INTRODUCCIÓN
1 EL DISCURSO SOBRE
LA FAMILIA :
PARADOJA Y CONTRADICCIONES
Resumamos aquí las principales discusiones sobre
el tema :
1) La familia
contemporánea se ha encogido, replegado sobre la pareja.
Habiendo dejado de ser un lugar de producción, ya no es más que un
motivo para el consumo.
La familia ya
no asegura las funciones de
asistencia de la que en potros tiempos se encargaba . Las
funciones que
conserva como la socialización de los hijos , son
compartidas con otras instituciones.
En esta representación, la celular familiar parece
débil.
2) Otro discurso, por
el contrario, la reconoce una fuerza
formidable, en la medida que ella se ha hecho refugio, lugar
privilegiado de la afectividad. La pareja, y en segundo lugar los
hijos, capitalizarían todos los sentimientos que no pueden
expresarse en una sociedad
deshumanizada.
Una forma de desmitificar el discurso de la
crisis de
la familia es
reconociendo que este no es una novedad, pues a lo largo del
siglo XIX este tema es recurrente.
En lugar de analizarla en términos de crisis, hay
que preguntarse como ha vivido la familia las
transformaciones económicas, sociales y culturales de los
últimos 150 años, como ha resistido y como ha
contribuido.
2 LA SOCIOLOGÍA DE LA FAMILIA. PUNTO DE
ENCUENTRO ENTRE LA HISTORIA Y LA
ETNOLOGÍA
La historia es doblemente
esclarecedora para la perspectiva sociológica:
1) en primer lugar denuncia la ingenuidad de antiguas
simplificaciones, las teorías
que se apoyaban en una visión errónea de la vida
pasada, o de las suposiciones carentes de fundamento a
propósito de la permanencia de la conducta.
2) En segundo lugar, la historia proporciona una
lección de modestia. Las relaciones entre la
transformación de la familia y las
transformaciones de la sociedad, los
cambios técnicos, económicos y sociales, ya no
podrán ser explicados en términos de modelos
simples y únicos. Cada estudio consagrado a la familia en un
contexto social y económico particular muestra la
variedad de situaciones.
La reflexión histórica sobre la familia permite
poner de manifiesto que no hay uno, sino dos tipos de familia y de
organizaciones
familiares muy diferentes en el tiempo y el
espacio.
El hecho familiar es universal, pero con arreglos muy
diversos según las sociedades.
Entre las sociedades
tradicionalmente estudiadas por loa antropólogos y las
sociedades
contemporáneas existe una diferencia de grado, sino de
naturaleza .
en las primeras, el parentesco proporciona lo esencial de las
categorías sociales, el marco de las relaciones de
producción, de consumo, de
poder, etc.;
en las segundas, el parentesco tiene la concurrencia de otras
instituciones
sociales, y sobretodo el Estado. La
antropología insiste en la necesidad de
estudiar el hecho familiar en el seno de una cultura bien
definida , y en sus relaciones con esa cultura.
3 DESARROLLOS RECIENTES
Los tiempos ya no estan `para una teoría
global como era la ilusión o la esperanza de los
sociólogos de los años sesenta. El abandono de las
teorías
evolucionistas, lineales o funcionalistas constituye un logro
importante. Sin embargo pueden intentarse teoría
de medio alcance.
4 PROYECTOS Y
LÍMITES DE ESTA OBRA
Esta sociología de la familia se organiza en
tres partes : 1) La centrada en las relaciones estructurales
entre familia, grupo
doméstico y parentesco, apoyándose en conceptos
antropológicos. 2) La centrada en la constitución de la familia, matrimonio y
posterior nacimiento de los hijos. 3) La que trata sobre los
roles y las actividades de los cónyuges y finaliza con una
discusión de las relaciones entre familia y sociedad.
Cada tema será introducido en una perspectiva
histórica y etnológica.
I SOCIOLOGÍA E IDEAS DE LA
FAMILIA
I.1 SOCIOLOGÍA DE LA FAMILIA
I.1.1 ANTES DE DURKHEIM
a) Comte.
Si su filosofía positivista se propone sustituir
las creencia erróneas por el
conocimiento cientifíco de la naturaleza
humana, su visión científica permanece enviscada en
el moralismo de mediados de siglo XIX. Comte desarrolla un
principio de subordinación, el de los sexos primero, y el
de las edades después. La familia como organismo
jerarquizado, es el lugar de la disciplina
doméstica y social.
La principal crítica que se le puede hacer en
este tema a Comte es la de no apoyares en ninguna encuesta
concreta y de depender de una perspectiva psicologizante cuya
seudocientificidad consiste en reemplazar a Dios por la naturaleza
humana.
b) Fréderc Le Play.
Revistió sus proposiciones de una envoltura
teórica, apoyada en encuestas
extensivas. Sus monografía
familiares conocieron un gran éxito en el siglo XIX. A
partir de ellas, organizó un cuadro clasificatorio de las
familias distinguiendo : 1) la familia patriarcal, 2) la familia
inestable y 3) la familia troncal..
Bajo esta clasificación se esconde un proyecto
político de reforma del derecho de sucesión que los
acontecimientos de 1870 hicieron fracasar. El modelo de
familia troncal es presentado como el mejor, el más apto
para luchar contra la desintegración social.
I.1.2 LA SOCIOLOGÍA DE LA FAMILIA EN
DURKHEIM
Las premisas de su análisis aparecen hoy superadas, en la
medida en que están impregnadas del evolucionismo característico de finales del siglo XIX.
Durkheim ve en
la familia contemporánea como el resultado de formas
antiguas, es como el desenlace limitado.
En su obra "La familia conyugal" la tesis es
simplificadora. Estima que ha habido una contracción de la
familia que históricamente ha pasado de un clan
exógamo amorfo al clan diferenciado a la familia
diferenciada , y luego a la familia indivisa de ahnados del tipo
zadruga. La contracción de la familia es correlativa a la
extensión del medio social, de la aldea a la ciudad, de
esta al Estado; se
manifiesta por el quebrantamiento progresivo del comunismo
familiar.
Pero, este evolucionismo no significa una escala de
valores, la
familia de hoy no es ni más ni menos perfecta que la de
antaño : es distinta porque las circunstancias son
distintas.
I.1.2 LA INFLUENCIA DE LA SOCIOLOGÍA
AMERICANA
La sociología francesa de la familia se
decantó por el lado de la escuela americana
para tomar conceptos y métodos,
desde el final de la II guerra mundial
hasta los años sesenta..
Los análisis estructural-funcionalistas
consideran la familia como un sistema de
posiciones sociales y de roles relacionados por procesos
funcionales con las demás instituciones
sociales. La familia aparece como una construcción ideológica, una
abstracción reificada, que supone una ausencia total de
variedad de modelos de
familia.
La falta de interés
por la dimensión histórica es absoluta.
En los años treinta, la sociología
americana de la familia tiende a confundirse con un tratamiento
técnico de los problemas
sociales ligados al desempleo, la
crisis,
etc.
En los años de la posguerra, la
reorientación de las investigaciones
dieron ligar a una serie de trabajos según tres
direcciones : 1) una orientación estructural que se
interesa por las relaciones entre familia y sociedad, 2) una
orientación comportamental centrada en las interacciones
en el seno de la familia, 3) un examen de la acción
familiar en situaciones determinadas.
Los conceptos de instrumentalidad y de expresividad
desarrollados por Parsons y Bales marcan el punto más
extremo de esos análisis descarnados. Smelser hizo la
demostración de la imposibilidad de teoría
generales del cambio. Goode
exploró un conjunto de conceptos con la ayuda de materiales
históricos y antropológicos y contribuyó a
orientar la so americana hacia el redescubrimiento de una
dimensión dinámica : la de las generaciones, la de la
edad, que relaciona en una perspectiva diacrónica los
cambios individuales y sociales.
En los años 60 y 70 aparece como una ciencia
vulnerable, confundiéndose con los problemas
sociales y la necesidad de aportar respuestas limitadas. La
inmigración, la crisis, la
libertad de
los jóvenes constituyen centro de interés.
I.2 LAS IDEAS SOBRE LA FAMILIA
El discurso sobre
la familia , que generalmente puede asimilarse a un discurso sobre
su crisis, no es
nuevo. Se organiza alrededor de dos polos :tan pronto la sociedad esta
enferma de su fa a la que conviene ayudar a reformarse como la
crisis es interna a la fa y amenaza a sus miembros.
I.2.1 EN EL SIGLO XIX . INTERVENIR O NO INTERVENIR
SOBRE LA FAMILIA
Este siglo ve desarrollarse los discursos de
los teólogos católicos, próximos a la
monarquía, que observan la destrucción de la
familia por los efectos del individualismo revolucionario. Louis
de Bonald inventa una nueva palabra , la desconstitucion de la
fa.
Comte también se adhería a esta
ideología de la crisis familiar, el peligro
procedía del debilitamiento de la autoridad del
padre y del debilitamiento del espíritu de
obediencia.
Ya no se trata de intervenir en nombre de un discurso
puramente moral, sino de
combatir la pobreza que es
la fuente de desuniones familiares. El patrocinio, la
filantropía y el catolicismo reformador social
serán reemplazados por los principios
higienistas de comienzos del siglo XIX en su labor de
regeneración de la fa.
Por parte del pensamiento
marxista, sabemos que una reflexión original articula la
evolución de la sociedad familiar y las
relaciones de producción. Engels planteaba la hipótesis de que la aparición de la
familia conyugal estaba relacionada con un modo de
apropiación privada, con el deseo del cabeza de fa de
trasmitir la herencia.
I.2.2 DEL PELIGRO VENÉREO A LA
EXTINCIÓN DE LA FAMILIA.
A principios de
este siglo se considera una amenaza para la fa el peligro
venéreo extendido por la prostitución. El discurso médico y
moral propaga
el terror y fustiga la inmoralidad de la juventud.
Entre las dos guerras, las
ideas sobre la fa así como las batallas sobre las políticas
familiares se sitúan en un contexto demográfico
maltusiano cuya apuesta es nacional y militar. Movimientos
natalistas y familiares luchan para que se pongan en
práctica ayudas a la fa y la restauración del
sentido moral
La fa y la ideología de una fa numerosa se
sitúan, entonces, netamente a la derecha, mientras que los
socialistas reivindican la libertad del
individuo.
El peligro familiar toma la figura nueva de un peligro
interno que surge de las relaciones neuróticas : el ahogo
familiar, la destrucción de sus miembros por la
presión intolerable que les hacen sufrir las prohibiciones
familiares. La influencia de Freud y de los
descubrimientos del psicoanálisis contribuyó a la
radicalización de las tomas de posturas contra la fa. las
obras de Simone de Beauvoir influenciará fuertemente la
crítica familiar producida por las feministas de los
años setenta.
Las posiciones de Wilhelm Reich son más radicales
todavía, estigmatizando la familia como la correa de
transmisión de las alienaciones sociales.
A traves de todos estos discursos la
fa aparece como el lugar de una fascinación incansable que
cada uno tiene a bien defender o combatir según sus
propias ideologías.
I.2.3 LA INFLUENCIA DEL ESTADO
PROVIDENCIA
Hasta los años setenta coexistieron, pues, dos
discursos : 1)
El que ponía de manifiesto las opresiones familiares , 2)
El que deplora el excesivo individualismo y la pérdida de
funciones que
se supone que la política del Estado
providencia ha arrancado a la fa.
Sin embargo, contemplada desde el ángulo de sus
comportamientos demográficos esta fa ofrece todos los
signos de salud: nunca
ha habido tantos matrimonios, nunca se han casado tan
jóvenes la tasa de divorcios es baja, etc. A partir de
1975, el discurso sobre la crisis de la familia afecta, ahora
sí, a estas estructuras:
el desarrollo del
nuevo modelo
conyugal frágil, la caída de la tasa de
fecundidad.
Acabadas las castraciones familiares: la fa es descrita
como el lugar de expansión individual, de sostén
psicológico y social. Estos nuevos discursos se
inscriben en el contexto de la crisis que sacude al estado
providencia. El redescubrimiento de las redes familiares con usos
múltiples y la celebración de la fa compensan, en
cierto modo, la retirada del estado.
En cuanto a los miedos provocados por los discursos
médicos en estos años 80 han sido finalmente
sustituidos por los discursos sobre el sida y por los
fantasmas que engendran el campo abierto por los progresos
biológicos en el campo de la fecundidad
asistida.
II EL ESPACIO DEL PARENTESCO . EL GRUPO
DOMESTICO
El grupo
doméstico es un conjunto de personas que comparten un
mismo espacio de existencia; la noción de
cohabitación es aquí esencial.
La noción complementaria de fa, más
restringida que la del grupo
doméstico, se refiere esencialmente al lazo conyugal. La
fa está constituida por el padre la madre,
asociación fundada en alianza, y los hijos. Algunos
grupos
domésticos están constituidos únicamente por
una fa. Otros pueden comprender varias, ya sea varias parejas
casadas que entre sí tienen lazos de filiación o de
colateralidad. El grupo
doméstico, además de las fa puede incluir
también personas sin relación de parentesco, que
comparten las actividades de producción (domésticos, etc) o que
no las comparten (inquilinos, etc.).
II.1 LAS GRANDES FAMILIAS CAMPESINAS
Las investigaciones
históricas han mostrado que no hay un solo tipo de gran
fa, sino varios: comunidad
tácita, zadruga, fa troncal.
II. 1. 1 COMUNIDADES TÁCITAS
El movimiento de
las comunidades data, quizá, de la misma época
(alta edad media)
que el de las hermandades piadosas. Se agrupaban para roturar las
tierras incultas y cultivar colectivamente. Las comunidades fa
podían reagrupar a extranjeros que se asociaban como si
fueran hermanos. Las comunidades fa eran también
reagrupamiento de parientes, formando una asociación sin
acto legal, de ahí su nombre de comunidad
tácita. Éstas, tenían claramente la característica esencial que es la
corresidencia. La distribución del trabajo y de los bienes no era
suficiente para definirlas; era necesario sobre todo preparar y
tomar conjuntamente la comida.
En la edad media, el
respeto a la
regla de las comunidades permitió, así, a los
siervos trasmitir una herencia a su
descendencia, lo que fijaba el grupo en el lugar. Su
dislocación sobrevino en épocas diferentes
según las regiones: subsistieron durante mucho tiempo en el
centro de Francia.
De treinta a cuarenta personas vivían en
común. Los parsonniers elegían entre ellos amo,
frecuentemente la persona de
más edad, esta elección ha merecido para las
comunidades tácitas el nombre de repúblicas de
parientes. El amo dirigía la comunidad,
asignaba las tareas. Una mujer
dirigía a las mujeres e hijas y repartía las tareas
entre las mujeres.
Los bienes de la
comunidad eran
indivisos. Cada parsonnier era alimentado y vestido según
sus necesidades. La estrategia del
amo era la de conservara a sus hijos con él, dotando a las
hijas que se casaban fuera de la comunidad. Esta
dote las excluía de todo derecho sobre los bienes
comunes. El tipo preferido de matrimonio que
reforzaba la estabilidad de la comunidad, era el matrimonio
endógamo. Otra forma corriente de matrimonio era
por intercambio. De este modo solo se desplazaban las personas,
los bienes
permanecían dentro de la comunidad.
El término de comunidad tácita designa un
tipo de grupo doméstico en particular y, al mismo tiempo un
territorio agrícola común. En todo momento este
tipo de grupo familiar está amenazado de fisión por
las disensiones internas. Vasta que un miembro reclame su parte
para que la comunidad se venta abajo.
Muchas de ellas desaparecieron en el siglo XVII, cuando un
impuesto muy
pesado obligó a los campesinos a vender su propiedad.
Estas comunidades se disolvieron por las razones
económicas, demográficas. sociales y culturales
propias de la evolución de la sociedad y también
por razones internas. Poco a poco, la ideología
individualista, el ascenso del sentimiento familiar centrado
alrededor de la pareja conyugal y del hijo provocan el rechazo de
la pesadez de esta vida comunitaria.
La comunidad tácita es pues, un grupo
doméstico compuesto de varios matrimonio,
fundado sobre una organización económica y de trabajo
específica, inscrita en un período histórico
definido, y en regiones bien delimitadas, en las que
además era minoritario.
II.1.2 LA ZADRUGA YUGOSLAVA
También la comunidad de residencia y de comida
era fundamental. Si embargo pequeñas construcciones anexas
a la casa principal eran atribuidas a las jóvenes parejas.
Los bienes eran
propiedad
indivisa de los hombres. El lugar de la mujer era
secundario. Un jefe elegido dirigía y organizaba el trabajo de
los hombres, este jefe detentaba una fuerte autoridad. El
matrimonio era exógamo.
Los motivos de ruptura son diversos, la rivalidad
femenina constituye una causa estructural de
dislocación.
II.1.3 LA FAMILIA TRONCAL
Sus características son, constituye un grupo
doméstico que reúne bajo el mismo techo a tres
generaciones, la del padre y la madre, uno de los hijos casados y
su mujer y sus
hijos.
El grupo doméstico está estrechamente
identificado con la casa. Esta es una institución que
engloba además de la residencia-granja y sus dependencias,
construcciones y tierras, derechos sobre los bienes
colectivos. Es a cada casa a quién se atribuyen los
derechos de usos
sobre las aguas, los bosques, los pastos comunales. De
generación en generación, esta casa debe ser
transmitida en su integridad. De ello se derivan dos
consecuencias: 1) la casa impone a todos sus miembros su renombre
y su prestigio, 2) la casa no puede ser dividida y uno solo de
los hijos será el herederos.
La residencia del herederos es también
patrilocal, puesto que es necesario que resida en la casa de su
padre. Los otros hijos que no son herederos son dotados y por
ello, excluidos de la herencia.
Los hijos que quedan solteros continúan en la
casa y abandonan tácitamente su parte al heredero. Su
estatus está a medio camino entre el del criado y el del
pariente.
El más anciano de los parientes es que detenta la
autoridad.
El discurso ideológico de hoy se basa en la
oposición esquemática de dos tipos de familia
idealizados: por una parte, el basto reagupamiento de parientes
de antaño y el reducido tamaño del núcleo
contemporáneo, por otra. Contrasto maniqueo entre lo que
era bueno y lo que es malo. Esta oposición simplificadora
no resiste un examen en profundidad.
II.2 EL GRUPO DOMESTICO DE ANTAÑO:
TAMAÑO Y ESTRUCTURA
II. 2.1. EL TAMAÑO DEL GRUPO
DOMESTICO
Indagar cuantas personas vivían conjuntamente en
los grupos
domésticos de tiempos pasados es abordar el problema de la
fecundidad antigua. También aquí abundan las ideas
falsas. No hay nada más falso que la idea de familias con
quince hijos. Todo ha conspirado durante mucho tiempo contra
estas retahílas de hijos. Retengamos aquí solamente
que el grupo doméstico antiguo solo excepcionalmente daba
hijos muy numerosos.
El número elevado de individuos que
componían el grupo doméstico lo formaban los
parientes, ascendentes, colaterales, y también no
parientes, criados que vivían en la explotación
agrícola, obreros que trabajaban como artesanos.
Tamaño de las fa y tamaño de las explotaciones iban
a la par el tamaño del grupo doméstico en el
antiguo régimen tenía un promedio de 4,75 personas,
desde el período más antiguo hasta las cifras de
1901.
La industrialización, pues, no pudo tener por
efecto la reducción del tamaño y la
simplificación de la estructura de
las fa.
II.2.2 LA ESTRUCTURA
DEL GRUPO DOMESTICO
Los historiadores del Grupo de Cambridge proponen una
tipología:
1) Los grupos
domésticos llamados "sin estructura
familiar", de los que no se ve muy bien a qué corresponde
si no es a viejos amigos que comparten el mismo hogar. En esta
categoría se cuentan, lo más a menudo, las personas
solas; 2) los grupos
domésticos "simples" que corresponden a la fa, a nuestra
célula
familiar contemporánea: están compuestos del padre,
de la madre y de los hijos. 3) los grupos
domésticos "extensos" compuestos, además de los
miembros de la familia simple, por parientes ascendentes,
descendientes o colaterales. 3) Los grupos domésticos
"múltiples" en los que cohabitan varias emparentadas;
"polinucleares". en el interior de esta categoría se
introduce una distinción complementaria según la
atribución de la dirección del grupo doméstico. Si
quien dirige es la pareja de padres de más edad, nos
encontramos en el caso de la familia troncal. Si sólo hay
fa de hermanos y hermanos casados, de la misma generación,
se observa una configuración de "hermandad".
El grupo doméstico en la vieja Europa tiene,
pues, un tamaño que no es muy superior al correspondiente
a la época contemporánea hasta una fecha reciente,
y su estructura es,
lo más frecuentemente, simple.
Los acontecimientos demográficos que se producen
con el tiempo afectaban
a la estructura de
la familia. Las posibilidades de un grupo doméstico para
asociar varias generaciones estén ligadas a la posibilidad
de tener padres que todavía vivan, es decir, a
constreñimientos que son de orden demográfico. La
mortalidad en el Antiguo Régimen podría impedir la
presencia de abuelos.
La organización de la producción es igualmente importante para el
tamaño y la estructura del grupo doméstico, en la
medida en que éste es una unidad de producción.
Algunas formas de grupos domésticos múltiples
pueden ser el resultado de adaptaciones económicas. La
importancia del patrimonio
también es un factor de diferenciación. Los grupos
domésticos complejos de los labradores acomodados y los
grupos domésticos conyugales de los jornaleros que viven
únicamente de su fuerza de
trabajo.
Finalmente, podemos considerar la influencia del
sistema de
herencia. Un
modelo cercano
a la familia troncal aparece en la región en la que la
costumbre es de hacer un solo heredero.
La relación entre todas estas variables no
son, por otra parte, simples. Bajo la misma etiqueta de grupo
doméstico extendido o grupo doméstico
múltiple se observan configuraciones familiares cuyo
significado puede ser muy diferente según las
épocas.
Hoy día, la fa compleja es más bien un
signo de disfuncionalidad; es percibida como "anormal". La pobreza obliga
a los padres viejos a ir llevando adelante su explotación
con la ayuda de su hija. El mantenimiento
de grupos domésticos complejos es un signo de crisis
social y económica.
II. 2.3. LA INESTABILIDAD DEL GRUPO
DOMESTICO
El grupo doméstico antiguo es tan inestable como
la
célula conyugal contemporánea. Nuestra sociedad
no ha inventado ni la movilidad geográfica ni la
inestabilidad de los matrimonio sometidos.
II. 2. 4. VIUDEDAD Y SEGUNDAS
NUPCIAS.
En la demografía antigua, la mortalidad golpeaba
las células
conyugales mucho más a menudo que en la actualidad, y las
segundas nupcias eran numerosas. Las segundas nupcias se
celebraban muy rápidamente después de la muerte del
esposo: lo exigía la sobrevivencia de la
familia.
Así, se observan grupos domésticos, a lo
largo de los años, en los cuales un hombre puede,
sucesivamente, tener varias esposas, en los que cohabitan los
hijos de diferentes madres, en los que los primogénitos
huérfanos son desparramados entre otros miembros de la
parentela. El grupo doméstico contemporáneo es
relativamente menos inestable de lo que lo era el grupo
doméstico de antaño.
En los primeros años de amtrimonio son las
mujeres sobre todos las que mueren, como consecuencia de los
accidentes
ligados al embarazo y al
parto.
Estos hombres jóvenes que se encuentran viudos
con niños pequeños a su cargo deben volver a
casarse muy pronto. Sin esposa, nada de cuidados a los hijos,
nada de cocina, nada de huerto, de ayuda en los campos:
así se explica que las segundas nupcias de viudos sean
mucho más numerosas que las de las viudas.
Las segundas nupcias numerosas, sobre todo masculinas,
venían a crear una situación de poligamia sucesiva:
el límite al número de segundas nupcias es la
tolerancia de
la sociedad frente a uniones que, a menudo, conllevan desorden
social.
Estos recasamientos afirmaban la primacía de una
organización económica sobre
la
organización familiar. El grupo doméstico
aparecía constantemente amenazado en su existencia por los
peligros de la mortalidad, y su inestabilidad afectaba
esencialmente a los hijos que eran mantenidos o bien eran
confiados a una red de
parentesco.
MOVILIDAD
La movilidad geográfica constituye un segundo
factor de inestabilidad del grupo doméstico. En algunas
regiones en las que los campesinos eran propietarios de sus
bienes, las generaciones podían sucederse de padre en
hijo, o de padre en yerno, pero esto no siempre era posible para
todos. Sólo uno de los hijos se quedaba, los demás
estaban condenados a emigrar.
en las regiones de arrendamiento, de aparcería,
la movilidad podía venir impuesta si la situación
económica daba una posición de fuerza a un
propietario, que buscaba mejor renta. No se trataba de un
desarraigo en la medida en la que el campesino se quedaba en su
región de origen, pero este cambio de
residencia implicaba una ruptura o bien unas relaciones
débiles con la comunidad aldeana.
En las regiones de montaña, la migración
estacional significaba cada año que el padre abandonara el
grupo doméstico para encontrar un trabajo temporal en
alguna parte.
Los movimientos de migración
temporal que conocieron en su apogeo a lo largo del segundo
imperio provocaron una desorganización
familiar.
EVOLUCIONES RECIENTES
El tamaño de los hogares continúa
decreciendo suavemente desde el censo de 1968. Se contaba una
media de 3,10 personas por hogar en 1962 y 2,70 en 1982.
correlativamente, el número de hogares compuestos por una
sola persona aumenta:
19,6 por 100 de los hogares en 1962 y 25 por 100 en
1982.
Las probabilidades de viudedad al principio del
matrimonio son extraordinariamente reducidas hoy en día.
La proporción de viudas aumenta mucho más
rápidamente que la de los viudos, como consecuencia de la
sobremortalidad masculina.
Cuando un antropólogo estudia la familia se
interesa por el grupo doméstico dentro del sistema de
parentesco, reconocido como uno de los principios que
estructuran la
organización social. Una antropología de la familia exige, pues, un
análisis de las relaciones entre los grupos
domésticos y el parentesco en las sociedades
contemporáneas.
III PARENTESCOS Y PARENTELAS.
El dato biológico de base es un hombre, una
mujer,
niños. Los lazos madre-hijo, hermana-hermano son
biológicos, pero la asociación hombre-mujer ya es
social. Cada sociedad debe nombrar estos lazos que
entrañan en el seno de la díada y de la
tríada un conjunto de relaciones, de sentimientos, de
obligaciones.
El parentesco designa a la vez.
1) Las personas que son nuestros parientes. 2) Una
institución que regula en la medida variable el
funcionamiento de la vida social.
Los sociólogos de la familia contemporánea
añaden al presupuesto de la
contracción del grupos doméstico el de la
desaparición casi absoluta de las relaciones de
parentesco. Esta proposición es la que queremos discutir y
refutar. Se deslizan en esta tesis algunos
resabios de evolucionismo. El sistema de
parentesco habría evolucionado, a partir de una sociedad
matriarcal en la cual reinaba la promiscuidad sexual y en la que
los hijos sólo reconocían a su madre, hacia una
sociedad patriarcal más refinada en la que cada pareja
reconocía a sus hijos, para, finalmente, alcanzar un
modelo
acabado, el de la sociedad europea de finales del siglo XIX, en
la cual se supone que las relaciones de parentesco sólo
tendrían una reducida importancia social.
Después, los antropólogos han demostrado
que no existe una correlación directa entre el tipo de
economía
de la sociedad y su organización y que no cabe un juicio de
valor en
relación a los diferentes sistemas de
parentesco; ninguno superior a otro. El parentesco representa una
de las combinaciones posibles en el universo de
los arreglos conocidos.
III.1 LA TERMINOLOGÍA DEL
PARENTESCO
El parentesco constituye un sistema de
"referencia social" que se efectúa mediante la
terminología. Esta última sirve para designar
el universo de
parientes que la consanguinidad, la alianza nos dan. En nuestro
sociedad, estos términos son poco numerosos: padre, madre,
tío, tía, primo, hermano, hermana, etc. La
terminología francesa del parentesco no distingue entre la
consanguinidad y la alianza, mientras que la inglesa sí lo
hace.
La terminología del parentesco se articulo con
los modos de filiación y de alianza, que constituyen los
otros dos principios del
parentesco. No categorías de la filiación y de la
alianza son complejas.
III.2 LA FILIACIÓN
La filiación es el reconocimiento de lazos entre
los individuos que descienden los unos de los otros. El principio
juega en los dos sentidos, ascendiendo o descendiendo a lo largo
de las generaciones sucesivas. Toda sociedad conoce la
filiación, pero algunas le otorgan mayor importancia que
otras.
distinguimos la línea directa: los padres y las
madres de nuestros padres… de la línea colateral:
primos, primos salidos de hermanos, parientes con los cuales
tenemos un antepasado en común, pero de los que no somos
descendientes.
La memoria
genealógica en nuestra sociedad no es muy profunda: se
reduce a tres generaciones más o menos.
Nuestra sociedad reconoce también que mediante la
filiación se transmite un conjunto de características o de bienes, el nombre, o
incluso rasgos físicos.
En las sociedades
exóticas, el principio de filiación tiene una
importancia mucho mayor.
Lo que distingue a nuestras sociedades industrializadas
de las sociedades exóticas no es la ausencia de
filiación, sino el hecho de que nuestros grupos
sociales se reclutan menos sobre la base del parentesco que
sobre las clases de edad, la clase social, la afinidad amical, el
lugar de trabajo, el ejercicio del ocio, etc. en una sociedad
exótica, todas estas separaciones sociales estarían
reagrupadas y determinadas en función de la pertenencia al
grupo de parentesco.
III.2.1 FILIACIÓN UNILINEAL
En la filiación unilineal sólo son
reconocidos como parientes aquellos que descienden de una
línea paterna de una línea materna. el
reconocimiento del individuo en su grupo de parientes puede
hacerse por relación a un antepasado común
determinado con el cual puede establecer un lazo
genealógico: es el "linaje". El "clan" reagrupa parientes
sobre una profundidad genealógica mayor hasta un ancestro
común con el cual no puede establecerse exactamente un
lazo y que deviene mítico. El linaje podrá aparecer
como subdivisión del clan. La pertenencia a tal linaje o a
tal clan determina enteramente la posición social de un
individuo, en el interior de su propio grupo de filiación.
El linaje es algo más que un conjunto de parientes unidos
por lazos privilegiados; también es una persona moral que
posee bienes indivisibles, que cumple funciones
políticas, militares, religiosas,
etc.
La filiación unilineal adopta, pues, un principio
de clasificación fundado sobre el sexo; asigna
un individuo a un grupo de parientes. Según algunos
autores, el tipo de residencia dependería del principio de
filiación: se residiría donde su padre porque uno
es miembro de su patrilinaje. Por el contrario, Robin Fox, estima
que el modo de residencia gobierno el
principio de filiación. Los primeros grupos humanos,
cazadores, lo que constituía la residencia matrilocal. La
residencia matrilocal era la regla.
Las madres y las hijas constituyen el elemento estable
de la casa. Los hijos y los maridos son los elementos
móviles. En estos sistemas
matrilineales, los hombres pertenecen al grupo social de su
madre, lo que da una cierta preeminencia a las mujeres. el rol de
marido se reduce al de genitor. Estos hombres del matrilinaje
detentan la autoridad
dentro de la casa.
La filiación patrilineal no constituye la
simetría exacta de la filiación matrilineal, puesto
que este último tipo comporta contradicciones con los
principios de
funcionamiento del grupo, sobre todo con el de la
detentación de la autoridad por
parte de los hombres.
Si, en algunas sociedades, los bienes están entre
las manos de las mujeres, la mayoría de las veces son sus
hermanos los que tienen la posesión.
En las sociedades que conocen una filiación
patrilineal, la residencial es patrilocal, es decir, la joven
pareja formada por el hijo y por su mujer se instala
en la casa del padre del esposo, o neolocal, en una casa
independiente. En este tipo de filiación no existe
conflicto para
la atribución de la autoridad.
en la filiación patrililenal (llamada
todavía agnática) se transmiten de padre en hijo
(agnados) el nombre, los bienes, los privilegios, los derechos, los deberes
políticos, religiosos, económicos etc. Las
sociedades patrilineales atribuyen mucha más importancia
al matrimonio y a los derechos del marido sobre su
mujer y sus hijos.
El lugar de las mujeres no es igual al de los hombres en
un sistema matrilienal, que, ya lo hemos visto, les atribuye el
rol preponderante no en tanto que maridos y padres, sino en tanto
que hermanos y tíos. Sobre estos modos de organización social, que en cierta forma no
son más que el armazón exterior de la sociedad se
injerta toda una gama de variaciones culturales, todo el proyecto global
de una sociedad que explica la variedad del universo de las
culturas.
Por ejemplo, las comunidades tácitas, estas
"grandes familias" de las que hemos hablado anteriormente,
presentan un variante de los modos posibles de
organización de una filiación patrilineal. Las
comunidades tácitas son patrilinajes, en la medida en que
hay una referencia a un antepasado común identificable,
pero no se trata de clanes, pues no se da un reagrupamiento de
varios de estos patrilinajes.
III.2.2 FILIACIÓN BILINEAL Y
COMPLEMENTARIA
Existen sociedades en las que funciona una
filiación bilineal, en la cual cada grupo de
filiación tiene asignada una función diferente, el
patrilinaje cumple unas funciones y el
matrilinaje otras. Un sistema bilineales frágil como
consecuencia de la competencia entre
los dos linajes.
III.2.3 FILIACIÓN INDIFERENCIADA O
COGNATICA
En la filiación indiferenciada o
cognática, la pertenencia a un grupo de parentesco ya no
está fundada sobre el sexo. Todos
los descendientes de un individuo forman parte de su grupo de
parentesco.
La sociedad francesa, con la excepción del
nombre, que es transmitido en filiación patrilineal,
está en un régimen de filiación
indiferenciada. Se puede recibir en herencia bienes
procedentes de los cuatro abuelos y, más generalmente, se
reconocen emparentados con todos los ancestros sea en la
línea que sea.
III.2.4 PARENTELA
Los grupos de parentesco que acabamos de analizar,
están constituidos por referencia a uno o más
antepasados comunes. A la inversa, la parentela toma como centro
al individuo que reconoce a sus parientes por la sangre y por la
alianza hasta el agotamiento de los lazos genealógicos.
Estos grupos no constituyen personas morales como los grupos de
filiación; no poseen derechos en común ni
bienes indivisos.
La parentela no es sólo característica de las sociedades
contemporáneas, como ocurre con el grupo doméstico
restringido a los padres y a los hijos. Sistemas que
considerábamos fácilmente como necesariamente
ligados a la evolución industrial de la sociedad los
encontramos también en sociedades primitivas.
III.3 LA ALIANZA
Exogamia. Se trata de un tipo de matrimonio fuera del
grupo social de origen y que permite entrar en relaciones con
otros grupos de filiación. Por esta regla de la exogamia
reencontramos la prohibición del incesto.
III.3.1 SISTEMAS
ELEMENTALES
Las sociedades conocen diferentes sistemas de
matrimonio que pueden clasificarse en dos tipos principales:
sistemas elementales y sistemas complejos.
Los sistemas elementales se caracterizan por la
existencia de reglas de alianza que prescriben al individuo la
categoría de mujeres que debe desposar y aquellas que le
están prohibidas.
La forma más simple de matrimonio fuera del grupo
es el intercambio de hermanas. En el sistema más simple,
el que se designa con el término de "intercambio
restringido", un hombre debe
casase con su prima cruzada bilateral, es decir, tomará
esposa allí donde su padre tomó la suya, el sistema
puede complicarse, el sistema denominado aranda: un hombre busca
esposa allá donde la buscó su abuelo. Una variante
más elaborada. La regla quiere que una hija tome esposo en
el grupo de donde salió su madre.
El segundo gran tipo de sistema elemental de alianza es
llamado "asimétrico" o de "intercambio generalizado", pues
pone en relación todas las secciones de la
tribu.
Los sistemas elementales de parentesco comportan todos
una doble especificidad, la categoría de individuos que no
su pueden desposar, y aquella en la que debe encontrarse al
cónyuge.
III.3.2 SISTEMAS COMPLEJOS
Los sistemas complejos, sólo comportan reglas
negativas de matrimonio; no se definen por la categoría de
parientes con los que se debe contraer matrimonio, sino por la
que está prohibida. Las sociedades contemporáneas
funcionan según el modelo
complejo, pero también numerosas sociedades
exóticas. Los sistemas complejos distribuyen a los
individuos a través de todo el espacio social, nuestro
sistema de matrimonio participa de la regla universal de la
prohibición del incesto, el sistema de alianza de las
sociedades contemporáneas. Es una de las variantes, una de
las concreciones posibles del sistema de matrimonio sobre un
continuum que va del intercambio restringido a la -supuesta-
libre elección del cónyuge.
Existe una relación entre el vocabulario del
parentesco y los tipos de matrimonio.
III.4 SEGMENTOS DE LINAJE Y PARENTELAS
CAMPESINAS.
Como en las sociedades exóticas, pero de otra
manera, el lugar del parentesco en la sociedad campesina se
articula con los modos de apropiación del suelo. En las
primeras, sabemos que los derechos sobre un espacio son
apropiados colectivamente por un linaje que le da valor. en las
segundas, la propiedad es
individual y el territorio generalmente limitado. La doble
característica de las sociedades campesinas que conocen
una apropiación familiar del suelo y una
identidad
entre familia y explotación agrícola.
III.4.1 SEGMENTOS DE LINAJE
CAMPESINOS
Contrariamente al linaje que distingue a los individuos
según el sexo, el
segmento de linaje sigue un camino que pasa por los hombre y por
las mujeres según los meandros de la memoria,
las circunstancias económicas y sociales, las migraciones
o los accidentes
personales. El grupo doméstico se encuentra insertado en
el o los segmentos del linaje de los que ha recibido un patrimonio.
El segmento de linaje se impone a la vez al grupo
doméstico y al grupo aldeano en su totalidad. La
articulación entre segmento de linaje y patrimonio se
pone bien de manifiesto por el estudio del poder
político local.
Alrededor de los segmentos de linaje de campesinos
reagrupadores de tierras o de notables locales se constituye una
ideología de la aldea que se identifica con el segmento de
linaje que la representa en el plan
político local.
En alguna ocasión, el segmento de linaje no se
constituye alrededor de la propiedad,
sino del derecho al arrendamiento, de la herencia de un
estatuto.
La presencia del segmento de linaje también puede
ser atestiguada entre los artesanos. Grupo doméstico y
propiedad del
instrumento de producción se confunden aquí.
Podemos observar segmentos de linaje de tejedores, herreros,
sastres zapateros.
Para que halla segmento de linaje es necesario, una
cierta profundidad genealógica, la existencia de bienes
para transmitir y una ideología familiar.
III.4.2 PARENTELAS CAMPESINAS
La parentela, esta constelación ambigua de
parientes con la cual podemos elegir tener o no tener relaciones,
determina redes que unen
entre ellos los diversos grupos domésticos emparentados.
Podemos representarlos como mallas corriendo de una casa a la
otra y a lo largo de las cuales circulan informaciones, ayudas
mutuas, bienes y servicios.
Segmentos de linaje y parentelas funcionan de manera
complementaria, el principio vertical y horizontal, latente en
todo grupo humano, predominante aquí o allí, por
razones económicas de herencia etc.
Esta parentela asegura un determinado número de
funciones, y sobre todo ofrece en su seno una opción de
cónyuges posibles. Numerosos matrimonios se conciertan
dentro de esta clase de "extraños y poco
parientes".
En estas parentelas, lejanas a la vez en el espacio
genealógico y en el espacio geográfico, se crean
clientelas en las que se forjan el honor y el poder
reciproco de los grupos familiares. Las parentelas articuladas a
los segmentos de linaje tienen funciones políticas:
en determinadas familias se reclutan los alcaldes de
generación en generación.
III.5 MODOS DE EVOLUCIÓN DE LOS BIENES
Sociedades africanas y sociedades eurasiáticas se
distinguen por su modo de devolución de los bienes. en las
primeras, unilineales, el proceso de
transformación está asociado al sexo: los
hombres heredan de las mujeres , las mujeres heredan de las
mujeres. en Europa y en
Asia, las
mujeres heredan de los hombres y viceversa, lo que tiene como
consecuencia diseminar la propiedad fuera del grupo de
filiación unilineal. Nombre de "devolución
divergentes".
Las especificidades europeas.
III.5.1 HEREDEROS Y SUCESORES
Georges Augustins investiga la lógica
de la "perpetuación de los grupos domésticos"
construyendo un modelo comparativo clasificatorio que integra la
herencia, la sucesión y la residencia y sobre el cual se
injertará el modelo matrimonial. En el caso de la familia
troncal, heredero y sucesor se confunden: en el caso del sistema
igualitario, todos los hijos acceden a la herencia, y varios de
ellos pueden ser sucesores, o uno solo. Hay posibilidad, pues,
para manipulaciones familiares en la elección del elegido
llamado a sustituir a la generación mayor.
La distinción entre heredero y sucesor, Georges
Augustins distingue tres tipos principales de sistemas, el
sistema de casa (o familia troncal), el sistema de parentela y el
sistema de linaje. El primer caso pone por delante la residencia
alrededor de la cual se organiza todo el sistema social, y los
otros dos casos
ponen por delante el parentesco, en su
organización sea horizontal, sea vertical. Todo individuo
está, en efecto, inscrito a la vez en un grupo
doméstico y en una constelación de parientes, dos
entidades portadoras de tensiones y de contradicciones; en el
sistema de casa es la residencia la que dominará, en el
sistema de parentela o de linaje era el principio parenteral.
Esta tipología fija, elimina los casos
intermedios.
La diversidad de los sistema de devolución de
bienes en la Europa campesina
se inscribe en un continuum que va desde un podo estrictamente
indiviso a un polo igualitario, con tipos intermedios.
III.5.2 CAMPESINADOS DE LA MEJORA, CAMPESINADOS
IGUALITARIOS
El sistema indiviso que establece un heredero es el
más coherente a primera vista, puesto que concilia
armoniosamente la necesidad de transmitir un bien entre las
generaciones y el de mantener el patrimonio
familiar intacto con el fin de asegurar la viabilidad de las
explotaciones. Unos solo de los hijos es designado como heredero;
él verá cómo recibe la totalidad del
patrimonio
familiar.
En este sistema "de casta", los hijos no herederos
están dotados y excluidos de la herencia. Reciben una
pequeña cantidad de dinero que les
aparta de todo derecho sobre el patrimonio colectivo. diferentes
alternativas se les ofrecen: permanecer solteros en el seno de la
casa, exiliarse, convertirse en sacerdotes, casarse según
el dicho y construir una reserva de mano de obra para el
artesanado local, o emigrar definitivamente.
El heredero es siempre el primer nacido y,
preferentemente, un varón en la Francia
meridional, el sistema se flexibiliza y autoriza a las hijas a
heredar. en algunas sociedades, el heredero es elegido desde el
nacimiento. La familia bretona, encarna el polo igualitario. Los
campesinos bretones, generalmente, no son propietarios de sus
explotaciones, y por esta razón conocen numerosos
desplazamientos.
Los grupos de residencia apenas tienen, pues, apego
simbólico a un lugar. La regla de devolución de los
bienes coincide. Se trata de una regla igualitaria que se pone en
práctica con todos los hijos, tanto los varones como las
hembras. En una región dominada por el arriendo, la regla
igualitaria sólo afecta a los bienes muebles.
Entre el modelo de la familia pirenaica, profundamente
indiviso, y el modelo de la familia bretona, especialmente
igualitario, existe espacio para toda una gama de situaciones
intermedias.
IV LAS RELACIONES DE PARENTESCO EN LA SOCIEDAD
URBANA
Si el parentesco esta institución parece
secundaria en las sociedades urbanas e industrializadas.
Dominadas por el modo de producción industrial,
estructuradas en clases
sociales, en asociaciones de todo tipo.
IV.1.1 LA TESIS DE
TALCOTT PARSONS
Según Talcott Parsons, los procesos de
industrialización segmentan la familia, primero en el
aislante de su red de parentesco, luego
reduciendo en tamaño del grupo doméstico a una
familia conyugal, con un reducido número de hijos. Este
grupo ya sólo es una unidad de residencia y de consumo; ha
perdido sus funciones de producción, sus funciones
políticas y religiosas: comparte sus
responsabilidades financieras y educativas con otras instituciones;
la función principal que le resta es la de socializar al
niño, y sobre todo asegurar el equilibrio
psicológico de los adultos. Este grupo doméstico
aislado de su parentesco está fundado sobre el matrimonio
que asocia compañeros que se han elegido libremente;
está orientado hacia valores de
racionalidad y de eficacia; los
toles masculinos y femeninos especializados contribuyen al
mantenimiento
del subsistema familiar en el seno del sistema social. El padre
tiene un rol "instrumental", asegurando la relación con la
sociedad y como proveedor de los bienes materiales;
la mujer tiene el
rol "expresivo" en el interior de la familia.
Esta tesis era
funcionalista en la medida en que afirmaba la adecuación
de este modelo familiar con las características de la
sociedad contemporánea. Como señala Jonh Mogey, la
mayor parte de las proposiciones de Parsons han sido
invalidadas.
El aislamiento social de la familia nuclear de su
parentesco, no se han producido. Por el contrario, la
interacción entre los miembros del grupo de parientes se
mantiene en todas las sociedades.
IV.1.2 INDUSTRIALIZACIÓN Y
PARENTESCO
Abundantes estudios subrayan el papel activo
de la familia en los procesos
migratorios, como facto de continuidad y de estabilidad frente a
las presiones del nuevo entorno. La familia amortigua los choques
con la sociedad industrial proporcionando un marco de
adaptación. El parentesco en la sociedad industrial no
aparece, como una transferencia arcaica de la sociedad rural,
señala Tamara Hareven, sino como el desarrollo de
las nuevas respuestas a necesidades dictadas por las nuevas
condiciones. Sus redes, en el contexto de la
industrialización, están engarzadas en un doble
espacio, el del origen y el de la llegada.
El rol del nepotismo familiar todavía está
por dilucidar. Tenemos la tendencia a asociarlo a las clases
dominantes, pero ha jugado también en la clase obrera,
sobre todo en la época en que las condiciones de trabajo
eran particularmente penosas.
DESARROLLO INDUSTRIAL
En el otro extremo de la escala social,
parentescos y parentelas también han conservado su
poder.
IV.1.3 PODERES Y PARENTESCO
Otro test de la
capacidad de los parentesco y de las parentelas a adaptarse a los
cambios inducidos por la industrialización es el mantenimiento
de su poder, ya sea
político, profesional o social.
La dominación tradicional de las familias de
notables ha sido puesta en entredicho por la evolución social y económica, sin
embargo, las redes de parentesco oponen a
los cambios políticos una triple forma de resistencia.
Algunas parentelas saben adaptarse a las nuevas formas de poder
económico. De la tierra a la
industrial. En segundo lugar, el poder político basado en
una clientela tradicionalmente fiel se mantiene a menudo entre
las mismas manos. Finalmente, las redes antiguas se refuerzan
mediante la alianza que le aportan los advenedizos de la escena
política,
sobre todo por la vía de las alianzas
matrimoniales.
Las parentelas aristocráticas, también,
por un remarcable trabajo de renovación de sus estrategias de
alianza, han podido seguir asentando su poder.
IV.2 SEGMENTOS DE LINAJE Y PARENTELAS EN LA SOCIEDAD
CONTEMPORÁNEA
Los estudios recientes que constatan la predominancia
del grupo doméstico nuclear recuperan las proposiciones de
Parsons. Sin embargo, esta estructura familiar ya no se presenta
como perfectamente ajustada a la economía moderna sino
como refugio, lugar de repliegue contra las agresiones exteriores
de la sociedad, lugar que concentra sobre un reducido
número de cabezas toda la afectividad necesaria para
luchar contra una sociedad humana. Contrariamente a la tesis
americana, no habrá una complementariedad funcional entre
sociedad y familia, sino desarmonía e incluso antagonismo.
el grupo doméstico conyugal, se carga de afectividad y se
repliega sobre sí mismo para proteger a sus miembros
contra la deshumanización del modo de vida cotidiano. Esta
tesis pesimista es sostenida por Louis Roussel.
El autor, en la lógica
misma de su investigación, ha sido conducido a
contradecir parcialmente sus tesis reconociendo que el campo
afectivo no se limita a los padres y a sus hijos pequeños,
sino que se abre más allá del núcleo
conyugal hacia los grupos domésticos de los
ascendientes.
IV.2.1 LAS RELACIONES ENTRE PADRES E HIJOS
CASADOS.
Para ello se ha medido la proximidad de las residencias,
las frecuencias de las relaciones, la importancia de los servicios, las
modalidades de la transmisión de bienes.
La primera conclusión es la proximidad entre la
residencia de los padres y los hijos casados. Sobre una muestra nacional
más del 75 % de éstos habitan a menos de 20 Km. de
sus padres. Así, la sociedad industrial no induce
necesariamente a la movilidad que hace estallar
geográficamente la fa.
A través del estudio de la transmisión de
bienes, ocasiones de encuentro y de servicios
(ayuda financiera, cuidado de los hijos en caso de dificultad
temporal o de modo regular, etc.) se desprende un modelo
coherente: la proximidad residencial permite la frecuencia de la
interacción a condición de que sea preservada la
independencia
de la joven fa. De una y otra parte, se desea el mantenimiento
de la libertad.
Las relaciones entre hijos casados y sus padres se
intensifican cuando éstos alcanzan la edad de la
jubilación.
La encuesta de
Roussel intentaba también discernir la continuidad
cultural de una generación a otra. Se trataba de ver si
los mismos modelos
familiares eran trasmitidos de padres a hijos o si los padres
adoptaban los modelos de los
hijos. Se pudieron observan tres situaciones: a)
transmisión de un modelo familiar caracterizado por una
cierta jerarquía de los cónyuges, por una
distinción acusada de roles, por una reserva en
relación a la sexualidad. b)
Convergencia de opiniones relativa, por una parte, a la
transmisión de ciertas ideas, y por otra, a la
adhesión más o menos activa de los padres a
posiciones de los hijos. c) Distancia, si no oposición
entre las ideas, pero sin enfrentamiento con elusión
sistemática de estos temas con el fin de evitar los
conflictos.
La fa aparece como un refugio, sobre todo para las
clases medias, que son las más sensibles al cambio.
Una ascensión social reciente, el acceso a un
bienestar que no conoció la generación precedente
parecen frágiles, y su protección parece asegurada
por el mantenimiento
de relaciones familiares densas entre las generaciones. Cuando el
matrimonio conoce un semifracaso se vuelven hacia sus
padres.
La investigación clínica confirma la
importancia de la afectividad, que es asimétrica los
padres son cada vez más dependientes del afecto de los
hijos. Sus múltiples regalos, préstamos, servicios
sería para ellos la manera de conseguir este afecto.
Aunque esta situación sea percibida así por ambas
partes, no debe ser manifestada.
Tomando en cuenta los bienes y servicios que
se intercambian dentro de las redes familiares, volvemos a
encontrar la articulación entre el grupo doméstico,
los ascendientes y otros miembros del parentesco.
Agnes Pitrou distingue dos tipos de ayuda entre estos
flujos que circulan dentro del parentesco urbano: la ayuda de
subsistencia, que sirve para hacer frente a las dificultades
imprevistas, y la ayuda de promoción que se oriente a la mejora del
status.
Estas conclusiones tienen un doble interés:
1) abordan el campo de las relaciones familiares no bajo el
ángulo de la afectividad sino de su funcionalidad en las
estrategias
sociales. 2) Las relaciones descritas ponen en evidencia el
papel de la
fratria en el campo familiar extenso y respaldado por la red de amistad.
IV.2.2 LA RELACIÓN MADRE E
HIJA
Se observa una preferencia por esta relación en
la sociedad contemporánea que, de hecho,
recuperaría una cierta matrilateralidad. La inestabilidad
contemporánea de las uniones debería, por otra
parte, contribuir a reforzarla.
Esta relación de afectividad entre madre e hija
casada mediante la cual se trasmiten técnicas y valores se
mantiene en la clase obrera del S. XX.
IV.2.3 GENEALOGIAS Y RED DE PARENTESCO EN MEDIO
URBANO
Como en el medio rural el concepto de
segmentos de linaje y parentelas es pertinente para analizar el
parentesco en la sociedad urbana.
Elizabeth Both distingue entre el parentesco efectivo
(parientes con los cuales se mantiene una relativa intimidad), el
parentesco no afectivo (parientes con los cuales no hay contacto
y de los cuales sólo se conocen un determinado
número de informaciones) y los parientes lejanos (de los
cuales no se sabe nada sino que existen).
Igualmente Firth distingue el parentesco reconocido del
parentesco nombrado; el segundo era más restringido que el
primero, pues comprendía exclusivamente los parientes que
podían designarse por el nombre.
El principio de selectiva parece ser
característico del sistema de parentesco en las sociedades
occidentales; juega a la vez en el establecimiento y para el
contenido de las relaciones sociales; funcionan como un sistema
de referencia social.
IV.2.4 FUNCIONES DEL PARENTESCO
Se tiene una tendencia excesiva a reducir la relaciones
con el parentesco a funciones afectivas, rituales o
simbólicas. Es con motivo de los grandes ritos del pasaje
de la vida (sobre todo el entierro) cuando se invita a la mayor
cantidad posible de parientes. Más allá de los
contactos, visitas, intercambios de servicios y de reuniones
familiares, el parentesco crea un conjunto de obligaciones
morales más o menos contingentes y proporciona un marco de
referencia que tiene su propia importancia en relación a
otros marcos de referencia tales como la profesión, el
barrio de residencia, o la región de origen. Esta
concurrencia con otros subsistemas sociales es
característica del sistema de parentesco en las sociedades
urbanas.
IDENTIFICACION
La existencia latente de las redes de parentesco reviste
gran importancia en una sociedad que aísla al individuo:
volvemos a encontrar la idea de la fa refugio. Ya no se trata
aquí de sumergirse en el grupo doméstico conyugal,
sino de situarse en la red familiar que permite
identificarse en el tiempo y en el espacio. El por esta historia familiar por lo que
se sabe quién se es y de donde se viene.
Las redes proporcionan un sentimiento de estabilidad, de
pertenencia, funcionan como un sistema de
identificación.
Las relaciones de parentesco constituyen un medio de
acceso a la comunidad. Es cierto que no es el único medio
que existen agrupamientos formales, y cada vez más en la
actualidad, que proporcionan a los extraños los medios de
integrarse. A pesar de todo, el parentesco sigue siendo un medio
privilegiado de acceso a los otros, a la creación de
relaciones sociales.
ACCESO AL MERCADO DE
TRABAJO
El parentesco sirve a menudo para penetrar en el
mercado de
trabajo, sobre todo para un primer empleo. En lo
alto de la escala social, la
referencia a tal miembro del parentesco sirve de identificador y
puede pesar tanto como el diploma en el momento de la
selección.
IV.2.5 PARENTESCO Y MEDIO URBANO
Cuanto más estable es el grupo más antigua
es la residencia; cuanto más débil es la movilidad
social y residencial tanto más se multiplican y se
superponen las relaciones de parentesco hasta el punto de
constituir una sociedad de interconocimiento, como en la aldea o
en los barrios antiguos de las ciudades. Debemos preguntarnos
acerca de los efectos de las renovaciones urbanas sobre la
extensión de las redes de parentesco. En este tipo de
comunidad urbana en la que nadie se conoce, el estatus sustituye
a la red de conocimientos mutuos. Puesto que uno ya no puede ser
identificado por un miembro de su parentesco. el individuo se
encuentra identificado por los otros con la ayuda de criterios
exteriores: el modo como van vestidos los hijos para ir a la
escuela, la
marca del
automóvil, los cuidados dispensados al huerto. Red de
parentesco y de sociabilidad funcional, pues, sobre criterios
diferentes y no son substituibles entre sí.
¿Puede sostenerse que cuanto menos propicio es el
medio urbano para las relaciones
humanas menos interacción tienen los individuos con
los otros en el marco de la vida cotidiana y el parentesco se
encoge alrededor del grupo doméstico? Este fenómeno
parece efectivamente constatado en la aglomeración
parisina.
Sin embargo, la importancia de una red de parentesco no
se mide solamente por las funciones tangibles que puede cumplir;
el parentesco remite a todo un imaginario en acción, y su
papel
quizá es más importante por esta función
latente.
El imaginario familiar también es el confortable
seguro que en
un mundo en el que la familia va mal la vuestra en particular va
bien.
IV.2.6 PARENTESCO Y CLASE SOCIAL
La hipótesis la movilidad social, que a menudo
es una movilidad geográfica, relajaría
considerablemente las relaciones de parentesco entre padre e
hijos casados, y más todavía las propias de la
parentela. En relación a la interacción constatada
dentro de la clase obrera, la clase media tiene relaciones de
parentesco menos densas. Un matrimonio que conoce un ascenso
social está dispuesto a sacrificar las ventajas de la
proximidad residencial por las que ofrecen un mejor empleo en una
ciudad o una región alejadas. Este matrimonio
adquirirá nuevos comportamientos culturales, y la
sociabilidad de la amistad
reemplazará a la sociabilidad familiar.
La clase media en ascenso social, en efecto, adquiere
toda una cultura de
ocio desconocida por la clase obrera. Esta sustituye quizá
a todas las formas de sociabilidad familiar por las que se
desarrollan con la civilización del ocio. Con el trabajo, la
familia deja de ser el único polo de atracción de
la vida social.
Resulta difícil, sin embargo, mantener un
discurso único sobre las redes de parentesco y de
sociabilidad de esta categoría social. La clase media
inglesa sus límites son imprecisos. Hemos señalado
la fuerte interacción en el seno del parentesco dentro de
las clases medias inglesas.
Para las clases superiores, las opiniones parecen
más coincidentes. Pueden dispensarse las relaciones de
parentesco en la medida en que los medios
financiaron permiten comprar los servicios proporcionados por el
parentesco en otras clases
sociales. Al igual que en las clases medias, existe
también una interacción social importante fuera del
parentesco. Por el contrario, en estas categorías es donde
observamos la ayuda financiera más importante es bienes y
servicios, sobre todo en el momento de instalación de los
hijos casados. en las clases superiores, el parentesco
proporciona apoyo material y moral para
mantenerlo.
Numerosos estudios coinciden en considerar la clase
social como una de las variables
principales de la existencia de las relaciones con el parentesco;
sin embargo, ya no se puede sostener que la
industrialización ha cortado el grupo doméstico de
su grupo de parentesco.
IV.3 RED DE PARENTESCO CONTRA FAMILIA NUCLEAR: UNA
POSICIÓN IDEOLÓGICA.
El paso ideológico de la familia nuclear. La
ideología de la familia nuclear proclama el derecho del
individuo a elegir su cónyuge, al igual que el lugar donde
quiere vivir y los parientes que quiere tener. La familia
nuclear, es portadora de un ideal de democracia y
de libertad.
Así pues, no nos sorprenderemos de que una
imagen y una
ideología de la familia nuclear sean vehiculados por la
prensa y
la
televisión.
LA FORMACIÓN DEL GRUPO
DOMESTICO
V SOCIOLOGÍA HISTÓRICA DEL
MATRIMONIO
De entrada, podemos considerar como falsa esta idea
recibida: hoy día uno se casa por amor,
antaño de casaban por interés,
hoy día se elige libremente, antaño uno era casado
por sus padres.
V.1 DE LA ALIANZA AL MATRIMONIO
En una sociedad de religión y de
moral
cristiana, el matrimonio está fundado por un derecho que
reglamenta la sexualidad.
Dentro de un cuadro jurídico-eclesiástico, la
institución se inscribe en contexto sociales,
económicos y culturales muy variados.
V.1.1 EL MARCO RELIGIOSO
el derecho canónico elaborado en el siglo XII
define el matrimonio como un sacramento indisoluble cuya materia
está constituida por el consentimiento mutuo de los
esposos.
Estos matrimonios que prescindían del
consentimiento de los padres siempre eran portadores de desorden
social.
Un cierto número de fenómenos
económicos y sociales ha conducido a los padres a
reafirmar su autoridad sobre los hijos, para la elección
de su cónyuge, con el fin de que el orden social no se
apuesto en peligro. Las clases aristocráticas, las
más influyentes sobre el poder eclesiástico y
laico, presionaron para obtener nuevas reglamentaciones que
afirman la autoridad paterna, e hicieron del matrimonio no tanto
la unión de dos individuos, sino la alianza de dos
parentelas y de dos patrimonios.
Los textos del concilio de Trento y las ordenanzas
reales de finales del S XVI y principios del XVII van a
establecer la doctrina oficial del matrimonio que permanece en
vigor hasta el S.XIX, teniendo en cuenta los arreglos que
aportaron la Revolución
y el Código civil.
La mayoría de edad requerida para el matrimonio
entonces era de treinta años para los hombres y de
veinticinco para las mujeres. Hasta esta edad, los hijos
debían solicitar el consentimiento de sus padres;
más allá, sólo tenían que pedir su
opinión.
Hasta el concilio de Trento, el sacerdote sólo
era un testimonio del compromiso de los esposos; luego se le dio
una parte activa en el acto sacramental; debe unir los esposos en
matrimonio.
En los siglo XVII y XVIII, la naturaleza del
matrimonio evoluciona del sacramento al contrato, en
parte bajo la influencia de la Reforma que rechazaba el
carácter sacramental del matrimonio, y en el S XVIII bajo
la influencia de los juristas de la escuela llamada
"de derecho
natural".
Pero el sacramento y el contrato son
cosas bien diferentes: a uno están vinculados los efectos
civiles, al otro las gracias de la iglesia: Los
dos aspectos se disociarán totalmente con la Revolución
que marca el
desenlace final de las dos tendencias, exigiendo una ceremonia
civil para dar validez a la ceremonia religiosa.
DEMOGRAFÍA DEL
MATRIMONIO
A pesar de estas restricciones, se descubren algunas
evoluciones. En primer lugar, la nupcialidad reacciona a los
mismos factores demográficos. Bajo el Antiguo
Régimen, en los períodos de grandes mortalidades
debidas a las epidemias, la curva de los matrimonios tiende hacia
cero. Esta curva es igualmente sensible a las crisis
económicas que constituyen otro freno.
Los acontecimientos políticos (guerra,
revolución,) tampoco son favorables a la
nupcialidad. Algunas medidas legislativas, por el contrario, han
contribuido a favorecer la nupcialidad, y sobre todo la
disminución de la edad de matrimonio, que ha sudo
restablecida, bajo la Constituyente, a los veintiún
años, edad a partir de la cual el consentimiento de los
padres ya no es necesario. Se observa entonces un avance
importante de la nupcialidad, pero es pasajero.
Desde 1740 hasta nuestro días, el número
absoluto de matrimonios, con excepción de épocas
conflictivas a causa de las guerras, no
deja de crecer lentamente, mientras que la tasa bruta de
nupcialidad se mantiene más o menos
estacionario.
En revancha, el período del año en el que
tienen lugar los matrimonio ha cambiado mucho. Los movimientos
estacionales antiguos están caracterizados por
alternancias de intensa actividad y momentos vacíos. En
los siglos XVII y XVII. En estas épocas, los matrimonios
se celebran sobre todo en febrero y en noviembre, julio y agosto
son meses huecos porque los grandes trabajos agrícolas de
los campos.
También son preferidos algunos días de la
semana: no se casan los viernes. Tampoco se casan en jueves. El
domingo también estaba prohibido.
Hoy día, los matrimonios se celebran a lo largo
de todo el año, con una preferencia por los meses de
verano; cerca del 80 por 100 tienen lugar el
sábado.
CELIBATO
En el siglo XVIII, la proporción de solteros
definitivos está comprendida entre el 10 y el 15 por 100
entre las mujeres; entre los hombres todavía es más
débil, puesto que los hombres eran menos numerosos en
razón de una mortalidad y de una emigración
más fuertes.
En el siglo XX, el celibato es más frecuente
entre los hombres como consecuencia de la emigración
masculina, el descenso continuo de los nacimientos ha puesto en
presencia efectivos femeninos constantemente inferiores a los
efectivos masculinos.
En los períodos antiguos, la escasez relativa de
celibato se explica por la necesidad del matrimonio para acceder
al estatus social adulto. En un tiempo en el que el grupo
doméstico y explotación agrícola o artesanal
se confunden. El soltero es un marginal. No hay "elección"
de una vida de soltero, sino el celibato religioso o militar,
estado abrazado a menudo como un mal menor. Para las ciudades,
parece que la proporción de solteros sea más
elevada que en el campo.
EDAD DE MATRIMONIO
Numerosos comportamientos familiares dependen de la edad
a la cual los jóvenes tienen costumbre de casarse, la
cual, a su vez, está en función de condiciones
sociales, económicas, culturales.
Contrariamente a una idea comúnmente aceptada en
nuestros días, antaño la gente no se casaba joven.
La Europa de los
siglos XVII y XVIII ofrece incluso un modelo que parece
único dentro del abanico de culturas, caracterizado por
una elevada edad del matrimonio, ligado a la necesidad de un
establecerse independientemente. La conjugación de
numerosos factores conduce a una edad tardía de
matrimonio, con la excepción de las familiar
aristocráticas, cuyos hijos se casaban en promedio a los
veintiún años y las hijas a los dieciocho, la
edad media en
las clases populares de las ciudades y medios rurales
es de veintisiete-veintiocho años para los hombres y
veincinco-veintisesis para las mujeres.
La consecuencia importante de este retraso en el
matrimonio es el acortamiento del período de fecundidad de
la
mujer.
La edad tardía en el matrimonio constituye,
según los términos célebres de Pierre Chunu,
"la verdadera arma contraceptiva de la Europa
clásica". Respuesta consciente o inconsciente a un mundo
en crecimiento demográfico, en el cual los recursos se
mantenían estables.
La evolución de la edad del matrimonio,
bajó considerablemente a lo largo del siglo
XIX.
La reducción de la edad de matrimonio revela un
cierto número de cambios dentro de la concepción
del matrimonio y de la elección de
cónyuge.
LA REGLA HOMOGÉNICA
Hoy como ayer, se tiende a casarse entre iguales, en el
plano social o profesional. Una de las fuentes del
matrimonio concebido concebido como una alianza entre dos
líneas de descendencia es la de trasmitir patrimonios. El
mejor medio de protegerlo es asegurarse que el cónyuge
elegido es verdaderamente su igual socialmente. Esta regla de la
homogamia se encuentra en todas las categorías
sociales.
Para los campesinos, la homogamia tiene como corolario
la endogamia, es decir, el matrimonio dentro de la localidad o
con alguna persona de las
aldeas más próximas. Casarse en su tierra supone
conocer la familia con la cual está proyectada la
alianza.
Para cualificar estas poblaciones que se casan en el
seno de áreas geográficas circunscritas, los
demógrafos hablas
de isolats, es decir, zonas dentro de las cuales se elige al
cónyuge. Los matrimonios endógamos llevan a
matrimonios entre emparentados si la población es suficientemente
estable.
El nombre de la prohibición del incesto, la
Iglesia
prohibió el matrimonio entre parientes demasiado
cercanos.
Aplicar estas reglas, habría dificultado
fuertemente la nupcialidad de los municipios rurales en los que
la superposición de redes sociales y familiares creaba las
condiciones de matrimonios entre parientes. Así pues, la
Iglesia se
veía obligada a conceder dispensas para que se celebrara
este tipo de uniones.
V.1.2 ESTRATEGIAS DE
ALIANZA
Está prohibido casar con los parientes más
próximos, pero más allá, la elección
es teóricamente libre. A pesar de ello, los matrimonios
consanguíneos, matrimonios homógamos y
endógamos suponen reglas no expresadas en revelan políticas
familiares de alianza.
En la sociedad antigua, ya se de naturaleza
campesina, aristocrática o burguesa, los cónyuges
dependen del patrimonio de sus padres para instalarse
independientemente en la vida activa: la estrategia
patrimonial dirige los matrimonios.
Antes de 1914, el matrimonio estaba regido por reglas
muy estrictas. Que comprometía todo el futuro de la
explotación familiar, era la ocasión de una
transacción económica de la más alta
importancia, contribuía a reafirmar la jerarquía
social y la posición de la familia, era asunto de todo el
grupo más que del individuo. Era la familia la que se
casaba y uno se casaba con una familia..
La estrategia
matrimonial aparece como uno de los tipos de la más
general "estrategia de
reproducción biológica , cultural, social que todo
el grupo pone en acción para transmitir a la
generación siguiente, mantenido o aumentados, los poderes
y los privilegios que el mismo ha heredado"
Toda estrategia
campesina de matrimonio es endógama, pero algunas lo son
más que otras.
¿puede hablarse también de estrategias en
sociedades en las que la costumbre de herencia es igualitaria, y
en las que el patrimonio está compartido entre todos los
herederos; en sociedades en las que los campesinos son
arrendatarios o aparceros, es decir, que sólo tienen poco
patrimonio que transmitir.
Un determinado número de trabajos muestran que,
incluso sin capital
rústico, puede observarse una política familiar de
los matrimonios. El capital de
prestigio de la familia , su antigüedad, su
reputación cuentan tanto y quizá todavía
más en una sociedad pobre. En un sistema económico
en el que el enriquecimiento no es posible, el mantenimiento del
rango puede representar el objetivo
último de las estrategias
matrimoniales.
Otro medio para detectar la existencia de estrategias de
matrimonio es el de analizar los ritos como, por ejemplo, el uso
del casamentero en algunas sociedades. el rol del intermediario
es el de soportar el fracaso eventual de las negociaciones;
también es garante de la continuidad de las relaciones
sociales.
Estos rituales constituyen un discurso simbólico
cuyos gestos, palabras y manifestaciones diversas, como los
cortejos, traducen la importancia del matrimonio para la
comunidad.
Entonces podemos preguntarnos, en un contexto tal de
estrategias y de transacciones, ¿qué lugar
había para la elección personal de los
dos jóvenes, qué peso podía tener una
inclinación amorosa, una atracción
recíproca?.
V.1.3 LOS CAMPESINOS Y EL AMOR
en lo que se refiere al amor y a la
sexualidad de
los tiempos antiguos, sólo estamos en el terreno de las
hipótesis.
El hecho de que los nacimientos ilegítimos
-señal de una sexualidad
fuera del matrimonio- y concepciones prenupciales -señales
de su matrimonio- hayan sido muy débiles desde mediados
del siglo XVII a mediados del siglo XVIII, parece ser que en
descenso en relación a épocas precedentes,
indicarían el éxito de la Iglesia en su
lucha por la "moralización".
Dos tradiciones del amor campesino
han conocido un gran éxito cerca de los historiadores; la
frecuentación preconyugal y el kilgananb. El primer
ritual; es colectivo y permite a los jóvenes la
frecuentación preconyugal bajo un paraguas o en la
habitación de un albergue; mientras que el segundo tienen
lugar en la habitación de la joven, con el acuerdo de los
padres.
Que el amor existe
y que es reconocido en el medio rural lo prueban numerosos
signos: proverbios, ritos, regalos. El sentimiento amoroso,
reconocido en el medio rural, es diferente de lo que es hoy
día erotizado y exhibicionista.
El amor campesino
está muy codificado. Los regalos, los gestos, los
discursos relativos a los enamorados, están
frecuentemente, estereotipados. La hipótesis es la siguiente: la
elección sería tanto más "libre" cuanto
más igualitaria fuera la estructura social del
grupo.
Es necesario distinguir entre concepciones prenupciales
y nacimientos ilegítimos. De las primeras puede pensarse
que son un medio de forzar la mano a las familias y arrancar su
consentimiento. Se puede suponer también, y es más
verosímil, que estando ya establecido el acuerdo entre las
familias y los jóvenes, y teniendo éstos relaciones
conjuntamente, se consideraban como casi casados.
en lo que concierne al aumento de los nacimientos
ilegítimos, las interpretaciones son todavía
más diversas.
V.2 HACIA EL MATRIMONIO
CONTEMPORÁNEO
V.2.1 ARTESANOS DE LA SOCIEDAD
PROTOINDUSTRIAL
Una distinción entre el mundo rural y el urbano
se impone desde el momento en que abordamos el final del siglo
XVIII y el principio del siglo XIX. Hasta ese memento, en
Francia, las
ciudades funcionaban más o menos como los
pueblos.
En el siglo XIX, la composición social de los
pueblos se vuelve más homogénea desde que la
despoblación se lleva con ella a los individuos más
marginales, jornaleros agrícolas y artesanos. Para los
campesinos que permanecen en el pueblo, el matrimonio, más
que nunca, es el objetivo
patrimonial. El matrimonio queda controlado por el parentesco, la
endogamia de clase es la regla. La evolución moderna de la
agricultura no
hace caducos estos modelos.
Para los artesanos de los pueblos. La
organización doméstica artesanal en el medio
rural está fundada en la asociación de fuerzas de
trabajo: la complementariedad estrecha del marido y de la mujer. Una
fuerte endogamia también resultaba aquí
indispensable y condicionaba la formación del matrimonio.
Además, la fecundidad de estas familias "protoindutriales"
era elevada, pues esas familias tenían necesidad de un
máximo de fuerza de
trabajo, por su apega a la comunidad pueblerina, estas familias
pertenecían al viejo sistema, pero por un determinado
número de rasgos, anunciaban una nueva forma de pareja y
un nuevo modelo de matrimonio. Es el primer paso hacia una
unión del tipo "asociación de
individuos".
La familia protoindustrial anuncia así la familia
obrera; el salario permite a
los jóvenes constituirse rápidamente un peculio que
les permite casarse sin esperar a una dote dada por sus padres.
Se casan más jóvenes, y de manera más
independiente.
Las migraciones apenas afectan a esta endogamia, pues se
llevan a cabo a través de las solidaridades entre
oficios.
V.2.2 CONCUBINATO Y MATRIMONIO
OBRERO
La paradoja de las concepciones prenunpciales y de la
ilegitimidad. El aumento del número de concepciones
prenupciales regularizadas mediante el matrimonio reflejaba la
puesta en circulación de un nuevo orden sexual y de una
nueva concepción del matrimonio que descansa en la
capacidad de trabajo de los cónyuges, independientemente
del patrimonio de sus familias respectivas. Por el contrario, la
ilegitimidad no marca la
emergencia de una nueva moral sexual y no es el signo de la
inmoralidad de las clases populares, sino la del fracaso de una
política
tradicional del matrimonio. La ilegitimidad no es el matrimonio
rechazado, sino el matrimonio frustrado. Convertirse en concubina
no es más que un medio para salir del paso, en la
esperanza de un matrimonio..
Las condiciones económicas ofrecidas a la obrera
de las ciudades la empujan a buscar una asociación hecha
con un hombre. La muchachas, sin cualificación, se
emplean, en la industria
textil. Las condiciones de trabajo son horrorosas. Entonces, la
obrera, es conducida hacia el "amancebamiento". Mientras no llega
un hijo, los dos trabajan, la vida es soportable. Al primer hijo,
le pega; al segundo, la abandona. Y el trabajo de
zapa social la conduce a la prostitución. Las condiciones
económicas volvieron, pues, particularmente vulnerables a
las mujeres obreras que son las primeras víctimas del
concubinato.
Durante el segundo decenio del segundo imperio, el
proletariado inmigrado se integra. "El desequilibrio entre los
sexos retrocede, el modelo de la familia conyugal y el de la
intimidad burguesa son progresivamente asimilados por el
proletariado urbano". Matrimonio más libre, en el que el
sentimiento es lo que cuenta el primer lugar, y que asocia dos
capacidades de trabajo, dos salarios,
ésta es la modernidad de un
modelo que surge de la clase obrera y cuya norma no ha dejado de
ser dictada por la imagen de un
modelo burgués que todavía tardará varios
decenios en perder su asimilación a un establecimiento. La
clase obrera, instalándose y aburguesándose,
reproduce el modelo de la intimidad familiar burguesa con su
estrechamiento alrededor del hijo, diferencias sensibles, sobre
todo en los roles dentro de la familia.
V.2.3 MATRIMONIO BURGUÉS
El matrimonio burgués y pequeño
burgués todavía sigue siendo el objeto de
estrategias clásicas en el siglo XIX y principios del
siglo XX. Este fenómeno permite explicar la aparente
paradoja de un concubinato burgués más extendido de
lo habitualmente se piensa.
El modelo del matrimonio burgués continúa
siendo, en el más pleno sentido del término, una
alianza entre dos grupos familiares. "n el siglo XIX, en una
sociedad caracterizada por la movilidad social, el matrimonio
ocupaba un lugar estratégico en la carrera y, más
que en épocas anteriores, era temido el matrimonio
desigual. Los pequeño burgueses hacían del
matrimonio, un establecimiento, pues estas categorías
sociales eran las más frágiles y deseosas de
proteger un estatus social precario.
VI MATRIMONIO, DIVORCIO Y
UNIÓN LIBRE EN LA SOCIEDAD
CONTEMPORÁNEA
Hasta los años setenta se hablaba
fácilmente de un "nuevo matrimonio", matrimonio de
amor
romántico fundado en la libre elección del
cónyuge, en la búsqueda de una valoración
amorosa de la pareja, por oposición al matrimonio
"tradicional" impuesto por los
padres. Este matrimonio "moderno", a su vez, se ha convertido en
símbolo, a finales de la década de los ochenta, de
un modelo que, si no está en vías de
desaparición, sí tiene, al menos, la competencia de
otras formas de unión, a veces estables, a veces
precarias, que rechazan la institucionalización. Los
interrogantes relativos al matrimonio contemporáneo deben
tener en cuenta, como un dato integrante, el aumento del divorcio y de
la unión libre.
VI.1 LA NUEVA FISONOMÍA DE LA NUPCIALIDAD
(1930-1987)
VI.1.1 LA EDAD DE ORO DE LA NUPCIALIDAD
FRANCESA
Hasta 1972, la tasas brutas de la nupcialidad francesa
han aumentado, alcanzando el número de matrimonios. El
modelo matrimonio se caracteriza entonces: 1) por su intensidad;
2) por la joven edad de los cónyuges; 3) por el escaso
número de divorcios; 4) por un tasa de fecundidad elevada,
aunque en baja desde 1964.
Este matrimonio precoz, constituye la edad de oro de la
nupcialidad francesa. Este tipo de matrimonio pertenece al
pasado.
Teóricamente, cualquiera puede casarse con
cualquiera. Sin embargo, la elección del cónyuge no
es libre. Los medios
sociales continúan reproduciéndose en el interior
de ellos mismos. Los matrimonios unes a cónyuges del mismo
origen geográficos para la mayoría de
ellos.
Esta homogamia geográfica se ha atenuado un poco
en la década de los setenta. Esta homogamia
geográfica decrece a medida que se asciende en la escala
social.
La homogamia social que caracterizaba la uniones
antiguas continúa marcando las uniones
contemporáneas.
Más marcada todavía resulta la homogamia
religiosa: en un 92 por 100 de las familias, los cónyuges
pertenecen a la misma religión. La
frecuencia de la homogamia socioprofesional después de
1960 no ha disminuido lo más mínimo..
En cada medio social existen lugares, instituciones,
prácticas que permiten a los jóvenes encontrarse,
conocerse, elegir.
Alain Girard veía en la homogamia el resultado de
condicionamiento espaciales y sociales, el peso de una norma que
desaconsejaba la heterogamia; en resumen, formulaba una hipótesis de naturaleza psicocultural. Sin
negarle valor, otras
investigaciones tienden a superponerle una
causalidad de naturaleza seudoeconómica, tomando al pie de
la letra la expresión "mercado
matrimonial". Desde esta óptica,
los "agentes" presentes en este mercado, en lugar
de limitarse a ser los peones pasivos de las reglas sociales
sobre las que no tienen influencia alguna, ponen en acción
una estrategia para "maximizar" su "dote escolar".
La influencia del nivel escolar sobre la movilidad
matrimonial es muy clara. La homogamia social es ensalzada sobre
todo en las clases dominantes y en las clases populares, mientras
que en las clases medias lo es menos. Para las primeras, la
homogamia es el resultado de mecanismo de selección y de
aptitudes para dominar el futuro, mientras que para las segundas,
refleja mecanismos de exclusión, dos lógicas
diferentes de elección de cónyuge que conducen a
los mismos comportamientos.
VI.1.2 LA RUPTURA DE LOS AÑOS
SETENTA.
Este modelo matrimonial ha sido doblemente puesto en
cuestión desde los años setenta por el aumento del
número de uniones no legitimadas por la ley el por el
aumento de los divorcios. La caída de las tasas de
fecundidad se inscribe igualmente dentro de esta
redefinición de los lazos matrimoniales.
La desafección en relación al matrimonio
que pone de manifiesto el desarrollo de
la unión libre se inscribe igualmente en la cifra
creciente de divorcios. 1972 es también el año a
partir del cual los divorcios aumentan fuertemente. El matrimonio
de los años 1950-1970 reivindicaban como complementarios
el amor y la
unión legal. La gente se casaba por amor, el amor
exigía el matrimonio, y dentro del matrimonio se
encontraba la mejor realización del amor.
Hay día, las exigencias del amor parecen
incompatibles con el matrimonio. Este nuevo amor tiene dos
características: es absoluto y parece abocado a la
efemeridad. el rechazo del matrimonio es el rechazo a someter la
relación de pareja a otras fuerzas que no sean los
sentimientos. Las esperas que pesan sobre esta pareja son
múltiples: afectivas, sexuales, materiales, y
no dejan lugar a la transacción. Ello explica tanto el
número de divorcios como la ruptura de uniones
libres.
A la noción de pareja fusionada de los
años sesenta, cuyo proyecto
está inscrito en la duración, le sustituye la
elección de lo efímero.
Morfológicamente, el final de los años
ochenta está marcado por la desaparición del
matrimonio precoz, que, con el retroceso, aparece como un modelo
transitorio de los años 1950-1970.
VI.2 EL DIVORCIO
Al igual que el matrimonio, el divorcio ha
cambiado. Hasta hace poco todavía un signo de
inestabilidad familiar, de una crisis del individuo y de la
sociedad, sanción de una falta contra el otro
compañero, el matrimonio, los hijos, la familia y la
sociedad, se ha convertido en algo corriente y banal.
El divorcio no
crea verdaderamente una situación nueva. Ya hemos hablado
de la m arcada inestabilidad de los grupos domésticos
antiguos como consecuencia de una fuerte moralidad. La
situación de antaño y la de hoy difieren en que la
primera era provocada y la segunda es voluntaria. Las
consecuencias son relativamente idénticas.
VI.2.1 POR UNA HISTORIA DEL
DIVORCIO
Cuando los hombres de la Revolución
transformaron el sacramente eclesiástico indisoluble en un
contrato
acordado delante la sociedad civil,
abrían la puerta al divorcio. La
ley votada en
1972 instituye un divorcio muy liberal, pues prevé tres
modalidades de ruptura: 1) los esposos tienen libertad de
romper los lazos de matrimonio manifestando su mutuus dissensus.
2) cada esposo puede preservar su libertad contra el otro,
alegando una incompatibilidad de carácter con su
cónyuge. 3) la acción para el divorcio puede
basarse en una de las causas determinadas enumeradas por la
ley.
Esta ley
facilitó la ruptura de uniones hasta el punto de que
asistimos a una brusca llamarada de la divorcialidad en 1973. Con
la restauración del orden napoleónico, la ley se hizo
más estricta e instaura un divorcio-sanción de una
falta al orden familiar y social. Se abolió en 1816. La
ley Naquete de 1884 restablece el divorcio en el espíritu
de la de 1804. La ley del 11 de julio de 1975, autoriza bajo
determinadas condiciones la ruptura de la unión sin que
sea necesario constatar necesariamente una falta por parte del
otro. Esta ley prevé el divorcio por consentimiento
mutuo.
VI.2.2 EL "NUEVO" DIVORCIO
La sustitución de un divorcio-contrato por un
divorcio-sanción se inscribe en una revisión
general del sistema de valores. El
número de divorcios, en progresión lenta y regular
desde 1966, se aceleró después de la
aplicación de la ley de 1975, que permitió un
procedimiento
más rápido y fácil.
Si un matrimonio de cada veinte de las parejas formadas
en 1900 terminaba en divorcio, la proporción pasa a uno de
cada seis en 1975 y a uno de cada tres en 1980. En veinte
años, la frecuencia del divorcio se ha multiplicado por
tres. Otro cambio de
importancia concierne a su calendario: el divorcio se produce
cada vez más temprano después del matrimonio,
poniendo de manifiesto la fragilidad de las uniones en sus
inicios.
Las características que distingue a la población de los divorciados es de orden
socioprofesional, se constata que son los empleados y luego los
cuadros medios los que
más se divorcian.
En las clases populares, la gente se casa para ponerse
en regla, porque el concubinato tiene demasiados inconvenientes,
y se divorcia poco, debido al costo y a la
pesadez del procedimiento
jurídico. En las clases medias asalariadas, la gente se
casa porque tiene un pequeño capital que
transmitir, pero como éste es más bien cultural y
social, y no económico no se prohibe el divorcio,
más frecuente porque es más accesible financiera y
culturalmente. En las clases medias no asalariadas y entre los
agricultores, el divorcio es más raro porque es
difícilmente compatible con la gestión
y la transmisión del capital
económico. En las clases dominantes resulta igualmente
raro, pues constituye un obstáculo serio para la
reproducción de un capital social
o económico más elevado.
Hay una correlación muy clara entre las tasas de
divorcialidad y la actividad profesional de la mujer, la
proporción de mujeres divorciadas que ejercen una
actividad profesional es dos veces más importante que la
proporción correspondiente para el conjunto de las mujeres
casadas.
La mujer es mucho más frecuentemente demandante
cuando ejerce una actividad profesional que cuando está
inactiva y cuando más aumenta el estatus socioprofesional
de la mujer tanto más frecuentemente
demandante.
Frente a este nuevo divorcio no puede olvidarse el
divorcio más clásico, que continúa
caracterizándose por una larga duración matrimonial
y que acepta que un arreglo legal viene a consagrar una ruptura
de hecho.
Así pues, coexisten diversos modelos de divorcio
del mismo modo que existen diversos modelos de
matrimonio.
VI.2.3 PLURALIDAD DE LOS MODELOS DE
DIVORCIO
El divorcio ya no aparece como una desviación: se
inscribe como en la nueva lógica
del matrimonio. El lazo matrimonial ya no es constringente desde
el momento en que se ha asociado libremente. ¿Qué
es lo que lo puede romper? el hecho de que la pareja no
esté a la altura de sus promesas, y sobre todo de las
promesas que se hacia la mujer. Esta, activa en el terreno
profesional, busca un desarrollo
personal en otro trabajo diferente al doméstico. En
este caso por qué mantener la célula
conyugal si ya no favorece un desarrollo
personal, sino que constituye un obstáculo.
Esta es la primera explicación del aumento de
divorcios que corresponde a una teoría
psicoafectiva del matrimonio. Existe otras tipologías del
matrimonio que ven en el divorcio ya sea uno de los componentes
del modelo matrimonial, ya sea el producto de
sus contradicciones internas, o también el resultado de
las tensiones entre el modelo y las condiciones de su
aplicación.
Se ha podido decir del divorcio, hasta 1980, que se
trataba de una nueva etapa inscrita dentro de un ciclo de la vida
familiar que vería sucederse matrimonio, divorcio y nuevo
matrimonio. A finales de los 80 ya no se trata de lo mismo,
puesto que, mientras el número de divorcios
continúa aumentando, las segundas nupcias de los
divorciados disminuyen.
VI.3 CONCUBINATO, UNIÓN LIBRE Y
COHABITACIÓN
VI.3.1 PALABRAS PARA DENOMINAR
Según Louis Roussel, se distinguen las uniones de
hecho o cohabitaciones estables; la cohabitación juvenil
en que los dos miembros de la pareja están solteros y sin
que ningún niño esté presente; en los casos
restantes se hablará más bien de unión
libre.
VI.3.2 MATRIMONIO DE PRUEBA, MATRIMONIO
RECHAZADO
La unión sin lazo legal, está en
situación de normalización en la sociedad francesa, al
igual que en las sociedades europeas. La progresión de
esta práctica es significativa. Su número ha
crecido cerca de un 20 por 100 entre 1982 y 1985. El momento
clave se sitúa en los años 70, afectando en primer
lugar a las generaciones jóvenes, después la
práctica se fue extendiendo, y sobre todo , entre los
viejos divorciados.
Esta liberalización de las costumbres ha sido
mantenida por el perfecto dominio de la
contracepción. El primer período de
cohabitación juvenil se caracterizaba como estéril.
Los jóvenes cohabitantes se casaban cuando se anunciaba un
embarazo o la
intención de él. Ya no ocurre lo mismo diez
años después, puesto que se observa un aumento de
los nacimientos fuera de los matrimonios.
VI.3.3 CAUSAS COMPLEJAS
La extensión del período de estudios
superiores entre las mujeres y la extensión del salariado
femenino forman parte de la explicación de este
fenómeno. También se atribuye el desarrollo de
la unión libre a la situación económica
contemporánea, caracterizada por la dificultad de acceso
al mercado del
trabajo y el paro de los jóvenes, suponiendo que la
regularización matrimonial se efectuaría con la
estabilidad en el empleo. Esta
hipótesis no es válida universalmente, pues por un
aparte, la crisis económica mantiene a los jóvenes
durante más tiempo en el hogar de sus padres, y por otra
parte en categorías protegidas como los funcionarios se
observa igualmente un desarrollo de
esta práctica. De lo que se trata es de una verdadera
transformación cultural, una nueva definición de la
pareja.
Las personas que cohabitan, se casan y divorcian tienen
una doctrina amorosa diferente de las parejas que contemplan un
compromiso largo. La cohabitación da primacía a la
relación amorosa, pero reivindica también la
autonomía del individuo, para el cual la pareja no debe
ser un freno.
Considerando las relaciones entre matrimonio, nivel de
estudios y posición social, se ha puesto de manifiesto el
efecto negativo que ha tenido con relación al matrimonio
la dote escolar femenina: entre las mujeres que son cuadros se
encuentran las que viven solas o las que viven uniones informales
que escapan cualquier tipo de registro.
VI.3.4 LA PAREJA INFORMAL Y LA FAMILIA
MONOPARENTAL
Un número creciente de parejas sin casarse, se
instalan en la larga duración, lo que se pone de
manifiesto hoy por el fuerte aumento del número de
nacimientos fuera del matrimonio (7 % en 1977 y 20% en
1986).
Quince años de pareja informal ofrecen ya una
perspectiva para observar el desarrollo social
de las parejas desunidas libremente. Los hombres forman nuevas
parejas, las mujeres permanecen solas. Y cuando tienen uno o
varios hijos entran entonces en el grupo de las fa
monoparentales. En Francia se
contabilizaban en 1981, 928.000 familias monoparentales (6% del
total de las familias). Esta categoría engloba a las
mujeres de cabeza de familia ya sean viudas o
divorciadas.
Estas familias sufren una pérdida de ingresos a menudo
importante, hasta el punto de que los nuevos pobres de la
sociedad se reclutan con frecuencia entre estas familias
compuestas por madres y sus hijos.
VI.4 VARIACIONES SOCIOPROFESIONALES, UNIVERSALIDAD
DEL MODELO
El nuevo modelo matrimonial engloba, a la vez,
matrimonio, unión libre, divorcio y familia
monoparental.
VI.4.1 UNA PRACTICA DESIGUALMENTE
EXTENDIDA
Si la unión libre ha podido ser atribuida a las
clases obreras en el s. XIX, hoy día afecta a todas las
categorías de la población y principalmente a las personas
que tienen un nivel de estudios superiores, a los habitantes de
las grandes ciudades, etc.
VI.4.2 PARALELISMO ENTRE LOS COMPORTAMIENTOS
EUROPEOS Y NORTEAMERICANOS
A partir de 1965, la cifre de matrimonios baja y aumenta
la de los divorcios, sobre todo en la Europa del Norte. El
retroceso de la edad del matrimonio es igualmente sensible desde
los años 70, mientras que crece la proporción de
solteros, así como la fecundidad. Así mismo, la
proporción de hijos nacidos fuera del matrimonio
aumenta.
Se puede hablar de un modelo sueco. En Sueco la
explosión del divorcio y de la informalidad de los
matrimonios ha alcanzado una especie de punto máximo, hoy
día, el matrimonio casi ha desaparecido en Suecia como
primera forma de unión.
VI.5 HACIA UNA REDEFINICION DEL SISTEMA FAMILIAR DE
LOS PAÍSES EUROPEOS
Asistimos claramente al final de la norma única
en el matrimonio monógamo. Hay lugar para una pluralidad
de modelos. No se trata, por otra parte, del final de la familia.
Podemos preguntarnos si el reforzamiento de las redes de
parentesco cuya fuerza
habíamos destacado en los capítulos precedentes no
constituye un contrapeso a la fragilidad de la pareja.
Cuando el lazo matrimonial es fuerte el lazo de
filiación se debilita, a la inversa, los lazos verticales
se refuerzan cuando la relación conyugal aparece
frágil.
La comparación con otros sistemas de parentesco
muestra que un
sistema así es viable. La instalación de un lazo
conyugal fuerte en detrimento de las más bastas
solidaridades del linaje se debe a la iglesia
cristiana, así como la insistencia sobre la pareja
monógama y la desconfianza en relación a las
segundas nupcias.
El nuevo estatus femenino y los valores de
la sociedad postindustrial se acomodan mal. La informalidad
general de la vida social se extiende las relaciones
matrimoniales.
VII EL HIJO Y LA FAMILIA
El término familia se emplea aquí, en el
sentido más restringido, designando la célula
conyugal que ha constituido el matrimonio y su
prolongación, el o los hijos habidos.
VII.1 HACIA LOS DOS HIJOS
VII.1.1 EL MARCO DEMOGRÁFICO
La evolución demográfica de Francia,
está caracterizada por una baja precoz de la natalidad,
apareció antes de la Revolución, precediendo en poco el cambio
demográfico a la gran sacudida política y
social.
Las tasas de natalidad, no han dejado de caer desde
1800, salvo para las generaciones nacidas hacia 1930.
La tasa de fecundidad, en que se expresa en el
número medio de nacimientos vivos por mujer. pasa de 3,4
nacimientos para las mujeres nacidas en 1852, en 1980, alrededor
de 1,80.
Se dice fácilmente que antes de la
introducción de la contracepción los matrimonios de
antaño tenían hasta veinte hijos. No hay nada de
ello, y por dos razones: un conjunto de factores limitaba el
número de nacimientos por una parte, y por otra, la
mortalidad reducía considerablemente el número de
hijos que sobrevivían a sus padres y procreaban ellos
mismo.
La edad de matrimonio, es un poderoso factor de
limitación de los nacimientos.
Para la generación de 1750, sólo se
contaba, en promedio, cinco o seis nacimientos por matrimonio,
como consecuencia del celibato femenino que se
añadía a las causas enumeradas con anterioridad; la
descendencia neta se cifraba en cuatro hijos, de los cuales, a su
vez, solamente dos alcanzaba la edad de procrear, como
consecuencia de la mortalidad.
El contexto demográfico de la familia de
antaño está, pues, claro: familia prolífica
que no busca controlar su fecundidad; nacimiento, muertes de
adultos y de niños, hijos socializados dentro del grupo
doméstico. Las normas como las
de la pareja con el parentesco, el grupo aldeano.
VII.1.2 LAS DOS REVOLUCIONES
CONTRACEPTIVAS
Es importante distinguir entre la puesta en
práctica de una contracepción natural y el
desarrollo reciente de la contracepción química.
LA CONTRACEPCIÓN NATURAL Y EL NUEVO LUGAR
DEL HIJO
Esta revolución que va más alla del acto
sexual y que constituye una conmoción en las actitudes de
las personas con relación a su cuerpo, a la vida, a
la
muerte.
La contracepción natural que se pone en
práctica en Francia a finales del siglo XVIII es una
contracepción masculina. El hombre
controla su pulsión sexual para retirarse en el momento
más fuerte del placer.
Con anterioridad, incluso, no se imaginaba que pudiera
intervenirse sobre el acto sexual, un acto de la naturaleza. La
actitud con
relación a la sexualidad,
por otra parte, estaba sostenido por la doctrina
eclesiástica. La sexualidad con intenciones
estériles estaba condenada.
Desde finales del siglo XVIII, la práctica del
coitus interruptus afecta a los estratos sociales más
diversos, burgueses, campesinos. Los efectos se notarán
inmediatamente en las curvas de fecundidad. La difusión de
la contracepción corresponde a un cambio de actitud frente
a la vida. Cambio afectivo que conduce a querer asegurar el
porvenir de los hijos por la educación.
LA SEGUNDA REVOLUCIÓN
CONTRACEPTIVA
Desde hace unos quince años las técnicas
modernas de contracepción, el rápido descenso de la
fecundidad es anterior a la adopción
masiva de las modernas técnicas de
contracepción.
A partir de 1964-65 es cuando se observa una baja
acentuada de la fecundidad, mientras que, el empleo masivo
de la píldora, sólo se expandió realmente a
partir de 1970.
Ya tengan una fecundidad tradicionalmente elevada, como
en los Países Bajos, o relativamente baja, como en Suecia,
todos los países registran la misma ruptura hacia 1964-65.
En los países del sur de Europa, la ruptura se observa
hacia 1975. El descenso de la fecundidad se inició sin
ellos pero se ha consolidado por ellos. La contracepción,
la diferencia esencial entre los dos modos descansa en el hecho
de la contracepción moderna es femenina. Entre los
métodos
contraceptivos, la píldora ocupa el primer
lugar.
La conclusión más chocante es la de un
relativo equilibrio
entre las diversas categorías determinadas por la encuesta, ya
se trate del lugar de residencia, del nivel de
instrucción, de la categoría socioprofesional o de
la importancia atribuida a la religión. Los
porcentajes de respuesta son sensiblemente equivalentes. Que las
mujeres desarrollen una actividad profesional o que no lo hagan
su comportamiento
es de igual forma relativamente idéntico.
El aborto provocado.
La cifra de éstos está estabilizada desde 1976, y
en una ligera baja desde 1984.
Para una pareja, el estado
normal es el de la no-concepción, y la concepción,
en lugar de ser sufrida y aceptada, debe ser decidida.
No obstante, estos métodos
contraceptivos modernos, si bien modifican las relaciones entre
los sexos, no significan, sin embargo, rechazo del hijo: los
demógrafos han
establecido que el descenso de la fecundidad no puede atribuirse
a un deseo egoísta de repliegue de la pareja, el descenso
se sitúa en el tercer hijo y más allá. El
cambio se registra en la desaparición de familias con
más de tres hijos.
Los análisis demográficos tienen el
mérito de invalidar el discurso ideológico de los
natalistas, adversarios del aborto. No
estamos asistiendo a la puesta en marcha de una sociedad
hedonista, de placer y egoísmo. El descenso de la
natalidad es el reflejo de fenómenos complejos en los que
se implican lo social, lo religioso y lo cultural. La religión tradicional
ha perdido una parte de sus fieles, el desarrollo de la actividad
profesional femenina.
El nuevo modelo matrimonial, las dificultades de acceso
al mercado del empleo sobre
todo para los jóvenes, explican los comportamientos de
fecundidad de finales de los años de 1980.
En definitiva, las revoluciones contraceptivas plantean
problemas
teóricos similares; se aparecen como fenómenos de
mentalidad particularmente complejos, reveladores y signos de
ruptura en lo social, en lo económico, lo religioso, lo
cultural, lo político. No existe ninguna relación
mecánica entre natalidad y comportamiento
económico.
VII.2 DIVERSIDAD Y EVOLUCIÓN DE LAS RELACIONES
PARENTALES
La sociedad occidental continúa estando marcada
por tabúes victorianos relativos a la menstruación
y a la pubertad. El período de ansiedad que
acompaña a la adolescencia
en nuestra cultura
está ligado , pues, a las prohibiciones relativas al
aprendizaje
del cuerpo y de la sexualidad, actitudes
culturales, y no está inscrita en una naturaleza humana
determinada.
La influencia diferente de los padres y de la clase de
edad en el proceso de
socialización. Margaret Mead distingue el tipo
"postfigurativo", en el cual los niños son instruidos,
sobre todo, por sus padres y para los cuales la autoridad se
apoya en las lecciones del pasado; el tipo "cofigurativo", en el
cual los niños, al igual que los adultos, aprenden de sus
iguales, tienen una cultura de
clase de edad; por último el "prefigurativo" en el cual
los adultos también sacan lecciones de sus hijos. En una
cultura postfigurativa, los mayores no pueden concebir el cambio
y transmiten a sus descendientes el sentido de una continuidad
inmutable. Las sociedades campesinas de muy lenta
evolución. En una cultura cofigurativa, los mayores
mantienen una situación dominante. Se trata de las
sociedades en las que la aceptación de los nuevos modelos
promovidos por los jóvenes necesita todavía de la
sanción de los mayores. Cuando hay cofiguración, la
experiencia de la generación joven es radicalmente
diferente a la de sus padres, el prefigurativo, sugiere que
será el hijo, el que representará el futuro e
instruirá a sus mayores.
VII.2.1 RELACIONES PADRES-HIJOS EN LA SOCIEDAD
PREINDUSTRIAL
Las técnicas de educación tradicional
respetan el ritmo del niño; se le alimenta, se le cambia,
se le coloca en la cuna cuando lo pide. Fueron el siglo XIX y sus
médicos quienes, con sus rígidos horarios,
impusieron un cambio.
Cuando tiene la suerte de sobrevivir, el niño es
educado, alimentado, socializado simultáneamente en el
grupo doméstico de sus padres y en el de sus abuelos. Las
relaciones con los padres, a menudo, están marcadas por el
rigor, mientras que, con los abuelos, el niño encuentra la
dulzura. La relación, a menudo privilegiada entre nietos y
abuelos, simboliza la transmisión de los valores.
La educación
corresponde también a los otros hermanos y hermanas
mayores, a los sirvientes y a los criados: la educación es una
responsabilidad colectiva y por esta vía se
efectúa también la reproducción
social.
Una de las tesis más señaladas de Philippe
Ariês, relativa al "descubrimiento del sentimiento de la
infancia" es
criticada hoy día. Philippe Ariès sugiere que las
relaciones afectivas no eran muy densas y que la
socialización del niño escapaba en gran medida a la
familia.
El niño experimenta, sobre todo, la influencia de
su clase de edad. Maurice Crubellier. Este modo de
socialización infantil ha persistido durante largo tiempo
en un amplio sector de la sociedad francesa. En la escuela la que ha
venido a morder, y cada vez más ampliamente, sobre el
territorio y el tiempo de la infancia.
La adolescencia
habría sido inventada por nuestra sociedad
contemporánea: muchos historiadores discuten esta
proposición de Philippe Ariès, estimando que
cualquier sociedad reconoce de una manera o de otra una edad que
va desde el inicio de la pubertad hasta el pleno ejercicio de los
roles adultos.
La sociedad tradicional conoce e institucionaliza una
"juventud",
edad a la cual se accede generalmente después de la
primera comunión.
En el seno del grupo familiar, la educación se
convierte cada vez más en aprendizaje
profesional. En las sociedades anglosajonas. La
socialización del adolescente se hace fuera de su grupo
familiar, quizá para curtirlo mejor.
Para el joven de la sociedad tradicional, ninguna
salvación fuera de la familia de la que todo procede: los
haberes, los saberes, el patrimonio. La duración de esa
edad varía, y se acaba con el matrimonio.
La juventud, sin
embargo, no es una adolescencia
en el sentido en que hoy lo entendemos.
VII.2.2 RELACIONES PADRES-HIJOS EN EL SIGLO
XIX
Al mismo tiempo que el matrimonio se retira de los
espacios públicos, se privatiza, los niños, menos
numerosos, se encuentras valorizados. El matrimonio, es un
establecimiento en el que prima el interés.
Su repercusión consiste en un número más
restringido de hijos, mejor cuidados y educados. Las estrategias
de reproducción biológica y las estrategias
educativas se articulan a las estrategias de reproducción
social.
¿Puede afirmarse que las instituciones sociales
privan a la familia de sus funciones tradicionales?. El nuevo
sistema educativo no va en detrimento del campo familiar, sino
que se desarrolla en detrimento de las libertades de la clase de
edad que socializaba a los niños en el contacto con los
otros niños.
Medicalizada, escolarizada, la infancia y la
adolescencia
burguesa se vuelven también "encerradas".
Valorizado en el seno de la familia, el niño es
educado con rigor, y está entre las manos de un preceptor
o de una gobernanta, sin ternura. Los principios de la
educación están fundados en la autoridad, el
control.
En adelante, el desarrollo de la escolarización,
que se prolonga sin cesar, conducen a la emergencia de una nueva
edad en la familia burguesa, la de la adolescencia.
De esta edad adolescente, creación de la sociedad
de educación, la familia burguesa desconfía. El
tipo de educación recibida no favorece apenas el
desarrollo de la
personalidad.
LA FAMILIA CAMPESINA
El sistema de educación descrito para la sociedad
tradicional de educación descrito para la sociedad
tradicional funciona de la misma manera, pero hay que contar
ahora con el desarrollo de la escuela. Esta
invade el campo familiar. La escuela sólo se convierte en
la aliada de las familias en la medida en que éstas buscan
para el niño un destino profesional fuera de la agricultura.
El niño campesino en el siglo XIX está en
la bisagra de dos culturas de las que él constituye la
apuesta.
LA FAMILIA OBRERA
En la Francia del siglo XIX, la familia obrera aparece,
por un período transitorio, bastante desculturalizada. al
contrario que la familia burguesa o campesina, se define por una
serie de rasgos negativos.
El signo del aburguesamiento de la familia obrera
será la aparición brutal del control de los
nacimientos. En lugar de plantearse la pregunta: "¿por
qué tener hijos?", el obrero dice: "¿por qué
no tenerlos?".
Los hijos numerosos representan una vez superados los
cuidados de la primera infancia, la
posibilidad de ingresos que
complementen el salario de padre
o de los padres, y en la ausencia de sistemas sociales, los hijos
constituyen la esperanza de un último recurso para los
días de la vejez.
El maltusianismo sólo interviene cuando subsiste
la esperanza de llevar a cabo una ascensión social. Se
imprime sobre la familia obrera un proyecto que no
le pertenece y que se inscribe más ampliamente en los
objetivos de
la burguesía dominante.
Con la estabilización de la clase obrera, sobre
todo después la Primera Guerra
Mundial, el rito que marca el paso de
la infancia a la
adolescencia es la entrada en un fábrica.
VII.3 EL CICLO DE LA VIDA FAMILIAR
El ciclo de la vida familiar está trazado a
partir de tres criterios: número de posiciones en el seno
del grupo doméstico (padre- madre-niño,
número de hijos, etc.); distribución de las edades respectivas;
modificaciones de los roles, y sobre todo, del rol de padre-jefe
del grupo doméstico. He aquí el cuadro del ciclo de
la vida familiar propuesto, caracterizado por sus diversos
roles:
1) Fundación de la pareja. 2) Padres
jóvenes. 3) Grupo doméstico con hijos en edad
preescolar. 4)
Grupo doméstico con hijos escolarizados. 5) Grupo
doméstico con adolescentes.
6) Grupo doméstico con joven adulto. 7) Grupo
doméstico que ayuda a sus hijos a establecerse hasta el
momento en que el último de ellos se ha instalado. 8)
Grupo doméstico "postparenteral", período que se
extiende desde la salida del último de los hijos hasta el
momento de la jubilación del padre. 9) Grupo
doméstico envejeciendo, después de la
jubilación del padre.
El esquema del ciclo de la vida familiar ha sido objeto
de numerosas críticas. Está muy marcado por su
tiempo y su ambiente, y se
refiere a la familia de clase media americana. Jean Cuisenier una
doble crítica. En primer lugar, éste elimina
totalmente los tipos de organización familiar no
sancionados por las formas legales. En segundo lugar, podemos
interrogarnos sobre el valor de un
esquema así si nos esforzamos en tener en cuenta la
transformación de los modelos familiares, la
desaparición de la imagen del padre
autoritario desde hace bastantes años.
La teoría
del ciclo de la vida familiar, solo tiene interés para una
historia de las teorías
sociológicas. Ha sido concebida en un tiempo en el que la
influencia de la psicología y del
psicoanálisis era dominante.
VII.4 ¿NUEVOS PADRES, NUEVOS
HIJOS?
En los años cincuenta se asiste al paso de un
modelo de educación relativamente represivo a un modelo
relativamente permisivo. Las diferencias culturales, por otra
parte, son sensibles de una clase social a otra, de un
país a otro. Los valores
familiares están centrados en el niño, su
educación, su desarrollo y todo está organizado en
función de sus necesidades. En este modelo, la madre ocupa
un lugar a la vez exorbitante y secundario. Sin profesión,
sobre ella descansan los cuidados de los más
pequeños, la educación de los mayores. Ejercer
responsabilidades considerables, pero al mismo tiempo su poder
está limitado y controlado por el de los
expertos.
Si existe una tipología de modelos educativos que
puede construirse a partir de una escala de
normas y de
prácticas, no podemos referirla a los índices de
socioprofesionales, sino al "sistema organizado de preferencias
ideológicas de los padres". La noción de clase
social resulta excesivamente burda para explicar los
fenómenos de transmisión ( o de
no-transmisión) de los valores
por mediación de los modelos educativos.
Vamos a seguir a los padres y su progenie desde el
nacimiento hasta la separación de esta última. Se
trata de plantear algunos problemas
propios de cada fase del ciclo.
VII.4.1 EL NIÑO
PEQUEÑO
Después del nacimiento, la madre y el niño
establecen un lazo emocional intenso que puede engendrar un
proceso
conflictivo. Es necesario que el niño adquiera los
elementos de su desarrollo psicológico y motor, es
necesario que la madre, según las nuevas normas admitidas,
pueda continuar desarrollando su personalidad.
La cuestión de una verdadera elección se
plantea de entrada. ¿trabajar o no trabajar, dar a guardar
o no a su hijo?, el 74 % de los hombres y de las mujeres,
activos o no
activos, piensan
que la madre debe cuidar ella misma a su hijo hasta la edad de
dos o tres años; al mismo tiempo, nueve mujeres de cada
diez desean poder trabajar a tiempo parcial y tres de cada cuatro
querrían reformar una actividad profesional.
Las mujeres están sometidas a la presión
de una sociedad "maternizante" en la cual "la valorización
excesiva de la maternidad se convierte en el instrumento
más fuerte de la explotación de las mujeres", y
todo su ambiente puede
ejercer sobre ellas una presión solapada,
culpabilizarlas.
El modo de guarda de los niños difiere
según las categorías sociales y
profesionales.
La custodia de los niños de corta edad, cuando la
madre trabaja, es pues precaria. Insuficientes en el terreno
cuantitativo, a veces contestables en el plano cualitativo, las
instituciones colectivas de custodia de los hijos a menudo son
criticadas. No es el sistema lo que resulta nefasto para los
niños pequeños, sino la manera como está
organizado.
Observar una correlación entre la tasa de
abandono de la actividad profesional de la mujer y el tipo de su
empleo. El trabajo de
la mujer obrera es poco gratificante desde el punto de vista
profesional; está poco remunerado.
Las tensiones a las que están sometidas las
madres de los niños pequeños, enfrentadas con un
discurso contradictorio, Los psicólogos insisten en la
importancia de la relación entre la madre y el niño
pequeño; un discurso relativo a la valorización de
sí mismo, al desarrollo de su propia personalidad
autoriza alas madres de los niños pequeños a
mantener su actividad profesional.
La relación madre-hijo, que podría
considerarse como la más natural, aparece fuertemente
marcada por las fuerzas sociales y culturales de cada
época.
VII.4.2 EL NIÑO DE CUATRO A DOCE
AÑOS
Cuando no está en la guardería, el
niño deja la espera parental hacia los tres-cuatro
años para conocer otras instancias de
socialización, el grupo de edad, y sobre todo, la escuela.
Entre los cuatro y los doce años, más o menos,
determinados rasgos caracterizan su personalidad.
Los padres tienen que ayudar al niño a pasar ciertas
etapas asegurando el desarrollo de su personalidad.
Los padres enseñan al niño a ser
autónomo, a soportan las separaciones que se
imponen.
La actitud
parental en relación con la agresividad varía en el
tiempo y en el espacio social. En reacción contra una
educación burguesa bastante ruda o "victoriana", los
padres de las clases medias han adoptado comportamientos
más permisivos en los años de 1950 a
1970.
Otro rasgo del desarrollo de la
personalidad infantil es la necesidad de identificarse con el
sexo. Desde
antes del nacimiento se masculiniza o fenimiza al bebé,
cómo se desvaloriza a la niña y cómo las
madres, las instituciones y , sobre todo, la escuela y las
imágenes de libros
escolares contribuyen a fijar estereotipos sexuales
anticuados.
La escolarización masiva procede al
enclaustramiento del niño, a su separación con
relación a los adultos. La complementariedad entre
proyecto
familiar y escuela es evidente para determinadas
categorías sociales, pero no para todas. Para las clases
medias, la escuelas permite realizar las aspiraciones de
movilidad social, y pone en circulación valores
culturales que son los de la clase burguesa que la
instauró. La congruencia acaba por dejar lugar a la
oposición a medida que se desciende a lo largo de la
escala social en donde la separación entre valores
escolares y familiares es la más marcada. En las familias
modestas, la escuela no ofrece una vía de acceso a la
mejora social y económica de su condición.
Además, dificulta el proyecto de colocar
rápidamente a los hijos en el
trabajo.
La franja de edad de los cuatro a los doce
años.
Lejos de haber sido restringida como a menudo se afirma,
la función educativa familiar ha multiplicado,
diversificado, se ha convertido en más compleja desde hace
una decena de años.
VII.4.3 EL ADOLESCENTE
LA BANDA DE AMIGOS
En la sociedad preindustrial, la
organización de la juventud tiene
un estatus oficial, mientras que hoy día la banda es
más o menos subterránea, organizada de manera
informal y en oposición con los valores de
la sociedad. Se trata, propiamente hablando, de un "problema de
la sociedad". La delincuencia
colectiva o individual, por otra parte, está estrechamente
ligada a la clase social.
La banda de jóvenes tiene una función
socializante complementaria a las de los padres y de la escuela.
Juega un papel
importante para todo lo que se relaciona con la maduración
y la información sexual.
En el sociedad burguesa, un tabú pesa sobre este
tema. Gracias a la pandilla de amigos, el ajusta a la
maduración sexual ha perdido su carácter solitario
y turbador. Los sociólogos se ponen de acuerdo, pues, en
reconocer un rol funcional a la banda de amigos en la medida en
que la tensión y la rebelión tienen un rol
integrador.
Desde los años cincuenta, los padres han relajado
el control sobre la
elección de los amigos de sus hijos. Otros mecanismos
sociales se han puesto en acción, sobre todo el principio
del control por parte
del medio; la segregación de las residencias y de los
establecimientos escolares juega un papel
regulador.
VALORES PARENTALES Y ADOLESCENTES:
¿CONTINUIDAD O CONFLICTO?
La actitud de los
padres a menudo consiste en negociar con el adolescente. Por
parte de los padres, el problema se formula de este modo:
¿Hasta dónde se puede permitir, dónde
colocar las barreras?.
Las relaciones entre padres y adolescentes
concierne también a la participación en la vida del
grupo doméstico, su lugar en las decisiones. Las
referencias que tienen los padres su propia adolescencia ya no
pueden servir para guiar a sus hijos.
Si bien las actitudes de
los jóvenes manifiestan una gran innovación en todo lo relativo a las
libertades personales, están marcadas, en cambio, por un
gran conservadurismo en el terreno de los valores y de las
normas.
Las diferencias más importantes entre las
respuestas de los padres y las de los hijos, se refiere
directamente a lo cotidiano a la clase de edad.
Provoca sorpresa la coherencia de la actitud entre
padres e hijos frente a un problema específico, tal cual
es la consecución de los estudios. Los padres de las
categorías medias y superiores buscan por mediación
de la escuela la adquisición de un estatus social. En los
ambientes obreros, padres y adolescentes
coinciden fácilmente en la inutilidad de la
enseñanza o en la inadaptación frente a aquello que
es su objetivo
común: entrar en la vida activa.
En cuanto a las rebeliones de la juventud,
éstas se dirigen más a la sociedad que a la
familia.
Sin embargo, los adolescentes
tienen una cultura que les es propia. Después de la
fascinación de la
televisión y de sus héroes, está
marcados, sobre todo, por una cultura del sonido.
Las distinciones sociales continúan
marcándose, incluso si la juventud proporciona la
ilusión de una abolición de las barreras entre
clases.
Considerando que el niño y el adolescente son
ahora una apuesta de la sociedad de consumo a
través de la publicidad, la
industria del
show-business, de la moto y del pantalón vaquero, se
pregunta si no vuelven a caer, por este medio desviado, bajo la
autoridad de los adultos.
VII.4.4 LOS HIJOS DE LOS "NUEVOS
MATRIMONIOS"
La gran mayoría de los niños que vienen al
mundo son niños deseados.
Los "nuevos matrimonios" son, en primer lugar, aquellos
en los que el marido y la mujer trabajan. La llegada del hijo,
programada, es objeto de una inversión afectiva considerable, y luego
del control de los
proyectos
escolares. Los tiempos de ocio está organizados en
función del hijo o de los hijos.
La familia monoparental es una figura familiar que
tiende a expandirse.
Para los hijos, la situación es muy diferente si
se es huérfano, de padre divorciado o sin
padre.
Los estudios sobre "los hijos del divorcio" muestran que
no existe correlación entre esta situación,
relativamente banalizada en la actualidad, y el éxito
escolar.
Con el divorcio, la pareja conyugal y la pareja parental
se encuentran disociadas. La segunda debe continuar funcionando
para acordar las modalidades de la custodia de los hijos. El
mantenimiento de la solidaridades financieras, de los servicios,
la distribución del tiempo que cada uno pasa
con los hijos, son, entre otros, rasgos que ilustran, entre
algunos "nuevos divorciados" el mantenimiento de solidaridades
conyugales, siempre en el beneficio psicológico del
hijo.
ROLES Y ACTIVIDADES DOMESTICAS
VIII ROLES EN EL SENO DEL MATRIMONIO DEL SIGLO
XIX
VIII.1.1 DEL ROL A ESTATUS
La antropología enseña a situar nuestra
propia cultura en perspectiva, al compararla con otras. La
división sexual es esencialmente cultural, sólo una
pequeña parte de esta división tiene raíces
biológicas.
El examen de la distribución de la tareas en las sociedades
exóticas muestra que los
hombres podrían realizar todas las tareas femeninas, pero
no lo hacen, y que las tareas estrictamente masculinos,
generalmente, no ocupan todo su tiempo. Una constatación
idéntica se aplica, ya se verá, a las sociedades
campesinas y a la sociedad contemporánea. Otro factor
tiene su importancia, subyacente en todas las sociedades: sean
cuales sean las tareas que realicen los hombres, están son
definidas como las más honoríficas.
Las tareas de control, dirección, decisión, es decir, las
actividades de más alto nivel que no exigen fuerza
física
alguna, son tareas masculinas. En las sociedades exóticas
al igual que en las sociedades industriales, los hombres se
oponen a que las mujeres realicen tareas de alto nivel, y ellos
mismos son reticentes a realizar las correspondientes a las
mujeres.
El rol consiste para un individuo en asumir las
conductas concretas esperadas, podemos llamar estatus, el
juego de los
diferentes roles sociales cumplidos por un individuo.
Este individuo acaba por identificarse con su estatus,
que, en la sociedad industrial, es definido en términos de
profesión, ingresos, modo de
vida. En el seno del matrimonio, roles y estatus están
estrechamente articulados. Es decir, la importancia de la
división sexual de los roles para determinar el lugar de
cada uno en el seno del hogar y en la sociedad. A rol subalterno,
estatus subalterno. Sin embargo, la connotación asignada
al rol es susceptible de evolucionar. Así, la
desvalorización del trabajo doméstico es un hecho
reciente ligado al desarrollo de una sociedad en la que los
valores están orientados hacia la productividad, la
eficacia. el
rol doméstico, proporcionaban antaño un estatus
valorizado.
VIII.2 FAMILIAS CAMPESINAS
VIII.2.1 UNA IMAGEN DE LA
AUTORIDAD MASCULINA
En la familia campesina, grupo doméstico y
explotación se confunden. Es a la vez un lugar de
producción y de autoconsumo. Si se admite la
hipótesis de que el estatus está asignado por las
tareas y los roles que cada uno cumple en el seno de la familia;
que las relaciones del matrimonio deben ser estudiadas en
relación con la
organización social en su totalidad, entonces la
familia campesina ofrece un modelo relativamente equilibrado
entre los dos sexos. Sin embargo, el problema de la
detentación de la autoridad está en el centro de
las preocupaciones de la comunidad. De este modo, se afirma,
públicamente la autoridad masculina y será
necesario que la apariencia, al menos, sea mantenida en el seno
de cada familia.
Desde la formación del matrimonio, los rituales
ponen el acento sobre la detentación de la
autoridad.
VIII.2.2 LA ORGANIZACIÓN DE LAS TAREAS Y DE
LOS ESPACIOS
El trabajo en el seno de la familia hace de la mujer un
ser social. Las hermanas solteras no tienen este estatus de
adulto que se le reconoce a la dueña, cuando asume en la
explotación un determinado número de tareas que,
por estas calificadas de domésticas, no están tan
desvaloradas como en la actualidad.
A la mujer le corresponde el mantenimiento del hogar, la
elaboración de las comidas. El gallinero, el huerto, son
sus espacios reservados. En los campos ayuda más o menos
según la estación. Pero nunca está encerrada
en su casa. Al hombre corresponden los trabajos en los campos, el
cuidado de los animales, las
cosechas.
La sociabilidad de la mujer está circunscrita
dentro del espacio aldeano y estrechamente ligada a las tareas
que le incumben. Apenas hay sociabilidad formal, y escasa
sociabilidad fuera de las ocasiones de trabajo. Los hombres, por
el contrario, pueden disponer de tiempo libre, fuera de las
tareas que tiene que cumplir.
En la sociedad campesina se desarrollan, pues, dos
sociabilidades paralelas, la de los hombres y la de las mujeres.
La cultura masculina considera como secundaria y de manera
despreciativa la cultura femenina: existe jerarquización.
Los hombres la detentan lo formal y lo público. Las
mujeres detentan lo informal y lo privado.
VIII.2.3 UN ESTATUS FEMENINO
RECONOCIDO
Por su trabajo, por las relaciones sociales que traba,
la mujer tiene un estatus eminente en la comunidad aldeana. Ella
es la que asegura la reputación de la casa por la imagen que ella
da: administradora, trabajadora y hospitalaria. Además,
el hombre teme
el poder difuso inscrito en el cuerpo de la mujer. La mujer tiene
también el poder de administrar el presupuesto
familiar.
Así pues, en la sociedad campesina, no es tanto a
la madre como a la mujer activa a quien se valora, la que tiene
buena salud y sabe ser
prudente y administrar bien los asuntos de la familia. El trabajo
femenino en el seno de la explotación agrícola es
una necesidad absoluta. Hasta mediados del siglo XIX cuando el
aburguesamiento deviene masivo, la mayor parte de las mujeres
estaba en el trabajo. Una característica esencial lo
distingue del trabajo femenino contemporáneo: existe una
relativa armonización entre las tareas maternales y las
tareas productivas.
VIII.2.4 DIVERSIDAD DE MODELOS REGIONALES Y
CULTURALES
Dentro de este esquema general, las distinciones se
operan según el modo de aprovechamiento, el tamaño
de la explotación, el tipo de producción
etc.
Es necesario tener en cuenta también las normas culturales
propias de cada región. El lugar asignado a la mujer en el
sistema social en general, y la práctica de las reglas
sucesorias en general, son a la vez causa y consecuencia de esta
situación.
El modo como se articulan lo privado y lo
público, lo doméstico en relación con la
explotación, en general, explica también el grado
de autoridad del que puede disfrutar la mujer. Se le reconoce
generalmente la autoridad sobre las cosas domésticas, pero
su papel fuera de la casa varía ampliamente según
las culturas. Está determinado por la importancia relativa
de lo doméstico.
VIII.2.5 PROFUNDOS CAMBIOS
El matrimonio campesino, como los demás, va a
privatizarse. al mismo tiempo, las relaciones van a transformarse
por el hecho de la evolución de la naturaleza de los
trabajos agrícolas.
En los años cincuenta, la introducción del
capitalismo en
la economía
agrícola, ve el progreso técnico volverse contra
ella y excluirla de las tareas de producción.
La mujer rural se dedica también a la
educación de sus hijos y, al igual que la mujer burguesa,
pierde el estatus atribuido al ejercicio de una profesión.
La condiciones de trabajo agrícola crean, como en la
ciudad, un conflicto
entre las tareas profesionales y las
domésticas.
VIII.3 FAMILIAS ARTESANAS Y
COMERCIANTES
La organización de las familiar artesanas ofrece
un modelo intermedio entre la familia campesina y la familia
obrera.
El trabajo en el seno del grupo doméstico
artesano esta fundado, quizá más estrechamente
todavía sobre la célula
de trabajo marido y mujer, deben sumar dos salarios con el
fin de asegurar la sobrevivencia de la familia.
Así pues, la sociedad agrícola está
basada sobre una asociación de trabajo de los dos sexos;
la sociedad protoindustrial se caracteriza por una fuerte
integración de los roles de
producción masculina y femeninos.
VIII.4 FAMILIAS OBRERAS
La sociedad industrial introduce una ruptura fundamental
nueva entre el lugar de residencia y lugar de trabajo. En este
contexto, parece exacto afirmar que el grupo doméstico
pierde sus funciones productivas, al igual que la función
educativa que asumía en el contexto antiguo.
VIII.4.1 EVOLUCIÓN DEL TRABAJO
FEMENINO
Descartemos de entrada un prejuicio propio de algunas de
nuestras ideologías feministas: el trabajo femenino en la
ciudad no es un fenómeno contemporáneo. Las mujeres
han aportado su fuerza de trabajo en todos los momentos del
desarrollo industrial: en porcentaje de la población activa total, la fuerza de
trabajo femenina presenta una estabilidad remarcable, y en
porcentaje de la población femenina, un ligero descenso.
Solamente a partir de 1962 ha vuelto a aumentar de nuevo el nivel
de la actividad femenina.
VIII.4.2 ACUMULACIÓN DE SALARIOS EN
LA FAMILIA OBRERA
En los inicios de la industrialización, la unidad
familiar obrera constituye, al igual que la de los campesinos y
artesanos, una unidad económica integrada, en la cual
deben fundirse diferentes salarios. Las
madres de niños de corta edad, tienen que elegir entre
abandonar su trabajo profesional, o trabajar en condiciones
precarias.
Cuando no trabaja en la fábrica, la mujer busca a
veces algún otro complemento de salario. Las
mujeres casadas se empleaban en los sectores no industrializados;
lavanderas, jornadas de limpieza o trabajo a
domicilio.
VIII.4.3 LA MUJER, ¿EJE DE LA FAMILIA
OBRERA?
Que la mujer ocupe un empleo asalariado o que permanezca
en casa, su rol dentro de la familia obrera siempre aparece como
eminente. Su rol tradicional de buen ama de la casa, es
importante. Asimismo, la madre debe proporcionar el sostén
afectiva a los miembros de la familia. El padre, reducido al rol
de asalariado, no puede ejercer una influencia que equilibre el
personaje de la madre.Hay que evitar idealizar la imagen de la
mujer obrera. Subrayan más bien los defectos destructores
de la industrialización sobre sus saberes
tradicionales.
VIII.4.4 UN DOBLE MODELO
Frente a este estropicio humano y social, los
filántropos y los médicos se esfuerzan en devolver
a la mujer a casa, definitivamente. El desarrollo del nivel de
vida les ayuda.Después de medio siglo de desarraigo,
importunado entre una cultura campesina olvidada y una cultura
burguesa no aprendida, el obrero se asienta, pero la mujer obrera
pierde su estatus; y con el desarrollo de la sociedad de consumo se
retira definitivamente del mercado del empleo.
el marido solo asume toda la identidad
social del grupo doméstico. La mujer se convierte en el
interlocutor privilegiado del padre, del médico, y
más tarde de los medios de
comunicación de masas. quizá sea la
época en la que se observa una más fuerte
segregación de roles. Una imagen contrastada de la
distribución de roles en el grupo
doméstico obrero. Según algunos autores, el
matrimonio de compañerismo que asocia sobre una base de
igualdad a los
esposos habría nacido en la familia obrera. Sostienen, por
el contrario, que la autoridad masculina, mito de la
familia campesina, se convertirá en la realidad de la
familia obrera con su secuela de desviaciones sociales. Estas dos
imágenes son verosímilmente
pertinentes, en contextos diferentes.
VIII.5 FAMILIAS BURGUESAS
VIII.5.1 UNA SEPARACIÓN ACENTUADA DE ROLES Y
DE ESTATUS
El burgués trabaja o administra el capital. Sobre
él descansa la representación social. El esposo
tienen la responsabilidad de los bienes de la familia. en el
sentido literal y en el figurado, la burguesa en una incapaz. Su
función principal es la de ser ama de casa. Cada vez
más, el rol fundamental de la burguesía en el siglo
XIX es el cuidado de los hijo,. su función maternal.
Sublimada en la maternidad, la mujer se encuentra relegada al
segundo rango en el seno de la pareja conyugal. La mujer es
víctima de los discursos religiosos, según los
cuales la castidad es el mejor estado.
La iglesia contribuye mucho a la propagación de
la imagen de la maternidad sublimada. El siglo XIX ve florecer el
culto mariano.
La sexualidad femenina, situada bajo el signo del deber,
vuelta imposible por el culto de la pureza, se encuentra
igualmente constreñida por el control de los nacimientos,
la prostitución pone de manifiesto el
reverso de esta imagen.
VIII.5.2 LA MUJER, INSTRUMENTO DE
REPRESENTACIÓN Y DE RELACIONES SOCIALES
La mujer organiza también la vida mundana. Al
casarse, el hombre ha
desposado una red de alianzas y de relaciones. La mujer, liberada
de sus tareas domésticas por las criadas, de sus tareas
maternales, por las nodrizas, juega un papel capital activando
relaciones de alianza, de parentesco y de amistas. La necesidad
de esta vida mundana se explica en parte por la movilidad social
propia del siglo XIX; es necesaria consolidar las ascensiones
rápidas.
VIII.5.3 DIFERENCIAS SOCIALES
La burguesía del siglo XIX no es una clase
homogénea. El hecho de que la mujer no tenga una actividad
profesional no siempre supone una dominación masculina. La
mujer puede ocupar un lugar preponderante en el seno del grupo
doméstico.
IX ROLES EN EL MATRIMONIO
CONTEMPORÁNEO
IX.1.1 LA TEORÍA PARSONIANA DE LA
SEGREGACIÓN DE ROLES
El gran interés de articular roles familiares y
roles sociales. El padre tiene el rol "instrumental"; encargado
de los contactos con el exterior, es el proveedor
económico de la familia; la madre, encargada de todo lo
que es afectivo, tiene el rol "expresivo".
Este modelo abstracto sólo raramente se
corresponde con las prácticas familiares; ha sido y
destruidos por los análisis sociológicos recientes
que asocia el grado de segregación de los roles a la
densidad de
las redes de relaciones de los esposos fuera del hogar. Cuando
más lazos estrechos posea el matrimonio con su red de
parientes, amigos, vecinos, y cuanto más densa sea esta
red, tambo más relaciones ente los esposos en el seno del
matrimonio están separadas y jerarquizadas. Por el
contrario, cuando menos densa sea la red, menos pronunciada
será la segregación entre los roles masculinos y
femeninos.
Elizabeth Bott explica este fenómeno en
términos de presión cultural. Cuando esta red es
densa, los miembros de la red tienden a tener un consenso sobre
las normas, a ejercer una presión informal para
adaptarse.
Si marido y mujer pertenecen cada uno a estas redes. Una
segregación rígida de los roles conyugales era
posible porque cada esposo podrá obtener apoyo fuera del
matrimonio.
Por el contrario, si la mayor parte de las personas que
conoce un individuo no se conocen entre ellas, cuando la red es
más bien laxa, es probable que se observe una mayor
variabilidad de las normas en el interior de la red. Si estas
redes continúan laxas después del matrimonio,
entonces marido y mujer cumplirán juntamente las tareas
familiares; los roles estarán menos separados y
serán más igualitarios. Esta ley de Bott. permite
analizar las relaciones estructurales entre grupo
doméstico, roles conyugales y sus cambios.
IX.1.2 LA HIPÓTESIS DE LA FAMILIA CON DOBLE
CARRERA
Aquí marido y mujer ocupan cada uno empleos que
exigen una alta cualificación y un nivel de responsabilidad comparable. el interés de
esta hipótesis radica en considerar el conjunto de los
roles como un todo articulado y no distinto, tomando en
consideración, a la vez, el campo profesional y el campo
doméstico. Cada grupo doméstico determina si, para
el mismo, vale la pena seguir el curso cambiante de la vida de
una familia con doble carrera, teniendo en cuenta las tensiones
engendradas de las que los autores determinan cinco tipos: 1)
Sobrecarga de roles: el matrimonio sacrificaría aquellas
tareas que le resultan menos esenciales. 2) Dilemas relativos a
las normas. 3) Mantenimiento de una identidad
personal. 4)
Dilemas a propósito de la red social, provocando motivos
de tensión. 5) Ciclo de roles: marido y mujer se
comprometen en tres sistemas de roles: el sistema profesional de
uno, el sistema profesional del otro y el sistema familiar que
comparten.
Se ha constatado que el número de divorcios
aumentaba con la cualificación profesional de la mujer.
B-. Lemmenecier distingue dos categorías de bienes:
aquellos que son producidos por el hogar y aquellos que son
producidos sobre el mercado. Cada miembro del grupo
doméstico, por intermediación del salario que es
capaz de obtener, estima la cantidad de bienes mercantiles que
está dispuesto a sacrificar, con satisfacción
constante, para producir una unidad suplementaria de bienes no
mercantiles a domicilio.
El autor busca, a continuación, la
correlación que pueda existir entre la segregación
de los roles y la estabilidad del matrimonio. Plantea una
hipótesis previa: la diferencia entre el nivel de
instrucción de los dos cónyuges. Esta distancia,
dice, afecta a los costos de
oportunidad de tiempo, y reintroduce una nueva
distribución de los roles en el seno de la pareja.
Lemmenecier construye un cuadro con dos variables
económicas: 1) La "ratio de costos de
oportunidad". 2) La "ratio de dotación en capital humano".
El autor introduce asimismo variables de
carácter más sociológico; y variables de
orden externo.
Midiendo la contribución de cada variable a la
dispersión de las distribuciones de tiempo entre tareas
asalariadas y domésticas, aparece que las diferencias de
costos de
oportunidad o de dotaciones en capital humano de
los cónyuges dan cuenta bastante bien, de la
segregación de roles conyugales y de la estabilidad del
matrimonio.
Otra manera de abordar las diferentes formas de
organización familiar, y en particular la división
de roles en la división del trabajo en el seno de la
organización doméstica, es puesta por J.
Kellerhala, que desarrollan el paradigma del
intercambio. Esta combina una hipótesis de naturaleza
económica con una dimensión cultural. Los autores
describen tres normas posibles de intercambio: el principio
societario en el que cada uno está retribuido en
función de sus prestaciones,.
o paga en función de sus gastos; el
principios comunitario del don y de la puesta en común de
los recursos; el
principio de la perecuación según el cual los
compañeros buscan mantener una diferencia constante. Los
autores muestran, en las familias de estatus social más
bajo donde se observará una mayor fusión
conyugal, en la medida en que, es escasa la posibilidad de
adquirir poder y prestigio en otros terrenos.
IX.2 FACTORES DE EVOLUCIÓN DE LOS
ROLES
Loa factores de evolución de los roles no son
idénticos en todos los medios sociales, del mismo modo
como no hacen sentir sus efectos en el mismo momento.
Distinguiremos tres tipos de factores que conducen a un
matrimonio en el que los roles tiendan a ser cada vez más
compartidos.
IX.2.1 EL REGRESO DEL ESPOSO AL
HOGAR
El habitar transforma y se encuentra transformado por
los cambios familiares. El espacio interior de las casas refleja
y refuerza el aumento de la intimidad familiar, el repliegue de
la pareja sobre sí misma. Los planos del siglo XVIII
muestran una relativa especialización de los espacios,
pero el espacio público de recepción y el espacio
privado no está todavía claramente diferenciados.
En el siglo XX, tanto en la casa individual como en el
apartamento, las piezas dedicadas al espacio privado y
público son bien diferentes y están
separadas.
La vivienda obrera es la que conoce más tarde
estas evoluciones. Hasta principios de siglo. la vivienda exigua
era un espacio femenino, el de la madre y el de sus hijos, el de
la abuela. Frente a este grupo, el esposo se siente excluido y no
encuentra otro lugar de descanso, que en compañía
de otros hombres, en el café. La casa, lugar exiguo y
sombrío, servía para el descenso y la comida.
Gracias a la electricidad, se
ilumina; se convierte en lugar de entretenimiento con la radio y
la
televisión. Es menos necesario salir. Esta es una
revolución que puede ser mal percibida, puesto que
la
televisión es acusada de numerosos males de los que
sufre nuestra sociedad. Ahora bien, la
televisión ha tenido este efecto de devolver al hombre
a casa, de hacer participar al matrimonio y a sus hijos del mismo
espectáculo, en el mismo discurso. La televisión
da a compartir. Poco a poco vuelto a casa, el marido comparte en
lo sucesivo con su mujer una asociación que es la de los
tiempos de ocio, y no la del trabajo como en los grupos
domésticos campesinos o artesanos.
Para las categorías obreras y medias, la nueva
repartición de los roles está ligada a las
transformaciones económicas y sociales, a la mejora
general del nivel de vida que han conocido las sociedades
occidentales a los largo de los últimos cincuenta
años. En el grupo doméstico burgués, la
misma convergencia. En el siglo XIX y a principios del XX, los
roles están netamente diferenciados según los
sexos. La vida social también está
compartimentalizada. La relativa nivelación de las
fortunas, el desarrollo de las clases medias, el aumento del
número de mujeres en el trabajo, la desaparición
casi general del servicio
doméstico colocan a las jóvenes familias de las
categorías más acomodadas en una situación
que no es sensiblemente diferente de la de las categorías
más desfavorecidas. En estas parejas, el esposo
está, pues, obligado a tomar a su cargo también
tareas que, en la generación precedente, eran patrimonio
femenino.
IX.2.2 LA RECUPERACIÓN DEL TRABAJO FEMENINO
DESDE 1962
En determinado momento histórico la mujer dejaba
de trabajar fuera del hogar para dedicarse a sus hijos y a la
casa. Las cifras del empleo femenino han tenido una tendencia a
disminuir desde principios de siglo hasta los años
sesenta. A partir de 1962, la situación se invierte.
Globalmente, el número de mujeres que entran en el mercado
de trabajo aumenta. La tendencia iniciada entre 1965 y 1968 se ha
acelerado en los años recientes y ha hecho aparecer la
irreversibilidad de la actividad femenina. El número
global de mujeres activas en 1986 no representa más que el
44 % de las mujeres en edad de trabajar, pero tiene mayor
valor
intrínseco por una doble razón: 1) El número
de mujeres que entran en el mercado de trabajo está en
progresión rápida. 2) La nueva imagen de la
mujer-madre que trabaja constituye el nuevo modelo valorizado. Si
el siglo XIX promovió la imagen de la madre, el final del
siglo XX promueve la de la mujer que trabaja.
No sólo las mujeres son numerosas en ocupan un
empleo, sino que ellas cambian, globalmente, de sector de
actividad. Se observa un declive en las categorías no
asalariadas, una expansión del asalariado femenino en las
profesiones liberales, entre los cuadros y los empleados. entre
los empleos terciarios creados entre 1968 y 1972, el 66 % han
sido ocupados por mujeres.
El trabajo femenino corresponde a la evolución
global del mercado del empleo, puesto que únicamente los
sectores terciarios son creadores de empleos.
La expansión del trabajo de las mujeres conjugado
con su dominio nuevo de
la contracepción tiene efectos considerable sobre la
fecundidad, la divorcialidad, el distanciamiento en
relación al matrimonio y la reorganización de los
roles en el seno de la unidad conyugal.
IX.2.3 LA TRANSFORMACIÓN RÁPIDA DE
LAS MENTALIDADES
Puede observarse la evolución rápida de
las mentalidades en la legitimación del trabajo femenino.
Las respuestas al la cuestión relativa al trabajo femenino
confirman la evolución de actitudes
entre las jóvenes generaciones: de más de sesenta y
cinco hasta menos de veinticinco, el porcentaje de los
partidarios de la mujer en el hogar decrece regularmente. En
cualquier caso, la gran mayoría de las personas
interrogadas todavía permanece en la actualidad opuesta a
un modelo en el que "los dos cónyuges tengan una
profesión que los absorba igualmente".
Esta opinión marca que la
mujer, más que el hombre,
siga siendo a sus ojos responsable del mantenimiento de la
familia y en particular de los cuidados relativos a los
niños pequeños. Estos resultados muestran que la
evolución de los roles no se hace sin reticencias. El
nuevo modelo no está todavía aceptado, incluso
aunque los cambios aparezcan como masivos y recientes.
Los estudios que acabamos de comentar tratan de
opiniones y no de comportamientos. Entre los dos, a menudo, la
distancia es grande. La norma contemporánea permanece
todavía ambigua y dual. No puede hablarse de emergencia de
una norma única que facilitaría la evolución
de los roles. Nos encontramos, todavía en una
situación transitoria.
IX.3 EL MATRIMONIO
CONTEMPORÁNEO
IX.3.1 NUEVA DISTRIBUCIÓN DE LOS
ROLES
Una correlación entre actividad profesional
femenina y repartición más igualitaria de las
tareas y de los roles: 1) el trabajo no asalariado efectuado por
la mujer, sea como ayuda familiar en el interior de la casa, sea
como comerciante o artesana, no se acompaña de ninguna
mejora del poder femenino, porque ésta no dispone de
ningún salario o ingreso
propio. 2) Cuanto más las mujeres trabajan en un sector de
actividad que tenga prestigio, tanto más cualificadas en
el grupo de las obreras y de las empleadas, y tanto más
mejoran su posición en la balanza del poder en el seno de
la pareja. 3) El nivel del salario, y sobre todo la diferencia de
salarios entre
los esposos, es determinante.
Un reparto más igual de estas tareas tiene lugar
cuando la mujer ejerce una actividad profesional. Es la mujer
cuadro la que recibe la mayor participación de su marido;
las restantes categorías socioporfesionales se colocan en
situaciones intermedias hasta llegar a la mujer en el hogar. Lo
más frecuentemente las obreras aseguran ellas solas, a
pesar de su incremento de trabajo, las tareas de compras
ordinarias, la compra de ropa. Si las obreras se aproximan a las
mujeres en el hogar en el marcador general de las tareas
domésticas, ello no quiere decir que se aproximen en el
plano de las mentalidades. Es insuficiente considerar tan
sólo el nivel del salario; es el hecho de que sea
considerado como ingreso indispensable o de apoyo lo que marca la
diferencia en "la lucha conyugal por el poder
doméstico.
Que la mujer trabajo o no, en la práctica, la
repartición ha progresado mucho menos de lo que las
encuestas de
opinión podrían dar a entender. Además, en
el seno de la misma familia se efectúa la
reproducción social de los roles, puesto que las hijas son
solicitadas más a menudo que los hijos para lavar los
platos, ayudar a limpiar. En todos los tipos de familia, las
hijas son mucho más numerosas que los chicos para
participar frecuentemente en la tareas de la casa. Si la norma de
una repartición igualitaria de los roles tiende a
instaurarse, la práctica se invierte sólo
lentamente.
IX.3.2 LA PRESIÓN DE LA CARGA
DOMESTICA
Los estudios que tratan del conflicto
entre las tareas maternales y las profesionales conciernen
más a menudo a la custodia del hijo pequeño. El
trabajo femenino siempre está considerado como secundario:
si la mujer antepone su actividad profesional, ¿no se hace
responsable de los problemas
psicológicos de los niños?.
Todo contribuye, en la sociedad contemporánea, a
acrecentar la carga de la madre.
IX.3.3 LA VARIABILIDAD DE LOS
MODELOS
En la sociedad contemporánea, el trabajo
introduce una situación conflictiva que engendra un
sentimiento de culpabilidad en la mujer atrapada en sus diversos
roles. Las mujeres que tienen una actividad profesional, se
sienten valoradas, pero es al precio de una
gran fatiga y de un cierto sentimiento de
culpabilidad.
IX.3.4 LA CUESTIÓN DEL
PRESUPUESTO
Cuando al salario del marido se añade el de la
mujer, la gestión
del presupuesto se
encuentra modificada, y aquí se encuentra un rol
importante que, quizá ha evolucionado más. En la
familia obrera antigua, el marido daba generalmente a su mujer
una cantidad con la que ella debía desenvolverse para
alimentar a la familia, ciudad a los hijos. etc. Confiar este rol
a la mujer no siempre era valorizante. El esposo conservaba su
dinero de
bolsillo fijo para sus gastos
personales.
El modelo de familias burguesas. Su esposo le entregaba
una cantidad que servía para sus gastos
personales, pero el marido administraba los gastos,
financiaba las grandes compras.
Con el aumento del nivel de vida y la entrada de las
mujeres en el trabajo, la gestión
del presupuesto de la
familia descansa sobre bases diferentes. En primer lugar, los
gastos personales
del esposo disminuyen, como consecuencia de las transformaciones
culturales que han hecho volver al hombre a la casa, y
correlativamente aumentan los gastos colectivos, vivienda, bienes
de equipo de la vivienda. Además, el salario femenino
acentúa la indivisión de la gestión
de los recursos
familiares.
Un factor importante a tomar en consideración
concierne, más allá de los roles, a los sectores de
responsabilidades tal como cada esposo los ha interiorizado. Un
hombre tiene una profesión, una mujer tiene dos:
profesional y familiar, sean cuales sean sus empleos respectivos.
El terreno en el que el reparto de roles parece concretarse
concierne a la gestión
del presupuesto, las
grandes opciones de familia. En su conjunto, las mujeres avanzan
sobre los roles masculinos, mientras que eso no ocurre en el
sentido inverso. La explicación es simple. Si administrar
un presupuesto, tiene un valor valorizante para la mujer, puede
tomar el aspecto de una promoción social, los hombres no tienen el
deseo de cargar el lavaplatos.
La reticencia masculina a compartir las tareas materiales se
explica por su desvalorización. El carácter
preindustrial de su naturaleza y de su modo de producción
constituye la causa. Estas tareas no se prestan a la
estandarización, a la racionalización, a un control
de la eficacia,
atributos de la actividad industrial.
IX.3.5 EL PODER EN EL SENO DEL
MATRIMONIO
Los autores observan a la vez los efectos de la vida
profesional sobre la familia y los del modo de vida familiar
sobre la vida profesional. Tres modelos de vida se desprenden que
designan otros tantos modos de organización de los roles
con el sistema profesional y con el sistema de relaciones
sociales. El primer modelo es "tradicional", con presencia de la
mujer en el hogar, sociabilidad de tipo privado, insistencia en
el rol de la mujer; el segundo modelo, llamado "intermedio",
presenta una relación con la vida profesional de
carácter instrumental; los sujetos de este grupo desean
trabajar para ganar más; el rol de la mujer consiste en
sacrificarse por la carrera de su marido. Su sociabilidad es
débil. El tercer modelo es igualitario, ya sea
"igualitario económico", y la mujer tiene una actividad
profesional considerada importante, ya sea "igualitario
exteriorizado".
Michel Glaude y François de Singly han elaborado
una tipología compleja de la repartición de las
decisiones en el seno del matrimonio, teniendo en cuenta la
diferente naturales de las decisiones. las "grandes" decisiones,
son tomadas de manera cada vez más igualitaria, otros
terrenos del espacio doméstico son, por el contrario, muy
especializados, cuando mayor es el número de hijos
más marcada está la especialización femenina
doméstica.
Esta permanencia de la repartición de los
dominios de poder se observa igualmente, entre las parejas que
son las más portadores de innovaciones sociales, los
jóvenes cohabitantes.
IX.3.6 LA SATISFACCIÓN EN EL
MATRIMONIO
Algunas investigaciones
se dedican a predecir el ajuste conyugal. Otras investigaciones
han analizado el tema bajo el ángulo del ciclo de vida
familiar, en función de la duración del matrimonio
y del número de hijos. Se interesan por los
períodos de tensión. Numerosos análisis
muestran que la satisfacción matrimonial tiende a declinar
después del nacimiento de los hijos, mucho más para
las mujeres que para los hombres. La concepción
romántica de un matrimonio por amor revela su
inadecuación frente a la situación práctica
de los esposos. Las ilusiones del amor desaparecen cuando los
cónyuges se dan cuenta de su diferencia cultural o
educativa; cuando dos tradiciones culturales se enfrentan, cuando
la familia política se muestra demasiado
invasora.
La pareja debe poder adaptarse a situaciones generadoras
de angustia, para las cuales no existe un plan de conducta
aceptado, cuando la sociedad contemporánea ha hecho
desaparecer los rituales que antaño ofrecían en las
mismas circunstancias, un recurso contra la angustia.
La tensión en el seno de la pareja parece
acentuarse cuando los hijos llegan a adolescentes. Los problemas
específicos de esta edad, imponen su precesión de
dilemas a unos padres. Cuando los hijos son adolescentes, los
padres está a mitad de la vida más o menos, en
momentos críticos de su carrera, las madres no
están lejos de la menopausia. Las causas del deterioro de
la armonía de la pareja están ligados, en esta
última hipótesis a la creciente complejidad de las
relaciones que implica la presencia de los hijos. Otra variable,
exterior, el trabajo profesional femenino. Muy a menudo, el
trabajo femenino es en sí mismo motivo de disensión
familiar.
Cuando el curso de las carreras se manifiesta
conflictivo, puede convertirse en la fuente de un antagonismo. La
actividad de cada uno de los miembros ya no está inscrita
en un trabajo colectivo común, sino que está
fundada en una interdependencia orientada hacia la
realización de proyectos
personales de naturaleza muy diversa. Las investigaciones de
Andree Michel se colocan del lado femenino. ¿Qué
ocurre del lado masculino cuando los modelos tradicionales se
tambalean?. Poco trabajos han sido dedicados a este tema, con la
excepción de .
Las figuras de la paternidad también han
evolucionado considerablemente. El pater familias romano al que
el Código civil le había restaurado toda su
omnipotencia ha visto hundirse sus estatus como consecuencia de
las transformaciones jurídicas que han tenido lugar desde
finales del siglo XIX.
La vida profesional, en cualquier caso, sigue siendo la
preocupación masculina principal; la paternidad no es
más que "un estatus adicional". "La utilidad marginal
de los hombres declina , en el interior de la pareja o en la
sociedad. Si los hombres intentan oponerse a las conquistas de la
igualdad
femenina, no es tanto por sus consecuencias en el seno del hogar
como para resistir a la amenaza que pesa sobre su exclusividad en
asumir todas las interacciones sociales.
X GRUPO DOMESTICO Y ROLES
ECONÓMICOS
El grupo doméstico, antaño unidad de
producción, no es más que una unidad de consumo. El
consumo en la actualidad, se ha diversificado y extendido
considerablemente como consecuencia del aumento del nivel de
vida. Existe otra dimensión de la función
económica del grupo doméstico, aquella que
está ligada a la herencia, a la transmisión de
bienes. Toda familia transmite un patrimonio, ya se trate de
bienes materiales,
culturales o simbólicos.
X.1.1 EL GRUPO DOMESTICO, ¿CÉLULA PRODUCTIVA Y/O UNIDAD X.1.2 DE
INGRESO
algunos economistas consideran a la familia como una
célula
productiva. Al no ser objeto de una monetarización, el
trabajo familiar no entra dentro de la contabilidad
familiar, contrariamente el autoconsumo agrícola o al
trabajo ejecutado en el seno del hogar por una asistenta. Se
estima, sin embargo, que los servicios realizados por las mujeres
en sus casas constituyen entre el 25 y el 30% de la
producción nacional.
X.1.3 EL GRUPO DOMÉSTICO, UNIDAD DE
CONSUMO
Los economistas reconocen que, junto al salario y a la
categoría socioprofesional, la composición de la
familia es el más importante de los factores explicativos
de los consumos y, sobre todo su tamaño y la edad del
cabeza de familia. Los economistas prefieren en el nivel absoluto
de los gastos la medida del coeficiente presupuestario, parte del
porcentaje del consumo total que corresponde a las diferentes
partidas de consumo, medida más precisa que permite
investigar otras diferencias de comportamiento
entre familias que las derivadas del
salario, los gastos de alimentación y de
salud crecen con
la edad, pero que las familias jóvenes tienen gastos de
transporte, de
vestido y de habitación superiores a los de sus mayores
etc.
El consumo de las familias es igual a los dos tercios de
la producción interior bruta. La función del
consumo de la familia reviste diversos aspectos. Podemos dividir
clásicamente los gastos en varias partidas, que
corresponden a necesidades más o menos
comprensibles.
Según el ciclo de la vida familiar, los presupuestos
conocen también períodos más fastuosos que
otros. en las categorías acomodadas, el salario aumenta
con la edad (efecto de carrera), mientras que en las
categorías más desfavorecidas van en sentido
inverso, y las más indigentes se encuentran entre las de
más edad.
Algunas corrientes feministas, en el marco de un
pensamiento
marxista, se preguntan sobre la economía
política del trabajo doméstico, sobre las
relaciones entre trabajo productivo e improductivo. ¿Acaso
la mujer no ocupa un lugar secundario en el consumo de la familia
por el hecho de que se considera que cumple un trabajo
secundario?.
X.1.4 PRESUPUESTOS
DE FAMILIAS Y DESIGUALDADES SOCIALES
La gestión del presupuesto no sólo
está regida por el nivel de los ingresos y su
organización interna. El presupuesto está
administrado de modo diferente por las familias obreras.
Según que trabajen en una empresa moderna
cuyo futuro está asegurado o en una empresa
tradicional menos dinámica. Entre los primeros, la
gestión está orientada por una racionalidad basada
en la seguridad y la
previsión, y entre los segundos por una inseguridad y
la imprevisión. Los primeros planifican sus gastos,
economizan en vistas a una compra precisa; los segundos, no
pudiendo tener en cuenta el futuro, buscan fundamentalmente
ingresos
aleatorios.
La edad constituye , igualmente, un factor de
desigualdad de la distribución de los ingresos en las
diversas clases
sociales. Se combina con el nivel de instrucción: casi
sin excepción, en cada grupo de edad, un grado superior de
instrucción comporta una ventaja y para cada de
instrucción, el máximo se encuentra en la segunda
clase de edad, que es la de los adultos. Los dos factores
acumulan sus efectos, conduciendo a valores mínimos y
máximos extremos en la distribución de los
ingresos.
Estas desigualdades, denominadas "primarias", son
más o menos corregidas por diversas acciones que
tienden a repartir mejor las riquezas entre las familias: 1)
Creación de equipos y servicios colectivos. 2)
"Atenuación de los gastos" reducciones de tarifas en los
transportes, y gratuidad de enseñanza. 3) Recursos
monetarios, asignaciones de viviendas y ayudas a la
educación (becas).
Las políticas de redistribución de los
ingresos tienen un efecto corrector sobre las desigualdades por
mediación de las asignaciones familiares y la Seguridad
Social. Parece por el contrario, que los servicios colectivos
son mucho más utilizados por las familias que no
constituían el objetivo
principal que por aquellas a las cuales estaban destinados, la
frecuentación de los centros sociales aumentaba con el
ingreso y sobre todo, con la categoría socioprofesional de
la familia.
Las diferencias de comportamiento
en relación con los equipamientos colectivos están
estrechamente ligadas al estatus: las categorías
acomodadas se benefician de las actividades culturales, del ocio
o de las vacaciones; las categorías más
desfavorecidas utilizan los servicios de los trabajadores
sociales. Así, no sólo los efectos compensadores de
las acciones
sociales son nulos, sino que refuerzan las desigualdades, por
mediación del consumo sociocultural del cual sólo
las categorías acomodadas tienen la capacidad de
aprovecharse dado su nivel educativo.
X.2 GRUPO DOMESTICO Y TRANSMISIÓN DEL
PATRIMONIO
Su importancia y su rol han evolucionado bastante si
oponemos, la sociedad campesina a la sociedad
contemporánea. En la primera, en la que el útil de
trabajo está constituido por la propiedad del un terreno,
la transmisión del patrimonio rústico es esencial
para la sobrevivencia del matrimonio.
En la actualidad, la herencia ya no es necesaria para
instalarse, como consecuencia del desarrollo del salariado. La
transmisión de un patrimonio se efectúa de modo
más sutil, bajo la forma de una dotación en
estudios, por ejemplo.
La segunda característica del modo actual de
transmisión de los bienes es una consecuencia de la
prolongación de la vida. En la actualidad un matrimonio no
pierde a sus padres hasta que dicho matrimonio no está
bastante empeñado en la vida. La herencia sólo
interviene para ayudar a los padres a instalar a sus propios
hijos. El patrimonio salta una generación.
X.2.1 PATRIMONIO Y DESIGUALDADES
SOCIALES.
Algunos economistas que utilizan la unidad de consumo
como base para la confección de un modelo de
acumulación del patrimonio de las familias.
¿Cómo está compuesto el patrimonio
en sus masas principales y qué distinciones se operan
según las categorías sociales? En el plan nacional, el
patrimonio de las familias está constituido en un 70% por
activos
inmobiliarios. Éste está repartido muy
desigualmente entre las diversas categorías sociales,
más todavía que los ingresos.
El nivel de fortuna de los empleados y de los obreros no
les permite apenas sobrepasar las etapas de equipamiento en
bienes durables y de acceso eventual a la propiedad de la
vivienda. Los cuadros y las profesiones liberales sobrepasan
bastante rápidamente este límite, y acumulan
activos
financieros importantes, así como activos
inmobiliarios.
Si el patrimonio parece pues, en la actualidad, menos
importante que en otras épocas como consecuencia de la
extensión del asalariado, constituye siempre una baza
fundamental para ciertos grupos domésticos, y uno de los
elementos del mantenimiento de las desigualdades
sociales.
X.2.2 MODALIDAD DE LA TRANSMISIÓN DE
BIENES
En otras épocas, la transmisión del
patrimonio se hacía en el momento del matrimonio o de la
defunción, pero no ocurre lo mismo en la actualidad. En
más del 40% de los casos, el matrimonio es la
ocasión de un don cuya importancia varía
según las categorías socioprofesionales, el
número de hijos etc. Al margen de esta circunstancia
particular, la ayuda de los padres se prolonga a lo largo de todo
el ciclo de la vida familiar, bajo forma de préstamos o de
regalos.
Hemos considerar igualmente como una forma de herencia
particular, o de un don indirecto, el disfrute de una residencia
secundaria. En las clases más acomodadas adquieren una
residencia secundaria cuyos hijos pueden disfrutar. Se trata de
una ayuda notable que contribuye, de manera más indirecta
que los dones o préstamos, a conservar para el joven
matrimonio un nivel de vida igual al de sus padres. La
transmisión del patrimonio toma, pues, en nuestros
días vías muy sutiles.
X.2.3 ACTITUDES
FAMILIARES FRENTE A LA TRANSMISIÓN DEL
PATRIMONIO
La independencia
de las generaciones se encuentra confirmada por las actitudes con
relación a las disposiciones legales de la herencia. "La
independencia
de los hijos casados tiene como contrapartida que la joven
generación no debe esperar de los padres, por la herencia,
el medio de asegurar su promoción o su riqueza". Además,
esta herencia debe servir para borrar determinadas desigualdades
entre hermanos y hermanas.
Las personas no asalariadas, las correspondencias
relativas a las diferentes actitudes en función de
criterios sociales y del número de hijos.
Por un lado, se observa la visión familista
dedicada a los hijos, teniendo como proyecto la continuidad; por
el otro, la visión a corto plazo, la del individuo que
limita su mirada sobre el futuro al de su propia vida.
Siete variables: profesión y grupo
socioprofesional, rango de nacimiento del encuestado,
número de hijos, religión, modalidades
de la primera recepción, las categorías
profesionales se distinguen inmediatamente: los agricultores
tienen un comportamiento
separado, a ellos se aproximan los comerciantes. Entre los
primeros la recepción de dotes se combina con la
donación partición, los segundos practican
más a menudo la donación entre manos. Industriales
profesionales liberales constituyen otro grupo con actitudes
parecidas.
Podemos oponer familias herederas y no herederas en
función de diversas estrategias en relación al
patrimonio. Una categoría reagrupa a las familias que se
han beneficiado de una herencia importante en patrimonio humano
y/o en patrimonio no humano. Si los herederos más mimados
por el sistema se benefician de los dos, los menos favorecidos
sólo disponen de un escaso patrimonio no humano y su
estrategia descansa en una transmisión hereditaria
compuesta principalmente de patrimonio humano.
Por el contrario, las familias no herederas abordan el
ciclo de su vida familiar con un patrimonio humano mínimo
y un patrimonio no humano prácticamente nulo y el
patrimonio que ellas pueden acumular a lo largo de su existencia
es muy débil para ser transmitido; sólo sirve para
mejorar las condiciones de su jubilación.
Sólo los "herederos" tienen medios de
racionalizar sus comportamientos, mientras que los no herederos
se sienten incapaces de programar el futuro. De este modo, las
ventajas se acumulan como se perpetúa la
indigencia.
Patrimonio y herencia contribuyen grandemente a la
estructuración del cuerpo social. El patrimonio
continúa, pues, jugando un papel importante en la
práctica de las relaciones familiares, en el cuadro
profesional y, de manera más general, para situar al
matrimonio en una constelación social. Los dos van a la
par y mediante ellos funciona la reproducción
social.
XI FAMILIA Y SOCIEDAD
¿La familia es una relación de dinamismo
que la sociedad enmarca y modela según sus propias
necesidades o, por el contrario, es el lugar de resistencias y
de un contrapoder que obstaculiza el cambio social?
XI.1 FAMILIA Y CONTROL SOCIAL
XI.1.1 DE LOS CONDICIONAMIENTOS AL
CONTROL
Los principales condicionamientos que pesan sobre la
familia; la legislación, en primer lugar, que define la
constitución del matrimonio; la
legislación social que prolonga los códigos
jurídicos; las decisiones económicas que afectan a
los niveles de vida; las medidas que afectan al estatus de la
mujer; los condicionamientos que pesan sobre la educación
de los hijos y su futuro; los determinantes del marco de vida por
mediación del hábitat; el peso de los medios de
comunicación de masas que presentan una determinada
imagen de la familia; los controles que ejercen en cualquier
ocasión sobre el desenvolvimiento de la vida familiar,
etc. Toda familia sufre este encasillamiento; sin embargo,
algunas están más encasilladas que otras, porque no
se conforman a la norma.
La actitud normativa del estado no es un fenómeno
contemporáneo.
XI.1.2 LA FAMILIA, INSTRUMENTO DE CONTROL
SOCIAL
Varias obras, muestran las grandes preocupaciones que
hacen surgir en el siglo XIX la familia popular y su cortejo de
desviaciones en relación a la familia burguesa:
concubinato, mortalidad infantil y abandono de los hijos,
delincuencia
juvenil, etc.,. analizan los esfuerzos para hacer desaparecer
estas marginalidades.
La familia popular es, en el siglo XIX, el objetivo de
múltiples instituciones. Por ejemplo, la
Société de Saint-Françoios-Régis
ayuda a regularizar la unión de las parejas que lo desean,
pero que no disponen de los medios, la estrategia de
familización toma apoyo entre las mujeres. La mujer
aparece aquí como el instrumento de la normalización de la familia en su mismo
seno.
En torno al problema
del hijo en peligro o peligros se efectúa la puesta en
marcha del control sobre la familia. Tracemos, brevemente, la
"genealogía" de la puesta en marcha de estos
controles.
La escuela, en primer lugar, sustituye a los padres
incapaces de educar a sus hijos. Poco a poco, la
imposición de la escuela sobre la vida familiar se
acentúa a lo largo del siglo XIX, la escuela ya no es una
prolongación de la educación familiar, sino el
lugar de la producción de la familia por la escuela. El
niño es un rehén, un pretexto para visitas a las
familias, que tienen por objetivo velar por la normalidad de las
relaciones educativas en el interior del hogar. Luego, es la
intrusión del médico, que toma como interlocutor
privilegiado a la madre. La familia se medicaliza. El
filántropo y las sociedades de patronazgo descubren la
miseria obrera. ¿Cómo hacerla desaparecer? Se
proponen soluciones
contrapuestas. Isaac Hoseph muestra los esfuerzos del Estado,
entre 1860 y 1890, para hacer similar a la familia obrera los
hábitos del orden y de la previsión, para replegar
la vida familiar al interior de la vivienda. La familia peligrosa
es puesta bajo tutela, su autoridad se le arranca al
padre.
En la actualidad, el control social sobre la familia, es
más discreto, menos coercitivo, pero probablemente
más insidioso y más amplio. Estas técnicas
son tanto más poderosas en la medida en que no parecen
imponer ni normas sociales ni reglas morales. A pesar de las
técnicas "psi", la práctica de la acción
social contemporánea es culpabilizante en cualquier
caso.
Antes de la reforma de la legislación sobre el
divorcio, el mismo tipo de control inquisidor se aplicaba a los
matrimonio, bajo pretexto de proteger al niño. El proceso de
divorcio erigía al tribunal en agencia de control. Al
multiplicarse fue cuando el divorcio tendió a banalizarse
y a perder su aspecto culpabilizante. Puede comprenderse la
complejidad del problema del poder social confrontado al de la
familia, analizando el discurso relativo a la crisis
contemporánea de la fecundidad.
XI.1.3 EL RETO CONTEMPORÁNEO DE LA
FECUNDIDAD
El hijo por el cual es Estado, la administración, el poder público, la
"normalidad" de las clases burguesas, penetraban en la familia
obrera en el siglo XIX, el hijo se escapa. Ya no es engendrado en
cantidad bastante grandes.
El ejemplo de la crisis contemporánea de la
natalidad hace aparecer las ambigüedades y las dificultades
de una política de control sobre la familia, y la
complejidad de las relaciones entre familia y saciedad, entre
familia y estado, entre poder familiar y poder social y
estatal.
XI.2 FAMILIA Y PODER SOCIAL
La familia parece, oponer resistencias
múltiples al cambio social. Por la transmisión de
una herencia material, cultural, social y simbólica,
conserva las igualdades sociales y culturales en el seno de las
cuales la familia se enrosca para perpetuarlas.
XI.2.1 FAMILIA Y DESIGUALDADES EN LAS
OPORTUNIDADES
Una sociedad democrática se asigna como
función reducir las desigualdades entre las
categorías sociales. Cuando la enseñanza se dirige
a todas las categorías sociales, la escuela se da por
misión
colocarlos en pie de igualdad,
gracias al capital escolar inculcado. La escuela no ha cumplido
la misión que
se la había asignado. No solamente los niños no
obtienen el bagaje que igualaría las diferencias, sino que
el sistema escolar, que transmite los valores dominantes,
refuerza las desigualdades culturales y sociales y contribuye a
mantener la situación de categorías
dominantes.
Sobre todo durante la primera infancia, el éxito
escolar varía, para un mismo nivel e ingresos, con el
nivel cultural de los padres. Cuanto más temprano es
incitado el niño por un ambiente
culturalmente favorecido, mejores serán sus posibilidades
de éxito escolar y de éxito en su vida, las
probabilidades de éxito escolar están en
relación con el número de hijos de la
familia.
La influencia determinante de la categoría
socioprofesional y del nivel cultural de la familia.
¿Cómo actuar contra este mecanismo? La
generalización de las guarderías y de las escuelas
maternales tiene por objeto, por una socialización
precoz., proporcionar a todos los niños oportunidades
más iguales frente al sistema escolar. Ahora bien este
proyecto ha sido desviado por la segregación del habitar
que no mezcla casi a los niños de diferentes
medios.
Pierre Bourdieu. LLevada a cabo en 1961-1962, su
encuentra sobre el origen social de los estudiantes hace aparecer
un verdadero proceso de
eliminación: un hijo de cuadro superior tiene ochenta
veces más posibilidades de entrar en la universidad que
un hijo de asalariado agrícola y cuarenta veces más
que el hijo de un obrero, sus posibilidades son todavía el
doble de las de un hijo de cuadro intermedio.
XI.2.2 REPRODUCCIÓN Y MOVILIDAD
SOCIAL
La desigualdad escolar frena, pues, la movilidad social.
La historia muestra la movilidad ascendente de las sociedades
democráticas.
Este fenómeno no afecta de la misma manera a
todos los medios sociales: volvemos a encontrar la inercia de la
reproducción social.
Los más pesimistas en cuanto al bloqueo del
sistema social replican que movilidad social y
reproducción social no son incompatibles. La movilidad
social es necesaria en una sociedad en transformación que
exige nuevos conocimiento y
calificaciones nuevas; sin embargo, no afecta de la misma manera
a todas las categorías sociales.
Los análisis más recientes tienden a
mostrar que se combinan dos fuerzas que sólo son
contradictorias en apariencia: movilidad y reproducción
social. La movilidad remite a las transformaciones
socioprofesionales. Hay muchos más cuadros hoy que hace
cincuenta años, y muchos menos agricultores. Para subrayar
el peso de la herencia cultural familiar, relativamente
independiente de la posición de clase.
XI.3 LA MUJER EN LA FAMILIA Y LA
SOCIEDAD
La mujer aparece como la bisagra entre familia y
sociedad. Los progresos de su condición se han hecho, a la
vez, dentro y contra la familia.
XI.3.1 EVOLUCIÓN DEL ESTATUS FEMENINO Y
FEMINISMO
El estatus femenino ha evolucionado bastante más
rápido que las estructuras
sociales y económicas. Ha conocido una
transformación particularmente rápida en el curso
de los últimos veinte años. Los cambios sociales
que lo han preparado. A partir de 1945, la formidable
presión de una ideología de la igualdad de
los derechos del ciudadano conduce a importantes transformaciones
legislativas. Numerosas leyes han
establecido la igualdad de
los sexos en la educación, la gestión de bienes, de
los salarios, los derechos sociales.
En segundo lugar, la revolución
industrial y técnica ha trastornado el rol
doméstico. A finales de los años setenta, todos los
cálculos del presupuesto muestran que es más
rentable trabajar fuera y compara los bienes y servicios
producidos en masa. El valor económico del trabajo
doméstico ha bajado considerablemente y se ha encontrado
desvalorizado.
En tercer lugar, los progresos médicos han
permitido un alargamiento de la vida, y los riesgos
relacionados con el embarazo y el
nacimiento han sido reducidos; la generación de las leches
artificiales han liberado a la mujer de los
constreñimientos del amamantamiento. Los progresos en el
dominio de la
fecundidad permite a las mujeres, adaptar el número de sus
hijos y el calendario de sus nacimiento a su empleo.
El fenómeno masivo de la urbanización ha
contribuido a separar físicamente el matrimonio durante la
jornada, el cual se encuentra reunido para el ocio y el
descanso.
El rol que ha tenido el feminismo en
estos cambios profundos. Nacido en el torbellino de las
ideologías alrededor de 1968, el movimiento
feminista se autonomiza desde 1970; se cristaliza alrededor de la
cuestión del cuerpo de la mujer, de la violación,
del aborto y denuncia
las servidumbres sexuales y domésticas que le impone la
dominación llamada "patriarcal. Su influencia
simbólica y en los medios de
comunicación es considerable.
En Francia, el voto de la ley sobre el aborto en 1975
es el resultado más tangible de la acción
feminista, pero la adopción
de otras medidas legislativas fue el resultado indirecto del gran
movimiento de
ideas igualitarista que los movimientos feministas habían
puesto en circulación.
A finales de los años ochenta, ha sufrido sus
disensiones internas, entre las "partidarias" de un feminismo de
la "diferencia", y las "partidarias" de un feminismo de
igualdad pura. Ha perdido sus militantes.
En este período, que algunas califican de
"posfeminista", subsisten, sin embargo, bastantes problemas. Las
regresiones no son imposibles como se observa en Estados Unidos.
Las resistencias
son grandes, sobre todo en el mercado de trabajo; no hay mucho
avanzado en el terreno del compromiso político.
Los debates se desvían en la actualidad del
problema específico de la mujer para centrarse más
en la eficacia de las
políticas natalistas.
Si la mayoría de las desigualdades de naturaleza
jurídica han sido suprimidas, permanecen otras que, no son
menos significativas. Así ocurre con las actividades
deportivas.
En el terreno profesional, las desigualdades son
todavía más patentes: las mujeres tienen salarios
inferiores, son las víctimas designadas del paro, tienen
carreras más lentas y más difíciles que las
de sus colegas masculinos.
XI.3.2 TAREAS DOMESTICAS, TRABAJO
PROFESIONAL
¿Cómo contrarrestar el modelo de
reproducción de los roles que se perpetúa en el
seno de la familia? Algunos proyectos
favorables a primera vista a la condición femenina
presentan peligros, como el salario maternal.
En lugar de un salario maternal, algunas feministas
proponen una revaluación de las tareas
domésticas.
El análisis feminista del trabajo
doméstico se inscribe en otra teoría, según
la cual este trabajo "invisible" es apropiado por el esposo,
éste se beneficia de todas las ventajas del matrimonio,
mientras que la mujer soportaría todos los costos.
El importe de la "dote escolar" de una mujer, cambia
radicalmente la manera en que vive su existencia familiar. Un
buen título incita a las mujeres, contrariamente a los
hombres, a permanecer solteras. Un buen diploma incita a las
mujeres a privilegiar una estrategia individual de desarrollo, la
familia limita a las mujeres en su desarrollo profesional, al
igual que la perspectiva de una carrera femenina limita la
constitución de una familia.
XI.4 EL ORDEN FAMILIAR ENTRE EL ORDEN PRIVADO Y EL
ORDEN PUBLICO
En la actualidad como antaño, la familia -incluso
"deslegalizada"- sigue siendo una institución inscrita en
la sociedad, cuya organización es a la vez causa y
consecuencia de relaciones culturales y económicas,
manteniendo relaciones múltiples con el cuerpo social en
general y el Estado en
particular.
El fracaso de las comunidades familiares salidas del
movimiento de
1968 muestra que las rupturas y las innovaciones sociales
brutales sólo tienen posibilidad de funcionar si responden
a una concepción global de la sociedad de la que cada uno
de los miembros es portador. No ha sido el control social externo
lo que ha hecho fracasar estas comunidades; han fracasado ellas
mismas.
Podemos continuar afirmando la naturaleza
política de la familia y la existencia de una
relación entre poder público y poder privado. La
interacción entre el sistema familiar y la
organización sociopolítica se pone claramente de
manifiesto en los ejemplos contrastados de China y
Japón.
Características sociales y económicas los
hacen semejantes. Goode opone el fracaso chino al éxito
japonés.
Varios rasgos del sistema familiar explican esta
diferencia, y sobre todo el de la herencia. En China era
igualitaria, mientras que en Japón uno solo de los hijos
recibía todos los bienes, lo que permitía realizar
una acumulación de capital. La diferencia más
significativa reside en los lazos entre familia y Estado. En
China, la
lealtad era familiar y el nepotismo un deber, en caso de
ascensión social, todos los miembros del linaje
debían beneficiarse. En el Japón, las solidaridades
eran de tipo más feudal. El sistema chino permitía
una relativa movilidad social, y los comerciantes podían
elevarse en la jerarquía con la condición de
abandonar el estado de
comerciante. Por el contrario, los comerciantes japoneses se
encontraban confinados en un tipo más estrecho de
movilidad, el éxito financiero.
El final del siglo XX está marcado en los
países occidentales por la coexistencia de distintas
normas matrimoniales: se admite junto al matrimonio más
clásico una forma más flexible y precaria de
unión. Este pluralismo familiar se articulo con las
mutaciones de una sociedad.
XII EL MITO DE LA
FAMILIA OCCIDENTAL
La familia accidental, caracterizada por un matrimonio
monógamo, una valoración de la pareja, un reducido
número de hijos, una repartición de roles en el
seno de la pareja. Bajo esta denominación se esconden,
diversidades culturales remarcables, esta familia occidental
parece ser puesta en cuestión en las nuevas formas
matrimoniales.
XII.1 EL MODELO OCCIDENTAL DE FAMILIA, VISTA DESDE EL
LADO DE… ORIENTE
XII.1.1 LA INVENCIÓN DE LA FAMILIA
OCCIDENTAL
La familia conyugal que asocia dos compañeros que
se han elegido más o menos libremente es una figura poco
corriente en la variedad de los modelos familiares. Estos rasgos
que nosotros encontramos normales aparecen como una
aberración en la mayoría de las sociedades que
favorecen el lazo de filiación, en las cuales la
unión es inestable, la diferencia de edad entre los
esposos importante, la residencia raramente neolocal, el papel
del parentesco en la elección del cónyuge siempre
pronunciado. A la mayoría de los sistemas matrimoniales en
los cuales los esposos son jóvenes y la tasa de solteros
muy débil.
¿Cuándo vemos emerger esta
invención cultural? Paul Veyne descubre, desde el primer
siglo de nuestra era, bajo la influencia del pensamiento
estoico, el nacimiento de una sociedad conyugal y de una "moral
interiorizada del matrimonio" que preparaba la evolución
cristiana.
La acción de la Iglesia es la que ha modelado,
desde el siglo IV, una sociedad familiar europea, imponiendo
rasgos inéditos a las poblaciones que deseaba
cristianizar. La Iglesia prohibió las prácticas
corrientes en la cuenca mediterránea como la adopción,
la poligamia, el divorcio, el concubinato, las segundas nupcias
de los viudos, el matrimonio en el seno del parentesco; puso el
acento sobre el consentimiento mutuo de los esposos en el
matrimonio, su effecto fue que instauró la libertad de
testar. A partir del siglo XII, el matrimonio se convierte en un
sacramento.
Esta nueva doctrina de la filiación, de la
herencia, del matrimonio conduce a separar a los individuos de su
parentesco. Ya no es necesario un hijo o un nieto para asegurar
el culto familiar a los antepasados porque las comunidades
eclesiásticas toman a su cargo la salud del alma de los
difuntos. La obligación de la exogamia comporta la fluidez
de las herencias, mientras que un sistema de linaje mantiene para
el linaje o el clan sus posesiones por mediación de los
matrimonios endógamos.
La manipulación ideológica del sistema de
parentesco autoriza al cristianismo a
convertirse en un gran propietario rústico en Europa entre
el siglo VI y el XII.
Las resistencias a
la imposición de este sistema fueron numerosas, sobre todo
a las reglas que imponian la exogamia, el sistema de parentesco
europeo, caracterizado por una familia conyugal fuerte insertada
en una red de parentesco bilineal, es muy antiguo, al menos en
sus aspectos ideológicos. La trama ideológica
monógama parece haber sido bien tejida por la Iglesia,
que, paradójicamente, ha roto las solidaridades
parentales.
Alan Macfarlane, intenta comprender la especificidad del
individualismo inglés,
estudiando el modelo matrimonial inglés.
El matrimonio inglés,
después del siglo XIV hasta 1850, es un matrimonio
"maltusiano". La residencia era neolocal, el matrimonio un libre
contrato, los
matrimonios ingleses, por otra parte, habrían estimado que
tener hijos resultaba costoso.
La familia monógama inglesa no sirve para
socializar a sus hijos durante mucho tiempo, del mismo modo que
tampoco cuida de sus viejos. Las instituciones de caridad son muy
antiguas en Inglaterra.
Inscrita en el sistema occidental familiar del
matrimonio del que Jack Goody ha mostrado su puesta en marcha
desde el siglo IV, Inglaterra
presenta un modelo particularmente acabado y precoz. Se separa
del resto de Europa y, sobre todo, de la Europa del
Norte.
XII.1.2 LOS AVATARES DE LA FAMILIA
OCCIDENTAL
Industrialización y urbanización a
contribuido a modificar las relaciones familiares, pero en el
seno de un cuadro general puesto en marcha desde siglo,
legitimado por el poderío de la Iglesia, un modelo
histórico bien específico: un matrimonio
monógamo en el cual los cónyuges se casa
jóvenes y libremente mateniendo relaciones muy laxas con
sus redes de parentesco. Marido y mujer tienen roles separados.
Una tal estructura es efímera en las sociedades
industriales: la observamos entre 1930 y 1960. Aparece como una
figura transitoria entre los modelos de conyugalidad
clásica y los que se están poniendo en marcha en la
actualidad.
No sólo lo que hemos caracterizado de "modelo
occidental" remite a una estructura efímera de la que no
podemos prever el futuro, sino que incluso podemos poner en duda
la unidad de su significado.
¿"Familia" tiene el mismo en todos los
países desarrollados?
XII.1.3 BAJO ESTRUCTURAS
PARECIDAS, DIFERENCIAS NACIONALES Y SOCIALES
Herevé Le Bras, en Les Trois France, muestra la
persistencia contemporánea de estructuras y
de sistemas familiares diferentes, en la Francia
contemporánea.
Sobre variaciones antiguas del modelo ideológico
de la familia occidental se inscriben las diversidades
contemporáneas.
Los cambios familiares de los últimos veinte
años invitan, a poner en duda la cronología y
solidez y la unicidad del "modelo occidental de la familia". En
estas condiciones, debemos someter a discusión la
hipótesis según la cual el "modelo occidental"
estaba destinado a conquistar las sociedades no
europeas.
XII.2 LOS SISTEMAS FAMILIARES NO EUROPEOS NO HAN SIDO
OCCIDENTALIZADOS
XII.2.1 CHOQUES DE LA MODERNIDAD Y
LOS SISTEMAS FAMILIARES
Los diversos choques de la modernidad,
religiosa, política, económica, que sea
exógena, como la colonización, o incluso
endógena, surgida de las revoluciones nacionales, no han
producido una familia con estructuras y
modo de funcionamiento uniformes.
En Mesoamérica, la conquista española
abrió un campo de experimentación del Occidente
moderno, intentando someter los sistemas familiares indios a la
doctrina cristiana. El rechazo de la poligamia, la
imposición del sacerdote, representando el orden de los
colonizadores intrusos, la conyugalidad europea
constituían verdaderas rupturas con relación a las
estructuras familiares indígenas. Semejanzas formales con
las costumbres prehispánicas, una manipulación de
las reglas impuestas por las Iglesia condujeron a la
creación de un modelo autóctono original que
sólo formalmente respetaba los precepto cristianos. el
concubinato y la poligamia resistieron la imposición de la
norma europea.
Los sociólogos de los años sesenta
veían en el imperio nipón el arquetipo de una
sociedad "tradicional" que adoptaba el sistema de la familia
conyugal, bajo la influencia de los valores occidentales. La
distancia permite apreciar mejor, en la actualidad, una
situación compleja, hecho de sincretismos
originales.
La industrialización, la urbanización
ciertamente, han nuclearizado la familia japonesa y multiplicado
los divorcios. Sin embargo, la ideología feminista que
insiste en la fidelidad de los miembros al grupo no han
desaparecido. la lealtad se ha desplazado de la familia a
la
empresa.
La industrialización, mucho más brutal que
en Europa, no ha alterado el sistema familiar antiguo de modo tan
drástico como podría creerse. Las relaciones con la
familia extensa se mantienen vivas. Los matrimonios
continúan siendo, lo más a menudo arreglados. El
sistema educativo japonés, tanto en la familia como en la
institución escolar, rachaza la inculcación del
individualismo. El niño es socializado para que toma en
consideración, antes que sus propios deseos, las
necesidades de los demás.
XII.2.2 LAS MODERNIDADES NO
OCCIDENTALES
La expansión de un modelo único de familia
occidental se apoya en la hipótesis de que el desarrollo
de cada país conoce o conocerá las mismas etapas
que las que ha franqueado Europa en el curso de su
industrialización. Las mutaciones nacionales no
necesariamente siguen este esquema. La modernización de
China.
El desarrollo de China,
país inmenso y pobre es original. Intenta apoyarse en su
ruralidad, en lugar de intentar la vía nipona de la
industrialización y de la urbanización; se trata
para China, dominar el crecimiento de su
población.
La "modernización" china sólo comporta
signos superficiales de occidentalización de la
familia.
La familia china tradicional está basada en una
solidaridad de
los linajes que se ejerce en detrimento del estado, imperial y
luego comunista. El matrimonio aparece como una obligación
con la finalidad de proporcional descendientes al linaje paterno.
Es acordado por los mayores.
La ley sobre el matrimonio de 1950 instaura un control
del Estado sobre la formación de las uniones que deben, en
lo sucesivo, con el pretexto de una mucha mejor libertad de los
cónyuges, servir a los intereses del grupo. Reformas mucho
más radicales fueron intentadas a lo largo del
período del Gran Salto. La oposición a esta
innovación se conjuga en la extrema penuria
de los años 1958-1960.
En los años ochenta, el modelo "tradicional" y el
control estricto del Estado se conjugan en China con el fin de
limitar el número de nacimientos.
El amor, aquí todavía, está poco
valorizado, una ley en 1980 imponiendo a los hijos la
obligación de asistir a sus padres y a sus abuelos, tanto
paternales como maternales.
XII.2.3 DE LA RESISTENCIA AL
RECHAZO.
Los sistemas familiares mundiales contemporáneos
son el producto de
sincretismos y de compromisos. Reinterpretan y asimilan rasgos
occidentales en su propia cultura.
Otros sistemas familiares sufren transformaciones
internas que no tienen nada que ver con una
occidentalización. Movimientos ideológicos y
políticos poderosos, por último, se expresan en el
rechazo de los valores occidentales y particularmente familiares.
Así ocurre con los países musulmanes integristas.
Es difícil hablar de un sistema familiar africano, tan
diferente son sus modos de filiación y de matrimonio. Los
efectos de la colonización después de la
descolonización son complejos. En los años 1950-60,
los administradores se apoyan en el postulado de la eficacia
económica de una familia nuclear de tipo occidental, para
alcanzar el desarrollo, e intenta romper las solidaridades de
linaje. La dimensión del fracaso es la medida de la
falsedad de esta hipótesis sociológica.
El tiempo de las independencias africanas marca un
retorno hacia la puesta en valor de los sistemas de
linaje.
La urbanización no ha erradicado más las
estructuras tradicionales. Las migraciones de los jóvenes
hacia las ciudades les habían abierto a la influencia
occidental, pero también habían reforzado el
sistema de linaje.
Los efectos de la escolarización, al igual que
los de la urbanización, son contradictorios: por una
parte, contribuyen a la eclosión en familias restringidas,
pero, por otra, los éxitos escolares o universitarios son
integrados en las estrategias simbólicas de la
competición entre linajes.
Las migraciones de las mujeres hacia las ciudades han
sido numerosas, y los sistemas de linaje parecen haber sido
más puestos en peligro por las mujeres de los años
ochenta que por un siglo de colonización y
descolonicación. Las mujeres rechazan el sometimiento al
linaje, rechazan a menudo la conyugalidad y la maternidad, lo que
constituye una revolución en la mentalidad
africana.
La emancipación de la mujer también
está en el núcleo de los choques culturales entre
sociedades occidentales y sociedades musulmanas. El mundo
árabe es una ciudadela en la cual el tabique entre los
dominios masculino y femenino es la llave maestra del edificio
familiar. La mujer continúa estando encerrada en el seno
del hogar, los matrimonios son arreglados dentro del marco de una
endogamia tradicional que solo retrocede en la ciudad. Apoyarse
en los preceptos del Corán, rechazar toda forma de
occidentalización de la familia, constituyen en la
actualidad reivindicaciones políticas
fundamentales.
Los acontecimientos políticos no dan la
razón a las previsiones de los sociólogos de la
segunda postguerra. Su confianza en la extensión
internacional de los valores de la libertar y del individualismo
era portadora de una ideología: la conquista por occidente
del mundo se haría, sobre todo, por la difusión de
los nuevos valores familiares.
CONCLUSIÓN
El lazo político que asocia la familia al estado
está universalmente atestiguado. Ofrece, quizá, la
única definición del objeto familia que resiste a
la diversidad de las estructuras y sistemas. Una sociedad
puramente contractual no puede existir y es necesario que la
familia, bajo la forma que sea, contribuya al funcionamiento del
sistema social .
Autor:
antonio rodríguez