INTRODUCCIÓN1
"Las comunidades indígenas totalizadas desde la colonia temprana bajo el nombre de Pastos y que tienen su asiento en el interland del norte de Ecuador y el sur occidente de Colombia son de las más ignoradas o postergadas por la conciencia y el imaginario social y académico nacional, cuando no relegadas al más remoto pasado. Más cuando las apariencias de los hoy habitantes de tales comarcas no insinúan tras de sí ninguna esencia distinta al común del nariñense o carchense nacional colombiano o ecuatoriano, o porque la evidencia de una u otra autenticidad o identidad como el idioma y el vestido le fueron arrasados tan pronto como le inventaron el nombre de Pastos".
"Esta desaparición se consolida porque la sobre posición e imposición de vidas extrañas segregacionistas e integracionistas impuestas por las constituciones imperiales y nacionales pareciera haber borrado cualquier huella de la autoctonía y autonomía de estos pueblos". (Doumer Mamian Guzmán)
Después de utilizar directamente las palabras del Profesor Doumer Mamian, me atreveré a hablar de la percepción Social de los Pastos siguiendo un modelo2, que resalta Masarik y Wechster como la Empatía, lo que se puede generar entre dos personas, dos comunidades; por eso, es necesario que hablemos de nuestro terruño, su cosmovisión, sus ancestros, su espiritualidad, sus costumbres y sus heroicas defensas de su tradición y cultura La Percepción social tal como la aprendí: es el formarse opiniones de las personas, sean favorables o desfavorables, que influyen sobre nuestra conducta social. Todos sentimos afectivamente agrado o desagrado de diversa intensidad, aunque no estemos dispuestos siempre a reconocerlo o aunque no seamos capaces de hacerlo.
La percepción social es el medio mediante el cual, las personas se forman impresiones unas de otras y logran comprenderse. Y de ahí se desprende la definición de "La empatía ", o sensibilidad social: o sea el grado en que logran desarrollar impresiones acertadas, o comprensión real, de los demás. Dado que la percepción social no es siempre racional o consciente, podría parecer a alguien que la empatia solo sé dá, mientras que para otros se desarrolla con él Adiestramiento y la experiencia.
Este Proceso implica la participación de los actores y son: el Perceptor, o sea, la persona que presenta el caso: el que percibe las cosas; el Percibido, ya sea individuo o sociedad, y lo percibido, los hechos sociales que han influido para presentar el caso.
1- CAPITULO UNO
"EL PERCEPTOR"
Entonces empezaré por hablar del Perceptor, es decir, la persona que mira o intenta comprender a los Pastos. Y en esto habrá muchos inconformes con mis apreciaciones: En 25 años de estudios genealógicos realizados en Nariño y España sobre mis apellidos: por el lado de los Santacruz y de los Moncayo y después de conocer la verdadera historia de estos ancestros, tengo que pedir disculpas a la Etnia Pasto por el comportamiento de mis antepasados, como conquistadores de los Pastos; pensé que por el lado de los Bolaños y Molina, habría algún tipo de conexión con los pastos pero no fue así, también se salieron del molde. Así que soy un perceptor con sangre de otras latitudes y no Pasto, me habría gustado tener un porcentaje pequeño; para sentirme más comprometido al hablar de la percepción de los Pastos.
Mis antepasados con blasones de hidalguía, como lo demuestran las cédulas reales del 12 de febrero de 1647 y Real cédula de 23 de septiembre de 1708, confirmada por don Felipe V, el 23 de enero de 1727; deambularon por el territorio de los Pastos, representados por Alonso Vásquez de Moncayo, también formaron parte de los incivilizados que terminaron con el Gobierno de los Pastos y los metieron a los resguardos como una conjura en contra de su libertad. Su pueblo fue desintegrado, desmembrado en diversas etnias, se corrompió su lenguaje y terminaron por hablar un idioma que no era el suyo.
De temprana edad, como todo ciudadano Nariñense, tuve la oportunidad de convivir y relacionarme con los descendientes Pastos; unas veces, en Imbued (hoy Santa Ana), donde desarrolle mis primeros años de vida; luego en la hacienda de la Cofradía, antigua posesión de los Clavijos, que en la sesión y compra de terrenos vino a parar a manos de mi Tatarabuelo Francisco de Paula Moncayo Rosero3 y de ahí a manos de mi padre Moisés Santacruz Bolaños, descendiente de Tomas Miguel Santacruz Caicedo.
Recuerdo que en el salón de clase había descendientes Pasto, uno de apellido Cuasquen, y otro Carlosama, sus padres fabricaban teja y ladrillo en los Arrayanes; otros: los Yarpas, Chalpartar y Aucú de los lados de Albán. Jugaba a las canicas con ellos y uno de estos hacia los famosos cuspes de madera, un tipo de trompo que se hace bailar con un fuete, los tallaba a navaja y vendía el par a 5 centavos. No todos jugaban con ellos porque eran huidizos, pero en los paseos machos para caminar. Cambiábamos bollos de maíz que traían para el entredía, por carritos de madera que compraban mis padres en Túquerres, y nos metíamos entre la chagra o entre la sementera de trigo a comernos los bollos con café que sacaba de mi casa, la cual era colindante con la escuela.
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