis.
El cambio de gobierno tampoco les sería favorable
visto que Menem volvió a aplicar políticas
neoliberales, se privatizaron muchas empresas estatales, se
abrieron y desregularon los mercados y se aplico el Plan de
Convertibilidad, iniciándose un proceso de
desindustrialización regresiva. Ya en condiciones muy
frágiles de tecnología, ante la fuerte adversidad
comparativa del sector externo, Opalinas cerro definitivamente.
Macar logro extenderse unos años mas
reestructurándose pero la suba de los aranceles a la
importación volvió a afectarla, el panorama era muy
adverso y la empresa decidió vender sus maquinarias y su
fabrica, comprando un local mas pequeño y
dedicándose solamente a actividades comerciales de
importación de manufacturas.
A pesar de tener diferentes períodos de
expansión productiva, se puede notar entre ambas algo en
común, en momentos de crisis no ofrecían
competitividad debido al atraso tecnológico, las razones
en ambas son diferentes visto que Macar al tener hegemonía
de mercado y protección del estado, no tenía
necesidad de superarse. Opalinas en cambio, se podría
decir que era mas conservadora en sus comienzos al utilizar un
método de producción de principios de siglo que ya
se estaba reemplazando por métodos mas efectivos y
modernos. A medida que la industria va desarrollándose y
expandiendo sus fronteras, la necesidad de incorporar nuevas
tecnologías tanto productivas como de gestión
administrativa se hacen evidentes. Esto hacía a las
empresas vulnerables ante los cambios adversos del contexto
macroeconómico y provocaba en ambas un atraso con respecto
al resto de las industrias. La tecnología es clave para el
desarrollo y la expansión, es por eso que por mas que nos
encontremos en situaciones coyunturales adversas, disponer de la
misma e ir actualizándose constantemente, logra fortalecer
a la empresa ante los posibles cambios del mercado.
Fase compleja de la
industrialización
Resuma las características y momentos
centrales de la fase compleja de la industrialización por
sustitución de importaciones entre 1950 y 1976 a partir de
los enfoques más integradores de Schvarzer, Rougier ("El
proceso económico. Argentina 1960-2000") y del
artículo de Fiszbein. Realice una breve evaluación
acerca del aporte que realizan los dos casos desarrollados a la
comprensión de ese proceso.
La fase de la industrialización por
sustitución de importaciones comenzó a ser la mejor
opción para cubrir la demanda importadora luego de la
Segunda Guerra Mundial, ya que los principales países con
los que Argentina mantenía el intercambio habían
cerrado sus mercados. A través del auge industrial
impulsado por el primer Plan Quinquenal (1947-1951) propuesto por
la primer presidencia de Juan Domingo Perón (1946-1951),
la industria liviana logró un salto importante orientado
al mercado interno hasta la crisis que se enfrentaría en
1949 con la caída de las exportaciones agrarias (principal
sostén económico). En este período se
crearon varias instituciones con fuerte intervención
estatal dedicadas a la planificación económica,
obras publicas y al desarrollo del mercado interno,
también hubo un gran aumento del consumo a través
del aumento de salarios.
En 1950 se replanteo el proceso industrial, habiendo
escasez de divisas por la debacle exportadora agraria, era
necesario profundizar aún mas el modelo ISI. La falta de
crédito externo impedía que el sector industrial se
modernizara en maquinas y tecnología, debido a su fuerte
dependencia en insumos industriales y bienes de capital
provenientes del exterior. En 1952 Perón es reelecto pero
la crisis económica pospone el segundo Plan Quinquenal y
el gobierno lanza el Plan Económico de Emergencia con el
objetivo de reestablecer el equilibrio externo, conteniendo la
inflación y tratando de impulsar las exportaciones
agropecuarias a través de la mejora de los precios
relativos.
El segundo Plan Quinquenal (1953/57) conservo la
línea del plan anterior profundizando mas y
dedicándose a mantener el equilibrio entre precios y
salarios, a restringir el consumo para aumentar la capacidad de
ahorro, a incrementar la oferta energética y
principalmente a incentivar la inversión directa de
capitales extranjeros, provenientes de empresas trasnacionales
con el propósito de modernizar la industria. La
condición que se imponía al capital extranjero era
que se ubicara en sectores de la economía que
todavía no habían sido explotados en el
país, asegurando de esta forma que no entraran en
conflicto con las industrias locales, es por eso que estas
inversiones se orientaron al desarrollo de la Industria Pesada:
la industria automotriz, de tractores (metal mecánica) y
otros sectores modernos no existentes localmente (química
y petroquímica).
La ley de inversiones extranjeras derogada en 1953
otorgaba beneficios a sus inversores permitiendo remitir
dividendos a sus países de origen, haciendo posible que
dos empresas extranjeras (Fiat y Kaisser) se asociaran a la
Fabrica Militar de Aviones de Córdoba, utilizando sus
maquinarias y personal especializado, logrando así su
privatización. Ayudadas también por una fuerte
demanda automotriz, otra empresa importante que se sumó al
proceso fue Mercedes Benz instalándose en González
Catán. Además estaba en tratativas de
negociación una concesión a un consorcio
estadounidense en la provincia de Neuquen para la
explotación de petróleo, pero el conflicto
político y el golpe de estado de 1955 suspendió el
proyecto, logrando a su vez la proscripción del peronismo
y el exilio de su líder.
Durante todo este período hubo un aumento en la
industria pesada y un aumento en la construcción a
través de los planes de vivienda, pero la escasez de
divisas no se resolvía ya que no se lograba aumentar las
exportaciones agrarias y las exportaciones industriales no
generaban grandes saldos. Si bien, las empresas extranjeras
radicadas en el país se dedicaban a ramas de la industria
que no interferían con la industria local, poco a poco se
empezaría a notar el aumento de su
hegemonía.
El golpe de estado de 1955 dio lugar a la llamada
Revolución Libertadora a cargo del gobierno militar de
Eduardo Lonardi, quien fue sustituido ese mismo año por el
teniente general Eugenio Pedro Aramburu durando su mandato hasta
1958. En este período se trato de revertir los cambios
sociales y políticos desmantelando los organismos
interventores que había creado el peronismo, la
industrialización a largo plazo quedo en
suspenso.
El secretario de la comisión económica
para América latina y el Caribe (CEPAL) Raúl
Prebisch, elaboro un plan de medidas a corto plazo para resolver
los problemas del balance de pagos deficitario, mediante la
devaluación de la moneda y la mejora de los precios
relativos agropecuarios, dejando para el largo plazo medidas
orientadas a la tecnificación de la agricultura y el
impulso de sectores industriales estratégicos (siderurgia,
ingeniería mecánica, papel, celulosa,
petroquímica y química básica). Se
apuntó a mejorar los ferrocarriles, expandir la
producción estatal de petróleo y aumentar la
capacidad productiva de energía eléctrica, ambas
para el autoabastecimiento. Elaboró técnicas de
programación moderna como la Matriz de Insumo Producto, a
través del ahorro se fomentó la inversión y
se siguió apostando al capital extranjero facilitando el
ingreso de empresas trasnacionales permitiendo la
importación sin recargo de insumos y bienes de capital. A
pesar de las medidas tomadas seguiría sin resolverse el
problema de balance de pagos caracterizado por los ciclos de stop
and go que al parecer eran un problema crónico en la
industrialización del país.
En 1958 asume Arturo Frondizi negando toda influencia de
las ideas monetaristas de la CEPAL, a pesar de sus criticas,
tenía algunos puntos en común con el plan anterior,
como sostener el autoabastecimiento de petróleo logrando
bajar la importación, la promoción de sectores
industriales estratégicos y la cuestión de que la
falta de ahorro obstaculizaba el desarrollo. Su estrategia se
orientó a atraer capital extranjero mas que nada en la
rama petrolera, metal mecánica y química. A
través de las inversiones extranjeras se trato de lograr
una integración vertical de la industria, desde la pesada
"hacia atrás" con respecto al proceso
productivo.
Ese mismo año se decretaron dos leyes, la primera
de inversiones extranjeras y la segunda a la inversión
local. Esta orientación era mas favorable al capital
extranjero y menos favorable para los trabajadores, ya que se
contenía la inflación congelando los salarios. Los
objetivos principales del Plan de Estabilización y
Desarrollo eran contener la inflación, mejorar las cuentas
externas, restringir la oferta monetaria, liberar y unificar el
tipo de cambio, controlar los precios, aplicar retenciones
temporarias al agro, proteger a través de aranceles a la
industria y ajustar las cuentas fiscales. Esta
estabilización vía recesión provocó
la caída de los salarios reales, la devaluación del
tipo de cambio y la inflación cambiaria,
generándose un aumento de las inversiones extranjeras
directas pero también un aumento de las huelgas por medio
de los trabajadores. En la industria tradicional se notaba el
atraso tecnológico lo cual genero una
reestructuración que mediante la incorporación de
maquinarias ponía en peligro la situación de los
trabajadores mediante la reducción del personal, que es lo
que sucedió en las ramas fabriles. La tendencia de las
empresas en la siguiente década se orientaría a la
explotación de las mismas sin cambiar los sistemas
productivos. Esta cultura extractiva provocaba el atraso de las
industrias tradicionales y la mayor renovación se
establecía en nuevas plantas provocando un aumento de las
exportaciones industriales en las ramas metal mecánicas y
químicas hasta 1974. Entre el 1959 y 1965 la
producción creció, específicamente de bienes
de consumo y automotor.
En 1961 se crea el consejo nacional de desarrollo CONADE
y en 1962 una nueva crisis afectaría al país por la
falta de divisas, el desarrollo industrial seguía
dependiendo de la importación de insumos, lo que generaba
un fuerte aumento de las importaciones que contrastaba con el
bajo nivel de exportaciones, además el crecimiento
industrial orientado al mercado interno no permitía
desarrollar economías de escala de manera eficiente, por
eso se empezó a orientar hacia la integración del
sector industrial con vías a la exportación
manufacturera y a la apertura externa del mercado.
La crisis de 1962 afecto terriblemente la balanza de
pagos y además se notaba el avance hegemónico de
las industrias trasnacionales poniendo en peligro la
autonomía de la burguesía nacional. Durante el
Gobierno de Illia, con el plan Nacional de Desarrollo, que
incluía la necesidad de integración de las
regiones, se logró que algunas empresas exporten
manufacturas a países latinoamericanos.
El análisis de la CEPAL que atribuía los
problemas a la falta de ahorro que condicionaba la
inversión se diferenciaba de las ideas del CONADE que
atribuía la falta de divisas resultante de la diferencia
entre importaciones y exportaciones. Los análisis del
momento se orientaban a diversificar las exportaciones
industriales y agrarias para acortar esa brecha.
Con el golpe de Estado de 1966 de la mano del general
Ongania, el ministro de Economía Vasena, creía que
para lograr una mejora se debía resolver el problema
inflacionario, para ello devaluó la moneda y provoco un
encarecimiento de los productos importados, bajo los aranceles a
insumos importados y se realizaron inversiones estatales para
mejorar la economía. La estrategia de Vasena era
desarrollar la producción local de bienes intermedios y de
capital, diversificar las exportaciones industriales, abrir los
mercados para permitir la expansión de empresas locales y
extranjeras, aplicar una devaluación compensada con
retenciones, y a través de tipos de cambio diferenciales,
otorgar subsidios a las exportaciones industriales y a las
importaciones estratégicas. Seguir la línea
modernizadora a través de empresas extranjeras, controlar
la inflación y reprimir las demandas sociales.
El gobierno de Ongania dividía el plan en tres
fases: el tiempo económico dedicado a estabilizar la
economía reprimiendo y suprimiendo toda
manifestación política, el tiempo social dedicado a
la distribución de la riqueza y el tiempo político
dedicado a la vuelta a la política una vez lograda la
armonía. Las universidades fueron vistas como cuna
comunista provocándose lo que se llamo luego la noche de
los bastones largos el 29 de julio de 1966, en donde la
policía apaleo a estudiantes y profesores de la
Universidad de Buenos Aires provocando renuncias y fuga de
cerebros hacia el exterior, esta ya había sido provocada
durante toda la década gracias a que las empresas
tradicionales no incluían en sus planes a los
profesionales y técnicos que emergían. Las demandas
sociales eran incontenibles lo que provoco un cambio de rumbo a
fines de la década. La buena producción y venta del
sector automotriz también se vio afectada en 1969 por los
reclamos que dieron lugar al Cordobazo.
El cambio de planes estaba orientado a la
reconversión de la industria nacional a través de
inversiones publicas para aumentar su participación en la
estructura económica, con programas de capacitación
y mejoras en salud, educación y viviendas, fomentar el
progreso científico tecnológico y lograr una
distribución mas equitativa del ingreso.
En la década del 70, se implementó el
"Plan de rehabilitación" para todas aquellas empresas que
tenían dificultades financieras. Donde se otorgaban
créditos y se condonaban las deudas fiscales e
impositivas. Además muchas empresas pasaron a manos del
estado para una mejor administración. Sumado a esto, hay
que aclarar que las políticas aplicadas se veían
desfavorecidas por el clima político y social que se
venía atravesando ya que no se podían cumplir a
largo plazo. El agro necesitaba mecanizarse para mejorar la
producción, se aumentaron las exportaciones y se bajaron
las restricciones externas. La carencia de materias primas
impulso la explotación minera y también a la
utilización de chatarra para las ramas siderúrgicas
que llevo a ver a los ferrocarriles como un fuerte recurso de
metal.
Este corto período hasta la vuelta de
Perón al poder se vio caracterizado por la poca
permanencia de los gobernantes que se sucedieron desde la
caída de Ongania, seguida de Levingston (1970-1971),
Lanusse (1971-1973) y Campora que renunció el mismo
año de asumir (1973). La devaluación compensada
fracasó debido al aumento de la carne, bajó el
autoritarismo a través de las presiones sociales y el
crecimiento desequilibrado de la economía provocaba
inflación y desequilibrio externo, con su consecuente
estancamiento económico y aumento de la crisis social y
política. Lanusse adopto una estrategia defensiva
imponiendo ciertas condiciones, la política
económica era de carácter ecléctico y sin
rumbo definido. Algunas obras se lograron pero la crisis de
coyuntura hacía imposible el avance de la economía,
además era notorio que las empresas extranjeras no
resultaron las portadoras del progreso técnico como se
esperaba. En 1973 Perón se inclino a la alianza defensiva
integrada por los sectores populares, las pequeñas y
medianas empresas, y la adhesión a ésta por parte
de la burguesía industrial, en contra de los planes de
estabilización y en defensa de políticas expansivas
orientadas al mercado interno. El secretario de
planificación, programación y coordinación
económica Ber Gelbard, inspirado en sugerencias de la CGE
(empresarios), dispuso un plan a través del pacto social
incitado por Perón en el cual todos los sectores
debían restringir un poco sus intereses y apoyar las
medidas para lograr la concertación nacional. Intentando
contener la inflación, mejorar la redistribución
del ingreso y recuperar la independencia
económica.
El plan trienal de 1973 además intentaba generar
un impulso del capital nacional. La crisis del petróleo un
mes después de asumir Perón llevo al congelamiento
de precios y salarios, por lo que las empresas fueron fuertemente
afectadas, ya que no podían trasladar la suba de los
costos a los precios por el congelamiento, por lo que, muchas
industrias comenzaron a tener balances negativos y crisis
financieras. Luego de la muerte de Perón (1974), el plan
estatal de largo plazo se volvió insostenible y no se pudo
seguir su desarrollo. En 1975 se desató otra crisis, por
la política implementada por el nuevo ministro de
Economía: Celestino Rodrigo, para contraer la
inflación que azotaba en esos momentos, con una fuerte
devaluación, contención salarial y aumento de
tarifas, en un país de mucha tensión social y
política.
Hasta que el golpe de 1976, fue el principio del fin de
muchas empresas. Martínez de Hoz el ministro de
economía, entendía que, para mejorar la
economía nacional se debía revalorizar el sector
financiero, por ello se promovió la apertura de la
economía, elimino toda protección y subsidios al
sector industrial, y pedía préstamos al exterior
que ofrecían una baja tasa de interés. Es decir,
que con el golpe de 1976, se llevo a cabo un proceso de
desindustrialización, donde la producción
industrial quedo estancada. En todo el Período de stop and
go la burguesía industrial se mantuvo como sector
dominante, realizando un movimiento pendular entre la
burguesía pampeana (liberalismo) y la alianza defensiva
(populismo), ubicándose de un lado o del otro de acuerdo a
sus propios intereses, logrando optimizarlos en el corto plazo,
esto explica como resultaba difícil de sostener
políticas a largo plazo, ya que la clase dominante del
momento era imparcial y no tenía una postura
hegemónica sostenida.
En cuanto a las empresas analizadas anteriormente,
Opalinas tubo un buen desempeño económico el cual
se extendió hasta la crisis de 1962 en donde empezó
a tener serios problemas financieros que condicionaron su
desarrollo, concomitantemente, Macar empezó su
período de éxito económico
extendiéndose hasta 1976, en donde el cambio de modelo ISI
por el financiero y la apertura económica dejo ver el
atraso tecnológico de ambas empresas ante la competencia
externa, además de ciertas políticas arancelarias
que dificultaron la importación de insumos. De maneras
diferentes ambas fueron ayudadas por el Estado, Macar desde sus
comienzos por las medidas arancelarias favorables a su desarrollo
y Opalinas desde su crisis financiera con prestamos orientados a
revertir su situación. Estas empresas en los periodos de
mejor producción ocuparon la demanda que no lograban
cubrir otras pocas empresas existentes logrando sustituir las
importaciones de manera eficiente. Luego de 1976 todos los
intentos por revertir sus situaciones lograron mantenerlas hasta
la década del 90, en donde una nueva apertura del mercado
quebró a Opalinas ocasionando su cierre definitivo, en
cambio Macar de ser empresa productora paso a convertirse en
empresa importadora de bienes.
Autor:
Sergio
CÁTEDRA ROUGIER
SEGUNDO CUATRIMESTRE DE 2011