Inflación: Situación
económica en la que la demanda es
superior a la oferta, la que
desencadena un alza generalizada de los precios y una
depreciación de la moneda. La
inflación de un país se mide por su índice
de precio de
consumo (
I.P.C. ).
Las anécdotas son números y dan una
patética muestra del
desorden casi increíble sufrido: Los empleados
públicos cobraban parte de su sueldo en alimentos. Los
asalariados, menos afortunados, lo hacían en papel moneda,
para lo cual llegaron a necesitar… ¡carretillas! Los
salarios se
pagaban dos veces al día y los billetes sufrían
resellados centuplicados su valor original
antes de ser lanzados.
La Hiperinflación
El sábado 4 de febrero Machinea acusa a Domingo
Cavallo de la corrida debido a que este había realizado
supuestas precisiones a la banca acreedora.
"No esperen que el justicialismo pague este "veranito" si gana"
eran las palabras con el futuro canciller habría amenazado
a la banca. El
Banco Mundial
a su vez suspendía los créditos a la Argentina.
El lunes 6 de febrero se decretó feriado
cambiario y bancario y se creó el tercer mercado.
Demasiado tarde. La reforma cambiaría se producía
cuando la huida potencial del austral podía ser espantosa.
La idea del equipo Sourrouille era que con las reservas que
contaba el BCRA—alrededor de u$s 2000 millones—se
podía "aguantar" unos 3 meses y medio – hasta las
elecciones del 14 de mayo- con tasa de inflación
relativamente baja. Las reservas se irían igual como
agua entre las
manos.
El día de apertura de los mercados no
existía cotización para el dólar. El cierre
del viernes 3 había sido cerca de 17,50 australes por
dólar. Unos días más tarde a la apertura La
diferencia entre dólar comprador y vendedor era superior a
veces a 10% en las casas de cambio. El
dólar valía entre 22 y 24 australes.
Sourrouille y Cía decían "Los precios no
tienen por qué subir".
La creación del tercer mercado cambiario
que pronosticara el Ambito Financiero del 14/12/88 y 30/1/89 tuvo
dos motivaciones esenciales:
En primer lugar preservar el nivel de
reservas.
En segundo lugar permitir una baja de las tasas de
interés
y de esa manera producir un alivio en la situación de
muchas entidades financieras que estaban en "rojo" debido a la
propia política del BCRA.
Más de una semana después de las medidas
ninguno de estos objetivos se
han logrado. Al mismo tiempo, el BCRA
debe pagar u$s 400 millones de BONEX 82 en la corriente semana.
Evidentemente, el descenso en el nivel de reservas
continúa.
Parece paradójico, pero tan solo una semana
después del control de
cambios las tasas superan nuevamente 200% con lo que
prácticamente nada se ha conseguido.
El fracaso del plan del control de
cambio haya producido efectos irreversibles en el futuro
queda del mismo: la aceleración de la inflación
es inevitable y ella se producirá aun con variables
ancladas como tarifa y tipo de cambio
oficiarlo que indica que se ingresa ahora en más aun
contexto de inflación reprimida que será convalida
más adelante.
Si se baja la inflación al precio de
apelar variables
incrementando a ello fuertemente la deuda pública, luego
se licúa ésta en términos de dólares,
y finalmente en términos de bienes.
Esto último también es inevitable dada la
situación tarifaria y la brecha cambiaria absolutamente
record.
La gran disyuntiva es si es mejor realinear las variables
ahora a un costo social
menor, o producir una gran explosión a las mismas con
posterioridad al 14 de mayo.
Dado que la economía se miraba
con ojos electorales, el equipo económico se
decidió por la segunda aun con el riesgo enorme de
que el sistema "haga
agua" antes de
los próximos 90 días.
Es que en la magnitud de los desfases es tan grande que
aun evitando una fuerte aceleración de la inflación
es improbable que se pueda impedir que los mercados se
conviertan en un verdadero tembladeral.
La supuesta "consolidación" de encajes
hacía agua. Aunque
esos encajes estuvieran refinanciados a diez años de plazo
en realidad vencían todos los días, dado que si un
depositante dólares y no había nadie endeudado que
no fuera el BCRA que quisiera decir no pagar esas tasas de
interés
mayores y vendiera dólares.
La gran verdad es que cuando el Estado es
el único tomador de fondos del sistema
financieros, está creando " riquezas nominal, ficticia",
dado que adeuda toda la riqueza líquida nominada en
australes, cosa que no ocurre cuando el sector privado es el
tomador de fondos en el sistema
financiero.
Ese error se pagaría caro. Las supuestas
"supertasas reales" erán un cebo que muy pocos trabajan.
El equipo ya sin saber que hacer ideaba un nuevo esquema
cambiario mandando el 20% de las exportaciones.
Aunque el índice de precios de
febrero fue del 9% la conferencia de
prensa por
Sourrouille y Machinea nadie podría predecir la
inflación futura. En tal contexto, cualquier tasa de
interés
era poco para el enorme riesgo
cambiario.
Mientras tanto, el ministerio de economía lanzaba al
mercado un
comunicado de prensa hechando
ahora la culpa de la corrida a las operaciones de
futuro de divisas.
" Cuando termine febrero, el dólar se
tranquilizará " decía Sourrouille. El dólar
valía el 28 de febrero 28 australes. Al día
siguiente valía 30.
Las tasas reales del actual nivel solo son "anotadas"
para aquellas empresas que no
pueden cancelar créditos, o sea solo se renuevan aquellos
créditos "pesados" o "incobrables".
Mientras los créditos incobrables vienen
creciendo a la tasa pasiva más un "spread" (ritmo superior
a 30% mensual), los depósitos a plazo fijo vienen
creciendo a un ritmo de solo 10% mensual nominal si se compara la
tercera semana de febrero contra la tercera de enero.
Cuanto más alto es el nivel de tasa real,
más rápido se desestabiliza el mecanismo. El
momento previo a este punto es aquel en que las empresas sanas
cancelan totalmente sus deudas con los bancos, y solo
aquellas con problemas de
solvencias renuevan. A partir de ella, cualquier medida monetaria
restrictiva como un incremento en los encajes tienden a
especializar en forma indefinida las tasa reales de interés,
lo cual es comprensible, dado que una empresa en semi
bancarrota prefiere renovar sus créditos pendientes a
cualquier nivel de tasa real de interés
antes de admitir el no pago. Esto continúa así
hasta que se produce la decisión política de enfriar
al sistema y bajar
las tasas.
En febrero hemos tenido una muestra cuan
cerca de ese punto estamos: tasas de interés que llegaron
al 40% mensual mientras la tasa inflacionaria orilla
12%.
En marzo nada indica que las cosas puedan ir en forma
muy diferente de febrero. El Banco Central no
libera encajes en formas suficiente para que el sistema cierre,
obligado al mismo a ir "rojo" en su conjunto.
Esta es la política que se viene
siguiendo con el único objetivo de
mantener el dólar y la inflación lo más bajo
posible.
Paradójicamente, la situación actual tiene
grandes similitudes con la que tuvo el ministro Sigaut en 1981:
en marcado tiene en mente una tasa de devaluación
esperada, la cual es juzgada alta por las autoridades que acceden
a devaluar, pero menos que lo esperado. Resultado: los
exportadores no liquidan divisas y las tasas se mantienen
altísimas, situación que dura algunas semanas hasta
que se produce lo inevitable: se vuelve a devaluar.
Lamentablemente " desentendimiento " entre los
operadores y las autoridades lleva a la que la tasa de
devalución efectivamente producida sea muy superior a
aquella que era considerada suficiente por el marcado en primera
instancia.
Y aquí es precisamente donde este tema tiene
vital importancia. Si un equipo económico con la confianza
de los agentes económicos hubiera tomado las medidas
relacionadas con los "mix" cambiarios quizá la
liquidación de divisas hubiera sido más elevada
– justamente porque hay confianza y a ese equipo se le cree
que no devaluará más- produciendo a la vez una
mayor estabilidad en el dólar libre junto a un descenso
natural en las tasas de interés.
La tasa de inflación. La licuación es
inevitable: tarde o temprano de la actual atolladero solo se sale
con más devaluación e incrementos de
tarifas.
La cosa era evidente que pasaba a mayores. El propio
presidente Alfonsín salía al ruedo a defender a su
equipo y su plan
económico con discursos
altisonantes totalmente fuera de contexto.
El drenaje de reservas del BCRA causado además
por el pago u$s 300 millones de BONEX en febrero hacía
prever que el esquema cambiario vigente del "mix" de 20% no
llegaría vivo ni siquiera a abril.
La gran devalución era ya
inminente
Aquí precisamente no se debe olvidar que en julio
de 1988 el presidente manifestó muy concretamente: "No
habrá cambios en la política cambiaria "
en un discurso
público y, sin embargo, a los 15 días salió
el "plan primavera"
con una devalución implícita superior al
15%.
Ellas son las siguientes:
- Dada la actual cotización del dólar
libre, el "mix" cambiario para los productos
agrícolas implica un dólar en efectivo de
exportación casi igual al dólar
especial para la importación. Si el dólar libre
sube un poco más, dicho en otros términos: se
pasa a subsidiar la importación justamente en un
país con 10 meses de atraso en el pago de la deuda y
bajas reservas de divisas. - Con este nivel de brecha cambiaria, el BCRA pierde
más de 20 millones de dólares al día, lo
que implica más de 500 millones de dólares de
caída de reservas en un mes. - Así como la sequía que sufrió
los EE.UU. EN 1988 acarreó una abrupta suba en los
precios
internacionales de los granos, y estos en si mismo
implicó la posibilidad de devaluar menos que la tasa de
inflación ( concretamente: revaluar) como efectivamente
se hizo, ahora, la sequía en Argentina
sumada a precios
internacionales declinantes en los granos en comparación
a julio – agosto pasado, marcan la necesidad de aplicar la
política
contraria: devaluar a mayor ritmo que la tasa
inflacionaria. - El " mix" cambiario para las exportaciones no puede ser aumentando
bruscamente si al mismo tiempo no
comienzan a ser pasadas al "mix" parte de las importaciones.
Ello se debe a que si se intentarán esta política
el BCRA continuaría perdiendo reservas, pagaría
el 100% de las importaciones y
solo cobraría menos del 80 % de las exportaciones. - Los precios relativos se encuentran desacomodados.
Mientras el control
cambiario creado "de facto" el lunes 6 de febrero dejó
inalterados los precios de los bienes
negociables a través del comercio
internacional, los precios de los servicios
fueron ajustados a un ritmo muy superior al de la tasa de
inflación interna.
Presionan al Ministro Sourrouille
Presionan al ministro y a su equipo para que
renuncien.
La única defensa que le quedaba al equipo en
medio de un desastre inflacionario cercano a 20% era continuar
con lo de siempre: …echar las culpas a otros.
Los exportadores, los importadores, los especuladores,
los comerciantes, la sequía, Cavallo, Menem, el
Banco Mundial,
el Fondo Monetario, el Banco Hipotecario
eran solos algunos de los supuestos culpables señalados
alternativamente en la suba del dólar que se perfilaba
cómodamente hacia los 40 australes en forma casi
incontenible.
La tasa de inflación se proyectaba hacia 40% en
el mes de abril. Concluía marzo. El candidato Angeloz,
sintiendo que ya casi todo estaba perdido, intentó una
salida desesperada: pedir públicamente la salida de
Sourrouille y su gente.
La ira del presidente Alfonsín era enorme. La
Hiperinflación se "olía" en el ambiente. El
mercado
percibía que ya no quedaba ases en la manga.
¿ Cuál es la diferencia entre vivir entre
alta tasa de inflación y vivir en Hiperinflación?,
se preguntaba la gente de entonces, yo se las respondo en esta
frase cortita.
"La real diferencia mientras en una economía de
inflación rápida aún es más barato
tomar un colectivo que un taxi, en la Hiperinflación
siempre es más barato tomarse un taxi que un
colectivo."
Existen factores que pueden hacer que sea difícil
controlar la inflación, por ejemplo
éstas:
- En primer lugar, la decisión de aumentar las
tarifas públicas y el cambio en un
solo dígito en abril es criticables desde varios
aspectos. Esta decisión se basa únicamente en
intentar que el índice de precios anterior a las
elecciones muestre el más bajo nivel posible. Sin
embargo, con un ajuste tarifario y cambiario tan
ridículamente bajo se logra exactamente el efecto
inverso.La causa de esto es clara: los ajustes que se
acumulan son cada vez mayores, y los mercados
temen un verdadero "rodrigazo" después de las
elecciones, con lo que la remarcación preventiva es
superior a la que sería en caso de que el ajuste
tarifario y cambiario fuera más acorde con la realidad
vivida en marzo.Sin embargo, el problema radica en que si se hacen
depósitos ajustables por precios o tipos de cambios
más atractivos, y el público se vuelca a ellos,
lo único que se logra hacer inlicuable la deuda
interna.De esta manera, la inflación de un mes se
convierte en auténtico "piso" de la inflación
del mes próximo.- En segundo lugar: la creaciión de los
depósitos indexados o ajustados por distintos tipos de
cambio puede
ser en principio una medida inocua, dado que ya hoy existen
depósitos ajustables por índice combinado y
dólar financiero. - El BCRA pierde reservas tanto por rasgos de
importacionescomo por la caída de los depósitos
en dólares, esto tarde o temprano va a forzar al BCRA a
modificar el esquema cambiario. - Pareciera que existe un desacomodamiento entre los
intentos del equipo económico para llegar en el
"plan nada" (
acertadamente bautizado así por un prestigioso
economista ) a las elecciones, y los intentos de los dirigentes
del partido gobernante: que haya "ballotage".
Si el partido gobernante desea realmente el
"ballotage", debería efectuar el ajuste ahora, dado que
su magnitud sería menor que la que probablemente sea
necesario en mayo.
Sourrouille pierde su cargo
El 31 de marzo Sourrouille fue relevado del
cargo.
El presidente Alfonsín había decidido
reemplazarlo, por Juan Carlos Pugliese. El Banco Central fue
ocupado por otro economista radical: Enrique García
Vázquez. Oscar Merbilháa iba a Hacienda.
Lo primero de todo era idear un esquema cambiario que
lograra hacer bajar el dólar de los 50 australes a los que
había llegado como una topadora.
La decisión fue hacer un nuevo "mix" cambiario
con 50% de las exportaciones e
importaciones por
el dólar financiero. Otro imperdonable error, dado que se
mandaba más demanda que
oferta por ese
mercado.
Podemos resumir hasta este momento
así:
- Sector externo: el BCRA con menos reservas que el
stock de depósitos en dólares. Importaciones
impagas al exterior 8 aquellas posteriores al 6 de febrero )
del orden de los 600 millones de dólares, y atrasos con
los bancos del
orden de un año de intereses: 2200 millones de
dólares. - Sector fiscal: la
tesorería endeudada a tasa de 120% por año en
dólares libres como consecuencia del jubileo de
títulos para bajar el dólar, y el BCRA
financiando con unos 5000 millones de emisión mensual a
Hacienda más la financiación multimillonaria a
Previsión Social. A eso sumarle el retraso de 20% de las
tarifas. - Sector financiero: de los 97.000 millones de
australes de depósitos bancarios, 220.000 se los lleva
el BCRA en formas de encajes y depósitos indisponibles.
Estos encajes le produjeron un déficit en marzo de unos
45.000 millones de intereses de los cuales pagó la
tercera parte y "anota" el resto.
Ese es el costo de dos
políticas: financiar gastos
públicos tomando depósitos y mantener
artificialmente alta la tasa de
interes.
Cuando no habían dólares, al mimistro
le quedaban tres caminos:
- Aplicar un ajuste cosamético al mas puro
estilo Souroullie, agudizar los atrasos. - Aplicar un ajuste par "congelar" la situación
actual sin mojarla ni agravarla, con el miedo de que los
mercados no
les parezca suficiente. - Aplicar un ajuste de fondo con el riesgo de su
partido salga tercero en el acto electoral, debido al alto
costo
inflacionario inicial.
Por suerte se descartó la primera solución
que conducía a reeditar los tiempos de Rodrigo.
El camino tomado fue el segundo: ajuste insuficiente
pero mejor en tarifas públicas, fuerte devalusión
mediante cambios en los mix y alta tasa real de
interes.
El plan de Pugliese
se viene a bajo
Una simple regla para iniciados: no aumentar la
oferta de un
produsto cuya demanda baja,
no era entendido por el equipo económico de Pugliese a
quien las cosas se le hacían cada vez más
complicadas.
Sea como sea, lo que se consiguió en vez de bajar
la cotización de la divisa lo que realmente
continúa bajando rápidamente son las reservas del
BCRA por pagas de importaciones y
caídas de depósitos en dólares.
Lo único claro, es que el actual esquema
cambiario podría ser suprimido más o menos
rápida si el dólar no tiende a la baja.
Las causas son varias: aparte de las bajas en las
reservas, este esquema cambiario lleva a incorporar el "efecto
Menem" a los
precios, dado que 50% de las operaciones de
comercio exterior
se liquidan por el mercado de cambios libres.
Claro está que antes de tomarse una medida
así debe hacerse un muy detallado cálculo de
las posibles "filtraciones" de divisas en el mes y medio que
queda antes de las elecciones, porque de lo contrario…
así tampoco se llega.
El equipo económico se veía forzado
entonces a volver a cambiar el esquema cambiario en otro
desesperado intento por calmar la cotización del
dólar.
La idea entonces, encabezada por el ministro Pugliese y
por sobre todo por su viceministro Mario Vincens fue idear un
férreo esquema de control de
cambios disfrazado de "liberación y flotación del
tipo cambiario".
Argentina ya está en
Hiperinflación.
Ya nada había que hacer. Se hacercaban
épocas más duras. Muchos hablaban sobre la
posibilidad de índices de precios de tres dígitos.
El temor se veía corroborando por la posibilidad de
incrementos de precios entre 100% y 200% en mayo.
Argentina
comenzó con una violentísima corrida
cambiaria.
Poco duró el espejismo: pocos meses
después el desempleo
crecía a un ritmo de 10% semanal. Pero lo más
grabe, que el sistema
financiero está sufriendo un proceso de
"deterioro": los depósitos crecen a un ritmo sensiblemente
menor a la tasa de interés, mientras el total de
créditos crece a la tasa de interés, dado que la
misma es impagable.
El equipo de Pugliese ya no tenía muchas
opciones. La desesperación antes el debarajuste
generalizado y el caos en todos los mercados hizo que
llegara al extremo de decretar un nuevo feriado cambiario y
bancario aunque no había nada para anunciar.
En ese momento se llama a Roberto Alemann y Adalbert
Krieger Vasena a colaborar. Ambos dan un paso al costado pero
aceptan ser "consejeros".
El primero de ellos se anuncia por la flotación
cambiaria. Mala solución pero quizás la
única que en ese momento quedaba daba la completa
extinción de las reservas y el completo colapso del
sistema de
precios.
Las medidas encaradas hacia fines de abril habían
conseguido un muy precario equilibrio en
los mercados. Evidentemente no bastaban. Como si fuera poco
el Estado
había quedado sin financiamiento
alguno. Sin embargo, lo peor era que este proceso de
desfinanciamiento masivo se retroalimentaba a si mismo: las
exorbitantes tasas internas retorno que estaban donde la
mayoría de los títulos públicos eran a la
vez consecuencia y causa de desconfianza.
La idea con el plan primavera se había vuelto un
verdadero "boomerang" para Raúl Alfonsín. LA meta de llegar
a las elecciones del 14 de mayo de 1989 en medio de un "veranito"
de baja inflación en forma artificial no sólo
había fracasado, sino que había terminando
provocando el efecto contrario: una
Hiperinflación.
El domingo 14 de mayo Carlos Menem ganaba las
elecciones presidenciales con colegio electoral propio, hecho que
término con un fin de especulaciones derivadas de la
posibilidad de una alianza entre Angeloz y Alsogaray.
Mientras la conducción radical continuaba sin
acercar en lo económico, los economistas cercanos al
justicilismo hablaban de reforma monetaria. Algunas versiones
inclusive daban la posibilidad de una reforma monetraria que
implicara la virtual desaparicióndel déficit
cuasifiscal.
A pesar de los rumores de la reforma monetaria en
puertas, versiones contradictorias tomaban cuerpo. El ministro de
economía
nombrado por Menem: Miguel
Roig se alejaba cada vez más de posiciones extremas. De
esta manera fue despedido mediante el nombramiento como embajador
en EE.UU., Guido DI Tela, quien nunca llegó a asumir como
viceministro.
Mientras el plan BB se continuaba armando algunos
economistas opuestos a la idea agruparon para elaborar lo que
más tarde se conocería como el " Plan Federal
".
Se hablaba de dos monedas simultáneamente
coexistiendo.
EN RESUMEN:
El presidente Alfonsín no entraba en razones.
Creía que la economía y aún
la Hiperinflación podían ser solucionadas con "
mano de hierro "
aunque sin medidas de fondo, y, sobre todo, sin el poder real que
en esa situación solo tenía el precidente entrante
( Carlos S. Menem
).
La terrible época de Pugliese en la
economía había conmcluido. Alfonsín
decidió que el diputado José Rodriguez ocupara su
lugar.
Rodriguez recibe un estricto control de
cambios, con un tipo de cambio
oficial que se devaluaba a un ritmo muy inferior a la
inflación evidenciaria, con lo que Argentina
marchaba aceleradamente al retraso cambiario. A la vez restringe
el retiro de depósitos de las entidades financieras medida
procurosa del futuro plan Bonex. Además acumula
déficit en las empresas
públicas al literalmente "clava" las tarifas
públicas.
5)
El Rodrigazo
El término "Rodrigazo" se aplicó tanto al
conjunto de medidas de austeridad y sinceramiento de la
economía draconianos, como a la huelga general
con la que respondieron los sindicatos.
Por medio de la cadena de radio y televisión
y ante el asombro del público en general, el nuevo
ministro anunció una nueva devaluación del peso de
160%, la duplicación de las tarifas de servicios
públicos, el 200% de aumento en la nafta y un
aumento máximo de salario entre 40
y 50 %. Los sindicatos,
que no podían aceptar estas medidas sin reaccionar, porque
lo que estaban perdiendo era el poder mismo,
suspendieron las negociaciones sobre los salarios y se
declaró la movilización general.
La presidenta desautorizó a su ministro,
permitiendo aumentos en los salarios y
éste dimitió. Ahora, el peligro estaba en la
pérdida de fuerza
manifestada por el Poder
Ejecutivo, que se bamboleaba sobre la ala derecha y la
izquierda de su movimiento. Su
autoridad
había sido seriamente lesionada y ya era un final
abrupto.
Antonio Cafiero, de prestigiosa trayectoria en el
peronismo, fue
nombrado en reemplazo de Rodrigo, debiendo enfrentar el inicio de
una grave recesión en la en econmomía y un
alarmante aumento del desempleo. El
poder
había pasado a la CGT y se debía mantener el
poder
adquisitivo de los salarios a
cualquier precio. Ese
precio fue la
inflación que continuó creciendo
aceleradamente.
Los precios de los granos aumentaron un poco, pero no
ocurrió lo mismo con la carne. Los ganaderos, entonces,
suspendieron la carga de carne a los mercados. El objetivo de
los sectores productores era ya derribar al Gobierno, lo
mismo que el de muchos sectores afectados por la brusca
variación en la economía. Las tasas de
interés de los préstamos subían
permanentemente tratando de alcanzar la
inflación.
Se intentó también una reforma fiscal para
tratar de controlar el alto nivel de inflación, pero no
fue aprobada en el congreso, donde incluso el sector oficialista
no había acuerdo previsto.
Hacia finales de año los propósitos
líderes sindicales comenzaron a pedir limitar los salarios,
mientras los grupos
guerrilleros explotaban la situación alentando a las bases
a realizar huelgas salvajes y con nuevos secuestros
extorsivos.
Autor:
Diego Gonzalez
vasquito[arroba]sinectis.com.ar